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que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual
(Colosenses 1:9)
Tema: Características de un Creyente Inteligente
Texto: Colosenses 1:9-10
Introducción
Vivimos en un mundo donde es de suma importancia ser inteligente para vivir; el estado de un mundo
de competitividad, la astucia mundanal y las diversas formas de aprovechamiento hacen de la vida un
verdadero sufrimiento. La iglesia de Cristo se ve también afectada e influenciada por un mundo deca-
dente moralmente y pecador. De todo esto, surgen varias preguntas como las siguientes: ¿Qué es la
inteligencia verdadera? ¿Existe la inteligencia o es un mero concepto intelectual o filosófico? ¿Puedo
ser un hijo de Dios inteligente? ¿Cuáles son las características de un creyente inteligente? ¿Si no soy
inteligente que soy entonces? ¿Es usted inteligente desde el punto de vista del mundo o de Dios? Estas
y otras preguntas serán contestadas en este estudio, el cual creemos que será de mucha importancia,
puesto que determinara el éxito o el fracaso de nuestras vidas.
Advertencia
El solo hecho de ser un hijo de Dios no significa que sea sabio, como vamos a ver en el desarrollo de
este estudio con amplios fundamentos Bíblicos.
No podemos definir solamente las palabras para sabiduría e inteligencia, sino también definir las pala-
bras que establecen lo contrario, que es locura, necedad e insensatez. (No se entrara en detalles de tipo
lingüístico ni tampoco se tratará los derivados en todos los detalles; sino solo aquello que considera-
mos relevante para este estudio debido al espacio reducido que tenemos y los objetivos principales que
es llegar al corazón y producir bendición de vida y de conducta en el hermano lector).
1- Jakam se traduce por sabiduría y significa “El dominio del arte de vivir conforme a la
expectativa divina” 1 Aparece 132 veces. Otros derivados de esta palabra aparecen más
de 140 veces. Otras traducciones de las mismas palabras son: Expertos, hábil, excelente,
Maestro, perito y prudente. Pasajes de ejemplo: (Job 12:2; Salmos 119:98; Proverbios
1:7; 13:20)
1
W.E Vine, Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento formato electrónico
2
2- Sakal se traduce por “ser prudente, sabio, prestar atención” aparece unas 75 veces.
Otras palabras hebreas como «Ben» que significa comprender, ser capaz, considerar,
prestar atención, indagar, percibir. Aparece unas 126 veces. 2 Ejemplo: Sakal, Jeremías
9:23-24. Ben, Jeremías 9:12; Job 6:30; Deuteronomio 32:7.
3- Para conocimiento, el hebreo tiene por lo menos dos palabras, una es Nakar que signifi-
ca escudriñar, mirar con toda atención, atender aparece unas 50 veces. La otra es Yada
que se encuentra unas 1.040 veces; significa saber por observación y reflexión y saber
por experiencia.3 Vea también el diccionario Strong4 Ejemplo de estas palabras Nakar
Job 7:10; Salmos 103:16; Yada Éxodo 3:7; Salmos 95:10.
EN EL NUEVO TESTAMENTO
El Nuevo Testamento tiene cuatro palabras sumamente importantes para hablarnos de una persona inte-
ligente, incluyendo los conceptos del hebreo. Veamos cada una de ellas.
1- Conocimiento, que en griego se usan varias palabras entre ellas epignosis (que
significa conocimiento pleno, exacto o cabal. Esta palabra aparece unas 20 veces y estos
son algunos de sus ejemplos (Filipenses 1:9; Colosenses 1:9-10; 2:2; 3:10) Se traduce co-
nocimiento.
Vea Hechos 6:3,10; 1Corintios 1:21; 2:6; Colosenses 1:9; Santiago 1:5; 3:15,17; 2 Pedro 3:15
2
W.E Vine, Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y Nuevo Testamento en formato electrónico
3
Ibid
4
Strong, Diccionario hebreo español formato electrónico
3
toda la biblia. Estos son algunos ejemplo del uso de esta palabra (Marcos 12:33; Colosenses
1:9; 2:2; 2 Timoteo 2:7). Se traduce inteligencia o entendimiento.
4- Hay una cuarta palabra que es fronimos generalmente se traduce como pruden-
cia y tiene que ver con la vida practica del cristiano y nunca con la teoría. Recordemos que
la vida cristiana no es teórica sino práctica. Esta palabra aparece unas 14 veces en el Nuevo
Testamento y estos son algunos de los ejemplos (Mateo 7:24; 10:16; 25:1-13) Generalmente
esta palabra es traducida por prudente.
Ahora ya tenemos clara las definiciones de algunas palabras empleadas en las Escrituras para
hablarnos de la inteligencia que debemos tener como hijos de Dios y podemos pasar a desarro-
llar algunos conceptos bíblicos de esta inteligencia que Dios demanda.
Hay personas que son muy inteligentes en sus estudios pero son necios desde el punto de vista
de Dios, le podríamos llamar «inteligentes necios». Una persona que se graduó con honores en
una de las mejores universidades del mundo y llego a ser catalogado por el mundo como un ex-
celente científico pero niega la existencia de Dios NO ES INTELIGENTE SINO NECIO DES-
DE EL PUNTO DE VISTA DE DIOS (SALMOS 14:1).
La manera que la biblia describe al necio o insensato es muy gráfica, pues niega a Dios como ya
se describió más arriba, no se deja enseñar pues rechaza la enseñanza (Proverbios 1:7); edifica
su vida sin obedecer a Dios (Mateo 7:24-29); su camino es derecho en su opinión (Proverbios
12:15; se preocupa por lo material y terrenal pero no por lo eterno (Lucas 12:20-21). Obviamen-
te esto no es todo lo que se dice del necio, usted mismo puede hacer su propio estudio con una
concordancia buscando la palabra insensato y necio y afines como insensatez y necedad.
Una persona inteligente se aparta del mal, es consciente que el mal le daña, que lo aparta de
Dios y por lo tanto no está dispuesto a negociar con la maldad. El pecado siempre daña y trae
destrucción a nuestras vidas por eso es importante huir; huir del pecado no es cobardía, es sabi-
duría. El sabio huye del pecado y el necio se queda a saborear el placer venenoso de la carne y
del diablo.
El inteligente obedece a Dios, sabe que guardar los mandamientos de Dios le hace sabio; el in-
teligente se deleita en obedecer a Dios, no es una carga pesada sino un gozo. Por esta razón
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Conviene que nos detengamos aquí un momento para ahondar un poco más en la obediencia a
Dios; pues es muy interesante las palabras griegas para obediencia y desobediencia.
Tener un corazón educable, es la voluntad de Dios para cada creyente, desgraciadamente mu-
chos creyentes se enojan cuando son enseñados o corregidos y esa no es la actitud del sabio sino
del necio. Una vez pregunte a la congregación donde estaba en ese momento ministrando si sab-
ían Proverbios 1:7 y muchos me lo dijeron de esta manera “el principio de la sabiduría es el te-
mor de Jehová” es cierto y correcto, pero eso no es todo lo que dice el texto, también agrega
que los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Habían memorizado una parte pero
no todo el texto lo cual es de suprema importancia no solo memorizarlo sino vivirlo como sa-
bios hijos de Dios que debemos ser. El creyente sabio tiene un corazón sensible y educable des-
ea aprender de Dios y se dispone a ser corregido si está equivocado, no tiene vergüenza de ad-
mitir que se equivocó, no argumenta como lo hace el necio para justificar sus errores y horrores
que ha cometido. (Vea por favor Job 28:28; Salmos 111:10; 112:1; Proverbios 9:10; Eclesiastés
12:13) Recordando que el temor a Jehová es el principio de la Sabiduría, esto es, respeto
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Por la persona de Dios, honrarlo, tenerlo en cuenta en todo lo que hacemos, no es el miedo de
acuerdo a como se entiende humanamente, sino un temor reverente, de aquí, que sea el princi-
pio de la sabiduría. La verdadera sabiduría principia con el respeto a Dios que conlleva a la ado-
ración y obediencia, donde Dios se convierte en la prioridad en nuestra vida diaria.
El verbo andar se utiliza mucho en la biblia para hablar del comportamiento del creyente, en es-
te texto que estamos considerando y su contexto nos habla de la administración del tiempo. De-
bemos también andar por el camino de la inteligencia (Proverbios 9:6); esto es, andar por el
camino trazado por Dios para el ser humano. Debemos andar en el Espíritu (Gálatas 5:16), esto
es, en comunión y dirigido por el Espíritu, lo cual abarca el andar o vivir en obediencia a su Pa-
labra. Debemos andar en amor (Efesios 5:1-2), esto es, ser imitador de Dios al andar o vivir
mostrando el amor de Dios así como Él nos amó. Veamos otras maneras de andar o vivir
haciendo un bosquejo para facilitar su estudio personal.
Sin llegar a agotar el tema y los ejemplos bíblicos, creo que es suficiente los ya citados para que
usted mismo con biblia en mano pueda hacer su propio estudio y extraer enseñanzas provecho-
sas para su diario vivir. Esta no es la única forma que la biblia tiene para hablar de la conducta o
comportamiento, simplemente se citaron algunos textos que usan algunas formas del verbo an-
dar para indicar la conducta que nos debe caracterizar como hijos de Dios.
El creyente inteligente seguirá con la ayuda de Dios estos ejemplos de conducta para mostrar
que en realidad somos hijos de Dios. La biblia dice que todos los que son guiados por el Espíri-
tu de Dios estos son hijos de Dios (Romanos 8:14) un texto que hace surgir muchas preguntas
como las siguientes: ¿Cómo sé que soy guiado por el Espíritu? ¿Cómo me guía el Espíritu?
¿Para qué me guía el Espíritu? Estas y otras preguntas nos hará seguramente reflexionar si es-
tamos siendo guiados por el Espíritu Santo o no.
El Espíritu Santo nunca nos va a guiar en contra de la Palabra de Dios sino en plena armonía
con ella. Toda persona que diga que es guiado por el Espíritu de Dios y vive en constante des-
obediencia es un mentiroso; es imposible ser guiado por el Espíritu y vivir de tal manera contra-
ria a los santos mandamientos de Dios. El creyente inteligente vivirá en armonía con Dios pues
siempre el Espíritu Santo trabaja en nuestro corazón trayendo convicción a nuestra alma.
Nos podemos dar cuenta que el andar del cristiano debe ser sabio y no necio, obviamente que
no debemos tomar en cuenta las opiniones de la gente del mundo y aun de muchos creyentes
necios que confunden integridad con fanatismo y santidad con legalismo, ser bíblico con anti-
cuado...la lista sería demasiado larga.
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VI- El creyente inteligente se caracteriza por el amor verdadero (Juan 13:34; 15:12)
Como el sabio es obediente a Dios, por la misma razón que es sabio y unos de los mandamien-
tos es el de amar a Dios y al prójimo como a uno mismo, obviamente que el amor verdadero
debe caracterizar la vida y actitudes del creyente sabio. Como se puede observar en los textos
citados arriba que el amor tiene una medida mandada por el Señor y es como él nos amó.
Esto es muy importante ya que el amor es la fuerza motriz de la fe, ya que la fe obra por el amor
(Gálatas 5:6), sin amor la fe misma es paralitica (1Corintios 16:14); no solo debemos hacer to-
das las cosas con amor sino también servirnos por amor los unos a los otros (Gálatas 5:13). Aun
debemos perdonarnos unos a otros ya que es imposible amar y no perdonar, se puede perdonar
sin amar, pero no se puede amar sin perdonar (Efesios 4:32; Colosenses 3:13); debo aclarar,
que cuando digo que se puede perdonar sin amar, me refiero a tener otros motivos ajenos al
verdadero amor de Dios, es decir, perdonar por intereses creados, pasar por alto una ofensa por-
que me estoy sirviendo de esa persona y si digo algo puedo perder los beneficios. Obviamente,
que en el mundo puede suceder eso, no en Cristo, puesto que solo el cristiano puede tener el
verdadero amor de Dios en su corazón (Romanos 5:5); de todas maneras cabe la advertencia de
cuidar como creyentes sabios la motivación de nuestro perdón. Observemos que el perdón tiene
también una medida y debe ser como hemos sido perdonados por Cristo. El amor debe crecer,
es decir, desarrollarse en cuanto a cualidad y abundar en cuanto a su expresión (1Tesalonisenses
3:12; Filipenses 1:9; Gálatas 5:13-14; Romanos 13:10; 2Tesalonisenses 1:3).
El creyente inteligente es muy diferente del creyente común y sin madurez puesto que la mane-
ra de pensar determina la manera de vivir; una manera de pensar necia determinará una manera
de vivir necia y una manera de pensar sabia determinará obviamente una manera de vivir sabia.
La palabra de Dios nos dice que debemos amar al Señor con toda nuestra mente (Marcos 12:30)
y eso incluye pensar a la manera de Dios para poder actuar a la manera de Dios. Al tener la
mente de Cristo (1Corintios 2:16), no deberíamos pensar en forma diferente a Cristo; pero esto
depende de la decisión que cada persona toma. Podemos decidir actuar de acuerdo al conoci-
miento de Dios que está en nuestra mente y corazón o actuar de acuerdo a nuestro pensamiento
natural humano. Si actuamos de acuerdo a nuestra mente natural somos necios y no sabios y si
actuamos de acuerdo con Dios y su palabra somos sabios y no necios.
El creyente sabio ve la vida en forma diferente, esta con los pies en la tierra y el corazón en el
cielo, donde este el tesoro allí estará también el corazón (Mateo 6:19-21), tiene la mentalidad fi-
ja en las cosas de arriba y no en la de la tierra (Colosenses 3:1-4), así lo expresa el griego bíbli-
co. Después de Pedro confesar que Jesús era el Cristo el hijo del Dios viviente, Jesús comienza
hablar de ir a Jerusalén y padecer mucho y ser entregado, morir y resucitar al tercer día; pero
Pedro llama aparte a Jesús y le reprende por hablar de ir a la cruz y Jesús mirando a Pedro dijo:
Quítate de delante de mi Satanás me eres tropiezo porque no pones la mira (el griego dice no
centras tu mentalidad abarcando la visión también) en las cosas de Dios sino en las de los hom-
bres (Mateo 16:21-23). Desde el punto de vista humano no era posible que un hombre tan bue-
no como Jesús fuera a padecer tanto y morir, pero desde el punto de vista de Dios ese era el
plan de redención para la humanidad perdida, el justo por los injustos para llevarnos a Dios
(1Pedro 3:18; 2Corintios 5:21).
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Desgraciadamente estamos llenos de creyentes necios que piensan como quieren y viven como
quieren, no existe en sus vidas un orden de prioridades ni una manera de pensar bíblica y co-
herente, por el contrario, muchas veces vemos una mentalidad natural, terrenal y forjada por la
sociedad consumista y atea por un lado y por otro, la religiosa sin compromiso con Dios.
Nuestra manera de pensar se debe renovar (Romanos 12:2) con el propósito de poder compro-
bar cuál sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta. El mismo texto citado nos dice que
no debemos adaptarnos a la manera de pensar del mundo la cual es totalmente contrario a la
manera de pensar del cristiano.
No es fácil hay que batallar, vamos en contra de la corriente, por esta razón, es de suma impor-
tancia darle prioridad a la palabra de Dios en nuestras vidas, no como un acto religioso sino
como el pan de nuestra alma, nuestro alimento cotidiano. Debemos aprender de ella cada día
algo e ir dejando que nuestra manera de pensar sea de acuerdo a la palabra, para eso debemos
derribar la altives que no nos deja reconocer que estamos equivocados y destruir también los
argumentos humanos que muchas veces exponemos para tratar de justificar nuestra manera de
pensar o de actuar fuera de los parámetros Divinos y debemos llevar nuestros pensamientos
cautivos a la obediencia de Cristo (2Corintios 10:5). Así es el creyente Sabio.
Sin llegar a agotar el tema que es tan amplio y fascinante, espero que estas notas sean de bendi-
ción para cada creyente y consiervo en el Señor. Es mi oración a Dios que nos ayude a cada uno
para no ser necios sino sabio y que de su palabra podamos cada día adquirir inteligencia (Sal-
mos 119:104-105; Proverbios 6:23; Santiago 1:5).
Su servidor
Ruben Sanchez
09/05/15
Edinburg, Texas
sanchezras@hotmail.com