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La filosofía, como toda ciencia, tiene, que duda cabe, una historia, su historia, en la doble
acepción que el término implica:
a) Tanto como serie temporal del acontecer.
b) Y, en cuanta exposición de carácter científico.
En tanto serie temporal es necesario y conveniente precisar no solo el tiempo, sino también
el o los lugares donde se habría originado la Filosofía o se habrían producido los primero
escareos y divagaciones o, en otras palabras, se habría iniciado la búsqueda de respuestas
racionales a los problemas e interrogantes que la realidad natural y social le planteaba al
individuo humano y si estas respuestas fueron originales. Esta reflexión nos conduce a
conocer el significado de los vocablos origen y originalidad.
La palabra Origen, procede del latín origen – ginem, que significa procedencia, comienzo,
causa, raíz y tiene como sinónimos las siguientes, entre otras, palabras: procedencia,
comienzo, causa, fundamento, génesis, inicio, etc. En este sentido decir que la filosofía se
origina en un lugar determinado, por ejemplo, Grecia, es afirmar, sin lugar a dudas, que fue
allí, en Grecia, donde se inició o empezó la gesta humana del pensamiento, donde podemos
encontrar la génesis de la capacidad de buscar racionalmente respuestas a los hechos o
fenómenos que acaecen en la naturaleza y en la sociedad en su tiempo específico y su
realidad concreta.
En esta línea de pensamiento la Filosofía no tuvo un solo lugar de origen, ella surgirá al
unisonó en varios lugares en un mismo tiempo histórico. La India, la China, Persia- Iran,
Palestina, Israel, Grecia y en cada uno de esos lugares el discurrir filofófico fue original, es
decir, las respuestas que dieron a los problemas que les acaecieron fueron originales y
respondieron a cada una de sus propias realidades materiales y espirituales de allí sus
características que les son propias y de allí también las líneas de pensamiento que
privilegiaron y desarrollaron.
Considerar una historia de la Filosofía que considere a Grecia como el origen de la Filosofía,
omitiendo el pensamiento filosófico de la India, la China, es decir, al pensamiento oriental,
es mutilarla, o, en todo caso, tratase de una historia de la Filosofía de Occidente.
La historia de la Filosofía suele ser dividida en cuatro grandes etapas o periodos. Esta
periodización no tiene en cuenta lo que Marias considera:
“…el oscuro problema de la filosofía oriental – India, China – donde lo mas problemático es
el sentido de la palabra misma filosofía…”
Jaspers preocupado por la unidad que nadie posee en torno a la cual deben girar los
esfuerzos serios de la filosofía una y eterna para lo cual debemos recurrir al fondo histórico
de nuestro pensar si queremos pensar en esencia y con la conciencia clara. Asi escribe que:
“La filosofía no puede luchar, no puede probarse, pero puede comunicarse. No presenta
resistencia allí donde se la rechaza, ni se jacta allí donde se la escucha. Vive en la atmosfera
de la unanimidad que en el fondo de la humanidad puede unir a todos con todos.
“En gran estilo sistemáticamente desarrollada hoy filosofía desde hace dos mil quinientos
años en occidente, en China y en la India. Una hace dos mil quinientos años en Occidente,
en China y en la India. Una gran tradición nos dirige la palabra. La multiformidad del filosofar
las contradicciones y las sentencias con pretensiones de verdad pero muatuamente
excluyentes no pueden impedir que en el fondo opere una unidad que nadie posee pero en
torno a la cual giran en todo tiempo todos los esfuerzos serios: la filosofía una y eterna, la
philosophia perennis. A este fondo histórico de nuestro pensar nos encontramos remitidos,
si queremos pensar esencialmente y con la conciencia mas clara posible”1
En la tarea de recurrir a ese fondo histórico, se aboca Harré para quien la filosofía en la
media, exhibe un doble carácter.
La filosofía India ha estado dominada durante muchos milenios por los Vedas que es un
CORPUES constituido por una serie de escritos sagrados de raíces ancestrales de autoría
desconocida. En su versión canónica está filosofía ha consistido en comentarios de las
Upanisad. De las fuentes Védicas surgirán en la antigüedad dos grandes escuelas de
filosofía crítica y analíticos: los sistemas SANKHYA y Yoga que evolucionando de los Vedos,
diferían en el rol asignado por cada uno de los sistemas a un dios personal. Una tercera
escuela, suceda de las enseñanzas de Siddartha Goutama, Buda, recibirá el nombre de
budismo que es una elaboración compleja de exhortación moral y de profundidad filosófica.
Finalmente, aún cuando una característica del pensamiento indio era su rico panteísmo, este
era ateísta en el sentido de que la esencia espiritual del mundo no se hallaba personificada.
2
Desde el punto de vista temático, la filosofía china se halla dominada por los problemas
centrales de la vida política. Los filósofos no se ocupaban tanto como en la India y Occidente
de la metafísica de la Etica, sino de las relaciones entre los seres humanos y el Estado. Esto
puede ser analizado en los escritos de Confusio, en el contexto de un compromiso pleno
entre ciudadanos y administradores. Asimismo, puede discutirse en exclusiva con relación
a los modos de apartar a la persona de la vida cívica y urbana como ocurre en los escritos
de los primeros tavistas.3
1
Marias, Julian. Historia de la Filosofía. Manuales de la Revista de Occidente, Decimo nona reimpresión, 1988, pág. 14
2
Harre, Ron. 1,000 años de filosofía. TAURUS, Madrid – España, 2002, pág.46
3
Harré, Rom. Ob. Cit pág.94
deudora de una concepción anti individualista del conocimiento. Si bien es cierto que su
fundamentación crítica sistemática sólo llegaría de la mano de Moncio”.
Emily Brehier, considera que el escribir una hisotira de la filosofía sujiere que se han planteado
y resuelto, por lo menos, provisionalmente tres problemas:
Para nuestro propósito, en este acápite, es importante el punto a) los orígenes de la filosofía y
sus fronteras - Para Brehier los orígenes son imprecisos. Algunos, con Aristoteles, hacen de
Tales de Mileto (siglo VI a. de C.) el primer filósofo y, otros, como Diógenes Laercio que en su
obra vidas de los Filósofos refiere el origen de la filosofía a la antigüedad persa y egipcia.
Según Brehier es impósible no captar la semejanza o la conexión que existe entre la tesis de
Tales de Mileto, que todas las cosas están hechas de agua y el inicio del Poema de la Creación,
escrito siglos antes en Mesopotamia:
“Cuando en lo alto del cielo era aun innomimnado y abajo la tierra tampo tenía nombre, las
aguas se confundían en un todo, ante el Apsu, primigenio, padre, y la tumultuosa Tramat, madre
de todos.
Estos textos nos orientan a pensar y concluir que tales no serían el autor de la tesis o que, en
todo caso, era una forma nueva de expresar un tema de vieja date.
“Es la filosofía griega aparecen, en efecto ratos intelectuales que sólo tienen analogía en
mortalidades primitivas las nociones que emplean los primeros filósofos, como los de destino,
justicia, alma, dios, no han sido creados ni elaborados por ellos, son ideas populares,
representaciones colectivas que ellos encontraron. Al parecer, son estos las nociones que les
sirvieron como esquemas o categorías para concebir la naturaleza exterior. La idea de los
filósofos léxicos sobre el orden de la naturaleza, como una agrupación regular de seres o fuerzas
a los que el destino soberano impone límites, se debe a la trasposición del orden social al
mundo, exterior. Quizás la filosofía no fue, en su origen, sino una amplia metáfora social. 5
En esa línea de pensamiento, la filosofía griega en sus inicios no es, de ninguna manera,
primitiva sino la forma elaborada de un pensamiento más antiguo. Y es aquí, sin ningún ápice
de duda, donde se encontraría el origen del pensamiento filosófico o, en todo caso, de una de
4
Harre. Rom. Ob.cit pág. 96
5
Brehier, Emile. Historia de la Filosofía, Editorial Techos S.A. Madrid, 1988. Pág. 19 (PRESSES UNIVERSITAIRES DE FRANCE, 1931
– 1938).
sus orientaciones. Los primeros filósofos griegos no inventaron nada sino que trabajaron con
representaciones de cuya complejidad, riqueza y confesiones es difícil hacernos una idea. Los
filósofos griegos no necesitaron investigar, lo que hicieron fue clasificar y solucionar o, en otras
palabras, la invención consistió en esta solución y allí estaría su originaliad.
“Es innegable que hubo en ciertas épocas, en los países de exremo Oriente y sobre todo en la
India, una verdadera floración de sistemas filosóficos. Pero se trata de saber si el mundo greco
– romano y después cristiano, por una parte, y el mundo extremo – oriental por otra, tuvieron un
desarrollo intelectual completamente independiente el uno del otro, en tal caso, sería lícito hacer
abstracción de la filosofía de Extremo Oriente en una exposición de la filosofía occidental. Pero
la situación está muy lejos de ser, tan nítida”7
Esta actitud cauta, severa y reflexiva es menester, resaltar, pues evita el caer en aquello que
hoy se denuncia como furocentrismo, es decir, Europa como centro de creación, acumulación y
distribución del saber y de cultura, la misma que constituye un equívoco histórico discriminatorio
y excluyente con rasgos racistas, considero, al respecto, que la posición adoptada por Jáspers
y H.G. Wells a quienes hemos citado en el Primer capítulo, es mucho mas clara Jaspers ubica
lo que el denomina el “tiempo eje” en el cual en diferentes espacios geográficos, muy alejados
entre si, surge el pensamiento racional con características propias, singulares en cada una de
esas áreas geográficas, constituyéndose, ciertamente, en claras respuestas a los problemas e
interrogantes que le plantea la naturaleza y la sociedad de su tiempo, alejándolos gradual, pero
inexorablemente del pensamiento mítico. Las influencias recíprocas vendrán después, pero al
principio fueron elaboraciones propias.
“…el nombre de Grecia les es querido y familiar a todos los hombres cultos de Europa”.
“Nadie negará que los griegos llegaron un imperecedero legado… a nuestro mundo europeo”.
“Tanto, continúa, por ser la primera fase de la especulación europea como por su valor
intrínseco, no puede menos de interesar profundamente a todo estudiante de filosofía.”
“La filosofía griega – escribe – fue, en realidad, un logro de los griegos, fruto de su vigor y lozanía
mental, lo mismo que lo fueron su literatura y su arte. No permitamos que el laudoble deseo de
6
Brehier, Emile, ob.cit.pág.20
7
Brehier, Emile, ob. Cit. Pág. 20-21
tomar en consideración a otros posibles influencias no griegas nos lleve a exagerar la
importancia de éstas y a estimar en menos de lo debido. La originalidad del espíritu helénico,
…8
“…en verdad, es mucho mas probable que subestimemos la originalidad de los griegos que no
que la exageremos”
Nadie objeta el hecho innegable e incuestionable que el pensamiento griego nos ha legado un
patrimonio intectivo de incuestionable valia, no solo para el pensamiento europeo sino para el
pensamiento en todos los demás continentes. Asimismo, reiterando, el pensameinto racional
especulativo hizo su aparición en un proceso gradual en diferentes áreas geográficas, alejadas,
una de la otra, con sus características propias. Son procesos independientes y autótonos.
Ninguna ejerció influencia sobre la otra. Finalmente, así como, no es laudable exagerar la
importancia del pensamiento oriental (Indio, chino, etc), tampoco es laudable omitir u olvidar
deliberadamente o no, su existencia.
Nicolas Abbaganno, con respecto al “Pretendido Origen Oriental de la filosofía (subtitulo del
Capítulo I “Orígenes y carácter de la Filosofía griega”), hace referencia a una tradición que se
remonta a los filósofos judaicos de Alejandría (siglo I a. de J.C.) afirma que la filosofía griega
procede de oriente. Los principales filósofos griegos habrían tomado de doctrinas hebraicas,
egipcias, babilónicas e indias no solo sus descubrimientos científicos sino también sus
concepciones filosóficas mas personales. Esta opinión se fue difundiendo cada vez mas
durante los siglos siguientes, culminó en la opinión del neo pitagórico Numenio, que llegó a
llamar a Platón “Moisés en versión ática”, y de él pasó a los escritores cristianos”9
Sin embargo, sostiene, tal opinión carece de fundamento alguno en testimonios más antiguos.
Es cierto, reconoce, que se habla de viajes de varios filósofos a oriente, especialmente a Egipto.
Pitágoras habría viajado a Egipto. Demócrito lo hizo a Orienta y Platón a Egipto. Señala, así
mismo, que ha sido Platón quien (República, IV 435) ha contrapuesto el espíritu científico de los
griegos al afán de fuero propio de los egipcios y fenicios, hechos que se excluye a la posibilidad
de que esos pueblos se haya podido o se pueda hallar inspiración para la filosofía. Además,
argumenta, que las indicaciones cronológicas de que se dispone son tan vagas que ha de
considerarse como imposible el poder establecer la prioridad cronológica de tales doctores,
sobre las griegas, mucho mas verosímil, considera la procedencia oriental de la ciencia griega.
La geometría desarrollada en Egipto, a causa de media la tierra y distribuirla después de las
periódicas inundaciones del rio Nilo, la Astronomía, en Babilonia, como consecuencia de sus
creencias astrológicas.
Afirma, Abbaganano, que la tradición a que hace referencia, fue sugerida, en una época
dominada por el interés religioso, por la creencia de que los pueblos orientales estaban en
posesión de una sabiduría originaria y por el afán de vincular a dicha sabiduría las principales
manifestaciones del pensamiento griego. Para Abbagnano la observación cardinal y
concluyente que es necesaria efectuar con respecto al origen oriental de la Filosofía es que
aunque quedará mostrada la procedencia oriental de algunas de las doctrinas de la Grecia
antigua, ello no implicaría aun el origen oriental de la filosofía griega. Considera que la sabiduría
oriental es fundamentalmente de carácter religioso, constituye el patrimonio de una casta
sacerdotal con una preocupación y actividad secular y notable que es la de difundirla y trasmitirla
en toda su pureza. Para nuestro antes, el fundamento único de la sabiduría oriental es la
8
Kopleston, Frederick, Historia de la filosofía, Ariel. 1994. Pág.10
9
Abbagmano, Nicol{as, Historia de la Filosofía, Hora S.A., Barcelona, España, 1994, pág.3
tradición. En contrario sensu, la filosofía griega es investigación. Nace de un acto cuyo cimiento
es la libertad frente a la tradición, las creencias y costumbres.
Concluyendo que “…, aunque se admita a la luz de los pocos e inseguros datos que poseemos,
no arrebata a los griegos el merito de su originalidad”10
“Aunque la verdad no se halla siempre en el termino medio, como acontece con la virtud, si
parece encontrarse en este caso. Es cierto que en los libros sagrados de Confucio y en las
Vedas se halla toda una concepción del universo expresada en mil màximas éticas y sicològicas.
No lo es menos que el hombre ejercitó desde su origen la facultad racional, que no es monopolio
de invención de ningún pueblo. Sin embargo, ha de afirmarse también que es en Grecia donde
por primera vez aparece un planteamiento verdaderamente filosófico, es decir, donde se
concibe a la realidad como asequible a la razón y a esta como el instrumento adecuado para
lograr una concepción del universo.
No debe despreciarse, pues, el caudal da sabiduría filosófica que se encierra en las literaturas
orientales, pero es justo que comencemos por Grecia nuestro estudio de este esfuerzo titánico
del hombre contra el misterio que le rodea que llamamos filosofía, porque allá encontramos las
primeras soluciones verdaderamente racionales. La sabiduría oriental, por otra parte, influye
sobre numerosos temas del pensamiento griego, con lo que, indirectamente, habremos de
entrar en contacto con su contenido y con su espíritu.”11
13
Xirau, Ramón. Introducción a la Historia de la Filosofía, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1968, pág.9
4. La filosofía es, en lo cardinal, búsqueda de la verdad y esto puede ser encontrado en
determinados periodos del pensamiento, como el S. VI a de C., el greco – romano, el
cristiano medieval o el renacimiento. Al inicio los pensadores intuyen la verdad, llegan a ella,
pero exiguamente sistematizados dentro de un todo orgánico y ordenado. A estos periodos
le siguen síntesis o summas que recogerán mucho de los pensamientos que les precedieron,
añadiendo nuevas ideas para construir sistemas mas armoniosos en donde el mundo
aparece ordenado y jerarquizado.
Esta summas del pensamiento se manifiestan cuando la civilización que les dio origen entre en
un proceso de crisis. Este es siempre un periodo en el cual cunde la desorientación, surgiendo
nuevos intereses y afanes en la búsqueda y encuentro de la verdad. Los sistemas filosóficos
se hacen realidad en momentos especiales de la historia, momentos en los cuales lo realizado
anteriormente convenga, para luego dividirse en creencias que se pretenden absolutas. Ahora
que, si la filosofía es encuentro con la verdad – que es siempre religiosa, al decir de Xirou, el
encuentro o convergencia se realizara en las Summas. Esta constatación no implica que:
Los filósofos o en las filosofías anteriores a las summas, no se perciben encuentros tan
verdaderos y, a veces, mas profundos que los que nos dan las summas.
No existen preferencias y solo existen hechos. Los “…preferencias dependen de las
inclinaciones y estas de las simpatías y las simpatías de cada uno pueden estar adheridas
a un sistema o a una intuición, a una explicación completa o a una forma mas bien visionaria.
Puedan existir síntesis previas a las grandes summas. A veces son mas penetrantes que
las mismas summas, son “… formas aun abiertas al futuro, afluentes máximos que
desenbocaran en el rio totalizador”.
Cuando hablamos de crecimiento, la madurez y la caída del pensamiento no se afirma que
los pensamientos se terminan en un momento dado de la historia para dar inicio a nuevos
pensamientos. La validez de nuestro pensamiento está en la verdad, siempre renovable en
cuanto a las vías del conocimiento, siempre la misma en cuanto verdad.
Como diría Whitehead Nose acaban las civilizaciones, no son las civilizaciones votos
cerrados, “… son inmensas permanencias, inmensas y vivas. Podemos decir que de las
cenizas de un modo de vida social renacen siempre a fin de cuestas, las mismas verdades
remozadas que han de conducir nuevamente, continuadamente a la verdad. 14
Según Zubiri, la historia no es una simple ciencia, no se ocupa del pasado en cuanto ya no
existe. No es una sencilla curiosidad ni una elemental o escueta ciencia del pasado. Sino
que existe una realidad histórica. Esta historicidad no proviene de que el pasado avanza
hacia un presente y lo empuja hacia el porvenir, eso sería positivismo y, por lo tanto,
insuficiente. La historicidad en sentido positivista, supone que el presente es algo que pasa
y que el pasar es no ser lo que una vez fue.
“La verdad por el contrario, consiste más bien en que una realidad actual – por tanto,
presente – el hombre se halla constituida parcialmente por una posesión de si misma, en
forma tal, que al entrar en sí se encuentra siendo lo que es, porque tuvo un pasado y se esta
realizando desde un futuro. El “presente” es esa maravillosa unidad de estos tres momentos,
cuyo despliegue sucesivo constituye la trayectoria histórica. El punto en que el hombre, ser
temporal, se hace paradójicamente a la eternidad. Su íntima temporalidad abre precisamente
su mirada sobre la eternidad”15
“… recíprocamente, la realidad del hombre presente está constituida, entre otras cosas, por
ese concreto punto de tangencia cuyo lugar geométrico se llama situación. Al entrar en
nosotros mismos nos descubrimos en una situación que nos pertenece constitutivamente y
en la cual se halla inscrito nuestro peculiar destino, elegido unas veces, impuestos otras. Y
aunque la situación no predetermina forzosamente ni el contenido de nuestra vida ni de sus
problemas, circunscribe evidentemente el ámbito de esos problemas, y, sobre todo, limita
14
Xirau, Ramón, Ob. Cit. Pág. 10-11
15
Zubiri, Xavier. Prologa a la Primera Edición de Historia de la Filosofía de Julian Marias, pág. XXIV.
las posibilidades de su solución. Con lo cual la historia como ciencia es mucho mas una
ciencia del presente que una ciencia del pasado” 16
En el devenir histórico, dice Zubiri se encuentran tres significados diferentes de filosofía que
son producto en última instancia de tres dimensiones del hombre:
1. La filosofía como un saber acerca de las cosas.
2. La filosofía como una dirección para el mundo y la vida.
3. La filosofía como una forma de vida y, por tanto, como algo que acontece.
En todo filosofar dice, marias, está inserta la historia entera de la filosofía y sin esta no es
inteligible ni podría existir y, a su vez, la filosofía no tiene mas realidad que la que la que obtiene
históricamente en cada filósofo. Hay, pues una unidad indesligable entre filosofía e historia de
la filosofía. Por otro lado, la historia de la filosofía no es información erudita de las opiniones y
logros de los filósofos, sino que constituye una “… exposición verdadera del contenido real de
la filosofía. Es pues con todo rigor filosofía. La filosofía no se agota en un ingenio de sus
sistemas, sino que consiste en la historia efectiva de todos ellos.
Todo filosofar arranca de la totalidad del pasado y se proyecta al futuro, poniendo en marcha la
historia de la filosofía. Esto es, dicho en pocas palabras lo que se quiere decir cuando se afirma
que la filosofía es histórica”.
“Desde que el hombre ha sido capaz de la especulación libre sus actos, en muchos
aspectos importantes – dependen de sus teorías respecto al mundo y a la vida
humana, al bien y al mal. Esto es tan cierto hoy como en cualquier tiempo anterior.
16
Zubiri, Xavier. Ob. Cit. Pág. XXV
17
Marias, Julian. Historia de la Filosofía. Manuales de la Revista de Occidente, Madrid. 1966, pág. 5
Para comprender una época o una nación, debemos comprender su filosofía, y para
eso tenemos que ser filósofos nosotros mismos hasta cierto punto. Hay una conexión
causal recíproca. Las circunstancias de las vidas humanas influyen mucho en su
filosofía y, viceversa, la filosofía determina las circunstancias”18
Marx, buscará encontrar una respuesta a la pregunta ¿cuál es el entronque entre la filosofía y
la realidad? ¿Cómo se enlaza la critica teórica con el mundo material o real que la rodea? En
esa búsqueda, Marx, escribirá:
“Podemos distinguir al hombre de los animales por la conciencia, por la religión o por
lo que se quiera. Pero el hombre mismo se diferencia de los animales a partir del
momento en que comienza a producir sus medios de vida, paso este que se halla
condicionado por su organización corporal. Al producir sus medios de vida, el hombre
produce indirectamente su propia vida material.
El modo como los hombres producen sus medios de vida depende ante todo, de la naturaleza
misma de los medios de vida con que se encuentran y que se trata de reproducir. Este modo
de producción no debe considerarse solamente en cuanto es la reproducción de la existencia
física de los individuos. Es ya, mas bien, un determinado modo de actividad de estos individuos,
un determinado modo de manifestar su vida, un determinado modo de vida. De los mismos.
Tal y como los individuos manifiestan su vida, asi son. Lo que son coincide, por consiguiente
con su producción tanto con lo que producen como con el modo como producen. Lo que los
individuos son depende, por tanto, de las condiciones materiales, de su producción” 19
“no encontramos, pues, con el hecho de que determinados individuos, que, como
productores, actúan de un determinado modo, contraen entre si estas relaciones sociales y
políticas determinadas. La observación empírica tiene necesariamente que poner de relieve en
cada caso concreto, empíricamente y sin ninguna clase de falsificación, la trabazón existente
entre la organización social y política y la producción. La organización social y el estado brotan
constantemente del proceso de vida de determinados individuos, pero de estos individuos, no
como pueden presentarse ante la imaginación propia o ajena, sino tal y como realmente son,
es decir, tal y como actúan y como producen materialmente, y, por tanto, tal y como desarrollan
sus actividades bajo determinados límites, premisas y condiciones materiales, independientes
de su voluntad”20
“La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a
ellas corresponden pierden así, la apariencia de su propia sustentividad. No tienen su propia
historia si un propio desarrollo, sino que los hombres que desarrollan su producción material y
18
Russell, Bertrand. Historia de la Filosofía Occidental, Espasa – CALPE S.A. Madrid, 1978, p.10
19
Marx, Carlos. Engels, Federico. La ideología Alemana. Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo – Uruguay, 1968, pág. 19,20
20
Marx, Carlos. Engels, Federico. Ob. Cit. Pág. 25
21
Marx, Carlos, Engels, Federico. Ob. Cit. Pág. 25-26
sus intercambió material cambian también, al cambiar esa realidad, su pensamiento y los
productos de su pensamiento. No es la conciencia lo que determina la vida, sino la vida la que
determina la conciencia.
“allí donde termina la especulación – escribe Marx y Engels – en la vida real, comienza
también la conciencia moral y positiva, la exposición de la acción, practica del proceso
practica de desarrollo de los hombres. Terminan allí las frases sobre la conciencia y pasa a
ocupar su sitio, el saber ideal. La filosofía independiente pierde, con la exposición de la
realidad, el medio en que puede existir. En lugar de ella, puede aparecer a lo sumo, un
compendio histórico de los hombres. Estas abstracciones de por sí, separados de la historia
real, carecen de todo valor. Solo pueden servir para facilitar la ordenación del material
histórico. Por el contrario la dificultad comienza allí donde se aborda la consideración y la
ordenación del material sea el de una época pasada o el del presente, la exposición real de
las cosas…”
En conclusión.
El método consistente e historiar problemas e ideas será siempre la meta de una Historia de la
Filosofía, lo cual, ciertamente, presupone la tarea de recoger de la existencia del acontecer
filosófico estos problemas e ideas actuando con imparcialidad, con fidelidad a la verdad y no
sesgadamente.
Al no tenerse en cuenta estos valores no estamos ante una historia de la filosofía con
características universales, pero si ante una Historia de la Filosofía Occidental que, aunque con
una variedad de matices, posee una unidad temática incuestionable.
Al no tenerse en cuenta estos valores no estamos ante una historia de la filosofía con
características universales, pero si ante una Historia de la Filosofía Occidental que, aunque con
una variedad de matices, pose una unidad temática incuestionable.
Y, además, si se afirma que vivimos un periodo de crisis, ello significa, también, que la historia
de la filosofía está en crisis, por lo que el asaltado por una crisis de legitimidad que la conduce
a interrogarse sobre su propia significación sin el reverse, teóricamente a estar segura de su
posibilidad, quedando, al final, el hecho de que el problema filosófico al no poder ser resuelto
para siempre y que solo admite soluciones temporales y sucesivas. Asi las cosas nos
conformamos con una historia de la filosofía que florece como el tesoro de la sabiduría
lentamente acumulada.
El historiador de la filosofía, limita su ambición “…a determinar con toda exactitud el testimonio
de cada filosofía, a restablecer lo que ha dicho y a aclarar lo que ha querido decir” (XII).
Por otro lado, la atención, para unos o fascinación, para otros, por estudiar y conocer la historia
de la filosofía radica en el hecho que nos hace asequible y cómodo, el camino a la verdad, al
permitirnos conocer lo que otros han pensado sobre hechos o circunstancias semejantes a los
actuales.
Para Brehier, la historia de la filosofía si quiere ser leal y permanecer insobornable no puede
ser una historia indeterminada, indefinida, genérica de las ideas o sistema separada de la
intención de sus autores y del ambiente moral, social y educativo en que nacieron y se
desarrollaron.
La filosofía no puede ser aislada de los manifestaciones de la vida espiritual, de las demás
ciencias, la religión, el arte, la vida moral o social, ella debe tenerlas en consideración como
hechos acaecidos en su tiempo para aprobarlos, criticarlos, o transformarlos. No habrá filosofía
sin un esfuerzo para para ordenar jerárquicamente los valores.
Es necesario, apuntar que las relaciones que establece la filosofía con las demás disciplinas no
son uniformes, homogéneas e invariables, sino que se presentan y se expresan de manera muy
diferente, según las épocas y los pensadores.
22
Abbaganano, Nicolas, Historia de la Filosofía, Hora S.A. Barcelona – España, 1994, pág. VII
23
Abbaganano, Nicolas. Ob.cit. pág. VIII
filosofía, que se expresa en el estudio sistemática de las polémicas y controversias que afectan a
la historia de la filosofía que ha determinado, primero, un mejor y más perfecto conocimiento del
pasado y, segundo, una ruptura con el optimismo de la idea del progreso, sin desvirtuar, de ningún
modo la idea de la historicidad de la filosofía, en contrario sensu la filosofía ha sido y es entendida
como una disciplina enraizada en la historia.
“Esta unidad de la historia de la filosofía no es la unidad del espíritu en un sentido hegeleano, sino
a la unidad de la filosofía como saber inherente a la naturaleza del hombre, como un hecho que le
acontece en su existencia y que hace de la filosofía no una disciplina que tiene una historia sino un
hecho que es historia. Lo que es esencial a la filosofía, …, es lo que según Diethey, forma la nota
constitución de la psique: la historicidad”24
Es necesario dejar, claramente, establecido que una doctrina filosofía es algo más que un
acontecimiento del pasado. No es sólo uno construcción teórica fija, que se estructuró y surgió en
un momento específico. En ella encontramos algo mas: un principio interno de duración que se
ofrenda a todos los espíritus que se constituye como un bien común, que olvidado, acaso, muerto
es capaz de resurgir renovada suscitando genuinas perturbaciones, trastornos. Siendo esto, de
suyo, valido no lo es la afirmación de que la historia de la filosofía al ser concebida como ciencia
halla legitimación bajo la apariencia de progreso, recurriendo a la noción científica de “verdades
adquiridas”, fundando su progreso en estas verdades adquiridas.
Son los hechos los que desmienten esta idea. En filosofía no existen “verdades adquiridas” para
siempre, pues todo está sujeto a una continua y permanente revisión. La historia de la filosofía,
no es, una disciplina acabada y claramente definida y totalmente aceptada en sus métodos y en
sus fines. Es decir, no puede ser descrita como “sub specie alterni”.
Además, ocurre que una doctrina no es solo verdadera o falsa, sino que puede ser, también màs o
menos bien comprendida, expresada o transmitida. El pensamiento filosófico discurre en el interior
de las culturas humanas participando de su transitoriedad.
La historia de la filosofía, enfoca un conjunto de doctrinas que conservan todas una relación posible
con una verdad no adquirida, que no está nunca dada, permaneciendo siempre como objetivo de
búsqueda. Sin embargo, la historia nos muestra que el tiempo no es un factor solo de progreso,
sino que es, también, regresión y decadencia, una doctrina, con el correr del tiempo, puede
perderse, deformarse, desconocerse, empobrecerse u olvidarse.
La misión, la tarea del historiador consiste en restablecer las intenciones olvidadas. Por ello, el
pasado está siempre por ser redescubierto, en relación a los presentes que se expresan en el curso
del tiempo. Es en ese sentido que se afirma que cada época posee una visión distinta del pasado
extrayendo valores diferentes de su investigación y reflexión y siendo la cultura presencia del
hombre y fidelidad a todo lo que es humano, la tarea del historiador se evidencia como sostén de
cultura.
En esa línea de pensamiento, nadie descubrirá el sentido único de la historia, dado que ese sentido
se está forjando a cada instante. En cualquier instante es posible que surja algo nuevo,
insospechando para renovar el mundo.
24
Ferrater Mora, José. Diccionario de Filosofía, Editorial Atlante S.A. México, D.F. Reimpresión 2001, pág. 198.
Según Brehier, hay un tercer problema que todo historiador de la filosofía debe responder. Hemos
visto dos: el primero relacionado con lo orígenes y sus límites, el segundo trata de la relación entre
la Historia de la Filosofía y la Historia de las ciencias. El tercer problema busca responder a si la
filosofía tiene una ley de desarrollo que le es propia o si la sucesión de sistemas es contingente y
depende de los temperamentos individuales.
Desde este punto de vista “…no puede esperarse que encontremos en la historia de la filosofía
un progreso continuo, la formación gradual de un cuerpo único y universal de verdad. Un
progreso como el que se verifica en las ciencias particulares, que una vez asentadas en sus
bases se acrecientan gradualmente por la adición de contribuciones aisladas, no puede hallarse
en la filosofía, pues en ella no hay verdades objetivas e impersonales que puedan sumarse e
integrarse en un cuerpo único, sino personas que dialogan de su destino, y las doctrinas no son
sino expresiones de ese diálogo ininterrumpido, preguntas y respuestas que a veces se
provocan unas a otras a través de los siglos: la mas alta personalidad filosófica de todos los
tiempos, el ateniense Platón, ha expresado en la misma forma literaria de sus obras – el diálogo
– la verdadera naturaleza del filosofar”26
“Por otra parte, en la historia de la filosofía tampoco se da una mera sucesión desordenada de
opiniones que se amontonan y destruyen mutuamente. Los problemas sobre que versa el
incesante dialogar de los filósofos tienen su propia lógica, que es la misma disciplina a que los
filósofos somenten libremente su investigación: de modo que ciertas corrientes consiguen
dominar un periodo o una época histórica, por haber sido capaces de iluminar mas vivamente
algún problema fundamental. Adquieren así una impersonaldiad aprente que hace de ellos
patrimonio común de generaciones enteras de filósofos (…), luego decaen y se ocultan, pero la
verdadera personalidad del filósofo no lo hace nunca sino que todos pueden y deben recurrir a
ella para recibir su luz”27.
25
Brehier, Emile. Ob.cit pag. 41-42
26
Abbaganano, Nicolas. Ob cit. pág. IX
27
Abbaganano, Nicolas, ob. Cit, pág. IX
con esta búsqueda afanosa y perseverante, acudiendo a las fuentes, a las obras de los filósofos
es de constituirse en un auxilio o patrocinio para acceder al entendimiento, a la idea de la verdad.
Esta búsqueda y el estudio, consecuente, debe estar acompañado de una apreciación crítica,
su omisión hará imposible distinguir los resultados exitosos de las equivocaciones e
inexactitudes, situación esta que se tornará difícil eludir o escapar a la conclusión escéptica al
quedar de manifiesto y acreditada la diversidad de soluciones que se han dado a los mismos
problemas de rujumbre filosófica.
El estudio de la historia de la filosofía nos posibilita descubrir que las diferentes posiciones u
orientaciones filosóficas dan vuelta alrededor de unos problemas fundamentales cuyas
soluciones se limitan a ciertas líneas básicas de pensamiento que van a encontrar una serie de
expresiones en el devenir histórico y que se van a enlazar, ajustadamente, con las actitudes
posibles frente a los problemas cruciales de la existencia humana. Asimismo, es posible
señalar, que es frecuente que unos planteamientos filosóficos surjan como una reacción a los
excesos planteados o formulados por posturas adversas, ello permite disminuir la perplejidad
ocasionada por la diversidad de doctrinas en la Historia de la Filosofía, evitando las conclusiones
escépticas y relativistas.
Es de advertir que, el estudio de la historia de la filosofía permite examinar que todo saber que
todo saber filosófico emerge en un ámbito cultural que forma el horizonte desde donde cada
época histórica trata de ponerse en claro consigo misma. Asimismo en cada época se ha
confirmado que en la historia de la filosofía no ocurren, no se producen cortes radicales. Cada
época va a proseguir, admitiendo las propuestas y las premisas, el procedimiento y la
ordenación, en buena cuenta, la metodología que era propia de la época precedente.
“… para quien no se proponga aprender un sistema filosófica determinado sino que aspire a
filosofar, por así decirlo, ab ovo, el estudio de la historia de la filosofía es indispensable, pues
sin el correrá el riesgo de meterse por callejones sin salida y de repetir los errores de quienes
le precedieron, peligros que un serio estudio del pensamiento pretérito le evitará seguramente”.
Agregando que:
“La filosofía, obra de la mente humana y no revelación de Dios, crece y se desarrolla: sus puntos
de vista pueden cambiar y renovarse o aumentar en número, gracias a nuevos enfoques o al
planteamiento de nuevos problemas, a medida que se descubren mas datos, varían las
situaciones, etc. El término “filosofía verdadera” o filosofía, perenne no ha de entenderse como
si denotará un conjunto estático y completo de principios y aplicaciones, no susceptible de
desarrollo ni modificación”28
Esta aseveración final de Copleston no implica que el estudio de la historia de la filosofía acaso
engendra cierta predisposición mental al excepticismo, pero, nos dice, “debe recordarse que el
hecho, de que los sistemas se sucedan unos a otros no prueba que toda filosofía sea falsa.
28
Copleston, Frederick. Historia de la Filosofía. Tomo I. p.5
suscita estimula e inspira en los demás un afán de indagación, de búsqueda que conduzca
a cada quien a encontrar su camino, del modo que, en ella lo halló su autor.
Una historia de la Filosofía es una historia de carácter temporal y por ello problemática, no
está constriada o constituida por doctrinas o momentos ideales, sino por hombres y mujeres
solidarizados por una investigación, en un afán que le es común. No se trata de que cada
corpus doctrinario sucesivo en el orden cronológico, sea solo por eso, mas verdadera que
los que la han precedido. Siempre, se corre el riesgo de perder u olvidar enseñanzas que
son vitales y que, lamentablemente, han ocurrido y continua ocurriendo de manera que allí
la necesidad de inquirir, escudriñar, permanentemente, sobre su auténtico significado.
2. Asi como la historia de la filosofía no constituye una política, una acumulación de juicios
aislados, tampoco puede ser pensada como sujeta a un invariable y sostenido progreso y
menos aún como un avance o ascenso en espiral. El historiador científico tiene como tarea
no la adopción de un esquema a priori para luego ajustar los hechos a ese esquema. Aún
cuando, cierto es, que todo pensador se verá limitado por los sistemas precedentes y por los
contemporáneos (y, por supuesto, por su temperamento, su perfil educativo, su ubicación
histórica económica y social, etc.), no se puede deducir, de ello, que tenga la obligación de
adoptar determinadas ideas y, a reaccionar, negativa o positivamente, contra la filosofía que
lo precede. "En la “historia de la filosofía hay, sin duda, una ilusión lógica, pero no una
secuencia necesaria en sentido estricto”30
3. La Historia de la Filosofía nos informa de la inextinguible perseverancia del ser humano por
encontrar la verdad mediante la razón discursiva. Búsqueda de la verdad no siempre
coincidente con la verdad absoluta, el ser Absoluto o Dios de algunos filósofos como
Copleston, Julian Marias y un largo etcétera.
2. Se requiere una cierta admiración e interés, una sintonía psicológica con el o los filósofos.
Conocer un poco de su personalidad como individuo no siempre, posible. Este conocimiento
le ayudará a la introducción en el sistema filosófico del filósofo, a conocerlo desde dentro
con todas sus características y matices. Procurar ponerse en la situación del filósofo y
repensar con el sus ideas y reflexiones.
29
Copleston, Frederick. Historia de la Filosofía. Pág.6
30
Copleston, Frederick. Ob. Cit. Pág. 6
Esta preocupación por la psicología del filósofo necesaria, como ya se ha dicho, no debe,
hacer posible, el descuidar los aspectos que se relacionan con la verdad o falsedad de sus
ideas recogidas en sí mismas o el de la conexión de su sistema con todo el conocimiento
que lo precede.
Pitágoras de Somos
Alcmeón de Crotonea
Los Pitagóricos
Etapa de iniciación Arqiotps de Tarcicto
siglo VI – V, a. de C. Filolao de Tebas
Parménides de
Los Metafísicos Elea
Heráclito de Efeso
Georgias de
Leontine
Protágors de
Los Sofistas
Periodo Griego Abdea
Prodico
Hipios
Calcles
Socrates
Etapa Humanista
de Esplendor Fase Ontológica Platón
Aristóteles
Filosofía Griega
o Clásica
Zocion de Citúm
Estoicos Cleoneto de Asos
Etapa Etica o de Crisipo
Decadencia Siglo III
– II a. de C. Epicureos Epícuro
Cínicos Antistenes
Cirenaicos Aristipo de Cirene
escépticos Pirron
Arquisilao
Canealdes