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2. Realizan reuniones
reuniones de presidencia. Asisten el presidente del quórum y sus consejeros (ellos tres
forman la presidencia del quórum), así como el secretario del quórum. Periódicamente puede
haber otros invitados, por ejemplo, miembros del sumo consejo, especialistas de quórum,
secretarios auxiliares, etc.
Estas reuniones se llevan a cabo con regularidad. En lo posible una vez por semana, pues
de otro modo, se pierde regularidad y no se pueden tratar todos los asuntos que surgen del
trabajo en el quórum. Por lo general, las reuniones no se extienden por mas una hora y media.
Cada reunión es preparada de antemano por medio de una agenda o temario que el
presidente hace llegar a cada miembro de la presidencia uno o dos días antes de la reunión con el
fin de que cada uno sepa lo que se tratará y esté preparado para participar en le reunión. Así
también da la posibilidad a cada uno de buscar guía e inspiración para abordar esos temas. Los
consejeros igualmente pueden sugerir temas a tratar dentro de estas reuniones.
El ser hermano ministrante es una responsabilidad común a todos los poseedores del
sacerdocio a partir del oficio de maestro. Se trata de una asignación, por lo tanto, los hermanos no
son llamados, sostenidos ni apartados para esto.
Los líderes del sacerdocio deben analizar bajo oración las necesidades de sus miembros y
determinar qué familias se les asignara hermanos ministrantes.
4. Planear maneras de atender a las necesidades de bienestar, bajo la dirección del obispo.
El objetivo es ayudar a cada miembro a ser autosuficiente. Para eso es posible trabajar con
un plan de bienestar a través del análisis de necesidades y recursos. Además, los líderes del
quórum a través de su trabajo en terreno pueden conocer las necesidades de los hermanos y ser
los ojos y los brazos del obispo en la tarea de buscar y cuidar del pobre y el necesitado.
Generalmente, el obispo ratificará lo que los líderes del quórum decidan. En este punto, lo más
importante es que si se siente la necesidad de ayudar, debe hacerse, pensando y analizando
siempre la situación y la posibilidad de la persona de lograr la autosuficiencia.
Uno de los pilares claves del buen funcionamiento del quórum es que la presidencia se
mantenga en terreno. Es decir, que constantemente se reúnan para visitar a algunos miembros del
quórum y fortalecerles, expresarles su deseo de que progresen, participen en el quórum y su
disposición a ayudarles, hacerlos sentirse parte del quórum, etc. lo cual permite hermanarles y
enseñarles los principios del Evangelio, así como también conocer sus necesidades.
Otro punto fundamental es estar entrevistando regularmente a los miembros del quórum
para ayudarles en su progreso, aconsejarles, enseñarles, etc.
Una de las responsabilidades más importantes que puede tener el quórum es preparar a
los futuros Élderes para recibir el Sacerdocio Mayor. La preparación consiste en los siguientes
puntos:
Esto es parte importante del progreso del quórum para lograr una unión y hermandad, por
lo que deben efectuarse con regularidad. Las actividades pueden incluir a las familias de los
miembros del quórum o incluso a quienes estén visitando en asignaciones de ministración. Las
actividades por lo general, deben requerir un bajo presupuesto. No se pueden pedir
colaboraciones a los miembros de manera general en las reuniones del quórum, más si de manera
específica y directa a algunos miembros.
10. Trabajar, según lo asigne el obispo en la transición de los jóvenes desde el quórum de
presbíteros al de Élderes.
Bajo la dirección del obispo, la presidencia del quórum dirige y supervisa el trabajo de la
obra del templo y de la historia familiar del barrio. Un consejero de la presidencia trabaja
directamente con el líder de templo e historia familiar, de no haber un líder de templo, uno de los
consejeros funcionara como tal. Sus responsabilidades son.