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Caminando sobre terreno resbaladizo

La investigación de los pueblos nativos en la era de la incertidumbre


Introducción
Linda Tuhiwai Smith

Los espacios que existen entre las metodologías de investigación, los principios
éticos, las regulaciones institucionales y los sujetos humanos, como individuos y
actores organizados en comunidades, constituyen un terreno resbaladizo. Se
trata de un terreno complicado y cambiante que puede jugarles malas pasadas
tanto a los investigadores como a los sujetos investigados. Por lo general, los
investigadores cualitativos aprenden a reconocer este terreno y a negociar con
él de diversas maneras.

Las dificultades epistemológicas de la investigación (en lo que respecta a sus


paradigmas, sus metodologías y su impacto) tienen un rol significativo en el
proceso de transformar esos espacios en zonas ricas de matices; estos espacios
son, al mismo tiempo, lugares de peligro para el viajero cualitativo desprevenido.

Para dar un ejemplo concreto, la búsqueda de nuevos conocimientos científicos


y tecnológicos nos ha planteado la cuestión de qué es lo que consideramos
científicamente posible y éticamente aceptable.

El discurso del descubrimiento habla a través de la globalización y la


mercantilización del conocimiento. Los que «cazan, corren y acumulan», sin
duda, quieren ganar. Pero hay más: merodeando en los rincones, existen fuerzas
conservadoras que intentan desestabilizar cualquier acción orientada hacia la
justicia social que se forme en ese terreno resbaladizo. Estas fuerzas no toleran
el debate público, desaprueban las visiones alternativas y no tienen ningún
interés en la riqueza o la complejidad de la investigación cualitativa. Lo que
exhiben, más bien, es una nostalgia por el regreso de un paradigma de
investigación simple, acorde con su ideal de una vida igual de «simple».

Con frecuencia, estas corrientes complejas se cruzan y son experimentadas en


comunidades específicas que se encuentran en los márgenes de una sociedad.
Algunas comunidades indígenas constituyen ejemplos de grupos que han sido
históricamente vulnerables a la investigación y que, en muchos sentidos,
continúan siéndolo. Por otro lado, estas comunidades también han sido capaces
de resistir como grupo y han podido reformular la investigación según sus
intereses.

La investigación indigenista y los espacios desde los que habla

Los pueblos indígenas pueden ser definidos como el conjunto de aquellos


sujetos que fueron testigos de la modernidad y del imperialismo, fueron excluidos
de estos fenómenos y los sobrevivieron. Los indígenas· vivieron el imperialismo
y el colonialismo del período moderno que comenzó con la Ilustración.

Hoy, continúan siendo diferentes desde el punto de vista cultural, sus lenguas
nativas y sus sistemas de creencias todavía siguen en pie. Estas comunidades
constituyen hoy minorías dentro de territorios o regiones sobre las que alguna
vez ejercieron soberanía. Algunas comunidades indígenas todavía conservan la
soberanía, pero sobre Estados tan pequeños que no les otorgan ningún poder
sobre sus propias vidas, pues están sujetos a los caprichos y las presiones de
Estados más grandes y poderosos. Algunas comunidades sobreviven fuera de
sus territorios originarios porque fueron expulsadas a la fuerza de ellos. Sus
integrantes cargan con distintas etiquetas: nativos, indígenas, pueblos
autóctonos, tribus, minorías étnicas, etcétera. Muchos grupos indígenas se unen
a nivel regional e internacional para luchar por sus derechos y su reconocimiento.

Existen, por supuesto, otras formas de definir a las· personas indígenas o


nativas, formas que provienen, en parte, de acuerdos internacionales, leyes y
regulaciones nacionales, discursos populares y delas propias identidades con
las que los oprimidos y colonizados se definen a sí mismos (Burger, 1987;
Pritchard, 1998; Wilmer, 1993). Tanto Fanon (1961/1963) como Memmi
(1957/1967) han argumentado que la categoría del Otro nativo está imbricada
con la categoría del conquistador y el colonizador. En cuanto identidades
opuestas, estas dos categorías y son complementarias. Sin embargo, Rey Chow
(1993) nos recuerda que los nativos existían con anterioridad a la «mirada» del
conquistador, y antes de que el imperialismo estableciera la imagen del «nativo»;
la existencia de los nativos precede, pues, al complejo conquistador/nativo.
Chow (1993) se refiere a la «fascinación» con los nativos como un «trabajo con
las autenticidades en peligro».
La identidad del «nativo» es algo complicado, ambiguo y, por lo tanto,
problemático, incluso para aquellos que conviven con las realidades y las
contradicciones de ser nativos y pertenecer a una comunidad colonizada y
minoritaria que aún recuerda otras formas de ser, conocer y relacionarse con el
mundo.

Por otro lado, no debemos olvidar que las comunidades nativas no son
homogéneas, no están siempre preocupadas por los mismos problemas y no
existen como grupos cómodamente aislados del mundo. Como en cualquier
sociedad, dentro de ellas existen relaciones internas de poder que excluyen,
marginan y silencian a algunos y empoderan a otros. Además, existen todavía
muchas familias y comunidades nativas e indígenas que conservan los
recuerdos ancestrales de otros modos de conocer, modos que configuran
muchas de sus prácticas contemporáneas.

Este capítulo habla acerca de ciertos espacios históricos, políticos y morales, así
como de las relaciones y conexiones que se producen entre las aspiraciones
indígenas, el activismo político, la actividad académica y otros movimientos de
justicia social y trabajo académico. En muchas ocasiones, tanto las comunidades
como los investigadores indígenas de distintas partes del planeta se han
mostrado preocupados por el «problema de la investigación», manifestando que
se consideran a sí mismos uno de los grupos «más investigados» del mundo. La
crítica a la investigación se hizo oír en la esfera pública durante la década de
1970, momento en que el activismo político indígena pasaba por un período de
reafirmación (Eidheim, 1997; Humphery, 2000; Langton, 1981; L. T. Smith,
1999). La historia de la investigación desde diversas perspectivas indígenas está
tan profundamente incrustada en los procesos colonizadores que siempre ha
sido vista sólo como una herramienta que sirve exclusivamente a la colonización
y no como una herramienta potencial para la autodeterminación y el desarrollo.

La investigación es un espacio de confrontación no sólo en el nivel de la


epistemología o la metodología sino también, en su sentido más amplio, como
actividad académica profundamente conectada con el poder. Los pueblos
indígenas están acostumbrados a ser el objeto de estudio de extraños. En efecto,
muchas de las disciplinas básicas del conocimiento están involucradas en el
estudio del Otro y la creación de conocimiento experto sobre el Otro. Sin
embargo, en los últimos tiempos los investigadores indigenistas se han
esforzado por encontrar formas de trastocar esta «historia de explotación,
sospecha, malentendido y prejuicio» de los pueblos indígenas, con el fin de
desarrollar metodologías y enfoques investigativos que privilegien el
conocimiento, las voces y las experiencias de los indígenas, así como el análisis
de sus condiciones sociales, materiales y espirituales.

Este cambio de óptica, que implicó dejar de vernos como víctimas pasivas de
cualquier clase de investigación y pasar a considerarnos activistas que se
embarcan en una lucha contra hegemónica en torno a las prácticas
investigativas, es un hecho significativo. El relato de este desarrollo ya ha sido
producido con más profundidad en otros lugares y no es exclusivo de los pueblos
indígenas: las mujeres, las comunidades de gays y lesbianas, las minorías
étnicas y otras comunidades marginadas han realizado procesos similares de
descubrimiento del rol de la investigación en sus vidas.

Por otro lado, ha habido múltiples cuestionamientos de la base epistémica del


paradigma dominante de investigación, y éstos han dado lugar al desarrollo de
ciertos enfoques que prometen un trabajo contra hegemónico. Algunos ejemplos
de estos enfoques incluyen la historia oral en forma de relatos de la clase
trabajadora, las metodologías feministas en la investigación cualitativa y
cuantitativa, el desarrollo de estudios culturales y anticoloniales y poscoloniales,
la teoría crítica de la raza y otros enfoques críticos dentro de las disciplinas.

Los teóricos críticos sostuvieron la esperanza de que la investigación pudiera


conducir a la justicia social y a la emancipación de los grupos oprimidos si aquélla
comprendía y abordaba las relaciones desiguales de poder.

El proceso descolonizador que viene ganando espacio en la investigación se


involucra en luchas múltiples que tienen lugar en emplazamientos diversos.
Implica la deconstrucción o el desarmado del imperialismo y del colonialismo en
sus formaciones antiguas y nuevas, junto al reclamo por un conocimiento, un
lenguaje y una cultura, así como la búsqueda de soberanía y transformación
social de las relaciones coloniales entre el nativo y el colonizador.
Cuadro 4.1 Sustratos corporativos de la investigación

• Fundamentos, genealogías y disciplinas del saber que definen sus metodologías


y sus sistemas de clasificación y representación
• Incrustación histórica en el imperialismo, la producción del conocimiento y el
desarrollo de la ciencia
• Culturas y subculturas de sus instituciones e infraestructuras
• Comunidades de ideas afines o académicos de formación, órganos reguladores y
asociaciones de investigación
• Modos en los que la investigación se regula y se inscribe a través de las nociones
de ética, comités de ética, y códigos de conducta
• Prácticas de información y publicación de financiación nacional e internacional y
sus conexiones con objetivos particulares
• Organismos
• Modos en los que algunas formas de investigación legitiman ciertas formas de
conocimiento y mantienen la hegemonía o ciertos mitos dominantes
• Cadena de distribución de los beneficios de la investigación
• Intersección de la investigación con los diseños de políticas y el diseño e
implementación de intervenciones.

El proceso de transformarse en un investigador indigenista es similar a la


descripción que realiza Maxine Green (2000) sobre el modo en que los artistas
de los márgenes re-imaginan el espacio público: «Resistiendo mientras se
transforman, nombrando aquello que se interpone en el camino, uniéndose para
superar los obstáculos, las personas encuentran las clases de identidades que
están creando» (pág. 301).

Los investigadores indigenistas se están «transformando» en una comunidad de


investigación. Se han conectado más allá de las fronteras para dialogar y
conversar, y en sus escritos resuenan historias y problemas comunes. Por otro
lado, estos investigadores también escriben sobre el modo en que la
investigación indigenista debe desarrollarse.
Basándose en las declaraciones previas de Ward Churchill (1993) sobre el
posicionamiento indigenista, el académico aborigen de Australia Lester Rigney
(1999) ha postulado un enfoque indigenista de la investigación que gira en torno
a tres principios: la resistencia, la integridad, política y el privilegio de las voces
indígenas. Al igual que otros investigadores indigenistas, Rigney relaciona fa
investigación con la liberación y con la historia de la opresión y del racismo, y
postula que la investigación debe estar al servicio de las luchas políticas por la
m liberación de los indígenas; también debe buscar el desarrollo, la
reconstrucción de estructuras de liderazgo y de gobernanza, el fortalecimiento
de las instituciones sociales y culturales, la protección y la reconstrucción de
entornos naturales y la revitalización del lenguaje y de la cultura.

La mayor parte de los investigadores indigenistas estarían de acuerdo con la


acción de que sus investigaciones validan un enfoque definido desde la ética y
la cultura que hace posible que las comunidades indígenas teoricen sobre sus
propias vidas y conecten sus historias pasadas con sus vidas futuras (Marker,
2003 ).

Puede sostenerse que los investigadores que emplean un enfoque kaupapa


maorí están utilizando conscientemente una serie de argumentos, principios y
marcos de trabajo que se relacionan con el propósito, la ética, los análisis y los
resultados de la investigación.

Se trata de un enfoque particular establecido para generar una diferencia positiva


en favor del maorí, un enfoque que incorpora un modelo de cambio o de
transformación social, que privilegia el conocimiento y los modos de ser máoríes,
que entiende el compromiso con la teoría y con la investigación empírica como
una tarea significativa, y que establece un marco para organizar, y llevar a cabo
y evaluar la investigación maorí.
La investigación indigenista incluye también una crítica de las «reglas
procedimentales» en relación con la investigación, del modo como se financian
los proyectos y del desarrollo de estrategias que abordan preocupaciones de la
comunidad respecto de los supuestos, la ética, los propósitos, los
procedimientos y los resultados de la investigación. Estas estrategias, a menudo,
han tenido como resultado preguntas innovadoras relacionadas con la
investigación, nuevas metodologías, nuevas relaciones, análisis profundos del
investigador en contexto, así como análisis, interpretaciones y producciones de
significado que han sido enriquecidos por los conceptos y la lengua indígena.

La investigación, al igual que la educación, que había sido en


su momento una herramienta de la colonización y la opresión, empieza a ser
vista muy gradualmente como un medio potencial para reclamar a las lenguas,
a las historias y al conocimiento que encuentren soluciones a los impactos
negativos del colonialismo y que le den voz a un modo alternativo de conocer y
de ser.

La investigación indigenista desafía a la institución corporativa de la


investigación, le exige que modifique su visión del mundo, que confronte su
pasado y que lleve a cabo cambios.
Cuadro 4.2 Estrategias para el fomento de la construcción de la capacidad
de investigación indigenista

• La capacitación de indígenas como investigadores o investigadoras


• El empleo de indígenas como investigadores o investigadoras
• La participación, por parte de indígenas, en una amplia serie de proyectos
de investigación que utilicen diferentes tipos de enfoques y de metodologías
• La generación de preguntas de investigación por parte de las comunidades
• El desarrollo de metodologías indigenistas de investigación
• El desarrollo de protocolos de investigación para el trabajo con las
comunidades
• El apoyo de variados individuos y comunidades en la toma de decisiones
basadas en la investigación
• La creación de organizaciones de investigación indigenista
• Presentación de su investigación por parte de los investigadores indígenas
a otros investigadores indígenas
El compromiso y el diálogo entre comunidades e investigadores indígenas y
no indígenas

La investigación de lo nativo en la economía del conocimiento

El conocimiento es una mercancía clave en el siglo XXI. Entendemos esto a nivel


del sentido común, como el efecto de vivir en la era de la globalización, aun
cuando esto también sea una expresión de las consecuencias de la vida en la
era posindustrial, la era de la información y la posmodernidad.

En la visión económica neoliberal de la globalización, el mercado moldea y


determina la mayor parte de las actividades económicas (si no todas). El
neoliberalismo está lejos de ser simplemente una teoría económica; sus
partidarios han utilizado su acceso al poder para intentar reformar todos los
aspectos de la sociedad, incluyendo las relaciones entre el Estado y la sociedad.

La importancia de la agenda neoliberal para la investigación en ciencias sociales


reside en el hecho de que lo «social», la «ciencia» y la «investigación» también
han sido re-imaginadas y re-reguladas de acuerdo con las ideologías
neoliberales. La economía del conocimiento es un lugar en el que se cruza esta
re-imaginación y esta re-regulación de lo social, de la ciencia y de la
investigación. Al igual que ocurre con otras estrategias de poder, son a menudo
las comunidades marginadas y silenciadas de la sociedad las que experimentan
lo más duro y cruel de los eslóganes y de los cambios materiales en sus vidas.
«Economía del conocimiento» es un término utilizado por hombres de negocios,
tales como Thomas Stewart (1997), para definir los modos en que los cambios
en tecnologías como Internet, la eliminación de barreras para viajar y comerciar
y el giro hacia una economía posindustrial han creado condiciones en las cuales
el contenido de conocimiento de todos los bienes y los servicios apuntalará la
creación de riqueza y determinará las ventajas competitivas.
En este contexto, los productos de conocimiento nuevo y único se convierten en
objetos altamente cotizados de deseo capitalista. El conocimiento indígena,
alguna vez negado como ciencia por considerarse irracional y dogmático, es una
de esas nuevas fronteras del conocimiento. Los esfuerzos realizados por los
pueblos indígenas para reclamar y proteger su conocimiento tradicional ahora
coinciden y convergen con los intereses científicos en descubrir cómo puede ese
conocimiento ofrecer nuevas posibilidades para el descubrimiento.

Una convergencia del conocimiento indígena y de la ciencia se da en el campo


de la etnobotánica, campo en el que los botánicos y los biólogos trabajan en
estrecha colaboración con comunidades la recolección y la documentación de
plantas, remedios medicinales y otras prácticas.
La búsqueda de nuevos conocimientos no conoce límites. Es competitiva y
costosa, y sólo unos pocos pueden participar de ella. En el campo biomédico,
los avances rápidos en el conocimiento y la tecnología (por ejemplo, en las
tecnologías reproductivas y la ingeniería genética) presentan nuevos desafíos a
lo que la sociedad considera éticamente aceptable. Los temas surgidos en
relación con la clonación del ser humano, las nuevas terapias genéticas y otros
remedios y prácticas amplían nuestra comprensión acerca de lo que es la vida.
Para la investigación cualitativa, las nuevas tecnologías presentan nuevos
panoramas, nuevas actitudes para examinar y nuevos dilemas para resolver.
Para los indígenas y otras comunidades marginadas, los nuevos panoramas
presentan nuevas amenazas y riesgos en función de su capacidad para proteger
su conocimiento tradicional y la probabilidad de que los beneficios de la
investigación sean distribuidos equitativamente entre los pobres antes que entre
los ricos.

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