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RECURSO DE IMPUGNACIÓN EXTRAORDINARIA.

CAUSA: "VITALE, Antonio María Daniel - Amen. simples, Peculado en conc. Ideal,
Sustr. de obj. destinados a servir de prueba en la mod. de delito contin., prov. ilegal de
armas de fuego agravado por habitualidad S/ RECURSO DE CASACION" - Legajo: Nº
1157/18.-

EXCMA. CÁMARA DE CASACIÓN:

Iván Vernengo y Damián Petenatti, abogados defensores del Sr.


Antonio María Daniel VITALE, en la causa citada en la referencia, como en derecho
mejor proceda, respetuosamente decimos:

I.- OBJETO:
En legal tiempo y forma venimos por el presente a interponer Recurso
de Impugnación Extraordinaria (Art. 521 del CPPER) contra la Sentencia N° 64
emanada de la Excma. Cámara de Casación que dispuso confirmar la sentencia de
fecha 06/04/2018 dictada por el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Paraná (integrado
en la oportunidad por los Dres. Carolina Castagno, José M. Chemez, y Cristina Lía
Van Dembroucke), que resolvió declarar a Antonio María Daniel VITALE, AUTOR
MATERIAL Y RESPONSABLE de los delitos de AMENAZAS SIMPLES -en calidad de
AUTOR- (Legajo OGA Nº 8121 "Hecho Primero"); PECULADO en Concurso Ideal con
SUSTRACCIÓN DE OBJETOS DESTINADOS A SERVIR DE PRUEBA en la
MODALIDAD DE DELITO CONTINUADO, en calidad de AUTOR en Concurso Real
con PROVISION ILEGAL DE ARMAS DE FUEGO AGRAVADA POR HABITUALIDAD,
en calidad de COAUTOR (Legajos OGA N º 4094 y 8121 “Hecho Tercero”), todos en
Concurso Real, y CONDENARLO a la PENA DE DOCE (12) AÑOS DE PRISION DE
CUMPLIMIENTO EFECTIVO, INHABILITACION ABSOLUTA PERPETUA PARA
DESEMPEÑAR CARGOS PUBLICOS y ACCESORIAS LEGALES (arts. 5, 12, 19, 40,
41, 149 bis primer párrafo, 261 primer párrafo, 255, 189 bis inc. 4º tercer párrafo en
función del párrafo primero, 54, 55 y 45 Cód. Penal).-

II.- PROCEDENCIA:
Conforme el artículo 521º, inc. 1 del CPPER el presente recurso resulta
procedente en los supuestos que correspondiere la interposición del Recurso

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Extraordinario Federal.-
Siguiendo esa causal impugnaticia, esta defensa encuentra procedente
el Recurso Extraordinario Federal por estar en juego la eficacia e inteligencia de una
cláusula de la Constitución Nacional y de los Tratados de Derechos Humanos con
igual jerarquía (Art. 75, inc. 22 CN) haciendo operativa la procedencia del Art. 14º, inc.
3° de la Ley 48, atento que se ha verificado la ausencia de la garantía de
imparcialidad.-
En este sentido, la CSJN ha habilitado sin hesitaciones la instancia
extraordinaria ante denuncias de esta magnitud, sosteniendo: “7°) Que existe cuestión
federal suficiente puesto que la defensa pone en discusión el alcance de la garantía de
juez imparcial reconocida dentro de los derechos implícitos del art. 33 constitucional, y
se deriva de las garantías de debido proceso y de la defensa en juicio establecidas en
el art. 18 de la Constitución Nacional y consagrada expresamente en los artículos: 26
de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 14.1 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 8.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que
forman parte del bloque de constitucionalidad federal en virtud de la incorporación
expresa que efectúa el art. 75, inc. 22 de la Constitución Nacional (confr. Fallos:
326:3842, disidencia de los jueces Maqueda y Vázquez). En virtud de ello, y al hallarse
cuestionado el alcance de una garantía del derecho internacional, el tratamiento del
tema resulta pertinente por la vía establecida en el art. 14 de la ley 48, puesto que la
omisión de su consideración puede comprometer la responsabilidad del Estado
argentino frente al orden jurídico supranacional” (Llerena, Horacio Luis s/ abuso de
armas y lesiones - arts. 104 y 89 del Código Penal- Causa N°3221C - Sentencia de
fecha 17/5/2005).-
A su vez, el Recurso Extraordinario Federal, resulta procedente por ser
aplicable al caso de autos la doctrina de arbitrariedad de sentencias admitida por la
CSJN como motivo para habilitar el remedio federal, puntualmente en el caso, por
haberse omitido arbitrariamente considerar, y en su caso refutar, los argumentos y las
pruebas exculpatorias rendidas en la causa que deberían haber conducido a una
sentencia absolutoria hacia nuestro defendido.-
A los fines de acreditar la procedencia de la presente causal
impugnaticia, debemos señalar que la doctrina de arbitrariedad de sentencias ha sido
desarrollada por la CSJN y expresamente reconocida por ésta como cuestión federal
suficiente para abrir el Recurso Extraordinario previsto en el artículo 14 de la Ley 48,

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toda vez que así se tutela la garantía de defensa en juicio y debido proceso,
principios estos que amparan a quien la ley reconoce la calidad de parte (Fallo
268:266).-
Así, el Alto Tribunal ha indicado: “Que la apelación extraordinaria resulta
formalmente procedente, pues la sentencia impugnada reviste el carácter de definitiva,
ya que pone fin al pleito y proviene del tribunal superior de la causa se impugna el fallo
del Superior Tribunal de Justicia de Corrientes y si bien lo debatido remite al examen
de aspectos de hecho, prueba y derecho común, regularmente ajenos a esta instancia
extraordinaria, ello no es óbice para que el tribunal conozca en los casos cuyas
particularidades hacen excepción a ella sobre la base de la doctrina de la
arbitrariedad, toda vez que con ésta se tiende a resguardar el derecho de defensa en
juicio y el debido proceso, al exigir que las sentencias sean fundadas y constituyan
una derivación razonada del derecho vigente con aplicación de las circunstancias
comprobadas de la causa (fallos 328:4580 y sus citas)…” (CSJN, 06-05-2008, “De los
Santos, Martín Salvador s/ robo calificado”).-
Motiva esta causal, como fuera adelantado ut supra, el hecho de que
tanto la sentencia del Tribunal de Juicio como la facturada por la Cámara de Casación,
han omitido pronunciarse sobre invocaciones de hecho y derecho, y
fundamentalmente sobre pruebas de descargo, que resultan hartamente
pertinentes para sentenciar adecuadamente el presente caso, y que fueran
arbitrariamente ignoradas, sin perjuicio de ser esgrimidas oportunamente como
defensa y agravio.-
En este sentido, enseña Lino E. Palacio, que dentro de las principales
hipótesis de procedencia del Recurso Extraordinario Federal por arbitrariedad de
sentencia, se encuentra la causal denominada como “omisiones de pronunciamiento
sobre cuestiones conducentes para la solución del caso”, clasificación respecto de la
cual señala: “Esta hipótesis –que tal vez sea la que ha provocado el mayor número de
sentencias de la CS en materia de arbitrariedad- importa, como su enunciado lo
sugiere, la violación de uno de los aspectos que exhibe el principio de congruencia y
se configura cuando el fallo impugnado omite decidir cualquier petición, alegación o
argumento oportunamente propuesto a la consideración del tribunal y conducente para
la solución del litigio” … “A la hipótesis mencionada …. se vinculan los supuestos de
omisiones incurridas no ya en la consideración de alegaciones o agravios específicos,
sino en la valoración de las circunstancias del caso o de aspectos parciales de
la prueba provistos de relevancia para resolver la causa, y que por ello

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destituyen a las sentencias de toda fuerza de convicción” (Lino E. Palacio, “El
Recurso Extraordinario Federal”, 4ª ed. actualizada, Buenos Aires, Abeledo Perrot,
año 2010, págs. 186/188).-

III.- AGRAVIOS VINCULADOS A LA AFECTACIÓN A LA GARANTÍA


DE IMPARCIALIDAD:

A).- Denuncian nuevo hecho – Manifestación extrajudicial previa


sobre el proceso de parte de la Dra. María Carolina Castagno – Adelanto de
opinión – Nulidad de la Sentencia.-
Recientemente, y de manera fortuita, en fecha 30 de Abril del corriente,
esta defensa ha tomado conocimiento de un hecho ocurrido de modo previo al inicio
del debate, que denota un palmario, claro y rotundo adelanto de opinión de parte de la
Sra. Presidente del Tribunal de Juicio -Dra. María Carolina Castagno- que juzgó y
condenó a Vitale, dando por cierto proposiciones fácticas determinantes que viciaban
ab initio todo el desarrollo del juicio y atentaban de manera irremediable contra la
imparcialidad que debe existir en todo juzgador.-
Lo antedicho, se sustenta en que en oportunidad de llevarse a cabo la
entrevista personal ante el pleno del Consejo de la Magistratura –momento en que la
Dra. Castagno aspiraba al cargo de vocal-, correspondiente al concurso N°167, en
fecha 12/6/17, la mencionada hizo expresas y directas referencias al proceso en el
cual se encontraba imputado nuestro defendido, mientras transitaba la Investigación
Penal Preparatoria.-
Allí, a partir del minuto 11.45 segundos, ante una aclaración del Dr.
Sergio Avero, indicó “también hay casos que son reales” … “hablé de mal
desempeño de funcionarios pero se está investigando también a quien ha
pertenecido a la estructura del Poder Judicial, quien estaba encargado de la
Sección de Efectos Secuestrados, que vendía armas a los delincuentes”. Puede
observarse –claramente- que las palabras de la Dra. Castagno dichas en aquella
entrevista se insertaron en el contexto de una severa crítica que venía realizando a
ciertas instituciones públicas, indicando “motu proprio” y sin que nadie le pregunte
expresamente por el caso particular en el cual se encontraba imputado el Sr. Daniel
Vitale.-
Concretamente hizo referencia al presente proceso, indicando de
manera asertiva que en la estructura del Poder Judicial se vendían armas a los

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delincuentes y poniéndolo al hecho, reiteramos, como un caso de gravedad que
graficaría el enorme descrédito de la opinión pública en la Justicia.-
Deviene evidente, que las palabras de la entonces aspirante Castagno-
hoy Jueza del Tribunal de Juicio-, la colocaban plenamente en la casual prevista en el
artículo 38 inc. j) que establece el deber de excusarse “si hubiere dado consejos o
manifestado extrajudicialmente su opinión sobre el proceso”.-
Así, entonces, Castagno no solamente manifestó su opinión sobre el
proceso, sino que dio por ciertos los hechos -antes de ser juzgados- y les asignó una
determinada gravedad y reprochabilidad cuando al imputado le asistía -y le asiste
actualmente- el estado de inocencia, provocando con ello un clima espiritual de
compromiso imposible de vencer, lo que insinuaba con cierto grado de determinación
irrevocable que Vitale iba a recibir –inexorablemente- un voto suyo condenatorio y una
pena alta, circunstancias que efectivamente ocurrieron.-
Debe destacarse que la causal prevista en el art. 38 inc. j) consagra una
causal objetiva de excusación y/o recusación, indicada clásicamente en todos los
digestos procesales como idónea para poner de manera certera en jaque la
imparcialidad del Juzgador, siendo ésta, sin dudas, el valor o condición que de modo
omnipresente debe primar en el funcionario encargado de impartir justicia, al punto
que no puede hablarse de juez sin la existencia de imparcialidad.-
Así indica Eduardo M. Jauchen: “Las leyes procesales procuran
garantizar la imparcialidad del juez, previendo una serie de circunstancias variadas,
escogidas como los motivos que la experiencia de vida indican como susceptibles de
perturbar o eliminar su imparcialidad”.-
Esta Sala ha tenido oportunidad de fijar los alcances de la norma en
cuestión señalando: “el dispositivo legal autoriza la recusación del magistrado “si
hubiere dado consejos o manifestado extrajudicialmente su opinión sobre el proceso”.
Ello supone expedirse concretamente sobre lo que acontece en una causa
determinada y respecto a la misma (…) No pueden considerarse tales los análisis
normativos que puedan efectuarse en ámbitos académicos, asociativos, científicos, de
comunicación social, doctrinarios, etc., que puedan importar la fijación de una posición
del autor, intelegir la interpretación de las leyes, adherir a criterios sustentados en la
literatura jurídica o jurisprudencia, etc., con carácter general y sin que ello importe
dirigir la opinión a un pleito concreto y en función de la controversia allí
debatida …” –el resaltado es nuestro- (F..I..A. Denuncia Defraud. A la Adm Pub. Reit .
- Incidente de Nulidad – Recurso de Casación (Incid. Promovido por Sergio D.

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Uribarri).-
De aquí se desprende, que se ha vertido una opinión sobre el pleito
concreto y haciendo expresa referencia a los hechos que se investigaban.-
Indica también Francisco D´ Albora que la causal en trato ocurre
“cuando sus expresiones permiten deducir su actuación futura por haber anticipado su
criterio, de manera tal que las partes alcanzan el conocimiento de la solución que dará
al litigio que no es la prevista por la ley en garantía de los derechos comprometidos”
(autor citado, “Código Procesal Penal de la Nación comentado”, Buenos Aires,
Abeledo Perrot, 2005, pág. 154).-
Debemos hacer mención que, sin perjuicio de que esta causa ha
generado múltiples imputados, las palabras de la Vocal Castagno se insertaron en
momentos en que los otros coimputados ya habían acordado mediante juicio
abreviado una pena de ejecución condicional, entre los cuales se encontraba otro
empleado de Tribunales, el Sr. Mauro Maximiliano Bertoni, quien conforme a las
pruebas que existen en la presente causa –actuaciones del Legajo de OGA N° 4.094-,
fue condenado mediante juicio abreviado en fecha 26/12/16.-
Por tanto en aquella fecha, el único imputado era nuestro defendido, Lic.
Antonio María Daniel Vitale. La otra persona que es mencionada en el hecho es
Fabricio Santapaola, no obstante que en ese entonces ni siquiera había sido llamado a
prestar declaración de imputado, habiendo concurrido incluso a debate en calidad de
testigo. Por eso, es que pese a referirse “al encargado de la Sección de Efectos
Secuestrados” entendemos que en rigor estaba haciendo inequívoca alusión a Vitale,
toda vez que, como puede observarse del tenor del hecho intimado, la única persona
que estaba siendo investigada “por vender armas a los delincuentes” era nuestro
asistido. A su vez, también del análisis del hecho imputado, se desprende que nunca
se le asignó a Santapaola la acción material de vender armas, sino de “facilitar” esa
acción, extremo que también evidencia que la referencia era hacia nuestro asistido.-
No obstante, también puede escucharse que al minuto 4.04 segundos
de la grabación acompañada se hace referencia –como ejemplo de de la crisis de
legitimidad de la Justicia- que “hoy en día estamos enfrentando esta realidad
donde se está investigando a miembros del Poder Judicial por mal desempeño”.
Tal referencia, no podía ser otra que referida a la denominada y resonante causa
“armas” hablando allí de modo plural, entre los cuales indudablemente se encontraba
nuestro defendido. No existía otra causa, al menos en ese entonces, donde existan
“miembros del Poder Judicial” investigados por mal desempeño.-

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Asimismo, y aunque se sostenga que la referencia era dirigida al Sr.
Santapaola, de todos maneras ha emitido opinión de modo asertivo sobre una persona
que supuestamente era cómplice de Vitale, y allí también ha hecho un juicio de valor
afirmando la culpabilidad de Santapaola quien, en la Teoría del Caso llevada a juicio
por Fiscalía, resultaba determinante para incriminar a Vitale.-
Con independencia de lo recientemente expuesto, la letra de la ley es
clara y no deja el menor margen de dudas. El atentado contra la imparcialidad y por
tanto la pérdida de ella, se da al emitir opinión extrajudicial “sobre el proceso”, sin
hacer distingo o exigir referencias de nombre y apellido de la persona involucrada en
la causa.-
La mención concreta a fin de ser reputada precisamente como una
“opinión” es, reiteramos, dar por cierto la ocurrencia de los hechos que se encontraban
en proceso de investigación (“hay casos que son reales”, “vendía armas a los
delincuentes”) y ponerlo como ejemplo de la crisis de legitimidad que vendría
golpeando y deslegitimando socialmente al Servicio de Justicia, aspecto que trasluce
la entidad y gravedad de la causa, según el entender de la Sra. Vocal, aspectos que
deberían haber obturado su actuación como integrante del Tribunal de Juicio que
juzgó a nuestro defendido.-
Es que, como ha sostenida la CSJN: "la imparcialidad del tribunal es
uno de los aspectos centrales de las garantías mínimas de la administración de
justicia. Con relación al alcance de la obligación de proveer de tribunales imparciales
según el artículo 8.1 de la Convención Americana, la CIDH ha afirmado en
ocasiones anteriores que la imparcialidad supone que el tribunal o juez no tiene
opiniones preconcebidas sobre el caso sub judice [...] Si la imparcialidad personal
de un tribunal o juez se presume hasta prueba en contrario, la apreciación objetiva
consiste en determinar si independientemente de la conducta personal del juez, ciertos
hechos que pueden ser verificados autorizan a sospechar sobre su imparcialidad."
(conf. Informe 78/02, caso 11.335, Guy Malary vs. Haití, 27/12/02). En la misma línea,
como se asienta en un fallo reciente del Tribunal, esta garantía ha sido interpretada
por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, señalándose que en materia de
imparcialidad judicial lo decisivo es establecer si, desde el punto de vista de las
circunstancias externas (objetivas), existen elementos que autoricen a abrigar dudas
con relación a la imparcialidad con que debe desempeñarse el juez, con prescindencia
de qué es lo que pensaba en su fuero interno, siguiendo el adagio justice must not only
be done: it must also be seen to be done (conf. casos "Delcourt vs. Bélgica",

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17/1/1970, serie A, n1 11 párr. 31; 'De Cubber vs. Bélgica', 26/10/1984, serie A, n1 86,
párr. 24; del considerando 27) in re 'Quiroga, Edgardo Oscar s/ causa N1 4302',
resuelta el 23 de diciembre de 2004). Estos criterios jurisprudenciales han sido
asumidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como aplicables a la
interpretación de la garantía del art. 8.1., de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (conf. Informe 5/96, del 1 de marzo de 1996, caso 10.970, Mejía vs. Perú), al
expresar que "...la imparcialidad objetiva exige que el tribunal o juez ofrezca las
suficientes garantías que eliminen cualquier duda acerca de la imparcialidad
observada en el proceso" (ídem, considerando 28)”.–del dictamen del Procurador
Fiscal, el resaltado es nuestro- (Dieser, María Graciela y Fraticelli, Carlos Andrés s/
homicidio calificado por el vínculo y por alevosía Causa N° 120/02C, Sentencia
de fecha 8/8/2006).-
Como acertadamente se sostiene, lo determinante a la hora de evaluar
la existencia o no de circunstancias para ver resentida la garantía de imparcialidad, no
es exactamente demostrar que aquellas generaron una actuación imparcial, sino la
existencia de un temor de parcialidad.-
“Las reglas sobre imparcialidad se refieren, por ello, a la posición del
juez frente al caso concreto que, en principio, debe juzgar, e intentar impedir que sobre
él pese el temor de parcialidad” (Julio Maier, “Derecho Procesal Penal”, Tomo I, Ed.
del Puerto, Buenos Aires, 1996, pág. 752).-
También se ha sostenido, en un trascendente fallo de parte del Tribunal
Europeo de Derechos Humanos, que para poner en crisis la garantía de imparcialidad
basta que la causal invocada sea “idónea para aparecer ante el recurrente como
abierta a duda” (TEDH, “Piersack vs. Bélgica”, 1/10/82).-
En tal caso, se trataba de un Tribunal técnico que, también por
unanimidad, había decidido declarar culpable al acusado, luego de un voto mayoritario
de parte de los miembros del jurado. Es decir, en aquel reconocido fallo, no
interesaba que hayan sido tres los jueces que votaron por la culpabilidad del acusado
cuando se requería sólo la mayoría para convalidar la decisión del jurado, sino que
bastaba la tacha de parcial de uno de ellos para anular la sentencia condenatoria –en
aquel caso al igual que en este, se trataba del Presidente.-
También el mismo Tribunal en el precedente “De Cubber”, hizo alusión
a la sola posibilidad de que el Juzgador se haya generado “una idea sobre la
culpabilidad” del acusado.-
La palmaria afectación a la debida imperturbabilidad de la imparcialidad,

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hace que deba anularse la condena impuesta a nuestro defendido, quien se vio
privado del derecho que le otorga, entre otros, el art. 8.1 de la Convención Americana
de Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas
garantías y dentro de un plazo razonable por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación
de cualquier acusación penal formulada contra ella o para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”.
En el caso mal puede sostenerse que ha existido un Tribunal “imparcial”
y establecido por Ley, cuando ésta requiere de un Tribunal en pleno compuesto por
tres personas desprovistas de toda duda sobre su imparcialidad.-
Repárese que la Magistrada no solo fue quien realizó todo el desarrollo
de la sentencia, sino que fue la encargada de dirigir el debate oral y público en el cual
se juzgó a Vitale (comandó el primer voto).-
De esa misma privación a tal elemental garantía, es que la condena
facturada deviene absolutamente nula, por cuanto todas las alegaciones partiales en
beneficio de nuestro defendido ya contaban con una integrante del tribunal que tenía
una concepción apriorística (i.e., prejuiciosa) sobre los hechos materias de
juzgamiento en su contra, colocándolo a Vitale injustamente en una situación
desventajosa, no sólo contraria a la Constitución y a la ley –toda vez que el CPPER
obligaba a la Magistrada a apartarse- sino también desigual respecto a la de cualquier
justiciable que pudo haber sido juzgado por un Tribunal donde todos sus integrantes
se encuentran en condiciones cristalinas y objetivas de imparcialidad.-
Debe quedar también fuera de toda duda, que esta crítica introducida
como agravio constitutivo del alzamiento recursivo extraordinario, de ninguna manera
implica cuestionar la honorabilidad, profesionalismo y probidad de la Dra. María
Carolina Castagno, ya que no son estas cuestiones lo que se pone en duda, sino el
estado espiritual y cognoscitivo en el que debía encontrarse –ontológica y
epistemológicamente- para fallar en el caso que se encontraba bajo su juzgamiento.-
Precisamente, la confusión de ver el cuestionamiento de imparcialidad
como una cuestión de honorabilidad, es lo que antiguamente generaba confusiones y
erróneas resoluciones. Así Maier, en referencia a ciertas decisiones de la justicia
federal, indica: “los jueces confunden honestidad personal con temor de parcialidad de
parte del justiciable, motivo este último real de recusación, transformando una
recusación en una imputación o reproche personal” (Julio Maier, ob. cit., pág. 759).-
El nuevo hecho denunciado, presenta una sensibilidad inconmensurable

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como baluarte del debido proceso penal, y un fallo adverso pondría seriamente en
crisis la vigencia de garantías constitucionales que se presentan determinantes para la
salud de la república y el estado de derecho.-
Es que, como sostiene Alejandro Carrió: “Cuando en nuestro sistema “el
temor de parcialidad” –fórmula felizmente acuñada por la Corte en “LLERENA”- pase a
ser considerado un valor indiscutible, evitar de manera absoluta todo riesgo de posible
contaminación hará que la cuestión resulte sencilla de resolver, por la naturaleza
misma del valor en juego” (autor citado, “Garantías constitucionales en el proceso
penal”, Buenos Aires, Hammurabi, 2015, pág.185).-
Cabe reiterar, que la presente impugnación es la primer oportunidad
que hemos tenido para hacer valer esta causal, desde que se ha tomado
conocimiento.-

B).- Prejuzgamiento en la valoración de prueba.-


Se ha presentado como agravio del Recurso de Casación interpuesto, la
existencia de prejuzgamiento sobre la responsabilidad penal del imputado, efectuada
por la Dra. María Carolina Castagno y el Dr. José María Chemez en una causa en la
que intervinieron como integrantes de la Cámara de Apelación que revisó un auto de
procesamiento contra nuestro defendido dictado por el Juzgado de Transición N° 2 en
la causa “VITALI ANTONIO MARIA DANIEL S/PECULADO EN CONCURSO REAL
CON FALSIFICACION MATERIAL E IDEOLOGICA DE INSTRUMENTO PUBLICO”
(L.E. 51909).-
Se expuso que dicho prejuzgamiento surgía del propio contenido de la
sentencia de condena dictada en la presente causa, en la cual se da la suficiente
entidad a la intervención del imputado en los hechos que fuera acusado -relativo a la
sustracción de armas- a partir de la valoración efectuada por una testigo sobre un
hecho puntual y preciso que declarara en debate. Lo irregular de la situación expuesta,
es que esa testigo ya había declarado idéntico episodio en la causa en la que los
Vocales habían actuado y resuelto en grado de apelación del procesamiento en fecha
21 de marzo de 2018 (es decir en medio del debate y un día después de escuchar el
testimonio de la misma Natalia Giménez). Para los integrantes del Tribunal de Juicio,
esa declaración, reiteramos, valorado de manera previa a la culminación del debate,
fue determinante para fallar a favor de la confirmación del procesamiento como para
condenar a Vitale en juicio.-
Lo más relevante, es que se trató de la misma circunstancia que

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relatara la testigo tanto en la causa tramitada ante del Juzgado de Instrucción como en
juicio, sosteniendo en la resolución confirmatoria del procesamiento lo siguiente: “el
hecho de que el recibo lo hubiera confeccionado VITALI cuando siempre lo hacía la
encargada de Mesa de Entrada, Natalia Soledad GIMENEZ -cfr.: fs. 204/206-, quien
negó haber presenciado cuando retirar a buscar las armas, a pesar de que -según
declaró- el imputado la quiso convencer de que ella había estado presente cuando él
las entregó; que fue VITALI la persona que presentó el recibo apócrifo y por lo tanto lo
tenía en su poder, y como responsable de las armas tenía un motivo para adulterar el
recibo -ocultar la sustracción-; que el imputado tenía acceso a otros oficios de los
Juzgados de Instrucción Nº 1 y 2 de Concepción del Uruguay, ya que tenía una caja
con oficios originales; que no apareció el oficio original, a pesar de que -de acuerdo al
relato de la testigo GIMENEZ- el perito siempre guardaba el original de la orden de
devolución en la caja…”.-
En este sentido, la violación a la imparcialidad denunciada, se da en el
hecho de que ese mismo testimonio, y habiendo declarado sobre exactamente los
mismos hechos, ya había sido valorado previamente al momento de confirmar el
procesamiento, y fue también un insumo determinante -según la propia sentencia-
para condenar a nuestro defendido. Así a fs. 345 de la sentencia dictada por el
Tribunal de Juicio dice: “Por demás gráfico es el caso que recordó la testigo
GIMENEZ, y que explica de manera llana la intervención del imputado en los
hechos atribuídos "... En relación a las pericias y al despacho de armas que se
realizaban en el interior describe un caso puntual que cuando se lleva una caja o
paquete lo anota en el libro siempre, no lo hace otra persona y siempre en el interior le
reclamaban armas y lo primero que hacía era fijarse en el libro para ver si las había
mandado o no y una vez llamaron del interior reclamando armas - un lote de armas y
cartucherías - y cuando se fija en el libro ve la letra de Vitale por lo que le pregunta por
qué estaba su letra en el libro y Vitale le responde que no sabía, que capaz ella había
faltado, lo cual no había sucedido porque la fecha era la misma que la anterior que
estaba escrita con la letra de ella, y reclamaban que las armas no habían llegado y
desconoce si se encontraron; hay una causa judicial en trámite en el Juzgado de
Transición Nº 1 o 2 en donde ella es testigo ...", caso que también recordó ORZUZA
quien evocó "... hubo un problema con un lote de armas de Concepción del Uruguay,
que se lo reclamaban a Natalia y le aconsejó que informe sobre esa situación pero no
sabe si se hizo ..”. Es decir, dos de los jueces que condenaron a Vitale
intervinieron previamente y de manera directa en una causa conexa a la que luego

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intervinieron en debate, merituando la misma prueba (testimonial de Natalia
Giménez) rendida sobre el mismo episodio, y ese mismo episodio, luego fue
utilizado para condenar a Vitale, habaiendo adelantando postura sobre la
importancia de una testigo respecto de la culpabilidad del mismo, siempre desde
la perspectiva de los sentenciantes.-
Como puede observarse de la sentencia de casación recurrida a través
del presente, la Excma. Cámara se basa con exclusividad, en el hecho de que el
planteo defensivo no puede prosperar por cuanto la Dra. Castagno y el Dr. Chemez
intervinieron en otra causa, poniendo a esta circunstancia como un condición sine qua
non para la existencia de prejuzgamiento. Si bien es cierto que la mayoría del
tratamiento doctrinario y jurisprudencial se da en los casos de una intervención previa
de un juez en la misma causa, el caso presentado tiene matices especiales que
impiden invalidarlo con ese sólo argumento.-
Y ello así habida cuenta que las causales mediante la cual se puede
configurar un supuesto de temor de parcialidad, son imposibles de ser tratadas y
previstas legislativamente en su totalidad, de allí mismo el carácter no taxativo de las
causales de excusación y recusación.-
Así, y siguiendo exactamente el mismo autor y obra citado por la Sra.
Vocal, se señala: “se debe reconocer, por una parte, que son aquellos interesados en
el resultado del procedimiento –cuyos intereses quedarán comprometidos en la
sentencia-, quienes, en primer lugar, sufren el temor de parcialidad que funda el
apartamiento de los jueces, y, por otra parte, que ninguna regulación abstracta puede
abarcar todos los motivos posibles que, en los casos futuros, pueden fundar,
concretamente, la sospecha de parcialidad de un juez. Es por ello que resulta
razonable permitir, a quienes pueden recusar, invocar y demostrar otro motivo que
funde seriamente el temor de parcialidad en el caso concreto. De allí que las reglas
sobre el apartamiento de los jueces no deban funcionar como clausura de las
facultades de los intervinientes en el procedimiento (reglamento taxativo), sino en el
sentido de facilitar, para esos casos, el ejercicio efectivo de la facultad de apartar a un
juez (de sustanciación y prueba sencilla, y de alto índice de predecibilidad), sin
perjuicio de que el interesado pueda demostrar su temor razonable por la posible
parcialidad de un juez, apoyado en razones analógicas que fundan seriamente su
pretensión” anotando el autor como conclusión: “nuevamente los elementos finitos de
un concepto no logran prever las notas infinitas que presentan los hechos concretos”
(Julio Maier, “Derecho Procesal Penal”, Tomo I, Ed. del Puerto, Buenos Aires, 1996,

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pág. 754).-
Es que el extracto del procesalista cordobés citado por la Sra. Vocal,
pertenece justamente a “un caso especial de temor de parcialidad” … en el que “un
integrante del tribunal de juicio ha intervenido en períodos anteriores del
procedimiento”, y desde esta óptica va de suyo que debe tratarse de un mismo
imputado en un mismo proceso, más esto constituye solo un caso que no agota los
supuestos como el propio autor con justeza lo afirma (ob. cit., pág. 755).-
Aclarado esto, cabe preguntarnos si los dos integrantes que condenaron
a Vitale, estaban en condiciones genuinas de mantener incólume su imparcialidad y
total desapego sobre la culpabilidad o no del imputado, al entender, de modo previo a
la culminación del debate, que aquel episodio declarado por la testigo Giménez ante el
Juzgado de Transición –oportunamente valorado y reiterado en juicio- resultaba “por
demás gráfico” y que “que explica de manera llana la intervención del imputado en los
hechos atribuidos".-
Es decir Excma. Sala, mal puede sostenerse que al momento de
confirmar el auto de procesamiento la Sra. y el Sr. Juez estaban en condiciones de
preservar su objetividad, siendo que esto surge de los propios términos de la sentencia
atacada: para los dos integrantes del Tribunal de Juicio, lo declarado por Natalia
Giménez en la causa que previamente habían intervenido como jueces de apelación,
era prueba suficiente para tener por acreditado la participación de Vitale. Es por esto
que puede observarse de los extractos de las resoluciones ut supra transcriptas, que
la valoración y la importancia que le dan es exactamente igual, y habiéndose
pronunciado de manera previa al dictado de la sentencia de condena.-
De aquí que también es pasible de crítica la sentencia, en tanto afirma:
“De hacerse lugar a lo que postula la Defensa, se llegaría a consecuencias también
absurdas: por ejemplo, hacer intervenir tantos jueces como posibles testigos hubiera,
por la posibilidad de que se repitieran en su calidad (piénsese, por ejemplo, en un
vecino de un barrio con alta conflictividad social), o a quienes por su función participan
constantemente como testigos, a veces en causas distintas respecto de un mismo
imputado (por ejemplo, empleados de reparticiones públicas, médicos forenses,
peritos, etc.) y a integrar los tribunales según quiénes fueran los testigos”.-
El planteo es bien distinto, ya que lo que se dijo es que el Tribunal
valoró la misma circunstancia declarada por Giménez en la causa tramitada en
Transición y a esa misma circunstancia la utilizó también como prueba de cargo
determinante a la hora de condenar a Vitale en juicio, de modo que previamente

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ya existía un juicio valorativo de culpabilidad, dándole incluso una magnitud tal que
explicaría, según la Sra. Presidente y el Sr. Vocal del Tribunal de Juicio., de manera
llana la participación del imputado en los hechos imputados.-
En los ejemplos señalados por la Sra. Presidenta de la Cámara de
Casación, aquellos potenciales testigos muy difícilmente podrían ser valorados en una
y otra causa de manera idéntica para fundar ambas resoluciones incriminatorias
(confirmación de procesamiento y sentencia de condena). Siguiendo con el ejemplo, el
médico forense podría declarar sobre lesiones distintas, primero en una causa y luego
en otra, o bien sobre víctimas distintas, pero no en ambas causas sobre una misma
intervención forense.-
Por otra parte, lo expuesto por esta defensa no transcurre por el hecho
de que hayan valorado a una misma testigo (persona física), sino por la exacta
declaración de la testigo sobre un mismo hecho que fue utilizado para ambas
resoluciones.-
Cabe destacar, que la notificación sobre la resolución nunca nos fue
notificada. Mejor dicho, fue mal notificada a una cuenta de correo electrónico distinta a
la registrada en la Oficina de Gestión de Audiencias, conforme surge del informe
acompañado y obrante a fs. 435 del mencionado Expte. N° 51.909 en trámite ante el
Juzgado de Transición.-

IV.- ARBITRARIEDAD POR VALORACIÓN PARCIALIZADA DE LA


PRUEBA Y OMISIÓN DE PRONUNCIARSE SOBRE LAS DEFENSAS ALEGADAS.-
Por comenzar, la sentencia peca de intentar confirmar la verosimilitud
de lo dicho por Bertoni, en cuestiones que nunca fueron puestas en duda por la
defensa, como ser la intervención criminal en la comercialización de armas de fuego
del mencionado y relacionarla con todas las tareas investigativas. Con esa finalidad,
en la página 401 se indica “Así, cobra sustancial importancia, como es que se inició la
investigación de los hechos y el estricto secreto que se mantuvo la misma” para, paso
siguiente, hacer descripción de las labores que determinaron la participación de
Bertoni en la sustracción de armas. Lo antedicho, obedece a que la defensa no
cuestionó la intervención criminal de Bertoni en los hechos, sino la relación delictual
de nuestro defendido con el mismo, aspecto muy diverso y sobre la que no suma ni
resta nada con la tesis defensiva la probanzas que comprometían a aquél.-”
La Sra. Vocal de Casación, luego de citar a TARUFFO en su obra
“Simplemente la verdad”, comienza el desarrollo de su sentencia expresando: “Hago

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particularmente esta cita porque advierto que toda la queja sobre el modo de
valoración de la prueba que realizó el Tribunal, con no pocas e infundadas
acusaciones sobre su intención -lo que merecerá un párrafo especial- se realiza
precisamente, atacando la veracidad o la plausibilidad sobre algunas de las partes,
que se presentan como enunciados pequeños, aislados del resto de la prueba y el
contexto de los hechos imputados y probados, tenidos válidamente como verdaderos,
pretendiéndose de ese modo atacar el todo, sin lograrlo. Por el contrario, en la
sentencia se advierte que el Tribunal ha adoptado una postura analítica, y que
respecto de esos segmentos de la imputación, valoró extensamente la prueba
producida, y concluyó que Vitale era el autor de los hechos. Para ello, tuvo en cuenta,
en primer lugar, que la ocurrencia misma del injusto de sustracción y comercialización
de armas, no fue puesta en duda por la Defensa. Desde ese presupuesto, el Tribunal
realiza un examen minucioso que da cuenta de la situación completa, y a su vez,
observa cada prueba en sí. Se puede traslucir ello de la lectura completa de la
sentencia, de la que surgen las siguientes líneas” para acto seguido reiterar los
mismos argumentos que el Tribunal de Juicio, sin dar explicación razonable a las
críticas efectuadas por la defensa, explayándose sobre cuestiones probatorias
exclusivamente referidas a la actuación de Bertoni, Borgogno y López Alonso.-
Esto Excma. Sala, no es contestar un agravio sino repetir exactamente
lo que dijo el Tribunal de Juicio. Por otra parte, las dudas en la investigación están
dadas en lo que refiere a las tareas para determinar al proveedor de Bertoni y no la
participación de éste, Borgogno y López Alonso en los hechos.
La Cámara de Casación intentando justificar los argumentos del
Tribunal de Juicio, desarrolla los pormenores referidos al secuestro en distintos
procedimientos por parte de la policía de armas de fuego que deberían estar
depositadas en la Sección de Efectos Secuestrados de Tribunales, finalizando dichos
fundamentos con una afirmación que en nada vinculan a Vitale con esos hechos: “En
oportunidad de solicitar las armas ya peritada de la causa “Aguilar..”, se da cuenta
además, que se remite otra distinta, que demuestra el reemplazo de las armas. …
Esto la llevó a la Sra. Jueza a determinar y concluir, correctamente, que no sólo está
demostrada la sustracción de armas dentro del Poder Judicial, sino la introducción en
el mercado ilegal de armas y su utilización posterior en hechos delictivos.”.-
En primer lugar, todas esas armas a que se hace referencia fueron
peritadas por Criminalística de la Policía, no por Vitale, segundo, se encontraban
depositadas en la Sección Efectos Secuestrados del Poder Judicial, a la cual Vitale no

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tenía acceso, resultando imposible que un arma (autos “Bernini”) ingresada a dicha
sección, en menos de 5 días estuviese a disposición de Vitale para que éste, por
intermedio de Bertoni la introdujera en el mercado delictivo Tercero y referido al
“reemplazo de armas” en la causa “Aguilar”, debe tenerse en cuenta que quienes
recibían y remitían las armas era la Sección Efectos Secuestrados, no Vitale, Sección
donde trabajaba el Sr. Almeida Federik, quien aparece incluso firmando los recibos de
esas armas.-
Párrafo siguiente, lacónica y sorprendentemente sentencia: “Sin la
dimensión de su puesto, o sin comprender el manejo y posibilidades de su función,
desatendiendo a la dinámica laboral en la que cumplía sus oficios y a la relación con
los bienes que disponía -las armas-, la valoración de la prueba y de la conducta se
encontraría incompleta y las inferencias recorrerían caminos truncos.” “El funcionario,
cuyo cargo no se controvirtió, tenía además un lugar de importante confianza: integró
la Comisión de destrucción de armas, habiéndose reunido en esa oportunidad con la
Secretaria de Superintendencia, Elena Salomón, a la que le dijo que él mismo quería
hacer ese proceso, rol que además fue ratificado por empleados de la Sección
Depósito de Efectos Secuestrados -Demartín- y Fabricio Santapaola, Jefe de la
sección. Su lugar era protagónico, tenía amplio acceso a la sección de efectos
secuestrados. Santapaola, a cargo de ella, lo consideraba un superior suyo. Éste
declaró como testigo y explicó que entraba solo en el taller de destrucción, porque
estaba en la comisión; que él le pasaba las armas a Daniel Vitale para que las
controlara, todas juntas, en bolsas de polietileno, y que no se dejaba constancia en
ningún registro de las armas que le pasaban a Daniel, porque estaban los oficios, y
habían así organizado el proceso de destrucción.”
Es decir, que si Vitale no hubiera ejercido su puesto de Perito del S.T.J.
no habría prueba suficiente para condenarlo (!). A su vez, de aquí surge que estamos
en presencia de otro caso de tergiversación, Santapaola aclaró que no lo consideraba
un superior, dijo que era superior por tener más cargo pero que NO le rendía cuentas
a Vitale, y que NO tenía acceso al Depósito de Armas.
Sobre los dichos del Crio. Angel Iturria quedó claro que las armas largas
que le entregó Vitale no eran para ser introducidas al ambiente delictivo, y estaban en
su Laboratorio Balístico, no en el depósito de Armas de Efectos Secuestrados.
También quedó claro que en el famoso “hueco” del aire acondicionado no se
encontraban ocultas armas: de los relatos de los testigos que intervinieron y de las

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fotografías se puede observar que son partes de madera de armas (específicamente
una culata).
Continúa expresando la Cámara de Casación que la Sra. Presidente del
Tribunal de Juicio analiza lo que termina siendo una prueba cargosa muy importante, y
que se comprende si se tiene en cuenta precisamente, el lugar que ocupaba Vitale en
el cuerpo forense, como perito balístico, como persona de confianza: ante el informe
de que un arma de fuego habría ingresado a la sección Efectos Secuestrados, en el
año 2010, registrada como secuestrada en otro organismo, se realiza una información
sumaria en Superintendencia del STJ, en cuyo marco se le solicitó al propio Vitale que
dictamine sobre el punto, concluyendo éste que era posible por las características que
se estuviera ante un supuesto de armas mellizas. Y ante ello, como indicio de mala
justificación, el Tribunal tuvo en cuenta lo que el Comisario Berón explicó al respecto:
que no existen armas iguales o mellizas, que el fabricante le imprime su propio ADN;
que el testigo conocía, había recorrido fábricas, que se trabaja con valores
superlativos de materiales, que pueden ser muy parecidas, pero nunca iguales. En
primer lugar, el informe de Vitale no es categórico, dice que “desconociendo los
pormenores del caso” “existe la posibilidad” que se esté ante un caso de armas
“mellizas”. Especificando el caso de una fábrica, modelo y calibre específico de arma
corta tipo pistola. Si uno lee atentamente ese informe, advierte que Vitale se está
refiriendo a las características “extrínsecas” del arma, en lenguaje coloquial a su
apariencia externa, y a lo que hace referencia el Crio. Berón es a las características
“intrínsecas” de un arma, es decir al examen meticuloso con comparaciones balísticas
como ser, restos dejados por las estrías del cañón de la misma en el proyectil y/o del
cargador y/o uña de extracción en la vaina del mismo.-
Esta diferencia en el análisis del arma fue explicada por la defensa
desde sus alegatos, por lo que resulta incomprensible que aún hoy ambos órganos
jurisdiccionales mantengan el error en la interpretación de los dichos del Crio. Berón,
solo justificable por ignorancia técnica específica o terquedad. Pero lo más
sorprendente, es que como lo advirtiéramos en el debate y luego en Casación, esa
pistola (o esas pistolas) nunca se encontró, y pese a ello no se inició investigación
alguna.-
Uno de los principales agravios que llevamos hacia esa Excma. Sala, es
que la Cámara de Casación cuando tiene que entrar a analizar los planteos respecto a
las inconsistencias, contradicciones y prueba en contrario relativa a los dichos de
Bertoni referidos exclusivamente a la participación de Vitale es donde se advierte

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que el tribunal de Casación reitera los mismos yerros que el Tribunal de Juicio, y enn
definitiva no cumple con su deber de dar doble conforme a la sentencia cuestionada,
violentando así el art. 8.2h de la CADH.-
No responde la enorme diferencia en cuanto a la cantidad de armas que
sucesivamente dijo Bertoni haberle entregado a Vitale, de 250 (declaración de
imputado) pasa a 400/500 (DVD del día 3, parte 1, a partir de 1h;41m:00s), de las
cuales 250 adujo haberle entregado a Borgogno, mientras que este dijo que recibió 2 o
3 armas por mes desde fines del 2014 (lo que hace un total de 40/50 armas) y a Lopez
Alonso 20/30 cuando el testigo dijo que solo le entregó 3 armas. Recordemos que del
“inventario” realizado por fiscalía el faltante es de 72 armas.-
Minimiza el hecho que ningún testigo (recordamos que durante el
plenario pasaron mas de 30 empleados y funcionarios judiciales y a cada uno de ellos
esta defensa se encargó de interrogarlos sobre este tema) observara siquiera una sola
entrega de cajas y/o armas a Bertoni por parte de Vitale, dijimos reiteradamente que si
tomamos en cuenta lo declarado por Bertoni en cuanto a la cantidad de armas y
periodicidad de las entregas se debieron realizar al menos unas 80 entregas de cajas
con armas, a lo que debemos sumar las supuestas devoluciones de armas inservibles
que Bertoni declaró realizar, como las entregas del dinero producto de las ventas que
se debieron efectuar en distintos lugares, Oficina Pericial, Depósito de armas de la
Sección Efectos Secuestrados, Oficina del Dpto. Médico Forense, pasillos, explanada
y salida de cocheras de Tribunales, etc.-
Resulta extraordinario y contrario al sentido común, que nadie
presenciara circunstancialmente una sola de esas entregas, para ambos Tribunales
esto no resulta relevante, pero sí resulta relevante que la hermana de Almeida Federik
no viera un arma en casa de su hermano y ésta sola circunstancia basta para que el
Tribunal descrea de su testimonio, aplicando de esta manera un doble estándar en la
valoración de la prueba.-
Tampoco explica las contradicciones entre Bertoni y Borgono respecto a
la modalidad de entrega de las armas. Así, Bertoni sostuvo que inmediatamente de ser
recibidas por Vitale se las entregaba a Borgogno “en cajas y con una lista de precios”,
mientras que Borgogno sostuvo que le eran entregadas envueltas en diarios o papel
madera y sin listas de precios. Es decir, lo relatado por Bertoni que comprometería a
Vitale (las modalidades de entrega) es contradicho por Borgogno.-
Referido a los mensajes “en clave” entre Bertoni y Vitale, cuestión
ignorada por el Tribunal de Juicio y tergiversada por la Cámara de Casación, en la

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audiencia de debate Bertoni fue expreso y claro que cuando Vitale le decía “vení que
tengo los pescados o tengo los lechones” se refería a los mensajes vía teléfono
celular; no como afirma el tribunal de Casación que utilizaban ese lenguaje cuando
“hablaban” personalmente.-
Con solo observar y escuchar el registro en video de la testimonial de
Bertoni durante el debate, esto resulta más que claro (DVD del día 3, parte 1, a partir
de 1h;39m:00s y rotundamente en 2h;44m,00s). De aquí que esta suerte de
“justificación” de parte de la Sra. Presidenta de la Cámara de Casación no es otra cosa
que un rotundo supuesto de tergiversación de la prueba. En efecto, si el testigo afirma
que mediante mensajes de texto nuestro defendido le anunciaba la existencia de
armas para serle entregada, y tal extremo es negado por las pruebas periciales en
lo equipos celulares de ambos, es porque evidentemente el testigo está faltando a la
verdad. Y con el propósito de no tratar tan contundente prueba sobre la mendacidad
de éste, es que la Sra. Vocal trastoca los dichos de aquél a fin de no tratar
verdaderamente su mentira.-
Tanto el Tribunal de Juicio como el de Casación minimizan y restan
importancia a la ausencia de prueba de cargo objetiva y científica como son las
escuchas y mensajes de texto tanto entre Bertoni-Vitale (“lechones” o “pescados” en la
jerga “armas”) y Bertoni-Borgogno (el “Viejo” o “Vitale” como proveedor de Bertoni).
El Tribunal afirma que: “Asimismo, valorando la testimonial de Bertoni
en contexto, se advierte que lo que dice tiene correlato con las escuchas que obran
agregadas en la causa, a las que se llega por la investigación anteriormente
detallada”. Lo que afirma NO tiene correlato con las escuchas. En efecto, ha dicho
que en las mismas al comunicarse con Borgogno hacía referencia a “Vita” o a “el viejo”
cuando nada de esto surge de las escuchas.-
Por demás contundente resulta la testimonial del Oficial Schmunk quien
–sorprendentemente-, afirma exactamente lo mismo que Bertoni, mencionando incluso
una serie de mensajes, que al solicitarle esta defensa que los leyera y ubicara donde
se mencionaban esas palabras, no lo pudo hacer, por la sencilla razón que no existen.
(Testimonial de Schmunk en DVD, día 3 a 32m: 45s y 1h; 27m: 37s). Este testigo
también hizo referencia a que en unas escuchas Bertoni le indica a su interlocutor que
consultaría con su proveedor y afirma que acto seguido se registra una llamada desde
la otra línea utilizada por Bertoni hacia el celular de Vitale, lo cual también resulta
falso, pues de los registros y entre cruzamiento de llamadas no existe esa llamada en

19
la fecha especificada ni en ninguna otra en la Bertoni haya anunciado una
comunicación con su proveedor.-
A fin de ilustrar a V.E. y como lo alegáramos durante el plenario resultan
muy ilustrativas los siguientes mensajes entre Bertoni y Borgogno:
- CD N° 13 fecha: 23/03/2016 a fs. 4 de la transcripción, en la misma hablan del
episodio relatado por el Crio. Schmunk relativo al pago de un arma con un
motovehículo, durante el dialogo mediante mensajes Bertoni le dice a Borgogno que
“me voy hasta lo de este hombre que me llamó haber si” en alusión a su proveedor,
pero contradiciendo lo dicho por Schmunk en el debate, no existe ninguna
comunicación de Vitale hacia Bertoni en esa fecha, pero sí a otras de números de
teléfono que nunca fueron investigados.-
- CD N° 26 Fecha: 25/04/2016 en la comunicación Bertoni le dice a Borgogno que
están por salir unos cachivaches chicos, que mañana (por el día 26/04/2016) se los
entregaría. Resulta inverosímil que Vitale le pudiera entregar a Bertoni esos
cachivaches, pues Vitale ya se encontraba de licencia y a punto de ser operado, lo que
aconteció el día 26/04/2016.-
- CD N° 10 Fecha: 09/04/2016 a fs. 6/7 de la transcripción, donde Bertoni le dice a
López Alonso -quien le pedía una rebaja por un arma-, que llamaría para consultar a
su proveedor. Tampoco existe una comunicación entre Vitale y Bertoni ese día.-
Todas estas comunicaciones Excma. Sala, son prueba categórica sobre la ajenidad de
Vitale, toda vez que evidentemente, Bertoni en aquellas ocasiones se comunicaba con
otra persona quien operaba como proveedor de armas. Si fuera Vitale quien cumplía
ese rol, inexorablemente debería haber registros de llamadas de Bertoni hacia Vitale y
viceversa (Ver prueba elaborada por Inteligencia Criminal, punto 30, prueba de
Fiscalía).-
En esa senda, agravia que ni la Vocal de juicio ni la Vocal de Casación
contestaran mínimamente la crítica realizada por la defensa al desarrollo que
comienza en la foja 345, donde se invoca como prueba de “sustancial importancia”,
que se registre en el celular de Bertoni el contacto de nuestro defendido como “VITA”,
y más aún, que se califique a los mensajes intercambiados en fecha 3/05/16 y 5/05/16
como realizados “en clave”, a saber: “… Tenes novedades ya pregunto el pelado”; “Si
hay falta algunos no mas te alcanzo mañana”; “Ok”; “Y bola hay novedades”; “Si a la
tarde voy te aviso antes”. En primerísimo lugar, no se explica por qué se considera que
dichos mensajes guardan una encriptación para ocultar algo de contenido ilícito, ya
que nada surge de los mismos que conlleven a esa conjetura. Pero

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fundamentalmente, ambos Tribunales ha pasado por alto -intencionalmente- la
declaración rendida por el imputado, y la relación que ella guarda tanto con el careo
operado con el Sr. Bertoni en fecha 14/03/18 y, primordialmente, con la declaración
testimonial del Sr. Carlos Alfredo Espinosa (alias “El Pelado”), quien le proveía a Vitale
de productos de artesanía y cuchillería que luego era comercializada por Bertoni. Todo
esto ha quedado demostrado en juicio.-
Mediante este testigo quedó absolutamente acreditada la defensa de
Vitale, y explica el sentido –absolutamente lícito- de ese intercambio de mensajes, que
mal podrá interpretarse como relacionado al comercio de armas de fuego. Repárese
que en su caso “el pelado” sería un partícipe más del hechos que se investigaron,
solución absolutamente descabellada y ajena a la Teoría del Caso de Fiscalía.-
Reiteramos, nada dijo el Tribunal de Juicio ni Casación sobre estas
pruebas de gran valor desincriminatorio, contrarias lo declarado por Bertoni y
Schmunk. Nótese además que en ningún momento se refieren al proveedor como
“viejo” o “Vita”.-
Vemos aquí claramente como la Cámara también entra a tergiversar la
prueba e ignora los agravios presentados.-
Cuando la Cámara de Casación menciona: “Por el contrario, la
credibilidad de Bertoni es analizada por la Vocal cotejándola en su coherencia interna,
y en la probabilidad de efectiva ocurrencia de lo que dice, que surge de profusa prueba
que fuera agregada y que pasó ante el Tribunal. En efecto, la aplicación de las reglas
de la valoración de la prueba, y en especial, el análisis de la confirmación de los
enunciados, recurriendo a las máximas de la experiencia, no pueden menos que
indicarnos que se debe descartar la idea señalada por la Defensa, de que Bertoni era
un “falso delator premiado”, hace una afirmación completamente abstracta y sin
explicar a qué se refiere. La “profusa prueba” a la que hace referencia, es relativa a
toda la investigación que preexistió a los primeros allanamientos, y de las cuales no
surge absolutamente nada en contra de Vitale.
Finalmente, sobre la lacónica explicación del Tribunal de Casación acerca de
con qué finalidad Bertoni indicaría a Vitale como su proveedor, no es tarea de esta
defensa discernirlo, no obstante sólo basta con revisar, como se expresó en los
alegatos, las particularidades del trato dispensado por el Ministerio Publico Fiscal
hacia el mismo: desde su prisión preventiva cumplida enteramente en alcaidía de
Tribunales (nunca estuvo en la UP1 a diferencia del resto de los detenidos: Borgogno
y López Alonso), el vertiginoso proceso que culminó en tiempo record con su condena

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condicional en juicio abreviado con pena de cumplimiento condicional (en el cual se
perforó el mínimo legal si vemos los delitos por los cuales de lo condenó) y la
posibilidad de que se lo acusara de falso testimonio si no mantenía la mención de
Vitale como proveedor en el debate (con lo cual tendría serias posibilidades de ver
transformada su condena condicional en una de cumplimiento efectivo en la UP1),
sostener que Bertoni no se vio beneficiado o que no tendría un enorme interés en
mantener su farragosa e inverosímil versión dada en su declaración de Imputado, es
una apreciación, al menos, inocente.
Sobre nuestras críticas a las consideraciones del Tribunal de Juicio en
su vano intento de darle crédito al único testigo contra nuestro defendido,
concretamente en el análisis que empieza a desarrollar en la foja 372 vta. de la
sentencia, pretendiendo acreditar a Bertoni mediante las declaraciones testimoniales
de Marianella Perotti y Natalia Giménez, el Tribunal de Juicio sostuvo: “Ello impone,
determinar si lo afirmado por BERTONI confirmado por BORGOGNO, a saber que,
Antonio María Daniel VITALE era el proveedor primario de las armas de fuego,
encuentra eco en el resto del material probatorio incorporado legítimamente al juicio.
Endicha tarea, cobra sustancial relevancia las categóricas declaraciones testimoniales
rendidas por Marianella PEROTTI y Natalia GIMENEZ, quienes trabajaron junto al
imputado Vitale en la Oficina Pericial, y fueron contundentes a la hora de describir: a)
irregularidades en la práctica de periciales; b) adulteración de pruebas; c) adquisición
excesiva de cartuchería y su entrega a personas no pertenecientes al Poder Judicial y
d) vínculo existente entre BERTONI-VITALE”.
Sobre esto, nada contestó la Cámara de Casación en lo referido a la
impertinencia señalada por esta defensa tanto en el escrito como en la audiencia
donde se sostuvo que aquellos puntos no vinculan en absoluto a Vitale con la
imputación formulada y que todo esto fue completamente desvirtuado por el principal
testigo de ese episodio que es el Ing. Rossi, quien declaró que en ningún momento
observó que Vitale fraguara pericias, que entregara munición a otras personas que no
fuera a personal policial, y lo más importante, que Vitale reprendió a Spinelli no por
hacer funcionar la picana sino porque había manipulado elementos que iban a ser
peritados.-
Nuevamente, se trata de un enorme omisión de tratar tanto la prueba
como la defensa presentada, siendo difícil de creer que esto no obedece a un acto
deliberado de ignorar la postura de la defensista, sustentada en pruebas más
robustas, ya que el Ing. Rossi era quien estaba a cargo de ese artefacto por pedido de

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Vitale. Si todo esto fuera así, no se explica por qué motivos no fue ofrecido el Sr.
Spinelli como testigo en debate, ni tampoco por qué nadie realizó la correspondiente
denuncia penal, o por qué nunca pusieron en conocimiento de sus superiores estos
episodios. La excusa de “tenerle miedo a Vitale” es pueril, fútil e inocente Reiteramos
estos testigos de ninguna manera acreditaron que Vitale le proveía armas a Bertoni.-
Tampoco la Cámara de Casación contestó los agravios por las
contradicciones de Bertoni referida a los audios de WhatsApp existentes en su celular.
En el mismo se estaría aludiendo a una persona, supuesto adquirente de armas, que
ninguna relación tiene con el hecho que se le ha atribuido –resultando por ende,
impertinente respecto del objeto procesal-, pretendiendo el testigo indicar que
comprometía a Vitale cuando en el juicio da versiones disímiles de los que surge de
los propios audios, llegando incluso a declarar que desconocía un tal “Gringo”,
confundiendo luego los personajes de su estrafalario relato con la persona a quien le
adquiría cuchillos (ver CD del día 3 –parte 2 –2: 33 min.). Esta defensa expresó
claramente tales contradicciones, el en audio se habla de un “Goyete” que no
funciona, en su testimonio, inmediatamente después de escucharlos y reconocer su
intervención, Bertoni dice que es un Winchester para el cual no se conseguía
munición, pero extrañamente, según los resultados del inventario no existe faltante
de ningún Winchester o arma similar. Contrariamente sí fue inventariado como
existente una carabina Winchester cal. 44.40, lo que a todas luces es una prueba
irrebatible de descargo, y que se ciñe nuevamente, en contra de la credibilidad de
Bertoni -
Cuando la Sra. Vocal de Casación afirma que: “El Tribunal tuvo en
cuenta lo declarado por la delegada judicial que realizó el allanamiento en la casa de
Bertoni, y que señaló la reacción de éste en el momento en que ella encontró el
fragmento de papel con precios de armas, con letra de Vitale. Esto se contrasta,
entonces, con las alegaciones de la Defensa de que Bertoni fuera aleccionado sobre
inculparlo a Vitale: esta es una prueba objetiva, documental, que fue peritada y en la
que concluyen unánimemente todas los peritos calígrafas intervinientes”. Nuevamente,
no hace más que alterar los dichos de la delegada judicial Huerto Felgueres, quien en
el debate expresó que la reacción de Bertoni correspondía a las 2 realizadas en
computadora, que fueron las primeras en encontrarse, no la manuscrita de puño
y letra de Vitale. (DVD día 4, parte 1 desde 00:39m; 00s hasta 00h:40m; 57s). Por
otra parte Vitale dio una explicación racional de la existencia de ese papel: eran
anotaciones informales, como “borrador”, con valores de referencia para las armas

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cortas que se enviaban por encomiendas al interior de la Provincia y así para contratar
el seguro correspondiente exigido por la empresa Sercar, luego él le pasaba, teniendo
a la vista y de manera verbal, ese valor a su Secretaria con el monto total de la caja
que contenía las armas y ésta lo declaraba en la encomienda.-
Nunca dijo que ese informal papel –o cualquier otro- viajaba con la caja.
Es más, en el exterior de la caja no se menciona el contenido que transporta, todo esto
fue corroborado por los encargados de la Oficina Postal de Tribunales y por el Gerente
de la empresa encargada de realizar el transporte.
Llama la atención como pretende revalidar la investigación de Fiscalía
haciendo un análisis pormenorizado de aspectos de la misma que EN NADA vinculan
a Vitale, pero sorpresivamente, cuando se entra a cuestionar los datos brindados por
el testigo en lo que respecta a la supuesta vinculación de Vitale, recurre a restarles
relevancia haciendo una mención extremadamente superficial de que se tratan de
“distintos datos”. Esos “distintos datos”, son los que evidencian incoherencias e
inconsistencias que deberían ser determinantes a la hora de evaluar la credibilidad de
los testigos en relación a Vitale, y no en relación a la prueba que involucra a Bertoni,
Borgogno y Lopez Alonso pero que es irrelevante para Vitale.-
La Sra. Vocal pareciera estar analizando más las pruebas mediante las
cuales se incriminaba a estos “testigos” ya condenados, que los argumentos que
impedían confiar en ellos estrictamente en lo que hace a la mención de nuestro
defendido como perteneciente a la trama.-
El doble conforme se trataba justamente de atender y responder los
agravios presentados, no remitirse lacónicamente a sostener que la defensa indica
“distintos datos” “sin ningún método”, cuando las críticas apuntadas de manera precisa
y puntualizadas en la prueba, indican que en lo único que coincide la declaración de
Bertoni con Borgogno es en el apellido de nuestro defendido, más no todas las otras
circunstancias –modalidades de entrega, cantidad, periodicidad, comunicaciones
telefónicas, claves, etc., etc.-
Por estos motivos, es que nos vemos en la necesidad de precisar que
dichas omisiones generan un quiebre en el balanceo que debe existir en todo tribunal
a la hora de examinar las posturas partiales, por cuanto si bien no se está obligada a
tratar todas las pruebas y argumentos, los expuestos tienen una entidad y relevancia
tal, que deberían haber gravitado radicalmente en el temperamento de un
sentenciante.-
Adviértase que no estamos señalando aspectos que dependan de la

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impresión que un testigo la ha provocado al Juzgador –y que sería un límite ligado a la
inmediación- sino que los palabras textuales mediante las cuales se ha condenado a
nuestro defendido, encuentran prueba antagónica en pruebas objetivas, como ser
escuchas telefónicas e informes periciales, sumado a que la misma textualidad de
otros testigos, también controvierten la declaración incriminante de Bertoni.-
Respecto de esta causal invalidante de un acto sentencial, y que
motivan la apertura del Recurso Extraordinario Federal, se sostiene: “Puede advertirse
entonces que sin la motivación de la sentencia carecerían de sentido la mayoría de las
reglas de garantía previstas para el proceso de conocimiento previo. Qué sentido
tendrían, por ejemplo, las reglas que obligan a someter las hipótesis acusatorias a la
posibilidad de refutación por parte de la defensa, o el control bilateral de la prueba de
descargo, o la discusión final, si a la postre los jueces nunca expresaran por qué
han sido ineficaces las alegaciones y objeciones de la defensa, prevaleciendo
las de la acusación o se abstuvieran de evaluar las pruebas dirimentes de
descargo” –el resaltado nos pertenece- (Fernando Díaz Cantón, “El control judicial de
la motivación de la sentencia penal” en “Los recursos en el procedimiento penal”,
Buenos Aires, Editores del Puerto, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Derecho.
Año 2004, pág. 156).-
De igual manera: “...las resoluciones judiciales que omiten considerar
las cuestiones oportunamente propuestas y conducentes para del decisión del juicio
carecen de fundamento suficiente para sustentarlas y deben ser dejadas sin efecto...
Ello, por cuanto la garantía del art. 18 de la Constitución Nacional requiere no
sólo la adecuada oportunidad de audiencia y prueba para los litigantes, sino también
la debida consideración por los jueces de las defensas sustanciales susceptibles
de gravitar en el resultado de la causa” (Carrió, Genaro R., Carrió, Alejandro D.; “El
recurso extraordinario por sentencia arbitraria en la jurisprudencia de la Corte
Suprema”; Tercera edición actualizada; Bs. AS.; Abeledo Perrot; Carrió, G.; Carrió,
A.; pág. 80).-
Este tipo de decisiones, ya han sido fulinadas de nulidad por la Excma.
Sala Penal en autos (“Rivas, Liliana Graciela – Homicidio agravado por el vínculo y
alevosía – Recurso de Casación” – STJER – 6/03/12).-

Legajo de OGA N° 8121.-


En lo que refiere a la condena por el delito de Amenazas, la misma
valoración parcial de testimonios plasmados en los hechos anteriormente descriptos

25
se reitera al momento que el Tribunal analiza la prueba de este punto.-
En efecto, como ya se expresara el testimonio de la Sra. Gareis fue
absolutamente mendaz y dubitativo. Comenzó mintiendo en cuanto al tipo de relación
que la unía con Vitale y a los motivos por los que Vitale le mandaba los mensajes
(supuestos celos por su reciente convivencia con Ruiz).-
Nótese que dicha convivencia según la propia Gareis comenzó en abril
de 2017 y los mensajes de Vitale dan inicio en Octubre de 2017, siendo por eso
inexplicable que su “ataque de celos” se hayan mennifestado seis meses después del
inicio de la convivencia de Gareis.-
Por otra parte la testigo negó en audiencia deberle dinero a Vitale, cosa
que no hizo durante el intercambio de mensajes en los cuales Vitale le reclamaba la
devolución de una suma dineraria.-
También mintió sobre haberse practicado un aborto en el Hospital San
Roque de Paraná, y finalmente mintió sobre la entidad amenazante de los mensajes.
En un primer momento dijo que temía por su hijo, cuando no existe ningún mensaje de
Vitale anunciándole algún mal en ese sentido. Luego expresó que temía por su
trabajo, pero ante pregunta del mismo Tribunal expresó que se sentía a gusto en
Minoridad y que Vitale era consciente de eso, por lo que mal podría afectarla algún
mensaje de Vitale referido a su situación laboral.-
En igual sentido testimoniaron la madre y la hermana de Gareis.
Efectivamente su madre, la Sra. Susana Beatriz CORONEL al ser consultada por las
amenazas dijo que le preguntó a su hija y ésta solo le mostró los mensajes, no
pudiendo tampoco precisar a qué amenazas se refería su hija. A su turno la hermana
de Gareis declaró en idéntico sentido, dijo que su hermana Yanina le reenvió los
mensajes y ante la misma pregunta dijo que creía que Vitale quería provocar alguna
“desavenencia familiar”, lo que resulta por demás extraño ya que todos los integrantes
de esta familia declararon no tener al momento de los hechos buenas relaciones.
La arbitrariedad luce patente, en este caso, cuando se han considerado
las pruebas/indicios o presunciones en forma fragmentaria y aislada, incurriéndose en
omisiones y falencias respecto de la verificación de hechos conducentes para la
decisión del litigio; y en especial, cuando se ha prescindido de una visión de conjunto y
de la necesaria correlación de los elementos probatorios entre sí, y de ellos con otros
elementos indiciarios solo limitándose a la literalidad de algunos de los mensajes
enviados por Vitale. Insistimos, aún cuando por la cantidad o algún mensaje o frase en
particular pueda llamar a confusión, el contexto indica que pudo generar molestias en

26
Gareis, pero no temor y menos aún de sentir que se le anunciaba un mal futuro (Cnfr.
Cam. Nac. Crim. Correc. Sala V. 31/03/04 “Riccio, Graciela”).-
Es decir que la Cámara de Casación no examinó exhaustivamente los
argumentos de esta defensa, existiendo, en consecuencia, una mera dúplica de los
fundamentos dados en la sentencia de grado, no cumpliendo así con los parámetros
establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso "Herrera
Ulloa" y por la Corte Suprema de Justicia de la Nación desde el fallo "Casal".
La violación constitucional que aquí se denuncia guarda relación directa
e inmediata con lo decidido por el Tribunal de Casación, toda vez que se ha llegado
mediante arbitrariedad a la conclusión de rechazar el recurso de Casación impetrado
violando las reglas de la sana crítica en la apreciación de los dichos y pruebas, no
dando respuesta, ni en su mínima expresión, a los agravios formulados por la defensa,
incurriendo en consecuencia en una fundamentación errónea y deficiente, por ende,
aparente, incumpliendo el deber de contralor, violando las garantías de la defensa en
juicio y el debido proceso que resultan irreparables, como así también el derecho a
recurrir el fallo y a que éste sea revisado realmente por un Tribunal Superior –art. 18
de la C.N. y 8 de la C.A.D.D.H.H.-

V.- ARBITRARIEDAD Y FALTA DE DOBLE CONFORME EN LA


DETERMINACIÓN DE LA PENA.-
A todo evento de todos los planteos que anteceden, también debemos
referir que la pena impuesta por el Tribunal de Juicio resulta excesiva y
desproporcionada, habiéndose ampliado en la audiencia ante la Cámara de Casación
los motivos que fundaron el pedido de revisión de aquella.-
No obstante, puede apreciarse del escueto párrafo volcado en el ap. V-
3) de la sentencia de casación recurrida, que allí se limita meramente a repetir –casi
literalmente- los parámetros sostenidos por el Tribunal de Juicio pero sin tratar en
absoluta las quejas presentadas sobre la determinación de pena que efectuaran estos
defensores en la audiencia del artículo del CPPER.-
En efecto, sostuvo la Presidenta de la Cam. de Casación: “Con respecto
al agravio agregado en la audiencia de mejoramiento de Recurso de Casación
respecto de la desproporcionalidad de la pena aplicada con relación a los hechos
atribuidos, entiendo que tampoco ello puede ser atendido. El Tribunal ha dado una
adecuada fundamentación a la individualización de la pena realizada, teniendo en
cuenta fundamentalmente la naturaleza de las acciones, su pluralidad, el rol del

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imputado, su experiencia en la materia, la extensión de los daños causados, la pérdida
de efectos secuestrados, la actitud posterior al delito, el contexto de violencia de
género en el que fueron vertidas las amenazas a la Sra. Gareis, encontrando sólo
como atenuantes la carencia de antecedentes penales”.-
Es decir, se ha limitado solamente a indicar cuáles fueron los puntos
tomados en cuenta por el Tribunal de Juicio calificándolos como correctos, pero sin
indicar los motivos por los cuales aquellos serían válidos, extremo que denota una
total ausencia de fundamentación que tornan completamente arbitrario este pasaje de
la sentencia.-
De ninguna manera pueden saber estos defensores, y tampoco el
imputado, cuáles fueron las razones que al entender de la Cámara dicha pena estaría
correctamente fundada y ajustada a derecho. Una mera repetición –a modo de
resumen- de las pautas tenidas en cuenta por el Tribunal de Juicio no pueden valer
como cumplimiento de la garantía del doble conforme. Máxime, reiteramos, cuando
cada uno de aquellos puntos indicados por la Sra. Presidenta fueron rebatidos y
cuestionados, tornándose en definitiva la instancia de casación como como una etapa
meramente retórica en donde los planteos no tienen ni verdadero trato ni mucho
menos refutación, lo que invalida por arbitraria la sentencia confirmatoria en la pena
impuesta.-
Debe recordarse, que el Pacto Internacional de Derecho Civiles y
Políticos (Art. 75, inc. 22 CN) en su artículo 14, inc. 5° ordena que la instancia revisora
también incumbe a la pena aplicada: “Toda persona declarada culpable de un delito
tendrá derecho a que el fallo condenatorio y la pena que se le haya impuesto sean
sometidos a un tribunal superior, conforme a lo prescripto por la ley”.-
Ello no se contenta con el solo hecho de expresar que la pena impuesta
por el Tribunal de Juicio “es correcta” o que “está fundada”, sino precisamente
expresando cuáles son los motivos que conducen a esa afirmación, y respondiendo
los agravios oportunamente planteados al respecto. Nada de esto ha ocurrido,
quedando el imputado sin el doble conforme relativo a la pena, garantía que se erige
como una obligación internacional del Estado (Art. 31 CN).-
En efecto, se ha señalado que la sentencia condenatoria sopesa una
serie de parámetros que de ninguna manera se le pueden adjudicar al imputado. Así
es que se indica en la parte pertinente a la mensuración de la pena, como agravante:
“d) su basta experiencia en la materia funcionario policial y judicial: Perito especialista
en balística - con estudios universitarios afines, portador de conocimiento especiales

28
que hacen que no podía ignorar los efectos nocivos de un arma de fuego”. Dicho
parámetro incurre en valorar como agravante el disvalor de acción que ya viene
contenido en la norma del art. 189 bis, inc. 4°, toda vez que “los efectos nocivos de un
arma de fuego” son justamente los que pueden afectar el bien jurídico de seguridad
pública que tutelan los delitos previstos en el Título VII del Código Penal. De aquí es
se acude a una doble valoración al usar lo ya contemplado por el legislador como
agravante.-
Asimismo, el hecho de tener estudios universitarios en materia balística,
tampoco es parámetro para agravar la pena por el hecho de “no poder ignorar”
aquellos efectos nocivos. Eventualmente, no podría ignorar aquellos efectos al igual
que cualquier otro ciudadano que sea capaz de culpabilidad, toda vez que no es
necesario ser experto en balística para adquirir dicha comprensión. De lo contrario se
llegaría a la conclusión de que cualquier persona que NO SEA experto en balística,
sería incapaz de comprender la criminalidad del acto y quedaría amparado en la
causal de inimputabilidad del art. 34, inc. 1° del CP, lo que llevaría a supuestos
inatendibles.-
Es evidente, que sus conocimientos en la materia no son motivos para
agravar la pena bajo los parámetros expuestos en la sentencia. Por otra parte,
tampoco se indica bajo qué supuesto del artículo 41 del CP incluye a dicho agravante.-
Esos efectos nocivos contemplados, son pasibles de ser perfectamente
comprendidos por una persona con un grado de sentido común y raciocinio estándar,
siendo por ello inviable computar su título universitario para tal fin. En definitiva, no se
requieren conocimientos ni títulos especiales para poder cometer el delito enrostrado,
ni para concluir en una mayor comprensión de la conducta reprochada poro la norma.-
Asimismo, se ha computado “e) la informalidad y desorden de la
registración de las armas de fuego secuestradas, sumado al proceso de destrucción
de armas y reforma edilicia que aprovechó para llevar adelante sus conductas”. Con
esta afirmación, se atribuye erróneamente a nuestro defendido un deber que
NINGUNA relación tiene con su cargo. La registración de las armas de fuego, es una
tarea de competencia exclusiva de la Sección de Efectos Secuestrados de la que
Vitale NO FORMABA PARTE. Esto se puede acreditar de modo palmario con la
declaración de la Dra. Elena Salomón, a cargo de la Secretaría de Superintendencia
del STJER quien sostuvo que “La Oficina de Efectos Secuestrados tenía a cargo la
recepción, clasificación, ordenamiento de los efectos por año, por tipo, se le asignaba
una carátula, se registraba informáticamente y la custodia de los efectos”, y asimismo

29
con la declaración de Fabricio Santapaola, responsable de dicha Sección.-
La única tarea que desplegaba Vitale, era la de identificar la armas para
su destrucción, como así también dar consejos para la seguridad de los operadores
que se encargaban de destruirlas, pero ninguna vinculación tenía con la Sección de
Efectos Secuestrados ni consecuentemente, con la registración de armas. Como
puede verse, este fue otro agravio sostenido en la audiencia del art. 515 del CPPER
sin que la Cámara de Casación emita la menor palabra al respecto, quedando,
reiteramos huérfano de sentido el derecho al doble conforme que le asiste al
imputado.-
También se computa en el punto h) el no haber hecho entrega del arma
de fuego que fuera hallada en su domicilio, convirtiendo en letra muerta la prohibición
de autoincriminarse y de aportar una prueba que podría considerarse cargosa en su
contra. No obstante, tampoco se ha dado el menor trato a la declaración brindada por
el imputado al inicio del debate explicando que aquella arma fue utilizada con fines de
docencia y que había sido olvidada en su casa. A su vez, no existe ninguna prueba de
que el mismo la haya ocultado, toda vez que no se ha corroborado que en el primer
allanamiento realizado, efectivamente se halla inspeccionado el mismo lugar en la que
se halló el revolver en el segundo allanamiento. Ningún indicio ha recaído sobre la
exhaustividad del primer allanamiento ni de los lugares precisos que fueron revisados.-
Tampoco logra comprenderse que se sostenga que las aludidas
amenazas fueron motivadas por celos, cuando ha quedado palmariamente acreditado
que los reclamos comenzaron a raíz de un pedido de devolución dineraria que fue
tenida por probada por el propio tribunal.-
Por otra parte, se ha indicado como agravio, sin obtener ninguna
respuesta, que resulta una afrenta a la igualdad ante la ley y a la unidad de criterios
que debería existir en la justicia penal de del Poder Judicial provincial, el hecho de que
a quien se ha tenido como partícipe primario de nuestro defendido –es decir
Maximiliano Bertoni- se le haya impuesto la pena de tres años de prisión de ejecución
condicional, y a Vitale la exorbitante pena de doce años.-
Más allá que respecto del primero se celebró un acuerdo de juicio
abreviado, y esto ha de ser computado dentro de pautas del artículo 41 del CP, mal
puede llegarse con ello a tamaña diferencia. El hecho de que hayan sido condenados
por Tribunales distintos, no obsta a la obligación de dar trato igual –o semejante- a los
justiciables. Repárese que tal es la falta de criterios, que incluso a Bertoni se lo ha
condenado a una pena de ejecución condicional, cuando la calificación legal que le

30
correspondería, siguiendo el hilo conductor de la sentencia contra nuestro defendido,
conminaría a una pena mínima de cuatro años de prisión con ello impedido de acceder
a una pena de ejecución condicional (cfr. art. 189 bis, inc. 4°, párr. 3°).-
No puede perderse de vista que la existencia de Tribunales distintos
que hayan intervenido con uno y otro imputado no quita que el Poder Judicial de la
Provincia de Entre Ríos es uno solo, y como tal no puede generarse tal disparidad en
el trato de un mismo caso quebrando así abiertamente la igualdad ante la ley, toda vez
que el hecho por el cual fue condenado Maximiliano Bertoni es exactamente el mismo
por el cual se juzgó a nuestro asistido –cfr. actuaciones del Legajo de OGA N° 4.094,
prueba de la Defensa.-
En definitiva, puede verse que por un parte, no se ha dado trato a los
agravios vertidos en relación a la pena, vulnerándose con ello el derecho al doble
conforme según lo estipula el art. 14.5 del PIDCyP, poniéndose así en tela de juicio la
vigencia de una norma con rango constitucional (art. 75, inc. 22) y con esto la apertura
de la instancia extraordinaria de Ley 48, art. 14.-

VI.- LA PRISIÓN PREVENTIVA CONFIRMADA:


También motiva el presente recurso, la confirmación de la medida
cautelar que pesa sobre nuestro defendido. Ello, por cuanto puede observarse que el
único parámetro que se tiene para su dictado es la pena impuesta, circunstancia que
no es suficiente para su despacho, contrariando precedentes consolidados en nuestra
justicia local y federal, incluso de fallos emitidos por la misma Cámara de Casación.-
De ninguna manera el monto de la pena impuesta es pasible de
conducir a una sospecha fundada de que el imputado irá a fugarse, sino que aquella
debe sostenerse en base a parámetros objetivos que alienten razonablemente tal
pronóstico.-
Esto ha sido ya tratado y desechado por esa Excma. Sala en autos
“Delfín Borro”, “Beckman” y recientemente en “Forcher” (25/4/19) donde se sostuvo: “el
pronunciamiento aparece basado en apreciaciones genéricas y dogmáticas, que son
manifiestamente insuficientes para sustentar el rechazo de la articulación casatoria
esgrimida; incumpliendo con una cabal observancia de la doctrina del “máximo
rendimiento revisor” del recurso de casación” … “En esta orientación ha fallado la
C.S.J.N. en la causa "Loyo Fraire" (sent. del 6/3/14), precedente en el cual el Alto
Tribunal se remitió al dictamen del Procurador General –Dr. Eduardo Ezequiel Casal-
quien sostuvo que aún cuando no se encuentre firme una sentencia de condena

31
constituye una decisión sobre el fondo que goza de una presunción de acierto que
incide desfavorablemente en cuanto al riesgo de fuga. No obstante, el
encarcelamiento no deja de ser cautelar y la decisión que lo imponga debe contener la
motivación suficiente que permita evaluar si se ajusta a los requisitos impuestos por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, entre ellos, el de necesidad, en el
sentido de que sean absolutamente indispensables para conseguir el fin deseado y
que no exista una medida menos gravosa respecto al derecho intervenido, extremos
estos que no se han cumplido en las resoluciones atacadas”.-
Contraría también sus propios criterios, respecto del monto de la pena y
su viabilidad para servir de insumo a una prisión preventiva, a los dados en la causa
"DIAZ, SILVIO RAMÓN - HOMICIDIO Y LESIONES GRAVES s/RECURSO DE
CASACION" - Causa N° 127/14 - Sentencia Nº 85.-
A su vez, se ha señalado: “Es indispensable acreditar que en los casos
en que se propone y dispone la privación cautelar de la libertad, ésta resulta
verdaderamente necesaria. Para ello cabe invocar diversas referencias, a título de
elemento de juicio sujetos a apreciación casuística, puesto que se trata de acreditar
que en el caso concreto –y no en abstracto-, en hipótesis general- es necesario privar
de libertad a un individuo. Fundar la privación de libertad en consideraciones
generales, sin tomar en cuenta los datos del caso particular, abriría la puerta en buena
lógica –que en realidad sería mala lógica-, a someter a las personas a restricciones y
privaciones de todo género y de manera automática, sin acreditar que son pertinentes
en el supuesto particular que se halla a consideración de la autoridad” (Del voto del
juez Sergio García Ramírez e la sentencia de la CtIDH, “López Álvarez vs.
Honduras”).-
Así se ha sopesado dogmáticamente, que por la solvencia económica
de la cual gozaba el imputado mientras se desempeñaba en su cargo de Perito Oficial
del STJER tendría capacidad económica para evadirse de la justicia. No obstante,
justamente aquella situación ha cesado por completo, toda vez que, como es bien
sabido, el mismo ha sido cesanteado de su cargo y por dicha razón tal situación ya no
se configura, manteniéndose su familia –compuesta por su mujer y dos hijos-
exclusivamente del sueldo que percibe su hijo menor como Agente de Policía, sumado
al cargo de Bibliotecaria escolar de la mujer de Vitale, los que magramente alcanzan
para cubrir apenas las necesidades más elementales de la familia.-
Asimismo, también dogmática y arbitrariamente, se sostiene que
miembros de la fuerza policial podrían colaborar con Vitale en su fuga, sin explicar por

32
qué motivos es merecedor de tamaña conjetura.-
Debe recordarse que el imputado goza de sobrado arraigo en la ciudad
y con una familia formada, la cual se mantiene incólume pese al encierro padecido. En
esa senda, también se ofreció incluso dar un bien en caución, sin que haya sido
siquiera tratado dicho pedido.-
Por lo motivos que sucintamente aquí se exponen, y que serán
ampliados en la audiencia correspondiente, es que a todo evento y manera subsidiaria
del pedido nulificante, solicitamos que se revoque su prisión preventiva.-

VII.- RECURREN “LLAMADO DE ATENCIÓN”.-


Sostuvo la Cámara de Casación su punto: V2 b) Finalmente, con
respecto a la supuesta conducta del Tribunal indicada por la Defensa, de omitir
deliberadamente prueba, de tergiversarla, de demostrar falta de imparcialidad y
"compromiso forzado con la tesis de la Fiscalía", no puedo dejar de llamarle la
atención a los letrados, ya que semejantes acusaciones serían parte de delitos y no
pueden ser invocados con ligereza e irresponsabilidad, como una parte más de los
agravios.
Primeramente, negamos enfática y puntualmente la exorbitante y
peregrina conclusión a la que arriba quien comandó el primer voto del embate
casatorio, en tanto y en cuanto pretende asimilar nuestra fundada y profesional crítica,
por arbitraria, a la sentencia del tribunal inferior con acusaciones delictivas,
pronunciadas con ligereza e irresponsabilidad de nuestra parte.-
Antes que nada, por un imperativo categórico insoslayable y por
probidad procesal de esta defensa técnica, es necesario dejar perfectamente en claro
que, de haber existido alguna conducta de parte del tribunal o de alguno de sus
integrantes que pudieran constituir un delito o, sin llegar a tanto, alguna causal de
enjuiciamiento de magistrados, no tengan dudas que le hubiéramos dado el
temperamento de formal denuncia ante el organismo pertinente. Y ello por cuanto no
somos feligreses de los metamensajes o de las elipsis referenciales. Por el contrario,
llamamos a las cosas por su nombre y en base a ellas actuamos en consecuencia.-
Enmarcamos nuestra crítica al fallo facturado en razones que, “latu
sensu” podríamos englobar como de manifiesta arbitrariedad, ilogicidad y absurdidad,
vicios sentenciales que no sólo han tenido recepción a través de décadas de rica y
prolífera doctrina jurisprudencial de nuestro cimero tribunal federal, sino que forman
parte de los motivos fundantes que dan pábulo al recurso casatorio local. Y porque por

33
arbitrariedad deben entenderse esos mismos vicios que individualizamos y que
forman parte del constructo sentencial puesto en crisis, que dan cuenta de ellos y que
en esta instancia recursiva extraordinaria reiteramos con deliberada y obligada
repitencia, a saber: a) omisión deliberada de pruebas; b) tergiversación de la misma; c)
falta de imparcialidad y d) compromiso forzado con la tesis de la fiscalía.
No se ha hecho uso de ningún adjetivo despectivo, caprichoso, ni
mucho menos con sentido contumelioso ni de descrédito de ninguno de los integrantes
del tribunal de juicio emisor de la sentencia, sino que se han denunciado vicios que, en
su conjunto, invalidan el decisorio por arbitrario e ilógico, sin que nada de ello
signifique demérito personal alguno de los señores jueces y expresados en la faena
defensista sólo con el limitado pero preciso sentido jurídico con el que habitualmente
usamos de ellos cumpliendo un rol determinado, sin que nadie o muy pocos
magistrados pidan sanciones a curiales por ello.-
Hacerle lugar a estos exabruptos procesales sancionatorios –no
previstos por ley-, equivaldría, sin más, pretender amordazar la crítica de los actos
sentenciales, reduciendo el esencial y complejo magisterio defensivo a expresiones
mínimas y reglamentarias por temor a represalias. De esa manera, se instauraría una
suerte de pánico o temor generalizado a eventuales sanciones disciplinarias de
abogados defensores, generando de antemano una especie de “capitis diminutio” que
atentaría contra una eficaz, libre y amplia defensa de los justiciables sometidos a un
proceso penal.-
Aún más; con medidas veladamente intimidatorias como las propuestas
por Casación en la modalidad de sanción por conceptos vertidos en el fragor de un
acto defensivo puro, podría verse seriamente afectado el derecho de defensa en juicio
en general y particularmente la posibilidad de los defensores de ejercitar su magisterio
con la libertad y la determinación que esa noble y sacrificada tarea requiere.-
Dicho ello y regresando al quicio de la sentencia que se critica y muy
especialmente dentro de la misma al llamado de atención efectuado por parte de la
Cámara de Casación, manifestamos “ad ómnium aventa” que no tuvimos ni tenemos
otra forma de atacar el fallo por arbitrario, que no sea individualizando y calificando,
como lo hicimos, a los variopintos vicios que descalifican el acto sentencial del tribunal
de juicio. Lo contrario hubiese supuesto una claudicación ética y legal inconcebible
para el ejercicio de la defensa, que seguramente nos colocaría a los Defensores
Técnicos al borde mismo de la mala praxis, edulcorando, menguando o directamente

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omitiendo la severidad de las críticas a la pieza decisional facturada, lo que podría
decidir su suerte en el proceso.-
Es también tradicionalmente aceptado y admitido que la jurisdicción
debe exteriorizar un especial respeto y comprensión con la tarea de los defensores,
máxime en estos tiempos donde campea la intolerancia y la transgresión de los
derechos individuales como moneda corriente.-
Ejercicio de la defensa que necesariamente implica vehemencia y
apasionamiento, y criticar en función del rol defensivo asumido con mucha severidad
pero respeto los desaciertos, yerros o vicios de los actos sentenciales, en los que se
juega la suerte de cada uno de los justiciables y donde nada de lo que se dice debe
tener connotaciones personales, sino exclusivamente orientadas a refutar, discutir,
poner en crisis y describir al detalle los actos cumplidos en base a los cuales se
estructuran los fallos, ninguno de los cuales está exento de defectos ni son seres
infalibles quienes los dictan.-
El eximio jurista Ihering nos desafiaba hace casi dos siglos a luchar por
el Derecho, afirmar las convicciones en la legalidad como único modo de conseguir
una sociedad más justa e igualitaria, lo que en nuestros días puede ser traducido en la
necesidad cotidiana de evitar la consagración de las iniquidades, intentar que el poder
de la ley no sea puesto al servicio de las injusticias, reafirmando para ello la irrestricta
vigencia de las garantías y de las libertades.
También sostuvo la Vocal: “Con afirmaciones tales, los letrados -como
advirtiéramos ante similar situación in re "ERRO", sent. del 22/08/17- pusieron en crisis
el diálogo racional y respetuoso propio de la relación procesal entre las partes y los
magistrados, efectuando acusaciones al Tribunal sin ninguna prueba que lo sustentara
ni ningún argumento serio, más que el ánimo injurioso e irrespetuoso hacia la
magistratura que denotaron sus expresiones, que apelan al descrédito de la función
judicial, lo que resulta intolerable”.-
De ninguna manera, dicho esto con absoluta convicción y buena fe de
nuestra parte, “se ha puesto en crisis el diálogo racional y respetuoso, propio de la
relación procesal entre las partes y los magistrados”, ya que lo que sí se ha puesto en
crisis –lo que se ratifica una vez más- es el fallo arbitrario al que ha arribado el tribunal
de juicio, y que muy por el contrario a lo que sostiene, nuestros agravios recursivos se
sustentan en frondosas pruebas que acreditan los vicios invalidantes que señalamos,
por lo que mal se pueden motejar las motivadas críticas que efectuamos desde la
defensa técnica, con un ánimo injurioso e irrespetuoso hacia la magistratura, como

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que tampoco es cierto ni real que con tales términos hayamos apelado al descrédito
de la función judicial.-Nada más alejado de la realidad y sólo entendible, acaso, por
una hipersensibilidad de los integrantes de la Cámara de Casación, poco abierta a la
recepción de críticas fundadas a los fallos de los tribunales inferiores y los suyos
propios, sobre todo como el puesto en crisis, que desnuda inconsistencias no sólo de
logicidad, sino de técnica sentencial y de valoración probatoria ajustada a los
presupuestos de la sana crítica racional.-
Continuó la Vocal: “Advierto así, que la conducta de los abogados
recurrentes configura una falta grave a sus obligaciones como auxiliares de justicia, y
no enaltece la importante función que cumplen en este proceso. Esto implica una
conculcación a los deberes señalados por la ley orgánica, y me lleva a propiciar un
llamado de atención a dichos profesionales, a fin de que procuren evitar tal accionar
en el futuro”. En este sentido, cabe manifestar de nuestra parte, que continúa el
tribunal siendo laxo o genérico en cuanto a los motivos de la sanción que postula nos
sea aplicada, toda vez que en momento alguno –condición básica y elemental de un
acto acusatorio y/o sancionatorio dentro de un estado constitucional de derecho-
refiere concreta y precisamente en qué consiste la falta que nos endilga ni tampoco
cuál o cuáles de las muchas disposiciones de la LOT habríamos vulnerado o en cuál o
cuáles quedarían atrapadas o encuadradas nuestras supuestas faltas. Dicha
imprecisión y vaguedad nos constriñe –contrariando las elementales garantías del
debido proceso y la defensa en juicio-, a defendernos “en las sombras”, como
magistralmente refirió alguna vez el criminalista español, Don Pedro Dorado Montero.-
En otras palabras -esperando no ser sancionados por ello-, la Cámara
de Casación exhibe en el sub case un muy bajo umbral de tolerancia a la crítica y un
muy alto nivel de susceptibilidad a los dichos enarbolados por estos defensores
técnicos. De continuarse con este temperamento que no hace sino incidir
negativamente y de modo palmario en la libertad y amplitud en la crítica del acto
sentencial, comportamiento propio de un acto de eficaz y celosa defensa de los
ciudadanos que transitan por un proceso penal, como sujetos de derecho.-
Por lo precedentemente expuesto y en punto a la “sanción” que se
pretende imponernos (llamado de atención), deberá revocarse la misma, atendiendo a
los motivos que hemos desarrollado sumariamente, puesto que lo contrario importaría
–sin más- validar una forma de comprimir o reducir el espacio de crítica y confutación
de actos sentenciales, bajo la potencial posibilidad de aplicar sanciones a los letrados
defensores por parte de los magistrados.-

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Nada de ello es tolerable en un estado constitucional de derecho,
menos aun cuando la crítica se realiza en función de un acto defensivo y con motivo
de un fallo que adolece de parcialidades, conclusiones ilógicas y que no atiende las
defensas presentadas que exoneran a nuestro defendido.-
Finalizando, también cuestionamos “el llamado de atención” ya que
dicha medida no está prevista en la Ley Orgánica de Tribunales, actuando la Cámara
en base a sus propios criterios, apartados del derecho vigente. Vale recordar que las
sanciones previstas en el art. 9, justamente por ser sanciones, son taxativas, y no
puede apelarse de parte de la judicatura, a plasmar en el desarrollo la sentencia y en
el resolutorio una medida inexistente o apelando a la analogía.-

VIII.- PRUEBA:
1.- Se acompaña copia de escrito presentado ante el Consejo de la
Magistratura en fecha 30/4/19, y acta de entrega suscripta por el Dr. Juan I.
Barrandeguy, junto a un DVD conteniendo copia del audio correspondiente a la
Entrevista Personal de la Dra. María Carolina Castagno en el marco del Concurso de
Oposición y Antecedentes N° 167.-
2.- Para extremar recaudos, se oficiará al Consejo de la Magistratura,
para que remita copia fiel del audio perteneciente a la entrevista personal de la Dra.
María Carolina Castagno correspondiente al concurso N° 167, indicando fecha en que
se realizó la misma, y remitiendo copia autenticada del “ACTA Nº 23 (Puntaje
Entrevistas Públicas Concursos Nº 167 al 170)”.-

IX.- EXPRESA RESERVA DEL CASO FEDERAL:


La sentencia recurrida agravia la Garantía de Defensa en Juicio,
Derecho a ser Oído, Del Debido Proceso, el in dubio pro reo, y el derecho a obtener un
pronunciamiento razonable por parte del Estado, consagrados expresamente en la
Carta Magna y en los Pactos Internacionales Constitucionalizados, por lo que ante un
fallo hipotético contrario a la pretensión esgrimida, se habilitaría sin más la vía
recursiva extraordinaria prevista en la Ley 48, art. 14 inc. 3,º solicitando en
consecuencia se tenga por efectuada oportunamente expresa Reserva del Caso
Federal. Asimismo, hacemos reserva expresa de ocurrir por ante la CIDH, para el caso
de un fallo adverso, por idénticas consideraciones.-

X.- PETITORIO:

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Por lo expuesto, de V.E. solicitamos:
1.- Nos tenga por presentados y con domicilio constituido, por interpuesto en
legal tiempo y formal Impugnación Extraordinaria contra la sentencia de la Cámara de
Casación Penal de Paraná de fecha 12 de Marzo de 2019.-
2.- Por acompañada la prueba mencionada en el capítulo VIII y ofrecida la
restante-
3.- Oportunamente se remitan en forma inmediata todos los antecedentes a la
Sala de Procedimientos Constitucionales y Penal del Superior Tribunal de Justicia de
Entre Ríos.-
4.- Se haga lugar revocándose la sentencia puesta en crisis anulando la misma
conforme ha sido materia de agravios.-
PROVEER DE CONFORMIDAD.
POR SER JUSTO.

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