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SEMINARIO BIBLICO DE LAS ASAMBLEAS DE

DIOS

EXPOSICION 1

 SALMO PRIMER LIBRO


 LOS PADECIMIENTOS DEL MESIAS
 EL TRIUNFO DEL MESIAS
 SALMO 23
 SALMO 24

INTEGRANTES:

 EDUARDO BUENAÑO
 PATRICIO VALDEZ
 GINA DE LA S
 ARMANDO MUÑOZ
 IGNACIO CARRERA.
LOS PADECIMIENTOS DEL MESÍAS (VV. 1-21)

1. DESAMPARO (VV. 1-5)

Este pasaje describe la terrible soledad del alma del Señor y su perplejidad:

 ¿Por qué me has desamparado?...


 ¿No respondes?…
 ¿No hay para mi reposo?...

El silencio total de Dios es


[punitivo: Que castiga o tiene
relación con el castigo].
Jesús ha tomado nuestro lugar,
hecho por nosotros maldición
(Gálatas 3:13). Es abandonado
porque nuestros pecados se
han interpuesto entre nosotros
y nuestro Dios.

Al reflexionar sobre la fidelidad de Dios para librar a los suyos en años


anteriores, el sufriente cobra ánimo. Sobre todo reafirma la santidad y justicia
divinas: Pero tú eres santo, tú que habitas [entronizas: Poner en el trono o
darle la autoridad real a una persona] entre las alabanzas de Israel (v. 3).

2. OPROBIO DE LOS HOMBRES (VV. 6-11)

Ahora él desvía su vista de


Dios y contempla su situación
propia. Se angustia. Es
despreciado como un "gusano",
no le tratan como un ser
humano; es el hazme reír de la
gente (v. 6b, DHH). Todos…
Me escarnecen; los sacerdotes,
el pueblo y los soldados se
unen en su mofa general
(véase el cumplimiento
asombroso de los vv. 7-8 en
Mateo 27:39-44).

Nuevamente el Perseguido dirige su atención a Dios, acordándose de


experiencias anteriores del socorro divino. Él toma como ejemplo especial de
ello el período de su impotente infancia: me hizo estar confiado desde que
estaba a los pechos de mi madre. Luego renueva su súplica señalando la
proximidad de la pena, y la ausencia de todo ayudador (vv.9-11).
3. SUFRIMIENTOS FÍSICOS Y EMOCIONALES (VV. 12-21)

Se comparan sus atormentadores con animales feroces:

 Toros silvestres,
 León rapaz y rugiente,
 Perros me han rodeado, los cuales están listos para devorarle.

Una banda de malvados (BJ y DHH) le


rodea y horadan sus manos y pies (v. 16).
El vocablo hebreo en la versión masoreta
traducido aquí como "horadar" es "como
león" y no tiene sentido.

La Biblia Dios habla hoy lo traduce: me han


desgarrado las manos y los pies,

La Biblia de Jerusalén: atan mis manos y pies,


y la

Nueva Versión Internacional: me han


traspasado las manos y los pies.

Puesto que en la versión hebrea el significado es oscuro, nos conviene aceptar


la traducción de la versión griega, la Septuaginta, la cual es [horadar: Hacer
un agujero de forma que atraviese una cosa de parte a parte].

La profecía se cumple con el clavar las manos y los pies de Jesús en la cruz.

La descripción de los padecimientos de nuestro Señor es vívidamente gráfica


(vv. 14-17): Su completo agotamiento y su debilidad desesperada... se exponen
en las figuras más expresivas: la solidez del cuerpo queda destruida, y viene a
ser como agua; los huesos se abren; el corazón, el mismo asiento de la
vitalidad, se derrite como cera; todos los jugos del sistema se secaron; la
lengua ya no funciona y yace rígida y seca.

Así, el que no conoció pecado fue herido por nuestras rebeliones, molido por
nuestros pecados y el castigo de nuestra paz fue sobre Él. ¡Qué amor más
grande y sublime! Nos constriñe a rendimos totalmente a Él.
EL TRIUNFO DE MESÍAS

El testimonio del liberado

Salmo 22 al 26

Anunciaré tu nombre a mis hermanos: Al ser librado – si no de la misma


crisis, ciertamente del sentido de ser abandonado en la crisis – ahora la
promesa es hecha para glorificar y anunciar al Dios de salvación. Otros
necesitaban saber de la grandeza de Dios en tal apuro.

i. Hebreos 2:12 cita la segunda mitad del Salmo 22 (específicamente Salmo


22:22), probando con claridad que todo el Salmo señala a Jesús, no solo la
agonía de la primera mitad.

ii. En la noche anterior a Su crucifixión, Jesús oró una gloriosa oración, y una
línea de esa oración dice: Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a
conocer aún (Juan 12:26). Esas palabras, oradas a la sombra de la cruz,
pueden ser entendidas como un deseo deliberado de cumplir esta palabra en
Salmo 22, Anunciaré tu nombre a mis hermanos. Jesús entendió que SU
obra de obediencia en la cruz traería gran gloria a Su Dios y Padre, declarando
la grandeza de Su nombre.

iii. Se puede decir que esta sección del Salmo 22 refleja la primera razón por la
cual Jesús fue a la cruz: para glorificar y obedecer a Su Dios y Padre.

c. v. 23 Los que teméis a Jehová, alabadle: El mandato es dado


para alabar, anunciar y temer a Jehová. El Dios de esta gran salvación merece
estas tres cosas de toda la humanidad.

i. Vemos proféticamente en esta sección a Jesús hacer dos grandes cosas


después de Su gran obra en la cruz:

· Jesús declara el nombre de Dios (Anunciaré tu nombre a mis hermanos)

· Jesús dirige a los Redimidos a alabar (En medio de la congregación te


alabaré)
(24-25) Alabando a Dios, quien responde a los desamparados.

Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido,


Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó.
De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré delante
de los que le temen.

a. Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido: Las


palabras triunfantes de David – de nuevo, perfectamente cumplidas en su gran
hijo Jesús – reflejan una gran sabiduría y profundidad espiritual. El Dios que le
responde al Desamparado aun permitió la aflicción del afligido; porque no
menospreció ni abominó. Dios ha utilizado y utilizará dicha aflicción para un
buen y gran propósito

i. Algunos del pueblo de Dios automáticamente asocian toda la aflicción con el


desagrado de Dios. Es cierto que en algunas ocasiones la aflicción puede
llegar como parte de castigo (para el incrédulo) o como disciplina (para el
creyente). Pero en algunas ocasiones la aflicción es algo que Dios no
desprecia, y lo utiliza como un buen efecto en la vida de Su pueblo.

ii. Es en este sentido que las palabras de Isaías 53:10 se cumplieron: Con todo
eso, Jehová quiso quebrantarlo. La aflicción no fue menospreciada.

b. Ni de él escondió su rostro: Ciertamente David (y el gran Hijo de


David) sintió que el Padre escondió Su rostro (¿Por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación… y no respondes?, Salmos 22:1-2).
Pero ahora, después de que la respuesta de Dios llegó (Salmo 22:21b), es
claro que Él jamás desamparó al afligido, aun en medio de la aflicción.

c. Sino que cuando clamó a él, le oyó: La respuesta pareció ser


intolerablemente larga, pero llegó. David y el Hijo de David pudieron decir, “Él
escuchó Mí clamor.”

d. De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré: Hay


dos aspectos hacia una correcta respuesta de dicha maravillosa salvación. Lo
primero es una alabanza pública, lo segundo es guardar los votos.

(26) Otros que se regocijan en el Dios que responde.


Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a Jehová los que le
buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre

a. Comerán los humildes, y serán saciados: Si Dios muestra tal fidelidad


hacia los afligidos, entonces hay esperanza para los humildes. Entonces Dios
cuidará de los humildes que confían en Él y que le buscan. Ellos alabarán a
Jehová también.

i. La fidelidad de Dios hacia el Desamparado se convierte en el fundamento


para Su fidelidad hacia otros en necesidad, tal como los humildes. Su
santificación en la obra del Hijo de David significa gracia y bendición
y alegría (Vivirá vuestro corazón para siempre) para los demás.

b. Alabarán a Jehová los que le buscan: Hay una promesa en esto, que
aquellos que le buscan de hecho encontrarán a Jehová, y por tanto
le alabarán.

i. “Ahora hay almas llorando por el pecado y anhelando por un Salvador que
pronto hallarán, y después se volverán los cantores de un nuevo cántico de
todo corazón. Están llegando, llegando justo ahora por millares. La música de
alabanza será continuada por tanto tiempo como el sol, y la gloria del Señor
cubrirá la tierra así como las aguas cubren el mar. De generación a generación
será el nombre del Señor alabado.
Salmo 23

Jehová el pastor y huésped de su pueblo


Jehová es mi pastor - Salmo 23
(Sal 23:1-6) "Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados
pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará
mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque
ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás
conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de
mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa
está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los
días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días."
Introducción
1. El libro de los Salmos y el Salmo 23
El libro de los Salmos ha tenido siempre un encanto especial para los
creyentes de todos los tiempos. En ellos encontramos las experiencias de los
creyentes del Antiguo Testamento que también vivieron en medio de la maldad
de este mundo. A nosotros, los cristianos de hoy, no nos resulta difícil
identificarnos con ellos, y usar sus cánticos para acercarnos a Dios y obtener el
mismo consuelo y fortaleza que ellos encontraron en él.
De entre todos los Salmos, el 23 es sin duda uno de los más conocidos y
apreciados. En sus versos los creyentes han encontrado aliento y confianza
para afrontar las diferentes etapas de la vida. En especial, ha acompañado a
muchos en su lecho de muerte y han sido iluminados por sus versos en el
tramo final de su viaje a la presencia del Señor.
"Jehová es mi pastor"
1. La experiencia de David como pastor
David, el autor de este Salmo, comienza refiriéndose a Dios como su pastor.
Todos recordamos que en su adolescencia él había sido pastor de ovejas y en
su cuidado de ellas había llegado a tener experiencias que marcaron su vida.
(1 S 17:34-37) "David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de
su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la
manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba
contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león,
fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como no de
ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová,
que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me
librará de la mano de este filisteo..."
Pero ahora David no está pensando en sí mismo como pastor, sino que en este
Salmo asume la posición de oveja que se siente cuidada por Dios mismo. Y si
David había protegido con delicadeza a sus ovejas, y las había defendido aun a
riesgo de su propia vida, ¿cómo no haría Dios mucho más a favor de él?
2. El nombre de Dios, "Jehová"
Notemos también que David se refiere a Dios por su nombre "Jehová". Esto es
significativo porque este nombre subraya el hecho de que él es el único que
vive y existe por sí mismo, el Eterno. Toda otra forma de vida, desde el invisible
virus que vemos en el microscopio, hasta el arcángel que está delante del gran
Trono de Dios, todo depende y se deriva de él. Y David conocía a este
Todopoderoso Ser como su Pastor.
"Mi pastor"
Es interesante ver la confianza con la que David se refiere a Dios como "mi
Pastor". Se sentía parte de su rebaño y bajo su protección. Y esta es
precisamente la puerta de entrada para disfrutar de todas las bendiciones que
a continuación vamos a ver en este Salmo; si Dios no es nuestro Pastor de una
forma personal, todo lo demás no pasará de ser una bella poesía, pero de
ninguna manera logrará traer consuelo verdadero a nuestra vida.
"Nada me faltará"
Las ovejas son animales que necesitan ser constantemente guiados y
cuidados. Tal vez sea por esto que el creyente es comparado con ellos.
David, como una de las ovejas que era cuidada por el Señor, manifiesta su
completa confiaba en la bondad solícita de Dios para asegurar todo lo
necesario, tanto en el presente como en el futuro.
Como veremos a lo largo del Salmo, la provisión divina incluye cosas tan
variadas como alimento y bebida, descanso, protección, restauración,
compañía, aliento, dirección, consuelo, gozo, felicidad y gloria.
El salmista percibe que el hombre tiene necesidades más profundas que las del
cuerpo, y sabe que sólo en Dios pueden ser satisfechas. Nuestro mundo
moderno necesita darse cuenta urgentemente de este hecho: el hombre es
mucho más que un cuerpo, tiene también alma y espíritu, y nuestra cultura
materialista y de consumo siempre fracasará en traer la felicidad al hombre
porque no tiene en cuenta estas otras facetas, y las ignora para centrarse en
exclusividad de las necesidades del cuerpo.
"En lugares de delicados pastos me hará descansar"
En las tierras desérticas de Judea, el pastor sabía lo agotador que era para el
rebaño andar kilómetros por zonas áridas, a menudo bajo los rayos de un sol
abrasador. Pero también conocía dónde estaban los oasis y allí conducía a sus
ovejas para proporcionarles descanso, alimento y agua en un ambiente
apacible.
Siempre es alentador saber que Dios conoce nuestras circunstancias y las
dificultades por las que atravesamos en la vida, y podemos estar seguros de
que a su tiempo nos conducirán en su sabiduría y bondad hasta su gracia
reparadora.

"Junto a aguas de reposo me pastoreará"


A lo largo de toda su peregrinación por el desierto, al pueblo de Israel nunca le
faltó ninguna de estas dos cosas: el maná enviado del cielo y el agua pura que
manaba de la roca (1 Co 10:3-4). Esto fue una clara evidencia del cuidado
pastoral que Dios tuvo a favor de su pueblo a lo largo de toda su peregrinación
por el desierto durante cuarenta años.
Sin comida ni bebida, el pueblo de Dios perece, y Dios nos invita una y otra vez
a fortalecernos en él, en lugares de reposo, en la intimidad con él. Sólo de esta
forma podremos llevar fruto en nuestras vidas que le glorifiquen.

"Confortará mi alma"
La idea es que "restaurará mi alma" o "reparará mis fuerzas". Esto nos habla
de una renovación espiritual profunda, algo que va mucho más allá de un mero
alivio. El profeta Isaías lo expresó de una forma muy bella:
(Is 40:29-31) "El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene
ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como
las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."
¡Qué importante es esto! Dada nuestra naturaleza caída, no sólo necesitamos
que el Señor nos alimente; desgraciadamente también pecamos, y por eso
necesitamos ser restaurados y renovados una y otra vez a la comunión con él.
Igual que la oveja descarriada es llevada nuevamente de regreso al redil donde
es curada de las heridas que ha sufrido y vuelve a caminar con el rebaño, así
también nosotros.
El mismo rey David había experimentado una y otra vez esta obra de
restauración de parte de Dios cuando él se había apartado y pecado. Podemos
verlo en el Salmo 32 y el 51.
"Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre"
1. Necesitamos ser guiados por el Señor
En oriente, el pastor va siempre delante de las ovejas para descubrir los
rodales de hierba más verde y mejor; y el sendero con menos pedruscos. Y
aunque la oveja no sabe a dónde es llevada, confía en el pastor y le sigue.
"Aunque ande en valle de sombra de muerte"
Este versículo ha sido cantado por muchos creyentes en su lecho de muerte y
les ha ayudado a transformar el oscuro valle en claro día.
Las situaciones oscuras de la vida
Pero notemos que el salmista no sólo piensa en el momento de la muerte. Lo
que está diciendo es que aún en la circunstancia más sombría de la vida, que
sin duda es la muerte, aún allí tiene plena confianza en que el mismo Dios que
ha iluminado su camino durante toda su vida, también lo hará en esas
circunstancias extremas.
"No temeré mal alguno"
Alguien ha dicho que los peores males de la vida son los que no existen
excepto en nuestra imaginación. Con frecuencia la incertidumbre sobre el
futuro es más difícil para nuestra fe que la presión por algún mal presente.

Ya sea que miremos al presente o hacia el futuro, nunca debemos olvidar que
el Señor nos ama y nos cuida, y esto hará desvanecerse todo temor.
(1 Jn 4:18) "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el
temor..."
"Porque tú estarás conmigo"
Notemos el cambio de pronombre. Hasta este momento el salmista ha hablado
del Señor en la tercera persona "él", pero cuando llega el momento de
atravesar el valle de sombra de muerte, el salmista utiliza la segunda persona
"tú".
Otro cambio que percibimos es que el pastor ya no va delante guiando al
rebaño, sino que ahora se coloca al lado de la oveja para atravesar por un
lugar difícil.
"Tu vara y tu cayado me infundirán aliento"
1. La vara y el cayado
La vara era un garrote, generalmente acabado en una bola en la que se
incrustaban agudos y fuertes pinchos y se usaba para luchar contra las fieras.
Por lo tanto, tenía el propósito de defender a las ovejas.
El cayado o báculo era usado como medio de apoyo y también para guiar al
rebaño y corregir a las ovejas.
Estas dos cosas en las manos del pastor nos inspiran confianza y aliento. La
protección y dirección que como ovejas necesitamos, las encontramos en el
Señor y son simbolizadas aquí por la vara y el cayado.
2. La disciplina
A primera vista, no parece que haya mucho consuelo en la disciplina. A nadie
le gusta que le corrijan. El más leve golpecito de la vara nos duele.
Pero debemos ver en ello el amor de Dios:
(He 12:5-8) "Habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige,
diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes
cuando eres reprendido por él; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota
a todo el que recibe por hijo. Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a
hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Pero si se os
deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois
bastardos, y no hijos."
"Aderezas mesa delante de mí"
En este punto del salmo nos encontramos con un cambio de metáfora. Para
David, Dios era mucho más que su Pastor, y a continuación pasa a describirlo
como un Anfitrión que ha preparado un espléndido banquete al que el salmista
es invitado como huésped. Es imposible agotar todo lo que Dios es para el
creyente bajo los estrechos límites de una sola figura, por muy sugerente que
ésta sea.
Son bien conocidas las reglas de la hospitalidad entre los orientales en tiempos
bíblicos. El huésped no sólo era acogido en la tienda o casa del anfitrión, sino
que era agasajado admirablemente. La comida y bebida servidas con
generosidad solían ser precedidas de prácticas casi rituales; proveer agua para
que el huésped pudiera lavarse, ungir su cabeza o derramar sobre ella
ungüento, besarlo, etc. (Lc 7:44-46).
Además el huésped gozaba de la protección de su anfitrión; bajo su techo
encontraba un cobijo sagrado que ningún enemigo tenía derecho a invadir (Gn
19:5-8) (Jue 19:21-24).
"Unges mi cabeza con aceite"
La costumbre en las fiestas orientales era que el dueño de la casa diera la
bienvenida a sus invitados derramando sobre sus cabezas delicados perfumes
según iban entrando.
1. Sugiere frescura y plenitud
Comparando con otros pasajes, vemos que esta unción es un verdadero
refresco para el alma del creyente (Sal 92:10), al mismo tiempo que una fuente
de gozo (Sal 45:8), de la misma manera que su ausencia es signo de luto (2 S
14:2) y de tristeza (Mt 6:16-18).
2. Sugiere permanencia
El Nuevo Testamento también trata sobre la unción que nosotros hemos
recibido por medio del Espíritu Santo. Esta unción permanente nos confirma
que somos de Cristo.
(2 Co 1:21-22) "Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos
ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del
Espíritu en nuestros corazones."
(1 Jn 2:27) "Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en
vosotros..."
Deberíamos manifestar siempre este olor agradable de la unción que hay en
nosotros. Pero desgraciadamente, con frecuencia entristecemos y contristamos
al Espíritu Santo anulando así los efectos benditos de esta unción divina.
"Mi copa está rebosando"
El salmista considera también su copa llena a rebosar, con lo que parece
querer indicar la plenitud de las bendiciones de Dios que estaba recibiendo.
El Señor no sólo quiere darnos vida, sino "vida en abundancia" (Jn 10:10).
Aunque no debemos olvidar que para que nosotros disfrutemos de estas
bendiciones y podamos tomar "la copa de la salvación" (Sal 116:13), fue
necesario que Cristo apurara hasta el fin la amarga copa del juicio (Mt 26:42).
"El bien y la misericordia me seguirán todos los días"
El anfitrión no considera acabada su tarea cuando el banquete había llegado a
su fin. El huésped tiene que proseguir su camino, y fuera aún hay enemigos.
Por eso le ofrece una escolta de dos hombres fuertes que lo acompañen y
protejan hasta su destino.
A modo de guardaespaldas van a acompañarle "el bien y la misericordia", que
permanecerán entre él y sus adversarios, de modo que éstos nunca lleguen
hasta él.
El bien para proveernos de cuanto necesitemos en el camino, y la misericordia
para perdonar nuestros pecados.
"Y en la casa de Jehová moraré por largos días"
Como ya hemos tenido ocasión de comprobar, el salmista nos va presentando
continuamente nuevas escenas de nuestra peregrinación terrenal. Cada una de
ellas es un cuadro vivo en el que tenemos que meditar.
1. El regreso a la casa de Dios
Probablemente David estaba pensando ahora en su regreso a Jerusalén y al
santuario.
Para él la casa de Dios no era simplemente algo para la eternidad, sino una
realidad presente. Veamos cómo lo expresa en otro Salmo:
(Sal 27:4) "Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la
casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de
Jehová, y para inquirir en su templo."
Nosotros también deberíamos anhelar el comenzar a vivir así en la casa de
Dios en este tiempo.
2. Nuestra morada eterna
Probablemente David no estaba pensando en una vida inmortal en la casa
celestial de Dios. Pero la expresión es asumida por el cristiano con su mirada
puesta en la "casa del Padre", donde Cristo prepara lugar para él (Jn 14:2-3).
Ésa es la meta última al final de nuestra peregrinación en la tierra.
La fe, con los ojos puestos en tan glorioso destino, ha sostenido y alentado a
incontables creyentes a la hora de su muerte. El cristiano sabe que partir de
este mundo es ir a estar con Cristo y que con él está asegurada eternamente
su suerte.
3. La casa de Jehová
¡Qué poder tan mágico encierra la palabra hogar! Y ¿qué es lo que hace que
sea tan amada? Es el lugar donde estamos en familia, con los seres queridos.
Jesús lo expresó así: "Para que donde yo esté, allí también estéis vosotros".
Lo que nos mueve a desear la casa de Dios es fundamentalmente el deseo de
estar en la presencia de Dios y entrar en su reposo.
"4. Por largos días"
David podría estar refiriéndose a una estancia prolongada en Jerusalén, pero
también puede ser entendido como una alusión a la eternidad.
No olvidemos que somos invitados a su casa no como un visitante que está de
paso, sino como hijos que formamos parte del hogar.
¡Qué hermoso será aquel día!
Salmo 24

El rey de gloria

Salmo de David.

24 De Jehová es la tierra y su plenitud;


El mundo, y los que en él habitan.
2
Porque él la fundó sobre los mares,
Y la afirmó sobre los ríos.
3
¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
4
El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.
5
El recibirá bendición de Jehová,
Y justicia del Dios de salvación.
6
Tal es la generación de los que le buscan,
De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah
7
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
8
¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla.
9
Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
10
¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová de los ejércitos,
Él es el Rey de la gloria. Selah

Nos encontramos ante uno de los salmos más sublimes que puedan existir, su
estilo literario se enmarca dentro de un lenguaje poético único, tanto así que sé
que ha convertido en un símbolo tanto para cristianos, como para judíos.

Formando parte de la litúrgica el salmo 24 se remonta a los tiempos del rey


David y cuando este se preocupó de que el arca del pacto volviera Jerusalén,
cuando este fue llevado a la casa de Obed.

Consta de tres partes:

1) Un canto de Alabanza a Dios.


2) Los requisitos morales para presentar culto a Dios.
3) Las palabras que se cantaban cuando el arca que representaba la
presencia de Dios era llevado al santuario.

1) Dios es creador de todas las cosas.

Una de las cosas que sabía David, era que cada pueblo tenía su dios, estos les
ayudaban en sus batallas, David irrumpe en este salmo dejando en claro que
Dios, no solo era Dios de Israel, sino de toda la tierra y va mucho más allá al
afirmar que toda la plenitud le pertenece, es decir todo lo creado es de Él, ya
que como El creador según el libro de Génesis, hizo todas las cosas y por lo
tanto son de su exclusiva propiedad, nadie puede arrogarse el derecho de ser
dueño de la tierra.

Otro punto importante es que el mundo también le pertenece, hemos leído


innumerables veces que el mundo es de satanás y es verdad, él tiene derecho
legal sobre este mundo desde la caída de Adán en el jardín del edén, sin
embargo, debemos de resaltar que a pesar de todo el diablo no hace lo que
desea, sino lo que le es permitido por Dios, por lo tanto el único soberano del
mundo es dios.

Para terminar este versículo diciendo que todos los que le habitan le
pertenecen a Dios, sin distinción de raza, religión, creencias, etc…… toda
persona le pertenece a Dios, incluyendo los ateos que debaten de su
existencia, aun ellos le pertenecen.
El salmo sigue su curso y manifiesta que a pesar de que los hombres buscan
algo duro para fundar una casa o un edificio, Dios es tan poderoso para
fundarlo en medio de los mares y los ríos, cabe destacar que tanto el mar como
el rio eran enemigos del dios cananeo Baal.

2) Requisitos morales para prestar servicio a Dios.

La segunda parte comienza con una interrogación ¿Quién subirá al monte de


Dios? La referencia data a los tiempos de Moisés cuando este subió para
platicar con Él en medio de la zarza, sin embargo pareciera que este monte
hace alusión al monte Moriah, lugar donde el patriarca Abraham fue probado y
presento a su hijo Isaac, como sacrificio.

Es en este mismo lugar donde Dios permitió a Salomón hijo de David, edificar
su templo, el siguiente versículo da la respuesta, será aquel que esté limpio de
manos, es decir una persona íntegra y puro de corazón, el uno tiene que ver
con el acto mismo y lo otro con las intenciones que se hacen.

Los escribas y fariseos estaban acostumbrados a seguir el ritual de lavarse las


manos, sin embargo estaban lleno de odio y envidias hacia Cristo.

La palabra concluye que estas personas recibirán dos cosas del Señor:

1) Recibirá su bendición: es decir que Dios aprobara todo lo que haga y


más allá de eso, recibirá regalos que solo los hijos de Dios pueden
acceder.
2) El siguiente punto tiene que ver con la justificación, ya que sabemos que
nadie por sus obras o su pureza será justificado, pero si yo deposito mi
fe en el creador y creo que él es fiel y justo para justificar al pecador y
vivió una vida recta y agradable delante de Él, no puedo esperar más,
sino que su justificación.

3) La llegada triunfal del gran Rey

En los tiempos medievales y parece ser también en el de David, los reyes eran
recibidos con grandes y sonoras ovaciones, sobre todo cuando venían de
ganar una guerra, se cree que esta parte del Salmo hace alusión al arca del
pacto y como este llego con grandes vítores al santuario.

Dios no solo como Creador, sino como Rey es digno de merecer toda la
alabanza.

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