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C.A. de Copiapó.

Copiapó, diecisiete de abril de dos mil diecinueve.

VISTOS Y CONSIDERANDO:

1°) Que con fecha 13 de marzo de 2019, comparece doña CAROLINA


GUENCHOR GARCÍA, Médico Veterinario, domiciliada en Ricardo Vallejos
N° 521, comuna de Copiapó, interponiendo acción constitucional de
protección en contra de la SECRETARÍA REGIONAL MINISTERIAL DE
SALUD DE ATACAMA, representada legalmente por doña Lilian Natalia
Sandoval Lira, médico cirujano, ambas con domicilio en Chacabuco N° 630,
Copiapó, por el acto que califica como arbitrario e ilegal contenido en la
Resolución Exenta RA N° 286/532/2019, de 30 de enero de 2019, que puso
término anticipado a su contrata y que habría vulnerado sus derechos de
propiedad, de igualdad ante la ley, de igualdad en el acceso a los cargos
públicos, de igual protección de la ley en el ejercicio de los derechos, a la
integridad física y psicológica, de libertad de trabajo y a la seguridad jurídica
de los numerales 24, 2, 17, 3, 1, 16 y 26 del artículo 19 de la Constitución
Política de la República, en virtud de los antecedentes que resumidamente se
exponen a continuación.
En primer lugar, refiere que ingresó a dicho Servicio como Profesional
de la Unidad de Zoonosis y Control de Vectores, perteneciente al
Departamento de Acción Sanitaria, en el mes de septiembre de 2017,
estando como Jefe del Departamento el Sr. Mauricio Bertoglia. Acto seguido,
manifiesta que al 31 de diciembre de 2017 fue evaluada por dicho Jefe con
nota 7, renovándose su contrato por todo el año 2018. Posteriormente,
agrega, que con fecha 9 de agosto de 2018, apareció en la plataforma de
gestión de desempeño, un subfactor donde se bajó su calificación
correspondiente al rubro de relaciones interpersonales, algo inesperado dado
que no existía ninguna conversación o reunión con el Jefe del Departamento,
ni tampoco con sus compañeros de trabajo, que diera cuenta de un problema
al respecto. Por ello, procedió a dejar registradas sus observaciones en
evaluación "2", las que ya daban cuenta de conflictos asociados a la falta de
claridad de roles en la unidad en que trabajaba.
Con posterioridad, refiere que el 29 de noviembre 2018 se le informó la
no renovación de su contrato para el año 2019, invocándose como causal
que la “Funcionaria ha tenido reclamos de sus subordinados respecto de mal
trato, no transmite ni solicita de buenas formas las actividades de la unidad.
El jefe de departamento ha reiterado indicaciones para mejorar el clima de la
unidad. La unidad de recursos humanos ha debido intervenir el equipo de
trabajo para mejorar el clima laboral". Seguidamente manifiesta que frente a
ello solicitó una audiencia con la SEREMI de Salud, Dra. Lilian Sandoval, a
quien expuso la irregularidad del despido, toda vez que no existía ningún
antecedente que contuviera la motivación para adoptar dicha decisión. En la
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ocasión, además, le planteó que el Jefe de Departamento, Sr. Bertoglia,


mantiene una estructura confusa y sin claridad de roles y responsabilidades
dado que no existe un encargado(a) de unidad, y en ese año se hizo
dificultosa la supervisión y coordinación de las actividades, toda vez que, en
ocasiones, al dar la recurrente alguna indicación u observación desde su
experiencia y conocimientos, algunos funcionarios tomaban otros acuerdos
directamente con el Sr. Bertoglia, invalidándola como profesional supervisora
y dejándola sin respaldo. Por otra parte, señala que hizo presente también a
la SEREMI que en las contadas reuniones que el Jefe de Departamento tuvo
con el equipo, hizo mención al clima laboral sólo en términos generales, como
una recomendación a todo el equipo y que nunca se realizó alguna
intervención o se le indicó alguna situación de las señaladas en la carta de
despido, realizando luego una apelación formal.
En dicho contexto, afirma la recurrente que la SEREMI le comunicó que
revertiría su desvinculación y que sería reconsiderada su contrata por todo el
año 2019, agregando que conversaría con el Sr. Bertoglia respecto de la
estructura de la unidad, entendiendo de manera muy clara lo expuesto en la
apelación, en cuanto que el Sr. Bertoglia, debe generar un conducto regular y
una estructura jerárquica que permita buenas relaciones laborales y
personales de los funcionarios. Luego de ello y en consonancia con lo
anteriormente referido, el 20 de diciembre de 2018, recibió un correo del Jefe
(s) del Departamento de Gestión y Desarrollo de Personas del Ministerio de
Salud, que le informaba que estaba incluida en el proceso de prórrogas y
renovaciones de contratos para el período 1 de enero al 31 de diciembre, de
2019, la que corresponde a la segunda prórroga de su contrata. En tales
circunstancias refiere que tomó sus vacaciones, retornando el día 28 de
diciembre de 2018, día en el que el Sr. Bertoglia envió un correo a los
funcionarios de Zoonosis y a la Jefa de Recursos Humanos informando de
una nueva estructura, en la que ella no figuraba y en que se nombraba a un
funcionario de otra unidad como Jefe Subrogante. Al efecto, aduce que tal
decisión no guardaba ninguna relación con lo conversado con la SEREMI y
que desde que volvió de vacaciones, el Jefe del Departamento no se
comunicó ni se reunió con ella para informarle los cambios y cuáles iban a ser
sus nuevas tareas. En razón de ello, se comunicó telefónicamente con la Jefa
de la nueva Unidad de Zoonosis para aclarar el escenario, obteniendo como
respuesta que seguiría ejerciendo las mismas funciones. No obstante, el
mismo 28 de diciembre, el Sr. Bertoglia dio cuenta al Ministerio de Salud, de
un supuesto incumplimiento de sus tareas como Coordinadora del Programa
de Mosquitos, frente a lo cual, se le autorizó desde el nivel central a enviar un
correo aclaratorio.
Seguidamente expresa que ante todos estos actos de discriminación y
luego de intentar conversar con la SEREMI, le envió por escrito con fecha 31
de diciembre 2018, una carta informándole lo que estaba sucediendo, ya que
el Jefe del Departamento no le daba respuestas. Inmediatamente y durante el
mismo día 31 de diciembre, fue notificada de una anotación de demérito, por
"faltar al principio de control jerárquico", sin que previamente se haya
realizado alguna investigación disciplinaria. Posteriormente, el viernes 4 de
enero de 2019 recibió una notificación del Sistema Informático de Monitoreo
de la Planificación Operativa del Ministerio donde se rechazaron todas las
actividades programadas por la recurrente para el 2019, respecto del
Programa que coordinó desde el ingreso a la institución, situación que nunca
había ocurrido. Luego agrega que el 8 de enero 2019 entregó en Recursos
Humanos una apelación a la anotación de demérito antes señalada, siendo
rechazada el mismo día por el Sr. Bertoglia mediante Memorándum N° 18.
En relación al acto recurrido, expresa que con fecha 31 de enero 2019,
fue notificada en su lugar de trabajo por la Jefa de Recursos Humanos y la
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Jefa de Administración y Finanzas de la SEREMI de Salud, del término


anticipado de su Designación a Contrata, a partir del mismo 31 de enero de
2019, no obstante habérsele prorrogado la misma por todo el año 2019, hacía
solo un mes antes, invocándose ahora como causal “no ser necesarios sus
servicios", considerando la anotación de demérito y una supuesta acta (no
acompañada) en que 3 funcionarios dan a conocer algunos problemas que
han tenido con su actitud.
Al mismo tiempo, señala que la Jefa de Administración y Finanzas,
insistió en todo momento que firmara el documento de término anticipado,
prácticamente obligándola, dado que sólo estaba siendo notificada y le
otorgaba la posibilidad de aceptar que tomara los 14 días de feriado legal y 4
días administrativos que tenía pendientes, porque, de lo contrario, los
perdería, a fin que se dejara constancia escrita de todo ello en el documento.
Indica que en ese momento, se encontraba en estado de shock y se sintió
bajo presión al proyectar que no recibiría ningún pago y que perdería sus
vacaciones. Es así como las dos personas señaladas le dictaron exactamente
lo que debía poner en el párrafo, incentivándola a aceptar los términos de las
vacaciones y días administrativos cómo única forma de recibir algún pago,
teniendo presente que el día 31 de enero era el último día trabajado.
Posteriormente, envió un correo al SEREMI (S), informando lo ocurrido y que
no estaba conforme con el término de su contrato, además de señalar que no
aceptaba los días de vacaciones y administrativos ofrecidos como una
oportunidad de no perderlos. Al día siguiente, esto es, el 1 de febrero 2019,
se presentó a trabajar, entregando oficialmente vía Oficina de Partes, su No
conformidad con el término de la contrata y pasadas las 15:00 horas, fue
notificada nuevamente, ahora de manera verbal, que debía presentarse ante
la SEREMI debido a que no había aceptado los días de vacaciones y
administrativos.
Más adelante, aduce la recurrente que la resolución impugnada debe
cumplir con los requisitos propios de todo acto administrativo, citando al
efecto los artículos 11 y 14 de la Ley 19.880, conforme a los cuales, el acto
debe ser fundado y, en la especie, dicho fundamento para ser legítimo deber
ser de tal magnitud que produzca una excepción al principio de estabilidad en
el empleo. Por el contrario, el acto recurrido la privó de su función en base a
convicciones no ajustadas a la realidad y además con infracción a lo previsto
en el artículo 41, inciso cuarto, de la citada ley que dispone que en caso de
asilarse la decisión en informes o dictámenes, deben estar contenidos en la
resolución propiamente tal.
En cuanto a los derechos fundamentales que estima vulnerados por el
actuar de la recurrida, menciona, en primer lugar, el derecho de propiedad,
asegurado por el artículo 19 N° 24 de la Carta Fundamental, no en el
sentido de propiedad sobre el cargo, sino que sobre la estabilidad en el
empleo, que se trataría de un derecho a permanecer en los cargos públicos
en tanto no concurra una causa motivada para cesar en las funciones, más
cuando este derecho ha sido dotado de una nueva dimensión de tutela bajo
el denominado principio de la confianza legítima. Así, sostiene que se ha visto
impedida de ejercer su cargo por un acto ilegítimo, que no se encuentra
motivado ni fundado y, por ende, le asiste el derecho a la reincorporación y a
percibir las remuneraciones devengadas a partir del 1 de febrero de 2019 y
hasta el reintegro efectivo a sus labores.
En segundo término, aduce que también se ha vulnerado su derecho
de igualdad ante la ley del artículo 19 N° 2 de la Constitución Política de
la República y la igualdad en el acceso a los empleos públicos del
numeral 17 del mismo precepto antes citado, señalando haber sido
víctima de una discriminación arbitraria en relación a sus demás compañeros
a contrata, haciendo énfasis además que la garantía del artículo 19 N° 17 de
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la Constitución debe entenderse extensiva a la permanencia en el empleo. Al


efecto, sostiene que la decisión recurrida ha transgredido tales garantías, así
como también los Dictámenes 85.700 y 22.766 de 2016, y 6.400 y 16.512 de
2018, todos de la Contraloría General de la República, toda vez que no se ha
acreditado, de manera suficiente, las razones esgrimidas por la recurrida para
su desvinculación.
En tercer lugar, afirma haber sido vulnerada en su derecho a la igual
protección de la ley en el ejercicio de los derechos del artículo 19 N° 3,
inciso quinto, de la Carta Fundamental, en la medida que al tenor del
artículo 119 del Estatuto Administrativo, para habérsele hecho efectiva su
responsabilidad funcionaria, se debió haber seguido un procedimiento
disciplinario, el que jamás tuvo lugar, debiéndose así considerar que fue
juzgada por una comisión especial, la que además le aplicó una doble medida
(anotación de demérito y desvinculación) por unos mismos hechos,
infringiéndose con ello el principio del non bis in idem, a pesar de permanecer
en lista 1 en sus calificaciones.
En cuarto lugar, la recurrente arguye la vulneración de su derecho a la
integridad física y psíquica del artículo 19 N° 1 de la Constitución
Política de la República, sosteniendo que la sorpresiva e intempestiva
decisión de la Autoridad le provocó un daño sicológico que se tradujo en una
sensación constante de impotencia, pena, rabia y estrés. Adiciona que es
madre soltera y que el padre de su hija nunca se ha hecho cargo de sus
responsabilidades. Por otra parte, hace mención que no milita en ningún
partido político, pero que su hermano fue SEREMI de Energía en el Gobierno
anterior, y que las conductas de acoso laboral que ha sufrido pueden tener
relación con ello.
En quinto lugar, la recurrente expresa que se ha vulnerado su libertad
de trabajo asegurada en el artículo 19 N° 16 de la Carta Fundamental,
reiterando que el acto recurrido es arbitrario y sin mayor fundamento.
En último término, señala infringida la garantía de seguridad jurídica
contemplada en el artículo 19 N° 26 de la Carta Fundamental, en la
medida que el acto impugnado no se ha enmarcado en los lineamientos de la
Contraloría General de la República, de la Corte Suprema ni del Tribunal
Constitucional.
Por todo lo anterior, solicita la recurrente que se acoja el presente
arbitrio constitucional, dejándose sin efecto la Resolución Exenta RA N°
286/532/2019 de la Subsecretaría de Salud Pública, ordenándose, en
consecuencia, su reincorporación y el pago de las remuneraciones y todo
otra contraprestación que legalmente le hubiere correspondido percibir a
contar del 01 de febrero de 2019; o en subsidio, que se adopten las medidas
que esta Ilustrísima Corte estime pertinentes para reestablecer el imperio del
derecho, con costas.
2°) Que con fecha 11 de marzo del año en curso la recurrida evacuó el
informe requerido en autos, solicitando el rechazo de la presente acción de
protección, con costas, conforme a los fundamentos en síntesis se exponen a
continuación.
En primer lugar, menciona que la recurrente ingresó al Servicio el 1 de
septiembre de 2017, bajo la figura de mientras sean necesarios sus
servicios. Luego, a contar del 1 de enero de 2018 hasta el 31 de diciembre
de 2018, su contrata fue prorrogada y, sin embargo, por Resolución Exenta
N° 1816 de 29 de noviembre de 2018 se decidió no renovar su designación
atendido a que habría tenido reclamos de sus subordinados por malos tratos
y no transmitía ni solicitaba de buena forma las actividades de la Unidad.
Ante ello, la Unidad de Recursos Humanos debió intervenir el equipo de
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trabajo para mejorar el clima laboral. Sin perjuicio de ello, posteriormente se


decidió renovar su contrata mediante la Resolución Exenta RA N°
286/386/2019 de la Subsecretaría de Salud Pública, prorrogándose sus
servicios desde el 1 de enero de 2019 al 31 de diciembre de 2019, con la
finalidad de que la funcionaria mejorara su situación interpersonal con
el equipo de trabajo, según se indicó en el Ord. N° 3174 de 7 de diciembre
de 2018.
Con posterioridad, mediante la Resolución Exenta N° 286/532/2019 del
31 de enero de 2019 de la Subsecretaría de Salud Pública, se puso término
anticipado a sus servicios, por "no ser necesarios sus servicios", dando
cuenta de una serie de hechos que expresaban un comportamiento
inadecuado de la funcionaria frente a sus compañeros que denunciaron un
mal trato hacia ellos y la falta subordinación frente a las órdenes del superior
jerárquico. Al efecto, expresa que dicha decisión de término anticipado fue
adoptada como una última medida frente a la conducta de la funcionaria
que generaba un clima laboral hostil y que se mantuvo en el tiempo
como una problemática constante desde finales de 2017.
Más adelante, sostiene la recurrida que la resolución impugnada es un
acto administrativo legal, racional y fundado, en la medida que, de acuerdo a
lo señalado en los antecedentes de hecho, su desvinculación se debió a una
serie de factores derivados del mal trato de la funcionaria hacia sus
compañeros, que no logró enmendar durante todo el año 2018 y principios de
este año, acrecentado su trato no cordial e inadecuado, ignorando incluso
actualmente a sus compañeros y jefaturas directas, tras su reintegro con la
orden de no innovar de autos. Asimismo, la decisión impugnada también
tiene su justificación en la falta de obediencia en las instrucciones y órdenes
de su superior jerárquico, que no permiten llevar a cabo las funciones del
Departamento al que pertenece, no cumpliendo a cabalidad las labores
inherentes a su cargo ni con las instrucciones de su jefe directo,
cuestionándolo constantemente desde el punto de vista técnico e incluso de
lo que se pudo visualizar en los argumentos del recurso interpuesto, desde el
punto de vista político y personal. Sobre el particular, indica que la recurrente
no está dispuesta a colaborar con la nueva estructura de su unidad de
trabajo, ni tampoco está de acuerdo con la programación ni con los nuevos
lineamientos del Departamento, por lo que es necesario prescindir de sus
servicios.
Posteriormente, afirma la recurrida que el acto impugnado se encuentra
debidamente fundado, cumpliendo a cabalidad con lo exigido por los artículos
3 y 11 de la Ley 19.880. Luego, hace hincapié en el carácter transitorio de las
contratas y que conforme a los Dictámenes N°s 85.700 de 2017 y 6.400 de
2018, ambos de la Contraloría General de la República, para no renovar una
contrata de un funcionario con dos o más contrataciones seguidas, sólo es
menester dictar un acto administrativo que fundamente los motivos de esa
decisión, cuestión que no significa limitar la atribución de decidir respecto de
la no renovación de la contrata. Sobre el particular, a continuación cita y
transcribe lo pertinente respecto de los motivos expresados en el acto
administrativo recurrido.
Como antecedentes adicionales, refiere que el informe de la Encargada
de la Unidad de Recursos Humanos indica la devaluación de la recurrente
frente a la decisión de la autoridad máxima y el control jerárquico, incluso
cuestionando la Resolución N° 3528 de 24 de diciembre de 2018 por no estar
firmado por la SEREMI Titular, sino por su subrogante, el Sr. Bastián
Hermosilla Noriega, como así también la denuncia verbal de acoso sexual
expuesta por la Sra. Guenchor al momento de su notificación del término
anticipado de su contrata y que está siendo objeto de un sumario
administrativo instruido el 1 de marzo de 2019. Por otra parte, expresa
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que el proceso de notificación del acto recurrido, se hizo bajo las


orientaciones del nivel central, según correo de 30 de enero de 2019 que
adjunta, no siendo efectivo que la recurrente fuera obligada a firmar el
documento.
Más adelante la recurrida sostiene que el actuar de la funcionaria
infringe las obligaciones establecidas en el artículo 61 del Estatuto
Administrativo, en sus letras a) b), c) y f) que expresan que serán
obligaciones de cada funcionario, respectivamente, desempeñar
personalmente las funciones del cargo en forma regular y continua, sin
perjuicio de las normas sobre delegación; orientar el desarrollo de sus
funciones al cumplimiento de los objetivos de la institución y a la mejor
prestación de los servicios que a ésta correspondan; realizar sus labores con
esmero, cortesía, dedicación y eficiencia, contribuyendo a materializar los
objetivos de la institución; y obedecer las órdenes impartidas por el superior
jerárquico. En la misma línea, aduce la recurrida que el mal desempeño de la
funcionaria desde el punto de vista técnico y de las relaciones
interpersonales, son determinaciones que solo toca ponderar al empleador,
como atribución esencial, que le ha conferido la ley. De igual manera,
puntualiza que conforme al artículo 126 del Estatuto Administrativo, el inicio
de un procedimiento disciplinario es una facultad privativa y discrecional del
jefe superior de la institución, cuya finalidad es verificar la existencia de
hechos irregulares y los responsables en la respectiva institución pública.
Seguidamente, la recurrida afirma que tras el regreso de la funcionaria
de su feriado legal, ésta fue notificada de la nueva estructura del
Departamento de Acción Sanitaria, donde la Unidad de Zoonosis y Alimentos
se dividió en dos, esto es, en una "Unidad de Alimentos" y otra "Unidad de
Zoonosis", conformándose su estructura por la Resolución Exenta N° 3528 de
24 de diciembre de 2018, nombrando sus referentes técnicos y financieros,
además de sus subrogantes, entre los cuales no estaba la recurrente, porque
tales designaciones se realizaron según la carrera funcionaria, la antigüedad
y grado, todo lo cual no la perjudicaba en nada, ni desde el punto de vista
técnico, profesional, remuneratorio, de grado ni menos personal, no siendo
obligatorio el designarla ni menos discriminatorio no hacerlo, ya que
corresponde a decisiones de mérito, oportunidad y conveniencia de parte de
la Autoridad. No obstante, a partir de esta instancia, la funcionaria comenzó a
cuestionar la mencionada reestructuración, con una actitud de mal trato hacia
sus compañeros y desafiante a sus jefaturas, ignorándolos y hablando
directamente con la SEREMI de Salud. Inclusive, no firmó su programación
de actividades y envió un correo a 35 funcionarios divulgando su situación.
Luego, tratándose del derecho de propiedad invocado por la
recurrente, señala que no es posible entender que las personas que
desarrollan funciones públicas tengan un derecho de dominio sobre éstas,
puesto que las labores que en definitiva desempeñan, son aquellas propias
del Estado, cuya finalidad es el bien común, citando jurisprudencia judicial y
administrativa en dicho sentido.
Respecto de la igualdad ante la ley, aduce que en la especie tal
garantía no ha sido vulnerada, pues la autoridad facultada para determinar la
continuidad de la funcionaria, resolvió prescindir de sus servicios
anticipadamente, por medio de la dictación de un acto fundado y
debidamente notificado.
En cuanto a la igual protección de la ley en el ejercicio de los
derechos, hace presente que las anotaciones de demérito y las medidas
disciplinarias son dos conceptos distintos. Al efecto, indica que las
anotaciones de demérito están contenidas en los artículos 43 y siguientes del
Estatuto Administrativo y se definen como aquellas destinadas a dejar
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constancia de cualquier acción u omisión del empleado que implique una


conducta o desempeño funcionario reprochable, entre las que se encuentran
el incumplimiento manifiesto de obligaciones funcionarias, tales como
infracciones a las instrucciones y órdenes de servicio y el no acatamiento de
prohibiciones contempladas en el cuerpo legal y los atrasos en la entrega de
trabajos. Estas anotaciones de demérito poseen su propio procedimiento y
fines, lo que discrepa con las medidas disciplinarias contenidas en el artículo
119 del Estatuto, que buscan determinar la responsabilidad administrativa y
cuyas sanciones podrían ser la censura; multa; suspensión del empleo y
destitución, trayendo consigo -salvo en el caso de la destitución- anotaciones
de demérito en el factor de calificación que corresponda. En este orden de
consideraciones, aduce la recurrida que lo señalado por la actora evidencia
un desconocimiento en materia administrativa, porque la anotación de
demérito no es una sanción propiamente tal, sino que una constancia de un
comportamiento reprochable, que no necesita de un sumario o investigación
sumaria y que tiene su propio procedimiento de reclamo. Además, no existe
inconveniente jurídico alguno ni afectación al principio non bis in idem el
incorporarlo dentro de los fundamentos de la resolución recurrida.
Respecto del derecho a la integridad física y psicológica, afirma que
no hay ninguna evidencia que permita dar crédito a lo alegado por la
recurrente. Es más, la funcionaria hasta antes de su desvinculación no había
interpuesto ningún reclamo formal respecto de persecución, acoso o maltrato,
siendo totalmente falso señalar que su desvinculación se produjo por razones
políticas. No obstante lo anterior y en base a las graves denuncias realizadas
por la funcionaria, se determinó incluirlas dentro del sumario
administrativo instruido por Resolución Exenta N° 688 de fecha 1 de
marzo de 2019 y que acumula también las denuncias presentadas por
los funcionarios en contra de la recurrente.
En cuanto a la libertad de trabajo, argumenta que dicha garantía
considera el acceso, elección y ejecución de un trabajo, más no su
permanencia ilimitada, sino hasta que se verifique una causa justificada,
como ocurre en la especie.
Por último, en relación al derecho a la seguridad jurídica, sostiene
que tampoco se ha vulnerado, ya que el acto recurrido se ha dictado por la
Autoridad competente, dentro de sus atribuciones, siendo legal y fundado.
3°) Que en cuanto a la tramitación de los autos, es pertinente
mencionar que con fecha 13 de febrero del año en curso esta Corte concedió
una orden de no innovar solicitada por la recurrente, suspendiendo con ello
los efectos de la resolución impugnada. Asimismo, se ordenó traer los autos
en relación, procediéndose a la vista del recurso el pasado tres de abril,
escuchándose los alegatos de la abogada doña Catalina Jones Sepúlveda,
por el recurso; y de la abogada del Consejo de Defensa del Estado, doña
Doris Flores Moreno, en contra del recurso. En la oportunidad, la causa
quedó en estudio, pasando posteriormente al estado de acuerdo.
4°) Que el recurso de protección tiene por objeto el amparo de los
derechos constitucionales que son objeto de esta acción de tutela, cuando
por acción u omisión ilegal o arbitraria, se amenace, prive o perturbe su
ejercicio, debiendo adoptarse las medidas tendientes al restablecimiento del
derecho y a la debida protección del afectado.
5°) Que con los antecedentes aportados por las partes aparece con
nitidez que la recurrida ha carecido de un fundamento suficiente para justificar
la decisión reprochada en autos. En este sentido y más allá de los requisitos
de forma de la Resolución Exenta RA N° 286/532/2019, ésta se origina en un
contexto carente de la racionalidad con la que debe actuar un Servicio
Público a fin de respetar los derechos de sus funcionarios, cualquiera que sea
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el tipo de vínculo que éste tenga con la Administración.


En efecto, en un primer momento, la Autoridad dispuso el término
anticipado de la contrata de la recurrente durante el año 2018, decisión que
luego fue dejada sin efecto. En este sentido y según reconoce incluso la
propia recurrida, en el mes de diciembre de 2018, se decidió renovar la
antedicha contrata para todo el año 2019, cuestión que se formalizó mediante
Resolución Exenta RA N° 286/386/2019 de 15 de enero de 2019. Sin
embargo, apenas un par de semanas después, esto es, el 30 de enero de
2019, la misma recurrida decide ahora el término anticipado de la contrata.
Lo anteriormente descrito constituye un hecho que por sí mismo resulta
al menos indiciario de la arbitrariedad que se denuncia en autos, por lo que
es pertinente revisar si los motivos aducidos por la recurrida son suficientes
para legitimar su decisión.
Así, en primer término, la recurrida ha justificado su actuar en el
entendido que la renovación de la contrata para el año 2019 fue dispuesta
para que la funcionaria mejorara sus relaciones interpersonales y como ello
no ocurrió, se hizo necesario prescindir de sus servicios. Sin embargo, no
existe norma estatutaria alguna que contemple una suerte de
“condicionalidad de la conducta” de los servidores públicos en su
contratación. De igual forma, la Resolución Exenta RA N° 286/386/2019 de
15 de enero de 2019 que prorroga la contrata de la recurrente nada dice al
respecto. En igual sentido y aun si se considerase procedente dicha
“condicionalidad”, un plazo tan exiguo de quince días corridos contado desde
la resolución que prorroga la contrata, no resulta ser un término razonable a
fin de evaluar la conducta de una funcionaria cuya prórroga había sido
proyectada hasta el 31 de diciembre del año en curso.
En segundo lugar, la causa legal esgrimida por la recurrida es la de “no
ser necesarios los servicios” de la funcionaria. Sin embargo, analizadas las
motivaciones de hecho del acto impugnado, es posible advertir que la razón
predominante derivaría de un cierto reproche hacia la recurrente por un mal
comportamiento que le es atribuido tanto por su jefatura como por algunos
colegas. De esta manera, tales motivaciones se alejan de la causal invocada
por el Servicio, casi asimilándose a lo que podría ser una sanción, la cual
únicamente podría hacerse efectiva mediante el establecimiento de su
responsabilidad funcionaria por los medios que expresamente prevé la ley, lo
que ciertamente no ha ocurrido en la especie.
Por último, y muy relacionado con lo reseñado de forma precedente, la
propia recurrida ha reconocido que existe una investigación en curso a fin de
aclarar los supuestos malos tratos en que ha incurrido la funcionaria en
perjuicio de terceras personas, así como también respecto de una eventual
denuncia efectuada por la recurrente en contra de su jefatura por hechos
ajenos al presente recurso de protección. Así, no existe racionalidad en la
medida de disponer el término anticipado de una funcionaria, por un supuesto
mal comportamiento de su parte, sin haberse hecho efectiva su
responsabilidad, y al mismo tiempo disponerse la investigación de tal suceso,
en circunstancias que ya se decidió su desvinculación.
6°) Que conforme a lo razonado en la motivación anterior, es preciso
concluir además que la conducta de la recurrida ha importado para la
funcionaria una perturbación indebida de su derecho de igualdad ante la ley,
consagrada en el artículo 19 N° 2 de la Constitución Política de la República,
conforme a la cual ni la ley ni autoridad alguna podrá establecer diferencias
arbitrarias. Al efecto, se ha sostenido que “…la igualdad se construye, sobre
todo, como un límite de la actuación de los poderes públicos y como
mecanismo de reacción frente a la posible arbitrariedad del poder. Es, por lo
tanto, un principio negativo, limitativo, que acota un ámbito de actuación de
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los poderes públicos; y reaccional, en cuanto permite reaccionar frente a las


actuaciones de estos cuando sean arbitrarias.” (VIVANCO, Ángela. Curso de
Derecho Constitucional. Aspectos Dogmáticos de la Carta Fundamental de
1980, Tomo II. Santiago: Ediciones UC, 2006, segunda edición, página 340).
En este sentido, se ha logrado acreditar en autos que la recurrida ha
actuado arbitrariamente al carecer de un fundamento racional para haber
decidido no renovar la contrata de la funcionaria, poco tiempo después de
habérsele prorrogado sus labores para todo el año 2019 y sin que las
motivaciones de hecho de tal decisión encuadren en la causa legal invocada.
7°) Que habiéndose constatado una vulneración arbitraria de una
garantía expresamente amparada por el artículo 20 de la Carta Fundamental,
resulta forzoso acoger la acción constitucional de autos, siendo innecesario
analizar el resto de las alegaciones de la recurrente. Asimismo, se eximirá a
la recurrida del pago de las costas de la causa, por haber actuado con un
motivo plausible.
Por estas consideraciones y visto además lo dispuesto en el Auto
Acordado de la Excelentísima Corte Suprema sobre la materia, SE ACOGE,
sin costas, el recurso de protección deducido por doña Carolina Guenchor
García, en contra de la Secretaría Regional Ministerial de Salud De Atacama
y, en consecuencia, se deja sin efecto la Resolución Exenta RA N°
286/532/2019, de 30 de enero de 2019, debiendo dicho Servicio reintegrar en
sus funciones a la recurrente, pagando además la totalidad de sus
remuneraciones por todo el tiempo en que permaneció indebidamente alejada
de ellas.
Déjese sin efecto la orden de no innovar dispuesta con fecha trece de
febrero del año en curso, una vez ejecutoriada la presente sentencia.
Regístrese y archívese en su oportunidad.
Redacción del Ministro señor Francisco Sandoval Quappe.
N° Protección-32-2019.

En Copiapó, diecisiete de abril de dos mil diecinueve, se notificó por el estado


diario la resolución que antecede.
MXTNXSFPTS

Francisco Fernando Sandoval Quappe Carlos Hermann Meneses Coloma


Ministro(P) Fiscal
Fecha: 17/04/2019 12:55:22 Fecha: 17/04/2019 12:55:23
Pronunciado por la Primera Sala de la C.A. de Copiapó integrada por Ministro Presidente Francisco Sandoval Q. y
Fiscal Judicial Carlos Hermann Meneses C. Copiapo, diecisiete de abril de dos mil diecinueve.

En Copiapo, a diecisiete de abril de dos mil diecinueve, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución
precedente.

MXTNXSFPTS

Este documento tiene firma electrónica y su original


puede ser validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.
A contar del 07 de abril de 2019, la hora visualizada
corresponde al horario de invierno establecido en Chile
Continental. Para la Región de Magallanes y la Antartica
Chilena sumar una hora, mientras que para Chile Insular
Occidental, Isla de Pascua e Isla Salas y Gómez restar
dos horas. Para más información consulte
http://www.horaoficial.cl.

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