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Pedro Prado:
De la ruptura al límite y del límite a la ruptura
Resumen
Nos proponemos analizar la obra modernista del escritor chileno Pedro Prado
(1886-1952), donde se aprecia una constante tendencia a una renovación, la búsque-
da del atreverse a ser distinto. En un intento de expresar su propia sensibilidad es, a
la vez, un poeta y un pensador, no sujeto a modas literarias, sino atento a su propia
voz. Este anhelo constante lo impulsa a asumir el cambio, a probar diversas tenden-
cias y formas literarias. Con este acercamiento a su obra de rasgos románticos, re-
alistas, modernistas y vanguardistas, estamos cerrando un ciclo que se abrió a fines
del siglo XIX abriendo otro que nos acerca al siglo XXI, aprovechando la visión del
poeta intemporal y sobredeterminada por la necesidad de reflexión personal, de crí-
tica seria y fundada en la búsqueda de lo creativo.
Palabras claves : modernismo, modernidad, visión del mundo, creatividad, renova-
ción.
Abstract
Our purpose is to analyze the modem works of the chilean writer Pedro Prado
(1886-1952), in which we can appreciate a constant tendency towards renovation,
the search for the boldness to be different. In an attempt to express his own sensibi-
lity, he is at the same time poet and thinker, not subject to literary fashions, but at-
tentive to his own voice. This constant desire propels him to assume change, to test
diverse tendencies and literary forms. With this close scrutiny of his work and its
Recibido: Noviembre de 1996 • Aceptado: Febrero de 1997
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conduce a la vida " (El Llamado del Prado intenta expresar mejor su
Mundo , ob. cit., p. 48).
ritmo interior y espera crear un espa-
cio de comunión consigo mismo y
En Flores de Cardo y en El Lla-
con el Todo a través de la prosapoé-
mado del Mundo , Prado entrega un
tica, forma que descubre libre de ti-
universo captado en su sensorialis-
pografías métricas y de imposiciones
mo, ese descubrimiento primordial
de ritmo y de rima, ya que sólo se
del mundo no se podía someter a le-
siente sometido a leyes morfosintác-
yes. Ambos son un intento válido de
ticas. La prosa poética responde a
un nuevo sistema poético que expe-
una manifestación vital de Prado: al
ri menta con formas novedosas; la
afán de no quedarse "esclavo de las
elección de temas y motivos revela
palabras al decir y esclavo de las
influencia modernista. Los dos cons-
propias fuerzas al hacer", no destruir
tituyen un umbral que prepara los
la vida, "la inestabilidad del dinamis-
caminos vanguardistas de la poesía
mo, ese ir y venir, ese completarse y
posterior. Estos libros muestran una
corregirse", "romper el límite de las
etapa en el desarrollo de la persona-
propias fuerzas" (Prosa varia", en El
lidad creadora de Pedro Prado, en
Llamado del Mundo , ob. cit., p.
permanente asedio de la armonía,
143). El primer deber del creador es
fundamento de toda poesía.
escuchar el movimiento interior que
conlleva su propio ritmo y, por ende,
La prosa poética
su forma. Del movimiento interior -
pensamiento primigenio que lucha
La tan ansiada armonía no se re-
por alcanzar su forma- nace incluso
fiere sólo a la poesía conformada
el ordenamiento sintáctico que mejor
métricamente sino que se manifiesta
lo expresa: "Y respecto a aquello de
en toda forma creada; es un estado
saber el tono exacto, os puedo decir
de consonancia que involucra al
que los pensamientos vienen a la
hombre consigo mismo, con la crea-
vida como los hombres; el alma que
ción total, y que se refleja en la obra
acompaña a éstos, es en aquellos un
del artista. "La armonía no es una ley
agrupamiento de palabras inamovi-
o un conjunto de leyes. Es algo que
bles y un tono preciso. Si no dais
no es aparte de nosotros; es la actitud
con ellos, no pensáis con justeza"
resultante de nuestro ser actual ante
("En torno a la poesía", ob. cit., p.
determinados asuntos" ("En tomo a
92). Ritmo, tono y agrupamiento de
la poesía", en Ensayos sobre Arqui-
palabras constituyen una expresión
tectura y Poesía , 1981, p. 94).
supraverbal: no es válido el signifi-
cado individual de cada término, el
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contexto carga de nuevos temas el ral del universo, dejándose llevar ha-
texto al irradiar la energía de unos en cia algo que la razón no sabe ni pue-
otros. de definir, pero que se intuye como
Con la prosa poética, Prado entre- verdadero y absoluto: "Los pájaros
ga una primera elaboración del mun- incansables volaban cantando, y si el
do captado, tratando de expresarlo vuelo los llevaba lejos, el canto los
mediante experiencias contingentes mantenía unidos... Inconsciente,
que apuntan a una trascendencia. Lo tembloroso, llevado por la fiebre y
circunstancial se convierte en expre- seguro de mi deber para con mis ta-
sión del movimiento interior y el citurnos compañeros, de pie sobre la
aquí y ahora, a través del poeta y su borda, uní mi voz al coro de los pája-
decir metafórico, se transmutan en ros errantes" ( Los pájaros Erran-
símbolos no sólo de la propia expe- tes, 1960, p. 12).
riencia, sino de la humanidad. Supe- El poeta vislumbra otra realidad.
ra lo personal relativo hacia la ima- Su tragedia radica en que para comu-
gen universal. En Los Pájaros nicar esa experiencia trascendente,
Errantes , 1915, el canto y vuelo de sólo cuenta con la palabra que, para
las aves revela al hablante el ritmo él, aún es un sistema convencional
natural del mundo: una intencionali- de signos, en el que "el valor de cada
dad, una dirección y un sentido. El uno de sus términos depende del va-
canto los mantiene unidos en la os- lor con el que se le haya revestido"
curidad y cual una "peregrinación in- ("En torno a la poesía", ob. cit., p.
terminable" cruzan "en un arco sono- 64). En 1921, bajo el pseudónimo de
ro de uno a otro horizonte". La reali- Andróvar, exclama: "Palabras, siem-
dad inmediata, física, local -archipié- pre palabras, sucias, iguales y borro-
lagos del sur, pescadores, pájaros, sas como monedas que ruedan inex-
balandra, noche, mar, velas remen- presivas entre las manos avaras de
dadas- se desdibuja en una atmósfera las multitudes. Tener que valerse de
vaga, imprecisa, irreal, asordinada, estas viejas y mañosas cabalgaduras
donde lo único verdadero es el "coro que se obstinan en no dejar el cami-
de los pájaros errantes". La de ellos no conocido que lleva derecho a los
es una voz no aprendida, natural, antiguos pesebres" ("Prosa varia",
instintiva que enseña al hablante una ob. cit., pp. 144-145).
nueva posibilidad de comunicación y Epoca de búsqueda, todavía siente
su "deber" de poeta con sus "tacitur- que la música de las formas métricas
nos compañeros": cantar, unir su voz es "una armonía aparte, solitaria,
a la de los "pájaros errantes". Equi- como orquesta que acompaña una
vale a interiorizarse en el ritmo natu- comida y que se hace sensible cuan-
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que crea una tercera realidad: "tierra truyendo un ritmo acorde con aque-
que andas, oleaje que perduras". El so- llo que expresa el hablante. El poe-
neto aparece como una evolución que ma El Vilano dibuja con la disper-
se inicia en la captación sensible del sión acentual el ritmo de la flor de
entorno para culminar en la intimidad cardo, volátil, aérea, ingrávida.
del hablante lírico donde se produce la Summa ofrece una regularidad rít-
integración con el todo. Así la realidad mica acorde con su contenido de to-
campesina chilena se disuelve en un talidad y plenitud. En Mil verso, es
ambiente real-mágico- extraño-totali- evidente la intencionalidad de ruptu-
zador. La duna se transforma en un ra de límites que expresa: "Déjame
símbolo de nuestro destino, transitorio en la soledad de mi quebranto", que,
y temporal; de nuestra vida arrebatada con sus doce sílabas, rompe la regu-
por el movimiento hacia el cansancio, laridad del soneto endecasílabo. La
la rutina, la indiferencia, el abandono, dispersión acentual en Las Dunas,
la muerte. Prado nos habla de una re- pareciera apuntar a la ingravidez de
alidad concreta, pero no la describe la arena que avanza, que se mueve
como una copia exacta de lo externo incesantemente, aunque pareciera es-
ni la idealiza hasta dejarla irreconoci- tar queda.
ble, la atenúa en su materialidad y la Prado conserva, de este modo,
hace símbolo de otra realidad, una que una tradición y la sobrepasa, hacién-
supera lo simplemente fenoménico. dose el portavoz de una nueva gene-
Esta "arena alada" quita consistencia, ración poética. Su búsqueda no sólo
peso, concreción al paisaje, y sugiere compromete al creador sino al hom-
el avance inexorable, "sin cesar", del bre en plenitud y así su poesía nos
tiempo-duna hacia "el olvido" que se- revela su vida y su íntimo sentir.
pulta en "silencioso cántico", "las es- Parte del versolibrismo, a medida
peranzas". que transcurre su quehacer poético,
Es interesante observar las cons- lo va conteniendo dentro de la forma
trucciones rítmicas que subyacen en clásica, prefiriendo el soneto, para
sus sonetos: Prado ha descubierto la aprehender una existencia que des-
forma perfecta para su poesía. Hay borda, en todo momento, la ley: lí-
una arquitectura posible del soneto mite y ruptura.
que el poeta aprovecha, poniendo la
forma en consonancia con su mensa- La cosmovisión de Pedro Pardo
je: No podemos pensar que esta dis-
tribución sea casual: la distribución La cosmovisión de Prado está en
de los acentos es siempre diferente y íntima conexión con su religiosidad
adecuada a la matriz temática, cons- que apunta al sentido etimológico
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daptado entre los seres humanos. Es hay una fuerza misteriosa que lo
un extraño en el mundo de los hom- atrae hacia la tierra, indicio de su
bres. Mientras asciende a lo alto del condición material. En su último
cielo, proyecta su imagen por medio vuelo en busca del sol, consciente de
del agua, hacia lo profundo de la tie- sus límites , cierra sus alas y el roce
rra. Los dos ámbitos, anverso y re- de la atmósfera en la caída , lo que-
verso, se conectan a través de Alsi- ma, convirtiéndolo en cenizas que
no. Cada vez se hace más liviano, quedan flotando en el aire, liviana e
vuela más alto, pareciera estar prepa- ingrávidas . Para Prado, toda criatura
rado para la gran aventura : ascender viviente forma parte de la naturaleza,
hasta el infinito. Como un modo de de ella procede y a ella retorna tras
romper con todo un pasado que lo su muerte. Sobre la superficie terre-
determina en un espacio y en un na desarrolla su vida, cumpliendo
tiempo, retorna a su pueblo. La con el reloj vital, para el hombre: ni-
abuela agoniza. Dialogan en medio ñez, adolescencia, juventud, madu-
de una atmósfera extraña e irreal: la rez, vejez, enfermedades, deterioro
abuela se cree muerta y en presencia físico, muerte. El ciclo de cada exis-
de un ángel alado, domina la ambi- tencia nos iguala y genera una forma
güedad y el misterio. La muerte de la de predestinación. Queramos o no
abuela libera a Alsino simbólica- nuestro crecimiento y decrecimiento
mente de sus amarras terrenales: se- naturales se cumplen inexorable-
pulta a la abuela en la misma choza mente. La vida de cada uno se desa-
que habían compartido. Las arenas rrolla en determinadas circunstancias
se apoderan de la vivienda , enterran- de origen y medio. De esta circuns-
do todo vestigio de vida. Desaparece tancialidad, el hombre puede liberar-
cualquier rastro de Alsino: familia, se con opciones humanas, entre
casa, recuerdos . Se acentúa su desa- ellas, la imaginación y la palabra. La
daptación, los campesinos se burlan i maginación revela nuestra capaci-
de él, lo golpean , queda ciego, no dad de soñar y ensoñar como posibi-
puede volar, choca con los árboles, lidad de transformar la existencia ru-
situaciones que, una y otra vez, po- tinaria, rígida, materialista, en algún
nen a prueba su fortaleza. Se con- dúctil , novedoso , diferente, donde
vierte en un niño desvalido , atado a los sueños más hermosos pueden
la noche de sus ojos. Otros deben concretarse; no es una evasión: las
cuidar de él. El único consuelo, ex- grandes realizaciones de la realidad
tender las alas. Decide liberarse. Su son primariamente grandes sueños.
desasimiento debería llevarlo al vue- La imaginación creadora se vuelca al
lo definitivo. No obstante, siempre exterior en un lenguaje creativo que
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