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Anales Acad. Nac. de Ing. Buenos Aires, Tomo III (2007): pp. 267 - 272
de una deficiencia grande en el criterio de lo que es una planificación del uso del
suelo; tenemos normas, planificadores, técnicos, pero no hay sólida voluntad de
aplicar los esquemas de planificación y ordenamiento del territorio, a pesar de
que esto es un instrumento de gestión reconocido en la Ley General del Medio
Ambiente. A nivel técnico y a nivel de discusión de la agenda, desde la ciencia
y de la academia, es unánime la opinión de que el ordenamiento del territorio
es el primer eje por donde pasa una buena política ambiental.
Otro tema que muchas veces de soslaya, cuando se habla de la basura, es
la incidencia de los presupuestos municipales. Cuando uno mira el porcentaje
de la incidencia en la gestión de residuos y en los gastos de los municipios, nos
damos cuenta de la envergadura que tiene.
Otra constante: por ejemplo, los sociólogos tendrían que analizar por qué los
residuos van de la mano del agua, en tantos lugares de la Argentina. Esto está
diciendo algo serio, de cómo valoramos los recursos. Entre otros, por ejemplo en
la Provincia de Buenos Aires –Río Baradero, Reconquista–, Provincia de Santa
Fe, Provincia de Santa Cruz, los vertederos son operados por los municipios en
forma precaria; éste es un problema en toda la Argentina.
Los problemas que por alguna razón se dan en forma conjunta, agua, mar-
ginalidad, pobreza. Esto se vio, por ejemplo en la inundación de hace cuatro
años en las afueras de la Ciudad de Santa Fe.
La importancia que tiene la gestión de residuos en la agenda política por
lógica se debe traducir en la parte legislativa, relacionado con la incidencia de
los presupuestos municipales –36% del mismo– en los partidos del conurbano:
aseo urbano, limpieza de espacios verdes, etc.
En los municipios con mayor poder adquisitivo, con niveles de ingresos distin-
tos, disminuye la incidencia; a mayor nivel de ingreso, incide menos en la gestión
de residuos, caso de las Municipalidades de San Isidro y Vicente López.
En el Área Metropolitana, la gestión de residuos ha entrado en una suerte
de crisis, que se acentuó en el período 2000-2002. El modelo que se había ar-
mado hace más de tres décadas, los llamados modelos de gestión regional, fue
una visión de avanzada en su momento, pero hoy en día empiezan a entrar en
crisis por distintas razones. No hay que olvidarse que, a pesar que está tan de
moda “pegarle” al CEAMSE y a los rellenos sanitarios, en su momento generó
un gran avance sobre los incineradores en la ciudad de Buenos Aires o las
quemas y basurales a cielo abierto.
Hoy en día, los rellenos sanitarios entran en una suerte de crisis, se co-
mienza a discutir técnicas y costos competitivos como alternativa. Hoy por hoy,
en el caso de la Argentina, no hay muchas alternativas al relleno sanitario, sí
incorporar el principio de la gestión integral, pero no se puede prescindir de
SEMINARIO “DISPOSICIÓN DE RESIDUOS SÓLIDOS EN EL ÁREA METROPOLITANA” 269
Conclusiones
• La basura no va a desaparecer.
• Exigen inversiones en infraestructura.
• Mito común: no hay normas. No es cierto, hay normas, hay una ley de
presupuesto mínimos a nivel nacional, distintas provincias han sancionado
normas, la Provincia de Buenos Aires tiene lo suyo.
Todos los esquemas de la política y éstos son los principios que les mencio-
naba antes que están en la ley general del ambiente, todos éstos son de carácter
obligatorio; a la hora de definir políticas y decisiones públicas, el decisor público
necesariamente tiene que tomar en cuenta estos principios en el momento de
tomar decisiones y esto es un esquema de razonabilidad.
El principio de progresividad, de responsabilidad, el de la solidaridad, el
de la sustentabilidad y de la cooperación. Si uno hace una interpretación desde
el sentido común de todos éstos, creo que es muy fácil definir una política de
gestión integral de residuos en forma viable.
No hay política ambiental gratuita, esto es otro mito que está muy in-
corporado en la calle y entre la ciudadanía. Una política ambiental implica
inversión, implica gastar recursos, implica esfuerzos y la gestión integral de
residuos cuesta dinero y requiere esfuerzo. En la medida en que no queramos
aceptar esto, hay cuestiones que no vamos a resolver; hay que tener presente
lo referido al presupuesto de los municipios destinado a esto.
La calidad ambiental tiene precio y los recursos naturales escasos tienen
valor, algo que creo que los argentinos tenemos que aprender de una vez por
todas. Esto de vivir suponiendo que la naturaleza es un bien libre, es algo que
a medida que pasa el tiempo es cada vez menos libre.
Falta voluntad política y visión estratégica para diseñar y aplicar las so-
luciones.
No hay soluciones fáciles, sólo opciones inteligentes y creo que para el caso
de los residuos es absolutamente así.