Вы находитесь на странице: 1из 3

Ojalá no entiendan que ha pasado en San Fermín

Jose Javier Mina Rodriguez

Se puede escribir sobre el encierro y su futuro incierto o sobre las corridas y su


futuro menos incierto. Sobre la obsesión de la tele por el besuqueo de medallas y el
santiguarse obsesivamente de unos tipos raros con camisetas raras. Sobre “los
castas de Pamplona” que, cual casposos sacerdotes, indican dónde, cómo y cuándo
hay que estar, pensando que sus “momenticos” son los de todos. Sobre los muchos
que curran. Sobre los que del fiestón consiguen un suculento negocio. Sobre el
alcohol, el pis o el ruido que tienen que sufrir algunos vecinos y la complejidad de
conciliar derechos, disfrutes e intereses económicos. Sobre la estupidez de quienes
rocían de vino su ropa, como si la acción les proporcionara carné de bebedores y
beber fuese un valor. Sobre los ojos aterrados de los niños bajo el kiliki. Sobre el
poderío de las adolescentes que, rebosantes de orgullo e ilusión, se asoman por
primera vez a la fiesta el seis de julio. Se puede escribir…

Pero esta vez, no. Ésta las tripas piden escribir de la violación en nuestras calles de
una chica de Madrid por parte de cinco sevillanos de los que uno era guardia civil y
otro militar profesional. Aunque no ha sido la única violación ni el único hecho de
este carácter, es el que más ha sacudido a los ciudadanos de Pamplona.

Presumiblemente, siempre han tenido lugar hechos similares, pero las mujeres no
habían tenido el valor de éstas a la hora de denunciar. Es algo que a ellas debemos
agradecer.

Ha sido admirable, y sorprendente en una ciudad desbordada de gente, la eficiencia


de los policías forales o municipales a la hora de detener a los presuntos agresores.
Igualmente ha sido admirable la respuesta de los ciudadanos acudiendo en masa a
las diferentes concentraciones de repulsa.

Nos preguntamos qué puede hacerse para que, como decía el alcalde, un 50% de la
población pueda disfrutar como el resto.

Es preciso que las víctimas denuncien. Es preciso que actúe y denuncie cualquier
ciudadano que presencie cualquier hecho. Es preciso que toda la ciudad asuma el
rechazo.

Es preciso que se juzgue a estos terroristas, que se impongan las penas más duras.
Es preciso que cuando sean condenados corra su foto en su ciudad, en su entorno.
Es preciso que sus padres y madres, sus parientes, sus vecinos, sus conocidos, sus
compañeros de trabajo… les muestren su repulsa ante semejante brutalidad. Es
preciso también que la cárcel sirva para reeducarlos. No tienen cabida en la
sociedad semejantes descerebrados.

En mi opinión es en la Educación donde, a la larga, está la salida.

Si algo es Educación, es aprender a relacionarse y entender que el compañero y la


compañera son iguales. Iguales, de verdad, creyéndolo.

Educación es aprender a relacionarse y entender al compañero o compañera, sean


chico o chica, sean simpáticos o calladitos, guapísimos o más feos que Picio;
comporten síndrome down, parálisis cerebral o ceguera; sean gordos o flacos, les
atraiga su género o el contrario, sean ricos o pobres, sean sudaneses, sirios,
gitanos, marroquíes, rumanos, afganos, chinos, andinos… españoles o vascos.

Educación es entender, comprender y asumir, pero de verdad, convencidos, que


todos somos iguales.

Muchos profesores y profesoras lo trabajan día a día. En institutos se ha trabajado


en clases de ética, educación para la ciudadanía, incluso en alguna de religión, o en
proyectos o trabajos transversales. Pero no se trata de eso.

La consecución de ese Objetivo está por encima de cualquier contenido académico,


por más que éstos sean absolutamente necesarios. Es necesaria un área,
asignatura o espacio de trabajo, de igual, o mayor, importancia que las
matemáticas, el lenguaje o las ciencias sociales, cuyo Objetivo fundamental es que
el alumno comprenda y asuma que todos somos iguales, de verdad. Objetivo que
necesariamente ha de ser evaluable, tiene que ser evaluado y, sin cuya adquisición,
nadie debería aprobar nivel educativo alguno.

Todas esas evaluaciones, revalidas, Informes PISA que manipulan, cacarean o


esconden, los ministros de educación y los propagandistas del régimen, carecen de
sentido alguno, si no evalúan la consecución por parte del alumno de este Objetivo
fundamental.

Claro, suponiendo que persigamos una sociedad justa, democrática, de personas.


Puede ser que precisamente el problema radique en que agentes muy poderosos no
pretendan, y teman, ese tipo de sociedad. Puede ser que prefieran un conjunto de
borregos carentes de sentido crítico que funcionen en las empresas.

Habría que empezar aquí en Navarra a plantear otro Curriculum. Por más que los
de siempre corrieran al inculto Wert de turno y a sus jueces para paralizar la ley, a
pesar de las competencias. También podría darse una giro copernicano en el Estado
y que se cambiara el Curriculum general. Todo es posible. En todo caso habría
muchas reticencias.

Es lógico. Si se consiguiese que esos niños que hoy bailan con los gigantes, además
de instruidos y capaces, asumiesen de verdad que todos, TODOS, somos iguales,
en unos años habría una sociedad distinta.

Esos futuros adultos no soportarían, como nosotros hemos soportado, que unos
desalmados armaran guerras con cientos de miles de muertos, infinidad de heridos,
desplazados y refugiados en países con personas iguales a nosotros y nosotras para
enriquecerse, robar gas, petróleo y coltan o dominar un espacio completamente
alejado de sus fronteras.

Esos futuros adultos no soportarían, como estamos soportando nosotros, que se


provoque la muerte en el Mediterráneo de personas iguales a nosotros y nosotras,
mientras huyen de la guerra que les hemos creado.

Esos futuros adultos no soportarían, como nosotros estamos soportando, que se


coloquen “concertinas” a personas similares a nosotros que huyen del hambre.

Esos futuros adultos se avergonzarían y renegarían de nuestros malvados


ancestros, españoles, vascos o europeos, que arrasaron las gentes que vivían en
América, trasvasaron, tras esclavizar, ingentes masas de africanos y se repartieron
el dominio extractor de Asia y África.

Esos futuros adultos no hubiesen dado un voto, como nosotros, a una mafia
corrupta que ha desmantelado la Sanidad Publica, la Educación... ha robado con
descaro, ha llenado los bolsillos de sus amigos, ha empobrecido a millones, se
reparte los puestos de grandes empresas y está dilapidando la Seguridad Social y
las pensiones.

Esos futuros adultos no entenderán cómo, en 2016, cuando ellos bailaban con los
gigantes y corrían ante Caravinagre, cinco energúmenos descerebrados pudieron
ser capaces de encerrar a una chica en un portal, violarla de uno en uno y grabar
su abominable gesta.

Con un mínimo de imaginación y empatía, lo único que uno puede experimentar es


asco y rabia.

Вам также может понравиться