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Togados y Letrados

Libros, Lecturas y Bibliotecas


en la Formación de los Abogados Neogranadinos
1739-1777

Mónica Patricia Fortich Navarro


Directivas Universidad Libre

Luis Francisco Sierra Reyes


Presidente

Nicolás Enrique Zuleta Hincapié


Rector Nacional

Pablo Emilio Cruz Samboni


Secretario General

Antonio José Lizarazo Ocampo


Censor Nacional

Eurípides de Jesús Cuevas Cuevas


Presidente Sede Principal

Fernando Dejanón Rodríguez


Rector Seccional

Jesús Hernando Álvarez Mora


Decano Facultad de Derecho

Álvaro Aljure Moreno


Secretario Académico Facultad de Derecho

Alfonso Daza González


Director Centro de Investigaciones Socio Jurídicas
Fortich Navarro, Mónica Patricia.

Togados y Letrados. Libros, lecturas y bibliotecas en la formación de los abogados


neogranadinos - 1739-1777
1ª ed. Bogotá: Universidad Libre de Colombia, 2011.
384 p.

© Universidad Libre de Colombia.

© Mónica Patricia Fortich Navarro.

Primera edición: agosto de 2011.

Todos los derechos reservados y se acoje en un todo a la Ley 23 de 1982, artículo 32.

© Universidad Libre de Colombia


Centro de Investigaciones Socio-Jurídicas
Carrera 8ª No. 5-80, Tel.: 382 1000.

ISBN 978-958-8646-10-7

Editor: Universidad Libre de Colombia.


Diseño carátula: Diana Guayara V.
Concepto gráfico y armada digital: Diana Guayara V. - dianaguayara@gmail.com
Producción: Alvi Impresores Ltda. - Tel.: 2501584 - alvimpresores@yahoo.es
A Marelvy Argel

A Elena Navar ro
El estudio del derecho como una especial clase de hechos sociales…
lleva en el plano filosófico a la elaboración de una culturología jurídica…
a una doctrina del derecho como objeto cultural, y en el plano empírico
conduce a una historia del derecho (descripción de realidades
jurídicas particulares) y a la sociología del derecho
(investigación sobre tipos y regularidades de los fenómenos jurídicos)
Luis Recasens Fiches. Tratado general de filosofía del derecho.

(…) [sociología del derecho e historia del derecho] no dejan


de constituir un medio muy valioso para el jurista: lo conectan
directamente con la vida social que pretende regular
con la aplicación de las normas. Un alejamiento de ese propósito
simplemente provocará mayor distancia,
en el futuro, entre los profesionales y la sociedad.
Rosalío López Durán. Sociología General y jurídica.

(…) no tardando mucho se impondrá como idea común


y se reconocerá que la historia del derecho
se ha practicado siempre como historia de los libros jurídicos.
Rafael Gibert. La historia del derecho como historia de los libros jurídicos

La historia del derecho es una historia de libros


Álvaro d´Ors. Una introducción al estudio del derecho
Agradecimientos

sta obra no hubiera sido posible sin el apoyo y la generosa


colaboración de varias personas para quienes ofrezco mi
gratitud y profunda admiración: En primer lugar a las
directivas de la Universidad Libre, en especial al doctor Nicolás
Enrique Zuleta Hincapié, Rector Nacional, por enseñarme
su confianza en el trabajo académico como herramienta para
construir individuos y sociedades más justas y equitativas; al doctor Jesús
Hernando Álvarez, Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, su
receptividad al proyecto editorial y su confianza en las iniciativas académicas;
al doctor Miguel Malagón Pinzón sus lecturas y sugerencias en la dirección de
la tesis doctoral. Igualmente, mis agradecimientos para algunas personas que
ofrecieron una referencia desinteresada como los muchos funcionarios de la
Biblioteca Nacional de Colombia, del Archivo General de la Nación, y de todas
las demás bibliotecas privadas consultadas. A las directivas del doctorado en
Sociología Jurídica de la Universidad Externado de Colombia. Y mi gratitud
inconmensurable a Mare Argel por apoyarme material y espiritualmente en la
construcción de la obra, desde los primeros a los últimos manuscritos y a mi
madre Elena Navarro quien ha estimulado, a su manera, el amor por los libros y
el conocimiento, a ellas dedico el fruto de este esfuerzo.
Contenido

Prólogo 17
Presentación 21
Introducción 25

Capítulo 1
El orden de los libros jurídicos

1.1 La cultura del libro jurídico: consideración epistemológica 31


1.2 Libros, lecturas, lectores en la formación del derecho 36
1.3 El orden del discurso en los textos jurídicos 38

Capítulo 2
Legitimidad e interlocución en los textos jurídicos

2.1 La legitimidad de los interlocutores1 46


2.2 Dimensión histórica del campo del derecho en Colombia 46
2.3 Las formas de autoridad en la producción de los discursos jurídicos 48
2.4 Discurso y legitimidad discursiva 51
2.5 Una mirada al orden de Foucault 52
2.6 La legitimidad de un Campo según Bourdieu 58
2.7 Hacia otras formas del concepto de autoridad 63

Capítulo 3
Togados y letrados: el orden de los juristas en la ciudad letrada

3.1 El orden simbólico de la ciudad letrada 66


3.2 La ciudad escrituraria y los juristas 70
3.3 Togados letrados o iletrados 72

Capítulo 4
Historiografía para una bibliografía jurídica del siglo XVIII

4.1 Historiografía colombiana: Renán Silva 78


4.2 Historiografía española y la historia del derecho 81
To ga d o s y L e t ra d o s
14

4.3 Historiografía del derecho Español: Juan Sempere y Guarinos 84


4.4 Historiografía moderna de García Gallo 89

Capítulo 5
El papel del jurista entre España y el nuevo mundo

5.1 La enseñanza universitaria del derecho 93


5.3 Los abogados: un estado de la cuestión en el Nuevo Reino de Granada 101
5.4 Cédulas reales referidas a los abogados 108
5.5 Los abogados y la Real Audiencia 113
5.6 Las solicitudes de los abogados ante la Real Audiencia 118

Capítulo 6
Los libros y la formación de los abogados neogranadinos

6.1 Las facultades de derecho y los estudios en España 128


6.2 La oratoria forense de los abogados 132
6.3 Los estudios de latín y las cátedras de derecho 133
6.4 Los Colegios de Abogados y la formación de los profesionales 136
6.5 La práctica profesional de los abogados neogranadinos 139
6.6 El exceso de abogados en el Nuevo Reyno de Granada 141

Capítulo 7
La élite de los juristas neogranadinos frente a la cultura del libro

7.1 La elite de los letrados 148


7.2 La provisión de cargos en el nuevo mundo 149
7.3 Las disputas entre las elites del virreinato 151
7.4 Los abogados y la pureza de sangre 153
7.5 Un orden ortodoxo o una heterodoxia bibliográfica 158
7.6 Los colegiales una elite ortodoxa 161

Capítulo 8
Planes de Estudios para los abogados neogranadinos

8.1 Los planes de estudio y el pensamiento ilustrado 165


8.2 El “estado literario” en las Relaciones de Mando 169
8.3 Plan de estudios y método provisional de 1774 176

Capítulo 9
Algunos manuales para el estudio del derecho

9.1 Las obras de juristas neogranadinos 186


M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
15

9.2 Manuales para las Reales Audiencias y Cancillerías 190


9.3 Los manuales y la censura inquisitorial 197
9.4 La Política de Jerónimo Castillo de Bobadilla 198
9.5 La Ciencia de la Legislación de Gaetano Filangieri 199
9.6 Las instituciones políticas de Jacobo von Bielefeld 203
9.7 Los Kalendarios y algunos datos sobre libros jurídicos 205
9.8 La biblioteca privada de un jurista español 209

Capítulo 10
Los libros jurídicos hacia el virreinato neogranadino

10.2 Biblioteca Fernando de Castro y Vargas 221


10.3 Biblioteca de Hernando Arias de Ugarte 222
10.4 Biblioteca del Virrey-frayle José Solís Folch de Cardona 236
10.5 Biblioteca de Juan José D´Elhuyar 238
10.6 Biblioteca de Manuel del Socorro Rodríguez 239
10.7 Biblioteca de Antonio Nariño 241

Capítulo 11
Hacia un corpus material de libros jurídicos neogranadinos

11.1 Datos para un corpus material de los libros jurídicos 243


11.2 Bibliotecas jurídicas neogranadinas siglo XVIII 247
11. 3 Biblioteca de la orden franciscana 247
11.4 Biblioteca de la orden de los jesuitas de 1767 248
11.5 Real Biblioteca de Santafé 1777 258
11.6 Biblioteca del Colegio Mayor del Rosario 263
11.7 Biblioteca de la Orden de Predicadores 266
11.8 Los inventarios de textos y sus alcances 268

Capítulo 12
Hacia un corpus ideal de libros jurídicos

12.1 Ensayo de una biblioteca jurídica en siglo XVIII 271


12.2 Corpus material vs. corpus ideal: consideraciones finales 274

Conclusiones 277

Bibliografía 283
To ga d o s y L e t ra d o s
16

ANEXOS

Anexos Documentales

Anexo 1
Biblioteca de la Compañía de Jesús 299

Anexo 2
Real Biblioteca de Santafe 306

Anexo 3
Biblioteca del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario 325

Anexo 4
Biblioteca de la Orden de Predicadores 351

Anexo 5
Documento sobre el exceso de abogados 354

Anexo 6
Relación de los méritos y circunstancias del Dr. Don Francisco
Antonio Moreno y Escandón 362

Anexo 7
1767 Univerisdad Javeriana: inventario de sus bienes 367

Anexo 8
Solicitudes de abogados ante la Real Audiencia de Santafé 371

Anexos de Imágenes

Anexo 1
Imágenes de textos jurídicos 375

1. Portada de la edición manuscrita de la Real Biblioteca de Santafé 375


2. Relación de los libros jurídicos en la Real Biblioteca de Santafé 376
3. Edición de la Política Indiana 377
4. Edición de libros de derecho canónico 378
5. Grabado de un letrado en su biblioteca 379
6. Portada de la edición de la Historia del derecho Español 380
7. Portada de la edición de la librería de Escribanos, Abogados y Jueces 381
8. Edición de la Historia del Derecho Real de España 382
9. Portada de la edición de la Ciencia de la Legislación 383
Prólogo

a obra que sigue apunta a revisar la cultura del libro jurídico


en la Nueva Granada durante el siglo XVIII, especialmente en
los años que van desde la segunda erección del virreinato de
Santafé de Bogotá hasta la fundación de la Real Biblioteca de
esa ciudad (1739-1777). Para ello arranca, en su parte nuclear,
con un estado de la cuestión de la historiografía del Derecho
en España y sus colonias americanas.

En los primeros dos capítulos se expone el marco conceptual, basado en las


nociones de sociología de la lectura propuestas por el historiador francés Roger
Chartier; las cuales van asociadas a los conceptos de texto y discurso (Foucault),
campo y legitimidad (Bourdieu). De este modo se pretende justificar la idea de
que los libros son construcciones discursivas y que tanto los lectores como las
bibliotecas son agentes en la recepción y circulación de aquellos discursos. La obra
postula que la formación de la tradición jurídica colombiana está íntimamente
ligada a los saberes y circunstancias de la Ilustración, por lo que se esfuerza en
plantear sus repercusiones inmediatas sobre el movimiento de la independencia.

En el Derecho, como en todos los saberes, la tradición escrita de los libros es


una buena manera de hacer seguimiento a lo que la gente piensa, sueña y hace
en su quehacer cotidiano y en su proyección como pueblo. En breve, para la
construcción de los órdenes materiales y simbólicos sobre los que las sociedades
recrean su cotidianidad.
To ga d o s y L e t ra d o s
18

Siguiendo dicha percepción, la obra que prologamos pretende hacer una


síntesis teórica, una descripción de los contextos histórico-culturales y un
recorrido por las prácticas y procesos de formación de los juristas indianos,
que operan como un soporte para poner en evidencia el corpus material de
las bibliotecas antiguas. El trabajo lleva la pretensión de advertir la necesaria y
urgente interdisciplinariedad que deben tener los estudios jurídicos, al revisar
su naturaleza y objeto a partir de conceptos y teorías de las ciencias sociales
en general, y de la sociología, la historia, la literatura y la semiótica en especial,
reconociendo la complejidad de fenómenos en los que el Derecho se fundamenta.

En este punto hay que tomar en cuenta la propia capacitación profesional


de la autora, Mónica Patricia Fortich Navarro, que ha seguido un derrotero a
caballo entre la jurisprudencia y las ciencias humanas. Graduada de abogada en
la Facultad de Derecho de la Universidad de Cartagena (1995) y diplomada en
Didáctica del lenguaje y la literatura por esa misma casa de estudios (1997), pasó
después de algunos años a establecerse en Santafé de Bogotá. En esta ciudad
ha estado vinculada académicamente a la Pontificia Universidad Javeriana, la
Universidad de San Buenaventura y la Universidad Libre de Colombia, donde
actualmente es docente y asesora de la Rectoría nacional. A sus múltiples
trabajos publicados, hay que añadir su graduación como Magíster en Literatura
Hispanoamericana por el Instituto Caro y Cuervo (2005) y como Doctora en
Sociología Jurídica por la Universidad Externado de Colombia (2010).

De la correspondiente tesis doctoral proviene este trabajo, que pretende ofrecer


una reconstrucción del corpus bibliográfico del siglo XVIII sobre los inventarios de
los textos que estuvieron físicamente a disposición de los estudiantes de Derecho,
litigantes, jueces y servidores públicos. ¿Y qué haría tan valiosa esta reconstrucción?
El hecho de que, según propone la autora, en cabeza de los togados y letrados se
concentraba el “saber” y la aspiración de control de los discursos sobre la legitimidad
de las estructuras políticas y sociales en aquella época.

Bajo tales consideraciones, la obra plantea un diálogo entre el tema de la


tradición y la cultura jurídica, revisando las formas de producción, circulación
y recepción de los textos jurídicos (doctrinales, legislativos y jurisprudenciales).
Según ya está dicho, se toma como marco de referencia los trabajos sobre la
cultura del libro europeo de Roger Chartier, y en especial los conceptos de
lector, autor y biblioteca que este propone, para reconfigurar sustancialmente las
nociones de la cultura del libro jurídico en la Nueva Granada.

En su aproximación al ordenamiento social y la formación de los hombres


de leyes, Fortich Navarro se fija en las características de la enseñanza
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
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universitaria, las regulaciones del trabajo de los abogados y sus vinculaciones


formales con la Real Audiencia. También reconstruye la preparación
académica de los letrados, su capacitación en la práctica forense y su paulatina
asociación en colegios profesionales. Interesantes son las denuncias sobre la
supuesta excedencia en el número de abogados que se titulaban y pretendían
ejercer la profesión en aquel territorio.

En una parte que interesará sobremanera a los investigadores de la historia


del libro, la autora estudia los manuales de preceptiva jurídica que circularon
más asiduamente en la Nueva Granada, para facilitar los trámites ante la Real
Audiencia; destacando en este contexto las obras de autores como Castillo
de Bobadilla, el italiano Filangieri y el prusiano von Bielefeld. Asimismo,
presenta una serie de documentos sobre el desarrollo del mercado de libros en
Hispanoamérica colonial y reproduce un conjunto selecto de inventarios de
bibliotecas privadas que han sido previamente estudiados y publicados.

Demostrando gran destreza el manejo de la información catalográfica,


Fortich Navarro expone los repertorios jurídicos de las principales bibliotecas
de instituciones educativas y congregaciones religiosas existentes en Bogotá. Por
cierto, uno de los aportes más sugestivos de la obra consiste en la propuesta
de un corpus ideal de los textos para la formación de los juristas en aquella
época. Tomando como base los catálogos del Colegio Mayor del Rosario, de la
Compañía de Jesús y de la Real Biblioteca, la investigadora colombiana ofrece
un ensayo de biblioteca jurídica básica para finales del siglo XVIII. Se trata de
“un corpus de libros que, creemos, fueron consulta obligada para todo el que se
formara en el Derecho o ejerciera como tal en los tribunales y ante las diferentes
instituciones donde se requería su concurso”.

El libro aborda, en síntesis, el papel que los letrados, o sea lectores,


desempeñaron en el establecimiento del orden colonial en la Nueva Granada.
Postula claramente la ubicación de los juristas en la élite del virreinato,
para reforzar lo cual trata aspectos como su nombramiento en altos cargos
burocráticos, sus expedientes de méritos y nobleza de sangre y su pertenencia
a los colegios mayores, entre otros. En definitiva, nos hallamos ante una
aproximación primigenia, saludable y valiosa al tema de la cultura jurídica en la
América española tardocolonial.

Teodoro Hampe Martínez


Instituto Panamericano de Geografía e Historia & Instituto Latinoamericano de Historia del Derecho
Presentación

l presente texto, producto de una investigación doctoral


exhaustiva, es susceptible de convertirse en un texto obligado
en la reflexión académica del derecho, en el ámbito histórico
de la legitimidad de la nación y en el patrimonio tangible e
intangible de Colombia.

En la reflexión académica, se enmarca como un escrito básico para los estudios


sobre la formación del derecho en Colombia a partir de una revisión bibliográfica
jurídica con la cual se ha construido dicha tradición normativa. “La cultura del
libro” planteada por el francés Roger Chartier como tendencia metodológica, es el
enfoque que permitió desde los inicios de la investigación vislumbrar los hallazgos
en la comprensión y aprehensión de los tipos de textos –y de discursos– que
constituyeron la red de sentidos desde donde la tradición jurídica sentó sus bases en
este país. Y por ende la construcción del orden social que el derecho regula. De ahí
el interrogante de ¿qué leían los abogados en el periodo colonial, anterior a la época
de la independencia?, nos somete a viajar por el camino de la revisión historiográfica
y bibliográfica de los libros del derecho y las fuentes con las cuales se formaron los
juristas de entonces y, tal vez, desde entonces.

El vehículo de este viaje se abordó en el siglo XVIII y cruzó por el periodo


hispánico granadino. Este iba equipado con las herramientas teóricas para
To ga d o s y L e t ra d o s
22

auscultar la producción, reproducción y circulación del conocimiento del


derecho, que permitiera, así, reconstruir el camino genealógico de las bases de la
cultura de los profesionales de las leyes, los togados, que nos antecedieron.

En el ámbito histórico, la cronología, la sucesión de hechos del discurso


que provenían de los contextos sociales y políticos europeos, acompañados de
los intereses del juego de los imperios, hacían que la literatura jurídica hallara
asiento en las tierras del nuevo régimen social para legitimar los poderes sobre
todo lo colonizado. Y es el aparato del derecho y sus agentes –o abogados–
quienes deberían estudiar y aplicar los códigos y normas en los futuros Estados
que empezaban a construir sus historias.

Acerca de lo tangible e intangible, creo encontrar el principal hallazgo de


la investigación expuesta en este libro. De acuerdo a las teorías sociológicas
contemporáneas que hablan de los capitales cultural y simbólico, este trabajo
proporciona la materia prima para entender cómo podrían encontrarse y operar
estos tipos de capital como patrimonio de la nación.

En primer lugar, tomando el término tangible podemos manifestar que los


libros o textos que fueron traídos e institucionalizados en la naciente nación con
el objetivo de formar, instruir e ilustrar a los nuevos abogados. Y desde luego que
con el papel de sentar las bases positivas del derecho en esta sociedad. Son los
libros, como podrían haber sido y son hoy día los cuadros, pinturas o esculturas,
un estado del capital cultural de un individuo o de una nación. Estado que Pierre
Bourdieu llama Estado Objetivado del capital cultural.

Cuando se habla de Capital, se usa ese concepto, justamente, porque es acumulable


y en sí encierra un valor, no solamente como capital económico sino cultural, puesto
que mediante los libros se presenta una vía de aprendizaje y una forma de reproducir
el poder del conocimiento, que dependiendo de su calidad y cantidad o volumen se
pueden considerar patrimonio o fortuna individual y colectivo. Por eso, los libros,
a los que hace referencia el presente escrito, se manifiestan como un indicador del
capital cultural y específicamente del capital jurídico con los cuales cuenta el campo
del derecho en Colombia y que requiere ser ampliamente documentado. Ese capital
le pertenece a las instituciones del derecho tanto como a los agentes que se ven
involucrados en su campo, y en últimas al Estado. Los libros y las bibliotecas son
parte del capital tangible, con el valor histórico y representativo, con los cuales arrancó
parte del tesoro cultural en esta materia en Colombia.

Desde lo intangible y sobre esta misma corriente teórica, analógicamente se


puede hablar del capital simbólico como síntesis de los poderes que proporciona
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
23

toda suerte de los capitales que están relacionados en un determinado campo,


en este caso de la bibliografía jurídica encontrada. Podemos advertir que su
riqueza se añade a los demás patrimonios, y se ubica en los Ethos, la identidad
y el imaginario en general de una sociedad como la nuestra, coadyuvando a la
legitimidad y a la cohesión de la República.

Por las anteriores razones esta investigación expresada en este libro, hace
posible una primera aproximación a la economía del capital cultural, desde lo
jurídico en Colombia. Situación que en últimas reta la ignorancia que tenemos
de nuestro pasado, presente y futuro, que en materia legal en ocasiones nos hace
pobres ante la ley e indigentes con la justicia.

Álvaro Moreno Durán


Bogotá, marzo del 2011
Introducción

l presente trabajo pretende ser el primero de una serie de


textos que se ocupen de revisar el proceso de formación
del derecho en Colombia, a partir de un estudio de la
bibliografía jurídica con la que se construyó dicha tradición
normativa. En esta exploración fueron esenciales los aportes
de los estudios sobre la cultura del libro, para hacer nuestra
propuesta y para avanzar en la comprensión de los tipos de textos y de
discursos que constituyeron la red de sentidos desde donde la tradición
jurídica colombiana sentó sus bases. Al tiempo que permita realizar nuevos
estudios para revisar cómo esos textos fueron esenciales para la construcción
del orden social, que el derecho regula.

De igual manera, esta obra tiene la pretensión de reconocer la necesaria y


urgente interdisciplinariedad que deben tener los estudios jurídicos, para revisar
su naturaleza y objeto a partir de conceptos y teorías de las ciencias sociales en
general y en especial de la sociología, la historia, la literatura y la semiótica, en un
intento de lectura de la complejidad de fenómenos sociales en los que el derecho
se fundamenta.

Las cuestiones que desarrollamos en la obra apuntan a revisar los procesos de


circulación del saber jurídico a partir de las preguntas: ¿qué leían? Y ¿cómo leían
To ga d o s y L e t ra d o s
26

los primeros abogados en el periodo anterior a la época de la independencia?


Igualmente, se pretendió perfilar un aparato identitario de la juridicidad y del
sistema normativo anterior a la República. Dichas preguntas se proponían para
comprender los alcances en la formación de los juristas en el periodo anterior
a los movimientos de independencia y sus aportes para la consolidación de un
Estado de derecho sólido y legítimo. Se trató de consolidar un corpus de textos que
en la perspectiva bibliográfica abrieran la puerta a una visión de la historiografía
jurídica como historia de los libros de derecho.

El periodo de estudio que se desarrolló, abordó nominalmente el siglo XVIII


aunque en la práctica se hizo uso de información de todo el periodo colonial
hispánico neogranadino. El marco histórico de 1739 a 1777 corresponde a dos
eventos cronológicos que, a nuestro modo, focalizan los movimientos ilustrados
en el siglo XVIII. Por un lado, la organización de la estructura virreinal (erección
del virreinato de la Nueva Granada) y las directrices que ellos desplegarían para
cohesionar el aparato político de la metrópoli en las indias y por otro, la creación
de un espacio físico para la difusión del saber: la Real Biblioteca de Santafé, desde
donde apoyar el regalismo y hacer circular los saberes esenciales para sostener
el orden de las ciudades letradas. Luego de la creación (1549) y entrada en
funciones de gobierno (1564-1717) de la Real Audiencia de Santafé, pasando por
la segunda erección del Virreinato (1739) y un poco después de la creación de la
Real Biblioteca (1777), se ha recabado información sobre todo el periodo colonial
con la intención de abordar de manera amplia la caracterización del mundo
colonial de la Nueva Granada, antes de las manifestaciones independentistas de
la primera década del siglo XIX.

El objetivo, muy ambicioso si se tienen en cuenta nuestras falencias en el


uso de los métodos historiográficos y sociológicos, consistió en documentar
la circulación del libro y otras formas de producción y reproducción de
conocimiento del derecho, relevante para la comprensión de una idea de
la juridicidad anterior al surgimiento de la República. La razón, porque en
cabeza de los abogados se concentró el “saber” y la aspiración de control de los
discursos sobre la legitimidad de las estructuras políticas de la época. En la
práctica hemos documentado información que excede el periodo 1739-1777,
en atención a lograr la más completa relación de textos que se encontraban
dispersos en los inventarios de bibliotecas públicas y privadas entre los siglos
XVI y XVIII, que están presentes en los inventarios de juristas que citamos,
para poner en contexto la recepción de ciertas obras y los relevos que dichas
obras tuvieron durante estos siglos. El énfasis en el siglo XVIII, sobre todo
en la circulación material de los libros, fue una constante de investigación
que da origen a este texto.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
27

La delimitación espacial atendió al ámbito geográfico del Virreinato de la


Nueva Granada, y en particular a su capital Santafé de Bogotá. La indagación
tenía como objeto recopilar la bibliografía de todo este virreinato, sin embargo,
la mayor parte de la información disponible en los archivos históricos apunta a
establecer la inexistencia física de textos en otras ciudades del virreinato, y en
virtud de ello se registró la mayor circulación de libros en Santafé de Bogotá. Ello,
sin duda, está asociado a los actuales problemas de conservación de documentos
y la existencia de una biblioteca general para los estudios de derecho que hubiera
sobrevivido hasta nuestros días. Otra razón es que muchos fondos documentales
y bibliotecas de las provincias, pasaron a la capital del virreinato, y en otros casos
fueron destruidos en las diferentes revueltas independentistas o simplemente
sucumbieron al paso del tiempo.

En otros casos documentados sobre la cultura del libro en el nuevo mundo,


puede apreciarse la destrucción por la quema de libros censurados que
aparecían en el Índice de la Inquisición, o el hecho de la destinación del
papel para cubrir necesidades vitales o comerciales, como envolver víveres
en tiendas de abarrotes. Esto último, parecería un hecho extremo en el caso
de los libros jurídicos, bien sean civiles o canónicos, por su valor comercial,
pero no es una hipótesis que pueda descartarse del todo. Sin duda el tema
de la censura inquisitorial ocupa un papel protagónico en la desaparición de
textos incunables sobre las ciencias jurídicas y políticas, pero no está sentada
la tesis sobre la quema de libros por parte del Santo Oficio, como un hecho
contundente para revisar su existencia. Se ha documentado, incluso en la
ficción Quijotesca de Cervantes, que los examinadores, tomaban algunos
textos prohibidos en cuanto a su circulación abierta al público y los destinaban
para su consulta privada en las bibliotecas de sus conventos.

Tomando como marco de referencia los trabajos sobre la cultura del libro
europeo del historiador francés Roger Chartier, en especial, los conceptos de
lector, autor y biblioteca, que este propone, reconfiguramos para este trabajo las
nociones de libro, lecturas (lectores) y bibliotecas. Con esas ideas exploramos entre
los registros de circulación material las prácticas jurídicas y la legislación sobre
el mundo de los abogados en España y sus colonias de ultramar. Igualmente,
desde esos conceptos se revisó la formación de una biblioteca ideal con un
corpus de libros que, creemos, fueron consulta obligada para todo el que se
formara en el derecho o ejerciera como tal en los tribunales y ante las diferentes
instituciones donde se requería su concurso. Pero sobre todo, nos acercamos a
una identificación de los aportes que tuvo todo ese ideario en la formación de
los juristas, en la construcción de una conciencia ilustrada con la que luego sería
To ga d o s y L e t ra d o s
28

posible movilizar a las masas y vincularlas al proceso de independencia para


sellar un nuevo orden social y político.

En síntesis, en la obra ofrecemos un corpus de libros y desde un canon sobre


su circulación y recepción se puede determinar el flujo de las ideas ilustradas y la
especial manera como se difundió en el Nuevo Reino de Granada, el rol de los
juristas y en general a los hombres de ciencias. Por otra parte, permitió afirmar
que la influencia de los letrados juristas ilustrados no fue tan evidente como se
ha propuesto, en atención a las limitaciones en la circulación del saber y la pobre
formación de los mismos, a pesar de su pertenencia a una elite burocrática con
la que se sostenía el orden social en el virreinato.

Al lado de los trabajos de Roger Chartier hay que señalar cómo los
aportes del sociólogo colombiano Renán Silva han sido inspiradores de esta
relectura sobre fuentes secundarias y la elaboración de juicios de valor sobre
unas primarias, en torno a las bibliotecas y la construcción de saberes. Los
trabajos de Silva sobre la ilustración en el Nuevo Reino de Granada son el
antecedente documental más completo, sin embargo, en sus indagaciones no
se puntualiza sobre las bibliotecas jurídicas.

A lo largo de sus capítulos, esta obra permitió una puesta en limpio de una
revisión de fuentes bibliográficas con las cuales se pueden elaborar nuevos
trabajos de caracterización sobre la cultura del libro jurídico en el periodo
colonial, en términos generales y de manera especial en la Nueva Granada, para
llegar a hacer propuestas sobre los flujos discursivos de los libros. Además, abre
la puerta para destacar estos acervos bibliográficos, como textos con una gran
capacidad para la formación de un ideario social, que aporte nuevas luces a los
procesos de construcción de una identidad jurídica nacional.

Como las sociedades y los individuos son el producto de valores, sentimientos


e ideas que los han nutrido; desde lo que han leído y/o escrito; sobre los temas
que forman los imaginarios históricos, en el derecho, como todos los saberes,
la tradición escrita de los libros es una buena manera de hacerle seguimiento
a lo que la gente pensaba, soñaba y hacía para su quehacer cotidiano y para
su proyección como pueblo. En una idea, para la construcción de los órdenes
materiales y simbólicos sobre los que las sociedades recrean su cotidianidad.

Al final, ofrecemos un estudio de fuentes historiográficas con la


intención de cumplir una primera y necesaria fase de configuración
cuantitativa del corpus de libros jurídicos en la colonia neogranadina,
que nos permita avanzar hacia nuevos estudios cualitativos sobre obras
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
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–consideradas paradigmáticas– esenciales en la formación de los juristas


y en la construcción de una doctrina jurídica propia.

A lo largo de sus doce capítulos se pretende reconstruir el sueño de una


biblioteca universal –en el sentido borgiano– de los estudios generales del derecho
en la colonia, en el virreinato de la Nueva Granada y en buena parte, del siglo
XVIII. Por ello, en cada uno de los capítulos pretendemos hacer una síntesis
teórica, una descripción de los contextos histórico-culturales y un recorrido por
las prácticas y los procesos de formación de los juristas, que operó como un
soporte para poner en situación el corpus material de las bibliotecas.

Desde el orden que los libros instauran en la construcción de las sociedades,


observar el papel del jurista como letrado y los principales problemas en su
formación, los intereses que se movían desde el poder social y el rol como elite
para la conservación de su estatus –más que desde una convicción altruista
sobre lo académico y lo social–. También contextualizamos los procesos de
circulación de los libros en atención a la construcción de bibliotecas como
la fuente natural de consulta de los abogados novogranadinos, para llegar
–a nuestro juicio– a lo más significativo de nuestro trabajo, es decir, a la
reconstrucción de corpus material de las obras sobre los inventarios de los
textos que estuvieron físicamente a disposición de los estudiantes de derecho,
litigantes, jueces y servidores públicos.

El aporte más significativo que queremos hacer con este ejercicio exploratorio
es ofrecer a la comunidad académica una obra de consulta y referencia en la que
se ha sistematizado un corpus material de libros jurídicos que circularon en la
colonia neogranadina –algunos más allá del periodo propuesto– y se postula
un corpus ideal, para abrir el debate y la sana disertación en torno al tema
de la Cultura del Libro y su importancia para configuración de la conciencia
ilustrada de la sociedad occidental, como campo de relación y encuentro de los
estudios sociológicos, historiográficos y jurídicos. Para que a partir de un estudio
cualitativo de fuentes se avance hacia estudios cualitativos sobre los libros, los
lectores y las bibliotecas jurídicas colombianas.

La obra plantea un diálogo entre el tema de la tradición y la cultura jurídica


frente al enfoque interdisciplinario que hemos denominado cultura del libro
jurídico, que nos permita revisar las formas de producción, circulación y
recepción de textos jurídicos (doctrinales, legislativos y jurisprudenciales)
por periodos, en la formación del derecho colombiano y en el contexto
hispanoamericano. Pero, no se queda en plantear el debate sino que ofrece
la sistematización de esas fuentes (corpus) y hace algunas consideraciones
To ga d o s y L e t ra d o s
30

críticas (canon) para establecer la influencia y naturaleza de dichas obras en


términos de obra maestra (obra canónica).

Esperamos haber cumplido con dicha contextualización, haber consolidado


un ejercicio de fuentes y haber puesto de manifiesto varios problemas que pueden
dar origen a futuros ejercicios de investigación sobre la recepción –particular– de
ciertas obras y su importancia en la construcción de la tradición jurídica desde
las diferentes ramas del derecho. Abonamos el terreno para la revisión del campo
de las ciencias jurídicas, en un diálogo interdisciplinar, honesto y comprometido
con la construcción del saber de esta ciencia, en el marco de una cultura del libro
como la principal estrategia de socialización de la producción intelectual de los
juristas a través del tiempo.
Capítulo 1

El orden de los libros jurídicos

l proceso de formación de la tradición jurídica colombiana


está íntimamente ligado a los saberes de la cultura ilustrada.
El pensamiento filosófico de la ilustración que se desplegó en
el nuevo mundo, una vez fue apropiado en la metrópoli en el
siglo XVIII, tuvo en las bibliotecas su mayor aliado. Los libros
fueron y son los depositarios naturales de los conocimientos
que construyen un orden social y en este caso sólidamente anclados a los valores
ilustrados de libertad, igualdad y fraternidad de la revolución francesa (1789-
1799). Pero en el mundo colonial neogranadino los libros y las bibliotecas fueron
aliados en la conservación de un orden social en donde los poderes del monarca
y del clero debían mantenerse y defenderse a toda costa.

1.1 La cultura del libro jurídico: consideración epistemológica

Uno de los aspectos más relevantes al momento de abordar la investigación


sobre la cultura del libro, es el relativo a sus implicaciones epistemológicas para
las ciencias jurídicas. Los estudios sobre los corpus materiales de libros y sus
procesos de circulación abren la puerta a un mundo de referencias conceptuales
To ga d o s y L e t ra d o s
32

y posibilitan una reconstrucción de los saberes que circularon en un periodo


determinado de la formación de la tradición jurídica. En el caso colombiano se
hace necesaria la compilación y sistematización de las bibliotecas jurídicas para
tener una idea de los discursos y saberes fundacionales de derecho patrio que
sobrevendría con la instauración de la República.

Saber qué leían los abogados y los estudiantes de derecho permite recuperar
los discursos en boga, las tesis centrales para la justificación y aplicación de
ciertas instituciones y su validación como derecho positivo o vigente. Pero sobre
todo, permite revisar y avanzar en futuros trabajos sobre las concepciones que
tanto en la perspectiva de la filosofía del derecho, de la historia del derecho, de
la sociología jurídica y de la filosofía de la educación, nos ofrecen un panorama
realista de la formación de los abogados y de los ilustrados en general. La
condición de letrado, será el punto de partida para esas aproximaciones, porque
en el periodo de estudio, es decir en el siglo XVIII, ser letrado era condición
básica que caracterizaba a un jurista. Decir jurista era igual a decir letrado.

La referencia más importante en el proceso de indagación sobre la historia y


la cultura del libro en la Nueva Granada, en especial, en el periodo previo a los
movimientos de independencia, es el historiador Renán Silva. De igual modo, el
principal propulsor de los estudios sobre la cultura del libro en Francia es Roger
Chartier1, porque su obra ha sabido superar los primeros momentos de revisión sobre
la historia del libro, más allá de la tendencia a la cuantificación y a los inventarios de
los archivos documentales. Después de analizar un acervo de textos cuantificados
que respondían a la pregunta ¿qué se lee?, Chartier introduce nuevas estructuras
metodológicas y conceptuales para responder a la pregunta: ¿cómo se lee? Valga
anotar, que si bien en el caso francés los trabajos sobre la cultura del libro tienen una
orientación cualitativa, ello se debe a que existen registros bibliográficos suficientes
para un corpus material de los libros que circularon hasta bien entrado el siglo XIX,
en el caso colombiano la tarea está por hacer.

En un recorrido historiográfico que parte de la edad media y se extiende


hasta las prácticas contemporáneas de edición de libros, de procesos de lectura

1
Hemos dejado de lado una serie importante de nombres y referencias en torno al tema de la cultura del libro,
para centrarnos en Chartier, sus nociones de libro, lector y biblioteca. Pero sin duda una obra paradigmática
para cualquier estudio sobre esta materia es el texto de los franceses Lucien Febvre y Henrí-Jean Martin
denominada La Aparición del libro, en su versión francesa “la Apparion du livre” editada en 1958, Francia: Albín
Michel. Ella ofrece un panorama completo sobre el surgimiento del libro desde el texto manuscrito al impreso,
con sus problemas de circulación, edición en el mundo europeo.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
33

y por supuesto de creación de bibliotecas, los numerosos trabajos de Chartier2


dan cuenta de un interés renovado sobre el mundo del libro y profundizan un
diálogo con quienes en Francia –y en otros países europeos3– han tenido una
preocupación sobre las reales implicaciones que la cultura ilustrada, instaurada
por el libro, ha tenido en el proceso de formación de los pueblos.

Uno de los trabajos de Chartier que más luces aportan a esta investigación
sobre la cultura del libro jurídico en Colombia, es sin duda la obra titulada El
orden de los libros. Lectores, autores, biblioteca en Europa entre los siglos XIV y XVIII,
no solo porque se inscribe en el periodo de estudio, que en nuestro caso es el
siglo XVIII, sino porque hunde sus raíces en los siglos anteriores, sin los cuales
el recorrido entre el libro manuscrito y el impreso no se configura.

El objetivo de la obra puede colegirse en las palabras de su propio autor y en


un recorrido por sus textos, particularmente, en el contexto de la obra El mundo
como representación, en donde consideraba las representaciones individuales y
colectivas como entidades que van construyendo las divisiones del mundo social:

En El orden de los libros traté de vincular varias aproximaciones hasta entonces


separadas: la crítica textual, la historia del libro y la sociología histórica de la
cultura. En él planteaba algunas cuestiones que siguen acompañándome: entre
ellas, las modalidades históricas de la construcción de la figura del autor y el
papel de las varias maneras de leer en el proceso que da sentido a los textos,
o bien la diferencia entre las bibliotecas de piedra y las bibliotecas de papel
(cuando la palabra designa una colección impresa), una diferencia que ilustra la
tensión entre el deseo de universalidad que conduce al sueño de una biblioteca
que abarque todos los libros que fueron escritos (o, con Borges, que podrían
serlo), y que requiere –frente al temor del exceso– elecciones y selecciones,
multiplicándose así los extractos y antologías4.

2
Cfr. la obra completa de Chartier sobre la cultura del Libro Europeo y en especial en la Francia del antiguo
régimen. Valga destacar que en la obra los trabajos han superado el recuento cuantitativo de las fuentes
documentales, porque en buena parte los archivos de libros, y de bibliotecas se encuentran revisadas. Obras: El
mundo como representación. Estudios sobre historia cultural (1992), El orden de los libros. Lectores, autores, bibliotecas
en Europa entre los siglos XIV y XVIII (1992), Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII (1995), Las
revoluciones de la Cultura escrita (2000), La historia o la lectura del tiempo (2007) entre otras publicaciones sobre
la cultura del libro.
3
Los trabajos sobre la cultura del libro en España, han demostrado un interés y una fuerte tradición historiográfica
bibliográfica, una muestra son las numerosas referencias que se citan a lo largo de esta investigación que tienen
su origen en importantes universidades españolas como Salamanca, o la Complutense de Madrid, entre otras.
4
Roger Chartier. La historia o la lectura del tiempo. Barcelona: Gedisa, 2007, pág. 13.
To ga d o s y L e t ra d o s
34

En la versión española del Orden de los libros, de acuerdo con la traducción


de y prólogo del profesor español Ricardo García Cárcel, el autor replantea tres
conceptos básicos: Lectura, Autor y Biblioteca, en tres ensayos, respectivamente.

En el primer ensayo distingue los ejes básicos de toda la historia del libro: los
textos, como contenido por esencia del libro, los libros como continente material
o físico que llega al lector, y las prácticas o usos que de los textos pueden hacer los
autores. Identifica el libro como una estructura material y a la lectura o legibilidad
como aquella que relieva “el sentido de las formas”, es decir, el formato de los
textos, su presentación, compaginación e incorporación de imágenes, entre
otros. Resalta las variaciones en la disposición de los lectores y los dispositivos
textuales y formales que llevan a una amplia gama de lecturas en los textos.
Combate la historia cuantitativa del libro en Francia y las concepciones sobre
cultura popular y sabia. Supera el paradigma cuantitivista sobre la lectura basado
en las preguntas ¿quiénes? y ¿cuántos? Para pasar a un segundo momento en
donde se agregan las preguntas: ¿qué se lee? Identificando las obras y ¿cómo se
lee? En función de las prácticas de lectura.

En el segundo ensayo su preocupación apunta al lector, desde la idea de


función-autor que implica la propiedad de los textos, la apropiación formal
de los mismos o su responsabilidad ante el poder, así como la legitimación
de sus afirmaciones en textos literarios y científicos. Vincula la propiedad
literaria con la defensa de privilegio de librería, los sistemas de legitimación
de los derechos de autor en la relación escritor-protector-impresor como una
asociación que complica el concepto de autoría y por otro lado se refiere al
control censorial sobre el autor y el impresor. Finalmente, en el tercer ensayo
se ocupa de los problemas asociados al concepto de biblioteca, entendiendo
por esta varias nociones, desde la idea de un lugar físico para los libros, la de
colección de obras de la misma naturaleza, hasta la de bibliografías o libros
que contienen catálogos de libros.

En palabras de Chartier, la obra intenta revisar de qué modo entre el final de


la edad media y el siglo XVIII, los hombres de occidente intentaron dominar la
cantidad creciente de textos que había puesto en circulación el libro manuscrito
y luego el libro impreso:

Inventariar los títulos, clasificar las obras, dar un destino a los textos, fueron
operaciones gracias a las cuales se hacía posible el ordenamiento del mundo de
lo escrito. De este inmenso trabajo, realizado con gran inquietud, son herederos
directos los tiempos contemporáneos. En efecto, en aquellos siglos decisivos,
cuando el libro copiado a mano va siendo progresivamente reemplazado por el
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
35

compuesto en caracteres móviles e impreso, se fortalecen gestos y pensamientos


que siguen siendo los nuestros5.

Desde esa transición que representó el paso de los manuscritos a la imprenta,


Chartier postula los lineamientos de esa nueva agenda de revisión del mundo
del libro, que van desde el autor y la biblioteca hasta una definición de libro:

La invención del autor como principio fundamental de designación de los


textos, el sueño de una biblioteca universal, real o inmaterial, que contuviera
todas las obras alguna vez escritas, la emergencia de una nueva definición del
libro que asocia indisolublemente un objeto, un texto y un autor, constituyen
algunas de las innovaciones que, antes o después de Gutenberg, transforman la
relación con los textos6.

El libro se caracteriza, según él, por un movimiento contradictorio.


Por una parte por el conjunto de obligaciones y consignas a las que debe
enfrentarse cada lector (en atención al carácter prescriptivo de los textos) y
que vienen dadas desde la intención de autor, la del librero-editor, el censor
y el comentador, para controlar las producciones de sentido de los mismos.
Por otra, porque para Chartier, la lectura es rebelde y vagabunda, en tanto
el lector desarrolla mil argucias para acceder a los libros prohibidos o para
interpretarlos. De esa tensión entre libertad y coerción, entre la apropiación
y la imposición a que están sujetos los lectores; que varía en el tiempo y el
espacio para diversos tipos de textos; se funda un proyecto de historia de la
lectura en virtud del orden que instauran los libros:

El libro apunta siempre a instaurar un orden, sea el de desciframiento, en el


cual debe ser comprometido, sea el orden deseado por la autoridad que lo
ha mandado ejecutar o que lo ha permitido. No obstante, este orden, en sus
múltiples figuras, no es omnipotente para anular la libertad de los lectores. (…)
El orden de los libros tiene además otro sentido. Manuscritos o impresos, los
libros son objetos cuyas formas ordenan, si no la imposición del sentido de los
textos que vehiculizan, al menos los usos que pueden serles atribuidos y las
apropiaciones a las que están expuestos7.

5
Roger Chartier. El orden de los libros. Lectores, autores, bibliotecas en Europa entre los siglos XIV y XVIII.
Barcelona: Gedisa, 2000, pág. 21.
6
Ibíd., pág. 19.
7
Ibíd., pág. 20.
To ga d o s y L e t ra d o s
36

Para Chartier las obras y los discursos existen en la medida en que se


transforman en realidades materiales, que se condensan en las páginas de los
libros y son transmitidas por las voces que las leen y/o las relatan en espacios
concretos para la socialización. Comprender el “orden del discurso”, en su
sentido, supone descifrar las leyes de producción, comunicación y recepción de
los libros y de otros objetos que sirven como vehículo para lo escrito. Destaca
cómo los historiadores han tenido en cuenta el papel que juegan las formas
materiales de transmisión del saber y en especial los libros –los canónicos tanto
como los ordinarios–, en dicho proceso.

Las obras no tienen un sentido fijo, estable o universal, ellas están cargadas de
significaciones que dependen de los sentidos, las competencias, las expectativas,
y los esquemas mentales y afectivos que les atribuyen los públicos, o las
comunidades en el marco cambiante de las culturas. En el encuentro entre una
propuesta textual y su recepción, según Chartier, la recepción inventa, desplaza
y distorsiona.

1.2 Libros, lecturas, lectores en la formación del derecho

El objetivo central de la revisión sobre el acceso a la producción discursiva


en el siglo dieciocho (a partir de la cultura del libro) y el papel que jugaron las
diferentes formas de producción de saberes en la época, tiene la importancia de
generar nuevas referencias sobre la manera como se construyeron los saberes
sociales en un periodo de transición entre el colonialismo; en su fase decadente
en el nuevo mundo; y la república. Además, la manera como la metrópoli
española abordó su propia desarticulación, la pérdida de hegemonía en el viejo
mundo y el distanciamiento de los procesos ilustrados que la revolución francesa
había inaugurado en lo político, lo económico y lo cultural.

Si bien es cierto que el mundo europeo sufrió un proceso desigual en la


forma como los pueblos accedieron a los discursos de la ilustración, sabemos
que en el caso español ese desequilibrio fue notorio por el rol que jugó la
inquisición en el control de las referencias ortodoxas que mantenían estable la
relación entre la Iglesia, el Estado, y sus colonias. El poder monárquico debía
servirse de su potestad para mantener el control y la riqueza material de sus
colonias ultramarinas, al tiempo que debía conjurar las tensiones internas de sus
provincias y reinos. El control discursivo sobre los libros, manuscritos y cualquier
otra forma de circulación de ideas contrarias al clero evangelizador y a la
monarquía conquistadora (y después colonizadora) sería evidente. Los discursos
subversivos y sus promotores serían, en consecuencia, censurados, detenidos y
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
37

castigados. Sin embargo, el flujo de las ideas libertarias y su recepción encontró


muchos canales para circular, bien lo expresa Roger Chartier cuando se refiere
a los subterfugios de los lectores para procurarse las lecturas que son proscritas por
orden del establecimiento: “la lectura por definición es rebelde y vagabunda. Son
infinitas las astucias que desarrollan los lectores para procurarse los libros prohibidos,
para leer entre líneas, para subvertir las lecciones impuestas”8.

De manera que, los estudios sobre los alcances que la cultura del libro ha
implicado para la formación y destrucción de los órdenes sociales, es una tarea por
hacer, en muchos grupos sociales que todavía están por identificar los procesos
de construcción de su identidad. La circulación de saberes es esencial para la
puesta en marcha de sistemas económicos y políticos, con los que las sociedades
legitiman sus estructuras y las sostienen en el tiempo, en ese proceso juega un
papel esencial el concurso de los diferentes colectivos que la integran y su interés
por conocer en profundidad como está construida su identidad, aunque muchos
no siempre están conscientes de las formas de perpetuación de los poderes, ni de
las redes discursivas que los traspasan y los determinan. Las culturas se edifican
desde un orden discursivo y se reconfiguran desde las lecturas y relecturas de las
redes textuales que consolidan dichos órdenes.

Como es imposible revisar en el tiempo el conjunto completo de las prácticas


que construyen los libros y todas las formas de circulación discursiva, de acuerdo
con la propuesta de Chartier, hay que empezar por revisar el alcance de las tres
figuras: la de lector, la de autor y la de biblioteca. En la propuesta de este trabajo
replantearemos dichos elementos para organizarlos de la siguiente forma: libros,
lecturas, y bibliotecas. El libro es entendido como el texto que recoge la voz de
un autor (individual o colectivo) y se expresa en una estructura física y tangible
producto de un proceso de edición. La colección de libros responde al concepto
de biblioteca como corpus de obras materiales y a una propuesta de textos ideales
que son, así mismo, el resultado de una revisión no especulativa, sino material
fundada en las referencias sobre la existencia física de los textos contenidos en
los libros disponibles para ese momento histórico específico y en contextos
espaciales.

Por otra parte, las lecturas son las formas de apropiación y de recepción de
textos y la manera como eran leídos, es decir, interpretados de acuerdo con los
procedimientos del establecimiento, su inclusión o exclusión en el imaginario

8
Ibíd., pág. 20.
To ga d o s y L e t ra d o s
38

de los diferentes grupos o elites que detentan la autoridad. Dichas lecturas son
realizadas por los lectores como sujetos reales o discursivos hacia los que dirigía
potencialmente el discurso, en el sentido de Patrick Charaudeau, los seres del
circuito de la palabra configurada en el texto o los creadores y los destinatarios
generales de dicha producción en el mundo real9. La lectura es el proceso de
apropiación, por parte del lector de las referencias contenidas en los libros como
decantación de saberes.

En armonía con los postulados de Foucault, no es posible establecer la


unidad discursiva en un periodo donde existen frecuentes desdoblamientos en
los roles de lector, escritor, y autor. Sobre todo porque en el mundo colonial
neogranadino el concepto de autor como el sujeto al que se atribuye la
creación de uno más textos, el derecho de propiedad sobre los conceptos y su
novedad, dista del que hoy conocemos. Una de las razones es la existencia de
un movimiento de comentadores o glosadores10 –de textos antiguos y clásicos
del derecho romano – y los trabajos de unificación doctrinal del magisterio
de la Iglesia Católica (en el caso del derecho canónico), que hacían más difícil
la postulación de nuevas referencias de originalidad o autoridad, propias al
concepto de autor.

1.3 El orden del discurso en los textos jurídicos

En el mundo de la colonia neogranadina al igual que en otras colonias


hispánicas el tema de la formación de las elites ilustradas y sus implicaciones en
los procesos de independencia, que se gestaron bien entrado el siglo dieciocho,
es una tarea obligada que los historiadores, los sociólogos y otros investigadores
de la cultura han abordado. Sin embargo, en el caso del proceso de formación
de ciertos saberes sociales, bien sean artes, oficios o profesiones, hay que señalar
que hacen falta investigaciones que pretendan ver cómo desde la construcción
de ese tejido discursivo se formaron las modernas sociedades y las prácticas que
de ellas se derivaron.


9
Patrick Charaudeau. ¿Comunicación o enunciación? Aspectos Generales del análisis semiolingüístico del
Discurso. Julio Escamilla, En: Revista Glotta. vol. 2 no. 1, (enero/abril) 1987.
10
or el alcance de este trabajo y su cronología, no hemos hecho mención a todo el movimiento de glosadores que
fundó la cultura jurídica occidental hasta bien entrado el siglo XVI, pero remitimos al trabajo de Carlos Ignacio
Jaramillo: El Renacimiento de la Cultura Jurídica en Occidente. El derecho en el medioevo siglos XI-XV, 2004, por
considerarla el más significativo de los trabajos sobre la Escuela de Glosadores y su papel en la formación de
una tradición jurídica en Europa y en el nuevo mundo.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
39

Uno de los objetivos centrales de esta investigación era poder establecer


un paralelo entre los libros jurídicos que circularon materialmente –y los que
idealmente suponemos– en el periodo colonial en la Nueva Granada, pero
especialmente durante el siglo XVIII. Bien porque estas obras hagan parte de
lo que denominamos corpus material, es decir, los libros que se encuentran en
los inventarios y relaciones de bibliotecas pertenecientes a las elites ilustradas
que detentaban el principio de autoridad en nuevo mundo (órdenes religiosas, y
funcionarios de la corona) y porque estén considerados en nuestra propuesta de
un corpus ideal, es decir, aquellos textos por sus referencias en fuentes secundarias
y por su existencia en los diferentes fondos de obras físicas y materiales se
pueden postular como esenciales en la formación de los juristas neogranadinos.
Con este gran corpus, es posible establecer de forma cuantitativa, pero sobre todo
cualitativa, los distintos procesos de construcción de un discurso jurídico pre
independentista y acercarnos a una valoración del nivel de circulación oficial de
textos que permitió la consolidación de una doctrina heterodoxa, en ruptura con
los poderes institucionalizados.

En este sentido, siguiendo con las disertaciones anteriores, es necesaria


una revisión de los elementos básicos del Orden del Discurso Michel Foucault,
aplicados a la caracterización del corpus de textos de Derecho (jurisprudencia
civil) en el marco de las autoridades virreinales. Foucault quiere mostrarnos
cómo históricamente las sociedades han ejercido el control sobre los discursos, a
través de estrategias de control, selección y redistribución de los mismos y unos
procedimientos para dominar lo aleatorio y sus consecuencias, al tiempo que
buscan ahuyentar los peligros y poderes que atenten contra el establecimiento.
Para él es evidente el conocimiento general de los llamados procedimientos de
exclusión para conjurar los poderes: Lo prohibido (la palabra prohibida), la
separación y el rechazo en la oposición razón-cordura (separación de la locura), y
la oposición entre lo verdadero y lo falso (voluntad de verdad) para él estos se ejercen
desde el exterior, pero también establece unos procedimientos que denomina
internos, para conjurar los azares de su aparición, cuando los mismos discursos
ejercen su autocontrol y juegan a ser principios de clasificación, de ordenación,
de distribución, ellos son: el comentario, el autor y las disciplinas, así como un tercer
grupo trata de los procedimientos para determinar las condiciones de utilización,
de imposición de reglas para condicionar el acceso a ciertos individuos, y que
implica un enrarecimiento de los sujetos que hablan, en este grupo está: el ritual.

En una lectura más detenida de los procedimientos llamados de exclusión se


observa que ellos están asociados a las formas como las instituciones ejercen la
dominación. La palabra prohibida puede observarse y verificarse en el derecho
exclusivo y privilegiado del que habla y quién controlar a quien lo hace. En
To ga d o s y L e t ra d o s
40

una relación en la que no todos los sujetos pueden decirlo todo. En el mundo
colonial es claro que hay dos instituciones que se abrogan el control sobre lo que
debe decirse: la iglesia y el rey, y son conocidos los controles a la circulación del
saber, desde el famoso Index Librorum Prohibitorum, que bajo la mirada tutelar
del Tribunal del Santo Oficio, se encargaba de actualizar periódicamente los
libros prohibidos y controlar el influjo de las ideas heréticas y contrarias a la
doctrina y magisterio de la Iglesia Católica. Pero en el caso de las Cédulas reales
con las que se ejercían controles sobre el comercio y circulación de libros hacia
las indias se controlaban todas las doctrinas heterodoxas a la majestad Real y a
su poder omnímodo, sobre todo en las obras que desarrollaban teorías sobre la
legitimidad del poder monárquico.

En el trabajo podemos apreciar eventos que van desde licencias de aprobación


de los libros jurídicos hasta la invocaciones divinas en las dedicatorias de libros
al Rey. La separación de sujetos o su rechazo como consecuencia de la calificación
de locura, es un mecanismo empleado en Europa durante siglos, que hacía que
la palabra del loco se considerara nula y en los casos en que este la expresa, se
le reconocía una fuerza extraña y caía en el olvido. No hemos documentado
de manera directa casos de separación por locura, pero es claro que muchos
de los sujetos que a finales del siglo XVIII impulsaron las ideas libertarias de
las revoluciones ilustradas, fueron tenidos por tal. Sin embargo, en cuanto a la
voluntad de verdad hay que decir que ella está asociada con la voluntad de saber y
junto con los otros procedimientos se apoya en la legitimidad de las instituciones
para su validación y distribución:

(…) esta voluntad de verdad (…) se apoya en un soporte institucional: está


a la vez reforzada y acompañada por una densa serie de prácticas como la
pedagogía, como el sistema de libros, la edición, las bibliotecas, como las
sociedades de sabios de antaño, los laboratorios actuales. Pero es acompañada
también, más profundamente sin duda, por la forma que tiene el saber de
ponerse en práctica en una sociedad, en la que es valorizado, distribuido,
repartido y en cierta forma atribuido11.

Los saberes buscan el apoyo de los discursos verdaderos, entendiendo por


tales, los que las mismas instituciones refuerzan. Foucault señala la forma en la
que prácticas como la economía, la moral o el derecho han pretendido desde el
siglo XVI “fundarse, racionalizarse y justificarse” en una “verdad”. Muestra cómo

Op. cit., Foucault, pág. 18.


11
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
41

el derecho penal buscó cimentarse en una teoría del derecho y cómo hacia el
siglo XIX se sustentó en el saber sociológico, psicológico, médico y psiquiátrico
para validarse. En el siglo XVIII la tradición jurídica todavía está fundada en la
teoría del derecho románico y en especial de las corrientes del derecho canónico.

Por otro lado, están los llamados procedimientos internos que actúan como
principios de clasificación, distribución y ordenación de los discursos. Apuntan
a revisar los relatos que en las sociedades son contados y repetidos y cómo en esa
transmisión pueden cambiarse o alterarse. En este sentido existió el Comentario
sobre los discursos fundacionales o creadores, que son los que se repiten,
comentan y glosan. Es claro que en la tradición del derecho el comentario tiene
estatuto propio en la Escuela de los Glosadores12, que durante siglos se encargó de
perpetuar la capacidad prescriptiva de la norma del derecho romano que entra
en el mundo hispánico. El comentario tiene como función decir lo que está dicho
silenciosamente: “allá lejos”, y explicitar los sentidos ocultos: “decir por primera
vez lo ya dicho”13.

El autor debe ser entendido por Foucault como el principio de agrupación


del discurso, unidad, origen de las significaciones y foco de coherencia, y no solo
como el sujeto que habla o escribe el texto. El principio de autor no actúa de la
misma manera ni siempre, porque existen discursos que circulan socialmente
sin que su sentido o eficacia vengan avalados por el autor al que se atribuyan
“por ejemplo: conversaciones cotidianas, inmediatamente olvidadas; decretos o
contratos que tienen necesidad de firmas pero no de autor, fórmulas técnicas
que se transmiten en el anonimato”14. En el derecho existen históricamente
actuaciones en las que el autor es un principio de unidad y origen. De hecho
hay muchos textos como las Recopilaciones de leyes o las versiones comentadas
de obras clásicas de autores romanos –y en especial del Corpus Juris Civile de
Justiniano o las Siete Partidas–, que son atribuidas a autores que en realidad son
comentadores o compiladores15.

12
Op. cit. Carlos Ignacio Jaramillo. Cap. III El “despertar” de la Cultura Jurídica. Génesis y consolidación de la
Escuela de los glosadores (siglos XI-XIII)” en especial el empleo de otros géneros jurídico-literarios diversos de
la glosa: Las summas (sumae, summa o sumulae), las dissensiones dominorum, las distinctiones, las cuestiones
disputata, las monografías, las casus, las regulae iuris (generalia, brocarda, brocardi, brocardica o locarda) los
commenta, entre otros.
13
Ibíd., pág. 24.
14
Ibíd., pág. 25.
15
Una obra clave para la revisión del proceso del formación del derecho común (ius comune) es el libro de Barlomé
Clavero, denominado Historia del Derecho: derecho común, Salamaca: 1994, que se ocupa de hacer un recorrido
To ga d o s y L e t ra d o s
42

La denominación de Disciplinas es otro principio que pide formular


indefinidamente nuevas proposiciones, se opone al principio de autor, porque es
un conjunto de métodos, reglas y definiciones técnicas o una especie de sistema
anónimo disponible para todos y que no está ligado a un inventor ni al comentario,
porque no se trata de repetición o un sentido que debe ser descubierto, sino la
construcción de nuevos enunciados. La disciplina fija límites, señala y actualiza
las reglas al juego de la identidad y las proposiciones que deben cumplirse con
esas reglas para ser consideradas verdaderas o falsas.

El derecho que por tradición es ciencia y no disciplina, sufre en el siglo


XVIII un proceso de formación de un estatuto propio, para separar lo canónico
de lo civil. Los ordenamientos procedentes del mundo medieval cristiano, que
permitieron la fusión de las dos jurisdicciones, se separan paulatinamente con
una romanización del derecho español, con el surgimiento de las universidades
y la redefinición de las instituciones políticas y jurídicas propias de las indias.
Todo ello fue determinante para el carácter científico de las ciencias jurídicas y la
imposición de un criterio de Ciencia, que a su vez supone un criterio de verdad.

Finalmente, Foucault establece el ritual en el tercer grupo de procedimientos


que define la “cualificación” que deben tener los sujetos que hablan, desde sus gestos
y comportamientos, hasta la eficacia de sus palabras, su efecto y su valor coactivo:

Los discursos religiosos, judiciales, terapéuticos, y en cierta parte también


políticos, no son apenas disociables de esa puesta en escena de un ritual que
determina a la vez para los sujetos que hablan las propiedades singulares y los
papeles convencionales16.

Las tareas del investigador consisten en trazar una indagación que cumpla con
exigencias, que están basadas en: el principio de trastrocamiento, para reconocer el
juego negativo y el enrarecimiento, el principio de discontinuidad, para abordar
los discursos como prácticas discontinuas que se cruzan y yuxtaponen, ignoran y
excluyen; el principio de especificidad que asume el discurso, no como un juego de
significaciones previas sino como un objeto sujeto a revisión en su propio contenido;

por la tradición jurídica desde el llamado Utrumque ius como antecedente del Ius comune, en su primer capítulo
“Utrumque ius: Derecho civil y derecho canónico, consolidación de los textos. Los estudios jurídicos y la
formación de un derecho común. La obra de los juristas”, en donde se refleja claramente que el derecho común
es obra de la doctrina desarrollada por los textos conocidos de “derecho civil” y de “derecho canónico” a partir
de la obra de los glosadores y los comentadores.
16
Ibíd., pág. 34.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
43

y el principio de exterioridad, que postula no ir al núcleo interior y oculto del discurso


sino hacia lo que le da motivo en el mundo donde circula, es decir, a la serie aleatoria
de esos acontecimientos y a los límites que le fija. Además, Foucault propone cuatro
nociones que sirven de principio para regular el análisis, ellos son: el acontecimiento,
la serie, la regularidad y la condición de posibilidad:

(…) el acontecimiento a la creación, la serie a la unidad, la regularidad a la


originalidad y la condición de posibilidad a la significación. Estas cuatro últimas
nociones (significación, originalidad, unidad, creación) han, de una manera
bastante general, dominado la historia tradicional de las ideas, donde de común
acuerdo se buscaba el punto de creación, la unidad de la obra, de una época o
de un tema, la marca de originalidad individual y el tesoro indefinido de las
significaciones dispersas17.

Ello supone un nuevo plan de revisión discursiva que en el caso del análisis
sobre el proceso de formación de los abogados neogranadinos apunte a buscar
elementos como los acontecimientos que rodearon el proceso, la serie de eventos
que iban perfilando un discurso sobre la juridicidad de tipo civil por oposición a
la canónica, la regularidad en los procesos de circulación en virtud de las prácticas
de estudio y las profesionales, así como la posibilidad de significación –porque
estamos en terreno de la polifonía de referencias aun cuando se postulara una
unidad en las voces–.

En el siglo XVIII hay profusión de textos con sentido fundacional en una


lucha frente los textos heterodoxos, que no siempre se puede resaltar o verificar
en las pesquisas de circulación material. Como Foucault plantea una revisión
desde una obra, en el caso que nos ocupa, donde hay presencia de cientos de
ellas, acaso se podrán hacer aproximaciones a los grados de significación de esos
corpus, en medio de su dispersión.

Como anotamos en el capítulo referido a la historiografía jurídica en


Colombia, hacen falta estudios sobre el proceso de formación de la ciencia
jurídica que hunde sus raíces en la tradición legal hispánica del periodo colonial.
Un orden discursivo legal existe en el mundo neogranadino como el resultado
de cruces, y yuxtaposiciones, de la confrontación y negación de varios textos
entre sí. En ese sentido hay que insistir en que el alcance de esta investigación es
todavía muy básico e incipiente.

17
Ibíd., pág. 45.
Capítulo 2

Legitimidad e interlocución
en los textos jurídicos

os libros han sido constructos donde se decantan y desde


donde se despliegan discursos, entonces para poder plantear
una serie de textos hegemónicos en el mundo colonial,
a partir de los cuales el derecho (así como otros saberes)
fundó su legitimidad, es necesario ahondar en la lógica de
ese concepto de legitimidad del discurso, en la medida en
que esté asociado a las modernas corrientes sobre análisis del discurso, la
semántica y la semiótica en el marco de otros conceptos sociológicos de
la relación lenguaje y poder. En el capítulo anterior anotamos una serie de
ideas que hacen parte del entramado conceptual que hemos denominado
Cultura del libro jurídico, en especial las nociones de libro, lector y biblioteca,
necesarias para poder avanzar en este aparte en los conceptos de texto y
discurso, y por supuesto la legitimidad de estos últimos en tanto se vinculan
con la circulación y la recepción de los libros como objetos portadores de
conocimiento (discursos).
To ga d o s y L e t ra d o s
46

2.1 La legitimidad de los interlocutores1

El tema de la legitimidad los interlocutores en un acto comunicativo es un asunto


que ha ocupado buena parte de los estudios lingüísticos. Bien sea desde la corriente de
análisis crítico del discurso (Teun van Dijk), el análisis semiolingüístico del discurso
(Patrick Charaudeau, Emile Benveniste) o las teorías de la acción comunicativa
( Jürgen Habermas) entre otras, la idea de que los participantes en una relación
comunicativa deben partir del reconocimiento recíproco como eje central de la idea de
autoridad. Es desde esa noción de autoridad (autor) donde se fundamenta la validez de
los textos y los discursos que se producen en los diferentes ámbitos del conocimiento.
Las opiniones, los conceptos, las posiciones, los criterios con los que se construye
el conocimiento de las ciencias y las disciplinas formales y sociales, parten de la
autoridad que detentan los productores de información. Así mismo, los consumidores
y socializadores de la información, en cualquier época, reproducen los contenidos
de los textos, bien para llenarlos o restringirles su sentido. Independientemente de
la producción o el consumo, el elemento que valida ambos procesos depende de la
legitimidad de quienes participan en un circuito comunicativo ( Jakobson), bien sean
emisores o receptores, interlocutores o intérpretes. Las teorías que analizan los actos
de lenguaje en su mayoría apuntan a verificar la eficacia del proceso y cada vez más
ellas se ocupan de observar cómo los interlocutores soportan sus enunciaciones.

2.2 Dimensión histórica del campo del derecho en Colombia

La pregunta obligada para empezar un análisis de esta naturaleza es ¿qué textos


y qué discursos se han producido y consumido en el desarrollo histórico de la
ciencia jurídica colombiana? Ella es el punto de partida para el presente análisis
que lejos de presentar una respuesta, se propone un plan de acción para explorar la
construcción discursiva del derecho2. Se parte de una conceptualización abstracta


1
Una versión de este texto fue publicada en la Revista Nueva Época, con el título La legitimidad de los Interlocutores.
El problema de las formas de autoridad en la producción de Discursos jurídicos. Mónica Fortich, número 29, año XIII,
2007. El texto pretendía una aproximación con algunos elementos de la teoría sociológica que tendrían que ser
considerados para complementar la perspectiva historiográfica de los estudios sobre la cultura de libro. Valga advertir
que la disertación teórica operaba como un marco teórico descontextualizado del contexto histórico del periodo de
estudio, pero cuyos elementos están presentes a lo largo de la investigación. En especial, las nociones de texto y discurso
necesarias para comprender la circulación discursiva de los textos jurídicos y la idea del orden social que configuran.

2
El plan que se propone en este texto, es una aspiración que se desarrollará en una fase posterior a la indagación
descriptiva y explicativa, de este trabajo; que intenta hacer las veces de un inventario de referencias, o bien para
un estudio de las fuentes del derecho; para pasar a un análisis de la idea de los libros jurídicos y los discursos
–que con ellos se construyen y se difunden socialmente–.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
47

sobre la idea de legitimidad y se avanzará en una propuesta para identificar en la


historia, las voces autorizadas, los interlocutores válidos y las referencias conceptuales
de cualquier ciencia y en especial del derecho.

La génesis del campo jurídico en Colombia3 es esencial para la comprensión


de las dinámicas que determinan su legitimidad. La revisión de lo que
históricamente fue evolucionando hasta el ordenamiento jurídico actual
atraviesa etapas cronológicas como el derecho indiano, el derecho colonial, el
republicano y tiene que ver con la adopción de modelos discursivos en el mundo
occidental de lo que debe ser un Estado de derecho y los soportes materiales y
simbólicos que sustentan su legitimidad. Pero esos orígenes también atraviesan
la construcción de cuerpos doctrinales que surgen de las posiciones dominantes
en el campo del derecho.

Más allá de una categorización por etapas históricas de la génesis del orden
jurídico, es necesaria una reconfiguración de los textos (producciones de sentido)
y los discursos (redes textuales) de la juridicidad colombiana. Es necesaria una
reconstrucción del origen y de la legitimidad de los discursos académicos sobre
el derecho, desde los cuales los interlocutores de ese campo se nutren y crean sus
propias referencias conceptuales. El campo se forma como un sistema cerrado
de auto referencias que los miembros de un grupo social comparten y que les
delimita sus habitus –o prácticas– y les define su autonomía.

Lo que se plantea como legitimidad o presuposición debe revisarse a partir del


eje de lo narrado, es decir, del discurso referido contenido en la bibliografía jurídica
que circulaba en cada periodo de la formación histórica del campo del derecho4.
Es decir las diferentes nociones y saberes acumulados desde las obras jurídicas
que formaron el capital simbólico a partir de la circulación de textos estimulada
por los agentes dominantes del campo del derecho: abogados litigantes, jueces
y catedráticos, funcionarios públicos, estudiantes de derecho y autores en
general. La reconstrucción de un cuerpo de libros de derecho en Colombia y sus
implicaciones en la formación de una cultura jurídica legítima, ha sido una labor
marginal en las historias del derecho. Sin embargo, el elemento bibliográfico es

3
Cfr. con la obra del sociólogo colombiano Álvaro Moreno Durán y sus aportes investigativos para documentar
la formación del campo socio jurídico en Colombia, a partir de los planteamientos de la obra de Pierre Bourdieu.
4
En esta primera fase del trabajo el objetivo consistía en identificar y organizar los textos materiales que
estuvieron disponibles para el proceso de formación de los juristas, y en un segundo momento se revisaran los
contenidos (lo que hemos llamado Lo narrado-referido) en varios grupos de textos para poder configurar un
sentido de Discurso en la circulación de dichas obras.
To ga d o s y L e t ra d o s
48

determinante para un análisis de las prácticas discursivas en torno a ellas. Los


libros jurídicos hegemónicos en un momento histórico concreto son el origen de
una construcción de sentido sobre su autoridad.

2.3 Las formas de autoridad en la producción de los discursos jurídicos

Haciendo uso del método comparativo de la sociología, se pretende revisar


el concepto de legitimidad desde la perspectiva de Pierre Bourdieu, de Michel
Foucault y de Luis Alfonso Ramírez, para revisar de acuerdo con el primero la
génesis de campo del derecho desde una reconstrucción de las voces contenidas
en los textos jurídicos constituidas en soporte material y simbólico de los
discursos históricos del derecho, con el segundo una organización al discurso
desde la idea de institucionalización y prohibición y del último la noción de
presupuesto o base común.

Hacer un análisis de la legitimidad de los interlocutores en una relación


discursiva es tocar los presupuestos comunes de autoridad desde los cuales se
estructura un discurso –bien sea jurídico o cotidiano–. La legitimidad en el
sentido de este texto debe ser entendida como la autoridad para hablar, escribir,
disertar, argumentar o interpretar. El concepto se asocia con el de autoridad
y constituye un aspecto esencial de la relación comunicativa fundada en la
necesidad de intercambiar visiones del mundo con las que se han configurado los
soportes materiales, intelectuales o afectivos de cualquier producción discursiva.
Esa autoridad referida tanto a textos orales como escritos genera, así mismo, un
nuevo texto con fuerza suficiente para mediar todas las relaciones humanas.

La legitimidad es una forma de posesión de una idea de verdad. Bien lo afirmó


el literato mexicano Carlos Fuentes en una de sus novelas: El poder se funda en el
texto. La legitimidad única es reflejo de la posesión de un texto único5. Cada ciencia
pretende llegar a la posesión de un texto único y lo crea, lo reproduce y consume,
tantas veces como sea necesario para lograr la identificación y asimilación de
todos sus elementos.

Los diferentes textos son los soportes de las voces que intervienen en un
discurso y tienen en consecuencia un origen múltiple, porque están sustentadas
en saberes de la sociedad y son fruto de una cultura con la que el individuo


5
Carlos Fuentes. Terra Nostra. Barcelona: Seix Barral, 1973.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
49

construye sus propios sentidos y los moviliza en función de sus necesidades


vitales. Siempre partiendo de la especial consideración de que un individuo se
afirma en tanto ha asimilado de sus interacciones con la cultura y la sociedad los
instrumentos esenciales para crear una imagen de sí mismo y ese “afirmarse” es
presupuesto básico para el intercambio de su imagen con las de los otros. Los
interlocutores han creado una imagen de los otros en tanto se reconocen en una
propia, de aquí que se pueda expresar esa condición intersubjetiva en términos
de verificar que los individuos son los que comunican y esperan comunicarse
con los que son como ellos en el intercambio de aspiraciones vitales. Esa doble
relación opera tanto para textos orales como para los escritos.

Sin embargo, en otro plano de la relación estratégica los sujetos deben


comunicarse con otros que no son sus semejantes y afines en sentido estricto.
Con ellos la relación pone de manifiesto una serie de diferencias o faltas
de coincidencia con las imágenes propias que tengan los sujetos y que les
obliga a buscar estrategias que hagan posible el contacto6. Los individuos se
comunican si reconocen en el otro un sentido de correspondencia con lo que
son y lo que aspiran ser.

En la vida cotidiana tanto como en los espacios de relaciones familiares,


laborales, sociales y académicos, se generan lazos que están ligados a los
intereses vitales y comunes que se declaran y a aquellos que permanecen como
aspiraciones ocultas, altamente deseables. Los vínculos activan las redes de
relación creando un tejido que redefine al sujeto mismo. Se puede hablar de
campos, de grupos sociales, de gremios, de asociaciones, de colegiaturas, de clubes
sociales, de iglesias, o ligas, atendiendo a esos enclaves humanos constituidos en
comunidad de intereses. Los sujetos convocados por la aspiración comunitaria
parecen encontrarse y dialogar con base en unas coordenadas comunes. Dichas
coordenadas que actúan como un saber compartido, se articulan igualmente
como presupuestos que legitiman las interlocuciones de quienes las actualizan con
ocasión de un evento comunicativo.

Bien sea que se trate de una comunidad de sujetos con intereses afines o de
un evento de comunicación entre extraños o de un acto de lenguaje generador
de un conflicto entre sujetos con intereses antagónicos o incluso entre sujetos

6
Es desde esta idea desde donde se construye la noción de elite, en tanto un grupo social que comparte una
base común, desde donde funda la legitimidad y desde donde la proyecta. Los ilustrados del siglo XVIII, son
un ejemplo de formación de campo con alto grado de restricciones y presunciones sobre el otro, con el que
construía comunidad.
To ga d o s y L e t ra d o s
50

separados por barreras afectivas, ideológicas, económicas, religiosas y lingüísticas,


se hace evidente que el éxito de una situación comunicativa, está dado por la
disponibilidad de los sujetos en hacer parte del intercambio de voces. Esa
disposición solo es posible con el reconocimiento que el uno tiene una autoridad
que el otro le reconoce y en sentido contrario. El reconocimiento del otro parte
de un contrato comunicativo –es decir, de un acuerdo de voluntades entre los
sujetos que se comunican7– en el que hay que actualizar la legitimidad de las
voces de los interlocutores cada vez que proponen enunciaciones. El grado de
presencia de los locutores supone su identificación mutua y la apropiación de lo
explícito y lo implícito en el acto de lenguaje. Como afirma Emile Benveniste la
enunciación convierte la lengua individual del locutor en discurso:

La enunciación puede definirse, en relación con la lengua, como un proceso de


apropiación. El locutor se apropia del aparato formal de la lengua y enuncia su
posición de locutor mediante indicios específicos, por una parte, y por medio de
procedimientos accesorios por otra (…) en cuanto se declara locutor y asume la
lengua, implanta al otro delante de él, cualquiera que sea el grado de presencia
que atribuya a este otro. Toda enunciación es explícita o implícita (…)8.

La autoridad de un interlocutor se constituye casi siempre en un principio


de interpretación y el poder tanto material como simbólico que lo legitima,
constituye lo que algunos han dado en llamar ethos, igualmente entendido
como presupuesto y reconocimiento de las potencialidades de interlocución
de los sujetos en un acto de habla y en uno de escritura. Las consideraciones
sobre la configuración de ese ethos y sus mecanismos para otorgar legitimación,
exceden el propósito del presente ensayo, por cuanto implican una mirada
exhaustiva y sistemática de las formaciones de “autoridad discursiva” a lo largo
de la historia humana.

Otro centro de exploración en el tema de la autoridad de la interlocución,


consiste en plantear la relación entre ortodoxia como discurso autorizado frente
a heterodoxia como contradiscurso ilegítimo. Si existe un estado óptimo de la


7
Un contrato comunicativo se puede definir como el acuerdo de voluntades de los sujetos (locutores) que
participan en un evento –circuito comunicativo a la manera de Jakobson–, comprometiéndose a respetar
las reglas básicas de las enunciaciones de la interlocución. Escamilla, Julio. ¿Comunicación o enunciación?:
Aspectos generales del análisis semiolingüístico del discurso En: Revista Glotta. Bogotá, Vol. 2 no. 1, enero/abril
(1987). De la mentira y otras estrategias discursivas. En: Revista Glotta, Bogotá; vol. 4 no. 1 enero/abril (1989).

8
Emile Benveniste. Problemas de lingüística general. El aparato formal de la enunciación Tomo II, México: Ed.
Siglo XXI, págs. 84-85.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
51

legitimidad para la producción discursiva de un campo, ese es la ortodoxia. Ella


actúa como la máxima modeladora y como punto de referencia más acabado.

La ortodoxia debe ser entendida como principal agente de autoridad


y validación discursiva y siempre está sujeta a las contradicciones de un
planteamiento heterodoxo. La heterodoxia es acicate de la doxa institucional
y reviste para ella gran peligrosidad, en tanto mella las formas regulares de
institucionalización. Pese a tales dimensiones, el asunto a plantear es de qué
manera el reconocimiento de la autoridad de un interlocutor, por otro, en
una situación comunicativa (tanto en presencia como en ausencia) está dado
por la concesión recíproca de legitimidad, si se quiere ortodoxa, en virtud de
la cual la intersubjetividad es posible. Y como correlato revisar si la autoridad
proveniente de discursos escritos (libros jurídicos) alcanza a configurarse en la
fuente primaria de la legitimidad para los agentes de la ortodoxia o si la falta de
la legitimidad textual es estimulada por la crítica heterodoxa. El derecho tiene
estructuras discursivas altamente ortodoxas, no solo por estar inspiradas en la
normalización de la ley positiva, sino por las formaciones conceptuales de sus
diferentes ramas que regulan todos los espacios posibles de la vida de los sujetos
bajo parámetros de seguridad y premisas de orden. En consecuencia, los textos
contenidos en los libros jurídicos poseen el doble carácter ordenador.

Entre los diversos enfoques que sirven como fundamento a esta exploración
teórica sobre el tema de la “legitimidad de los interlocutores del derecho”, se
encuentran las nociones de discurso desde el análisis del profesor colombiano Luis
Alfonso Ramírez, el análisis de las formas y orden del discurso de Michel Foucault, y
nociones de poder simbólico y campo en Pierre Bourdieu, entre las más importantes.

2.4 Discurso y legitimidad discursiva

La estructura del modelo de comunicación planteado por Ramírez ubica a


los sujetos de una situación comunicativa-discursiva en el plano de interlocutores-
intérpretes y los sitúa en un grado superior al de simples enunciadores. En
analogía con la idea de un código compartido, en el circuito comunicativo de
Román Jakobson, se propone la noción de legitimidad, para privilegiar un orden
de presupuestos e intenciones comunicativas que van más allá del uso primario
de una lengua y de un mensaje.

Con base en ese modelo se propone una conceptualización para tres aspectos
centrales de esta disertación, ellos son: Legitimidad, interlocución y discurso. La
legitimidad es entendida como el sentido de autoridad para hablar y escribir,
To ga d o s y L e t ra d o s
52

bien sea a nombre o voz propia o invocando voces presentes y/o ausentes. Como
soporte de la teoría y la praxis de una ciencia o disciplina, como condición de
validez intrínseca de los argumentos textuales y de validez extrínseca de su
aceptación por un colectivo o grupo social y como presupuesto de una tradición
conceptual. La legitimidad se asimila a la idea de presupuesto o base común como
condición y reconocimiento de validez de lo enunciado y de quien locuta.

En segundo lugar, la interlocución es entendida como el acto que actualiza una


situación de comunicación. Las ideas de los locutores (emisores y receptores)
se activan para crear interlocuciones, es decir, eventos comunicativos donde
las voces se expresan, tanto en el plano oral como en el escrito. Por último la
idea de Discurso como las construcciones de sentido que realiza un individuo que
ha entrado en el juego de las relaciones con la cultura y la sociedad en una
circunstancia de enunciación temporal y espacial específica, determinada por
otros textos, contenidos, modos, modas, formas, hábitos y maneras de ser.

Para Ramírez la legitimidad (base común) es el aspecto del discurso sobre


el que se sostiene una relación entre sujetos (intersubjetiva) y determina la
validez y rectitud a las voces que se presentan y reconocen como autoridad.
La intersubjetividad encuentra una manera de configurarse plenamente cuando
los participantes en una situación comunicativa se colocan uno frente a otro
concediendo o negando autoridad a los saberes adquiridos que se ponen en
marcha cada vez que se enuncia. Esa base común actúa en todo tipo de estructuras
textuales (argumentativas, narrativas o descriptivas) de lo enunciado.

2.5 Una mirada al orden de Foucault

Michel Foucault introduce su texto El orden del discurso con una disertación sobre
las voces que preceden su propio acto discursivo, planteando el juego permanente
entre el deseo de querer entrar en un orden discursivo libre de tensiones, porque es
una institución quien se lo permite o se lo niega. Por tal razón, en las enunciaciones
orales y escritas a las que están compelidas diariamente las voces de los sujetos que
anteceden a la voz comunicante, parecen expresarse a otras voces, unas veces de
forma nítida, otras veladas o deformadas. La confianza de una voz es producto del
reconocimiento por una institución. En Foucault, según él mismo lo expresa, están
otras voces como la de Dumezíl, Hippolite, Hegel e incluso Nietzche, entre otros
filósofos, que propusieron un orden para el discurso:

Yo supongo que en toda sociedad la producción del discurso está a la vez


controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
53

que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento
aleatorio y esquivar su pesada y terrible materialidad9.

La legitimidad de un interlocutor es siempre una concesión que los


participantes, como intérpretes, se hacen para otorgar un valor a las
enunciaciones que configuran un discurso. Dicha concesión actúa como
presupuesto de un autor que responde en el juego de las interlocuciones porque
tiene una gran variedad de referentes enciclopédicos, vivenciales, afectivos e
incluso materiales, desde donde apoyar su acto de oralidad o escritura. La
expresión referente debe ser entendida para este caso como un saber o conjunto
de saberes articulados al individuo y que se constituyen en el soporte de todo
aquello que dice o escribe. Los referentes como se verá, son las elaboraciones
particulares que el sujeto apropia de sus relaciones con la sociedad y la cultura
como un todo. Referente equivale a la idea de enciclopedia propuesta por
Umberto Eco10.

En este texto se pretende configurar una conceptualización de las distintas


formas de los referentes11, de la siguiente manera: referente enciclopédico, referente
afectivo-vivencial. Algunos ejemplos de la cotidianidad ilustran procesos
históricos que siguen la misma lógica. El referente enciclopédico implica una base
conceptual, cognitiva y racional que actúa generando un presupuesto inequívoco
de autoridad: el discurso de un docente en el aula de clase de cualquier disciplina
o grado académico, en cualquier tiempo, se convierte en una argumentación
cuya legitimidad se pierde, si no se considera la autoridad del enunciador. En
el caso de un referente afectivo-vivencial implica una base afectiva, emocional y
experiencial para interpretar el mundo, el ejemplo puede ser cualquier tipo de
solicitud hecha desde el afecto.

Los referentes están asociados a unos principios: de autoridad civil y otro de


autoridad contractual. En el primero la autoridad civil de un policía quien exige
el cumplimiento de la norma, o que frente al infractor expresa las razones de
la violación, o el funcionario que investido de autoridad contractual traza al
subalterno una directriz y le organiza los oficios de manera sistemática.

9
Op. cit., Foucault. El orden del discurso. Barcelona: Tusquets, 1987, pág. 6.
10
Cfr. Con la obra de Umberto Eco especialmente con Obra abierta (1962), Apocalípticos e integrados ante la cultura
de masas (1965), La estructura ausente (1968), La forma y el contenido (1971), El signo (1973), Tratado de semiótica
general (1975).
11
Con base en los diferentes planteamientos de los autores citados, propusimos nuestra idea de referentes
vivenciales, enciclopédicos y los conceptos de autoridad civil y contractual asociados a ellos.
To ga d o s y L e t ra d o s
54

Sin embargo, en culturas que determinan tipos de sociedades con sus


particularidades, tales referentes pueden actuar de modo conjunto y algunas
veces indiferenciado. Así las cosas, la legitimidad vendría dada por una serie
de interrelaciones entre referentes enciclopédicos y materiales. Al tiempo que
esos referentes están condicionados a necesidades epistemológicas, éticas y
estéticas. Los primeros, es decir, los referentes afectivos y vivenciales serían
del tipo de sociedades constituidas en el orden moral, religioso, estético y de
prácticas consuetudinarias y las segundas en relación con aspectos académico-
científicos, políticos, económicos y policivos. En nuestras sociedades
preindustriales –como el caso de Colombia y la gran mayoría de países
latinoamericanos– es dado suponer que los referentes afectivos y vivenciales
jueguen un papel predominante.

De igual modo, se aplica para sociedades premodernas o para aquellas donde


la modernidad está aún asociada a la modernización tecnológica importada.
Los referentes vivenciales como condición de autoridad para los interlocutores,
en la mayoría de las relaciones discursivas cotidianas operan desplazando a los
enciclopédicos materiales.

Frente a un interlocutor el otro pone en juego el reconocimiento de sus


propias expectativas porque en lo vivencial implica la vigencia de hábitos y
prácticas compartidas que determinan un modo de ser, de aparecer, de estar y
de interactuar, fácilmente reconocible por quienes comparten los mismos usos,
modas y modos sociales: “entre iguales se reconocen” es un ejemplo de cómo
un adagio popular recoge las aspiraciones de solidaridad entre miembros de un
gremio profesional en el que el reconocimiento de los iguales, puede operar de
igual modo como un presupuesto de autoridad.

Volviendo a Foucault en toda sociedad la producción de discursos está


mediada por una serie de mecanismos o como él llama a algunos de ellos, los
procedimientos de exclusión:

En una sociedad como la nuestra son bien conocidos los procedimientos


de exclusión. El más evidente, y el más familiar también, es lo prohibido.
Se sabe que no se tiene derecho a decirlo todo, que no se puede hablar de
todo en cualquier circunstancia, que cualquiera, en fin, no puede hablar de
cualquier cosa12.

Ibíd.
12
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
55

El procedimiento de la prohibición opera como el principal elemento


controlador de la legitimidad del productor del discurso. Cualquier sujeto puede
generar un discurso de cualquier forma y de cualquier cosa. La prohibición
tiene como misión actuar como garante y controlador para lo que se expresa, ya
que no siempre se puede escribir todo, ni hablarlo todo. Foucault señala como
procedimiento de exclusión más conocido y más generalizado la “prohibición”,
que se expresa en tres grandes grupos: Tabú del objeto, ritual de la circunstancia
y derecho exclusivo y privilegiado del sujeto que habla. Las diferentes formas de
la prohibición que se cruzan, refuerzan y compensan como un tejido “una
malla” que se transforma en cada grupo social. En dicha malla las regiones más
apretadas corresponden a la sexualidad y a la política, en ellas el discurso se
vincula con el deseo y el poder.

El discurso, por más que en apariencia sea poca cosa, las prohibiciones que
recaen sobre él, revelan muy pronto, rápidamente, su vinculación con el deseo y
con el poder. Y esto no tiene nada de extraño: ya que el discurso –el psicoanálisis
nos lo ha mostrado– no es simplemente lo que manifiesta (o encubre) el deseo;
es también lo que es el objeto del deseo, y ya que –esto la historia no cesa de
enseñárnoslo– el discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o
los sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se
lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse13.

Como ya lo hemos señalado, otro mecanismo de exclusión es la separación


y el rechazo, como otra consecuencia de la oposición entre razón y locura. Para
Foucault, el loco es un ser “cuyo discurso no puede circular”. En una relación
de comunicaciones su legitimidad está condicionada al papel que en una cierta
sociedad se le dé a su palabra. Pudiendo ir de la exclusión total a la adjudicación
de poderes secretos o la exposición de una verdad enmascarada. Por ello, parte
de una visión donde la locura es el principal instrumento de separación. Anota
cómo en el desarrollo histórico del tema de la locura la concepción ha sufrido
alteraciones, sin embargo, ellas refuerzan la idea de rechazo al loco, o una
aceptación sui generis, condicionada de su estado:

Se me puede objetar que todo esto actualmente ya está acabado o acabándose;


que la palabra loco ya no está del otro lado de la línea de separación; que ya no es
considerada como algo nulo y sin valor; que más bien al contrario, nos pone en
disposición vigilante; que buscamos en ellas un sentido, o el esbozo o las ruinas

13
Ibíd., págs. 11-12.
To ga d o s y L e t ra d o s
56

de una obra; y que hemos llegado a sorprender, esta palabra del loco, incluso en
lo que nosotros mismos articulamos, en ese minúsculo desgarrón por donde se
nos escapa lo que decimos14.

El tercer mecanismo consiste en la oposición entre lo “verdadero y lo falso”,


con ello Foucault se refiere a la voluntad de verdad, haciendo un recorrido breve
por aquellos instantes en el desarrollo histórico de la idea de verdad, condicionada
a una autoridad o institución. No solo nos dice que es lo verdadero, sino cómo
debe concebirse y de qué manera debemos buscarla.

El tema de la verdad respaldada por un soporte institucional permite la


analogía con unas formas de legitimidad que son validadas por una institución.
Estas operan, justamente, como condicionantes de la libertad discursiva, es
decir, como formas de coacción que tienden a ser cada vez más complejas
y especializadas a medida que se avance en un tipo particular de discurso.
Para el discurso técnico-científico la institucionalidad está representada en la
academia y las sociedades científicas, para el discurso artístico, las curadurías
y los editores, para el discurso cotidiano, para el de los gremios de oficios,
las relaciones sociales, familiares y afectivas, e incluso las iglesias, lo que sus
máximos representantes establezcan.

Para el discurso del derecho una idea de verdad se sostiene en las


constituciones y en las codificaciones, a partir de interpretación de la ley que
hace el aparato judicial, en la formación de la ley que hace el legislativo y en
su aplicación instrumental por parte del ejecutivo. Ahora bien, para el común
de los individuos la idea de verdad en el derecho se apoya en la coacción de
una sanción por el incumplimiento del precepto. La ley es verdadera porque
produce efectos erga omnes y porque existe un aparato de control legítimo que
es el Estado, y porque la aplicación proviene de una fuerza material o norma
heterónoma de la que no es fácil sustraerse. Es necesario analizar en una
sociedad como la colombiana, cuyas instituciones se debaten en la ilegitimidad,
cuál es el sentido de autoridad de la ley. ¿Cuáles son los discursos del derecho
que operan por fuera de los referentes enciclopédicos y que están más cerca de
las referencias vivenciales de los ciudadanos?

De vuelta a Foucault, se puede observar cómo esos tres mecanismos o


procedimientos de exclusión: la prohibición, el rechazo o la exclusión, y la voluntad
de verdad institucionalizada, funcionan validando un discurso y todo aquel que

Ibíd., pág. 13.


14
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
57

no opere dentro de las coordenadas trazadas para su producción puede quedar


reducido al puro artificio verbal, al juego de los significantes, tanto como, a una
escritura hermética que no represente peligro alguno para una institución. En una
palabra, más que un discurso deslegitimado, sería una construcción inocua.

De la misma manera que se presuponen referentes para revisar las formas


de legitimidad discursiva, en este trabajo15 se plantean los mecanismos de
las concesiones de autoridad en dos grandes formas dependiendo de su origen
cultural, de su circulación social y de los modos de asunción por los individuos.
Esas formas pueden dividirse en Autoridad religiosa: si es originada en un ente
supra humano de carácter divinizante, omnímodo y ritual. Emana de un poder
externo a liberalidad humana, en un sentido de la trascendencia. Este es propio
de grupos humanos sobre todo en las etapas iniciales de formación y actúa como
mecanismo cohesionador a futuro de jerarquías e institucionalizaciones, que en
la mayoría de casos pueden llegar a ser perpetuas.

El otro mecanismo de concesión, está dado por una autoridad de carácter civil o
secular producto del consenso de intereses y de contratos sociales, que se plantean
en sociedades donde se ha hecho una ruptura con un orden trascendente y se ha
entregado la potestad al juego de las libres elecciones entre los más fuertes del
grupo. El discurso en ellos actúa como mecanismo de administración del poder
material y del simbólico. Bien sea en el caso de discursos apoyados en el poder civil
o del religioso, es claro que la autoridad reside en las fuentes y se expresa a través
de los individuos que por designio o designación lo ejerzan. Algunos ejemplos
elementales: un sacerdote, un rey tribal, un monarca, un chamán, un cacique, un
jeque (que para efectos de autoridad son lo mismo) recibe el poder de una fuente
divina y es ratificado por un consejo o cenáculo que refuerza la fuente.

La autoridad religiosa es reforzada por alianzas internas, mitos fundacionales


o criterios de cooptación que no encuentran una justificación diferente al
carácter delegado que no traspase el elemento trascendente. Por su parte, un
presidente, un gestor, un administrador, un monarca temperado, un representante
legal, un curador, un albacea, entre otros, han recibido su autoridad como una
consecuencia natural del sentido de inmanencia resultante de acuerdo civiles,
de consensos particulares apoyados en el criterio de gestión comunitaria, que
puede otorgarse de manera plena para el cumplimiento de fines, pero tiene una

15
Hemos propuesto las nociones de concesión de autoridad en civil y religiosa, así como los referentes afectivos y
enciclopédicos.
To ga d o s y L e t ra d o s
58

serie de limitaciones que el otorgante estará en condiciones de restringir porque


es consciente de la temporalidad del encargo y su sujeción al cumplimiento de
ciertos fines. Por lo menos en sentido formal.

Ambos tipos de autoridad en algunos momentos pueden confundirse y


fundirse en una sola, aumentando su radio y capacidad de acción asegurando su
sostenibilidad no solo con el uso del poder simbólico por el cual su aceptación
es indiscutible por parte de los dominados, sino, mediante el ejercicio del poder
material que se instrumentaliza en la forma de leyes, instituciones, organismos
de control y fuerza pública. También se pueden ubicar aquí todas las formas de
la propaganda y de control de los medios masivos de comunicación.

En este punto es importante considerar que la gran mayoría de las formas


de autoridad dependen de esas dos fuentes de legitimidad y que a pesar de la
existencia de instituciones –llámese estado, clan, tribu o iglesia– con poderes
materiales para sostenerse, creemos que el poder simbólico es sin lugar a dudas
la forma de control más eficaz y por encima del discurso cualquiera que sea,
es la principal herramienta para imponer o para organizar consensos. Los
discursos fruto del poder simbólico operan tanto para formas rituales y solemnes
de la institucionalidad como para el flujo de las relaciones cotidianas. En la vida
doméstica lo simbólico ha servido para interiorizar al nivel de presupuesto todo
lo que se puede decir y todo lo que está vedado.

2.6 La legitimidad de un Campo según Bourdieu

Es Pierre Bourdieu, quien nos propone los conceptos de campo, poder


simbólico y la illusio, y estos conceptos están íntimamente asociados a un sentido
de legitimidad. El campo es en forma genérica el espacio de relación de los
sujetos. Luego entonces, existen tantos campos como necesidades humanas de
comunicación e interacción, en los órdenes que van de la epistemología a la
moral y del arte a la política. Aunque Bourdieu se encarga de mirar el campo
del arte, para señalar sus reglas, por extensión podemos aplicarlo a lo jurídico. El
poder simbólico otorga a cada campo la posibilidad de cohesionarse y da a los
pertenecientes una ilusión de identidad:

Cada campo (religioso, artístico, científico, económico, etc.), a través de la forma


particular de regulación de las prácticas y de las representaciones que impone,
ofrece a los agentes una forma legítima de realización de sus deseos basada en
una forma particular de la illusio. En la relación entre el sistema de disposiciones
producido total o parcialmente por la estructura y funcionamiento del campo
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
59

y el sistema de potencialidades objetivas ofrecidas por el campo, se define en


cada caso el sistema de satisfacciones (realmente) deseables y se engendran las
estrategias razonables inducidas por la lógica inmanente del juego (que pueden
ir acompañadas o no de una representación explícita del juego)16.

Bourdieu nos propone como la ilusión (illusio) de pertenecer y tomar partido


en las reglas del juego, legitima los deseos de adhesión y esos deseos son en el
sentido de Foucault, son los que movilizan el acto comunicativo con el que un
discurso comienza a prefigurarse. La lógica del juego confiere las reglas para
expresar los deseos y aspiraciones compartidos por todos. Luego, los miembros
de un campo, son los organizadores y los seguidores. Los primeros son aquellos
con mayor poder simbólico acumulado y son legitimados por los seguidores,
quienes se obligan a seguir los lineamientos al interior del campo. En un sistema
de representación aquellos que legitiman son a su vez legitimados, se les otorga
cada vez más poder y en consecuencia actúan como modelizadores.

Las formas de control discursivo que ejercen los modelizadores del campo
operan en el derecho como en cualquier otra ciencia. Los ejemplos son elementales
pero significativos: el científico, cuyas investigaciones han sido validadas por una
comunidad científica, va acumulando el poder que le confiere su reconocimiento
y se puede colocar a la cabeza de su campo, más tarde tiene el poder de validar
a los colegas, en tanto se muestren dispuestos a seguir difundiendo sus ideas,
a menos que ese mismo campo valide una nueva expresión o paradigma. Ello
operó de la misma manera en el siglo XVIII que en la revolución científica del
siglo XIX. Las elites del mundo colonial neogranadino obedecieron a la misma
lógica.

Sin embargo, existen el disenso y la apertura, de modo que un actor juegue a


los conceptos de frontera y haga apuestas genuinas a la interdisciplinariedad. Por
ejemplo un maestro que obtiene el reconocimiento por un proyecto docente,
puede eventualmente apoyar otro proyecto que no corresponda con sus intereses,
pero su vinculación al mismo campo con seguridad va a hacer que prefiera
un proyecto pedagógico, a otro, por fuera de su campo. Un profesional puede
validarle el discurso a otro, pero la mayor forma de legitimidad estaría dada
por la distinción que de él hagan los de su gremio. El campo de los abogados
es uno de los más cerrados por las dinámicas del ejercicio profesional, pero es
amplio en cuanto a su fundamentación filosófica y sus nexos con las llamadas

16
Pierre Bourdieu. Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario. Barcelona: Paidós, 1997, pág. 338.
To ga d o s y L e t ra d o s
60

profesiones liberales. El abogado –igual el neogranadino– valida a sus colegas


desde varios espacios del campo, como los colegios profesionales, la judicatura o
el reconocimiento por el litigio o la función pública.

La interiorización del orden simbólico de una autoridad se manifiesta como


un eco que va traspasando las relaciones cotidianas de los individuos, permea
todas sus prácticas argumentativas y crea un repertorio de voces autorizadas
con las que él se despliega en su mundo. Observemos cómo un miembro de
una iglesia (por ejemplo la protestante moderna, o la católica del medioevo)
coloca en sus conversaciones la invocación de la voluntad divina para introducir
o clausurar todo lo que dice, e igual lo que escribe. Su condición de miembro
de esa iglesia lo hace dependiente discursivamente de la autoridad máxima
que sustenta su cosmovisión, es decir de otros pastores o de los feligreses de su
congregación, y nada puede estar por encima de dicho orden.

En otros casos menos evidentes ¿cómo negar tal dependencia autoritaria más
allá de los roles que se desempeñen? ¿Un presidente de una república o un virrey
no estarán siempre mediados por su investidura? ¿No dirán siempre un poco de
lo que sus asociados, electores o súbditos quieren oír? ¿No se sentirá compelido
a decir de acuerdo con los intereses que representa? En ese mismo sentido un
escritor –comentador o autor– de libros jurídicos se mueve dentro de los límites
socioculturales que su campo fijó en un momento histórico.

Así con la fuerza material y la simbólica ejercen sus mecanismos de exclusión


o inclusión al sistema que representan. Se integran y mantienen en un campo
con suficiente autonomía para otorgar legitimidad a las interlocuciones de sus
miembros. Con la potestad policiva o castrense, con la punibilidad, y las leyes
de contratación dadas por un derecho público o privado, con procuradores,
contralores, defensores públicos, los consejos disciplinarios, los tribunales de
ética y demás organismos de control, existe una instancia que sobre todo en
los últimos tiempos, se ha convertido en garante de autoridad de los poderes
eclesiales y civilmente constituidos: los medios masivos de comunicación se
constituyen en autoridad, como reproductores y en muchos casos productores
de discursos autónomos. Aunque no es el caso del periodo colonial, está claro
que para la época colonial el control censorial del Index tenía esa potestad
legitimadora de los discursos contenidos en los textos.

El tema de la legitimidad en Bourdieu atraviesa las nociones de autoridad para


la producción de discursos orales y escritos, y sobre todo el poder para definir
quién otorga dicho poder, para qué y hasta dónde actúa. Los agentes de cada
campo se reservan ese derecho de monopolio o como lo señala el autor, el poder de
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
61

consagración. En el caso del campo literario que revisó en las Reglas del arte (1997)
señala cómo funciona esa facultad para nominar dentro de un campo:

(...) cada cual trata de imponer los límites del campo más propicios a sus
intereses o, lo que es equivalente, la definición de las condiciones de la auténtica
pertenencia al campo (o unos títulos que den derecho al estatuto de escritor, de
artista o de científico) más adecuada para justificar que sea como es17.

Señala cómo los límites de un grupo y las condiciones de pertenencia a él,


son una realidad de todas las producciones culturales. Propone un plan para
acercarse a esa realidad mediante análisis de tipo estadístico para establecer
las propiedades de dichos campos. Pero también, propone revisar el proceso de
canonización que establece históricamente la institucionalidad para promover o
censurar a sus miembros:

Pero se puede también romper el círculo elaborando un modelo del proceso de


canonización que lleva a la institución de los escritores, mediante un análisis de
las diferentes formas que el panteón literario ha ido adquiriendo, en diferentes
épocas, en las diferentes listas de premiados presentadas tanto como en los
documentos –manuales, antologías, etc.– como en los monumentos –retratos,
estatuas, bustos o medallones – de los “grandes hombres”18.

En ese sentido es preciso revisar cómo en el campo del derecho el proceso


de canonización (y las condiciones de pertenencia de los agentes), ha sido
condicionado por los libros y las ideas hegemónicas sobre la ley, las formas
de gobierno y la estructura de un Estado adecuado. El sociólogo colombiano
Álvaro Moreno Durán sintetiza el concepto de legitimidad de Bourdieu en los
siguientes términos:

En la obra de Bourdieu la legitimidad se puede considerar como la razón


esencial del consentimiento de los dominados, es decir, como el interés con que
se les presenta ante sus ojos, bajo una forma u otra, la dominación que se ejerce
sobre ellos19.

La legitimidad de los dominantes solo es posible por el reconocimiento que


de ellos hacen los dominados. En la lógica de las relaciones intersubjetivas, se ha

17
Ibíd., pág. 331.
18
Ibíd., pág. 333.
19
Álvaro Moreno Durán y José Ernesto Ramírez. Pierre Bourdieu. Introducción Elemental. Bogotá: 2003, pág. 21.
To ga d o s y L e t ra d o s
62

dicho que las concesiones de autoridad son posibles desde el reconocimiento del
otro que enuncia. Se trata de las representaciones comunes y compartidas por
los agentes del campo y de acuerdo con ellas los lugares o posiciones tanto de
dominantes como de dominados, son asumidas:

El principal mecanismo para la legitimación del poder en las relaciones de


dominación consiste en la posibilidad que tanto dominantes como dominados
compartan un conjunto de representaciones, religiosas, míticas, políticas y
demás, relativas a la realidad –sociedad, naturaleza, universo, etc.–20.

Los grupos dominantes se pueden fraccionar para asumir el ejercicio del


poder en forma temporal, tales fracciones especializadas pueden asumir el control
militar, económico o político para el sostenimiento del sistema en sociedades
complejas. Igualmente, pueden encargarse de la fabricación y difusión de las
representaciones necesarias para justificar la dominación. Bourdieu se refiere a
los medios de comunicación y en especial a la televisión. Los medios no solo
fabrican y difunden causas propagandísticas, por encargo, sino a pesar de ellas y
dependiendo del interés de turno. La televisión contribuye al mantenimiento del
orden simbólico, y a generar movilizaciones de sentido en orden a los discursos
dominantes. En su obra Sobre la televisión Bourdieu (1996) señala como:

Los peligros políticos inherentes a la utilización cotidiana de la televisión resultan


de que la imagen posee la particularidad de producir lo que los críticos literarios
llaman el efecto de realidad, puede mostrar y hacer creer en lo que muestra. Este
poder de evocación es capaz de provocar fenómenos de movilización social.
Puede dar vida a ideas o representaciones, así como a grupos21.

Entre nosotros, igual que en muchas sociedades industriales (o preindustriales)


los medios pasaron de ser un mecanismo instrumental de las autoridades para
convertirse en autoridad independiente de los poderes a quienes tradicionalmente
servía. Actualmente, los “mass media” están generando sus propios discursos
que amenazan con desplazar autoridades civiles y religiosas. Por supuesto, en
la colonia la difusión mediática operaba a partir de la circulación de libros, y de
otros instrumentos menores como los pasquines, los folletines, los periódicos y
las tertulias, con una lógica diferente pero no menos eficaz.

Ibíd.
20

Pierre Bourdieu. Sobre la televisión. Barcelona: Anagrama, 1996, pág. 27. Aunque en la época colonial no se
21

diera este tipo de estructura mediática, es bien cierto, que el nacimiento de la prensa, bien sean periódico, hojas
volantes o incluso pasquines, va generar un proceso de movilización social y va a contribuir al mantenimiento o
cuestionamiento del orden simbólico sobre el cual las ciudades coloniales se construían.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
63

2.7 Hacia otras formas del concepto de autoridad

Otro tipo de autoridad que se podría proponer es la derivada del referente


enciclopédico y que se sustentaría en las formas de legitimación del conocimiento
científico y académico en general, es lo que Bourdieu llama Intelectuales. Las
sociedades del conocimiento detentarían una autoridad que es consecuencia de
un poder (el conocimiento es poder) y en las sociedades modernas esa premisa
se convierte cada vez más en un imperativo indiscutible. Vale la pena mencionar
que tal como se planteó, dos autoridades de las cuales devienen la gran mayoría
de los discursos y sus legitimidades, es decir civil y religiosa, generan sus propias
formas de conocimiento y por tanto del saber científico. La relación con la
autoridad civil, es quizá el aspecto más significativo de esa autoridad enciclopédica,
que está delimitada siempre por un consenso entre un grupo de individuos. ¿No
es acaso una verdad científica el fruto de un consenso entre una comunidad de
autoridades en un campo? De allí que el papel de los intelectuales en la producción
y reproducción de los discursos sea un aspecto esencial para el campo jurídico. El
recorrido histórico de los intelectuales del derecho es una tarea inacabada.

Para terminar, queda propuesto que la legitimidad de un interlocutor estará


siempre apoyada en una interacción con una autoridad emanada de un poder,
dicha autoridad se concreta en discursos altamente cualificados o de mediación
cotidiana, como el Derecho. Los discursos y los textos son construcciones de
sentido, por ello es indispensable revisar los discursos sobre el derecho para llegar
a una reconstrucción de su campo. En la medida en que las diferentes voces del
discurso jurídico sean aisladas e identificadas será posible llegar al origen de su
legitimidad como campo.

Para un análisis de las formas de autoridad en el discurso jurídico, con el que


sus interlocutores consolidan su legitimidad, las voces antes citadas constituyen
un primer intento de contextualización, que se ocupa de referentes teóricos por
fuera de metalenguaje de las ciencias jurídicas y políticas, y va tras la pista de
nociones en el plano de los estudios sociológicos y del lenguaje.

Finalmente, se proponen las siguientes etapas de exploración como


momentos necesarios en una reflexión que apueste a observar algunos discursos
provenientes de cualquier campo del saber (y en especial del derecho) y en
atención a señalar las fuentes de su prohibición, de su rechazo o exclusión y de
su voluntad de verdad, ellas son:

• Identificación de la fuente de autoridad de la que emana el discurso: es decir donde


fundamenta la tradición y el canon de un campo, la autoridad del autor y
To ga d o s y L e t ra d o s
64

texto mismo. ¿qué le confiere a un texto el lugar de relevancia por aceptación


o exclusión en un grupo social?
• Reconstrucción del cuerpo de los discursos orales y escritos: es necesario revisar
el conjunto de textos significativos para la ciencia o disciplina en estudio y
elaborar un marco de referencia bibliográfico y un estado del arte documental
que en lo posible recoja la producción escrita y la oral por periodo sucesivos y
sistemáticamente. En un intento de aproximación a los textos fundacionales
de dicho campo.
• Reconstrucción de las mínimas condiciones de creación del discurso por la autoridad
que detentan los interlocutores: Identificar lo más claramente posible las
referencias contextuales del autor del texto, desde las biográficas, hasta las
condiciones socio-culturales que condicionan la producción.
• Revisión de las formas de aceptación o rechazo de la autoridad, y la búsqueda
de marcas textuales de tal correspondencia: con el propósito de observar los
círculos críticos (canonización) de validación, y las formas de circulación y
recepción de los textos. En el caso de documentos históricos apelar a las
huellas o rastros de presencias en los textos que indiquen lecturas y lectores.
Pertenencia a instituciones, índices, antologías y demás formas de aceptación
o exclusión.
• Planteamiento de una hipótesis de sentido sobre el origen y necesidad del discurso:
poder llegar a un juicio de valor sobre el surgimiento de un discurso (red
textual) apoyado en unos soportes de circulación material22.

Esta parte es la primera versión del texto, con algunas reformas, que fue publicada en la Revista Nueva Época,
22

pretende, además, una reflexión sobre la legitimidad en un plano oral, tanto como en uno escrito. La posesión
de los textos concedía autoridad a quienes los detentaban y es el proyecto de exploración sobre la circulación
discursiva, desde los textos en general y en particular de los jurídicos.
Capítulo 3

Togados y letrados: el orden


de los juristas en la ciudad letrada

n los dos primeros capítulos pretendíamos un marco conceptual


básico de algunas categorías como libro, lectura y biblioteca
propuestas por Roger Chartier, para asociarlas a categorías como
texto y discurso, según Foucault, campo y legitimidad según
Bourdieu, en apoyo de otras voces de lingüistas, semiólogos
y sociólogos, para justificar nuestra idea de que los libros son
construcciones discursivas y que los lectores y las bibliotecas son, en gran medida,
los principales responsables de la circulación y recepción de los discursos que ellos
contienen. Además, que la legitimidad de los mismos está íntimamente ligada a
una serie de operaciones socio-culturales que contribuyen con la difusión de los
discursos contenidos en dichos textos y a la formación de un orden social. En
este capítulo, pretendemos llevar el concepto de lector a la figura del letrado, para
asimilarlo, en tanto el letrado de en las sociedades coloniales novohispánicas, no es
otro que el jurista. Una cabriola que nos permite hacerle un primer seguimiento al
papel que estos letrados jugaron en la formación del orden colonial de las ciudades
del nuevo mundo, a las que Rama denominó ciudades letradas.

En ningún texto queda tan claramente descrita la condición de letrado,


atribuida a todos aquellos hombres de letras, es decir, aquellos que son los
To ga d o s y L e t ra d o s
66

poseedores y transmisores de los grandes discursos con los que se construyeron


las ciudades en el mundo colonial novo hispano, que en el famoso ensayo la
Ciudad Ilustrada de Angel Rama. La obra es –a nuestro modo de ver– una de las
más significativas para la comprensión de los órdenes discursivos y simbólicos
para la organización social hispanoamericana. Está compuesta por seis textos
articulados en la idea de la ciudad letrada como un orden de signos. Comienza,
con el capítulo denominado la ciudad ordenada, luego le siguen la ciudad letrada,
la ciudad escrituraria, la ciudad modernizada, la polis se politiza, y la ciudad
revolucionaria.

En este recorrido que va desde el orden colonial hasta el moderno, nos


ocuparemos de revisar algunas ideas básicas de los tres primeros capítulos,
por estar más cerca del imaginario colonial y parte del republicano anterior a
la modernización que se inaugura hacia 1870. Los letrados eran un reducido
círculo de poder, aunque en apariencia pequeño, parte esencial de: “la poderosa
articulación letrada que rodea el poder, manejando lenguajes simbólicos en
directa subordinación de las metrópolis”1.

3.1 El orden simbólico de la ciudad letrada

En la ciudad ordenada Ángel Rama aspira a sintetizar la idea de la ciudad


como “el sueño de un orden” que encontró en el nuevo mundo un espacio y
el único sitio propicio para encarnar. Desde el siglo XVI los conquistadores
y fundadores de las ciudades latinoamericanas se percataron de que se habían
apartado de la “ciudad orgánica medieval” en la que habían nacido y crecido para
enfrentarse a una nueva distribución espacial y un nuevo modo de vida, entraban
al capitalismo expansivo y ecuménico, arrastrando consigo al misioneísmo de la
edad media.

El nuevo sistema económico solo será posible en el marco de las monarquías


absolutas de los estados nacionales europeos, a los que se unirían fielmente las
iglesias, disciplinando la sociedad rígida y jerárquicamente desde las Cortes. La
ciudad Barroca fue el más valioso punto de intersección de esta configuración
cultural de lo urbano, desde donde el nuevo sistema fue posible2.


1
Ángel Rama. La ciudad letrada. Montevideo: Arca, prólogo de Hugo Achucar, 1998, pág. 21. Presentamos una
síntesis de los tres primeros capítulos de la obra por su ubicación histórica hasta finales del siglo XVIII.

2
Cfr. los conceptos de Rama con la obra de José Luis Romero. Latinoamérica; las ciudades y las ideas. Y en especial
con los capítulos referencias a las ciudades coloniales (ciudades patricias).
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
67

Como no era posible para ese momento cambiar las urbes europeas, las
tierras vírgenes de ultramar fueron una oportunidad para empezar de cero,
negando todas las culturas existentes aquí y en principio trasponiendo el
pasado de los recién llegados. A las ciudades las regirá “una razón ordenadora
que se revela en un orden social jerárquico transpuesto a un orden distributivo
geométrico”. Sociedad y ciudad requerían un proyecto previo y sobre todo
un Orden, y la forma física de la ciudad, existe para que la distribución de su
espacio asegure y conserve la forma social, un régimen de transmisión del
poder de España a América:

El orden debe quedar estatuido antes de que la ciudad exista, para así impedir
todo futuro desorden, lo que alude a la peculiar virtud de los signos de permanecer
inalterables en el tiempo y seguir rigiendo la cambiante vida de las cosas dentro
de rígidos encuadres. Es así que se fijaron las operaciones fundadoras que se
fueron repitiendo a través de la extensa geografía y un extenso tiempo3.

La ciudad debía existir antes de su materialización en una representación


simbólica asegurada solamente por los signos, es decir por las palabras que
traducían la voluntad de construirla aplicando normas, y luego diagramas y
diseños de planos. Por ello la figura del escribano, o escribiente era indispensable
para redactar la escrituras y más importante para dar fe. Se le dio prelación a la
palabra escrita como oposición de la inseguridad y precariedad de la palabra oral.
La ciudad fue asentada y trazada primero en el papel, con lo que ellas respondieron
a un doble orden: uno físico sometido a la construcción destrucción, instauración
y renovación, y un orden simbólico que le confiere una inalterabilidad antes o
después de su realización material:

El sueño de un orden servía para poder perpetuar el poder y para conservar la


estructura socio-económica y cultural que ese poder garantizaba. Y además
se imponía a cualquier discurso opositor de ese poder, obligándolo a transitar,
previamente, por el sueño de otro orden4.

Las ciudades emergían de las normas con que se las teorizaba. Las actas
fundacionales y los planos, se materializan en las urbes que cumplen la concepción
griega “barbarie-civilización”, que oponía la polis civilizada, a la barbarie de los
no urbanizados. Los campesinos ibéricos serán compelidos a ser los hidalgos
en la nueva organización, tendrán un título nobiliario (don) y dejarán de

3
Ibíd., pág. 21.
4
Ibíd., pág. 23.
To ga d o s y L e t ra d o s
68

trabajar la tierra para esclavizar a los indios que lo harán por ellos. Un afán
de riqueza calificado por Rama como el nuevoriquismo, permitió la explotación
despiadada de los esclavos y promovió la suntuosidad y el despilfarro. A las
ciudades les correspondió dominar y civilizar su entorno, mediante dos acciones:
“evangelizar” por un espíritu religioso y luego “educar” mediante uno laico y
agnóstico, transculturando los valores de la sociedad europea:

Para esos fines, las ciudades fueron asiento de Virreyes, Gobernadores,


Audiencias, Arzobispados, Universidades y aun Tribunales inquisitoriales,
antes que lo fueran, tras la Independencia, de Presidentes, Congresos, siempre
Universidades y siempre Tribunales. Las instituciones fueron los obligados
instrumentos para fijar el orden y para conservarlo, sobre todo desde que en el
siglo XVIII entran a circular dos palabras derivadas de orden, según consigna
de Corominas: subordinar e insubordinar5.

Las ciudades tuvieron un orden y en consecuencia una jerarquía perfectamente


disciplinada, de hecho, el primer lugar correspondía a las capitales virreinales, le
seguían las ciudades-puertos, los pueblos y villorrios en una jerarquía decreciente
y una subordinación por razones de jurisdicción. Ninguna por encima de Sevilla,
Lisboa y Madrid, y por sobre estas Génova y Amsterdam, sin perder de vista,
según Rama, que para la época del descubrimiento España estaba en decadencia
y que Madrid era la periferia de las grandes urbes de Europa. Sin embargo, los
intelectuales del nuevo mundo sirvieron en la proyección de la ciudad, que se
ordenada desde aquellos centros.

En el segundo capítulo, desarrolla la idea de ciudad letrada teniendo en cuenta


que estaba formada por un grupo de hombres con una conciencia de servicio
total a la monarquía absoluta. Primero, por un equipo eclesiástico y luego por la
laicización que arranca en el siglo XVIII:

Para llevar adelante el sistema ordenado de la monarquía absoluta, para facilitar


la jerarquización y concentración del poder, para cumplir su misión civilizadora,
resultó indispensable que las ciudades, que eran asiento de la delegación de
poderes, dispusieran de un grupo social especializado, al cual encomendar
esos cometidos. Fue también indispensable que ese grupo estuviera imbuido
de la conciencia de ejercer un alto ministerio, que lo equiparaba a una clase
sacerdotal6.


5
Ibíd., pág. 27.

6
Ibíd., pág. 31.
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69

Para Rama dentro de la ciudad, sede administrativa que fijó la norma


de la ciudad barroca (la civilizadora, puerto y bastión), convive a la ciudad
letrada, cuya acción se cumplió en el orden de los signos, de las funciones
culturales de las estructuras de poder. Ella vivió en el corazón de todas las
ciudades pero sobre todo en el de las ciudades virreinales. En ellas un equipo
de funcionarios constituidos en una elite de poder desmesurado manejaban
todo, gracias a su dominio de la palabra escrita y el rango que ello les
confería frente a un reducido grupo de alfabetizados sobre los cuales llegaba
su accionar y frente al amplio número de los analfabetas a quienes podían
subordinar:

En el centro de toda la ciudad, según diversos grados que alcanzaban su plenitud


en las capitales virreinales, hubo una ciudad letrada que componía el anillo
protector del poder y el ejecutor de sus órdenes: Una pléyade de religiosos,
administradores, educadores, profesionales, escritores y múltiples servidores
intelectuales, todos esos que manejaban la pluma, estaban estrechamente
asociados a las funciones del poder y componían lo que Georg Friederici ha
visto como un país modelo de funcionariado y de burocracia7.

En consecuencia, los letrados fueron una burocracia que se instaló en las


ciudades y se encargaba de articular las tareas en un orden de transmisión
entre España y sus colonias, siempre por delegación del poder del monarca.
Los criollos participaron de esa elite letrada y gozaron al lado de comerciantes
y hacendados los beneficios de la mano de obra india y esclava africana,
pudiendo vivir con holgura y dedicarse a la literatura, que da origen a la extensa
riqueza del culto barroco.

Pero Ángel Rama también se refiere a varias causas que contribuyeron al


fortalecimiento de la ciudad letrada: las exigencias de una administración colonial
muy vasta que obligó a reforzar los controles y salvaguardias para contrarrestar el
fraude, y ante las exigencias de la evangelización de la población indígena para
la imposición de los valores europeos. Trabajos ambos que requerían el concurso
de un buen número de letrados asentados en las urbes. Atendiendo a los estudios
de Maravall sobre la época barroca como un momento de la historia europea que
debe “atender a la ideologización de muchedumbres”, apelando a formas masivas
para transmitir su mensaje.

7
Ibíd., pág. 32.
To ga d o s y L e t ra d o s
70

3.2 La ciudad escrituraria y los juristas

Los letrados cumplieron funciones sociales a través de las cátedras, la


administración pública, el púlpito, los géneros ensayísticos, los poéticos y en
general por la palabra escrita. La idea de letrado, estaba asociada a una serie
de prácticas que abarcaban la posibilidad de realizar desde una oda hasta una
escritura pública de compraventa. Ello les permitió a estos letrados instalarse
en la estructura social garantizando su subsistencia, desde la pervivencia hasta
la cultura escrita:

Más significativo y cargado de consecuencias que el elevado número de


integrantes de la ciudad letrada, que los recursos de que dispusieron, que
la preeminencia pública que alcanzaron y que las funciones sociales que
cumplieron, fue la capacidad que demostraron para institucionalizarse a partir
de sus funciones específicas (dueños de la letra) procurando volverse poder
autónomo, dentro de las instituciones del poder a que pertenecieron: Audiencias,
Capítulos, Seminarios, Colegios, Universidades8.

Su cercanía con el poder les permite conocer mejor los mecanismos y las
conveniencias de la institucionalización. Ellos podían modificar el tipo de
mensajes que emitían, en nombre de dichas instituciones: Sin alterar su condición
de funcionarios sirven a un poder y –a su vez – son dueños de él. El letrado sirve
a la ciudad letrada, en tanto contribuye con su acción a idealizarla, a proyectarla
y conservarla más allá de su materialización y hacerla vivir por encima de las
modificaciones que introduce el hombre común en su cotidianidad. De hecho,
en el tercer capítulo que nos ocupa, previa una reflexión del papel que jugaron los
juristas, letrados al servicio del poder real, el autor configura la ciudad escrituraria,
que reverenciaba y sacralizaba el poder de lo escrito.

Así como la ciudad letrada articuló su relación con el poder a partir de leyes,
reglamentos, proclamas cédulas y la propaganda ideológica para justificarlas y
legitimarlas, la escrituraria generó el culto por la letra, que durante la colonia se
expresaba, esencialmente, en Cédulas y durante la República en Constituciones:

Fue evidente que la ciudad letrada remedó la majestad del Poder, aunque
también puede decirse que éste rigió las operaciones letradas inspirando sus
principios de concentración, elitismo, jerarquización. Por encima de todo,


8
Ibíd., pág. 35.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
71

inspiró la distancia respecto al común de la sociedad. Fue la distancia entre la


letra rígida y al fluida palabra hablada, que hizo de la ciudad letrada una ciudad
escrituraria, reservada a una estricta minoría9.

Los conflictos generados por la incongruencia entre la procedencia de los


escritos y la vida social real, hizo evidente que los textos escritos normativos,
eran impuestos a la sociedad intentando encuadrarla, por ello el desencuentro
entre las leyes y los códigos frente a la “anárquica confusión social”. El número
de textos fue en aumento y su reiteración para regular la vida está en armonía
con una actitud de descreimiento de los subordinados. En contraste, aumentaron
los funcionarios que cumplían funciones escriturarias, necesarias para obtener,
conservar y asegurar sus bienes y sus haciendas:

El corpus de leyes, edictos, códigos, acrecentado aún más desde la Independencia,


concedió un puesto destacado al conjunto de abogados, escribanos, escribientes
y burócratas de la Administración. Por sus manos pasaron los documentos
que instauraban el poder, desde las prebendas y concesiones virreinales que
instituyeron fortunas privadas hasta las emisiones de la deuda pública durante
la República y las desamortizaciones de bienes que contribuyeron a nuevas
fortunas ya en el XIX. Tanto en la Colonia como en la República adquirieron
una oscura preeminencia los escribanos, hacedores de contratos y testamentos,
quienes disponían de la autoridad que transmitía la legitimidad de la propiedad,
cuando no la creaba de la nada: las disputas en torno a los títulos de propiedad
fueron inextinguibles concediendo otro puesto preeminente a los abogados10.

Finalmente, cabe destacar de este capítulo la idea de Rama según el cual el


ejercicio de la facultad escrituraria, generó una diglosia en la sociedad colonial
latinoamericana, en la existencia de dos lenguas: la oficial y la popular. Por la
primera oficial o pública y de aparato, era posible llevar los actos al plano escrito,
porque estaba impregnada de las formalidades de la norma ibérica cortesana,
sirvió a la oratoria religiosa, las ceremonias civiles y las relaciones de protocolo
de los miembros de la ciudad letrada. Por otro lado, una lengua popular y
cotidiana de dominio privado y de estrato bajo, de la que quedan pocos registros
escritos, lengua común de la plebe a la que el habla cortesana se resistía. En
consecuencia, la ciudad escrituraria estaba rodeada de dos anillos lingüística y
socialmente irreconciliables, el anillo urbano formado por la plebe de criollos y
de ibéricos desclasados, extranjeros, libertos, mulatos, zambos y mestizos y otros

9
Ibíd., pág. 43.
10
Ibíd., pág. 44.
To ga d o s y L e t ra d o s
72

cruces étnicos que no se identificaran con indios ni con esclavos negros. Por otra
parte, el anillo de los grupos de lenguas indígenas y africanas, que bien podían
estar en guetos urbanos o en las zonas rurales. Valga destacar que los vínculos
de la ciudad escrituraria eran más cercanos con el anillo urbano, a pesar de que
querían distanciarse de él.

El uso de la lengua sintetizaba una jerarquización social, era una prueba de


pertenencia a un grupo preeminente y era un cerco contra un entorno hostil y
reconocido como inferior. La ciudad escrituraria se adhiere a la norma peninsular,
de uso en la corte, y con la creación de la Academia de Lengua, se respeta el
criterio de los dominantes. Los letrados actuaron como un cordón umbilical
entre las colonias y la metrópoli fortaleciendo un circuito de comunicaciones,
ello requirió de un séquito de letrados quienes contestaban, reclamaban y
argumentaban, adaptándose a las normas y divulgándolas con sus propias
contribuciones. Muchos de estos fenómenos se pueden apreciar en los diferentes
eventos que se citan a lo largo de la investigación y que dan fe de la capacidad
de los togados letrados para interpretar los textos legales, los asuntos civiles y
criminales, jurisprudenciales y los usos para toda la práctica judicial, desde su
propia lógica y a favor de sus propios intereses.

3.3 Togados letrados o iletrados

La denominación de letrados es un tema que merece una mirada detenida,


por los alcances de la expresión y por las reales implicaciones que tuvo en el
mundo colonial novo hispano en su tránsito al republicano. La idea de letrado
puede asumirse en una perspectiva que compartimos con la de un hombre de
letras jurídicas:

A falta entonces de “intelectuales”, nos parece que “gente de saber” es un


término justo, pues aun cuando la voz “letrado” designó en los siglos XVI y
XVII a aquellos que ejercían las letras, ella acabó aplicándose con prioridad a
los juristas abogados11.

Si bien la construcción de una ciudad letrada como un orden simbólico desde


el cual se organizaba y administraba la ciudad real y su cotidianidad, el concepto

Carlos Altamirano (Director), Jorge Myers (editor). Historia de los intelectuales en América latina. La ciudad
11

letrada, de la conquista al modernismo. I. El letrado colonial. Gente de Saber en los virreinatos de Hispanoamérica.
Buenos Aires: Katz Editores, 2008, pág. 54.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
73

de letrado, no siempre está configurado como jurista. Hay testimonios que


apuntan a la deficiente formación en letras de los distintos profesionales y en caso
del derecho; desde diferentes enfoques y a partir de varias realidades, asociadas
con la cultura del libro; se abre un compás de duda en torno a la rigurosidad de
estos hombres, pertenecientes a elites que quieren servir fielmente los intereses
de la Corona, pero que estaban más pendientes de garantizar su ascenso social,
comprando títulos o acudiendo a ellos como una mera formalidad. Muchos
juristas que buscaron estar más cerca del ámbito cortesano peninsular, para
obtener los favores del Rey, que en actitud académica de conocimiento y revisión
de los problemas esenciales que para ese momento constituían la ciencia jurídica.

En contraste, otras voces que dominan el escenario de los saberes en el


nuevo mundo, reiteran que las indias de Castilla, fueron un terreno fértil para
la vocación de saber y la enseñanza. Desde el interés de los frailes por conocer
la religión, la lengua y las costumbres de los indios para luego prohibirlas,
hasta la fundación de los colegios y las universidades, sin embargo, todo el
interés de los letrados estaba en la perpetuación de sus poderes locales y el
ascenso en la estructura de la Corte. Todos esos conocimientos propiciaban la
evolución de las prácticas jurídicas, administrativas y contables, atendiendo a
la conservación del poder real:

Soberanos y grupos dirigentes favorecieron el conocimiento y la enseñanza: de


las grandes figuras de “hombres doctos” de la Hispania visigótica a las “escuelas”
de traductores de los siglos XII y XIII; de la creación de las universidades a las
disputas jurídico-teológicas en torno de la justicia de la guerra; de las grandes
compilaciones legislativas del siglo XIII a la Recopilación de leyes de Indias; de
los cosmógrafos, los humanistas y los letrados de los siglos XV y XVI a los
polígrafos y los bibliógrafos del saber americano del siglo XVIII12.

Los españoles fueron únicos en dictar las leyes y hacerlas respetar en el nuevo
mundo, es decir, en un espacio por demás distante de aquel donde se hacían, para
aplicarse y ampliarse desde las audiencias, el consejo de indias o los virreinatos
en el nivel local. Todo ello hace del derecho un saber y una práctica dominante:

La Facultad de Derecho, con cinco años de duración, estructuraba el pensamiento


según las grandes tradiciones culturales del Occidente: Sagradas Escrituras,
Padres de la Iglesia, concilios, derecho civil con sus dos grandes núcleos (romano

12
Ibíd., pág. 54.
To ga d o s y L e t ra d o s
74

y justinianeo), derecho real, jurisprudencia y sobre todo el derecho eclesiástico o


canónico en su apogeo medieval. Tanto en los claustros universitarios como en
las bibliotecas, fue el derecho el saber dominante13.

Sin embargo, el que el derecho y su enseñanza estuvieran en la perspectiva de


un saber dominante, los letrados, no siempre atendieron a esa responsabilidad en
el ámbito colonial novo hispánico. En teoría se predicaba su erudición, pero en
la práctica, los juristas (sobre todo los jueces) podían ser legos. De acuerdo con
Guillermo Hernández al caracterizar a las personas encargadas de administrar
justicia y algunos de sus auxiliares, señala:

Por razón de sus conocimientos de derecho, se distinguía entre juez lego,


carente de ellos, y letrado, el que no los tenía, y que aunque preferido en los
nombramientos, no eliminó al otro.
El juez lego debía ser suplido en su impericia y complementado en su persona
por una especie de asesor que se denominó también letrado (en sentido
específico distinto de juez letrado), como sabedor del derecho, cuyo parecer
seguía el lego en cuanto lo consideraba bueno14.

Un juez lego, confiado al criterio de un letrado que emitió sus juicios, la


pregunta salta a vista ¿además de las deficiencias propias del proceso de formación
que podría tener un juez letrado, como podría existir un criterio de justicia, en
un fallo naturalmente llamado a ser jurídico? El autor aporta elementos que
apuntan a considerar la responsabilidad del juez lego y de su letrado asesor en
caso de incurrir en yerros al momento de fallar:

Por razón de la asesoría, el superior castigaba conjuntamente al juez lego y a su


letrado, al tener que condenar. Para evitar dudas, ya para finales del siglo XVIII
se tuvo en cuenta el origen del nombramiento: si el del letrado provenía del rey, el
juez solo podía tener un único asesor, y al estar en desacuerdo, había de consultar
con el superior, pero en todo caso el letrado era el único responsable de las resultas
de la providencia; si era designado por el mismo juez, también era el responsable,
a menos de probarse fraude o colusión en el nombramiento y en la decisión15.

La situación se observa en el tiempo mucho más compleja si se tiene en


cuenta que para ser juez lego ordinario se debían tener más de veinte años,

13
Ibíd., pág. 64.
14
Guillermo Hernández Peñalosa. El Derecho en Indias y en su metrópoli. Bogotá: Editorial Temis, 1969, pág. 467.
15
Ibíd.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
75

mientras que para ser delegado solo dieciocho, salvo que el rey nombrara al
primero y las partes de común acuerdo al segundo, siempre y cuando fuera
mayor de 14 y menor de dieciocho:

Para ser juez letrado se necesitaba contar con más de veintiséis (como el que
fungiese pesquisidor o relator en el Consejo, en audiencia o en chancillería),
cuya diferencia de edad con la del lego se explica por la obligación del último
de tener la susodicha especie de asesor. Además se necesitaba haber estudiado
en cualquier universidad de los reinos españoles (residiendo en ellos) derecho
civil o canónico por diez años. La aceptación del cargo sin tales requisitos
inhabilitaba para él y para otros16.

El saber jurídico fue esencial para la organización política y social de las Indias,
y estará basado en un orden normativo y jurisdiccional de gran sofisticación
y poca movilidad. El poder del rey estaba legitimado en un orden espiritual,
coadyuvado por la iglesia, al tiempo que estaba respaldado y vinculado al saber
jurídico en el que confluía su potestad temporal.

16
Ibíd., pág. 468.
Capítulo 4

Historiografía
para una bibliografía jurídica
del siglo XVIII

ste trabajo apunta a revisar la cultura del libro jurídico en el


periodo colonial neogranadino. La amplitud del periodo y los
problemas para el acceso a las fuentes bibliográfica, nos han
obligado a asumir la perspectiva histórica para señalar una
delimitación general: el siglo XVIII, con un margen de referencia
inicial, que abarca el año de 1736 en la segunda erección del
virreinato de Nueva Granada1 y el año de 1777 en que se funda la Real Biblioteca
de Santafé. En los capítulos anteriores hemos pretendido un marco conceptual que
nos permita perfilar el tema de la cultura del libro en general, para aproximarnos al
campo que denominamos Cultura del Libro jurídico en Colombia. Sin embargo,
es importante dejar claro que no se trata de una creación nuestra, sino más bien de
una puesta en limpio de tales referencias. De hecho en este capítulo pretendemos
un estado de arte sobre los trabajos que –a nuestro juicio– se convierten en los
antecedentes más significativos sobre el tema.

1
Para ampliar los marcos cronológicos sobre el virreinato y los alcances de su jurisdicción se puede revisar la obra
de Ricardo S. Pereira. Documentos sobre los límites de los Estados Unidos de Colombia. Bogotá, 1883. Cita la Real
Cédula de Erección del virreinato de 27 de mayo de 1717, y la Real Cédula de extinción de noviembre 5 de 1723,
así mismo la segunda erección mediante la Real Cédula de reelección del 20 de agosto de 1739, de San Idelfonso.
To ga d o s y L e t ra d o s
78

No se puede desconocer que la mayor parte de los trabajos sobre “el libro”,
bien sea sobre su historia y cultura, giran en torno a temas como la historia de la
educación o la historia de las ciencias. Es significativo destacar algunos estudios
que desde esas perspectivas históricas, de forma indirecta, han revisado los cuerpos
de libros y la forma como ellos han influido en la formación del pensamiento
ilustrado y de una conciencia nacional que promoviera la independencia de las
colonias frente a la metrópoli española.

4.1 Historiografía colombiana: Renán Silva

La historiografía colombiana del periodo colonial es amplia y con abundante


acopio de referencias primarias y secundarias. Sin embargo, entre los trabajos
sobre la cultura del libro neogranadino, vale pena destacar los aportes de José
Manuel Rivas Sacconi, Guillermo Hernández de Alba y José del Rey Fajardo,
entre otros de fuentes bibliográficas a partir del siglo XIX. Entre los modernos
trabajos sobre la cultura del libro antiguo en el periodo colonial, se destaca la
obra de Renán Silva y especialmente Los ilustrados de Nueva Granada 1780-
1808, en la que desde su introducción el autor pide reconsiderar los lugares
comunes sobre la ilustración en este virreinato.

En palabras de su autor la historiografía colombiana parece haber resuelto el


problema de difusión de la ilustración en la Nueva Granada, porque la tradición
“fijó unos datos y una interpretación que no vuelven a ser discutidos” teniendo
como referencia la participación, la voz y testimonios directos de algunos
miembros del movimiento ilustrado que participaron en el proyecto republicano:

En el caso de Colombia, como de hecho ha ocurrido en otras historiografías


de la región, la interpretación dominante, fijada desde mediados del siglo XIX,
es aquella que analiza la ilustración en función de la Independencia, y que
entiende la Ilustración como un proceso de formación de la “conciencia política
criolla”, proceso que tendría como resultado necesario la separación de España
y la organización republicana2.

La obra presenta un panorama del proceso de la ilustración más allá de la


formación de una conciencia política criolla. Silva advierte el carácter específico


2
Renán Silva. Los ilustrados de Nueva Granada 1760-1808 Genealogía de una comunidad de interpretación.
Medellín: Banco de la República - EAFIT, 2002. Cfr. Con la toda la obra de Silva relacionada con la formación
del pensamiento ilustrado en la colonia neogranadina.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
79

del movimiento ilustrado en este virreinato, en el marco de los cambios que


sufrió la monarquía a lo largo del siglo XVIII, y particularmente el ascenso
y victoria del absolutismo, así como la redefinición de lo que representó para
las colonias de ultramar. Para Silva, los reinos de las indias seguirían el mismo
proceso de unificación de las unidades políticas (o reinos en España), y serían
considerados como parte integral de la Monarquía unitaria participando de la
misma manera en el ascenso al absolutismo.

El reformismo borbónico será el responsable de dicha unificación y del deseo


de control y centralización política, económica y fiscal que se expresa en el afán por
lograr una sociedad de individuos iguales, educados bajo la consigna de obediencia,
pero en el fondo seguidores de la premisa “se obedece, pero no se cumple”:

(...) el proyecto era ante todo un intento de reforma de la sociedad, de


simplificación del abigarrado cuadro de relaciones sociales barroca” que debería
ser reemplazado por un esquema binario, en lo que tiene que ver con la política,
ya que no existían sino el Rey y los vasallos; y por un esquema de individuos
iguales, en lo social, derrotando las habituales pertenencias a cuerpos y órdenes
jerárquicos y superpuestos3.

Con ello la Corona se pone a la cabeza de este proyecto unificador haciendo


esfuerzos por acabar la propiedad comunal de la tierra de los pueblos indígenas
y en otros eventos extinguirla, por acción de funcionarios ilustrados como el
mismo fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón. Todo ello para fundar
una nueva legalidad y un nuevo tipo de individuo, el ciudadano, en un “proyecto
civilizatorio” apoyado en una nueva nobleza del siglo, una sociedad distinta de las
comunidades religiosas y los cuerpos tradicionales aliados a la Corona, quienes
tenían el propósito de convertirse en los “sabios del Reino”, en un proceso que
no fue sencillo y que provocó muchas resistencias:

De esta manera, estudiar el proceso de difusión de la ilustración en Nueva Granada


es analizar las formas y las vías particulares a través de las cuales un conjunto de
prácticas y de doctrinas, que se inscribe en la línea de la “modernidad absolutista”,
fue asumido por un grupo de individuos, que lo constituyó en principio de
referencia y de identidad; y estudiar de qué manera, a partir de ese núcleo inicial,
tales prácticas y doctrinas fueron incorporadas por la sociedad o rechazadas por
ella, qué nuevas realidades produjeron y qué condiciones afectaron su extensión4.

3
Ibíd., pág. 17.
4
Ibíd., pág. 18.
To ga d o s y L e t ra d o s
80

De acuerdo con Silva en la segunda mitad del siglo XIX los autores de las
historias sobre la literatura nacional, abordaron el problema de la tradición
cultural española y se apoyaron en lo que los actores del proceso llamaron
Ilustración, desde la segunda mitad del XVIII. De manera que la interpretación
dominante desde entonces fue la José María Vergara y Vergara según el cual los
grandes cambios de comienzos del siglo XIX son fruto de las ideas ilustradas
de José Celestino Mutis (1760), con la introducción de la filosofía moderna,
lo que permitió un movimiento de cambio en las ideas y que se convierte en
cauce para la independencia.

Por otra parte, cita los estudios de Jaime Jaramillo Uribe, como una nueva
versión del problema que surge a finales de los años 50 del siglo XX, de la
compleja relación entre ilustración y la independencia poniendo énfasis en
otros elementos de orden político, filosófico y teológico que tenían lugar en la
ideología de la independencia, pero relacionando el proceso ilustrado local con
el de España. Jaramillo abordó su trabajo desde el enfoque de la historia de las
ideas, lo que para Silva que hoy se puede apreciar como limitado para un estudio
de problemas como la “circulación, difusión y apropiación de una cierta doctrina, ni
la extensión del campo de análisis al estudio de un sinnúmero de “prácticas ilustradas”
(…), porque alejan al investigador de la cultura como es vivida y tal como se la
representa día a día por los grupos sociales que pueden participar de manera
práctica de un movimiento de “ideas”5.

Para Renán Silva los actuales trabajos, sobre el movimiento ilustrado


neogranadino siguen la perspectiva de la mayor parte de las investigaciones
basadas en el enfoque de la historia de las ideas. Si bien son trabajos sobre historia
de las ciencias e historia de la educación, se ha avanzado poco en la formulación
de nuevas preguntas sobre el movimiento ilustrado, para ponerlo en relación con
una documentación más amplia, que permita observar el fenómeno más allá de
lo institucional y conocido. En esa perspectiva, hay mucho por hacer en cuanto
una historia sobre la cultura del libro y los procesos ilustrados en el Nuevo Reino
de Granada y en especial durante el virreinato6.

En síntesis, el trabajo de investigación sobre los ilustrados en la Nueva


Granada deja entre paréntesis la relación aceptada entre “ilustración” y los
procesos de independencia, basado en el enfoque de revisión de lo que Silva llama


5
Ibíd., pág. 20.

6
Ibíd., pág. 21.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
81

mecanismos mayores, es decir: la reforma universitaria y la expedición botánica,


para fijarse en los llamados mecanismos menores, en apariencia, como: el auto
didactismo (o formación entre compañeros), los viajes de estudios, el comercio y
la circulación del libro, el intercambio epistolar o las nuevas prácticas de lectura y
escritura, a partir de los cuales hay muchas tareas por abordar.

Además, el estudio de Silva retoma la ilustración como un nuevo sistema


de representaciones sociales que produjo transformaciones culturales de cierta
importancia y no como un grupo de ideas de las que se puede hacer inventario.
Los nuevos asuntos para la investigación giran en torno a problemas como la
creación de riqueza, el trabajo, la naturaleza y el saber como puntos esenciales en
cualquier sistema cultural7.

Aunque este y otros trabajos de Silva abordan los procesos de circulación y


difusión del libro es necesario realizar estudios de reconstrucción de los corpus
diseminados en diferentes archivos históricos de la Nueva Granada. De hecho,
el autor cita referencias de fuentes primarias y secundarias en todo el estudio,
pero en especial en tres capítulos elabora un panorama bastante significativo
sobre el Comercio y circulación del libro en la sociedad colonial; las bibliotecas,
lecturas y lectores en la ilustración; y la escritura, la obra y el público en los
procesos de recepción de los libros y de otras formas de circulación de los saberes
como manuscritos y los textos epistolares.

Algunas de estas referencias y conceptos de Silva son citados en el presente


trabajo; sin que necesariamente dependan del enfoque y análisis que de ellas
hace el autor, porque el objeto de la presente si bien es muy amplio en términos
de acopio de la información, pretende una “organización cuantitativa mínima”
desde la cual luego se pueda hacer una síntesis conceptual y se aborden –en el
futuro – estudios bibliográficos particulares.

4.2 Historiografía española y la historia del derecho

Los historiadores anteriores al siglo XVIII, en general, se limitaban a recoger


la tradición o a utilizar las crónicas sin buscar otras fuentes de información: sus
esfuerzos se encaminaban a estudiar lo político y no lo institucional. Los datos
históricos de esa oficialidad, ilustran sobre la cronología de los hechos pero no

7
Ibíd., pág. 22.
To ga d o s y L e t ra d o s
82

sobre su complejidad y relaciones. El profesor Alfonso García-Gallo en su obra


Manual de historia del derecho español, en su tomo primero El origen y la evolución
del derecho español, propone un estado de la situación española que se mueve
entre una historia de las instituciones y de la cultura, para consolidar el método
histórico-crítico:

En el siglo XVIII la curiosidad de los historiadores se hizo más amplia y se


extendió a la historia eclesiástica, cultural, institucional y económica. Ahora
bien, como las crónicas antiguas no se habían ocupado de estos aspectos,
los historiadores tuvieron que buscar nuevas fuentes de conocimiento: las
viejas leyes civiles y eclesiásticas, que reflejaban las costumbres de su época;
los documentos privados –contratos, testamentos –, etc. Como estas fuentes
se encontraban inéditas en los archivos, fue preocupación principal de los
historiadores buscarlas en ellos, coleccionarlas y publicar el mayor número
posible de las mismas8.

Ese interés en la búsqueda de archivos se refleja en las numerosas publicaciones


bajo nombres como Recopilación, apuntamientos, notas a, entre otros, que al
tiempo que pretendían compilar las disposiciones en el marco de la exigencia
monárquica de unificación de la legislación, pretendían dar cuenta de nuevas
formas para la revisión histórica de dichas leyes:

Por otra parte, la utilización de nuevas disciplinas y métodos críticos: la


paleografía, para leer la escritura antigua; la diplomática, para determinar la
autenticidad de los documentos; la cronología, para reconocer los cómputos del
tiempo; la geografía histórica, para identificar los lugares cuyo nombre había
cambiado; etc. Por último, a la vista de estas fuentes trataron de estudiar con
rigor crítico aquellas cuestiones concretas que estimaron de mayor interés o
dificultad. Así apareció la historia crítica, como ciencia, en contraste con la
historia narrativa, que constituía más bien un arte literario9.

Dice García-Gallo que durante el siglo XVIII la atención de los historiadores


y su quehacer quedó absorbido por los problemas de crítica y de investigación


8
Alfonso Gallo-García. Manual de Historia del Derecho español. (tomo I) El origen y la evolución del Derecho
Español, pág. 9. En ejercicio de la interdisciplinariedad esta investigación hace referencia a los trabajos de
los historiadores de la cultura en el siglo XVIII, y de los historiadores del derecho. La limitación conceptual
nos obliga a citar autores canónicos y plantear el contenido de las obras en un esfuerzo por aprovechar las
cronologías para presentar un marco teórico elemental. Es necesario un estado del arte más elaborado sobre la
historiografía jurídica y desde ella la cultura ilustrada y la circulación de los libros.

9
Ibíd., pág. 9.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
83

monográfica. Destaca como mayores representantes de ese periodo a: Enrique


Flórez (agustino 1702-1773) Andrés Marcos Burriel (jesuita 1719-1762),
Rafael de Floranes (1743-1801) y Antonio de Capmany y de Montpalau
(1742-1813). Este sería un siglo en que se comienzan a agitar discusiones en
torno a la naturaleza del derecho y en particular la fundamentación histórica
del derecho vigente, las reformas y el derecho anterior (derecho natural). Estas
confrontaciones de las que el derecho debía salir bien librado terminaron en
interpretaciones deformadas o con argumentos tendenciosos e irreconciliables
entre la tradición y la ruptura:

En el siglo XVIII se plantearon una serie de problemas políticos, jurídicos y


económicos de gran trascendencia, en torno a los que se levantó viva discusión;
así v. gr., el regalismo, que atribuía a los reyes, como inherentes a su poder,
amplias facultades en materia de gobierno, impuestos, organización de la iglesia
española, etc.; el libre juego de la vida económica y el régimen de la propiedad,
etc. Los defensores del sistema vigente y los partidarios de innovaciones y
reformas, cada uno por su parte y con finalidad opuesta, trataron de demostrar
que el régimen que defendían encontraba sus fundamentos en tiempos anteriores
–cuanto más remotos mejor– (…)10.

Esa necesidad de fundamentar históricamente los argumentos en contienda,


estimuló el estudio del derecho y lanzó a los juristas a la búsqueda y aplicación
de métodos críticos usados por los historiadores:

Coincidiendo con el interés que los historiadores mostraban por la historia de


las instituciones y de la cultura, e influidos por él, en la segunda mitad del
siglo XVIII los juristas ilustrados sintieron a su vez la necesidad de conocer la
Historia, y en especial la jurídica, para alcanzar una formación más completa y
comprender mejor el Derecho11.

Se destacan en este sentido el sacerdote investigador español Francisco


Martínez Marina (1754-1833), conocido como el padre de la historia del
derecho español, y Juan Sempere y Guarinos (1754-1830). En el siglo XVIII
se logró conciliar el interés de los juristas en la historia y de los historiadores en
las instituciones, dando origen a lo que en el siglo XIX se consolidaría como la
nueva historiografía jurídica y la Escuela Histórica del Derecho.

10
Ibíd., pág. 11.
11
Ibíd., pág. 12.
To ga d o s y L e t ra d o s
84

4.3 Historiografía del derecho Español: Juan Sempere y Guarinos

Una obra de referencia obligada cuando se trata de revisar las fuentes


documentales esenciales para la Historia del Derecho Español, es sin duda la obra
que lleva ese título, escrita por Don Juan Sempere y Guarinos, jurista, filósofo y
humanista español (1734-1823?) editada en el año de 1847 que hace un recorrido
desde las fuentes del Derecho en la legislación romana y las costumbres godas,
hasta la finalización del reinado de Isabel Segunda en 1845, con un Apéndice
sobre la Historia del Derecho Mercantil Español. La obra de Sempere no solo
tiene el valor historiográfico de documentar el proceso evolutivo del derecho, que
llamaban civil, para distinguirlo del canónico, sino que es una referencia como un
texto de consulta para los juristas en formación, en sus ediciones del siglo XIX.

En una breve revisión de los contenidos de cada uno de los libros de la Historia
del Derecho Español, se puede apreciar un esbozo de la historia de la metrópoli,
que reproducimos para esta investigación como una síntesis de esa cronología
de una historia política y jurídica de España, al interior de sus fronteras, con
sus vecinos y sus colonias ultramarinas. Se destaca en la obra la cronología que
parte desde las remotas relaciones de la hispania con el Imperio romano, hasta
la primera mitad del siglo XIX. En la relación de contenidos tenemos: En el
libro primero la descripción del Gobierno Imperial de España y el estado de la
misma bajo la dominación Romana, las costumbres de los Godos primitivos, la
fundación de la Monarquía española, el código de Eurico rey Godo, el oficio
palatino de los visigodos y la Corrección del Código Euriciano por Leovigildo,
el Concilio de Toledo, el Fuero Juzgo y un análisis de sus instituciones, el derecho
eclesiástico y la configuración de la monarquía Goda.

El libro segundo arranca con una descripción de la política de los Moros


en la reconquista de la península, las discordias entre Sarracenos que favorecen
la reconquista de los Cristianos con el consiguiente reestablecimiento de la
Corte y el gobierno Gótico de Alonso el Casto, la influencia de la legislación
Gótica en la Española, las innovaciones en el derecho Godo, las leyes militares,
el auge de la aristocracia y la nobleza, el gobierno Feudal y su clasificación, la
legislación romana sobre los Libertos, las penas a los Ingratos, la afirmación
de la monarquía, los Fueros de León, Nájera, Sepúlveda, Logroño y su
importancia en la Conquista de Toledo. Otros Fueros como el de Cuenca y el
descuido español de no publicar sus códigos advirtiendo el lamentable estado
de España con el reinado de Alfonso VII.

Las cortes de Nájera y el origen del Fuero Viejo de Castilla, variaciones en


las leyes sobre sucesión de la Corona, el origen de la representación del pueblo
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
85

en el Gobierno Feudal, una nueva forma a las Cortes, las variaciones del derecho
eclesiástico español, la doctrina sobre la sujeción del clero a la potestad civil, la
resistencia de los españoles a la nueva jurisprudencia ultramontana, el gobierno
de San Fernando y el surgimiento de obras como el Decreto y las Decretales.

El libro tercero inicia con una explicación acerca de cómo el derecho


Romano es restaurado en Occidente y el efecto que produjo en la legislación
y la literatura europea, y su introducción en España. La fundación de la
Universidad de Salamanca y la reglamentación de sus cátedras. El juicio
al mérito político y literario de Alfonso X el Sabio, el Fuero Real y sus
instituciones, las Partidas y la elección de Alfonso X como Emperador de
Alemania y a la oposición de la Corte de Roma, el juicio político a las Partidas
y el trastorno que produjo en España la introducción instituciones como los
Mayorazgos y las enajenaciones de bienes de la Corona. Un nuevo arreglo a la
Universidad de Salamanca a principios del siglo XIV, los cánones del derecho
canónico para separar a clérigos y religiosos de los negocios seglares, las quejas
sobre el abuso de autoridad eclesiástica y origen de los recursos de fuerza y
retención de las Bulas. Las quejas del clero a Enrique II contra violaciones de
los señores y jueces legos, abatimiento de la Autoridad real de Juan II, disputas
entre autoridades eclesiásticas y civiles en el reinado de Enrique IV y posterior
fortalecimiento la potestad civil de los reyes católicos.

El ordenamiento de Alcalá, de los Derechos dominicales de los siglos XIV y


XV, sobre el privilegio de la Unión y privilegio general de los aragoneses, de los
gobiernos de las municipalidades antiguas de Toledo, Córdoba, Sevilla, Murcia
y Madrid, variaciones a las antiguas formas de las Cortes, de la magistratura en
la edad media, las Audiencias personales de los reyes para la administración de
justicia, del Consejo Real llamado vulgarmente de Castilla.

Para terminar en el libro cuarto con una descripción del lastimoso estado
de la monarquía cuando comenzaron a gobernar Fernando e Isabel, con una
nueva planta en el Consejo Real y nuevos códigos, las leyes de Toro, los conatos
de la nobleza para recuperar sus antiguos derechos, el reinado de Carlos V, las
comunidades de Castilla, las nuevas leyes sobre recursos de fuerza y retención
de Bulas, así como los proyectos de las cortes del siglo XVI para abreviar y
disminuir pleitos.

La petición de las Cortes de 1523 para redactar un nuevo código, la formación


de una comisión de letrados y consejeros para trabajar en la Nueva Recopilación,
reinado de Felipe II y variaciones al Consejo Real, idea de un jurisconsulto
español del siglo XVI, reinados de Felipe III y el ministerio del Conde Duque
To ga d o s y L e t ra d o s
86

de Olivares, reinado de Felipe IV y exaltación del Consejo Real, reinado de


Carlos II y aumento de las plazas en el Consejo Real, análisis de la política de
los Borbones, consulta del Consejo de Castilla a Felipe V sobre sus facultades
y la impugnación de la consulta por Macanaz, desavenencias entre las Cortes
de España y Roma en 1709 y la suspensión de la Nunciatura. La creación de
una nueva planta del Consejo Real en 1713 y las órdenes para un estudio del
verdadero derecho español. La Corte del año 1712 y la nueva ley fundamental
sobre la sucesión de la Corona y concordatos con la Santa Sede, la jurisprudencia
española en el reinado de Carlos III, el motín de Madrid, impugnación de la
Bula de Cena, los progresos de la civilización española en la dinastía de los
Borbones y la novísima Recopilación. El gobierno constitucional de 1810 a
1814, el gobierno absoluto hasta 1820 y constitucional hasta 1823, la muerte de
Fernando VII y reinado de Isabel II hasta 1845.

Valga destacar en este libro los capítulos dedicados a la enseñanza del derecho
español, en especial las Nuevas órdenes del Consejo para la enseñanza del derecho
español, y el fomento al estudio del derecho Público y español en el reinado
de Carlos III. Al tiempo que resumen la historia jurídica española, permiten
comprender ciertos cambios definitivos en la circulación discursiva, sobre la
legitimidad del poder y su proyección en las colonias. De hecho la introducción
de doctrinas y libros o su censura, atenderá a las contingencias políticas y a la
difusión o no de las mismas.

La importancia de la obra puede apreciarse en las consideraciones que hace


en el prólogo a la edición de 1874, su autor (quien pide concepto a la Dirección
general de Estudios sobre la asignación de un rubro para publicar la obra), en
virtud del estado económico en que quedó por el despojo de sus bienes y honores
en manos del Gobierno absoluto. Dicha dirección conceptúa en los siguientes
términos:

Excmo. Sr.:- “Para desempeñar debidamente la Dirección general de Estudios el


encargo que se la hizo en Real órden de 10 de Mayo prócsimo sobre los auxilios
que podrian proporcionarse á D. Juan Sempere para imprimir una Historia
del derecho español, que tiene escrita, y cuyo sumario se acompañaba, creyó
oportuno pedir confidencialmente al interesado algunos libros de su obra que
ya estuviesen concluidos, y conocer de este modo, si la ejecucion y desempeño
correspondian al objeto y miras indicadas en el plan. Asi se verificó, y de la
inspeccion que la Direccion ha hecho del libro segundo, que trata del carácter,
progresos y vicisitudes de nuestra legislación, desde la caida de la monarquia
goda, hasta el tiempo de Alfonso el Sabio, resulta una nueva prueba del mérito
de esta historia de los sanos y buenos principios en que esta fundada, y de la
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
87

erudición escogida y oportuna con que se ilustran y confirman. Será pues en


concepto de la Direccion, muy útil y conveniente la publicación de una obra, que
realmente hace falta en España, y que por la curiosidad de sus investigaciones y
por su buena armonía con nuestras instituciones políticas puede contribuir en
manera á inspirar buenas ideas, y dar noticias muy útiles á la juventud estudiosa.
(…)”12.

La obra de Sempere es sin duda una de las fuentes documentales más


importantes para abordar el proceso de formación de los juristas en medio de
los acontecimientos sociales, políticos y económicos que llevan a España desde
la formación y la unificación de los reinos antiguos, hasta su entrada en la
República. No es la única, pero quizá, es la más representativa, por el rigor en la
cronología y por la documentación y balance crítico de los hechos.

Entre otras obras que pueden citarse está la Historia del Derecho Real de España
de Antonio Fernández Prieto y Sotelo, editada en Madrid, en Imprenta de
Antonio Sanz, en 1738, que recoge la historia de algunas de las leyes primitivas
y costumbres de los españoles, el fuero antiguo de los Godos, la restauración de
la monarquía y el gobierno de Alfonso X con la institución del Fuero Real y las
Siete Partidas. En una breve revisión del contenido de los tres libros se destaca: en
el primero los orígenes remotos de los pobladores de España en un descendiente

12
Juan Sempere y Guarinos. Historia del Derecho Español. Barcelona: Imprenta de D. Ramón Martín Indar, 1847,
págs. 5-6. Edición con nota biográfica del autor: “D. JUAN SEMPERE Y GUARINOS, nació en Etda, villa
del reino de Valencia, el dia 8 de abril. Estudio gramática, retórica, filosofía y jurisprudencia en el seminario y
universidad de Orihuela, y en el Colegio de S. Isidoro de Murcia, graduado de doctor en teologia y bachiller en
canones, paso la practica del abogado en la ciudad de Valencia, de donde en 1782 se trasladó á continuarla en
Madrid. Recibido de Abogado en el Consejo, entró á ser secretario de la casa y estado del marqués de Villena,
y en 1788, fue nombrado por S. M. para la fiscalía de la chancillería de Granada, y en atención á sus meritos
se le dieron los honores del Consejo de hacienda, en 27 de junio de 1803, la real academia de la historia lo
nombró académico correspondiente, y en 16 de julio de 1812 le pasó á la clase de los supernumerarios. Con
motivo de la guerra de la independencia fue nombrado Sempere Vocal de la Junta de Granada, siendo uno
de los mas celosos defensores de su patria contra la invasion de Bonaparte; pero invadida aquella ciudad se
vio forzado á jurar por rey á José, como lo hicieron á escepcion de uno, todos los togados sus compañeros.
Continuó en su oficio de Fiscal motivo por que se le siguieron muchos trabajos en Madrid, como fueron
cárceles y mortificaciones, hasta que vueltos los franceses a aquella corte le pusieron en libertad; precisado á
seguir al intruso José en su salida; y sin pensar que podía llegar el caso de dejar á España, se vió confinado en
Francia. Allí suspirando siempre su amada patria no cesó de servirla con la pluma, publicando algunas de sus
producciones, vuelto a España y habiendo logrado de la piedad del rey nuestro señor una pension suficiente,
vivió retirado en la Villa de Elda su patria, donde murió” (págs. 7-8). Textos tomados de la edición facsimilar
de la Biblioteca de Cataluña. Del mismo autor también se puede citar para efectos de mirar la producción
bibliográfica española en el reinado de Carlos III, la obra Ensayo sobre una biblioteca española de los mejores
escritores del reynado de Carlos III. Madrid: Imprenta Real, 1785-1789.
To ga d o s y L e t ra d o s
88

de la casa de Noé13, los primeros reyes de España, sus normas, en el segundo se


describe el gobierno que tuvo España después que los romanos dominaron sus
provincias y cómo introducen las normas que ellos le dejan, de la entrada de los
godos y de cómo estos de acomodaron a las leyes de los Romanos; del reinado de
Ulrico al de Rodrigo y el fuero de los Godos. En el tercero la noticia de la pérdida
de España y las leyes de su restauración, el gobierno de Pelayo a hasta los jueces de
Castilla y hasta el Fuero y las Partidas de Alfonso el Sabio, con un capítulo final
donde se da noticia de los autores que comentaron las Leyes de las Siete Partidas.

La obra de Antonio Fernández gozó de gran acogida y fue sin duda una
referencia para Sempere, quien en principio creyó solo poder hacer el mismo
barrido cronológico de su antecesor, sin embargo, este último lo excedió en sus
alcances como a otros manuales de historia publicados durante el siglo XVIII. En
su dedicatoria al rey Felipe V (El Animoso) Fernández, expresa las limitaciones
de su empresa y el deseo de hallar los orígenes del derecho monárquico y unificar
los estudios anteriores al suyo, en los que a su juicio no existía claridad sobre el
autor (autores) de las normas y los méritos (léase también los errores) para su
promulgación:

(…) solicitaba ansioso mi cuidado, á expensas repetidas del desvelo, investigar


del justificado derecho de esta famosa Monarquía los antiquisimos origenes,
y de donde dimanaban los copiosos raudales de tan arregladas disposiciones:
encontré, por fin con mis deseos, y no dudé poner en publico las Leyes
historiadas. Conocí lo difícil del empeño, y premeditando lo precioso del ass-
assunto, aunque era tanta la cortedad de mi talento, no desmayó el espiritu;
antes su fervoroso descubrió el feliz principio, y los afortunados progressos,
que tuvieron hasta el dichoso tiempo del señor Rey Don Alonso el Sabio. (…)
Antes de esta Historia estaban las noticias divididas, y sin particular estudio era

Cfr. con el estudio de Santiago Castro Gómez. La postcolonialidad explicada a los niños. Bogotá: Universidad
13

Javeriana, Instituto Pensar., 2005, pág. 52 en su aparte sobre el discurso de la limpieza de sangre hace referencia
a la construcción cristiana medieval, y el fortalecimiento del dogma cristiano de la unidad fundamental de la
especie que hace a toda la especie humana descender de la casa de Adán, apoyada en la idea greco-romana de
la Orbis terratum, que dividía al mundo en tres grandes regiones donde se asentaron los hijos de Noé (Europa,
África y Asia), con privilegio de la primera: “las tres regiones geográficas eran vistas como el lugar donde se asentaron
los tres hijos de Noé después del diluvio y, por lo tanto, como habitadas por tres tipos completamente distintos de gente.
Los hijos de Sem poblaron Asia, los de Cam poblaron África y los de Jafet poblaron Europa. Las tres partes del mundo
conocido fueron ordenadas jerárquicamente según un criterio de diferenciación étnica: los asiáticos y los africanos cayeron
en desgracia frente a su padre, eran tenidos como racial y culturalmente inferiores a los europeos, descendiente directos de
Jafet, el hijo amado de Noé” (pág. 53). Con ello se da origen a un discurso de superioridad racial que es el origen
lejano del eurocentrismo dominante, y que en España es el fundamento de la legitimidad de poder monárquico.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
89

difícil encontrarlas; pero ya las nota mi fatiga unidas Algunos no ignoraban los
legales Decretos, aunque antiguos; y pocos eran los que sabian quienes fueron
los Señores Reyes, que las establecieron. Oy (si mi aplicación no se ha engañado)
reconoce el publico en las de cada Soberano lo excelso de su merito, que estaba
lastimosamente confundido, y indignamente usurpado14.

Para señalar su condición de hombre de fe y como constancia de su


aprobación en el Índice, por el calificador del santo oficio fray Diego Tello Laso
de la Vega, elogió su labor como historiador del derecho, no menos importante
que la obra del jurista Gravina (quien a pesar de la existencia de muchos libros
sobre derecho Romano), se ocupó de sus orígenes. Para lo cual Tello conceptúa,
en términos de gran elogio:

No es menos acreedor á la alabanza nuestro Don Antonio, siendo el primer


investigador de las surgientes del Derecho de España; y acaso puede hacer mas
recomendable su fatiga la mayor dificultad de hallarlas, ó conjeturarlas. Discierne
con razonable crisis ( que solo lo es la que es razonable) entre las diversidades de
opiniones, dando luces muy estimables á la Historia de la Nación, y aun á las leyes
de los Reyes, y Reynos, y notando con animadversión las varias costumbres de
distintos tiempos. Assi satisface enteramente á su instituto, pues todo Derecho
(como leemos en el Canonico I, dift, I.) consta de leyes, y costumbres15.

4.4 Historiografía moderna de García Gallo

Sin duda la obra de García-Gallo y en especial su Historia del Derecho


Español es una fuente de consulta obligada cuando se intenta una mirada de
los factores esenciales en la formación del derecho Español y en el proceso de
formación de los juristas.

Hay en el siglo VXIII una serie de factores no jurídicos que influyeron en la


formación del derecho según García-Gallo16 en su Manual de Historia del Derecho

14
Antonio Fernández Prieto y Sotelo. Historia del Derecho Real de España. Madrid: Imprenta de Antonio Sanz.
1783. Transcripción de la edición facsimilar de ese fecha. Se ha respetado la ortografía del original sin las (s)
sibilantes ni el acento circunflejo en los casos donde aparece.
En las trascripciones que se harán a lo largo de este estudio se tomó como referencia el llamada transcripción
lineal o antigua, en el contexto del Manual de Paleografía de María Mercedes Ladrón de Guevara, Bogotá: 1996.
15
Ibíd., pág. LI.
16
Alfonso García-Gallo. Manual de Historia del Derecho Español. (tomo I) El origen y la evolución del Derecho
Español. 2 vols. 9 edición, Madrid, 1982.
To ga d o s y L e t ra d o s
90

Español, ellos son del orden político, económico y socio jurídico. Una mirada breve,
en el dieciocho señala cómo en lo político España se somete a Aragón (1703-
1713) bajo el reinado de Felipe V (1700-1746) e hizo efectiva la unidad nacional a
costa de ir perdiendo sus dominios en Europa y en América, en el momento donde
empezaron las tendencias separatistas. Pierde hegemonía en política internacional
y libertad de actuación en virtud con sus pactos con Francia. Desde lo económico
hay un resurgimiento de la economía en virtud de una política mercantilista que
la fortalece internamente. Además del predominio de la burguesía ascendente que
toma cada vez más el control del Estado apoyada en las clases populares.

El marcado afrancesamiento cultural en virtud de la crisis de la conciencia


de lo nacional de la cultura española y la penetración de obras, sobre todo de
las ciencias naturales, descuidadas en España y las nuevas ideas en torno a las
ciencias del espíritu frente a las concepciones católicas. Las logias masónicas y
las sociedades económicas fueron determinantes en dicha difusión para ganar
adeptos entre el clero, la nobleza y la burguesía. España se dividió entre los
apologistas de lo tradicional, los progresistas y una franja intermedia y tal
dualidad ideológica llega a América y será un aspecto sociocultural que influirá
en la nueva manera de relación de los monarcas con sus súbditos, tanto en la
metrópoli como en las colonias.

Desde el punto de vista jurídico, el derecho español tiende a la unificación.


Suprimidas las Cortes de los territorios; con las que el rey había legislado, se
interrumpe la formación autónoma de los derechos propios. El rey legisló con
carácter nacional y general. Se conservaron algunos ordenamientos que habían
sido fieles a Felipe V (Castilla, las Indias, Alava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra)
pero se erigió el derecho castellano como el español por antonomasia incluso
en las indias. Se consideró a los otros territorios como Forales. Se dio una nueva
organización o planta a las audiencias, pero conservando en materia privada
dichas legislaciones. Se crean los Decretos de Nueva Planta: 1711 en Aragón,
1716 en Cataluña, 1715, 1717 y 1718 en Mallorca y 1781 en Menorca. Por su
parte el derecho canónico, estuvo determinado al absolutismo de los reyes que
intervinieron en los asuntos del gobierno temporal terrenal y en los del espiritual.

El regalismo se exacerbó con el galicanismo, que tendía a la formación


de las iglesias nacionales, frente a la idea de la iglesia universal en manos
del papado. Los choques con los reyes se hicieron evidentes y se necesitó
de varios concordatos (1737 y 1753) para conjurar las crisis. La presencia
de nuevos autores galicistas como Zeger Bernardo Van Espen (1646-1728)
Carlos Sebastián Berardi (1719-1768) y el ortodoxo Julio Selvaggio (1728-
1772) se destacan como influencias francesas.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
91

En términos generales y de acuerdo con García-Gallo, la cultura fue europeizante


con una nueva ciencia laica e incluso atea y anticatólica. Las leyes religiosas se
sustituyen por las de la naturaleza y en apariencia se exaltó a las sociedades primitivas
y puras, antes subyugadas por el fanatismo religioso. La razón, el enciclopedismo y
la filosofía de la Ilustración se impusieron. El progreso fue el ideal por excelencia y
lo nuevo, solo por el hecho de serlo, lo mejor. Algunos de esos vientos de cambio
llegaban a España y eran irradiados a las colonias ultramarinas.

Vale la pena advertir que esas obras sobre la historiografía jurídica, no se


ocupan de esos que Renán Silva denomina mecanismos menores. Si bien
proporcionan el contexto general, dejan de lado cualquier tipo de referencia a
la cultura del libro. La historia del derecho, debe ser entendida en el sentido de
Gilbert, como una historia de la bibliografía jurídica:

Voy a aprovechar esta convocatoria para el intento de recapitular lo relativo a


la historia de los libros jurídicos. (…) ¿No es la historia del derecho romano la
historia de esos libros: la historia del Código, el Digesto y las Instituciones, y
en su torno la multitud de libros que les precedieron y que, hasta el fin de los
tiempos se ha derivado de aquellos? (...) de libros grandes o pequeños, originales
o copiados, desordenados o sistemáticos, aplicados o no. Una historia de libros17.

Para algunos autores la importancia de los estudios historiográficos de García-


Gallo sigue siendo esencial18. He hecho, el mismo Gilbert19 es considerado uno

17
Rafael Gibert. “La historia del derecho como historia de los libros jurídicos”, en: I Seminario de historia del
derecho y derecho privado. Edición a cargo de Joaquín Cerdá y Ruiz-Fines, Pablo Salvador Coderch. Universidad
Autónoma de Barcelona, Bellaterra, 1985, págs. 61-92.
18
José Sánchez-Arcilla Bernal. De la historia y del Derecho. Algunas reflexiones sobre una historia (jurídica) del
derecho. En:http://www.bibliojuridica.org/libros/4/1855/28.pdf.
19
Cfr con la obra historiográfica del mismo Sánchez-Arcilla y en especial su obra denominada ID quod ego: los
caminos de la ciencia jurídica. Madrid: ed. Dykinson, 2003 en la que presenta un estudio sobre los orígenes y
la conecpción metodólogica de que denominó escuela histórica “institucional”. La importancia de esta obra
de Sánchez-Arcilla ha sido cuestionada por otros historiadores del derecho como Manuel J. Peláez, en una
reseña crítica que hizo al Jacobus en la Revista de estudios histórico-jurídicos. Valaparaiso, no. 26, 2004, págs.
711-716, quien en uno de sus apartes ataca fuertemente la tesis del libro de Sánchez-Arcilla y de paso deja en
entredicho la importancia y vigencia de la obra de Alfonso García-Gallo para la cultura iushistorica europea:
“El problema de García-Gallo es que fue un hombre que se formó en España, y esa inquietud transmitió a
sus discípulos, que preferían adquirir su ilustración al lado del maestro en Madrid, cuando antes de él algunos
historiadores del derecho se habían formado en Bolonia, Friburgo de Brisgovia y Berlin. Desaparecido del
panorama historiográfico jurídico español García-Gallo, o ya menos influyente desde los años setenta, los
lugares en Europa más frecuentes de turismo científico de los historiadores del derecho español han sido las
ciudades de Bolobia, Roma, Francfort del Meno, Messina, Toulouse y Paris”.
To ga d o s y L e t ra d o s
92

de los seguidores de la escuela de García-Gallo que ha tenido el mérito de


considerar los estudios históricos del derecho como un asunto que corresponde
más los juristas que a los historiadores en general, y en ese sentido una historia
de los libros jurídicos es un capítulo esencial de esa historia de los libros jurídicos
como parte de una historia del derecho hecha por juristas y no historiadores. Las
ideas de García-Gallo sirven, aunque para muchos de corte tradicional, sirvieron
a este ejercicio en tanto su afán por volver a las fuentes de las que se deben nutrir
una historiografía jurídica. Hemos advertido, en el tema de la cultura del libro –
en general y en especial del libro jurídico– tiene dos momentos: una primera fase
cuantitativo, casuístico y de archivos para la reorganización y sistematización
del corpus de obras jurídicas dispersas, y luego los trabajos de tipo cualitativo,
interpretativo e interdisciplinar en la perspectiva de Roger Chartier, tal como
hemos sugerido en algunos apartes de los dos primeros capítulos.
Capítulo 5

El papel del jurista entre España


y el nuevo mundo

a historia de los abogados en Europa es una tarea que da cuenta


del ambiente general de la juridicidad en las culturas de tradición
normativa greco-latina. En este sentido, como anotamos en el
capítulo anterior, se impone la corriente tradicional de García-
Gallo. Y de Hecho de tomarán algunos autores y fuentes de las
que él mismo nutrió sus estudios. En el mundo griego y por
supuesto en la tradición latina, que la heredó y perfeccionó, surge el derecho que los
romanos legaron a la sociedad occidental. Paralela a la historia de la fundamentación
doctrinal, de las ideas de la administración de justicia, de la consolidación de los
fueros y las codificaciones y su recepción, hay una historiografía, menos explícita,
que da cuenta de las prácticas de los juristas y de su proceso de formación. Sin
embargo, antes de referirnos a la formación universitaria de los juristas españoles,
es necesario un breve recorrido por la génesis de la “universidad” en el siglo XIII.

5.1 La enseñanza universitaria del derecho

García-Gallo en sus disertaciones sobre la enseñanza jurídica postula que


en el siglo XIII se produce un cambio radical en lo que se refiere al estudio del
derecho. Surgen universidades y todas ellas con planes de estudio diferentes,
To ga d o s y L e t ra d o s
94

pero unidas en torno a un nuevo método de enseñanza. En su caracterización de


dicha enseñanza, el autor señala dos periodos: del siglo XIII al XVI y del XVIII
al XX. Del primer periodo, las escuelas de derecho italiana florecen, en especial
la de Bolonia que se convierte en el centro de lo que se conoció como Studium
generale1, es decir una escuela del derecho general de la cristiandad, el imperial
(también llamado Patrio en España) y el canónico. Destaca la universidad de
Montpellier en el sur de Francia, que al lado de otras universidades italianas,
tendrán posteriormente el reconocimiento pontificio o imperial para la enseñanza.
En España surgen universidades creadas por los monarcas, los municipios y en
los conventos que coinciden en lo esencial de la enseñanza, pero podían diferir
en el desarrollo de los estudios o en las facultades para conceder grados:

(…) entre las Universidades más famosas se cuentan las de Palencia (1212),
Salamanca (1215, con privilegio pontificio en 1235), Valladolid (h.1260
reconocida en 1346), Lérida (1300), Perpiñan (1350), Huesca (1354), Sigüenza
(1476), Alcalá (1495), Valencia (1500), Santiago (1506), Sevilla (1561),
Granada (1540), Zaragoza (1583), Oviedo (1608), Mallorca (1697), Cervera
(1717), etc. En la edad Moderna se fundan otras en América: Santo Domingo
(1538), Méjico (1551), Lima (1551), Quito (1586), Cuzco (1598), Chuquisaca
(La Plata, actual Sucre, 1623), Guatemala (1676), Caracas (1721), La Habana
(1735), Chile (1735), Córdoba de Tucumán (1795; F. 219), etc.; en 1645 se
funda la de Manila en Filipinas2.

Los rasgos característicos de estos seis siglos apuntan a la institucionalización


de la enseñanza con el establecimiento de planes de estudio y cátedras
permanentes. Antes del siglo XII las universidades son rudimentarias, con
profesores que imparten lecciones a domicilio y con remuneración directa y
convenida con el estudiante. Luego las Escuelas Públicas fijarán un sueldo a los
maestros (llamados Domini o doctores) que podían ser legentes o non legentes si
enseñaban o no. A los alumnos se le llama Scholares, luego de ser bachilleres el
Rector les autorizaba para enseñar lecciones extraordinarias una vez que habían
cursado cinco o seis años de estudios.


1
Cfr. con la obra de Clavero, op. cit., los denomina “Studia Generalia” y ellos conferían el título de doctor utriusque
iuris, doctor tanto en derecho canónico como derecho civil: “Así los juristas más destacados podían doctorarse
en ambos derechos –civil y canónico–, y ello les otorgaba por lo regular facultades docentes en “Estudios
Generales” de cualquier territorio de la cristiandad romana; una cultura común, con un lenguaje culto aún
común, y con una autoridad política para la fundación de tales “Estudios” también en principio común (…)”
pág. 23. Valga anotar que Bartolomé Clavero es uno de los representantes de la nueva escuela que se nutre y
toma sus fuentes en autores europeos diferentes a García-Gallo.

2
Alfonso García-Gallo. Manual de Historia del Derecho Español. 2 vols. Madrid, 1982, pág. 313.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
95

Los estudiantes comienzan su proceso de formación estudios muy jóvenes,


alrededor o antes de los quince o dieciséis años, salvo los clérigos y personas
maduras que llegaban del extranjero. Los cursos duraban diez meses comenzando
el 19 de octubre para los estudios canónicos y el 20 para los civiles, terminando
en agosto, con vacaciones en Navidad y Pascua, más los festivos religiosos y los
jueves de todas las semanas:

Las clases se tienen por la mañana y por la tarde. En la Universidad de Bolonia


la de la mañana se tiene desde las 7 a las 9, y las de la tarde, durante hora y media,
entre 7 y 10 de la noche, según la época del año. En otros lugares se tienen dos
horas por la mañana y dos por la tarde. En todas partes la clase de la mañana
(la de prima) se dedica a explicar los libros ordinarios o considerados como
más importantes, y las explicaciones o lecturae tienen el carácter de ordinarias,
siendo explicadas siempre por un doctor. Las horas de la tarde (de vísperas) se
dedican en cambio a lecturas extraordinarias por un doctor o bachiller y pueden
versar tanto sobre los libros ordinarios, para completar la explicación, como
sobre los extraordinarios o menos importantes. Se consideran libros ordinarios
en Derecho Civil el Digesto viejo y el Código, y en el canónico el Decreto y las
Decretales; todos los demás de ambos Derechos son extraordinarios3.

En todas las universidades se estudian los dos derechos, el romano y el


canónico, y el feudal en algunos lugares, en detrimento del estudio de los derechos
nacionales, cada jurista hace su propia adaptación del derecho. Los estudiantes
se formaban en el derecho canónico y el civil (romano) y se graduaban en uno
de los dos, y en los casos en que se estudiaban ambos se titulaban en los dos
derechos bajo la forma de utriusque iuris4. García-Gallo expresa que en Bolonia
se dedicaban tres cursos al derecho civil, basándose en el Digesto, dos al Codex
de Justiniano y uno al Volumen (Instituta, libros 10-12 del Código, las novelas y
los Libri feudorum) y se alternaban las materias de esos libros.

Las clases se impartían sin preparación previa y desde la exégesis, para los dos
derechos. De hecho, el derecho canónico se enseñaba desde la exégesis del Decreto y
las Decretales, con dos cursos para cada una de las obras, alternando con dos cursos
del Sexto y las Clementinas, para un promedio de cuatro a ocho cursos. En otros
casos como la Universidad de Padua el primer estudio se dedica a las Instituciones
de Justiniano y otros al Digesto y al Código. Pero, en general, cada universidad tenía
su propio Plan y la extensión de los estudios oscilaba entre cuatro y seis cursos.

3
Ibíd., págs. 313-314.
4
Clavero. Op. cit.
To ga d o s y L e t ra d o s
96

El método de enseñanza estaba centrado en la exégesis sobre los textos


legales en forma directa y con los comentarios que el catedrático hace de los
diferentes apartes. El acto mismo de explicar es denominado Lectura y la
explicación verbal o lección era la Lectio, con dedicación especial en algunas
universidades a la lectura o a la escritura. La Lectura debía abarcar todo el
contenido a desarrollar y el mecanismo consistía en que el profesor comienza
haciendo un resumen (summa) de la ley que va explicar y destacando el
problema (casus) que la norma regula. Cuando se establece el objeto de la
explicación se procede a la lectura del texto con el objeto de que se corrijan
los errores que los textos manuscritos, frecuentes en la edad media, puedan
tener. Después de preparada la explicación se resume el caso y se entra en la
exégesis. El mecanismo comprende la brocarda, las distinciones, las quaestiones y
la solutio. La brocarda, eran las reglas generales que deben tener en cuenta, en
donde se destacan los aspectos pertinentes en cada materia, para que luego se
elaboren las quaetiones, que eran las distintas interpretaciones u opiniones sobre
el argumento de los textos, para formular la crítica final en la llamada solutio.
En universidades como la de Salamanca, el profesor estaba unos 15 minutos
después de la clase en espera de las preguntas de los estudiantes en los que se
denominaba “estar al poste”. También se daban las repeticiones o relectiones que
una vez a la semana se hacían para profundizar en un tema visto, previo aviso
a los estudiantes, así como otras clases para la revisión de casos prácticos en las
quaestiones o disputationes caracterizadas por la discusión grupal.

García-Gallo también señala los procedimientos para los exámenes y los


grados, cuando los estudiantes cumplían con el plan señalado en los estatutos
de la respectiva universidad. Se dirigían a un Doctor para que presentara su
candidatura. El aspirante juraba haber cumplido todo lo preceptuado y se disponía
a que el doctor lo examinara, a su criterio, para comprobar su competencia y
estando en capacidad para dictar cursos extraordinarios, ser suplentes de los
doctores y aspirar al título. El scholar (estudiante) recibe el nombre de Baccalarius
(bachiller cuando es admitido por el doctor) y mientras se titula de Doctor, por
supuesto, después de pasar dos pruebas: La privata examinatio y la conventus. La
primera consistía en comentar dos textos que se presentaban con unos puntos
de derecho romano o canónico señalados (puncta assignata), si quería los dos
títulos. Después de su explicación los candidatos eran sometidos a un examen
por su doctor postulante o por otros presentes y si era aprobado se le consideraba
un licenciado (Liccentiatus) que no era precisamente un título. La ceremonia se
hace en presencia de un arcediano (Universidad de Bolonia) o un canciller en el
caso de otras universidades. En la segunda, Conventus, el aspirante explica una
lectio defendiendo una tesis que pueden objetar los escolares y si es satisfactorio
su desempeño el arcediano, canciller o doctor proclama doctor al candidato
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
97

dándole “un libro como símbolo de la facultad que adquiere para leer, el anillo y
el birrete de doctor; y se le sienta en una cátedra entre los doctores”5.

Por otra parte, en el periodo del siglo XVIII al XX, que nos interesa, García-
Gallo refiere que el dieciocho inicia con una reforma en los planes de estudio,
que luchan contra el método tradicional de enseñanza. Se produce una reacción
contra la enseñanza exclusiva del Derecho Romano y canónico a favor del
Derecho Nacional. En 1713 en Castilla se da un avance al respecto, porque
el Consejo de Castilla ordena que todas las universidades españolas enseñen
Derecho Nacional o patrio, cuyas normas eran las de aplicación en la práctica,
en lugar de las del romano. La medida encontró resistencia en aquellos centros
apegados a la tradición y en 1741 el mismo consejo insiste en la directirz
solicitando que alternen el derecho romano con alusión en sus explicaciones
al derecho patrio. En contra de esta tendencia, algunas universidades insisten
en enseñar derecho Romano como la de Cervera en Cataluña. En 1771 se
reforma el Plan de estudios y se crean en España cátedras de derecho patrio en las
universidades y hacia 1780 bajo el racionalismo borbónico se crea una cátedra
de derecho natural y de gentes para ser cursada por bachilleres en leyes que quieran
ejercer como abogados en el Estudio de San Isidro de Madrid6.

El estado de la profesión del derecho, que en España estará ligado a los


procesos de conquista y colonización del nuevo mundo, es una tarea que obliga
a revisar la génesis en la formación del mismo y las medidas adoptadas por los
monarcas para organizarla y darle un estatuto propio. Sin embargo, el panorama de
la educación en la metrópoli será un elemento indicador del estado de la cuestión
en las colonias. La pregunta obligada es si ¿están las universidades dotadas de
los elementos necesarios para una correcta formación de los profesionales? Aun
cuando todo apunta a pensar que el proceso de evolución del sistema educativo
español avanza hacia el encuentro de los movimientos ilustrados de Francia o
Inglaterra, un panorama de la segunda mitad del siglo XVIII, que presenta del
erudito padre Benito Jerónimo Feijóo, señala cómo a pesar de la Biblioteca
Nacional (1712) y de la Real Academia Española (1714); siendo primera la lengua
y a la que luego se sumarían otras como la de Historia (1735) y otras instituciones
de carácter cultural como los periodos y las tertulias, hechas a la usanza francesa de
la corte de Versalles, el panorama para las universidades no es muy alentador. Para
el padre benedictino no es mucho el provecho que se saca en la formación de los
cursos regulares, como en este caso de los estudios de Medicina:

5
Ibíd., pág. 316.
6
Ibíd.
To ga d o s y L e t ra d o s
98

(…) muy ordinariamente de las aulas no se saca luz, sino tinieblas que después,
nunca disipa la luz de los libros. Explícame: llega un pobre cursante a oír en la
Universidad a un catedrático muy encaprichado de máximas vulgarizadas (…)
por más libros que tenga o lea después este hombre, si Dios no lo dotó de un
entendimiento muy despejado, no le sacarán de la carretilla en que le puso el
catedrático. Su maestro fue un mosquete y él será siempre un fusil con bayoneta
calada. (…) el corto alcance de algunos de nuestros profesores. Hay una especie
de ignorantes perdurables, precisados a saber siempre poco, no por otra razón,
sino porque piensan que no hay más que saber que aquello poco que saben7.

Para Feijóo son muchos los casos de catedráticos que no demuestran la


mínima señal de inteligencia y las disputas como la anterior que fue hecha al
padre Rodríguez sobre un libro de Medicina (Cartas I, XV) o la del profesor de
Teología escolástica: “muy aplicado al estudio pero que cada vez parecía saber
menos”, son un testimonio de cómo los extranjeros han avanzado en física, en
matemática, anatomía, óptica, botánica y otras ciencias mientras los profesores
españoles se desgastan en dilemas metafísicos como “si la unión se distingue
de las partes” (Cartas III, XXXI). Por ello él distingue entre las causas que
dificultan la entrada de nuevas ideas y el cambio de mentalidad que se “cuela por
los pirineos”, además de la escasez de libros y de maestros, las siguientes:

Pero la mayor de todas (las dificultades) está de parte de los profesores antiguos,
o viejos, a lo menos de muchos de ellos, los cuales, mirando como desprecio de su
existimada ciencia, que en las escuelas que empiece a enseñar lo que ellos ignoran,
es natural se valgan de la autoridad que les dan sus años, y sus honores para
hacer odiosa esta novedad (literaria). Los dos primeros estorbos los considero
bastante vencibles. Pero el último es formidable, y sólo veo, que paulatinamente
se puede ir removiendo este estorbo, ofreciendo el tiempo algunos nuevos
profesores de más que ordinaria capacidad, y de espíritu generoso, que rompan
la valla introduciendo el buen gusto literario en las escuelas8.

Para Feijóo será necesaria la erección de Academias científicas bajo el amparo


Real, para poner a tono a todo el reino con las nuevas ideas, y para estimular a los
más capaces con la ayuda de los escritos que las mismas academias o particulares
fueran produciendo. Esta fórmula de Feijóo será retomada en la segunda mitad


7
Juan Ros García. “La transmisión científica en el siglo XVIII. El padre Feijóo. Conferencia inaugural del curso
de posgrado. Escuela de documentación”, en: Documentación de las Ciencias de la Información. No.14 - 1991,
45-68. Universidad Complutense de Madrid, pág. 50.

8
Ibíd., pág. 51.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
99

del siglo XVIII por el rey Carlos III en su política de impulso a la ilustración
bajo la tutela oficial, que será conocida como el Despotismo Ilustrado.

5.2 Los abogados en España: la Universidad de Salamanca

De acuerdo con la descripción que elaboró don Juan Sempere y Guarinos,


explica cómo casi al tiempo en que la nueva jurisprudencia canónica comienza a
propagarse por todas las escuelas y tribunales de Europa, hay un resurgimiento
por los estudios del derecho Romano, que habían estado postergados por siglos,
y ello se atribuyó al descubrimiento de las Pandectas en Amalfi y el edicto del
emperador Lotario para que este se estudiara en todas las escuelas. La propagación
de ese derecho estaba ligada a favorecer el despotismo, comoquiera que los
códigos romanos se habían escrito por jurisconsultos apegados a la autoridad
de los Emperadores, y de gran utilidad para consejos, embajadas y comisiones.
El estado del asunto reflejaba el inmenso apego a los cánones eclesiásticos y la
ausencia de textos que promovieran el derecho de jurisdicciones civiles:

Hasta aquel tiempo la escasez de libros y escuelas tenia contenidos á los ingenios
en el limitado circulo de las ciencias eclesiásticas; y aun a estas reducidas por la
mayor parte á pequeñas sumas y colecciones de textos y cánones, muchas veces
mal copiados, y alterando su sentido; y la legislación civil solo consistía en usos
y costumbres tradicionales, o algunos cortos fueros locales, que no obligaba más
que en determinados pueblos y territorios. El derecho romano, presentado de
un golpe en sus códigos un manantial inagotable de erudición y doctrina legal
y política, llamó bien presto la atención de los literatos, y ocupó á los mayores
ingenios en formar sumas, breviarios, compendios, aparatos, glosas, tratados,
cuestiones, concordancias, y otras tales obras para su mayor ilustración, aunque
por desgracia, la rudeza y la falta de crítica de aquellos tiempos no permitió
sacar todo el fruto que pudieran producir en otros más ilustrados9.

Si bien los estudios de derecho en España estaban matizados por un cierto


ambiente de distensión y con rigores más formales que reales, las falencias no
eran un hecho exclusivo de la formación jurídica en Europa. El investigador
jesuita Alfonso Bernal, muestra cómo en el caso francés la tendencia a la
relajación de los planes de estudio, era evidente. La mayor parte de la experiencia
parlamentaria, tan esencial en la época, se adquiría en las tertulias, o en la casa y

9
Sempere y Guarinos. Op. cit., pág. 227. La transcripción es literal del original, con la ortografía del documento.
To ga d o s y L e t ra d o s
100

bajo la tutela de juristas consagrados. Se aprendía más en el parlamento o en las


dependencias judiciales que en la academia, Bernal comenta cómo los títulos y
las licencias eran una consecuencia natural de esa práctica:

Las exigencias académicas para el estudio del derecho eran mínimas por no
decirlas laxas y permisivas. En una sociedad tan jerarquizada como la de Francia
en los siglos XVI a XVIII, a los agraciados genesiócratas les bastaba con unas
cuantas lecciones, dejado el resto para ser aprendido en la vida real, con apoyo de
los influjos oportunos llovidos a torrentes. ¿De qué iban a servir, se pensaba, el
Código y la Instituta de Justiniano, muchas de cuyas leyes ya estaban derogadas?
Más útil le era al joven, tras corta estancia en el Collége, la segunda educación
prodigada por la vida y la experiencia10.

A pesar de ello estaba claro que los estudios se basaban en la tradición de


la formación y práctica jurídica medievales, con el uso de los textos de derecho
romano (Código de Justiniano siglo XVI) y del derecho canónico. Hacia 1679
Colbert inspira una reforma a los currículos del derecho francés, basada en el
derecho germánico donde imperaban las costumbres locales y los ordenamientos
reales. Esos cambios se harían evidentes hacia 1786 en vísperas de la Revolución,
porque el parlamento recoge el sentir de los maestros que veían el fundamento
del derecho civil en la jurisprudencia romana, a la que consideraban sólida,
coherente e intemporal, dando motivo a las interpretaciones exegéticas del
derecho romano. Unos académicos se identificaban con Balde y Bartolus (escuela
de Bolonia siglo XIV) para quienes los comentarios académicos y prácticos del
Corpus, permitían conducir bien las leyes y los juicios que podían olvidarse en la
evolución del derecho y otros con Cuyas (siglo XVI) que remitía todo análisis de
las normas a las fuentes de las leyes de Justiniano.

Por otra parte, Borrero señala cómo en el siglo XVIII las facultades de
derecho y algunas de teología, instauraron cátedras sobre teoría del Estado y la
ciencia del gobierno, siendo pioneras las de Alemania:

Base de la enseñanza fue el pensamiento político de Santo Tomás de Aquino,


quien a su vez había desarrollado el de los estoicos y de Cicerón. Se partía,
entonces, de un conjunto de principios racionales innatos en el ser humano.
Delesseux, maestro de Dijon en el siglo XVIII, los enumera: “El culto rendido

Alfonso Borrero Cabal S.J. La universidad Estudios sobre sus orígenes, dinámicas y tendencias. Bogotá: Universidad
10

Javeriana, tomo I, Historia Universitaria: La universidad en Europa desde sus orígenes hasta la Revolución
Francesa, pág. 529.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
101

a Dios, la piedad filial, el afecto de los padres hacia sus hijos, el amor a la patria,
el respeto a los juramentos, el deseo del bien y el horror por el mal, el principio
de no hacer a los otros aquello que no se aceptaría fuera hecho con nosotros”11.

Estos imperativos morales serían aplicados en todo tiempo y lugar, porque


obedecían a la voluntad de Dios, para que las criaturas, débiles, respetaran el
orden natural y divino por el cual el creador dispuso un conjunto de instituciones
sociales como el matrimonio, la propiedad privada, los contratos y el mismo
Estado. En cumplimiento del propósito de garantizar los órdenes, el Estado
podía tener su propio aparato legislativo, para expedir su derecho positivo, usar
las armas (como último recurso), hacer la guerra para expandirse, y podía escoger
la forma de su gobierno conforme a la clasificación aristotélica con prelación por
la monarquía. Y aunque desde el siglo XVI los maestros favorecían la resistencia
de los súbditos hasta la revuelta y la deposición, Borrero expresa que hacia
el XVIII los juristas, tanto como los teólogos preferían guardar cautela, pero
estos últimos, mantuvieron algunas ambivalencias como la censura a la obra del
español de Mariana, quien en su obra De lege, hace una defensa del Tiranicidio,
luego de la muerte en 1610 de Enrique IV.

5.3 Los abogados: un estado de la cuestión en el Nuevo Reino de Granada

De acuerdo con la citada descripción del virreinato realizada por el


historiador Francisco Silvestre, sobre los remedios oportunos que necesitaba
implementar el monarca para sanar los males políticos, vale la pena transcribir
el ítem 205 referido a la necesidad de fundar una universidad pública como
una manera de que el Estado intervenga en el proceso de formación de las
llamadas “facultades mayores”, con el propósito, además, de ponerle freno a
los vacíos que la falta de plazas para empleos civiles, determina. De manera
indirecta, el tema de la práctica profesional de los abogados será citado al
lado de control sobre el número de los mismos, frente a las plazas existentes y
disponibles para su actuación:

205. El establecer Universidad Pública y Estudios grales. en Sta Fee: El llenar


las Prevendas de las Catedrales, que lo permitan por aumentados sus Diezmos
y Rentas, conforme a los señalados en sus erecciones: el crear algunos empleos
civiles, que son preciosos: y el aumentar el Estado militar del Reyno, según mi

11
Ibíd., pág. 531.
To ga d o s y L e t ra d o s
102

ideado plan, podrian alcanzar y sobrar para todo, serviria para ocupar a muchos,
arraigan el amor racional, e introducir la emulacion y aplicación al trabajo de
agricultura Artes y Ciencias; y tambien para fomentar el Reyno, donde se
refundia lo mismo o mayor parte de lo que se pagaba, o contribuía (…)12.

Francisco Silvestre, es consciente de que la legislación civil es la única que


debe gobernar el Estado, y que se deben acabar con todos los fueros y privilegios
que son la causa para el aumento de los pleitos. Hace un llamado al monarca
sobre la urgencia de la pulcritud de los abogados y jueces en desarrollo de sus
funciones para una recta y cumplida administración de justicia:

208. Y finalmente el velar cuidadosa e incesantemente sobre que en todos los


tribunales se administre pronta y recta justicia, escarmentando ejemplarmente
a los que a ello faltaren por disimular u otros respetos humanos, es sobre todo
lo que principalmente ha de conservar el Reyno a la España, sin permitir
otra Religion que la Catolica Apostolica Romana; y hacer honor al Gobierno
Superior de él, y mucho mas al Supremo; pues, como dice Dios (por quien
reinan los Reyes) por boca de la sabiduria: Por las injusticias se transferirán los
Reynos de mas Nacionales a otras, y por la justicia se conservarán. Sta Fee, de 9
de diciembre de 178913.

Otro texto escrito desde la metrópoli es el famoso Almacén de frutos


literarios, en el que también se presenta un inventario de los males de
España y los remedios para conjurarlos. Los relatos sobre la decadencia de
la monarquía española, son un testimonio del estado político, económico y
jurídico al interior de la nación y en las Indias. Los Apuntes sobre el bien y el
mal de España, son hechos con la intención de honrar la grandeza y gloria de
la monarquía y procurar el progreso y la abundancia de la nación, puestos en
consideración del Consejo Pleno de Castilla, por su autor el Abate Gándara
(1803), y revisada para su publicación en 1804 por D. Antonio Valladeres de
Sotomayor. Sin embargo, la obra no fue publicada hasta 1813, el proyecto
por entregas de Valladeres solo llegó al cuaderno cuarto y fue suspendido por
orden del ministro Godoy. Entre los muchos aspectos que señala esta obra
tenemos, los referidos a la política lingüística española que debe privilegiar
el estudio, conocimiento y manejo de la lengua nativa (castellano) como una
forma de superar la deficiente formación en aquellas materias en donde los
textos esenciales para la formación son obras escritas en latín:

Descripción del Reyno de Santa Fe de Bogotá (…). Op. cit., pág. 225. La ortografía del texto original.
12

Ibíd., pág. 226.


13
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
103

La lengua nativa debe ser el primer estudio, y el primer adorno de cada una. No
hay cosa que dé una idea tan ventajosa de la política y buena educación de una
nación como quando los individuos de ella en lo general se explican y escriben
en propiedad y nobleza: ¿hay cosa mas extraña (por no decir ridícula) que
ignorar un hombre el idioma propio, y sin cuidar de aprenderle, hacer grande
ostentación de estudiar el griego, el hebreo, el caldeo, el inglés, etc? Lenguas
muertas las primeras que en toda su fuerza, pronunciación y propiedad, nadie
sabe ni puede saber hoy.
Todo esto es cosa admirable para despues; antes no es mas que ignorar lo
necesario y estudiar lo inútil, estar sin camisa y comprar vueltas.
Con la lengua mejor de todas las vivas, somos al presente los que escribimos peor
que todos, sin propiedad, sin pureza, sin claridad, sin limpieza, sin naturalidad,
sin belleza, sin unión, sin excitar, sin mover, y con oracionado asiático, duro,
obscuro, bronco y encadenado que fatiga á todo lector. Este es nuestro uso14.

Aun cuando el autor no señala específicamente al latín, como una lengua


muerta, es claro que las lenguas romances han logrado su plena vitalidad y que el
latín como lengua de solemnidades judiciales está orientado al estudio de textos
completamente escritos en esa lengua, pero su deficiente profesionalización, no
ofrecía garantía de dominio y completa comprensión de dichos textos. Este tema está
íntimamente relacionado con una deficiente formación profesional que promovía
titulaciones a quienes estaban en capacidad de pagar los altos costos de los grados,
independientemente de su pericia y conocimientos. Los manejos de las universidades
para la expedición de títulos pueden seguirse de la siguiente descripción:

No se beneficiaran jamás los empleos aquí ni en Indias, porque quien compra


la autoridad suele cobrar los réditos en justicia: quien compra la magistratura ó
anda escaso en doctrina, o se ensaya para comerciar en letras: quien compra el
bastón de la milicia pasa á mayores antes de estudios medianos.
Y puestas las armas, las letras y la justicia en tales manos, viene á hacerse de un
principado feliz un batiburrillo funesto que trastorna una monarquía entera15.

Para tratar de combatir los abusos de las universidades se recomendaba


reformar los planes de estudio, poniendo especial atención a los costos y

14
Almacén de Frutos literarios inéditos de nuestros mejores autores antiguos y modernos. Tomo I. Cádiz: Imprenta de
Lema, año de 1813. Edición facsimilar digitalizada en la Biblioteca Nacional de España. No registra autor en la
portada pero en la presentación se hace referencia al autor como el Abate Gándara y las anotaciones de Antonio
Valladeres de Sotomayor, págs. 293-294.
15
Ibíd., pág. 240.
To ga d o s y L e t ra d o s
104

gastos de los grados que impedían que los jóvenes de bajos recursos tuvieran
acceso a la educación:

Se fundarán cátedras de derecho público nacional, de leyes fundamentales


del reyno, de historia eclesiástica, civil de España, de concilios nacionales, de
filosofía experimental, de historia natural de la península y de las Indias, de la
universal de todas las ciencias y del arte maquinaria especialmente en las tres
universidades mayores16.

En relación a las leyes del reino y a sus alcances, se insiste en la necesidad


de unas compilaciones que faciliten el conocimiento y promuevan su
aplicación entre los súbditos. Con estas observaciones se traza un panorama
general del estado de las ciencias jurídicas. Un fragmento se puede leer en
los siguientes apartes:

Nuestras leyes del reyno, pragmáticas y autos acordados están en su mayor parte
hechos en ocurrencia de casos particulares: y no fueron mas que decisiones de
aquellos artículos causales que en el día se agitaban, y que por lo comun solo se
examinaban civilmente con respecto á las razones del artículo en cuestion.
Pero sin relacion general, combinación política ni de estado que abraze y se
encaminase á un punto fixo y unido de legislación fundamental, conciliando
todas sus partes la universalidad de la jurisprudencia civil, política, gubernativa
y de derecho público nacional, con el espíritu del interes general del Estado.
Y si no, pregunto: ¿las pragmáticas suntuarias (por ejemplo), y mil otras leyes que
disminuyen el adelantamiento, y la utilidad de los frutos de nuestras cosechas,
habrian formádose?
Los decretos ordinarios, edictos, órdenes, vandos, cédulas y providencias del
gobierno superior han padecido en general el mismo inconveniente, y es ya
indispensable reducir para lo venidero todos estos objetos á un solo punto de
vista; porque á la verdad no hay ya otro modo de hacer poderoso al rey, rico al
erario, y opulentos á los vasallos, ni de restablecer el crédito, lustre y abundancia
genera que constituye á la felicidad pública de una nacion (pág. 218).
Reconozco no obstante que el templar y acordar en una todas las teclas del clave
monárquico de este código es la operación política mas difícil y mas delicada
de quanto hay que hacer en España, pero tambien es la piedra angular de toda
la prosperidad, y á un interes semejante deben dedicarse todas las fuerzas del
entendimiento, sin perdonar trabajo, estudio, meditacion, fatigas no desvelos.

Ibíd., pág. 211.


16
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
105

En todos los gobiernos sábios sistemáticos, y arreglados, ha necesitado vencerse


la misma dificultad; ¿y porque no alianará la grande alma de nuestro soberano y
su nacion lo que ha superado otros reyes y naciones?
Reglas civilmente sábias sobre materias sueltas sin ligar á un solo punto de
gobierno, la importancia de unos objetos, el interes de otros, y la conveniencia
de todos (que es á lo que se reduce nuestra recopilacion) son obras muy fáciles
aun para jurisconsultos vulgares, pero esto no alcanza al bien que en el día
necesitamos.
En las excelentes leyes de partida, quiso el sábio rey D. Alfonso (ó fuese su
padre) seguir un método mas conforme á mi propósito.
Pero como en la formación se hizo poco mas que reducir á un cuerpo castellano
la mayor parte de las leyes civiles y canónicas del derecho comun que gobernaba
entonces, sin examinar demasiado si eran útiles a los reyes de Castilla lo que
en su tiempo lo habian sido á los emperadores del occidente y córte romana,
necesitamos confesar de buena fé que hay en ellas varias contradicciones
y artículos que no conducen hoy ni á las regalias actuales de la corona, ni al
sistema presente de las naciones, ni al derecho público y privado de España, á
la felicidad de la nacion á la prosperidad y florecimiento del Estado en comun.
Las leyes llamadas de Toro, obra de los reyes católicos, se encaminaron mas
hácia mi idea; pero no abrazaron un sistema general, ni los intereses del mundo
de hoy son los mismos que el mundo é intereses de entonces. (pág. 220)
Se formará otra recopilación de todos nuestros concilios nacionales, juntando
antes los ineditos que falten á la ya estampada por Aguirre. Se hará otra de
todas las bulas apostólicas, breves, quirógrafos, concordatos y privilegios
acordados á la corona de Castilla, y á sus incorporadas en indiferentes tiempos
antiguos y modernos (pág. 221). Se cordinará otra coleccion entera de todos los
decretos regios, edictos y bandos pertenecientes al buen gobierno, y expeditos
en diferentes siglos.
Otra de todas las actas de las Córtes de todos nuestros reynos, para que la
nacion se instruya en todo, y tome el gusto á la erudicion.
Se pondrá notas á todas, y al fin del año se añadirá á cada una de estas colecciones
todo lo que haya mandádose y obtenídose de nuevo.
Cada religión tiene su bulario completo, ¿y el reyno no ha de tener el suyo? Se
reimprimirán las bibliotecas de D. Nicolas Antonio, con adicciones antiguas y
modernas hasta el dia de la impresión17.

La práctica judicial es tema sobre el cual existen algunos lugares comunes,


como el exceso de juristas egresados de los estudios formales, pero muy pocos

17
Ibíd., págs. 218-221.
To ga d o s y L e t ra d o s
106

en ejercicio del litigio y la magistratura, por supuesto, que los pocos en ejercicio
ajustaban sus acciones al regalismo. Esa parece un actitud, anterior al dieciocho,
de hecho el historiador Sempere y Guarinos afirma que los jurisconsultos en
el siglo X correspondían en sus escritos con el poder imperial, en las obras de
Hieneccius y Gravina hay ejemplos, algunas doctrinas del Digesto como aquella
de que “lo que agrada al príncipe tiene rigor de ley” fueron implementadas, por
ejemplos en los Usages de Barcelona (1068). A respecto de lo cual dice Sempere
que era Barcelona hacia el siglo XI la ciudad más rica y comercial de toda España
y que los conocimientos en materia de derecho de aquel principado hicieron
insuficiente la aplicación del Fuero Juzgo, y que allí es donde el derecho romano
adquiere más fuerza, aunque este derecho fuera contrario al espíritu libertario
que tiempo más tarde tendría la constitución catalana. También muestra como
favoreció a Cataluña, que para el siglo XIII era una de las provincias más cultas y
civilizadas de la época, con un derecho marítimo del que luego tomarían referencia
todos pueblos marinos, en especial los italianos (Venecia, Génova y Pisa).

En el siglo XIII se funda en España la Universidad de Palencia, que según


Sempere duró muy poco, y poco después la de Salamanca, donde las cátedras
mejor dotadas eran las de Jurisprudencia civil y canónica. Sin embargo, hace
alusión al desplazamiento de españoles para cursar sus estudios en la Universidad
de Bolonia y en otras de Italia fundadas en el siglo XII:

Luego que se abrieron las escuelas del derecho romano en Bolonia y otras
universidades de Italia, á mitad del siglo XII, concurrieron á ellas muchísimos
españoles. Hasta el año de 1300 en que se fundó la Universidad de Lérida,
todos los letrados aragoneses se formaron en aquellas escuelas (4) Fueron muy
famosos en ellas Mateo Español, por los años de 1204 (5) Pedro, doctor en
decretos, por los años de 1225 (6). García, el primer catedrático que gozó sueldo
fijo en la de Bolonia (7) Ansaldo, ó Gonzalo, el primer rector de la de Padua (8).
Allí florecieron tambien Bernardo compostelano, autor de una colección de
cánones, y de otras muchas obras de jurisprudencia canónica y civil. Allí Juan
de Dios, San Ramon de Peñafort principal autor de la colección de Decretales;
y allí otros muchos jurisconsultos españoles como puede verse en las bibliotecas
de D. Nicolas Antonio y D. José Rodríguez de Castro18.

Para comprobar el estado de preponderancia que habían adquirido las


cátedras y los profesores de derecho civil y canónico en España, Sempere cita

Sempere, pág. 229.


18
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107

el primer reglamento de cátedras, formado por Alfonso X en 1254 y advierte la


ausencia de cátedras de derecho nacional, teología, matemáticas, de las cuales él
estaba instruido y procuraba su fomento. El citado reglamento establece:

“De los maestros. Mando, é tengo por bien que haya un maestro en leyes, é yo
que le dé quinientos maravedíes de salario, por el año: é que haya un bachiller
legista.
“Otrosí, mando que haya un maestro en decretos, é yo le dé trescientos maravedís
cada año.
“Otrosí, mando que haya dos maestros en decretales, é yo le dé tres cientos
maravedis cada año.
“Otrosí, tengo por bien que haya dos maestros en fisica, é yo que les dé doscientos
maravedís cada año.
“Otrosí, que haya dos maestros en gramática, é yo les dé doscientos maravedís
cada año.
“Otrosí, mando, é tengo por bien que hay un estacionario, é yo que le dé cien
maravedís cada año: é él tenga todos los ejemplares buenos, é correctos.
“Otrosí, mando é tengo por bien que hay un maestro de órgano, é yo le dé cien
maravedís cada año.
“Otrosí, mando que haya un capellan, é yo le dé cincuenta maravedís cada año.
“Otrosí, tengo por bien que el dean de Salamanca, é Arnal de Sanz, que yo
fago conservadores del estudio, que hayan cada año doscientos maravedís por
su trabajo; é pongo otros doscientos que tenga Arnal; é el dean sobredicho para
hacer dispensas en las cosas que fueren menester al estudio19.

Frente a la enseñanza de la jurisprudencia solo hubo una cátedra de


derecho civil y tres de decreto y decretales, que desplazaron las leyes, fueros y
costumbres nacionales para favorecer la influencia latina. Hubo una solicitud
a las Cortes de Barcelona en 1251 para proscribir el uso del derecho civil y
canónico en los tribunales civiles y ello se acogió en la constitución del rey
Jaime I, luego San Fernando, mandó a traducir y dio a Córdoba, Sevilla,
Carmona y otros pueblos andaluces, el Fuero Juzgo romano para permitir su
uso de forma velada, porque en el fuero español estaba prohibido el uso de
las romanas y las extranjeras en general.

La obra de Alfonso X sobre la Universidad de Salamanca, quedó confirmada


por una ley de las Partidas, pero su hijo Sancho el Breve, descuidó completamente
el establecimiento, no pagando a los maestros con el consecuente decaimiento

19
Ibíd.
To ga d o s y L e t ra d o s
108

de la enseñanza. Será hasta el reinado de Fernando IV a principios del siglo XIV


cuando este ordena garantizar los pagos de salarios y gastos de funcionamiento
de la Universidad del producto de los diezmos. En virtud de las pugnas entre
el rey Alfonso X y el papa Gregorio X, por autoproclamarse el primero Rey de
los romanos, el Papa zanjó sus diferencias ofreciéndole al monarca un tercio del
diezmo de las rentas eclesiásticas de sus reinos, lo que se conoció como Tercias
reales, hasta el reinado de Fernando IV, hijo de Sancho, por tres años. El papa
Clemente X, las quita al monarca y las destina a la construcción de iglesias.
Ese mismo pontífice se las entrega al infante Pedro, para la guerra contra los
moros. Don Pedro, Obispo de Salamanca para 1312, solicita que se destinen a
la Universidad a quien tanta falta le hacía. En un Concilio provincial se define:
aplicar la novena parte de los diezmos a la dotación de aquel establecimiento, con lo
cual fue prosperando desde entonces, y llegó a ser uno de los útiles y más famosos20.

Todas las normas sobre el control y ejercicio de profesiones y oficios estaban


reguladas en la metrópoli y en sus colonias. Resultan significativas para el
periodo de estudio las cédulas, pragmáticas y autos, entre otras disposiciones,
encaminadas a organizar el creciente número de los juristas en torno al Colegio
de Abogados de Madrid, y otras providencias célebres del reinado de Carlos III
sobre los Alcaldes de Barrio y sobre los escribanos21.

Valga anotar que el tema de los controles a los abogados y las disposiciones a
favor de la regulación de sus estudios y titulación, no son fenómenos que puedan
asociarse con el siglo XVIII, de hecho desde la conquista y con los primeros
adelantados hacia las indias, ya se advertía sobre los controles para su llegada y
las razones de los encargos reales para su arribo al nuevo mundo22.

5.4 Cédulas reales referidas a los abogados

Son varias las disposiciones sobre la profesión de los juristas, expedidas por
la Corona, para regular tanto el número como los excesos en que podían incurrir

20
Ibíd., pág. 276.
21
Ver Extracto puntual de las pragmáticas, Cédulas, provisiones, Circulares, y autos acordados, publicados y expedidos en
el reynado de D. Carlos III. Santos Sánchez, Madrid: 1973.
22
Sobre los problemas en que los juristas incurrían en ejercicio de su cargo y en desarrollo de su labor como
adelantados, ver el litigio seguido al abogado fundador Gonzalo Jiménez de Quesada, en Boletín de Historia
y Antigüedades: “Pleito seguido por el licenciado Gallego y sus herederos contra el Licenciado Jiménez de Quesada”
(1539) XXIII, 1936, págs. 259-60.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
109

en su afán por hallar nuevas causas. Algunos trabajos sobre la formación del
derecho colombiano cuentan con datos biográficos sobre los primeros abogados
en ejercicio en el Nuevo Reino de Granada, insisten en el perfil del “picapleitos”
para los juristas ambiciosos en la búsqueda de litigios, que generaba desconfianza
entre la comunidad y las autoridades locales. En ese sentido, se cita el trabajo
preliminar de Antolinez Wilches, quien establece en su estudio, además del
creciente número de letrados en la conquista, su falta de integridad:

(…) cómo la venida de algunos de éstos ocasionó la perdida de la tranquilidad


de muchos pacíficos habitantes, y nos lleva a pensar que su presencia en Indias
fue cómo verdadero azote. Invoca el autor la cédula que en 1509 dio el rey
prohibiendo de manera severa el paso a las indias de ningún letrado abogado, a
no ser que viniese por encargo real23.

En muchas cédulas que serían expedidas a largo del periodo colonial la


intención era regular aspectos de orden procesal encaminados al ejercicio
en los tribunales de las Indias, para desentrañar los vacíos producidos por
la escasa regulación de asuntos de trámite en el desarrollo de las causas.
En primera instancia, como se puede observar de las dos cédulas que se
transcriben a continuación, están dirigidas a resolver una situación específica
en una jurisdicción, pero cuyos efectos se hacían extensivos a todos los
dominios del reino:

Para que en los tribunales de la América è Islas Philipinas, no se admitan mas (sic)
recusaciones que las que citan, y jamás se puedan recusar sino solos tres Abogados por
cada Parte Litigante, en el cáso que se expresa (folio 115r).

EL REY

Por quanto habiendome representado con Testimonio Don Miguel de Altarriba,


siendo Intendente del Exército y Real Hacienda de la Isla de Cuba y ciudad

23
Jesús Antolinez Wilches. “Primeros abogados españoles que vinieron al Nuevo Reino de Granada”, en: Boletín
de Historia y antigüedades, Vol. XXI, 1934, págs. 217-222. Anuncia un trabajo sobre Historia del Derecho
Colombiano. Ver la obra de Ángel Osorio Gallardo, El alma de la Toga, denunciado el estado de sobrepoblación
de juristas en España. Cita Antolinez a Ricardo Levene en trascripción de la cédula de 1509: “Porque yo he
seydo informado que a capsa de aver pasado a las dichas Indias algunos letrados abogados han subcedido en ellas muchos
pleitos e diferencias yo vos mando que de aquí adelante no dexeys ni consyntays pasar a las dichas Indias ningund letrado
abogado syn nuestra licencia e especial mandado que sy necesario es por esta preseute cédula lo vedamos e proyvimos”
(pág. 136). El mismo fragmento de la orden Real a los oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla, es
transcrito por Rafael Domínguez, en: Galería Universitaria. Caracas: Parra León Hermanos editores, pág. 45.
To ga d o s y L e t ra d o s
110

de San Christoval de la Habana, en Carta de veinte y seis de Marzo del año


próximo pasado, los perjuicios é inconvenientes que se seguian del abúso con que
las Partes promovian en los pleytos las recusaciones de Letrados Asesores: visto
en mi Consejo de Indias, con lo que en su inteligencia expusieron mis Fiscales,
y consultandome sobre ello en primero de Octubre de este año; hé resuelto
declarar por regla general, como por la presénte mi Real Cedula decláro, que en
la expresada Ciudad de La Habana y demás Juzgados y Tribunal de América,
é Islas Philipinas, no se puedan admitir recusaciones evidentemente frívolas, ni
para determinaciones interlocutarias, como no tengan fuerza de Autos defi (fol.
116) nitivos, ó incluyen gravámen irreparable para ellos: que en ningun evento
se admitan tampoco recusaciones universales de todos los abogados de la Ciudad, de
la Providencia, ó del Reyno: y que jamás se puedan recusar sino solos tres Abogados
por cada Parte litigante; pero que esto se entienda en el cáso de que en la Ciudad, ó
en su inmediación, quedan Salvo, reglando por él el número de letrados que puedan
recusarse, sin que el de los tres que se permite, á las partes, tenga lugar en el cáso de que
el Juez ó Jueces no les queden otro, u otros con quienes asesorarse oportunamente, sin
grave detrimento de las Parte, ni detencion notable en la administración de Justicia.
Por tanto, ordéno y mando á mis virreyes del Perú, Nueva España, y Nuevo Reyno
de Granada; á los Presidentes, Audiencias, Intendentes, Gobernadores, Corregidores,
y demás Jueces y Justicias de los expresados mis Dominios de América, é Islas
Philipinas, que cada uno, en la parte que respectivamente le tocáre, guarde, cumpla
y execúte, y haga guardar, cumplir y ejecutar puntual, y efectivamente la referida
mi Real resolucion (fol. 117) sin contravenir, ni permitir que en manera alguna se
contravenga á ella; por ser asi mi voluntad. Fecha en Sn. Lorenzo. Á diez y ocho de
Nov.re de mil setecientos setenta y tres24.

El tema de la formación del derecho procesal es un asunto pendiente, sin


embargo, en este estudio citamos algunos manuales de texto, que al lado de
cédulas de la corte, indican la preocupación en el manejo y desarrollo de las
causas. Además, existen soportes para afirmar que en las primeras instancias
ante la Real Audiencia, hubo Leyes de Indias para regular los juicios25:

Para que en todos los Tribunales de las Indias se observen las Leyes y Auto Acordado
que se citan, en punto de que sea suficiente la acusacion de una rebeldía, quitando el
abúso de que sea de tres (folio 119r).

Cédulas Reales, pragmáticas, etc. Autor corporativo. Fondo Antiguo. Biblioteca Nacional de Colombia.
24

Tulio Chiossone. Formación Jurídica de Venezuela en la Colonia y la República. Caracas: Universidad Central de
25

Venezuela, 1980, pág. 114.


M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
111

EL REY

Por Don Francisco Escudero, Procurador Syndico General de la Ciudad de


Cartagena, se me ha hecho presénte, en la Representación de diez de Marzo
del año próximo pasado, ser notorios los perjuicios, gastos, y molestias que sufre
el comun de aquella Republica con las dilaciones de los pleytos ocasionadas
del abúso de no substanciarse los artículos o instancias en ellos, hasta haberse
acusado tres rebeldías; y mediante hallarse el remédio oportuno en lo prevenido
por la ley cincuenta y una, título cuarto, libro segundo de la recopilación, y auto
segundo, título veinte y tres, libro segundo de los acordados por mi Consejo
de Castilla, de que con sola una rebeldía se concluya todo lo que antes se
hacía por tres; há suplicado me dígne mandar se obsérve esta providencia en
todos los Juzgados inferiores de aquella ( folio 120) Ciudad y Provincia de
Cartagena, incluso los Eclesiasticos: Y visto en mi Consejo de las Indias, con lo
expuesto por mi fiscal; no solamente hé venido en condescender á su instancia,
sino que, rezelando que en las demás Provincias de mis Dominios de América
estará introducido el mismo abúso y corruptela que en la Ciudad y Diócesis
de Cartagena: Hé resuelto, que se cumplan, guarden, y observen en todos los
Tribunales Seculares y Eclesiaticos de ellos, la citada Ley y Auto Acordado del
referido mi Consejo de Castilla, con la cuarenta y siete del Título cuarto, libro
tercero de las de estos mis reynos, que es la mas oportuna y terminante para el
asunto; con su consecuencia, mándo á mis Virreyes del Perú, Nueva España, y
Nuevo Reino de Granada; á los Gobernadores y demás Tribunales y Jueces de
aquellos mis Dominios de América é Islas Philipinas; y ruego y encárgo á los
muy Reverendos Arzobispos y Reverendos Obispos; á sus Provisores, y demás
Jueces eclesiasticos de ellos, un cartél ó Edicto, en que se particípe la referida mi
Real Resolucion, para que la tengan enten (folio 121) dida los litigantes. Fecha
en el ardo (?) á diez… de Marzo de mil setecientos setenta y cuatro26.

En la segunda parte del siglo XVIII el pleito de los jesuitas en los tribunales
españoles merece especial atención del monarca, quien en cédula de 7 de
octubre de 1767 establece las autoridades y criterios que deben seguirse en el
extrañamiento y las temporalidades de todos los procesados:

REAL CEDULA DE SU MAGESTAD, A CONSULTA DEL CONSEJO, EN EL


EXTRADORDINARIO, Para que se continuen en los Tribunales Ordinarios
y Superiores de fuera de la Corte los pleytos pendientes en ellos, antes del

26
Cédulas Reales, pragmáticas, etc. Autor corporativo. Fondo Antiguo. Biblioteca Nacional de Colombia.
Transcripción completa del texto.
To ga d o s y L e t ra d o s
112

estrañamiento de los Regulares de la Compañía, tocantes á las temporalidades


de sus Colegios, casas, y Residencias, nombrando Defensor el Comisionado del
respectivo Colegio27.

Para que se continuen en los Tribunales Ordinarios y Superiores de fuera


de la Corte los pleytos pendientes en ellos, antes del estrañamiento de los
Regulares de la Compañía, tocantes á las Temporalidades de sus Colegios,
Casas, y Residencias, nombrando Defensor el Juez Comisionado del
respectivo Colegio. EN MADRID: En la Imprenta Real de la Gazeta, año
de 1767.” p. 1.

“DON CARLOS POR LA GRACIA DE DIOS Rey de Castilla, de Leon, de


Aragon, de las dos Sicilias, de Jerusalen, de Navarra, de Granada, de Toledo,
de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de
Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarbes, de Algecira, de Gibraltar, de las
Islas de Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierrafirme
del Mar Oceano; Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante,
y de Milan, Conde de Abspurg, de Flándes, Tirol, y Barcelona; Señor de
Vizcaya, y de Molina, &c. = A vos los Presidentes, Regentes, y Oídores de
mis Chancillerias y Audiencias, y á todos los Corregidores, é Intendentes,
Gobernadores, Alcaldes-mayores y ordinarios, y otros qualesquiera Jueces
y Justicias de estos mis Reynos y Señoríos, así Realengo, como de Señorío,
Ordenes y Abadengo, y á los de mis Dominios de las Indias, é Islas adjacentes,
á quienes lo contenido en esta mi Carta toque, ó tocar pueda en qualquier
manera, salud y gracia: SABED, que con vista de las varias representaciones,
que por algunos de vos, y señaladamente por los Subdelegados, que están
entendiendo en la ocupacion de Temporalidades de los bienes y efectos que
correspondieron á los Regulares de la Compañía se han hecho á mi Consejo,
en el Extraordinario que se celebra con motivo de las ocurrencias pa-sa…” p.
2. -“sadas, en razon de las dudas que se os han ofrecido para la continuacion
de las instancias, y pleytos que tenian pendientes dichos Regulares antes de
su estrañamiento, en que eran actores, ó reos demandados, atendiendo al
perjuicio que se causa en su detención, así á las Temporalidades ocupadas,
como á los demás interesados mis súbditos y naturales; oído en el asunto mi
Fiscal D. Pedro Rodriguez Campomanes, me expuso mi Consejo en Consulta
de veinte y nueve de Septiembre próximo, lo que estimó conveniente sobre la
forma, que puede tomarse para que se finalicen, y tengan curso los referidos

Real Cédula de su majestad, a consulta del Consejo extraordinario. Madrid, octubre 7 de 1767. Editado por la
27

Imprenta Real de la Gazeta.


M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
113

pleytos: y habiendome conformado con su dictámen, por resolucion á la


expresada Consulta, publicada y visto en mi Consejo, acordó expedir para
su cumplimiento esta mi Carta: Por la qual os cometo la prosecucion, y
determinacion de todos los pleytos, causas, y negocios empezados antes de
dicho estrañamiento en vuestros respectivos Tribunales, y Juzgados, y os
mando los sustancieis con los Defensores, que nombre el Subdelegado que
entienda en la ocupacion de Temporalidades del Colegio, ó Casa á quien toque
el interés de la instancia, el qual deberá ser Procurador, y valerse de Abogado
conocido, y que remitais por mano de los Fiscales de mi Consejo lista de todos
los referidos pleytos, y su estado desde luego, por si estimase avocar alguno por
particulares circunstancias; é igualmente mando á mis Fiscales, que residen en
mis Chancillerias y Audien-cias …” p. 3 -“cias, estén á la vista, promuevan
las determinaciones, y den cuenta de lo que se adelante á mi Consejo, no
comprendiendose en esta generalidad las instancias pendientes en la Corte,
sobre cuyo particular se toma separada providencia. Todo lo qual cumplireis, y
hareis se practique bien y cumplidamente, sin faltar en cosa alguna, por ser así
mi voluntad; y que al traslado impreso de esta mi Carta, firmado de D. Joseph
Payo Sanz, mi Escribano de Cámara honorario del Consejo, con destino al
Extraordinario, se le dé la misma fe y crédito, que al original. Dada en San
Ildefonso á siete de Octubre de mil setecientos sesenta y siete. = YO EL
REY. Yo D. Joseph Ignacio de Goyeneche, Secretario del Rey nuestro Señor
le hice escribir por su mandado. El Conde de Aranda. = D. Pedro Colón. = D.
Andres Maraver. = D. Bernardo Cavallero. = D. Felipe Codallos. Registrada.
= D. Nicolas Verdugo. = Teniente de Canciller mayor = D. Nicolas Verdugo.
Es copia de la Real Cedula original de que certifico y firmo en Madrid à nueve
de Octubre de mil setecientos sesenta y siete”.

5.5 Los abogados y la Real Audiencia

La cultura jurídica del nuevo mundo se concentra en torno al quehacer de


los letrados en leyes que para el caso ejercían su oficio en tres roles: Bachilleres
en leyes, Abogados, y Doctores en Derecho y la actividad judicial de los mismos
giraba alrededor de las Audiencias, que impulsan el desarrollo de la magistratura.
Su accionar puede describirse en relación con el tipo y forma de las actuaciones
proferidas, así como por sus efectos:

Los mandatos, resoluciones y sentencias de la Real Audiencia se transcribían


a las personas interesadas, a las encargadas de darle cumplimiento y a las que
por especial disposición del Tribunal debían conocerlos. Estas transcripciones
se agrupaban bajo el nombre genérico de Reales Provisiones y contenían: 1º.
To ga d o s y L e t ra d o s
114

El libelo, 2º la representación del fiscal, y 3º el fallador del tribunal. De las


diligencias de orden procesal apenas se hacía mención (…)28.

La Real Audiencia juzgaba los asuntos criminales, con base en la normativa


de indias que señalaba penas pero no regulaba tipos penales, actuaba como
tribunal de apelación para moderar la pena, solo en ciertos casos. Las leyes que
se aplicaban a esos asuntos fueron las Siete Partidas, la Nueva y la Novísima
Recopilación de las leyes de Indias.

En relación con las prácticas que se desarrollaban en las Audiencias, es


significativo señalar la composición de esos tribunales: 1 sala conjunta de lo civil
y lo criminal, 5 oidores de dotación, 1 fiscal, 1 protector de Indios, 1 alguacil
mayor, 2 relatores, 2 escribanos de cámara, 1 portero y 1 teniente de canciller,
que era un cargo no muy popular entre los naturales del virreinato.

Chiossene también afirma que para la fecha de la Instalación de la Real


Audiencia de Caracas ( Julio 19 de 1787), ya existían un buen número de
abogados licenciados, bachilleres en leyes y doctores en derecho, que actuaban
en “estudios” o bufetes, y que hacían sus pasantías de la Universidad Real y
Pontificia de Caracas y del Seminario de San Buenaventura de Mérida, y luego
de tales prácticas, seguían en rigor los requisitos para optar al título:

Fueron muy severos los requisitos exigidos para optar al título, una vez
realizados los estudios universitarios. La Real Audiencia los otorgaba previas
formalidades como la comprobación del lugar de nacimiento, la limpieza de
sangre, certificaciones de Vita et moribus, el juramento y la inscripción en el
Colegio de Abogados29.

Otro testimonio de la historiografía venezolana que da cuenta de la


rigurosidad y severidad de los requisitos así como de los exámenes para permitir
el acceso a las Audiencias y Colegios de Abogados, está en la Obra de Héctor
Parra Márquez, quien empieza por anotar como para la legislación española
desde épocas remotas existía la preocupación para que los juristas que se lanzarán

28
Ibíd, Chiossene, págs. 113-114. Aunque cita la experiencia de la Real Audiencia de Caracas, se puede citar de
manera análoga para el Virreinato de la Nueva Granada.
29
Ibíd, Chiossione. Cita a Héctor García Chuecos. Estudios de Historia colonial venezolana, tomo II, Caracas:
Tipografía americana, 1938, pág. 114. Cfr. con el estudio de Víctor Manuel Uribe, “Disputas entre el estado y
sociedad sobre la educación de los abogados” (…) y cita de José Antonio Ricaute “Compendio de lo Actuado
sobre Estudios Públicos”. Boletín de Historia y Antigüedades XXIV, 1973, págs. 343-371.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
115

al ejercicio profesional tuvieran una formación lo más erudita posible. Normas


en ese sentido se encuentran en las Siete Partidas, las Ordenanzas de Montalvo
y las de Castilla, estas últimas conocidas como “ordenanzas de abogados” que
disponían el requisito de un examen ante la Real Audiencia y la inscripción
del interesado en la matrícula de abogados, previa presentación del título de
Bachiller, o licenciado o doctor en Derecho Civil y en su defecto Canónico.
Cuando se funda el Colegio de Abogados de Madrid el 13 de agosto de 1595,
se mantienen esos requisitos de las audiencias, además de rendir un examen
ante una terna nombrada en dicho Colegio que hacía un prueba que duraba una
hora en promedio y en la que se formulaban preguntas sobre casos prácticos,
con posibilidad para los examinadores de hacer réplicas y explicaciones más
profundas cuando así lo creyeran. Además, de la prueba de conocimiento había
una prueba de actitud. En cuanto a la primera y después de las preguntas, el
procedimiento seguía la siguiente ritualidad:

Realizado ese ejercicio se entregaba al aspirante un cuaderno en el cual se


habían estampado de antemano varias preguntas sobre el Digesto, sobre la
Recopilación o sobre la Novísisma Recopilación cuando esta apareció más
tarde. De ello debía contestar por escrito una pregunta en el lapso de un cuarto
de hora, para lo cual se lo dejaba solo.
La contestación, también por escrito, debería ser clara y precisa con comentarios
orales posteriores sobre la ley o el problema planteado, hasta llenar el tiempo de
25 minutos. Cada examinador podía formular observaciones y argumentaciones
para formarse así el juicio o criterio respectivo.
Llevada a cabo esta etapa exploratoria sobre la capacidad y conocimientos del
aspirante, se devolvía el expediente a la Real Audiencia a los efectos del examen
que debería rendirse allí ante tres Oidores designados previamente para el caso.
Generalmente la prueba en el Alto Tribunal versaba sobre un caso civil, criminal
o eclesiástico. Encerrado en una pieza del mismo edificio, sin comunicación
pero con libros y textos y en un tiempo prudencial, el examinando debía escribir
la demanda con especificación de cuantos requisitos, trámites y formalidades
eran inherentes al procedimiento. Si resultaba aprobado, la Audiencia procedía
a extenderle el título30.

El aspirante debía demostrar que había cumplido con una pasantía, que implicaba
la práctica en un tribunal, como escribiente, durante cuatro años. También podía
realizarla en el bufete de algún abogado famoso, siempre con la obligación de asistir

30
Hectór Parra Márquez. Historia del Colegio de abogados de Caracas. Tomo II, Caracas: 1973, pág. 16.
To ga d o s y L e t ra d o s
116

a la vista de los pleitos. La pasantía encontraba su razón en la idea de que con la sola
formación académica no era suficiente para adquirir la actitud técnica requerida
en las tareas del foro. Los colegios de abogados en España y en el nuevo mundo
crearon “cursos prácticos de jurisprudencia” para tal fin.

Por otra parte, el manejo de los procesos y las audiencias, a falta de una
verdadera legislación con carácter procesal puede observarse en varias Cédulas
que disponían aspectos específicos en el manejo de los pleitos. A manera de
ilustración trascribimos algunas normas que establecen la forma de actuar ante
las Reales Audiencias:

Real cédula de 11 de marzo de 178131


Que á los fiscales del crimen corresponde nombrar Protectores de Indios,
CCCXXXVII
Que la elección y nombramiento de Jueces ó Protectores partidarios de Indios
corresponde privativamente á los Fiscales del Crimen, y no á los Presidentes ó
Gobernadores. Que los expresados Protectores partida-rios no deben gozar salario
alguno por razón de sus empleos: que su nombramiento se verifique solo en los
Partidos donde haya sido costumbre haberlos ó se reconozca urgente necesidad
de establecerlos de nuevo, calificada indispensable por el Presidente, Regente y
Oydores de la Audiencia del distrito y que los citados fiscales hayan de dar cuenta
á sus respectivas Audiencias de las personas que eligieren para estos encargos.

Real Orden de 12 de noviembre de 178232


Que se pasen a los Fiscales los Expedientes y copias que requiere
CCCXXXVIII
Que quando á los Fiscales se pase copia de una Real Orden se acompañen los
expedientes de que dimanan. Que á las fiscalias respectivas se pasen copias de
todas aquellas en que no haya superior motivo para reservar su contenido; y que
quando los fiscales promuevan algun asunto del Servicio, no se omita contextarles.

Real orden de 5 de julio de 178333


Que se prefieran en el despacho los Pedimentos Fiscales por el Asesor General
CCCXXXIX

31
Cédulas reales referidas abogados en versión digital de edición original citada de: www.bibliojuridica.org/
libros/1/407/16pdf. Se encuentran citadas conforme de transcriben, se presume el texto completo, y en algunas
materias parecen pertenecer a un cedulario del virreinato de Nueva España.
32
Ibíd.
33
Ibíd.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
117

Que el Asesor General debe despachar los Pedimentos fiscales con preferencia
á todo, y que el giro y curso de los negocios fiscales se haga con la puntualidad
y expedición que se debe é importa al Real servicio.

Reales Cédulas de 13 de septiembre de 1710 y 11 de marzo de 1740


Que puedan los fiscales asistir á los Acuerdos34
CCCXL
Que los fiscales puedan asistir á los Acuerdos ordinarios y extraordinarios, asi el
de lo civil, como el de lo criminal; y que se les dén cuantos testimonios pidieren.

Real Orden de 12 de septiembre de 178335


Que les dén los testimonios que pidan
CCCXLI
Que el asesor general del Virreynato y los Escribanos de Gobierno no detengan
con motivo alguno los negocios de la Real Hacienda y del Público; que sin
tardación los pasen á la Fiscalia á que pertenezcan, y que se den prontamente
los testimonios que pidan los Fiscales.

Reales Cédulas de 6 de septiemb. De 1692 y 25 de Octubre de 178636


CCCXLII
Que los Escribanos de la Real Audiencia y Superior Gobierno, con arreglo á la
ley 9, titulo 18, libro 2 de las Indias, dén á los Fiscales con toda puntualidad los
términos que hubieren menester y les pidieren por recepta, sin necesidad de dar
cuenta con ella, ni que preceda mandato del tribunal, y sin llevar por esta razon
derechos ni costos de Escribientes.

Real Cédula de 1 de Noviembre de 172237


Fuerzas
Que en estos Recursos se arregle la Audiencia á lo dispuesto por derecho; con
lo demás que expresa.
CCCXXLIV
Que en los Recursos de fuerza sobre inmunidad ó de no otorgar se arregle la
Audiencia á lo dispuesto por Derecho, teniendo presente el cuidado con que se
deben mirar estas causas, que siempre son de mayor quantia: que se atienda á su
breve despacho y á primera hora, oyéndose los informes del Eclesíastico. Que los

34
Ibíd.
35
Ibíd.
36
Ibíd.
37
Ibíd.
To ga d o s y L e t ra d o s
118

Pedimentos de los recursos á los Eclesiásticos de los testimonios, que pidieren:


que el eclesiático puede condenar en las costas según Doctrinas corrientes á los
que abusando de la proteccion Real introdugeren recursos injustos, en el caso
de perderlos: que no es preciso haya de librarse la Provisión de ruego y encargo
para la absolución ad rencidentiam; porque si la parte no la pide, se estará en la
Censura, y no por esto se le debe impedir al recurso.

En todas esas cédulas se nota un rasgo de procesabilidad, y se señalan directrices


para el ejercicio profesional en el foro. Los manuales sobre jurisprudencia práctica
o práctica criminal, se convierten en la doctrina que unifica la legislación dispersa,
sobre todo la que tiene un sentido instrumental procesal.

5.6 Las solicitudes de los abogados ante la Real Audiencia

De acuerdo con el catálogo de Abogados del Archivo General de la Nación


encontramos varias solicitudes de abogados en ejercicio y de estudiantes en
proceso de obtención de títulos. La mayoría de los requerimientos se refiere
a los certificados de estudios, para ser aceptados en la Real Audiencia, sobre
desempeño profesional y cambios de residencia para las actuaciones:

Catálogo de abogados38

• 1776. JIMENEZ, Luis Tadeo, abogado de la Real Audiencia de Santafé,


solicita sus certificados de estudio e idoneidad, al Colegio Mayor del Rosario.
• 1758-1759. LOPEZ VICUÑA, Ignacio, presenta certificados para que se le
recibiera como abogado de la Real Audiencia de Santafé.
• 1781-1791. LANDETE, Juan, abogado de la Real Audiencia de Santafé,
solicita certificaciones para informar al rey sobre sus méritos profesionales.
• 1769-1770. LOVERA OTAÑEZ, Francisco Ignacio, solicita ser aceptado
como abogado de la Real Audiencia de Santafé, habiendo sido abogado de
la de Santo Domingo.
• 1752. LOZANO, Joaquín, certificados de su carrera de abogado en Santafé.
• 1774. LANDETE, Juan, presenta certificados sobre su práctica de abogado
en Santafé.
• 1759-1775. MANGONES, Francisco Javier José, abogado de la Real
Audiencia de Santafé, presenta información de sus méritos y servicios.

Catálogo de Médicos y Abogados. Archivo General de la Nación. República de Colombia. Serie Catálogos e
38

Índices. Bogotá: Rollo 1, págs. 9-13.


M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
119

• 1782. Certificados sobre la práctica e idoneidad profesional del abogado José


Gil Martínez Malo, en Santafé.
• 1768-1780. MADARIAGA, Andrés de, aprobación de su título de abogado
por la Real Audiencia; apelación que hiciera por fallo que el gobernador de
Cartagena hiciera por fallo que el gobernador de Cartagena hiciera en asunto
judicial.
• 1773-1774. MOSQUERA, Joaquín, solicita ser recibido como abogado de la
Real Audiencia de Santafé.
• 1784-1785. MACIAS Y SANDOVAL, Rafael, abogado de la Real Audiencia
de Quito, solicita que se le admita en el Colegio de Abogados de Santafé.
• 1743. MOYA, Francisco Javier de, petición que hace para que se le reciba
como abogado de la Real Audiencia de Santafé.
• 1777. Certificados que presentara Bernabé Ortega y Mesa, de haber cursado
jurisprudencia, doctorándose en dicha carrera.
• 1788. MARTINEZ, Pedro Vicente, abogado, solicita se le reciba como tal en
la Real Audiencia de Santafé.
• 1769. MATOS, Luis Francisco de, vecino de Coro (Venezuela), solicita se le
reciba en el Colegio de Abogados de la Real Audiencia de Santafé.
• 1780. MARTÍNEZ RECAMAN, Antonio, vecino de Santafé, presenta sus
certificados de estudio para obtener el título de abogado.
• 1775. OÑORO Y AMAT, Andrés de, abogado de las Reales Audiencias
de Méjico y Santo Domingo, solicita que se admitiera en el Colegio de
Abogados de Santafé.
• 1788. SANTOS SOLANO, Narciso José de los, natural de Santa Rosa de
Viterbo, presenta sus títulos de abogado.
• 1770. OLASCOAGA, Bernardo de, solicitud que hiciera para que se examinara
para su admisión en el Colegio de Abogados de la Real Audiencia de Santafé.
• 1794. VARGAS, Ignacio de, solicitud para que se le recibiera en el Colegio de
Abogados de la Real Audiencia de Santafé.
• 1764. MARTÍNEZ VALDERRAMA, José, presenta títulos de abogado en
Santafé.
• 1766. VERGARA, Felipe de, presenta sus títulos de abogados de Santafé39.
• 1777-1778. AISPURU, Juan Ignacio de, abogado de Panamá, solicita que se
le matricule en el Colegio de Abogados de Santafé.
• 1788-1790. Memorial de los abogados de pobres de Santafé, sobre una
preeminencia en las visitas de cárcel.
• 1788. Informes sobre la necesidad de la presencia de los abogados de pobres
en las visitas de cárcel que se verifican semanalmente en Santafé.

39
Rollo 1, págs. 9-13.
To ga d o s y L e t ra d o s
120

• 1768-1769. Representación del Cabildo de Cartagena, para que a José de


Burgos, no se le dejara alegar en los tribunales, ni tener bufete de abogado,
por no ser titulado.
• 1773. BRITO, Pedro, abogado de Santafé, informes sobre las causas por las
cuales se le suspendiera el ejercicio de su profesión.
• 1758. BERRIO, José Antonio, presenta certificados sobre sus estudios en
jurisprudencia y su solicitud de examen para ser admitido en el Colegio de
Abogados de la Real Audiencia de Santafé.
• 1765-1766. BRITO, Pedro, abogado de la Real Audiencia de Santafé,
información sobre su carrera profesional y su vida privada.
• 1774-1777. BRITO, Pedro, abogado, su suspensión en el ejercicio de la
abogacía en Santafé; causas para ello y solicitud de reintegro a sus labores.
• 1782. BERMUDEZ, Miguel, abogado de la Real Audiencia de Quito, solicita
su incorporación al cuerpo de abogados de Santafé.
• 1782-1789. CANO, Luis José, presbítero, abogado de la Real Audiencia, su
solicitud de que se le permitiera ampliar el ejercicio de abogado en Santafé.
• 1786. CORONEL, José Ildefonso, certificados sobre sus estudios de
jurisprudencia; solicitud de examen para su admisión en el Colegio de
Abogados de la Real Audiencia de Santafé.
• 1786-1790. CAVERO, Ignacio Mariano, certificado sobre sus estudios de
jurisprudencia y su admisión en el cuerpo de abogados de la Real Audiencia
de Santafé40.
• 1766-1767. GONZALEZ MANRIQUE, Antonio, presenta su partida de
bautizo y certificados de sus estudios de jurisprudencia en el Colegio Mayor
de Nuestra Señora del Rosario y su petición para matricularse de abogado
en Santafé.
• 1750. GUZMAN Y MONASTERIO, Manuel de, certificados de sus estudios
de derecho en el Colegio de Nuestra Señora del Rosario y su admisión como
abogado de la Real Audiencia de Santafé.
• 1755. GAONA DE LA BASTIDA, Francisco, certificados sobre sus estudios
de derecho canónico en el Colegio Nuestra Señora del Rosario y su admisión
como abogado de la Real Audiencia de Santafé.
• 1665-1666. SORIZ GIL, José de, abogado de Cartagena, eleva su petición
sobre preeminencias profesionales, en ejecución que se le siguiera para que
no se le embargara su bufete de abogado.
• 1790-1793. GARCIA DE HEVIA, Francisco Javier, certificados sobre sus
estudios de derecho y su admisión como abogado de la Real Audiencia de
Santafé.

Ibíd., Rollo 2, págs.14-17.


40
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
121

• 1785. GAMBA, Juan Dionisio, presenta certificados de sus estudios de


abogado y su petición de examen para su recepción y poder ejercer su
profesión en Santafé.
• 1785. LANDERETE Y PRIETO, Bernardo, certificados de sus estudios de
derecho y su petición de examen para su recepción de abogado en Santafé.
• 1786-1787. ROSILLO, Andrés Antonio, presbítero, presenta certificados
de sus estudios de jurisprudencia y su petición para que se le recibiera de
abogado en Santafé.
• 1779-1780. GROOT, Pedro, sus certificados de estudios de jurisprudencia
y su petición de examen para su admisión en la Real Audiencia de Santafé.
• 1746. GONZALEZ, Pedro, sus certificados de estudios de jurisprudencia y su
admisión como abogado de Real Audiencia de Santafé.
• 1762-1764. GOMEZ DE CASTRO, Domingo, natural de Caracas, abogado
de la Real Audiencia de Santo Domingo, eleva su petición de admisión en la
Real Audiencia de Santafé.
• 1796. HERRERA Y VERGARA, Manuel José, certificados de sus estudios
de jurisprudencia en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario; su
solicitud de examen para ingresar a la Real Audiencia de Santafé.
• 1774. HERAZO Y MENDIGAÑA, Lucas, certificados de sus estudios
canónicos y de jurisprudencia; solicitud de examen para su admisión de
abogado de la Real Audiencia de Santafé.
• 1793-1794. IRIARTE, Andrés, abogado de la Real Audiencia de Santafé, se
queja contra Miguel Galindo, gobernador de Girón, por agravios.
• 1770. ICASA, José Gabriel de; CARREANO, Ignacio, abogados de la Real
Audiencia de Quito, elevan su petición para ingresar a la Real Audiencia de
Santafé.
• 1752. VELEZ LADRON DE GUEVARA, Antonio José, certificados de sus
estudios de jurisprudencia realizados en Santafé.
• 1763. SERNA, Francisco Javier, certificados de sus estudios de derecho; su
admisión después del examen como abogado de la Real Audiencia de Santafé41.
• 1784. ZUBIRIA Y MARTINEZ DE LEON, Nicolás de, regidor perpetuo del
cabildo de Cartagena, abogado de la Real Audiencia, eleva una petición al
rey, para que lo nombrara en el Consulado del Tribunal.
• 1759. LUZURRIAGA, Luis, abogado de la Real Audiencia, informes sobre su
fallecimiento al frente de su cargo como Fiscal Defensor de la Real Hacienda
de Cartagena.
• 1763. ROSALES, Julián, vecino de Pasto, presenta información sobre su vida
y estudios; su petición de ingreso a la Real Audiencia de Quito.

41
Ibíd., Rollo 3, págs. 18-22.
To ga d o s y L e t ra d o s
122

• 1754. ALVEAR Y ARTUNDUAGA, Isidro Santiago, sus títulos de la


Universidad de Lima; acusación en su contra de que los títulos eran falsos y
su defensa, Panamá.
• 1779. MONSALVE, Ignacio José, abogado de la Real Audiencia de Santafé,
presenta certificados sobre su honorabilidad profesional.
• 1743. CORBODA, Manuel de, vecino de Santafé, presenta certificados de sus
estudios de jurisprudencia, informes desfavorables sobre la mala práctica de
ellos.
• 1792. CAMACHO, José Joaquín, certificados de sus estudios de jurisprudencia;
su petición de ingresar como abogado de la Real Audiencia de Santafé.
• 1754. SANDINO, Felipe Manuel, su petición para ejercer la abogacía en
Popayán.
• 1750. BAOS, José, abogado de la Real Audiencia de Panamá, indagatorias
tomadas para esclarecer las acusaciones de que se embriagaba causando
escándalo.
• 1752. RIVAS, Pablo Jerónimo, certificados de sus estudios de jurisprudencia
y sus títulos de abogados de la Real Audiencia de Santafé.
• 1771. ALMANZAR, Félix, vecino de Maracaibo, envía nota de agradecimiento
al virrey, por haberlo admitido de abogado de la Real Audiencia.
• 1775. YEPES, Luis Ramón, presbítero, abogado de la Real Audiencia
de Quito; certificados de sus estudios, exámenes e idoneidad profesional
(incompleto).
• 1797. TEJADA, Antonio, abogado de la Real Audiencia de Quito, informe
desfavorable a él dirigido al Virrey.
• 1667. PEDROSA Y MENESES, Fernando, sus títulos expedidos por la
Universidad de Salamanca y su petición de ingreso como abogado de la Real
Audiencia de Santafé.
• 1777-1779. GUTIERREZ, Mariano, certificados de sus estudios de
jurisprudencia y su petición de examen para su ingreso como abogado de la
Real Audiencia de Santafé.
• 1739-1753. VARGAS Y SOTOMAYOR, Francisco de, presbítero abogado,
cura de Oiba, su ingreso a la Real Audiencia como abogado.
• 1771-1774. VALDERRAMA, Juan Esteban de, natural de Villa de Ameyugo
del arzobispo de Burgos (España), solicita se le haga examen para entrar
como abogado de la Real Audiencia de Santafé.
• 1752-1762. ROJAS, Nicolás de, certificados de sus estudios de jurisprudencia
y su petición para ingresar a la Real Audiencia de Santafé como abogado.
• 1792. FERNANDEZ DE SOTO, Joaquín, certificados de sus estudios de
jurisprudencia en el Colegio de San Bartolomé de Santafé.
• 1752-1753. RIVAS, Miguel de, certificados de sus estudios de jurisprudencia y
su ingreso como abogado a la Real Audiencia de Santafé (folios entreverados).
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
123

• 1748. MADARRIAGA, Andrés, abogado de la Real Audiencia, informe


de las autoridades civiles y eclesiásticas de Cartagena, sobre sus méritos
en el foro.
• 1668. MOREAU DE LA MONTAÑA, Pedro, vecino de Santafé, presenta sus
títulos de abogado y su solicitud de licencia para ejercer la abogacía.
• 1766. MORENO Y ESCANDON, Miguel Antonio, certificados de sus
estudios de jurisprudencia del Colegio de San Bartolomé; su solicitud de
ingreso a la Real Audiencia de Santafé, como abogado de ella.
• 1766. USCATEGUI Y TORO, Antonio María, certificados de sus estudios de
jurisprudencia, su solicitud de ingreso en el Colegio de Abogados de la Real
Audiencia de Santafé.
• 1784. VIDAL, Nicolás María, vecino de Cartagena, abogado de varias Reales
Audiencias, presente certificaciones y solicita empleo.
• 1761-1763. RIBON, Ignacio Esteban, certificados de sus estudios de
jurisprudencia en Mompós y en el Colegio de San Bartolomé, su petición de
Ingreso a la Real Audiencia como abogado.
• 1759. VILLALBA, Antonio, abogado de la Real Audiencia de Santafé,
presenta certificados sobre su idoneidad profesional e idiomas.
• 1789. MARIMON Y HENRIQUEZ, Juan, vecino de Cartagena, certificados
de sus estudios de jurisprudencia en San Bartolomé; ingreso como abogado
a la Real Audiencia.
• 1774. CAYCEDO Y FLOREZ, José, certificados sobre su práctica forense; su
solicitud de ingreso como abogado a la Real Audiencia de Santafé.
• 1770. MORENO, Jacobo, su título de doctor en cánones del Colegio de Santo
Tomás de Aquino de Santafé.
• 1776. MORENO Y ESCANDON, Santiago Ignacio, fiscal del crimen,
informes sobre práctica profesional y su petición de incorporación en el
Colegio de Abogados de la Real Audiencia de Santafé.
• 1798-1799. RONDEROS, Victorino, abogado de Santafé, informes sobre los
cargos que en su contra hiciera José Nicolás Vallejo, por no haberle hecho su
defensa.
• 1794. DIAZ GRANADOS, Miguel, presenta certificados de sus estudios de
jurisprudencia, para ejercer la abogacía en Santafé.
• 1774. VERGARA Y CAYCEDO, Felipe, presenta en Santafé, certificados de
jurisprudencia.
• 1751. HURTADO DE AGUILA Y PONTON, Lorenzo Antonio, certificados
de sus estudios de jurisprudencia en el Colegio de Nuestra Señora del Rosario
de Santafé.
• 1797. QUEVEDO Y MURILLO, Ignacio José, abogado de la Real Audiencia
de Santafé, certificados sobre sus actuaciones forenses.
To ga d o s y L e t ra d o s
124

• 1748-1750. VERASTEGUI, Antonio de, su nombramiento de Asesor de


Real Audiencia, enunciado en una Real Cédula dada en San Lorenzo.
• 1777. CARO, Antonio de, reclama unos libros y ropas que le habían
embargado en Santafé.
• 1786-1791. PIMIENTA, Luis, certificados de sus estudios de jurisprudencia
y su recepción como abogado de la Real Audiencia de Santafé42.
• 1764. RENTERIA, José Ignacio, abogado de la Real Audiencia de Santafé,
presenta información sobre méritos.
• 1759-1760. ROCHA, Miguel de la, cura de Chipaque, su petición sobre
libertad de ejercer la abogacía, como miembro de número de la Real
Audiencia de Santafé.
• 1796. RODRIGUEZ, Enrique, abogado fiscal de la Real Hacienda de
Cartagena, solicita su regreso a España a contestar cargos que se le hicieran
por mal desempeño de su cargo.
• 1786-1818. TORRES Y ROJAS, Francisco Javier, cura rector de la parroquia
de Santa Bárbara de Tunja, solicita su admisión en el Colegio de Abogados
de la Real Audiencia.
• 1795-1801. RODRIGUEZ, José María, abogado de la Real Audiencia de
Santo Domingo; su petición de ingreso a la de Santafé.
• 1696. RUIZ CALVO DE TORRES, Juan, extremeño, solicita en Santafé
licencia para ejercer la abogacía.
• 1757-1759. RENTERIA VALDES, José Ignacio, certificados de sus estudios
en jurisprudencia, su solicitud de ser recibido como abogado de la Real
Audiencia de Santafé.
• 1750. RADAS Y BARROS, Pedro José de, presbítero de la diócesis de
Cartagena, abogado de la Real Audiencia, su solicitud de licencia para el
ejercicio de la abogacía sin limitación de casos y negocios.
• 1778. RODRÍGUEZ, Joaquín, certificados de sus estudios de jurisprudencia
y su petición de ingreso a la Real Audiencia de Santafé.
• 1748. RANGEL, Ángel Francisco, certificados de sus estudios de
jurisprudencia y su solicitud de estar en la nómina de abogados de la Real
Audiencia de Santafé.
• 1796-1805. SANMIGUEL, José Ignacio, abogado de las Reales Audiencias
de Santafé y Quito, presenta información sobre su carrera profesional y su
solicitud de transmitir al Rey dicha información
• 1764-1765. TORDESILLAS, Ignacio María, cura de Gachetá, abogado de
la Real Audiencia, su solicitud de informar al Rey de sus méritos y servicios.
Santafé.

Ibíd., Rollo 4, págs. 23-31


42
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
125

• 1794. TORRES Y TENORIO, José Camilo, estudiante del Colegio Mayor de


Nuestra Señora del Rosario de Santafé, presenta certificados de sus estudios
de jurisprudencia.
• 1786-1787. TEJADA, Antonio, abogado de la Real Audiencia de Quito, su
solicitud de información de sus méritos y servicios al Rey43.
• 1627-1629. QUIROGA, Antonio de, abogado de la Real Audiencia,
acusación que le hiciera Diego Alvares de Noriega, vecino de Muzo, por
estafa, queriéndolo inculpar en un robo hecho a Juan de Aguilar.
• 1725. QUINTANA Y ESCAVIAS, José, certificados de sus estudios en el
Colegio de San Bartolomé y su práctica en bufetes de abogados; su petición
del título de abogado44.

Como anotamos, la mayor parte de las solicitudes que transcribimos,


corresponden al periodo entre 1725 y 1799, con base en los registros se cuenta
un total de 166 expedientes, resumidos de acuerdo con el siguiente cuadro:

Tipo de solicitud No. de solicitudes


Certificados de estudios e Ingreso a la Real Audiencia de
89
Santafé
Certificados de Idoneidad y méritos profesionales 19
Certificados de cambio de residencia y aceptación en la Real
6
Audiencia de Santafé
Certificados para Práctica profesional 13
Otros asuntos 15
Total 166

Fuente: Archivo General de la Nación. Fondo Colonia: Médicos y abogados. Elaborado por la autora.

Las solicitudes son parte del acervo documental que está disponible en
el Archivo General de la Nación, y se cita para destacar el movimiento de la
práctica y desempeño profesional de los juristas ante la Real Audiencia de
Santafé y ante el Colegio de Abogados, además, del alto formalismo requerido
para la expedición de certificados de estudios y profesionales. Deja abierta la
puerta a trabajos de investigación que profundicen sobre el campus y habitus, de
los abogados (en el sentido de Bourdieu) durante la colonia neogranadina.

43
Ibíd., Rollo 5, págs. 32-35
44
Ibíd., Rollo 6, págs. 36-38
To ga d o s y L e t ra d o s
126

Con este mismo registro se puede avanzar en la búsqueda de un corpus de


obras en el sentido material de circulación. Estos togados, letrados eminentes
o producto de la laxitud en la expedición de títulos, permiten como en algunos
casos que se citan en esta investigación, hacer seguimiento a inventarios de
sus bienes, bien por mortuorias, por dotes matrimoniales, por deudas civiles o
por otros ejercicios notariales en los que exista un rastro de sus lecturas, de su
condición de lectores y de sus posibles bibliotecas.
Capítulo 6

Los libros y la formación


de los abogados neogranadinos

a educación que recibían los abogados en el Nuevo Reino de


Granada estaba sujeta a los lineamientos que para la fundación
e implementación de cátedras, métodos y planes de estudios
seguían las universidades españolas, conforme pudimos
apreciarlo en capítulo anterior1. El proceso se mantuvo hasta
la segunda mitad del siglo XVIII cuando se empieza el
movimiento ilustrado en cabeza del fiscal Moreno y Escandón, para la creación
de una Universidad Pública, independiente del control de las órdenes religiosas
que regentaban los Colegios Mayores y las universidades en todo el virreinato.

Las referencias históricas nos revelan que hubo un profuso movimiento en las
prácticas judiciales de los estrados de la metrópoli. El dinamismo de las Reales
Audiencias y las frecuentes alusiones a la superpoblación de abogados, de pleitos
y de oportunistas que se confundían con los doctores de la ley en las grandes
provincias, contrasta con los textos donde se intentaba organizar el quehacer de

1
Cfr. Con la obra Historia de las Universidades hispanoamericanas. Periodo Hispánico. Águeda María Rodríguez
Cruz O. P., 2 tomos, Bogotá, 1973.
To ga d o s y L e t ra d o s
128

lo que se denominaba “jurisprudencia práctica”, como correlato más cercano a lo


que modernamente sería el derecho procesal.

6.1 Las facultades de derecho y los estudios en España

Los gremios y las asociaciones de abogados van a permitir unificar criterios


sobre sus prácticas, pero existen varias tesis sobre su origen colegiado, porque si
bien existían sociedades de mutuo apoyo, los colegios serán una realidad legislada
en el siglo XVIII. Sin embargo, el tema de las facultades para los estudios de
derecho se puede constatar más claramente con la aparición de las Cathedras.
Las cátedras van permitir la evolución en la tradición del derecho romano, en
virtud a la introducción una cátedra de derecho civil, y otra de derecho patrio.

En este apartado, no se desarrolla sistemáticamente un panorama de los


estudios jurídicos en España y en los demás virreinatos2, sino que se abre la
revisión de varios fenómenos asociados a ella como la oratoria forense, la práctica
profesional y algunas normas dispersas en diferentes compilaciones, que dejan
ver la forma como se regulaba el ejercicio de los abogados y su formación. De
hecho, sobre este aspecto habrá permanentes referencias a lo largo del trabajo.

La mayor parte de la responsabilidad sobre la educación de seglares y


religiosos, fue un asunto del clero, ello no varió en el caso de los abogados
neogranadinos. En armonía con nuestro planteamiento, es posible constatar este
hecho en la revisión de las colecciones de las bibliotecas de Clérigos, como el
caso del mismo Arias de Ugarte, desde el siglo XV o el también arzobispo-virrey
Caballero y Góngora a finales del siglo XVIII. Sobre este aspecto el franciscano
Francisco Quevedo, afirma que gran parte del esfuerzo de formación se debe al
Colegio Mayor del Rosario:

Toda la enseñanza estuvo monopolizada por los centros religiosos; incluso


la enseñanza humanista. Naturalmente que nadie como ellos disponía de
medios formativos. El traslado de religiosos venidos de Europa estaba
vinculado al equipaje de libros y de manuscritos de autores notables. Es
sorprendente el número de libros depositados en la Biblioteca Nacional
pertenecientes a las órdenes religiosas (…) En menor cantidad los libros de
Derecho y humanidades. Ellos constituyen el documento más auténtico de las


2
Cfr. los trabajos sobre historia de la abogacía en España y en la metrópoli, como: Alfonso Aguado Ruiz.
Abogacía y abogados un estudio histórico jurídico. Editorial Universidad de la Rioja, 1997, pág. 288.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
129

corrientes teológicas neogranadinas. Santafé seguía fielmente la pauta de las


universidades europeas, sobre todo españolas; su preferencia por la Teología
tanto dogmática como moral3.

El cronista Ignacio Gutiérrez al referirse a la cultura literaria de Santafé de


Bogotá, citando a Méndez Pelayo, dice que es tan antigua como la conquista. A
la cabeza está el ilustre jurista, fundador de Bogotá, “bizarro abogado cordobés
Gonzalo Jiménez de Quesada” y al papel, una vez más, de los centros de
formación religiosa a finales del siglo diecisiete:

Ya a fines del siglo XVII contaba la ciudad con estudios universitarios, los cuales
estuvieron primeramente en el convento de Santo Domingo, pero luego se
crearon los de Santo Tomás, y por último el Arzobispo Fray Cristóbal de Torres
fundó el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, en el cual eran admitidos
como nobles los hijos de los caciques e indios principales; podía estudiarse en
él gramática, filosofía, teología, cánones, jurisprudencia y medicina. La cultura,
si en conjunto no era superior a la de México, la igualaba en muchas de sus
manifestaciones y sobresalía en algunas de éstas4.

El rol de las universidades neogranadinas hasta el siglo XIX era más de juntas
examinadoras para conferir títulos a los estudiantes egresados de los Colegios
Mayores, que de centros de formación académica, siendo los dos más importantes
el Colegio Mayor del Rosario y el Colegio Mayor de San Bartolomé. El primero
fundado inicialmente por dominicos y el segundo por jesuitas. Además, de la
Universidad de Santo Tomás, por fuera de la capital el virreinato, se destacan el
Seminario de San Carlos de Cartagena y el seminario de Popayán, de donde se
eliminaron los cursos de formación en derecho:

(…) en el Seminario de San Carlos de Cartagena, del que en 1790 la corona


eliminó los cursos de derecho para la obtención de grados en Bogotá y,
posiblemente, algunos cursos de derecho dictados en el Seminario de Popayán
antes de 1791. Luego de la expulsión de los jesuitas se barajaron planes dirigidos
a la creación de la universidad pública (Gómez, 1989), pero el proyecto no tuvo
realización e incluso durante los primeros años de la república la Universidad

3
Francisco Quevedo, O.F.M. Manuscritos teológico-filosóficos coloniales santafereños. Bogotá: Pontificia Universitas
Xaveriana, 1952, págs. 7-8.
4
Ignacio Gutiérrez Ponce. “Las crónicas de mi hogar o apuntes para la historia de Santafé de Bogotá. cap. XXIV
convento de Capuchinos. Terremotos de 1783, la jura de Carlos IV, Fiestas Reales”, en: Papel Periódico Ilustrado.
Tomo III, Bogotá: Imprenta de Silvestre y Compañía, 1883-1884, págs. 3-4.
To ga d o s y L e t ra d o s
130

tomista siguió, como lo hizo de manera exclusiva durante la colonia, examinando


y confiriendo grados a quienes lo solicitaran, hasta que la ley de 18 de marzo
de 1826 puso fin a la junta examinadora de los dominicos. (Young 1994:38)5.

De acuerdo con Julio Gaitán, el balance general de los centros de formación


y examinadores, al final del periodo colonial, (1810) es de dos colegios en
Bogotá, dos en Quito y uno en Caracas. Mientras que en Cuenca, Panamá,
Cartagena, Santa Marta, Popayán y Mérida funcionaban colegios seminarios
en los cuales se formaban novicios y seglares. En 1804 una Cédula Real aprobó
la fundación de una universidad en el colegio de Mompox que contemplaba
cátedras de leyes y cánones.

En su estudio sobre la enseñanza en el Colegio Mayor del Rosario, destaca


como nota predominante la religión, en términos de control de las cátedras
existentes y del número de los catedráticos. En la segunda mitad del XVII con
la fundación de este Colegio (1653), hay un claro propósito de que se forme al
sector secular de origen español en virtud de la erección de cátedras de Teología,
Derecho Canónico, Civil, y Medicina. El 56% de las cátedras corresponde a la
formación religiosa, no obstante los tropiezos que enfrentaron para la creación
de las respectivas facultades:

(…) de 95 catedráticos encontrados –23 de filosofía, 33 de teología, 22 de


derecho canónico, 10 de derecho civil, dos de medicina, uno de matemática y
cinco de gramática– 55 corresponden a la facultad de Teología y de derecho
canónico6.

El rol de los catedráticos estaba restringido en unos límites precisos en donde


se especificaban el conjunto de textos y comentaristas a los textos, los estatutos
y reglamentos de las instituciones y la adhesión a una determinada doctrina, de
acuerdo con los parámetros de la lectio, la dictatio y la disputatio. En su orden lectura
en “viva voz” y dictado para ser tomado con rigor, al lado de explicaciones o glosas de
los textos. Luego, las discusiones retóricas donde el ganador era quien mejor y más
fiel mantuviera la teoría al criterio de la autoridad. Lo que fomentaba el principio
de autoridad, la transmisión de un saber fijo y superando los inconvenientes de los
pocos libros de texto, en un círculo de repetición y obediencia:


5
Julio Gaitán Bohórquez. Huestes de estado. La formación universitaria de los juristas en los comienzos del Estado
colombiano. Bogotá: Universidad del Rosario, 2002, pág. 160.

6
Jorge Tomás Uribe Ángel. Historia de la Enseñanza en el Colegio Mayor del Rosario 1653-1767. Bogotá: Ed.
Universidad del Rosario, pág. 29.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
131

(…) esta forma de enseñanza “de viva voz” que se remontaba a la Edad
Media, se presentaba como necesaria ante la ausencia de textos y favorecía la
elocuencia, esto es, la Teatralidad; además se apoyaba en la memoria, con base
en repetición. Ahora bien, la lectio no se limitaba a los libros de texto, sino
a los comentarios. Es decir, sobre las formas previamente institucionalizadas
ni siquiera el alumno podía expresar su opinión, sino que los comentarios se
hallaban institucionalizados7.

Como un paralelo para revisar la formación de los abogados neogranadinos,
está la descripción de la formación jurídica en Venezuela. Tulio Chiossone afirma
que la mayoría de las actividades judiciales de la colonia, se recogen en las Reales
Audiencias, que impulsaban el desarrollo de la profesión y de la magistratura.
Antes de la Creación de Real Audiencia de Caracas (julio 19 de 1787) había
en la ciudad Bachilleres en leyes, abogados y doctores en Derecho, en buen
número, que ejercían la profesión en “estudios” o bufetes y hacían pasantías en
la Audiencia, los egresados de la Universidad Real y Pontificia de Caracas y del
Seminario de San Buenaventura de Mérida. A pesar de no estar desarrollado un
derecho procesal, hubo una primera instancia en los juicios, sustentados en las
normas de las leyes de Indias:

Las leyes que se aplicaron en los procesos criminales fueron las Siete Partidas
y la Nueva y Novísima Recopilación, pues las Leyes de Indias, aunque sí
establecían penas, no crearon tipos delictivos especiales. La Real Audiencia
como tribunal de Apelación, no tenía la específica función de moderar la pena,
pero sí lo hacían en algunos casos (…)8.

La manera como se producían los fallos y la forma de darlos a conocer,


se resume en cita que Chiossone, hace de Héctor García Chuecos, en donde
muestra la estructura de las “Reales provisiones”:

Los mandatos, resoluciones y sentencias de la Real Audiencia se transcribían


a las personas interesadas, a las encargadas de darle cumplimiento y a las que
por especial disposición del Tribunal debían conocerlos. Estas transcripciones

7
Ibíd., pág. 74. Expresa como a la lectio, la dictatio y la disputatio, se le sumaban las formas medievales de
formación básica que dedían implementar las universidades, la Trivium, comprendida por la gramática, retórica
y dialéctica, y la Cuadrivium: aritmética, geometría, música y astronomía.
8
Tulio Chiossone. Formación Jurídica de Venezuela en la Colonia y la República. Caracas: U. Central de Venezuela,
1980, pág. 114. cita a Héctor García Chuecos en Estudios de la Historia Colonial venezolana, tomo II, Caracas:
Tipografía de América, 1938.
To ga d o s y L e t ra d o s
132

se agrupaban bajo el nombre genérico de Reales Provisiones y contenían: 1º.


El libelo; 2º. La representación del Fiscal, y 3º. El fallo del tribunal. De las
obligaciones de orden procesal apenas se hacía mención (…)9.

También hace referencia a la severidad y exigencia para otorgar los títulos,


porque la Audiencia de Caracas los expedía previa comprobación de aspectos
como el lugar de nacimiento, la limpieza de sangre, la certificación de “Vita et
moribus”, los juramentos e inscripciones en el Colegio de Abogados, condiciones
que en la Nueva Granada, serán igualmente, esenciales para garantizar el linaje
de la organización de una elite burocrática, conforme se analizará más adelante.
Del mismo modo, hace alusión a los Controles que ejercía la Corona para
restringir el número de abogados que llegaban a las indias.

6.2 La oratoria forense de los abogados

En un estudio sobre los datos relativos a la formación de la oratoria forense


en los tribunales españoles, hasta el siglo XVIII, es necesario citar las ordenanzas
reales de 1692 dirigidas a los abogados. Se trata de las ordenanzas de uno de los
colegios más antiguos de España, es decir el Colegio de Valladolid, aprobadas
para los abogados que prestaran servicios en las Cancillería de las Audiencias.
En esa época se da impulso a la figura del Fiscal y su ministerio, en virtud del
establecimiento de las Cancillerías y los Tribunales Superiores Permanentes, por
mandato de los reyes católicos. Fue en 1594 donde se introduce como novedad
en la organización de la profesión, de que ninguno pudiera abogar en el consejo
del rey ni en los demás tribunales, sin que fuera examinado y aprobado por los
miembros del consejo y los oidores de las Audiencias, al tiempo que no podía
ejercer funciones sin estar inscrito en la matrícula de abogados. De acuerdo con
Arturo Majada en el Fuero Real y en las Partidas, aparecen disposiciones sobre
los abogados sin mayores informes sobre la oratoria, en los tribunales de la época:

Parece exacto el juicio de que poco podría exigirse en aquel Foro cuando la
instrucción de sus profesores estaba reducida al desordenado y superficial
estudio de la legislación romano-canónica, sin conocer la historia de las leyes
españolas, sin estudios accesorios de literatura y sin conocimiento exacto del
derecho patrio10.


9
Ibíd. Chiossone.
10
Arturo Majada. Oratoria Forense. Indicaciones históricas. Barcelona: Ed. Bosch, 1962, pág. 42.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
133

Mientras que en Francia es significativa la influencia en el Foro y en el


estilo judicial, del clasicismo y las letras de los autores de gran relieve, en
España el foro está lejos de los influjos del Siglo del Oro literario y del
movimiento renacentista, que no permean a los abogados que están imbuidos
en los textos latinos y en el estilo farragoso del culteranismo. A pesar de
la formación teológica, y filosófica exhibida en el Concilio de Trento, los
abogados producían libros con base en los postulados filosóficos imperantes:
“(…) produciendo (…) abundantes y preciados libros, no sólo de teología,
de poética y de literatura en general, sino de Derecho Natural y Público y de
Jurisprudencia canónica y civil”11.

Los rastros sobre elocuencia forense son pocos y los escritos sobre defensas,
y alegatos fiscales, en los archivos, sobre todo en el Consejo de Castilla
muestran abogados con estilo confuso, poca claridad en la construcción de las
frases, sin formación literaria, con abuso de citas y exceso de erudición indigesta
e inoportuna. Según Majada, en el reinado de Felipe III y Carlos II, no se
mencionan abogados brillantes por sus defensas orales o escritas, solo hasta la
reacción de los tratadistas en el reinado de Fernando VI y Carlos III se produce
un giro en la jurisprudencia española:

Con la favorable influencia que ejerció en nuestro idioma la escuela clásica que
floreció desde mediados del siglo, con la reacción operada en la república de
las letras, mejoró en alto grado el estilo forense, se introdujo entre abogados
y fiscales el buen gusto literario que es elemento tan esencial en el arte de la
palabra y brillaron oradores como el Conde de Campomanes, Meléndez Valdés,
Jovellanos, Pérez Camino y Rojas Cortés12.

Como testimonio de esa preocupación por la praxis profesional de los juristas,


encontraremos en los planes de estudio y en las disposiciones sobre las cátedras
de los bachilleres y doctores, la obligación de aprobar los cursos de gramática y
retórica, para ponerlos al servicio de la formación de los futuros abogados.

6.3 Los estudios de latín y las cátedras de derecho

De acuerdo con Rivas Sacconi, el latín es la lengua que permite el acceso


a los estudios en las facultades superiores. Los planes de estudio son seguidos

11
Ibíd.
12
Majada, ibíd, pág. 45.
To ga d o s y L e t ra d o s
134

bajo los parámetros de España y en la lógica del sistema medieval clásico de las
siete artes liberales del trivium (gramática, oratoria, dialéctica) y el cuadrivium
(astronomía, aritmética, geometría y música) y la Ratio Studiorum. Después de
la Escuela de Primeras letras, la enseñanza comprendía tres partes: Gramática
y Retórica, Artes o Filosofía y luego las facultades mayores: Teología, Cánones
(derecho eclesiástico), Leyes (jurisprudencia civil) y Medicina. Los grados que
se podían recibir en las universidades eran los de: Bachiller, Licenciado, Doctor
y Maestro, el primero se alcanzaba en la adolescencia y el de doctor antes de
los veinte años, de allí, dependiendo de los estudios se podía hacer carrera en el
magisterio o de cátedra (como lectores). En general, el latín estaba en todo el
proceso de formación, y, después de leer y escribir, era la tarea más importante
que tenía que asumir el estudiante para avanzar:

El latín era la fábrica intelectual resultante del abigarrado conjunto de


universidades, seminarios, colegios, conventos y escuelas, y de disposiciones
legales y prácticas escolares, como espíritu vivificador que ha de animar todo
organismo y ponerlo en movimiento. Entre aquellas instituciones materiales y
jurídicas, el latín es omnipresente: lengua oficial de la escuela, lengua literaria y
científica por excelencia13.

En las universidades europeas y en las de las indias las clases de las facultades
mayores se exponían en latín de forma obligatoria. Los lectores o catedráticos
dictaban sus clases en esa lengua a excepción de los de artes, que podían usar
la lengua Romance para poner ejemplos y en el derecho, especialmente, para
citar leyes españolas. Según Rivas tal obligatoriedad estaba de acuerdo con los
estatutos de la Universidad de Salamanca de 1538 “item estatuímos y ordenamos
que los lectores sean obligados a leer en latín (…) excepto refiriendo alguna ley
del reyno o poniendo exemplo”14.

Los textos eran, igualmente, en latín y no siempre de libros impresos sino


de notas tomadas bajo el dictado del catedrático (dictados o mamotretos), en
virtud de la imposibilidad de conseguir suficientes libros para cada estudiante,
y el deseo de los docentes de ser autónomos con las cátedras. De hecho, Rivas
Sacconi anota como de manera subsidiaria ellos señalaban un autor para el
estudio, aunque cada Colegio tenía su propia biblioteca de acuerdo con las

13
José Manuel Rivas Sacconi. El latín en Colombia. Bosquejo histórico del humanismo colombiano. Bogotá: Instituto
Caro y Cuervo, 1993, pág. 56.
14
Ibíd., pág. 64. González de la Calle. Latín “universitario”.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
135

materias y la mayoría de los textos estaban en latín, lo que en caso del derecho
puede verificarse cuando se revisan los títulos existentes en las bibliotecas que
transcribimos, en su gran mayoría de autores y en lengua latina. Dentro y fuera
de los colegios había una intensa vida intelectual y muchas oportunidades para
mostrar los conocimientos y la formación en latín, verbigracia, los certámenes,
la inauguración y finalización de cursos, grados y oposición de cátedras, entre
otros. La emulación de conocimientos era una fuente de trabajo intelectual y las
rivalidades entre los colegios, como la que existía entre San Bartolomé y la del
Rosario, les daba mayor brillo.

Algunos autores proponen que se relajaron las normas que prescribían


el uso del latín, y que este se limitaba a los actos académicos: Pero, Rivas
observa que en el virreinato de la Nueva Granada, las normas se cumplieron
con puntualidad hasta finales del setecientos. En una cita de una norma de la
Novísima Recopilación de las leyes de Indias, una disposición de Fernando VI en
1753 declara que en: “(…) todas las Universidades de estos Reynos, que los
maestros, profesores y estudiantes no hablen ni disputen dentro de los patios
y aulas sino en lengua latina”15.

Por otra parte, en su capítulo sobre los “Tratados didácticos” Rivas anota
como los textos latinos que se empleaban en los siglos XVII y XVIII, son la
mejor comprobación del uso de esa lengua. El dictado era la forma como se
conformaban los Mamotretos, unas veces hechos por los profesores y otras por
los mismos estudiantes, y como resultado de la lectura In voce. El catedrático
organizaba sus mamotretos que en la gran mayoría de los casos eran obras
mediocres y elementales, razón por la que muchos reclamaban que la enseñanza
se hiciera con los libros impresos. En la Biblioteca Nacional se encuentra buena
parte de los libros provenientes de los colegios de las órdenes religiosas que
junto a los del Colegio del Rosario son la muestra del latín universitario de la
Nueva Granada. En gran número se encuentran los de filosofía y teología, y
muy escasos de derecho y humanidades, los primeros libros son producidos en el
Colegio Mayor del Rosario, y de San Bartolomé con maestros como el javeriano
Martínez de Ripalda, y en el caso de materias jurídicas textos como el tratado
De iurisdictiones de Juan Antonio de Oviedo y Rivas en 1645, oidor de la Real
Audiencia de Santa Fe16.

15
Ibíd., pág. 71.
16
Ibíd., pág. 120. Ad perdifficile elegansque Papiniani responsum in L. I. de officio eius cui mandata est iurisdictio
laconica et utilia scolia, aut…ad tractatum de iurisdictione, anno 1644, s.
To ga d o s y L e t ra d o s
136

En el campo de la Dogmática y el derecho eclesiástico se destaca la obra


del agustino Padre Agustín de Caycedo y Velasco O.S.A. en 170717 la obra de
jurisconsulto Gabriel Álvarez de Velasco, oidor de la Real Audiencia de España
que trae de consigo una profusa biblioteca. Se destaca el trabajo de Álvarez de
Velasco porque reimprimió y adicionó la obra de Simón Vaz Barbosa, bajo el
título Axiomata iuris (1631), además de las dos primeras partes del tratado De
privilegiis pauperum et miserabilium personarum (1630) y la tercera parte en 1636
cuando viaja hacia Santa Fe, estando aquí preparó una segunda edición de su
obra en dos partes y los estudios denominados De iudice perfecto (1662) y De
alimentis y otros textos que, según Rivas no se imprimieron.

Se destaca la obra del momposino Juan Suárez de Mendoza (1681) quien


se formó en la escuela de Salamanca en los dos derechos, bajo la dirección de
consagrados maestros salmantinos, entre ellos Francisco Ramos, cuyos textos
son vitales en su proceso. Suárez aspiró a la docencia pero fue designado para
la magistratura y fue nombrado Oidor en la Chancillería de Valladolid y en la
Casa de Contratación de Indias, en Sevilla, desde donde conoce muchas causas
sobre el nuevo mundo. Después fue ordenado sacerdote, pero cuando aspiraba a
las cátedras jurídicas preparó la obra Ad Titulum Digestorum ad legem Aquiliam
commentarium18 (Salamanca 1640). Otro jurisconsulto neogranadino es José
Merlo de la Fuente (1709) oidor de la Real Audiencia de Santa Fe quien reunió
sus dictámenes en este tribunal bajo el título latino Vota decisiva, uidicialiter
prolata in Regio Santae Fidei in Novo Granatensi Orbe Supremo Senatu19, cuyo
contenido está en castellano, con breves referencias en latín.

6.4 Los Colegios de Abogados y la formación de los profesionales

La organización y creación de Colegios de Abogados en España es un


fenómeno del siglo XVIII, sin embargo, desde la edad media surgen asociaciones
o agremiaciones de personas en razón de oficios o artes para ayudarse

17
Ibíd. pág. 188. Expugnatio apellationis, vel appellantis a decreto et executione decreti Eminentissimi Cardinalis
Patriarchae Antiocheni, Commissarii et Visitatioris Apostolici, cum potestate Legati a latere in Regno Chinarum, D.
Caroli de Tournon, emanate die 25 lanuarii 1707. El nombre completo en latín, de las obras se cita raramente en
los inventarios, ese será un elemento que dificulte su identificación plena, en virtud a que varias obras podían
citarse en su forma abreviada, de manera similar.
18
Ibíd., pág. 206.
19
Ibíd., pág. 207 el título completo es: Vota decisiva, uidicialiter prolata in Regio Santae Fidei in Novo Granatensi
Orbe Supremo Senatu. Opus licet non specialiter novum nec tritum in Chancellariis Indiarum. Necessarium quidem ac
omnibus in foro versantibus apprime utile.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
137

mutuamente, ellos se forman en lugares como Barcelona, o en Zaragoza en


1546, y sucesivamente en Valladolid, Sevilla, Valencia y La Coruña. Una mirada
mucho más profunda revela cómo en el imperio romano existían los colegios de
abogados, o corporaciones llamadas Ordo o Collegium Togatorum20.

Los Collegium romanos fueron el espacio para el desarrollo de la profesión de


juristas como Catón, los Gracos, Scipión y Delio en la primera época, Antonio y
Cicerón en la segunda. Según Iglesias Corral en las primitivas leyes de Castilla
y en los antiguos fueros aparece la figura del Abogado, sin la organización
corporativa o colegiada. Lo mismo ocurrirá en Las Partidas, las Ordenanzas
de Montalvo, las Ordenanzas de los Abogados –de los Reyes Católicos– y la
Novísima Recopilación, entre otras que ocupan de las actividades de la Abogacía,
pero no de su organización corporativa:

Cuando antes de las Partidas se habla de los Abogados y voceros, no se


debe creer que se alude a los Abogados tales como se conocen después de
este Código, sino que eran hombres buenos que defendían a los vecinos,
que por sus cortas luces, por enfermedad u otros motivos no podían hacerlo
por sí mismos. Las Partidas vienen a hacer de los Abogados o voceros
un oficio público, exigiendo condiciones, estableciendo prohibiciones y
disponiendo expresamente en la Ley XII el recibimiento de los Abogados,
por los mismos tribunales21.

Será hasta los siglos XII y XIII que se descubran los antecedentes de los
Colegios en los Privilegios reales de 1295 y 1333, documentos conservados en
el Archivo de Aragón, que consolidan el Colegio de Abogados de Barcelona.
El autor muestra cómo el siglo XIII es el del derecho Romano retomado por
los juristas, del Ius Novum, del esplendor de la Escuela de Bolonia, de Santo
Tomás y las órdenes mendicantes, el final de las Cruzadas, San Francisco de
Asís, Aristóteles de la mano del Islam y de las Partidas. Además, señala cómo
el influjo de los principios canonistas de las Partidas, de corte románico será el
antecedente de otros colegios como el de Zaragoza mediante el ordenamiento

20
Historia de los Colegios de Abogados de España. Conferencia del Excmo. Sr. D. Manuel Iglesias Corral en
el Ilustre Colegio de Abogados de Málaga con motivo de su bicentenario. Manuel Iglesias Corral Decano
del Ilustre Colegio de Abogados de La Coruña de 1963 a 1988. Día 15 de octubre de 1976. Versión digital
consultada el día Marzo 18 de 2009, http://www.icacor.es/sp/pages/menu.asp?pag=19&url=0&nodo=17. cfr.
Peréz Bustamante, Rogelio. El ilustre Colegio de Abogados de Madrid 1596-1996. En: Barcia Lago, Modesto.
Abogacía y ciudadanía. Madrid: Dykinson, 2007.
21
Ibíd.
To ga d o s y L e t ra d o s
138

jurídico de Sancho IV, y como consta en una escritura de 1546 allí existía la
“Cofradía de Letrados del Señor San Ivo”, antecedente del “Real e Ilustre
Colegio de Abogados de Zaragoza”.

En Valladolid en 1592 se forma una Hermandad y Cofradía de Abogados,


en Madrid en 1595, se erige en la iglesia de San Felipe el Real, de la Orden de
San Agustín, su Congregación y en 1732, se convierte en el Colegio. Según,
Fernández Serrano, citado por Iglesias, refiere que continúa en antigüedad el
Colegio de Sevilla (1706), Valencia (1759), La Coruña, (1760) y Málaga en
1776. Sin embargo, el autor destaca como en los “Estatutos y Ordenanzas del
Ilustre Colegio de Señores Abogados de la Real Audiencia de la Ciudad de La
Coruña, Reyno de Galicia, nuevamente establecido en el año de 1760 revela: “la
existencia de una organización profesional gallega es anterior a la fundación de
la Audiencia de Galicia por los Reyes Católicos, establecida por Real Cédula de
3 de agosto de 1480”22.

A pesar de que desde el siglo XII existen gremios, cofradías y hermandades


que son en buena parte el antecedente de los “colegios”, en el caso de los
abogados se menciona la negativa a identificarse en dichas asociaciones por
su parecido con gremios de artesanos, o comerciantes, en virtud de que ellos
se sentían más cercanos con la nobleza, y el clero. De hecho, se comenta que
en sus orígenes los juristas se reunían bajo el amparo de la figura eclesiástica
del “patrono”; y no por intereses económicos, de mutua ayuda o en asuntos
comunes. La vinculación eclesial era marcada, de hecho, realizaban sus
funciones y reuniones en las iglesias.

Iglesias Corral cita autores de la época que señalan cómo desde el siglo XI
surgen Colegios (El Colegio de Artistas, la Cofradía o hermandad de Cambiadores,
la Cofradía del Cirial, la Cofradía de los Azabacheros, etc.) y también se discute
como Cofradía y hermandad son conceptos sinónimos (López Ferreiro) y como
en otras ocasiones tenían acepciones diferentes (Tramoyeres). Hubo varias
resistencias históricas al proceso de formación de las Cofradías o hermandades,
entre ellas las de Fernando III, quien luego las mandó a disolver y en otros casos
a limitó sus funciones. Las Partidas controlan a los profesionales del Derecho
y niegan la posibilidad a las agremiaciones. En las Cortes de Sevilla (1250),
Jerez (1269) y Valladolid (1268), hay oposición a las asociaciones profesionales.

Ibíd. Cfr. con las anotaciones de Sánchez Ventura y Pascual en su obra “La Seguridad Social de la Abogacía”.
22

Referencia citada por Iglesias Corral.


M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
139

Finalmente, en 1617 mediante un auto acordado del Consejo de Castilla hace


obligatorias las agremiaciones “para que los letrados puedan ejercer en la Corte”.
Según el autor, en esta disposición de carácter obligatoria reside la razón de ser
y la existencia de los Colegios.

Por otra parte, se propone como antecedente de la legislación de la profesión


en España, la obra legisladora del Rey Alfonso X cuando, primero con el Fuero
Real y luego con Las Partidas, intentó superar el localismo jurídico de la Alta
Edad Media. Dedicó el monarca quince leyes de la Tercera Partida a ordenar la
labor y la figura del abogado o Bocero y lo define como: «Ome que razona por otro
en juicio, o el suyo mismo, en demandando o en respondiendo. E así nome porque con
voces e con palabras usa de su oficio». Esta codificación es la primera en separar las
tareas de defensa y las de representación23.

Para Martínez de Mañana, la abogacía en la edad media se regía por el Código


Alfonsino hasta que los Abogados pudieron entrar a formar parte del Consejo
Real por las Cortes en 1480, donde se regularon sus actividades profesionales
mediante Las Ordenanzas de Abogados y Procuradores promulgadas en Madrid
el 11 de febrero 1495, por los Reyes Católicos.

6.5 La práctica profesional de los abogados neogranadinos

Cientos de archivos del fondo sobre abogados relacionados con su práctica


profesional, dan cuenta de los procedimientos de la época para pedir a la Real
Audiencia de Santafé, les permitiera ser recibidos como abogados para el
ejercicio, además de las solicitudes sobre la aprobación del plan de estudios, su
idoneidad y méritos, el reconocimiento para ejercer en una plaza diferente a su
lugar de origen y la admisión al Colegio de Abogados de Santafé24.

Podemos revisar los contenidos y los términos en que se realizan las solicitudes
ante la Real Audiencia, como en el caso del señor Luis Tadeo Jiménez en el que
podemos observar la ritualidad de la solicitud, el lenguaje forense y los anexos
documentales que se agregan a los expedientes:

23
Miguel Martín Jiménez de Mañana. Doscientos Años del Colegio de Abogados de Cáceres. Archivo-Biblioteca.
Diputación Provincial de Cáceres. Época IV. Número 46. Enero-Abril 1999. Índice. 1999-2008. Revista
Alcántara. hptt/ab.dip-aceres.org/alcantara/alcan013.htm-199k consultada, marzo 18 de 2009.
24
Catálogos e índices. Médicos y Abogados. Archivo General de la Nación. República de Colombia. Bogotá: 1993,
64p. Ver listado anexo en el capítulo 5 sobre solicitudes de los abogados en la Real Audiencia.
To ga d o s y L e t ra d o s
140

(folio001) Testimonio de los documentos presentados por Don Luis Tadeo


Jimenez Abogado de la Audiencia y Chancilleria de Santafé de Bogota Nuevo
Reyno de Granada.

(Folio002)Sello segundo, seis reales, años de mil setecientos y setenta y dos, y


setenta y tres.

Señor rector del Colegio Real Mayor de nuestra señora del Rosario= Don
Luis Javier Jimenez Colegial formal de el presento a los pies de s señoria,
con mi mayor respeto y como mas haya lugar en que hecho digo: que para
efectos de que me convienen, se hace servir su acreditada justificación mandar
que el secretario de ese Colegio, me de testimonio de las informaciones, que
produce para servir la veca, en que el excelentisimo Señor Virrey, se digno
nombrarme que si es Justicia= Assia rendidamente suplico se sirva proveer
como solicito yo Luis Tadeo Jimenez y Barragan=Santafe tres de Agosto,
de mil setecientos(folio 003) que el Secretario de este Colegio, certifique en
manera que haga fee, si consta en el Archivo de su cargo, haver yo usado de
una de las Becas Seminarias de el, y si para ello hice contar mi legitimidad,
limpieza y nobleza de Sangre como tambien, ser oriundo de la Villa de Honda,
de donde son vecinos, mis Padres= Y que asi mismo certifique si consta que yo
fuere expulso de este colegio, o hiviere dado motivo para ello lo qual mediante
assia. Rendidamente suplico se digne proveer como solicito yo Luis Tadeo
Jimenes, y Barragan=Santafe, y Nobiembre dos, de mil setecientos setenta
y ocho=como lo pide ay una rubrica=Doctor Urive Secretario=informac. El
doctor Don Pedro Urive, (?) secretario de este Colegio Real Mayor (folio004)
Jimenez, y Barragan el clerigo de menores ordenes, y sacristán mayor de la
ciudad de Mariquita puesto a los pies de S. senoria con el debido respeto
digo: que para efectos que hacen a mi derecho se hace servir su acreditada
Justificacion mandarseme de copia legalizada de mi fe de Bautismo que
tengo presentada en esta curia, que en ello recibiré merced, y justicia la qual
mediante A s. señoria rendidamente suplico, se digne proveer como solicito
que Juro en debida forma lo necesario va. Luis (decreto) Tadeo Jimenez y
Barragan=Santafe catorce de Nobiembre, de mil setecientos, setenta y ocho=yo
el notario hice saber el derecho de la buelta à Don Luis Tadeo Jimenez, en su
persona doy fee Jimenez= Robayo Notario=en cum ( folio 005) hijo legitimo
de Don Luis Jimenez y Doña Florencia Barragan vino de un dia nacido, fue su
padrino Don Bartholome Frutos, a quien adverti el parentesco, y obligación
y para que conste lo firmo Doctor Don Miguel Josef Verastegui=Esta cierta y
verdadera, y concuerda con la original de donde la saque, y para que conste doy
la presente, y firmo en Honda, a ocho de Agosto, de mil setecientos setenta y
sinco años=Doctor Don Josef Joaquin Tovar=concuerda con su original que
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
141

se halla a la foxa, cuarenta, y quatro de los años que se hallan en este archivo
de mi cargo, sobre la capellania que fundo Doña Petronila Osorio, de donde
se saco corrigió, y (folio 006)25.

En la solicitud de Luis Tadeo Jiménez y como consta su declaración ante


notario, encontramos los elementos de orden personal, social y genealógicos que
prueban su pureza de sangre, la condición de hijo legítimo de sus padres con
reconocimiento en su provincia de origen, la declaración disciplinaria donde se
da fe de su buen comportamiento como colegial, los testimonios y constancias
documentales que se allegan para reforzar su dicho.

6.6 El exceso de abogados en el Nuevo Reyno de Granada

En contraste con el número de solicitudes para ejercer la profesión en la Real


Audiencia y en las Chancillerías y en virtud de las implicaciones que ello tiene
al momento de revisar la idoneidad de los profesionales frente a prácticas como
la compra de títulos o la laxitud en la formación, está el hecho del creciente
número de abogados como un problema sobre el cual la corona tiene que tomar
medidas. El informe del fiscal Francisco Moreno, pone en evidencia el problema
del manejo entre el poder secular y el clero frente al otorgamiento de títulos y la
necesidad de una universidad pública como una herramienta de control frente a
los excesos de las diferentes órdenes religiosas encargadas de la formación:

(…) Que con ocasión de estar despachando la fiscalía, y haber pedido en la


Real Audiencia se limitase el crecido número de Abogados, obligándoles á la
practica forense por cuatro años y sujetándolos á rigoroso examen en calidad
y literatura, no satisfecho el celo de aquel regio Senado con haber proveído
de oportuno remedio á este daño, conociendo que el origen dimana del
disimulo con que admitiendo indebidos cursos se confieren los grados en la
Universidad, sin el tiempo necesario; mandó volver el expediente al fiscal con
orden de que instituyéndose las Constituciones de otra Universidad, pidiese lo
correspondiente en remedio de este abuso, y demás decorosa estimación de los
graduados.
Solicitadas las Constituciones no han sido habidas, ni persona que pueda dar
razón de que en algún tiempo se formasen; y aunque el D.P. Ror. Expuso que
después del extrañamiento se hicieron una y remitieron para su aprobación á
España; pero ni copia de ellas se reservó, ni parece que se han tenido otro Norte

25
Ibíd.
To ga d o s y L e t ra d o s
142

para la colocación de grados y manejo de este cuerpo literario, que la tradición,


y confusa memoria de lo pasado; Por lo que se vió la Real Audiencia en la
precisa necesidad de mandar que hasta la resolución de V.M S.M. se (Folio 1v)
guarden las Constituciones de Lima que requieren cinco cursos para el grado
bajo el reato de nulidad y que se formase y remitiese por otro P.R. una especifica
regulación de la cantidad que por cada grado deba contribuírse, reservando en su
vista proveer lo demás á que se excitó su atención (?) deseosa del mayor provecho
del bien común; franqueando al Fiscal Protector los testimonios que pidió no sólo
para dar cuenta á S.M. como lo ha verificado, sino también para presentarlo en
esta junta, á consecuencia del pensamiento que propuso sobre, lo útil y necesario
de la creación de Universidad pública, y estudios generales en esta capital con que
y no de otro modo se cortará radicalmente el desorden (…)26.

Las quejas continuarían en los años siguientes, en la percepción de algunos


funcionarios y cronistas de la época el estado de la cuestión era motivo
de preocupación y se exigían medidas a los monarcas para conjurarla. En la
descripción del reino de Francisco Silvestre, uno de los puntos del informe es su
enumeración de los aspectos sobre los cuales el monarca debía intervenir, y uno
de ellos es, justamente, sobre el creciente número de abogados:

207. El no permitir tanto número de Abogados, y fijar aquel según las


poblaciones; y el pagar de las Rentas públicas los que debieran permitirse, para
que no faltarian arbitros: desterrando todos los Comentadores de las Leyes, y
sus opiniones, ciñendose al Código legal en los casos claros, y según su sentido
literal, y en los dudosos, consultando al Principe en los negocios graves, para
que la natural y sencilla razon tubiese mas parte en la defensa, y en los juicios,
y estos fuesen mas prontos, y con menor dispendio de las partes, sobre que
podrían proponerse algunas reglas oportunas seria la felicidad de los pueblos,
aun que parezca empeño de la mayor consecuencia; igualmente que la supresión
de todos los fueros privilegiados, que solo sirven de multiplicar los pleitos, y
tribunales, y de dificultar la Administracion de Justicia, en perjuicio gral. de
Vasallos, y de la Jurisdiccion Real, que en lo Temporal y civil es la única que
debe governar en un Estado; como que las Leyes son unas, y a todos igualmente
deben comprender, aunque modificadas en algunos casos y circunstancias (…)27.

26
Documento sobre el exceso de Abogados, Francisco Antonio Moreno y Escandón, Santa Fe de Bogotá 26
de Octubre de 1771, miscelánea 57. Bogotá: Biblioteca Luis Ángel Arango, Libros raros y manuscritos.
Transcripción del documento manuscrito, texto completo en anexo.
27
Op. cit. Descripción del Reyno de Santa Fe de Bogota, escrita en 1789 por D. Francisco Silvestre, Secretario que
fue del Virreinato y antiguo Gobernador de la Provincia de Antioquia. Copiada del original que se encuentra
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
143

En la colonia novo granadina no son extrañas tales preocupaciones, el tema


del número de abogados, bien por su exceso o su defecto, ha sido tema de
reflexión moderna y un asunto que inquietaba a las autoridades reales y a las
Audiencias, y que puede apreciarse en las solicitudes de Ingreso de abogados
para ejercer el oficio ante la Real Audiencia de Santafé. Las restricciones no eran
solamente al proceso de formación y posterior expedición de títulos, el asunto
giraba alrededor de las prohibiciones para la llegada de los juristas al nuevo
mundo, como consta en la Orden Real a los oficiales de la Casa de Contratación
de Sevilla, en 1509:

Porque no ha segdo informado que a cabsa de aver pasado a las Indias algunos
letrados abogados han subcedido en ellas muchos pleitos e diferencias yo vos
mando de que aquí adelante no deseéis ni consintays pasar a las Indias ningún
letrado abogado sin vuestra licencia e especial mandado que sy necesario es por
esta presente Cédula lo vendamos e proyvimos28.

Sin embargo, en un documento sobre el Estado del virreinato elaborado por


el entonces Fiscal protector Moreno y Escandón en el año de 1772, expresaba
que existía retraso en el trámite de los juicios por el escaso número de jueces y
dependientes de la Real Audiencia, después de la supresión de la Audiencia de
Panamá en 1752, lo que plantea un contraste entre el número de abogados que
ejercían el oficio como litigantes frente a los que optaban por la magistratura civil:

Se padece atraso en el despacho de causas. Como sobre este escaso número


de ministros; Subalternos recae el grave peso de los muchos i arduos negocios
de justicia, que se han aumentado después de extinguida la Audiencia de
Panamá, cuyas apelaciones vienen a esta pretorial, i al mismo tiempo deben los
ministros acudir al despacho del juzgado general de la bienes de difuntos, al de
provincia, juntas de real hacienda, extraordinarias, remates, comisiones, i votos
consultivos al Superior Gobierno, padece notable atraso la administración de
Justicia; demorándose, no obstante el clamor de los interesados, el seguimiento i
determinación de las causas, i eternizándose los reos en los calabozos de presion,
a que es consiguiente el desórden de los jueces inferiores, sobre cuya conducta
no se puede velar con la vijilancia que es debida para contenerlos en los limites
de lo justo, supuesto que a la Audiencia aun le falta tiempo para dar vado a las

en Sevilla, en el Archivo General de Indias, por Ricardo S. Pereira 1887, Cap. XIII Remedios oportunos que
necesita para sanar de sus males políticos. pág. 226.
28
Op. cit. Rafael Domínguez. Galería Universitaria pág. 49, Parra León Hermanos-Editores. En: Chiossone
Tulio. Formación jurídica de Venezuela en la colonia.
To ga d o s y L e t ra d o s
144

causas pendientes; consistiendo tambien en que casi todos los ministros son de
avanzada edad; padecen continuas dolencias i demas funciones peculiares al
ministerio de alcaldes de corte que ejercen, sino tambien al incesante desvelo que
se requiere; de que en muchas causas de justicia acuden al Superior Gobierno,
embarazándoles la atención a otros importantes objetos del mando (…)29.

Queda claro que la preocupación sobre la cantidad de juristas, no


correspondía con el número de ellos que se ocuparan de la magistratura en
las Reales Audiencias, en tanto muchos abogados litigantes llevaban los casos
pendientes para fallo y este número parecía ser considerablemente mayor al de
los jueces en ejercicio.

Estado del Virreinato de Santa Fe, Nuevo Reino de Granada I Relacion de su gobierno i mando del
29

excelentisimo señor Bailio frey don Pedro Mesia de la Cerda (…) por el D.D. Francisco Antonio Moreno i
Escandon, Fiscal protector de Indios en dicha real Audiencia, Juez i conservador de Rentas Reales. Año de
1772. Texto manuscrito en Biblioteca Luis Ángel Arango, Bogotá. Sec. libros raros y manuscritos.
Capítulo 7

La élite de los juristas neogranadinos


frente a la cultura del libro

os juristas como gremio, han estado vinculados de manera


decisiva a las elites políticas, de las sociedades donde desarrollan
su oficio, mucho antes de su organización en Colegios. De
hecho, en el capítulo sobre los togados y letrados, se presentó
una aproximación al discurso de los intelectuales y su papel
en la construcción de la ciudad letrada. Los abogados en la
sociedad colonial, fueron parte indiscutible de una elite letrada, una minoría
que tiene el acceso al poder material y sobre todo al simbólico, para perpetuar la
dominación monárquica y conservar el “orden social”.

Conforme se ha documentado en la historiografía sobre el proceso de


formación de las elites criollas de juristas y el apoyo que ello implicó en la cultura
bibliográfica, es necesario revisar algunas referencias sobre la importancia que
los abogados, peninsulares y criollos, tuvieron en el proceso de formación de la
sociedad neogranadina y el avance de la consolidación republicana. Sobre todo
en la segunda mitad del siglo XVIII neogranadino.

En el auge de las ciudades criollas en medio de un mundo mercantilista, la


idea de progreso fue el motor que jalonó las transformaciones socioeconómicas y
To ga d o s y L e t ra d o s
146

políticas. Esos cambios confluyeron una sociedad (ciudad Barroca), caracterizada


por los órdenes rigurosos, las pretensiones de hidalguía y el mantenimiento de
una monarquía absoluta, de las que fueron protagonistas tanto los peninsulares
ilustrados, los comerciantes y definitivamente una naciente burguesía criolla que
le imprimió un carácter inédito a los procesos de formación social en el mundo
hispanoamericano:

Fueron las burguesías urbanas, cada vez más inequívocamente criollas, las que
conquistaron rápidamente un puesto de vanguardia, y fueron ellas las que, a fines
del siglo XVIII, constituyeron la primera elite social arraigada que conocieron
las ciudades latinoamericanas. Sabían sus miembros que no estaban de paso,
que su destino no era recalar en las metrópolis para disfrutar allí la riqueza
alcanzada sino permanecer en sus ciudades e imponer en ellas sus proyectos
económicos, sus formas de vida y mentalidad. Se sentían comprometidos con
su ciudad y su región, y por eso asumieron con firmeza el papel de elite: no
mucho después pensaron en la independencia política, y alcanzaron a través de
revoluciones urbanas que ellos encabezaron1.

Los resabios de la tradición hidalga se mantenían escondidos entre los valores


de progreso de la sociedad burguesa ilustrada de Europa, en una nobleza criolla
de valores discutibles. Como lo expresa Concolorcorvo, en el caso de la sociedad
Limeña, intentaron mantener un “modo de vida noble”, en sus casas, en sus
modales y en usos sociales: Sin embargo, lo que más llamaba su atención era el
interés de muchas familias por el mundo mercantil y por darle a sus hijos una
educación acorde la ilustración. Ello promovió las tertulias y la vida intelectual,
al lado de los salones, los paseos, las visitas y las novenas. Las tertulias literarias,
se transformaron en políticas y favorecieron el debate entre las ideologías
progresistas y tradicionalistas, pero también se favoreció el comercio de libros y
con ellos, la formación de bibliotecas privadas y públicas.

Romero enfatiza en que la política reformista era hija de la ilustración, que


aspiraba a que la razón y no las costumbres, gobernaran el mundo. Se trataba
de una filosofía aristocratizante, que distinguía entre unas “minorías selectas”,
y el vulgo. En este último cabían las masas ignorantes y la vieja clase dirigente
que no había salido de las tinieblas de la ignorancia. A la minoría ilustrada le
corresponde el gobierno, pero su obligación sería formar gentes educadas para
servir en todos los ámbitos de la sociedad:

1
José Luis Romero. Latinoamérica: las ciudades y las ideas. 5ª ed., Buenos Aires: Siglo XXI Editores, 2001,
pág. 120.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
147

Las reformas educacionales no debían consistir solamente en alfabetizar


grandes masas. Más importante era seleccionar a los mejores e inculcarles
las nuevas ideas, que para entonces comenzaban a estar codificadas, no sólo
en la Encyclopédie de Diderot y d´Alambert, sino también en las obras de
muchos autores que preferían sistematizarlas y difundirlas a intentar nuevas
indagaciones científicas o especulativas. Colegios, institutos superiores,
bibliotecas y periódicos científicos eran preferibles a las muchas escuelas
elementales donde aprendían las primeras letras quienes no pasarían más allá
de ese primer grado de instrucción2.

Dejando atrás muchos de los artificios de la ciudad barroca, de estirpe hidalga,


la naciente elite de criollos fue consciente de su rol y perfilaron el aire urbano
donde la riqueza permitió la circulación social de nuevos discursos. Sin embargo,
las tensiones entre diferentes sectores tradicionalistas, progresistas, reformistas
y revolucionarios fue el caldo de cultivo para el hervidero de los procesos de los
que se nutrió la independencia:

Algunas ciudades tuvieron bibliotecas y periódicos, pero por casi todas


circulaban los libros y las ideas que por entonces sacudían a Europa. La ciudad
criolla nació bajo el signo de la ilustración y su filosofía. Y al calor de esas ideas
renovadoras, tan caras a la burguesía, la ciudad acentuó su vocación ideológica3.

De acuerdo con Julio Gaitán en relación con los establecimientos para


la enseñanza de la jurisprudencia, afirma que el proyecto educativo de la
república neogranadina permitió el control de abogados que serían parte de
las elites políticas:

El proyecto educativo de la república neogranadina incluyó dentro de sus


propósitos la producción de abogados en forma y cantidades que pudiesen
ser controlados por el poder político. La prohibición de que se estableciesen
cursos de jurisprudencia en los colegios, contemplada en el plan de estudios de
1826, tuvo que ser modificada. A muchos de los colegios fundados durante la
última etapa colonial o de los creados durante las primeras administraciones
republicanas se les concedió autorización para que pudiesen fundar y ofrecer
cátedras de derecho4.

2
Ibíd., págs. 151-152.
3
Ibíd., págs. 120-121.
4
Julio Gaitán Bohórquez. Huestes de Estado. La formación universitaria de los juristas en los comienzos del Estado
Colombiano. Bogotá: Universidad del Rosario, 2002, pág. 159.
To ga d o s y L e t ra d o s
148

En la obra de Gaitán se hace un recorrido significativo por los planes de


estudio para el derecho, con especial énfasis en el periodo republicano, aun
cuando la lógica de formación de la elites es un fenómeno que tuvo su origen en
la colonial neogranadina y en general en el sistema de sostenimiento del orden
simbólico de la ciudad barroca, como antes expresamos.

7.1 La elite de los letrados

Las voces que ilustran el proceso de formación de las elites no son exclusivas
de un periodo, de hecho desde la misma avanzada imperial de España sobre las
tierras de ultramar, la espada y cruz, fueron aliadas a la pluma de los letrados.
Para el colonialista Richard Konetzke el proceso arranca cuando es necesario
nombrar, para la avanzada colonizadora de las indias, hombres letrados y
hombres de espada:

Los juristas profesionales procuraban también acceder a otros puestos en América.


Para llenar los cargos de corregidores, el Consejo de Indias preferentemente
propuso letrados, argumentando que en las ciudades no costeras casi no era
necesario adoptar medidas militares y que las obligaciones del servicio se
referían a asuntos jurídicos y administrativos. Habría, además, muchos letrados
de mérito a los que se podía recompensar nombrándolos corregidores y, si se lo
merecían, trasladándolos a otros puestos públicos: Pero Felipe II resolvió que,
para la ocupación de cargos de corregidores, le propusieran para su selección,
además de letrados, otras personas que, sin serlo tuviesen méritos militares
(personas de capa y espada)5.

Según Uribe-Urán, en el proceso de formación de juristas y las pugnas entre


el clero y la sociedad civil en la década de 1790, los esfuerzos de jóvenes abogados
y de estudiantes de derecho se centraron en recomponer el orden de las elites
sociales de la colonia. Los abogados se formaban para ocupar los grandes cargos
burocráticos y reproducir el prestigio personal y el de sus familias, pertenecientes
a la elite central tanto como a la provincial:

Todos estos individuos educados o letrados se convirtieron en componentes


esenciales de la sociedad colonial. Además, jugaron papeles significativos
en la reproducción social de sus generalmente elitistas familias (…) los
abogados, por lo menos en parte, fueron preparados para ser burócratas y


5
Richard Konetzke. América Latina. La época colonial. Bogotá: Siglo XXI Editores, 1972, págs. 136-137.
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149

esto tenía el potencial de conducirlos a ellos y sus familias a una incluso


mayor prominencia social6.

En la segunda mitad del siglo XVIII, el jurista Moreno Escandón en su


insistencia para la creación de una universidad pública, pone de manifiesto
la intención de abrirles espacio a nuevos letrados, en leyes, para el acceso a
los cargos públicos en los que había muy poca movilidad. Jorge Orlando
Melo, expresa como figuras de la talla de Moreno son excepcionales, porque
los cargos burocráticos de gran responsabilidad en los virreinatos eran en su
mayoría de los españoles:

Durante la era colonial los cargos de oidor o fiscal que eran los más elevados en
la jerarquía, después de los virreyes, recayeron usualmente en nativos de España.
A veces abogados, criollos especialmente brillantes lograban un puesto de oidor
en una plaza distinta a la de su origen; en muy contados casos lograban un
nombramiento en su propia tierra7.

De acuerdo con Melo el único Oidor criollo nombrado en el siglo XVIII


fue Joaquín Mosquera Figueroa, en 1787, que había nacido en el distrito, y los
únicos fiscales fueron Manuel Antonio Zapata, en 1708, Francisco Berrío y
Guzmán nombrado en 1798.

7.2 La provisión de cargos en el nuevo mundo

Un asunto que pone de relieve el trato desigual entre los criollos y los
peninsulares es el relativo a la provisión de los cargos. Sin duda, las disputas
entre criollos y españoles por la obtención de favores y la adjudicación de ciertas
plazas, había causado grandes desconsuelos entre las elites de criollos emergentes,
que veían frustradas sus legítimas aspiraciones de poder. No era fácil el acceso a
las plazas públicas, en tanto, los criollos no eran preferidos para dichos puestos,
salvo notables esfuerzos que debían ser refrendados en las famosas Relaciones de
méritos y circunstancias.

6
Víctor Uribe-Urán. “Disputas entre Estado y Sociedad sobre la educación de los abogados a finales de la etapa
colonial en la Nueva Granada”, en: Historia y Sociedad, dic. 1996, No. 3, págs. 36-37. Cita los estudios sobre las
elites ilustradas de Ángel Rama. La ciudad letrada (Hanover) 1984. Cfr. José Luis Romero, sobre el surgimiento
de las “ciudades patricias” en la primera parte del siglo XIX, de las burguesías criollas de la última parte del
XVIII, en Latinoamerica: las Ciudades y las ideas. Op. cit.
7
Jorge Orlando Melo. Indios y mestizos en la Nueva Granada a finales del siglo XVIII. Francisco Antonio Moreno y
Escandón: retrato de un burócrata colonial. Vol. 124, Bogotá: Biblioteca Banco Popular, 1985, pág. 8.
To ga d o s y L e t ra d o s
150

Son muchos los incidentes suscitados por los naturales de las Indias, como
consecuencia de este celo. Existe un testimonio en el caso del virreinato de
Nueva España, cuando en el año de 1771 redactan un documento para poner
en conocimiento del Rey Carlos III su descontento y la necesidad de que el
monarca reconsiderase las cédulas que limitaban tales nombramientos en favor
de los españoles de nacimiento:

¿Qué importa que las leyes de vuestra majestad sean santísimas, y utilísimas
para estas regiones, y sus naturales, si el gobernador o prelado, que ha
de cuidar de su observancia no está instruido de ellas o de el modo de
practicarlas? Éste es señor el verdadero principio de el atraso de las Indias
y de el (sic) increíble número de vasallos, que faltan a vuestra majestad en
estas partes.
No hay que cansarse en otros raciocinios que mientras que para los empleos de
estas provincias, así eclesiásticas como seculares, se excluyen los nacidos, y criados
en ellas, instruidos en cuanto es necesario estarlo para su régimen, amantes de
esta región, y no ocupados de la idea, de separarse de ellas cargados de oro, han
de continuar los males, que se experimentan, y no hay que prometernos los
ventajosos adelantamientos, a que se debiera aspirar por la proporción, que para
ello tienen estos dominios.

Con lo dicho se persuade bastantemente, que los españoles europeos, por sólo
no haber nacido en Indias, dejan de ser idóneos, para obtener empleos en ellas; y
aun es pernicioso en general, que los obtengan; pero todavía hay que considerar,
que aunque los contemplemos útiles, y más dignos que los indianos, únicamente
a estos, con exclusión de aquellos, debían conferirse los puestos honoríficos de
su patria, consideradas las razones legales, que lo persuaden.
No para toda provisión se solicita la mayor dignidad en el provisto, pues sólo
para los beneficios eclesiásticos se reserva esta averiguación escrupulosa, entre
lo bueno, y lo mejor; y aun en punto de beneficios, siendo de patronato de legos,
tienen estos más libertad, y mayores indulgencias; pero no es necesario recurrir
a estos principios; supongamos por ahora que toda provisión debe hacerse en el
más digno, y que lo son los europeos respecto de los americanos; todavía éstos
deben excluir a aquellos de los honores de Indias.
La calidad de más digno en los casos, en que se requiere no ha de ir a buscarse
fuera de el país, en que está situado el beneficio de que se trata.

Ni esto será posible, ni lo permitirían la razón, ni la equidad.


Si se ha de proveer un beneficio curado u otra pieza igual, debe recaer la elección
en el más digno; pero dentro de los límites de aquella diócesis, no de toda la
Iglesia universal.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
151

Luego para una plaza de Indias, aun cuando deba darse al más digno, se ha de
buscar éste dentro del reino mismo, y no se ha de solicitar en el otro, aunque
ambos sean de los dominios8.

Por su parte, José María Ots Capadequí expresa que la alta aristocracia
colonial se “entroncó” con la nobleza de la metropolitana, en la medida en
que las instituciones españolas se trasladan hacia América, con la creación
de las Audiencias y los Virreinatos, muchos peninsulares encontraron como
una actividad lucrativa servir al Estado en los nuevos territorios coloniales.
Ello coadyuvó lo que el autor denomina “una compleja burocracia peninsular
transplantada a las Indias”, que aunque no pueda considerarse como una nueva
clase social, sí fue una estructura formada por individuos de diferentes orígenes
sociales intentando obtener los privilegios de los cargos públicos, con cómodos y
lucrativos empleos que los ponían en una posición menos riesgosa que la de los
descubridores y colonizadores:

La nobleza peninsular estimó como un honor muy señalado y lucrativo


desempeñar en las Indias los altos puestos de la Administración del Estado
–Virreinatos, Presidencia de las Audiencias, Capitanías Generales, Gobiernos
de las ciudades, Corregimientos de indios, etc.– y a su lado, y en buena parte a
su sombra y amparo, se desplazaron también a los distintos territorios coloniales
juristas y hombres de pluma, que encontraron en la generosidad del Tesoro
público y en la impunidad que en buena parte garantizaba la distancia para
posibles y provechosos abusos en sus funciones administrativas, un eficaz medio
de satisfacer personales ambiciones de poder y riquezas9.

7.3 Las disputas entre las elites del virreinato

En el panorama general del virreinato hay una referencia de las disputas entre
las elites civiles y las eclesiásticas. Francisco Silvestre expresa que “el virreinato

8
Representación que hizo la Ciudad de México al rey don Carlos III en 1771 sobre que los criollos deben ser
preferidos a los europeos en la distribución de empleos y beneficios de estos reinos. México, mayo de 1771.
Fuente: J. E. Hernández y Dávalos. Historia de la Guerra de Independencia de México. Seis tomos. Primera edición
1877, José M. Sandoval, impresor. Edición facsimilar 1985. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la
Revolución Mexicana. Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia
Nacional y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana. Edición 2007. Universidad Nacional Autónoma de
México. Versión digitalizada por la UNAM: http://www.pim.unam.mx/catalogos/juanhdzc.html.
9
José María Ots Capadequí. España en América. Las instituciones coloniales. Bogotá: Universidad Nacional de
Colombia, 1952, pág. 70.
To ga d o s y L e t ra d o s
152

de Santa Fe es uno de los más pobres de América, pero es al mismo tiempo uno
de los más ricos” y aun cuando su población es poca en relación con la extensión
del territorio, con unos arreglos oportunos se podría convertir en uno de los más
poderosos de las indias.

Según Silvestre entre los medios que facilitaban este crecimiento estaba el
hecho de estrechar las relaciones entre los habitantes de la América española
con los de la península, con la obligación para el gobierno metropolitano de
mantener la religión y ejecutar las políticas, que resultaban en la máxima “se
acata pero no se cumple”. En otras palabras señala: “hacerlos ejecutar sin reserva,
y sin que queden en mero mandato”. También advierte sobre el hecho de acabar
con las disputas entre los criollos y los metropolitanos:

El desterrar la rivalidad en los Españoles Europeos y Españoles Americanos,


se hace tan precisa, que sin esto, siempre deben tenerse inquietudes, que algun
dia pueden arrastran su perdida. La colocacion reciproca de unos y otros en los
empleos políticos, militares y eclesiasticos, es el medio mas regular y sencillo,
y el que tiene por basa el Derecho Natural, racional y político: y lo contrario
mantendrá constante la envidia, la desunion y rivalidad, y causará malos efectos
al Estado, de que Dios no permita que el tiempo sea testigo10.

Un aporte al respecto, lo propone Víctor Uribe Urán quien plantea en su obra


sobre la formación de los abogados y los burócratas como una elite de poder, que
la historia social de los juristas coloniales está ligada a sus vínculos y rupturas
con el Estado. Los juristas eran un recurso clave para que las familias coloniales
a las que pertenecían, ascendieran y se perpetuaran en el poder. Concretamente,
en el capítulo tercero, revisa las disputas entre el Estado y varios sectores de la
sociedad civil en relación a la educación de los abogados a finales del periodo
colonial. Se ocupa de la naturaleza y evolución de dicha educación, desde el
currículo, las instituciones de formación y para el ejercicio de la profesión
y la relación entre la educación legal y la formación del Estado, así como la
injerencia que ciertos grupos sociales como elites jugaron para alterar los efectos
y aplicación de dichas reformas:

Al final de la era colonial hubo dos momentos claros de intervenciones estatales


en materia de educación legal. El primero, a partir de la década de 1770 y
hasta la década de 1780, tuvo estrecha relación con el proyecto de crear una

Silvestre. Op. cit., Descripción del Reyno de Santa Fe de Bogotá, pág. 225.
10
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153

universidad pública para así recortar el poder y monopolio educativo de la


iglesia, y reducir el peso del derecho canónico y las doctrinas anti-regalistas en
la formación de los abogados. El segundo durante la década de 1790, se ligó a
esfuerzos por contener el activismo político de sectores disidentes de la elite,
incluidos jóvenes abogados estudiantes de derecho. Estos esfuerzos terminaron
en medidas centralizantes y restrictivas de la educación provincial, pero también
llevaron al abandono de los proyectos anticlericales anteriores11.

De acuerdo, con Uribe-Urán, en el siglo XVIII, la búsqueda de cargos y


honores llevó a muchos abogados a constituirse en redes “burocrático-familiares”,
que intentaron ser combatidas con reformas administrativas a las que dichos
grupos lograron resistir y adaptarse. Los abogados se instalaron como burócratas
de carrera, hecho que coadyuvó su importancia (era la tercera ocupación más
importante a fines de la colonia) y su condición de letrados les obligó a ser
cautelosos para ajustar sus actuaciones a estrategias de conveniencia familiar:

Las elites locales tradicionalmente perpetuaban y aumentaban su poder y


posición social no solamente por medio de actividades como la ganadería,
la minería y el comercio, sino, lo que era más importante, por medio de la
educación superior, los cargos eclesiásticos y estatales, estos últimos a través de
la profesión del derecho y de matrimonios de conveniencia. Adicionalmente, los
clanes de la elite también trataban de mostrar una historia familiar al servicio
del rey, y al hacerlo desarrollaban una relación simbiótica con el estado colonial.
A cambio del patrocinio del estado, ofrecían tanta lealtad como lo exigieran
las circunstancias. Los abogados, por cierto, se mostraban reacios a oponerse al
estado y así arriesgar sus oportunidades de tener una carrera exitosa12.

7.4 Los abogados y la pureza de sangre

Una forma de probar los méritos para poder ejercer la profesión en las
Reales Audiencia, era la práctica de adjuntar con las solicitudes la prueba de
nobleza y origen legítimo de los aspirantes, así como su descendencia de una
noble casa de la genealogía española. La pureza de sangre, era una certificación
de nobleza e hidalguía que para los criollos de las colonias no era una auténtica
demostración de segregación, sino un mérito básico para el acceso a los grandes

11
Víctor Manuel Uribe-Urán. Vidas honorables. Abogados, Familia y Política en Colombia 1780-1850. Bogotá:
Fondo Ed. EAFIT, Banco de la República, 2008, pág. 81.
12
Ibíd, pág. 131.
To ga d o s y L e t ra d o s
154

puestos. Los nombramientos se hacían, en atención a la importancia que tales


títulos implicaban y su constancia en las Relaciones de méritos y Circunstancias
de las que los monarcas se valían para reconocer la fidelidad de sus vasallos
y asegurar su ascenso como funcionarios leales a corona y a sus intereses
concretos del monarca13.

De acuerdo con un estudio de venezolano Angel Almarza la noción de


“limpieza de sangre” surge en España del enfrentamiento entre cristianos,
moros y judíos en el esfuerzo de la elite cristiana por fortalecerse, en la llamada
Reconquista y hasta finales del siglo XV. Este requisito fue indispensable para el
ingreso a las instituciones militares, civiles y eclesiásticas, como una cuestión de
honor para el “cristiano viejo” que debía probar que no tenía en su descendencia
sangre de judíos o moros. Además de sustentar los valores que cimentaban
dichas instituciones era una forma de control social que se aplicó con no menos
rigor en el nuevo mundo, que en la península. De hecho, desde el punto de vista
legal los llamados “Estatutos de Limpieza de Sangre” en el Derecho Indiano,
evidenciaron la prohibición de embarcar al nuevo mundo a dichos descendientes.
Esta medida funcionó como la base ideológica de un concepto de estratificación
social que excluía a los nativos amerindios y a los africanos.

A pesar de que el estudio se centra en el Colegio de Abogados de Caracas en


el siglo XVIII y en sus particularidades, hay rasgos comunes a los procedimientos
que se seguían en otras provincias:

Los juicios o demostraciones de calidad y limpieza de sangre en la provincia de


Caracas estuvieron sujetos a un procedimiento cuyo propósito era establecer
la pureza o calidad del individuo. En este juicio y, a través de la presentación
de testigos y documentación probatoria, se realizaba una investigación del
origen, méritos, comportamientos y estado del interesado, con la finalidad

Cfr. Castro Gómez. La postcolonialidad explicada a los niños (2005). Castro advierte como desde el discurso
13

de la superioridad racial hay una estrategia de dominio geopolítico y epistémico, en el argumento de Walter
Mignolo Capitalismo y geopolítica del conocimiento. El eurocentrismo y la filosofía de la liberación en el debate
intelectual contemporáneo (2001), de acuerdo con el Orbis universalis chirstianus, los territorios americanos son
la prolongación de la tierra de Jafet: “La evangelización fue, entonces, el imperativo estatal que determinó por qué
razón únicamente los “cristianos viejos”, es decir, las que personas que no se encontraban mezcladas con judíos, moros y
africanos (pueblos descendientes de Cam o de Sem), podían viajar y establecerse legítimamente en territorio americano.
El “Nuevo Mundo” se convirtió en el escenario natural para la prolongación del hombre blanco europeo y su cultura
cristiana. El discurso de la pureza de sangre es, de acuerdo con la interpretación de Mignolo, el primer imaginario
neocultural del sistema-mundo que se incorporó en el habitus de la población inmigrante europea, legitimando la
división étnica del trabajo y la transferencia de personas, capital y materias primas a nivel planetario” (pág. 55).
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
155

de cumplir un requisito indispensable en diversas instituciones o instancias


de la sociedad14.

En el capítulo XII “De la procedencia de oficiales y abogados” de los estatutos


del Colegio de Abogados de Caracas, se observa el trámite que debían seguir
los aspirantes, con un interrogatorio minucioso que recababa informaciones
de testigos, y anexos documentales, con testimonios y constancias de los
ascendientes (padres, abuelos) de no haber ejecutado “oficios viles”. Además,
que actuaron para llevar una “buena vida y costumbre” con pública probidad. Los
expedientes debían incluir las partidas de bautismo legalizadas, de defunción, de
matrimonio y ejecutorias de hidalguía. Un fragmento de un interrogatorio ante
la Real Audiencia de Caracas establece:

(…) Si saben que el pretendiente D.N., sus padres, y abuelos han sido tenidos,
y reputados por personas blancas, limpias, y sin mezcla de mulatos, negros, ni
otra casta baja, y están en casi posesión pacífica desde sus abuelos de la limpieza
de sangre: digan cuanto sepan, o hayan oído decir. (…) Si saben que dicho D.N.
pretendiente es de buena vida, y costumbres, recogido, y aplicado al estudio, y
que no tienen nota alguna que por leyes, y reales cédulas lo inhabilite para ser
admitido al colegio, y desempeñar con honor tan distinguido oficio15.

En el caso colombiano los testimonios y las pruebas documentales para las


pruebas de sangre, seguían la misma lógica y rigurosidad en la Real Audiencia y
en el colegio de abogados. En el capítulo relativo a las prácticas de los abogados
neogranadinos, se presenta el listado de las actuaciones y de las solicitudes que
obran en los expedientes, para la muestra el caso de Luis Tadeo Jiménez en 1766:

Assia rendidamente suplico se sirva proveer como solicito yo Luis Tadeo


Jimenez y Barragan=Santafe tres de Agosto, de mil setecientos(folio 3r) que
el Secretario de este Colegio, certifique en manera que haga fee, si consta en
el Archivo de su cargo, haver yo usado de una de las Becas Seminarias de el,
y si para ello hice contar mi legitimidad, limpieza y nobleza de Sangre como
tambien, ser oriundo de la Villa de Honda, de donde son vecinos, mis Padres=
Y que asi mismo certifique si consta que yo fuere expulso de este colegio, o
hiviere dado motivo para ello lo qual mediante assia. Rendidamente suplico

14
Ángel Almarza Villalobos. “La limpieza de sangre en el Colegio de Abogados de Caracas a finales del siglo
XVIII”, en: Fronteras de la historia. Instituto Colombiano de Antropología e Historia, No. 10, 2005, págs.
306-307.
15
Ibíd., pág. 390.
To ga d o s y L e t ra d o s
156

se digne proveer como solicito yo Luis Tadeo Jimenes, y Barragan= Santafe,


y Nobiembre dos, de mil setecientos setenta y ocho= como lo pide ay una
rubrica= Doctor Urive Secretario=informac. El doctor Don Pedro Urive, (?)
secretario de este Colegio Real Mayor (folio4r) Jimenez, y Barragan el clerigo de
menores ordenes, y sacristán mayor de la ciudad de Mariquita puesto a los pies
de S. senoria con el debido respeto digo: que para efectos que hacen a mi derecho
se hade servir su acreditada Justificacion mandarseme de copia legalizada de mi
fe de Bautismo que tengo presentada en esta curia, que en ello recibiré merced,
y justicia la qual mediante A s. señoria rendidamente suplico, se digne proveer
como solicito que Juro en debida forma lo necesario va. Luis (decreto) Tadeo
Jimenez y Barragan= Santafe catorce de Nobiembre, de mil setecientos, setenta y
ocho= yo el notario hice saber el derecho de la buelta à Don Luis Tadeo Jimenez,
en su persona doy fee Jimenez= Robayo Notario= en cum ( folio 5r) hijo legitimo
de Don Luis Jimenez y Doña Florencia Barragan vino de un dia nacido, fue su
padrino Don Bartholome Frutos, a quien adverti el parentesco, y obligación y
para que conste lo firmo Doctor Don Miguel Josef Verastegui= Esta cierta y
verdadera, y concuerda con la original de donde la saque, y para que conste doy
la presente, y firmo en Honda, a ocho de Agosto, de mil setecientos setenta y
sinco años= Doctor Don Josef Joaquin Tovar= concuerda con su original que se
halla ala foxa, cuarenta, y quatro de los años que se hallan en este archivo de mi
cargo, sobre la capellania que fundo Doña Petronila Osorio, de donde se saco
corrigió, y (folio 6r) venirme (a consecuencia de lo informado por v. señoria)
hiciese constar mi legitimidad y nobleza ante el Secretario, de este dicho clegio
como lo dispone la constitucion tercera Capitulo tercero, de los colexiales y en su
cumplimiento exhivo en toda vida forma, la adjunta Certificacion, del secretario
del Colegio Real Mayor y seminario, de esta ciudad, en que constan concurren en
mi todas las qualidades que previene la sitada constitucion, para que su vista, se
digne V señoria declarar estar apto para obtener dicha beca, que asi es Justicia Va.
Luis Tadeo (Decr.to) Gimenes, y Barragan= Santafe y Nobiembre nueve, de mil
setecientos sesenta, y ocho= comiso que se al (folio 6V) claustro para consulta,
y el secretario certifique, lo que de ella resulte, con cuia diligencia se provera=Ay
una Rubrica= Granados Secretario=Aviendose congregado los señores Rector
Vice= Rector, y mas que componen el claustro, en la sala Rectoral de este Colegio
Mayor, a conferir sobre la pretencion de Don Luis Tadeo Gimenez, y Barragan
en conformidad del estatuto Treinta y nueve de los de Santiago, de Salamanca
dijeron se le admitiese la Ynformacion arreglada a Nuestras constitucio=nes y
tiene ofrecida lo que certifico en virtud del Decreto que precede en dicho dia
mes, y año= Don Se=bastian Ramon Dias Granados Se (Dec.to) cretario=
Santafe, y Nobiembre (folio 7r) dias, de mil setecientos setenta, y ocho Hase
por presentado el Ynstrumento que esta parte refiere, en su escrito que se
agregara, con la partida de Baptismo que hara presente, y en atención a que el
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
157

Claustro consiente, se admita la Ynformacion, Cegun consta de la certificación


antecedente, el Secretario la recibira, en devida forma, y obre lo que huviere lugar
en derecho= Doctor Guzman= proveyose por el Señor Rector de este Colegio
Mayor de Nuestra Señora del Rosario Cura Doctrinero del Pueblo de Usme en
Santafe a dies de Nobiembre de mil setecientos setenta, y ocho años Granados
Secretario= Ynterrogatorio por el qual, hande ser examinados los Testigos que
presentare Don Luis Tadeo Gimenez y Barragan para la Ynformacion que tiene
para efecto de obtener la Beca de este Colegio Mayor de Nuestra Seño=ra del
Rosario, del Real Patronato, que fundo el Ylustrisimo Señor maestro Don Fray
Christoval de Torres del Sagrado orden de Predicadores de las dos majestades
Don Felipe Tercero y Quarto, y de su consejo dignisimo Arzobispo que fue de
esta metropolitana Yglesia de Santafe de Bogota Nuevo Reyno de Granada Va.
Primeramente se han preguntados, si concen al Pretendiente, sus Padres Abuelos,
y mas ascendientes, por una y otra linea digan sus nombres y apellidos= iten si
el pretendiente, sus Padres Abuelos, y mas (folio 008recto) ascendientes, son y
fueron hijos lexitimos, si los casamientos que hicieron fueron iguales, ó si se han
mormurado de alguno de ellos= Yten si el pretendiente sus Padres Abuelos y mas
ascendientes, tienen ó han tenido Sangre, de la Tierra o de mulato= Yten si el
pretendiente sus Padres Abuelos y mas ascendientes, son, y fueron Christianos
viejos, limpios de toda mala Raza de meros Indios, confesos,marranos ó de
otra cualquier secta reprobada, ó si por tales han sido tenidos y comúnmente
reputados, o si el testigo ha oydo decir, ó dudar lo contrario= Yten si el
Pretendiente sus Padres Abuelos, y mas Ascendientes, han sido traidores a la
(folio 8v) Real Corona, penitenciados por el Santo Oficio, castigados por otra
Justicia ó incurrido en infamia publica ó secreta= Yten si el pretendiente sus
Padres, Abuelos, y mas Ascendientes, son, y fueron capaces para obtener, uno
de los havitos militares, y si por su calidad son, y han sido tales que pudieran ser
colexiales Mayores de España, y servir cualesquier empleos, del Santo Tribunal
de la Fee= Yten si el pretendiente sus Padres, y Abuelos y mas ascendientes, han
tenido oficios viles ó infames, por las Leyes del reyno, ó por el Contrario, si los
honorificos de las partes donde han vivido= Yten si el pretendiente es desposado
Frayle Profeso, ó expulso de alguna de las relixio (folio 9r)16.

En el expediente de Luis Tadeo está su petición formal al Colegio del


Rosario, y adjunta la actuación del interrogatorio a sus ascendentes, y vecinos.
La partida de bautismo, matrimonio, ocupación de los padres y abuelos para

16
Testimonio de los documentos presentados por Don Luis Tadeo Jiménez Abogado de la Audiencia y
Chancillería de Santafé de Bogota Nuevo Reyno de Granada. Archivo General de la Nación, Bogotá, Fondo
Colonia, legajo 1. Fol. 1-9 (ver anexo 5).
To ga d o s y L e t ra d o s
158

la certificación de no incurrir en oficios viles o infames y las constancias del


Santo Oficio sobre su calidad de cristianos viejos. Tal estatus social, era también
el reflejo de pertenencia a familias acaudaladas, o acomodadas con capacidad
para mandar a sus descendientes a la capital del virreinato para estudiar en los
Colegios Mayores. A juzgar por los crecientes procesos de mestizaje, por las
exclusiones sociales en razón de la raza, el credo y el linaje, no es apresurado
destacar que en el seno de dichas familias se tuviera capacidad para la compra de
libros y la formación de bibliotecas básicas para sus profesiones y oficios.

En el trabajo sobre la circulación material de Don Quijote de la Mancha en


el virreinato de la nueva Granada se cuenta con la relación de dos bibliotecas
independientes, la de un próspero comerciante y la de un militar, ambos,
miembros de las elites capitalinas y en condición y capacidad para comprar libros,
que como hemos podido observar, se trataba de objetos con carácter suntuoso, a
juzgar por los precios de importación de las ediciones tanto de textos jurídicos
como de los libros en general17.

7.5 Un orden ortodoxo o una heterodoxia bibliográfica

Uno de los elementos esenciales para la búsqueda de la bibliografía jurídica


en la Nueva Granada fue la consideración del siglo XVIII y especialmente de la
segunda mitad de este, como un periodo de transición entre las ideas monárquicas
y el surgimiento de las republicanas inspiradas en las revoluciones ilustradas
que fueron el antecedente de las Revoluciones Francesa y norteamericana. Si
bien, los historiadores han documentado los hechos que permitieron la ruptura
del sistema monárquico y el paso a la independencia política frente a España,
todavía quedan aspectos por analizar, en lo que se refiere a la formación de
un pensamiento heterodoxo, que enfrentará los órdenes ortodoxos del poder
eclesiástico y del Real. Pero, dentro de esa lógica de una ortodoxia clerical –que
apoyaba las pretensiones de la ortodoxia del poder civil y establecía un equilibrio
de poderes y unos pactos de no intervención de estas dos jurisdicciones– vale la
pena revisar el papel que jugó la cultura del libro en los procesos de circulación
y recepción material de las obras que son consideradas lugares comunes de la
heterodoxia en la segunda mitad del siglo XVIII.

Mónica Fortich Navarro. Literatura, historia y política. Una lectura de don Quijote en la Literatura Colonial
17

neogranadina. Bogotá: 2008, págs. 172-173. Se trata de las Bibliotecas de don Ignacio de Santa María (1783)
y don Manuel López de Castilla (1760) en el AGN, Sección Notarias, que permite ver el tema de la posesión
material libros como asunto relacionado con elite, en este caso comerciantes y hombre de milicia.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
159

Si bien, todos los supuestos apuntan a considerar que hubo una circulación
clandestina de libros destinados a apoyar los proceso de independencia y a
estimular círculos de discusión sobre las tesis centrales de la secularización del
poder monárquico y del papado, es necesario revisar la tesis de una contrarreforma
ilustrada que gozó de larga admiración y devoción entre muchos peninsulares y
criollos indianos.

En la obra de Marcelino Menéndez Pelayo, Historia de los Heterodoxos


españoles se expresa la falta de dinamismo de una elite en la metrópoli y en las
colonias, para la formación de un orden heterodoxo:

Uno de los caracteres que más poderosamente llaman la atención de la


heterodoxia española de todos los tiempos en su falta de originalidad; y esta
pobreza de su espíritu propio sube de punto en nuestros contemporáneos y en
sus inmediatos predecesores. Si alguna novedad, aunque relativa, y sólo por lo
que hace a la forma del sistema, lograron Servet y Miguel de Molinos, lo que
es de nuestros disidentes del pasado y presente siglo, bien puede afirmarse, sin
pecar de injusticia o preocupación, que se han reducido al modestísimo papel de
traductores y expositores, en general malos y atrasados, de lo que fuera de aquí
estaba en boga. Siendo, pues, la heterodoxia española ruin y tristísima secuela
de doctrinas e impulsos extraños, necesario es dar idea de los orígenes de la
impiedad moderna, de la misma suerte que expusimos los antecedentes de la
Reforma antes de hablar de los protestantes españoles del siglo XVI18.

La más grande herejía de los tiempos modernos es la negación de la


divinidad de Cristo, que fue proclama de la Reforma. A diferencia de la herejía
de otros tiempos y del comienzo del cristianismo, esta se presenta radical y
absoluta, en todos sus matices: ateísmo, deísmo, naturalismo, idealismo, etc. Para
Menéndez y Pelayo el carácter de estas heterodoxias no permitió su arraigo en las
muchedumbres y fueron más bien desarrolladas por pensadores solitarios que
eran odiados por los católicos y por los mismos protestantes.

La iglesia tuvo que luchar con estos herejes (al tiempo que la con reforma,
en el siglo XVI), sin embargo, expresa que fuera del averroismo, que encontró
adeptos en universidades de Italia y Francia, no hay una tradición fuerte de
ninguna de las diferentes escuelas impías entre el siglo XVI y XVII. Pero se
refiere a un caso especial con la obra de Maquiavelo, a quien luego desprecia y

18
Marcelino Menéndez y Pelayo. Historia de los heterodoxos españoles. Sección II, Ciencias, tomo VI, Buenos Aires:
Emecé Editores, 1945, pág. 9.
To ga d o s y L e t ra d o s
160

condena su pretensión en tanto considera que su obra, como la de muchos otros


herejes, no está apoyada en los conceptos universales de una metafísica que le
permita su moralidad:

Más dañosa fué la inmoralidad política de Maquiavelo, basada toda en el interés


personal y en aquella inicua razón de Estado, sin Dios ni ley, que tantos desafueros
y perfidias ha cubierto en el mundo. Los libros del sectario florentino fueron el
catecismo de los políticos de aquella edad, y aunque sea cierto que Maquiavelo
no ataca de frente y a cara descubierta el Cristianismo, no lo es menos que en
el fondo era, más pagano, impío, no sólo por aquella falsa idea suya de que la fe
había enflaquecido y enervado el valor de los antiguos romanos, dado al traste
con su imperio y con la grandeza italiana, sino por su abierta incredulidad en
cuanto al derecho natural y al fundamento metafísico de la justicia; por donde
venía a ser partidario de aquellas doctrinas que hicieron arrojar de Roma a
Carneades, y progenitor de todas las escuelas utilitarias que, desde Bentham, y
antes de Bentham, han sido lógica consecuencia del abandono, de la negación o
del extravío de la filosofía primera19.

Es indiscutible que por el carácter ortodoxo del mismo Menéndez y Pelayo se
propusiera el recorrido por los diferentes tópicos de la heterodoxia en las ciencias,
la filosofía, la historia, la poesía y la ficción, en su intento de una biblioteca que
comprendiera las grandes obras de la cultura universal. En la sección II que
abarca las ciencias y su relación con el espíritu religioso, el autor señala el papel
que jugó el regalismo en la propagación de las pretendidas heterodoxias de origen
francés. Aunque considera que no todos los regalistas fueron herejes o impíos,
lo fueron Carlos III, sus ministros, consejeros y su hijo. El regalismo es según el
autor español, la más odiosa y antipática “Herejía administrativa”:

Palabra es la de regalismo asaz vaga y elástica, y que puede prestarse a varios


y contradictorios sentidos. Tomámosla aquí en su acepción peor y más general,
siquiera no sea técnicamente la más exacta, y designamos con ella (como otros con
la voz cesarismo) toda intrusión ilegítima del poder civil en negocios eclesiásticos20.

El origen de las regalías se remonta al siglo XV y en las Partidas son derechos


que se le otorgan al monarca para acuñar monedas y comandar ejércitos. Las
regalías en su acepción moderna son derechos que tiene o se arroga el Estado de
intervenir en las cosas eclesiásticas:

Ibíd., págs. 11-12.


19

Ibíd., pág. 40.


20
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
161

Afortunadamente, las cosas están hoy claras, y ha pasado el tiempo de las


sutilezas jurídicas. Amigos y enemigos reconocen ahora que el regalismo
del siglo pasado no fue sino guerra hipócrita, solapada y mañera contra los
derechos, inmunidades y propiedades de la Iglesia, arriete contra Roma, disfraz
que adoptaron los jansenistas primero y luego los enciclopedistas y volterianos
para el más fácil logro de sus intentos, ensalzando el poder Real para abatir el
del Sumo Pontífice, y finalmente, capa de verdaderas tentativas cismáticas. A
la sombra del regalismo se expulsó a los jesuitas, se inició la desamortización,
se secularizó la enseñanza y hasta se intentó la creación de una Iglesia nacional
y autónoma; todo desfigurado y torciendo y barajando antiguas y venerandas
tradiciones españolas21.

Si bien compartimos con Menéndez la idea de que todos los regalistas no fueron
herejes e impíos, es claro que los regalistas estaban más cerca de la ortodoxia, que
de una pretendida heterodoxia. Valdría la pena revisar la implicaciones reales y
más profundas de las elites regalistas neogranadinas en el siglo XVIII, en donde
se destacan figuras como el fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón, o
el bibliotecario y periodista Manuel del Socorro Rodríguez, regalista y realista
ferviente opositor de las ideas revolucionarias proindependentistas:

El Papel Periódico fue, sin duda, un difusor del sentimiento regalista. Su editor,
Don Manuel del Socorro Rodríguez fue fiel vasallo de la corona española y
un preclaro defensor del sistema monárquico mientras las circunstancias
(independencia de la Nueva Granada) así lo permitieron y así lo expresaba en su
hebdomadario: “El amor que debemos tributar á nuestros soberanos: el interés
que debemos tener en sus regocijos y la preferencia que debemos dar aún a los
más pequeños sucesos de nuestro natural Señor, no es una costumbre dimanada
solamente del voluntario consentimiento de los Pueblos; es una obligación
deducida del mismo centro de la Religión Christiana”22.

7.6 Los colegiales una elite ortodoxa

Hay dos posiciones básicas que analizar en la formación de las elites letradas
en el virreinato de Nueva Granada: la de los regalistas ilustrados y los regalistas
pro clericalistas. Así como hay que hacer una revisión de las implicaciones que

21
Ibíd., págs. 40-41.
22
Rafael Antolínez Camargo. El Papel Periódico de Santafé de Bogotá 1791-1797. Vehículo de las luces y la
contrarrevolución. Bogotá: Biblioteca Banco Popular, 1991, pág. 106.
To ga d o s y L e t ra d o s
162

jugó una pretendida elite heterodoxa en el proceso de independencia, hay una


posición Regalista y realista ortodoxa de algunos hombres de elite en el virreinato
que fue un obstáculo para las revoluciones independentistas y para una verdadera
formación de una comunidad de ilustrados. Tal reflexión excede el objetivo de
nuestra indagación, sin embargo, en un acercamiento al tema de los libros,
los lectores y las bibliotecas jurídicas y sus aportes para la construcción de un
sistema republicano basados en los postulados ilustrados de igualdad, libertad y
fraternidad, la pregunta por el papel que jugaron los colegiales santafereños en
las agitaciones y el movimiento comunero, es una tarea para hilar más delgado.

De acuerdo con la conocida ficción histórica de Germán Arciniegas, en la


que haciendo uso de la voz de un “estudiante” del siglo XVIII y en la pretendida
lógica de su tiempo, se referirse al ideal de sabiduría ilustrada en los siguientes
términos:

Los maestros de nuestro tiempo afirmaban su sabiduría en el discurso.


Minuciosamente trabajado para asentar equívocos y mentiras que nosotros no
podíamos tolerar. Estábamos aburridos de divagaciones. Buscábamos algo más
sólido para nuestras verdades23.

El interés de los colegiales, apuntaba a las ciencias útiles. Sentían resistencia


por la metafísica a la que opusieron la matemática, la astronomía, la geometría
y la cosmología. En el sentir del estudiante el estudio de las leyes no ofrecía
sorpresas: ya no tenía secretos. De hecho, cita el testimonio del mismo Francisco
José de Caldas, renunció a la aspiración corriente de estudiar Leyes en el
Seminario de Santa Fe:

“Me encerraron –decía– en unos de esos colegios en que no se veía otra cosa que
desatinos de materia prima; me pusieron a Vinnio en las manos, pero yo no había
nacido para jurisconsulto; a pesar de los castigos, reconvenciones y ejemplos, no
le pude tomar gusto a Justiniano, y perdí los tres años más preciosos de mi vida.
Así que recobré mi libertad por medio de un grado que no exige conocimientos,
me restituí a mi lugar”24.

Con rudimentarias herramientas salían a encontrarse con la naturaleza,


a observar estrellas, a medir montañas, a levantar mapas, absorber las nuevas
noticias que llegaban de Europa, con los viajeros y con los libros.

Germán Arciniegas. El estudiante de la Mesa Redonda. Bogotá: Plaza y Janés, 1982, pág. 123.
23

Ibíd., pág. 124.


24
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163

Otra mirada a los estudiantes neogranadinos, que se movían entre el fervor


de la ilustración de las ciencias útiles y el desconsuelo por el estatismo de las
ciencias del espíritu, puede obtenerse de la lectura de la obra sobre el movimiento
comunero del historiador Roberto Tisnés. En el aparte “los colegiales de Santafé
y el movimiento comunero” relata la manera como el monarca español emite
dos bandos destinados a conjurar cualquier levantamiento popular, en el que
pudieran moverse con soltura los estudiantes, con toques de queda después de
las nueve de la noche:

(…) que todo forastero que se hallare residente en ella se haga presente el día de
hoy, precisamente, o al señor Oidor Decano o a los señores Alcaldes ordinarios,
dando razón y acreditando la legítima causa de su detención y residencia. Que
los dueños de casas o cualesquiera otra especie de habitación, donde se hallen
hospedados forasteros, den así mismo cuenta y los manifiesten en este día, bajo
igual apercibimiento de cárcel y demás penas arbitrarias (…).
Los estudiantes de provincia, estaban normalmente hospedados en dichas
residencias, además, como es natural de los extranjeros –Europeos – en general.
Como la intención era evitar sublevaciones al interior de la ciudad las medidas
estaban encaminadas a los forasteros, pero cuando el enemigo estaba adentro,
fueron necesarias acciones para asumir frontalmente la situación de los naturales
de las villas de San Gil, Socorro, Mogotes y otros pueblos. Los rectores de San
Bartolomé y del Rosario acogieron las peticiones de los Bandos y en el sentido
del último de ellos reportaron los nombres de los estudiantes que en dichos
colegios eran oriundos de esas poblaciones, desde donde los comuneros habían
comenzado su avanzada hacia Santafé:
De la relación proporcionada se deduce que estudiaban en San Bartolomé
5 socorranos ( Jerónimo Estévez, teólogo de 22 años, Amancio Monsalve, id
de 23, Francisco Ardila, filósofo de 21, Ignacio Bonafont, gramático de 21 e
Ignacio Ardila, id de 18); 4 de San José de los Confines, alias Culatas, 2 de
Charalá, 2 de Barichara y 4 de San Gil, a saber: Francisco Otero, teólogo de 24
años, Vicente González, id, Benedicto Uribe, filósofo de 16, y el fámulo Vicente
Parra, filósofo de 1925.

Las autoridades del virreinato aceptan la permanencia de los estudiantes,


siempre y cuando su rector se haga responsable por ellos, les controle las salidas,
operaciones y trato con personas sospechosas. La misma situación ocurre con
los colegiales del Rosario, muchos de los cuales provenían de ciudades como

25
Roberto Tisnés. Caballero y Góngora y los comuneros. Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica. 1984,
pág. 160.
To ga d o s y L e t ra d o s
164

Cartagena, Neiva, Charalá, Tasco, Tunja, Popayán, Villa de Leiva, Girón, Suatá,
Honda, Mariquita, Ibagué, Chiquinquirá y de regiones más distantes como
Barinas, Maracaibo, Mérida o Madrid en España:

El rector del Colegio de Nuestra Señora del Rosario, Agustín Manuel de


Alarcón, informó a las autoridades que los colegiales y manteístas que estudiaban
en el Colegio, ascendían a 32, 3 de ellos del Socorro (el doctor Andrés Rosillo
catedrático de filosofía, el bachiller José Antonio Ramón González, teólogo, y
don Ignacio Plata, filósofo); tres de la villa de San Gil, a saber: el doctor Javier
Ramón de la Prada, el bachiller don Pedro Fermín de Vargas, jurista, y don José
Silva, gramático26.

Los colegiales, de quienes se presumía una posible sublevación, estaban


plenamente identificados y sometidos a los controles de las autoridades
virreinales, no en vano entre los nombres de estos ilustres revolucionarios estaría
el del jurista Pedro Fermín de Vargas. Los alcances de sus contactos por fuera de
los claustros y a pesar de la advertencia sobre el trato con sospechosos, debían
abrazar la ortodoxia clerical y la regalista, aun cuando sus corazones siguieran de
cerca al movimiento comunero. Tisnés lo manifiesta en la suposición que sigue:

Tranquilos se hallaban en Santafé dedicados a sus clases y a sus libros, cuando


empiezan a oír el rumor del levantamiento comunero en tierras ardorosas y
bravías. Muchos son los que de ellas provenientes estudian en los históricos
claustros de San Bartolomé y el Rosario. Profesores y alumnos toman atenta
nota de los sucesos, de sus inicios y adelantos, de sus posibles consecuencias en
el orden económico y político. Seguramente que muchos de ellos en su fuero
interno se sienten solidarios de aquellos sublevados heroicos, y que más de uno
le hierve la sangre en las venas, deseosos de secundar activamente la rebelión27.

En este punto, la posición de una elite regalista y clericalista que promovió


una contrarreforma a la avanzada revolucionaria en el Nuevo Reino, está de
más cerca de los colegiales, muy cerca de los juristas, y de su defensa de unos
privilegios de clase y sangre que no podía ponerse en juego. Salvo, los nombres
de los próceres, la tendencia al estatismo desde las aulas y los discursos ilustrados,
está sobre el tapete. El discurso ilustrado está asociado a las ciencias naturales
(ciencias útiles) más que las sociales y mucho menos al derecho.

Ibíd., pág. 160.


26

Ibíd, págs. 160-161.


27
Capítulo 8

Planes de Estudios
para los abogados neogranadinos

l proceso de formación jurídica en el mundo colonial de finales


del siglo XVIII, es bastante complejo por los contrastes entre
el clima de ilustración que se respira y la fuerte represión a
las burguesías criollas que estaban cada vez más empoderadas.
Ello porque los controles del estado monárquico se hacen sentir
en las regulaciones a los planes de estudios y en los métodos de
enseñanza. Las tensiones de los movimientos independentistas que encuentran
su sustento en la Revolución Francesa y en la independencia de Estados
Unidos, favorecerán el espacio para que prosperen las ciencias útiles al desarrollo
económico, mientras aumentan los controles a las profesiones liberales como el
derecho o la filosofía, que pueden afectar la frágil estabilidad del monarca.

8.1 Los planes de estudio y el pensamiento ilustrado

A lo largo de su obra sobre la historia de la educación en Colombia la


historiadora y pedagoga Diana Soto Arango, hace un balance sobre la formación
del pensamiento ilustrado y en su estudio sobre las reformas a los planes de
estudio del Fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón, se revelan los
intentos de las elites criollas del virreinato por darle autonomía a los estudios
universitarios a cargo del poder religioso.
To ga d o s y L e t ra d o s
166

De acuerdo con Soto es durante el gobierno del monarca Carlos III que
se da inicio a una serie de reformas para modernizar el estado español, en lo
que unos ha denominado “absolutismo ilustrado” y otros “despotismo ilustrado”,
buscando reformas económicas, administrativas y territoriales, además de las
educativas orientadas a la reforma de los planes de estudio de las universidades
desde la expulsión de los jesuitas desde 1768. A partir de las reformas en las
universidades de la metrópoli y las del Nuevo Reino de Granada, las propuestas
de creación de una Universidad Pública bajo el control y financiación del Estado,
se pedían con urgencia al monarca con el propósito de limitar las crecientes
influencias e injerencias de las órdenes religiosas.

Diana Soto elabora un recuento de la política legislativa sobre las


universidades novo granadinas y propone dos periodos: de 1767 a 1789
enmarcados por la expulsión de los Jesuitas y la Revolución Francesa, esta
última, impulsa en las colonias hispánicas la enseñanza universitaria ilustrada.
Además, por la implementación del derecho de Patronato Regio que concede
todos los poderes al monarca y no al Papado. Ello se reflejaría en el interés por
la creación de universidades públicas en las que se formarían las elites criollas
bajo los postulados que más convinieran a los intereses de Estado. El segundo
periodo de 1789 a 1826 determinado por la reforma universitaria y el comienzo
de un gobierno republicano en el marco de la nación independizada.

En esta indagación resulta significativo revisar el periodo de 1767 a 1789


porque coincide con la segunda mitad del XVIII en la que concentramos el
proceso de circulación de las obras con la fundación de la Real Biblioteca (1777)
formada con los fondos bibliográficos de la biblioteca de los jesuitas expulsos.
Sin embargo, consideramos el periodo de 1789 a 1799, para hacerlo coincidir
con el fin del siglo y con los virreinatos de la contrarreforma educativa que
intentó frenar el avance de las llamadas ciencias útiles.

Aun cuando el influjo de las ideas ilustradas en el siglo XVIII coincide


con los estudios sobre la cultura del libro donde, se decanta el pensamiento
de los autores en las diferentes ciencias bajo los postulados escolásticos y de
las ciencias ilustradas, la atención de este trabajo se centra en los procesos
de circulación sobre libros jurídicos. En este caso las reformas a los planes
de estudios tanto en derecho canónico como el llamado derecho civil, hacían
especial mención sobre los libros básicos que debían ser tenidos en cuenta al
momento de desarrollar las cátedras.

De acuerdo con Soto Arango el periodo de 1767 de la expulsión de


los jesuitas, coincide también con el gobierno de Carlos III y su política de
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
167

reformas. Las ideas ilustradas penetran en España a través de Feijóo, quien


hace la petición al monarca para la creación de las academias para las ciencias.
El rey acoge y materializa esas recomendaciones y se rodea de un equipo de
ministros ilustrados entre los cuales se destaca del Conde de Campomanes,
Aranda y Floridablanca. En 1767 también se inicia la promulgación de Cédulas
Reales orientadas a la aplicación de los nuevos planes de estudio, como la Real
Cédula de 14 de marzo de 1769 en donde se establece un nuevo método para
las universidades españolas, la Real Provisión de 24 de enero de 1770 referida a
los exámenes y colación de grados o la Real Cédula de 28 de noviembre de 1770
donde se le pide de forma específica a las Universidades de Alcalá y Salamanca
que presenten un nuevo plan de estudios:

Asi mismo, esta Real Cédula del 28 de noviembre de 1770 determina el método
a seguir. Se indica que: “Ninguna facultad ni cátedra se ha de dictar, ni escribir, y
que todas se ha (sic) de estudiar y explicar por los libros (…) no se ha de escribir
en las aulas de la universidad, deberá esta expresar los libros por donde se haya
de enseñar por ahora, y hasta tanto que se produzcan por la universidad Obras
más útiles para la enseñanza1.

También en 1767 Don Gregorio Mayans i Siscar un ilustrado y regalista,


presenta un proyecto de reforma de los estudios en las universidades españolas,
en el que advierte cómo la enseñanza pública debe orientarse a la formación
del príncipe, a su vez las universidades deben enseñar las ciencias que sean
más convenientes para la felicidad de una república, tanto civil como cristiana.
Diana Soto cita el plan de Pablo Olavide, uno de los que más representan el
espíritu ilustrado. Este a pesar de haber contado con el equipo asesor de Carlos
III, los dominicos y el tribunal de la inquisición se convierte en un obstáculo
para su implementación. Órdenes Reales de 1771 imponen los planes de las
universidades de Salamanca, Alcalá y Valladolid, en 1772 Santiago, en 1774
Oviedo y en 1776 Granada. Sin embargo, mediante Real Cédula de 22 de enero
de 1786 se impone una legislación común a todas las universidades del reino y
en ella se regula la matrícula, la asistencia a cátedras, cursos, exámenes, grados y
formalidades para su celebración.

De acuerdo con Soto los virreyes serán los encargados de hacer cumplir
las Cédulas del monarca ilustrado y fomentar las ideas y los planes para los

1
Diana Elvira Soto Arango. La reforma del Plan de estudios del fiscal Moreno y Escandón 1774-1779. Bogotá:
Universidad del Rosario, 2004, pág. 7.
To ga d o s y L e t ra d o s
168

centros universitarios. En el periodo 1767 a 1789 se destacan los virreyes


Pedro Mesía de la Cerda (1761-1773); Manuel de Guirior (1773-1776);
Antonio Flórez (1776-1782); Antonio Caballero y Góngora (1782-1789);
José de Ezpeleta (1789-1796) y finalizando siglo Pedro Mendinueta y
Musquiz (1797-1803).

En el periodo de Mesía de la Cerda se lleva a cabo la expulsión de los


jesuitas, se trajo a José Celestino Mutis y se facilitó a Francisco Antonio Moreno
y Escandón la presentación del plan de reforma de estudios y el proyecto de
erección de una universidad pública. En el gobierno de Guirior el fiscal Moreno
recibe apoyo para la ejecución de la reforma universitaria y se abre la Real
Biblioteca de Santa Fe, que tendrá como base los libros confiscados a los jesuitas
y luego se pone a su cargo a Manuel del Socorro Rodríguez, mientras que bajo
la administración de Flórez se produce la contrarreforma educativa bajo la tutela
del visitador Gutiérrez de Piñeres, para frenar los desmanes del levantamiento
comunero de 1781.

El periodo del virrey-arzobispo Caballero y Góngora brinda apoyo decisivo


a la expedición botánica: El mismo presenta un plan de universidad y estudios
generales para reemplazar el de 1779 por la junta de estudios, pero no fue
aprobado. Sin embargo, su apoyo al movimiento ilustrado fue esencial y para el
campo jurídico porque se dio apertura a una cátedra de derecho público.

Del segundo periodo, es el gobierno del virrey Ezpeleta quien genera un


retroceso en tanto se reprime la enseñanza de las “ciencias útiles” y en ese mismo
orden se censura a los catedráticos que promuevan ideas ilustradas, mientras
que la orden dominica ratifica su facultad para otorgar grados. Pero, por otro
lado, se impulsa la expedición botánica y se crea el Papel Periódico Ilustrado.
Mendinueta y Musquiz, impulsa saberes como la astronomía, la medicina y la
economía, y recibe al barón Humboldt en 1801, a su llegada a Cartagena. Le
seguiría el virrey Amar y Borbón (1803-1810) quien tendrá que ser testigo de
la revuelta de independencia. Hay un asunto significativo en esa lógica de los
virreyes ilustrados y es el hecho de que su promoción de las ideas ilustradas para
fortalecer el desarrollo del reino, está en contraste con sus reservas frente las
ideas revolucionarias, que promueven las corrientes políticas herederas de los
principios de la Revolución Francesa:

Si bien es cierto que los virreyes ilustrados eran agentes activos del progreso,
no se puede confundir su postura con la de apoyo al pensamiento liberal de
las ideas revolucionarias que provenían de Francia, Inglaterra y Norteamérica.
Por el contrario, como puede suponerse, su postura era rígida y drástica contra
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
169

aquellos jóvenes criollos que, apoyados en el pensamiento ilustrado, ahora eran


portaestandartes de las ideas revolucionarias independentistas2.

El temor a que las ideas revolucionarias penetraran en España y en las colonias,


hace que se recrudezca el “control de la enseñanza y la circulación de libros”,
como consecuencia de la Revolución Francesa y la guerra napoleónica de finales
del XVIII. Soto señala cómo se da un proceso desigual de institucionalización de
las cédulas sobre educación en la metrópoli, que en las colonias, porque en estas,
juegan un papel importante la actitud crítica frente a las comunidades religiosas,
tanto como el mayor influjo de las revoluciones norteamericana y francesa, así
como el mayor interés por conocer los recursos naturales propios e implantar los
conocimientos que permitan el desarrollo de las naciones.

8.2 El “estado literario” en las Relaciones de Mando

En el informe que elabora Francisco Antonio Moreno y Escandón al virrey


Pedro Messía de la Zerda, para su Relación de Mando en el año de 1772, destinado
a su sucesor Manuel de Guirior, el fiscal recrea el estado de las letras o mejor de
los estudios en el virreinato apelando a las ideas del canciller inglés Francisco
Bacon quien aconsejaba al monarca ilustrar al reino y fomentar el estudio de las
letras cuidando en mejorar el método de enseñanza, porque “la felicidad de los reinos
depende de su instrucción literaria”:

El fundamento, dice el citado Verulamio, de los progresos literarios son los


colegios, academias, bibliotecas, universidades y escuelas públicas, como
estanques, o receptáculos, donde a semejanza de las aguas, se reconoce el
precioso licor de las ciencias en coloquios, libros, y eruditos; y en este Reino
por la mayor parte carece de estos sagrados depósitos. Los dos Obispados
sufragáneos de Cartagena y Santa Marta no tienen todavía Colegio Seminario
como dispone el Concilio de Trento, ni a su semejanza otro alguno, y sólo
se piensa con ocasión del extrañamiento establecer en Cartagena en que
sería notoria su utilidad, pues en la actualidad toda a la juventud de ambas
provincias acude a esta ciudad, a excepción de pocos, que suelen cursar en
los conventos de regulares, y vienen después a graduarse. En el Obispado y
provincia de Popayán existe un Colegio Seminario muy poco numeroso, y
sin duda no se tendrá toda satisfacción del método de enseñanza y progresos

2
Ibíd., p.13
To ga d o s y L e t ra d o s
170

a vista de que aquellos vecinos que tienen alguna comodidad, remiten a sus
hijos a los colegios de esta capital (…)3.

Los estudiantes debían acudir a Santafé o a Quito, porque en estas se hallan


colegios con capacidad para conferir grados: Nuestra Señora del Rosario y
Seminario de San Bartolomé en la primera, San Luis y San Fernando en la
segunda. Y luego la Orden de los Predicadores les confiere el grado, porque con
la expulsión de los jesuitas ellos eran los únicos con esa prerrogativa. De acuerdo
con Moreno y Escandón, el método Aristotélico de Lógica y Metafísica, es
todo lo que se usa, con algunas “sutilezas inútiles” que trascienden a la Teología
Escolástica en la que se ocupan el mayor tiempo:

Aun la jurisprudencia padece algunos defectos en su enseñanza, no obstante


de que se reconoce que la mayor aplicación a esta ciencia, más introducida de
algún tiempo a esta parte, obliga a mejorar sus estudios; sin embargo de que
no se encuentra otra cátedra de Derecho Civil que la de Instituta y se advierte
grave perjuicio de los que, con una superficial tintura de Derecho Canónico,
logran en dos años el grado, y se reciben de abogados, cuyo daño en parte se ha
remediado con la Real Cédula en que manda S.M: no se confieran grados a los
que no justificaron cinco cursos, ni se admita a examen de abogado al que no
comprobare cuatro años de pasantía4.

En la relación de gobierno del Virrey Espeleta se deja constancia de la naturaleza


de los colegios en atención a su jurisdicción: el del Rosario correspondía al Real
Patronato y en las leyes y constitución de este se había reglado todo lo relativo
a la provisión de empleos de Rector, Vicerrector, catedráticos y colegiaturas
formales, el de San Bartolomé pertenece al Seminario Conciliar y su dirección
al Ordinario Eclesiástico, aunque reconoce al rey su potestad, pero de esas dos
jurisdicciones nacerían muchos conflictos entre estas dos instituciones. Por ello
se le solicita al rey que autorice al Colegio del Rosario las becas o colegiaturas
que se pagaban al Seminario, en tratándose de los estudiantes que aspiraban a
la vida sacerdotal. Se suprimió la cátedra de Derecho Público y se instauró una de
Derecho Real por orden del rey y bajo la autorización de una Junta nombrada por
él. Se deja constancia de cómo, a pesar de que la universidad es llamada pública,
en realidad está bajo el control de la Orden de los Predicadores5.


3
Germán Colmenares. Relaciones e informes de los gobernantes de la Nueva Granada. Tomo I, Bogotá: Biblioteca
Banco Popular, 1989, pág. 239.

4
Ibíd., pág. 241.

5
Ibíd. Relación de gobierno del virrey José Ezpeleta a su sucesor Pedro Mendinueta. Tomo II, págs. 219, 220.
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171

Un dato definitivo sobre el “estado literario” a finales del siglo XVIII lo


encontramos en la Relación que Ezpeleta hace al virrey Amar y Borbón, en el
año de 1803, sobre la necesidad de fortalecer los estudios de las ciencias útiles y
la deplorable formación en las mismas tanto como en otras materias:

Los que la tienen puede decirse que la han adquirido más bien en sus gabinetes,
a esfuerzo de un estudio particular, auxiliado de sus propios libros, que en los
colegios y aulas públicos, estando en ellas limitada toda la enseñanza a una
mediana latinidad, a la filosofía peripatética de Gaudin, a la teología y derechos
civil y canónico según el método y autores que prescribió la Junta de Estudios
de 13 de octubre del año de 1779, derogando al mismo tiempo el sabio plan que
regía apenas desde 74, formado por el Fiscal que fue de esta Real Audiencia,
D. Francisco Antonio Moreno, con una ilustración y método superiores a los
alcances literarios de sus contemporáneos. Con tales estudios nada ha podido
adelantarse a beneficio del país, siendo lo primero conocer sus producciones y
proporciones que aprovecharse de ellas (…)6.

Otro balance sobre el estado de las letras está en la obra de Rivas Sacconi
para quien el siglo XVIII es un periodo de transición. Según él, a partir del
reestablecimiento del virreinato en 1740 la corte virreinal, que congrega estos
vastos territorios, comienza a intensificar su vida cultural. En este repunte juega
un papel esencial la administración del Arzobispo Virrey Antonio Caballero y
Góngora, quien a pesar de poner mano fuerte en el gobierno se muestra generoso
con las artes. El virrey José de Ezpeleta (1789-1797) promueve hechos culturales
como la introducción de la imprenta (1738) la llegada de José Celestino Mutis
(1760) la Expedición Botánica (1738), el Plan de estudios para los Colegios
Mayores (1774) la creación de la primera Biblioteca Pública (Real Biblioteca
de Santafé (1777), la aparición de publicaciones periódicas (1785) el teatro y los
círculos literarios entre otros.

El paso de la vida colonial a la independiente fue lento y el movimiento


independentista y las guerras en buena parte frenaron el ascenso a una revolución
científica. De hecho, la ruptura de toda la formación con un carácter de latinidad
comenzó con el método de 1774:

El plan, redactado, a instancias del virrey don Manuel de Guirior, por el fiscal
Francisco Antonio Moreno y Escandón y aprobado por la Junta Superior de

6
Ibíd. Relación de mando del Virrey Mendinueta al Virrey Amar y Borbón, tomo III, pág. 91.
To ga d o s y L e t ra d o s
172

Aplicaciones el 22 de septiembre de 1774, se cumplió, no sin contradicción,


en los dos Colegios Mayores de Santa Fe; pero, a los cinco años en 1779, la
misma Junta hubo de reconocer que la reforma no había alcanzado los efectos
esperados y buscó una solución de compromiso entre el plan de Moreno y que
anteriormente “servía al gobierno”7.

El Plan de 1774 es testimonio de la coexistencia de formas antiguas y


las nuevas y es un esfuerzo por tratar de introducir ideas reformistas en los
programas que ya existían. Según Moreno y Escandón había notables falencias
en la formación de latinidad, que impedían el acceso a textos, según las directrices
del Plan de Salamanca:

(…) la latinidad se estudia defectuosamente en este Reino, tomándose con


imperfección lo muy preciso para entender aquellos libros, que regularmente se
manejan, y son pocos los que alcanzan cabal conocimiento de ella, y los que se
instruyen en la poesía latina y preceptos de la Rethorica8.

Según el investigador franciscano Eulogio Zudaire el 12 de septiembre de


1774 el abogado y fiscal de temporalidades Moreno y Escandón, entrega al
virrey Guirior su plan de estudios reestructurado, y el 22 de ese mes se convoca
a los miembros de la Junta. El fiscal en la presentación de Plan se ocupa de
ponderar el conflicto provocado por la universidad Tomista con el profesor José
Celestino Mutis (sobre la conveniencia de estudiar la filosofía útil fundada en la
observación de la naturaleza, y en defensa de conclusiones públicas en el Colegio
Mayor del Rosario sobre el Sistema copernicano) y no a la libertad que sobrevino
con la expulsión de los jesuitas y que fue el centro de su propuesta en 1768. Los
motivos de la fundación de una universidad pública están relacionados entre
otros puntos en los siguientes términos, del Proiecto:

(…) Sin embvargo de ser esta ciudad de Santa Fee caueza de su virreynato y del
Nuebo Reyno de Granada, se enquentra tan desnuda del explendor de capital,
que careze aun de aquellos regulares ornatos que en lo político hermosean las
poblaciones, y siruen de fomento a sus naturales. Notorio es que se produze
fértiles prespicazes ingenios, y que por comunes no se detiene la admiración en
los progresos que hazen los más niños en hedad y letras, hasta disputar ventajas
a los provectos en el estudio; pero tamvién es constante que es más admirable
este aprovechamiento en un Reyno que para a- /(fol.5vto.) delantar e instruir


7
Soto Arango. Op. cit., pág. 171.

8
Rivas Sacconi. Op. cit., pág. 231.
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173

su juventud no tiene en sus vastos dilatados términos una Universidad Pública,


que avrigando como madres los ingenios, les estimule con el premio, el honor y
al dignidad a crecer en la doctrina, aumentar sus tareas y cultivar sus talentos9.

Y continúa la justificación de su proyecto en el numeral segundo:

2. Desde los siglos pasados en que necesitaban los hijos de este Reyno ocurrir
a la Universidad de Lima para doctorarse, se presentó esta calamidad a su
Majestad que, deseoso de su alivio, por reales cédulas fechas en San Lorenzo a
veinte y siete de septiembre de mil quinientos noventa y cinco, mandó que la
Real Audiencia y muy reberendo Arzobispo le informasen de ello, y de la forma
en que se podrían fundar las cátedras y situar sus rentas; y con el motibo de las
contiendas que tuvieron las /(fol.6) religiones de Predicadores y de la Compañía
de esta ciudad, se creyó remedio vastante para este daño el otorgarseles como
efectivamente se concedió, a una y otra, la facultad de que pudiesen conferir
grados en facultades mayores10.

Además, establece la necesidad de fundar y dotar de recursos doce cátedras


consideradas necesarias para la formación de la juventud del virreinato, para
evitar que tuvieran que trasladarse (a Lima, México o incluso a España) para
cursarlos:

11. Pero con todo esto no sea bastante para dotar y mantener con seguridad
y permanencia las cátedras, cuyas rentas conviene sean proporcionadas para
sustentar con desencia a los que las sirvan, sin necesidad de ocurrir a otros
arvitros que los diviertan de este único objeto en que deven emplearse, es preciso
solicitar fondo para ello. Porque para merecer el nombre de Universidad Mayor,
/(fol.11) en que ya que no con toda perfección, que en los principios nunca se
logra, alo menos con formalidad y aprovechamiento, se enseñen las ciencias,
son por los menos indispensablemente necesarias doze cátedras, a saber: dos de
teología especulativa de prima y vísperas, una de moral, otros de Escriptura, dos
de cánones de prima y la de víperas, que podrá tratar algo sobre las decretales,
una de prima de leyes, otra de ynstituta, una de prima de medicina, cuya falta
causa compasión en el Reyno, una de artes y dos de latinidad. Sin emvargo de
que en casso de otorgarse el real permiso, se necesita con la amplitud necesaria

9
Guillermo Hernández de Alba. “Proyecto del Fiscal Moreno y Escandón para la erección de Universidad
Pública en el Virreinato de la Nueva Granada, con sede en la ciudad de Santa Fe de Bogotá. Año de 1768”, en:
Thesaurus, tomo XVI, num. 2 (1961) pág. 478.
10
Ibíd.
To ga d o s y L e t ra d o s
174

para que en cualquiera tiempo que se proporcione fundar otras, como de el


Maestro de las Sentencias, de el código y /(fol.11vto.) semejantes, o aumentar
las de artes y de otras facultades, no sea necesaria nueba conceción y recurso.
Para las referidas doze cátedras se requiere la cantidad annual de seis mil pesos,
cada una: las de vísperas, moral, escriptura e Instituta en quinientos pesos, la de
filosophía en cuatrocientos, y en trescientos cada una de las de latinidad11.

Luego de ser puesto a votación aprobaron el Plan y nombraron a Moreno y


Escandón Director Real de los Estudios de conformidad con la Real Cédula de
14 de marzo de 1769. Los nuevos Maestros regulares serán los catedráticos de
la primera promoción cuyos títulos expedirá el Virrey y no el colegio seminario.
El secretario general de la Junta Superior de Aplicaciones Pedro de Ureta, notifica
al Superior provincial de la orden dominica sobre las quejas del Dr. Mutis, y los
cambios introducidos por el Plan de Moreno. Pese a la acogida la misma Junta
de estudios lo derogó el 13 de octubre de 1779. Cuando Guirior se despide
del mando para posesionarse en Perú estimuló a su sucesor Manuel Antonio
Flórez sobre la importancia de seguir adelante en proyecto de erección de una
universidad pública y deja constancia de los aciertos del Plan:

En un solo año se ha podido comprobar el gran progreso de los jóvenes en


la Aritmética, Algebra, Trigonometría, Jurisprudencia y Teología, tomando sus
verdaderos principios en la lección de los Concilios, antiguos Cánones, Sagrada
Escritura y Santos Padres, para que imbuidos en sana doctrina puedan ser
útiles en lo temporal y espiritual al Estado, que aprovechará el fruto de los
ingenios fértiles y perspicaces que produce este Reyno y que por falta de buen
cultivo han quedado muchos sin ejercicio, sepultados en el olvido… y que
privados de la instrucción de las Ciencias útiles, se mantenían ocupados en
disputar las materias abstractas y fútiles contenidas del peripato, privados del
acertado método y buen gusto que ha introducido la Europa en el estudio de
las Bellas Letras12.

El recelo por el poder que los dominicos han alcanzado, es testimonio de


las disputa entre el clero y poder oficial, según Guirior, estos religiosos y otros
regulares “se veían desbordados por las nuevas disciplinas que necesitaban
aprender”. En control a los planes de estudios que estos siguen se expide la Real
Cédula de 18 de julio de 1778 que ordena formar una Junta de estudios para

Ibíd., pág. 481.


11

Eulogio Zudaire Huarte O.F.M. Por los rumbos de la ilustración, con el virrey Guirior. En: Quinto Centenario,
12

11, Universidad Complutense de Madrid, 1986, págs. 132-133.


M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
175

hacerle seguimiento a los frutos del nuevo plan. En la reunión del 13 de octubre
de 1779 se reúne la junta presidida por el visitador y regente del Nuevo Reino
de Granada, Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres, un delegado del virrey Flórez,
el arzobispo de Santa Fe, Caballero y Góngora, Moreno y Escandón y otros
funcionarios reales, además del rector de la Universidad Tomística fray Juan José
Revilla, el rector de San Bartolomé Diego Tirado, el vicerrector del Colegio
de Nuestra Señora del Rosario Fernando Caicedo en representación del rector
Miguel José Masustegui, en esta reunión a pesar de los elogios a la competencia
del fiscal Moreno y Escandón se mostraron desencantados de los logros
acusando “falta de literatura e incompetencia del equipo docente”, pidiendo
retomar el método anterior al Plan, respetando la autonomía de los colegios
para los exámenes finales llamados “tremendas” y la necesidad de estudiar latín
en la formación de los bachilleres como condición de ingreso a la universidad.
En materia de derecho los cambios no fueron significativos:

No parece que se introdujera modificación alguna en los cursos de jurisprudencia


ni que llegara a respetarse con todo rigor el programa filosófico de Goudín, puesto
que vuelve a plantearse la cuestión en tiempo del virrey Ezpeleta y Galdeano
(Santa Fe, 21 de julio de 1791), que manda adoptar dicho texto. Miguel de
Valdecilla, profesor en el colegio del Rosario, renuncia a su cátedra en protesta
Y sus discípulos, en connivencia con los 25 firmantes del colegio seminario de
San Bartolomé, declaran al virrey Ezpeleta que, si no quemaron solemnemente,
a principio del curso, los escritos de Goudin fue “porque la política mira con
horror estos procedimientos”; y que solamente por disciplina, no obstante su
aversión universal, estudian “las más rancias cuestiones del Goudin, sin oponer
una palabras ni murmurar. Estamos educados en estos sentimientos –continúan
declarando los bartolinos –, y aunque resueltos a padecer la última ignominia
antes que abrazar el Peripato, jamás faltaremos a nuestra obligación”13.

Las razones sobre el fracaso del Plan de Moreno y Escandón están al


interior de las disputas con el clero, pero también con algunas prácticas y vicios
en los colegios que relajaban la formación, fomentaban la holgazanería al ir en
contravía del “aprovechamiento del tiempo”, tan celosamente advertido por el
fiscal en el plan de 1774. Temas como las vacaciones o los actos de conclusiones
fueron revisados por el virrey Ezpeleta a petición de los mismos estudiantes. Es
bastante probable el hecho que este método haya sido acusado por su rigor y

13
Ibíd., pág. 134 cfr. Versión completa del Plan de estudios de la Junta de 20 de noviembre 1779. En: Archivo
General de la Nación, colonia, Fondo Colegio, tomo 2 folios 232-332 citado también por Diana Soto Arango.
Op. cit.
To ga d o s y L e t ra d o s
176

exigencias, además de sus acentos ilustrados, pero considerando el regalismo del


mismo fiscal, es lógico el concepto que deja entrever Zudaire, al citar una opinión
emitida por Manuel Mariano Blaya y Blaya, fiscal director de estudios quien en
sesión del 12 de julio de 1795 sigue expresando extrañeza por las razones que
llevaron a la derogación del Plan que en su juicio: “es uno de los mejores que se
han elaborado”:

Por razones que no alcanzo, formaron en esa Junta los vocales el concepto de que
el Plan de estudios del Sr. Moreno… no había tenido efectos correspondientes
al deseo de todos ni a los que inflamaron a su autor; pero es constante que
leyendo con imparcialidad severa, es el mejor que pudo hacerse en aquel tiempo
y circunstancias14.

8.3 Plan de estudios y método provisional de 1774

De acuerdo con el estudio bibliográfico y de fuentes documentales elaborado


por Diana Soto Arango, se puede apreciar la trascripción del Plan de Estudios y
método provisional para los colegios de Santafé hasta tanto se erigiera la universidad
pública en la que tanto se había empeñado el Fiscal Francisco Antonio Moreno
y Escandón para el año de 1774. En el informe del fiscal se destaca la dificultad
de elaborar un método para enseñar, que si bien habían denunciado los sabios
era una tarea difícil en España, lo era aún más para la capital de virreinato, en
donde faltaba una universidad pública, cátedras comunes y se mostraba apego al
escolasticismo. El panorama sobre la circulación del conocimiento y el estado de
la formación pueden apreciarse en los siguientes términos:

Si las universidades de España, teniendo a la mano copia de libros escritos


en la nación de todas las facultades y también los que ha dado a luz naciones
extranjeras, todavía no han encontrado obras adecuadas y proporcionadas a sa-
tisfacer sus deseos para darlas por pauta de enseñanza, ¿cómo podría verificarse
en este reino, donde es conocida la escasez de libros, particularmente de esta
especie y apenas ha llegado la noticia de los autores, más oportunos al intento?
Donde el buen gusto de la filosofóa (sic) moderna, no ha llegado al paladar de
los jóvenes y aun se les aparenta como fantasía vana, e inútil vanidad, opuesta a
la autoridad de los mayores que nos precedieron. En España y en los Reinos de
Lima y México, existe suficiente y abundante número de cátedras, con dotación

Ibíd., pág. 136.


14
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177

bastante, para que los catedráticos, sin devertirse a otro objeto, acudan a llenar
las obligaciones de su ministerio; y en esta ciudad las cátedras son pocas, la renta
muy tenua y a veces ninguna, siendo preciso el amor a la sabiduría y el laudable
celo de los literatos, mirando por el adelantamiento de los colegios donde han
cursado se empeñen en llevar el peso de la enseñanza (…)15.

El informe del Fiscal Moreno se hace mención de los dos centros en la


capital del virreinato autorizados para conferir grados: el Convento de Santo
Domingo de la “sagrada religión de Predicadores” y el Colegio del Rosario. El
primero con capacidad para conferir grados hasta el de Doctor, denominado
Universidad y en donde la orden nombra por Rector a uno de sus frailes y
lectores a los religiosos con los que se forma la directiva en ejercicio de la
autonomía del convento. Dice que son ellos los encargados de recibir los
documentos de los pretendientes para la comprobación de los cursos, reciben
el precio de los grados y las propinas de argumentos que se distribuyen entre
ellos, para todas las materias salvo para la Cátedra de Jurisprudencia, en la que
participan los catedráticos del Rosario para aprobar el grado.

Las cátedras no son públicas, cada convento en privado señala su instrucción,


y es sobre ellas que Moreno y Escandón quiere que se aplique y dé observancia
al Plan y método que el propone para evitar lo que a su juicio son los dos grandes
males con que llegan los estudiantes a las aulas: “espíritus de partido y de peripato
o escolasticismo” y para prevenir la “aligación a escuela o a determinado autor”,
que parcialice el entendimiento y atente contra la verdad:

(…) no deben ser admitidos a estudios los que no vinieren libres de estos dos
perniciosos espíritus y que el gobierno y los dos directores y maestros deben
velar sobre que no se introduzcan en las nuevas enseñanzas, ni que se toleren
sátiras en los asertos o argumentos, concurriendo recíproca y armoniosamente
los dos colegios a solemnizar los actos literarios, públicos de conclusiones,
convidando a los sujetos doctos, que parezcan convenientes, sin la obligación de
aligarse a que los conventos de Regulares concurran por medio de sus lectores,

15
Plan de estudios y método provisional para los colegios de Santafé, por ahora y hasta tanto que se erige Universidad
Pública, o su Majestad dispone otra cosa. Archivo General de Indias. Sección Quinta, Audiencia de Santafé,
Legajo 759. Archivo Jardín Botánico de Madrid. Sección Mutis, legajo 25, Archivo Histórico Nacional de
España Sección Colonia, Fondo Conventos, tomo 32 folios 95-107, sección colonia, fondo Colegios. Tomo 2,
folios 286-309. En: Diana Soto Arango. La ilustración en las Universidades y Colegios Mayores de Santafe, Quito
y Caracas: Estudio Bibliográfico v de Fuentes. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional, CIUP- COLCIENCIAS,
1994, págs. 147-148. Cfr. Con la versión de Guillermo Hernández de Alba. En: Boletín de Historia y
Antigüedades. Vol 23, no. 264-265.
To ga d o s y L e t ra d o s
178

a los argumentos, aunque podrían convidarse, según se estimare por útil, pero
siempre de modo que no se convierta el acto en tumulto de voces y empeño de
parcialidades con encono de las voluntades y detrimento de la caridad cristiana
y de la quietud pública16.

Los intentos por controlar la formación de espíritus contrarios a los dogmas


de la iglesia y al poder monárquico del Rey, están siempre presentes en el Fiscal
Moreno y Escandón, quien refuerza la tesis de una universidad pública para
desestimular el surgimiento de ideas contrarias a esos dos órdenes sociales y
erradicar cualquier adhesión con autores, que atenten contra dichos poderes.
Aun cuando, por sus polémicas contra el Clero está más cerca de ser considerado
un detractor de la Iglesia, el asunto tiene que ver con sus resistencia a aceptar
la idoneidad de algunos clérigos para enseñanza de la doctrina cristiana y la
educación política17.

Señala cómo ambos colegios tienen un maestro de Latinidad, uno de Artes


o Filosofía, dos de Teología especulativa de Prima y Víspera, uno de Teología
Moral y en el seminario uno de Escritura Sagrada18, una cátedra pública de
latinidad dotada de Renta por la Junta de Temporalidades, y un maestro de
Jurisprudencia:

Em Jurisprudencia, tiene éste dos cátedras de prima y víspera de Decretales y


una de Instituta dotadas de doscientos pesos las dos últimas y la primera en
doscientos cincuenta. Las mismas mantiene el Colegio del Rosario, con otra más
del sexto de Decretales, sin dotación alguna a excepción de cien pesos anuales
al catedrático de artes y doscientas cincuenta al de moral de difícil cobranza19.

Sigue entonces con la descripción del Plan y Método empezando por la


Escuela de Niños, advirtiendo el descuido que hay sobre la formación en esas
primeras letras y como esto se refleja al momento de ser admitidos a los estudios
de Gramática, en detrimento de la formación cristiana y política, afectando
notoriamente la formación de escritores y de escribientes para las oficinas
públicas. Señala el Plan para los estudios de Latinidad, el plan de Filosofía año por
año de los tres reglamentarios, el de Teología y el de Jurisprudencia en cinco años.

16
Soto Arango. Op. cit., pág. 149.
17
Cfr. con el documento exceso de abogados en el que tranza una discusión con el padre Buenaventura de la Orden
de Predicadores (Anexo).
18
Cfr. con el Plan de estudio de la Orden de Predicadores (Anexo).
19
Ibíd, pág. 149.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
179

Establece cómo al final de estos dos últimos los estudiantes suelen permanecer
en los Colegios para perfeccionar su instrucción y prepararse para la Oposición
de Cátedras. Ellos son bastante útiles a los Colegios porque estos individuos
sirven de guía a los estudiantes de cursos menores y pueden dar ejemplo a los
menos antiguos, por lo que deben gozar del apoyo de los rectores. Además
establece que a estos estudiantes puede “prescribírseles siendo teólogos, un año
de estudio de la historia eclesiástica tomando por norma a Natal, Alejandro y
el erudito Abad Fleuri, con cuya historia traducida al idioma latino, adquirirán
una erudición nada vulgar”20 y para los juristas ese año se aplican al estudio de
la Política y de todo lo que concierne al gobierno al interior del Estado, para lo
que se prescribió en España:

(…) el tomo primero de las instituciones Políticas de Barón de Bielfield


traducido a nuestro idioma, de que podrán pedirse ejemplares conviniendo
que para la oposición a cátedras sea preciso requisito el de este curso, que
solida el conocimiento de cada una de las facultades que anteriormente se han
estudiado21.

8.4 El plan de Jurisprudencia de Moreno y Escandón

De acuerdo con Moreno y Escandón la mayoría de los estudiantes en la


ciudad se inclinan por la jurisprudencia con carácter canónico y no a la secular
del ejercicio de la abogacía, también llamada jurisprudencia civil, haciendo una
crítica a la manera arbitraria como se seleccionan los textos o manuales y la
forma como se enseñan, carente de método:

Los catedráticos de derecho canónico arbitrariamente y sin orden, eligen uno o


más títulos de algunos libros de las Decretales de Gregorio Nono y se detienen
todo el año en editar comentarios o relecciones para la exposición de sus textos,
sin dar idea a los discípulos de la autoridad, origen y verdadera naturaleza del
derecho canónico, sus compilaciones, fuentes de que se derive y defectos que ha
padecido su colección en los siglos pasados con principios adulterados y a veces
falsos; admiten indistintamente y sin discernimiento una autoridad absoluta,
en varias máximas que lastiman la regalía y que después no es fácil que se
borren como era necesario para juzgar imparcialmente en los tribunales donde
abogan y deciden como jueces, ya eclesiásticos, ya seculares siendo ésta la causa

20
Ibíd., pág. 165.
21
Ibíd., pág. 165.
To ga d o s y L e t ra d o s
180

de muchas ruidosas competencias nocivas a la quietud pública ocasionadas de


no indagar la naturaleza y armoniosa consonancia de las dos jurisdicciones y
distinguir sus límites; (…)22.

Moreno advierte cómo la falta de un método que ponga punto final


a la deficiente formación de jueces y litigantes ante los tribunales de las dos
jurisdicciones, es la causa principal de los fraudes y escándalos promovidos por
los juristas, quienes no cumplían los compromisos que su juramento profesional
les imponía y que la Corona mandaba a las universidades y a los maestros.

El límite entre las dos jurisdicciones era una preocupación del Fiscal quien
señalaba que hacía falta la formación en derecho de los Romanos, o “derecho
civil adoptado por el general consentimiento de las naciones” y el “derecho
patrio y canónico”23, al no existir facultades en las que se pudiera estudiar por
separado ambos derechos, se podía apelar a fijar un solo curso que los contuviera
a ambos pero que se ocupará de revisar sus fundamentos, principios, elementos e
importancia para que cada uno sirva luego a sus propósitos, en un plan de estudios
de cinco años, que se estiman suficientes para que el discípulo los comprenda.
El programa para cada uno de los años era muy básico y orientado a destacar
unos pocos textos esenciales para el proceso de aprendizaje, que comparado con
las obras que estaban disponibles en el virreinato coadyuva la posición de un
método laxo.

Primero y segundo año de Jurisprudencia estaban orientados a la formación


básica en historia del derecho Romano, ritos, autoridad de los tribunales y
magistrados, así como el origen de las leyes a partir de la obra de Justiniano. El
catedrático debía proceder teniendo en cuenta este orden:

(…) explicará los cuatro libros de la Instituta de Justiniano, dividiéndola en


dos libros por año con la precisa obligación no sólo de omitir o pasar a la ligera,
los títulos o párrafos menos importantes sino también de exponer las leyes
reales, concordantes, su conexión y nervio, valiéndose para la explicación de
los primeros de los comentarios de Arnoldo Vinio, y notas de Heinecio y para
los segundos podrá auxiliarse de la Instituta de Torres que refiere algunas leyes
reales y podrá ilustrar en explicación dedicándose a formar un cuaderno de
apuntamientos y reflexiones más útiles, que servirán después de auxilio, para
arreglar un compendio metódico, digo de la luz pública, que será más apreciable

Ibíd, págs. 165-166.


22
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
181

trayendo siempre lo dispuesto en las Leyes de Indias que tuvieran alguna


particularidad, que altere o varíe lo establecido en el derecho romano y aún
en muchas leyes de Castilla, partida y otras anteriores para que de este modo
formen los estudiantes segura, aunque no perfectamente completa idea de
nuestro derecho patrio que les facilite el camino a lo forense y práctico ejercicio
de los juicios y acciones legales en que tienen mucha consonancia nuestras leyes
con el derecho romano, (…)24.

La idea era hacer más fácil el estudio a los cursantes y enfatizar en el derecho
civil sin descuidar el “derecho patrio”, de manera que se pudiera salvar el hecho de la
insuficiencia de fondos para separar la enseñanza de ambos, y dándole a cada curso
9 meses para distribuir el tiempo entre los Proemiales, con una instrucción sobre el
objeto de la jurisprudencia, su conducencia respecto al derecho público y privado.
El método pedía aprender de memoria los párrafos de la Instituta para percibir su
sentido y explicación y así mismo las reglas contenidas en los títulos de Verborum
significatione y Regulis Juris, con exposición de sus limitaciones y ampliaciones.

El tercer año de Jurisprudencia se iniciaba con el estudio del Derecho canónico,


y en él correspondía al catedrático explicar sus fuentes, origen y autoridad. Para
ello se apoyaría en los Concilios, libros de Santos Padres y decisiones recibidas
con el consentimiento universal de la Iglesia, señalando los defectos de las
antiguas compilaciones y las Decretales verdaderas de las apócrifas, de acuerdo
con los siguientes textos:

(…) podrá por ahora valerse el catedrático de Antonio Agustín, de las prenociones
canónicas de Douviat y de los que sobre estos asuntos expone eruditamente
Vanespen en su tratado histórico canónico, que podrá servir de pauta al catedrático,
para que con estos sólidos principios, en que se advierte el espíritu de la Iglesia y
la variedad de tiempos y sucesos con que ha tomado incremento su jurisdicción,
note la compete soberanía, por su nativa institución y por sus regalías, a efecto de
que con estas luces, puedan los estudiantes discernir en el resto de su carrera los
límites de ambas jurisdicciones y sus prerrogativas, (…)25.

El fiscal advierte el especial cuidado en valorar los aportes de la Regalía para


el establecimiento de esa jurisdicción y su interés en preservar la pureza de la
religión. Advierte cómo estos conocimientos del derecho canónico son esenciales

23
Cfr. Clavero. Op. cit.
24
Ibíd. págs. 166-167.
25
Ibíd., págs. 167-168.
To ga d o s y L e t ra d o s
182

para los eclesiásticos y para los seculares que aspiran a ser canonistas, previniendo
la decadencia de la iglesia bajo la protección y asistencia real. En este tercer año
se debe informar a los discípulos sobre los Concilios, su autoridad y requisitos
legales, dejando lo dogmático a los Teólogos, sin dejar de mostrar la incidencia
monárquica en sus convocatorias y celebraciones. Recuerda no desconocer el
Tomo Regio del rey Carlos III para los concilios provinciales de América, por
las especiales circunstancias que lo hacen soberano, patrono y conquistador de
las Indias, de la mano de la Religión Católica para la propagación de la Fe.

El Cuarto y Quinto año de Jurisprudencia, expresaba, debía centrarse en el


estudio de las instituciones canónicas, divididas como se hizo con el derecho civil y
siguiendo el método que el Rey dispuso para la Universidad de Alcalá de Henares,
con la diferencia de que aquí habría un solo catedrático. El plan de estudio pedía:

(…) se explicará la Partida de Inocencio Cironio, auxiliándose con la viva voz


del maestro lo más adecuado del Vanespen y después podrá valerse del curso
canónico de Ángel y del mismo Vanespen y sus más notables especies, cuidando
de instruírse de aquello que más se necesita y contribuye para el uso de los
juicios de tribunales eclesiasticos de la nación, para los cual será muy oportuno
que el catedrático se aproveche de la importante piadosa y sólida doctrina que
contienen las instituciones del Abad Fleuri, ya que como expresa el claustro
de la Universidad de Alcalá, no pueda proponerse como modelo por no haber
guardado en ellas el orden de los títulos de las decretales y ser tan difícil destinar
otra obra adecuada en las circunstancias, en que por ser justo descartar muchos
principios vertidos por los canonistas ultramontanos, debe ser mayor el cuidado
para satisfacer la obligación del juramento de no enseñar, no defender cosa
directa o indirectamente contraria a la regalía, (…)26.

Finalmente, el fiscal Moreno recuerda que se han señalado 5 años de


estudios, conforme a lo establecido en la real Cédula de San Idelfonso de 22
de julio de 1771, expedida como una forma de contener la facilidad con que
se conferían los grados y cómo se seguían emitiendo, así como los correctivos
de no acogerse este plan. El maestro deberá leer el curso a sus estudiantes sin
que este docente pudiera cambiarse durante el ciclo que daba inicio el 18 de
octubre de ese año 1774.

De acuerdo con Eulogio Zudaire, en su estudio sobre el trasiego de la


ilustración durante el virreinato de Manuel Guirior, el plan de estudios de 1774

Ibíd., págs. 169.


26
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
183

se hizo con base en la Real Cédula de San Idelfonso de 22 de junio de 1771, para
los tres primeros cursos y en los dos siguientes se sigue la línea de los estatutos
de la Universidad de Alcalá. Los dos primeros se dedican al derecho romano y
su relación con el derecho español y la historia de Roma, permitiéndoles en el
sentir de Leodolpo Uprimny, una sólida formación basada en las Partidas, las
leyes de Castilla y las de Indias. Pero Zudaire agrega que la formación no perdía
de vista la clara definición de los límites entre el derecho canónico y el civil.
Frente al tema de los textos pondera los básicos, a seguir en el plan de Moreno
y que estaban en boga entre los peninsulares:

En nada difieren los libros de texto y de consulta de los que más bogaron en
España por los días de la ilustración: Elementa iuris civiles de Arnold Vinnen o
Vinnio, con notas de otro ilustre romanista, Joahn G. Hieneccius; Specimen
iuris ecclesiastici de Jean Doujt (1609-1681); Collationes Decretalium… del
arzobispo de Tarragona, Antonio Agustín, publicadas por Mayans y Siscar;
El Collegium universi iuris canonici, del eminente benedictino austriaco
Luis Ángel (1646-1728); Ius ecclesisticum, la obra escandalosa de Iovaniense
Bernard Van Espen (1646-1728), que desde 1703 tuvo sus obras incursas en
el índice de libros prohibidos27.

El plan de Moreno no prosperaría. A este le siguieron otras brillantes


iniciativas como la del arzobispo-virrey Antonio Caballero y Góngora con su
Plan de Universidad y estudios generales para la ciudad de Santa Fe de Bogotá, del 13
de julio de 1787, quien acompaña su proyecto con una representación en la que
reitera las 18 cátedras que deben fundarse en la nueva universidad:

El Plan que me propongo se compone atendiendo al número de discípulos,


proporción de maestros y otras circunstancias de lugar, de 18 cáthedras, a saber:

1ª. De primeras letras,


1ª. De gramática latina
1ª. De humanidades,
2ª. De filosofía,
1ª. De matemáticas,
1ª. De botánica,

27
Eulogio Zudaire Huarte. “Por los rumbos de la ilustración, con el virrey Guirior”, en: Quinto Centenario,
11 Universidad Complutense de Madrid, 1986, p. 128, cita a Leopoldo Uprimy, “Capitalismo Calvinista”,
en: Universitas, Bogotá, 1953 no. 5 pág. 124 en relación a los efectos del plan de estudios comparado con la
formación de segunda mitad del siglo XX.
To ga d o s y L e t ra d o s
184

1ª. De Chimia, (sic)


2ª. De medicina,
1ª. De derecho canónico,
1ª. Del civil,
1ª. De locis theologicis,
1ª. De historia y disciplina eclesiástica,
1ª. De sagrada Escriptura,
2ª. De teología dogmática y especulativa.
1ª. De moral28.

Con todo en este nuevo plan, la necesidad de cátedras sobre ciencias útiles
y la tajante diferencia entre derecho canónico y derecho civil, será un elemento
clave en la formación jurídica, que solo podrá hacerse tangible ya avanzado el
siglo XIX.

Las obras de Vinnio, Hieneccius, Cironio y Van Espen recomendadas en


el plan de Moreno y Escandón, en el de la Junta de 1779 están presentes en la
mayoría de las bibliotecas que transcribimos, sin embargo, la obra de Bielefeld
no se registra y es claro que seguía en estudio la obra de Bobadilla. Se puede
apreciar que las obras de contenido canónico eran mayores en número en relación
con las jurídicas. De hecho, como se verá en el capítulo sobre el corpus material
de las bibliotecas jurídicas neogranadinas, las primeras han superado el paso del
tiempo y se encuentran en los archivos físicos de algunas órdenes religiosas.

Guillermo Hernández de Alba. “Representación del arzobispo-virrey para promover la erección de una
28

universidad mayor en la ciudad de Santa fe de Bogotá (1787)”, en: Thesaurus, tomo XVI, num. 1, 1961, págs.
178-179.
Capítulo 9

Algunos manuales
para el estudio del derecho

l margen de las investigaciones sobre la forma de acceder a


los textos en el periodo anterior al surgimiento de la imprenta
y en virtud de los mecanismos retóricos de corte medieval
para la formación académica en las nacientes universidades
europeas, algunos estudiosos advierten cómo desde el siglo
XII, existen textos esenciales para un estudiante de derecho.
De acuerdo con lo que hemos expresado en el capítulo anterior los planes de
estudio de los abogados en la Nueva Granada, además de estar unidos a las
concepciones político teológicas que procuraban conservar el orden jurídico y
social imperante, eran el reflejo de un esfuerzo ilustrado que avivaba el debate
sobre las ciencias útiles pero mantenía el statu quo sobre las ciencias sociales,
en especial del derecho. Las obras del derecho romano serán esenciales en el
proceso de conservación de ese orden, ya antes anotamos cómo ellas tenían en
su momento la misión de mantener sólidas las bases de imperio romano y su
dominio sobre los pueblos conquistados. Ese mismo criterio lo seguirían las
obras el derecho canónico de base románica.

Pérez Perdomo en su caracterización de los profesores y abogados, herederos


de la tradición del derecho romano, anota cómo además del Corpus juris civilis y
los textos fundamentales del derecho canónico, el Digesto y las Institutas, eran ya
obras esenciales para la formación de los abogados:
To ga d o s y L e t ra d o s
186

Trasladémonos a Bolonia en el siglo XII, sede de la primera universidad


fundamentalmente centrada en los estudios jurídicos. Irnerio (m.1130?) y luego
Ugo, Rogerio y Azzo, entre otros grandes maestros, leían y explicaban el Digesto.
También se estudiaba el Decreto de Graciano y otras obras de derecho canónico.
Las Instituciones, un texto introductorio, y el Código no se consideraban muy
importantes, podían ser explicados por bachilleres1.

La naturaleza de este estudio pretendió dar cuanta de los libros esenciales


para la formación de abogados en la colonia neogranadina, abordó los textos
del derecho como una totalidad, bien que en ellos se encuentren las fuentes
legales, las doctrinales e incluso las jurisprudenciales, pero es válido aclarar que
en esta indagación el interés central se desplazó a las fuentes doctrinales, es decir,
los libros fruto de los ejercicios doctrinales de juristas en la línea del derecho
civil, de la jurisprudencia práctica (antecedente del derecho procesal), y de otras
ramas del derecho. Se dejó de lado, intencionalmente, la revisión de los cuerpos
normativos, o codificaciones desde las Instituciones de Justiniano, (y sus glosas),
las Decretales o los fueros de los reinos españoles, hasta las Recopilaciones de leyes
de Indias, en atención a que han sido documentadas en su mayoría y aparecen
igualmente citadas en algunas de las bibliotecas que transcribimos.

En este recorrido por los llamados libros o manuales de estudio, apenas sí


nos acercaremos tangencialmente a algunos de ellos, más por su posibilidad de
acceso, que por una real postulación de su carácter como “textos de consulta
básica”. Hemos advertido la necesidad de estudios específicos por los procesos
de recepción de algunas obras que son postuladas como básicas, por autores
posteriores y no por los mismos usuarios de dichas lecturas en el marco donde
fueron escritas, o gozaron de sus primeras ediciones.

9.1 Las obras de juristas neogranadinos

Por otra parte, se encuentran las obras de juristas (canonistas y civilistas) del
virreinato, entre ellas se destaca el aporte de Francisco Suárez en la consolidación
del pensamiento político de los juristas y prohombres de la revolución de 1810,
en su afán por desconocer el orden legítimo imperante durante tres siglos, en
procura de la creación de un nuevo estado. Desde la misma escuela católica y
siguiendo la línea tomista y aristotélica, Suárez elabora un tratado de derecho


1
Rogelio Pérez Perdomo. Los abogados de América Latina. Una introducción histórica. Bogotá: Universidad
Externado de Colombia, 2004, págs. 28 y ss.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
187

natural de contenido canónico y civil en su obra de Legibus ac Deo Legislatore,


más tarde completada por su Defensio Fidei, para concebir una noción de Bien
común, como la meta última a la que debe dirigirse la acción prudente y justa del
gobernante, de acuerdo con Gómez Hoyos, el bonum commune es el eje de su
pensamiento político y filosófico:

Durante varios años penetró a fondo en todos los temas jurídicos, hasta
publicar en 1612 en Coimbra su Tractatus de Legibus ac Deo Legislatore, mirado
con justicia como “una Suma o Enciclopedia del Derecho, tanto natural
como positivo, tanto canónico como civil; consuetudinario y escrito; en que
todas las leyes, clasificadas en orden, se exponen y discuten en sus principios y
consecuencias con el concurso de todas las autoridades y opiniones conocidas”,
según el autorizado sentir de Adolfo Franck, Profesor del Instituto de Francia2.

Gómez Hoyos se refiere a otros autores españoles que siguen la tradición de


Santo Tomás y de Suárez, como los autores de la escuela española del siglo XVI,
es decir, Alfonso de Castro, Domingo de Soto, Francisco de Vitoria y Domingo
Bañez. El franciscano De Castro, es considerado uno de los padres del derecho
penal y en su obra De potestate legis poenalis, desarrolla el concepto de tiranía
como ley dada para la conveniencia privada. Señala cómo la República es un
cuerpo formado por individuos particulares, aun por el rey mismo, que deben
mirar por la comunidad antes que por su propio interés (cuerpo místico).

De Soto, en De Iustitia et Iure, señala cómo Dios ordena el poder civil mediante
leyes naturales que participan de su ley eterna. Los hombres congregados se
ayudan unos a otros una vez formada la República, para gobernarse o delegar
el poder a un rey, en una clara referencia al poder espiritual y al temporal, de
origen divino pero distintas jurisdicciones: la eclesiástica y la civil. De Vitoria,
señala cómo las leyes dadas por la República obligan a todos, incluso al rey,
lo que es considerado un antecedente del estado de derecho y un freno a las
arbitrariedades del monarca. El mismo planteamiento seguiría, Bañez, con
De Fide, Spe, et Charitate, De Molina, en De iustitia et Iure, así como Juan de
Mariana, quien ocupa un lugar destacado por su incursión en temas históricos,
económicos, filosóficos y políticos, el más significativo aporte de Mariana a la
ciencia jurídica lo hace desde su obra De rege et Regis institutione (editada en

2
Rafael Gómez Hoyos. La revolución granadina de 1810. Ideario de una generación y de una época 1781-1821.
Tomo I, Bogotá: Instituto Colombiano de Cultura Hispánica, 1982, pág. 76, en cita del Comptes rendus de la
Academia de Ciencias Morales y Políticas de París, Tomo 53, 54, “les publicistes du XVIII siecle. L´Ecole de
la resistente: Suárez”.
To ga d o s y L e t ra d o s
188

Toledo: 1598 solo aparecerá publicado hasta 1845) en donde hace un análisis
crítico de los males del sistema monárquico3.

Por otra parte, de acuerdo con la edición digital de la Biblioteca Nacional de


España, entre los libros del siglo XVII destinados al estudio de la jurisprudencia;
y referidos, sobre todo, a los códigos justinianeos, se encuentra la obra Arte
legal para el estudio de la jurisprudencia, del jurista Bermúdez de Pedraza. Se
transcriben la portada, la censura y las erratas para ir perfilando el carácter
de tales libros y el hecho de estar sometidos a los controles ordinarios para el
comercio y circulación de textos:

ARTE LEGAL PARA EL ESTUDIO DE LA JURISPRUDENCIA

A don Melchor de Chaves y Mendoza, cavallero del Abito de Alcantara, hijo


del señor don Iuan de Chaues y Mendoza, caballero del Abito de Santiago,
presidente de ordenes, y de la camara de su majestad.

La prudencia humana, dizen señor, que tiene algo de adivina; pero yo sin tener
nada Della profetizo a V.M. por bien afortunado, finacer de padres nobles es
fortuna, y de sabios y nobles gran fortuna, porque si estos dan calidad, aquellos
califican el alma con su industria.

Marco Tulio desde Roma dio documentos a su hijo Marco, estudiando en


Atenas, el señor don Iuan desde Madrid cultiva la planta tierna de V.M. con su
doctrina. Bien conozco que su cuidado no necesita del mio; pero reconozco en
mi deseo sus beneficios, y en mi desvelo sus ocupaciones, para remitir a V.M.
por escrito los rudimentos que avrá oido de su boca, con una exposición a los
diez y seis libros del Empe (1r) rador Justiniano, Epitome breve del Derecho,
declarando sus rubricas con luz y brevedad, tan nueva como necesaria, en los
primeros estudios, en que asseguro a V.M. que haziendose dueño dellas, lo será
también de la Iurissprudencia, dando mui presto a las catedras maestro, a los
Consejos Ministro, y a su casa mayor gloria, como yo su capellan deseo. Guarde
nuestro señor a V.M. Granada 21. de Diciembre, 1632. años

El Lic. Bermúdez
De Pedraca ( 2v)


3
Ibíd., Gómez Hoyos. Parte segunda: las ideas políticas del padre Suárez y de la Escuela española de los siglos
XVI, XVII y XVIII, págs. 75-144.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
189

Censura ( 3r)

He visto por mandato de v. alteza un libro del licenciado Bermúdez de Pedraca,


abogado en esta corte, intitulado, Arte Legal para estudiar la jurisprudencia, y
assi por su buen estilo y curiosidad, como por el provecho de su materia, que dá
luz y facilita los principios a los nuevos profesores del derecho, me parece digno
de que V. alteza honre a su Autor, y le dé la licencia que pide. En Madrid a 20.
de mayo de 1610.

El licenciado Ivan Antonio


de Herrera SV.

( 4r)
Suma de la prorrogación del privilegio del Arte Legal

Tiene el licenciado Bermúdez de Pedraca prorrogación por quatro años para


poder imprimir y vender el Arte Legal, con prohibición que ninguna persona le
imprima, ni venda sin su licencia, como consta de la cédula original, firmada del
rei nuestro señor, y refrendada de Iuan Lasso de la Vega su secretario.
Fecha en Madrid á 30, dias del mes de Diciembre de 1628. años.

Suma de la prorrogación del privilegio de los doze libros del codigo.

Asimismo tiene prorrogación por otros quatro años para imprimir la exposición
de los doze libros del Codice de Iustianiano, con la misma prohibicion, como
consta de la cedula original, despachada en el mismo día, mes y año que la de
arriba, ante el mismo secretario.

Suma de la Tassa

Los señores del Consejo Real de castilla tassaron cada pliego deste libro a quatro
maravedis y medio, como consta de la fee que dello dá Martin de Segura escribano
de Camara del Rei nuestro Señor en Madrid á 15. de Diciembre de 1632
Tiene sesenta y quatro pliegos, y a quatro maravedis y medio monta 288,
maravedis en papel. E.R.

El arte legal para el estudio de la jurisprudencia, es una obra que se encuentra


referenciada en otros documentos de época, aparece en algunos de los catálogos
de las bibliotecas que circulaban con carácter público y privado, durante todo el
periodo colonial neogranadino. Algunos de estos manuales y particularmente
los referidos a la jurisprudencia práctica, eran una fuente de consulta obligada
To ga d o s y L e t ra d o s
190

para los abogados que realizaban las labores judiciales litigiosas en la Real
Audiencia o en las Cancillerías.

9.2 Manuales para las Reales Audiencias y Cancillerías

Tan importante como el desarrollo de la cultura bibliográfica con la que se


formaban los juristas españoles y que sería el modelo a seguir por sus homólogos
en las colonias del nuevo mundo, es el estudio sobre las prácticas, los usos y los
procedimientos para el desempeño de los abogados. Las reales audiencias son
el escenario natural para el quehacer y el ejercicio de la llamada jurisprudencia
práctica, contenida en gran parte de los manuales de la época y que son el
fundamento del derecho adjetivo:

Al comenzar el siglo XVI ya existían la Real Chancillería de Valladolid, la de


Ciudad Real –trasladada más tarde a Granada– y la de Galicia. Más tarde se
instituye la de Sevilla, Valencia, Mallorca, Canarias y Navarra... La denominación,
salvo en los casos de Valladolid y Granada, fue bastante imprecisa. Los términos
Chancillería y Audiencia, aparecen empleados alternativamente, como recuerda
el brillante García Venero (“origen y vida del Ilustre Colegio de Madrid”)4.

En los manuales de la época se puede observar, además, de las indicaciones


sobre la recepción de la obra en función de los lectores Potenciales, es decir,
desde abogados hasta jueces eclesiásticos o escribanos, la confusión de términos
Chancillerías o Audiencias llamadas a la observancia de las distintas disposiciones
reales. En el caso de la famosa Librería de Jueces, de Manuel Silvestre Martínez
se observa la descripción cuidadosa sobre su destino y contenido, así como
las autoridades encargadas de velar por el cumplimiento de la ley. Además se
ratifican las ediciones que se han hecho desde 1567 hasta 1774:

LIBRERÍA DE JUECES UTILISIMA, Y UNIVERSAL PARA TODOS LOS QUE


DESEAN IMPONERSE EN LA jurisprudencia práctica, Derecho Real de España,
y Reales Resoluciones mas modernas de rigorosa observancia; y en especial para
Abogados, Alcaldes, Corregidores, Intendentes, Prelados Regulares, Y Jueces
Eclesiásticos, Parrocos, Regidores, Escribanos, Diputados, Syndicos, y Personeros.
Tomo sexto


4
Op. cit. Historia de los Colegios de Abogados de España. Conferencia del Excmo. Sr. D. Manuel Iglesias Corral
en el Ilustre Colegio de Abogados de Málaga con motivo de su bicentenario. Manuel Iglesias Corral. Cita a
García Venero “Origen y vida del Ilustre Colegio de Madrid”.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
191

En que se hace resumen, y exposición universal, y particular decisiva de todas


las Leyes, y Autos Acordados de que se componen los libros II y III. de la
Recopilación, y por orden metodico de la Novisima que se ha reimpreso,
y añadido en el año 1772. Y asimismo de las Reales Cedulas, Ordenanzas,
Instrucciones, Decretos, Resoluciones y Pragmáticas, que antes, y después
se han publicado; con los nuevos Establecimientos Creación de Alcaldes de
Barrio en la Corte, y Ciudades donde hay Chancillerías, ó Audiencias y demás
Providencias no recopiladas, con que se manifiestan las variaciones que ha
havido en el Real Derecho, desde la primitiva impresión del año de 1567. hasta
el presente de 1774.
Dedicado al Exc.mo Sr. Conde de Aranda su autor el lic. D. Manuel Silvestre
Martínez abogado de los Reales Consejos, y del Colegio de los de esta Corte:
Opositor á las Cathedras de Canones, y Leyes de la Universidad de Alcala:
Alcalde Mayor que ha sido por. S. M. de las Ciudades de Huesca, Faca, y
Ciudad- Rodrigo.
Con Privilegio: EN MADRID:
En la imprenta de Blas Román, Plazuela de Santa Catalina de los Donados.
Año de MDCCLXXIV.

Esta librería de jueces hace acopio de la legislación contenida en la Recopilación


y en la Novísima Recopilación de las leyes de Indias, que eran normas de obligada
consulta desde finales del siglo diecisiete y en buena parte del dieciocho. También
se puede contar con otros textos de carácter didáctico como:

INSTRUCCIÓN JURIDICA DE ESCRIBANOS ABOGADOS Y JUECES


ORDINARIOS DE JUZGADOS INFERIORES.
Don Joseph Juan y Colón, Madrid, 1760.

Libro primero.
De la justicia, derecho, ley, jurisdiccion, y fuero, su defincion, y exercicio de todo.

Capitulo primero
De la justicia, y Derecho

Definicion de la Justicia.

La justicia es una constante, y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que es


suyo. Arist.5. Ethic. Senec. Lib.II.epist.16 infit.in princip. De Just. y Jur. L. I.
tit.2.p.3 Dicese constante, y perpetua voluntad, porque ha de ser el ánimo del
hombre obrar siempre lo recto, y justo, aunque las leyes, costumbres, y tiempos
sean diversos. Sant. Thom.2.2. q.art.I. tom.II. (A)
To ga d o s y L e t ra d o s
192

2. Dividese la justicia en legal, distributiva, y comunicativa. Legal es aquella, que


tiene por oficio ordenar rectamente las partes el todo, a saber es, mirar por el
bien público, o comun, que es quando los vecinos de una República contribuyen
con su asistencia al beneficio de esta en general. La distributiva, es la que dirige
rectamente el todo a las partes a igualdad, ó proporcion geometrica, que es
cuando el Superior en nombre de la República reparte entre sus individuos los
bienes comunes, honores, premios, y dignidades con igualdad de los meritos
de cada uno. Y la Comunicativa, es la que se ordena de parte a parte en los
mutuos contratos humanos; y esta es que propiamente se llama justicia, y la
madre de todas las demás virtudes, porque mira a la igualdad de una cosa por
la otra, y repartir los premios, y penas, según los meritos, y delitos de cada uno
respectivamente.

3. Pintan los modernos a la Justicia en la Imagen de una Doncella, con una


espada de dos cortes en una mano, y un peso en la otra, significando por aquella
el castigo, que ha de usar con los malos, y los dos cortes de aquella, la igualdad
que ha de guardar a todos assi al pobre, como al rico, sin amor, odio, passion,
ni interés; de que nos dio el mayor exemplo el justo Emperador Trajano, sobre
ser Gentil, quando le dio la espada al Prefecto Pretorio, diciendole: toma esta
espada, y usa de ella en mi favor, si gobernase justamente; y si no, contra mi.

El tema de las reediciones de los textos jurídicos es un asunto corriente en


la época, en virtud de la cantidad de libros impresos en cada edición y a la
importancia creciente de los textos por su carácter práctico. En el caso de la
Instrucción Jurídica, fueron muchas las ediciones que se vieron en un periodo
relativamente breve. Sin duda, las ediciones ofrecían un panorama en donde
las fórmulas latinas eran restringidas a favor de las glosas o comentarios a
las diferentes instituciones, con inclusión de prólogos, erratas, advertencias y
dedicatorias, licencias de circulación y en muchos casos biografías de sus autores:

INSTRUCCION DE ESCRIBANOS EN ORDEN A LO JUDICIAL:

Utilisima tambien para procuradores y litigantes, donde sucintamente se explica


lo ritual y forma de proceder en las Causas Civiles y Criminales, así en la teórica
como en la práctica, FUNDADA SOBRE LAS LEYES REALES y estilo de
tribunales Ordinarios

Escrita por D. Joseph Juan y Colom, Bachiller en Sagrados Cánones, y


Escribano de los Reynos de S.M. natural de Valencia octava impresion con
privilegio. Madrid por D. Joaquin Ibarra, Impresor de Cámara de S.M. año
MDCCLXXV A costa de la compañía de Impresores y Libreros del Reyno.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
193

Prologo al que leyere

Prudente lector, octava vez te ofrezco en la prensa esta Instrucción, que


agradecido de lo bien que fue recibida en las siete primeras. Y si acaso llegaré
á tus ojos un libro en octavo, incluso de seis pliegos y medio, que sacó á luz
en Valencia el Doctor Joseph Berní, abogado, en el año de 1739. Dividido en
dos partes, titulando la primera: Manual de testar, dividir y partir; y la segunda:
Discurso á esta mi Instrucción; te suplico andes con tiento en seguir su doctrina,
por contener diferentes proposiciones contra Derecho, como son, entre otras las
siguientes.

Al fol. 13. dice: El testamento abierto se podrá hacer en dos maneras, la primera,
ante tres testigos y un escribano; y la segunda, ante cinco testigos vecinos del Lugar; ó
de siete, sí forasteros ( en caso de no encontrarse otros) Ley I.Tit. 4 lib. 5 Recop. Son
hacerse cargo el Autor que esta ley previene que siendo hecho el Testamento
abierto ante Escribano y tres testigos, deben ser estos vecinos del Lugar donde
se otorgare; y no habiendo escribano, ante cinco testigos vecinos del mismo
lugar, pudiendo se habidos; y no habiéndolos, ni escribano, ante tres testigos,
tambien vecinos del Lugar, ó de siete, aunque sean forasteros de él; pero no
expresa dicha ley, no encontrándose otros, como lo supone el Doctor Berní.

Al fol. 17. Refiere: En defecto de dichas circunstancias, é ó de herederos forzosos, se


puede testar con libertad, pero debe acordarse de su muger, si la tiene, dexándole el
remanente del quinto. Cuya proposición es bien estraña, porque dicha palabra
debe es contra la ley 12. tít. 6. lib. 5. de la Recop. que permite poder el testador
disponer del quinto de sus bienes con libertad, en perjuicio de herederos y si
la referida palabra la trahe por consejo, podía haber advertido en ella que le
parecía conforme á razon legase el marido el remanente del quinto á su muger,
habiéndose portado esta con aquel conforme debia en el matrimonio, y no
absolutamente.

Al fol.29. expresa: Tambien me veo precisado á manifestar á los testadores que no


hagan sustitucion en perjuicio de heredero forzoso, esto es, el padre no haga substitucion
en exclusión de la madre (é ó su muger) del Instituto, porque se originan muchísismos
pleytos. La substitucion es buena é ó permitida, quando no hay heredero forzoso del
instituto (siendo padre de este el testador), y aun no habiéndole, deben en conciencia
ser llamados los parientes mas propincuos y pobres. Y verdaderamente es de estrañar
que el Doctor Berní proponga semejante error, por lo que trahe al fol. 26 de
dicho Manual, con estas palabras: Tiene tanta fuerza el padre para substituir,
que puede nombrar substituto de los bienes de parte de madre al hijo desheredado,
alegando la Ley 6. tít. 5. part. 5 y di del contexto de ella le quedaba alguna
To ga d o s y L e t ra d o s
194

duda de si el padre tenía ó no facultad de hacer substitucion de los bienes del


hijo en exclusión de la madre su heredera forzosa; antes de exponerlo en al
público hubiera ver la ley 12. tít. 5. part. 5. que previene expresamente poder al
padre hacer dicha substitucion en perjuicio de la madre del hijo instituido; cuya
decisión quita los muchísimos pleytos que supone el Doctor Berní: sin que sea
del menor mérito la prevencion que hace, de que no teniendo heredero forzoso
el instituto, deben en conciencia ser llamados los parientes mas propincuos
y pobres, porque esto no es de su pericia, sino de los Teologos Moralistas,
mayormente que en dicho caso dispone el padre por el hijo, conforme a las leyes
que se lo permiten.

Sobre la partición que forma al fol.48. dice en el 49. Tambien es de advertir que
en dicho testamento se menciona, que al tiempo y quando casó dicha Isabel Linares con
el referido su marido, su parte le constituyó dote 50. libras en tal especie. Y sin constar
del entrego de estas mas que por la declaración del padre en su testamento, pasa
el Doctor Berní á hecer cuerpo de ellas y adjudicación, no reparando que el
hijo no está teniendo á tomar en cuenta de su legítima lo que el padre declaráre
haberle dado por ella, respecto de ser factible querer perjudicar al hijo en
beneficio de los demás que tuviere, sino es que el tal hijo lo confiese ó se pruebe
por otro medio, en atención que la legitima no puede ser quitada ni gravada,
según la ley II. tit. 4 part. 6. sí solo por las causas prevenidas en otras leyes.

En esta edición de 1785 se puede observar la despreocupación por respetar


fielmente el título o hacer alusión al primer año de edición, simplemente se dice
que es la séptima edición y advierte los problemas del plagio, en relación con una
edición de 1739, que pretende usurpar el título e inducir en error sobre conceptos
esenciales del derecho civil. El fenómeno de estas “advertencias” es bastante común
hasta bien entrado el siglo XIX, como una manera de legitimar doctrinalmente los
comentarios que se hacían de las Institutas, las Partidas o el Corpus Iuris Civile,
entre otras normas del derecho romano y del derecho español.

Los manuales de derecho adjetivo no son tan comunes y frecuentes como los de
derecho sustantivo, sin embargo, es importante señalar cómo para la época, y con
anterioridad al siglo XVIII, los textos podían gozar de ese doble carácter. Por otra
parte, como se observa en este manual de Derecho Público, el contenido temático
muestra la fusión entre asuntos civiles y eclesiásticos bajo la lógica de un derecho
que regula las relaciones entre el estado y los particulares y entre estos y el clero:

DERECHO PÚBLICO

Escrito en Francés por M. Domat y traducido al castellano por el dr. Don Juan
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
195

Ignacio de Tres palacios y Mier, abogado de los reales consejos y prebéndado de


la Santa Iglesia Catedral de Córdova. Dr. Don Juan Antonio de Trespalacios
(tradujo al castellano) 1788.

Tomo III libro primero con licencia en Madrid, en la imprenta de Benito Caro
MDCCLXXXVIII

Indice de este tercer tomo.


Titulo X. Del clero. Pág.2
Sec.I Distribución de los eclesiásticos. 8.
Sec II De las obligaciones de los eclesiásticos por lo que mira al orden público.
24

Titulo XI. De las personas presisadas por su condición á la profesion de las


armas, y de sus obligaciones. 51
Sec. I. Distinción de las personas. 52
Sec.II. De las obligaciones de que se trata en este título, distintas de las
obligaciones del servicio actual en la guerra, según la conexión que tienen con
el orden público. 57

Titulo XII. Del comercio. 72


Sec. I. De la naturaleza y uso del comercio. 73
Sec. II. De las obligaciones de los que exercen algun comercio. 79

Titulo XIII. De las artes y oficios. 85


Sec. I. De la policía y disciplina de las artes y oficios. 93.
Sec. II. De las obligaciones de los artesanos y gente de oficio 97

Titulo XIV. De la agricultura y cuidado de los animales. 101


Sec. I. Del uso de la agricultura, y el cuidado de los animales por lo que mira al
órden público. 104
Sec. II. De las obligaciones de los que ocupan en la Agricultura, y en el cuidado
de los animales. 107

Titulo XV. De las comunidades en general. 109


Sec. I. De la naturaleza y uso de las comunidades y de sus especies. 111
Sec. II. Del órden de la policía de los cuerpos y comunidades. 119

Titulo XVI. De las comunidades de las ciudades y otros lugares, de los empleos
municipales, y del domicilio de cada uno. 129
Sec. I. De las diversas especies.
To ga d o s y L e t ra d o s
196

Otro manual que por sus reediciones es considerado una obra básica en
la formación de los juristas, bien sean abogados litigantes, jueces en ejercicio
de la magistratura o escribientes de los protocolos notariales, procuradores y
cualquier persona que estuviera interesada en conocer los fundamentos de la
jurisprudencia práctica, es la obra de José Febrero. El texto reformado por José
Marcos Gutiérrez, del cual citamos algunas notas del prólogo referidas a su
éxito en el año de 1825, en donde se publica la sexta edición de la obra en cinco
tomos, se puede apreciar su contenido:

LIBRERÍA DE ESCRIBANOS, ABOGADOS Y JUECES, que compuso Don


José Febrero, Escribano Real y del Colegio de la Corte, y ha reformado de
nuevo en su lenguaje, estilo, método è innumerables doctrinas, ilustrándola
y enriqueciéndola segunda vez con muchas notas y adiciones, par que se han
tenido presentes las reales órdenes modernas,
El licenciado Don José Marcos Gutierrez:
Obra, no sólo necesaria à los Escribanos, Abogados y Jueces, sino tambien
utilisima à los Procuradores, Agentes de negocios, y à toda clase de personas.
Parte Primera
De las cosas públicas y privadas, de los modos de adquirir el dominio de éstas,
de las últimas voluntades y herencias abintestato, de mayorazgos, patronatos
y capellanías, del comercio terrestre y marítimo, de los oficios públicos y otras
varias materias, con las escrituras y formularios correspondientes à ellas.
Tomo primero
Sesta edicion5.

Como puede verse en la trascripción de la portada, los datos sobre su


contenido y los méritos de su edición, pueden verificarse con los comentarios
que en prólogo se hacen del manual de Febrero y sus obras. De hecho, en la
portada de esa edición se recuerda cómo el texto se puede hallar disponible para
la venta en la Librería de Fuente, calle de la Almuneda, en Madrid, lo que de
entrada se convierte en un mecanismo de publicidad para la librería y las otras
obras del autor como: La práctica Criminal de España. En un extenso prólogo de
20 cuartillas, Gutiérrez anota:

El título de Febrero Reformado que hemos creido adaptable á esta obra, causará tal
vez extrañeza à muchos, por parecerles que la tan justamente celebrada Libraría de
Escribanos no necesitaba de ninguna reforma, al menos esencial, ò que difícilmente
podria encontrar un digno reformador. La favorable acogida que ha tenido en


5
José Febrero. Librería de escribanos, abogados y jueces. Edición reformada por José Marcos Gutiérrez, tomo
primero, parte primera, Madrid, 1825. Cfr. con las ediciones de finales del siglo XVIII. Página de portada.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
197

nuestra península y en nuestra Américas, los innumerables elogios con que se la


ha honrado en todas partes, el rápido despacho de muchas largas ediciones, y con
especialidad la admiración que ha causado ver una obra de un escribano superior
por su doctrina, utilidad è importancia à cuantos escritos de jurisprudencia
española han dado à la luz pública en el siglo pasado nuestros letrados; parece no
han permitido advertir defectos substanciales en ella ni aun à las personas que por
su ilustración y talentos son capaces de conocerlos. Pero no obstante hemos tenido
mucho que corregir y mejorar en la Librería de Escribanos, como lo vamos desde
luego à demostrar. (…) El método de Febrero es muy defectuoso, ò por mejor
decir, Febrero no ha seguido ningun método. Ni hay orden en los capítulos, ni en
los parrafos, ni a veces en los números, clausulas, ni oraciones, de suerte que las
materias y especies parecen colocadas por casualidad, ò según han ido ocurriendo
à la imaginación. Solo con ver la novedad que hemos hecho en el órden de los
capítulos de la primera parte, de los párrafos del primer capítulo de esta y muchos
números de aquellos, se conocerá evidentemente esta verdad. Sin embargo no
aseguraremos haber reformado en un todo el método del autor, pues para esto
seria casi necesario formar la obra de nuevo; y ademas algunas especies útiles muy
agenas del lugar en donde se hallan, se han conservado en él, por no haber otro
mas oportuno. (…) Tambien se advierten no pocos defectos en el lenguaje y estilo
de Febrero, y nuestro mayor y mas molesto trabajo ha consistido en reformarlos en
toda la obra, aunque como lo confesamos francamente, no hemos tenido bastante
paciencia para mejorarlos cuanto quisieramos, de manera que puedan tenerse
enteramente por lenguaje y estilo nuestros, como los tendriamos en un escrito
original. A un sin número de frases ò expresiones impropias se han subrogado
otras castizas: à muchos términos bárbaros y anticuados nada necesarios hemos
substituido otros cultos que estan en uso; y à no pocas voces meramente latinas
que usan nuestros jurisconsultos se ha dado la correspondiente traduccion. Como
el lenguaje de casi todos estos, hablen en latin ò en romances es bien desaliñado y
tosco, no es de admirar que jamas haya ocurrido à ninguno desterrar de la noble
jurisprudencia y del respetable foro semejantes expresiones6.

9.3 Los manuales y la censura inquisitorial

Las obras jurídicas, en las dos jurisdicciones, por regla general no sufren
controles rigurosos, ni censuras por el Tribunal del Santo Oficio7. En las

6
Ibíd., prólogo, págs. III, IV, V.
7
Es preciso un trabajo que documente ampliamente la censura inquisitorial a los textos jurídicos en las dos
jurisdicciones, basado en los listados del Index.
To ga d o s y L e t ra d o s
198

portadas y en las dedicatorias hay una autorización expresa del Rey, y las
respectivas licencias eclesiásticas. Las obras que estaban más cerca de la
censura eran aquellas de carácter filosófico, o de ciencias útiles que tuvieran
planteamientos contrarios al dogma católico, y a las tesis sobre la legitimidad
del poder monárquico. En las primeras por su condición de heréticas y en las
segundas por configurar el delito de traición, de sedición o cualquier otro que
atentara contra la potestad del rey.

En relación con los textos que se encuentran en las bibliotecas del periodo
hay registro de algunas obras que circularon en España y en las colonias, pero
que en virtud a los controles inquisitoriales salen de los fondos físicos, entre
ellas: la Ciencia de la Legislación, de Filangieri y Las Instituciones Políticas de
Bielefeld. Mientras que la obra de Bobadilla es un clásico, de obligada consulta
y connotada presencia.

9.4 La Política de Jerónimo Castillo de Bobadilla

Para Uribe-Urán, el estudiante de teología tanto como el de derecho, luego


de sólida formación en latín, en filosofía católica, y luego en teología, y tras haber
obtenido el título de bachiller en filosofía, tomaba el curso de derecho canónico
apoyado en las lecturas de las Decretales de Gregorio XI. Destaca cómo la única
clase de derecho civil (D. Romano y D. Español) se impartía en el Colegio de
San Bartolomé, apoyado en las lecturas de las Institutas, y de la famosa obra de
Castillo de Bobadilla, La política para corregidores y señores vasallos en tiempos de
paz y guerra. En relación con este segundo curso anota:

(…) ofrecía la posibilidad de leer tratados legales encaminados a demostrar,


por ejemplo, el significativo grado de autonomía de los principales cuerpos de
la legislación de Castilla y Aragón (por ejemplo, el Fuero Juzgo, el Fuero Real,
las partidas, y varios Fueros Generales y Municipales con respecto al derecho
romano. El curso era también el momento para leer “la política de Bobadilla
(Bovadilla), un manual ampliamente usado8.


8
Víctor M. Uribe-Urán. “Disputas entre Estado y Sociedad sobre la educación de los abogados a finales de
la etapa colonial en la Nueva Granada”, en: Historia y Sociedad, dic. 1996, No. 3, pág. 40. Ver sobre la obra
de Castillo de Bobadilla, el estudio de Uribe Urán. Preparando “mandarines. “Apuntes sobre la historia de la
ciencia administrativa y su enseñanza en Nueva Granada durante la Colonia y comienzos de la República,
1590-1850”, en: Revista Innovar, Universidad Nacional de Colombia, 1996, No. 7, enero-junio, págs. 87-97 El
tema es retomado en la obra Vidas Honorables. Op. cit., capítulo tercero.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
199

La Política que se publica en el siglo XVI (1597) va ser un libro de cabecera


para la formación de burócratas y administradores, hasta bien entrado el siglo
XVIII, donde, por sugerencia del Fiscal Moreno y Escandón se sugirió el trabajo
de von Biefeld, como un posible reemplazo del texto de Castillo de Bobadilla,
cosa que de hecho no ocurrió.

9.5 La Ciencia de la Legislación de Gaetano Filangieri

La obra de Gaetano o Cayetano Filangieri9 es uno de los textos


jurídicos más importantes del siglo XVIII y a juicio de sus traductores
y editores desde la aparición de su primera edición en 1780, una de las
piezas esenciales para comprender el mundo político y jurídico europeo, en
especial las corrientes renovadoras francesas que se filtraron a España y de
allí al Nuevo Mundo.

Entre 1780 y hasta 1825 se hicieron varias ediciones de esta obra


considerada en la época una verdadera pieza de literatura jurídica. Gozó de
varias reediciones y en principio, con tres ediciones en Nápoles, varias en
Venecia, dos en Florencia, una en Milán y otra en Catania. La noticia de
sus éxitos se difundió rápidamente en otros países. Es en Francia donde se
produce la primera traducción, después de los contactos infructuosos de M.
Lafisses en 1783 y la petición derechos de traducción a M. Duval Orgie, un
abogado y pensionista del Rey, en 1785, hasta que finalmente el autor concede
los derechos de edición al abogado del Parlamento de París M. Gallois en el
año de 1786, quien la publica en dos tomos.

9
Gaetano Filangieri, nació en Nápoles en el 18 de agosto de 1752, de noble cuna, su padre César es Príncipe de
Arianelo y su madre María de Montalvo es hija de los duques de Fragnito. Tercer hijo, desde los 5 años entró
en la carrera Militar y condecorado con el grado de Alférez del regimiento de Samnio, aunque comienza sus
servicios en el año 1766, recibió una formación que correspondía a la época, con profusión en la lengua latina,
lo que le genera una animadversión que será entendida como falta de actitud para las letras, sin embargo su
pasión fue advertida a tiempo y su plan de estudios modificado. A los 17 años quiso dejar el servicio militar
para consagrarse a la letras y la filosofía, además de sus estudios de algebra, matemática y metafísica, porque
consideraba que el verdadero filósofo no debía desdechar ningún conocimiento, su pasión se centró en los
estudios de la moral, la política y la legislación que componen la verdadera ciencia de la legislación. A los 19
años meditó un plan para la educación pública y privada, y más tarde otra obra sobre la moral de los Príncipes
basada en la naturaleza y el orden social, que no concluye pero serán tenidas en la Ciencia de la legislación, y hacia
1774 toma la decisión de profesar como abogado y no para la magistratura o la política como deseaba su familia.
En ese año publica Reflexiones políticas sobre la última ley del soberano, relativa a la administración de Justicia. En
1777 fue nombrado Mayordomo de semana de S.M. y Gentil hombre de Cámara, y por esa epoca Oficial del
Cuerpo de voluntarios de Marina, muere en Italia en 1788 cuando apenas iba a cumplir 36 años.
To ga d o s y L e t ra d o s
200

En Alemania hay dos traducciones, la de Z.R. Zink en Zurich en el año de


1784, con prólogo de profesor de derecho público J.C. Siebenkees en donde
se pone de manifiesto la discusión entre las tesis de Montesquieu y las de
Filangieri, con alusión al reconocimiento general de las ideas del primero y
la confrontación a las del segundo. La segunda traducción es de Gustermann
publicada casi simultáneamente en Viena en 1784, en donde también se
anotan las disputas entre Montesquieu y Filangieri y hace llamar al segundo,
el “Montesquieu de Italia”.

La primera traducción que se hizo de la obra en España fue elaborada por


Don Jaime Rubio, abogado de los Conejos Reales, en 1787. De acuerdo con
el resumen de su contenido que se hace en “el elogio Histórico” de la edición
de 1836, de Donato Tomáis, la edición napolitana de 1780 se componía de los
siguientes temas:

Aunque había formado el plan entero, y tenía preparados los materiales para la
mayor parte de él, había escrito solamente dos tomos que comprendían el libro
primero y segundo de la obra. Dividíase esta en siete libros. En el primero se
propuso esponer las reglas de la ciencia legislativa: en el segundo discurrir acerca
de las leyes políticas y económicas: en el tercero, tratar de las leyes criminales:
en el cuarto, explicar la parte de la legislación que es relativa á la educación, á las
costumbres y á la instruccion pública: en el quinto, hablar de las leyes concernientes
á la religion: en el sesto, de las que se refieren á la propiedad: y en último, de las
que tienen por objeto la patria potestad, y del buen orden de las familias. Publicó
Filangieri á principios del año 1780 los tomos primero y segundo10.

En el año de 1783 se publican los tomos tercero y cuarto de la obra, de los


cuales el libro tercero se refiere a la jurisdicción de los barones y los vicios del
sistema feudal, razón por la cual se gana la enemistad de los señores feudales
quienes ya habían mostrado su desagrado cuando Filangieri en su libro segundo
establece que se eliminen los mayorazgos y fideicomisos y se puedan enajenar los
feudos. En el libro cuarto trata únicamente de las leyes criminales.

En el esbozo histórico de esta edición, el prologuista se refiere a una crítica


que hizo de la obra de Filangieri un matemático llamado José Grippa (1789)
quien cuestiona su planteamiento sobre mayorazgosy feudos exponiendo que
las ideas del jurista atentaban contra el sistema feudal y la constitución de las
monarquías. Sin embargo, el jurista de Catania, José Constancio elabora una

Gaetano Filangieri. La ciencia de la legislación. París: 1780.


10
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
201

defensa (1785) replicando los planteamientos de Grippa, quien no cesó en su


propaganda de desprestigio, aunque sin éxito, y publicó en 1784 la carta de
respuesta que le envió Constancio, y sus propias consideraciones en defensa
de las instituciones monárquicas cuestionadas por Filangieri, en una obra que
llamó: Ciencia de la legislación sindicada, ó sean Reflexiones críticas sobre la ciencia
de la legislación del caballero Don Cayetano Filangieri, Nápoles, 1784, imprenta de
Amato Cons,en 8º11.

De este periodo también procede la censura que el Tribunal del Santo Oficio
hace de su obra, seguramente, por las críticas que Filangieri hace contra el Clero.
Es así como, afirma Benjamín Constant, que las “voces insidiosas” que llegaron a
la congregación del Santo oficio, fueron determinantes de su inclusión al Index,
aunque ello no afectará el fenómeno de su acogida y rápidas traducciones:

Esta congregación hija legítima de y ciega vicaria de la Inquisición de Roma,


ejerció muy luego con la obra del caballero Filangieri el injusto derecho que
suele ejercer con todos los libros que llevan el sello de la verdadera filosofía. La
pureza de la moral, la sublimidad de la religión, que brilla en toda esta obra, se
oscurecieron á los ojos de la Congregación del Índice, por la abolición de las
riquezas de los eclesiásticos, que proponía el autor en el libro segundo, y por
las reformas sobre abuso de poder de los ministros del santuario, que prometía
proponer en el quinto. Fueron estas para la Congregacion del Índice otros tantos
errores dogmáticos; y así, por decreto de 6 de diciembre de 1784, condenó y
proscribió la Ciencia de la legislación12.

Uno de los trabajos más recientes sobre la circulación de la obra de Filangieri


en Hispanoamérica es el de Federica Morelli, en el que se analiza la difusión
y circulación del jurista napolitano en el periodo de la ilustración, finales del
siglo XVIII y primera mitad del XIX, destacando cómo a pesar de su carácter
de secundario en el mundo intelectual europeo, gozó de una “extraordinaria
difusión” en el mundo hispánico. De las 68 ediciones que existen actualmente de
la Scienza Della legislazione, 40 son en italiano y 28 extranjeras, siendo la mayor
parte de ellas publicadas entre los años ochenta del siglo XVIII y la primera
mitad del siglo XIX. Tres años después de su primera traducción al Español en
1790 y a diez de la italiana, encontramos rastros de circulación en Quito, y en
la Audiencia de Charcas en donde era leída por los estudiantes de derecho de la

11
Ibíd., pág. 78.
12
Ibíd., págs. 79-80.
To ga d o s y L e t ra d o s
202

Academia Carolina (1776) creada para la formación de abogados, hasta el siglo


XIX donde la obra ha tenido una difusión tan amplia que permite encontrarla
en las bibliotecas públicas y privadas a lo largo del continente.

La difusión de la obra en Hispanoamérica empieza por España, en donde


los intelectuales la traducen y la introducen en el nuevo mundo. En su mayoría
ellos son formados en la época de la hegemonía borbónica y tiene la intención
de modernizar las instituciones monárquicas a partir de la cultura reformista:

No puede olvidarse que la circulación de la obra de Filangieri (así como de


muchos otros libros de la época), en el mundo hispánico e hispanoamericano, es
el fruto de aquel movimiento reformista y de apertura al racionalismo científico
que encontramos por primera vez en el reino de Nápoles de Carlos III. Esta
experiencia, la napolitana, marcará en gran parte su futura manera de actuar
como rey de la monarquía13.

En esta reconstrucción de la circulación de la Ciencia de la legislación se pone


de manifiesto la relación entre la monarquía española y Nápoles, con vínculos
más estrechos de lo que se ha planteado. También se destaca el papel de los
mediadores entre los dos continentes a través de la enseñanza universitaria.
Uno de sus difusores es el español Victorían de Villaba (1769-1802) natural de
Huesca en Aragón, que llega a América en 1790 como juez de la audiencia de
Charcas (actualmente Bolivia, entonces Virreinato de Río de la Plata) y desde
su cátedra de Códigos en la Academia Carolina, buscó actualizar los contenidos
del “anticuado” Derecho Romano, entre los futuros dirigentes del movimiento
revolucionario de ese virreinato: Mariano Moreno, Juan José Castelli y Bernardo
de Monteagudo, a quines aconsejó la lectura del napolitano. Villaba fue traductor
de varias obras como las Lezioni di Comerico de Antonio Genovesi, y una parte
de la Scienza della legislazione, bajo el nombre de Reflexiones sobre la libertad del
comercio de frutos del señor Cayetano Filangieri, Caballero del Orden de S. Juan,
ambas en 1784.

Por otra parte, Morelli, cita los aportes de difusión hechos por el español José
Pérez Calama, obispo de Quito (1790-1792), poseedor de una gran biblioteca
que deja a la universidad, que trae consigo desde 1765 cuando se radica en
México, en Puebla, y luego en Michoacán y se convierte en una de las figuras más
importantes de la ilustración hispanoamericana, responsable de una reforma al

Federica Morelli. “Filangieri y la «Otra América»: historia de una recepción”, en: Revista Facultad de Derecho y
13

Ciencias Políticas, vol. 37, No. 107, julio-diciembre, 2007, pág. 490, traducción de Andrés Botero Bernal.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
203

plan de estudios quiteños, tanto como de la introducción de otro famoso jurista


napolitano Gianvincenzo Gravina. Pérez Calama contribuye con la difusión de
la obra de estos autores a impulsar el espíritu revolucionario en Quito, como lo
hizo en México:

Tanto el ejemplo de Villava así como el de Pérez Calama, demuestran como el


ingreso de Filangieri en el continente americano, a fines del siglo XVIII, está
estrechamente conectado a la época de las reformas y de modo particular a la
reforma del sistema universitario. La difusión de la Scienza Della legislazione
va, en efecto, a la par con la apertura a las corrientes del derecho natural y del
iusnaturalismo que, a partir del reino de Carlos III, comenzaron a ser enseñadas
a la universidad, comprendidas las hispanoamericanas. En esta fase, el nombre
de Filangieri comúnmente es asociado a otros autores como Grozio, Pufendorf,
Wolf, Heineccius, Rousseau14.

Aunque el análisis de Morelli confronta la obra en el marco de la Audiencia


de Quito, su recepción debe considerar estudios con la reforma universitaria de
1791 y otras a comienzos del siglo XIX. Como en el caso del Plan de Moreno y
Escandón, se citaron textos esenciales, en el de Pérez de Calama se consideraron
obligatorios textos que abordaban la relación entre política y derecho, y dejan las
instituciones del derecho romano como referencia histórica al tiempo que abrían
paso al derecho natural como el nuevo fundamento de las categorías jurídicas.
Serán esenciales además de Filangieri obras como: las Instituciones políticas
(1767) de Jacquier; Originum juris civiles libri tres (1701-1708) Gianvincenzo
Gravina, traducida al Español como El origen del Derecho Civil (1752) y otros
textos de derecho público y civil español como Aparato del Derecho público español
de Pérez Valiente; y el Derecho Civil de Castilla de Asso del Río, las siete Partidas,
y las Recopilaciones americana y castellanas.

9.6 Las instituciones políticas de Jacobo von Bielefeld

En el famoso plan de estudios del 1774 del Fiscal Francisco Antonio Moreno
y Escandón, se cita esta obra como un texto esencial para los juristas, y para los
funcionarios en ejercicio de actividades públicas. La obra no debió ser conocida
en esa época y en proceso de revisión del corpus material y de circulación la
misma, apunta a que, por lo menos, en el XVIII brilla por su ausencia en las
bibliotecas privadas.

14
Ibíd., págs. 492-493.
To ga d o s y L e t ra d o s
204

La obra escrita por el consejero del rey de Prusia Federico Jacob Friedrich
von Bielefeld, Instituciones políticas15 (citada como Biefeld en las anotaciones
de Moreno y Escandón) gozó de varias ediciones y se proyectaba como un
buen sustituto de la Política de Bobadilla del Castillo, el que fue considerado
manual esencial de administración pública y conocimiento básico del manejo
del Estado16.

A pesar de su importancia, justamente, por ser la obra que pretendía superar


en el plan de Moreno y Escandón (1740), la obra de Bobadilla, la de Jacobo
Federico von Bielefeld no ha sido estudiada suficientemente, ni analizada como
un cuerpo integral para la formación de juristas. Las referencias apuntan en su
mayoría a los aportes que tuvo en la consolidación del derecho administrativo
Español y su difusión en las colonias del ultramar. En el capítulo de su libro
sobre la ciencia de la policía en Alemania, Omar Guerrero anota la obra del Baron
de Biefeld, al lado de las obras del también alemán Juan Enrique von Justi,
Willebrandt y Huhenthal como las más significativas para la formación de una
doctrina sobre esta materia.

Las obras de Bielefeld (Biefeld) no son escritas en alemán sino en francés,


en París durante la década de 1760. Fue editada en París en 1761 y 1762,
luego publicadas en alemán en Leipzig, Leyde y Leija donde gozaron de varias
ediciones y por su supuesto en Castellano, donde se editan entre 1767 y 1781,
con lo cual Guerrero quiere hacer notar la profusión y amplia difusión de la obra.
Sobre su contenido el autor señala brevemente:

15
Institutions polítiques (1760), 3 vols. (Leiden and Leipzing, 1768) Se conoce la obra que fue importante en la
obra del español Valentín Foronda, autor de tratados sobre la ciencia de la administración como y un tratado
sobre policía denominado Cartas sobre la Policia (1783-1800) y que fueron perseguidas por la inquisición desde
1801 a 1814. se considera a Foronda un traductor parcial de la Obra de Bielefeld. Se cita una edición completa
al español como Jacobo Federico von Bielefeld, Instituciones políticas, Madrid, oficina de la Viuda de Manuel
Hernández, dos tomos 1768 (1761-1762). La obra es citada en: Antonio Álvarez de Morales. La ilustración y la
reforma de la Universidad en España del siglo XVIII. Ed. Pegaso - Universidad de Michigan, 1985.
16
Sobre la obra de Bobadilla, escrita en 1597, y su papel esencial en la formación de juristas, y en especial en
lo relativo a la ciencia de la policía, es significativo el trabajo del Miguel Malagón Pinzón, Vivir en Policia:
una contralectura de los orígenes del derecho administrativo colombiano (2007) y que tiene la importancia en el
proceso de expansión del absolutismo monárquico. La policía era entendida como “buena gobernación de
ciudad que abraza todos los buenos gobiernos, que trata y ordena las cosas corporales que tocan a la policía,
conservación y buen encaminamiento de los hombres” (págs. 154-155). Además, los estudios de Uribe-Urán
que han sido citados en esta investigación y que serán objeto de estudios más detenidos cuando se aborden las
particularidades de algunos libros considerados básicos para los juristas en España y el nuevo mundo en los
siglos XVI al XVIII. Igualmente la mención el capítulo tercero de la obra de Uribe-Urán, Vidas honorables.
Abogados, Familia y Política. Op. cit., págs. 89-91.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
205

Las instituciones políticas, que comprenden dos tomos, dedican a la policía la


mitad del primero y todo el segundo, además de que tratan, como se señala en el
subtítulo, de la “sociedad civil; de las leyes…, de la real hacienda; del comercio;
y fuerzas de un Estado17.

Aun cuando su objetivo amplio es la administración del estado, para Guerrero


su importancia radica en ser uno de los tratados esenciales en el surgimiento y
difusión de la ciencia de la policía en Europa, en estrecha relación con la obra
de von Justi. Sin embargo, a Bielefeld le interesa la policía en sus tres ramos:
seguridad, limpieza y abasto de víveres, propone asuntos concretos como que
la policía de campo y la de ciudad deben ser diferenciadas y trata de revisar
conceptos sobre el alcance y funciones de estos cuerpos dentro de los gobiernos.

9.7 Los Kalendarios y algunos datos sobre libros jurídicos

En una revisión de las ediciones del Kalendario Manual y guía de forasteros de


Madrid, entre 1744 y 1799 encontramos algunos datos históricos que giran en
torno a los abogados españoles durante el siglo XVIII, verbigracia, la relación de
libros que se editaban y vendían en la casa de Sánz, hasta las ediciones de finales de
siglo elaboradas por la Imprenta Real en las que se publicitan las Academias para
estudios jurídicos y los horarios de reunión de convocatoria pública de las mismas.

Los temas recurrentes en estos Kalendarios son las cronologías de los reyes de
España y nobles pertenecientes a las Cortes, las relaciones de los reyes y nobles
del resto de Europa, sus cumpleaños, decesos y nacimientos. Los calendarios
mensuales con relación de los nombres del santoral católico, las ferias y los
feriados, parroquias, funcionarios reales y eclesiásticos en tribunales de España
y América, tribunales, consejos, audiencias, hospitales, academias, tasas para
cambio de monedas y tráfico de correos.

17
Omar Guerrero. Las ciencias de la administración en el Estado absolutista. La teoría de administración pública en
las ciencias camerales y en doctrina de la Policía en Europa entre los siglos XVI y XVIII. México: Ed. Fontanamara,
1986, págs. 195-197, cita las obras de Juan Enrique von Justi: Reflexiones sobre el establecimiento de una buena
policía (1736) e Instrucción útil sobre la policía más ventajosa al gobierno (1753), además de la obra de Bielefeld,
Instituciones políticas (1760); la de Willebrandt, Introducción a la policía (1765) y Huhenthal, Liber de politia
(fecha desconocida). Pero también hace referencia a las otras obras producidas en España durante el siglo
dieciocho: Francisco Romá y Rossell, Las señales de la felicidad de España y medios de hacerlas eficaces (1768);
Manuel Nicolás Marín, Discurso sobre la policía (1792); Valentín de Foronda, Cartas sobre policía (1792) y Tomás
de Valeriola, Idea general de policía (1789-1805) aun cuando la primera obra sobre esa materia es del mexicano
Hipólito Villaroel (1787).
To ga d o s y L e t ra d o s
206

En las ediciones de 1744 y 1745 se observa la publicidad, en la parte final


de los Kalendarios de varias obras disponibles al público en la imprenta de Sánz,
entre los títulos jurídicos se destacan los siguientes:

• Therorica, y Practica de Comercio, y de Marina, y calificados Exemplares, que


con específicas providencias se procuran adoptar á la Monarchia Española,
para su promta restauración, beneficio universal, y mayor fortaleza contra
los émulos de Real Corona, corregidos, y aumentado por su Autor Don
Geronymo de Uztariz.
• Historia del Derecho Real de España.
• Ciencia para las personas de Corte, Espada, y Toga, traducida del Idioma
italiano en Español, y añadida en muchas partes, enriquecida, á mas de las
addiciones, con dos tratados de Physica, y Rhetorica, dividida en seis tomos,
adornados de varias láminas.
• La Practica, y forma de proceder en las causas civiles, y criminales, por el
Señor Nuncio de su Santidad.
• El mayor Fiscal contra Judios18
• La Practica, y forma de proceder en las causas civiles, y criminales, en la
nunciatura de España.
• Theorica, y Practica de Comercio. Su Autor Don Geronymo de Uztariz.
• Es. Juan de Torquemada, 3 tomos fol. Epitome de la Biblioteca oriental, por
Antonio de Leon Pinedo. 3.to. fol.19

No aparecen más relaciones de libros en las ediciones siguientes, por


lo menos hasta la de 1799, pero la cultura del libro será reflejada en los
avisos sobre las bibliotecas que están al servicio de los Estudios Reales, las
Academias y la erección de las Bibliotecas Reales. En la edición de 1773 se
anuncia sobre los estudios Reales y la existencia de una biblioteca abierta al
público para su apoyo:

Estudios Reales
Fundados en esta corte por el Sr. D. Felipe Quarto en el año de 1625, y
establecidos por S.M. en el de 1770
El señor Don Manuel de Villafañe, de Consejo de S.M. en la Sala de Alcaldes
de Real Casa y Corte, Director
El señor Don Josef. Irusta, Bibliotecario primero

18
Kalendario Manual y Guía de Forasteros en Madrid. Biblioteca Nacional de España. Edición digital, año de 1744
(MDCCXLIV). La ortografía del original.
19
Ibíd., 1745 (MDCCXLV).
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
207

El señor Don Alonso María de Acevedo, Bibliotecario segundo, y secretario


señores catedráticos
D. Josef Cevallos, de Disciplina Eclesiastica
D. Joaquin Marin, de Derecho Natural y de Gentes
D. Francisco Meseguér y Arrusat, de Filosofía Moral
D. Joaquin Leon y D. Antonio Rosell de Matemáticas
D. Antonio Solano, de Física Experimental
D. Josef Falomir, de Lógica
D. Agustin Madan, de la Hebrea
D. Josef Muruzabal, de Retórica
D. Ignacio Ayála, de Poética
D. Manuel de Valbuena, de Propiedad de lengua latina
D. Rodrigo Oviedo, de Sintaxis
D. Joaquin Navazquez, de Rudimentos

En la edición de 1774 aparece el mismo listado de catedráticos y cátedras y


se menciona la “Real Biblioteca Pública” de estos estudios, con los funcionarios
a cargo:

D. Josef Irusta, Bibliotecario Primero


D. Alonso Maria de Acevedo, Bibliotecario segundo

En la ediciones de finales del siglo XVIII, editadas por la Imprenta Real y


que corresponden al reinado de Carlos III, se observan los anuncios sobre las
Reales Academias, fundadas con apoyo del monarca Borbón. En el caso de las
jurídicas tenemos:

• Real Academia de Derecho Español y Público, establecida en San Isidro


el Real. Sr. D. Francisco de Soria y Soria, Fiscal del Supremo Consejo
de S. M., Presidente. Sr. D. Andrés Zurana, Secretario, calle de San
Damasco. Esta Academia celebra sus juntas á puerta abierta las tardes de los
Martes y Sábados.
• Real Academia de Derecho, con el título de Carlos III, sita en S. Felipe
el Real. Sr. D. Antonio Matute y Prado, Secretario, Red de S. Luis. Esta
Academia celebra sus juntas á puerta abierta las tardes de los Martes y
Viernes de cada semana.
• Real Academia de Jurisprudencia Practica, establecida en Isidoro el Real.
Excmo. Sr. Conde la Campomanes, Director. Sr. D. Pablo Ferrandiz Bendicho,
Presidente. Sr. D. Claudio Lopez Lobo, Secretario, Calle del viento junto á
Porta coelli. Esta academia celebra sus juntas á puerta abierta las tardes de
los Lunes y Jueves.
To ga d o s y L e t ra d o s
208

• Real Academia de Sagrados Cánones, Liturgia, Historia y Disciplina


Eclesiastica. Sr. D. Gaspar Melchor de Jovellanos, del Consejo de Ordenes,
Protector. Sr. D. Alonso Camacho, confesor del Rey Ntro. Sr., Presidentes
Plazuela de Sta Catalina de los Donados. Sr. D. Francisco Larrachea,
Secretario, Plazuela del Conde de Moriana. Esta Academía celebra sus juntas
á puerta abierta en la Real Casa del Oratorio de S. Felipe Neri las tardes de
los Lunes y Jueves.
• Real Academia de Derecho Civil y Canónico establecida en la Real Casa
Oratorio de San Felipe Neri, con el Título de la Inmaculada Concepción.
Excmo. Sr. Conde de Campománes, Protector. Sr. D. Manuel Fernandez de
Villegas, Presidente, Plaza de Sta Maria. Sr. D. Joseph Agustin de Ussoz,
Secretario, calle de cañizares. Esta Academia celebra sus juntas á puerta
abierta los Lunes, Miercoles y Viernes de cada semana en los meses de Julio,
Agosto y Setiembre.

En esa misma edición sobre la Biblioteca Real anota:

BIBLIOTECA REAL
Ilmo. Sr. D. Francisco Perez Bayer, del Consejo y Cámara de S. M. Preceptor de
los Señores infantes, Bibliotecario Mayor.
Señores Bibliotecarios
D. Miguel Casari
D. Tomas Sanchez
D. ………..
D…………
Tesorero Administrador
D. Manuel Montefort
La Real Biblioteca está abierta para el público todos los dias del año, excepto las
fiestas de guardar, las de Consejo, y las temporadas del estero y desestero.

Y en la edición de 1789 la edición de la “Biblioteca Real” la nómina de los


funcionarios al servicio de este fondo:

BIBLIOTECA REAL
Sr. Don Pedro Luis Blanco, del Consejo de S.M. Bibliotecario Mayor
Señores Bibliotecarios
D. Tomas Antonio Sanchez
D. Juan Antonio Pellicer
D. Elias Scidiac
D. Guillermo Lopez Bustamente
D. Pablo Lozano, Supernumerario
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
209

D. Joseph de Goya Moniain, Auditor del Sr. Nuncio, jubilado


D. Francisco Patricio de Berguizas, abreviador de la Nunciatura, honorario
Tesoreros
D. Emigdio Gironda
D. Manuel Monfort, jubilado
La Real Biblioteca esta abierta para el público todos los dias del año excepto las
fiestas de guardar, las de Consejo, y las temporadas del estero y desestero.

La existencia de tales avisos en los Kalendarios de la metrópoli contrasta con


el hecho de que estos eran de circulación masiva y que existía un público letrado
dispuesto para acudir a las reuniones de las academias y hacer consulta de los
libros en las bibliotecas de dichas instituciones, que por su carácter especializado
debían suplir las ausencias de algunas obras importantes en bibliotecas privadas,
de esos mismos juristas.

Pero al tiempo, que los juristas de la metrópoli contaban con bibliotecas


especializadas para la consulta de sus textos, no son menos importantes las
bibliotecas privadas, cuya existencia y seguimiento se hace más difícil debido
a que no se encuentran reseñadas. Existen, sin embargo, varias de ellas que nos
permiten revisar sus alcances, como la biblioteca que un jurista adquiere por la
dote que su mujer aporta al matrimonio.

9.8 La biblioteca privada de un jurista español

Cada vez son más frecuentes los estudios sobre bibliotecas hispanoamericanas
y sus relaciones con los procesos ilustrados en la metrópoli y en las colonias.
La transcripción de los acervos bibliográficos que poseían estos ilustrados es
la mejor herramienta para revisar los procesos de recepción y circulación física
y simbólica de los libros. En el mundo, colonial, las bibliotecas pasan de un
ilustrado a otro estableciendo un elemento de conexión familiar, bien sea por
herencias o dotes, o bien por relaciones civiles que en virtud del valor material
de las mismas, eran objeto de secuestros para garantizar el cumplimiento de
obligaciones pecuniarias.

Ya hemos advertido que los libros son en cierta manera bienes suntuosos,
objetos de valor, y que por los costos editoriales y los procesos de comercialización
se encarecían considerablemente. Una biblioteca hacía parte de los bienes
significativos del patrimonio, al lado de objetos como piezas de arte, joyas,
muebles e incluso prendas de vestir. Las Cartas de dote que pueden rastrearse en
los protocolos notariales son un excelente instrumento historiográfico:
To ga d o s y L e t ra d o s
210

Una carta de dote no es otra cosa que un instrumento público, realizado ante
notario, que es la persona que debe autorizarlo, y en donde se recogen, con
más o menos minuciosidad, todas y cada una de las pertenencias que la mujer
aporta al matrimonio, aunque con cierta frecuencia también los maridos hacen
relación de sus bienes que ellos mismos llevan a la unión. Las cartas de dote son
documentos de gran interés para el conocimiento de un determinado período
de la historia, y que además nos informan de los gustos, aficiones y cultura de
sus otorgantes20.

Un buen ejemplo de esos procesos es el registro de la dote matrimonial (del


20 de marzo de 1747) que permitió a un jurista español, recibir de su mujer la
que fuera la biblioteca de su padre, otro prominente jurista sevillano, Lorenzo
Álvarez este un notable relator del Supremo Consejo de Castilla. Se trata de
la biblioteca de Don Bartolomé Tejo de la Corte, en la dote entregada a él por
Doña Josefa Álvarez de Ribera:

La librería que Dña. Josefa Álvarez de Ribera llevó en su dote y que había
heredado de su padre constaba de 118 títulos que formaban un total de
214 tomos, y aunque la temática era en su mayor parte jurídica, también se
registraban obras religiosas, de historia, economía, filosofía, ascética y mística,
militares, novelas, biografías, etc. Esta variedad de temas nos confirma en la
hipótesis de que una biblioteca era a la vez un instrumento de trabajo, en este
caso relacionada con la profesión de abogado de su poseedor, y una opción
cultural de entera libertad21.

En los diversos temas y títulos que se destacan en esta biblioteca, las obras
jurídicas recogen buena parte de las que circulaban en la segunda mitad del
XVIII, como textos de formación y consulta obligada:

Entre las obras de derecho se contaban las de los autores tan prestigiosos como
Juan Salgado de Somoza, Gil de Castejón, Cristóbal Paz, Juan Solórzano
Pereira, Tomás Carleval, Antonio Gómez, Alfonso Olea, José Maldonado y

20
José Luis Barrio Moya. “Libros jurídicos en la carta de dote del abogado cántabro D. Bartolomé Tejo de la
Corte (1747)”, en: Anuario Jurídico y Económico Escurialense, tomo XXXVIII, 2005, 673 págs. Son muchos
los inventarios realizados en España, sobre las bibliotecas de juristas, de hecho también se puede citar del
mismo autor el ensayo: “Los libros jurídicos de D. Bernardo Fernández de Velasco, XI Duque de Frías (1771)”,
en: Anuario Jurídico y Económico Escurialense, tomo XXXIX, 2006, que cuenta con un buen número de obras.
Igualmente se puede citar la biblioteca los inventarios de libros jurídicos en las colecciones bibliográficas
españolas, que eran muy comunes en los siglos XVI al XVIII.
21
Ibíd., pág. 677.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
211

Pardo, Jerónimo del Castillo de Bobadilla, Jerónimo Fernández de Herrera,


Santiago Magro y Zurita, José Manuel Domínguez Vicente, Pedro Díaz
Noguerol, Manuel Román Valerón, Francisco de Oya y Ozores, etc.22.

El inventario de la biblioteca se hace en atención al tamaño y forma de los


libros y no por materias, por ello entresacamos los títulos jurídicos (algunos de
ellos canónicos), de la siguiente manera:

Libros en folio

• “zinco tomos de Salgado de Rexia protectione ( Juan SALGADO DE


SOMOZA, Tractatus de regia protectione, Lyon 1627), 150 rs.23
• Dos Mostazo de Causis piis en genere (MOSTAZO, F., De causis piis in
genere et in specie, Madrid 1680), 40 rs.
• Otros dos Castejon Alfabetum (CASTEJÓN, G. de, Alphabetum juridicum,
canonicum, cicilis atque politicum, Madrid 1678), 50 rs.
• Uno Paz Praxis eclesiastica de seculares (PAZ, C., Praxis eclesiastica,
Valladolid 1622), 20 rs.
• Dos Solórzano Política Indiana (SOLÓRZANO PEREIRA, J.; Política
Indiana, Madrid 1647) 50 rs.
• Un Otero de oficialibus de republica (FERNÁNDEZ DE OTERO, A.,
Tractatus de oficialibus republicae, Lyon, 1682), 30 rs.
• Otro Carlebal de Judicis (CARLEVAL, T., Disputationes iuris, Nápoles
1634), 28 rs.
• Dos Antúnez de Donacionibus, Turín Bononus (ANTÚNEZ, De
donationibus regiis, Lyon 1699), 45 rs.
• Dos Águila y Rojas (ÁGUILA Y ROJAS, F.A., Additae questiones de
incompatibilitate regnorum et maioratuum ad tractatum Hermenegildo de
Roxas et decissionibus tribunalium Hispaniae, Lisboa 1689), 40 rs.
• Otro Olea tratado de cessione juridicum (OLEA, A., Tractatus de cessione
jurium Audientiae Causarum civilum Regne Aragonum, Zaragoza 1598), 45 rs.
• Otro Gómez Bayo Praxis eclesiastica (Gómez BAYO, PRAXIS eclesiastica et
secualris, Valladolid 1640), 28rs.
• Dos Política de Bobadilla (CASTILLO DE BOBADILLA, J., Política para
regidores y señores de vasallos en tiempos de paz y guerra y para prelados,
Madrid 1597), 100rs.

22
Ibíd., pág. 677.
23
Primero se cita la relación de los títulos originales y después, entre paréntesis, las notas del autor confrontando
el título completo y otros datos editoriales.
To ga d o s y L e t ra d o s
212

• Otro Herrera Práctica criminal ( Jerónimo FERNÁNDEZ DE HERRERA,


Práctica criminal. Instrucción nueva, útil de sustanciar las causas, Madrid
1671), 14 rs.
• Quatro tomos Nueva Recopilación y Autos acordados del Consejo, 180rs.
• Otro Magro Yndice de la recopilación (MAGRO Y ZURITA, S., Índice de
la proposiciones de las leyes de Recopilación, Alcalá de Henares 1726),
30 rs.
• Otro de Cambio (DOMÍNGUEZ VICENTE, J.M., Discursos jurídicos sobre
las aceptaciones, pagos, intereses y demás requisitos y qualidades de las letras
de cambio, Madrid 1732), 15 rs.
• Curia filipina (HEVIAS BOLAÑOS, J. de, Curia Philípica, Lima 1603,
Valladolid 1635), 8rs
• Otro Noguerol Alegaciones Juris (DÍAZ NOGUEROL, P., Allegationes juris,
Lyon 1676), 15 rs.
• Dies y siete toms de Alegaciones, Cláusulas de mayorazgos, pregmáticas y
resoluciones reales, 128rs.
• Otro Memorial ajustado de tenuta, 12 rs.

Libros en 4º

• Otro Axiomata loco comuna juris, 6 rs.


• Dos tomos Codice Justiniano, 50 rs.
• Otro Empresas políticas de Saavedra (SAAVEDRA FAJARDO, D., Idea de
un príncipe cristiano representada en cien empresas, Munster 1640), 10 rs.
• Otro Métodos militares, 8rs.
• Otro Ordenanzas militares, 12 rs.
• Otro Oya tratado de lebas (OYA Y OZORES, F. de, Tratado de levas, quintas
y reclutas de gente de guerra, Madrid 1732), 15 rs
• “un tomo en octabo Oya leyes penales de la Milicia (OYA Y OZORS, F. de,
Tratado de leyes penales de la milicia española, Madrid 1732), 8 rs.
• Quatro tomos de varios autores Ordenanzas Militares, 18 rs.
• Otros dos tomos Instrucción del derecho eclesiastico, 12 rs.
• Quatro tomos Diario de los literatos de España (MARTÍN, A., Diario de los
literatos de España, Madrid 1737), 24 rs.
• Dos tomos Restablecimiento de las fábricas y comercio español
(ULLOA, B. de, Restablecimiento de las fábricas y comercio español,
Madrid 1740), 8rs.
• Otro tomo Práctica criminal, 3rs.
• Otro tomo Práctica de secretarios, 4rs.
• Otro tomo El gobernador prudente, 3rs.
• Otro el Método de los estudios, 6 rs.
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213

• Otro Escuela de príncipes y caballeros, 24 rs.


• Otro Vocabulario utrisque juris (tal vez SCOT, A., Vocabularium utrisque
iuris, Lyon 1556), 15 rs.
• Dos tomos El abogado ynstruido y ynstituta civil, 6rs.

Muchos de los libros que hemos citado, aparecen en las bibliotecas del nuevo
mundo, en los colegios mayores, en especial en la Real Biblioteca de Santafé,
salvo las obras que fueron excluidas por el Índice de libros prohibidos y que
circularon de manera clandestina hasta bien entrado el siglo diecinueve.
Capítulo 10

Los libros jurídicos


hacia el virreinato neogranadino

os testimonios de los libros que cruzaron el Atlántico con


destino a las indias occidentales, son pocos en relación con el
volumen e importancia de los mismos. Sobre el comercio y la
circulación de los impresos, algún muchos supuestos y muy
pocos soportes materiales, sobre todo en el caso del Virreinato
de la Nueva Granada. Sin embargo, desde la obra de Irving
Leonard, hasta los trabajos de Chartier y los de Renán Silva, es mucho lo que
tiene que hacerse en función de una reconfiguración de una cultura bibliográfica
para este virreinato. Todo el panorama conceptual e historigráfico sobre
el contexto cultural de España y su colonia neograndina, que se hizo en los
capítulos anteriores, era para poner en relación el primer vistazo por los libros y
las bibliotecas que fueron perfilando al sujeto –lector – en el nuevo mundo.

En los procesos de formación del virreinato neogranadino la entrada de


juristas letrados es un aspecto esencial para la comprensión del ideario político
y la legitimidad del proyecto de política exterior de los monarcas españoles.
En su obra sobre comienzos del proceso colonizador Martínez Garnica, hace
mención del acervo bibliográfico que trae Diez de Armendáriz, en su misión de
desagravio de la conciencia real, y en relación con el maltrato a los indios:
To ga d o s y L e t ra d o s
216

El apresurado embarque del gobernador Lugo en el Cabo de la Vela evitó que


fuese retenido en el Nuevo Reino por el Funcionario que había sido enviado por
el Consejo de Indias para tomarle residencia. Se trataba del licenciado Miguel
Díez de Armendáriz, un colegial de San Bartolomé de Salamanca que trajo
al Nuevo Reino la primera biblioteca particular de que se tenga noticia: unos
150 libros de leyes “encuadernados en tablas y en pergamino”. Su designación
debió de contar con el apoyo y recomendación del doctor Hernán Pérez de
la Fuente, compañero salmantino y miembro del Consejo de Indias, así como
del secretario real Juan Sámano. La escogencia de un letrado respondió a la
necesidad de aplicar en las cuatro gobernaciones que se le asignaron para la
toma de juicios de residencia a todas las justicias (Nuevo Reino, Cartagena,
Popayán y Río San Juan) las nuevas leyes recientemente promulgadas por el
emperador para todas las indias. Armendáriz traía seis copias impresas de ellas
y poderes suficientes para enjuiciar a todos los soldados culpables de haber
agraviado la real conciencia con los malos tratos dados a los indios1.

La elección de letrados estaría asociada con fenómenos de vulgarización del


derecho. Con motivo de la celebración del VI congreso de Historia del Derecho
mexicano en 1990, Charles Cutter expresaba que en el siglo XVIII era muy
limitado el número de textos con los que contaban los juristas para su formación
y este planteamiento, señalado por José Sánchez-Arcilla, constituye un fenómeno
de vulgarización del derecho, entendiendo por derecho vulgar, en la misma línea
de García-Gallo como derecho no técnico o en un nivel popular. Sin entrar en
un tema tan complejo con el derecho Vulgar y su conceptualización, nos interesa
cómo esas prácticas culturales del XVIII han relajado las fuentes del derecho
oficial, culto y de los grandes planteamientos teóricos:

(…) Cutter se sorprendía por la escasa existencia, en el siglo XVIII, de letrados


en los territorios de Nueva España dependientes de la Audiencia de Guadalajara.
Cutter señalaba que la administración de justicia corría a cargo de personas
no letradas cuyo bagaje de conocimientos jurídicos dejaba mucho que desear.
Es más, de sus estudios dedicados a los territorios de Nuevo México, podía
concluir, que no sólo el número de jueces letrados y abogados era escaso, sino
también que apenas utilizaban los libros jurídicos, limitándose éstos a alguna
práctica procesal2.


1
Armando Martínez Garnica. Legitimidad y proyectos Políticos en los orígenes del gobierno del Nuevo Reino de
Granada. Bogotá: Banco de la República, 1992.

2
José Sánchez-Arcilla Bernal. “En torno al Derecho indiano vulgar”, en: Cuadernos de Historia del Derecho,
Madrid, No. 1, 1994, pág. 13.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
217

Entre los muchos elementos que contribuyeron a la vulgarización del derecho3


está, entre otros, en la ignorancia de las leyes. Sin embargo, el asunto no radicaba
en el desconocimiento del derecho oficial de un juez que sentencia usando una
ley derogada, el punto era el desconocimiento de hechos como la inexistencia de
archivos o la dificultad de las comunicaciones, ello no configura un fenómeno
de vulgarización, pero bien, interesa seguir la línea de las anotaciones en torno a
cómo en las regiones distantes de las ciudades en donde residen los tribunales,
con alcaldes ilustrados o no, estos carezcan de los textos legales suficientes o de
tratados de literatura jurídica básicos para sustanciar y sentenciar una causa, o
en muchos casos que dichos textos no existían. El vulgarismo (o atecnicismo
como lo llama Sánchez-Arcilla) está en función del nivel de conocimiento que
se tenga acerca de un ordenamiento jurídico, ese fenómeno puede darse en
cualquier época y se dio en relación con derecho castellano que llegó a las indias,
en el derecho indiano criollo4 o en el Jus Commune o derecho romano justinianeo
que va a ser esencial en los siglos XVI, XVII y XVIII:

Las grandes distancias, las dificultades en las comunicaciones, la escasez de


letrados fuera de las grandes ciudades contribuyeron a que la aplicación del
Derecho fuera muy deficiente en bastantes regiones. Nos encontramos aquí,
en la faceta de la aplicación del Derecho, en el campo más abonado para la
proliferación del (sic) vulgarismos: confusión de conceptos al no poder
manejarse las obras de la literatura jurídica; desconocimiento de la legislación o
mal interpretación de la misma; influencias recíprocas entre Derecho castellano
y las costumbres indígenas; simplificación de las formalidades procesales (…)5.

Ese hecho es posible en los protocolos notariales, aun cuando los escribanos
se cuidaran de incurrir en adulteraciones por trabajar sobre formularios, pero en
el caso de los documentos judiciales los atecnicismos son mayores por la falta de
preparación de los alcaldes locales, sobre todo en las ciudades que eran sedes de
Audiencias. Eso nos lleva a extender el fenómeno de la vulgarización más que
a versiones de malos glosadores y comentaristas, a la deficiente formación de
los juristas por la falta de bibliotecas básicas en el nivel culto, desconocimiento
acerca de los tratadistas y textos legales esenciales.

3
Cfr. con Bartolomé Clavero, en lo relativo a la vulgarización el derecho común europeo.
4
Cfr. con las anotaciones que al respecto de la denominación derecho indiano o derecho colonial, se establecen en
el ensayo de Miguel Malagón Pinzón, “Derecho indiano como derecho neocolonial”, en: Revista de la Facultad
de derecho de la Universidad de Medellín, diciembre de 2008, en donde se resuelve a favor de la denominación
“derecho neocolonial”.
5
Ibíd., págs. 23-24.
To ga d o s y L e t ra d o s
218

La reconstrucción de las primeras bibliotecas de juristas e intelectuales ha


sido el fruto de la reorganización y acopio de material de los archivos coloniales.
Desde la relación de los libros de Jiménez de Quesada, hasta la biblioteca de
Antonio Nariño, es indispensable señalar que los libros que viajaban hacia el
virreinato estában documentados en los inventarios de bienes de ilustres clérigos
y hombres de estado. Uno de los trabajos más significativos sobre las bibliotecas
que viajaron desde la metrópoli con destino a entretener los ocios de los viajeros
y servirles de guía para la empresa conquistadora de territorios y de almas, es la
obra de Irving Leonard, titulada Los libros del Conquistador.

El trabajo de Leonard es uno de los textos esenciales para acercarse a la


cultura del libro en el nuevo mundo, a partir de los inventarios de algunas
bibliotecas que cruzaron el Atlántico con destino especial al virreinato de Nueva
España y al de Lima. A lo largo sus veinte capítulos el autor desarrolla desde
un perfil de los conquistadores españoles, hasta los libros que vienen con ellos,
con especial predilección por los libros de caballerías y las principales obras de
ficción. Establece un panorama del comercio de libros en México en la segunda
mitad del siglo XVI y los procesos de recepción en Lima, que indicaban un
mercado de libros populares hacia 1583.

El autor también aborda las “visitas” de los funcionarios del Santo oficio
para husmear y decomisar todo lo que tuviera visos de “libros heréticos”. Por
otra parte relata el florecimiento del mercado del libro mexicano favorecido
con el auge de las imprentas locales, pero sobre todo con las importaciones de
textos que se destinaban por su valor a miembros del clero y seglares con gran
capacidad adquisitiva. El valor de los libros en el nuevo mundo era superado
ampliamente con relación a España.

En el apéndice documental de la obra encontramos las transcripciones de


objetos de valor y libros de algunos adelantados y letrados que llegaron entre
los siglos XVI y XVII a México y Lima, esa relación se ocupa de los siguientes
personajes y sus bibliotecas:

1. Pagaré de Pablo García y Pedro Trujillo (México, 21 de julio de 1576)

• Dos Hordenancas rreales de Castilla a peso y ducado- III pesos IIII tomines
(Alfonso Díaz de Montalvo, copilador)
• Seys Libros de la Verdad a peso y ducado-III pesos IIII tomines (Pedro de
Medina)
• Seys Estilos de escriuanos y abisos de juezes a peso cada vno- VI pesos (¿Juan
de Iciar, o Juan de Leras, o Gaspar de Tejeda?)
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
219

• Seys Censuras del Derecho canonico a tres tomines- II pesos II tomines


• Seys Sumas de Pedraca a seys tomines- IIII pesos IIII tomines ( Juan de Pedraza)
• Dos Dechados de juezes a quatro tomines- I peso (Alfonso de Heredia)
• Obras de Castro en vn cuerpo las quales van por muestras si no se vendieren
en diez pesos- X pesos (Alfonso de Castro Zamorense, Opera Omnia)
• Consilios generales en dos cuerpos en diez pesos – X pesos (¿Canones et
decreta… generalis concilii Tridentini, o Marcos Solón de Paz, Concilia?)
• Vn Simancas Contra eres de los biejos en quatro pesos –IIII pesos ( Jacobo
Simancas, Praxis haereseos sive enchiridion judicum…)
• Vn Soto De justitia et jure en pergamino en cinco pesos – V pesos (Domingo
de Soto)
• Apologia in Concilio Tridentino en dos pesos- II pesos (Petri Fontidoni)6

2. Pagaré de Alfonso Losa, mercader de libros (México, 22 de diciembre de 1576)

• Anales de la Coronica de Aragon, en tablas y bezerro, en 2 tomos, cada uno


a 99 reales ( Jerónimo Zurita)
• 12 censuras del derecho, tablas, a 2 reales (no identificado)
• 1 Derecho canonico, yn folio, Anveres, en 3 tomos, correcto, en 110 reales
(Antonio de Córdoba, Texto del Derecho canónico y de su división…)
• 2 Dino y Decio de Rigore jures, 2 tomos, yn 8º a 8º reales (Felipe Decio, De
regulis juris…)
• 5 Monterrossos, yn folio, a 13 reales (Gabriel Monterrosso, Práctica civil y
criminal y instrucción de scrivanos)
• “unos” Oficios de Soto, pergamino, en 12 reales (Domingo de Soto)
• 4 Recopilacion de leyes, en un tomo, folio a 100 reales (Recopilación de leyes
de Indias)
• 2 Recopilación de leyes, en dos tomos, folio a 102 reales
• 1 Soto De justitia jure, en tablas a 28 reales (Domingo de Soto, De justitia
et jure)
• 2 Soto De justitia jure, papelones, Anberes, de Novi, yn folio a 24 reales
• 2 Sumulas de Soto a 8 reales (Domingo de Soto)
• 4 Tratos y Contratos en pergamino en 8 reales (Tomás de Mercado, Tratos y
contratos de mercaderes…)
• “unos” Tratos y Contratos, papelones (4 a 10 y 2 a 11 reales)7

6
Las referencias entre paréntesis son del autor. Se registran 130 títulos en total, aunque en algunos aparecen más
de un ejemplar por título. La selección que proponemos está hecha con base en la cercanía de los títulos con
referencias ya conocidas o que no ofrecen duda de su contenido jurídico.
7
En una relación de 248 títulos.
To ga d o s y L e t ra d o s
220

3. Escritura de Francisco de la Hoz a Juan Jiménez del Rio (Ciudad de los Reyes
(Lima), 22 de febrero de 1583)

• 12 practica de Monterroso de los mejores en pergamino ( Gabriel de


Monterroso de Alvarado, Práctica general, civil y criminal)
• 12 cursos de soto en tres cuerpos cada huno que son sumulas loxica filosofía
en pergamino ( Domingo de Soto, Summule, Opera philosophicae)
• 8 obras de soto que son El quarto con lo de natura de gracia y lo demas
añidado y cunplido El de justitia et Jure que son todos ocho beynte y cuatro
cuerpos n tablas de madera becerro y manos (Domingo de Soto, In quartum
librum Sententiarum)
• 4 derecho canonico de los nuebos de marca y pliego ynpresos en antuerpi o
en Paris enmendados y censurados que son tres cuerpos cada uno en tablas
de madera y manecuelas y becerro
• 2 derecho ciuil en seis cuerpos cada uno de marca de a pliego de los mejores
que hubiere en tablas de madera becerro y manos
• 6 albornoz de contratos encuadernados en pergamino (Bartolomé de
Albornoz, Arte de los contractos)
• 6 dino y Decio de reguli juris en pergamino (Filipus Decius, De Regulis Juris)
• 6 practica ceuil y criminal de Julio claro en pergamino (no identificado)
• 4 practica de cerrerio de las nuebas en pergamino (no identificado)
• 4 parladorio libro de leyes en pergamino ( Joannes Yañez Parladorius,
Iurisperiti in Regio Vallisoletani Pretori Aduocati…)
• 2 antonio gomez barias de a pliego en pergamino (Antonio Gómez, Variarum
Resolutionum Juris Civilis)
• 2 rrecopilacion de ugo de celso de lo que agora conpuso un letrado de
Valladolid que es a manera de rrepertorio de leies en pergamino (Celso
Hugues Descousu, Las leyes de todos los reynos de Castilla)
• 2 partidas de Gregorio lopez con el rrepertorio nuevo en pergamino (Las
siete partidas, glosadas por Gregorio López de Tovar)
• 2 leyes de atienca con el rrepertorio nuevo y las cartas acordadas y prematicas
que se hubieren impreso con ellas o de las que hubiere en pergamino (Diego
de Atienza, Repertorio de la nueva recopilación de las leyes del reyno)8
• Memoria de los libros siguientes que traygo yo Trebiña (Manila, 1583)
• Registro de Luis de Padilla (Sevilla, 1600)
• Pagaré de Juan Flores Chacón, mercader (Lima, 13 de febrero de 1613)
• Recibo, Miguel Méndez de Juan de Sarriá (Ciudad de los Reyes (Lima), 5
de junio de 1606)


8
En una relación de 142 títulos.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
221

• Recibo, Miguel Méndez de Juan de Sarriá (Ciudad de los Reyes, 6 de Junio


de 1606)
• Recibo de Juan de Sarriá de Miguel Méndez (ciudad de los Reyes, 6 de junio
de 1606)

Las obras registradas corresponden a los siglos XVI y XVII en su mayoría se


trata de textos escritos en latín, salvo algunos textos del derecho Español, que ya
se editaban en Castellano.

10.2 Biblioteca Fernando de Castro y Vargas

En el inventario de los títulos en la biblioteca del canónigo Fernando de


Castro, podemos apreciar una de las primeras colecciones de textos jurídicos de
la llamada jurisdicción civil tanto como de la canónica. De acuerdo con el estudio
de Hernández de Alba, se trata de uno de los representantes de la erudición de
las letras castellanas del siglo XVII en el Nuevo Reino de Granada. El tunjano
poseía una de las bibliotecas más importantes de la época, con 1.600 títulos a la
fecha de su muerte en 1665, que supera en mucho a las colecciones de algunas
órdenes religiosas:

INVENTARIO DE LOS BIENES DEL SEÑOR DOCTOR DON FERNANDO


DE CASTRO Y VARGAS, CANONICO QUE FUE DE LA SANTA IGLESIA
CATEDRAL DE SANTA FE DE BOGOTA9

(f.525 r.). (…)

Molina, De justicia, dos cuerpos… 2


Leies de Partida, quatro cuerpos…4
Solórzanos, quatro cuerpos…4
Villaroel, quatro cuerpos…4
Baezas, nueue cuerpos…9
Empresas políticas, uno …1
Serarius, In Judicum, , uno…1

9
Guillermo Hernández de Alba y Rafael Martínez Briceño. Una biblioteca de Santa Fe de Bogotá en el siglo
XVIII. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1960, págs. 9-32. Archivo Histórico Nacional de Colombia, registros
notariales, Notaría 1, No. 65. 1664, fols. 522 r a 539v. las obras que se citan son selección nuestra con base en el
título y autor conocido. Sin embargo, los autores señalan la dificultad de su identificación en virtud a la forma
en que se acostumbraba hacer la transcripción de los inventarios en la época.
To ga d o s y L e t ra d o s
222

Justiniano, In nouem libros… 1


De leies, tres cuerpos: Digestum nouum, Digestum veterum y Pandectae
iuris…3
Políticas de Bobadilla, uno… 1
Gobierno uniuersal del hombre…1
Justiniano, De leies, uno…1
Dueñas, De leyes…1
Biessio, De Repùblica…1
Saxo, De leies…1
El concejo y concejeros del Príncipe…1
Doctrina moral de príncipes…1
Concilio tridentino…1
Institutos(sic) de Justiniano…1
Lucano, De bello ciuili…1
De jure canónico…1
Politica de Dios…1
Leyes de todas las gentes…1
De jure patronatos…1
Musel, In regulas juris…1
Lugo, De jure…1
Soto, De justitia et jure…1
Soto, In quartum sentenciarum, dos…2

Entre las obras del canónigo se destacan grandes piezas de la literatura, de


historia, gramática y retórica. A su muerte los libros son puestos en custodia de
los albaceas testamentarios, Jerónimo Ruiz y doña Juana de Vargas, su hermana.

10.3 Biblioteca de Hernando Arias de Ugarte

Otra de las grandes bibliotecas del siglo XVII, que será un antecedente de
las colecciones bibliográficas de las órdenes religiosas, es la de Arias de Ugarte
(1561-1638) quien también es considerado uno de los intelectuales criollos con
una carrera destacada en la judicatura y el clero. Graduado de doctor en ambos
derechos en la Facultad de Leyes de Universidad de Salamanca, desempeña su
profesión como abogado de la Corte. Regresa a las Indias en 1595 como Oidor
en la Audiencia de Panamá y luego lo sería en la de Chacras y Lima. No obstante
su brillante carrera, deja la magistratura para ingresar al Clero episcopal donde se
ordena sacerdote en 1607 y es nombrado obispo en 1614. En consecuencia de ello
ordena el inventario de sus bienes, y la tasación de su biblioteca que corresponde
al librero Andrés de Hornillos. Arias de Ugarte posee una de las colecciones más
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
223

importantes y costosas de la época (30.598 reales) y entre los libros más costosos
del prelado se encuentran los tratados de jurisperitos, unos 28 tomos (estimados en
300 pesos) que eran textos indispensables para la formación del derecho común.

De acuerdo con el estudio de Teodoro Hampe, los textos de Arias se pueden


agrupar en libros religiosos, de derecho canónico, derecho civil, de historia y otras
materias. Entre los textos canónicos destacan los tres volúmenes del Corpus juris
canonici de Lyon, las lecturas del papa Inocencio IV, de Nicolás de Tudeschi, de
Giovanni Antonio da Sangiorgio, el famoso Baldo, Giovanni d’Andrea, Pietro
d’Ancarano, Doménico da San Gemignano, Imola y monografías de tratadistas
españoles como la relativa a los beneficios de Nicolás García, a las sucesiones
de Juan de Rojas, las censuras de Esteban de Ávila o la usura de Villalón. Entre
los textos de jurisprudencia civil considerados básicos para quienes aspiraban a
desempeñar oficios públicos, tenemos:

(…) un par de ediciones del corpus juris civilis, integrado por sus cinco volúmenes
tradicionales. Sesudos comentarios se destinaron a ilustrar esos textos y a sentar la
doctrina vigente durante la baja Edad Media en Europa; podemos citar, a propósito,
las obras de los maestros italianos Bártolo, Baldo, Paulo de Castro y Giasone de
Maino (catedráticos de Bolonia y Padua), que formaban parte de la colección que
interesa. El arzobispo poseía también algunas lecturas sobre partes específicas del
corpus, como el Digesto viejo, la Instituta o los tres últimos libros del Código10.

Los textos del inventario manuscrito, de acuerdo con Hampe, son muestra
de la evolución del sistema legal hispánico hasta el siglo XVII, en donde se
pueden apreciar los fueros de Aragón y Navarra, ordenanzas de las audiencias de
Valladolid, Granada y Sevilla, los llamados privilegios del gremio de ganaderos
de Mesta, las constituciones de las Universidades de Salamanca y Lima.
También están Las Partidas y Fueros de Alfonso X, con jurisdicción en todos
los reinos castellanos, y la Nueva recopilación de 1567 de Felipe II, además
de compilaciones de Leyes de Indias. Figuran un buen número de glosas de
consejeros reales, magistrados y profesores universitarios sobre las leyes de
Castilla y siete glosadores de las Leyes de Toro.

De acuerdo con Bartolomé Clavero11 citado por Hampe, el avance en los


estudios de derecho común en la época moderna se debe al aumento de trabajos

10
Teodoro Hampe Martínez. “La biblioteca del Arzobispo Hernando Arias de Ugarte. Bagaje intelectual de un
prelado criollo (1614)”, en: Thesaurus, XLII, num.2, mayo-agosto, 1987, págs. 341-342.
11
Clavero. Op. cit.
To ga d o s y L e t ra d o s
224

especializados en diferentes temas que van dando curso al surgimiento de las


ramas de las ciencias jurídicas. Este fenómeno se da en España y como prueba
de ese movimiento intelectual existe el inventario de un buen número de
monografías sobre temas puntuales como la administración de corregimientos,
las inmunidades de los nobles, la curia real, el oficio fiscal, los réditos, mayorazgos,
testamentos, delitos y penas. Al lado de los españoles destacan las monografías
de autores italianos como Menochio, Copus, Angelo de Gambilioni, Giganti,
Marco Antonio Bianchi, Mantica y Simón de Pretis.

Es propio de ese derecho la llamada Particularización Territorial que consistía


en la tendencia a crear estructuras legislativas propias en cada comarca o reino,
basadas en textos de derecho canónico y civil así como en opiniones de tratadistas,
es decir comentaristas, lo que generó que esas normas fueran difundidas de una
región a otra dando lugar a una especie de derecho comparado. En la biblioteca
de Arias aparecen las decisiones que son reproducciones de enjuiciamiento
de sentencias adoptadas en tribunales y parlamentos de Francia, Portugal e
Italia, con aportes de jurisconsultos franceses como Guy Pape, Berthelemy de
Chasseneux, Pierre Rebufi o Nicolás Bohier. Además de las llamadas Decisiones
las producciones de los jurisconsultos pueden resumirse en Consilias, Prácticas o
Praxis, y las Recopilaciones:

Los consilia, reuniones de dictámenes de un profesional sobre diferentes


materias, ocupaban buen espacio en los estamentos de aquella sala de estudio.
Entre las obras de dicho género se hallan los pareceres selectos de Carlo Ricini,
del perusino Corneo, del sienés Socino, del cardenal Parisio, del maestro
boloñés Tartagna, de Felino María Sandeo, etc. De otro lado, había también
un apreciable conjunto de “prácticas” o instrucciones en torno al procedimiento
forense. Son especialmente conocidas –por lo que atañe a la jurisprudencia
castellana – la Práctica criminal del consejero y obispo Dìaz de Lugo, la Praxis
de Suárez de Paz, la Instrucción de escriuanos de Monterroso, las cuales figuran
junto a textos semejantes de autores extranjeros12.

Agrega Hampe que uno de los medios usados para “vulgarizar” el derecho
común fueron las recopilaciones, en las que publicaban los tratados de autores
significativos, como los Tratados diversorum doctorum y las comunes opinione.
Se destacan las compilaciones individuales como la del francés Tiraqueau, el
civilista Italiano Alciati, los españoles Navarro Azpilcueta, Rodrigo Suárez,
Soto, y Covarrubias de Leyva.

Ibíd., págs. 343-344.


12
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
225

En el inventario de los textos reseñados como de Derecho Civil tenemos los


siguientes:

En la ciudad de los Reyes, en onze días del mes de octubre de este dicho año
(1614), se prosiguió el dicho inventario en lo tocante a la librería del estudio del
dicho señor obispo, y los libros que en él se hallaron y la tasación que de dellos
hizo Andrés de Ornillos, librero, persona nombrada por el dicho alcalde (capitan
Diego de Agüero) para ella, auiendo primero jurado y visto los dichos libros uno
por uno y los títulos que tenían, todo lo qual es en la manera siguiente13:

LIBRERÍA QUE SE HALLÓ EN EL ESTUDIO DE SU SEÑORÍA


(…)
LIBROS DE DERECHO CIUIL.

137) Vn derecho civil de Salamandria en seis cuerpos pergamino, 400 rs.


138) Vn derecho civil, sólo el testo, en cinco cuerpos, 48 rs.
139) Summa de Asón, 80rs. 8 (Azzone dei Porci, Summa azonis)
140) Bártulos de Venecia en dies cuerpos, 320 rs. (Bartola de Sassoferrato)
141) Baldos de Venecia en nueue cuerpos, 320 rs. (Baldo degli Ubaldi)
142) Paulo de Castro de Salamandria en siete cuerpos, 240 rs. ( Comentaría in
Digesta el Codicem)
143) Alexandros de Venecia en quatro cuerpos, 192rs. (Alessandro Tartagna de
Imola, Concilia)
144) Jasones en dies Cuerpos con el de acciones, 240 rs. (Giasone de Maino,
Commnentaria in codicem et Digestum; in titulum de actionibus)
145) Obras de Ripa en dos tomos, 160 rs. ( Johannes Franciscus Ripa)
146) Decio sobre los Digestos y Código en folio, 80 rs. (Filippo Decio)
147) Algunas obras de Alciato en dos tomos, 64 rs. (Andrea Alciati)
148) Obras de Hipólito de Marciales folio, 64 rs. (Hipólito de Marsili)
149) Lucas de Penna sobre los tres libros del Código, 24 rs. (Super tres libros
Codicis X., XI. Et XII. Lectura)
150) Platea muy viejo sobre los tres libros del Código, 24 rs ( Joannes de Platea,
Super tribus ultimis libris Codicis commentaria)
151) Albaroto sobre los feudos, 42 rs. ( Jacobo Alvarotti)
152) Fabro sobre la Instituta, 32 rs. ( Juan Faure de Roussines, Ad instituciones
justinianeas commentaria)

13
Ibíd., págs. 346-361. se trascriben con el número del ítem de acuerdo a Hampe, quien anota en paréntesis
el dato completo del texto después de confrontarlo con la Obra de Palau y Dulcet, Manual del librero
hispanoamericano. et ál.
To ga d o s y L e t ra d o s
226

153) Angelo super Instituta, 32 rs. (Angelo degli Ubaldi)


154) Sosino super Digestis y en las reglas, 48 rs. (Bartolomeo Socino)
155) Orozco super Digestis veteris, 40 rs. ( Juan de Orozco Covarrubias)
156) Cagnolo en dos tomos, (0 rs. (Hieronymus Cagnolus)
157) Otomano de verbis iuris, 24 rs. (Francois Toman, Commentaria de verbis juris)
158) Manuel del Río repeticiones, 12 rs.
159) Emendaciones de Antonio Augustino, 16rs. (Antonio Agustín, De
emendatione Gratini dialogorum)
160) Menochio de presumpciones en dos tomos (Giacomo Menochio, De
praesumptionibus, conjecturis, signis et indiciis commentaria)
161) Menochio en los possessorios (De adipiscenda, reticenda er recuperanda
possesione commentaria)
162) Menochio de arbitrarias en dos tomos (de arbitriis judicum quaestionibus
et causis); todas estas obras de Menochio, 400 rs.
163) Rufo en las constituciones en tres tomos (Pierre Rebuffi, Commentaria ins
constituciones regias Gallicias)
164) Rufo práctica beneficial (Praxis beneficiorum)
165) Rufo Tractatus nouen (Tractatus novem)
166) Rufo concordata (Tractatus concordatorum inter papam Leonem X. et
regem Franciscanum), todas estas obras que están en seis tomos, 320 rs.
167) Tiraquello todas sus obras en siete tomos, 480 rs. (André Tiraqueau)
168) Mascardo de probatione en tres tomos, 320 rs. ( Josephus Mascardus,
Conclusiones probationum omnium)
169) Tractatus diversorum de dote, 48 rs.
170) Opera Cepote en folio, 64 rs. (Bartolomeo Cepolla)
171) Mantica de coniecturis, 64 rs. (Franciscs Mantica, Tractatus de conjecturis
ultimarum voluntatum)
172) Simón de Pretis ultimarum voluntatum, 64 rs.
173) Caseneo cathalogo, 48 rs. (Barthelemy de Chasseneux, Catalugus gloriae
mundi)
174) Seraphino de prebilegio iuramenti, 48 rs.
175) Juan Copo de fructibus, 12 rs. ( Joannes Copus, De naturales fructibus)
176) Bogornino deuitore, 16 rs.
177) Tratado de attentatis folio, 48 rs.
178) Male maleficarum dos tomos en 8º., 32 rs. ( Jacob Sprenger y Henricus
Institoris, Malleus maleficarum)
179) Singularia doctorum en 8º., 12 rs.
180) Tractatus de prescriptione en 8º., 16 rs.
181) Tratado de pignoribus en 8º., 16 rs.
182) Dino y decio de regulis iuris en 8º, 32 rs. (Dinos de Rossonibus y
Filippo Decio)
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
227

183) Aymón Graueta de antiquitate en 8º, 24 rs. (Aymon Cravetta, De


Antiquitatibus temporum)
184) Everardo centum loci en 8º, 24 rs. (Nicolaus Everardo, Topicorum seu
locorum legalium centuria)
185) Vittalis clausularum, 24 rs.
186) Guin ( ?) de pensionibus en 8º., 16 rs.
187) Gigas de lesa maiestate en 8º, 20 rs. (Girolamo Gigante, Tractatus de
crimene laesae maiestatis)
188) Castro de lege penali en 8º, 20 rs. (Alfonso de Castro, De potestate legis
poenales)
189) Flet deinlite iurando (?) en 8º, 16 rs.
190) Bensio de nullitatibus en 8º, 16 rs.
191) Gerónymo de Monte de finibus en 8º, 16 rs. (Hieronymus de Monte,
Tractatus de finibus regendis civitatum, castrorum de praediorum)
192) Sebastiano de Medicis de compensationibus en 8º, 16 rs.
193) De duobus fratribus en 8º, 16 rs.
194) Biglio super Instituta en 8º, 32 rs. (¿Giovanni Battista Biglio?)
195) Expositio titulorum en 8º, 24 rs
196) Cuyaseo in paraclita en 16º, 16 rs. ( Jacob Cuyas, Paratitla)
197) Tratados diversorum doctorum en veinte y ocho cuerpos, 2.400 rs.
198) Comunes opiniones en quatro cuerpos, 240 rs.
199) Berthaquino en 4º en cinco cuerpos, 320 rs. (Giovanni Bertachini,
Repertorium)
200) Tratado de Egidio Bosio, 32 rs. (Aegidius Bossius)
201) Julio Claro, 32 rs. (Giulio Chiari)
202) Otro Julio Claro, 32 rs.
203) Tratados de Tiberio Deciano en dos tomos, 48 rs. (Tiberius Decianus,
Tractatus criminalis)
204) Paz en la práctica, 64 rs. (Gonzalo Suárez de Paz, Praxis ecclesiasticae et
securalis)
205) Práctica criminal de Bernardo Díaz con adiciones de Salcedo, 64 rs. ( Juan
Bernardo Díaz de Lugo, Practica criminalis canonica, anotada por Ignacio
López de Salcedo)
206) Plaça de delictis, 32 rs. (Pedro de Plaza y Moraza, Epitome delictorum
causarumque criminalium)
207) Tractatua varii de sindicatu en 4º, 32 rs.
208) Angelo de maleficios en 4º, 32 rs. (Angelo dei Gambiolioni, De maleficios
tractatus)
209) Práctica de Maranta en 4º, 32 rs. (Roberto Maranta, Speculum aureum et
lumen advocatorum praxis civiles)
To ga d o s y L e t ra d o s
228

210) Práctica de Folerio en 4º, 24 rs (Petrus Follerius, Praxis sive de ordine


judiciorum tractatus)
211) Práctica de Ferrara en 4º, 24 rs. (Giampietro Ferrari, Practica aurea)
212) Tallada visita de cárcel en 4º, 8 rs. (Tomás Cerdán de Tallada, Visita de la
cárcel y de los presos, Valencia 1574)
213) Don Juan Vela en 4º, 8 rs. ( Juan Vela de Acuña, Tractatus de poenis
delictorum, Salamanca, 1596)
214) Curia pisana con adiciones de Azebedo en 4º, 16 rs. (Alfonso de Azevedo,
Additiones ad Curiam Pisanam, Salamanca 1592)
215) Curia filípica en 4º, 80 rs. ( Juan de Hevia Bolaños, Curia philippica)
216) Solórzano de parrecidiis en 4º, 12 rs. ( Juan de Solórzano y Pereira, De
parrecidii criminine disputatio, Salamanca 1605)
217) Blanco indiciis en 8º, 8 rs. (Marco Antonio Bianchi, Tractatus de indiciis
homicidio)
218) Práctica de Monterroso, 32 rs. (Gabriel de Monterroso y Alvarado, Práctica
civil y criminal e instrucción de escriuanos)
219) Julio Ferrero de remilitare, 32 rs. 8 Julius Ferrettus, De re et disciplina
militari aureus tractatus)
220) Consejos de Alexandro en quatro tomos, 192 rs (Alessandro Tartagna de
Imola)
221) Consejos de Carolo Ricino en cinco tomos, 192 rs. (Carlo Ricino de Regio,
Concilia sive responsa)
222) Consejos de Cornio en cinco tomos con el índice, 240 rs. (Pier Filippo
Corneo, Concilia sive responsa)
223) Consejos del cardenal Paricio en quatro tomos, 240 rs. (Pietro Paolo
Parisio)
224) Gofredi concilia, 40 rs. (¿Goffredus de Trano?)
225) Casenei concilia, 40 rs. (¿Barthelemy de Chasseneuux)
226) Sosini senioris concilia en dos tomos, 80 rs. (Mariano Socino, senior)
227) Inmola et Ancarrani comsilia, 32 rs. (Giovanni de Imola y Pietro
d´Ancarano)
228) Angeli concilia, 32 rs. (Angelo degli Ubaldi)
229) Cardinales Bolonieti et Cepote concilia, 32 rs. (Alberto Bolognetti y
Bartolomeo Cepolla)
230) Romani et Oldrani concilia en un tomo, 40 rs. (Ludovico Pontano y
Oldrado da Ponte)
231) Mariano Socini concilia en quatro tomos, 192 rs. (Mariano Socino)
232) Menochi concilia los tres primeros tomos, 192 rs. (Giacomo Menochio)
233) Pauli de Castro concilia en dos tomos, 96 rs. (Paulo de Castro, Concilia
seu responsa)
234) Jasonis concilia en dos tomos, 96 rs. (Giasone de Maino)
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
229

235) Calderini et aliorum concilia, 24 rs. ( Joannes y Gaspar Calderinus,


Concilia, ed. De Domenico da San Gemigninano)
236) Concilia ad causas ultimarum voluntarum, 24 rs.
237) Francisci Curcii concilia, 24 rs. (Francesco Corti)
238) Francisci Arentini concilia, 24 rs. (Francesco Accolti, Concilia seu responsa)
239) Rubei concilia, 16 rs. ( Joannes Antonius Rubeus, Consilium in materia
monetale)
240) Masoli concilia, 32 rs.
241) Hieronymi Gabrielis concilia, 24 rs.
242) Decii concilia en dos tomos, 128 rs. (Filippo Decio, Concilia sive responsa)
243) Simonis de Pretil concilia, 48 rs.
244) Juan Baptista Ferreti concilia, 64 rs.
245) Thome Grammatici concilia, 24 rs. (Tommaso Grammatico)
246) Nicolai Everardi consilia, 24 rs. (Nicolaus Everardi)
247) Aymón Grauete concilia en dos tomos, 96 rs. (Aymón Cravetta)
248) Rolando a Valle concilia quatro tomos, 240 rs. (Rolandus à Valle, concilia
sive responsa)
249) Mandeli concilia, 32 rs. ( Jacobus Mandellus)
250) Ploti concilia, 32 rs.
251) Peregrini concilia, 32 rs.
252) Concilia feudalia, 24 rs.
253) Concilia Clantiuncule, 32 rs. (Claudius Cantiuncula)
254) Concilia Marcianesi, 32 rs.
255) Concilia Alberti Bruni, 32 rs. (Alberto Bruni)
256) Belamere concilia, 24 rs. (Egidio de Bellemera)
257) Guidonis concilia, 24 rs. (Guy Pape)
258) Francisci de Ponte concilia, 40 rs.
259) Nate concilia en dos tomos, 80 rs. (Marcus Antonius Natta)
260) Cepote concilia criminalia, 16 rs (Bartolomeo Cepolla)
261) Hipoliti concilia criminalia, 8 rs. (Hipólito de Marsili, Practica causarum
criminalium)
262) Burgos de Paz concilia criminalia, 8rs. (probablemente sea Diego Salón de
Paz, Prima pars questionum civilium, Medina del Campo, 1576)
263) Burgos de Paz de concilia, 40 rs. (Marcos Salón de Paz, Resolutissima
concilia, Medina del campo 1576)
264) Martín de Blancas vnum conslium, 24 rs.
265) Matheo de Aflictis super constitutionibus regni Cicilie en papelón, 64 rs.
(Matteo de Afflitto)
266) Decisiones Genue et tractatus varii, 96 rs.
267) Consuetudines Burgundie Casanei, 64 rs. (Barthelemy de Chasseneux,
Commentaria in consuetudines ducatus Burgundiae)
To ga d o s y L e t ra d o s
230

268) Decisiones et concilia Boeri, 64 rs. (Nicolás Bohier, Decisiones aureae in


sacro Burdegalensium senatu)
269) Decisions Rote, 56 rs.
270) Decisions de Afflictis iuz ursiliis (?), 40 rs. (Mateo de Afflitto)
271) Decisions de Capisio y Grammatico, Decisiones sacri regii consilii
Neapolitani)
272) Decisiones perusinas
273) Decisiones de Gama con adiciones de Flores, 64 rs. (Antonio de Gamma,
Decisiones supremi senatus regni Lusitaniae, ed. De Blas Flórez Díaz de Mena,
Valladolid, 1599)
274) Decisiones Pedemontane de Osasco, 32 rs. (Carlo Cacherano d´Osasco,
Decisiones sacri senatus Pedemontani).
275) Decisiones de Thesauro, 32 rs. (¿Caspar Antonius Thesaurus?)
276) Decisiones de Carrasco, 24 rs. ( Jean de Coras)
277) Decisiones de Guido Papa en dos tomos en 8º, 64 rs. (Guy Pape, Decisiones
parlamenti Delphinatus)
278) Decisiones tolosanas, 16 rs.
279) Decisiones de Casiodoro, 16 rs. (Magnus Aurelius Cassiodorus Senator)
280) Glossas constitutionum Neapoli, 8 rs.
281) Styllus parlamentii Parisiis, 32 rs.
282) Pregmatica santionum, 32 rs.
283) Nouelle Iustiniani, 8 rs.
284) Cathalogus et expurgatorium, 24 rs.
285) Titelman super Psalmos, 32 rs. (Franz Titelman, Elucidatio in omnes
Psalmos)
286) Los annales de Varonio en doze tomos, 1.600 rs. (Cesare Baronio, Annales
ecclesiastici)
287) Gregorio de Valencia en cinco tomos, 400 rs. (Commentariorum
theologicorum)
288) Velarminio en quatro tomos, 320 rs. (Roberto Belarmino, Doctrina
christiana)
289) De vita spirituali del P. Paz, 48 rs.
290) Commentarii fray Hieronymi de Valera, 40 rs. ( Jerónimo Valera,
Commentarii ac quaestiones in Aristotelis et Johannes Duns Scoti logicam,
Lima 1610)
291) Flores theologicarum questionum in secundo Sententiarum, 40 rs. ( José
Angles, Flores theologicarum)
292) Ordenanzas de Seuilla, 24 rs.
293) Práctica manual de la artillería, 32 rs.
294) Arte militar de don Diego de Alua, 16 rs. (Diego Alaba y Viamont, El
perfecto capitán, instruido en la disciplina militar, Madrid 1590)
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
231

295) Constituciones de la vniversidad de Salamanca, 24 rs.


296) Constituciones de la universidad de Lima, 24 rs. (Constituciones y
ordenanzas de la universidad y Studio general de la ciudad de los Reyes del
Pirú, Lima 1602)
297) Privilegios de la Mesta, 24 rs.
298) Definiciones de Alcántara, 16 rs. (Definiciones de la orden y caballería de
Alcántara, con la historia y origen della)
299) Fueros de Aragón en dos tomos y uno chiquito, 48 rs.
300) Ordenanzas de Nauarra, 16 rs.
301) Synodales de la iglesia de Lima, 32 rs. (Constituciones synodales del
arzobispado de los Reyes en el Pirú, Lima 1614)
302) Las siete Partidas con glossa de Gregorio López en quatro tomos, 400 rs.
(Gregorio López de Tovar)
303) Ahumada sobre la primera y segunda Partida, 24 rs.
304) Repertorio de Montaluo, 24 rs. (Alfonso Díaz de Montalvo, Solemne
repertorium seu secunda compilatio legum)
305) Fuero real, 32 rs.
306) Leyes de Yndias en cinco tomos, los dos de molde
(Provisiones cédulas, capítulos de ordenanzas, instrucciones y cartas tocantes
al buen gobierno de la Indias, recopiladas por Diego de Encinas, Madrid,
1596, 4 v.)
307) Nueua Recopilación dos tomos, 192 rs.
308) Cortes y pragmáticas, 24 rs.
309) Ordenanças de la audiencia de Granada, 24 rs.
310) Ordenanças de la audiencia de Valladolid, 24 rs.
311) Ordenamiento real con la glossa de Diego Pérez en dos tomos, 96 rs.
(Diego Pérez de Salamanca, Commentaria in ordinationem regni Castellae)
312) Azebedo sobre la Nueua Recopilación en siete tomos, 400 rs. (Alfonso de
Azevedo, Commentaria juris civiles in Hispaniae regias constituciones)
313) Matienzo sobre el quinto de la Recopilación, 80rs. ( Juan de Matienzo,
Commentaria in librum quintum recolecciones legum Hispaniae)
314) Matienzo in dialogo relatoria, 32 rs. ( Juan de Matienzo, Dialogus relatoris
et advocati Pinciani senatus)
315) Gómez Arias en las leyes de Toro, 24 rs. (Fernando Gómez Arias, Glossa
ad leges Tauri)
316) Burgos de Paz en las leyes de Toro, 32 rs. (Marcos Salón de Paz, Ad leges
Taurinas insignes commentarii, Valladolid 1568)
317) Castillo en las leyes de Toro, 32 rs. (Diego del Castillo de Villasante, Utilis
et aurea glossa super legibus Tauri)
318) Palacios Rubios en las leyes de Toro, 16 rs. ( Juan López de Palacios Rubios,
Glossemata legum Tauri)
To ga d o s y L e t ra d o s
232

319) Tello Hernández en las leyes de Toro, 24 rs. (Tello Fernández Messía,
Commentaria in constituciones Taurinas)
320) Guillén en las leyes de Toro, 32 rs. ( Juan Guillén de Cervantes, Prima pars
commentariorum in leges Tauri, Madrid 1594)
321) Antonio Gómez en las leyes de Toro, 64 rs. (Ad leges Tauri
commentarius)
322) Antonio Gómez sus tratados, 64 rs. (Variae resoluciones juris civiles
communis et regis)
323) Abendaño in capitulis praetorum, 16 rs. (Pedro Núñez de Avendaño, De
exequandis mandatos regué Hispaniae)
324) Responsos de Abendaño, 24 rs. (Pedro Núñez de Avendaño, Quadraginta
responsa)
325) Abilés in capitulis praetorum, 32 rs. (Francisco de Avilés, Expositio
capitum seu legum praetorum ac judicum syndicatus Hispaniae)
326) Politicas de Bobadilla en dos tomos, 240 rs. ( Jerónimo Castillo de
Bovadilla, Política para corregidores y señores de vasallos en tiempos de paz y
de guerra)
327) Obras de Rodrigo Juárez con adiciones de Valdés en dos tomos,160 rs.
(Rodrigo Suárez, lecturae sive repeticiones, ed. De Diego Valdés)
328) Concordata de Ximenes, 64 rs. (Sebastián Jiménez, Concordantiae
utriusque juris civiles et canonici)
329) Parladorio primera y segunda parte, 48 rs. ( Joannes Yañez Parladorius,
Rerum quotidianarum)
330) Flores Dias en las prácticas criminales, 40 rs. (Blas Floréz Díaz de Mena,
Recentiorum practicarum questionem juris canonicia et civiles)
331) Juan Gutiérrez de iuramento confirmatorio (tractatus de juramento
confirmatorio)
332) Juan Gutiérrez navegaciones (sic) y repeticiones (Repeticiones sez et
quatuordecim juris allegationes, Madrid, 1604)
333) Juan Gutiérrez cuestiones canónicas en dos tomos (Canonicarum
quaestionum utriusque fori)
334) Juan Gutiérrez practica criminales en dos tomos (Practicarum quaestionum
circa legis regias Hispaniae); estos seis tomos, 320 rs.
335) Mexía en la pregmática del pan, 24 rs. (Luis Mejía y Ponce de León,
Laconismos seu chilonium pro pragmaticae panis elucidatione, Sevilla 1569)
336) Couarrubias dos tomos, 192 rs. (Diego Covarrubias de Leyva, Omnia
Opera)
337) Molina de primogeniis, 48 rs. (Luis de Molina Morales, De Hispanorum
primogeniis)
338) Pelaes de maioratu, 32 rs. (Melchor Pelaéz de Mieres, Tractatus majoratuum
et meliorationum Hispaniae, Granada 1575)
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
233

339) Sarmiento selectarum, 32 rs. (Francisco Sarmiento de Mendoza,


Selectarum interpretationum)
340) Juan García de spensis añadido, 64 rs. ( Juan García de Saavedra, De
expensas et meliorationibus)
341) Juan García de nobilitate, 48 rs ( Juan García de Saavedra, De Hispanorum
nobilitate et exemptione)
342) Otálora de nobilitate, 32 rs. ( Juan Arce de Otálora, De nobilitatis et
immunitatis Hispaniae)
343) Vaesa omnia opera, 64 rs. (Gaspar de Baeza)
344) Antinomia de Villalobos, 32 rs. ( Juan Bautista de Villalobos, Antinomia
juris regni Hispaniarum)
345) Antinomia de Olano, 24 rs. ( Juan Martínez de Olano, Concordia et
nova reductio antinomiarum juris comuna ac regii Hispaniarum, Burgos
1575)
346) Reglas y falencias de Bernardo Días, 24 rs. ( Juan Bernardo Díaz de Lugo,
Regularum et fallentiarum utriusque juris)
347) Reglas de Graciano, 24 rs. ( Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, Regla
de bien vivir)
348) Reglas de Dueñas, 24 rs. (Pedro de Dueñas, Regulus juris utriusque)
349) Speculum testamentorum de Espino, 24 rs. (Diego de Espino de Cáceres,
Speculum testamentorum sive thesaurus universae jurisprudentiae)
350) Lara de alimentis, 16 rs. (¿Bernard Lauret?)
351) Remigio de immitatione, 32 rs. (Remigio Nannini, De imitatione Christi)
352) Salazar de vsu et consuetudine, 48 rs. (Pedro de Salazar, De usu et
consuetudine et de stilo curiae regalis)
353) Palacio Rubios, 32 rs. ( Juan López de Palacios Rubios)
354) Menchaca en tres tomos, 96 rs. (Fernando Vázquez de Menchaca,
Controversiarum usu frequentum)
355) Repeticiones de Sigura, 32 rs. (Diego de Segura, Repeticiones decem in
diversis materiis)
356) Lazarte de gabelis, 32 rs (¿Ignacio de Lasarte y Molina, De decima
venditionis et permutationis?
357) Gironda de gabelas, 24 rs. (García Gironda, Tractatus de Gabellis, Madrid
1594)
358) Pereyra de restitutione minoris, 48 rs.
359) Barbosa de soluto matrimonio en dos tomos, 192 rs. (Pedro Barbosa,
Commentaria ad interpretationem tituli ff. Soluto matrimonio, Madrid 1594-
95, 2v.)
360) Pineli Opera, 40 rs.
361) Albaro Velazco consultaciones, 32 rs.
362) Caldas de ronouatione, 16 rs. (¿Francisco de Caldas Pereyra y Castro?)
To ga d o s y L e t ra d o s
234

363) Peguera de feudos, 32 rs. (Luis de Peguera, Aurea et elegans repetitio in


cap. de feudos)
364) Peguera cuestiones criminales, 16 rs. (Luis de Peguera, Liber quaestiones
criminalium)
365) Costa opera en dos tomos, 64 rs. (Mantel da Costa, opera omnia, Salamanca
1584, 2v.)
366) Peralta opera en dos tomos, 64 rs.
367) Aluarado de coniecturis, 64 rs.
368) Quesada cuestiones, 16 rs. (Antonio de Quesada, Diversarum quaestionum
juris liber, Salamanca 1573)
369) Agia de exsibendis reis, 16 rs. (Miguel de Agia, de exhibendis auxiliis
tractatus, Madrid 1600)
370) Redín de maiestate principuz et concilia Gutiérrez, 64 rs. ( Juan Gutiérrez)
( Juan Redín, De majestate principis tractatus, Valladolid, 1568)
371) Escobar de radideiniis, 24 rs.
372) Ayola de partitionibus, 32 rs (Antonio Ayerbe de Ayora, Tractatus de
partitionibus bonorum)
373) Morquecho de honorum diuisione, 32 rs. (P.S: Morquecho, De honorum
divisione, Madrid; 1601)
374) Alfaro de officio fiscales, 24 rs. (Francisco de Alfaro, Tractatus de officio
fiscales, Valladolid 1606)
375) Peregrino de iure fisco, 24 rs.
376) Feliciano de censibus, 32 rs.
377) Rodríguez de censibus, 32 rs.
378) Calepino de siete lenguas, 96 rs. (Ambrosio da Calepio, Dictionarium)
379) Abrán Ortelio theatrum orbis, 1.200 rs. (Abraham Ortelius)
380) Otro Abrán Ortelio pequeño, 96 rs.
381) Ciuitates orbis terrarum, 329rs.
382) Ilustraciones de Garabay, 64 rs. (Esteban de Garibay y Zamalloa,
Ilustraciones genealógicas de los católicos reyes de las Españas, Madrid
1596)
383) Los annales de Çurita con índice en siete tomos, 480 rs. ( Jerónimo de
Zurita, Anales de la corona de Aragón, Zaragoza 1610, 6v.)
384) Las déchadas de don Juan de Varrios primera y segunda y tercera parte,
192 rs. ( Juan de Barros, Decadas da Asia)
385) déchada quarta de Diego de Cuoto, 80 rs. (Diogo do Couto, Decada
quarta da Asia)
386) Historia pontificial vieja, 128 rs. (Gonzalo de Illescas, Historia pontificial
y católica)
387) Corónica del emperador, 48 rs.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
235

388) Historia general de Yndias de Herrera en dos tomos, 192 rs. (Antonio de
Herrera y Tordesillas, Historia general de los hechos de los castellanos en las
islas i tierra firme de Mar Océano, Madrid, 1601, 2v.)
389) Historia de Pirú de Çárate, 48 rs. (Agustín de Zárate, Historia del
descubrimiento y conquista de las provincias del Perú, Sevilla 1577)
390) Historia del Pirú de Diego Hernández vieja, 32 rs. (Diego Fernández de
Palencia, Primera y segunda parte de la historia del Perú, Sevilla 1571)
391) Comentarios de Aluaro Nuñez Cabeça de Baca, 24 rs.
392) Libro del P. Castellanos viejo, 16 rs. ( Juan de Castellanos, Primera parte
de las elegías de varones ilustres de Indias, Madrid 1589)
393) Historia de las Filipinas, 12 rs.
394) Historia del P. Acosta de Yndias, 16 rs. ( José de Acosta, Historia natural
y moral de las Indias)
395) Dragontea de Lope de Vega, 16 rs. (La Dragontea, Valencia 1598)
396) Historia de don Luis de Auila, 4 rs. (Luis de Avila y Zuñiga, Comentario
de la guerra de Alemania hecho por Carlos V)
397) Historia de Inglaterra en dos tomos, 48 rs.
398) Heroycos hechos de varones ilustres con estampas, 16 rs.
399) Arte y vocabulario de la lengua de yndios (?), 48 rs.
400) Símbolo del P. Oré, 24 rs. (Luis Jerónimo de Oré, Símbolo católico
indiano, Lima 1598)
401) Dos artes de la lengua de Chile, 24 rs. (Luis de Valdivia, Arte y gramatica
general de la lengua que corre en todo el reyno de Chile, Lima 1606)
402) Arte y vocabulario de la lengua quichua, 16 rs. (Diego Gónzalez Holguín,
Arte y vocabulario en la lengua general del Perú llamada quichua, Lima 1614)
403) Libro de las exequias de la reyna, 8 rs.
404) El quilatador de plata y oro, 8 rs. ( Juan de Arfe de Villafañe, Quilatador
de la plata, oro y piedras)
405) Reduciones de Verbedel, 16 rs. ( Juan de Belveder, Libro general de las
reducciones de palata y oro, Lima 1597)
406) Reducciones de Barriguilla, 24 rs. ( Juan Garreguilla, Libro de plata
reduzida, Lima 1607)
407) Obras de Juan de la Cueba, 4 rs.
408) Osorio de nobilitate, 24 rs ( Jerónimo Osorio, de nobilitate christiana)
409) Vocabulario de Antonio, 32 rs (Antonio de Nebrija)
410) Itinerario general en 16º, 8 rs.
411) Diccionario de quatro lenguas, 8rs.
412) Raçon de estado de Herrera, 16 rs.
413) Marco Aurelio, 16 rs. (Antonio de Guevara, Libro áureo de Marco Aurelio)
414) De statibus Francie, 8 rs.
415) Doze libros de gramática, 96 rs.
To ga d o s y L e t ra d o s
236

416) Las obras de Mercado de medicina, 240 rs. (Luis Mercado)


417) Dioscórides y Laguna, 32 rs. (Pedacio Dioscórides, Acerca de la materia
medicinal y de los venenos mortíferos, ed. De Andrés Laguna).

Del ítem 70 al 136 de los títulos que registra el librero Andrés de Hornillos,
a su juicio, corresponden al derecho canónico, sin embargo, el tema de las
clasificaciones genera algunas dudas sobre dónde se deben buscar los títulos
de una biblioteca jurídica y sus límites con otras materias, en especial con los
canónicos. Las confusiones entre los dos derechos es un tema presente en el
siglo XVI y hasta bien entrado el XVIII. En el inventario y tasación de los libros
eclesiales figuran títulos que hacen pensar, más bien, en asuntos judiciales, como
por ejemplo:

108) Medina de restitutione, 16 rs. ( Juan de Medina, Codex de restitutione et


contractibus)
114) Gómez super regula cancilerie, 16 rs. (Luis Gómez, commentaria in
regulas cancellariae judiciales)
118) Directorium iudicum de Abalos en 4º, 32 rs.
122) Tratado de cambios de Villalón en 4º, 24 rs. (Cristóbal de Villalón,
Provechoso tratado de cambios y contrataciones de mercaderes)

10.4 Biblioteca del Virrey-frayle José Solís Folch de Cardona

La figura de Virrey José Solís es una de las más importantes del periodo
de estudio, y sobre todo teniendo en cuenta que tuvo una biblioteca como
funcionario del Estado, que luego pasó a manos del clero cuando este decide
recluirse en la orden franciscana. A su llegada llegada de España en (1753) trae
consigo una biblioteca básica para el desempeño de sus funciones oficiales como
virrey del Nuevo Reino de Granada. La formación de Solís es la de un hombre
de armas y no la de un jurista. No ejerció la jurisprudencia como abogado
aunque realizó muchos actos propios de la profesión. De hecho son frecuentes
las críticas que se le hicieron al respecto y en especial la controversia que tuvo
con la Real Audiencia en el año de 1757 por querer excederse en sus funciones.
Entre los títulos hallados en el inventario de sus objetos personales, cuando se le
conoce como el frayle Joseph de Jesús María, tenemos:

Doce tomos de Bulas, más la colección completa de las bulas apostólicas de


Inocencio XI y Benedicto XIII, tres tomos con las obras de Fray Martìn de
Torrecilla, cuyos títulos no aparecen especificados, pero que sabemos que eran:
Examen de la potestad y jurisdicción de los señores Obispos, asì en común como
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
237

de los obispos Regulares y titulares, con algunas materias concernientes, La


enciclopedia canónica, civil,moral, regular y ortodoxa, y las Consultas morales y
exposición de las proposiciones condenadas por los Santos Padres Inocencio
XI y Alejandro VII14.

Sin duda se trata de obras cuya orientación es más de derecho canónico


que civil, sin embargo, otras obras como los Comentarios de las Bulas de las Indias,
la Legacía Apostólica de los Reyes de España en las Indias o los Papeles de Panamá,
figuran más cercanas al orden civilista. Entre las huellas de presencia de lectores
en las obras del Frayle, se puede apreciar el fenómeno del préstamo de libros,
y particularmente, estos últimos figuran en su biblioteca como propiedad de
jurista asturiano Fernando Bustillo, que hacia el año de 1756 fue nombrado Fiscal
Protector de los Indios en la Real Audiencia de Santa Fe, donde conoce a Solís
en el cargo de virrey, y estable con él una amistad. En consecuencia, le regala unos
textos manuscritos de su autoría. En el espolio del frayle donde está el inventario de
su celda del convento Máximo de la Purificación de Nuestra Señora en Santafé, en
1770 se encuentran varias obras de carácter jurídico, sin perjucio de su perspectiva
canónica y destacados como “libros de a folio y de a cuarto”:

Libros de a folio:

1. Item, Las obras del señor Palafox, en 15 volúmenes en pergamino;


2. Item, Alegaciones a favor del clero, por el mismo Palafox, un tomo en
pasta;
3. Item, Comentarios sobre las Bulas de Indias en cuatro tomos manuscriptos,
por don Fernando Bustillo (Al margen dice: Pertenecen a Rentería)15;
4. Item, un libro con rótulo Bustillo: Papeles de Panamá (Al margen dice
Pertenece a Rentería);
5. Libros de a cuarto:
6. Item, Defensa Canónica, por el señor Palafox, un tomo en pasta;
7. Item, Empresas de Saavedra, un tomo (Diego de Saavedra y Fajardo: Idea
de un Príncipe Político Cristiano representada en 100 empresas);
8. Item, Memorial de la Companía (de Jesús) contra el Señor Palafox, un
tomo;

14
Luis Carlos Mantilla O.F.M., La biblioteca del Virrey Frayle. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1989, págs. 11,
12, en el estudio preliminar a la transcripción de la biblioteca de 115 títulos, independiente de los tomos en cada
uno, se destacan las obras de contenido histórico, y algunos textos que por la falta de transcripción de su autor
y nombre de la obra no es posible ubicarlas claramente en un género.
15
Ibíd., págs. 14-19 las notas en paréntesis corresponden a Mantilla.
To ga d o s y L e t ra d o s
238

9. Item, Doce tomos de Bulas;


10. Item, Décadas de las Guerras de Inglaterra, diez tomos;
11. Item, El Príncipe Católico, por el Padre Juan María;
12. Item, Bulas Apsotólicas de Inocencio XI y Benedicto XIII, en cuarto;
13. Item, Manifiesto legal, natural y divino;
14. Item, Constituciones Municipales, por nuestro Padre Molina. (Debe
tratarse de Estatutos peculiares de la Provincia Franciscana del Nuevo Reino de
Granada);
15. Item, Discurso legal, de Fray Francisco de Ayeta;

10.5 Biblioteca de Juan José D´Elhuyar

La formación intelectual del español Juan José D`Elhuyar remite a una de las
figuras más importantes de la ilustración neogranadina y es considerado junto
con su hermano Fausto, uno de los motores de la Real Expedición Botánica
del Nuevo Reyno de Granada. Reconocido por el Barón Humboldt como un
gran gestor de “las labores de Santa Ana” y como “sabio” por el mismo José
Celestino Mutis, tiene una biblioteca que prueba su conocimiento e interés
por las Ciencias. Sin embargo, en una revisión de 166 títulos que registra el
inventario de sus libros de química, física, matemática, metalurgia y minería,
podemos destacar algunas obras de contenido literario, político, histórico y
legal, ellas son:

5) Colección de leyes y politica de las Colonias Francesas, en lengua francesa, 1


tomo, en pasta... (0,02)
14) Diccionario histórico, en francés, 4 tomos, en 4º y pasta… (0,010)
22) Varones Ilustres, de Plutarco, el tercer tomo… (0,02)
24) Diccionario de latín y francés, 1 tomo, 4º, pasta… (0,02)
26) Un tomo de lógica, en lengua francesa, 8º y pasta… (0,008)
27) Arte de ensayar, en lengua francesa, 1 tomo, en 8º y pasta… (0,02)
28) Fábulas de Lafontayne, en pergamino, 2 tomos… (0,02)
43) Recreación política, 2 tomos, en pasta… (0,04)
54) La Araucana, 2 tomos, en 8º y pasta… (0,03,4)
64) Diario de los nuebos (sic) descubrimientos, 3 tomos, en 8º y pasta… (0,06)
65) Obras de Quevedo, 6 tomos, en pasta y quatro… (0,016)
70) Historia de la Guayana, 1 tomo, en folio y tafilete dorado… (0,012)
71) Diccionario de la lengua castellana, 1 tomo, en folio y pasta… (0,008)
74) Flores, Clave historial, 1 tomo, en quatro y pasta… (0,02,4)
76) Ordenanzas de minas, pr. Gamboa, el tomo tercero en folio y pasta…
(0,05)
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
239

79) Comercio de la Europa, 4 tomos en quatro… (0,06)


81) El Concilio, en castellano, 1 tomo, quarto y pergamino… (0,03)
82) Filosofia moral, pr. Tesauro, 1 tomo… (0,02)
83) Proyecto económico, 1 tomo… ( 0,02)
93) Yntroducciòn a la historia natural, en castellano, 1 tomo… (0,1)
95) Larruga, Memorias de España, 18 tomos, en pergamino… (0,020)
110) Ordenanzas de las minas de Saxonia, 1 tomo… (0,06)
113) Historia de América, en alemán, 4 tomos… (0,012)
131) Historia de la Guayana, en alemán, 1 tomo… (0,02)16

10.6 Biblioteca de Manuel del Socorro Rodríguez

Una de figuras centrales en la formación de los intelectuales neogranadinos,


es la del cubano Don Manuel del Socorro, fundador del primer periodico
del Santafé y promotor de tertulias y círculos literarios (tertulia Eutropélica)
en donde de discutieron muchos temas que, a juicio de algunos, agitaron el
sentimiento de independencia en el virreinato.

Don Manuel del Socorro es el gestor y encargado de fundar la Real Biblioteca


de Santafé, primera Biblioteca Pública de la Nueva Granada y antecentedente
de la Biblioteca Nacional de Colombia. En su testamento deja constancia de su
voluntad para que a su muerte sus libros pasaran a hacer parte de la colección de
obras de la Real Biblioteca: En el inventario de los títulos se destacan algunos
textos de carácter jurídico y político, que fueron motivo de consulta por los
usuarios de la misma, entre los 138 títulos en los que se destacan las obras de
carácter literario e histórico, citamos:

1. La vida de Cicerón con notas críticas: cuatro tomos en pergamino.


2. Biblioteca Española de los autores antiguos de la Nación: dos tomos en
folio, pergamino.
3. Biblioteca Española desde el Reinado de Carlos 3º: seis tomos en
pergamino.

16
La biblioteca de don Juan José D´Elhuyar. Archivo Nacional. Protocolo de Notaría Segunda. Tomo único (1797-
98-99) folio 339-344v, octubre 22 de 1796. “Inventario de la biblioteca del difunto D. Joseph D´Elhuyar
efectuado en Santafé a 22 de octubre de 1796 por los avaluadores Dn. Jph. Acevedo, D. Santiago Umaña, Juan
Jph. Roxas Ygno (Ignacio) Estrada Cubides y Eustaquio Cavallero (sic)”, en: Bernardo Caycedo, D´Elhuyar y el
siglo XVIII neogranadino, Bogotá: 1971, págs. 303-308.
To ga d o s y L e t ra d o s
240

4. Discursos elocuentes del orador Isócrates: tres tomos en pergamino.


5. Oficios de Cicerón traducidos con el texto latino debajo: dos tomos en
pasta.
6. Epístolas y oraciones de Cicerón, en dos tomos de pergamino.
7. España dividida por sus provincias, con descripción de cada una: dos
tomos en folio menor, pergamino.
8. República literaria, de Saavedra: un tomo en pasta.
9. Empresas políticas, del mismo autor: un tomo en pergamino.
10. Obras morales y políticas, del Marqués Caracciolo: ocho tomos.
11. Tratado en verso sobre la elocuencia española: un tomo en pergamino.
12. Ejemplar de Reyes: aplicado a las acciones de Felipe V: un tomo,
pergamino.
13. Historia universal: un tomo, pergamino.
14. Concordantiae utrisque juris civilis et canonicis: dos tomos en pasta.
15. Praenotionum canonicarum: un tomo en pergamino.
16. Institutionum juris civilis: dos tomos en folio.
17. Bullarium Humanum: dos tomos en folio.
18. Heineccio: Elementa juris civilis: dos tomos en pergamino.
19. Descripción de Roma antigua, con láminas: un tomo.
20. Colegio Complutense: tres tomos, pergamino.
21. Historia política de los establecimientos ultramarinos de las naciones
europeas: cinco tomos en pasta.
22. Práctica judicial, eclesiástica y secular: un tomo en folio.
23. Elementos del Derecho público, por don Joseph de Olmeda: dos tomos en
pasta.
24. Quinto Cursio en latín y castellano: dos tomos, pergamino.
25. Juntas generales de la Real Sociedad Vascongada: un tomo, pergamino.
26. Valerio Máximo traducido al castellano: un tomo.
27. Memorias de jurisprudencia, de Mr. Omer Falcon: ocho tomos, pasta.
28. Escolano: Elucubraciones Juris Canonici: un tomo, pergamino.
29. Historia de Carlos XII, rey de Suecia: dos tomos.
30. Vida del rey Carlos III: un tomo, pasta.
31. Los reyes nuevos de Toledo: un tomo, pasta.
32. Trescientos cuadernos que contienen varias piezas literarias sobre
diferentes asuntos17.

Biblioteca de Manuel del Socorro Rodríguez, Santafé de Bogotá, 1º de junio de 1796. Archivo Histórico
17

Nacional. Salón Colonia. Cartas de Empleados públicos, 4 fols. 528-533. En: Historia de la Biblioteca
Nacional de Colombia. Guillermo Hernández de Alba y Juan Carrasquilla Botero. Bogotá: Instituto Caro y
Cuervo, 1977, págs. 63-68.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
241

10.7 Biblioteca de Antonio Nariño

Entre las obras citadas por Ruiz Martínez18, en el XVIII, que corresponden
a la librería de Antonio Nariño encontramos varios textos jurídico-políticos.
Se ha propuesto que estas obras aportaron elementos a la formación de una
conciencia de lo propio, y que fueron vitales para la causa independentista,
porque representaban la máxima expresión de la heterodoxia francesa y el
espíritu revolucionario y antiregalista. Entre los textos citados tenemos:

1. Institution d´un Prince ou Traité des qualités, des vertus, des devoirs dé un
Souveraim (1739) Santiago José Daguet.
2. Cartas morales, militares, civiles i literarias de varios autores españoles,
recogidas y publicadas por don Gregorio Mayans i Siscar, del consejo del Rey
Nuestro Señor i alcalde honorario de su Real Casa y Corte (1740).
3. Theorica y Práctica de comercio y marina en diferentes discursos y
calificados ejemplares, que con específicas providencias, se procuran adaptar a la
Monarchia Española, par su promta restauración, beneficio universal, y mayor
fortaleza contra los émulos de la Real Corona: mediante la soberana protección
del rey Nuestro Señor don Phelipe V. (1670aprox-1740aprox) Don Jerónimo de
Uztariz.
4. Instituciones del derecho civil de castilla (1771) Ignacio Jordan de Asso y
Miguel de Manuel y Rodríguez.
5. Elementos del Derecho Público, de la Paz y de la Guerra, ilustrados con
noticias históricas, leyes y doctrinas de le derecho español. (1771) Joseph de
Olméda y León.
6. El verdadero mentor, ó educación de la Nobleza (1783) Marquez
Domenico de Caracciolo.
7. Compendio del Derecho Público y Común de España o de las Leyes de
las Siete Partidas, colocado en orden natural (1784) Vicente Vizcaíno Pérez
8. Plan de Educación, o exposición de un nuevo método para estudiar las
lenguas, geografía, Cronología, historia, matemática, philosophia, política, etc.
(Cádiz, 1767) Don Juan Antonio Gonzalez.
9. Política Natural o Discursos sobre los verdaderos principios de Gobierno.
(Pamplona, 1787) escrita por un inglés y confutada por el P. Ricardo Richard.

18
Eduardo Ruíz Martínez. La librería de Nariño y los Derechos del Hombre. Bogotá: Ed. Planeta, 1990, págs. 218-
411. Presenta el listado de los libros incautados a Don Antonio Nariño y Álvarez en la diligencia de embargo de
bienes. Un total de 700 títulos 1881 volúmenes, cuyo inventario se realizó entre el 30 de agosto de 1794 y el 3
de septiembre de ese mismo año. Entre los textos citados aparecen algunos títulos que corresponden a una serie
de libros prohibidos que no formaron parte del primer inventario como el Espíritu de las Leyes de Montesquieu.
To ga d o s y L e t ra d o s
242

10. Discurs sur l´education publique de peuple (Francia, 1791) Mme. De


Genglis. (Cartas sobre la educación).
11. Observaciones sobre el artículo España de la Nueva Enciclopedia.
(Madrid, 1784) Antonio Cabanilles.
12. Histoire Philosophique et Polítique des Establisemens et de Comerce des
Europeens dans les deux Indes. (Francia, 1770) Guillaume Tomás Raynal.
13. Obra Jurídica de Diego de Covarrubias y Adiciones al Covarrubias (Faria)
14. De L´ esprit des loix. (,) Ou de rapport que les Loix doivent avoir avec
la Constitution de chaque Gouverment, les Mœurs, le Climat, la Religion, le
Commerce, et. A quoi L´Auteur ajoté Des recherches nouvelles sur les Loix
Romaines touchant le Sucessions, sur les Loix Francoises, y sur les Loix
Féodales. (Ginebra, 1748, primera edición sin nombre de autor) Charles-Louis
de Secondat, barón de la Bréde y de Montesquieu.
15. Polìtica Yndiana. Juan Solórzano y Pereira (1575-1655).
16. Jure Indiarum Juribus. Juan Solórzano y Pereira (1629-1639).
17. Proemiales a la Jurisprudencia, su origen, progresos y comentarios a las
leyes del Código Papiniano y Doce Tablas. José Maimo y Ribes (1777).
18. Corpus Iuris Civiles de Justiniano.
19. Compendio del derecho Público y Común de España o de las Leyes de
las Siete Partidas, colocado en orden natural. Vicente Vizcaino Pérez (1784).
20. De Justitia et Jure. Francisco de Soto (1553).
21. El derecho Público de la Europa. Gabriel Bonnot de Mably (1748).

Aun cuando todas las bibliotecas que revisamos no son de juristas –es decir
letrados– como es el caso de D’Lhuyar o del virrey Solís o el mismo Manuel del
Socorro Rodríguez, se presentan para configurar un panorama de la circulación
material de libros y la existencia de una elite ilustrada que tenía posesión sobre
el saber y el orden social que este legitimaba.

Es urgente revisar y documentar el mayor número posible de bibliotecas de


ilustrados en general. La idea dominante apunta dar por sentado que los libros
jurídicos y de ciencias sociales, jugaron un papel más directo en los procesos de
independencia del virreinato de Nueva Granada. Sin embargo, una hipótesis de
sentido más objetiva con las realidades sociales y la circulación discursiva de ese
periodo, apoyado en testimonios (voces de época) implica revisar los aportes de
las llamadas “ciencias útiles”, hoy ciencias naturales.

El inventario de las bibliotecas que ofrecemos es el borde de la nuez cuyo centro


lo encontraremos en el siguiente capítulo que recoge y sistematiza los contenidos
de las bibliotecas jurídico-políticas de los principales centros de formación del
virreinato neogranadino que tenían su asiento en la capital del reino.
Capítulo 11

Hacia un corpus material


de libros jurídicos neogranadinos

a mejor forma de hacer un inventario de los libros que


circularon en el siglo XVIII y que estuvieron en las bibliotecas
de los colegios mayores, que más tarde serían las universidades
del Nuevo Reino de Granada, es empezar por revisar las
colecciones de los fondos bibliográficos que poseían dichas
instituciones, además de procurar el acceso a bibliotecas de
juristas independientes y de los ilustrados criollos.

11.1 Datos para un corpus material de los libros jurídicos

Son diversas las inquietudes y las dificultades que surgen cuando se intenta
la reconstrucción de un corpus histórico sobre las obras escritas, sobre todo si
se tiene en cuenta que en principio todo listado resulta siempre incompleto.
Hay muchos elementos como la destrucción física de los libros, la pérdida, el
ocultamiento de los censores del Santo Oficio, el hurto y deterioro de los textos
que los sacaba de los mecanismos de conservación de las órdenes religiosas, de
las bibliotecas particulares y las de los centros de formación laicos y que además,
no permitía que los corpus materiales sean una fuente de referencia única para
confirmar la circulación de textos.
To ga d o s y L e t ra d o s
244

Un aspecto esencial en la reconstrucción de las bibliotecas es la dificultad


de ubicar su contenido. Bien lo señalaban Lucien Febvre y Henrí-Jean Martin
al referirse al estado civil de los libros, señalan como los hombres del siglo XV
y XVI tenían que acudir al Incipit o al Colofón para ubicarse: “(…) se veían
obligados a hojear durante mucho tiempo una obra antes de conocer su “estado
civil”, ya que los más antiguos libros impresos carecen de portada”1.

Este hecho lo pudimos detectar en el trabajo de los archivos coloniales,


teniendo que prescindir de la referencia de dichos textos. Como consecuencia
de lo anterior, otros de los aspectos que se han detectado en el proceso de
configuración del corpus material, está el relacionado con la verificación de
su existencia física actual. Por eso en la postulación de un corpus ideal, en el
siglo XVIII, hay que denotar que se ha preferido señalar las obras publicadas
en periodo independientemente de la verificación de su circulación material.
Además hemos citado obras que corresponden a los siglos anteriores y que
exceden la delimitación 1739-1777.

Entre los factores más comunes que pueden observarse en la formación de


un corpus material están: la identificación en los diferentes fondos de un género
que permita ubicar la obra en una categoría disciplinar específica: derecho,
historia, política (…); la imprecisión en cuanto a las fechas de edición, reedición
y las publicaciones que se extendieron en el tiempo; los datos sobre autor o
traductores; el uso de seudónimo de los autores, así como la relación parcial
de los nombres (algunos textos solo registran apellidos de sus autores o hacen
alusión a un título de nobleza); la homonimia en los títulos de los libros al
lado de las ediciones anónimas o manuscritas; el registro incompleto de datos
editoriales en los inventarios de embargo y/o secuestro, el registro de títulos
incompletos de las obras o con títulos aproximados a su contenido. Igualmente
importante es el tema de las grafías antiguas para la escritura de títulos, autores
y obras y las posibles alteraciones que hayan sufrido con las transcripciones y su
cita de fuentes secundarias.

En algunos casos se aprecian las polémicas sobre fraude y plagio de obras


inéditas; la ubicación del título en una fuente poco sólida y la formación del corpus,
de fuentes secundarias frente a la noción de autor. El carácter descriptivo de este
trabajo apunta a elaborar dicho corpus material, para establecer relaciones con
algunas obras que son consideradas esenciales en la formación de los abogados,


1
Lucien Febvre y Henrí-Jean Martin. La aparición del libro. México: FCE, Conacultura - Fonca, 2005, pág. 82.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
245

tanto en España como en el nuevo mundo. Pero, la identificación de dicho corpus,


deja ver falencias en cuanto a la recepción de los textos. Muchas obras, consideradas
básicas, no aparecen en los registros físicos y aun cuando ello pueda deberse a que
pertenecían a colecciones privadas de juristas, lo cierto es que no hay una prueba
material, ni una relación con su contenido en textos producidos o reproducidos
por autores locales, por lo menos en el caso de la Nueva Granada.

Al lado de la reconstrucción material está la propuesta de un corpus ideal, que


consiste en una labor de recopilación de los textos obtenidos en fuentes secundarias,
está la idealización de la biblioteca general que se supone tendría un ilustrado en
función de su rol en la sociedad colonial. En nuestro caso se pone especial atención
de las obras que corresponden al siglo XVIII de manera amplia, además de aquellas
que los doctrinantes consideran como obras de consulta en el periodo.

En los libros publicados por García-Gallo, en especial en su Manual de


Historia del Derecho Español, se pueden entresacar los títulos de algunas obras
que fueron editadas en el siglo XVIII, que circulaban en la metrópoli y que con
seguridad se leían en el virreinato de la Nueva Granada. Igual se ha procedido
con otros autores modernos que se han ocupado de los procesos de circulación
del saber en la perspectiva de las bibliografías. De hecho, entre los textos que
figuran en la biblioteca de la orden franciscana aparece el Teatro de la legislación
Española de Antonio Xavier Pérez y López, con ediciones de 1791, 94, 96 y 97.
García-Gallo, cita ediciones españolas de 1791 y 98, lo que prueba las constantes
reediciones que sufrían las obras que se imprimieron en la última década del
XVIII. Entre algunas de esas obras podemos citar:

• De originibus hispani juris. (Inédita) Juan Lucas Cortés. Sacrathemidis


hispaniae arcana (1707) G.E. de Frankenau.
• Episcopi eegobiensis opera practicarum questionum (1724) Diego de
Covarrubias. (?) opera omnia.
• Novísima recopilación. (1735) Joaquín de Elizondo.
• Harangues, Panegyriques y sermons. (1740) Jean Cesar Rousseau de la
Parísiére.
• Curso Derecho canónico ( 1743) Pedro Murillo Velarde.
• Nuevo Código hispánico católico Fernandino. (1758) Francisco Javier
Alvarez de Lama.
• Instituciones del derecho civil de castilla (1771) Ignacio Jordan de Asso y
Miguel de Manuel y Rodríguez.
• De potestate legis penalis (1773) Alfonso de Castro.
• Teatro de la Legislación Universal de España e Indias. (1791-1798) Antonio
Xavier Pérez y López.
To ga d o s y L e t ra d o s
246

Por otra parte en la exhaustiva investigación sobre la biblioteca de Nariño,


el autor, Ruiz Martínez, cita una versión de L`espirit des lois, del barón de
Montesquieu, que está presente en actual inventario que hicimos de la biblioteca
franciscana, como una prueba de la circulación material de estas ediciones y
que representa un punto de partida para las afirmaciones sobre la introducción
de obras de los enciclopedistas franceses y sus aportes a los movimientos de
independencia del virreinato de Nueva Granada.

Igualmente, Alfonso García-Gallo en su manual de metodología2 para la


historia del Derecho indiano, cita obras que circularon en el XVIII y que se
convierten en fuentes para la historiografìa de las instituciones jurídicas. Entre
ellas: la Práctica Universal Forense de los tribunales de España y de las Indias, que
está igualmente referenciada en la biblioteca de los franciscanos neogranadinos
y que puede verse entre otros textos como:

• Comentaría in legum Indicaroum recopilationem (1717-1737) Juan del


Corral Calvo de la Torre.
• Alphabetum iuridicum canonicum, civile, theoricum, practicum, morale
atque politicum (primera edición Madrid, 1678, otras lyon 1720, Colonia,
1738) Gil de Castejón.
• Notas a los títulos y leyes de la Recopilación de Indias (hacia 1740) Prudencio
Antonio Palacio.
• Prompta Bilblioteca canonica, iuridica, moralis, theologica nec non ascetica.
(Bolonia, 1746-1763 reimpresa en Madrid 1783 con referencias de Machado
y Rosillo y en 1786-88 M. Vallarna) Ludovico Ferraris.
• Notas a las leyes de indias (hacia 1776) José Lebrón y Cuervo.
• Notas a la recopilación de Indias (1767-1804) Manuel José de Ayala.
• Librería de jueces, utilísima y universal para abogados, alcaldes mayores y
jueces ordinarios (Madrid, 1763) Manuel Silvestre Martínez.
• Colección legal de cartas, dictámenes y otros papeles en Derecho (Lima, 1791)
Pedro Bravo de Lagunas y Castilla.
• Práctica universal forense de los Tribunales de España y de las Indias (Madrid,
1783) Francisco Antonio de Elizondo.
• Cursus iuris canonici Hispani et Indici, in que iuxta ordinem titulorum Decretalium
non solum canonicae dicissiones afferuntur, sed insuper additur quod in nostro
Hispaniae regno et in is Indiarum provinviis, lege, consuetudine, privilegio vel
praxi statutum et adminissum est. (Madrid, 1743) Pedro Murillo Velarde.


2
Alfonso García-Gallo. Metodología de la Historia del Derecho Indiano. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de
Chile, 1971, págs. 26-119.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
247

• Fasti Novi Orbis et ordinationum apostolicarum ad Indias pertinentium


breviarium cum adnotationibus (Venecia, 1776) Domingo Muriel (seudónimo
Ciriacus Morel o Morelli).
• Gobierno de los regulares de la América, ajustado religiosamente a la
voluntad del rey (Madrid, 1783) Pedro José Parras.
• Itinerario para párrocos de indios, en que se tratan las materias más
particulares tocantes a ellos para su buena administración. (Madrid, 1668,
otras 1771) Alfonso de la Peña Montenegro.

11.2 Bibliotecas jurídicas neogranadinas siglo XVIII

Las órdenes religiosas eran las abanderadas de la formación en el virreinato3,


los clérigos poseían las bibliotecas más importantes tanto por el número de las
obras como por los títulos. Ellas ejercían un control estricto sobre lo que se leía
y cómo se leía, además de conservar en custodia los que eran secuestrados a
sujetos ilustrados, por los funcionarios de la Inquisición, luego de las visitas de
control de los funcionarios del Santo Oficio. Como se podrá constatar cuando
se revisan los inventarios formales y las existencias en los archivos de algunas de
esas órdenes, la mayor cantidad de obras son de derecho canónico.

11. 3 Biblioteca de la orden franciscana

De acuerdo con el inventario de los títulos de la biblioteca colonial de la


comunidad franciscana, citamos las obras que corresponden al siglo XVIII, y
revisamos el contenido de algunas de ellas que por sus títulos se ofrecen como
manuales de formación para abogados litigantes.

Siglo XVIII4:

• Instituciones Oratorias. M. Fabio Quintiliano. Madrid, 1799.


• Instrucción de Inscribanos en orden a lo Judicial Utilissima tambien para
Procuradores y Litigantes. Don Joseph Juan y Colón, Madrid, 1771.
• Instrucción Jurìdica de Escribanos Abogados y Jueces ordinarios de Juzgados
Inferiores. Don Joseph Juan y Colón, Madrid, 1760.

3
Cfr. con la obra de Águeda Rodríguez sobre las universidades hispanoamericanas, para tener una referencia más
completa del proceso de formación de dichas instituciones en la colonia neograndina.
4
Biblioteca de la Orden Franciscana. Universidad San Buenaventura, Bogotá. Datos del fondo antiguo sin
acceso público, obtenidos con autorización del Director de la Biblioteca Gabriel Rodríguez, 2008.
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248

• Práctica Universal Forense de los Tribunales de España y de las Indias. Don


Francisco Antonio de Elizondo, Madrid (una edición de 1788 y 1791.
• Elementa Juris Naturae et Gentium. Joan Gottlieb Hieneccii. 1789.
• Derecho Público. Dr. Don Juan Antonio de Trespalacios (tradujo al
castellano) 1788.
• Discordiae Forenses Civiles et Criminales. Joanne Clericato. Venteéis, 1766.
• Bibliotheca Canonica, Juridica, Moralis, Theologica necnon Ascetica,
Polemica, Rubricista, Historica. M.R. P. Lucio Ferraris, Romae, 1767.
• Teatro de la legislación Universal de España, e Indias, por orden Cronologico
de sus Cuerpos, y decisiones no recopiladas y alfabetico de sus titulos y
principales materias. Don Antonio Xavier Pérez y López, Madrid, 1791 (otra
edición de 1796, 1794, 1797).
• D L´esprit des Lois. (no tiene autor) Ámsterdam, 1781.
• La Science de la Législation. M. Le Chevalier Gaetano Filangieri, 1780.
• Codex Iuris Gentium recentissimi, e tabulariorum exemplorumque fide
dignorum monumentis compositus. Frid. AVG GVIL WENCKII, lipsiae,
1781.
• Elementi della scienza civile con nuovo metodo ordinati. Gasparo Vattolo
Della Gioventu Venecia, 1757.
• Commentarius ad institutiones Justinianeas (sin autor) 1700.
• Juzgados Militares de España y sus Indias. Don Felix Colón y Larriátegui,
Madrid, 1739.
• Encyclopedia Canónica, Civil, Moral, Regular y Orthodoxa, ilustradas con
la explicación de todas las reglas del Derecho Canónico, y de las más célebres
del Derecho Civil. R.P.Fr.Martin de Torrecilla; Madrid, 1757.
• Instituciones del Derecho Civil de Castilla. Doctores: Don Ignacio
Jordán de Asso y de Rio, y Don Miguel de Manuel y Rodríguez. Madrid,
1771.

11.4 Biblioteca de la orden de los jesuitas de 1767

En el estudio de la biblioteca de colonial de la Universidad Javeriana de


1767, editada por José del Rey Fajardo, se transcribe para los estudiosos de las
mentalidades, el inventario que se levantó al momento de la expatriación de
los Jesuitas en el Nuevo Reino de Granada. Mediante el decreto de agosto 1º
de 1767, se ordena su expulsión y expatriación. El día 28 de octubre del mismo
año, el oidor y alcalde de la Real Audiencia de Santafé, el señor Antonio de
Verastegui, el fiscal Francisco Antonio Moreno y el escribano Joseph de Rojas,
toman posesión de los libros de la Biblioteca y de los aposentos particulares
de los clérigos.
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Los libros inventariados son reseñados por su autor, en orden ortográfico, en


diligencia que concluyó el día 21 de noviembre del mismo año, y que obedecía
la pragmática del rey Carlos III, del 2 de abril de 1767, en la que ordenaba
confiscar además de los libros, todos los bienes de la Compañía de Jesús que se
encontraban repartidos en la Universidad, la Iglesia de San Ignacio y el Colegio
Mayor de San Bartolomé.

Del Rey Fajardo, señala en su introducción, las dificultades para la


transcripción completa de la biblioteca y los textos anteriores donde esta se recoge
parcialmente y advierte la existencia de una versión ajustada a los lineamientos
señalados en la “Instrucción de lo que se deberá observar, para inventariar los Libros,
y Papeles existentes en las Casas, que han sido de los Regulares de la Compañía, en
todos los Dominios de S.M”. Madrid, 23 de abril de 1767”. En este inventario está
el registro por separado de libros y manuscritos, y los datos completos de autor,
obra, lugar y año de edición.

Valga anotar que la edición de Del Rey Fajardo presenta dos versiones
del inventario: una encabezada por autores y otra por el nombre de las obras
con un número para concordarlas. Para efectos de nuestro trabajo, hemos
respetado el orden alfabético para entresacar las obras que por su autor –en
los casos de aquellos muy conocidos– o bien por elementos de su título
que ofrecen indicios de su contenido jurídico. Entre las más significativas se
citan a continuación:

Ymbentario de la Biblioteca5
Años de 1766 a 67
(…)

ALBORNOZ, Diego Felipe. Cartilla política y cristiana.

ANDRADE, Alonso de. El buen Soldado Católico, y svs obligaciones.

________. El estvdiante Perfecto y svs obligaciones.

ARGELI, César. De legitimo contradictore.

5
José Del Rey Fajardo. La biblioteca Colonial de la Universidad Javeriana de Bogotá. Caracas. Las obras son citadas
conforme a la transcripción de esta edición y tomando el criterio de autor. No existe clasificación por materias,
de manera que aparecen títulos de obras de derecho civil y canónico, conjuntamente, aun cuando se prefirieron
títulos cercanos a la primera.
To ga d o s y L e t ra d o s
250

ARIAS, Juan. Practica Eclesiastica para el uso y ejercicio de Notarios publicos, y


Apostolicos, y Secretarios de Prelados.

BALDO DEGLI UBALDI, Angel. Angelus de Perusio super prima (-secunda) parte
Digesti veteris… additis moviter quibusdam additionibus… (Varias ediciones y obras).

BOTERO, Juan. Descripcion de todas las prouincias y reynos del Mundo.

BRAVO DE LA SERNA, Marcos. Espejo de la juventud, moral, politico y christiano.

CABRERA, Juan de. Crisis Politica determina el mas florido Imperio, y la mejor
Institución de Principes, y Ministros.

CASTILLO DE BOBADILLA, Jerónimo. Política para corregidores y señores de


vasallos en tiempo de paz y de guerra.

CORPUS IURIS CIVILIS. Codex. Cidicis Ivstiniani.

CORPUS IURIS CIVILIS. Digesta. Digestorvm sev Pandectarvm libri


qvinqvaginta.

COVARRUBIAS Y LEYVA, Diego. Practicarvm qvaestionvm liber vnvs.

DIAZ DE MENA, Blas Flórez. Recentiorum practicarum quaestionum Juris


Canonici, & Civiles ad praxis utirusque fori spectantium.

DIAZ DE RIBADENEIRA NOGUEROL, Pedro. D. Petri Diez Noguerol…


allegationes iuris.

FEIJOO Y MONTENEGRO, Benito Jerónimo. Cartas eruditas, y curiosas.

FERNANDEZ DE OTERO, Antonio. D. Antonii Fernandez de Otero I. Cc.


Carrionensis… Tractatusde pascuis et jure pascendi…

FERNANDEZ DE PIEDRAHITA, Lucas. Historia General De Las Conquistas


del Nvevo Reyno De Granada.

HEVIA BOLAÑOS, Juan. Curia Philippica. Donde se trata de los juicios mayormente
forenses, eclesiasticos y seculares…

LAS CASAS, Bartolomé. Tratado comprobatorio del Imperio soberano y principado


universal que los Reyes de Castilla y Leon tienen sobre las indias.
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LIPSIUS, Justus. Iusti Lipsi Epistolarum selectarum centuria secunda miscellanea.


(Varias ediciones y obras).

LOPEZ DE SALZEDO, Ignacio. Singulares et excellentisima practica Criminalis


Canonica…

MAINO, Ambrosio Jasón de. Commentaría in primam partem Codicis. (Varias


ediciones).

MENDO, Andrés. Principe perfecto y Ministros ajustados, documentos politicos y


morales en emblemas.

MUÑOZ, Juan. Practica de procuradores para seguir pleytos civiles y criminales.

ORTIZ DE SALCEDO, Francisco. Curia eclesiastica: para secretarios de prelados,


iuezes eclesiasticos, ordinarios y apostolicos.

PAEZ DE VALENZUELA Y CASTILLEJO, Juan. Para secretarios de señores, y


todo genero: nueuo estilo, y formulario de escribir cartas misivas, y responder a ellas.

SIGUENZA, Pedro. Tratado de Claves- instrumentales util y necesario –Jueces,


Abogados y escrivanos –1067.

SOLORZANO PEREIRA, Juan de. D. Philippo IV… Ioannes de Solórzano


Pereira… Emblemata regio politica in centuriam unam redacta et laboriosis atque
utilibus commentariis illustrata, 1685.

________. Juan de. Ioannes de Solórzano Pereira… Disputationem de Indiarum


iure siue De iusta Indiarum Occidentalium inquisitione.

SUAREZ, Francisco. Tractatus de Legibus, ac Deo Legislatore in decem libros distributus.

UBALDI, Baldo degli. Balde Ubaldi…In Digestum Novum comentaría.

VINNEN (VINNIUS), Arnoldo. Arnoldo Vinnii. Jurisprudentia sive partitionum


juris civiles libri quarttuor.

(…)6.

6
Inventario de la librería de la Universidad Javeriana citado de la edición de José del Rey Fajardo. La transcripción es
nuestra y se hizo respetando el texto original. Texto completo puede consultarse con Anexo al final de la investigación.
To ga d o s y L e t ra d o s
252

Como no existen los datos editoriales, ni los títulos completos, ni una


separación taxativa entre los asuntos jurídico canónicos de los jurídico civiles, y
en virtud, a la fecha del inventario y la fecha de llegada Santafé de la Compañía
de Jesús, es decir enero 1º de 1605, vale destacar que muchas de estas obras
circularon en la colonia neogranadina, y entre las personalidades laicas y seglares
desde antes de la erección del Virreinato en 1939.

Las obras citadas no constituyen más del 10% del total del inventario, lo
que a nuestro modo está indicando una apuesta por títulos básicos. El hecho de
que algunas de ellas estén en latín, es un indicador de que en su gran mayoría
corresponden al periodo anterior al siglo XVI y sean copias de las ediciones
latinas originales, comentadas y glosadas. Se citan algunas obras que dejan ver la
preocupación por la oratoria y retórica como esenciales en el estilo forense, así
como instrumentos para intercambio epistolar y asuntos notariales.

El inventario general de Del Rey Fajardo, es la suma de los diferentes fondos


documentales expropiados. Para el caso de Santa Fe encontramos un inventario
hecho a la orden en esta ciudad (que puede ser parcial) y que figura como la
librería puesta en manos del Fiscal Francisco Antonio Moreno y Escandón y de
la Junta de temporalidades. Entre los textos jurídicos se pueden observar:

El cardenal Belarmino, su obra siete tomos en folio7


Yten Suarez, su obra veinte tomos en folio
Yten Noel, compendio, de Suarez, dos tomos en folio
Yten Antonio Pèrez de Justitia et jure, un tomo en folio
Yten Decreto, decretales y sexto, tres tomos en octavo, y una decretal sin glosa
Yten Texto del Derecho civil dos tomos en folio
Yten Ripia de rentas reales treinta, y seis tomos de diferentes alegaciones en
Dxo. en folio
Yten el Curso Salmantisense, seis tomos en folio
Yten Barboza, sobre Concilio, un tomo en folio
Yten Picheli. Derecho Canonico cinco tomos en octavo
Yten Gibalino de Isuras dos tomos en folio
Yten Barbadiño Methodo de estudiar, quatro tomos en cuarto
Yten Viner, Aparato para la jurisprudencia, tres tomos en quatro menor
Yten Ripalda, Sobre el maestro de las sentencias, un tomo en folio


7
Inventario de la librería de la Universidad Javeriana de 1767: Archivo General de la Nación. Fondo Colegios 38,
la transcripción es nuestra y se hizo respetando el texto original. Texto completo puede consultarse con Anexo
al final de la investigación.
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Igualmente la biblioteca de la Universidad Javeriana8 tiene en la actualidad


una serie de textos de contenido teológico, jurídico y filosófico que están
relacionados con muchos de los títulos de los fondos de la orden jesuita en el
periodo de estudio. Algunos de estos textos se relacionan a continuación como
de derecho civil, política, economía y comercio:

• Alvarez de Abreu, Antonio Joseph. Victima real legal, discurso unico juridico
historico politico sobre que las vacantes mayores y menores de las Iglesias de
las Indias Occidentales pertenecen a la Corona de Castilla y Leon con pleno
y absoluto dominio. Segunda edicion. Madrid, Andres Ortega, 1769.
• Álvarez, José María. Instituciones del Derecho Real de España. Tomo I.
Bogotá, Nicomedes Lora, 1836.
• Anónimo. Choix de rapports, opinions et discours prononcés à la Tribune
Nationale depuis 1789 jusque’à ce jour. Tomos 1, 20. Table générale. Paris,
Alexis Eymery et Corréard, 1818.
• Anónimo. Constitución política de la Monarquia española, promulgada
en Cadiz a 19 de marzo de 1812, Reimpresa en la Imprenta Nacional de
Madrid, 1820.
• Anónimo. Corpus Iuris Civilis Iustinianei (...) Tomus primus. Lugduni,
Sumptibus Horatii Cardon, 1612.
• Anónimo. Corpus Juris Civilis Romani. Tomus secundus. Coloniae
Munatianae. Sumptibus Fratrum Cramer, 1756.
• Anónimo. Digestum novum seu Pandectarum Iuris Civilis tomus tertius.
Lugduni, Sumptibus Horatii Cardon, 1612.
• Anónimo. Institutiones imperiales. Parisii, In Aedibus Yolandae Bonhomme,
1541.
• Anónimo. Las Leyes de Recopilación (Nueva Recopilación). Tres tomos.
Madrid, Pedro Marin / Imprenta Real de la Gazeta / D. Joachin Ibarra, 1772.
• Anónimo. Novisima recopilación de las leyes de España. Tomo VI. Madrid,
1807; otro ejemplar: Madrid, 1829.
• Anónimo. Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias. Segunda edición.
Tomo tercero. Madrid, Antonio Balbas, 1756.
• Anónimo. Recopilación de leyes de los Reynos de las Indias.Tomo primero.
Madrid, Viuda de D. Joaquin de Ibarra, 1791; tomo tercero. Madrid, Julian
de Paredes, 1681.
• Anónimo. Reglamento y aranceles reales para el comercio libre de España a
Indias de 12. de octubre de 1778. Madrid, Pedro Marin, 1778.

8
Universidad Javeriana. Biblioteca Mario Valenzuela, S.J. Biblioteca de Filosofía y Teología Libros Antiguos y
valiosos. Lista de libros no catalogados. Citadas conforme al orden y descripción de la fuente.
To ga d o s y L e t ra d o s
254

• Baldus. Super VII, VIII et IX codicis. Lugduni, Sebastianus Szyphius, 1532.


• Bello Andrés (A. B.). Principio de derecho de jentes. Santiago de Chile,
Imprenta de la Opinion, 1832.
• Bolaños y Noboa, Pascual. Compendio de los preceptos del derecho de
gentes natural infringidos por el gobierno fances. Cadiz, Imprenta y Libreria
de Marina, s.a.
• Bossuet, Jacques Benigne. Política deducida de las proprias palabras de la
Sagrada Escritura... Traducida del francés por Miguel Joseph Fernandez.
Tomo II. Madrid, Andres Ortega, 1753.
• Brant, Sebastianus. Titulorum omnium iuris tam civilis, quam canonici
expositiones. Lugduni, Apud Antonium Gryphium, 1581.
• Broggia, Carlo Antonio. Trattato de’ tributi, delle monete e del governo
politico della sanità opera di Stato, e di commercio, di Polizia, e di Finanza.
Napoli, Pietro Palombo, 1743.
• Cantera, Diego de. Quaestiones criminales tangentes iudicem, accusatorem,
reum, probationem, punitionemque delictorum. Salmanticae, Cornelius
Bonardus, 1589.
• Carleval, Tomás de. Disputationes juris variae... Lugduni, Sumptibus Petri
Bruyset, & Sociorum, 1745.
• Castillo de Bovadilla, Jerónimo. Política para corregidores, y señores de
vasallos en tiempo de paz y de guerra y para jueces elcesiasticos y seglares...
Segundo tomo, Madrid, Imnprenta Real de la Gazeta, 1775.
• Colón y Larriategui, Félix. Juzgados militares de España y sus Indias. Tomo
I. Madrid, Viuda de Ibarra, Hijos y Compañía, 1788.
• Constant, Benjamín. Curso de Política Constitucional. Tomos I, III. Burdeos,
Imprenta de Lawalle Jóven y Sobrino, 1821.
• Cottu, M. De l’administration de la justice criminelle en Angleterre et de
l’esprit du gouvernement anglais. Seconde édition, revue et corrigée. Paris,
Charles Gosselin, 1822.
• Covarrubias y Leiva, Diego. Ad tit. de testamentis, et epitome lib. IV
Decretalium... Matriti, Antonio Marin, 1737.
• Covarrubias, Joseph de. Máximas sobre recursos de fuerza y proteccion con
el método de introducirlos en los tribunales. Madrid, 1785.
• Daoiz, Esteban. Iuris civilis septimus tomus. Lugduni, Sumptibus Horatii
Cardon, 1612.
• Díaz de Montalvo, Alonso. Ordenanzas reales de Castilla. Glosadas por
Diego Perez. Madrid Josef Doblado, 1779.
• Elizondo, Francisco Antonio de. Practica universal forense de los
tribunales superiores de España, y las Indias... Tomo II. Madrid, Joachin
Ibarra, 1773.
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255

• Encinas, Diego de. Cedulario Indiano. Ed. Alfonso Garcia Gallo, 4 tomos.
Repr. facsimil. Madrid, Cultura Hispanica, 1945.
• Faust von Aschaffenburg, Maximilianus. Consilia pro aerario civili,
ecclesiastico et militari publico atque privato, sive iurium artium ac
remediorum omnium, universi orbis terrarum... Francofurti, Sumptibus
Authoris, 1641 (Falta portada del tomo I).
• Febrero, Josef. Librería de escribanos, e instrucción jurídica teórico práctica
de principiantes. Parte segunda dividida en tres tomos. Tomo II. Madrid,
Pedro Marin, 1786.
• Frasso, Pedro. De regio patronatu Indiarum. 2 tomos. Matriti, Ex Typ. Blasii
Roman, 1775.
• Frasso, Pedro. Tractatus de regio patronatu ac aliis nonnullis regaliis regibus
catholicis in Indiarum occidentalium imperio pertinentibus. Matriti,
Gregorius Forman, 1677.
• Frasso, Pedro. Tractatus de Regio Patronatu Indiarum... Matriti, Gregorius
Fosman, 1677.
• Gambilioni, Angelo dei (Angelus Aretinus) Super Institutis. 1537.
• Godefroy, Denys [Gothofredus, Dionysius]. Corpus Juris civilis
Romani... Tomus primus. Coloniae Munatianae, Sumptibus Fratrum
Cramer, 1766.
• Gómez, Antonio. Variae resolutiones juris civilis, communis, et regii.
Editio novissima, 2 tomos en un vol. Lugduni, Sumptibus Petri Bruyset, &
Sociorum, 1761.
• Gómez, Antonio. Variarum resolutionum tomus tertius (Falta portada);
Ad leges Tauri commentarium absolutissimum. Editio nova. Lugduni,
Sumptibus Petri Bruyset, & Sociorum, 1761.
• Heinecke [Heineccius], Johann Gottlieb. Elementa Juris civilis secundum
ordinem Pandectarum. Tomus secundus. Venetiis, Ex typographia
Balleoniana, 1791.
• Heinecke [Heineccius], Johann Gottlieb. Elementa Juris Naturae et Gentium
castigationibus et catholicorum doctrina, et Juris historia aucta ab Joachimo
Marin et Mendoza. Matriti, Ex Officina Emman. Martini, 1776.
• Heinecke [Heineccius], Johann Gottlieb. Elementa Juris Naturae et
Gentium. Editio secunda Matritensis. Matriti, Sumptibus Placidi Barco
Lopez, 1789.
• Hermosilla, Gaspar / Hermosilla, Juan / Hermosilla Sebastián. Notae,
additiones ad glossas D. Gregorii Lopetii. Tomus primus. Lugduni, Ex
officina Anissoniana, 1675.
• Hevia Bolaños, Juan de. Curia Filípica, primero y segundo tomo... Madrid,
Imprenta de la Real Compañía, 1825.
To ga d o s y L e t ra d o s
256

• Hontalba y Arze, Pedro de. Dictamen en justicia sobre la jurisdiccion de


los Señores Reyes de Castilla y su Supremo Consejo de la Camara, para el
conocimiento de todos los negocios pertenecientes al Real Patronato de la
Corona... Madrid, Antonio Marin, 1763.
• Ibáñez de Faria, Diego. Additiones, observationes et notae ad libros
variarum resolutionum illustrissimi ac reverendissimi D. Didaci
Covarrubias a Leiva.. Editio tertia. Lugduni, Sumptibus Joannis Posuel,
1701.
• Ibáñez de Faria, Diego. Novae additiones, observationes et notae ad
libros variarum resolutionum illustrissimi ac reverendissimi D. Didaci
Covarrubias a Leiva... Lugduni, Sumpt. Petri Borde, Joann. & Petri
Arnaud, 1688.
• Kees, Joann Georg. Commentarius ad D. Justiniani Institutionum
Imperialium IV libros. Editio nona. Lausannae Helvetiorum, Sumptibus
Francisci Grasset & Sociorum, 1769.
• Lolme, De. Constitution de l’Angleterre, ou etat du gouvernement anglais,
comparé avec la forme républicaine et avec les autres monarchies de l’Europe.
Tome II. Paris, Delarue, 1822.
• Machiavello. Morceaux choisis et pensées de cet écrivain. Trad. del italiano
por Léon H***. Tome II. Paris, Chez Hubert, 1823.
• Mantica, Francisco.Tractatus de coniecturis ultimarum voluntatum in
libros duodecim distinctus. Francofurti ad Maenum, Ex Officina Maretini
Lechleri, 1580.
• Martínez, Manuel Silvestre. Libreria de Juezes utilissima, y universal... Tomo
I. Madrid, Imprenta de la Comisaria de Cruzada, 1764.
• Marville [Marvillius], Antoine de. Codex Theodosianus cum perpetuis
commentariis Iacobi Gothofredi... Editio nova. 5 vols. Lipsiae, Sumptibus
Maur. Georgii Weidmanni, 1736-1741.
• Montesquieu, Charles de Secondat Baron de. El espíritu de las leyes.
Traducido del francés por Juan López de Peñalver. Segunda edición. Tomos
II (dos ejemplares), IV. Madrid, Imprenta Nacional, 1822.
• Oldradus, Iosephus. De litteris et mandatis principum... Mediolani, Typ. Io.
Baptistae Bidellii, 1630.
• Portugal, Domingos Antunez. (D. Dominici Antunez Portugal J. C.)
Penamacorensis... Tractatus de donationibus jurium et bonorum Regiae
Coronae. Tomus primus. Lugduni, Sumptibus Anisson, & Posuel, 1699.
• Portugal, Domingos Antunez. Tractatus de donationibus jurium et bonorum
regiae coronae. 2 tomos en un volumen. Editio tertia Lugdunensis. Lugduni,
Sumptibus Anisson, et Posuel, 1699.
• Pradt, Dominique Dufour de. Antidote au Congrès de Rastadt, 1798, suivi
de la Prusse et sa neutralité, 1799. Nouvelle édition. Paris, Béchet, 1817.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
257

• Ribadeneyra, Antonio Joaquín de. Manual Compendio de el Regio Patronato


Indiano, para su mas facil uso en las materias conducentes a la practica...
Madrid, Antonio Marin, 1755.
• Rodriguez Campomanes, Pedro. Tratado de la regalia de amortizacion...
Madrid, Imprenta Real de la Gazeta, 1765.
• Sala, Juan de. Vinnius Castigatus atque ad usum tironum Hispaniorum
accomodatus... Ed. secunda. Valentiae Edetanorum, Ex Praelio Josephi
Thomae de Orga, 1786.
• Salzedo, Jerónimo. Commentarii et dissertationes philo. theo. historico.
politicae in opusculum Divi Thomae Doct. Angelici de regimine principum.
Franco furti, Excudebat Petrus Terrassonius, 1655.
• Say, Juan Bautista. Tratado de Economía Política, ó exposicion sencilla del
modo como se forman, se distribuyen y se consumen las riquezas. Tomo IV.
Madrid, 1821, 2 ejemplares.
• Smith, Adam. Investigacion de la naturaleza y causas de la riqueza de las
naciones. Trad. Josef Alonso Ortiz. Tomo II. Valladolid. Viuda e hijos de
Santander, 1794.
• Solórzano Pereiyra, Juan de. De Indiarum Iure sive de Justa Indiarum
Occidentalium Gubernatione. Tomum alterum. Matriti, Ex typ. Francisci
Martinez, 1639.
• Solórzano Pereyra, Juan de. Disputationem de Indiarum Iure sive de iusta
Indiarum Occidentlaium inquisitione acquisitione et retentione. Matriti, In
Typ. Domin. Garcieae Morras, 1653.
• Solórzano Pereyra, Juan de. Politica indiana. Madrid, Matheo Sacristán, 1736.
• Solórzano Pereyra, Juan de. Tomo segundo de la Politica indiana. Madrid,
Gabriel Ramirez, 1736.
• Spedalieri, Nicola. De’ diritti dell’ uomo. Assisi, 1791.
• Surdus, Ioannes Petrus. Consiliorum sive Responsorum... Liber tertius.
Francofurti, Apud Andreae Wechelii heredes, 1599.
• Vattel, E. de. Derecho de gentes o Principios de la Ley Natural aplicados
a la conducta y negocios de las naciones y de los soberanos. Nueva edición
aumentda, revista y corregida. Tomos I, III, IV (dos ejemplares). Paris, Casa
de Lecointe, 1836.
• Vinnius, Arnold. (Arnoldii Vinnii I. C.) in quatuor libros Institutionum
Imperialium commentarius academicus et forensis. Editio nova. Tomus
primus. Valentiae, Apud Benedictum Monfort, 1786.
• Wolff, Christian. Jus naturale methodo scientifica pertractatum. 8 tomos.
Francofurti, et Lipsiae, Aere Societatis Venetae, 1764.
• Yáñez Parladorio, Juan. ( Joannis Yañez Parladorii) in regio Vallisoletano
Praetorio Advocati Opera Juridica... Coloniae Allobrogum, Sumptibus
Fratrum de Tournes, 1734.
To ga d o s y L e t ra d o s
258

11.5 Real Biblioteca de Santafé 1777

La Real Biblioteca es la primera Biblioteca Pública del Nuevo Reino de


Granada. Fundada en el año de 1777, abrió sus puertas bajo la dirección de
Don Manuel del Socorro Rodríguez, en ella se encuentra buena parte de las
obras que fueron confiscadas por la Junta de Temporalidades a la orden de los
jesuistas. De acuerdo con el historiador Zudaire, la Real Cédula de 14 de agosto
de 1768 en su capítulo 29, ratificada por Cédula de 8 de abril de 1770 señala el
destino de los libros impresos que fueron secuestrados a los Jesuitas en las casas
o colegios de las cuidades de Santa Fe, Tunja, Pamplona y la Villa de Honda
y que debían ser guardados en lugares reservados sin acceso al común de las
gentes, en especial, “los tratados teológicos y morales que contengan doctrinas
laxas y peligrosas para la costumbre, quietud y subordinación de los pueblos”,
según recomendación del Fiscal Rodríguez de Campomanes en contra de las
doctrinas de Suárez sobre el origen del poder, de Molina y el probabilismo y el
tiranicidio y regicidio atribuido a Ripalda y Mariana, entre otros temas vitales
para la unidad de la doctrina y magisterio de la iglesia:

Los comisionados de la Junta de temporalidades, doctor don Antonio de


Verástegui, oidor y alcalde de corte de la real audiencia de Santa Fe, y don
Francisco Antonio Moreno y Escandón, protector de naturales, se encargan
de inventariar la biblioteca de la universidad javeriana, bien surtida de
tratados filosóficos y teológicos, especialmente de autores españoles (Suárez,
Escobar, Lugo, Ulloa, los Salmanticenses, el ecléctico Tomás Vicente Tosca,
el franciscano Damián Cornejo) y con rico acervo jurídico en torno a las
Decretales y sus comentaristas, y como la prestigiosa enciclopedia del portugués
Agustín Barbosa9.

En el inventario general de todos los fondos, conforme a la edición manuscrita


de la Real Biblioteca elaborada por don Manuel del Socorro Rodríguez, tenemos
bajo el registro de Legista (de la A a la Z), entre otros, los siguientes textos:

LEGISTAS10

• ABENDAÑO (Pedro) Respon. y de exeq. 2 tom. fol perg.o Salamanca 1569 no. 4.
• ANGULO (Andrés) de Meliorat 1 tomo 4 perg.o en Madrid 1592 no. 1.


9
Zudaire. Op. cit., pág. 136.
10
Inventario de la edición manuscrita de la Real Biblioteca de Santafé, elaborado por Manuel del Socorro
Rodríguez, 1790, cuando fue nombrado como bibliotecario de la misma. La transcripción es nuestra
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
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• ACEVEDO (Alfonso) Curia Pisana 1 tomo 4 perg.o en Salamanca 1587 no. 1.


• ARETINO (Fran.co) Digesto, y código. 3 tom. fol. perg. en Leon, en 1538 no. 1.
• AZON. Suma 1 tom. fol perg.o y otro 4 re. en Venecia, en 1571 no. 1 y 3.
• ARGELO (Cesar) de Poses 2 tom. fol. perg.o en Venecia, en 1655 no. 5.
• ACEVEDO (Alfonso) coment.s a las leyes de recopilac.n 2 tom. fol. perg.o no. 3.
• BAEZA (Gaspar) su obra. 1 tomo fol. perg.o en Madrid en 1592 no. 1.
• BALDO. Su obra 10 tom. fol. y 1 en 8 perg.o en Leon en 1541 no. 3 y 5.
• BALMASEDA (Diego) de Colectis 1 tomo fol. perg.o en Madrid en 1683 no. 4.
• BARBOSA (Pedro) Su obra 6 tom.fol pergamino, en Colonia, en 1737 no. 1.
• BOVADILLA (Castillo) Politica 2 tom fol. perg. en Barcelona.
• BATANDIER (Claudio) praxis crim. 1 tom 8 perg.o en Venecia, en 1567 no. 5.
• BOLAÑOS ( Juan) Curia Philipica 1 tom fol. perg.o en Madrid en 1657 no. 3.
• BOHERIO (Nicolas) Decisiones 2 tom 8 perg. En Leon en 1547 no. 5.
• BORCHOLTEN ( Juan) In Instit. 2 tomos 4 perg. En Leon 1661 no. 4.
• CASTRO (Allfonso) Leg. Penal. 1 tom fol. perg.o, en Salamanca, en 1551 no. 4.
• CASTILLO (D. Juan de) Su obra 8 tom. fol.perg.o en Leon, en 1667 no. 5.
• CELSO (Dr.) Repertorio de las leyes 1 tom. fol. perg.o en Madrid 1546 no. 4.
• CEVALLOS ( Jerónimo) deViolencia 1 tom fol. perg. en Toledo, 1618 no. 4.
• CEPOLA (Bartolomé) Tratados varios 1 tom 8 perg.o en Leon, 1547 no. 2.
• COQUIER (Erasmo) de Jurisdition 3 tom 4 perg.o en Colonia, en 1624 no. 5.
• CURIA FILIPICA 7 tom. f. no. 3.
• DAZA (Bernardino) Instituta 1 tomo 8 pergo. en Madrid, en 1722 no. 1.
• DECIO (Phelipe) de Regul. Jur. 2 tom 8 rec. A y perg.o en Leon, en 1546 no. 1 y 5.
• DIAZ (Bernardo) 2 tom 8 perg. en Leon, en 1561 no. 2.
• ESPINO (Diego) de testam 2 tom. fol. perg. sin lugar, ni año no. 5.
• EVERARDO (Nicolas) Argum. Legales 2 tom 8 perg. en Leon, en 1564 no. 2.
• FARINACIO (Prospero) Su obra 18 tom. fol. perg. en Leon, en 1634 no. 2.
• GAITO ( Juan) de Credito 1 tom fol perg.o en Venecia en 1641 no. 3.
• GOMEZ ARIAS (Fern.do) Sobre las leyes de Toro. 1 tom fol. perg.o sin lugar, n. n.1
• GOMEZ (Antonio) Resol. var. y Leyes de Toro. 4 tom. fol. perg.o dup.da los dos
tom en Colonia, en 1622, y los otros en Antuerpia, en 1613 no. 3.
• GONZALEZ (Geronimo) in reg. Cancel. 2 tom fol. perg.o y rec.a. Roma 1615 no.
1 y 3.
• GUACINO (Sebastián) Defensa de reos: 1 vol. fol. perg.o en Leon 1672 no. 1.
• GUTIERREZ ( Juan) Su obra 11 tom. fol perg.o en Salamanca 1617 no. 2.
• GUZMAN (Geronimo) Nove Veritatis . 1 tom fol. perg.o Madrid, 1665 no. 4.

y se ha hecho respetando la original. Biblioteca Nacional de Colombia. Bogotá, 2008. citamos los apartes
correspondientes a Legistas y Canonistas, citando el número de folio del manuscrito. Existen dos ediciones de
este inventario: la primera es del año de 1776 y la segunda de 1790 que es desde donde tomamos la cita.
To ga d o s y L e t ra d o s
260

• HERMOSILLA (Gaspar) leyes de partida. 2 tom fol. perg.o, en Baeza 1634 no. 2.
• YNSTITUTA, de Justiniano. 1 tomo 8 perg.o, sin lugar, ni año no. 5.
• JASON, su obra. 7 tomos folio perg.o en Leon, en 1560 no. 5.
• JUSTINIANO (Bernardo) de Cambios 1 tomo 4 papel, sin lugar, ni año no. 2.
• LEON (Antonio) Prag. de tapadas. 1 tomo 4 perg.o en Madrid, en 1641 no. 2.
• MATIENZO ( Juan de) Sobre el 5º de la recopil. 1 tom fol. perg. en Madrid 1 613
no. 5.
• MATHEU (Lorenzo) de Ree Crimen. 1 tom. fol perg.o en Leon, en 1676 no. 1.
• MALGAREJO (Pedro) Practica 1 tomo 4 perg.o en Madrid, en 1689 no. 2.
• MENOQUIO ( Juan) su obra. 14 tom y quado. Fol. perg. en Francfort 1605 no. 4.
• PAREJA (Gabriel) de Ynstrum 1 tom fol. perg. en Leon 1668 no. 4.
• PICHARDO (Antonio) Su obra 2 tom fol, perg. en Genova, en 1657 no. 1.
• GUEES ( Juan Jorge) Yn Ynstitutum . 1 tom 4 vec. en Lausana, 1765 no. 2.
• REBARDO ( Jacovo) de usucap. 1 tom 8 perg. en Antuerpia, en 1561 no. 1.
• RIPIA ( Juan) de rentas reales. 1 tom fol perg. en Madrid, en 1676 no. 4.
• ROXAS ( Juan) de Sucesion. 1 tomo fol. pergo. en Salamanca 1581 no. 5.
• SALGADO (Fran.co) su obra 5 tom. fol. pergo. en Leon, en 1665 no. 5.
• SALON DE PAZ (Marcos) Concil. y leyes de Toro2 tom. fol. perg. Valladolid. 1568
no. 1 y 4.
• SALON (Diego) Quest. Civ. 1 tom 8 perg. en Medina, en 1576 no. 3.
• SALZEDO (Pedro) de Leg. Pol. y examen. 3 tomos fol. perg. en Madrid 1678 no. 2.
• SOLORZANO (D. Juan) Sus obras 5 tom fol. perg. en Madrid, en 1647 no. 3.
• TIRAQUELO (Andres) 3 tom. fol. vec.a y 1 en 8 perg. en Francfort 1614 no. 5.
• VALENZUELA ( Juan) Concilia 1 tomo fol. perg. en Napoles, en 1618 no. 3.
• VELA ( Juan) de Poenis. 1 tom 4 perg. en Salamanca en 1603 no. 2.
• VILLAROEL (Diego) Practica 1 tomo 4 perg. en Madrid, en 1661 no. 1.
• VIGLIO. Ynstituta en latín, y griego 2 tom. 8 perg. en Leon, en 1584 no. 2 y 5.
• VINIO (Arnoldo) Ynstituta, y particiones 4 tom. 4 perg. en Venecia 1 625 no. 4.

A pesar de que los criterios de clasificación para las obras no corresponden a


categorías de las modernas divisiones del conocimiento, el tema de la separación
entre el derecho civil o el derecho canónico había quedado planteado como
una preocupación metológica que era necesario advertir en la formación de los
estudiantes y que el Fiscal Moreno y Escandón señala con mucho énfasis en el
Plan de 1774. En consecuencia, encontramos que el bibliotecario y fundador
Manuel del Socorro Rodríguez, separa los títulos que corresponden a la
jurisdicción eclesiástica, bajo el aparte denominado “canonistas”:

CANONISTAS

• ABENDAÑO (Diego) Tesauro. 3, tom. fol rec Antuerpia 1678 no. 5.


M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
261

• AZPILCUETA (Martin) 5 tom fol. m. y 1 menor en perg.o Colonia, 1616 no. 3.


• BAÑEZ (Domingo) De Just. 1 tom. fol. perg. en Salamanca 1594 no. 2.
• BARBOSA (Agustin) 20 tom. fol. perg. en Leon, en 1658 no. 2 y 3.
• BINER ( Jose) Aparatos 3 tom. 4 vitela, en Augusta, en 1754 no. 3.
• BOSUET ( Jacobo) Defensa del Clero. 6 tom. 4 perg.o en Madrid 1771 no. 2.
• CAMPANILI ( Juan) Diversorium 1 Tom fol. perg.o en Nápoles 1620 no. 1.
• CAPICIO (Antonio) Decisiones. 1 tom 8 perg.o en Leon, en 1555 no. 2.
• CARTILLA del Santo Oficio manuscrita. 1 tom 4 perg.o no. 1.
• FAGNANO (Prospero) de Probabili 1 tom. (vec.a. Bruselas, en 1667 no. 4.
• FARIA (Diego) ad Covarrubias. 1 tomo fol. perg.o en Leon, en 1676 no. 2.
• FERRARIS (Fray Lucio) Biblioteca 8 tom. Fol. Vitela,, en Roma, 1767 no. 2.
• FERMOSINO (Nicolas) 2 tom. fol. perg.o en Leon en 1657 no. 3.
• GIBALINO ( Jose) Su obra. 7 tom. Fol. Vitela, en Leon, en 1657 no. 5.
• HOSTIENSE (Cardenal) Suma. 1 tomo 4 pergo. Leon, 1537 no. 5.
• HARPRECTI ( Juan) su obra 2 tomos folio pergamino, no. 1.
• YNMOLA (Alexandro) 5 tom. fol. perg. en Leon, en 1519.
• YNNOZENCIO 4 in Decretales. 1 tomo. fol. perg.o en Venecia 1606 no. 2.
• JUSTO Lipso cibiles Doctria tom 4. becerra Antuerpia, no. 1.
• LANCELOTO (Roberto) de Atentat. 1 tom. fol. perg. en Venecia, en 1612 no. 1.
• LESIO (Leonardo) de Just. 1 tomo fol. Vecerra, en Paris, en 1606 no. 3.
• MENA (Flores de) Practica 1 tomo fol. perg. en Franfort en 1605 no. 1.
• MENDO (Andres) de Jur: acad. 1 tomo fol. perg.o en Salamanca 1665 no. 1.
• NEVISANCIO ( Juan) Silva 1 tomo 8 perg. en Leon, 1572 no. 1.
• NOVARIO ( Juan) de Electione 2 tom. fol. perg.o Nápoles, en 1638 no. 1.
• PIGNATELLI ( Jacovo) 9 tomos fol. Perg.o en Cosmopoli, en 1711 no. 1.
• REBUFO (Pedro) Praxis, y de Verb. Sig. 2 tom. Fol. Perg.o, en Leon 1581 no. 1.
• REIFENTEUL (Anacleto) Curso, y suma. 5, tom. Fol. Vitela, en Reyno sobre todo
Reyno. 1, tomo 8 papel, en Roma,e n 1661 no. 2.
• RICIO ( Juan) Practica. 1, tomo 4 perg. o en Franfort en 1662 no. 2.
• SCORCIA ( Juan Baptista) In Select. Constiti. S 1 tomo 4 perg.o en Leon, en 1625
no. 1.
• SOCINO (Mariano) Coment. 1, tomo fol. Perg. perg.o en Augusta, en 1579 no. 1.
• SCHMALZGRUEBER (Fran.co) Curso canonico 7 tom. 4 vecerra, en Dilinga
1719 no. 5.
• TORREQUEMADA ( Juan) Summa Eclesiastica 1, tomo fol. Perg.o Salamanca
1560 no. 1.
• VANSPEN (Segezo Bernardo) su obra 5 tom. Fol. Perg.o en Venecia. 1769 no. 2.
• VIESTNER ( Jacobo) 2, tom. 4 maior vecerra, sobre las Decret. Monaqui. 1706 no. 4.
• VILLAROEL (Fr. Gaspar) Gov. o eclesiastico. 2, tom. Fol. Perg.o en Madrid, en
1657 no. 2 (esta practica a bajo).
• ZEROLA (Tomas) Praxis. 1, tomo 4 perg. o en Leon, en 1607 no. 1.
To ga d o s y L e t ra d o s
262

Y registrados como textos políticos aparecen textos que eran de consulta


obligada para estudiantes del derecho y juristas en ejercicio. Pero también otros
títulos que están lejos de una clasificación moderna como tratados de ciencia
política, pero que hoy en día no ofrecen ninguna duda sobre su no pertenencia,
como por ejemplo un ejemplar de Don Quijote de la Mancha. Además, de varias
obras que reflejan el debate con la obra de Maquiavelo y la polémicas sobre
las condiciones morales del joven príncipe. En el listado de los textos políticos
figuran entre otras obras las siguientes:

POLÍTICOS

• ALBORNOZ (dr. Diego) Cartilla política. 2 tomos 8 perg. en Madrid, en 1665 no. 9.
• BELARMINO (Roberto) de Oficiis principis. 1 tomo 8 perg. en Colonia, en 1619
no. 9.
• BRADO (d. Marcos) Espejo de la juventud. 1 tomo folio perg. en Madrid, en 1674
no. 9.
• CERBANTES (Miguel de) Vida de Dn. Quixote. 2 tomos 4 perg. en Madrid, en
1741 no. 9.
• FEYJOO (Sr. Benito Jerónimo) Vide vidas (sin más datos).
• GONGORA (Luis de) Soledades por salzedo. 1 tomo 4 perg. sin lugar, ni año no. 9.
• GUEVARA (dn. Antonio) Sobre Marco Aurelio, 1 tomo 4 perg. en Madrid, en
1651 no. 9.
• _______. Menosprecio de Corte, y alabanza de Aldea. 1 tomo 8. vit. En Milan, en
1752 no. 9.
• MENOQUIO ( Juan) estudios Eruditos. 1 tomo 8º perg. en Madrid, 1735 no. 9.
• MORALES de Plutarco. 1 tomo 8º. Pergamino, en Leon, en 1551 no. 9.
• POSEVINO (Antonio) contra maquiabelo. 1 tomo 8º. Perg. en Leon, en 1593 no. 9.
• PUFFENDORFF (Varon de) Introducción a la historia general, y politica. 7 tomos
8º. Mayor papel, en Amsterdan, en 1732 no. 9.
• QUEVEDO (dn. Francisco de) sus Obras. 5 tom 4 perg. en Madrid, en 1656 no. 9.
• Republica, y Politica Cristiana 1 tomo, 8 perg. sin lugar, ni año, no. 9.
• RICHELIEU (el cardenal de) Testamento politico 1 tomo, 8 vec. En Amsterdan
1708, no. 9.
• SAAVEDRA (dn. Diego) Empresas politicas 2 tomos 4 el uno en Amsterdan, en
1655, y el otro en Valencia, en 1660 no. 9.
• SERRE el secretario á la moda. 1 tomo 12 perg. en Ruan, en 1685 no. 9.
• TORRES ( Juan) Filosofia Moral de Principes. 1 tomo folio pergamino, en Burgos,
en 1602 no. 9.
• VIECIO (Nicolas) de Republica 1 tomo 4 perg. en Antuerpia, en 1556 no. 9.
• UGARTE (Dn. Francisco) Origen de los goviernos. 1 tomo 4 perg. en Madrid 1
655 no. 9.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
263

11.6 Biblioteca del Colegio Mayor del Rosario

De acuerdo con los listados de las obras contenidas en el Archivo Histórico


de la Biblioteca del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, se identifican
los títulos que aparecen señalados por un criterio de documentación moderna.
Los textos, corresponden al derecho civil, canónico y obras teológicas con
referencia a asuntos legales:

ARCHIVO HISTORICO COLONIAL11

POLÍTICA
• SOLORZANO PEREIRA, JUAN DE- Política indiana. Descubrimiento,
descripción, adquisición y gobierno, etc. Madrid, imp. Real de la Gazeta, 1776,
vols. 2, págs. 438 y 654.

DERECHO CONSTITUCIONAL
• TOBAR VALDERRAMA, DIEGO DE- Instituciones políticas: al Principe de las
Españas y Nuevo Mundo. Madrid, imp. Catalina de Barrio, 1645, vol.I, págs. 207.

DERECHO ADMINISTRATIVO
• AVENDAÑO, I.C., PETRUS NUNIUS DE- De exequendis mandatos Regué
Hispaniae. Salmanticae, imp. Io. de Canova, 1554, vol.I, págs. 146 y 32.
• BALLESTEROS, TOMÁS DE- Tomo primero de las ordenanzas del Perú
por don Melchor de Navarra, y de la Bula de Benedicto XIV estableciendo
el tribunal de la Santa Cruzada. Lima, imp. Fco. Sobrino, 1752, vol.I, págs.
339.

DERECHO PENAL
• FARINACIUS, I.C. PROSPERUS- Opera omnia, Praxis criminalis, L. s. Decis.
S. Rotae, etc. Duaca et Lugduni, imp. Wyon, Cardon, Keerbergii ( Antuerpiae),
1616/20, vols. 14.
• GUTIÈRREZ, IOANNES- Praxis criminalis, civiles et canonica. Salmanticae,
imp. Didaci Cursii, 1632, vol.I, págs. 436.
• LÓPEZ DE CUÉLLAR Y VEGA, JUAN- Tratado jurídico, político, practico de
indultos. Pamplona, 1690, vol.I, págs. 312.

11
Transcripción del Catálogo General de libros del fondo antiguo de la Biblioteca Colegio Mayor de Nuestra
Señora del Rosario, Bogotá, 2009. El catálogo corresponde a un trabajo de clasificación moderna elaborada
por la universidad y para este estudio se toma con las divisiones que ellos tienen para textos tanto de derecho
canónico como de derecho civil, por áreas.
To ga d o s y L e t ra d o s
264

• SABELLI, MARC´ ANTONIO- Practica Universale delle principali leggi, bandi,


statute, etc, maxime criminali nelli satati del Ser. Duca di Toscaza. Venecia, imp.
Pablo Bagioni, 1707, vol.I, págs. 403.

DERECHO CIVIL
• ACEBEDO, ALPHONSUS DE- Opera, commentarii iuris civiles in regias
constitutiones, tomo I a IV. Lugduni, imp.Fratres de Vile, 1737, vols.2, págs.
775 y 946.
• ALFONSO, EL REY DON- Las siete Partidas, reimpresas por el tenor de la
edición de Salamanca del año de 1555, por D. Joseph Berni y catalá; glosadas
por D. Gregorio López. Valencia, imp. Benito Monfort, 1767, vols. 3. Ed. De
Benito Monfort.
• BEATIUS, GASPAR- Opera Omia. De non meliorandis ratione dotis filiabas,
de Inope debitore, creditori addicendo, et de Decima tutori Hispanico iure
paestanda. Madritii, imp. Ludovico Sánchez, 1592, vol.I, págs. 307. Ed.
Impensis Francisci de Robles.
• BALDUS, UBALDUS PERUSINUS- In I/V Libros Codiis, adnotationibus
Alexandri imolensis, Andreae Barbatiae, Celso Phillippi, Decii, etc. Venetiis,
imp. Iac.Iuntae, 1572, vol,I, págs. 274 y 245.
• BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Commentaria in primam Infortiati partem
D. Petri Pauli Cardinales additionibus illustrata. Lugduni, imp. Thomas Bertelli,
1547.vol.I, págs. 202.
• CALDAS PEREYRA ET CASTRO, FRANCISCUS- De universo Iure
Enphyteutico. Francofurti, imp. Zachartiae Paltheanii, 1612, vol.i, págs. 978.
• CARLEVALIUS, THOMAS- Disputationes Juris variae ad interpretationem
legum regiarum Regni Castellae. Matriti, imp. Regis, 1656, vol.I, págs. 428 y
323. ed. tertia.
• COVARRUBIAS A LEYVA, DIDACUS- Variarum ex jure pontificio et Caesareo
resolutions libri quator, et practicarum questionum liber unus. Granatae, 1552,
vol.I, págs. 593.
• DIAZ DE MONTALVO, ALFONSUS- Commentus super Foro regali (Fuero
real de España), 1543, vol.I, págs. 263.
• Epitomes, D. Justiniano Instituciones. Santae Fidei (manuscrito), 1767, vol. I,
págs. 82 y 13.
• FLOREZ DIAZ DE MENA, BLASISUS- Lucubraciones in decisiones in
supremo Lusitaniae FENATU olim decretas et per Ant. A Gamma digestas.
Vallisoleti, imp. Joann. De Milis, 1599, vol.I, págs. 68 y 46. Expensas martín de
Cordova.
• GIBALINUS, S.J., JOSEPHUS. De universa rerum humanarum.
• HEINECCIUS, I.C. Io. GOTTL- Instiuttionum Imperialium Commentarius.
Lugduni, imp. Petri Bruyset, 1775, vols.”, págs. 568 y 1192. Ed novissima.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
265

• JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam et secundam Codicis


partem commentaria. Augustae Taurinorum, imp. Nicolai Beuilaquae, 1573,
vol. 2, págs. 207 y 186.
• JUSTINIANUS- Corpus Juris civilis, tomus secundus. Augustae Taurinorum,
imp. Regia. 1757/82, vols. 2, págs. 1499 y 1499, Repetido.
• MENOCHUIS J. C., JACOBUS- De adispiscenda, retienda, et recuperanda
possessione. Lugduni, imp. A. de Harsy, 1606, vol.I, págs. 395.
• RIPA, JOANNES FRANCISCUS A.- In primam et seundam Infortiati partem
comentaría. Venetiis, 1602, vol. I, págs. 143 y 164.
• SOCINUS SENENSIS, BARTHOLOMEUS- In Digesti veteris ac Infortiati
rubricas, leges atque omnes Gymnasiis usitatiores. Venetiis, imp. Junatae, 1605,
vol.I, págs. 286. ed. Postrema.
• VINNIUS, ARNOLDUS- Institutionum Imperialium Commentarius academicus,
et forenses: Jo. Gottl. Heineccius I.C. recensuit. Tomus primus et secundus.
Lugduni. Imp. Petri Bruyset, 1755, vols.2, págs. 568 y 1192. Novíssima ed.
• VIZCAÍNO PÉREZ, VICENTE- Compendio del Derecho Público y Común
en España, o de las leyes de las Siete Partidas. Madrid, imp. Joachin Ibarra,
1784, vols.4. Donación del doctor Julián Restrepo Hernández.

DERECHO PROBATORIO
• CAVALCANUS, I.C. HORTENSIUS- Practica et theorica de Testibus. Mantuae,
imp. Francisci Osannae, 1604, vols.I, págs. 313.

DERECHO PROCESAL
• BOBADILLA, CASTILLO DE- Politica para Corregidores y señores de vasallos,
para prelados, y de lo tocante a las Ordenes y Caballeros de ellas. Madrid, imp. Real,
1775, vol.I, págs. 940. Tomo Io.
• MARTÍNEZ, MANUEL SILVESTRE- Librería de jueces; para alcaldes, corregidores,
jueces, etc., tomo IV. Madrid, imp. Blas Román, 1774, vol. I, págs. 412.

DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO


• FIORE, PASCUAL- Derecho Internacional Privado, versión de A. García
Moreno, con un prólogo de D. Cristino Marcos. Madrid, imp. Góngora y C.,
1678, vol.I, págs. 375 y 360.

FILOSOFÍA DEL DERECHO


• CASTRO, F. ALFONSUS A.- De potestate legis penalis libri duo. Vol.I, págs. 267.
• MOLINA, S. J. LUDOVICUS- De institutia et jure. Maguntiae, imp. Arnoldo
Mylii, 1602, vols. 3.
• SUÁREZ, S.J. FRANCISCUS- Tractatus de legibus, in decem libros.Bruxellis,
imp. Ioannis Keerbergi, 1612, vol.I, págs. 828.
To ga d o s y L e t ra d o s
266

11.7 Biblioteca de la Orden de Predicadores

De acuerdo con el archivo general de la Provincia de San Luis Bertrán de


Colombia12, encontramos un grupo de obras, en su mayoría de derecho canónico,
que tienen su origen en los fondos bibliográficos de la Universidad de Santo
Tomás, en el periodo colonial.

En una revisión de los títulos que se encuentran el archivo de la orden


conocida, en las referencias antiguas como “de predicadores”, una colección
privada en la que reposan cientos de obras comprendidas entre los siglos XVI a
XVIII y eran del uso de los frailes de la orden en sus diferentes conventos. En
especial para el registro de las obras con carácter jurídico se encuentran libros de
Derecho Canónico y en mayor cantidad libros de teología y filosofía moral. No
se encuentran libros de la llamada jurisprudencia práctica o derecho civil, salvo
una edición sin su portada y primeras páginas que parecen corresponder a las
Decretales del Digesto.

Existe una edición de la Novísima Recopilación de las leyes de España, de


1805, en la imprenta de Sancha, en 5 tomos, y otras obras de carácter histórico
que creemos esenciales para la formación en la cultura de la metrópoli y de
otras naciones de Europa. Entre las obras de derecho que por su estado de
conservación podemos citar conforme a las especificaciones de los datos de las
portadas interiores, tenemos las siguientes:

• Juris Utrisque Doctoris &. Sacrorums Canonum Professoris in Academia


Loveniensi Operum, Quae hactenus in lucem prodierunt, (Zegeri Bernardi
van Espen).
• Zegeri Bernardi Van Espen, Opus Omnia Decem tomis comprehensa. Opus
nativae integritati summo Studio restitutum Episcopis, ac Laicis judicibus,
Advocatis, Patronis, Parochis, Confessariis, tam. Sacr. Theologicae Quam
Jurisprudentiae Viris Studiosis utilissium, & apprime necessarium.
• Corpus Juris Canonici Hispani, et Indici in quo, Juxta ordinem Titulorum
Decretalium non solum Canonice Decisiones afferuntur, sed insuper additur,
qurd in nostro Hispaniae Regno, & Indiarum Provinciis Lege, consuetudine,
privilegio.
• Magnum Bullarium Romanum a Beato Leone Magno usque ad S.D.N.
Benedictum XIV. Opus Absolutissimun.

Archivo de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia. Padres Dominicos. Bogotá. Citado de la colección
12

privada con autorización de Fray José Gabriel Mesa Angulo O. P. 2009. Cita conforme a la fuente.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
267

• Apologias a la obra del Barbadiño intitulada Verdadero Metodo de Estudiar,


etc. Y Respuesta a ellas dadas traducidas del Idioma portugues al Castellano
por Don Joseph Maymó y Ribes.
• Cartas Eruditas, y Curiosas en que, por la mayor parte se continúa el designio
del Theatro Critico Universal, Impugnando, ó reduciendo á dudosas, varias
opiniones comunes. Escritas por el mui ilustre señor D.Fr. Benito Geronymo
Feyjoó y Montenegro.
• Theatro Critico Universal o Discursos Varios en todo Genero de Materias,
para desengaño de Errores comunes dedicado al Rmo. P.M. Fr. Joseph de
Barnuevo, escrito por el Rmo. Padre Maestro Fr. Benito Geronymo Feijoo.
• R.P. Ludovici Molinae de Justitia et Jure Opera Omnia Tractatibus Quinque,
tomisque totidem comprensa.
• Vinnius castigatus, atque ad usum tironum Hispanorum Accommodatus: in
quórum Gratiam Hispanae leges opportunoribus locis traduntur.
• Jacobi Pignatelli Eccryptaleis in Salentinis Sacrae theologicae, ac. J.U.
Doctoris consultationum canonicarum. Venetiiis, MDCXCV Apud Paulum
Balleonium.
• Didaci Covarruvias a Leiva toletani Episcopi Segobiensis, Philippi II
Hispaniarum Regis Sumo Praetorio Praefecti, ac Juris Interpretis acutissimi,
Opera Omnia, Jam poft.
• Digesti novi, Digestorum novum (Sin autor o compilador, no tiene las
primeras páginas y no se puede ver el año de edición).
• Jus Canonicum Universum clara método juxta titulos quinque Librorum
Decretalium in Quaestiones distributum, solidisque Responsionibus,
&. Objetionum solutionibus dilucidatum authore R.P.F. Anacleto
Reiffenstuel.
• D. Didaci y Bañez de Faria J.U.P. Gaditani, Caroli II. Hispaniarum, in
diarumque Regis Catholici á Consiliis, in Cancelleria de Buenos Aires
Regii Fisci Patroni, &. In Goatemalensi Praetorio apud American primarios
inter Judices adscripti Additiones, observations et notae ad libros variorum
Resolutionum ilustrissimi ac reverendissimi D. Didaci Covarruvias a Leiva.
• Fratis Dominici Soto Segoviensis, Theologi, ordinis Praedicatorum, Caesarae
Maiestati á facris confessionibus, Salmanti Professonis, De Justitia &. Iure
libridecum.

Las anotaciones hacen referencia a libros de propiedad del convento de Tunja,


y teniendo en cuenta que la orden era una de las que tenían el privilegio para la
expedición de títulos, junto con el Colegio Mayor y la Universidad Javeriana, es
muy probable que el número de textos de derecho civil, se equiparara a los de
derecho canónico.
To ga d o s y L e t ra d o s
268

11.8 Los inventarios de textos y sus alcances

Muy a pesar de la labor que llevaron a cabo los funcionarios que levantaron
los inventarios de los bienes (entre los cuales figuran las bibliotecas) que hoy
nos permiten apreciar los libros de circularon materialmente en el periodo
colonial, es un hecho evidente que dichos inventarios adolecen de precisión
en cuanto autores, títulos y datos de edición, y por la generalidad de la
información que transcribían, en muchos casos deja por fuera de algunos
análisis, la posibilidad de establecer con certeza el número real de textos que
eran leídos, los que circulaban y los que se ponían a disposicíon del público en
las bibliotecas abiertas.

En el estudio que elaboran Del Rey Fajardo y González Mora sobre los
jesuitas en Antioquia entre 1727 y 1767, se anota como en el caso de la revisión
de las bibliotecas y en general de los textos propios producidos por miembros
de esa Orden, no existe la certeza sobre la rigurosidad de dichos inventarios.
En el caso particular de los jesuitas es claro que ellos permitieron la circulación
de obras que no eran de conocimiento en otros lugares del virreinato, de allí las
siguientes observaciones:

(…) la presencia de algunos libros no usuales en las grandes urbes americanas y


en ello, a nuestro parecer, se debe a la acción de algunos jesuitas centroeuropeos
que enseñaron gramática en Antioquía o rigieron los destinos del plantel
educativo; Otra, a que cada profesor portaba siempre los libros de su pertenencia
y ello explicaría algunas ausencias notables de obras que per se debieran reposar
en los anaqueles de la biblioteca13.

Los maestros llevaban consigo los libros que les permitieran enseñar la Ratio
Studiorum (gramática: ínfima, media, y suprema en tres años; humanidades:
en el cuarto año; y retórica: en el quinto año) y en muchos casos no existían
suficientes maestros para llevar a cabo ese proyecto. Los pocos disponibles no
tenían una buena biblioteca. Ellos optaban, como los juristas santafereños, por
la elaboración de mamotretos:

En lo que se refiere al inventario de los manuscritos que se llevó a cabo en


1767 en la demarcación neogranadina dejamos constancia que no siempre se
condujo con la escrupulosidad requerida. La monumental tarea de transcribir

José del Rey Fajardo S.J, y Felipe González Mora. Los jesuitas en Antioquia 1727-1767. Aportes a la historia de la
13

cultura y el arte. Bogotá: CEJA, pág. 84.


M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
269

tan prolijos “traslados” no siempre se cumplió a cabalidad. Un detenido


examen de la mencionada documentación neogranadina nos lleva a la
sospecha de que “ciertos” manuscritos y documentos no fueron inventariados.
Por ejemplo, en el caso específico de las misiones de Casanare y del Meta,
la realidad archivística y bibliotecológica era mayor que lo asentado en los
respectivos inventarios14.

14
Ibíd., pág. 87.
Capítulo 12

Hacia un corpus ideal


de libros jurídicos

na selección de libros que constituya el Corpus ideal enmarcado


en la producción material del siglo XVIII o las ediciones latinas
con sus traduciones al Castellano, es la apuesta central de los
textos básicos que circulaban en el virreinato y que fueron
consulta de referencia para los estudiantes de los Colegios
Mayores, en especial del Colegio Mayor de Nuestra Señora
del Rosario, de la Biblioteca de los jesuitas y la de la Real Biblioteca de Santafé.

12.1 Ensayo de una biblioteca jurídica en siglo XVIII

A partir de los los títulos que conforman el corpus material de las obras que
se tomaron de los archivos, de las bibliotecas y de las referencias bibliográficas,
que circularon en el periodo, bien como primeras ediciones, o como reediciones
de textos clásicos y que consideramos esenciales para la formación de los juristas
en la Nueva Granada, hemos propuesto los siguientes textos:

• Additiones legales hispanicae ad bibliotecam R.P. Lucii Ferraris; opus


utilissium Episcopis, Abbatibus et utrisque juris Professoiibus, Francisco
To ga d o s y L e t ra d o s
272

María Vallarna y Manuel Machado y Rosillo, Madrid, 1783.


• Aparato del Derecho Público Español. Pérez Valiente.
• Arte legal para el estudio de la jurisprudencia. Francisco Bermúdez de
Pedraza. Granada, 1632, 1635.
• Bibliotheca canónica, jurídica, moralis, theologica necnon ascetica, polemica,
rubricista, historica. M.R.P. Lucio Ferraris, Roma, 1767.
• Catena Jurium utrisque Jurisprudentia, Decretalium Gregorii IX
Commentarii, Antonio Graña Nieto, Colonia, 1734.
• Crisis polìtica determina el más florido imperio y la mejor institución de
Principes y ministros. Madrid, 1719.
• Comentaria in librum quintum Recollectionum regni Castellae,Joannes
Matiensus, Madrid, 1712.
• Commentarii iuris civiles in Hispaniae constitutiones, Tous tertius et quartus,
Alfonso de Acevedo, Lugduni, 1737.
• Compendio del Derecho Público y Común en España, o de las leyes de las
Siete Partidas. Vicente Pèrez Vizcaino, Madrid, 1784.
• Concilia sive responsa juris, tomo primero, Jo. Baptista Valenzuela Velàzquez,
Colonia, 1727.
• Controversiarum Forensisum utrisque Juris et Fori,Julius Caponius I.C.,
Colonia, 1732.
• Corpus Iuris civilis romani, tomo II, notas de Dionysii Gothofredi, Colonia,
1781.
• Enciclopedia Canónica, Civil, Moral, Regular y Orthodoxa, ilustradas con la
explicación de todas las reglas del Derecho Canónico, y de las más célebres
de Derecho Civil. R.P. Fr. Martín de Torrecilla, Madrid, 1757.
• De potestate legis penalis. Alonso de Castro, 1773.
• De indiarum Iure, tomus alter, sive justa Indiarum occidentalium
guberbnatione. Madrid, 1706.
• De Instituta et jure. Ludovicus Molina S.J., Maguntia, 1602, Colonia, 1759.
• De tutela Viarum publicarum liber singulares. Trajecti ad rerum, Otto
Everardus, 1731.
• De universia instrumentorum editione sive Praxis effendi, Gabriel Pareja y
Quezada, lugduni, 1751.
• Derecho Internacional Privado, Fiore Pascual, Madrid, 1678.
• Derecho Civil de Castilla. Asso del Rio.
• Derecho Público. M Domat, traducción del francés, Antonio Trespalacios y
Mier, Madrid, 1788.
• El espíritu de las leyes. The spirit of laws, Nicolas de Maquiavelo, 1748.
• Instituciones del Derecho Civil de Castilla. Ignacio Jordàn de Asso y del Rio,
Miguel de Manuel y Rodrìguez, Madrid, 1771.
• Instituciones políticas. Jacobo Federico Bielefeld (Biefeld), Madrid, 1768.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
273

• Instituciones políticas: al principe de las Españas y Nuevo Mundo. Madrid,


1645.
• Instituciones juris civiles quartur partibus distributae, Francisco Marìa
Gaspar, Venecia, 1729.
• Instituciones Oratorias. M. Fabio Quintiliano, Madrid, 1799.
• Instrucción para escribanos en orden a lo judicial utilisima también para
procuradores y litigantes. Joseph Juan y Colom, Madrid, 1771, 1775.
• Instrucción jurídica de escribanos abogados y jueces dedinarios de juzgados
inferiores. Joseph Juan y Colom, Madrid, 1760.
• Instituttionum Imperalium Commentarius. Gottl. Hienecius I.C., Lugduni,
1775.
• Juzgados militares de España y sus Indias. Felix Colòn y Larriátegui, Madrid,
1739.
• La ciencia de la legislación. M. Le Chevalier Gaetano Filangieri, 1780.
• Las siete partidas. Alfonso X El Sabio, reimpresa, Joseph Bernì y Catalá,
1555, glosadas por Gregorio López, 1767.
• Letras filosóficas. Letters philosophiques, ( Letters concerning the English
Nation) Francois-Marie Arouet de Voltaire, 1734.
• Librería de jueces; para alcaldes, corregidores, jueces, etc. Manuel Silvestre
Martínez, Madrid, 1774.
• Libro de Indicios y tormentos que contiene la práctica criminal y modo de
sustanciar el proceso, Antonio Quevedo y Hoyos, Madrid, 1632.
• Originum Juris Civiles libri tres. Gianvincenzo Gravina, 1701-1708.
• Opera, commentarii iuris civiles in regias constituciones, Alfonso de Acevedo,
Lugduni, 1737.
• Phonix jurispridentiae Hispaniae, sive Instituta Hispana, Hispali, 1715.
• Philosophique et politique des establecemens et du comerce. Guillaume
Thomas Raynal, Genova, 1781.
• Práctica Universal Forense de los Tribunales de España y de las Indias.
Francisco Antonio de Elizondo, Madrid, 1788, 1791.
• Política Indiana. Juan Solorzano Pereira. Madrid, 1698,1739, / política
Indiana. Descubrimiento, descripción, adquisición y gobierno, etc. Madrid,
1776.
• Política para corregidores y señores de vasallos en tiempos de paz y guerra.
Jerònimo Castillo de Bobadilla/ Política para Corregidores y señores de
vasallos, eclesiasticos y seglares, Amberes, 1704/ Política para corregidores y
señores de vasallos para prelados, y de lo tocante a las Ordenes y Caballeros
de ellas, Madrid, 1775.
• Sobre las letras de cambio, origen, progreso y aumento de cambio, y resumen
de las monedas corrientes de Europa, reducidas a reales de vellòn, Madrid,
1732.
To ga d o s y L e t ra d o s
274

• Tractatus de Dote, Julius Caponius, Colonia, 1733.


• Tratado jurídico, político, práctico de indultos. Pamplona, 1690.
• Teatro de la legislación Universal de España, e Indias, por orden cronológico
de sus cuerpos, y decisiones no recopiladas y alfabético de sus títulos y
principales materias. Antonio Xavier Pérez y López, Madrid, 1791, 1794,
1796, 1797.
• Variae Resoluciones Iuris civiles, communis et regii. Antonius Gomezius
I.C., Lugduni, 1701.
• Variarum resolutionum juris civiles,communis et regii comentaria, Napoles,
1718.
• Vocabularium Iuris Utrisque; locupletatum dictionibus a lexico Prataeli, ac
modernorum libris excerptis, Lugduni, 1725.

12.2 Corpus material vs. corpus ideal: consideraciones finales

El esfuerzo de compilación de las fuentes primarias que hemos llamado


corpus material, es básico y esencial para la propuesta de un corpus ideal, es
decir una selección arbitraria con base en fuentes secundarias, principalmente,
y en las existencias bibliográficas físicas, en tanto, existencias reales de libros.
En el desarrollo de la exploración y transcripción de las bibliotecas se atendió
a la revisión directa de archivos –fuentes primarias– como el de la Orden
de Predicadores y la biblioteca de la Orden Franciscana, así como a fuentes
documentales secundarias como el archivo del Colegio Mayor del Rosario y la
biblioteca colonial de los jesuitas.

En los primeros, se advirtió el sesgo de aproximación, es decir, que la


identificación de los textos se hizo siguiendo los registros de las segundas, para
identificar autor, título y año de edición. En las fuentes secundarias se siguió el
criterio de clasificación moderna, en menor proporción en la biblioteca javeriana,
que fue más aleatorio, pero en el archivo del Colegio Mayor del Rosario ya existía
una división explícita por materias (Civil, Comercial, Penal, Canónicos, etc.)
la transcripción se mantuvo igual al original. En ambos casos la aproximación
por títulos jurídicos y canónicos, pretendío ser abarcante, sin embargo, no es
completa y no está exenta de vacíos, sobre todo porque se advierte desde el
principio, la imposibilidad de verificar la existencia material de algunas de estas
obras y una documentación amplia de su contenido.

Esta primera parte de la compilación, es hecha en la perspectiva de lo que


Chartier señaló como inventario cuantitativo. Sin embargo, esta aproximación
no permitió arrojar un dato preciso sobre el número de libros, porque existen
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
275

dificultades para precisar el número de títulos, de tomos por títulos, y en muchos


casos un número de libros por tomo. Sin duda se privilegiaron los títulos.

Un ejemplo de esa dificultad lo podemos señalar con el inventario de los


textos que aparecen en el registro denominado Legistas, en la Real Biblioteca
de Santafé, que permite varias lecturas en atención a títulos, tomos y número de
libros por tomo. En ese caso se contaron 217 títulos, 456 tomos para un total de
1.345 libros físicos que abarcan todos los títulos.

Inventario de Real Biblioteca de Santafé-Legistas

Legistas Títulos (217) Tomos (456) Nº libros totales (1345)


A 21 78 121
B 16 35 200
C 31 67 240
D 8 12 46
E 6 8 24
F 9 35 58
G 19 34 81
H 5 6 11
I 2 2 6
J 3 9 37
L 12 28 79
M 20 26 106
N 5 7 11
O 6 7 19
P 11 13 47
Q 1 1 2
R 14 15 57
S 15 26 76
T 7 16 50
V 14 28 99
X 1 2 2
Z 1 1 3

Fuente: Inventario bajo el título de Legistas Real Biblioteca de Santafé. 1790. Biblioteca Nacional de Colombia.
Elaborado por la autora.

Ese mismo ejercicio tendría que hacerse de los otros inventarios, sin embargo,
en ellos no fue posible tener el dato sobre número de tomos o volúmenes por
tomo. Igualmente, habría que separar los títulos publicados en cada siglo entre
To ga d o s y L e t ra d o s
276

el XV y el XVIII y en lo posible identificar la fecha de la primera edición, de


reediciones y de traduciones, así como los lugares de las ediciones.

En un esfuerzo por inventariar las bibliotecas de las órdenes religiosas


podemos contabilizar un centenar de títulos, unos 805, que corresponden a
los que han sobrevivido al paso del tiempo como en la Orden de Predicadores
y Franciscana, o los inventarios remotos como los de los Jesuitas y la Real
Biblioteca, lo mismo para los libros del Colegio Mayor del Rosario. Un dato
aproximado puede verse en el siguiente cuadro:

Bibliotecas Número de títulos (total 805 títulos)


Franciscana 17
Jesuitas 142
Predicadores (Dominicos) 19
Colegio Mayor del Rosario 410
Real Biblioteca de Santafé 217

Fuente: Datos parciales de las bibliotecas inventariadas en el capítulo 11. Elaborado por la autora.

El otro asunto pendiente sigue siendo el tema de las bibliotecas particulares,


en este sentido creemos que existe un buen número de ellas dispersas en los
diferentes archivos coloniales y especialmente en Índice de Abogados, que citamos
en esta investigación, además de los inventarios de secuestro de bienes, dotes,
mortuorias y en general en los testamentos contenidos en los fondos notariales1.
Nuevos ejercicios podrán postular la recepción de obras específicas, en periodos
concretos y generar juicios de valor sobre sus aportes a las ciencias jurídicas, con
base en los soportes de circulación material. La tarea apenas comienza.


1
Son esenciales los trabajos referidos a los fondos notariales como fuente para la ubicación de textos o bibliotecas
completas, porque en su mayoría ellos quedaban registrados en los inventarios de bienes o testamentarias de
los juristas. Cfr. Manuel Pedraza. La documentación notarial: fuente para la investigación de la historia del libro, la
lectura y los depósitos documentales.
Conclusiones

n el desarrollo de esta investigación sobre los libros, los lectores


potenciales y reales, así como las bibliotecas (tanto públicas
como algunas colecciones privadas), hemos podido establecer
conclusiones y proponer algunas ideas que son centrales para
nuevos estudios sobre la cultura del libro jurídico en la colonia
neogranadina. Entre las conclusiones centrales tenemos que:

El número de textos considerados básicos en el proceso de formación de


los juristas es considerablemente menor al número de textos que circulaban,
en todo el periodo colonial y eran considerados piezas esenciales del derecho
canónico y del civil. En los planes de estudio que se seguían las recomendaciones
de textos básicos no pasaban de ser unas decenas de obras distribuidas entre las
dos jurisdicciones. Es más frecuente encontrar en los inventarios las obras del
derecho canónico, que las del civil.

La tradición del derecho español llega a América y especialmente al


Virreinato de Nueva Granada, con las bibliotecas de juristas y funcionarios reales
encargados de ejercer funciones judiciales en las dos jurisdicciones (eclesiástica
y civil) que se fundían y distanciaban en la medida de las disputas entre el clero
To ga d o s y L e t ra d o s
278

y los seglares, se ensanchaban. Esta tensión tuvo en el siglo XVIII, momentos


álgidos en relación al control de las órdenes religiosas sobre la formación de
los criollos y de los juristas letrados, en atención a las facultades reales que las
órdenes religiosas tenían para conferir títulos.

Los abogados tenían una formación deficiente apoyada en una gran


dispersión de textos, en especial, de la llamada jurisprudencia práctica, en el orden
del derecho civil. Considerando que los criterios de selección de tratadistas, en
su mayoría comentadores de los cuerpos y compilaciones como el Corpus Juris
Civiles, dependían de la liberalidad de los catedráticos o lectores, es probable que
el control de las bibliografías de algunos planes de estudios, siguiera en teoría los
lineamientos de Salamanca o Alcalá, aunque en la práctica la única y más fuerte
referencia fuesen los mamotretos.

La oposición entre libros jurídicos (canonicos, humanistas o de las llamadas


ciencias sociales) frente a los textos de las Ciencias útiles” (hoy llamadas ciencias
naturales) merece ser revisado en atención al papel que unas y otras jugaron en el
proceso de independencia y en el nuevo orden jurídico que ella inauguraría. La
posición comúnmente admitida le confiere un papel preponderante a los textos
jurídicos, que en realidad tuvieron los libros de Ciencias útiles.

El siglo XVIII es un periodo de cambios en los procesos de enseñanza del


derecho y constituye la transición entre los planes de estudio de corte medieval;
regidos por la escolástica, la exégesis y el predominio del derecho romano, en
detrimento de los derechos llamados nacionales o patrios.

La mayoría de los libros que circulaban en las bibliotecas de las órdenes


religiosas y la de los jesuitas –que una vez expropiada entró a hacer parte de
la Real Biblioteca de Santafé–, contienen títulos y/o están escritos en latín. Sin
embargo, la tendencia al uso de manuales y textos escritos en lengua romance,
va a ser creciente y atractiva para los juristas, sobre todo en aquellos textos
referidos al ejercicio profesional de la llamada Jurisprudencia Práctica. Es
necesario un estudio detenido sobre el papel de la Real Biblioteca (1777) en la
formación de un espíritu revolucionario o contrarrevolucionario, en la elite de
juristas neogranadinos.

Las frecuentes demandas de control al número de abogados obedecen en


buena parte a las disputas entre la corona y el clero, más que a un excesivo número
de profesionales, porque son más los que se inclinan por el oficio litigioso que
por la magistratura, de manera que el atraso en el fallo de las causas será otro
elemento presente en la Real Audiencia de Santafé, a la que además solicitan
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
279

su ingreso los abogados egresados de los centros de formación citados. Algunos


autores del periodo atribuyen las deficiencias en el ejercicio profesional a la falta
de textos y de maestros que fuesen auténticos letrados.

Muchas obras consideradas textos básicos para la formación de los abogados,


no aparecen en los registros físicos, y aun cuando ello pueda deberse a que
pertenecían a colecciones privadas de juristas, lo cierto es que no hay una prueba
material, ni una relación con su contenido en textos producidos por autores
locales, por lo menos en el caso de la Nueva Granada.

Las bibliotecas personales de algunos abogados, configuraban una buena parte


de su patrimonio. El valor de los libros era elevado y en los casos de comercio
librario hacia el nuevo mundo, el valor aumentaba de forma considerable. Los
libros estaban registrados en los inventarios de bienes, al lado de joyas, piezas de
arte y otros bienes muebles de gran valor material. Pasaban de un propietario
a otro, por préstamos, por secuestros de bienes, por dotes matrimoniales, entre
otros mecanismos, diferentes de la compra.

Los textos del corpus material, que se pudo reconstruir en este ejercicio,
dan cuenta de las obras de todo el periodo colonial. En relación a la segunda
parte del siglo XVIII (en el periodo 1739-1777) se puede verificar que las
obras corresponden a una línea discursiva de tono clerical, dominante y de una
visión secular, que sin embargo está apuntalada en el regalismo. Es necesaria
una aproximación hacia las obras heterodoxas para determinar cuáles tuvieron
la posibilidad de nutrir un pensamiento revolucionario en los movimientos
de independencia, y qué papel jugaron los textos jurídicos y los estudiantes de
derecho, por fuera de las elites familiares que ejercían el control burocrático en
la colonia. La presunción de abogados revolucionarios como abogados letrados
requiere una mayor y más detenida revisión.

Algunos textos que fueron editados en siglo XVIII no tuvieron circulación


masiva, bien por las restricciones del índice o por el conocimiento que los
autores y catedráticos locales tuvieran de los mismos, de hecho no encontramos
registros físicos de obras como la Filangieri, o Bielefeld. Este último, no
figura en ninguna de las bibliotecas físicas, a pesar de haber sido un texto
recomendado como básico en el Plan de estudios para la jurisprudencia, del
Fiscal Moreno y Escandón en 1774.

La tendencia al uso de textos manuscritos elaborados por los catedráticos o


lectores de los colegios mayores y las universidades, es un factor que suplantó la
circulación de títulos. Las prácticas como el dictado y la formación de mamotretos
To ga d o s y L e t ra d o s
280

o textos manuscritos de autores propios, permitió que los contenidos de los


textos hayan sufrido procesos de deformación conceptual, que hayan incidido
en las prácticas y en un áurea de mediocridad para muchos abogados.

Por los títulos y en atención a su contenido y autores, la mayoría de las obras


del periodo corresponde a textos que representaban el pensamiento ortodoxo,
con una tendencia a fortalecer el poder del monarca y a formar un jurista fiel y
obediente de los órdenes trazados por la corona, para conjurar los males públicos
y garantizar la completa subordinación de todo el pueblo.

No existe una clara relación entre el proceso de formación de juristas y


los movimientos revolucionarios preindependentistas, teniendo como hecho
significativo que la circulación de discursos estaba controlada y que los libros
que documentamos, en su mayoría, corresponden a obras que son aprobadas por
los sistemas de control del Estado y de la Iglesia, lo que no significa que no hubo
una circulación marginal y clandestina de otras obras.

Entre las recomendaciones e invitaciones que hacen al finalizar esta revisión


de fuentes es necesario un llamado especial, para revisar las obras de Bielefeld,
como sustituto de la obra de Castillo de Bobadilla, los manuales de jurisprudencia
práctica como precursores del derecho procesal, los comentarios y glosas de textos
clásicos del derecho romano y del derecho común, frente a los textos que son
considerados antecedente de los tratados por materias, en el sentido actual del
término. Muy significativo sería revisar el proceso elaboración de los mamotretos
que eran creados y usados por los maestros de los futuros juristas.

Es necesario construir una red de conexiones entre las obras que circulaban
en la colonia (siglo XVI, hasta final del siglo XVIII), para proponer corrientes
y paradigmas que fueron sustento del derecho republicano y verificar sus
distancias y sus puntos de encuentro. Pero muy importante será intentar llegar
a las colecciones privadas de juristas en la colonia neogranadina y reconstruir
el corpus de los mamotretos que construían, desde sus lecturas y conjeturas, que
se convertían en fuente doctrinal sobre la profesión en virtud a las prácticas en
el foro, en los tribunales, en los colegios y en la incipiente jurisprudencia de las
Reales Audiencias.

Con base en registros modernos y en la consulta directa de las fuentes se


puede establecer que las bibliotecas con el corpus más completo del periodo
colonial son las del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y la de los
jesuitas expulsados –que luego pasó a ser parte de la Real Biblioteca de Santafé–.
La biblioteca de la Orden de Predicadores tuvo que haber sido la segunda en
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
281

importancia después del Rosario, pero de acuerdo con la consulta actual de los
archivos de la orden, lo mismo que la de los franciscanos, no se registra un
número considerable de títulos jurídicos.

Como hemos insistido desde el comienzo de este texto, este trabajo es una
aproximación, que requiere estudios nuevos y en profundidad, sobre los procesos
de recepción de ciertas obras –bien las consideradas canónicas por autores,
tratadistas modernos o bien como consecuencia de una indagación sobre las
lecturas que efectivamente se hicieron en la época– y que aportaron elementos
intelectuales y culturales a la formación de derecho colombiano, en la colonia,
en la república. Se trata de llamar la atención sobre un campo disciplinar que
bien podemos nombrar “Cultura del libro jurídico en la formación del Derecho
colombiano” y registrar las diversas etapas histórico-sociológicas, para su estudio.
Bibliografía

uentes Primarias

Archivo General de la Nación - Bogotá


• Biblioteca de la Compañía de Jesús 1766-67.

Archivo de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia. Orden


dominica - Bogotá
• Inventario de libros antiguos de Orden Predicadores

Biblioteca Luis Ángel Arango. Banco de la República - Bogotá


• Documento sobre el exceso de abogados 1771. Fondo de Libros raros y manuscritos.
• Relación de los méritos y circunstancias de Don Francisco Antonio Moreno y
Escandón. Fondo de Libros raros y manuscritos.

Biblioteca Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario


• Biblioteca del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Fondo Antiguo. Archivo
Histórico Colonial.

Biblioteca Nacional de Colombia - Bogotá


• Inventario de la Real Biblioteca de Santafé 1790. Fondo Colonial.

Biblioteca Universidad de San Buenaventura - Bogotá


• Inventario de los libros del fondo antiguo. Siglos XV-XVIII.
To ga d o s y L e t ra d o s
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1780-1850. Pittsburg, 2000, 276 pp. Edición en español: Vidas honorables.
Abogados, familia y política en Colombia 1780-1850. Bogotá: Fondo
Editorial EAFIT, Banco de la República, 2008, 441 pp.
-------------------. Disputas entre el estado y sociedad sobre la educación de los
abogados a finales de la etapa colonial en la Nueva Granada. En: Historia y
Sociedad, Universidad Nacional de Colombia, diciembre 1996, no. 33-57 pp.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
295

VALLEJO GARCÍA-HEVIA, José María. Campomanes, la biografía de un jurista


e historiador (1723-1802) En: Cuadernos de Historia del derecho. Madrid:
UCM, 1996, no. 3, 99-176 pp.
VAS MINGO, Marta Milagros del. y LUQUE TALAVÁN, Miguel. El comercio
librario: mecanismos de distribución y control de la cultura escrita en
Indias. En: Revista Complutense de Historia de América. Vol. 32, 2006,
127-149 pp.
VILLASEÑOR RODRÍGUEZ, Isabel. La cátedra de bibliografía jurídica de
la Universidad Central de Madrid (1883-1936) En: Revista General de
Información y Documentación. Madrid, vol. 16, no. 2, 2006,65-91 pp.
-------------------------------------. El catálogo de la Biblioteca, “que en
castellano se llama librería” de don Diego de Arce y Reinoso. En: Revista
General de Información y Documentación. Madrid, vol. 3, no. 2, 1993,
251-259 pp.
VIVAS MORENO, Agustín. La biblioteca del convento de los dominicos de
San Esteban de Salamanca en el siglo XVIII. En: Revista General de
Información y Documentación. Madrid, 2000, Vol. 10, no. 2, 71-103 pp.
ZAPATA, Ramón. Los libros que leyó el libertador Simón Bolívar. Bogotá:
Instituto Caro y Cuervo, 1997.
ZAVALA, Silvio. Ensayos sobre la colonización Española en América. México:
Editorial Porrúa, 1978, 157 pp.
ZUDAIRE HUARTE, Eulogio. Por los rumbos de la ilustración con el virrey
Guirior. En: Quinto centenario, Madrid, 1986.
nexos
nexos Documentales
Transcripción de manuscritos
de fondos coloniales
Anexo 1

Biblioteca de la Compañía de Jesús

(Fol. 3)
Ymbentario de la Biblioteca1
Años de 1766 a 67./
(…)

ALBORNOZ, Diego Felipe. Cartilla política y cristiana, 1814.


ALTAMIRANO, Tomás de. Estatvtos, y Constitvciones de la Vniversidad de Guatemala,
1096.
ALTASERRA, Antonio Dadino (Hautesere Castelarius de Salvaison, Antonius).
Dissertationum juris canonici… 0823.
ANDRADE, Alonso de. El buen Soldado Católico, y svs obligaciones, 1796e.
ANDRADE, Alonso de. El estvdiante Perfecto y svs obligaciones, 1796d.
APIANO, Alejandrino. Apiani Alexandrini de Civilibus romanorum bellis historiarum,
1416.
ARAÚJO, Juan. Papel en Derecho, en que se prueba que los Diezmos de las Tercias Reales
no son temporales ni se pueden gastar en usos profanos, 0833.

1
José Del Rey Fajardo. La biblioteca Colonial de la Universidad Javeriana de Bogotá. Caracas. Las obras son citadas
conforme a la transcripción de esta edición y tomando el criterio de autor. No existe clasificación por materias,
de manera que aparecen títulos de obras de derecho civil y canónico, conjuntamente, aun cuando se prefirieron
títulos cercanos a la primera.
To ga d o s y L e t ra d o s
300

ARCE Y OTÁLORA, Juan de. De nobilitatatis et inmunitatis Hispanae causis (quas


hidalguia apellant) deque regalium tributorum (quos pechos dicunt) iure… 1028.
ARGELI, César. De legitimo contradictore, 0835.
ARIAS, Juan. Practica Eclesiastica para el uso y ejercicio de Notarios publicos, y Apostolicos,
y Secretarios de Prelados, 0834.
AYTA ZUICHEMUS, Viglius ab. Viglii Zvchemi… Commentaria in decem titulos
institutionem Juris Ciuilis, 1108.
AZEVEDO, Alfonso de. Commentariorum iuris ciuilis in Hispanae regias constituciones,
tomi sex. Quórum his primus tres priores nouae Recopilationis libros complectitur,
0831 a.
AZEVEDO, Alfonso de. Commentariorum iuris ciuilis in Hispaniae regias constituciones,
tomus quartus. Sextum et septimun librum nouae Recopilationis complectens… 0837b.
AZEVEDO, Alfonso de. Commentariorum iuris civiles in Hispaniae regias constituciones,
tomus quintus. Octauum librum novae Recopilationis complectens, 0837c.
BAEZA, Gaspar. In carola Quinti Augusti Hispaniae Regis, ilustrem constitutionem in
Madritensi conventu editam, quae de non meliorandis filiabas dotis ratione, 0845 a.
BALDO DEGLI UBALDI, Angel. Angelus de Perusio super prima (-secunda) parte
Digesti veteris… additis moviter quibusdam additionibus… 1107a.
BALDO DEGLI UBALDI, Angel. Clariss iuriscom. Angeli de Ubaldis… in primam (et
secundam) infortiati partem, 1107b.
BALDO DEGLI UBALDI, Angel. Clariss iuriscon. Angeli de Ubaldis… in IX authentic.
Collations acutivissima commentaria, 1107d.
BALDO DEGLI UBALDI, Angel. Clariss iuriscon. Angeli de Ubaldis perusini in
primam et secundam) digesti novi partem acutissima commetaria, 1107c.
BALMASEDA DE LA PUENTE Y SOBREMONTE, Diego. Tractatus de collectis in
his regnis indicáis et usitatis, 0846.
BARRAGAN Y MESA, Ignacio de. El rey pacifico: Sermón que se predico en la santa
iglesia Cathedral de la Ciudad de Cartagena de Indias el dia 15 de abril del presente
año de 1760 en las reales exequias del rey nuestro Señor D. Fernando Sexto, 0596.
BAUTISTA, Ambrosio. Justificación de las acciones de España: manifestación de las
violencias de Francia, 1421.
BAUTISTA, Ambrosio. Justificación de las acciones de España: manifestación de las
violencias de Francia, 1521.
BECK (PECK), Petrus van. Partitio titulorumV.I. de regulis iuris et de verborum
significatione, ad titulos Institutionem D. Iustiniani relata, 1037.
BOCANGEL Y UNZUETA, Gabriel. Retrato panegyrico del Ser. Sr. Carlos de Austria
Infante de España, 1433.
BONACOSSA, Hipólito. Comunes doctorum iuris utrisque criminales opiniones usu
receptae, 0855.
BORCHOLTEN, Juan. Johannis Borcholten… in quatuor institutionum iuris ciuilis
libros commentarij, 0857.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
301

BOTERO, Juan. Descripcion de todas las prouincias y reynos del Mundo, 1438BRANT,
Sebastián. Titulorum omnium iuris tan civiles quam canonici exposiciones, 0847.
BRAUN, Jorge. Civitates orbis terrarum, 1572-1618, 1436.
BRAVO DE LA SERNA, Marcos. Espejo de la juventud, moral, politico y christiano,
1422.
CABASSUT (CABASUCIO) Juan. Iuris canonici Teoría et Praxis 0892.
CABRERA, Juan de. Crisis Politica determina el mas florido Imperio, y la mejor
Institución de Principes, y Ministros, 1443.
CAMPANILI, Juan Jerónimo. Diuersorium iuris canonici vniuersum clericorum ac
regularium statum… 0876.
CARLEVAL, Tomás. D.D. Thomae Carlevalii… Disputationes iuris variae ad
interpretationem regiarum legum Regni Castellae… de iudicis, 0878.
CASTEJON, Egidio de. Alphabetum Juridicum Canonicum, Civile theoricum practicum,
Morale atque Politicum, 0879.
CASTILLO DE BOBADILLA, Jerónimo. Política para corregidores y señores de vasallos
en tiempo de paz y de guerra, 0872.
CAVAGNOLIUS, Rolando. Observationum legalium et iuridicarum ad Responsa I.V.D.
celeberrimi Iacobi Menochij, 0994c.
CIRON, Inocencio. Innocentii Cironii opera in jus canonicum, 0895.
CORAS, Juan. Joannis Corráis… Miscellaneorum Juris Civiles, 0903.
CORPUS IURIS CIVILIS. Codex. Cidicis Ivstiniani, 0904 a.
CORPUS IURIS CIVILIS. Digesta. Digestorvm sev Pandectarvm libri
qvinqvaginta,0904c.
CORPUS IURIS CIVILIS. Edicta. Ivstiniani Imperatoris edicta, 0904d.
CORPUS IURIS CIVILIS. Instituciones. Instituciones imperiales, 0904b.
CORPUS IURIS CIVILIS. Novellae. Nouellarum Constitutionum post repetitam Codicis
praelectionem editarum liber 0904e.
COROY, Simón de. Pandectae novae legis, 0048.
COVARRUBIAS Y LEYVA, Diego. Practicarvm qvaestionvm liber vnvs, 0897b.
COVARRUBIAS Y LEYVA, Diego. Variarum ex Pontificio, Regio, & Caesareo Jure
Resolutionum libros IV, 0897c.
CURCIO, Jacobo. Theophili Paraphrases graeca in Ivris Ciuilis Instituciones Cum latina
Iacobi Curtii interpretatione… 0905.
CHOKIER, Erasmo. Erasmo à Chokier… Tractatus absolutissimus de iuridictione
ordinarii in exemptos… tomus tertius…0899ª.
CHOKIER, Erasmo. Erasmo à Chokier… Tractatus absolutissimus de iuridictione
ordinarii in exemptos… 0899b.
CHOKIER, Erasmo. Erasmo à Chokier… Tractatus absolutissimus de iuridictione
ordinarii in exemptos… deque illorum exemptione ab ordinaria iurisdictione, 0899c.
DAOYZ, Esteban. Index Juris Pontificii, 0920.
DAVILA Y HEREDIA, Andrés. Arte de medir tierras, 1134.
To ga d o s y L e t ra d o s
302

DECIO, Felipe. Philippus Decius in tit. de Regulis Juris, 0919.


DIAZ DE MENA, Blas Flórez. Recentiorum practicarum quaestionum Juris Canonici,
& Civiles ad praxis utirusque fori spectantium, 0936.
DIAZ DE RIBADENEIRA NOGUEROL, Pedro. D. Petri Diez Noguerol…
allegationes iuris, 1021.
DONEAU, Hugo. Hugonis Donelli… commentariorum de iure civili, 0931c.
DRATTENBERGER, Mateo. Regula licitii, et illiciti examinata, 2146.
DU FAIR DE SAINT-JORRY, Pedro. Petri fabri Tolosani… commentaries ad titulum
de diversis regulis iuris antique, 0929b.
DURAND, Guillermo. Speculum juris Guglielmi Durandi… 0916.
EGIDIO (GIL), Benedicto. Tractatus de Jure, & privilegiis honestatis,0926.
ESPINO DE CACERES, Diego de. Specvlvm testamentorvm, sive thesavrus vniversiae
virus prvdentiae… 1072.
EVERARDO A MIDELBURGO, Nicolás. Topica iuris sive Loci argumentorum legales,
0927.
FABER (FABRO), Antonio. Coniectvrarum Ivris Civiles Libri Viginti, 0929.
FABER (FABRO), Antonio.D.D. Ant. Fabri… Rationalia in Pandectas, 0929a.
FABER (FABRO) Antonio. De erroribvs Pramat. Et Interpretvm Iuris, Chiliadis,
0929f.
FABER (FABRO), Antonio. Iurisprudentiae papinianeae scientia, ad ordinem
institutionum imperialium efformata, 0929e.
FABER (FABRO) Antonio. Petri Fabri Tolosani… commentarius ad titulum de diversis
regulis iuris antiqui, ex libro Pandectarum D. Iustiniani quinquagesimo… 0929b.
FAGUNDEZ, Esteban de. R.P. Stephani Fagundez… De Ivstitia, et contractibus, et de
acquisitione, et translatione dominio, 2154.
FEIJOO Y MONTENEGRO, Benito Jerónimo. Cartas eruditas, y curiosas, 1507.
FEIJOO Y MONTENEGRO, Benito Jerónimo. Ilustración apologética al primer y
segundo tomo del Teatro Crítico, 1508.
FEIJOO Y MONTENEGRO, Benito Jerónimo. Justa repulsa de iniquiasacusaciones,
1508.
FEIJOO Y MONTENEGRO, Benito Jerónimo.Theatro Critico Universal, 1507a.
FERNANDEZ DE MIÑANO, Francisco. Basi. Pontificiae Jurisdictionis & potestatis
supremae, 1003.
FERNANDEZ DE OTERO, Antonio. D. Antonii Fernandez de Otero I. Cc.
Carrionensis… Tractatusde pascuis et jure pascendi… 1029.
FERNANDEZ DE PIEDRAHITA, Lucas. Historia General De Las Conquistas del
Nvevo Reyno De Granada, 1633.
FERRER DE VALDECEBRO, Andrés. El templo de la fama, con instrucciones políticas
y morales, 1503.
FREIRE, Juan. In VII priora capita libri Iudicum commentari, 0175.
GARIBALDI, Mateo. De Método ac ratione studendi in jure civili, 0949.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
303

GUTIERREZ, Juan. Practicarum quaestionum circa leges regias Hispaniae, 0956a.


GUTIERREZ, Juan. Tractatvs de ivramento confirmatorio, et aliis in livre variis
resolvtionibvs, 0956d.
HENRIQUEZ, Francisco. Juicio de Estados, 0636c.
HEVIA BOLAÑOS, Juan. Curia Philippica. Donde se trata de los juicios mayormente
forenses, eclesiasticos y seculares… 0858.
LAS CASAS, Bartolomé. Tratado comprobatorio del Imperio soberano y principado
universal que los Reyes de Castilla y Leon tienen sobre las indias, 0884.
LIPSIUS, Justus. Iusti Lipsi Epistolarum selectarum centuria secunda miscellanea, 1286.
LIPSIUS, Justus. Iusti Lipsi Epistolarum selectarum centuria prima ad belgas. 1287.
LIPSIUS, Justus. Iusti Lipsi Politicorum sive civiles doctrinae libri sex, 1288.
LOPEZ DE SALZEDO, Ignacio. Singulares et excellentisima practica Criminalis
Canonica… 1062.
LOPEZ, Juan Luis. Discurso jurídico, historico, político, en defensa de un jurisdicción
real, ilustración de la provision de 20 de Febrero del año passado de 1684… 0984.
MAINO, Ambrosio Jasón de. Commentaría in primam partem Codicis, 0966a.
MAINO, Ambrosio Jasón de. Commentaria in primam partem Digesti novim o.966b.
MAINO, Ambrosio Jasón de. Commentaria in primam partem Infortiati 0966b.
MAINO, Ambrosio Jasón de. Commentaria in primam partem Codicis 0966a.
MARANTA, Roberto. D. Rob. Marantae… Tractatus de ordine iudiciorum, vulgo
Speculum aureum, et Lumen Advocatorum, 0990.
MARTA, Jaime Antonio. Tractatus ac iurisdictione per et inter indices ecclesiasticum et
seculars excercenda… 0984b.
MATHEU Y SANZ, Lorenzo. Tractatus de Re criminali, 0986.
MELGAREJO MANRIQUE DE LARA, Pedro. Compendio de Contratos publicos,
autos de Particiones y exequutivos, con el papel sellado que a cada cosa pertenece, 0997.
MENDO, Andrés. Andreae Mendo… de Jure Academico, 2218.
MENDO, Andrés. Principe perfecto y Ministros ajustados, documentos politicos y morales
en emblemas, 1583.
MOLINA LAMA Y GUZMAN, Jerónimo. Novae Veritates Juris Practicae, 0960.
MONETA, Juan Pedro. Tractatus de conservatoribus iudicibus, 2212.
MUÑOZ, Juan. Practica de procuradores para seguir pleytos civiles y criminales, 1013.
MYSINGER VON FRUDECK, Joaquin. Dn. Joachini Mynsingeri a Frundeck…
Apotelesma, hoc est, corpus perfectum sholiorum ad Instituciones justinianeas
pertinentium, 1002.
NARBONA, Diego. Horographia iuris seu De legitimis horarum intervaliis iurudica
description, 1017.
NOBILI, Daniel de. Disputationes in selectas controversias ex canonicos et civili iure,
0917.
OROZ, Gerónimo de. De Apacibus Juris Civiles, 1026.
To ga d o s y L e t ra d o s
304

ORTIZ DE SALCEDO, Francisco. Curia eclesiastica: para secretarios de prelados, iuezes


eclesiasticos, ordinarios y apostolicos… 2255.
PAEZ DE VALENZUELA Y CASTILLEJO, Juan. Para secretarios de señores, y todo
genero: nueuo estilo, y formulario de escribir cartas misivas, y responder a ellas, 1378.
PANCIROLLI, Guido. Thesaurus Variarum lectionum vtrisque Iuris, 1032a.
PATRIZZI, Francisco (Obispo de Gaeta). Francisco Patricio De reyno, y de la
institución del que de reynar, y como debe averse con los subditos y ellos con el… 1973.
PAZ, Cristóbal de. Scholia Ad Leges reglas Styli, 1030b.
PAZ, Juan. Consultas y Resoluciones varias, theologicas, juridicas, regulares y morales,
2266.
PLESSIS, Armando de. (Cardenal RICHELIEU) Testament politique d´ Armand Du
Plessis, cardenal duc de Richelieu, 1703.
PRADILLA BARNUEVO, Francisco de. Tratado y Summa de todas las leyes Penales,
Canonicas y Civiles: y destos reynos, 1036.
Regulae Iuris tam Civiles quam Canonici Regvlae Societatis Iesv, 1994.
SALON DE PAZ (BURGOS DE PAZ), Marco. Doctoris Burgensis Marci Salon de
Pace, ad Leges Taurinas insignes commnentarii, 1064a.
SALON DE PAZ BURGOS, Marcos. Prima pars Quesito (num) civilium, 0859.
SCOT, Alejandro. Vocabularium utrisque iuris, 1103.
SIGUENZA, Pedro. Tratado de Cla---- instrumentales util y necesario –Jueces, Abogados
y escrivanos – 1067.
SOLORZANO PEREIRA, Juan de. D. Philippo IV… Ioannes de Solórzano Pereira…
Emblemata regio politica in centuriam unam redacta et laboriosis atque utilibus
commentariis illustrata, 1685.
SOLORZANO PEREIRA, Juan de. Ioannes de Solórzano Pereira… Disputationem de
Indiarum iure siue De iusta Indiarum Occidentalium inquisitione, 1086.
SOLORZANO PEREIRA, Juan de. Politica indiana, 1069.
SOTO, Domingo. De Justitia & Jure, 2300.
SOTO, Domingo. De natura et gratia, 0457b.
SOUSA MACEDO, Antonio. Perfectus doctor in quacunque scientia, maxime in iure
canonico et civili… 1057.
SUAREZ, Francisco. Tractatus de Legibus, ac Deo Legislatore in decem libros distributus,
0459f.
TAMBURINI, Ascanio. De jure abbatum et aliorum praelatorum, 2333.
TONDUTO SANLEGERIO, Pedro Francisco. Quaestionum et resolutionum legalim,
1085b.
TONDUTO SANLEGERIO, Pedro Francisco. Tractatus de praeventione Iudiciali seu
De Contentione iurisdictionum, 1085a.
TORRECILLA, Martín de. Enciclopedia Canonica, Civil, Moral, Regular y Orthodoxa,
2317.
TORRES, Gaspar de. Constituciones de la Universidad de Salamanca, 1094.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
305

TORRES, Juan de. Philosophia moral de Principes para su buena crianza y gobierno,
2021.
UBALDI, Baldo degli. Balde Ubaldi…In Digestum Novum commentaria, 0866a.
UBALDI, Baldo degli. Balde Ubaldi… In primam et secundam Infortiati partem
commentaria, 0866b.
UBALDI, Baldo degli. Balde Ubaldi… in quartum et quintum Cod. Lib. Commentaira,
0866e.
UBALDI, Baldo degli. Balde Ubaldi… in sextum Codicis librum commentaria, 0866f.
UBALDI, Baldo degli. Balde Ubaldi… In VII, VIII, IX, X et XI Codicis libros
commentaria, 0866c.
UBALDI, Baldo degli. Balde Ubaldo… In primum, secundum et tertium Cod. lib.,
0866d.
UBALDI, Baldo degli. Index Iucupletissimus rerum omnium ac sentenciarum
memorabilium quae in Balde Ubaldi commentarii ad libros Digestorum Codicis et
Institutionum, nec non in tract. De pactis, et constituto continentur… 0866h.
VEITIA LINAGE, José. Norte de contratación de las Indias Occidentales, 1022.
VELA, José. D.D. Josephi Vela de Oreña… Dissertationum juris controversi tam in
Hispalense quam Granatensi senatu super materias tam eclesiásticas quam civiles,
1091.
VELAZQUEZ DE AZEVEDO, Juan. Fénix de Minerva, y Arte de memoria, que enseña
sin maestro a aprender y retener, 1380.
VILLALOBOS, Juan Bautista. Antonomia Juris Regni Hispaniarum, & Civiles, 1102.
VINNEN (VINNIUS), Arnoldo. Arnoldo Vinnii. Jurisprudentia sive partitionum juris
civiles libri quarttuor, 0871.
XIMENEZ, Sebastián. Concordantiae utrisque –Juris Civiles & canoni –legibus
Partitarium, 1110.
(…)
Anexo 2

Real Biblioteca de Santafe

LEGISTAS

Folio 65 V LEGISTAS A2
ABENDAÑO (Pedro) Respon. y de exeq. 2 tom. fol perg.o Salamanca 1569 no. 4.
AYALA (Baltasar) de Discip. Mili tom. 8 perg.o en Lobayna 1648 no. 1.
AILLON ( Juan) At Gomez. 1 tomo fol. perg. en Leon, en 1678.
AIORA (Antonio) de partir. 1 tomo fol. Perg.o en Madrid, en 1584 no. 4.
AFLICTIS (Mateo) Decis. 2 tomos 8 perg.o en Leon en 1552 no. 2 dup.do no. 1.
ALCIATO (Andrés) Sus obras 4 tom. fol. Vitela, en Basilea, en 1582 no. 1.
ALEXANDRO CONCILIA. 3 tom. fol. perg.o en Venecia, en 1590 no. 1.
ALEGACIONES. 39. tom. fol. perg.o impreso, y manuscrito, abajo.
ALLETA (Francisco) verdad defendida 1 tom. fol. perg.o no. 4.
AMATO (Antonio) Resolut. Var. 2 tom. fol. perg. en Parma, en 1634 no. 1.
ANDREUSI (Andrés) de Fuenda Pace, 1 tom. 4 perg.o en Roma, 1737 no. 4.
ANGELO (Aretino) Su obra. 1 tom. fol. perg.o en Augusta, en 1580 no. 2.


2
Inventario de la edición manuscrita de la Real Biblioteca de Santafé, elaborado por Manuel del Socorro
Rodríguez, como bibliotecario de la misma. La transcripción es nuestra y se ha hecho respetando la original.
Biblioteca Nacional de Colombia. Bogotá, 2008. citamos los apartes correspondientes a Legista y Canonista
citando el número de folio del manuscrito.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
307

YDEM, de Maleficios. 1 tomo 8 perg.o en leon, en 1532 no. 2.


ANGULO (Andrés) de Meliorat 1 tomo 4 perg.o en Madrid 1592 no. 1.
ACEVEDO (Alfonso) Curia Pisana 1 tomo 4 perg.o en Salamanca 1587 no. 1.
YDEM, concilia, y recopilación. 4 tom. fol. perg.o en Madrid 1612 no. 3.
ARETINO (Fran.co) Digesto, y código. 3 tom. fol. perg. en Leon, en 1538 no. 1.
AZON. Suma 1 tom. fol perg.o y otro 4 re. en Venecia, en 1571 no. 1 y 3.
YDEM, el Código 1 tomo fol. perg.o en Leon, en 155º no. 5 abajo.
ARGELO (Cesar) de Poses 2 tom. fol. perg.o en Venecia, en 1655 no. 5.
ACEVEDO (Alfonso) coment.s a las leyes de recopilac.n 2 tom. fol. perg.o no. 3.

Folio 66 R. LEGISTAS B.
BAEZA (Gaspar) su obra. 1 tomo fol. perg.o en Madrid en 1592 no. 1.
BALDO. Su obra 10 tom. fol. y 1 en 8 perg.o en Leon en 1541 no. 3 y 5.
BALMASEDA (Diego) de Colectis 1 tomo fol. perg.o en Madrid en 1683 no. 4.
BARBOSA (Pedro) Su obra 6 tom.fol pergamino, en Colonia, en 1737 no. 1.
YDEM, Soluto matrimonio. 1 tomo fol. perg.o en Madrid en 1595 no. 3.
BARTOLO, Su obra. 10 tom. fol. perg. en Leon, en 1567 no. 4 y 5.
BERTAQUINO ( Juan) Repertorio 4 tom. fol. perg.o en Leon 1546 no. 2.
BOVADILLA (Castillo) Politica 2 tom. fol. perg. en Barcelona.
BATANDIER (Claudio) praxis crim. 1 tom. 8 perg.o en Venecia, en 1567 no. 5.
BOLAÑOS ( Juan) Curia Philipica 1 tom. fol. perg.o en Madrid en 1657 no. 3.
BOHERIO (Nicolas) Decisiones 2 tom. 8 perg. En Leon en 1547 no. 5.
BONACOSA (Ipolito) Opiniones 1 tom 8 perg.o en Francfort en 1576 no. 4.
BORCHOLTEN ( Juan) In Instit. 2 tomos 4 perg. En Leon 1661 no. 4.
BORRELO (Camilo) Decis 1 tom. fol. perg.o en Venecia en 1672 no. 1.
BRANT (Sebastián) exposit. Titul. 1 tom. 8 perg.o en Leon en 1581 no. 1.
BRISONIO (Bernabé) Formulas 1 tom. fol. perg.o en 1583 no. 1.

Folio 66 V LEGISTAS C
CABALINO (Gaspar) de Evition 1 tom. 8 perg.o Venecia, en 1573 no. 1.
CALVO (Bernardino) Suma de fueros. 1 tom. 8 perg.o Zaragoza, 1589 no. 2.
CALDERON (Bartolome) Manual. 1 tom. 8 perg.o en Cadiz en 1598 no. 1.
CANTERA (Diego) Queso. Crim. 1 tom. fol. perg.o en Salamanca 1589 no. 2.
CANCERIO ( Jacovo) Var. Resol. 2 tom. fol. perg.o en Leon en 1644 no. 3.
CARRASCO (Fran.co) Su obra. 2 tom. fol. perg.o en Sevilla en 1620 no. 1.
CORRADO (Pirro) Praxis benefi. Y de dispen. 2 tom. fol. perg.o en Venecia
1671 no. 5.
CARLEVAL (Tomas) de Judicis 1 tom. fol. perg.o en Madrid, en 1656 no. 5.
CARTARIO (Flaminio) Decis 1 tom. 4 perg.o en Francfort en 1608 no. 5.
To ga d o s y L e t ra d o s
308

CASTEJON (Exidio) Alfabeto 2 tom. fol. perg.o en Leon en 1683 no. 1.


CASTRO (Allfonso) Leg. Penal. 1 tom. fol. perg.o, en Salamanca, en 1551 no. 4.
CASTRO (Paulo) Concilia. 2 tom. fol perg.o en Augusta en 1580 no. 4.
YDEM. Su obra 7 tom. fol. perg.o, en Leon en 1545 no. 4.
CASTILLO (D. Juan de) Su obra 8 tom. fol.perg.o en Leon, en 1667 no. 5.
CELSO (Dr.) Repertorio de las leyes 1 tom. fol. perg.o en Madrid 1546 no. 4.
CEVALLOS ( Jerónimo) de Violencia 1 tom. fol. perg. en Toledo, 1618 no. 4.
YDEM. Opiniones 1 tom. fol. perg.o en Salamanca, en 1613 no. 4.
CENCEO (Luis) de Censibus 1 tom. fol. perg. en Leon, 1547 no. 2.
CEPOLA (Bartolomé) Tratados varios 1 tom. 8 perg.o en Leon, 1547 no. 2.
CEDULAS, Y ORDENANZAS REALES PARA MEXICO 1 t. fol. perg. Mexico, 1563.
COSTA (Manuel) Comentarios. 1 tom. fol. perg.o en Salamanca 1569 no. 1.
CORTIADA (Miguel) Decisiones 2 tom. fol. perg. en Barcelona 1661 no. 1.
CORACIO ( Juan) Miscelanea 1 tom. 8 perg.o en Leon, en 1552 no. 1.
COLLANTES Pragmatica del trigo 1 tom. 4 perg.o en Valladolid 1605, no. 2.
CORDOBA (Antonio) Comentarios. 1 tom. folio perg. en Sevilla, en 1575 no. 4.
COQUIER (Erasmo) de Jurisdition 3 tom. 4 perg.o en Colonia, en 1624 no. 5.
CUERPO DE DERECHO CANONICO 9 tom. folio mayor pergamino, Leon en
1584 no. 3 (Tiene una nota que dice que no es derecho civil sino canónico
en el título).
CLARO ( Julio) Su obra. 1 tom. fol. perg.o en Camaraci, en 1616 no. 1
CRESPI (Cristóbal) Observaciones 1 tom. fol. perg.o en Leon en 1667 no. 2.
CHOPINO (Renato) de Dominio Francie 1 tom. 4 vecerra, Paris. 1574 no. 4.
CURIA FILIPICA 7 tom. f. no. 3.

Folio 67 R LEGISTAS D
DAZA (Bernardino) Instituta 1 tomo 8 pergo. en Madrid, en 1722 no. 1.
DECIO (Phelipe) de Regul. Jur. 2 tom. 8 rec. A y perg.o en Leon, en 1546 no.
1 y 5.
YDEM Concilia et in decret. 4 tom. fol. perg.o en Augusta, en 1579 no. 2 y abajo.
DIAZ (Bernardo) 2 tom. 8 perg. en Leon, en 1561 no. 2.
DINO Concil. Y de regul. 2 tom 8 pergamino, en Leon en 1552 no. 1 y 4.
DONELO ENUCLEADO. 8 tom. fol. perg.o en Antuerpia en 1642, no. 1.
DUARENO (Fran.co) tomo fol. y 1 en 8 perg.o en Francfort, en 1607 no. 5.
DURANDO (Guillermo) Speculum 1 tom. 4 perg. en León, en 1538 no. 3.

Folio 67 V LEGISTAS E
ESCAÑO (Fernando) de Testam 1 tomo fol. perg.o en Sevilla, en 1673 no. 4.
ESCOVAR ( Juan) de Novilitare 1 tom. fol. perg.o en Madrid, en 1632 no. 1.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
309

ESCOVAR (Fran.co) de Ratiocinis 1 tom. fol. perg. en Lerma en 1619 no. 4.


ESPINO (Diego) de testam 2 tom. fol. perg. sin lugar, ni año no. 5.
EVERARDO (Nicolas) Argum. Legales 2 tom. 8 perg. en Leon, en 1564 no. 2.
EXPEDIENTE DEL OBISPO DE CUENCA. 1 tom. fol. perg. Madrid, 1767 no. 1.

Folio 68 R LEGISTAS F
FABRO (Geronimo) de Protonot. 1 tom. 4 perg.o en Bolonia, en 1672 no. 2.
FABRO (Antonio) Decisiones de Savoya. 2 tom. fol. perg.o en Leon 1610 no. 1.
YDEM 8 tom. fol., y 5 en 4 perg.o en Colonia, en 1628 no. 2 y 3.
FARINACIO (Prospero) Su obra 18 tom. fol. perg. en Leon, en 1634 no. 2.
FERRA ( Juan) Practica papiense 1 tom. 4 perg.o en Leon en 1537 no. 3.
FOLERIO (Pedro) de Censos 1 tom. 4 perg.o sin lugar, ni año no. 2.
FUSARIO (Vizente) de Sustituciones 1 tom. fol. perg. en 1641 no. 1.
FRANQUIS (Vizente) Decis 1 tom. fol. perg.o en Augusta, en 1610 no. 5.
FRASO (D. Pedro) de Regio patronato 2 tom. fol. perg. Madrid, en 1679 no. 4.

Folio 68 V LEGISTAS G
GAITO ( Juan) de Credito 1 tom. fol. perg.o en Venecia en 1641 no. 3.
GARCIA ( Juan) de Novilitate 1 tom. fol. perg.o en Valladolid, en 1588 no. 2.
YDEM, de Spesis 1 tom. 4 perg. en Marpurgo en 1614 no. 2.
GENUENSE (Marco Antonio) de Eclesia 1 tom., 4 perg. en Leon, en 1622 no. 2.
GENUA (Nicolas) de Scritura privata. 1 tom. 4 perg.o sin lugar, ni año no. 3.
GIGANTE (Antonio) de Pensiones. 1 tomo 8 perg.o en Leon, en 1572 no. 2.
GIRONDA (Garcia) de Privilegios 1 tom. fol. perg.o en Madrid 1617 no. 4.
GIURRA (Maria) Decisiones 2 tom. fol. perg. en Genova, en 1645 no. 1.
GOMEZ ARIAS (Fern.do) Sobre las leyes de Toro. 1 tom. fol. perg.o sin lugar,
no. 1.
GOMEZ (Luis) Reglas de Carceleria. 1 tom. 8 perg.o en Leon, en 1575 no. 2.
GOMEZ (Antonio) Resol. var. y Leyes de Toro. 4 tom. fol. perg.o dup.da los dos
tom en Colonia, en 1622, y los otros en Antuerpia, en 1613 no. 3.
GONZALEZ (Geronimo) in reg. Cancel. 2 tom. fol. perg.o y rec.a. Roma 1615
no. 1 y 3.
GUACINO (Sebastián) Defensa de reos: 1 vol. fol. perg.o en Leon 1672 no. 1.
GUTIERREZ ( Juan) Su obra 11 tom. fol. perg.o en Salamanca 1617 no. 2.
GUIDO (Papa) Decisiones 1 tom 4 perg.o en Leon, en 1593 no. 2.
GUZMAN (Geronimo) Nove Veritatis. 1 tom fol. perg.o Madrid, 1665 no. 4.
GRACIANO (Estevan) Decis 1 tom. 4 perg.o en Colonia, en 1622 no. 3.
GRAMATICO (Tomas) Concilia. 1 tom. 8 perg.o en Leon, en 1541 no. 3.
GRIVALDO (Mateo) Modo de estudiar 1 tom. 8 perg.o en Leon, en 1541 no. 3.
To ga d o s y L e t ra d o s
310

Folio 69 R LEGISTAS H
HERCULANO (Fran.co) de caucione. 1 tomo 8 perg.o en Venecia, en 1571 no. 3.
HERMOSILLA (Gaspar) leyes de partida. 2 tom fol. perg.o, en Baeza 1634 no. 2.
HERINGIO ( Juan) de Molinos (?) 1 tom. 4 perg.o en Francfort, en 1663 no. 2.
HESABIBLOS (Prochiron) 1 tomo 8 pergo. Sin lugar, ni año no. 1.
HIPOLITO 1 tomo folio mayor, en Leon, en 1542, abajo.

Folio 69 V LEGISTAS Y
YNSTITUTA, de Justiniano. 1 tomo 8 perg.o, sin lugar, ni año no. 5.
YDEM, de Theofilo. 1 tomo 12 perg.o en Leon, en 1581 no. 1.

Folio 70 R LEGISTAS J
JASON, su obra. 7 tomos folio perg.o en Leon, en 1560 no. 5.
JUSTINIANO (Bernardo) de Cambios 1 tomo 4 papel, sin lugar, ni año no. 2.
JUICIO IMPARCIAL 1 tom. fol. papel, en Madrid, en 1768, no. 5.

Folio 70 V LEGISTAS L
LANCELOTO (Paulo) Ynstituta 1 tomo 12 perg.o en Leon, en 1614 no. 4.
LARREA ( Juan) Alegat. Fiscal. 1 tomo fol. perg.o en 1732 Leon, no. 3.
LASARTE (Ygnacio) de Alcavalas 1 tom. fol. perg. en Madrid 1599 no. 4.
LEON (Gomez) Información 1 tom. fol. perg. en Sevilla en 1564 no. 2.
LEON (Antonio) Prag. de tapadas. 1 tomo 4 perg.o en Madrid, en 1641 no. 2.
LOPEZ (Bula de la Cena, con Ledesma) 1 tomo fol. perg.o en Madrid, 1768
no. 5.
LEYES DE PARTIDA POR MONTALVO, 2 tom. fol. badana, sin lugar no. 1.
YDEM, por Gregorio Lopez, 5 tom. fol. perg.o en Valladolid, 1587, no. 1.
YDEM, por Berni, 4 tomos fol. vecerra, en Valencia, en 1767 no. 2.
YDEM, de recopilación de Castilla. 3 tomos fol. perg.o en Alcalá 1569 no. 4.
YDEM, con el cuaderno de añadidas. 4 tom. fol. perg.o Madrid 1640 no. 4.
YDEM, de Indias. 4 tomos fol. perg.o en Madrid, en 1681 no. 4.

Folio 71 R LEGISTAS M
MANTUA (Marcos) Singularia 1 tomo fol. perg.o en Leon, en 1570 no. 5.
MANTICA (Fran.co) de Congerutis 1 tomo fol. perg.o en Venecia 1587 y 1
tomo folio perg.o de Tacitis, en Roma, en 1609 no. 5.
MARANTA (Roverto) de ordine judit. 1 tomo 4 perg.o no. 4.
MANDOCIO (Quintiliano) Sobre las reglas de cancel.1 tom. f. perg.o sin lug.
(a) no. 1.
MARESCOTO (Ercules) Resolu. Var. 1 tomo fol. perg.o sin lugar, ni año
no. 1.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
311

MARFILIS (Ypolito) Comentaria. 2 tom. 8 perg.o en Leon, en 1531 no. 3.


MATIENZO ( Juan de) Sobre el 5º de la recopil. 1 tom. fol. perg. en Madrid 1
613 no. 5.
MATHEU (Lorenzo) de Ree Crimen. 1 tom. fol. perg.o en Leon, en 1676 no. 1.
MALGAREJO (Pedro) Practica 1 tomo 4 perg.o en Madrid, en 1689 no. 2.
MELO ( Juan) Addiciones á castillo 1 tom. fol. perg.o en Leon, en 1667, no. 4.
MEMORIAL DE D. LUIS BETANCUR, sobre que se prefieran los naturales de
las Yndias en las Prelacias. 1 tom. perg.o en Madrid, en 1637 no. 1.
MEMORIAL DE LA COMP. A contra el sr. Palafox, dup.do 2 tom. 4 perg.o no. 1.
YDEM, de Fr. Franc.o Sosa, con los capuchinos. 1 tom. 4 perg.o no. 1.
YDEM, sobre la concepción, por Garavito. 1 tom. 4 perg.o no. 1.
YDEM, de fr. Dionisio Camino sobre el provincialato de sn. Fran.co de esta
ciudad, 1 tom. fol. perg. o no. 1.
YDEM de fr. Ignacio Quesada sobre estudios, y universidades en Quito, 1 tomo
fol. perg.o en Madrid, en 1692 no. 1.
YDEM, de Araujo sobre Diezmos, carmelitas de Mexico. No. 2.
MENOQUIO ( Juan) su obra. 14 tom. y quado. fol. perg. en Francfort 1605 no. 4.
MENESES (Fernando) de regul. Juris, dup.do 2 tom. 4 perg. Salamanca 1666
no. 1.
MARANI (Guillermo) Opera 1 tom. fol. en Mastric, en 1741 no. 3.

Folio 71 V LEGISTAS N
NARBONA (Alfonso) orograf. Et in recopil. 2 tom. fol. perg.o en Toledo 1624
no. 5.
NAVARRO ( Juan) de Vectigal. 1 tomo 4 perg.o en Valencia, en 1587 no. 1.
NOALIS (Nicolas) de transmisión. 1 tomo 4 perg.o en Franfort 1626 no. 3
NOGUEROL (Pedro) Alegaciones 1 tom. fol. perg.o en Madrid, en 1656 no. 5.
NIGRO (Antonio) de laudemio 2 tom. fol. perg.o en Roma, en 1650 no. 1.

Folio 72 R LEGISTAS O
OLDRADO (Concilia) 1 tom. fol. perg. en Leon, en 1543 no. 5.
OLEA (Alfonso) con addicion. 2 tom. fol. perg.o en Madrid, en 1682 no. 2.
OTALORA ( Juan) de Nobilitare 1 tomo fol. perg.o en Salamanca, en 1559 no. 4.
OTERO (Antonio) de Pascuis 1 tomo fol. perg.o en Valladolid, en 1632 no. 2.
OROZ ( Jerónimo) 1 tomo fol. vecerra, en Leon, en 1733 no. 3.
ORDENANZAS DEL PERÚ 1 tom. fol. pergamino lima 1752 no. 1.

Folio 72 V LEGISTAS P
PADILLA (Antonio) Comentaria. 1 tom. fol. perg.o en Salamanca 1569 no. 3.
PANCIROLA (Guido) 2 tom. fol. y 1 en 4 perg.o en Venecia, en 1610 no. 5.
To ga d o s y L e t ra d o s
312

PARLADORIO ( Juan) cotidianas 1 tom. fol. perg.o en Salamanca 1595 no. 4.


PAREJA (Gabriel) de Ynstrum 1 tom. fol. perg. en Leon 1668 no. 4.
PASCAL (Felipe) de Patria pot. 1 tom. 4 perg. en Augusta, en 1619 no. 2.
PAZ (Cristoval) de tenuta. 1 tom. fol. perg. en Leon, en 1671 no. 4.
PEDROSA (Fernando) Comentaria 1 tomo 4 perg.o sin lugar no. 5.
PEREIRA (Gabriel) Decisiones 1 tom. fol. perg.o en Valladolid, 1626 no. 4.
PICHARDO (Antonio) Su obra 2 tom. fol., perg. en Genova, en 1657 no. 1.
PINELO (Arias) de Bon Mater. 1 tomo fol. perg. en Salamanca 1568 no. 4.
POSTIO (Luis) de subast. Et manut. 2 tom. fol. perg.o en Genova 1652 no. 1.

Folio 73 R JURISTAS G (La grafía de Q)


GUEES ( Juan Jorge) Yn Ynstitutum . 1 tom. 4 vec. en Lausana, 1765 no. 2.

Folio 73 V JURISTAS R
RAMIREZ ( Juan) Orden de santiago. 1 tomo fol. perg.o Burgos en 1599 no. 5.
REBARDO ( Jacovo) de usucap. 1 tom. 8 perg. en Antuerpia, en 1561 no. 1.
REBUFO (Pedro) de Poses. y concor. 2 tom. 4 y 8 perg.o en Leon, en 1576 no. 4.
REGLAS DE CANCELARIA 1 tomo 8 perg.o en Coimbra, en 1568 no. 3.
RETES ( Jose) opúsculos 1 tom. fol. perg.o en Salamanca, en 1658 no. 4.
RICCIO ( Juan) Colectanea 1 tomo 4 perg.o en Colonia, en 1620 no. 2.
RIPIA ( Juan) de rentas reales. 1 tom. fol. perg. en Madrid, en 1676 no. 4
RIVERA (Diego) Scrituras 1 tomo fol. perg. en Madrid, en 1596 no. 4.
RODRIGUEZ (Gaspar) de redit. 1 tomo fol. perg. sin lugar no. 1.
RODRIGUEZ (Amadeo) de testam. 1 tomo 4 perg.o en Madrid, en 1609 no. 5.
ROVERTO (Aurelio) de Rejudic 1 tomo 8 perg. en Colonia 1610 no. 5.
ROMERO (Fran.co) Llanto sagrado 1 tomo, 4 vecerra, en Milan, 1593 no. 5.
ROXAS (Ermenegildo) de incompat. 1 tomo fol. perg.o en leon, 1669 no. 5.
ROXAS ( Juan) de Sucesion. 1 tomo fol. perg.o en Salamanca 1581 no. 5.

Folio 74 R LEGISTAS 5
SALGADO (Fran.co) su obra 5 tom. fol. perg.o en Leon, en 1665 no. 5.
SALON DE PAZ (Marcos) Concil. y leyes de Toro 2 tom. fol. perg. Valladolid.
1568 no. 1 y 4.
SALON (Diego) Quest. Civ. 1 tom. 8 perg. en Medina, en 1576 no. 3.
SALZEDO (Pedro) de Leg. Pol. y examen. 3 tomos fol. perg. en Madrid 1678
no. 2.
SALZEDO (Geronimo) de Regim. Prim. 1 tom. fol. pergo. en Francfor 1655 no. 3.
SALZEDO (Ygnacio) Prat. Crim. 1 tomo fol. perg. en Alcalá, en 1587 no. 5.
SARMIENTO (Fran.co) Selecta 1 tom. fol. perg. en Antuerpia 1616 no. 5.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
313

SAIRO (Gregorio) Clave regia 1 tom. 4 perg. en Venecia, en 1613 no. 2.


SEGURA, Repeticiones. 1 tomo fol. perg. sin lugar, no. 4.
SILVA (Manuel) de Salarios 1 tomo fol. perg. en Salamanca 1655 no. 4.
SORVO (Geronimo) compendio 1 tomo 4 perg. en Colonia, en 1619 no. 3.
SOLORZANO (D. Juan) Sus obras 5 tom. fol. perg. en Madrid, en 1647 no. 3.
STAFILEO ( Juan) Spectativas 1 tomo 4 perg. en Venecia, en 1549 no. 1.
SUAREZ (Rodrigo) Comentaria 1 tomo fol. perg. en Salamanca 1556 no. 4.
SURDO ( Juan) de Alimentis 1 tomo fol. perg. en Leon, en 1603 no. 1.

Folio 74 V LEGISTAS T
TANCREDO, Orden judiciaria. 1 tomo 8 perg. en Leon, 1547 no. 3.
TARRAZA (Gregorio) Formul. 1 tomo 4 perg. en Palencia 1636 no. 2.
TELLO (Fernandez) Leyes de Toro. 1 tomo fol. perg. en Madrid. 1595 no. 4.
TIRAQUELO (Andres) 3 tom. fol. vec.a y 1 en 8 perg. en Francfort 1614 no. 5.
TONDURO (Pedro) 3 tom. fol. perg. en Leon, en 1657 no. 3.
TORNEO (Franc.co) Examen, y practica. 2 tom. 8 perg. en Alcalá, 1584 no. 2 y 4.
THESAURUS JURIS ROMANI 5 tom. fol. vec. en Leon, en 1725 no. 3.

Folio 75 R LEGISTAS V
VALENZUELA ( Juan) Concilia 1 tomo fol. perg. en Napoles, en 1618 no. 3.
YDEM, Contra venetos tomo 4 perg. en Valencia, en 1607 no. 3.
VELA ( Juan) de Poenis. 1 tom. 4 perg. en Salamanca en 1603 no. 2.
VELA ( Jose) Disertaciones 2 tom. fol perg. en Granada, en 1638 no. 5.
VELASCO (Gabriel) de Privil. Paup. 1 tom. fol. perg. en Madrid, en 1636 no. 3.
VEITIA ( Jose) Norte 1 tomo fol. perg. en Sevilla, en 1672 no. 3.
VILLALOVOS ( Juan) Antinomia 1 tom. fol. perg. en Salamanca, 1565 no. 1.
VILLAROEL (Diego) Practica 1 tomo 4 perg. en Madrid, en 1661 no. 1.
VILLAR (Ygnacio) Silva resp. 2 tom. fol. perg. en Madrid, en 1614 no. 2.
VIGLIO. Ynstituta en latín, y griego 2 tom. 8 perg. en Leon, en 1584 no. 2 y 5.
VINIO (Arnoldo) Ynstituta, y particiones 4 tom. 4 perg. en Venecia 1 625 no. 4.
VIVIANO ( Julian) de Jur. Patron. 2 tom. fol. perg. en Venecia, 1625 no. 4.
VOCABULARIO JURIS 3 tomos 8 perg. en Leon, en 1655 no. 2, 3 y 4.
VORVURG ( Juan) Enciclopedia 1 tom. 4 perg. en Francfort 1640 no. 3.

Folio 75 V LEGISTAS X
XIMENEZ (Sebastián) Concordancias. 2 tom. fol. perg. Toledo, en 1619 no. 1.

Folio 76 R LEGISTAS Z
ZEROLA (Tomas) Praxis 1 tomo. 8 perg. en Colonia, en 1618 no. 3.
To ga d o s y L e t ra d o s
314

CANONISTAS

Folio 54 CANONISTAS A
ABENDAÑO (Diego) Tesauro. 3, tom. fol. rec Antuerpia 1678 no. 5.
AGUSTIN (Antonio) Sus obras, 8, tomos, folio vecerra, en Luca en 1765,, a 1774
no. 2 ,, y su epitome 2, tom. fol. perg.o no. 3.
ALDERETE ( Jose) Alegación. 1, tom. a perg. c en Sevilla, en 1619 no. 3.
YDEM, de Religiosa disciplina. 2 tomos A perg. Dup. Sin lugar no. 1.
ALBERGINI (Fray Juan) Manual. 1 tom. en a perg. en Zaragoza 1671 no. 1.

Folio 54 R
ALEGACIÓN contra el s.or Almansa, 1 tom. fol. perg. o manuscrito no. 2.
YDEM, sobre doctrinas de Regulares. 1 tom. papel. en Lima 1619 no. 2.
ALAGONA (Pedro) Compendio. 1 tom. en 4 perg. o en Leon, en 1623 no. 3.
ALBERT (Miguel) Repertorio. 1 tom. fol. 4 perg. o en Valencia, en 1494 no. 3.
ALTECERRA (Antonio) De Parrochis. 1 tom. 4 perg.o en Tolosa, 1654 no. 1.
ALTAMIRANO (Baltasar) de Visita. 1 tom. 8 Perg.o en Sevilla, en 1581 no. 2.
AMIDENIO (Teodoro) de Stilo dat. 1 tomo fol. vitela, en Venecia 1654 no. 1.
ANDRES ( Juan) In Decret. 5 tom. fol. perg.o en Venecia, en 1612 no. 2.
ANDREUSI (Andres) Detuenda pace. 1 to, 4 peg.o en 1737 no. 5.
ANTONELO ( Juan) De Vigimini. 1 tom. 4 perg.o en Velerri, en 1650 no. 3.
ARCANGELO (Privilegios religiosos) 1 tom. 4 perg. veencia 1644 no. 5.
ARGUELLO (Gaspar) del sto. Oficio. 1 tom. fol. perg.o en Madrid, 1627 no. 2.
ARIAS ( Juan) Practica 1 tom. 4 perg.o en Madrid, en 1603 no. 1.
AUFRERIO (Estevan) Decisiones 1 tom. 8 perg. o en Leon, en 1538 no. 2.
AZPILCUETA (Martin) 5 tom. fol. m. y 1 menor en perg.o Colonia, 1616 no. 3.
YDEM, Concilia. 2 tom. en 4 perg.o en Roma, en 1602 no. 3.
AXENTINO (Accortis) Super Codicis 2 tomo folio perg.o no. 1 ariva.

Folio 54v CANONISTAS B


BAÑEZ (Domingo) De Just. 1 tom. fol. perg. en Salamanca 1594 no. 2.
BARBOSA (Agustin) 20 tom. fol. perg. en Leon, en 1658 no. 2 y 3.
BAUMGARTNEZ (Reynaldo) In Decret. 2 tom. 8, vitela, Monaqui 1751 no. 1.
BENEDICTO, 14, Anotaciones 2, tom. 4 perg.o en Bolonia, en 1740 no. 2.
YDEM, Bulario 2 tom. fol. vecerra, en Lugenburt 1752 no. 5 teologos.
YDEM, De Beatificatione, et canonizatione santorum. Bide Lambertini.
BINER ( Jose) Aparatos 3 tom. 4 vitela, en Augusta, en 1754 no. 3.
BERARDI (Carlos) 8 tom. 4 y 2 en 8 perg.o en Madrid, en 1774 no. 2.
BOIS (Renan) Bula Unigenitus 1 tom. 4 rec.a en Leon, en 1725 no. 4.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
315

BORDON (Fran.co) 3 tom. fol. perg.o en Leon, en 1665 no. 2.


BOSUET ( Jacobo) Defensa del Clero. 6 tom. 4 perg.o en Madrid 1771 no. 2.
BRAN (Sevastian) Titulos. 1 tomo 8 perg.o en Leon, en 1578 no. 3.
BULAS, y decretos varios. 1 tom. 4 perg.o no. 1.
BULAS, constituciones, y decretos. 1 tomo en 8 papel, en Leodi, 1700 no. 1.
BULARIO Magno de Lantusca, 5 tom. fol. perg.o en Leon, en 1673 no. 4.
YDEM, de Guerubino. 5 tom. fol. y 1 en 4 perg.o en Roma 1632 no. 5.
YDEM, de Urbano 8, 3 tom. fol. vitela, en Roma, en 1638 no. 4 y 5.
YDEM, desde Clemente, 10, hasta Benedicto 13, 3 tom. folio vitela, en
Luxemburt, en 1739 no.1, de moralistas.
YDEM, de la Merced. 1 tom. 4, sin forro, en Madrid, en 1636 no. 1.

Folio 55R CANONISTAS C


CABASUCIO ( Juan) Noticia concil. 1 tom. 8 perg.o en Leon, en 1668 no. 4.
YDEM. Praxis. 1 tomo, perg.o en Leon, en 1675 no. 5 dup. do. Al no. 5.
CALDERON (Fernando) De sano Consejo. 2t. fol. perg.o en Madrid 1715 no. 1.
CAMARGO (Geronimo) Respuesta 1tom en 4 perg.o en Madrid. 1636 no. 3.
CACHERANO (Obtabiano) Decisiones. 1 tom. 4 perg.o en Venecia 1570 no. 1.
CAMPANILI ( Juan) Diversorium 1 tom. fol. perg.o en Nápoles 1620 no. 1.
CAPICIO (Antonio) Decisiones. 1 tom. 8 perg.o en Leon, en 1555 no. 2.
CARENA (Cesar) de of. Inquis. 1 tom. fol. perg.o en Leon, en 1645 no. 1.
CARTILLA del Santo Oficio manuscrita. 1 tom. 4 perg.o no. 1.
CARRANZA (Bartolomé) Suma. 1 tom. 4 vecerra, Salamanca 1551 no. 3 y otro
en 16 pasta, en Castelbobo.
CASTELBORO (Sapi) Alegaciones 1 tom. 8 perg.o en 1532 no. 2.
CAZADOR (Guillermo) Decisiones 1 tom. 8 perg. o en Leon 1546 no. 1.
CENSURA Clero Galicani. 2 tom. 12 papel, en Paris, en 1700 no. 2.
CEREMONIAL de elección de Papa. 1 tom. 4 perg.o en Roma 1740 no. 3.
CHARLAS (Antonio) Iglesia Galicana 3 tom. 4 vitela Roma 1790 no. 2.
CIRONIO (Ignozencio) In Decretales. 1 tom. fol. perg.o en Tolosa, en 1645 no. 2.
CLERICATO ( Juan) 5 tom. 4 vitela, en Vencia, 1725 no. 3.
COVARRUBIAS (Diego) 5 tom. fol. 4 perg.o y 1 en rec. Salamanca 1572 no. 2
(este tiene el apellido tachado y una + al comienzo).
COHELIO ( Jacovo) noticia cardinalatus. 1 t. fol. perg. Roma 1653 no. 1.
COMENSE (Bernardo) Lucerna. 2 tom. 4 perg.o en Roma 1584 no. 3.
Comentaria de Revés Gestis 1 tom. 4 perg.o sin lugar no. 2.
CONTRERA (Antonio) de Donat 1 tom. 4 perg.o en Valladolid, no. 3.
CONCEPCIÓN (Fray Luis) De regulares 1 tom. fol. perg. Alcalá 1676 no. 1.
CONCILIO, con declaraciones. 2 tom. 8 perg.o en Antuerpia, 1644 no. 2.
To ga d o s y L e t ra d o s
316

CORRADO (Bartolomé) Bula Unigenitus 1 t. 4 vitela, 1764 no. 4.


CONSTITUCIONES de la Universidad de Lima, 1 tom. fol. perg.o no. 2.
YDEM de la de Salamanca. 1 tom. fol. perg.o en 1584 no. 4.
YDEM de la de Valladolid 1 tomo fol. perg. no. 2.
YDEM de la de Guatemala 1 tom. 4 perg. no. 2.
YDEM de san Pedro Martir su congregación 1 tom. 4 perg.o no. 1.
YDEM Sinodales de Albarracin 1 tom. 4 perg. Barcelona 1604 no. 3.
YDEM Sinodales de Caracas 1 tom. fol. perg. en Madrid, 1698 no. 3.
CORDOVA (Antonio) Regla de Sn. Fran.co 1 tom. 4 perg.o Madrid 1616 no. 5.
CRIMER (Fernando) 4 tom. Fol vecerra. En Augusta, en 1706 no. 1.
CUERPO del Derecho 8 tom. Fol. Vitela, en Leon, en 1575 no. 3 y 4.
CUPERS (Rudolfo) de Eclesial. 1 tom. 4 perg.o en Venecia 1568 no. 1.
CONSTITUCIONES de Pontifices. 1 tomo 4 perg. Flavio Vrige 1583 no. 2.

Folio 56 r CANONISTAS D
DAOIS (Estevan) Yndize 2 tom. fol. perg.o en Burgos, 1623 no. 2.
DECISIONES Congregat. Concilii 1 tomo 4. perg. En Colonia 1611 no. 5.
DELBENE (Tomas) de Ofi. Ynquis. 2 tom. Fol. Perg.o en Leon, 1666 no. 1.
DELGADO (Fray Antonio) Arancel de Prleados 2 t. 8 perg.o Toledo 1598 no. 1.
DONATO ( Jacinto) Practica regular. 4 tom. fol. perg.o en Colonia 1675 no. 2.
DURANDO (Guillermo) Speculu. 3 tom. fol. perg.o, en Leon, 1545 no. 1

Folio 56 v CANONISTAS E
EINERICO (Nicolas) Directo. 1 tom. fol. perg.o en Venecia 1607 no. 1 dup.do.
ESCOVAR ( Juan) De Viroque foro 1 tom. fol. perg.o Cordova. 1642 no. 2.
ESCOVAR (Alfonso) Fuero escolar. 1 tom. 4 perg.o en Madrid. 1643 no. 5.

Folio 57 r CANONISTAS F
FAGNANO (Prospero) de Probabili 1 tom. (vec.a. Bruselas), en 1667 no. 4.
FARIA (Diego) ad Covarrubias. 1 tomo fol. perg.o en Leon, en 1676 no. 2.
FELINO in Decretales 4 tom folio maior perg.o en leon, en 1561 no. 2.
FERRARIS (Fray Lucio) Biblioteca 8 tom. fol. Vitela, en Roma, 1767 no. 2.
FERMOSINO (Nicolas) 2 tom. fol. perg.o en Leon en 1657 no. 3.
FERRIERE (Claudio) Novelas 2 tom. 4 vecerra, en Paris, en 1688 no. 4.
FILGUERAS (Manuel) Lucerna. 1 tomo 4 perg.o en Madrid, en 168º no. 2.
FORMULARIO de Notarios. 1 tomo, 8 perg.o en Venecia, en 1526 no. 1.

Folio 57 v CANONISTAS G
GAMBA (Pedro) de inunit. 1 tomo 4 perg.o en Leon 1622 no. 1 dup.do al 3.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
317

GARCIA (Nicolas) de Beneficius. 1 tomo fol. vec.a en Genova, en 1658 no. 5.


GIBALINO ( Jose) Su obra. 7 tom. fol. Vitela, en Leon, en 1657 no. 5.
YDEM 3 tom. 4 perg.o en Leon, en 1648 no. 3.
GIGANTE (Geronimo) depensionibus 1 tom. 8 perg.o en Colonia 1619 no. 1.
GOMEZ (Luis) in 6, Decret. 1, tomo en 8, en Leon, en 1546 no. 2.
GRAFIS ( Jacobo) 5, tom. 4 perg.o en Venecia, en 1612 no. 2.
GRASIS (Carlos) de Clericato 1 tomo fol. perg.o en Parma, en 1617 no. 3.
GUTIERRES ( Juan) Canonicurum cuestiones 1 tom. folio pergamino no. 1.

Folio 58r CANONISTAS H


HOSTIENSE (Cardenal) Suma. 1 tomo 4 pergo. Leon, 1537 no. 5.
HARPRECTI ( Juan) su obra 2 tomos folio pergamino, no. 1.

Folio 58v CANONISTAS Y


YERMO ( José) defensa 1 tomo fol. perg.o en Madrid, en 1719 no. 1.
YNMOLA (Alexandro) 5 tom. fol. perg. en Leon, en 1519.
YNNOZENCIO 4 in Decretales. 1 tomo. fol. perg.o en Venecia 1606 no. 2.

Folio 59 r CANONISTAS J
JUSTO Lipso cibiles Doctria tom 4. becerra Antuerpia, no. 1

Folio 59v CANONISTAS L


LABORIO ( Julio) Lucubrat. 1 tomo fol. perg.o en Roma, en 1629 no. 3.
LAMBERTINO (Prospero) de Beat. 4 tom fol. perg.o en Bolonia 1734 no. 2.
LANCELOTO (Roberto) de Atentat. 1 tom. fol. perg. en Venecia, en 1612 no. 1.
LANCELOTO ( Juan) Ynstitut. 1 tomo fol. vitela, en Venecia, en 1703 no. 1.
LARA (Alonso) de Capel. 2 tom. fol. perg.o en Madrid, en 1622 no. 2.
YDEM. De vita hominis. 1 tomo fol. perg.o en Valladolid, en 1619 no. 2.
LEON (Fran.co) Tesoro. 1 tomo 4 perg.o en Roma, en 1616 no. 2.
LEOTARDO (Onorato) de Vsuriis. 1 tomo fol. perg.o en Leon en 1662
no. 3.
LESIO (Leonardo) de Just. 1 tomo fol. Vecerra, en Paris, en 1606 no. 3.
LEURENIO (Pedro) 4 tom. fol. Vitela, en Venecia, en 1729 no. 4.
LEZANA ( Juan) 4 tom. fol. perg.o en Leon, en 1656 no. 3.
LLAGAS (Fray Juan) Apologetico. 1 tomo 12 perg.o en Lisvoa, en 1630 no. 2.
LOTERIO (Melchor) de Beneficis. 1 tomo fol. perg.o en Leon, en 1637 no. 1.
LUCA (Cardenal) su obra 12 tomos fol. Vecerra. en Colonia 1689 no. 4 y 5.
LUPO (Ygnacio) Edicto de Ynquisition 1 tomo fol. perg.o en Bergamo 1640
no. 1.
To ga d o s y L e t ra d o s
318

Folio 59 CANONISTAS M
MADRIGAL (Alonso) 1 tomo 4 perg. en Nápoles, en 1616 no. 1.
MAURO (Pirro) de Solution 1 tomo 8 perg. en Franfort en 1631 no. 1.
MANTUA (Marcos) Equilibrio 1 tomo 8 perg.o en Roma, en 1615 no. 1.
MANUSCRITO canonico 1 tomo folio pergamino no. 3.
MARANTA (Roverto) de ord. Judit 1 tomo 8 perg.o en Leon, en 1567 no. 2.
MARSILIS (Fray Pedro) Yn Trident. 1 tomo 4 perg. en Valladolid, en 1618 no. 2.
MENA (Flores de) Practica 1 tomo fol. perg. en Franfort en 1605 no. 1.
MEDRANO (Diego) de Consenso 1 tomo 4 Vecerra, en Leon, en 1609 no. 3.
MENDO (Andres) de Jur: acad. 1 tomo fol. perg.o en Salamanca 1665 no. 1.
MEMORIAL de Misiones de la China. 1 tomo 4 perg. no. 3.
YDEM del primado de la Yglesia de Sevilla 1 tomo fol. perg.o no. 3.
MIRANDA (Fray Luis) Directorio 1 tomo fol. perg.o en Salamanca 1615 no.1
dup.do al 2.
MIÑANO (Fran.co) Basis pont1 tomo fol. perg.o en Madrid, en 1674 no. 1.
MONETA ( Juan) Tratados, 1 tomo 8 perg. en Colonia, en 1620 no. 1.
MONTALVO ( Juan) 1 tomo 4 perg. manuscrito no. 5.
MONTENEGRO (Alonso) Párroco 1 tom. fol. perg.o en Madrid, en 1742 no. 1.
MOSTAZO (Fran.co) de causiis piis 2 tom. fol. perg. en Leon, em 1685 no. 2.
MURILLO (Pedro) Curso canonico 2 tom fol perg.o en Madrid, 1742 no. 1.

Folio 60 v CANONISTAS N
NEVISANCIO ( Juan) Silva 1 tomo 8 perg. en Leon, 1572 no. 1.
NOVARIO ( Juan) de Electione 2 tom. fol. perg.o Nápoles, en 1638 no. 1.
NOVI LIVUS (Daniel) Controversias. 2 tom. 4 perg.o en Sena, en 1654 no. 1.

Folio 61 r CANONISTAS O
OLIVA (Feliciano) de Foro Ecle. 1 tomo fol. perg.o en Coimbra 1849 no. 3.
OLIVERA (Luis) de Mujer. Provisor. 1 tomo 4 perg.o en Valladolid 1670 no. 5.
OTALORA ( Juan) de Yrregul. 1 tomo 4 perg. en Salamanca, 1654 no. 1.

Folio 61v CANONISTAS P


PALEOTO (Cardenal) de Sacro Concit. 1, tomo 4 perg.o en Venecia, en 1596
no. 3.
PARRAGA (Gabriel) defensa. 1 tomo 4 perg. o en Madrid, en 1690 no. 3.
PARAMO (Luis) Defensa de Inquisición, 1, tomo 4 perg. Madrid 1594 no. 3.
PANORMITANO (Abad) 9, tom. Fol. Mayor perg. o en Leon, en 1524 no. 3 y 10
tomos fol. Mayor Ydem. Abajo.
(videlá vil) PAREJA ( Juan de Provocation). 1 tomo 4 perg.o en Salamanca, en
1620 no. 3.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
319

PAZ JORDAN ( Juan) Elucubrat. 3, tom. fol. Vitela, en Pavia, en 1650 no. 1.
PAZ (fray Juan) Consultas. 1 tomo folio perg.o en Sevilla, en 1687 no. 1.
PEIRINIS (Lorenzo) Const. Apostol. 1 tomo fol. Perg. en Sevilla, en 1687 no. 1.
PEREIRA (Benedicto) Palas Togat. 1 tomo 4 perg. en Evora, en 1636 no. 1.
PEKIO (Pedro) de regul. Jur. 1 tomo 4 perg.o en Helms tadii, 1588 no. 1.
PICLER (Vito) 2 tom. fol. perg.o y 5 tom. 8 Vecerra, en Venecia, en 1750 no.
3 y 4.
PIGNATELLI ( Jacovo) 9 tomos fol. perg.o en Cosmopoli, en 1711 no. 1.
PIRING (Enrrico) Curso canon. 4, tom. fol. Vecerra, en Dilinga, en 1674 no. 5.

Folio 62 recto CANONISTAS Q


GUARANTA (Estevan) Suma Bul. 1 tom. 4 perg. o en Venecia, en 1622 no. 1.

Folio 62 r CANNONSTAS R
REBUFO (Pedro) Praxis, y de Verb. Sig. 2 tom. fol. perg.o, en Leon 1581 no. 1.
REIFENTEUL (Anacleto) Curso, y suma. 5, tom. fol. Vitela, en Reyno sobre
todo Reyno. 1, tomo 8 papel, en Roma, en 1661 no. 2.
RICIO ( Juan) Practica. 1, tomo 4 perg. o en Franfort en 1662 no. 2.
RODRIGUEZ (Fray Man.L) Queso.s y Bulas. 4 tom. fol. perg.o en Salamanca
1604 no. 2 y 3.
ROSA (Tomas) de Executo. 1, tomo folio perg.o en Roma, en 1666 no. 3.
ROSELA Suma, 1, tomo 8, vecerra, sin lugar, ni año no. 1.

Folio 63 r CANONISTAS S
SALELES (Sevastian) del Tribu. De la Ynquisit. Su Obra duplicada, de a dos
tomos folio perg.o en Roma, en 1653 no. 1.
SCORCIA ( Juan Baptista) In Select. Constiti. S 1 tomo 4 perg.o en Leon, en
1625 no. 1.
SANTARELO (Antonio) Var. Resol. 1 tomo 4 perg. o en Roma, en 1625 no. 1.
SALAZAR (Pedro) de Vso et quensuetudine. 1, tomo fol. perg.o Madrid 1579
no. 3.
SALZEDO (Francisco) Curia eclesiastica. 1, tomo 4 perg. en Madrid, 1624 no. 1.
SEGURA (Nicolas) defensa canonica, que contiene otros papeles. 1, tomo folio
perg.o no. 2.
SOUSA (Fray Anto.) Aforismos de Ynquisidores. 1, tomo 8 perg.o en Turnoni.
1603 no. 1.
SOCINO (Mariano) Coment. 1, tomo fol. Perg. perg.o en Augusta, en 1579 no. 1.
SOLL (Antonio) Tratado canonico. 1 tomo fol. Vitela, sin lugar, ni año no. 5.
SCHMALZGRUEBER (Fran.co) Curso canonico 7 tom. 4 Vecerra, en Dilinga
1719 no. 5.
To ga d o s y L e t ra d o s
320

Folio 64 r CANONISTAS T
TAMBURINO (Ascanio) de Jure Abatum. 1 tomo fol. perg.o en Roma, en 1629
no. 1 aviva.
TAPIA (Carlos) In leg. Fin. 1, tomo 4 perg. o en Nápoles, en 1586 no. 3.
TOMASINO (Luis) Discipli. Ecle. Y Disert. 4 tom. fol. Vecerra, en Leon 1706 no. 2.
TORREQUEMADA ( Juan) Summa Eclesiastica 1, tomo fol. perg.o Salamanca
1560 no. 1.
TURRIANO (Fran.co) Ac. Eclesial. 1 tomo. 4 perg.o en Colonia, en 1574 no. 1.
TUSCO (Cardenal) Su obra. 8 tom. fol. perg.o en Francfort, en 161 no. 3.
TRATADO de Indulgencias. 1, tomo 8 vitela, en Venecia, en 1723 no. 2.
TRATADO del Derecho de la Reyna Christianissima, a la Corona de España. 1
tomo 8º Vecerra, en Paris, en 1667 no. 4.

Folio 64 r CANONISTAS V
VANSPEN (Segezo Bernardo) su obra 5 tom. fol. perg.o en Venecia. 1769 no. 2.
VEGA (D. Feliciano de) Reelecciones. 1 tomo fol. perg.o, en Lima, en 1633 no. 2.
VELA (D. Jose) del Ausilio Secular. 1 tomo 4 perg.o en Granada, en 1635 no. 2.
VIESTNER ( Jacobo) 2, tom. 4 maior Vecerra, sobre las Decret. Monaqui. 1706 no. 4.
VILLAROEL (Fr. Gaspar) Gov. o eclesiastico. 2, tom. fol. perg.o en Madrid, en
1657 no. 2 (esta practica a bajo).
VRBINA (ntonio) Praxis ecles. 1 tomo fol. perg. o en Valladolid, en 1640 no. 1.
VRRITIGOITI (Diego Frances de) Pastoral de Regulares. 1 tomo fol. perg.o
Leon 1655 no. 1.
YDEM. de Competencias, y fuero de Conciencia. 2 tom. fol. perg.o en Zaragoza
1651 no. 3.

Folio vacío CANONISTAS X

Folio 65 r CANONISTAS Z
ZAPATA (Fray Juan) de Just. Distrib. 1 tomo 8 perg.o en Valladolid 1609 no. 1.
ZEQUIO (Lelio) de Repub. Ecles. 1 tomo 8 perg.o en Leon, en 1601 no. 1.
ZEROLA (Tomas) Praxis. 1, tomo 4 perg. o en Leon, en 1607 no. 1.
ZIPEO (Fran.co) Jus Pontifitium. 1 tom. 8, perg.o Colonia en 1624 no. 1.

POLÍTICOS

Politicos al no. 9 de los predicables

Folio 155 POLITICOS A


ALAFARO. (Fr. Gregorio) Gobierno Eclesiastico. 1 tomo 4 perg. en Alcalá, en
1604 no. 9.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
321

ALBORNOZ (dr. Diego) Cartilla política. 2 tomos 8 perg. en Madrid, en 1665


no. 9.
ANPHITEATRO sagrado. 1 tomo 4 perg. en Cordoba, en 1728.

Folio 155 POLITICOS B (Sigue en la misma página)


BELARMINO (Roberto) de Oficiis principis. 1 tomo 8 perg. en Colonia, en
1619 no. 9.
BOCARDI (Miguel) El secretario francés. 1 tomo 8 perg. en Milan, en 1725
no. 9.
BRADO (d. Marcos) Espejo de la juventud. 1 tomo folio perg. en Madrid, en
1674 no. 9.
BRANCALAZO ( Juan Ant.o) filosofía Regia, 1 tomo 4 perg. en Nápoles, en
1609 no. 9.
BRUYERE (M. de la) Caracteres de Teofrasto. 2 tomos 8 vec. En Amsterdan, en
1708 no. 9.

Folio 155v POLÍTICOS C


CAZA, Y CETRERIA. 1 tomo 4 pergamino, sin lugar, ni año, no. 9.
CERBANTES (Miguel de) Vida de Dn. Quixote. 2 tomos 4 perg. en Madrid, en
1741 no. 9.
CONTZEN (Adan) Política. 1 tomo folio vecerra, en magunia, en 1621 no. 9.
CODORNIU (Antonio) filosofia Moral. 1 tomo 4 perg. en Genova, en 1746
no. 9.
CHEAREAU (Monsieur) Obras. 1 tomo 8º. Vecerra, en la Aya, en 1697 no. 9.
CLEMENTE (Claudio) maquiabelismo degollado. 1 tomo 4 perg. en Alcalá, en
1637 no. 9.
CLEANDRO, Y EUDOSIO a las cartas provinciales. 1 tomo 8º. Vec en Puteois,
en 1695 no. 9.
CLEMENTE (Claudio) Disertación sobre el maquiabelismo, 1 tomo en 4 perg.
en Madrid, en 1636 no. 9.
Diálogos del perfecto medico. 1 tomo 4 perg. en Salamanca, en 1595 no. 9.

Folio 156 r POLITICOS E


EXIDIO romano, de regimini principum. 1 tomo folio perg. en Venecia, en 1621
no. 9.
El ministro de estado en Ytaliano. 1 tomo 4 perg. en Venecia, en 1647 no. 9
ESPINOSA (dn. Felis de) Ocios Morales. 1 tomo 4 perg. en Zaragoza, en 1693.

Folio 156 POLITICOS F


FEYJOO (Sr. Benito Jerónimo) Vide vidas (sin más datos).
To ga d o s y L e t ra d o s
322

Folio 156 v POLITICOS G


GARAU (Francisco) Maximas. 1 tomo 4 perg. en Madrid, en 1709 no. 9.
GOMEZ (Cosme) Leon prodigioso. 1 tomo 4 perg. sin lugar, ni año no. 9.
GONGORA (Luis de) Soledades por salzedo. 1 tomo 4 perg. sin lugar, ni año
no. 9.
GUEVARA (dn. Antonio) Sobre Marco Aurelio, 1 tomo 4 perg. en Madrid, en
1651 no. 9.
YDEM, Epistolas familiares. 1 tomo 8º. Vecerra. No. 9.
YDEM, Menosprecio de Corte, y alabanza de Aldea. 1 tomo 8. vit. En Milan,
en 1752 no. 9.
GRACIAN (Diego) Morales de Plutarco. 1 tomo folio perg. en Salamanca, en
1571 no. 9.

POLITICOS H
HUARTE ( Juan) Examen de Yngenios. 1 tomo 4 perg. en Madrid, en 1668 no. 9.

POLITICOS Y
INSTRUCCIÓN para un joben principe. 1 tomo 8º. perg. vec. En Leon, en 1701
no. 9.

POLITICOS J (NO REGISTRA)

Folio 157 verso POLITICOS L


LAINES (sr. Jose) El Pribado Christiano. 1 tomo folio perg. en Madrid, en 1641
no. 9.
LA juventud triunfante. 1 tomo 4 perg. en Salamanca, en 1746 no. 9.
LOPEZ (Mateo) de Rege 1 tomo 8º. Perg. en Madrid, en 1616 no. 9.
YDEM (Diego) Sobre Anciano. 1 tomo 4 perg. en Naxera, en 1615 no. 9.
LOPEZ (Diego) Morales de Valerio Maximo. 1 tomo 4 perg. en Madrid, en
1647 no. 9.

POLITICOS M
MARCO AURELIO. Relox de principes 1 tomo folio perg. en Sevilla, en 1534
no. 9.
MARQUEZ (sr. Juan) El governador Christiano. 1 tomo folio perg. en Amberes,
en 1664 no. 9.
MARZELAER (Federico) Su obra. 1 tomo 4 perg. en Antuerpia, en 1626 no. 9.
MENOQUIO ( Juan) estudios Eruditos. 1 tomo 8º perg. en Madrid, 1735 no. 9.
Miscelanea. 1 tomo 8º. perg. en Roma, sin año no. 9.
MORALES de Plutarco. 1 tomo 8º. Pergamino, en Leon, en 1551 no. 9.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
323

MIRALLES, (dn. Gines de) Escuela de Daniel, 1 tomo 4 perg. en Madrid, en


1730 no. 9.
YDEM, Carta. 1 tomo 4 pergamino en Madrid, en 1625 no. 9.
Nacimiento de Gomez Arias.1 tomo 4 perg. sin lug. ni año no. 9.
NIEREMBERG ( Juan Eusevio) Manual de Principrd. 1 tomo 4 perg. en Madrid
1629 no. 9.
YDEM, Theo politico. 1 tomo 8º. Pergamino, en Antuerpia, en 1641 no. 9.
NOIDENS (Benito) Historia del Dios Momio. 1 tomo 4 perg. en Madrid, en
1666 no. 9.
NUÑEZ de Cepeda (Fran.co) Empresas sacras. 2 tomos 4m. per. y vec. En Leon
1687 no. 9.

POLITICOS O
ORTEGA (Geronimo) de Reges institutote 1 tomo 8º. Vec. en Colonia, en 1572
no. 9.
OSORIO (Geronimo) Discursos politicos. 1 tomo 8º. Perg. en Madrid, en 1647
no. 9.

Folio 158 v POLITICOS P


PATRICIO (Francisco) de Reyno. 1 tomo 4 perg. en Madrid, en 1591 no. 9.
PEREZ (Antonio) Relaciones de su vida. 2 tomos 4 y el otro perg. París 1598
no. 9.
PEREIRA (Benito) Palas Togadas. 1 tomo 4 perg. en Evora, en 1636 no. 9.
PINTO (Andres) Filatelia 1 tomo 8º. Vecerra, en Leon, en 1647 no. 9.
PORTOCARRERO (dn. Pedro) Teatro monarquico. 1 tomo fol. vecerra, en
Madrid 1700 no. 9.
POSEVINO (Antonio) contra maquiabelo. 1 tomo 8º. perg. en Leon, en 1593 no. 9.
PUFFENDORFF (Varon de) Introducción a la historia general, y politica. 7
tomos 8º. Mayor papel, en Amsterdan, en 1732 no. 9.

POLITICOS Q
QUEVEDO (dn. Francisco de) sus Obras. 5 tom. 4 perg. en Madrid, en 1656 no. 9.

Folio 159 r POLITICOS R


Republica, y Politica Cristiana 1 tomo, 8 perg. sin lugar, ni año, no. 9.
RICHELIEU (el cardenal de) Testamento politico 1 tomo, 8 vec. En Amsterdan
1708, no. 9.

POLITICOS S
SAAVEDRA (dn. Diego) Empresas politicas 2 tomos 4 el uno en Amsterdan, en
1655, y el otro en Valencia, en 1660 no. 9.
To ga d o s y L e t ra d o s
324

SENECA por Justo lipssio. 1 tomo folio vitela, en Antuerpia, en 1632 no. 9.
SEÑERI (Paulo) Sobre las cartas al provincial. 2 tomos 4 perg. en Madrid, en
1697 no. 9.
SERRE el secretario á la moda. 1 tomo 12 perg. en Ruan, en 1685 no. 9.

POLITICOS T
TESAURO (Manuel) Philosophia Moral 1 tomo 4 perg. en Madrid, sin año no. 9.
YDEM, Ydem, ydem
TORRES ( Juan) Filosofia Moral de Principes. 1 tomo folio pergamino, en
Burgos, en 1602 no. 9.
Tratado de la Amistad. 1 tomo 8 Vecerra, en París, en 1703 no. 9.

POLITICOS V
VALDECEBRO (f. Andrés de) el templo de la fama. 1 tomo 4 perg. en Madrid
1 680 no. 9.
VARGAS ( Juan) Manual de avisos 1 tomo 4 Vandana, manuscrito no. 9.
VELAZQUEZ ( Juan) Arde de memoria. 1 tomo 4 perg. sin lugar, ni año, no. 9.
VIECIO (Nicolas) de Republica 1 tomo 4 perg. en Antuerpia, en 1556 no. 9.
VILLAMEDIANA (El conde de) obras 1 tomo 4 perg. en Madrid, en 1634 no. 9.

POLITICOS U
UGARTE (Dn. Francisco) Origen de los goviernos. 1 tomo 4 perg. en Madrid
1 655 no. 9.
URRETA (Alonso) Dias de jardin 1 tomo 4 perg. en Madrid, en 1619 no. 9.
Anexo 3

Biblioteca del Colegio Mayor


de Nuestra Señora del Rosario

ARCHIVO HISTÓRICO COLONIAL3


Catálogo general

TEOLOGICA DOGMÁTICA
SOTO O.P., Fr. Dominicus de. De Natura et Gratia. De ratione tegendi et
detergendi secretum. Salmanticae, imp. Ildefonso a Neyla et Io. B. a Terranova,
1574 / 7 vols prima ed.
SOTO O.P., Fr. Dominicus de- In quartum sententiarum commentarii. Tomus
secundus. Methynae a Campo, imp. Francisci a canto, 1581, vol. I.
SUAREZ, S. J. FRANCISCUS- Theologiae Summa, doubus tomis digesta.
Coloniae, 1732 vol. 2 semptibus Fratrum de Tournes.
SUAREZ, S. J. FRANCISCUS- Commentaria ac Disputationes in primam partem
Divi Thomas, de Deo uno & trino. Moguntiae, imp. Balthas. Lipii, 1607.
SUAREZ, S. J. FRANCISCUS- Ad primam secundae D. Thomas Lugduni, imp.
Cardon, 1628, vol. I prima ed.

3
Transcripción del Catálogo General de libros del fondo antiguo de la Biblioteca Colegio Mayor de Nuestra
Señora del Rosario, Bogotá, 2009. El catálogo corresponde a un trabajo de clasificación moderna elaborada
por la universidad y para este estudio se toma con las divisiones que ellos tienen para textos tanto de derecho
canónico como de derecho civil, por áreas.
To ga d o s y L e t ra d o s
326

SUAREZ, S. J. FRANCISCUS- Partis secundae Sumae Theologicae Tomus alter,


completes tractatum secundum de opere sex dierum ac tertiun de anima.
Lugdini, imp. Gabrielis Bolstar, 1635 vol. Secunda ed.
SUAREZ, S. J. FRANCISCUS- Comentariorum ac disputationum in tertiam
partem D. Thomae, tomi quinque. Moguntiae, imp. Balthas, Lipii, 1617
postrema ed.
SUAREZ, S. J. FRANCISCUS- Commentariorum ac disputationum in tertiam
partem D. Thomae, Tomus secundus 1529. expensis Joannis de Sarria.

TEOLÓGICA MORAL
ARAGONIUS, FR.PETRUS DE- De justitia at jure. Salmanticae imp. Guill.
Foquel, 1590.
ARAUXO, O.P., FRANCISCUS DE- Decisiones morales ad statum ecclesiaticum
et civiles pertinente. Lugdini, imp. Borde & Arnaud, 1664. Ed. Prima
BAÑEZ, DOMINICUS. O.P. De justitia et jure, decisiones. Salmaticae, imp. Fratr.
Renaut, 1594 lessius, S.J., Leonardus. De Justitia et Iure. Libri IV.Venetiis,
imp. Bonifaz, Viezzeri, 1734 novisima ed.
MOLINA, S.J. LUDOVICUS- De justitia et Jure, Opera Omnia. Coloniae Allorbr.
Imp. Frat. De Tournes, 1759 vols. 3 novissima ed.
MOLINA, S.J. LUDOVICUS- De Iustitia et Iure. Moguntiaesumptibus Arnoldo
Mylii, 1502 vol. 3.
ROMERO, MIGUEL ANDRÉS, medico y abogado. El vicio disfrazado. Madrid,
1725, vol. 1.
SOTO SEGOBIENSIS. DR. DOMINICUS. De Iustitia et Iure. Libri decem.
Salmanticae, vol. I
SOTO, F. DOMINICUS. De Iustitia et Jure. Methymnae, vol. I
SOTO, F. DOMINICUS. De Iustitia et Jure. Libri decem. Salmanticae. Imp. Ioa.
Bap.a Terranova, 1568 vol. I.
SOTO, F. DOMINICUS. De Iustitia et Jure. Salmanticae. Bap. A Terranova, 1571
vol. I.
SOTO, F. DOMINICUS. De Iustitia & Iure. Methymnae a Campi, imp.
Franciscus a Canto, 1580. Expensas Benedicto Boyeri.
SUAREZ. S.J. FRANCISCUS. Tractatus de legibus, in decem libros. Bruxellis.
Imp. Ioan. Keerbergius, 1612, vol. 1.

POLÍTICA
CABRERA, S. J., JUAN DE- Crisis política determina el más florido imperio y la
mejor institución de Principes y Ministros. Madrid, imp. F. de Huerta, 1719,
vol I, págs. 770.
SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DE- Emblemata centum, regio politica.
Matriti, imp. Domin. Garciae, 1653.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
327

SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DE- Emblemata. Vol. I, págs. 602 y 61.


SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DE- De indiarum Iure, tomus alter, sive de
justa Indiarum occidentalium gubernatione. Madrid, imp. Francia. Martínez,
1639, vol. I, págs. 1706.
SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DE- Disputationes de Indiarum
Occidentalium Inquisitione, acquisitione et retentione. Madrid, imp. Garciae
Morras, 1653, vol. I. págs. 606.
SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DEE- De indiarum iure. Lugduni, imp.
Lau. Anisson, 1672, vol. I, págs. 438 y 64.
SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DE- Obras póstumas. (Escritos de causas
fiscales). Zaragoza, imp. Diego Dormer, 1676, vol. I, págs. 711.
SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DE- Política Indiana, Gobierno municipal
de las Indias Occidentales. Madrid, imp. Diego Díaz, 1698, vol. I, págs. 1040.
SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DE- Política Indiana. Madrid, imp.
Matheo Sacristas, 1739, vol. I, págs. 458. Tercera edición.
SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DE- Política indiana, tomo 2º. Madrid,
imp. Gabriel Ramírez, 1739, vol. I, págs. 704.
SOLORZANO PEREIRA, IOANNES DE- Política indiana. Descubrimiento,
descripción, adquisición y gobierno, etc. Madrid, imp. Real de la Gazeta,
1776, vols. 2, págs. 438 y 654.

DERECHO CONSTITUCIONAL
Manifestación de las máximas de Francia, escritas a la luz de la verdad y
presentadas al Parlamento de París, Zaragoza, imp. Diego Dormer, 1684, vol.
I, págs. 23.
TOBAR VALDERRAMA, DIEGO DE- Instituciones políticas: al Principe de
las Españas y Nuevo Mundo. Madrid, imp. Catalina de Barrio, 1645, vol. I,
págs. 207.

DERECHO ADMINISTRATIVO
AVENDAÑO, I.C., PETRUS NUNIUS DE- De exequendis mandatos Regué
Hispaniae. Salmanticae, imp. Io. de Canova, 1554, vol. I, págs. 146 y 32.
BALLESTEROS, TOMÁS D E- Tomo primero de las ordenanzas del Perú por
don Melchor de Navarra, y de la Bula de Benedicto XIV estableciendo
el tribunal de la Santa Cruzada. Lima, imp. Fco. Sobrino, 1752, vol. I,
págs. 339.

DERECHO PENAL
BAIARDUS, IOANNES BAPTISTA- Additiones et annotationes ad Julii Clari
Lib. V. sententias, sive practica criminalis. Parmae, imp Erasmi Viothi, 1603,
vol. I, págs. 256.
To ga d o s y L e t ra d o s
328

BAYARDUS, I. C., IOANNES BAPTISTA- additions ad Julii Clari receptarum


sententiarum sive practica criminalis. Lugduni, imp. Antonii de Harsy, 1609,
vol, I, págs. 313.
CAROCIUS TUDERTINUS, VINCENTIUS- Tractatus diversi; De minore in
delictis excusando, de re furtive penes tertium reperta, etc. Venteéis, imp.
Sessas, 1603, vol. I, págs. 127.
CAVALCANUS, I. C. HORTENSIUS- de Brachio regio, seu de libera potestate
Judicis Supremi in causis criminalibus, et de Balia judicandi, Mantuve, imp.
Francisci Osannae, 1603, vol. I, págs. 863 y 313.
DECIANUS, TIBERIUS- Tractatus criminalis duobus tomis distinctus.
Francofurti, imp. Ioannis Bringeri, 1623, vol. I, págs. 474 y 419.
DECIANUS, TIBERIUS I.U.D.- Tractatus criminalis, tomus secundus, Venteéis,
1590, vol. I, págs. 311.
FARINACIUS, I.C. PROSPERUS- Opera omnia, Praxis criminalis, L. s. Decis. S.
Rotae, etc. Duaca et Lugduni, imp. Wyon, Cardon, Keerbergii (Antuerpiae),
1616/20, vols. 14.
GIURBA, I.C. MARIUS- Concilia seu decisiones criminales. Coloniae
Allobrogum, imp. Samuelis Crispín, 1645, vol. I, págs. 630.
GUTIÉRREZ, IOANNES- Praxis criminalis, civiles et canonica. Salmanticae,
imp. Didaci Cursii, 1632, vol. I, págs. 436.
LÓPEZ DE CUÉLLAR Y VEGA, JUAN- Tratado jurídico, político, practico de
indultos. Pamplona, 1690, vol. I, págs. 312.
MATTHAEU ET SANZ, LAURENTIUS- Tractatus de Re criminali. Lugduni,
imp. Anisson & Posuel, 1686, vol. I, págs. 576.
PEGUERA, LUDOVICUS A.- Liber quastionum criminalium. Barcinonae, imp.
Hubert, Gotart, 1585, vol. I, págs. 98.
SABELLI, MARC´ ANTONIO- Practica Universale delle principali leggi, bandi,
statute, etc, maxime criminali nelli satati del Ser. Duca di Toscaza. Venecia,
imp. Pablo Bagioni, 1707, vol. I, págs. 403.
VELA ET ACUNNIA, JOANNES- Tractatus de poenis delictorum. Salmanticae
imp. Antonia Ramírez, 1603, vol. I, págs. 234 y 73. Segunda ed.
ZILETTVS, IOANNES BAPTISTA, U.I.D.- Consiliorum sive responsorum ad
causas ex jurisconsultis veteribus et novis. Venetiis, imp. Francisci Ziletii,
1582/79.

DERECHO CIVIL
ACEBEDO, ALPHONSUS DE- Opera, commentarii iuris civiles in regias
constitutiones, tomo I a IV. Lugduni, imp. Fratres de Vile, 1737, vols. 2, págs.
775 y 946.
ACEBEDO, ALPHONSUS DE- Commentarii iuris civiles in Hispaniae
constitutiones, tous tertius et quartus. Lugduni, imp. Fratres deVille, 1737,
vol. I, págs. 471 y 304.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
329

AFFLICTUS, MATHAEUS DE- Decisiones Neapolitanae antiquae. Francofurti,


imp. Martín Lechler, 1573, vol. I, págs. 498. Ed. Impensis Sigismundi
Fereyabend.
ALCITUS, ANDREAS- Paradoxum ad Pratum, Disputationum, In tres libros
codicis, De eo quod interest, Praetermissorum, Declamatio, Addita responda
Marii Salomonii Alberticii. Lugduni imp. Iacobi Myt. 1532, vol. 1, págs. 88.
ALFONSO, EL REY DON- Las siete Partidas, reimpresas por el tenor de la
edición de Salamanca del año de 1555, por D. Joseph Berni y catalá; glosadas
por D. Gregorio López. Valencia, imp. Benito Monfort, 1767, vols. 3. Ed. De
Benito Monfort.
ALONSO EL SABIO, DON- Fuero Real de España, glosado por el egregio Dr
Alfonso de Montalvo; adicionado con las Siete Partidas y leyes del Reyno.
1543, vol. I, págs. 263.
ALFONSO EL SABIO, D.- Fuero Real de España, glosado por el Dr. Alfonso
Díaz de Montalvo y adicionado con las Siete partidas y leyes del Reino.
Burgos, imp. Juan de Junta, 1533, vol. I, págs. 263.
ALVAREZ DE VELASCO, GABRIEL- Tractatus de privilegiis Pauperum et
miserabilum personarum. Martritii, imp. Ildephonsi Martin, 1630, vol. I, págs.
180 y 45.
AMAYA, FRANCISCUS DE I.C.- In tres posteriores libros Codicis commentarii
Collegii Maioris Conchesis, Tomus primus. Lugduni, imp. Brost, 1639, vol.
I, págs. 605.
AMAYA, FRANCISCUS DE I.C.- In tres posteriores libros codicis imperatoris
Iutiniani Commentarii, tomus I. Coloniae Allogrogum, 1655, vol. I, págs.
457 y 15.
ANGUIANO, CHRISTOPHORUS DE- tractatus de legibus et constitutionibus
Principum & aliorum judicum Ordinariorium, tomus I. Granatae, imp. P. de
la Cuesta. 1620, vol. I, págs. 552.
ANGULO, ANDREAS- Commentaria ad leges meliorationum. Madrid, imp.
Ludovici Sanctii, 1592, vol. I, págs. 695.
ANNAEUS ROBERTUS AURELIUS- Rerum judicatarum libri quatuor. Parisiis,
imp. Mettayer & Huillier, 1602, vol. I, págs. 204 y 130. Quarta ed.
ARGELUS, CAESAR- De legitimo contradictore ad legem C. de edit. Div.
Adrian. Tollend. Venteéis, imp. Berthanorum, 1655, vol. I págs. 236.
AVILES, FRANCISCUS DE- Nova diligens ac perutilis expositio legum
Praetorum ac Judicum Hispaniae. Salmanticae, imp. Dominici a Portonariis,
1571, vol. I, págs. 314.
AVILES, FRANCISCUS DE- Nova diligens ac perutilis expositio legum
Praetorum ac Iudicum regni Hispaniae. Madrita, imp. Petri madrigal, 1597,
vol. I, págs. 314.
AYERVE DE AYORA, ANTONIUS- Tractatus de Partitionibus bonorum
communium inter conjuges, parentes, et librero, etc. Colloniae Allobrogum,
imp. Fr. De Tournes, 1756, vol. I págs. 532.
To ga d o s y L e t ra d o s
330

AYLLON LAYNEZ, IOANNES DE- Ilustraciones, sive additiones ad varias


resoluciones Antonii Gomezzi. Sevilla, imp. Bernar. Navarro, 1654, vol. I,
págs. 331.
AZPILCUETA NAVARRI, MARTINUS- commentarius resolutorius de usuris.
Vol. I, págs. 66.
BEATIUS, GASPAR- Opera Omia. De non meliorandis ratione dotis filiabas,
de Inope debitore, creditori addicendo, et de Decima tutori Hispanico iure
paestanda. Madritii, imp. Ludovico Sánchez, 1592, vol. I, págs. 307. Ed.
Impensis Francisci de Robles.
BEATIUS (BAECA), GASPAR- De non meliorandis dotis ratione filiabas.
Granatae, imp. Hugonis a Mena, 1566, vol. I, págs. 172.
BEATIUS (BAECA), GASPAR)- De non meliorandis filiabas dotis ratione, in qua
supra centum huius legis limitaciones continentur. Granatae, imp.Hugonis a
mena, 1566, vol. I, págs. 172.
BALDUS DE PERUSIO- Opus aureum super fendis cum additionibus D.
Andreae Barbaciae necnon aliorum clarissimorum doctorum. Venteéis, imp.
Phillipi Pincio, 1572.
BALDUS, UBALDUS PERUSINUS- In I/V Libros Codiis, adnotationibus
Alexandri imolensis, Andreae Barbatiae, Celso Phillippi, Decii, etc. Venetiis,
imp. Iac.Iuntae, 1572, vol. I, págs. 274 y 245.
BALDUS, UBALDUS PERUSINUS- Tractatus varii de inventarii beneficio.
Augustae Taurinorum, imp. Io. D. tarini, 1612, vol. I, págs. 498.
BALDUS, UBALDUS PERUSINUS- Commentaria in Digestum Novem.
Accessit tractatus de Pactis et de constituto. Venteéis, imp. Iac. Juntae, 1572,
vol. I, págs. 163 ed. novissima.
BALDUS PERUSINUS, Io. ANGELUS- Super Codice et in authenticorum volumen
commentaria. Venteéis, 1582, vol. I, págs. 10 a 279 y 39. En mal estado.
BALDUS, UBALDUS PERUSINUS- Super toto Codice, additionibus Io.
Francisci de Musaplis, et cum apostillis Alexandri de Imola, A. barbatiae et
Celso Burgundi. Lugduni, imp. Ioannis Moylin, 1526, vol. 3, cum repertorio
ac lectura super toto codice.
BALDUS, NOVELLUS ET IOANES CAMPEZIUS- Tractatus de Dote. Lugduni,
imp. Ioannis Morlyn, 1527, vol. I, págs. 126.
BARBOSA I.C., AUGUSTINUS- Tractatus varii, De axiamatibus, appellative
verborum utrisque Juris significatione, etc. Lugduni, imp. Arnaud & Borde,
1650/76, vols. 2, págs. 818 y 684.
BARBOSA, U.J.D. PETRUS- De matrimonio et pluribus aliis, in Tit. ff. Soluto
matrimonio. Coloniae Allobrogum, imp. Pellissarii, 1737, vol. 2, págs. 596 y
519. Nova ed. Cui accedunt Decisiones S. Rotae.
BARBOSA LUSITANUS, PETRUS- Commentariorum ad interpretationem Tit.
Soluto Matrimonio quemadmodum dos petatur; tomus II, Madrid. Imp.
Lud. Sánchez, 1595, vol. I, págs. 958.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
331

BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Commentaria in primam Infortiati partem


D. Petri Pauli Cardinales additionibus illustrata. Lugduni, imp. Thomas
Bertelli, 1547, vol. I, págs. 202.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- In secundam Infortiati partem Praclectiones.
Lugduni. Imp. Iac. Et Io. Senatoniorum, 1546, vol. I, págs. 190.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Prima et secunda pars Commentariorum
super Infortiato. Lugduni, imp. Sebastián Griphis, vols. 2, págs. 197 y 188.
BARTOLUS DE SAXOFERRATOO- Commentaria in primam Digesti Novi
partem D. Petri Pauli Parissii Cardinales additionibus ilustrata. Lugduni,
imp. Thomas Bertelli, 1547, vol. I, págs. 180.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- In primam et secundam Digesti veteris
partem Commentaria, adnotationibus, Alex barb. Seissell, Pom, Nicelli et
aliorum. Augustae taurinorum, imp. N. Beailaquae, 1577, vols. 2, 198 y 160.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Prima et secunda Infortiati partem
raelectiones. Lugduni, imp. Iac. Et Io. Senatoniorum, 1546, vol. Págs. 190.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Commentaria in primam Digesti Novi
partem D. Petri Pauli Parissii Cardinales additionibus. Lugduni, imp. Thomas
Bertelli, 1547, vol. I, págs. 180.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- In primam et secundam Digesti veteris
partem Commentaria, adnotationibus, Alex Barb. Seissell, Pom, Nicelli et
aliorum. Augustae Taurinorum, imp. N. Beuilaquae, 1577, vol. 2, págs. 198
y 160.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- In primam et secundam Digesti veteris partem
Commentaria, adnotationibus, Alex Barb. Seissell, Pom, Nicelli et aliorum.
Augustae Taurinorum, imp. N. Beuilaquae, 1577, vol. 2, págs. 180 y 254.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Secunda pars Commentariorum super
Digesto Novo. Lugduni, imp. Sebastián Griphis, 1527, (firma de Fray
Cristóbal).
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Secunda pars Commentariorum super
Digesto Veteri. Lugduni, imp. Sebastián Griphis, 1527, vol. 1, págs. 158.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- In primam et secundam Codicis partem
commentaria. Augustae Taurinorum, imp. Nicolai Beulaquae, 1557, vol. I,
págs. 187 y 125.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- In tres Codicis libros Commentaria.
Augustae Taurinorum, imp. Nicolai Beuilaquae, 1577, vol. I, págs. 58.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Prima et secunda pars Commentariorum
super Codice. Lugduni, imp. Sebastián Griphis, 1527, vols. 2, págs. 195 y 128.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- In treis Codicis libros Praelectiones.
Lugduni, imp. Iac. de Io. Senetonum, 1546, vol. I, págs. 69.
BARTOLUS DE SAXOFERRATOO- In primam et secundam partem Codicis
Praelectiones. Lugduni, imp. Iac. Et Io. Senetoniorum, 1546, vol. 2, págs.
195 y 126.
To ga d o s y L e t ra d o s
332

BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Commentaria in primam Codicis partem, D.


Petri pauli Parissi Cardinales additionibus illustrata. Lugduni, imp. Thomas
Berthelii, 1547, vol. I, págs. 213.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Concilia, Tractatus et Cuestiones. Lugduni,
imp. Sebastián Griphis, 1527, vol. I, págs. 153.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- Repertorim singularium materiarum super
Lectura Bartola. Lugduni, imp. Sebastián Griphis, 1527, vol. I.
BARTOLUS DE SAXOFERRATO- In authentic. Opus Praelectiones. Lugduni,
imp. Iac. Et IO. Senetoniorum, 1546, vol. I, págs. 62.
BELLONIUS, NICOLAUS- Intitutionum Incubrationes. Basileae, 1544, vol. I,
págs. 426.
BELLONIUS, NICOLAUS- Resolutiones arrestorum, liber XIII, XXIV. De
feudis, fide, homacio et commisso. De accusationibus, instigationibus et
denuntiationibus; vol. I, págs. de 435 a 766.
BERTACHINUS FIRMANUS, JOANNES- Repertorii pars secunda, tertia et
quarta, exquibus legume studiosus in causis difficilioribus haud vulgarem
sentict fructum. Lugduni, imp. Thomae Bartheau, 1546, vols. 3.
BERTAZZOLIUS, BARHOLOMEUS- Consultationes sive response in civilibus
controversies emissa. Francofurti, imp. Platheniana, 1603, vol. I, págs. 514.
BONAVOGLIA, IOANNES FRANCISCUS ET J.A. RICCIUS- Additiones novae
ad Jasonis Mayni super secundam Codicis partem. Venettis, imp. Iac. Iuntae,
1622, vol. I, págs. 26 y 6.
CABEDO, I.C., GEORGIUS DE- Practicarum observationum sive Decisionum
supreme Senatus Regni Lusitaniae, partes duae, Antuerpiae, imp. Io.
Keerbergii, 1620, vol. 1, págs. 230 y 234.
CAEPOLLA, BARTHOLOMEUS- Tractatus varri; De servilutibus, de
usucapione, de simulatione, de paean furum et latronum, de cautelis, de
actione redhibitoria, etc. Taurini, imp. Io. Dom. Taran, 1613, vol. I, págs. 967.
CALDAS PEREYRA ET CASTRO, FRANCISCUS- De universo Iure
Enphyteutico. Francofurti, imp. Zachartiae Paltheanii, 1612, vol. I, págs. 978.
CALDAS PEREYRA Y CASTRO, FRANCISCUS- Analyticus Commentarius
sive ad Typum instrumenti Emptionis et Venditionis tractatus (Cum duplice
indice). Francofurti, imp. Hartamanni Baltheoni, 1619, vol. I, págs. 474.
Sumptibushaeredum Zachariae Palthenii.
CALDERA, EDUARDUS I.C.- De erroribus Pragmaticarum. libri IV. Martriti,
imp. Cosmae Delgadi, 1612, vol. I, págs. 55.
CALDERA J.C., EDUARDUS- Variarum lectionum libri IV de erroribus
Pragmaticarum, Matriti, imp. Cosmae Delgadi, 1612, vol. I, págs. 120.
CAPONIUS I.C., JULIUS- Tractatus de Dote, Coloniae Allogrog., imp. M.M.
Bousquet, 1733, vol. I, págs. 208, Nova ed.
CAPONIUS I.C., JULIUS- Controversiarum Forensisum utriusque Juris et Fori.
Coloniae Allobrogum, imp. M.M. Bousquet, 1732, vol. I, págs. 437. Ed. Nova.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
333

CAPONIUS I.C., JULIUS- Tratatus de pactis et stipulationibus. Coloniae


Allobrogum, imp. M.M. Bousquet, 1732, vol. I, págs. 502. Ed. Nova.
CAPYCIUS, ANTONIUS- Decisiones Neapolitanae novae. Francofurti, imp.
Martín Lechler, 1573, vol. I, págs. 498. Impensis Sigismundi Fereyabend.
CAPYCIUS LATRO, HECTOR- Consultationum iuris selectiorum et
obserbationes Carola de Luca. Coloniae Allobrog, imp. Perachon & Cramer,
1728, vol. I, págs. 485, Tomus I.
CARRANZA, ALPHONSUS- Disputatio de vera naturales et legitimi partus
designatione. Matritti, imp. Francisci Martínez, 1628, vol. I, págs. 684 y 68.
CARLEVALIUS, THOMAS- Disputationes Juris variae ad interpretationem
legum regiarum Regni Castellae. Matriti, imp. Regis, 1656, vol. I, págs. 428
y 323. Ed. Tertia.
CARLEVALIUS, THOMAS- De judiciis disputationes juris variae. Lugduni,
imp. Laurent, Anisson, 1668, vol. I, págs. de 217 a 308 y 220.
CARRASCO, FRANCISCUS- interpretation ad leges recopilationis regni
Castellae. Hispali, imp. Hieronymi Contreras, 1620, vol. I, págs. 198.
CARRASCO DEL SAZ, FRANCISCUS- Opera pristine nitori restituta ab autoris
filio D. Joseph Carrasco. Interpretatio ad aliquas leges Regni Castellae.
Matriti, imp. Julián de Paredes, 1648, vol. I, págs. 421.
CASANTE I. D., LUDOVICUS DE- Consiliorum sive responsorum. Vol.
Primum. Caesaraugustae, imp. Lauayen & larumbe, 1606, vol. I., págs. 914.
CASTELLUS, DIDACUS- Aurea glosa super leges Tauri (Las leyes de Toro
glosadas) Salmanaticae, imp. Joannis Junatae, 1544, vol. I, págs. 226. Ed. Prima.
CASTELLUS, DIDACUS- Aurea glosa, commentaria super leges Tauri.
Salmanticae, imp. Joannis Juantae, 1544, vol. I, págs. 226, Ed. Prima.
CASTILLO SOTOMAYOR, JOANNES DEL. Quotidianarum controversiarum
Juris, liber tertius. Madrita, imp. Alphonsu M. de Balboa, 1611, vol. I, págs.
440. Expensas Alphonsi Pérez bibliopolae.
CASTRO, PAULUS DE- In primam et secundam partem Digesti veteris, Francisci
Curtii aliorumque adnotationibus. Lugduni, 1544, vols. 2, págs. 172 y 129.
CASTRO, PAULUS DE- In primam et secundam partem Digesti veteris praelectiones.
Lugduni, imp. Fratr. Senetoniurum, 1548, vols. 2, págs. 226 y 174.
CASTRO, PAULUS DE- Avenionicae in Digestum vetus et novum praelectiones.
Lugduni, imp. Frater. Senetoriorum, 1544, vol. I, págs. 90. Ad candentes
Salamandrae insigne.
CASTRO, PAULUS DE- Avenionicae in Digestum vetus et novum praelectiones.
Lugduni, 1544, vol. I, págs. 94.
CASTRO, PAULUS DE- Prima et secunda pars super Digesto novo
elegabtissimus Francisci de Curte apostillis et additionibus. Ac Repertorium
super commentaria. Lugduni, imp. Sebastián Gryphis, 1527, vol. 2 págs. 92.
CASTRO, PAULUS DE- Prima et secunda pars super Digesti novi Francisci de
Curtii aliorumque adnotationibus. Lugduni, 1544, vol. I, págs. 83 y 98.
To ga d o s y L e t ra d o s
334

CASTRO, PAULUS DE- In primam et secundam Digesti novi partem


Praelectiones, Francisci Curtii adnotationibus illustrata. Lugduni, imp. Fratr.
Senetoniorum, 1548, vol. I, págs. 138 y 116. Ad. Candentis Salamandrae
insigne.
CASTRO, PAULUS DE- In primam et secondam aprtem Codicis commentaria,
cum apostillis Francisci Curtii et Bernardini de Landriano sumariis. Lugduni.
Imp. Sebastián Gryphis, 1527, vols. 2, págs. 214 y 153.
CASTRO, PAULUS DE- In primam et secundam Codicis partem Praelectiones,
Francisci Curtii adnotationibus illustrata. Lugduni, imp. Fratr. Senetoniorum,
1548, vol. 2, págs. 285 y 184. Ad. Candentis Salamandrae insigne.
CASTRO, PAULUS DE- Prima et secunda pars super infortiato. Vol. I, págs. 13
a 100.
CASTRO, PAULUS DE- Index Juris, studiosis commoditati non exiguae futurus.
Lugduni, imp. Fratr. Senetoriarum, 1548, Ad. Candentis Salamandrae
insigne.
CASTRO, PAULUS DE- Repertorium sententiarum ac rerum quas in
Praelectionibus in Jus Universum tradidit. Lugduni.
CAVALCANUS, BORGNINUS- Decisiones Fori Fivizanens, aliorum que
insigniarum locorum peregrinae et amabiles. Papiae, imp. Hieronymi Bortoli,
1581, vol. I, págs. 1268. Prima Ed.
CEVALLOS, HIERONYMUS DE- Speculum aureum opinionum communium
contra comunes. Antuerpiae, imp. Io. Keerbergii, 1623, vol. I, págs. 223 y 192.
Tomi I et II.
CARLINUS CARPENSIS, Io. BAPTISTA- Controversiarum forensium
Iudiciorum ( incipit fol. 361), vol. I, págs. 187.
CLARUS, I.C. JULIUS- Sententiarum receptarum opera omnia . Lugduni, imp.
Antonii de Harsy, 1608, vol. I, págs. 159 y 292.
CLEMENTINUS, ASCANIUS- Tractatus de patria potestate. Francofurti,
imp.Nicolai Bassee, 1573, vol. I, págs. 203. Ed. expensas Hieronymi
Feyerabend.
CORBULUS, I.C. AURELIUS- De jure Emphyteutico in quo continentur cusae
quipus Emphyteuta jure suo privatur. Coloniae Agripinae, imp. Ioannis
Gymnici, 1588, vol. I, págs. 636. Secunda ed. Apud Ioannem Gymnicum,
sub Monocerote, cum privilegio Caesr, Maiest.
CORNAZZANO, BARNABBAS- Decisionum novissimarum Rotae Lucensis
centuriae duae. Francofurti, 1600, vol. I, págs. 256 y 297.
CORTIADA, MICHAEL DE- Decisiones Senatus Cathaloniae, in IV tomos.
Venteéis, imp. Balleoniana, 1727, vol. 3.
CORRASIUS, IOANNES- Tractatus varii de inventarii beneficio. Augustae
Taurinorum, imp. Io. D. Tarini, 1612, vol. I, págs. 498.
COSTA, EMMANUEL- Omnia quae estant in jus canonicum et civile Opera.
Lugduni, imp. P.H. Phillip. Thinghi, 1584, vol. I, págs. 646.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
335

COSTA, IOANNES BAPTISTA- De judiciis theoricopraxis, hoc est, omnibus


tam in foro quam in Scholis necessaries tractatus. Venetiis, imp. Iac. A.
Somaschi. Prima Ed.
COVARRUBIAS A LEYVA, DIDACUS- Variarum ex jure pontificio et Caesareo
resolutions libri quator, et practicarum questionum liber unus. Granatae,
1552, vol. I, págs. 593.
CUIACIUS, I.C. IACOBUS- TOTA Opera corpus Iuris, tomus, II, III et IV,
Lugduni, imp. Io. Phillehotii, 1614, vols. 3.
CUIACIUS, I.C. IACOBUS- Operum tomus IV, in Papiniani libros. Lugduni,
imp. Phillehotti, 1606, vol. I, págs. 2064.
CYRIACUS, FRANCISCUS NIGER I.C.- Controversiarum forensium liber I et
II. Venetiis, imp. Thomae Iuntae, 1694, vols. 2, págs. 784 y 769.
CYRIACUS, FRANCISCUS NIGER I.C.- Controversiarum forensium liber IV.
Genevae, imp. Samuelis Choeuet, 1644, vol. I, págs. 436. Ed. Opera Antonni
Mariae Bertoli I.C.
CHASSENAEUS, BARTHOLOMEUS- Consuetudines Ducatus Burgendiae
fereque totius Galliae. Lugduni, imp. Antonii Vicentii, 1552, vol. I, págs.
1528. Excudebat Michael Sylvius.
DAOVS PAMPILONENSIS, STEPHANUS- Index luris civilis non solum ea
quea in glosis sed et textuum omnium verso sensus continens. Tomus VI.
Lugduni, imp. Cardon & Cavellat, 1627, vols. 2. ed. Novissima.
DECIUS MEDIOLANENSIS, PHILLIPUS- In digestum vetus, et codicem commen-
taria. Augustae Taurinorum, imp. Nicolai Beuilaquae, 1575, vol. I, págs. 278.
DECIUS MEDIOLANENSIS, PHILLIPUS- Consiliorum sive responsorum.
Adnotationibus Nicolai Antonii Gravatii, Tomus II. Augustae Taurinorum,
imp. Nicolai Beuilaquae, 1579, vol. I págs. 253. ed. Novissima.
DIAZ DE MONTALVO, ALFONSUS- Commentus super Foro regali (Fuero real
de España), 1543, vol. I, págs. 263.
DONELLUS, HUGO- Commentaria de Iure civili, XXVIII libri. Vol. I, págs.
1460. En mal estado.
DURÁN, PAULUS- Tractatus de conditionibus, et modis impossibilibus, et jure
prohibitis. Palmae Balearum, imp. Granel. Guasp., 1612, vol. I, pág. 110.
DURANDUS, GUILIELMUS- Speculum aureum, de integra rest., de iudiciis, de
plus petitionibus, de causa post. Et propr. & Vpl.I, págs. 48 a 216.
DURANDUS, GUILIELMUS- Speculum Juris, cum Io. And. Baldi de Ubaldis
aliorumque Iuris theorematibus pars secunda, terta et quarta. Venteéis, 1585,
vol. I, págs. 930 y 522. Ed. Denuo Repurgata.
DURANDUS, GUILIELMUS- Tertia et quarta para Specu.cum additionibus
Ioannis Andreae et Balde; novissime autem cum additionibus Ioannis
Andreae et Balde, novissime autem cum additionibus Henrici Ferrandat
Nivernensis. Lugduni, imp. Iacobi Racon, 1520, vol. I, págs. 184. ed. Última,
novissie in lucem edita.
To ga d o s y L e t ra d o s
336

Epitomes, D. Justiniano Instituciones. Santae Fidei (manuscrito), 1767, vol. I,


págs. 82 y 13.
FABRI, JOANNIS- Super Instituciones Justiniano. Lugdini, imp. Francisci
Fradini, 1534, vol. I, págs. 138. Impensis Hugonis de Porta.
FACHINEUS, ANDREAS J.C.- Controversiarum juris libri decem, quipus
cuestiones praccipauac judiciales, contractarum, ultimarum voluntatum,
feudales, criminales et alia miscellaneae discutiuntur. Venteéis, imp. Juntae,
1619, vol. I, págs. 1372 y 329. ed. secunda in Italia.
FELINUS, SANDEUS- Concilia seu responsa, Lugduni, imp. Jac. Juntae Haered,
1532, vol. I, págs. 68.
FERNANDEZ, TELLO- Prima pars commentariorum in Constitutiones
Taurinas. Granatae, imp. Hogo. a Mena, 1566, vol. I, págs. 246.
FERNANDEZ, TELLO- Prima pars commentariorum in primas triginta et
octo leges Tauri. Matriti, imp. Ludovico Sánchez, 1595, vol. I, págs. 245. Ed.
secunda.
FLOREZ DIAZ DE MENA, BLASISUS- Lucubraciones in decisiones in
supremo Lusitaniae FENATU olim decretas et per Ant. A Gamma digestas.
Vallisoleti, imp. Joann. De Milis, 1599, vol. I, págs. 68 y 46. Expensas Martín
de Cordova.
FONTANELLA I.C., JOANNES PETRUS- De pactis nuptiarum sive capitulis
matromonialibus tractatus. Barciononae, imp. Laurent Deu, 1612, vol. I, págs.
374 y 4. Expensas Michaelis Menescal.
FREISLEBEN (FERROMANTANUS), CHRISTOPHOR.HENR- Corpus juris
civiles academicum. Coloniae, imp Emman. Thurnicii, 1748, vols. 2. págs.
1789 y 1415. ed. Nova, cui loci paralleli acceseurunt.
GALTIER U.J.,DANIEL- Theophilus renovatus sive levis ac simplex via ad
institutions juris civilis. Valentiae, imp. Antonii Valle, 1728, vols. I, págs. 672,
Sumpibus Christoph. Branchet.
GALLEGO, JOANNES GARCÍA A.- Tractatus de expensis et meliorationibus.
Pintiae, imp. Ber. Sto. Domingo, 1591, vol. 1, págs. 728 y 58.
GARGÍA DE GIRONDA, RONDENSIS- Tractatus de explicatione
privilegiorum. Matriti, imp. Ludovico Santii, 1617, vol. I, págs. 159,
Sumptibus Joannis Barrillo.
GARCÍA GALLEGO, JOANNES- De expensis et meliorationibus. Matriti, imp.
Ferdinandi Correa, 1622, vol. I, págs. 213.
GARCÍA GALLEGO, JOANNES- Tractatus de expensis et meliorationibus.
Pintiae, imp. Ver. St. Domingo, 1594, vol. I, págs. 728 y 58.
GARCÍA GALLEGO, JOANNES Instituciones juris civiles quatur partibus
distributae. Venteéis, imp. Nicolai Pezzana, 1729, vol. I págs. 374.
GIBALINUS, S.J., JOSEPHUS. De universa rerum humanarum negiotiatione,
utrisque foro perutilis. Lugduni, imp. Borde et Arnaud, 1603, vols. 2, págs.
668 y 718.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
337

GIBALINUS, S.J., JOSEPHUS. De usuris, commerciis, deque aequitate et usu fori


Lugdunensis. Lugduni, imp. Philip.Borde & C.o, 1656, págs. 495 y 404.
GOMEZIUS, I.C. ANTONIUS- Commentariorum variarumque reslutionum
Iuris civiles, tomus I II. Salmanticae, imp. Terranova et Neyla, 1577, vol. I,
págs. 131, 122 y 107.
GOMEZIUS, I.C. ANTONIUS- Variae Resoluciones Iuris civiles, communis et
regii, tomis tribus distictae. Lugduni, imp. Possuel 1701, vol. I, págs. 550.
GOMEZIUS, I.C. ANTONIUS- variarum resolutionum juris civiles, communis
et regii comentaría; tomi I et II. Neapoli, imp. Felices Mosca, 1718, vol. I,
págs. 613.
GOMEZIUS, I.C. ANTONIUS- Commentaria in leges Tauri, Salmanticae, imp.
Fratrum Renaut, 1596, vol. I, págs. 320. Ed. Dadici Cadima de la Torre.
GÓMEZ, ANTONIUS- Opus praectarum et utilissimum super legibus Tauri.
Salmanticae, imp. Lucae Iuntae, 1582, vol. I págs. 418 y 107. ed. Cum
additionibus Diegi Gometii Cornejo (sic).
GOMETIUS CORNEJUS, DIEGUS- Additiones ad Comentaría Doctissimi
Antonii Gomezii in leges Tauri. Salmanticae, imp. Fratrum Renaut, 1598,
vol. I, págs. 107. ed. Didaci Cadima de la Torre.
GOMETIUS, I.C. LUDOVICUS- Super difficili ac famoso titulo Institutionum
De Actionibus. Lugduni, imp. Iuntae, 1568, vol. I, págs. 683, Super edita, una
cum commentaries Dyni de Muxello, Joannis Crispi, Ioannis de Blanasco, Petri
Plateani, Joach, Minsingerii. Joan Corasii, ranc. Hotomani, Benincassi, L. Mayni.
GOTHOFREDUS, I.C. DIONYSIUS- Corpus Iuris civilis. Imp. Iacobi Stoer,
1594, vols. 2, págs. 1918 y 1510. ed. Sumptibus Eustathii Vignon.
GOTHOFREDUS, DIONYSIUS. Codex Iustiniani. Epitome novellarum
Leonis Augusti Constituciones; Feudorum Consuetudines, 1583, vol. I,
págs. 971 y 503.
GOTHOFREDUS, DIONYSIUS I.C. - CORPUS Iuris civiles in IV partes
distinctum. Lugduni, imp. Petri et J. Chouet, 1626, vol. I, págs. 905,
Postrema ed.
GRAÑA NIETO, ANTONIUS- Catena Jurium utrisque Jurisprudentia,
Decretalium Gregorii IX Commentarii (libros I/III) Coloniae, imp. Fr. De
Tournes, 1734, vol. I, págs. 698 y 698, Ed. Nova (Repetido).
GRATIAN FALCONIUS, IOANNES- Quingentarum regularum utrisque Juris.
Madrita, imp. Francisci Sanctii, 1581, vol. I, págs. 206.
GRAVETTA, AYMON- In primam et secundam f.f. Novi Augustae Taurinorum,
imp. Dominici Tarini, 1606, vol. I, págs. 435.
GUILIELMUS BENEDICTUS, I.C- In capit. Roynutíus de testamentis, in tres
partes distincta. Lugduni, imp. Antonii Vincentii, 1550, vol. I, págs. 235.
GUTIÉRREZ, IOANNES I.C.- OPERA OMNIA. Tomus I. Practicarum
quaestionum civilium libri II; tomus II, Pract. Libri III/ V. Francofurti, imp.
Z. Palthenii, 1607/29, vls. 2, págs. 384 y 517.
To ga d o s y L e t ra d o s
338

GUTIÉRREZ, IOANNES- Repeticiones sex, et quatuordecim Iuris allegationes,


et Concilia LII. Madrita, imp. Petri Madrigal, 1604, vol. I, págs. 733. Ed.
Secunda, por Juan de la Cuesta.
GUTIÉRREZ, IOANNES- Repeticiones sex, et quatuordecim Iuris Allegationes,
Salmanticae, imp. Didaci Cussi, 1952, vol. I, págs. 432 ed. Secunda.
GUTIÉRREZ, IOANNES- Repeticiones sex, et quatuordecim Iuris allegationes,
et duo et quinquaginta Concilia. Madrita, imp. Ioannis a Cuesta, 1618, vol. I,
págs. 571. ed. Tertia, sumptibus Petri a Marañon.
GUTIÉRREZ, IOANNES- Practicarum Questionum, circa leges regias
Hispaniae. Matriti, imp. Io. de la Cuesta, 1611/12, vols. %, liber III, I, V, VII,
el VII triplicado.
GUTIÉRREZ, IOANNES- Tractatus de tutelis et curis minorum deque officio et
obligatione toturum ac curatorum. Samanticae, imp. Frat. Lasso, 1602, vols.
2 págs. 742 y 742.
HARPRECIITI, IOANNES- Commentarius in IV libros Institutionum Iuris
civiles Divi Justiniano; interprete et curante B. Philipo Vicat. Genevae, imp.
Frat. De tournes, 1765, vol. I págs. 243 y 789.
HEINECCIUS, I.C. Io. GOTTL- Instiuttionum Imperialium Commentarius.
Lugduni, imp. Petri Bruyset, 1775, vols.”, págs. 568 y 1192. Ed novissima.
HERMOSILLA, GASPAR- Notae, additiones et resolutions ad glosas legume
partitarum, D. Gregorii Lopetti in duos tomos. Lugduni, imp. Anissoniana,
1674, vols. 2, págs. 868, Prima ed.
HILLEGERUS, D. OSVALDUS- Donelli Enucleati (Epitome), sive commnentarii
Hugo. de Iure civili compendium. Jenae, imp. Christophori Lippoldi, 1610,
vol. I, págs. 1552.
HONDEDEUS, Io. VINCENTIUS- Consiliorum sive responsorum, vol. II. De
Statutilis, Juridicis, Contractibus, Testamentis, Variis rebus, et de rebus
criminalibus. Venettis, imp. Scoti. 1607, vol. I, págs. 584.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam et secundam Codicis
partem commentaria. Augustae Taurinorum, imp. Nicolai Beuilaquae, 1573,
vol. 2, págs. 207 y 186.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In secundam Codicis partem
commentaria. Venettis, imp. Iac. Iuntae, 1622, vol. I, págs. 188.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In priman et secundam Digesti
veteris commentaria. Augustae Taurinorum, imp. Nicolai Beuilaquae, 1573,
vol. 2, págs. 186 y 202.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- Prima et secunda super Digesto
Viteri. Lugduni. Imp. Petri Fradin, 1553, vols. 2, págs. 196 y 202. Cum
additionibus Francisci Joannis Purpurati.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam Digesti veteris partem
commentaria, cum additionibus doctissimi Joannis Francisci Bonavoglia.
Venetiis, imp. Iac. Iuntae, 1612, vol. 1, págs. 183 y 23.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
339

JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In secundam Digesti veteris partem


commentaria. Venetiis, imp.Iac. Juntae, 1622, vol. 1, págs. 181 y 24.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam et secundam partem
Digesti novi commentaria. Augustae Taurinorum, imp. Nicolai Beuilaquae,
1573, vol. I, págs. 170 y 196.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam et secundam Codicis
partem comentaría. Augustae taurinorum, imp. Nicolai Beuilaquae, 1573,
vol. 2, págs. 207 y 186.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In secundam Codicis partem
comentaría. Venteéis, imp. Iac
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In priman et secunda super Digesto
Viteri. Lugduni, imp. Petri Fradin, 1553, vols. 2, págs. 196 y 202. Cum
additionibus Francisci Joannis Purpurati.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In priman Digesti veteris partem
comentaría, cum additionibus doctissumi Joannis Francisci Bonavoglia.
Venetiis, imp. Iac. Iuntae, 1612, vol. I, págs. 183 y 23.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In secundam Digesti veteris partem
comentaría. Venteéis, imp. Iac. Juantae, 1622, vol. I, págs. 181 y 24.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam et secundam partem
Digesti novi comentaría. Augustae Taurinorum, imp. Nicolai Beuilaquae,
1573, vol. I, págs. 170 y 196.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam Digesti novi partem
commentaria, vol. I, págs. 164 y 9.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam Digesti novi partem
commentaria. Vol. I, págs. 164 y 9.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In secundam Digesti novi partem
commentaria. Vol. I, págs. 173. Correxit Angelus Cantinius Florentinus.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam Infortiati partem
commentaria. Augustae Taurinorum, imp. Nicolai Beuilaquae, 1573, vol. I,
págs. 219.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- In primam Infortiati partem
comentaría. Venteéis, imp. Iac. Iuntae, 1622, vol. I, págs. 190 y 15.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- Prima et secunda pars super Infortiato.
Lugduni, imp. Blasii Guido, 1533, vols. 2, págs. 208 y 187. cum additionibus
Joannis Francisci Purpurati.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- Super nooso Titulo de Actionibus,
instit. Per modum numeri et alphabetus per D. Benedictus de vadis de foro
Sempronni legum Doc. Impressa. Andegavis, imp. Carlo Vongne, 1515, vol.
I, págs. 360. Impressa per D. Petrum Olivier.
JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- Super titulo de Actionibus
comentaría. Lugduni, imp. Guilielmi Boulle, 1530, vol. I, págs. 89 y 17, cum
arbore elegantísima D. Joannis Crispi de montibus civis Aquilani.
To ga d o s y L e t ra d o s
340

JASON DE MAYNO MEDIOLANENSIS- super titulo de Actionibus, in tertiam


partem Iuris civilis, cum terminis et arbuscula D. Joannis Crispi Montani.
Lugduni, imp. Mathiae Bonhome, 1546, vol. I, págs. 134. ed. Impensis Jacobi
Senetoniorum fratrum.
JOANNES DE DEO- Tractatus cavilationum seu doctrina Advocatorum. Vol. I,
págs. 62 a 89.
JUSTINIANUS- Codicis libri duodecim. Lugduni, 1600, vol. I, págs. 2210.
JUSTINIANUS- Codex, liber I/IX. Vol. I, págs. 1730.
JUSTINIANUS- Novem priorum librorum Codicis. Vol. I, págs. 2464.
JUSTINIANUS- Codex, libri IX. Vol. I, págs. 574 a 2463.
JUSTINIANUS- Codex, 1583, vol. I, págs. 503 y 971. En mal estado.
JUSTINIANUS- Volumen legum, parvum quod vocant in quo tres posteriores
libri coiis, cum commentariis Accursi ac Contii, Dionysii Gothofredi el
aliorum. Lugduni, imp. Horatii Cardon, 1612, vol. I, págs 614. Novissima ed.
Cui accessere jacobi Cuiacii notae.
JUSTINIANUS- Volumen legum parvum quod vocant cum commentariis
Accursii, ac Contii, Dionysii Gothofredi, et aliorum, Lugduni, imp. Horatii
Cardon, 1618, vol. I. págs. 334, 647 y 252. Ed. Novissima cui accessere jacobi
Cuiacii notae.
JUSTINIANUS- Corporis Iuris Civili pars illa quae Parvum volumen vocant.
Lugduni, imp. Gabrielis Carterii, 1600, vol. I, págs. 1011, 487 y 361.
JUSTINIANUS- Volumen locupletius quam antea, continens praeter posteriores
tres libros codicis, novellas et feuda, multa alia. Commentariis Accursii.
Augustae Taurinorum, imp. Haered. Nicolai Beuilaquae, 1576. vol. I, págs.
1184.
JUSTINIANUS- Institutionum libri quatuor; commentariis Accursii, Dionysii
Gothofredi et aliorum, cui accesere Iacobi Cuiacii notae. Lugduni, imp.
Horatii Cardon, 1618 vol. I, págs. 614.
JUSTINIANUS- Institutionum imperialium libri IV, et Corpus legum per
modum Institutionum ab incerto aucthore in compendium redactum: necnon
Caii institutiones. Vol. I, págs. 26 a 555.
JUSTINIANUS- Justiniani Institutiones sive elementa Juris, libri LV, vol. I, págs.
1856.
JUSTINIANUS- Digestum vetus. Pandectarum iuris civilis, tomus I, continens
primam, tertiam partes. Ac quartae libros quatuor. Lugduni, imp. Ioannis
Ausulti, 1566, vol. I, págs. 1838.
JUSTINIANUS- Digestum Vetus. Vol. I, págs. 105 a 2184.
JUSTINIANUS- Digestum Infortiatum. Vol. I, págs. 2020.
JUSTINIANUS- Infortiatum seu pandectarum iuris civilis Tomus secundus,
quartae partis reliquum, itemque quintam patem ac sextae libros duos
contonens. Commentariis Accursii. Augustae Taurinorum, imp. Haered.
Nicolai Beuilaquae, 1576, vol. I, págs. 1852.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
341

JUSTINIANUS- Digestum libro XXIV, vol. I, págs. 2250 y 94. Ed. Cum casibus
Domini Viviani Bononiensis.
JUSTINIANUS- Digestum Lib. XXVIIL Vol. I, págs. 912 a 2006
JUSTINIANUS- Digestum novum. Vol. I, págs. 1742.
JUSTINIANUS- Corpus Juris civilis, tomus secundus. Augustae Taurinorum,
imp. Regia. 1757/82, vols. 2, págs. 1499 y 1499, repetido.
JUSTINIANUS- Corpus Iuris civilis romani, tomus II, cum notis Dionysii
Gothofredi, quibus acceserunt F. Modii et aliorum. Coloniae Munatianae,
imp. Frat. De Tournes, 1781, vol. I, págs. 792, Ed. Nova.
JUSTINIANUS- Corpus Iuris civilis, prudentum responsa Caesa- rumque
rescripta complecteus. Lugduni, 1591, vol. I, págs. 2160.
JUSTINIANUS- Corpus Iuris civilis, cum commentariis Accursii, sholiis Conti,
et Dionysii Gothofredi (Digestorum Libri XXIV). Lugduni, imp. Cardon,
1612, vol. I, págs. 2250 104, Ed. Novissima, tomus I.
KEES, IOANNES BAPTISTA- Novarum decisionum Senatus Granatensis.
Turoni, imp. Petri Prost, 1647/48, vols. 2 págs. 422 y 259, Postrema ed.
LARREA, IOANNES BAPTISTA- Novarum decisionum Senatus Granatensis.
Turoni, imp. Petri Prost. 1647/48, vol. 2, págs. 422 y 259. Postrema ed.
LÓPEZ A. TOVAR, GREGORIUS- Index materiarum Septem Partitarum.
Salmaticae, imp. Portonariis, 1576, vol. I.
LÓPEZ, GREGORIO- Las Siete Partidas del Rey D. Alfonso el sabio, reimpresa
por el tenor de la edición de Salamanca, por D. Joseph Berni y Catalá.
Valencia, imp. Benito Montfort. 1767, vols. 3, 2/1 a 3.
LÓPEZ, GREGORIO- Las Siete Partidas del Rey D. Alfonso el sabio, reimpresa
por el tenor de la edición de Salamanca, por D. Joseph Berni y Catalá.
Valencia, imp. Benito Montfort. 1767, vols. 3, 2/1 a 3.
LÓPEZ DE PALACIOS RUBIOS, JOANNES- Glosemata legum Tauri, quas
vulgo de Toro appellant. Salamticae, imp. Io. De Iunta, 1542, vol. 1, págs. 140.
MAGILIUS I. C., IOANNES ANTONIUS- De impugnationibus et detractionibus
in legitima Trebellianica et alliis quartis bonorum hacreditariorum Tractatus,
Venteéis, imp. Florav. Patri, 1618, vol. I, págs. 729.
MANTUA BENAVIDIUS, PATAVINUS- Dialogismos, sive glossarium Juris,
semonesque Socratici. Venetiis, imp. Christoph. Zanetti, 1572, vol. I,
págs. 505.
MARESCOTTUS, HERCULES- Variarum resolutionum in quipus utrisque
Juris materiae tam beneficiales quam prophanae veniunt. Francofurti, imp.
Palthenii, 1617, vol. I, págs. 102 y 271. Ed prima in Germania.
MARINGO CORLEONENSIS, MARIANUS- Practica super Ritu Mag.
Curiae ac regni Siciliae curiarum. Panormi, imp. Francisci Cinti, 1619,
vol. I, págs. 224.
MARTÍNEZ DE OLANO, IOANNES- Concordia et nova reductio antinomiarum
Juris communis. Burgis, imp. Ph. Iuntae, 1575, vol., págs. 274.
To ga d o s y L e t ra d o s
342

MARTÍNEZ GALINDO, THOMAS- Phoenix jurispridentiae Hispaniae, sive


Instituta Hispana, Hispali, imp. F. de Leefdael, 1715, vol. I, págs. 576.
MASCARDO J.C. ALDERANO- Comunes I.U. conclusiones ad generalem
quorumque Statutorum interpretationem accomodatae. Francofurti, imp.
Wolf. Reichteri, 1699, vol. I, págs. 392.
MATIENZUS, JOANNES- Repeticiones tredecim in varia Jurisconsultorum
responsa, Imperatorum sanctiones et Pontificum decreta. Antuerpiae, imp.
II.Aertssii, 1627, vol. I, págs. 280. sumptibus Joannis de Veynza.
MATIENSUS, JOANNES- Comentaría in librum quintum Recollectionum regni
Castellae. Madritti, imp. Lodovici Santii, 1712, vol. I, págs. 485.
MAYNARD, J.C., D. GERARDUS- Novae tholosanae quaestiones juris scripti per
arresta Parlamenti Tholosani, quas e gallico in latinum translutil Hieronymus
Bruckner. Rancofurti, imp. Nicolai Hoffman, 1610, vol. I, págs. 580 y 96. Ed.
Petri Kopssii.
MENOCHUIS J. C., JACOBUS- De adispiscenda, retienda, et recuperanda
possessione. Lugduni, imp. A. de Harsy, 1606, vol. I, págs. 395.
MENOCHUIS J. C., JACOBUS- De adispiscenda, retienda et recuperabda
possesione doctissima commentaria. Venteéis, imp. Damián Zenerrii, 1618,
vol. I, págs. 578.
MENOCHUIS J. C., JACOBUS- De arbitrariis Judicum libri duo. Lugduni, imp.
Tinghi, 1576, vol. I, págs. 778, Ed. quarta.
MENOCHUIS J. C., JACOBUS- De arbitrariis Judicum. Venetiis. Imp. J.B.
Somoschi. 1569, vol. I, págs. 380.
MENOCHUIS J. C., JACOBUS- Consiliorum sive responsorum libri. Francofurti,
imp. Wecheli & Gymnici, 1614, vols. 7.
MEYRER J.C. HERMANNUS- Tractatus de pignoribus, hypothecis privilegiis
creditorum. Francofurti. Imp. Nicolai Hoffmann, 1611, vol. I, págs. 239.
MIERES THOMAS- Apparatus super Constitutionibus Curiarum generalium
Cathaloniae. Barcinonae, imp. Sebas, a Cormelia, 16121, vol. I, págs. 411 y
556.
MILANENSIS, FRANCISCUS- Decisiones regiae Curiae regni Siciliae.
Hamburgo, imp. G.l. Frobenii, 1608, vol. I, págs. 350.
MONTALVO, ALFONSUS DIAZ DE- Commentum super Foro regali (Fuero
real de España), 1543, vol. I, págs. 263.
MONTICULUS, SEBASTIANUS- Tractatus varii de inventarii beneficio.
Augustae Taurin, 1612 vol. I, págs. 498.
MULETT, GERARDUS- Comentaría in decem titulos Institutionum juris
civiles. Lugduni, imp. P. Landry, 1541, vol. I, págs. 479.
MUÑOZ DE ESCOBAR FRANCISCUS- De ratiociniis Adminsitratorum.
Metymna a Campo. Imp. Lasso Vaca, 1603. Vol. I, págs. 291.
NAEVIUS LIPSIENSIS, SEBASTIANUS- Sistema selectorum jus Justinianeum
et Feudale concernentium. Francofurti, imp. Jo. Sauri, 1608, vols. 5.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
343

NEGUSANTIUS, ANTONIUS- Tractatus de pignoribus et hypothecis. vol. I,


págs. 672.
Novum Sextum volumen: Thesaurus Accursianus; remissiones seu Indice
capitum iuris diffisiliorum; Notarum Benedictorum; Epsitolae denique
Dionysii Gothofredi, lugduni, 1604, vol. I, págs. 340 y 198.
OLEA, ALPHONSUS DE- Tractatus de cesione jurium et actionum. Lugduni,
imp. Arnaud & Borde, 1673, vol. I, págs. 484 y 91. Ed. quinta.
OLEA, ALPHONSUS DE- Additiones ad suum tractatum de cessione jurium et
actionum. Matriti.imp. Augenii Rodríguez, 1688, vol. I, págs. 138.
OLIVANUS ANTONIUS- Commentarii de Actionibus.Barcinonac, imp.
Gabrielis Graelli, 1606, vol. I, págs. 504 y 590.
OTTO EVERARDUS- De tutela viarum publicarum liber singulares. Trajecti ad
rhenum, imp. A. Hofmans, 1731, vol. I, págs. 570.
PACICHELLIUS J. C., Jo. BAPTISTA- Tractatus juridicus de distantiis, in quo
FERE tota Servitutum materia theorice et practice deliberatur. Romae, imp.
Ignat de lazais, 1672, vol. I, págs. 176, Adjecta decisionum Sac. Rom. Rotae
semicenturia.
PADILLA Y MENESES, ANTONIUS DE- Comentaría in quaedam Imperatorum
rescripta et nonulla Jurisconsultorum responsa et de fideicommissis
comentaría. Salmaticae, imp. Matiae Gastii, 1563, vol. I, págs. 212 y 212.
PADILLA Y MENESES, ANTONIUS DE- Comentaría in quaedam Imperatorum
rescripta et nonulla Jurisconsultorum responsa et de fideicommissis
comentaría. Salmaticae, imp. Math. Gastii, 1563, vol. I, págs. 298.
PADILLA Y MENESES, ANTONIUS DE- In titulum de fideicommisis. Mantuae
Carpet, imp. Alph. Gometii, 1568, vol. I, págs. 168.
PALACIOS RUBIOS, JOANNES LÓPEZ DE- Celeberrima commentaria,
solemnisque repetitio rubricae et capituli “Per vestras, de donationibus inter
virum et uxorem. Adjectis annot. Bernardi Diaz. Lugduni, imp. Héctor Penet,
1543, vol. I, págs. 121.
PALACIOS RUBIOS- Repetitio rubricae et capituli “Per vestras, de donationibus
inter virum et uxorem. Salmanticae, 1521, vol. I, págs. 121 y 92. Joannes
Bernardus edidit.
PAPA GUIDO. Tractatus varii de inventarii beneficio. Augustae Taurin, imp. Jo.
De Tarini, 1612, vol. I, págs. 498.
PAPA GUIDO- Singularia Guidonis Papae. Lugduni, imp. Nicolai petit, 1533,
vol. I, págs. 113. ex officina N. petito et Hectoris Penet.
PEGUERA, LUDOVICUS A.- Decisionum aurearum ex variis sacri Cathaloniae
Senatus, tomus secundus. Barcinonae, imp. Sebast. Matheaud, 1611, vol. I,
págs. 224. expensis Joannis Simon.
PERALTA, PETRUS- Commentaria in tit. ff. de Legatis secundo; praelectiones
de haered. Institut, de Legat. Secundo et tertio. Salmanticae, imp. Jo. M. a
Terranova, 1563, vol. I, págs. 622 y 535.
To ga d o s y L e t ra d o s
344

PÉREZ DE SALAMANCA, DIDACUS- Comentaría in quatuor posteriores


libros ordinationum regni Castellae. Salmanticae, imp. Antoniae Ramírez,
1609, vols. 2, págs. 913 y 833.
PETRA, PETRUS ANTONIUS DE- Tractatus de fideicommissis, et maxime ex
prohibita alienatione resultantibus. Francofurti, imp. Mus Palthenianarum,
1603. vol. I, págs. 636. Ed. Prior.
PHANUNCIUS DE PHANUNCIIS- Tractatus varii de inventarii beneficio.
Augustae Taurin, imp. Jo. D. Tarini, 1612, vol. I, págs. 498.
PICHARDUS, ANTONIUS- Institutionum Justiniano libri quatuor. Appendices
primorum elementorum. Manuductiones juris civiles Romanorum et
Hispani. Salmanticae, imp. Didaci a Cussio, 1620, vols. 2. 6/140 y 141.
PICHARDUS, ANTONIUS- Commenatariorum in quatuor Institutionum
Justiniani libros; liber quartus. Salmanticae, imp. Didaci a Cussio, 1620, vol.
I, págs. 643.
PINELO, AURIUS LUSITANUS- Ad constitutiones C de bonis maternis.
Salmanticae, imp. Mathias Gastius, 1573, vol. I, págs. 294.
PINELUS LUSITANUS, ARIUS- Ad constitutiones C. de bonis maternis.
Salmanticae, imp. Mathias Gastius, 1573, vol. I, págs. 351 y 183.
PINHEIRUS, P. FRANCISCUS- De censu et emphytensi tractatus. Codimbricae,
imp. Emmanuel Díaz, 1655, vol. I, págs. 618.
PORCELLINUS, FRANCISCUS- Tractatus varii de inventarii beneficio.
Augustae taurin, imp. Jo. De Tarini, 1612, vol. I, págs. 498.
PORCUS, CHRISTOPHORUS- Super Institus. Additionibus Jassonis de Mayno.
Venettis, imp. Jacobi Giuntae, 1543, vol. I, págs. 101.
PURPURATUS DE PINEROLIO J. C. JOANNES FRANCISCUS- in primam
et secundam Codicis partem commentaria. Augustae Taurin, imp. Jo.
Beuilaquae, 1588, vol. I, págs. 108 y 116.
QUESADA J.C. ANTONIUS- Diversarum quaestionum juris liber. Salmanticae,
imp. Bap. a Terranova, 1573, vol. I, págs. 139.
REBUFFO DE MONTEPESSULANO, PETRUS- Comentaría in Constitutiones
regias gallicas. Lugduni, imp. Sennetoniorum, 1555, vol. I, págs. 475.
RIPA, JOANNES FRANCISCUS A.- In primam et seundam Infortiati partem
comentaría. Venetiis, 1602, vol. I, págs. 143 y 164.
RIPAE, POLYDORUS- Cato Taurinensis; tractatus de dividuis et individuis
ad forensem usum accomodatus. Mediolani, imp. Oct. Bordon, 1611, vol. I,
págs. 190.
ROBLES SALCEDO, BLASIUS- Novus et methodicus tractatus de
representatione. Madritti imp. Jo. González, 1624, vol. I, págs. 502.
RODERICUS DE ALVARADO, DIDACUS- De conjecturata mente de defuncti.
Hispali, imp. Ferdin Díaz, 1578, vol. I, págs. 502.
RODERICUS, GASPAR- Tractatus de annuis et menstruis reditibus. Metymnae
a Campo, imp. Christoph. Lasso, 1604, vols. 2, págs. 316 y 316.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
345

RODRÍGUEZ, AMATOR- Tractatus de concursu et previlegiis creditorum.


Madrita, imp. Ludovico Sánchez, 1616, vol. I, págs. 107.
ROJAS, JOANNES DE- Epitome successionum. Salmanticae, imp. Ildef.
Terranova, 1581, vol. I, págs. 213. ed. Hieronymi de Milis.
ROMANUS, LUDOVICUS- Singularia sbtilia Ludocivi Romani, cum
additionibus oann, Bapt. Castellionei, tersa per D. Jo. Thierry. Bononiae?
Patavi? 1490? Vol. I.
ROSATE BERGONENSIS J.C., ALBERICUS- Dictionarium juris tam civilis
quam canonici. Venetiis, 1601, vol. I, págs. 368.
ROSENTALL J.C., HENRICUS- Tractatus et synopsis totius juris feudalis.
Coloniae, imp. Societ. Calderonianae, 1606, vol. I, págs. 931 y 518.
ROVITO J.C., SCIPIO- Consiliorum seu juris responsorum, cum decisionibus
supremrum Regni Neapolitani Tribunalium. Neapoli, imp. Nicolai Abril,
1696, vols. 3. ed nova.
ROXAS, JOANNES DE- De succesionibus, de haereticis, et sinbularia in Fidei
favores. Salmanticae, imp. Idelfonsi a Terranova, 1581, vol. I, págs. 213 y 280.
SABELLUS, MARCUS ANTONIUS- Summa diversorum tractatrum in Jus
universum. Venteéis, imp. Pauli Balleonii, 1707, vols. 4. ed. Novísima, a
Guido Antonio Sabello locupletata.
SALGADO DE SOMOZA, FRANCISCUS- Centura decisionum S. Rotae ad
materiam labyrinthi creditorum. Antuerpiae, imp, Jac. Meursii, 1656, vol. I,
págs. 244.
SALGADO DE SOMOZA, FRANCISCUS- Labyrinthi creditorum con
currentium ad litem. Lugduni, imp. Fratr. Tournes, 1757, vol. I, págs. 664 y
150. Ed. Novísima.
SALGADO DE SOMOZA, FRANCISCUS- Labyrinthi creditorum con
currentium ad litem per debitorem communem inter illos causatam. Lugduni,
imp. Fratr. De Tournes, 1757, vol. I, págs. 664.
SANTIUS A. MELO, LUDOVICUS- Novas tractatus de induciis debitorum suis
aliisque personis concedendis vel non. Malacae, imp. Jo. Serrano, 1642, vol.
I, págs. 202.
SCACCIAE, SEGISMUNDUS- Tractatus de sentencia et re judicata. Lugduni,
imp. Rouilliana, 1628, vol. I, págs. 676. Sumptibus Andreae & Prost.
SOCINUS SENENSIS, BARTHOLOMEUS- In Digesti veteris ac Infortiati
rubricas, leges atque omnes Gymnasiis usitatiores. Venetiis, imp. Junatae,
1605, vol. I, págs. 286. Ed. Postrema.
SOCINUS SENENSIS, BARTHOLOMEUS- Consiliorum Bononiensium
ac Patavinorum volumen tertiam, per D, petrum Andream Gammarum
correctum. Lugduni, imp. Joan Moulin (a. Lambrau), 1537, vol. I, págs. 123.
SOCINUS SENENSIS, BARTHOLOMEUS- In Digesti novi ac Codicis rubricas,
leges atque omnes in Gymnasiis usitatiores Venetiis, imp. Juantae, 1605, vol.
I, págs. 128, 64 y 36. Ed. Postrema.
To ga d o s y L e t ra d o s
346

SOCINUS SENENSIS, BARTHOLOMEUS- Ad digestum novum at aliaquot


Codicis titulos. Lugduni, imp. Glaudii Servanii, 1564, vol. I, págs. 193, Editi
per Vincentium Godemianum Pistorien. J.D.
SOLIS, FELICIANUS DE- Commentarii de Censibu. Compluti, imp. Joannis
Gratiani, 1594, vol. I, págs. 238. Impensis Joannis Sarriae.
SOLIS, FELICIANUS DE- Appendix ad priores comentarios de censibus,
secundus tomus. Madrita, imp. Ludovico Sánchez, 1605, vol. I, págs. 263.
Expensis Baptistae López.
SOLIS J.C. FELICIANUS DE- Commentarii de censibus, quatuor libris
complectens materiam. Francofurti, imp. N. Hoffmani, 1605, vol. I, págs. 303.
SUÁREZ, RODERICUS- Concilia decem post ejes obitum inventa et de novo
in lucem edita in gratiam Judicum ad advocatorum. Matriti, imp. Ioannis
Iñiguez, 1599, vols. 2, págs. 152 y 24.
SUÁREZ DE MENDOZA, JOANNES- Commentarii ad legem Aquiliam.
Salmanticae, imp. Tabernier, 1640, vol. I, págs. 618, In fine, Francisci Balduini
commentarium.
SURDUS J.D., JOANNES PETRUS- Decisiones, in quipus variarum materiarum,
ultimas voluntades, contractus, judicia civilia, criminalia, fiscalia, feudalia,
et materiam fidei respicientium continentur. Francofuurti, Apud Andreae
Wecheli Haeredes, 1598, vol. I, págs. 888 y 87. Prima Ed.
TESSAURUS FOSSANENSIS, ANTONINUS- Decisiones duorum praestantissi-
morum Jurisconsultorum, videlicet Antonini Tessauri Fossanensis, et
Francisci Milanensis, S. Senatus Pedemontani. Hamburgo, imp. Georgia L.
Frobenii, vol. I, págs. 500.
TESSAURUS FOSSANENSIS, ANTONINUS- Decisiones S. Senatus
Pedemontani. Augustae Taurin, imp. Io. D. Tarini, 1590, vol. I, págs. 236.
TESSAURUS GASPAR, ANTONIUS- Additiones ad novas decisiones S. Senatus
Pedemontani. Taurini, imp. F.F. de Cavalleriis, 1604, vol. I, págs. 280.
TINGHY, PHILLIPUS- Regularum juris et civiles et pontificii, ex variis
Collectanearum. Lugduni, imp. Esteph. Michaelis, 1587, vols. 2 págs. 790.
TIHNGY, PHILLIPUS (MARCHAND FLORENTINUS)- Communes opiniones
sive receptae juris utrisque sententiae, in quibus varia responsa prudentum
hoc in volumine congesta habentur. Lugduni, imp. Ap. Haered. Jacobi
Juantae, 1571, vol. I, págs. 926.
TIRANQUELLUS, ANDREAS- De jure constituti possesorii Tractatus. Parisis,
imp. Jacobi Keruer, 1550, vol. I, págs. 180.
TIRANQUELLUS, ANDREAS- Tractatus de jure constituti possesorii.
Francofurti, 1573, vol. I, págs. 215 y 8.
TIRANQUELLUS, ANDREAS- Tractatus varii Cesante causa, de jure constituti
posessorii. Lugduni, imp. Guliem. Rovillii, 1567, vol. I, págs. 348 y 96. Ed. Tertia.
TIRANQUELLUS, ANDREAS- De legibus connubialibus et jure maritali.
lugduni, imp, Guilielm. Rovillii, 1560, vol. I, págs. 360. Ed. Quinta.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
347

TORRE, JOANNES- De pactis futurae successionis. Venteéis, imp. Nic. Pezzana,


1673, vol. I, págs. 528 y 312. Additis decisionibus S. Rotae nullibi impresis.
TYERRY LINGONENSIS J. U. DOCTOR, Jo- Singularia Ludovico Romani, cum
Lucubrationibus additis per Joannem Baptistam de Castellione, Singularia
sive notabilia dicta Mathei Mathesilani; Francisci Crementis ad publicam in
jure militantium utilitatem; Joannis Baptistae de Castellione; Antonii Corseti
cum additionibus factis anno 1490; Hyppoliti de Marsiliis Bononiensis; Petri
Gerardo de Petrasancta, Guilielmi de Ludo; et Casus singulares Amanelli de
Clarisaquis, vol. I, fol. 247. Faltan el encabezamiento y el colofón.
UBALDÍA, ANGELUS DE- Tractatus varii de inventarii beneficio. Augustae
Taurin, imp. Jo. D. Tarini, 1612, vol. I, págs. 498.
VALASCUS, ALVARUS- Consultationum ac rerum judicatarum in regno
Lusitaniae tomus I et II. Olyssipone, imp. Georgii Rodríguez, 1611, vol. I,
págs. 148 y 239.
VALDESIUS, JACOBUS- Ad volumen repetitionum doctissimi Roderici
Suares additiones locupletissimae. Pintiae, imp. Didaci a Corduba, 1590,
vol. I, págs. 103.
VALENZUELA VELÁSQUEZ, JO. BAPTISTA- Concilia sive responsa juris,
tomus primus. Coloniae Allobrog, imp. Achon & Gramer, 1727, vol. I, págs.
654. Ed. Nova.
VALLARNA, L. FRANCISCUS MARIA, ET EMMANUEL MACHICADO ET
ROSILLO- Additiones legales hispanicae ad bibliotecam R.P. Lucii Ferraris;
opus utilissimum Episcopis, Abbatibus et utrisque juris Professoiibus.
Matriti, imp. Petri Marin, 1783, vol. I, págs. 530. Ed. Secunda.
VALLE, ROLANDUS A.- Tractatus de inventarii beneficio. Augustae, Taurin,
imp. Jo. D. Tarini, 1612, vol. I, págs. 498.
VALLE, ROLANDUS A.- Consiliorum seu responsorum. Vol. I/IV. Venetiis,
imp. Jac. A. Somaschi, 1606, vols. 2, págs. 289 y 264.
VASQUIUS PINCIANUS, FERNANDUS- Controversiarum usu frecuentium
pars posterior. Francofurti, imp. Joan. Sauri, 1500, vol. I, págs. 729.
VASQUIUS, FERNANDUS- Controversiarum illustrium aliarumque usu
frequentium libri tres. Venteéis, imp. F. Rampazeti, 1564, vol. I, págs. 322.
VEDOIA, EMMANUEL DE- Speculum verae jurisprudentiae: Barcinone, imp.
Antonii Lacavalleria, 1679, vol. I, págs. 452 y 23.
VELA J. C., JOSEPHUS- Dissertationes juris controversi in Hispalense senatu.
Granatae, imp. Vincentii Alvari a Mariz, 1683, vol. I, págs. 260.
VEÁSQUEZ AVENDAÑO LUDOVICUS- Legum Taurinorum a Ferdinando
et Joanna Hispaniarum Regibus, utilissima glosa. Toleti, imp. Joa, et Petri
Rodríguez, 1588, vol. I, págs. 204.
VIGELIUS, NICOLAUS- Methodus juris civiles. Venteéis imp. Georgia
Angelerii, 1571 vol. I, págs. 374.
VIGELIUS, NICOLAUS- Methodus universi juris civiles absolutísima.
Francofurti, imp. Ludovico Regis, 1628, vol. I, págs. 1938. Ed. Postrema.
To ga d o s y L e t ra d o s
348

VILLADIEGO, ALFONSO DE- Comentaría fori antiqui Gothorum Regué, vulgo


dictus Fuero Juzgo. Mantuae Carpent, mp. Petri Madrigal, 1600, vol. I, págs. 461.
VILLALOBOS, JOANNES BAPTISTA A.- Antinomia juris regni Hispaniarum,
ac civiles, in qua practica forentium causarum versatur. Salmanticae imp.
Alexandra a Canova, 1569, vol. I, págs. 190.
VILLALPANDO, JACOBUS A.- Solemnes lectura et repetitio legis vigesimae
secundae tituli primi septimae Partitae. Legione, imp. Petri de Celada, 1552,
vol. I, págs. 208.
VINNIUS, ARNOLDUS- Institutionum Imperialium Commentarius academicus,
et forenses: Jo. Gottl. Heineccius I.C. recensuit. Tomus primus et secundus.
Lugduni. Imp. Petri Bruyset, 1755, vols. 2, págs. 568 y 1192. Novíssima ed.
VIZCAÍNO PÉREZ, VICENTE- Compendio del Derecho Público y Común
en España, o de las leyes de las Siete Partidas. Madrid, imp. Joachin Ibarra,
1784, vols. 4. Donación del doctor Julián Restrepo Hernández.
Vocabularium Iuris Utrisque; locupletatum dictionibus a lexico Prataeii, ac
modernorum libris excerptis. Lugduni, imp. Phill. Tinghi, 1725, vol. I, págs. 730.
XIMENES TOLETANUS, SEBASTIANUS- Concordantiae utrisque juris cum
legibus Partitarum. Toleti, imp. Petri Roderici, 1596, vol. I, págs. 987 y 332.
Expensis Michaelis de Vilila.
YAÑEZ, JOANNES- FERUM quotidianarum libri duo. Matriti, imp. Regia,
1604, vol. I, págs. 116 y 320. Expensis F. de Robles.
YANEZ PARLADORIUS, JOANNES- Rerum quotidianarum libri et Quotidianarum
differentiarum sexquicenturia. Matriti, imp. Joannis Flandri, 1603, vol. I, págs.
320 y 515. Tomus Quotidianarum diff. Vallisoleti apud Jo. Iñiguez.
YANEZ PARLADORIUS, JOANNES- Quotidianarum differentiarum
sexquicenturia, cui adjectae sunt quaestiones duodeviginti et epistole tres ad
filios. Madrita, imp. Jo. de la Cuesta, 1612, vol. I, págs. 480.
YDIAQUEZ, JOANNES DE- Rubricarum et titulorum in tres posteriores libros
Codicis Justiniano. Madrita, imp. Idelfonsi Martín, 1618, vol. I, págs. 225.
ZANCHUS BERG, HIERONYMUS- Annotaciones ad Concilia diversorum qui
de jure responderunt. Venteéis, imp. Daminai Zenari, 1583, vol. I, págs 132.
ZEPEDA CASTRO ET GUDIEL, FRANCISCUS- Octo libi a Publio Alpheno
Varo, et a Julio Paulo J. C. in epitome redacti, espositione non incongrua
explanati. Salmanticae, imp. Grez. Ortiz, 1734, vol. I, págs. 408.
ZEVALLOS, HYERONIMUS DE- Speculum aureum opinionum communium
contra comunes in Jure cononico ciili et regio. Romae et Ursellia, imp. Vullieti
et Sutorii, 1602 y 1610, vols. 2, págs. 363, 343 y 341.

DERECHO COMERCIAL
BEATIUS, GASPAR- Prima pars tractatus de Inope dibotore ex Castellana
consuetudine creditoribus addiendo. Granatae, imp. Hugonis Menam, 1570,
vol. I, págs. 158.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
349

PAREXA ET QUEXADA, L. D. GABRIEL- De universa instrumentorum editione


sive Praxis efendi. Lugduni, imp. Bruyset & Co., 1751, vol. I, págs. 389 y 246.
Novísima ed.
RAYNAL, GUILLAUME THOMAS- Histoire Philosophique et politique des
Establecemens et du comerse. Geneve, imp. J.L. Pellet, 1781, vols. 10.
Sobre las letras de cambio, origen, progreso y aumento de cambio, y resumen de las
monedas corrientes de Europa, reducidas a reales de vellón. Madrid, 1732, vol. I,
págs. 31 a 516.

DERECHO PROBATORIO
BOERIUS NICOLAUS- Decisionum pars I aurea in sacro Burdegalentium Senatu,
in juris perirorum comoditatem. Lugduni, imp. Antonii Vincentii, 1547, vol. I,
págs. 607.
CAVALCANUS, I.C. HORTENSIUS- Practica et theorica de Testibus. Mantuae,
imp. Francisci Osannae, 1604, vols. I, págs. 313.
GUTERIUS, IOANNES- Tractatus de juramento confirmatorio et aliis in jure variis
resolutionibus. Madrita, imp. Ludov. Sánchez, 1597, vols. 2, págs. 328 y 328.
GUTERIUS PLACENTINUS, IOANNES- Tractatus de juramento confirmatorio et aliis
in jure variis resolutionibus. Salmanticae, imp. Jo. A canova, 1574, vol. I, págs. 250.
MASCARDUS, I.C., JOSEPHUS- De probationibus. Conclusiones probationum
omnium quae in utroque foro quotidie versantur, volumen L. Lugduni, imp.
Stephani Michaelis, 1588. Vol. I, págs. 348.
MASCARDUS, I. C. JOSEPHUS. Conclusiones omnium probationum quae in
utroque foro quotidie versatur. Augustae taurinorum, imp. Io. Dom. Tarini,
1623, vol. I, págs. 436.
MASCARDUS, I.C., JOSEPHUS- Conclusiones omnium probationum quae in
utroque foro quotidie versantur, volumen tertium. Augustae Taurinorum, 1615,
vol. I, págs. 170.
ROMANUS, ANOTNIUS GABRIEL- Conclusionum seu regularum ad materiam
probatioriam pertinentes libri septem. Romae, 1570, vol. I, págs. 937 a 1600.

DERECHO PROCESAL
BOBADILLA, CASTILLO DE- Politica para Corregidores y señores de vasallos,
jueces, eclesiásticos y seglares, tomo Io. Amberes, imp. Juan B. Verdussen, 1704,
vol. I, págs. 710.
BOBADILLA, CASTILLO DE- Politica para Corregidores y señores de vasallos,
para prelados, y de lo tocante a las Ordenes y Caballeros de ellas. Madrid, imp.
Real, 1775, vol. I, págs. 940. Tomo Io.
BOLERO ET CAXAL, DIDACUS- Tractatus de Decoctione dibitorum fiscalium et
forum boniscurandis. Matriti, imp. L.A. de Bedmar, 1675, vol. I, págs. 662.
BUCCARONIUS, I.C. HIERONYMUS- De differentiis inter judicia civilia et
criminalia Tractatus. Romae, imp. Barth. Zenetii, 1624, vol. I, págs. 410.
To ga d o s y L e t ra d o s
350

CARERIUS, U.J.D. LUDOVICUS- Practica causarum criminalium. Lugduni,


imp. Guilielmi Rovillii, 1569, vol. I, págs. 283.
DURANDUS, GUILIELMUS- Specu, libri secundi; de competentes iudicis
additione. De presentatione, citatione, sentencia, etc. Vol. I, págs. II a 201.
FRANCHIS DE PERUSIO, PHILIPUS DE- Lectura perutilis et valde cuotidiana
super titulo de appellationibus et nullitatibus sententiarum. Tridini, 1518, vol.
I, págs. 100. Impensis Ioannis de Ferraris (a) de Ioalitis ac Giraldo de Zeis.
MARTÍNEZ, MANUEL SILVESTRE- Librería de jueces; para alcaldes,
corregidores, jueces, etc., tomo IV. Madrid, imp. Blas Román, 1774, vol. I,
págs. 412.
MATTHEACIUS, ANGELUS- Comentaría in titulum de Oficio Judicum.
Venteéis, imp. Albobellum Salicatium, 160, vol. I, págs. 374.
PURPURATUS, IOANNES FRANCISCUS- In primam ff. et secundam veteris
partem commentaria, in quibus de magistratibus, de qualitate iudium de
origine iurisdictionis, etc. Augustae Taurinorum, imp. Io. B. Beuilaquae,
1588, vol. I, págs. 79 y 94.
QUEVEDO Y HOYOS, ANTONIO- Libro de Indicios y tormentos que contiene
la práctica criminal y modo de sustanciar el proceso. Madrid, imp. Francisco
Martinez, 1632, vol. I, págs. 100.
RODRÍGUEZ AMATOR- Tractatus de executione sententiae. Madrita, imp.
Illep. Martín, 1613, vol. I, págs. 162. Ed. a costa de Domingo González.

DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO


FIORE, PASCUAL- Derecho Internacional Privado, versión de A. García
Moreno, con un prólogo de D. Cristino Marcos. Madrid, imp. Góngora y C.,
1678, vol. I, págs. 375 y 360.

FILOSOFÍA DEL DERECHO


ARAGONIUS, FR. PETRUS- De institutia et iure. Salmanticae, imp. Guil.
Foquel, 1590, vol. I, págs. 1167.
BAÑEZ O.P., DOMINICUS- De iustitia et iure, Decisiones. Salmanticae, imp.
Fratres Renaut, 1594, vol. I, págs. 653.
CASTRO, F. ALFONSUS A.- De potestate legis penalis libri duo. Vol. I, págs.
267.
MOLINA, S. J. LUDOVICUS- De institutia et jure. Maguntiae, imp. Arnoldo
Mylii, 1602, vols. 3.
MOLINA, S. J. LUDOVICUS- De institutia et jure. Coloniae Allobrogum, imp.
Fratres de Tournes, 1759, vols. 3, págs. 588, 858 y 604. Ed. Novísima.
SUÁREZ, S.J. FRANCISCUS- Tractatus de legibus, in decem libros.Bruxellis,
imp. Ioannis Keerbergi, 1612, vol. I, págs. 828.
Anexo 4

Biblioteca de la Orden de Predicadores

• Juris Utrisque Doctoris &. Sacrorums Canonum Professoris in Academia


Loveniensi Operum, Quae hactenus in lucem prodierunt, (Zegeri Bernardi
van Espen) Lovanni Sumptibus Societatis anno M.D.CC. XXXII, par quarta;
complectus 10 tomos Dissertationes Canonicos & Tractatus.
• Zegeri Bernardi Van Espen, presbiterio, juris Utrisque Doctoris et Sacr. Canonum,
in Academia Lovaniensi professoris Jus eclessiasticum Universum Caeteraque.
Opus Omnia Decem tomis comprehensa. Opus nativae integritati summo Studio
restitutum Episcopis, ac Laicis judicibus, Advocatis, Patronis, Parochis, Confessariis,
tam. Sacr. Theologicae Quam Jurisprudentiae Viris Studiosis utilissium, & apprime
necessarium Editio Novissima, Venetiis CD DCC LXLX, 1O Tomus.
• Corpus Juris Canonici Hispani, et Indici in quo, Juxta ordinem Titulorum
Decretalium non solum Canonice Decisiones afferuntur, sed insuper additur, qurd
in nostro Hispaniae Regno, & Indiarum Provinciis Lege, consuetudine, privilegio,
vel praxi statutum, &. Admissum est. R.P. Petro Murillo Velarde, edition Tertia, 2
tomos Matriti, In Typhographia Ulloa a Romone Ruiz, Anno M.DCC. XCI ( Dos
volumenes, cuatro veces).
• Magnum Bullarium Romanum a Beato Leone Magno usque ad S.D.N. Benedictum
XIV. Opus Absolutissimun, Editio Novissima, Tomus prímus Luxemburgi,
MDCCXLII, A.B. Leone Magno, ad Paulum IV. (17 tomos).
To ga d o s y L e t ra d o s
352

• Apologías a la obra del Barbadiño intitulada Verdadero Metodo de Estudiar, etc.


Y Respuesta a ellas dadas traducidas del Idioma portugués al Castellano por Don
Joseph Maymó y Ribes. Doctor en Sagrada Teología, y leyes Abogado del Colegio
de esta Corte. Madrid Joachim Ibarra año MDCCLXVIII.
• Cartas Eruditas, y Curiosas en que, por la mayor parte se continúa el designio del
Theatro Critico Universal, Impugnando, ó reduciendo á dudosas, varias opiniones
comunes. Escritas por el mui ilustre señor D.Fr. Benito Geronymo Feyjoó y
Montenegro, Maestro General del Orden de San Benito, del Consejo de S.M. 5
tomos Madrid MDCCLXXVII. En la Imprenta Real de la Gazeta.
• Theatro Critico Universal o Discursos Varios en todo Genero de Materias, para
desengaño de Errores comunes dedicado al Rmo. P.M. Fr. Joseph de Barnuevo,
escrito por el Rmo. Padre Maestro Fr. Benito Geronymo Feyjoó, Maestro General
de la Religion de S. Benito, Cathedratico de Prima de Theologia Jubilado de la
Universidad de Oviedo, Abad que ha sido tres veces del Colegio de San Vicente de
aquella ciudad. Octava impression. Madrid, imprenta de los Herederos de Francisco
del Hierro, año M.DCCXLIX, 9 tomos ( Esta obra la compre al Dr. Pepito Diaz
por una suma di valor veinti y dos pesos J.A. Robayo).
• R.P. Ludovici Molinae de Justitia et Jure Opera Omnia Tractatibus Quinque,
tomisque totidem comprensa. Editio novísima Huie dilingentur recognitae accessit
Index Universalis Rerum, quae in hic Toto Opere Tractantur, MDCCXXXIII,
Coloniae, Allobrogum. 15 tomos.
• Vinnius castigatus, atque ad usum tironum Hispanorum Accommodatus: in quórum
Gratiam Hispanae leges opportunoribus locis traduntur. Valentiae edetanorum: Ex
Praelo Josephi et Thomae de Orga. MDCCLXXX (Dice Tomus Secundus, pero
solo hay un ejemplar).
• J.O Baptistae de Luca Venusini S.R.E. Presbyteri Cardinalis, Theatrum Veritatis, et
Justitiae, sive decisivi discursus per materias, seu titulos distincti, & ad veritatem editi
in forensibus controversias Canonicis &. Civilibus, in quipus in Urbe Advocatus,
pro una partiam scripsit, vel consultus respondit. Venetiis, MDCCXXXIV, Ex
Typrographia Balleoniana 15 tomos.
• R.P.F. Lucii Ferraris Soler- Alexandrini, ordinis minor. Regul. Observ. S.P. Francisci,
Promta Bibliotheca Canonica, Juridica, Moralis, Theologica, necnon Ascetica,
Polemica, Rubricistica, Historica ( Juris Hispanici Hodie Etiam Vocabitur) De
principalioribus, et FERE ómnibus, quae in dies occurrent, nce penes omnes
facile, ac promte Reperiri possunt, ex utrosque jure, pontificiis, conciliis, Sacr.
Congregationum Decretis, Sacrae Romanae Rotae Decisonibus, ac Probatisimis et
selectissimus auctoribus ( 1 tomos).
• Jacobi Pignatelli Eccryptaleis in Salentinis Sacrae theologicae, ac. J.U. Doctoris
consultationum canonicarum. Venetiiis, MDCXCV Apud Paulum Balleonium.
• Didaci Covarruvias a Leiva toletani Episcopi Segobiensis, Philippi II Hispaniarum
Regis Sumo Praetorio Praefecti, ac Juris Interpretis acutissimi, Opera Omnia, Jam
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
353

poft. Varias Editiones correctiora &. Cum Veteribus ac melioris notae exemplaribus
de novo Collana, &. Ab innumeraris mendis fenó repurgata. Genevae Sumptibus
Fratrum de Tournes MDCCLXII ( Hay dos tomos y una nota que dice: Pertence
a la Librería del Predicadores del Convento de Tunja).
• Digesti novi, Digestorum novum ( Sin autor o compilador, no tiene las primeras
páginas y no se puede ver el año de edición).
• Jus Canonicum Universum clara método juxta titulos quinque Librorum
Decretalium in Quaestiones distributum, solidisque Responsionibus, &.
Objetionum solutionibus dilucidatum authore R.P.F. Anacleto Reiffenstuel ordinis
Minorum S. Francisci Reformat. Provinciae Bavariae Lectore Jubilato Editio
Novissima cui accessit tractatus de Regulis Juris Cum Repertorio Generali Totius
Operis. Antuerpiae Sumptibus societatis MDCCLV (hay cuatro tomos).
• D. Didaci y Bañez de Faria J.U.P. Gaditani, Caroli II. Hispaniarum, in diarumque
Regis Catholici á Consiliis, in Cancelleria de Buenos Aires Regii Fisci Patroni,
&. In Goatemalensi Praetorio apud American primarios inter Judices adscripti
Additiones, observations et notae ad libros variorum Resolutionum ilustrissimi
ac reverendissimi D. Didaci Covarruvias a Leiva, episcope segobiensis, ac suprimi
concilii Castellae Praesidis, Editio Nova. Genevae, Sumptibus Fratrum de Tournes
MDCCLXII (Con una nota que dice: Pertenece a la librería de Predicadores del
Convento de Tunja. Hay tres tomos).
• Quinta Compilatio Epistolarum Decretalium honorii III. Pont. Max. Nunc recéns
é tribus vett.M.SS. in lucem data, &. Notis illustrata, Studio, &. Industria Innocentii
Cironii, Iuris Utrisque Professoris, Canonici, ac Ecclesiae &. Academiae Tolosanae
Cancillerij, cum duplici Indice, primo, titulorum, altero rerum verborúmque
Alphabetico. Tolosae Apud Arnaldum colomerium. Regis, &. Academiae Tolosanae
Typographum MDC XLV.
• Cursus Juris Canonici Hispani, et Indici (No tiene portada en un cuadro interior
dice: Index Alphabeticus titulorum Quinque Librorum Decretalium: Sexti,
Clementinarum, et Extravagantium. Ubi sub unoquoque titulo Apponitur numerus
capitulorum ipsius et pro jure hispano afferuntur tituli concordantes Partitarum,
Recopilationis Castellae, &. Recopilationis Indiarum.
• Fratis Dominici Soto Segoviensis, Theologi, ordinis Praedicatorum, Caesarae
Maiestati á facris confessionibus, Salmanti Professonis, De Justitia &. Iure
libridecum. Salmanticae Excudebat Iannes Baptista á Terranova MDLXIX (nota
que dice: es del conbento de Ntor. Domingo de Tunja).
Anexo 5

Documento sobre el exceso de abogados

Biblioteca Luis Ángel Arango. Fondo Libros Raros y Manuscritos

Santa Fe 26 de Octubre de 1771.

El Fiscal protector Dn. Francisco Antonio Moreno y Escandón, dice: Que


con ocasión de estar despachando la fiscalía, y haber pedido en la Real Audiencia
se limitase el crecido número de Abogados, obligándoles á la practica forense
por cuatro años y sujetándolos á rigoroso examen en calidad y literatura, no
satisfecho el celo de aquel regio Senado con haber proveído de oportuno remedio
á este daño, conociendo que el origen dimana del disimulo con que admitiendo
indebidos cursos se confieren los grados en la Universidad, sin el tiempo
necesario; mandó volver el expediente al fiscal con orden de que instituyéndose
las Constituciones de otra Universidad, pidiese lo correspondiente en remedio
de este abuso, y demás decorosa estimación de los graduados.

Solicitadas las Constituciones no han sido habidas, ni persona que pueda dar
razón de que en algún tiempo se formasen; y aunque el D.P. Ror. Expuso que
después del extrañamiento se hicieron una y remitieron para su aprobación á
España; pero ni copia de ellas se reservó, ni parece que se han tenido otro Norte
para la colocación de grados y manejo de este cuerpo literario, que la tradición,
y confusa memoria de lo pasado; Por lo que se vió la Real Audiencia en la
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
355

precisa necesidad de mandar que hasta la resolución de V.M4 S.M. se (Folio 1v)
guarden las Constituciones de Lima que requieren cinco cursos para el grado
bajo el reato de nulidad y que se formase y remitiese por otro P.R. una especifica
regulación de la cantidad que por cada grado deba contribuírse, reservando en
su vista proveer lo demás á que se excitó su atención (?) deseosa del mayor
provecho del bien común; franqueando al Fiscal Protector los testimonios que
pidió no sólo para dar cuenta á S.M. como lo ha verificado, sino también para
presentarlo en esta junta, á consecuencia del pensamiento que propuso sobre,
lo útil y necesario de la creación de Universidad pública, y estudios generales
en esta capital con que y no de otro modo se cortará radicalmente el desorden;
para cuya resolución lo presenta debidamente como irrefragable documento de
la verdad y convencimiento demostrativo de la falta de sinceridad con que el P.
fr. Jacinto Buenaventura vistió un memorial para contradecirla ante el Con.so.
Rl. en el extraordinario (‘?) que no puede leerse sin asombro de las impetuosas
que vierte, suponiendo hechos que nunca existieron sin perdonar lo sagrado de
V.E.5 cuyas providencias acrimina con su espíritu de preocupación é iracundía
que verifica literalmente lo de los proverbios de que su furor é ira no tiene piedad
y á su rápido ímpetu de maledicencia no hay su (Folio 2r) frimiento que pueda
tolerarlo, por ser su memorial más pesado que l duro peñasco, y más gravosas que
las arenas sus claúsulas, como dijo Salomón.

No ocupa el Fiscal Protector el tiempo en vindicarse de los defectos que


le objeta el P. Buenaventura, porque vive persuadido de que á v. e. y ministros
de la junta es notorio su modo de proceder, comprobados con hechos
constantes y porque nada conduce al intento de universidad que el autor del
pensamiento sea un perverso y mas cuando V.E. y la junta lo acreditan de útil
al público y al Estado con lo que debiera aquietarse el P. Buenaventura como
sucedió á los Lacedemonios.

Unicamente mueve al justo sentimiento ver que el P. Fr. Jacinto Buenaventura


suponga faltando á la sinceridad que el Fiscal Protector infama á su Sagrada
Religión y Provincia cuando reconociendo el contexto de todo lo que expuso, no
se encontrará cláusula menos moderada; pues procuró manifestar la necesidad
de Estudios Generales, sin particularizar graves defectos en materia de Letras

4
En el manuscrito original aparecen tachadas, estas dos letras que parecen apelar al Rey o virrey, se reemplaza
igual por la forma S.M. Su majestad, que será usada varias veces en el texto, algunas con la forma Md., o la forma
V.E. Vuestra excelencia.
5
La forma V.E. puede tambien estar referida al Fiscal que preside la Real Audiencia, en el evento de dirigirse a
las providencias que el sujeto profiere.
To ga d o s y L e t ra d o s
356

que bien los ha visto el citado(?) y por esto tal vez presumió que se le descubrían;
pues su queja parece la funda en que pidiendo el Fiscal una Universidad que
como madre abrigue los (Folio 2v) ingenios, donde los seculares puedan aspirar
al premio del Magisterio y enseñanza, logren el socorro de su dotación para
fomento de sus familias, y se confieran los grados con las debidas formalidades
á los beneméritos, sin que los ignorantes logren este distintivo, ha creído que
fue decir que al presente nada de esto se consigue por medio de la facultad que
su Religión disfruta. Y fuera de que este modo de representar el daño es de
los más modestos, y benignos; nadie dirá que es falsa la ilación ni que el fiscal
agravia en dar de ello cuenta á quien debe para su remedio; y por esto debiera
el P. Buenaventura amar, y no injuriar al Fiscal que asi lo enseña el Anoco. Dor.
Sto Thomás en el capítulo 126 opuse so 19 citado de contrario: qui ordinate
repraehendunt et intentione correctionis, sunt non solum ferendi, sed diligendi”,
a que concuerda con el quodlibeto 40 art. 13, y por esto el mismo Santo acusa en
el clero la ignorancia para probar que es necesaria la enseñanza de los regulares
y el Seráfico Dr. San Buenaventura les imputa defectos que admira, sin que por
esto se pueda argüirles que se valen de las armas vedadas de la calumnia. Con
mayor Claridad declaman los defectos en la colación de grados Bererlink(‘?), y
Luis Vives, sin la nota de calumniantes, sino con el lauro de (folio 3r) celosos del
bien público. Este es el que protesta el fiscal á Dios y al rey, que le han movido á
expresar lo que el P. Buenaventura llama calumnia y es verdad demostrada.

El mismo Padre confieza que nadie podrá negarse las Universidades son muy
proficuas al bien público y convenientes á la común sociedad, sino el que adaptare
las maximas de Nicleff. que S.M. sin causar agravio alguno puede suspender
el pri (folio 3v) vilegio de Universidades que tiene concedido á la Provincia de
Predicadores y establecer otra, dotándola, ó de las Temporalidades ocupadas, ó
del Real erario y aunque con esta confesión parece que no queda qué desear,
pues siendo útil á sus reinos y pudiendo S.M. ejecutarlo sin agravio, es visto que
nada desea tanto como la felicidad de sus vasallos; y que por consiguiente no
es parte la provincia y convento de de Santo Domingo para contradecirlo: con
todo, tiene el Fiscal Protector pr. Preciso repetir; que sobre el seguro supuesto de
la utilidad y necesidad de esta obra conviene que su situación sea precisamente
en esta capital y no en otra de las ciudades del Virreinato, porque no habiendo
en algunas de ellas universidad que pueda llamarse rigorosamente pública, ni
cátedras dotadas y fundadas con las formalidades que requieren y disfrutan las
universidades de España, Lima y México; habiéndose de enriquecer el Reino con


6
La grafía que representa el número no es muy clara, bien podría ser captítulo 42. cfr. Con la obra de Santo Tomás.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
357

esta preciosa joya nadie tiene más derecho á poseerla que esta ciudad de Santa
Fé por ser cabeza del Reyno en que V.E. preside y donde tienen su asiento los
principales Tribunales del Rno. de la R.L. Aud.a Pretorial, Tribunal de cuentas,
Iglesia Metropolitana, Casa Real de Moneda, numerosa juventud en dos lucidos
colegios y abundante número de religiones. De donde dimanan las provisiones
de oficios y empleos en lo militar, y político para todo el Reino. A don(folio4r)
de es preciso acudir para la determinación de casi todas las causas graves, tanto
de Justicia como principalmente de gobierno y manejo de Real Hacienda siendo
por todo el centro de donde nacen las lineas del mando y jurisdicción y occeano
á donde finalmente se restituyen. La situación territorial es la más cómoda, como
colocada casi en el centro que de todas partes pueden acudir los estudiantes
satisfechos de que la abundancia y moderado precio de sus bastimentos es un
aliciente que facilita á los pobres el estudio, que en otras partes dificultaría su
miseria. Los negocios forenses de la Chancillería y demás tribunales contribuyen
á que sin variar de lugar, se instruyan los jóvenes en materias civiles políticas
y contenciosas hasta Laurearse de abogados ó seguir la senda de oposiciones á
prebendas, cátedras o distintos ejercicios, según lo vano de sus inclinaciones, y
por otra parte, no es tanto el cúmulo y golpe de asuntos, que pueda degenerar en
confusión ni impedir los progresos del aprovechamiento literario, como para en las
Cortes se alegó alguna vez por inconveniente; y por la experiencia se ha verificado
que aún en ellas han sobresalido no pocas universidades, como en la aplicación
del que fue Colegio Imperial en Madrid, explica la colec (folio 4v) ción impresa,
ninguna de las restantes Ciudades tiene fundada universidad que pueda decirse
que se le priva con la erección de la que se propone; y en ninguna concurren las
proporciones que van referidas de Santa Fé. La de Quito sólo ha gozado de la
facultad de conferir grados que disfrutaban las dos Religiones, del modo que en
esta cap. 1 sin que en rigor haya habido ni exista universidad pública; solo tiene
Tribun.l de Rl. Aud.a corresponde al extremo del Virreinato, y se dificultaría la
concurrencia de la juventud de muchas ciudades distantes, y sin agravio parece que
corresponde la preferencia á esta capital, respecto de Quito, Popayán y Cartagena;
pues contribuye también la circunstancia de que casi de todos los lugares del
Rno. se gira correspondencia á esta capital, para las pretensiones, Comercio y
dependencias que ocurren, y las que hubieren de remitir sus hijos á la universidad,
tienen con este motivo personas conocidas y de confianza á quienes encargan su
asistencia y cuidado, lo que no sucede en otras ciudades.

Supuesta la confesión del P. Proc.or Buenaventura, y lo que en sus antecedentes


tiene expuesto, el fiscal Protector para persuadir la utilidad y beneficio común
que resultará de la fundación de universidad, se persuade también que es del
todo necesaria, para fomentar la literatura y remediar el desorden que en la
actualidad se experimenta, y por muchos años ha sufrido este Reino para que
To ga d o s y L e t ra d o s
358

el Pe Procurador no atribuya á calumnia esta constante verdad, ni eche menos


la prueba; puede producirse de testigo al público todo como hecho notorio y
constante. Cuanto el fiscal protector ha representado en sus memoriales sobre
la falta de formalidad en el método de estudios, comprobación de cursos,
tiempo, y modo de cursar, sobre la arbitraria contribución de dinero por el
grado; insuficiencia en calidad y letras de muchos que lo obtienen, y otros graves
defectos, no necesitan de prueba por su notoriedad, y puede decir con propiedad:
quod scimus loquimur, quod vidimus testamur. Fácil cosa sería presentar algunos
graduados, que darían ocular prueba de estas sencillas verdades. Registrar los
documentos de comprobación de cursos; examinar en los libros (si es que se
guarda este requisitos) los puntos que se han dado y cuestiones de que se ha
leído: las diligencias que se practican para indagar el nacimiento del pretendiente
y otras cosas precisas y se vería con dolor que es incomparablemente mayor el
daño de lo el Fiscal ha insinuado y que toda aquella narrativa del memorial del
P. Buenaventura es un exterior que aparenta formalidad, vacio de ella y colmado
de substanciales defectos, muy perjudiciales al gremio literario.

(Folio 5v)

Pero para qué es molestar la superior atención de la junta, con referir lo que
sabe, cuando el mismo expediente agitado en la Real Audiencia, cuyo testimonio
ha presentado, publica que aquel Regio Senado exitó al oficio fiscal para que pidiese
remedio noticiado del defecto, conceptuando que el origen del daño representado
sobre la multitud de abogados consiste en el disimulo y falta de formalidad en la
colación de grados. Cuando la referida Real Audiencia expresa en su auto haber
yá hecho el justo reparo en los títulos de Doctor declarando que conviene ocurrir
prontamente al remedio de este desorden, para evitar los daños que ocasiona.
Cuado finalmente llegó a manifestar que se había exitado su atención deseosa del
bien público á expedir otras providencias, prescribiendo al Rector que se formase
una específica regulación de la cantidad que se deba contribuir y su distribución.
Todo lo cual representa á la vista un convincente testimonio de que la literatura
padece, y no se confieren los grados como es debido, por falta de formalidad en el
convento facultado para ello; cuya verdad se convence más si se advierte que aun
todo el respeto y autoridad de la Real Audiencia no ha bastado para (folio6r) que se
obedezca su providencia, pues rescindiendo de que según noticias extrajudiciales,
se han dado grados posteriormente, contraviniendo á lo mandado; lo cierto es que
no se ha formado y remitido al Rl. Acuerdo la regulación prevenida, quedándose
las cosas en el mismo estado que tenían.

Pero pasando a tiempos más cercanos á los nuestros, consta que habiéndose
pedido al Papa Inocencio XI que declarase ser esta cierta verdadera y real
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
359

universidad, como las de Lima y México; no lo determinó sino le comunicó los


privilegios concedidos á la Universidad de Manila, dando por inserta la Bula
de su concesión; pero con una muy notable limitación digna de atenderse en
el sistema presente, cual fue que solo había de durar esta universidad pública,
regia y Pontificia como las de Lima y México en esta capital de Santafé o reinos
más vecinos, y que hasta entonces y no más debería per (folio8r) manecer
la universidad, ad instar, y por comunicación: danc, et quosque alia publica
universitas apostólica, et regalis, ad forman modo dictarum universitatum
(Limana et Mexicana) et non aliter, autim eadem civitate autim alijis regnis
vicinioribus construatur, sen erigatur, dumtarat durare debeat. Asi consta y
parece de las Bulas citadas é insertas en la certificación auténtica de ellas,
que debidamente acompaña para la cabal instrucción de este expediente, por
contener la última que impuso perpetuo silencio al pleito seguido entre el
Convento de Predicadores de esta ciudad y Regulares expatriados, siendo éste
el actual estado de la Universidad de Santo Domingo, que con razón dixo el
Fiscal no podía decirse rigorosamente pública, como las de Lima y Méjico,
pues cuando se erija como ellas debe cesar su continuación siendo llegado ya
el caso de su verificación.

Convéncese por lo dicho la equivocación con que el P. Procurador


Buenaventura alegó que así los religiosos como los hijos del Colegio del Rosario
quedarían privados de obtener cátedras en la Universidad, por falta de fondos
para dotarlas, pues debió advertir que habiéndose propuesto como necesarias
doce cátedras de dotación fija, y públicas para fondos de la universidad, tienen
derecho a oponerse á ellas y á obtenerlas no solo los hijos de dicho colegio, sino
cualesquiera otro literato y aunque sea religioso, siendo de Facultad permitida,
pues dichas Cátedras han de ser comunes para que indistintamente sirvan de
permiso á la literatura, como sucede en las universidades públicas del orbe, en
que también se acostumbra admitir cátedras de particular dotación que fue
lo que el Fiscal insinuó en su primera propuesta. Y si muchos por su pobreza
(folio10v), no tuviesen el dinero necesario para obtener el grado de Doctor, y
costear la pompa y propinas acostumbradas, se habrán de contentar con el grado
de Bachiller ó Licenciado, que presta aptitud necesaria para los empleos, y que
dara más apreciable y menos común que en lo presente el doctorado, sobre que
parece debilidad del entendimiento y agravio de la razón detenerse á persuadir la
utilidad y aun necesidad de la creación de universidad pública cuando son tantos
los motivos que claman con notoriedad por su establecimiento. En este seguro
supuesto conceptúa el Fiscal que toda la atención debe dirigirse á solicitar y
facilitar los medios y fondos para la dotación de Cátedras y subalternos; y fuera
de las que propuso en su representación de 9 de Mayo de 1768 dando por
aplicada al fondo de Universidad así las alajas de adorno que tenía la que con
To ga d o s y L e t ra d o s
360

este nombre disfrutaban los regulares expatriados, como los 2500 ps impuestos
a senso los 500 que debe el Colegio de Quito, y los 13000 de las Cátedras
de Canones y Leyes, podrán añadirse los senso ó rentas pertenecientes á las
congregaciones extinguidas en la Iglesia del que fue Colegio Máximo de esta
ciudad, que importarán 10000 ps. escluso lo incobrable; (folio 11r) como también
2,332 ps. por impuesto en carga de algunas misas que podrán celebrarse por
los catedráticos sirviéndoles de aumento á su dotación, siguiendo las acertadas
huellas de lo resuelto por S.Md. á consulta del Consejo en el extraordinario por
lo respectivo á la aplicación hecha en Palma, en la Isla y Diócesis de Mayorca,
y conforme á lo igualmente dispuesto en Granada y Sevilla, podría situarse la
Universidad en lo que hoy se llama Patio de Estudios, donde existen ocho piezas;
ó generales de toda extensión y capacidad para las lecciones profanándose con
la autoridad del Illmo Sor. Arzobispo la Capilla que se apellida de Nuestra
Señora de la luz, con los ritos acostumbrados para que sirva á los actos públicos
y demás conferencias de estilo, adjudicándose en línea el terreno desierto hasta
la esquina que hace frente á la casa del actual Dean Dn. Fran.co Xav.er de Moya
donde podrá edificar á su beneficio, según parezca más oportuno; añadiendo
3000ps. Del oficio del Provincia que solo tienen la carga de contribuir diez y
siete y medio doblones á siete viudas, durante el novenario de Nuestra Señora
de los Dolores, quedando el residuo aplicable á objetos útiles por estado según la
disposición del Fundador á arbitrio de los expatriados.

(Folio 11v)

Para la dotación de la expresada Cátedra y cuatro becas estima el Protector


por adecuado y el más propio y oportuno el producto de la Salina de Zipaquirá,
asi por el derecho que tienen los indios y les está declarado á ella, como porque
ninguno otro objeto (folio13r) puede ser más benéfico al común de los indios
que su ilustración, enseñanza y decorosa estimación que de ella le resulta,y de
que han estado tan distantes en este Reyno; donde su miseria y abatimiento
induce á la persuasión común de que es imposible elevarlas al menor grado
de estimación. La expresada Salina administrada á beneficio público según el
método establecido por el Protector y aprobado por S. Md. reditua annualmente
fuera de 2000 ps. destinados para reparo de Iglesias con el alivio del Real erario,
1700 como caja común, para acudir á las necesidades de los Indios y su alivio; y
de estos pueden aplicarse 1000 ps. los 500 como renta de la Catedra y los otros
500 para que al respecto de 125 ps cada una de las cuatro becas puedan no solo
alimentarse sino también sufragárseles lo preciso para el vestido, uniforme y
menos costoso que sea posible, destinándose color honesto y peculiar que los
distinga de los otros, encargándose á los directores que mirándolos con amor
procuren su adelantamiento infundiéndoles honor para que se hagan estimables,
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
361

granjeándose aprecio entre las gentes de modo que el común de los indios
conozca el beneficio que se les (folio13v) dispensa promoviendo su exaltación y
se estimulen á conseguirlas.

No olvida el Fiscal Protector la enseñanza de la lengua recomendada por


las leyes y últimas reales disposiciones, sino que conceptuando inverificable su
establecimiento, no alcanza arbitrio para que se erija Cátedra á este destino; pues
como es notorio logra este distrito( en medio de su desgracia) la felicidad de que
los indios en ala mayor parte no hablan otro idioma que el castellano y los infieles
cercanos á las misiones de la Provincia de los Llanos, no tienen lengua general,
variando no sólo las diferentes naciones, sino aun las parcialidades de frases y
lenguaje; por cuya diferencia no ha llegado el caso de Formarse ante abecedario,
ni dadose modo de aprehenderla; pues sería preciso multiplicar los formularios,
y enseñanza, á proporción de la excesiva multitud de diferentes lenguajes que
se observan; siendo, por otra parte, muy fáciles estos indios á la inteligencia
de nuestro castellano, á que parecen inclinados y que perciben, explicándoseles
por señas los significados, y siempre que en los operarios concurra el celo del
apostolado corresponderá copioso fruto á sus tareas por la buena disposición
que (según los informes en varios (folio14r) expedientes) se encuentra en los
indios infieles; debiendo después de su reducción aplicarse los medios para su
conservación de que se tratará en lo concerniente al importante recomendado
punto de misiones; para cuyo fomento y sus felices progresos no puede negarse
la conducencia de la Universidad é instrucción literaria á que por ahora se reduce
la atención y en que suplica el Fiscal Protector se detenga la Sup.or de V.E. para
resolver una materia tan digna de ocupar los desvelos de gobierno. Santa Fé 25
de octubre de 1771

Otro sí. Son aplicables á este importante objeto las nueve tiendas o accesorias
inclusas en el edificio de dicho Colegio; con cuyo arrendam.to se supliran los
cuatro mil y quin.tos que exhibió el semi.rio de sn. Bart. Me para completar los
trece mil de dotación de Cátedras de Cánones y leyes de que va hecha mención,
y tal vez reclamará para sus alumnos sobre que se podrá determinar en just.a

Francisco Antonio Moreno


Anexo 6

Relación de los méritos y circunstancias


del Dr. Don Francisco Antonio
Moreno y Escandón

(folio A recto),

Relación de los meritos y circunstancias del Dr. Don Francisco Antonio Moreno
y Escandón, Cathedratico que fué de Instituta, y ahora de Prima en Sagrados
Canones en la Universidad Xaveriana de la Ciudad de Santa Fé en el Nuevo
Reyno de Granada, abogado de aquella Real Audiencia, y Defensor de Rentas
Decimales de aquel Arzobispado7.

Por diferentes testimonios, y otros Documentos, que se han presentado en esta


secretaria del Perù, consta que, el mencionado Doctor Don Francisco Antonio
Moreno y Escandòn es natural de la Ciudad de Mariquita en el Nuevo Reyno
de Granada, e hijo legitimo de Don Miguel Moreno, y de Doña Manuela Dìaz
y Escandón, vecinos de la referida Ciudad, y descendientes de (folio A verso)de
ilustres familias de España, en cuyos Reynos, en las Indias han gozado, y gozan
el fuero de Hijosdalgo notorios de Sangre, y obtenido en ellos sus antepasados
diferentes distinguidos empléos, que desempeñaron con general aceptacion.


7
Transcripción de la versión original del documento, en forma impresa que reposa en el Fondo de libros raros
y manuscritos de la Biblioteca Luis Ángel Arango. Bogotá. Elaborada en junio 18 de 2009 para la presente
investigación. Se ha conservado la escritura en su versión inicial, sin la transcripción de las S sibilantes, y el acento.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
363

Que el expresado Don Miguèl Moreno, su padre, es familiar, y Notorio del


Santo Tribunal de Inquisicion de la Cuidad de Cartagena, y que ha sido
Alcalde Ordinario en la de Mariquita, y Superintendente General en una de
las Provincias del Chocò; en cuyos ministerios ha manifestado, y manifiesta su
buen juicio, y conducta.

Que el mencionado Doctor Don Francisco passó en sus tiernos años à la ciudad
de Santa Fè y después de haberse instruido en la Latinidad, y Letras Humanas,
se le recibiò, en atención à su nobleza, y buenas circunstancias, por el Colegial
en la Real, y Mayor de San Bartholomè, en donde por espacio de tres años cursó
la Philosophìa con aprovechamiento; y haviendo precedido los Actos literarios,
que se acostumbran en aquella Universidad, se le confieron por ella los Grados
de Bachiller, y Maestro en esta Facultad.

Que finalizado el Curso Philosophico, se dedicó al estudio de la Teología


Especulativa, Moral, y Expositiva, en la que continuó sus tareas con igual
aplicacion; y que haviendo sido electo entre sus Condiscipulos para sustentar
otro Ac- (folio A2 recta) Acto Literario Pùblico de Conclusiones, propuso y
defendiò los puntos, y dudas de todo lo concerniente à las materias, que se
disputaban, con tan particular comprensión, que le adquiriò un subido concepto,
el que con su aplicación fuè aumentando hasta lograr el Grado de Doctor en
Teologìa, que públicamente se le concedió por la referida Universidad, después
de haver tenido la Tremenda, ò Acto acostumbrado.

Que concluido el Curso Theologico, dió principio al estudio de las Leyes, y


Sagrados Canones, y se aplicó de forma, que haviendosele nombrado para
defender un Acto de Conclusiones, emprendiò sustentar, y defender quantas
dudas, y cuestiones se controvierten en ambos Derechos Canonico, y Civil, sobre
confesiones judiciales, extrajudiciales, puras, y qualificadas; y que sin embargo
de lo arduo de la empressa; consiguió un feliz éxito en el numeroso concurso de
todos los Prelados de las Religiones, sus Maestros, y Lectores, y de los Doctores
en todas las Facultades, que hay en aquella Ciudad, à que asistieron tambien los
Cabildos Secular, y Eclesiastico, y el Virrey de aquel Reyno, à quien se dedicó
este Acto, por lo que, con el aplauso que merecia logró se le confiriesse el Grado
de Doctor en estas Facultades.

Que assi por su adelantamiento en los estudios, como por sus amables prendas,
y dotes naturales, ha sido electo, y nombrado comun acuerdo para regentar en
aquella Universi (folio A2verso) dad la Cathedra Instituta, como lo executó con
general aprovechamiento, promoviendo la Juventud al estudio, y aplicacion de
tan ùtil, y necessaria Ciencia.
To ga d o s y L e t ra d o s
364

Que con este motivo, y el de haverse recibido en el Colegio de Abogados de aquella


Audiencia, logra el pùblico los frutos de su literatura, y juicio en las defensas de
los Pleytos, pareceres, y dictamenes, que para determinación de muchos de ellos le
pide el Virrey de aquel Reyno, y Tribunales de aquella Capital, los que siendo tan
arreglados, y conformes à justicia, dieron motivo para que aquel Cabildo Secular
le nombrasse por su Assesor General para la mejor direccion de sus causas, y
negocios; eligiendosele después sucesivamente por Procurador General, Padre
de Menores, Assessor General, Alcalde Ordinario, y Defensor de las Rentas
Decimales, cuyo Emplèo esta desempeñando con singular acierto.

Que en Cartas para S.M. de veinte y ocho de Septiembre de mil setecientos


cincuenta y nueve, veinte y nueve de Abril, y seis de Mayo de mil setecientos
sesenta y uno, informaron à favor de este sugeto, y sus buenas prendas el Virrey
Don Joseph Solís, el cabildo Secular, y la Universidad Xaveriana de aquella
Ciudad; y el actual Virrey Don Pedro Mesia de la Cerda refiere en otra de
primero de Diciembre del propio año de mil setecientos sesenta y uno, que à
su arrivo à aquella Capital estaba ejerciendo el (folio A3 recto) el mencionado
Doctor Don Francisco Antonio Moreno, como actualmente lo està haciendo,
el Empleo de Alcalde Ordinario, con cuyo motivo, y por la precision en que
le tenía constituìdo su Oficio de dárle cuenta de quanto ocurria, comprendió
la integridad, zelo, y desinterés, con que ha procedido en la administración de
justicia, y en evitar escandalos, y procurar la tranquilidad pùblica, con singular
esmero del servicio de Dios, y de S.M. añadiendo igualmente los Empleos de
Procurador General, y Padre de Menores, que havia servido anteriormente, sin
dàr motivo à la mas leve nota, como sucediò cuando fué elegido por Assesor
de aquel Ayuntamiento, siendolo tambien de aquella Real Casa de Moneda; y
que en todas estas ocupaciones ha manifestado una notable indiferencia à todo
lo que pudiesse producirle utilidad, logrando acierto, y aceptación, de que no
ha carecido en el destino, que tiene actualmente de Defensor General de las
Rentas Decimales de aquel Arzobispado,sin que el uso de todos ellos le haya
embarazado para obtener la Cathedra de Instituta, que regentó algunos años en
la Universidad Xaveriana, de la cual ha sido por Oposicion promovido à la de
Prima en Sagrados Canones, que està exerciendo, con credito de su aplicación,
conducta, y honroso proceder, correspondiendo à su calidad, y notoria hidalguìa,
y concluye (folio A3 verso) ye expresando lo hace presente por hallarse enterado
de todo, y conceptuar à este sugeto digno de que S.M. le tenga presente para
cualquier assumpto, que pueda conducir al Real Servicio.

Assimismo consta, que hallandose el citado actual Virrey con prevencion de que
no destìne Ministro alguno de aquella Audiencia para que ayude al despacho
de la Fiscalìa, que exerce Don Joseph Peñalver, nombrò en virtud de sus
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
365

Facultades, por Abogado Fiscal para lo que haga, al mencionado Doctor Don
Francisco Antonio Moreno, en atención à su literatura, y singulares prendas, y
à que el referido Ministro, con la muchedumbre de negocios, que ocurren en
aquel Superior Gobierno, no siempre puede por sì solo dàr aquella prompta
expedición, que se requiere.

En otra Carta para S.M. de veinte de Marzo de mil setecientos sesenta y dos
repite el muy Reverendo Arzobispo de Santa Fé lo que queda expressado; y añade,
que frecuentemente pide dictamen al referido Doctor Moreno en las causas mas
graves de aquella Curia Eclesiastica, especialmente en las apeladas en los Obispos
Sufraganeos; y que la justificación, literatura, y demàs cùmulo agradable de
circunstancias de este sugeto, le mueven à presentarlo sin exageración, para que se
le destìne, y emplee en lo que sea mas conveniente al Real Servicio.

Y últimamente, la Audiencia de aquella Capi (folio A4) tal hace presente à S.M.
en Carta de veinte y ocho de Junio del año proximo passado los particulares
talentos del mencionado sugeto, sus apreciables circunstancias, y la juiciosa
conducta con que se ha portado, y se maneja en todos los referidos ministerios,
y encargos, para que S.M. en Carta de veinte y ocho de Junio del año proximo
passado los particulares talentos del mencionado sugeto, sus apreciables
circunstancias, y la juiciosa conducta con que se ha portado, y se maneja en todos
los referidos ministerios, y encargos, para que S.M. se digne tenerle presente en
la provision de los Empleos, que sean de su mayor agrado.

Formòse en esta Secretarìa del Real, y Supremo Consejo, y Camara de Indias,


de la Negociacion del Perù, de los Informes, que quedan en ella, y de los demàs
Documentos, que presentò la parte, à quien se volvieron. Madrid diez de Abril
de mil setecientos sesenta y cuatro.

Silvestre Lopez Marq.z

(folio A4 Verso)

El DOCTOR DON FRANCISCO ANTONIO Moreno y Escandón

Es natural de la Ciudad de Mariquita en el Nuevo Reyno de Granada, y


descendiente de ilustres familias de estos Reynos, cuyos ascendientes obtuvieron
distinguidos Emplèos.
Fue Colegial en el Real, Mayor de San Bartholomè de la Ciudad de Santa Fè.
Està graduado de Bachiller, Maestro de Philosophìa, y de Doctor en Theologìa
y Jurisprudencia.
To ga d o s y L e t ra d o s
366

Ha sido Cathedratico de Prima en Sagrados Canones, y Abogado de aquella


Audiencia.
Alcalde Ordinario, Procurador General, Padre de Menores, Assessor de aquel
Ayuntamiento, y de la Real Casa de Moneda.
Defensor General de la Rentas Decimales de aquel Arzobispado, y Abogado
Fiscal por nombramiento del actual Virrey Don Pedro Mesia de la Cerda, para
ayudar al de la Audiencia en el despacho de los muchos negocios, que ocurren
en aquel Superior Gobierno.
Dà muchos dictàmenes à aquellos Ministros, y Tribunales, y està conceptuando
de muy literato, juicioso y desinteressado.
Tiene Informes à su favor de dos Virreyes de la Audiencia, del Arzobispado, de
la Ciudad, y de la Universidad de Santa Fè, expresando es digno merecedor de
que se le atienda, y emplee en lo que sea mas del Real agrado de S.M.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
367

Anexo 7

1767 Univerisdad Javeriana:


inventario de sus bienes

Archivo General de la Nación. Fondo Colegios 38

Folio 1026 (hay una nota inicial)

En la ciudad de Santa fee a veinte y tres de septiembre de mil setecientos


secenta y siete años: los señores jueces comisionados Doctores Don Antonio de
Verastegui oydor, y Alcalde de la Corte de la real Audiencia, y Don Francisco
Antonio Moreno Fiscal protector general de los naturales de este reino,
dijeron: que mediante a que al cuidado de los padres de este colegio, se hallava
la universidad de San Francisco Javier, y los caudales, y bienes pertenecientes
a ella (…)

Folio 1032 RECTO


Igualmente se pone por inbentario la librería de esta Universidad que se halla en
el Apocento No.55, y se compone de los libros siguientes

El cardenal Belarmino, su obra siete tomos en folio


Yten Suarez, su obra veinte tomos en folio
Yten Noel, compendio, de Suarez, dos tomos en folio
Yten Eleuterio, sobre las controvercias de Aurelisis un tomo en folio
Yten Meyer, sobre tomismo un tomo en folio
To ga d o s y L e t ra d o s
368

Yten Curso Philosophico del colegio complutense de carmelitas descalzos, un


tomo en folio
Yten Losada. Curso philosophico, duplicado, siete tomos en quatro, y uno de
sumadas en octavo
Yten Diana, Resoluciones, un tomo en folio
Yten Muniesa de incarnatione, tres tomos en folio de Gratiae de esenntie at
atributos
Yten Tosca Curso Philosophico, cinco tomos en folio
Yten Esparza sobre Santo Thomas dos tomos en folio

Folio 1033 r.
Yten Antonio Pérez de Justitia et jure, un tomo en folio
Yten Marin Curso Theologico, tres tomos en folio
Yten Gonzales, sobre la regla de carceleria un tomo en folio
Yten Fragoso de regimine reipublice christiane, tres tomos en folio
Yten Decreto, decretales y sexto, tres tomos en octavo, y una decretal sin glosa
Yten Texto del Derecho Civil dos tomos en folio
Yten otro tomo Yndex
Yten Ripia de rentas reales treinta, y seis tomos de diferentes alegaciones en Dxo.
en folio.
Yten Mendo, sobre la bulla de la Cruzada un tomo en folio
Yten San Bernardino de Cena, quatro tomos en folio
Yten Leandro, siete tomos en folio
Yten Izquierdo, dos tomos en folio
Yten el Curso Salmatisense, seis tomos en folio

Folio 1033 v
Yten Serrana, quatro tomos en folio
Yten Pascualigo, dos tomos en folio
Yten Barboza, sobre el Concilio, un tomo en folio
Yten Lugo, Respuestas Morales, un tomo en folio
Yten Donato, quatro tomos en folio
Yten Dicastillo, sus obras, tres tomos en folio
Yten Aguilar, Curso Philosophico, dos tomos en folio y en theologico, ocho
tomos en quatro.
Yten Lineo Apotegmas de San Ignacio un tomo en folio
Yten Hurtado, Curso philosophico, un tomo en folio
Yten Carmelo In Dioij Thomas, dos tomos en folio

Con lo qual por ser tarde, se suspendio esta diligencia para proseguirla otro día;
y dichos señores los rubricaron por antemi de que doy fee= hay dos rubricas=antemi
Joseph del Rojas: escribano de su majestad. En la ciudad de Santa Fee a veinte y
quatro de septiembre de mil setecientos secenta y (*)siete años, en procesución de
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
369

estas diligencias, los señores jueces comisionados, abierta que fue la puerta de esta
librería, continuaron su imbentario en la forma que se sigue=(*)folio 1334r. (hay
nota sobre continuación al margen de la hoja 1333).

Yten Oliverio de horas Canonicis, un tomo en quatro


Yten Philiverto, Balla, sobre el probabilismo, un tomo en octavo
Yten Dinelio, Epistolas, dos tomos en quatro
Yten Bonarnico de Bello Italivo, un tomo en quatro
Yten Suplemento, y advertencias al probabilismo, dos tomos en quatro
Yten El Infarinato, en italiano, un tomo en quatro
Yten Alticosio, Suma de san Agustin, cinco tomos en quatro
Yten Sagio Advertencias a la obra de Concina un tomo en quatro
Yten Raulin Historia eclesia Malavarice, uno en quatro
Yten Charlas de livertatibus ecclesia gallicano tres tomos en quarto

Folio 1334 v.
Yten Gravina Apología de probabilismo un tomo en quatro
Yten Picheli. Derecho Canonico cinco tomos en octavo
Yten Smaslgrueber, siete tomos en cuarto un tomo sobre los libros sagrados,
en folio
Yten Gibalino de Isuras dos tomos en folio
Yten Abendaño Problemata, un tomo en folio
Yten Ramírez Teología, tres tomos en folio
Yten Segura, dos tomos en folio
Yten Gutierrez Hurtado, un tomo en folio
Yten Campo Verde de incarnat.co dos tomos en cuarto
Yten Noceti Veritas Vindicata dos tomos en cuarto
Yten Fray Joseph el espíritu santo, Medula Teología tres tomos en cuarto
Yten Diva Teología, tres tomos en cuarto
Yten Corderio, su obra ocho tomos en folio
Yten Meldero de Virtutibus, un tomo en folio
Yten Bocio, dos tomos en folio
Yten Fabro, Teología, un tomo en folio
Yten Becano, su obra siete tomos en octabo
Yten Cursus mobus philosophia, quatro tomos en octavo
Yten Maur (?) Philosophia, quatro tomos en octavo
Yten (?) Teología dos tomos en folio
Yten Ortis Caduceo Theologico, dos tomos en folio y cinco en cuarto
Yten Ulloa, su obra nuebe tomos, tres en folio y cinco en cuarto
Yten Barbadiño Methodo de estudiar, quatro tomos en cuarto
Yten Stefer Biblia inmaculada doze tomos en folio
Yten seis tomos en octavo, y uno en folio Anonimos, sobre la conducta de los
jesuitas, y su enseñanza
To ga d o s y L e t ra d o s
370

Yten Letras críticas contra Lampridio, tres tomos dos en cuarto y uno en octavo
Yten Buenani Recreación del osio, en italiano, un tomo en cuarto
Yten Plaza sobre la concepcion, un tomo en folio
Yten Cancelote Anales Marianos, quatro tomos en folio
Yten Kolve, Curso Theologico ocho tomos en octabo
Yten Viner, Aparato para la jurisprudencia, tres tomos en quatro menor
Yten Corsini, Curso philosophico, siete tomos en octavo
Yten Mangol, Curso philosophico, tres tomos en cuarto
Yten Ripalda, Sobre el maestro de las sentencias, un tomo en folio
Yten el mismo de Entesupernaturalis, un tomo en folio

(…) remitanse al excelentisimo señor Virrey para que determine su dirección


a España= Verastegui, Moreno= fui presente Joseph de Rojas escribano de su
majestad. Santafe Noviembre 18 de 1767
Anexo 8

Solicitudes de abogados
ante la Real Audiencia de Santafé

Testimonio de los documentos presentados por Don Luis Tadeo Jimenez


Abogado de la Audiencia y Chancilleria de Santafé de Bogota Nuevo Reyno
de Granada (folio 001)

(Folio 2r) Sello segundo, seis reales, años de mil setecientos y setenta y dos,
y setenta y tres.

Señor rector del Colegio Real Mayor de nuestra señora del Rosario= Don
Luis Javier Jimenez Colegial formal de el presento a los pies de s señoria, con
mi mayor respeto y como mas haya lugar en que hecho digo: que para efectos
de que me convienen, se hace servir su acreditada justificación mandar que el
secretario de ese Colegio, me de testimonio de las informaciones, que produce
para servir la veca, en que el excelenisimo Señor Virrey, se digno nombrarme que
si es Justicia= Assia rendidamente suplico se sirva proveer como solicito yo Luis
Tadeo Jimenez y Barragan=Santafe tres de Agosto, de mil setecientos(folio 3r)
que el Secretario de este Colegio, certifique en manera que haga fee, si consta
en el Archivo de su cargo, haver yo usado de una de las Becas Seminarias de el,
y si para ello hice contar mi mi legitimidad, limpieza y nobleza de Sangre como
tambien, ser oriundo de la Villa de Honda, de donde son vecinos, mis Padres=
Y que asi mismo certifique si consta que yo fuere expulso de este colegio, o
hiviere dado motivo para ello lo qual mediante assia. Rendidamente suplico
To ga d o s y L e t ra d o s
372

se digne proveer como solicito yo Luis Tadeo Jimenes, y Barragan= Santafe, y


Nobiembre dos, de mil setecientos setenta y ocho= como lo pide ay una rubrica=
Doctor Urive Secretario=informac. El doctor Don Pedro Urive, (?) secretario
de este Colegio Real Mayor (folio4r) Jimenez, y Barragan el clerigo de menores
ordenes, y sacristán mayor de la ciudad de Mariquita puesto a los pies de S.
senoria con el debido respeto digo: que para efectos que hacen a mi derecho se
hade servir su acreditada Justificacion mandarseme de copia legalizada de mi
fe de Bautismo que tengo presentada en esta curia, que en ello recibiré merced,
y justicia la qual mediante A s. señoria rendidamente suplico, se digne proveer
como solicito que Juro en debida forma lo necesario va. Luis (decreto) Tadeo
Jimenez y Barragan= Santafe catorce de Nobiembre, de mil setecientos, setenta y
ocho= yo el notario hice saber el derecho de la buelta à Don Luis Tadeo Jimenez,
en su persona doy fee Jimenez= Robayo Notario= en cum ( folio 5r) hijo legitimo
de Don Luis Jimenez y Doña Florencia Barragan vino de un dia nacido, fue su
padrino Don Bartholome Frutos, a quien adverti el parentesco, y obligación y
para que conste lo firmo Doctor Don Miguel Josef Verastegui= Esta cierta y
verdadera, y concuerda con la original de donde la saque, y para que conste doy
la presente, y firmo en Honda, a ocho de Agosto, de mil setecientos setenta y
sinco años= Doctor Don Josef Joaquin Tovar= concuerda con su original que se
halla ala foxa, cuarenta, y quatro de los años que se hallan en este archivo de mi
cargo, sobre la capellania que fundo Doña Petronila Osorio, de donde se saco
corrigió, y (folio 6r) venirme (a consecuencia de lo informado por v. señoria)
hiciese constar mi legitimidad y nobleza ante el Secretario, de este dicho clegio
como lo dispone la constitucion tercera Capitulo tercero, de los colexiales y
en su cumplimiento exhivo en toda vida forma, la adjunta Certificacion, del
secretario del Colegio Real Mayor y seminario, de esta ciudad, en que constan
concurren en mi todas las qualidades que previene la sitada constitucion, para
que su vista, se digne V señoria declarar estar apto para obtener dicha beca,
que asi es Justicia Va. Luis Tadeo (Decr.to) Gimenes, y Barragan= Santafe y
Nobiembre nueve, de mil setecientos sesenta, y ocho= comiso que se al (folio
6V) claustro para consulta, y el secretario certifique, lo que de ella resulte, con
cuia diligencia se provera=Ay una Rubrica= Granados Secretario=Aviendose
congregado los señores Rector Vice= Rector, y mas que componen el claustro,
en la sala Rectoral de este Colegio Mayor, a conferir sobre la pretencion de
Don Luis Tadeo Gimenez, y Barragan en conformidad del estatuto Treinta y
nueve de los de Santiago, de Salamanca dijeron se le admitiese la Ynformacion
arreglada a Nuestras constitucio=nes y tiene ofrecida lo que certifico en virtud
del Decreto que precede en dicho dia mes, y año= Don Se=bastian Ramon
Dias Granados Se (Dec.to) cretario= Santafe, y Nobiembre (folio 7r) dias, de
mil setecientos setenta, y ocho Hase por presentado el Ynstrumento que esta
parte refiere, en su escrito que se agregara, con la partida de Baptismo que hara
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
373

presente, y en atención a que el Claustro consiente, se admita la Ynformacion,


Cegun consta de la certificación antecedente, el Secretario la recibira, en devida
forma, y obre lo que huviere lugar en derecho= Doctor Guzman= proveyose
por el Señor Rector de este Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario
Cura Doctrinero del Pueblo de Usme en Santafe a dies de Nobiembre de mil
setecientos setenta, y ocho años Granados Secretario= Ynterrogatorio por el qual,
hande ser examinados los Testigos que presentare Don Luis Tadeo Gimenez y
Barragan para la Ynformacion que tiene para efecto de obtener la Beca de este
Colegio Mayor de Nuestra Seño=ra del Rosario, del Real Patronato, que fundo
el Ylustrisimo Señor maestro Don Fray Christoval de Torres del Sagrado orden
de Predicadores de las dos majestades Don Felipe Tercero y Quarto, y de su
consejo dignisimo Arzobispo que fue de esta metropolitana Yglesia de Santafe
de Bogota Nuevo Reyno de Granada Va. Primeramente se han preguntados,
si concen al Pretendiente, sus Padres Abuelos, y mas ascendientes, por una y
otra linea digan sus nombres y apellidos= iten si el pretendiente, sus Padres
Abuelos, y mas (folio 008recto) ascendientes, son y fueron hijos lexitimos, si
los casamientos que hicieron fueron iguales, ó si se han mormurado de alguno
de ellos= Yten si el pretendiente sus Padres Abuelos y mas ascendientes, tienen
ó han tenido Sangre, de la Tierra o de mulato= Yten si el pretendiente sus
Padres Abuelos y mas ascendientes, son, y fueron Christianos viejos, limpios de
toda mala Raza de meros Indios, confesos,marranos ó de otra cualquier secta
reprobada, ó si por tales han sido tenidos y comúnmente reputados, o si el testigo
ha oydo decir, ó dudar lo contrario= Yten si el Pretendiente sus Padres Abuelos, y
mas Ascendientes, han sido traidores a la (folio 8v) Real Corona, penitenciados
por el Santo Oficio, castigados por otra Justicia ó incurrido en infamia publica
ó secreta= Yten si el pretendiente sus Padres, Abuelos, y mas Ascendientes, son,
y fueron capaces para obtener, uno de los havitos militares, y si por su calidad
son, y han sido tales que pudieran ser colexiales Mayores de España, y servir
cualesquier empleos, del Santo Tribunal de la Fee= Yten si el pretendiente sus
Padres, y Abuelos y mas ascendientes, han tenido oficios viles ó infames, por las
Leyes del reyno, ó por el Contrario, si los honorificos de las partes donde han
vivido= Yten si el pretendiente es desposado Frayle Profeso, ó expulso de alguna
de las relixio (folio 9r)
nexos de Imágenes
Anexo 1

Imágenes de textos jurídicos

1. Portada de la edición manuscrita de la Real Biblioteca de Santa Fé. Biblioteca


Nacional de Colombia.
To ga d o s y L e t ra d o s
376

2. Relación de libros jurídicos en la Real Biblioteca de Santafé. Biblioteca


Nacional de Colombia.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
377

3. Ediciones de la Política Indiana de Juan de Solórzano.


To ga d o s y L e t ra d o s
378

4. Ediciones de Libros de derecho canónico. Edición de la Curia Fhilipica.


M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
379

5. Grabado de un Letrado en ejercicio de su labor como amanuense. Autor


anónimo.
To ga d o s y L e t ra d o s
380

6. Portada de la edición de 1847 de la Historia del Derecho Español de Juan


Sempere y Guarinos.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
381

7. Portada de la edición de la Librería de Escribanos, Abogados y Jueces, de


1825.
To ga d o s y L e t ra d o s
382

8. Portada de la edición de la Historia del Derecho Real de España de Antonio


Hernández Prieto y Sotelo de 1738.
M ó n i c a Pa t r i c i a Fo r t i ch Na va r r o
383

9. Portada de la edición de 1836 de la Ciencia de la Legislación.

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