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Introducción

La metafísica es una rama de la filosofía desarrollada por algunos de los primeros pensadores de
occidente. De hecho, la palabra proviene del griego μετὰ φυσική y significa “más allá de la
naturaleza o la física”. Parménides y Platón fueron dos de los filósofos que plantearon teorías más
allá de los fenómenos naturales y los elementos de su entorno, pero la metafísica como tal es
mayormente conocida a partir de Aristóteles. Esta disciplina se propone conocer la verdad de las
cosas y se cuestiona por qué son. Así, los hombres y mujeres que se dedican a su estudio buscan
comprender el universo desde sus fundamentos.

En este trabajo de investigación se definirán los conceptos más importantes de la filosofía


aristotélica, para poner sobre la mesa la importancia de sus cuestionamientos y respuestas a
asuntos que pueden tener una relación con nuestra cotidianidad. Por ello, la parte principal de
este informe tratará de vincular la teoría con la realidad escolar y la escuela como institución.

Teleología aristotélica

“La metafísica” es el conjunto de escritos sobre “la primera filosofía”, donde Aristóteles plantea
sus respuestas para las preguntas que le permiten comprender el mundo. En ella se tratan las
causas de la realidad concreta (es decir, las estructuras elementales de la realidad sensible), pero
su tema principal es el ser. De esta manera, su preocupación por las causas finales desemboca en
la rama de la metafísica conocida como teleología. Del griego “telos” (fin) y “logos” (discurso,
razón o explicación), estudia los fines o finalidades de los objetos y los seres.

De acuerdo a ello, Aristóteles estableció cuatro causas que componen esta teoría y explican cada
fenómeno:

Causa material: aquello de lo que se hace algo.

Causa formal: aquello que determina la estructura de la materia.

Causa eficiente: aquello que origina el movimiento y que actúa de forma causal en él.

Causa final: aquello por lo que algo se hace y existe.


Para entender estos principios de manera más concreta, existe el ejemplo famoso de la estatua:
en ella, el mármol sería la materia o la causa material; la figura que tiene y representa la estatua
sería la causa formal; el artista que la crea sería la causa eficiente; y su entrega para premiar a un
competidor o la decoración de un templo sería la causa final.

Entonces, para la teleología las cuatro causas son complementarias y explican por qué las cosas
son como son, sin embargo, tenemos que considerar que la causa final es la más importante. Para
Aristóteles, la causa final es la culminación o meta de las cuatro, aunque todas son necesarias para
expresar el universo. Así, las cosas existen para un fin determinado, inserto dentro de cada una de
ellas y que predetermina su desarrollo; de este modo la semilla contiene al árbol y el niño al
hombre, afirmando que existe el dinamismo del mundo y de la vida. Este fin es dado por la causa
primera, como sustancia metafísica, inmóvil y eterna. Para nuestro filósofo, este es el ser por
excelencia (To Theion) responsable del orden y equilibrio del universo.

Teniendo esto en cuenta, podemos encasillar este planteamiento en una de las dos divisiones de
la metafísica: general o especial. De esto modo, diremos que nuestra teoría forma parte de la
metafísica especial, porque pone su atención sobre un elemento particular (To Theion) en lugar de
tratar las categorías más generales del ser. Más precisamente, forma parte de la teología natural,
ya que su método pone en evidencia la existencia de dios sin una revelación o experiencia
sobrenatural, y como hemos visto, su demostración se lleva a cabo a partir de la razón en lugar de
la fe.

Independientemente de que estemos de acuerdo o no con estas ideas, debemos rescatar las
reflexiones de Aristóteles para planteárnoslas en nuestra vida. Como hemos apreciado, la filosofía
busca entender el mundo, por lo tanto, podemos tomar esta teoría y sus conceptos y ver si son
aplicables al presente. Por ello resulta conveniente pensar la escuela en estos últimos momentos
de la formación escolar, aprovechando este trabajo en vista de todos estos años dentro de la
institución.
La teleología y su relación con la escuela

En una primera impresión, la teleología y la escuela parecen dos cosas imposibles de juntar en una
misma oración, sobre todo si tomamos en cuenta que ninguno de los conceptos anteriormente
señalados hace mención a la escuela y mucho menos forman parte de una obra reciente. Sin lugar
a dudas, Aristóteles no pensó proyectarse hasta nosotros en el momento de realizar su trabajo,
pero si nos apegamos al estudio de las finalidades, también podemos preguntarnos cuál es el
propósito de la escuela. Tomando la escuela como una institución, sin detenernos en la cantidad
de colegios a los que hayamos asistido, o si se tratan de liceos científico humanista, técnico,
dirigidos a hombres, mujeres o mixtos, podemos preguntarnos por sus fines. Así, tendremos que
remontarnos a las bases de la educación, no obstante, es una tarea demasiado amplia debido al
tiempo y los cambios sociales que el mundo ha sufrido. Sin embargo, situémonos en los márgenes
del presente y concluyamos que su propósito más importante es el educar.

Ahora bien, como la filosofía se trata de cuestionar, preguntémonos, como alumnos, para qué
educa la escuela. A estas interrogantes podemos responder, por ejemplo, que asistimos a la
escuela para aprender contenidos supuestamente útiles para nuestra vida, pero sería deshonesto
afirmar con tanta certeza que creemos en ello. De la misma manera, podemos decir que vamos a
clases porque la escuela forma ciudadanos capaces de ser insertados en la sociedad y ser
productivos para ella, pero nuevamente nos faltaría convicción. Así mismo, hay quienes creen que
forman parte de la escuela para obtener buenos puntajes en la PSU, continuar sus estudios en la
universidad, tener un “buen trabajo”, ganar dinero y “ser alguien en la vida”. De hecho, parece
que este “telos” también es compartido por algunas instituciones, profesores y apoderados que
buscan prestigio. Finalmente, y como algo insólito, podríamos responder que estamos en la
escuela porque nuestros padres nos obligan, nos mantiene ocupados, matando el tiempo en un
lugar aparentemente menos peligroso que la calle, y sin mayor horizonte luego de la graduación.

Como apreciamos, parece una cuestión difícil de resolver de acuerdo a los diferentes puntos de
vista que se encuentran en la escuela, pero cada vez es más factible apreciar su relación con las
ideas del filósofo griego. Por esta misma razón, también podemos dirigirnos a las cuatros causas
que componen su teoría y acercarlas a este problema. De este modo, tomemos el siguiente
ejemplo: el joven es la materia para ser alumno; “el buen alumno”, con buenas notas y conducta,
es la forma; los profesores, inspectores y directores son la causa eficiente; y la educación para ser
exitoso en la sociedad es la causa final.
Esta burda relación de los personajes con las cuatros causas es algo propio de nuestra sociedad,
por más que se aleje de los ideales de la institución y parezca que no es lo que queremos para
nuestras vidas. Así, la cuestión del “telos” y nuestra realidad inmediata aparecen como una
primera reflexión de este informe, pero que deberán continuar en busca de una respuesta con
sentido para los años vividos en el sistema escolar.

Conclusión

Para terminar esta entrega, debemos asumir que, en un principio, sus partes parecían demasiado
diferentes como para establecer una relación entre ellas, sin embargo, la aplicación de los
conceptos de la teleología al contexto escolar es el elemento que lo convierte en un trabajo
significativo. Si Aristóteles es estudiado hoy en día se debe a que sus ideas son atemporales y se
pueden adaptar a otro tipo de asuntos, independientemente de que ahora no lleguemos a una
única respuesta.

Según lo trabajado, lo más importante para nuestra experiencia es la cuestión de los fines, ya que
nos permite entender una problemática donde cada uno de sus componentes tiene significado a
partir de la finalidad. Por lo tanto, pensar la escuela de acuerdo a su propósito final, nos permitirá
entender cómo nos involucramos en ella. Todo depende de la manera en que sea concebida y por
eso escapa a nuestras posibilidades. Su propósito final está más allá de nuestros intereses, las
expectativas de nuestros padres, la vocación de los profesores y la responsabilidad de quienes
administran los colegios. Es cierto que cada uno de los integrantes puede hacer pequeños
cambios, pero la educación trasciende la sala de clases y se levanta desde su realidad, por ello,
instaurarla, transformarla y dirigirla es un tema del país y todos sus actores.
Bibliografía

- La enciclopedia del estudiante. Tomo 19. Historia de la filosofía. Santillana. Lima 2006
- http://www.academia.edu/1661626/La_teleología_y_la_causalidad_final_en_Aristóteles_
y_en_la_ciencia_contemporánea
- http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-
filosofia/Filosofiagriega/Aristoteles/Teleologia.htm
- http://diana-moreno-00.blogspot.cl/2012/04/ramas-principales-de-la-metafisica.html

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