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DEFINICIÓN DE ESTADO

La definición más aceptada es la de Max weber, que refiere al Estado como un cuerpo
autónomo que tiene jurisdicción territorial y monopolio sobre el uso coercitivo de la
fuerza dentro de su jurisdicción1. Esta definición contiene los elementos más
importantes del Estado tanto físicos, como el territorio y la población sobre la que se
aplica su poder coercitivo, como los no tangibles, el ideal de derecho demarcado por la
jurisdicción, el gobierno y la autonomía de éste.
John Hall nos provee de otra definición de lo que significa Estado, que es un conjunto
de institutiones enmarcadas dentro de un territorio geográficamente delimiatado, siendo
la institución más importante la que controla los medios de violencia y coerción, con lo
que el Estado monopoliza el establecimiento de normas dentro de su teritorio.2
ELEMENTOS DEL ESTADO
Para que exista un Estado es necesario la presencia de tres elementos básicos: el
territorio, el pueblo y el poder. Todos ellos tienen que coincidir en un mismo tiempo y
espacio. La ausencia de alguno de ellos motiva la inexistencia del Estado; es decir,
ninguno de los tres elementos es capaz, por sí mismo, de constituirse en un Estado.
En el presente trabajo se desarrollará el territorio como elemento constitutivo del Estado.
EL TERRITORIO
El territorio es una longitud de superficie: de tierra, subsuelo, aguasa interiores, ríos, mar
(o mares) y espacio aéreo; también los buques de guerras, aeronaves y sedes
diplomáticas en el extranjero.
Todos esos factores condicionan los linderos en los que es ejercido el sistema jurídico.
En suma, el territorio es el soporte material o “elemento físico” del Estado.
El jurista León Duguit3 opina que el territorio es aquella parte del “globo sobre la que
ejerce su poder de compulsión, organizar y hacer funcionar los diversos servicios
públicos”.
En opinión del doctor Víctor Valladolid, considera que conceptuar el territorio desde la
idea del poder con base territorial es reduccionista. De modo que está a favor de una
posición más relativista en que se conciba la relación poder – territorio como un referente
no determinante. No obstante los diversos factores geográficos que influyen en el poder,
estos tiene la capacidad como para anular completamente la voluntad o el quehacer
histórico de los hombres.
El territorio desde el aspecto jurídico, es el espacio sobre el que se levanta la comunidad
Estado, significa el espacio en que el poder del Estado puede desenvolver su actividad
específica, o sea la del poder público. De acuerdo a Jhon Hall, no hubiera sido posible
para el Estado incrementar su poder si el poder ideológico y militar no se hubiesen
territorializado. He aquí la importancia del territorio para el Estado.
Aquella extensión territorial es la garantía de que ha de ser posible al Estado llevar a
cabo por completo la realización de sus fines.

1
Clarke, Paúl Barry. ‘State’. In Barry Clarke, Paul and Andrew Linzey (eds), Dictionary of Ethics, Theology
and Society (London, New York, Routledge, 1996) pag. 792.
2
Hall, Jhon A. & G. Jhon Ikenberry. El Estado. Madrid: Alianza Editorial. 1993, pág. 11
3
DUGUIT, León, Manual de Derecho Constitucional. Madrid: Librería Española y Extranjera, 1926.
El concepto del territorio de un Estado surge en relación con la problemática sobre la
validez de las normas jurídicas en el espacio. Es la teoría del Estado en donde el
concepto de territorio ha tomado su origen y su legitimidad teórica. Sin embargo, en
relación con cualquier conjunto de normas surge el problema de la determinación de su
ámbito de validez espacial. El derecho internacional tiene su problema espacial, aunque
al mismo no se le denomine usualmente con la palabra ''territorio'', la cual se ha
reservado fundamentalmente para las organizaciones de carácter público, como el
Estado, los municipios, etc.
En “la teoría tradicional”, el territorio es un elemento esencial del Estado, en virtud de
que, sin él, no se puede concebir. No obstante, que es la tesis tradicional y dominante;
debemos anotar que en contra de ella existen opiniones muy respetables, justamente
las de Kelsen y Duguit, que sostienen que el territorio como espacio, no es elemento
esencial del Estado, o en otros términos, que puede existir el Estado sin necesidad de
un territorio determinado y concretamente localizado en un espacio de Tierra; no es que
conciban estos autores la posibilidad de que el Estado exista sin un asiento, sino que
niegan la necesidad de que ese asiento se encuentre fijamente determinado, ya que
puede desplazarse, sin que sea necesario concebirlo como tal.

Para Duguit, “El territorio no es un elemento indispensable para la formación del Estado.
Yo quiero decir que se puede muy bien concebir que una diferencia política se produzca
en una sociedad que no está fijada sobre un territorio determinado. En el sentido general
de la palabra habrá, sin embargo un Estado. Pero las sociedades civilizadas modernas
se hallan fijadas sobre un territorio determinado y la acción de los gobernantes se
extiende en un territorio determinado. Bajo el imperio de las necesidades prácticas del
Derecho internacional público ha formulado reglas relativas a la separación de los
territorios sobre los cuales se extiende la acción de los diversos gobiernos.”

El territorio es necesario; y que en los Estados modernos no se puede concebir un


Estado sin territorio. Cuando en ciertas condiciones, sobre todo bélicas, se afirma que
existe un gobierno en el exilio; el caso del gobierno del general De Gaulle y de otros
muchos en la pasado guerra mundial, puede haber gobierno, más no Estado. Para
puntualizar la cuestión, podemos considerar las ideas del tratadista argentino Bielsa,
oportuno en esta ocasión: El Territorio (concepto geográfico) es también elemento
espacial del Estado actual, a diferencia de lo que era en el Estado rudimentario y
nómada; para que el pueblo constituya un elemento del Estado, debe permanecer en
su sede; de no ser así, no aseguraría (en la comunidad internacional) su defensa
respecto a los demás pueblos, no podría mantener el orden interno, ni aprovechar las
riquezas de la tierra, ni organizar los servicios colectivos. El territorio es, por eso,
substratum material del Estado. Siendo, pues, limitado en el espacio el poder de todo
Estado, esta limitación es la determinada por el territorio sometido a su imperio o
soberanía. Según esto puede definirse el territorio, de una manera general, como “el
espacio dentro del cual el Estado puede ejercer su potestad jurídica y su actividad
social”.

En términos parecidos, Hans Kelsen, más modernamente nos ha dicho que “el territorio
es el ámbito de validez jurídica del Estado”

La situación del Estado, respecto del territorio, es muy distinta a la que tienen los
particulares respecto de la propiedad privada, cuyo origen se encuentra en el Estado.
Por tanto, el elemento territorio es objeto del poder, con conceptos diversos, el imperium.
Aquí entra el término usado por Burdeau quien considera al territorio como “un cuadro
de competencia y un medio de acción. “Precisamos lo anterior por que la relación entre
el Estado y el territorio no es una relación de dominio, no se trata de un derecho real,
como se dice en Derecho civil, sino de un “derecho real institucional”, según sostiene
Burdeau, o sea, si se quisiera hacer una similitud con los conceptos civilistas de un
derecho público real. De ahí el interés de la aceptación que Burdeau hace a las ideas
de Jean Dabin: El Estado procede de la asignación de un sueldo a un pueblo, la
institución estatal no tiene por qué despreciar este medio que le es proporcionado para
realizar la idea de derecho que en ella encarna. En este sentido existen
incontestablemente entre la tierra y el poder un nexo institucional. Sin embargo, sobre
un bien material este vínculo no debe confundirse con el que traduce la propiedad por
qué sirve a intereses bien diferentes en cuanto a su naturaleza y a su extensión. Es,
pues, un derecho real de naturaleza particular cuyo contenido se determina por la
exigencia del servicio de la institución.

Así pues, podemos concluir que el espacio en el que tiene validez un orden normativo
no debe concebirse como la superficie terrestre, es decir, como un plano, sobre el cual
se asienta el Estado. La conducta regulada jurídicamente tiene lugar tanto en el plano
de la superficie terrestre, como en el espacio aéreo y en el subsuelo. Por lo tanto el
territorio estatal es un espacio tridimensional; no solo tiene longitud y latitud, sino
también tiene profundidad.
CARACTERÍSTICAS
Las características que definen al territorio, conforme lo cita el doctor Víctor Valladolid
Zeta4 son las siguientes:
- Unidad: desde un criterio político, el territorio es uno solo. Aun no se produzca
continuidad geográfica, tal como sucede con ciertos países que, dentro de su
soberanía, abarcan islas; o que su jurisdicción incluye territorios que se
encuentran ubicados de manera discontinua, ya sea dentro del mismo continente
o incluso fuera de él.
- Indivisibilidad: es decir, que no es posible la cesión del total ni de las partes que
conforman el territorio nacional.
- Inalienabilidad: tiene que ver con un contra-argumento histórico respecto de la
concepción patrimonialistas, la que conceptuaba al territorio como propiedad del
príncipe.
- Impenetrabilidad: es decir, que el Estado es el único que tiene potestad soberana
o jurisdicción sobre el territorio, de este modo la injerencia de un país extranjero
queda completamente descartada. Al respecto, el doctor León Duguit anota que
un gobierno extranjero “no puede oponerse al libre ejercicio de la actividad
gobernante en este territorio, y si lo hiciere, violaría las reglas del Derecho
Internacional, o lo que se llama el principio de no intervención”.
A la regla de impenetrabilidad del territorio de un Estado pueden oponerse las
siguientes excepciones: que el Estado en cuestión se encuentre en fuerza de un
condominio o un co-imperium, en el cual sea posible varios Estados ejercer
sobre el mismo territorio una soberanía común; mediante los actos unilaterales
o bilaterales del derecho internacional que permiten a un Estado formar o
autorizar a otros para llevar a cabo actos de soberanía en un territorio, esta
limitaciones descansan en la voluntad del Estado y por consiguiente no aminoran
su soberanía; finalmente por ocupación militar el territorio de un Estado puede
ser controlado por otro en su totalidad o en una parte.
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES

4
VALLADOLID ZETA, Víctor, Introducción al Derecho Constitucional, Editora Jurídica GRIJLEY, Lima, 2007.
Como principios fundamentes tenemos: Dominium e imperium. Estos garantizan el
ejercicio del dominio sobre lo existente dentro del territorio del Estado. Por cierto, el
imperium es ejercido por el estado dentro de los límites del territorio. En palabras de
jurista León Duguit, el territorio “es el límite material de la acción efectiva de los
gobernantes”.

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