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LA REGULACIÓN EMOCIONAL - COMPORTAMENTAL

UNIDAD 2 PASO 3

LILIAN MILAGROS LINERO PORTO

CC 39059272

TUTORA

MONICA FERNANDA CAMPO

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA “UNAD”

ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES ARTE Y HUMANIDADES

GRUPO: 403025_96 NEUROPSICOLOGÍA

PROGRAMA DE PSICOLOGÍA

ABRIL 2019
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OBJETIVOS

OBJETIVO GENERAL

Conocer los factores de carácter social y psicobiológicos que influyen en el

comportamiento de las personas que padecen hipertensión arterial como enfermedad no

transmisible.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

● Evaluar los efectos tipo cognitivo conductual en pacientes con ENT hipertensión arterial.

● Conocer las técnicas para el control de los factores que promuevan estilos de vida

saludable.

● Desarrollar un proceso de intervención psicológica en pacientes con ENT hipertensión

arterial.
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CUESTIONARIO

A continuación se relacionan 10 preguntas abiertas basadas en la cognición social o la

regulación emocional de una persona quien padece de hipertensión arterial crónica. Esta

patología se encuentra incluida dentro de las enfermedades no transmisibles, las cuales son

diseñadas con el objeto de conocer y explicar su aparición.

1.​ A qué edad le fue detectada la enfermedad?


2.​ Afecta la enfermedad su estilo de vida cotidiana?


3.​ Qué sintomatología presentó al inicio de la enfermedad?


4.​ Alguien en su familia sufre de hipertensión crónica?


5.​ Le ha afectado psicológicamente esta enfermedad?


6.​ Qué considera usted lo más difícil de padecer esta enfermedad?


7.​ Que tipo de limitaciones ha producido esta enfermedad? Mencionar algunas.


8.​ Este tipo de enfermedad ha afectado otra parte de su cuerpo?


9.​ Su círculo social al conocer que padece esta enfermedad, le ha proporcionado algún tipo de

trato especial?

10.​ S
​ u autoestima se ha visto afectada por el conocimiento de sufrir esta enfermedad?

LINK DE ENTREVISTA

https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=wqzoBnnWnrw
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​FORMATO DE CONSENTIMIENTO INFORMADO


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ANALISIS GENERAL

Las enfermedades no transmisibles generan aproximadamente 60% de las muertes en el

mundo. Estas enfermedades van en aumento y suelen asociarse con uno o más factores de riesgo,

los diez principales factores incluyen, en orden de importancia: bajo peso, sexo sin protección,

hipertensión arterial, consumo de tabaco, consumo de alcohol, sanidad deficiente, déficit de

hierro, humo por combustión de sólidos en interiores, colesterol alto y obesidad (World Health

Organization, WHO, 2003). Así, la hipertensión arterial constituye un importante problema de

salud pública al constituir el tercer factor de riesgo más importante para la mortalidad por

padecimientos crónicos en general.

En efecto, entre las enfermedades no transmisibles cuyo aumento en incidencia es notorio,

tanto en países desarrollados como en países en desarrollo con relativa baja mortandad (tales

como México), la hipertensión arterial es actualmente la principal causa de muerte. En el mundo,

este padecimiento afecta aproximadamente a mil millones de personas (Joint National Committee

on Prevention, Detection, Evaluation, and Treatment of High Blood Pressure, 2003; WHO,

2003).

La Organización Mundial de la Salud ha establecido el cálculo del impacto de las

enfermedades a través del índice «DALY» (​disability-adjusted life years​) que se refiere a la

pérdida de la calidad de vida y de años de vida de modo que un «daly» es equivalente a un año

perdido de vida saludable. A nivel mundial la hipertensión es la tercer causa prevenible de


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enfermedad y muerte que cobró más ​dalys​ en el año 2000 con un total de 64 millones de ellos,

tan sólo después del bajo peso y las prácticas sexuales inseguras (WHO, 2003).

Dos de las principales complicaciones de la hipertensión son las enfermedades del

corazón y la enfermedad cerebrovascular. Finalmente, las enfermedades cardiovasculares

entrañan el problema adicional de un desarrollo relativamente lento que las hace pasar

desapercibidas en muchos individuos expuestos a condiciones de riesgo tales como la

hipertensión.

En otro sentido, se ha propuesto que, dado que hay variables psicológicas que influyen en

ese proceso, éstas constituirían factores persistentes a lo largo del tiempo (Houston, 1989). El

comportamiento del paciente es un componente clave en su bienestar por el efecto de aspectos

cognitivos, instrumentales y emocionales sobre el funcionamiento del organismo (Knight &

Camic, 1998; Sánchez-Sosa, 2002). Cogniciones tales como creencias, pensamientos,

convicciones, etc., pueden modular tanto la conducta instrumental como la afectiva. Por ejemplo,

en el seguimiento de las indicaciones del médico, creencias sobre lo que puede ocurrir si se

siguen o no las instrucciones del personal de salud determinarán parcialmente esa conducta. En el

caso de la hipertensión estas creencias frecuentemente son inadecuadas debido al carácter

asintomático del padecimiento. Por ejemplo, suele haber una deficiente percepción de riesgo por

la ausencia de consecuencias notorias inmediatas si se suspende un tratamiento.


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En cuanto a los aspectos afectivos, una de las razones para el estudio del papel de las

emociones en la salud es la interferencia de algunos estados como la depresión y la ansiedad con

conductas que protegen o restauran la salud, tales como el autocuidado y la adherencia

terapéutica. Otra vía por la que los estados emocionales pueden contribuir a deteriorar el

bienestar y la salud ocurre mediante sus efectos sostenidos en procesos fisiológicos como la

activación parasimpática, el aumento de plaquetas en sangre, o la debilitación de procesos

inmunes (Brannon & Feist, 2000; Cohen, 1982; Sánchez- Sosa, 2002).

Estos mecanismos se basan principalmente en la activación fisiológica que acompaña a

diferentes estados emocionales y la forma en que el individuo interactúa con su ambiente. Los

aspectos instrumentales de la conducta están parcialmente modulados por las cogniciones y

emociones, principalmente las relacionadas con ansiedad y depresión. Means-Christensen (2000)

ha señalado que los factores de riesgo asociados con la depresión en escenarios médicos suelen

surgir de diagnósticos específicos y el uso de ciertos medicamentos. Los pacientes

frecuentemente refieren incapacidad, dolor y salud deteriorada. Por otra parte, la ansiedad se ha

asociado muy frecuentemente con la hipertensión por las reacciones fisiológicas que implica.

Además, debido a la naturaleza de su sintomatología, son los hipertensos los que tienen más

probabilidades de desarrollar un trastorno de ansiedad, en comparación con otras condiciones

crónicas (Sherbourne, Kenneth, Wells & Lewis, 1996).

Cabe señalar que náusea, tos y mareo son algunos de los síntomas colaterales más

frecuentes de los fármacos hipotensores, y que pueden generar tanto deterioro en calidad de vida,
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como la baja adherencia terapéutica típica del hipertenso. Se ha mostrado, por ejemplo, que el

sólo etiquetar como "hipertenso" a un individuo puede generarle perjuicios tales como angustia, y

ausentismo laboral por enfermedad (Alderman & Lamport, 1990; Melamed, Froom & Green,

1997).

El concepto de calidad de vida (CDV) ha adquirido especial relevancia como aspecto

íntimamente ligado a la salud. Su análisis implica aspectos del funcionamiento humano, cuyo

deterioro imposibilita la presencia de bienestar. Algunas propuestas describen a la CDV como

valoración subjetiva del individuo y conductas de funcionamiento cotidiano. Este funcionamiento

incluye a su vez áreas relevantes como educación, empleo, seguridad, recreación, nutrición,

convivencia, etc. (González-Puente & Sánchez-Sosa, 2001; Organización Panamericana de la

Salud, OPS, 1999).

En efecto, algunos estudios de calidad de vida ven en la salud una variable que afecta a

otros componentes como el funcionamiento en el trabajo, ocio, autonomía, relaciones

interpersonales y sociales adecuadas, etc. Por ello la CDV ocupa un lugar privilegiado en el

estudio de la salud a fin de evaluar los efectos de intervenciones para su cuidado, los efectos de

algunas decisiones clínicas, y la identificación de sus causas y consecuencias (Moreno &

Ximénez, 1996).

Debido a las altas tasas de incidencia y prevalencia de la hipertensión, y a su carácter

incapacitante o mortal, su atención no debería reducirse a su tratamiento medicamentoso. Es


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necesario detectar mecanismos que incluyan los efectos conductuales, cognitivos y emocionales

en su diagnóstico y manejo.

ANÁLISIS INDIVIDUAL

La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas que puede conducir en un lapsus más

o menos largo a una serie de complicaciones, pudiendo acarrear invalidez temprana y/o muerte en

períodos productivos de la vida. Es padecida con mayor frecuencia en el adulto pero cada vez aparece con

mayor rapidez en personas jóvenes.

La adquisición de esta enfermedad ha sido uno de los factores que más repercuten en la presencia

de enfermedades cardiovasculares, constituyéndose así en una de las primeras causas de muerte en el país.

En la explicación de la hipertensión esencial han sido considerados los factores

emocionales, en este sentido, Lipowski refiere que juegan un papel esencial las características de

personalidad, pues como se ha visto se desarrollan en personas de conflictos intrapsíquicos, entre

tendencias pasivo-dependientes e impulsos agresivos, con represión de ira o resentimientos

crónicos, pero afirma que estas hipótesis han logrado más popularidad que adecuada validación

(Lipowski, 1982).

DEFINICIONES OPERACIONALES.
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Hipertensión Arterial​: La tensión arterial (TA) es la presión con la que la sangre circula

por los vasos sanguíneos cuando sale del corazón (sistólica o alta) o cuando el corazón se llena

con la sangre que retorna al corazón (diastólica o baja).

Son clasificados como hipertensos, de acuerdo con los criterios de la OMS (Organización

Mundial de la Salud) aquellos sujetos que durante al menos tres tomas casuales se encuentran

incluidas o por encima en las cifras que para cada intervalo de edades se señalan a continuación:

De 15 - 19 años: 140/90 mm de Hg

De 20 - 29 años: 150/90 mm de Hg

De 30 - 64 años: 160/95 mm de Hg

De 65 - y más: 170/95 mm de Hg

Tipos de Hipertensión.

1. Hipertensión primaria: ​Es la que padece la gran mayoría de los pacientes.

2. Hipertensión secundaria: : Como su nombre lo indica, es producida por una alteración

específica del cuerpo humano. Como son:

● De origen renal

● Endocrino

● Psicógeno

● Neurológico
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● Por medicamentos

● Relacionados con el embarazo

● Por sustancias psicoactivas

TÉCNICA O INSTRUMENTO UTILIZADO​.

Como técnica para la obtención de información relevante se utilizó la entrevista de tipo

académica, ya que esta tiene como propósito ​obtener información general, medir opiniones,

actitudes, percepciones sobre una situación o problema de investigación.

MUESTRA.

La muestra está constituida por la participación de la Sra Sandra Milena Yaruro de 40

años de edad paciente hipertensa crónica que fue previamente diagnosticada, por un especialista

de Medicina Interna.

PROCEDIMIENTO.

Se realiza una entrevista psicológica con el objetivo de obtener información acerca del

paciente y de esta forma motivar estilos de vida saludable.

PERCEPCIÓN A LA REALIZACIÓN DE LA ENTREVISTA PERSONALIZADA​.

➢ Respuesta a saludo inicial.

Se evidencia en la entrevista una actitud algo despectiva al momento del saludo inicial.
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Los cardiólogos Friedman y Rosenman, describieron un patrón denominado Patrón de Conducta

Tipo A o del riesgo coronario. La hostilidad es uno de los componentes tóxicos del patrón de

conducta tipo A, este comportamiento genera afectaciones a la enfermedad coronaria

potenciando la realización de conductas de riesgo y situaciones de stress.

➢ Estado de tristeza o depresión.

Se denotan respuestas a algunas de las preguntas un tanto melancólicas o tristes.

Si bien este tipo de reacciones no es tan significativo como otros de los factores de riesgo

también es destacable su incidencia una vez desarrollada la enfermedad, siendo un factor de

riesgo muy importante para que el paciente vuelva a presentar la enfermedad. Este sentimiento de

tristeza ira de la mano de las situaciones que supongan para el paciente una pérdida de una meta o

que predicen consecuencias negativas, como puede ser que te diagnostiquen un problema

cardiaco.

➢ Brazos cruzados en toda la entrevista. (Ansiedad)

Se muestra la Sra Sandra Yaruro durante toda la presentación de la entrevista con los brazos

cruzados.

Con la ​ansiedad​ se da un efecto paradójico, los pacientes con mayores niveles de ansiedad

tendrán una mayor adherencia al tratamiento simplemente por la preocupación implícita en


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cualquier problema de ansiedad; es decir, se tomarán mejor la medicación que pacientes sin ese

nivel de ansiedad.

Como pasaba con la tristeza, no tiene capacidad predictiva de ocurrencia en un primer episodio

coronario, pero si tiene capacidad predictiva de otro evento tras haberse dado ese inicial, siendo

factor importante en la reincidencia.

➢ Manifestación de cansancio excesivo o decaimiento.

Cómo el paciente afronta las situaciones estresantes nos da muchas pistas sobre la relación con la

enfermedad. Cuando se siente sobrepasado por ciertas situaciones, siente que no tiene las

capacidades suficientes de afrontamiento una vez tras otra, es ahí cuando empiezan los

problemas. El estar sin recursos para afrontar determinadas situaciones conlleva que la tensión

suba y por consiguiente la presión arterial también.

➢ El apoyo social.

el apoyo social se convierte en una pieza muy importante, y la pérdida del mismo suele tener

graves consecuencias en cualquier tipo de patología. Se trata de un factor de protección.

La calidad de vida percibida por el paciente depende de su eficacia para adecuarse a los cambios

que la enfermedad le exige, lo que explicaría la debilidad de las correlaciones entre la severidad

de la enfermedad, las variables hemodinámicas o la limitación funcional y los niveles de calidad


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de vida. Este hecho sugiere la importancia de los factores psicológicos y sociales involucrados en

el proceso de enfermedad y en la consecución de objetivos (Siegrist, Fernández López y

Hernández-Mejía, 2000).
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CONCLUSIÓN

La hipertensión arterial (HTA) es la más común de las enfermedades crónicas que afecta

al ser humano.

La hipertensión constituye una de las innumerables enfermedades psicofisiológicas,

donde los factores psicológicos desempeñan un importante papel en la aparición y el curso de

esta afección. Así, se enfatiza actualmente el efecto interactivo de diversas variables en su origen

y evolución.

Sobre la base de estos resultados, se ha perfilado la regulación emocional, como una

variable relacionada con dificultades en pacientes hipertensos, para ofrecer una respuesta

emocionalmente ajustada a las exigencias sociales y al mejoramiento de su calidad de vida.


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BIBLIOGRAFÍA

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Colombia: Universidad nacional abierta y a Distancia- UNAD. [Archivo de video]. Recuperado

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Recuperado

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Riveros, A., Ceballos. G.,... (2005). El manejo psicológico de la hipertensión esencial:

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