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POSDOCTORADO EJECUTIVO
ASIGNATURA
PERSPECTIVA DE GÉNERO Y VICTIMOLOGÍA
ENSAYO
5 DE ABRIL, 2019
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médicas totalmente diferentes, con poca o nula información al respecto del ejercicio
de los derechos.
Como es una actividad común en los hospitales en aras de la buena práctica
médica, y a pesar de tener una ley que proteja a estas víctimas, el paciente queda
días aislados, con incertidumbre y ansiedad, ingresado en las salas, sin historias
Clínicas o toma de laboratoriales que fundamenten diagnósticos de peligrosidad o
riesgo, con terapéuticas insecuenciales e incompletas en contenido, menores de
edad sin familiares a los que no se informa de manera oportuna veraz y confiable,
pacientes con dietas extremas marcadas por una supuesta normatividad, en un
franco atentado a su vida, situaciones de privación de libertad al no permitir la alta
del paciente haciendo énfasis en su condición, falta de médicos de guardia,
anestesiólogos y más pretextos burocráticos, situaciones reales que dan veracidad
y sustentan lo relatado por la protagonista de la historia, y que sin justificación se
caen en prácticas con faltas graves de protección a los derechos, como falla a la
confidencialidad, a la intimidad, con tratados crueles y degradantes, discriminación,
privación de la libertad y tortura. Acciones, omisiones, negligencias, e inobservancia
de toda norma reglamento y mucho menos derechos humanos y respeto a
decisiones de autonomía de cada paciente. Falta de capacitación, interés,
ignorancia, machismo, complementan y enriquecen las acciones de violencia de
género que se acentúan hacia la mujer vulnerable y vulnerada, con duelos a la
perdida de salud, autonomía y libertad de decisión etc. que no alcanzan a visualizar,
menos a resolver, situación no comprendida y minimizada ante la burocratización e
indiferencia de funcionarios públicos, pero también en hombres y mujeres, actores
médicos si conciencia, anónimos al ajuste de cuentas pero que de manera
inhumanizada tiene relación de complicidad acrecentando el atentando a derechos
fundamentales de cada paciente, cobros indebidos en hospitales públicos, todo
esto, claramente reflejado en la situación de Paulina y descrito parcialmente en los
videos que hace relatoría de sus dos internamientos, sin contar con la manipulación
ventajosa de los consentimientos informados y las actitudes inquisitivas al ordenarle
a los pacientes firmen hojas de alta, deslindando a las instituciones y al personal
médico de cualquier maltrato físico psíquico a su persona, dejando a estos ante la
más completa indefensión jurídica y alejados de la protección de la ley.
No pretendo presentar un panorama catastrófico, si no, visualizar en cada mujer, la
situación que atravesó Paulina, para no seguir cometiendo errores en lo más
posible, el trabajo al margen de los contenidos de la ley, también es una lección
impórtate, primero para conocer y reconocer los puntos de riesgo en cada caso a
manera general, pero con variables como lo es la individualidad y necesidades de
cada mujer.
Son claras las fallas de garantía en la protección de identidad y datos, originan falta
de seguridad y vulneran ante la amenaza e intimidación, tanto personal como parte
del derecho de acceso a la justicia, plasmado en la Ley a que estamos haciendo
alusión.
La violencia contra Paulina se plantea como un acto sistemático y estructural. Las
contemplaciones legales se ven obstaculizadas si quienes tienen que ejecutarlas,
son los victimarios, nacidos en un ambiente hostil y machista, donde a la mujer que,
empoderada defiende sus derechos sexuales se convierte en motivo de ataque
social en reflejo a las historias personales y culturales.
“Se tiene derecho a la reparación integral, oportuna, plena integral y efectiva por el
daño que ha sufrido…dice la Ley, y ésta, comprende devolver a la víctima a la
situación anterior a la comisión del delito, situación nada más lejana de la realidad
y que mujeres que han vivido violencia sexual, lo mencionan y lo viven.
Si se tiene que evaluar los efectos sufridos por el hecho, los prejuicios y perdidas,
realmente los estados no proporcionan medidas que garantizan la no repetición
incluso a largo plazo, por el mismo victimario, ni la restitución al tejido cultural y
social. Paulina recibe en el marco de reaparición oportuna y efectiva por el daño
sufrido, y mediante el cumplimiento de los acuerdos de solución amistosa más de
cinco años después, apoyo económico, en servicios de salud, educación, apoyo
psicológico, situación no visualizada en los videos por razones obvias de relación
de tiempo, pero nos hace cuestionarnos de la oportuna intervención, ¿De igual
manera sin las recomendaciones no tuviera derecho a salud, educación y vida digna
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con oportunidades como parte de las obligaciones del estado hacia ella y todas las
mujeres violentadas?.
Para que las medidas de reparación integral sean eficaces, se tendrían que medir
sus resultados a corto mediano y largo plazo, sin embargo, no hay un seguimiento
formal de cumplimiento en la integración de la víctima de delito sexual y su hijo a la
unidad familiar y sociedad, en medidas de rehabilitación en servicios sociales, o en
reparación de daño molar o perjuicios, que podamos medir y demostrar como
realmente funcionales.
Es importante trabajar con la víctima en parámetros que nos marca la ley, sin
embargo, son hechos que no deben de presentarse, las vidas de mujeres como
Paulina y las demás que actualmente siguen el mismo camino de injusticias, cambia
irreparablemente, empoderarlas e incluirlas, es una responsabilidad de toda la
sociedad, así como propiciar cambios culturales y capacitación en el conocimiento,
reconocimiento y aplicación del ejercicio de los derechos hacia las niñas y mujeres
principalmente, ya que estas son las que gozan de menos herramientas para su
defensa en una sociedad de origen machista, discriminatoria y sin educación sexual.
Este caso, si bien jurídicamente trajo planteamientos, las mujeres continúan siendo
víctimas sistemáticas del sistema dentro de las instituciones, es necesario modificar
continuamente programas que fortalezcan acciones dirigidas el trato digno y eficaz
en la protección y tratamiento a la víctima, a parte de la ley.
La presencia de la ley nos hace tener presente la normatividad actual en la que las
actuaciones jurídicas debieran ser más claras y apegadas al ejercicio de los
derechos humanos y sexuales de cada persona, pero en la práctica, nos hace falta
más conocimiento, conciencia, humanismo, cultura y equilibrio social en todos los
grupos.