Вы находитесь на странице: 1из 14

EL MERCADO DE LOS “CACHARROS”1:

INCERTIDUMBRE EN LA CALIDAD Y EL
MECANISMO DE MERCADO2
George A. Akerlof

I. Introducción. – II. El modelo del mercado de automóviles usados


como ejemplo. – III. Ejemplos y aplicaciones. – IV. Instituciones
contrarrestadoras. – V. Conclusión.

I. INTRODUCCIÓN
Este trabajo relaciona calidad e incertidumbre. La existencia de bienes
de diverso grado de calidad plantea problemas interesantes e importantes
para la teoría de los mercados. Por un lado, la conjunción de calidades
diversas e incertidumbre podría explicar la existencia de ciertas importantes
instituciones del mercado del trabajo. Por otra parte, este trabajo representa
un intento para dar un marco teórico a la afirmación: “Hacer negocios en
países subdesarrollados es difícil”; específicamente, presentaré una
explicación teórica que servirá para determinar los costes económicos
asociados a la falta de honestidad. Como ejemplo de otras aplicaciones de
esta teoría, haré comentarios sobre la estructura de los mercados monetarios,
sobre la noción de “asegurabilidad”, sobre la liquidez de los bienes durables y
sobre los bienes de marca.
Existen muchos mercados donde los consumidores juzgan la calidad de
una potencial compra a través de algún tipo de estadística promedio del
mercado en cuestión. En estos casos los vendedores tienen incentivos para
vender mercancías de baja calidad, ya que los beneficios asociados a la
calidad promedio del bien afectan a todo el grupo de vendedores, y no al
vendedor individual. Como resultado, existe una tendencia a la reducción
tanto de la calidad promedio de los bienes del mercado, así como del tamaño
del mismo. Cabe mencionar que en estos mercados los beneficios privados y
sociales difieren, debido a lo cual la intervención gubernamental puede en
algunos casos aumentar el bienestar de todas las partes involucradas. O
también pueden aparecer instituciones privadas que busquen aprovechar
esta posibilidad de proveer una mejora del bienestar social. Sin embargo,

1 N. de T.: en Estados Unidos el término “lemon” (literalmente, limón) se utiliza de manera informal para denominar a los
autos de mala calidad. En esta traducción se utilizará el término “cacharro” como equivalente.
2 Título original: THE MARKET FOR "LEMONS": QUALITY UNCERTAINTY AND THE MARKET MECHANISM. Traducido por
Sebastián Bauer para el curso de Ignacio Apella de Microeconomía I (290), FCE-UBA, Buenos Aires, Marzo de 2015
estas instituciones privadas son por definición de naturaleza no atomizada,
razón por la cual es probable que puedan concentrar cierto grado de poder
de mercado – lo cual tiene sus propias consecuencias negativas.
Utilizaremos al mercado de los automóviles como un ejemplo simple
para ilustrar y desarrollar las ideas enunciadas en los párrafos precedentes.
Hemos seleccionado este mercado por su facilidad de comprensión, más que
por su importancia o realismo.

II. EL MODELO DEL MERCADO DE AUTOMÓVILES USADOS COMO


EJEMPLO
A. El mercado de automóviles usados
El ejemplo de los autos usados captura la esencia del problema
presentado en este trabajo. Cada tanto uno escucha mencionar con sorpresa
la gran diferencia de precio existente entre los autos nuevos y aquellos recién
salidos de la concesionaria. En una charla de café la justificación típica de
este fenómeno es la simple felicidad que genera el hecho de poseer un auto
“nuevo”. Ofreceremos a continuación una explicación diferente. Supongamos
que solo existen cuatro tipos de autos (Esto se supone a fines de claridad
explicativa más que de realismo). Hay autos nuevos y autos usados. Hay
autos buenos y autos malos (En Estados Unidos se los conoce como
“cacharros”). Un auto nuevo puede ser tanto bueno como malo, y
obviamente lo mismo es cierto para los autos usados.
En este mercado, los individuos compran un automóvil nuevo sin saber
si éste será bueno o si se tratará de un cacharro. Pero saben sin embargo
que con una probabilidad 𝑞 estarán comprando un auto bueno, y con
probabilidad (1 − 𝑞) , un cacharro; asumiremos que 𝑞 es la proporción de
autos buenos producidos, y que (1 − 𝑞) es la proporción de cacharros.
Sin embargo, luego de poseer el auto por un determinado tiempo, su
dueño se habrá formado una buena idea acerca de la calidad real de su
vehículo; en otras palabras, el dueño asigna una nueva probabilidad al
evento de que su auto sea un cacharro. Esta estimación resulta más precisa
que la anterior. Se ha desarrollado entonces una asimetría en la información
disponible: los vendedores tienen ahora más información que los
compradores respecto a la calidad del auto. Pero tanto los autos buenos
como los malos deberán seguir vendiéndose al mismo precio – ya que al
comprador le es imposible distinguir la diferencia entre ambos. Es evidente
que un auto usado no puede tener el mismo valor que uno nuevo – ya que si
así fuera, resultaría ventajoso vender un cacharro al precio de un auto nuevo
y comprar otro auto nuevo, con una probabilidad 𝑞 más alta de recibir un
auto de buena calidad. Por lo tanto el dueño de un auto usado de buena
calidad se encuentra en una situación incómoda. No solo no puede recibir el
verdadero valor de su vehículo, sino que ni siquiera podrá obtener el valor
esperado correspondiente a un automóvil nuevo.
Asistimos de este modo a una versión modificada de la Ley de Gresham,
ya que la mayor parte de los automóviles usados intercambiados serán
“cacharros”, y es posible que ningún auto usado bueno sea intercambiado.
Los autos “malos” tienden a expulsar a los buenos del mercado (del mismo
modo que el dinero “malo” expulsa al “bueno”). Pero la analogía con la Ley
de Gresham no está completa: los autos malos expulsan a los buenos porque
el precio de venta es el mismo; análogamente, el dinero “malo” expulsa al
“bueno” debido a que el tipo de cambio de ambos es igual. Mas los autos
malos tienen el mismo precio de venta que los autos buenos porque al
comprador le resulta imposible distinguir entre un auto bueno y uno malo;
únicamente el vendedor conoce las características de su auto. Sin embargo,
en la Ley de Gresham tanto el vendedor como el comprador pueden
distinguir entre el dinero bueno y el dinero malo, por lo cual la analogía
precedente es ilustrativa, pero incompleta.

B. Información Asimétrica

Se ha mostrado en el apartado anterior como los cacharros pueden


expulsar a los autos buenos del mercado. Pero en una situación de
naturaleza continua, con bienes de diferentes grados de calidad, pueden
desarrollarse patologías aún más graves, ya que resulta posible encontrar un
escenario en el cual los autos malos expulsan a los no tan malos, que a su
vez expulsan a los autos promedio, que a su vez expulsan a los autos no tan
buenos, que a su vez expulsan a los autos buenos, todo en una secuencia de
eventos tal que no exista mercado alguno.
Uno puede asumir que la demanda de automóviles usados depende
principalmente de dos variables – el precio del automóvil 𝑝 y la calidad
promedio de los automóviles usados intercambiados, µ, o 𝑄𝑑 = 𝐷(𝑝, µ). Tanto
la oferta como la calidad promedio µ de los autos usados del mercado
dependerán del precio, o µ = µ(𝑝) y 𝑆 = 𝑆(𝑝). Y en el equilibrio la oferta
deberá igualarse con la demanda para una calidad promedio dada, o 𝑆(𝑝) =
𝐷(𝑝, µ). A medida que baje el precio es esperable que la calidad también baje.
Incluso es posible que no haya intercambio de bienes alguno sin importar el
nivel de precios.
Un ejemplo de esto último puede derivarse de la teoría de la utilidad.
Supongamos que solo hay dos grupos de Individuos: el grupo uno y el grupo
2. Asumamos que el grupo 1 tiene una función de utilidad como la siguiente:
𝑼𝟏 = 𝑴 + ∑𝒏𝒊=𝟏 𝒙𝒊
donde 𝑀 es el consumo de los demás bienes; 𝑥𝑖 , la calidad del 𝑖 -ésimo
automóvil; y 𝑛, el número de automóviles.
Análogamente, supongamos que:
𝟑
𝑼𝟐 = 𝑴 + ∑𝒏𝒊=𝟏 𝒙𝒊
𝟐

donde 𝑀, 𝑥𝑖 , y 𝑛 se definen igual que en el caso anterior.


Deberemos realizar tres comentarios sobre estas funciones de utilidad:
(1) de no suponer utilidad lineal (digamos por medio de una función
logarítmica) nos embarraríamos innecesariamente en complicaciones
algebraicas. (2) Utilizar funciones de utilidad lineales nos permite
concentrarnos en los efectos de la asimetría de información; si utilizáramos
funciones de utilidad cóncavas tendríamos que lidiar con los efectos usuales
de la incertidumbre (asociados a la varianza del riesgo), en adición a las
particularidades que buscamos discutir en este trabajo. (3) 𝑈1 y 𝑈2 tienen
como característica particular el hecho de que la adición de un segundo auto
(o un 𝑘 -ésimo auto) aumenta la utilidad en la misma proporción que el
primer vehículo. Nuevamente sacrificamos realismo para evitar un desvío del
objeto de estudio.
Para continuar, asumiremos (1) que los individuos de ambos grupos
son maximizadores de utilidad esperada del tipo Von Neumann-Morgenstern;
(2) que el grupo uno tiene 𝑁 autos de calidad 𝑥, distribuidos uniformemente
en el intervalo 0 ≤ 𝑥 ≤ 2, y que el grupo dos no tiene autos; (3) y que el
precio de los otros bienes 𝑀 es unitario.
Llamemos 𝑌1 al ingreso de todos los individuos del grupo uno y 𝑌2 al
ingreso de los individuos del grupo 2. La demanda de autos usados será igual
a la suma de las demandas de ambos grupos. Si ignoramos las
indivisibilidades, la demanda de automóviles de los individuos del grupo uno
viene dada por:
𝒀𝟏 µ
𝑫𝟏 = >𝟏
𝒑 𝒑
µ
𝑫𝟏 = 𝟎 <𝟏
𝒑

Y la oferta de automóviles ofrecidos por los individuos del grupo uno es:
𝒑𝑵
(1) 𝑺𝟏 = 𝒑≤𝟐
𝟐

siendo la calidad promedio igual a:


𝒑
(2) µ=
𝟐

(Utilizamos la distribución uniforme de la calidad de los automóviles para


derivar (1) y (2))
De manera análoga, la demanda de los individuos del grupo dos es:
𝒀𝟐 𝟑µ
𝑫𝟐 = >𝒑
𝒑 𝟐
𝟑µ
𝑫𝟐 = 𝟎 <𝒑
𝟐

y la oferta:
𝑺𝟐 = 𝟎
Por lo tanto, la demanda total 𝐷(𝑝, µ ) es:
𝒀𝟏 +𝒀𝟐
𝑫(𝒑, µ ) = si 𝒑 < µ
𝒑
𝒀𝟐 𝟑µ
𝑫(𝒑, µ ) = si µ < 𝒑 <
𝒑 𝟐
𝟑µ
𝑫(𝒑, µ ) = 𝟎 si 𝒑 >
𝟐

Sin embargo, dado un precio 𝑝 la calidad promedio es 𝑝⁄2, debido a lo cual


no existirá precio alguno para el que haya algún tipo de intercambio: esto
aún a pesar de que a cualquier precio entre 0 y 3 haya individuos del tipo
uno que estarían dispuestos a vender sus automóviles a un precio al que los
individuos del tipo dos estarían dispuestos a pagar.

C. Información simétrica

Procederé a contrastar lo anterior con el caso en el que hay simetría de


información. Supongamos que la calidad de todos los autos se encuentra
distribuida uniformemente, x. Las curvas de demanda y oferta pueden
entonces ser escritas como sigue:
Oferta
𝑺(𝒑) = 𝑵 𝒑>𝟏
𝑺(𝒑) = 𝟎 𝒑<𝟏
Y demanda
𝒀𝟏 +𝒀𝟐
𝑫(𝒑) = 𝒑<𝟏
𝒑
𝒀𝟐 𝟑
𝑫(𝒑 ) = 𝟏<𝒑<
𝒑 𝟐
𝟑
𝑫(𝒑 ) = 𝟎 𝒑>
𝟐
En el equilibrio se cumple que:
(3) 𝒑 = 𝟏 si 𝒀𝟐 < 𝑵
𝒀 𝟐𝒀
(4) 𝒑 = 𝟐 si 𝟐 < 𝑵 < 𝒀𝟐
𝑵 𝟑
𝟐𝒀𝟐
(5) 𝒑 = 𝟎 si 𝑵 >
𝟑

Si 𝑁 < 𝑌2 entonces habrá un incremento de 𝑁⁄2 en la utilidad total respecto


al caso de asimetría en la información. (Si 𝑁 > 𝑌2 , en cuyo caso la renta de
los individuos del tipo dos es insuficiente para comprar los 𝑁 automóviles,
existirá un incremento de 𝑌2 ⁄2 en la utilidad total.)
Finalmente, deberé mencionar que si en este ejemplo los individuos de
los grupos uno y dos tienen la misma estimación probabilística acerca de la
calidad de los automóviles individuales – aunque estas estimaciones podrían
variar de vehículo a vehículo – (3), (4) y (5) seguirán describiendo el
equilibrio del mercado, con una pequeña diferencia: 𝑝 representará entonces
el precio esperado de una unidad de calidad.

III. EJEMPLOS Y APLICACIONES


A. Seguros
Es sabido que a las personas mayores de 65 años les resulta muy difícil
comprar un seguro médico. La pregunta lógica que sigue es: ¿Por qué no
cobrar una prima mayor a este grupo etario, para así igualar el riesgo con la
compensación?
Nuestra respuesta es que frente a un aumento de precio las personas
con más posibilidades de precisar asistencia médica serán las únicas en
asegurarse; los errores en los chequeos médicos, la simpatía de los médicos
para con los pacientes mayores y otros factores hacen que al interesado le
resulte mucho más sencillo que a la compañía aseguradora evaluar su riesgo
de contraer una enfermedad. El resultado de esto es que la condición médica
promedio de los solicitantes baja conforme aumenta el precio – lo cual trae
como resultado que no habrá ningún precio para el cual las compañías estén
dispuestas a vender seguro médico alguno3. Esto es idéntico al caso de los
automóviles antes expuesto, donde la calidad promedio de los autos usados
caía frente a una caída en el nivel de precios. Este resultado se condice con
la explicación del fenómeno dada por los manuales de texto sobre seguros:

3 El excelente artículo de Arrow, “Uncertainty and Medical Care” ( American Economic Review, Vol. 53, 1963) no llega
exactamente a esta conclusión. Arrow señala la existencia de un problema de “riesgo moral” más que de “selección adversa”.
En un sentido estricto, la presencia de un “riesgo moral” resulta perjudicial tanto para los seguros estatales como para los
privados; en un sentido más amplio, que incluye el problema de “selección adversa”, la presencia de un “riesgo moral” da una
decisiva ventaja a los programas estatales de seguro.
En líneas generales no existen pólizas de seguro médico para personas mayores de
65 años... las primas a pagar son tan altas que únicamente las personas más pesimistas
(que por lo general son las menos sanas) las encuentran atractivas. Se observa entonces
que existe un severo problema de selección adversa en estas capas etarias. 4

Las estadísticas no contradicen esta conclusión. Mientras que la


demanda de seguros médicos aumenta con la edad, un estudio nacional de
1956, con una muestra de 2.809 familias compuestas por 8.898 personas
muestra que la cobertura médica cae del 63 por ciento para personas de
entre 45 y 54 años, a 31 por ciento para aquellos mayores de 65 años.
Sorprendentemente, este estudio también muestra que los hombres de entre
55 y 64 años tienen un gasto médico promedio de $88, mientras que los
hombres mayores de 65 años pagan en promedio $77.5 Mientras que entre
estos dos grupos etarios los gastos no cubiertos por seguro aumentan de $66
a $80, los gastos con cobertura descienden de $105 a $70. La conclusión que
puede aventurarse es que las compañías aseguradoras son recelosas a la
hora de asegurar a las personas mayores.
El principio de “selección adversa” se encuentra potencialmente
presente en cualquier tipo de seguro. El siguiente párrafo aparece en un
manual de texto sobre seguros escrito en Wharton School:

Potencialmente, existe selección adversa en el hecho de que las personas sanas


que se encuentran aseguradas pueden decidir salir de su cobertura al envejecer, a causa
de la suba de las pólizas. Esta acción podría dejar a un asegurador con una proporción
excesiva de riesgo, y la probabilidad de intervención podría ser más alta que lo anticipado.
La selección adversa “aparece (o puede aparecer) siempre que el individuo o el grupo
asegurado tenga la libertad de comprar o no comprar el seguro, de elegir cuánto pagar o
qué plan de seguro comprar, y de salirse del seguro cuando lo encuentre conveniente.”6

Los contratos colectivos de seguro, que son la forma más común de


seguro médico en Estados Unidos, seleccionan a los individuos más sanos, ya
que un buen estado de salud es un prerrequisito para conseguir trabajo. Al
mismo tiempo esto significa que aquellas personas que más cobertura
médica necesitan son las que menos acceso tienen, dado que las compañías
de seguros realizan su propia “selección adversa”.
Esto implica un gran argumento a favor de Medicare. 7 En un análisis

4 O. D. Dickerson, Health Insurance (Homewood, Ill.: Irwin, 1959), p. 333.


5 0. W. Anderson (con J. 6. Feldman), Family Medical Costs and Insurance (Nueva York: McGraw-Hill, 1956).
6 H. S. Denenberg, R. D. Eilers, G. W. Hoffman, C. A. Kline, J. J. Melone, y H. W. Snider, Risk and Insurance (Englewood Cliffs,
N . J.: Prentice Hall, 19641, p. 446.
7 La siguiente cita, tomada nuevamente de un manual de texto, muestra que tan lejos de la competencia perfecta se encuentra
el mercado de seguros médicos:
“... las compañías de seguros deben examinar a los solicitantes. Obviamente es verdad que mucha gente busca un seguro
médico adecuado por iniciativa propia. Mas en ciertos tipos de seguro como las coberturas médicas y de accidentes, las
compañías tienden a revisar detenidamente aquellas solicitudes hechas de manera voluntaria, sin la intermediación de un
agente.” (F. J. Angell, Insurance, Principles and Practices, Nueva York: The Ronald Press, 1957, pp. 8-9.)
costo-beneficio, puede que Medicare valga la pena: es posible que se dé el
caso en el que cada individuo en el mercado esté dispuesto a comprar el
seguro y pagar el coste esperado de su Medicare, pero que ninguna
compañía pueda permitirse venderle una póliza – ya que a cualquier precio
atraerá demasiados “cacharros”. La economía del bienestar de Medicare es
desde este punto de vista exactamente análoga al usual ejemplo utilizado en
las aulas de las facultades de economía, acerca del gasto público en rutas y
calles.

B. El Empleo de Individuos Pertenecientes a Minorías


El Principio de los Cacharros también permite explicar ciertas cuestiones
sobre las posibilidades laborales de individuos pertenecientes a minorías. Es
posible que los empleadores se rehúsen a contratar a miembros de una
minoría para determinados trabajos. Esta decisión puede no estar reflejando
un comportamiento irracional o prejuicioso, sino una búsqueda de maximizar
el beneficio. Esto se debe a que la pertenencia étnica puede servir como un
buen parámetro para medir el origen social de un candidato, la calidad de su
educación, y sus capacidades laborales en general.
Una buena educación puede servir como substituto de este parámetro;
al calificar a sus estudiantes, el sistema educativo puede servir como un
mejor indicador de calidad que otras características más superficiales del
individuo. Tal como señala T. W. Schultz, “El establecimiento educativo
descubre y nutre a los talentos potenciales. Las capacidades de los
estudiantes, tanto niños como adultos, nunca pueden conocerse hasta que
son encontradas y estimuladas.”8 Es posible que un trabajador no calificado
disponga de talentos naturales muy valiosos, pero estos talentos deben ser
certificados por “el establecimiento educativo” para que una empresa pueda
permitirse pagar el costo de usarlos. Sin embargo, el establecimiento
acreditador debe resultar creíble; la poca fiabilidad que presentan las
escuelas de asentamientos informales daña las posibilidades económicas de
sus estudiantes.
Esta deficiencia puede resultar particularmente problemática para los
miembros de una minoría marginada. Esto se debe a que es posible que un
empleador tome la decisión racional de no dar puestos jerárquicos a ningún
individuo perteneciente a estos grupos– ya que le resulta difícil distinguir
entre aquellos individuos con buenas cualificaciones laborales y aquellos con
malas cualificaciones. Este es el tipo de decisión que George Stigler tenía en
mente cuando escribió, “En un régimen de ignorancia informativa, Enrico
Fermi habría sido un jardinero, Von Neumann un cajero en una farmacia.”9
Sin embargo, un corolario de lo antes descripto es que los beneficios de

8 T. W. Schultz, The Economic Value of Education (Nueva York: Columbia University Press, 1964), p. 42.
9 G. J. Stigler, "Infomation and the Labor Market," Journal of Political Economy, Vol. 70 (Oct. 1962), Supplement, p. 104.
realizar mejoras en escuelas de asentamientos informales tienden a repartirse
al grupo afectado en su conjunto – en vez de concentrarse en un individuo.
En la medida en que se pueda utilizar información adicional al grupo étnico
del aspirante, habrá algún incentivo para contratarlo.
Otra cuestión problemática estiba en que la Oficina de Oportunidad
Económica utilizará un análisis costo-beneficio para determinar la eficiencia
de sus programas. Esto presenta una dificultad debido a que muchos
beneficios pueden ser externos al programa. El beneficio de capacitar a
individuos pertenecientes a grupos minoritarios se puede observar tanto en la
mejora de la calidad laboral promedio del grupo así como también en la
mejora de la calidad laboral del individuo entrenado; y, análogamente, puede
suceder que las ganancias de dichas mejoras se distribuyan sobre el grupo
entero en vez de concentrarse en el individuo en cuestión.

C. Los Costes de la Deshonestidad


El modelo de los Cacharros también puede ser utilizado para realizar
algunos comentarios sobre los costes de la deshonestidad. Consideremos un
mercado en el que los bienes pueden ser vendidos honesta o
deshonestamente; la calidad presunta del bien puede o no coincidir con la
verdadera. El problema del comprador consiste en poder identificar la calidad
verdadera del bien. La presencia de personas que están dispuestas a ofrecer
bienes inferiores tiende a hacer desaparecer al mercado – como en el caso
de nuestros “cacharros”. Los altos costes asociados a la deshonestidad se
dan como consecuencia de lo precedente – ya que las transacciones
deshonestas tienden a expulsar a las honestas del mercado. Es posible que
haya compradores dispuestos a adquirir productos de buena calidad y
vendedores potenciales de dichos productos, ambos en un rango de precios
apropiado; sin embargo, la presencia de gente que busca hacer pasar sus
malas mercancías por buenas tiende a hacer desaparecer las transacciones
honestas. El coste de la deshonestidad estiba entonces no solo en el monto
total por el que el comprador es estafado; el coste también debe incluir la
pérdida derivada por la desaparición de las transacciones honestas.
La deshonestidad en los negocios es un serio problema en los países
subdesarrollados. Nuestro modelo da una posible estructura a este problema,
y especifica el tipo de economías “externas” involucradas. Específicamente, la
deshonestidad (o la distorsión de la calidad esperada de los automóviles)
cuesta en nuestra economía modelo ½ unidad de utilidad por automóvil; es
más, también reduce el tamaño del mercado de autos usados de N a 0. De
este modo podemos observar directamente los costes de la deshonestidad –
al menos en teoría.
Existe considerable evidencia respecto a la mayor varianza de calidad
en las áreas económicamente subdesarrolladas, respecto a las desarrolladas.
Por ejemplo, la necesidad de controles de calidad en las exportaciones y la
existencia de Corporaciones Estatales de Comercio pueden ser tomados como
indicadores de esto. Podemos citar el caso de India, donde en virtud de la
Ley de Inspección y Control de Calidad de las Exportaciones de 1963, “cerca
del 85 por ciento de las exportaciones indias estan cubiertas por algún tipo
de control de calidad.” 10 Las amas de casa indias deben examinar
cuidadosamente el arroz del bazar local para remover las piedras del mismo
color y forma que los granos, que fueron agregadas intencionalmente al arroz.
Cualquier comparación entre la heterogeneidad de la calidad en el mercado
callejero indio y los bienes enlatados del supermercado estadounidense nos
permite sugerir que la varianza de calidad es un mayor problema en oriente
que en occidente.
Un patrón tradicional del desarrollo económico es que los mercaderes
de la generación pre-industrial se conviertan en los primeros empresarios de
la siguiente generación. El caso mejor documentado de esto es Japón,11 pero
el mismo patrón también podría haberse dado en Gran Bretaña y Estados
Unidos.12 En nuestro ejemplo la habilidad más importante de un mercader es
poder identificar la calidad de la mercadería; aquellos que (en nuestro
ejemplo) puedan identificar los autos usados, y puedan garantizar la calidad
de los mismos, podrán obtener un beneficio tan grande como la diferencia
entre el precio de compra de los individuos del tipo dos y el precio de venta
de los individuos del tipo uno. Estas personas son mercaderes. Pero en el
ámbito de la producción estas habilidades son igualmente necesarias – tanto
el poder identificar la calidad de los factores productivos (o inputs), así como
también el poder certificar la calidad del producto acabado (u output). Y esto
último constituye una razón (además de las demás ya existentes) por la cual
los mercaderes tienden lógicamente a convertirse en los primeros
empresarios industriales.
Obviamente el problema de esto estiba en que la iniciativa empresarial
puede ser un recurso escaso; la no existencia de un “manual para el
desarrollo” lleva a la no unanimidad sobre el rol del espíritu empresarial.
Algunos lo tratan como un aspecto central. 13 Siguiendo esta idea, y
asumiendo que la iniciativa empresarial es una cualidad escasa, existen dos
formas por medio de las cuales las variaciones en la calidad del producto
impiden el desarrollo económico. Primeramente, las ganancias de participar
del mercado en calidad de comerciantes son excelentes para los potenciales
empresarios, razón por la cual estos terminan apartándose de la producción
en favor del intercambio comercial; en segundo lugar, cuanto mayor es la
varianza en la calidad, tanto mayor es el tiempo empresarial necesario para
10 The Times of India, Nov. 10, 1967, p. 1.
11 Véase M . J . Levy, Jr., "Contrasting Factors in the Modernization of China and Japan," in Economic Growth: Brazil, India,
Japan, ed. S. Kuznets, et. al. (Durham, N.C.: Duke University Press, 1955).
12 C. P. Kindleberger, Economic Development (New York: McGraw- Hill, 19581, p. 86.
13 Por ejemplo, véase W. Arthur Lewis, The Theory of Economic Growth (Homewood, 111.: Irwin, 19551, p. 196.
producir una unidad.

D. Mercados de Crédito en Países Subdesarrollados


(1) Muchas veces los mercados de crédito en los países
subdesarrollados reflejan fuertemente el funcionamiento del Principio de los
Cacharros. En India una parte significativa de las empresas industriales es
regulada por agencias administradoras (de acuerdo a un estudio reciente,
estas “agencias administradoras” regulaban el 65,7 por ciento del patrimonio
neto de las sociedades anónimas y el 66 por ciento de los activos totales).14
El párrafo siguiente es la descripción de un historiador acerca de la génesis y
el funcionamiento del “sistema de agencias administradoras”:

La administración del ámbito comercial del Sur de Asia quedó en manos de las
casas de comercio, y de un tipo de organización particular al Sur asiático conocida como
Agencia Administradora. A la hora de fundar una nueva empresa (como una fábrica, una
plantación, o una empresa comercial), los fundadores se ponían en contacto con una
agencia administradora consolidada. No importaba si los nuevos empresarios eran indios o
británicos, si disponían de recursos técnicos o financieros, o si meramente poseían una
concesión. En cualquier caso recurrían a la agencia debido a su reputación, ya que de ese
modo estarían fomentando la confianza en la empresa y estimulando la llegada de
inversores a la misma.15

A su vez, otro aspecto importante del ámbito industrial indio ha sido la


hegemonía que los grupos de castas (o más precisamente, comunales) han
ejercido sobre estas agencias administradoras. Como resultado, usualmente
puede clasificarse a las firmas de acuerdo a su origen comunal. 16 En un
ambiente como este, donde resulta muy posible que los inversores
extranjeros terminen siendo estafados con su inversión, se da el caso de que
o bien (1) las firmas se forjan una reputación como comerciantes “honestos”,
lo que les confiere una renta monopólica (dado que sus servicios de
honestidad tienen una oferta limitada); o (2) las fuentes de financiamiento
disponibles terminan limitándose a grupos comunales locales, que pueden
utilizar los lazos comunales – y posiblemente, familiares – para fomentar el
intercambio honesto dentro de la comunidad. En materia de historia
económica india, resulta extraordinariamente difícil poder distinguir si los
terratenientes acaudalados no invirtieron en el sector industrial (1) por temor
a invertir en empresas reguladas por otras comunidades, (2) debido a las
exageradas propensiones a consumir existentes en el país, o (3) a causa de
las bajas tasas de rendimiento de la inversión. 17 Sin embargo, resulta

14 Report of the Committee on the Distribution of Income and Levels of Living, Part I, Government of India, Planning
Commission, Feb. 1964, p. 44
15 H. Tinker, South Asia: A Short History (Nueva York: Praeger, 1966), p. 134.
16 Véase M. M. Mehta, Structure of Indian Industries (Mumbai: Popular Book Depot, 19551, p. 314.
17 Para el registro mixto de ganancias industriales, véase D. H. Buchanan, The Development of Capitalist Enterprise in India
(Nueva York: Kelley, 1966, reprinted).
evidente que las agencias administradoras británicas tendían a tener una
participación patrimonial aunque sea mininamente más heterogénea en
términos de origen comunal respecto a sus contrapartes indias, y usualmente
incluían tanto a inversores británicos como a inversores indios.
(2) Un segundo ejemplo del funcionamiento del Principio de los
Cacharros involucra las tasas de interés extorsivas que los prestamistas
locales cobran a sus clientes. En India estas altas tasas de interés se han
constituido como el principal factor causante del problema de los sin tierra; el
denominado “Movimiento Cooperativo” estaba destinado a contrarrestar la
creciente falta de tenencia de tierras, por medio del establecimiento de
bancos que compitan con los prestamistas locales.18 Mientras que los grandes
bancos de las ciudades centrales tienen unas tasas de interés preferenciales
del 6, 8 y 10 por ciento, el prestamista local cobra un 15, 25 e incluso 50 por
ciento. La respuesta a esta aparente paradoja es que únicamente se proveerá
un crédito cuando el otorgante del mismo (1) tenga un medio sencillo para
hacer cumplir el contrato, o (2) conozca personalmente las características del
prestatario. El intermediario que trate de arbitrar entre las tasas de interés
del prestamista y las del banco comercial tiende a atraer a todos los
“cacharros” y por lo tanto a registrar pérdidas.
Esta interpretación puede observarse en la explicación de Sir Malcolm
Darling acerca del poder del prestamista de una aldea:

Es justo recordar que en la aldea india el prestamista generalmente es una persona


ahorradora entre un grupo de personas principalmente poco ahorrativas; y que los
métodos de su negocio, aunque inmorales bajo los estándares modernos, se adaptan bien
a las costumbres despreocupadas del campesino. El prestamista local siempre se
encuentra disponible, incluso de noche; prescinde de las molestas formalidades, no realiza
preguntas incómodas, avanza con prontitud y, si se paga el interés, no exige el repago
pronto del capital prestado. Mantiene un trato personal con los clientes, y en muchas
aldeas comparte las penas y glorias de los mismos. Es a través de su conocimiento íntimo
acerca de quienes lo rodean que el prestamista puede financiar a quienes no podrían
obtener ningún tipo de préstamo por otro medio, sin incurrir en un riesgo excesivo por
hacerlo. [las itálicas fueron agregadas.]19

U observemos la narración de Barbara Ward:

Un comerciante de una aldea pesquera en Hong Kong me dijo: “Yo proveo créditos
para cualquiera que fondee regularmente en nuestra bahía; pero si es alguien que no
conozco bien, lo pienso dos veces, a menos que pueda averiguar todo sobre el sujeto.” 20

18 El principal referente en esta materia es Sir Malcolm Darling. Véase su Punjabi Peasant in Prosperity and Debt, 3rd ed.
(Oxford University Press, 1932).
19 Darling, op. cit., p. 204.
20 B. Ward, "Cash or Credit Crops," Economic Development and Cultural Change, Vol. 8 (Ene. 1960). reimpreso en Peasant
Society: A Reader, ed. G. Foster et al. (Boston: Little Brown and Company, 1967). Citado en p. 142. En el mismo volumen,
véase también G. W. Skinner, "Marketing and Social Structure in Rural China," and S. W. Mintz, "Pratik: Haitian Personal
Economic Relations."
O tomemos el caso de las desmontadoras algodoneras en Irán, para las
cuales una actividad secundaria muy rentable es prestar dinero para la
próxima temporada de cultivo, ya que las compañías desmontadoras
usualmente disponen de una línea de crédito de los bancos de Teheran, a la
tasa de interés del mercado. Sin embargo, durante los primeros años de
actividad es usual esperar grandes pérdidas en concepto de deudas impagas
– debido al pobre conocimiento que se tiene acerca del ámbito local.21

IV. INSTITUCIONES CONTRARRESTADORAS


Un gran número de instituciones surgen con el fin de contrarrestar los
efectos de la incertidumbre en cuanto a la calidad. Un obvio ejemplo de estas
instituciones son las garantías. La mayor parte de los bienes de consumo
durables incluyen una garantía para asegurarle al comprador un nivel normal
de calidad esperada. En nuestro modelo esto significa que el riesgo recae
sobre el vendedor en vez del comprador.
Un segundo ejemplo de una institución que contrarresta los efectos de
la incertidumbre en la calidad son los bienes de marca. Las marcas no
solamente son indicadores de calidad, sino que también le dan al consumidor
un medio de represalia en caso de que la calidad no satisfaga las
expectativas. Esto último se debe a que si la calidad del producto de marca
no es igual de buena que lo esperado, el consumidor procederá a reducir sus
compras futuras. Es usual también que los productos nuevos se encuentren
asociados a marcas de trayectoria. De ese modo se asegura la calidad del
nuevo producto al potencial consumidor.
Proveer matrículas profesionales también reduce la incertidumbre en
términos de calidad. Por ejemplo, existen matrículas para médicos, abogados
y barberos. La mayor parte de los trabajadores calificados posee algún tipo
de acreditación que indique la consecución de cierto nivel de destreza. El
diploma de estudios medios, la licenciatura, el doctorado, e inclusive el
Premio Nobel (hasta cierto punto) cumplen este rol de acreditación. Y tanto
la educación como los mercados de trabajo tienen ellos mismos sus propios
“nombres de marca”.

V. CONCLUSIÓN
En este trabajo hemos discutido modelos económicos en los cuales la
“confianza” juega un rol importante. Las garantías informales implícitas son
requisitos indispensables para el intercambio y la producción. Si estas

21 Conversación personal mantenida con un administrador de un molino, Abril de 1968.


garantías no están definidas, el comercio se verá afectado – tal como lo
indicamos por medio de nuestra Ley de Gresham generalizada. Este aspecto
de la incertidumbre ha sido explorado por la teoría de los juegos, tal como en
el Dilema del Prisionero; pero sin embargo no ha sido usual su incorporación
al enfoque más tradicional respecto a la incertidumbre de Arrow-Debreu.22 La
dificultad de poder distinguir entre buena y mala calidad es inherente al
mundo de los negocios; esta cuestión podría efectivamente explicar varias de
las instituciones económicas y podría ser de hecho uno de los aspectos más
importantes concernientes a la incertidumbre.

University of California, Berkeley


Indian Statistical Institute – Planning Unit, New Delhi

22 R. Radner, "Équilibre de Marchés à Terme et au Comptant en Cas d'Incertitude," en Cahiers d'Econometrie, Vol.
12 (Nov. 1967), Centre National de la Recherche Scientifique, Paris.

Вам также может понравиться