CUBIERTAEUSK-CAST_Maquetación 1 04/05/12 13:18 Página 1

association en faveur des droits humains

Orain da garaia
pro human rights association
asociación pro derechos humanos
giza eskubideen aldeko elkartea

Orain da garaia

Esperientziak eta erronkak

biktimen oroimen bateratzailea?
Posible al da esparru lokalean
¿Es posible una memoria incluyente
de las víctimas en el ámbito local?
Experiencias y desafíos

El tiempo es ahora
El tiempo es ahora

giza eskubideen aldeko elkartea

asociación pro derechos humanos
pro human rights association
association en faveur des droits humains
¿Es posible una memoria incluyente
de las víctimas en el ámbito local?
Experiencias y desafíos

El tiempo es ahora

giza eskubideen aldeko elkartea

asociación pro derechos humanos
pro human rights association
association en faveur des droits humains
 Argituz es una Asociación Pro Derechos Humanos,
sin ánimo de lucro, cuya misión consiste en aspirar,
en el ámbito vasco, a una situación en la que todas
las personas disfruten de todos los derechos
humanos proclamados en la Declaración Universal
de Derechos Humanos y en otras normas
internacionales de derechos humanos.

Animada por esta visión, la misión de Argituz

consiste en realizar labores de investigación y acción
centradas en impedir y poner fin a las
conculcaciones más graves contra el derecho a la
integridad física y mental, a la libertad de conciencia
y expresión y a no sufrir discriminación, en el
contexto de un trabajo de promoción de todos los
derechos humanos.

EL TIEMPO ES AHORA
¿ES POSIBLE UNA MEMORIA
INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS
EN EL ÁMBITO LOCAL?
Experiencias y desafíos

Coordinador de esta investigación:

Carlos Martin Beristain

Coordinador de la publicación:
Andrés Krakenberger

Entrevistas:
Sabino Ormazabal
Carlos Martin Beristain
Andrés Krakenberger

Revisión de textos:
Bertha Gaztelumendi
Xabier Urmeneta

Maquetación:
Iñaki Lekuona

By Asociación Pro Derechos Humanos ARGITUZ.

Is licensed under a Creative Commons
Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada
3.0 Unported License.
 El tiempo
es ahora
1. IMPORTANCIA DE LAS MEDIDAS DE RECONOCIMIENTO Y SIMBÓLICAS PARA LAS VÍCTIMAS.
POSIBILIDADES Y LÍMITES

Sentido de los actos de reconocimiento

PÁGINA 08
Reconocimiento de los perpetradores o grupos políticos
Participación de las víctimas
Contenido de los actos de reconocimiento
Papel de los medios de comunicación
Valor de las medidas simbólicas. Funciones
Papel preventivo de la memoria colectiva

2. LA EXPERIENCIA EN LA CAV EN EL ÁMBITO LOCAL: EVOLUCIÓN, PROBLEMAS Y DESAFÍOS

Evolución de las iniciativas locales de memoria de las víctimas

16
PÁGINA

Diferentes experiencias y respuestas institucionales

Conflictos y dificultades en las iniciativas locales

Factores ligados a la violencia

Diferencias respecto al apoyo social
Consecuencias de la impunidad
Factores ligados a la posición política
Aspectos asociados a la comunicación: malentendidos, matices o pánicos morales

Memorias selectivas: impacto local e inserción social de las víctimas

Entre el pasado y el presente: el ejemplo de una memoria conflictiva. Arrigorriaga

Tensión y conflicto local: nuevas oportunidades de reconocimiento. Zizurkil
Una larga lucha para el reconocimiento. Santurtzi

3. ¿ES POSIBLE CONSTRUIR UNA MEMORIA INCLUYENTE?

¿Qué significa una memoria incluyente?

45
PÁGINA Miedo por amenazas y falta de un contexto positivo como obstáculo para la memoria
Importancia de la verdad en los casos no investigados
El concepto de víctima y el desafío de una memoria incluyente
Las formas de expresión de la memoria
Los nombres y la dificultad de una memoria incluyente
Procesos de reconocimiento y conflictos
Cambio de actitudes políticas
 ¿Es posible una memoria incluyente
de las víctimas en el ámbito local?

Experiencias y desafíos

4. IMPLICACIONES PARA LAS PERSONAS E INSTITUCIONES INVOLUCRADAS EN

EXPERIENCIAS DE MEMORIA COLECTIVA

Generar relaciones de confianza

66
PÁGINA
Riesgo de politización
Consulta y participación
Poner en cuestión la propia postura
Sensibilidad cruzada
Tomar posición frente al sufrimiento injusto
Legitimidad y construcción de la confianza
Testimonio de personas con legitimidad que cambian la visión del problema
Comprensión de los elementos que resultan confrontativos
Atender a las diferentes respuestas familiares
Evitar el uso político y generar conciencia para todos y todas
Equidad de trato no es igualar la victimización
Un discurso concreto e incluyente
Tener en cuenta los límites
El tiempo es ahora. Gestos que muestren voluntad de cambio

5. RECOMENDACIONES PARA LAS MEDIDAS SIMBÓLICAS Y DE RECONOCIMIENTO

PÁGINA 83 Tener en cuenta la participación de las víctimas

Cuidado de los detalles e implicaciones
Cambiar la perspectiva
Peticiones de perdón o reconocimiento de responsabilidad
Coordinar iniciativas en el ámbito local
Proteger de agresiones a monumentos y lugares simbólicos
Situar en su medida y dar seguimiento a las acciones
Lugares de significado y proyección
Convocatorias generales: atender a la memoria incluyente
La memoria pensando en el futuro
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
6 argituz febrero de 2012

“Si supieran lo doloroso que es

ver cómo les hacen homenajes
a otras víctimas…
¿Por qué a unas sí y a otras no?
Personalmente odio cualquier
tipo de violencia y creo que
todas las víctimas tienen
derecho a un reconocimiento.
Pero tiene que ser un
reconocimiento público, porque
a mí, que se publique en el BOE
no me sirve”.

Inés Núñez1, hija de Francisco Javier Núñez Fernández

(muerto por “incontrolados”).

E
ste testimonio entrecruza las memo-
rias de la violencia en Euskadi. El
padre de Inés fue asesinado cuando
tenía 38 años. Fue secuestrado des-
pués de presentar una denuncia en el
Juzgado de Bilbao por haber recibido una paliza
de la Policía en una de las manifestaciones pro-
amnistía de mayo de 1977. Durante su secuestro
fue obligado a beber aceite de ricino y coñac en
grandes cantidades por un grupo parapolicial de
extrema derecha, de los llamados en esa época
“incontrolados”. Murió al cabo de unos días y su
muerte se atribuyó oficialmente a problemas he-
páticos. La violencia política y el uso del terror,
en el caso del País Vasco, se enlazan en historias
como ésta. Vidas que fueron objeto de desprecio.
Muchas de las cuales no han tenido reconoci-
miento, o han sido juzgadas en función de quién
era la víctima o de quién era el perpetrador o de
si era o no cercana a una posición política, y no
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
de la violación de derechos humanos de que fue-
ron objeto. Y, sin embargo, cada historia es única
y merece respeto.
El presente informe recoge un análisis de las
posibilidades de construcción de una memoria in-
cluyente de las víctimas del terrorismo y la vio-
lencia de motivación política, es decir de graves
violaciones de derechos humanos, como conse-
cuencia de la violencia, en el País Vasco.
El informe consta de tres partes. En una pri-
mera se incluye una revisión de la experiencia in-
ternacional en los actos de reconocimiento de
responsabilidad y medidas simbólicas de memo-
ria colectiva sobre las víctimas de violaciones de
derechos humanos. En la segunda se analizan al-
gunas de las experiencias llevadas a cabo en la
CAV2, los problemas, incidencias, dificultades y
reflexiones de numerosos protagonistas de estas
acciones de memoria en el ámbito local. Se ana-
lizan algunos casos especialmente problemáticos
y los desafíos que han producido en la historia
reciente. Por otra parte se recogen algunos tes-
timonios3 de diferentes víctimas de ETA, GAL o
agentes del Estado, haciendo énfasis en los as-
pectos relacionados con la posibilidad de una me-
moria incluyente. La tercera parte trata de los
aprendizajes y desafíos de dicha memoria en el
caso vasco. Se trata de establecer algunos crite-
rios que tengan en cuenta tanto la relación con
las víctimas, como los procesos de trabajo en el
ámbito local y los desafíos para que dicha memo-
ria incluyente se convierta en un mecanismo de
reconocimiento y de prevención de la violencia
en el presente y en el futuro.
Muchos de estos temas están sujetos a la po-
larización social, y a las posiciones políticas que
determinan formas de situarse frente a estos
desafíos o experiencias. Se reacciona según
quién sea quien hable y no según lo que se dice.
Se justifican unos hechos por el objetivo político
o se ponen baremos al dolor según de quién se
trate. En otros casos se minimiza la experiencia
de unas víctimas mientras se reivindican otras.
argituz febrero de 2012
7
Todas estas cuestiones nos tocan en el ámbito
personal y, de una u otra manera, a toda la so-
ciedad, generando posiciones, debates y silencios
que forman parte de nuestra historia reciente,
mostrando el impacto en el tejido social que ha
tenido la violencia de ETA, pero también la vio-
lencia de grupos de extrema derecha o de agen-
tes del Estado en diferentes épocas.
Para poder hacer un análisis de los desafíos que
plantea esta memoria en el ámbito local se hicie-
ron entrevistas con diferentes víctimas y actores
de distintas sensibilidades políticas, y se analiza-
ron algunos casos emblemáticos que han sido
fuente de conflicto o debate público. Todo ello de
forma parcial, dada la dificultad de hablar de
estas cuestiones y a que dichas entrevistas se
dieron cuando aún se mostraba un escenario de
violencia y exclusión política, y el fin de la violen-
cia de ETA era aún incierto. El texto trata de
abordar un tema que muchas de las personas en-
trevistadas consideran difícil y que es frecuente
fuente de conflicto.
En un contexto de fin de la violencia de ETA y
de una normalización política que permita ejercer
los derechos a la participación política y una vida
sin amenazas ni miedo, el reconocimiento de la
responsabilidad y la memoria son algunos de los
pasos pendientes para una reconstrucción de las
relaciones fracturadas por la violencia.
__________________________________
1 Cuando murió su padre, Inés Núñez contaba tan sólo con 3 años
de edad. “Yo he crecido –relata– pensando que mi padre murió de
una enfermedad hepática, hasta que a los 18 años mi madre me
contó la verdad. Ella no quería que yo creciera con odio. A mí el
shock y la rabia me vinieron entonces. Yo crecí sin padre, pero las
consecuencias más duras fueron para mi madre, que tuvo que
sacarnos adelante y con miedo de que si abría la boca nos podía
pasar algo”.
2
Comunidad Autónoma del País Vasco o Comunidad Autónoma
Vasca.
3 Estos testimonios fueron recogidos con anterioridad al 20/10/2011,
día en que ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
8 argituz febrero de 2012
1. IMPORTANCIA DE LAS MEDIDAS
DE RECONOCIMIENTO Y
SIMBÓLICAS PARA LAS
VÍCTIMAS.
POSIBILIDADES Y LÍMITES
¿De qué hablamos cuando decimos reconocimien-
to o memoria? ¿Qué papel pueden cumplir estas
acciones en el contexto de reconstrucción social de
relaciones fracturadas por la violencia, exclusión
social o marginación de las víctimas?
En los últimos 15 años, pero también anterior-
mente, se han llevado a cabo numerosas acciones
de memoria. Muchas de ellas en el ámbito local, res-
pecto a las víctimas más cercanas. En este apartado
se resumen algunas reflexiones e investigaciones
sobre las medidas de reconocimiento a las víctimas
y medidas simbólicas de memoria colectiva.
Sentido de los actos de reconocimiento
Los actos de reconocimiento público de responsa-
bilidad forman parte de las medidas simbólicas de
reparación moral en los casos de violaciones de
derechos humanos. Están orientados a dar satis-
facción y dignificar a las víctimas promoviendo un
reconocimiento público de responsabilidad, ya sea
por haber ocasionado directamente las violacio-
nes, o por no haber protegido a las víctimas. Como
parte de su sentido, estos actos deben incluir tam-
bién una petición de disculpas a las víctimas, un
reconocimiento a su dignidad como personas y
una crítica a las violaciones.
Los actos de reconocimiento son medidas muy
sensibles, dado que tienen un fuerte componente
simbólico para reconocer la injusticia de los hechos
y la dignidad de las víctimas, y porque suponen
compromisos públicos en la prevención de las vio-
laciones. También podrían significar un hito que
marque nuevas tendencias en la relación con las
instituciones, el Estado o entre los miembros de la
sociedad o las diferentes sensibilidades políticas.
La necesidad de reconocimiento público se basa
en que los hechos han tenido una causa social y
política, y con frecuencia se ha ignorado –cuando
no se ha denigrado- a las víctimas mediante una
justificación política. En ausencia de un marco de
reconocimiento social, muchas víctimas ven cues-
tionada su propia experiencia.
Desde el punto de vista del sentido, los actos pú-
blicos de reconocimiento, a pesar de que no se re-
alicen de forma espontánea sino inducidos por una
coyuntura o una ley, son especialmente significa-
tivos en cuanto a la coherencia del trato de las ins-
tituciones hacia las víctimas. La obligación debería
conllevar, al menos, una declaración expresa de
responsabilidad y un compromiso sobre el trato a
las víctimas hacia el futuro. Para las personas que
han vivido marginadas o perseguidas durante
años, estos actos constituyen un lugar simbólico;
tal vez es el único momento en que se siente im-
portante para las instituciones y, ojalá, bien tra-
tada por ellas.
Si bien en este informe se habla de la memoria
local, en los actos de carácter más general el re-
conocimiento también ofrece un sentido de repa-
ración moral para personas que se vieron
afectadas por las mismas violaciones. En esos
casos, el reconocimiento llega a adquirir una rele-
vancia más colectiva, como en el caso de las víc-
timas de ETA y los tres actos públicos hechos por
el Gobierno vasco en las tres capitales de la CAV
(22 de abril de 2007 en el Euskalduna de Bilbao;
18 de mayo de 2008 en el Kursaal de Donostia, y
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
La necesidad de
reconocimiento público se
basa en que los hechos han
tenido una causa social y
política, y con frecuencia se
ha ignorado -cuando no se
ha denigrado- a las
víctimas mediante una
justificación política. En
ausencia de un marco de
reconocimiento social,
muchas víctimas ven
cuestionada su propia
experiencia.
29 de noviembre de 2009 en el Teatro Principal de
Gasteiz), sin que eso limite la realización de nue-
vos reconocimientos que sean oportunos, espe-
cialmente en el ámbito local.
El cumplimiento de la medida tiene sentido por
sí mismo, pero también responde a un conjunto
de otras, orientadas a la reparación, y debe ser co-
herente con ellas. A pesar de ello su realización
práctica genera frecuentemente numerosas dificul-
tades y ambivalencia sobre cuál es el grado de
compromiso o sinceridad en el reconocimiento.
El acto de reconocimiento puede cumplir una
función psicológica relevante superando una situa-
ción de agravio y olvido, facilitando que el pasado
traumático se integre al presente. Como otras re-
paraciones simbólicas, los actos de reconocimiento
argituz febrero de 2012
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adquieren múltiples significados para las víctimas
y sus familiares, y puede activar la comunicación
sobre los hechos a través del diálogo sobre el sen-
tido del acto, la discusión de cómo van a participar
en el mismo, etcétera. En algunas ocasiones, eso
obliga a enfrentar problemas que quedaron en-
quistados en la familia por largo tiempo, como el
manejo de la información con familiares o las ver-
siones sobre los hechos, entre otros, por lo que di-
chas acciones deben hacerse de forma cuidadosa.
En los actos con un carácter comunitario o local,
el significado puede ser diferente para los diversos
interlocutores. Por ejemplo, entre algunas víctimas
más politizadas el acto puede suponer una reivin-
dicación de una historia grupal que ha sido negada,
para otras la importancia es que sea un reconoci-
miento personal y un precedente histórico.
Reconocimiento de los perpetradores o
grupos políticos
En general, en la mayor parte de los países del
mundo, los responsables de abusos o violaciones
de derechos humanos no suelen reconocer su res-
ponsabilidad ni la dignidad de las víctimas. Habi-
tualmente, sus reacciones se orientan a atribuir a
las circunstancias la responsabilidad de los hechos,
a negarlos -o a negar también su participación- y
a dar una versión tópica o distante de lo sucedido.
El no reconocimiento de los perpetradores
cuestiona el sentido del reconocimiento y genera
ambivalencia emocional. Cuando el agravio es-
tuvo centrado en una determinada persona, en
ocasiones las víctimas quieren que quien agravió
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
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Frecuentemente, el acto
de reconocimiento es a la
vez de efervescencia
emocional, un momento de
ambivalencia y de cierta
vulnerabilidad. Es decir, es
una oportunidad para dar
sentido, pero también es
una ocasión en que se
puede mostrar fragilidad.
sea quien reconozca su responsabilidad. Evaluar
y tener en cuenta su perspectiva es parte del
proceso de reparación, conjugando la sensibili-
dad de las víctimas con el significado del recono-
cimiento para que adquiera relevancia para el
conjunto del país.
En otros casos las víctimas prefieren no tener
un contacto personal pero, en todo caso, se ne-
cesitaría un reconocimiento de la responsabilidad
y asumir ese pasado traumático por parte, en
este caso de ETA o de la izquierda abertzale de
otra manera, y, por parte del Estado y de los par-
tidos que apoyaron prácticas ilegales como la
guerra sucia en los años 80 o despreciaron las
denuncias de tortura. En el caso de las violacio-
nes de derechos humanos cometidas por agentes
del Estado o por grupos de extrema derecha que
actuaron con connivencia del mismo, la asunción
de responsabilidad por parte del gobierno o au-
toridades actuales contribuiría a manifestar una
ruptura con ese pasado de violaciones que ha
sido negado.
En esos casos se necesitan liderazgos que asu-
man la responsabilidad, teniendo en cuenta que:
1) el significado simbólico del nivel de quien hace
el reconocimiento se corresponda con la gravedad
de los hechos; 2) la expresión de ruptura con las
violaciones del pasado se interpreten como el
compromiso de todo un sector político o del propio
Estado en otros casos; 3) la coherencia de dicho
reconocimiento con pasos claros y que marquen
un cambio de actitud o voluntad política.
Participación de las víctimas
La participación de las víctimas es un criterio bá-
sico de estas acciones de memoria. El manejo de
las expectativas de las víctimas acerca del tipo de
acto, su participación, etc., es importante para
evaluar las distintas posibilidades y evitar la frus-
tración, especialmente porque hablamos de actos
que deberían tener un carácter dignificante.
Este tipo de actos genera incertidumbre en las
víctimas sobre quién participará, su desarrollo, el
grado de idoneidad del mismo, etc. Cuando no ha
habido posibilidad de preparación conjunta y de
tomar en cuenta la perspectiva de las víctimas,
tiende a disminuir el grado de satisfacción y ade-
cuación de estas acciones. Los actos que han te-
nido un carácter más reparador, desde la
perspectiva de las propias víctimas y familiares,
han sido los que han facilitado su participación y
se han cuidado durante todo el proceso.
Frecuentemente, el acto de reconocimiento es a
la vez de efervescencia emocional, un momento
de ambivalencia y de cierta vulnerabilidad. Es
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
decir, es una oportunidad para dar sentido, pero
también es una ocasión en que se puede mostrar
fragilidad. El reconocimiento puede proporcionar
mucha satisfacción pero también dudas sobre el
grado de compromiso real en la prevención.
La participación debería ser, por tanto, un indi-
cador de calidad de estos actos. La participación
previa en el diseño, fechas y otros detalles tam-
bién permite que se integren otras personas que
tienen mucho sentido para los familiares. En algu-
nas ocasiones esta presencia de compañeros y
compañeras, familiares o amigos es la fuente cen-
tral de satisfacción, o da sentido al acto desde una
perspectiva de reconocimiento y memoria, incluso
en un contexto crítico por la actitud de las autori-
dades.
Contenido de los actos de reconocimiento
El hecho de pedir perdón, de hacerlo de forma pú-
blica y de hacer igualmente pública la disposición
de reparar en algo el daño causado es algo que en
experiencias de otros países siempre ha sido un
ingrediente fundamental en este tipo de actos. El
énfasis en el contenido es muy frecuente en las
expresiones de las víctimas. Los detalles sobre el
tipo de mensaje, cómo se expresa el reconoci-
miento, la forma explícita de la asunción de res-
ponsabilidad y la petición de perdón son elementos
de enorme sensibilidad, con un gran significado
comunicativo. El reconocimiento sin aceptar clara-
mente la responsabilidad en los hechos, y sin
hacer una crítica moral, deslegitima frecuente-
mente el sentido del acto y genera insatisfacción
de las víctimas.
argituz febrero de 2012
11
La participación debería
ser un indicador de calidad
de estos actos. La
participación previa en el
diseño, fechas y otros
detalles también permite
que se integren otras
personas que tienen mucho
sentido para los familiares.
En resumen, el contenido, incluyendo el compor-
tamiento de las personas participantes y la decla-
ración expresa de reconocimiento son aspectos
relevantes del acto. Pero la forma en cómo se lleva
a cabo es tan importante como el propio conte-
nido. Los detalles del reconocimiento pueden ser
favorables y positivos, pero también pueden dis-
torsionar fácilmente el sentido del acto. La toma
de la palabra, la posición en que se encuentran las
víctimas con respecto al conjunto de otros colecti-
vos o personalidades presentes, por ejemplo, tie-
nen un significado simbólico y dan un sentido u
otro a la acción.
Papel de los medios de comunicación
La difusión es parte del reconocimiento público.
Las víctimas y familiares que han tenido actos de
reconocimiento en otros países valoran muy posi-
tivamente la repercusión en los medios de comu-
nicación, ya que es vista como un indicador de su
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12 argituz febrero de 2012
impacto de cara a la sociedad, especialmente
cuando se han dado hechos estigmatizantes.
La presencia de los medios de comunicación se
considera clave en los actos donde los familiares
quieren dar la mayor publicidad al caso. Sin em-
bargo, en otros casos la publicidad puede ser con-
siderada como negativa, especialmente cuando la
información sobre las víctimas no es tratada de
forma respetuosa o se da una fuerte polarización
social.
Valor de las medidas simbólicas
Las medidas simbólicas se centran no sólo en el
conocimiento de los hechos, sino en el reconoci-
miento de su importancia y de la de las propias
víctimas. Los lugares simbólicos, lugares de me-
moria y rituales forman parte de las medidas de
reparación al permitir mantener un recuerdo de las
víctimas y sus aspiraciones. De la misma manera
que los actos de reconocimiento, tales símbolos
son más efectivos cuando responden al sentir de
los sobrevivientes y son socialmente relevantes.
Pueden, incluso, tener un beneficio más extenso,
como iconos que mantengan para la sociedad las
lecciones del pasado, como parte de la memoria
colectiva.
Para los familiares, estas medidas simbólicas re-
presentan una imagen o expresan en abstracto la
memoria de sus seres queridos. También repre-
sentan algo acerca de los que dan u otorgan las
reparaciones; por ejemplo, una forma de admitir
la responsabilidad, de cuidado hacia los ciudada-
nos y ciudadanas o de compensación moral por las
La presencia de los
medios de comunicación
puede ser considerada
como negativa,
especialmente cuando la
información sobre las
víctimas no es tratada de
forma respetuosa o se da
una fuerte polarización
social.
pérdidas. Sin embargo, el valor de la medida sim-
bólica está asociado a un proceso personal o co-
lectivo. Es decir, la existencia de determinadas
calles con nombres de las víctimas o la construc-
ción de monumentos puede ser muy relevante
para unas o accesorio para otras, especialmente
cuando son acciones unidireccionales, desprovis-
tas de relación con el proceso personal o colectivo
de afrontar el daño y el sufrimiento.
La experiencia en muchos países ha mostrado
que, si las víctimas forman parte del proceso de
creación de significado y simbolismo de un objeto
como un memorial y si el símbolo se relaciona per-
sonalmente con ellas y su sufrimiento, es mucho
más probable que aumente su valor.
Las personas necesitan sentirse reconocidas y
reconocerse ellas mismas en el proceso. Claro
está, las medidas simbólicas tienen tanto un valor
para los familiares de las víctimas como para la so-
ciedad en su conjunto, y pueden cumplir -en ese
sentido- funciones diferentes. La causa del daño
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.

argituz febrero de 2012

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es social; por ello, sin el reconocimiento social del licamente el paso hacia una nueva fase o una ca-
sufrimiento, se corre el riesgo de que las víctimas pacidad de manejar el pasado.
sigan aisladas en su mundo interior o continúen
enfrentando una respuesta social de ostracismo. Sin embargo, el valor de las medidas simbólicas
Las medidas simbólicas pueden contribuir en este en el proceso de recuperación no ocurre a través
sentido (a través de memoriales, museos, parques del “objeto”, sino del proceso que se produce a tra-
o celebración de aniversarios) y convertir una his- vés del objeto (Hamber, 2011)4. Es decir, tan im-
toria de dolor en parte de una memoria colectiva. portante es el “qué” como el “cómo”. Por eso la
participación de las
personas afectadas es
esencial como ele-
Funciones de las medidas simbólicas mento reparador. Es
decir, los monumentos
Para los familiares y víctimas o afines Para la sociedad u otras formas de repa-
ración simbólica son
Puntos focales Reconocimiento de la sociedad más útiles cuando res-
en relación al duelo hacia las víctimas ponden al proceso de
Reconocimiento de la dignidad y el Memoria para las nuevas las víctimas, han po-
valor de sus familiares generaciones dido contar con su par-
ticipación en el diseño,
Marco social para la experiencia Crítica a los perpetradores o e incluyen algunas de
individual o familiar reconocimiento de responsabilidades sus percepciones o as-
piraciones.
En ocasiones, asociadas a rituales Espacio social simbólico
Las medidas simbóli-
cas suponen también,
por extensión, un reco-
nocimiento a otras per-
sonas. Estas medidas,
En términos psicosociales, las representaciones que pueden contribuir a convertir las formas de me-
simbólicas (memoriales) de lo que ha sucedido, moria de los familiares en referentes de memoria co-
especialmente cuando el símbolo es personalizado lectiva, permiten generar además un nuevo espacio
(por ejemplo, si contiene el nombre del ser que- en el tejido social para quienes fueron excluidos.
rido) y es socialmente relevante, pueden servir
como un punto focal del proceso de duelo, un es- __________________________________
pacio para canalizar las emociones de una forma 4 Brandom Hamber (2011). Sociedades después de la violencia
específica. Pueden ser puntos que marcan simbó- política. Ed. Bellaterra, Barcelona.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
14 argituz febrero de 2012

Según los contextos sociales, hay medidas sim-

bólicas que se proyectan y otras que no tienen un
impacto histórico. El valor social depende del im-
pacto colectivo del hecho, y de la apropiación de la
medida simbólica por los familiares y distintos gru-
pos sociales o la sociedad. En este sentido, los me-
moriales pueden cumplir una función reparadora
cuando las víctimas encuentran en ellos un espacio
social y de recuerdo, y se convierten en lugares
vivos, que convocan actividades con sentido en la
defensa de los derechos humanos.

Para las víctimas, las fechas de conmemoración Para las víctimas,

son relevantes, porque muestran hitos en el pro-
ceso de asimilación y recuerdo de los hechos, que
deberían tratar de respetarse. Los aniversarios son
momentos importantes de la historia personal o
colectiva. Los procesos de duelo tienen en los ani-
versarios un momento clave de recuerdo que
puede favorecer una efervescencia emocional, en
la cual las medidas simbólicas adquieran un mayor
sentido o movilicen el acompañamiento o la soli-
daridad.
las fechas de conmemoración
son relevantes, porque muestran
hitos en el proceso de asimilación
y recuerdo de los hechos, que
deberían tratar de respetarse. Los
aniversarios son momentos
importantes de la historia personal o
colectiva. Los procesos de duelo tienen
en los aniversarios un momento clave
de recuerdo que puede favorecer una
efervescencia emocional, en la cual
las medidas simbólicas adquieran
un mayor sentido o movilicen el
acompañamiento o la
solidaridad.
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Papel preventivo de la memoria colectiva
Las investigaciones sobre el papel de la memoria
colectiva y las medidas simbólicas en la recons-
trucción de sociedades fracturadas por la violencia
política o la guerra, señalan algunas características
que dichas medidas deberían tener para ser más
efectivas, teniendo en cuenta tanto la perspectiva
de las propias víctimas como un papel preventivo
de la memoria colectiva. En el siguiente cuadro se
incluyen algunas características que -según la in-
vestigación en psicología social- deberían incorpo-
rarse en estas medidas.
__________________________________
5 toda una nación o grupo étnico.
Páez, D., Valencia, J., Pennebaker, J., Rimé, B. & Jodelet, D. (Eds)
(1997). Memoria Colectiva de Procesos Culturales y Políticos.
Lejona: Editorial de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko
Unibertsitatea.
argituz febrero de 2012
15
El papel preventivo
de la memoria colectiva
1 Los hechos deben ser recordados de forma
compartida y expresados en rituales y mo-
numentos. Recordar hechos negativos es do-
loroso y las conmemoraciones idealizadas
pueden ser muy distantes de la dura realidad
vivida por los afectados.
2 Deben insertarse en el pasado y futuro del
grupo. Deben recordarse los hechos, pero
evitar que se reactiven las emociones de odio
y agresión. En la medida de lo posible, propo-
ner objetivos comunes como la defensa de los
derechos humanos.
3 Explicar y aclarar lo ocurrido, cuando
pueda hacerse. Debe conseguirse un
acuerdo sobre los hechos básicos, aunque
haya diferentes significados.
4 Extraer lecciones y conclusiones para el
presente.
5 Darle un sentido y reconstruir lo ocurrido,
haciendo hincapié en los aspectos positi-
vos para la identidad social.
6 Evitar la fijación en el pasado, la repetición
obsesiva y la estigmatización de los sobre-
vivientes como víctimas.
7 La memoria constituye un juicio moral que
descalifica éticamente a los perpetradores.
Esta descalificación debe ser individualizada y
evitar atribuir culpas colectivas, por ejemplo a
Fuente: Páez, Pennebaker y Rimé (1996)5
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16 argituz febrero de 2012
2. LA EXPERIENCIA EN LA CAV
EN EL ÁMBITO LOCAL:
EVOLUCIÓN, PROBLEMAS
Y DESAFÍOS
Desde hace décadas la lucha por la memoria ha for-
mado parte de la situación política del País Vasco.
Desde las movilizaciones sociales contra atentados
como el secuestro y asesinato de José María Ryan o
la muerte por torturas de Joxe Arregi en febrero de
1981, las respuestas colectivas de oposición a las
violaciones y abusos de derechos humanos cometi-
dos han sido frecuentes. Las movilizaciones alrede-
dor de secuestros y, especialmente, del asesinato
de Miguel Ángel Blanco, supusieron un nuevo con-
senso social en la expresión del rechazo a la violen-
cia de ETA. Por otra parte, los sectores cercanos a
la izquierda abertzale han seguido movilizándose en
torno a sus demandas de recuerdo a los muertos
por la Policía o a los presos, así como denunciando
las condiciones de vida en las cárceles y la situación
de sus familiares como consecuencia de la disper-
sión. Las formas de reconocimiento local comenza-
ron en gran medida como parte de esa dinámica.
Aunque durante décadas fueron prácticamente in-
existentes las formas de recuerdo para las víctimas
de ETA, algunos miembros de esa organización, en
diferentes épocas del fin del franquismo o la transi-
ción política, tuvieron nombres de calles en algunos
lugares. Asimismo, la movilización de ciertos secto-
res políticos conllevó otras formas de memoria local
no oficial. Sin embargo, dichos espacios también
han sido objeto de conflicto. Numerosos lugares de
recuerdo o monolitos han sido agredidos en diferen-
tes tiempos, incluyendo los que hacen referencia a
la memoria de las víctimas de ETA, el GAL o víctimas
del franquismo. Por otra parte, en los últimos años
se han llevado a cabo numerosos actos de recuerdo,
generalmente por parte de quienes se sienten polí-
ticamente cercanos a la víctima o en otros casos con
carácter institucional más amplio.
En ese apartado se examinan algunas de estas
evoluciones y experiencias, incluyendo una des-
cripción de estos conflictos por la memoria y las
formas en que se han tratado de afrontar y si han
generado respuestas más incluyentes o no, y cuá-
les han sido los obstáculos en estos procesos.
Evolución de las iniciativas locales de
memoria de las víctimas
Los inicios de las políticas de reconocimiento y
atención a las víctimas del terrorismo se dieron en
el País Vasco a iniciativa de algunos ayuntamien-
tos, como el de Donostia, entre otros. Si bien con
anterioridad hubo actos de recuerdo de diferentes
víctimas, especialmente en el plano local o a través
de organizaciones cercanas o grupos pacifistas, las
primeras iniciativas institucionales nacieron a partir
de la aprobación de la Ley de Víctimas del Terro-
rismo en 1999.
Como en otros casos cercanos, los primeros de-
bates públicos e incluso institucionales nacieron
de espacios como comisiones de derechos huma-
nos, que abordaban diferentes problemáticas y,
específicamente, el tema de la humanización de
las condiciones de reclusión de los presos de ETA,
junto con la problemática de las víctimas u otras
violaciones de derechos humanos.
Teníamos reuniones casi mensuales en el
ayuntamiento, en 1997, los familiares de
presos nos convocaban. Ahí se aprobaron
ayudas para los familiares que tenían que
viajar muy lejos a causa de la dispersión,
enviamos algunas cartas a presos del pue-
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blo e hicimos visitas para observar sus con-
diciones. Era duro para mí estar ahí y tam-
bién lo era probablemente para ellos. Eso se
hizo durante dos años más o menos. Pero
luego vino el asesinato de Miguel Ángel
Blanco. Fue totalmente injusto escuchar al-
gunas de las opiniones que se dijeron. La
comisión se terminó allí. En 1999 hicimos
reuniones, luego se reiniciaron en 2003.
Baja la tensión. Hubo llamadas telefónicas
mutuas y se abrió una vía. María Ángeles
Lazkano6, ex alcaldesa de Zizurkil.
Dicha situación también se dio en el contexto del
Estado español, donde los primeros debates sobre
el reconocimiento a las víctimas se dieron durante
la tregua de ETA del año 1998 y donde se estaba
empezando a hablar del acercamiento de presos a
las cárceles del País Vasco. En ese contexto se dio
la aprobación de la Ley de Atención a las Víctimas
del Terrorismo de 1999. En esos inicios, paradóji-
camente, era posible abordar las diferentes pro-
blemáticas de derechos humanos en un mismo
espacio aunque fuera en momentos y circunstan-
cias distintas. En el caso de la creación de la Co-
misión de Derechos Humanos en el Ayuntamiento
de Donostia, los problemas que se abordaban de-
pendían de las demandas existentes y, en este
sentido, la mayor parte de las veces eran asocia-
ciones como Senideak las que planteaban más rei-
vindicaciones, hasta que las asociaciones de
víctimas de ETA tomaron su espacio.
Esa Comisión Especial de Derechos Huma-
nos hablaba de las víctimas del terrorismo y
de la violencia, también de los presos de
ETA. Desde su inicio ha estado formada por
argituz febrero de 2012
17
un representante de cada uno de los grupos
municipales del ayuntamiento. Se tratan
temas a propuesta de la presidencia o de los
representantes municipales y también a pe-
tición de asociaciones de San Sebastián. En
su origen fue un poco complicado, recibimos
sobre todo a Senideak que semanalmente o
quincenalmente nos solicitaba comparecer
fundamentalmente para el estudio de casos
concretos de presos. Y entramos en una di-
námica de enviar cartas a la Dirección de
Instituciones Penitenciarias, a las direccio-
nes de prisiones, a juzgados, etc., siempre
peticiones vinculadas a razones humanita-
rias, por ejemplo sobre el cumplimiento de
las tres cuartas partes de la condena, enfer-
medad de presos o de algún familiar cer-
cano. Posteriormente COVITE reclama su
espacio y solicita comparecer en varias oca-
siones para tratar temas vinculados a las
víctimas del terrorismo. Txuri Aranburu,
directora de Juventud, Educación, Coopera-
ción, Igualdad y Derechos Humanos del
Ayuntamiento de Donostia.
Posteriormente se creó un espacio para la partici-
pación de las víctimas, centrado en las víctimas de
ETA, que se llamó Foro de Víctimas del Terrorismo.
En esta ciudad se han hecho diferentes pro-
gramas de concienciación, actuaciones en
__________________________________
6 María Ángeles Lazkano Larrañaga dejó su puesto al frente del
consistorio de la localidad guipuzcoana de Zizurkil tras las
elecciones de mayo de 2011, puesto al que había accedido en las
listas de EAJ-PNV.
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18 argituz febrero de 2012
espacios públicos, gestos… básicamente en
relación con dos objetivos: acompañar y re-
conocer el dolor de las víctimas, fundamen-
talmente de ETA, y también concienciar
sobre la importancia de respetar los DDHH,
especialmente el de la vida de las personas
y el derecho a la diferencia. Odón Elorza7,
ex alcalde de Donostia-San Sebastián.
Tanto para las víctimas entrevistadas que partici-
paron en él como para algunos de sus impulsores,
la experiencia de dicho Foro se muestra como muy
positiva, señalando que la actitud de las víctimas
y los mensajes que traducían eran positivos en
términos no solo de sus reivindicaciones sino de la
reconstrucción de la convivencia. A pesar de que
también algunas víctimas hacen valoraciones ne-
gativas sobre la voluntad política de algunos de los
impulsores, en general sus acciones han sido con-
sideradas como muy positivas.
En las distintas treguas escuchamos opinio-
nes diversas: pues si tienen que salir que
salgan, pero que no los pongan a vivir en
nuestro portal; otros que decían que no sal-
gan, que cumplan su pena completa… pero
no había, yo no sentía, un mensaje de re-
vanchismo, de odio. En este sentido, este
Foro ha sido ejemplar. Txuri Aranburu.
El inicio de los debates institucionales sobre las
víctimas estuvo marcado por el miedo, el senti-
miento de soledad y la percepción de adentrarse
en un espacio en donde los conflictos, los estere-
otipos y los prejuicios, pero también la enorme ne-
cesidad e importancia de hacerlo, marcaban la
situación y las dificultades de las personas involu-
“En esta ciudad se
han hecho diferentes
programas básicamente
en relación con dos
objetivos: acompañar y
reconocer el dolor de las
víctimas,
fundamentalmente de
ETA, y también
concienciar sobre la
importancia de respetar
los DDHH.”
cradas. Además, la falta de referentes previos su-
puso para esos ayuntamientos pioneros una au-
sencia de conocimiento de lo que se tenía y de lo
que se podía hacer.
A partir de ahí se pide que se revise el tema
de las víctimas; es cuando se empieza a
hablar de que San Sebastián es la ciudad
en la que más asesinatos ha habido y que
es necesario un acto de homenaje, recono-
cimiento y solidaridad colectivo. Hay una
serie de peticiones por parte de COVITE,
entre ellas la de colocar un monolito o una
escultura, y la necesidad de realizar actos
de solidaridad y de memoria; de ahí surge
el acuerdo plenario para la concesión de la
Medalla de Oro de la Ciudad a todas las víc-
timas del terrorismo y la violencia, además
de otros actos de acompañamiento, como
el acto de las velas del 23 de diciembre. Lo
fuimos haciendo como podíamos, ya que
todavía en ese tiempo no existía la DAVT
del Gobierno Vasco ni la de Madrid. Txuri
Aranburu.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
Durante ese tiempo las iniciativas de apoyo se
centraron más en las necesidades de atención
psicológica o de vivienda que en las de reco-
nocimiento público propiamente. Aunque
ambas eran formas de materialización de
dicho reconocimiento, visto en una perspec-
tiva más amplia. En dichas iniciativas estuvo
prácticamente ausente una atención a otras
víctimas de grupos de extrema derecha o de
agentes del Estado. Como señala una de las
personas involucradas en ese proceso, el
planteamiento tenía que ver más, de nuevo,
con el tema de la humanización de las condi-
ciones de los presos junto con la situación de
las víctimas de ETA. En el caso de Donostia,
el asesinato de una de las personas implica-
das en ese trabajo por parte de ETA tuvo un
enorme impacto en dichas acciones.
Además de ayuda psicológica, acompaña-
miento personalizado y algunos casos aisla-
dos relacionados con la vivienda, se trabajó
discretamente un programa de asistencia
psicológica en el que podían participar tanto
víctimas del terrorismo, como presos y es-
pecialmente familiares de presos. Empezó
con esta iniciativa Javier Gómez Elosegi,
funcionario de la cárcel de Martutene, antes
de que ETA lo matara. Ya en aquel momento
él pensaba que cuando los presos salieran
de la cárcel debería trabajarse el proceso de
adaptación a la sociedad, así como ayudar
en el sufrimiento añadido que llevan sus fa-
milias. Se trataba, mediante ese programa,
de conocer las necesidades para poder es-
tructurar un programa y adaptar las medi-
das necesarias. Txuri Aranburu.
argituz febrero de 2012
19
a) Diferentes experiencias y respuestas
institucionales
El proceso para llevar a cabo dichos actos públicos
o lugares de memoria forma parte del resultado.
Es decir, dado que hablamos de impactos de la vio-
lencia, de memorias de agravios y sufrimientos, y
de una sociedad con diferentes niveles de sensibi-
lidad y polarización, la manera en cómo se abor-
dan estos actos de memoria es un aspecto clave.
Para los actores institucionales es importante ac-
tuar con claridad, coherencia y respeto, pero tam-
bién teniendo en cuenta cómo cada quién es visto
por diferentes actores sociales o políticos. Y el sig-
nificado que adquieren las acciones se da en un
contexto no sólo actual sino de actuaciones pasa-
das, o en una permanente evaluación de lo que se
dice o no se dice más globalmente.
Al principio se mostraron un poco reacios,
porque nunca se les había recordado y se
preguntaban el porqué de esta nueva situa-
ción. Tras hablar directamente con las fami-
lias, aceptaron la propuesta y el homenaje
consistió en descubrir una placa en el fron-
tón Santa Isabel, lugar en el que habían ma-
tado al policía Manuel Fuentes Pedreira el 20
de mayo de 1986 e invitar a las familias de
las víctimas de ETA a un acto que hicimos
en el salón de plenos del Ayuntamiento, ha-
__________________________________
7 Odón Elorza González ha sido alcalde del Consistorio donostiarra
desde 1991 hasta mayo de 2011 y en la actualidad es diputado del
PSE-EE en el Congreso del Estado español tras las elecciones del
20 de noviembre de 2011. Esta entrevista fue realizada el 22 de
diciembre de 2010.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
20 argituz febrero de 2012
ciéndoles un reconocimiento como víctimas
relacionadas con el pueblo, asesinadas en el
pueblo y que han estado olvidadas. De al-
guna manera reconociendo el olvido y pi-
diéndoles perdón, y, a la vez, prometiendo
que iban a ser reconocidas en lo sucesivo.
Alberto Ruiz de Azua8, ex alcalde de Arri-
gorriaga.
Si bien los municipios de la CAV o de Navarra no
han desarrollado criterios comunes para llevar a
cabo estas acciones, las iniciativas locales se han
dado especialmente al impulso de políticas más
amplias provenientes especialmente de la Direc-
ción de Atención a las Víctimas del Terrorismo
(DAVT) del Gobierno Vasco. A partir de ello y, en
algunos casos mucho antes, como en el Ayunta-
miento de Donostia, se han dado iniciativas cuyos
resultados no siguen los estereotipos políticos
sobre actitudes y sensibilidades frente a las vícti-
mas. Es decir, han dependido más de la voluntad
personal de los responsables municipales o el
apoyo de la corporación que del partido político
que preside el ayuntamiento. Aunque no hay datos
oficiales, la DAVT señala que aproximadamente el
80% de los actos se han dado en el pasado por su
iniciativa y un 20% por iniciativa local directa-
mente.
Hay gente entre los alcaldes que tiene con-
ciencia de que hay que cuidar el proceso, in-
cluso que nos ha pedido hacer los contactos
para eso con víctimas de ETA. Depende del
ayuntamiento y de la persona más que de
las siglas. Maixabel Lasa. Dirección de
Atención a las Víctimas del Terrorismo del
Gobierno Vasco (DAVT).
En algunos casos considerados por la DAVT como
negativos, la respuesta no ha sido nunca directa-
mente el rechazo a las iniciativas, sino que se ha
mostrado como falta de interés. En otros casos el
rechazo se argumenta con que ya se hizo en una
ocasión. Por último, en algunos casos, los actos se
han hecho casi sin publicidad, cuando por ejemplo
el contexto local no se consideraba muy receptivo
o los familiares de víctimas tenían reticencia de su
posible utilización política o miedo. Sin embargo,
las expresiones de crítica o malestar pueden ser
parte del proceso y es algo que los responsables
institucionales tienen que manejar bien.
En un homenaje en Markina estuvo un con-
cejal de Aralar, que estaba en HB cuando los
hechos, y algunos familiares le dijeron que
“a buenas horas”, pero el concejal aguantó
bien la crítica y dijo que “el tiempo ayuda”.
Maixabel Lasa, directora de Atención a Víc-
timas del Terrorismo.
Estas acciones de memoria pueden ser también
lugares de encuentro y servir para conocer la si-
tuación o las actitudes de las víctimas. Pueden
proporcionar un conocimiento más real sobre las
víctimas, que alcanzan mayor protagonismo en
estos actos y menos mediatizado por los este-
reotipos o las imágenes que imponen los medios
de comunicación, los cuales transmiten en ge-
neral una idea de que todas las víctimas de ETA
tienen un reconocimiento o relevancia social que
no es real.
En general, las iniciativas de reconocimiento y
memoria de las víctimas de ETA, en los últimos 12
años, han dado lugar a un sentimiento negativo de
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
“La respuesta
institucional fue la ausencia
de respuesta. Debido a que
su nombre no figura en
ninguna lista de víctimas
del terrorismo, al no ser
considerado como tal por
ser legalmente un presunto
caso de tortura, y no haber
sentencia al respecto, la
familia ha dejado de tener
reconocimiento.”
olvido y otro positivo de reconocimiento personal
en ese momento. Una minoría de víctimas de ETA
crítica esas iniciativas por no considerarlas sufi-
cientemente claras o críticas. Otras víctimas no
quieren saber nada de estas iniciativas porque
están inmersas en su propio proceso personal,
quieren olvidarse de ciertas cuestiones y las ini-
ciativas de memoria suponen para ellas volver a
aspectos dolorosos que quieren dejar atrás. Otra
parte no quiere involucrarse en las actividades
porque eso puede ser conflictivo en su medio local
o familiar, o tienen miedo de sentirse manipuladas
políticamente dado que en algunos lugares se ha
tratado de que prevalezca el sentido político sobre
el sentido genuino de reconocimiento del dolor y
la dignidad. Por último, otras consideran que con
los actos institucionales más amplios se cerró un
ciclo de reconocimientos y que hay que dimensio-
nar el sentido de éstos para las víctimas en el
plano local.
Por otra parte, entre las víctimas de organiza-
ciones como el GAL, BVE y otros grupos de ex-
trema derecha y de víctimas de agentes del Estado
argituz febrero de 2012
21
el olvido institucional se ha mantenido hasta hoy
en día, y es frecuente un sentimiento de agravio
en muchas de ellas. Además, hay que tener en
cuenta que en muchos de estos casos es evidente
la responsabilidad del Estado, ya sea de forma di-
recta o indirecta, en la falta de investigación e im-
punidad posterior.
La respuesta institucional en este caso fue
la ausencia de respuesta. Debido a que su
nombre no figura en ninguna lista de vícti-
mas del terrorismo, al no ser considerado
como tal por ser legalmente un presunto
caso de tortura, y no haber sentencia al res-
pecto, la familia ha dejado de tener recono-
cimiento. Tiempo después, la oficina de la
DAVT le entrevistó a mi madre. Encantado-
res, pero ningún paso concreto. La primera
vez en la que hubo algo institucional fue el
informe de DDHH de junio de 2008. Esto fue
para mí muy importante. Ahí estaba nuestra
historia que nunca se había reconocido. Ta-
mara Muruetagoiena9, hija de Esteban
Muruetagoiena.
__________________________________
8 Alberto Ruiz de Azua Solozabal ha sido alcalde de la localidad
vizcaína de Arrigorriaga durante trece años, hasta el año 2011, en
las listas de EAJ-PNV. Esta entrevista fue realizada en el otoño de
2010.
9 Hija de Esteban Muruetagoiena Scola, médico, natural de
Ondarroa, que vivía y trabajaba en Oiartzun. Su padre murió el
29/03/1982 tras permanecer nueve días bajo la Ley Antiterrorista
en dependencias policiales de Madrid. Cuando sucedieron los
hechos, Tamara contaba con 7 años de edad. Al salir en libertad,
sin cargos, “había perdido el sentido de la realidad, del tiempo;
físicamente estaba destrozado, se le caía el pelo en la ducha y su
corazón no aguantó más. Murió a los tres días”, relata Tamara
Muruetagoiena en la entrevista realizada a comienzos de 2011.
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22 argituz febrero de 2012
En el barrio de Zaramaga de Gasteiz con-
tamos con un monolito y una plaza con el
nombre del 3 de Marzo. En una moción mu-
nicipal en 2001, en el contexto del 25 ani-
versario de los hechos, se solicitaban varios
puntos: que fuéramos declaradas víctimas
del terrorismo, que se realizaran unidades
didácticas con lo sucedido, exigencia al go-
bierno central, así como un reconocimiento
de los hechos y que se inaugurara oficial-
mente la plaza. Una enmienda del Grupo
Municipal Socialista que fue aprobada redujo
la iniciativa a que se produjera la inaugura-
ción oficial de dicha plaza únicamente. An-
doni Txasko, Norberto Mujika, Santiago
Durán, José Luis Martínez Ocio y Teo-
doro Vadiño, miembros de la Asociación de
Víctimas del 3 de Marzo10.
En muchos de estos casos, las iniciativas de me-
moria se han hecho contando con poco o ningún
apoyo institucional, por iniciativas de asociaciones.
Por ejemplo en el caso del 3 de Marzo, se han
aprobado enmiendas a mociones como la relatada
en el testimonio anterior, pero ello ha sido consi-
derado insuficiente por la Asociación Víctimas del
3 de Marzo. En un contexto de discrepancias y
conflicto, la presencia del Ayuntamiento se limitó,
según los entrevistados, a mandar flores en la
fecha de inauguración de la plaza. En la actualidad
se trata de una plaza que está reconocida en el ca-
llejero. Otro camino distinto tuvo el monumento.
Desde un principio se trató de una iniciativa popu-
lar, en los primeros años casi de forma clandes-
tina. Las flores, el árbol y los sucesivos
monumentos que se colocaban fueron retirados
una y otra vez por la Policía. El actual monumento
“Basta que sindicatos
de corte nacionalista
apoyen las medidas que
demandamos para que no
apoyen los otros, o que
digan que esos sindicatos
están instrumentalizando
el movimiento del 3 de
marzo. Con los partidos
pasa igual.”
se elaboró en Forjas Alavesas y fue colocado con
hormigón rápido para evitar su demolición. Tras el
décimo aniversario se colocó una placa en ese es-
pacio.
En algunos de estos casos se ha dado apoyo y
reconocimiento social por parte de grupos ideoló-
gicamente afines al caso, pero no de forma amplia
e institucional. En la muerte de Mikel Zabalza, fue
la izquierda abertzale la que realizó el reconoci-
miento durante aquellos años mediante homena-
jes y manifestaciones anuales. El Ayuntamiento de
Orbaizeta también tomó parte en los primeros
años.
El Ayuntamiento decidió denominar ‘plaza
de Mikel Zabalza’ en la localidad. También
se colocó una placa, con una poesía, a ini-
ciativa popular. Fue la izquierda abertzale
la que llevó el peso del reconocimiento me-
diante homenajes y manifestaciones anua-
les. El Ayuntamiento lo hizo durante 5 ó 7
años. Cuando estaba desaparecido hubo
gente que empezó a separarse de los actos
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
por los gritos que se lanzaban. Lurdes Za-
balza Garate11, hermana de Mikel Za-
balza.
Pero la experiencia de Zizurkil, donde se produje-
ron conflictos por dar a la plaza el nombre de Joxe
Arregi (miembro de ETA muerto como consecuen-
cia de la tortura) y por instalar un monolito a Jo-
selu Geresta (miembro de ETA fallecido en
extrañas circunstancias en la tregua de ETA de
1998), señala que, a pesar de que la solidaridad
de quien se siente más cercano políticamente es
frecuente en muchos de estos actos, debe evitarse
cualquier tipo de patrimonialización del dolor.
A HB se le caía el argumento de que quería-
mos ocultar los hechos con la primera mo-
ción que decretaba el retiro de los
reconocimientos cuando presentamos la se-
gunda, que expresaba un reconocimiento
más general a todas las víctimas y decía que
debían investigarse esos casos. Pero también
cuestionábamos la patrimonialización de
estas últimas víctimas (Arregi y Geresta) por
parte de la izquierda abertzale. Ana Olazi-
regi Sueskun, ex concejala y ex miembro
de la Comisión de Gobierno en Zizurkil.
Las víctimas del 3 de Marzo de 1976 en Gasteiz
también señalan cómo el contexto de politización
hace que no puedan contar con otros sectores de-
bido a las valoraciones sobre quién les apoya y las
diferencias entre partidos políticos o sindicatos por
otras razones y no por el caso como tal.
¿Qué por qué no se juntan todas las fuer-
zas en la demanda de reconocimiento?
argituz febrero de 2012
23
Basta que sindicatos de corte nacionalista
apoyen las medidas que demandamos para
que no apoyen los otros, o que digan que
esos sindicatos están instrumentalizando el
movimiento del 3 de marzo. Con los parti-
dos pasa igual. Eso no acabará hasta que
no haya una predisposición de cambiar las
cosas. No se va al fondo de la cuestión,
sino que se mira primero quién apoya. Si
hubiera un reconocimiento, entonces podrí-
amos agrupar más apoyos como asocia-
ción. Hoy por hoy no podemos usurpar a
sindicatos nacionalistas la organización de
los eventos, cuando esos sindicatos y los
partidos nacionalistas siempre nos han
apoyado. El hecho de que exista la Asocia-
ción de Víctimas del 3 de Marzo favorece
que acudan a las movilizaciones personas
que no están necesariamente adscritas a
alguna opción sindical o política. Grupo de
trabajadores entrevistados de la asociación
Víctimas del 3-M de Gasteiz.
__________________________________
10 Son miembros de la Asociación Víctimas del 3 de Marzo,
asociación constituida con el objetivo de esclarecer la verdad de lo
acontecido en Gasteiz en aquellos sucesos de 1976. Andoni
Txasko sufrió traumatismo ocular; Norberto Mugika, una herida de
bala en un brazo; Santiago Durán, una lesión pulmonar que le
causó una minusvalía reconocida del 50%; Teodoro Vadillo, una
lesión ocular, por la que perdió la visión de un ojo, y múltiples
contusiones; y José Luis Martínez Ocio es hermano de una de las
cinco víctimas mortales causadas por disparos de la Policía.
11 Su hermano, Mikel Zabalza, natural de Orbaizeta, trabajaba como
conductor de autobuses en la Compañía de Tranvía de Donostia
cuando fue detenido por la Guardia Civil el 26/11/1985 y llevado al
cuartel de Intxaurrondo. El 15 de diciembre apareció sin vida
flotando en aguas del río Bidasoa.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
24 argituz febrero de 2012

Evitar la politización
de los actos

La politización de los
reconocimientos ha generado
dificultades en algunos sectores
sociales en todos estos años y,
especialmente, en las propias
familias y allegados. Dicha
politización, asociando los actos a
manifestaciones políticas o a
proclamas y expresiones de ciertos
partidos, ha provocado que
personas que antes apoyaban
estas iniciativas empezaran a
tomar distancia.
Si bien durante muchos años se ha
mantenido una solidaridad de
quienes se sentían unidos
políticamente a la víctima o al
significado de la agresión, los actos
realizados con una lógica
partidista, han generado también
divisiones en el interior de las
propias instituciones y una
sensibilidad social selectiva, que
debería cambiar para poder
conllevar una memoria incluyente.
La politización de la memoria corre
el riesgo de generar un sentimiento
de utilización del dolor de las
víctimas que no es admisible en
una lógica de la reparación y el
apoyo, independientemente de
quiénes sean los actores que las
lleven a cabo. Las víctimas no
deberían ser patrimonio político de
ningún partido.
Sin embargo, además de la importancia de la me-
moria y de los actos realizados, la valoración que
se hace desde la DAVT es que, en general, existe
un cierto desinterés o cansancio, sobre todo en re-
lación a la participación.
Hemos invertido mucha energía con resulta-
dos dispares. Es verdad que, en ocasiones, ha
resultado una experiencia frustrante. Hemos
empujado mucho, pero la participación ciuda-
dana ha sido escasa salvo excepciones. Inten-
tamos que los actos tengan cierta solemnidad,
se convoque a la red de organizaciones que
conforman la sociedad civil del pueblo, se des-
arrolle en horarios cómodos para la ciudada-
nía y en lugares adecuados. Maixabel Lasa,
directora de Atención a Víctimas del Terro-
rismo.
b) Conflictos y dificultades en las iniciativas
locales
En las iniciativas locales un problema frecuente es
que no sólo se convierte en noticia el reconoci-
miento, sino que muchas veces el conflicto gene-
rado a propósito de ese acto cobra mayor
relevancia. Los medios de comunicación sobrerre-
presentan las dificultades y se centran en las si-
tuaciones problemáticas, mientras que los casos
en los que el entendimiento local se ha dado no
suponen ninguna noticia. Todo ello contribuye a
que se invisibilicen las experiencias positivas y se
magnifiquen los problemas.
Algunas de las dificultades clave para el reconoci-
miento plural de las víctimas hasta ahora han sido:
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
1. Factores ligados a la violencia. La persisten-
cia de la violencia de ETA hasta 2011 y su gran
responsabilidad en cuanto al número de víctimas
mortales ha generado una preminencia del reco-
nocimiento de dichas víctimas. La falta de apoyo
social hasta mediados de la década de los 90 ha
impulsado el reconocimiento institucional como
parte de la política pública a partir de 2000. Ade-
más, visibilizar a las víctimas de ETA ha sido una
forma de tratar de deslegitimar el terrorismo y
prevenir la violencia. Pero, se ha minimizado a las
víctimas mortales ocasionadas por los grupos de
extrema derecha o agentes del Estado, que fueron
frecuentes hasta mediados de los años 80, al con-
siderarlas como “cosas del pasado”. Las conse-
cuencias de la impunidad y la negación que
siguieron sufriendo posteriormente es una evi-
dente muestra de discriminación y minusvalora-
ción. Tampoco se ha querido afrontar el grave
problema de los casos de tortura, el reconoci-
miento de dicha práctica y a sus víctimas.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el
necesario clima social positivo para poder abordar
estas cuestiones había encontrado hasta 2011 un
gran obstáculo en el nivel de amenaza a represen-
tantes locales por parte de ETA.
Ahora debemos completar la labor que queda
pendiente con los que no han recibido la Me-
dalla de Oro de la Ciudad. No ha habido con-
diciones para el diálogo, fundamentalmente
por las expresiones del terrorismo de ETA. Era
un diálogo imposible aunque se mantuvieron
reuniones muy tensas con representantes de
familiares de presos en el marco de la Comi-
sión Especial de Derechos Humanos, que creé
argituz febrero de 2012
25
en el Ayuntamiento en el año 96. Sin em-
bargo, parecen vislumbrarse cambios. Odón
Elorza, ex alcalde de Donostia.
2. Diferencias respecto el apoyo social. La
falta de reconocimiento a las víctimas de ETA en
épocas anteriores, en contraste con el apoyo que
tuvieron las víctimas de agentes del Estado (más
politizadas o cercanas a la IA) por su grupo de re-
ferencia, ha sido señalada por varios interlocutores
como uno de los criterios para priorizar a las vícti-
mas de ETA. Sin embargo, muchas de las víctimas
mortales de grupos de extrema derecha o agentes
del Estado no estaban vinculadas a la izquierda
abertzale, y tampoco tuvieron reconocimiento so-
cial ni han tenido apoyo institucional hasta ahora,
por parte de las autoridades. La falta de reconoci-
miento de los hechos y las dificultades para la in-
vestigación que se dieron en muchos casos siguen
siendo un obstáculo para su participación.
En Navarra nunca se ha hecho nada. (…) El
arzobispo que dijo que iba a venir a casa:
nunca lo hizo, ni celebró una misa. Pero
existe un agravio comparativo con el sufri-
miento, ya que algo después, en diciembre
de 1985, ante el atentado en Iruñea contra
Juan Atares, general de la Guardia Civil, el
arzobispo fue al tanatorio y celebró un fu-
neral. Demandamos el mismo trato. Lurdes
Zabalza, hermana de Mikel Zabalza.
3. Consecuencias de la impunidad. Las conse-
cuencias de la falta de investigación e impunidad
se dan especialmente en las víctimas de agentes
del Estado y de grupos de extrema derecha. Aun-
que haya también atentados de ETA no esclareci-
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26 argituz febrero de 2012
dos, frente a ellos el Estado ha hecho todos los es-
fuerzos por investigarlos. La impunidad hace que
las víctimas no vean siquiera reconocidos los he-
chos. Su verdad se convierte en algo íntimo y re-
primido, cuando no cuestionado socialmente, y las
víctimas no cuentan con un marco social de su ex-
periencia.
La transición ha sido borrón y cuenta nueva.
Ahora volver a replantear esta situación es
difícil. Es difícil que reconozcan el sufri-
miento del otro. Se debiera reconocer que
todos hemos sufrido y perdido algo. El reco-
nocimiento es el previo a la reconciliación.
No puede haber convivencia pacífica mien-
tras no haya aceptación de lo sucedido. No
tenemos odio, sentimos rabia por la impu-
nidad, pero odio no. Queremos justicia y
aclarar la verdad. Asociación Víctimas 3 de
Marzo de Gasteiz.
Aunque la mayoría de estas víctimas no tienen
como objetivo una compensación económica,
siendo su objetivo el reconocimiento, la justicia y
la verdad, también sienten los agravios compara-
tivos frente a derechos que les corresponden. La
falta de investigación de los hechos hace que la
carga de la misma se ponga en las víctimas.
Por la vía de la Ley de Memoria Histórica para
casos como éstos se presta cierto apoyo eco-
nómico y hay unas medidas de reconoci-
miento. La norma foral sobre reconocimiento
permite que haya más reconocidos, pero los
peritajes que hay que realizar siempre son a
la baja, su coste lo han de afrontar los inte-
resados y no tienen en cuenta bajas labora-
les ni nada. Una de las personas heridas el
3-M todavía tiene una bala alojada detrás del
testículo y por ello le dieron 1.500 euros. En
los peritajes tú eres el que tienes que demos-
trar los hechos. Por eso demandamos peritos
u otros estudios neutrales. Las víctimas
siempre hemos tenido que impulsar o sufra-
gar toda iniciativa de investigación. Asocia-
ción Víctimas del 3 de Marzo.
Durante los primeros años de la transición la impu-
nidad empezaba desde que se iba a poner la denun-
cia en comisarías o juzgados. Así la investigación de
los hechos y la verdad de algunas víctimas choca
con toda serie de obstáculos en una primera instan-
cia, siendo el resultado final el silencio, la no inves-
tigación de lo sucedido, cuando no la tergiversación
de los hechos.
Junto con un compañero de despacho,
también abogado, me dirigí a la comisaría
de la Policía Armada de Getxo a poner la
denuncia. El policía que nos atendió,
medio dormido, colocó su arma sobre el
mostrador preguntando: “¿Era como
ésta?”, cuando le narraba los hechos y el
tipo de armas que portaban los agresores
que intentaron secuestrarme y dispararon
contra Carmen. Luego siguió interrogán-
dome: “¿Por qué cree que pasó?”. Res-
puesta: “Soy abogado laboralista, llevo
casos de trabajadores...” Y el policía, cada
vez más entusiasmado, apostilló: “¡Ah!
¡Presos! ¡Cárcel!... ¿También presos de
ETA?”... Hasta que salió otro policía y se
lo llevó. El nuevo nos dijo: “Firme aquí.
Fuera...”. Nos mandó de la comisaría. A
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
“La transición ha sido
borrón y cuenta nueva.
Ahora volver a replantear
esta situación es difícil. Es
difícil que reconozcan el
sufrimiento del otro. Se
debiera reconocer que
todos hemos sufrido y
perdido algo. El
reconocimiento es el previo
a la reconciliación. No
puede haber convivencia
pacífica mientras no haya
aceptación de lo sucedido.
pasa igual.”
los pocos días me dirigí al juzgado y rati-
fique la denuncia. Después... nadie llamó
para investigar nada. No recibí escrito al-
guno. No hubo ninguna notificación: ni ju-
dicial, ni policial, ni de ninguna autoridad
institucional. Pedro Ibarra Güell12, cate-
drático jubilado de la EHU-UPV.
4. Factores ligados a la posición política. Es-
pecialmente en el caso de municipios con autori-
dades de partidos cercanos a Batasuna o sus
diferentes expresiones en estos años, se han dado
formas de reconocimiento público o medidas sim-
bólicas para algunas víctimas de agentes del Es-
tado o grupos como el GAL, se trataba de víctimas
afines políticamente o incluso miembros de ETA,
pero no se ha tenido sensibilidad para hacer lo
mismo con las víctimas de ETA. La falta de sensi-
argituz febrero de 2012
27
bilidad frente a las víctimas es señalada por mu-
chas víctimas de ETA.
Hubo una manifestación muy numerosa,
pero al cabo de una semana la gente se ol-
vida. Y en esa situación de años de olvido
hemos vivido mucho tiempo. Rosa Ro-
dero13, viuda de Joseba Goikoetxea, mando
de la Ertzaintza
Por otra parte, en otros municipios con autorida-
des de otros partidos, en general se ha dado reco-
nocimiento sólo a las víctimas de ETA.
Para poder comer juntos se necesita tener
al menos un plato. Si no tenemos ni plato,
entonces qué podemos hacer. Se necesitan
unos mínimos. Creo que eso es posible, pero
aún no los tenemos. No se prepara eso. No
se tiene en cuenta. Hay una desproporción
__________________________________
12 Pedro Ibarra Güell fue abogado en el Juicio de Burgos de 1970 y
sufrió un intento de secuestro el 09/05/1975 por parte de un
comando de “incontrolados”, cuyos miembros, a cara descubierta,
accedieron a su domicilio en Leioa a las 04.00 de la madrugada al
grito de “¡Abran. Policía!”. Mientras el que luego sería un conocido
catedrático de la EHU-UPV era golpeado y empujado escaleras
abajo, su esposa, Carmen Oriol López-Montenegro, sufrió un
atentado. Al tratar de impedir que introdujeran a su marido en un
vehículo, uno de los agresores le disparó una ráfaga de metralleta,
del que salió ilesa al impactar las balas en la pared del portal a
pocos centímetros. A los dos días fue ametrallado el despacho
laboralista en el que trabajaba Ibarra en Bilbao y la familia sufrió
constantes amenazas de muerte telefónicas.
13 Su marido, Joseba Goikoetxea Asla, murió tras cuatro días de
coma por las heridas de dos disparos de bala el 22/11/1993,
atentado de ETA realizado en Bilbao delante de uno de sus tres
hijos. Era sargento y responsable de la unidad de Información de
la Ertzaintza desde 1986.
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28 argituz febrero de 2012
muy grande sobre las políticas si piensas en
las víctimas. Así la gente cercana que dice:
una más. Y eso es una vergüenza. Creo que
la gente que tiene sensibilidad tiene que
hacer algo diferente. También en nuestro
lado hay gente que no es sensible, que trata
de decirte lo que tienes que hacer. Yo siento
el compromiso en mí misma y no voy a
dejar que eso pase. Axun Lasa14, hermana
de Joxean Lasa.
No recogimos inicialmente la Medalla de
Alava que nos otorgaron las Juntas Gene-
rales con Ramón Rabanera al frente, por-
que pedíamos que el PP apoyara nuestro
reconocimiento como víctimas del terro-
rismo, y que rechazasen la no condena y
la falta de esclarecimiento de los hechos.
Siendo la concesión un orgullo, viniendo
como viene de la máxima institución ala-
vesa, no podíamos prestarnos a un acto
que pudiera interpretarse como una exo-
neración de Fraga y otros responsables de
los hechos, que nosotros entendíamos que
se encarnaban en la figura de Ramón Ra-
banera. Posteriormente la recogimos con
el PNV en el gobierno de la misma institu-
ción, toda vez que este grupo político
comparte nuestras demandas. Víctimas
del 3 de Marzo de Gasteiz.
5. Aspectos asociados a la comunicación:
malentendidos, matices o agravios. En nu-
merosas ocasiones la comunicación que se da
sobre esta problemática está sometida a diver-
sos filtros ideológicos, respuestas a través de
los medios de comunicación, o interpretaciones
sobre declaraciones, manifestaciones o diferen-
cias de opinión. También son importantes las
maneras de expresarse sobre aspectos que son
delicados y en los que conviene ser cuidadoso,
dado que es fácil malinterpretar, suponer una
intencionalidad diferente a la expresada o des-
calificar las diferencias de opinión o percepción,
lo que no ayuda a tener un análisis más objetivo
de la realidad. El uso genérico y superficial de
conceptos como el perdón o la reconciliación es
criticado por algunas víctimas.
Hay declaraciones que hacen daño a las víc-
timas, como que tenemos que perdonar. Se
necesita coherencia entre lo que se dice y lo
que se hace. Eso lo tuvimos con la persona
encargada en el ayuntamiento antes. Nos-
otros no tenemos que reconciliarnos con
nadie. Quien tiene que pedir perdón son los
perpetradores. Albino Machado. Miembro
de COVITE y del Foro Municipal de Víctimas
del Terrorismo de Donostia.
En varias de las experiencias analizadas estos ma-
lentendidos o discrepancias han generado senti-
mientos de agravio y malestar que es importante
evitar. En ambientes donde se da la desconfianza
es fácil pasar de un malentendido a una descalifi-
cación, más aún cuando muchas de éstas sintoni-
zan con experiencias individuales o colectivas
anteriores. Si bien en ello no es ajena la intencio-
nalidad política o los intereses de diferentes acto-
res a la hora de representar una memoria de las
víctimas.
En algunos casos estas diferencias de sensibili-
dad han dejado fuera a algunas de las propias
víctimas que buscaban un espacio de reconoci-
miento. Más allá de las valoraciones de si se
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
Dificultades para un reconocimiento plural de las víctimas
Víctimas de ETA
Reconocer las víctimas de ETA puede generar
cuestionamiento ideológico en sectores
cercanos ideológicamente.
Esfuerzo por un reconocimiento plural
no debe ser balancear el dolor para justificar
una postura política.
Necesidad de reconocer
lo que se ha justificado o se ha evitado.
deben al sentir mayoritario o a las diferencias
políticas, estos ejemplos señalan la importancia
de la sensibilidad frente a las necesidades de las
víctimas independientemente del causante de
los hechos.
Tras el contacto que tuve con una asociación
de víctimas del terrorismo (AVT) les recordé
que en nuestra casa de Oiartzun habíamos
recibido avisos de bomba, en una ocasión
dos balas, y sufrimos el impuesto revolucio-
nario… pero esperé en vano su llamada de
vuelta. Tamara Muruetagoiena, hija de
Esteban Muruetagoiena.
argituz febrero de 2012
29
Víctimas del GAL, BVE o agentes del Estado
Reconocer a las víctimas de agentes
del Estado puede hacer sentir que
se cuestiona la calidad de la democracia.
Esfuerzo por reconocimiento plural
no puede dejar a unas víctimas como
subsidiarias o de menor valor.
Necesidad de reconocer
lo que se ha negado o minimizado.
El contacto de la ama con la persona res-
ponsable de una asociación en aquel mo-
mento no dio fruto. La posición nuestra era
la de que había que denunciar la ley antite-
rrorista y después de eso no hubo mayor
contacto. Lurdes Zabalza.
__________________________________
14 Natural de Tolosa. Hermana de Joxean Lasa Arostegi que, junto a
Joxi Zabala Artano -ambos miembros de ETA- fueron
secuestrados el 15/10/1983, torturados y hechos desaparecer en
cal viva por el GAL en un paraje deshabitado de Alicante, y cuyos
cadáveres aparecieron por casualidad en 1985 con evidentes
signos de mutilación.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
30 argituz febrero de 2012
Asistí, por primera vez, y muy a mi pesar, a
una reunión de víctimas; fui de oyente para
informarme. Lo pasé muy mal, porque no fue
una reunión normal, allí lo único que se decía
era ETA asesina… Yo lo que pretendía era no
renunciar a unos derechos, y que a quienes
les pertenecen esos derechos se les reco-
nozca como víctimas del terrorismo. Nuestro
caso encajaba en los términos que marcaba
esa ley. Todo fueron rechazos. Me decían que
nuestro caso no encaja y no se puede igualar.
Ante esto opté por acudir a los medios de co-
municación. Roberto Fernández Men-
txaka15, hijo de Normi Mentxaka.
c) Memorias selectivas, reconocimiento y
conflicto
En el ámbito local se han dado hechos que han mar-
cado más la historia del lugar debido a diferentes fac-
tores: ya sea por el impacto en el contexto histórico
(como el secuestro y asesinato de Miguel Ángel
Blanco en Ermua en 1995 -aunque este hecho tuvo
un enorme impacto global también-,o la muerte
como consecuencia de torturas de Joxe Arregi en la
Dirección General de Seguridad de Madrid, en 1981),
por la distinta inserción local de la víctima (probable-
mente, no es igual el impacto local del asesinato de
un vecino que el de un guardia civil asesinado en un
atentado contra un vehículo que pasaba por el mu-
nicipio, por citar dos extremos), o por el nivel de mo-
vilización política asociada al caso (mayor en los
casos de víctimas reivindicadas por la izquierda
abertzale, o en lugares con un fuerte apoyo político
especialmente en los años 80 o en las víctimas de
ETA de los últimos años).
En varios de los casos consultados, representan-
tes del municipio no tenían conocimiento de todas
las víctimas que se habían dado en el pueblo o en
la zona, especialmente de los casos de miembros
de fuerzas de seguridad y de casos antiguos en el
tiempo. Eso muestra que hay memorias selectivas,
con menor arraigo local que se revelan en la rea-
lización de actos o lugares de memoria.
Hay que reconocer que se les ha tenido más
en la memoria a los de “un bando” que a los
“del otro”. Jonan Aranguren, ‘Iharra’ y José
Miguel Beñaran ‘Argala’ han estado en la
memoria del pueblo durante 30 años y el ta-
xista Monasterio y el policía nacional no es-
taban en la memoria de la mayoría de la
gente del pueblo. Ha habido familias de
guardias civiles que han tenido que mandar
los cadáveres sin ningún acto de recuerdo y
han estado siempre en el olvido, cuando los
militantes de ETA asesinados han estado
más reconocidos. Alberto Ruiz de Azua,
ex alcalde de Arrigorriaga.
Por ejemplo, en el caso de Zizurkil, Julián Galarza
fue asesinado por ETA al confundirlo con el alcalde
del pueblo, según reconoció ETA en un comuni-
cado asumiendo su “error”16. Según los testigos
del pueblo, su compañera dejó Zizurkil y en el
pueblo no se ha conservado ninguna memoria
local de esa persona. En este caso el olvido se
debe más al ocultamiento o silencio sobre episo-
dios que se consideran conflictivos, y no a la
menor inserción social de la víctima.
Mucha gente no sabe que eso pasó, espe-
cialmente los menores de 30 años. Incluso,
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
“Hay que reconocer que
se les ha tenido más en la
memoria a los de “un
bando” que a los “del
otro”. Jonan Aranguren,
‘Iharra’ y José Miguel
Beñaran ‘Argala’ han
estado en la memoria del
pueblo durante 30 años y
el taxista Monasterio y el
policía nacional no estaban
en la memoria de la
mayoría de la gente del
pueblo.”
miembros de la izquierda abertzale se que-
daron sorprendidos cuando les dijimos que
había habido esta victima en el pueblo por-
que lo desconocían. Viven en el caserío de
la familia los hermanos del difunto Galarza;
mantienen relación con la alcaldesa, pero ni
votan ni participan en política, como si pu-
sieran una pantalla con todo lo que han vi-
vido, como que no hubiera pasado. No
hablan del atentado. Ana Olaziregi Sues-
kun, ex concejala de Zizurkil.
Por otra parte, el caso más conocido en el pueblo
fue la muerte por torturas de Joxe Arregi en 1981.
En su mayor recuerdo local incide en este caso la
inserción social de la víctima, dado que “se trataba
de un joven implicado en el ámbito de la cultura y
las danzas con los adolescentes, lo que generó un
enorme impacto local y una reacción de increduli-
dad”. Por otra parte, el tipo de hechos, como con-
argituz febrero de 2012
31
secuencia del periodo de incomunicación y las bru-
tales torturas sufridas, llevaron a actos de fuerte
movilización social de rechazo en una semana es-
pecialmente dramática (asesinato por ETA del in-
geniero José María Ryan Estrada, de la central
nuclear de Lemoiz, una semana antes, o el golpe
de Estado del 23 F).
La hermana se desmayó. El féretro llegó a
la noche, en la recepción estaba todo el pue-
blo. La alcaldesa dimitió. Se hizo una recep-
ción del féretro, lo abrieron, ahí se vieron las
huellas del horror, la gente abrió la caja por-
que venía sellada y eso aumentó la rabia.
Aquello fue tremendo. Yo ni salía de casa
esos días. En la recepción participó toda la
gente del pueblo porque era un chico del
pueblo. María Ángeles Lazkano Larra-
ñaga, ex alcaldesa de Zizurkil.
El impacto colectivo de estos hechos puede verse
no sólo en la preeminencia de dicha memoria,
sino también en la manera en cómo los diferentes
sectores sociales se posicionaron frente al mismo
y la polarización respecto al apoyo al uso de la
violencia.
__________________________________
15 Su madre, Normi Mentxaka Gonzalo, murió por disparos de varios
“incontrolados” el 09/07/1976 durante la fiesta popular del Día de
la Sardina en Santurtzi. Tras mucho pleitear en los juzgados, el
viudo y los tres hijos lograron que Normi fuera declarada víctima
del terrorismo en 2002.
16 12/02/1976. Julián Galarza Ayastui. Mecánico, de 37 años, se
había casado dos meses antes. En Zizurkil. ETAm dice que le
confunde con el alcalde franquista de la localidad. ETAm se
autocriticará “por el error”.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
32 argituz febrero de 2012
A partir de ahí Zizurkil se partió en dos, em-
pezaron las diferencias insalvables. Los que
rechazaban la violencia más en general y los
que apoyaban más la opción política de Ba-
tasuna. María Ángeles Lazkano Larra-
ñaga, ex alcaldesa.
17
Similar percepción tiene Maribi Arregi Izagirre ,
hermana de Joxe Arregi:
El pueblo de Zizurkil se rompió, tú de aquí y
tú de allá… el pueblo se quedó totalmente
partido. Luego las cosas volvieron a su
cauce, pero sí, nos quedamos muy señala-
dos. Y su ausencia. Una muerte siempre
deja una ausencia.18
c.1. Entre el pasado y el presente: el ejemplo
de una memoria conflictiva. Arrigorriaga
En numerosos lugares del País Vasco, pero también
más ampliamente en el Estado español, las prime-
ras corporaciones democráticas tomaron como
tarea clave de representación de una ruptura con el
pasado el cambio en la nomenclatura de calles o
plazas de conocida simbología franquista.
Por ejemplo, en el caso de Arrigorriaga que fue
escenario de un conflicto por la memoria en los úl-
timos años, la primera corporación electa, después
de la muerte de Franco estaba liderada por HB.
Uno de los puntos en el primer pleno en diciembre
de 1979 fue aprobar por unanimidad, con apoyo
del resto de concejales de PNV, del PSE y del PCE,
denominar a la plaza del Ayuntamiento, que era la
única que había en el pueblo, como Plaza Argala,
en honor a José Miguel Beñaran Ordeñana “Ar-
gala”, conocido miembro de ETA que murió asesi-
nado por el Batallón Vasco Español en diciembre
de 1978, y como tal considerado hoy como “víc-
tima del terrorismo”.
En el pleno del año 79, uno de los acuerdos,
fue modificar el nombre de algunas calles
del municipio. Me acuerdo que había una
calle que se llamaba General Mola y pasó a
llamarse calle de Hermenegildo Lekunberri,
que había sido un médico de Arrigorriaga.
Hubo algunos otros cambios y entre ellos la
Plaza España pasó a llamarse Plaza Argala.
En Abusu, la plaza pasó a llamarse Plaza
Iharra. Fue un pleno simbólico, y trataron
de quitar de las calles los nombres que po-
dían referirse al franquismo y al ejército, y
poner nombres que tenían más relación con
Arrigorriaga. Alberto Ruiz de Azua, ex al-
calde de Arrigorriaga.
El primero de estos actos de reconocimiento co-
lectivo se dio en Arrigorriaga en el contexto de la
discusión del plan de Paz y Convivencia del Lehen-
dakari en 2007/08. El caso de Arrigorriaga es pa-
radigmático de cómo el acto, dedicado a víctimas
que habían ocurrido en el pueblo o residían en él,
llevó a recordar atentados y personas fallecidas
que no estaban en la memoria colectiva del pue-
blo, al menos en la generación que había vivido los
hechos. Los responsables del ayuntamiento fueron
conscientes de cuántas y quiénes eran las víctimas
de la violencia de diferente signo en el momento
en que se empezaron a plantear un reconoci-
miento a las víctimas del terrorismo. Algo similar
a lo sucedido en otros lugares.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
A partir de ahí, yo creo que las familias se
sintieron reconfortadas y reconocidas. Nos
agradecieron el hecho19 y quedó la placa
puesta en recuerdo de estas dos víctimas:
un taxista y un policía nacional. Alberto
Ruiz de Azua, ex alcalde de Arrigorriaga.
El conflicto que surgió en Arrigorriaga tiene que
ver con el nombre dado a la plaza en 1979 y la de-
manda judicial interpuesta por la asociación Dig-
nidad y Justicia y la abogacía del Estado, para
quitar del callejero los nombres de Iharra y Argala.
A pesar de que el ayuntamiento alegó que el
acuerdo había sido tomado por unanimidad por
todos los partidos políticos que estaban en el
ayuntamiento, PNV, HB, PSE y PCE, el caso llegó
hasta la imputación del alcalde del pueblo, en ese
tiempo del PNV, en la Audiencia Nacional por apo-
logía del terrorismo y por desacato a la autoridad,
por no haber hecho caso a los requerimientos. A
pesar de que el caso se archivó como delito, el
proceso continuó en la vía contencioso administra-
tiva, señalando la ilegalidad de aquellos acuerdos,
por considerar que iban contra la ley.
A pesar de las diferentes valoraciones jurídicas
(un juicio perdido y otro ganado por el ayunta-
miento), la corporación decidió quitar los nombres
de Argala e Iharra20 del callejero después de la
aprobación en el año 2008 en el Parlamento Vasco,
de la Ley de Reconocimiento y Reparación a las
Víctimas del Terrorismo, que obliga a todas las ad-
ministraciones públicas a quitar de los callejeros
los nombres, que puedan herir la sensibilidad o ir
contra las memoria de las víctimas del terrorismo.
La decisión de la corporación fue no darles ningún
otro nombre a las plazas.
argituz febrero de 2012
33
Hemos decidido no darles ningún otro nom-
bre a estas dos plazas, para respetar lo que
fue durante 30 años los nombres de Argala
e Iharra y para que la gente sepa que, du-
rante ese tiempo, esas plazas tuvieron esos
nombres. Alberto Ruiz de Azua, ex alcalde
de Arrigorriaga.
Un hecho que generó nuevos conflictos, tensión y
un enorme malestar en la localidad fue el asesi-
nato posterior de Eduardo Puelles, miembro de la
__________________________________
17 Hermana de Joxe Arregi Izagirre, muerto por torturas en las
dependencias de la Dirección General de la Policía (DGS) en
Madrid el 13 de febrero de 1981. Joxe Arregi permaneció nueve
días incomunicado bajo la Ley Antiterrorista y falleció tras ser
trasladado en estado grave al hospital penitenciario de
Carabanchel. El Tribunal Supremo concluyó en 1989 que “las
quemaduras de segundo grado en las plantas de los pies fueron
causadas en el curso de la investigación policial” (El País,
04/10/1989). Nueve años después de los hechos, dos agentes
fueron condenados respectivamente a cuatro y tres meses de
arresto, así como a tres y dos años de suspensión de empleo y
sueldo.
18 Testimonio de Maribi Arregi en Informe sobre víctimas de
vulneraciones de Derechos Humanos derivadas de la violencia e
motivación política, junio de 2008, pp. 64 y 132).
19 En referencia al homenaje realizado el 18 de febrero de 2007.
20 Desde el ayuntamiento hemos sostenido que estaba sin
acreditarse que Argala fuera miembro de ETA, porque nunca
había sido encausado mientras vivió, en ningún proceso judicial, ni
condenado. De manera que en ninguna sentencia se le ha
reconocido como miembro de ETA. Otra cosa es que se le tiene
como uno de los miembros que participó en la Operación Ogro,
el atentado contra Carrero Blanco. Luego, hay escritos y
documentos grabados por el propio Argala, en el que se reconoce
como miembro de ETA. No había ninguna sentencia contra él,
aunque aparece en algunas sentencias recientes, una vez
fallecido, por el testimonio en algún juicio y se le menciona como
líder. Alberto Ruiz de Azua, ex alcalde de Arrigorriaga.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
34 argituz febrero de 2012
Policía asesinado por ETA en 2009. Todo ello, según
el alcalde, trajo como consecuencia algunos conflic-
tos con algún miembro de la familia en relación con
la plaza que aún se llamaba Argala, una exaltación
mediática del problema personalizando la situación
y la mediación de algunas personas de confianza, in-
cluso líderes políticos, para tratar de rencauzar el
problema. Finalmente, la propuesta de que hubiera
un monumento con el nombre de Eduardo Puelles
en Arrigorriaga, sustituyendo con su nombre a la
Plaza Argala, fue trasladada a denominar con su
nombre otra nueva plaza en construcción.
Cuando te dicen que ha habido un atentado
en tu pueblo, se te encienden todas las alar-
mas, activas escenarios en los que nunca
deseas estar y muy complejos de gestionar.
Pero nos tocó gestionar todo esto, recién es-
trenado el gobierno López, con Ares de con-
sejero de Interior y, a partir de ahí, ha
pasado este año y medio muy complicado
por el atentado. Consensuamos entre los
partidos políticos, oficina de la DAVT e in-
cluso la familia Puelles, la posibilidad de dar
el nombre de Eduardo Puelles a una plaza
que estábamos urbanizando en Santa Isa-
bel, que es el barrio en el que había vivido
la familia, para recordarle, además de colo-
car un monolito en recuerdo de todas las
víctimas del terrorismo. Alberto Ruiz de
Azua, ex alcalde de Arrigorriaga.
En un primer momento, un acuerdo aprobado por
el Pleno del Ayuntamiento el 26 de enero de 2007,
con los votos de PNV, EA y EB, trató de organizar
un homenaje que abarcara a todas las víctimas de
la localidad, y ello incluía a Argala. Pero ello le-
“Cuando te dicen que
ha habido un atentado en
tu pueblo, se te encienden
todas las alarmas, activas
escenarios en los que
nunca deseas estar y muy
complejos de gestionar.
Pero nos tocó gestionar
todo esto.”
vantó las críticas de PSE-EE y de PP, e impulsó al
delegado del Gobierno español en el País Vasco,
Paulino Luesma, a ordenar al abogado del Estado
la interposición de un recurso contencioso-admi-
nistrativo contra el acuerdo. Luesma calificó ese
intento de inclusión de Argala en el homenaje de
“equidistancia inadmisible”.21
Sin embargo, todo lo anterior había generado
nuevos conflictos con otra familia, la de Argala,
que finalmente transmitió de forma clara y rotunda
al ayuntamiento que no quería participar en nin-
gún acto público o institucional. Así las cosas,
Pablo Beñaran, hermano de Argala, escribió una
carta pública el 3 de febrero en la que definía la
iniciativa del Ayuntamiento de “marketing político,
hueco y para la foto”. En una entrevista posterior
realizada entre el entonces alcalde de la localidad
y los familiares de Argala, a petición de estos últi-
mos, se acordó dejar a José Miguel Beñaran “Ar-
gala”, fuera del homenaje municipal.
Este caso muestra algunos de los problemas
en los debates sobre la memoria de víctimas que
a su vez participaron en ETAm, ETApm o los
CCAA, y el carácter de éstos en diferentes mo-
mentos históricos.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
Por otra parte, tengo la sensación, de que a
Argala se le estaba reconociendo como víc-
tima durante los últimos 30 años y se había
mantenido su memoria con el nombre de la
plaza, porque la plaza del pueblo, era la
plaza Argala. Alberto Ruiz de Azua, ex al-
calde de Arrigorriaga.
Según la información contrastada por diversas
fuentes, una parte de las discusiones tenían que
ver con el periodo en que dichas personas partici-
paron en ETA. Jonan Aranguren “Iharra”, que fue
abatido a tiros por la Guardia Civil en 1972 y cuyos
posibles delitos estarían legalmente cubiertos por
la amnistía de 1977, no generaba problemas, a di-
ferencia de José Miguel Beñaran “Argala”, a quien
mataron en 1978 participando en ETA un año des-
pués de la amnistía. Al margen de la relevancia o
no de dicho planteamiento, esto muestra una dis-
cusión colectiva más amplia que tiene que ver con
la propia historia del País Vasco, aún pendiente -y
que a su vez afecta a muchos sectores y políticos
que en diferentes momentos de la historia fueron
miembros de ETA- y con la manera en que se
asume esa historia en lo personal o en la dimen-
sión pública y colectiva.
En relación con las memorias locales y el marco
institucional de las mismas, se trata de buscar un
equilibrio entre las visiones muy localistas que
hagan énfasis en los hechos vividos en el pueblo
(por ejemplo, un lugar en el que sólo se dieron víc-
timas de ETA, u otro en donde sólo se dieron víc-
timas de otros grupos o agentes del Estado) sin
consideración respecto otros aspectos más gene-
rales. Por otra parte, otra de las dificultades es la
que marcan los liderazgos de los diferentes parti-
argituz febrero de 2012
35
dos políticos que pueden no tener que ver con la
capacidad de diálogo y entendimiento local, lo que
puede llevar a un manejo impuesto desde arriba,
en lugar de estimular la participación y la recons-
trucción del tejido social desde lo local. Algunos de
estos desafíos son planteados por el ex alcalde de
Arrigorriaga, reflexionando sobre su propia expe-
riencia.
Una cosa es lo que tú harías como repre-
sentante de tu pueblo y viendo la sensibili-
dad que hay en Arrigorriaga, sin olvidar
que el acuerdo que se toma en Arrigorriaga
no solamente afecta a la gente de Arrigo-
rriaga, sino que puede afectar a otros pue-
blos o a tu territorio, a tu región. Hay que
tener visiones bastante más generales y
una perspectiva con bastante más altura de
miras que la propia de cada barrio y de
cada pueblo. Uno de nuestros mayores pe-
cados es estar mirándonos nuestro ombligo
y pensar que las decisiones que tomamos
solo nos afectan a nosotros. Si aquí hubié-
ramos mantenido el nombre de la plaza Ar-
gala, a lo mejor, el 90% de la población
hubiera estado de acuerdo y el otro 10%
no. Pero claro, ese porcentaje tampoco co-
rresponde a todo el territorio histórico. Al-
berto Ruiz de Azua, ex alcalde de
Arrigorriaga.
__________________________________
21 ‘El Correo’, 15 de febrero de 2007.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
36 argituz febrero de 2012
c.2. Tensión y conflicto local: nuevas oportu-
nidades de reconocimiento. Zizurkil
El caso de Zizurkil es otro ejemplo de conflicto
de memorias, respecto a los monumentos en
memoria de Joxe Arregi, muerto a consecuencia
de torturas en 1981 y de José Luis Geresta22,
miembro de ETA que apareció muerto en extra-
ñas circunstancias durante el periodo de la tre-
gua de esa organización en 1999. Según refieren
interlocutores locales, la decisión sobre la placa
y el monumento en memoria de Joxe Arregi se
llevó a cabo por parte del ayuntamiento, con
Herri Batasuna en la alcaldía. La hermana del di-
funto, Maribi Arregi, aclara que el monolito no se
puso porque lo pidiéramos nosotros23. Años des-
pués se colocó en el mismo espacio la escultura
dedicada a Geresta.
Durante los primeros años el monumento dedicado
a Arregi se convirtió en parte del conflicto por la me-
moria, con la retirada por parte de la Guardia Civil del
monolito, momento en el que se puso su nombre a la
plaza en un ayuntamiento donde tenía mayoría Ba-
tasuna, pero también donde se mostraba una parte
de esa fractura y polarización en el pueblo.
Nos marcó para toda la vida. Se nos metió
la rabia hasta dentro. Con la familia, a los
jóvenes por lo menos ya les hemos contado
lo que pasó. Maribi Arregi Izagirre, her-
mana de Joxe Arregi.24
Al año se puso un monolito por iniciativa
municipal, pero no por unanimidad. Tam-
bién se le dio su nombre a una plaza, co-
nocida hasta entonces por Pasus, dándose
la coincidencia de que Arregi había nacido
en ese solar de Pasus. El PNV se opuso y
el PSE ni siquiera asistió al pleno. Hubo
una especie de paralización del funciona-
miento normalizado de la vida municipal.
La Guardia Civil retiró el monolito, que
volvió a ser colocado. María Ángeles
Lazkano, ex alcaldesa y Ana Olaziregi, ex
concejala de Zizurkil.
Hay que tener en cuenta que los representantes
de ciertos partidos políticos tuvieron amenazas de
muerte en diferentes momentos como consecuen-
cia de ello.
En los 90 ser concejal del PNV era vivir bajo
mucha presión, yo veía fotos mías en las fa-
rolas, la matrícula de mi coche por todos los
sitios, me quemaron una chabola en el
monte y pedí ayuda a la DAVT por aquello.
Nos han amenazado por fiestas, en pancar-
tas, etcétera. María Ángeles Lazkano ex
alcaldesa de Zizurkil.
Hubo años que fue muy duro porque la
gente del pueblo te acusaba de que si les
pasaba algo a los presos era culpa tuya,
entre 1991 y 2008. Ahora es más fácil la po-
lítica, han pasado esos tiempos tan duros.
Ana Olaziregi, ex concejala de Zizurkil.
La decisión de quitar los dos nombres de las
plazas y los dos monolitos dedicados a ellos
se llevó a efecto tras un acuerdo adoptado el
14 de abril de 2008 por unanimidad (la candi-
datura de la izquierda abertzale había sido
anulada y excluida), en un pleno a puerta ce-
rrada y con la Ertzaintza protegiendo el Con-
sistorio. Votaron por la retirada de placas y
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
trauma con esta resolución.
monolitos los cinco concejales del PNV, dos de
EA, uno de los dos ediles del PSE/EE (el otro
no acudió al pleno), otro del PP y uno de EB-
Aralar. El texto había sido incluido en el orden
del día por la alcaldesa, tras las denuncias ju-
diciales presentadas por los familiares de Fer-
nando Múgica y Miguel Ángel Blanco, así como
por la Fundación Dignidad y Justicia.
El texto aprobado explicaba que las citadas plazas
“ofenden la sensibilidad de las víctimas” y recordaba
que “los criterios ideológicos que mantienen los gru-
pos políticos que integran la actual corporación” eran
distintos a los de los anteriores gobiernos municipa-
les de la izquierda abertzale que adoptaron estas de-
cisiones, y por lo tanto “considera pertinente retirar”
los nombres y los “símbolos” en recuerdo a los dos
miembros de ETA.
El escrito aclaraba que en el caso de la plaza
Joxe Arregi el cambio se realizaría aprovechando
una remodelación prevista para “próximas fechas”
y que se haría en concordancia con “criterios to-
ponímicos” de uso “normal” por los habitantes del
municipio.
Los cambios producidos y la supresión de los
nombres, tuvo un nuevo impacto local, aumen-
tando la división ya existente y el conflicto. Las
reacciones fueron duras y la alcaldesa recibió
amenazas.
En respuesta a que se quitara el nombre de
la plaza hay gente que todavía dice en tér-
minos muy duros, “esa es la Plaza Joxe
Arregi y siempre lo será”. El tema está muy
abierto aunque parezca que no. Se respira
aún por esa herida. Entiendo que las fami-
argituz febrero de 2012
37
“Se respira aún por esa
herida. Entiendo que las
familias han vivido un
Yo probablemente haría lo
mismo. Con el paso del
tiempo somos capaces de
entender a los demás.”
lias han vivido un trauma con esta resolu-
ción. Yo probablemente haría lo mismo.
Con el paso del tiempo somos capaces de
entender a los demás. Como alcaldesa me
reuní con representantes de la izquierda
abertzale, con familiares de Arregi, de Ge-
resta… para hablar e intentar llegar a un
punto de entendimiento. Aunque no se lle-
gue a un acuerdo al 100% tienen que
darse pasos para que todos entendamos la
postura del otro. María Ángeles Lazkano,
ex alcaldesa de Zizurkil.
__________________________________
22 Apareció el 20 de marzo de 1999 con un tiro en la sien en un
descampado de Zamalbide, cerca de Errenteria (Gipuzkoa). Ante
la hipótesis oficial de suicidio, la familia adujo que el cadáver fue
manipulado y algunos forenses declararon que no era habitual una
postura tan hierática en caso de suicidio con arma de fuego. El
teniente general del Ejército y ex director de la Guardia Civil, José
Antonio Sáenz de Santamaría, lo relacionó con la “guerra sucia”
en La Razón del 19/11/2001: Incluso ha aparecido algún muerto,
con un diente extraído a martillazos. Después de morir no se pega
martillazos en la boca. No lo digo como crítica. No hay más
remedio que emplear la guerra irregular contra unos tíos que
vienen a matar por la espalda. Está bien el Estado de Derecho,
pero no se puede llevar hasta sus últimas consecuencias, porque
quedaríamos en manos de los terroristas. (...)
23 Testimonio de Maribi Arregi Izagirre en el informe de la Dirección
de DDHH del Gobierno Vasco ya mencionado, p. 67.
24 Ibidem, p. 64.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
38 argituz febrero de 2012
A pesar del conflicto, el medio local tiene también
otras relaciones y posibilidades de encuentro en
espacios informales y relaciones personales que
son claves para retejer dichas relaciones fractura-
das por la violencia.
Según las fuentes consultadas -la alcaldesa y la
concejala del ayuntamiento de Zizurkil cuando se
efectuó la entrevista-, al menos una parte de la fa-
milia Arregi mostró su oposición a la retirada. So-
licitaban que se mantuvieran la placa y el monolito
para que no se ocultara ese espacio de la memoria
con el que ya contaba Zizurkil, para que las gene-
raciones siguientes no lo olvidaran. Este debate
entre el ocultamiento y una memoria más inclu-
yente y que tenga en cuenta las diferentes sensi-
bilidades está aún abierto en Zizurkil.
En la primera época no se nos acercó nadie
de las instituciones. Que yo sepa, nadie se
preocupó por nosotros. Y ahora, visto lo que
ha hecho alcaldía… repito lo que le dije a la
alcaldesa entonces: mi madre tenía 93 años
y para ella fue como si le hubieran apuña-
lado. Le entristeció muchísimo. Tenía mucho
dolor. No sé si a ella le habrá dejado tocada,
pero a nosotros nos dolió mucho la decisión
que tomó después de tantos años.25 Maribi
Arregi Izagirre.
Tal vez pensaron que esto lo queríamos
ocultar, pero no es así. Explicamos que
queríamos poner algo más transversal de
la memoria de todas las víctimas. Cuando
en alguna ocasión he propuesto colocar
una placa con todas las víctimas, se me ha
contestado con que no era el momento.
Hablamos, sí, de la memoria, pero el pue-
blo no sabía siquiera ni quién era Galarza.
María Ángeles Lazkano, ex alcaldesa de
Zizurkil.
La existencia de otras víctimas relacionadas con el
pueblo generó desafíos colectivos en términos de
una memoria respetuosa con los derechos huma-
nos y que ayudara a retejer las relaciones sociales.
Una de estas víctimas es un ertzaina, Juan José
Pacheco Cano26, casado con una mujer de Zizurkil
y que murió por la detonación de un artefacto ex-
plosivo de ETA en las vías del tren, a la altura de
la localidad guipuzcoana de Legazpia.
La mujer siguió viviendo en el pueblo,
tenía un niño. Hubo gente de la izquierda
abertzale que dijo que eso era casi un “ac-
cidente laboral”. De esto no se ha vuelto
a hablar. En la moción de las placas se
hacía referencia a cuatro víctimas de dife-
rente tipificación. En el caso de Galarza,
ETA ya dijo que asumía su error y pidió
perdón. Pero yo me digo: ¿eso realmente
es reconocer?, ¿no merece otra cosa como
los demás también? Ana Olaziregi, ex
concejala de Zizurkil.
Los cambios de liderazgo en la política local tras
las elecciones de 2000 llevaron de nuevo a la al-
caldía a la izquierda abertzale, que puso el nombre
a un paseo y un monolito. Según las fuentes con-
sultadas, en aquella ocasión no acudieron al pleno
ni los concejales del PSOE ni del PP, el PNV votó
en contra, pero salió adelante en ausencia de los
otros partidos. Dichas iniciativas permanecieron en
el pueblo hasta el año 2008, cuando se quitaron
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
“Yo creo que para el
futuro los jóvenes tienen
que saber qué pasó (…)
nosotros ya teníamos
nuestra memoria en
Zizurkil.
No entendemos por qué
se quitó. Bueno sí, para mí
que quieren olvidarlo y que
se quede en paz.”
los reconocimientos a ambos militantes de ETA.
Este caso muestra las contradicciones entre la le-
galidad y la relación de fuerzas local, así como la
relación entre los procesos locales, internos, y la
influencia del contexto político y una perspectiva
más global, externa.
Con la primera moción se quitaron placas y
nombres por respeto a todas las víctimas;
con la segunda moción, ya con el mandato
del Parlamento, solicitamos que hubiera un
reconocimiento del caso Arregi, que era
claro e incluso tenía condena judicial, así
como la investigación del caso Geresta y
que se incluyera en el Informe de la direc-
ción de DDHH del Gobierno Vasco. La pri-
mera moción nos estalló. Hubo gente que
nos decía: “no podemos creer que hayáis
hecho esto”. Se hizo con mucho tiento gra-
cias a que el equipo de gobierno estaba
muy unido, pero había solicitudes de Basta
Ya de quitar los nombres, y al hilo de las
recomendaciones del Lehendakari, el plan
de paz, etc., se hizo eso. Podíamos así res-
ponder a las demandas de Dignidad y Jus-
ticia, manteniendo la coherencia con la
argituz febrero de 2012
39
postura mantenida en el ayuntamiento
desde el año 81, cuando el grupo municipal
del PNV votó en contra de la colocación del
monolito y las sucesivas propuestas en este
sentido. Pero también entendemos que es
una oportunidad que tenemos ahora de
hacer algo diferente. María Ángeles Laz-
kano y Ana Olaziregi.
Yo creo que para el futuro los jóvenes tienen
que saber qué pasó (…) nosotros ya tenía-
mos nuestra memoria en Zizurkil. No enten-
demos por qué se quitó. Bueno sí, para mí
que quieren olvidarlo y que se quede en
paz. Han quitado los nombres de Joxe Arregi
y Geresta porque al parecer les hacían daño
a las asociaciones de víctimas, porque se in-
crementaba su dolor. Pero ellas ya tienen
plazas con sus nombres, monolitos y no sé
yo qué placas. Parece que nuestro dolor no
existe, que no sufrimos. Maribi Arregi.27
Este caso es un ejemplo también no solo del nivel
de conflicto que producen los cambios en nom-
bres, placas o monumentos y la dificultad de llegar
__________________________________
25 Testimonio de Maribi Arregi Izagirre en el informe de la Dirección
de DDHH del Gobierno Vasco ya mencionado, p. 65.
26 José Pacheco Cano. Ertzaina de 26 años, natural de Cáceres.
Muere en Legazpi al alcanzarle la explosión de un artefacto
colocado en la vía férrea Irun-Madrid, cuando una patrulla de la
Ertzaintza se encontraba inspeccionando el lugar, tras recibir una
llamada previa. En su reivindicación, ETA dirigió sus objetivos
contra la empresa ferroviaria RENFE y situó la muerte del policía
autonómico como un “accidente”, porque este cuerpo policial “no
supone, por el momento, un objetivo militar” para esa organización
(“Egin” del 20 de octubre de 1988).
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
40 argituz febrero de 2012
a una memoria incluyente o el riesgo de patrimo-
nialización de la memoria de ciertas víctimas como
“propias”, sino también de las tareas pendientes
para la sociedad y las instituciones que tienen res-
ponsabilidad de poder llevar a cabo una memoria
incluyente de las víctimas de violaciones de dere-
chos humanos. Es decir, este esfuerzo por una me-
moria colectiva incluyente visibiliza igualmente las
necesidades de verdad o justicia que no han tenido
ciertas víctimas. El caso de la muerte por torturas
de Joxe Arregi necesita un reconocimiento público
e institucional por la gravedad de las violaciones
de derechos humanos sufridas, independiente-
mente de su condición como miembro de ETA y,
por otra parte, el caso Geresta necesita una inves-
tigación independiente e imparcial.
c.3. Una larga lucha para el reconocimiento.
Santurtzi
Durante una manifestación Pro-Amnistía en 1976, en
Santurtzi, Normi Mentxaka Gonzalo, madre de tres
hijos, fue asesinada por disparos de varios indivi-
duos, después de que la calle donde se desarrollaba
la protesta pacífica fuera cortada por varios vehículos
de la Guardia Civil. Otras dos personas fueron heri-
das de bala y tuvieron que ser hospitalizadas.
El caso que a continuación vamos a analizar es
un ejemplo de tenacidad y búsqueda de justicia
por parte de una familia que no se resignó a
abandonar la memoria de su madre y esposa. Su
insistencia, y una larga batalla judicial, consiguie-
ron el objetivo deseado de reconocimiento de lo
sucedido.
“Me encontré todo el
cementerio acordonado.
Intento saltar la valla…y
alguien dijo que yo era el
hijo de la difunta.
Entramos, y estaba el
alcalde y dos miembros de
la Guardia Civil y nos
indican el nicho”.
Los disparos fueron hechos, según las primeras
versiones de testigos presenciales y del propio Mi-
nisterio del Interior, por agentes de paisano que
se refugiaron posteriormente al parecer en el
ayuntamiento de la localidad y de ahí fueron lle-
vados al cuartel de La Salve (Bilbao).
De todos ellos, conocíamos a un tal Chepe
que eran gente de extrema derecha… No
digo que fuera él, pero pelearé para que
estas personas salgan a la luz. Son personas
más o menos de mi edad, 53 ó 54 años. A
Chepe nunca le detuvieron. Es más, al día
siguiente de ocurrir esto, me llamaron del
Gobierno Civil para hablar con el gobernador
y cuál es mi sorpresa que cuando me dirigía
a la entrevista el que salía de hablar con el
gobernador era él. Me tiré a por él y salió el
gobernador y yo le digo: deténgale a ese
que es uno de los que participó en el tiroteo
que mató a mi ama. Le dejó marchar y a
poco más el detenido soy yo. A cuenta de
esa historia, me dijeron que me iban a man-
dar detenido. Me mandan a la Salve y me
tienen 24 horas detenido. Roberto Fernán-
dez Mentxaka, hijo de Normi Mentxaka.
Si bien la reacción del pueblo fue masiva contra
ese asesinato, la respuesta institucional estuvo
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
marcada por la ausencia de investigación y por el
encubrimiento de los autores. Desde el inicio, las
versiones de los testigos apuntaron a guerrilleros
de Cristo Rey, de extrema derecha, aunque el co-
municado oficial de la Guardia Civil de ese mismo
día atribuía a guardias civiles de paisano la bala
que mató a Normi Mentxaka28.
El entierro de Normi se dio en una situación de
total clandestinidad para la familia, sin ninguna in-
formación y respeto por su duelo. Ni siquiera pu-
dieron tener la certeza de que la información que
se les dio en el mismo cementerio fuera verídica,
en medio de un enorme clima de tensión.
Nos viene una pareja y nos dice “se han lle-
vado a tu ama a Basurto”. Intentamos lle-
gar a Basurto pero no nos dejaron pasar y
tuvimos que volver a casa. Estábamos toda
la familia. A la mañana siguiente, me viene
un taxista y me dice “están enterrando a tu
madre en Cabieces”. Cuando llegué a Ca-
bieces, me encontré todo el cementerio
acordonado. Intento saltar la valla…y al-
guien dijo que yo era el hijo de la difunta.
Entramos, y estaba el alcalde y dos miem-
bros de la Guardia Civil y nos indican el
nicho donde estaba enterrada: “aquí está
enterrada”. Yo hice la placa, que pensaba
que no iba a durar y ha durado siempre. La
placa decía: “A Normi Mentxaka, en re-
cuerdo de toda Euskal Herria”. Roberto
Fernández Mentxaka.
El 7 de diciembre de ese mismo año el caso que-
daba archivado, sobreseído provisionalmente por
el juez, según se indica en su auto por descono-
argituz febrero de 2012
41
cerse a sus autores. La complicidad de las autori-
dades de la época impidió la investigación de los
hechos. Las pruebas como balas y testimonios fue-
ron entregadas a las autoridades, pero nadie fue
detenido29.
Por iniciativa local se puso una placa en el lugar
del asesinato y durante cuatro años se realizaron
homenajes en la zona. Dos años después del ase-
sinato de Normi Mentxaka, ETA mató al padre de
uno de los supuestos implicados, en el mismo pue-
blo, en el bar Zarza30.
El 18 de julio de 1983 la familia presentó una
demanda en el Gobierno Civil pidiendo una indem-
nización por los daños y perjuicios por la muerte
de su madre que fue desestimada. Para ello se usó
entre otras cosas un informe de la Jefatura Supe-
rior de Policía de Bilbao (9/8/83) en el que se
afirma que “la fallecida formaba parte de un grupo
que pronunció repetidos gritos a favor de la orga-
nización terrorista Eta” (sic). Y sigue:
Igualmente se informa del desconocimiento
del autor o autores de su muerte, así como
su posible integración en grupo terrorista,
por lo que, finalmente se atribuye la muerte
__________________________________
27 Testimonio de Maribi Arregi Izagirre en el informe de la Dirección
de DDHH del Gobierno Vasco ya mencionado, p. 67.
28 Demanda de la abogada Virginia Díaz y del procurador J.M.
Fresneda. Procedimiento ordinario 343/2001. Sección 8. A la Sala
de lo contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional, en
nombre de Roberto Fernández Mentxaka.
29 Auto de sobreseimiento provisional firmado por el Juez D. José
Luis Garayo Sánchez, Magistrado de Instrucción 5 de Bilbao.
30 10/12/1978. Vicente Rubio Ereño, ex jefe de la Policía Municipal.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
42 argituz febrero de 2012
de Doña María Norma Menchaca Gonzalo a
una legítima defensa de alguien atacado por
el grupo de que aquella formaba parte.
En todos esos años de recursos y respuestas ne-
gativas el único punto de discusión fue si los auto-
res habían sido guardias civiles o un grupo
organizado aparte, cosa que según las autoridades
no se pudo determinar, por lo que se desestimó la
demanda.31 Una nueva petición de revisar el caso
se archivó directamente después de presentarse
el 16 de octubre de 1987. Posteriormente, con la
aprobación de la ley de solidaridad con las víctimas
del terrorismo vuelve a presentarse la demanda
(26/10/1999).
Yo sigo peleando, pidiendo responsabilida-
des. Cuando se hace la Ley de Víctimas, es
cuando vuelvo a menear el tema y me en-
cuentro con todas las puertas cerradas. So-
licitamos la condición de víctimas, porque
creo que nos amparaba la ley, pero la res-
puesta fue de nuevo negativa. Roberto
Fernández Mentxaka.
Todavía el 17 de julio de 2000 el Ministerio del In-
terior (expediente 256) insistía en que no se
daban las circunstancias de acto terrorista porque
“no es un acto que busque o tenga como intención
el socavar la seguridad del Estado o remover o
cuestionar el sistema democrático o de derecho.
Tampoco es una actuación de banda armada, en
el sentido de la legislación antiterrorista…” y ter-
mina desestimándola (12/12/2000).
Posteriormente, debido al apoyo de Izquierda
Unida, abogados de confianza de la familia se hi-
cieron cargo del caso. Se llevaron a cabo mociones
en el Parlamento Vasco pidiendo el reconocimiento
como víctima del terrorismo. Se realizó una de-
manda antela Sala Contencioso-Administrativa de
la Audiencia Nacional que finalmente acreditó que
correspondía el reconocimiento como víctima del
terrorismo en su sentencia (27/4/2002). En su ar-
gumentación, el tribunal señala que la acción pu-
diera haber sido individual o colectiva, pero que el
acto alteró la paz y seguridad ciudadana y debe
hacerse un uso extensivo de esa condición de víc-
tima. Se basa además en una resolución, esta vez
positiva, del Ministerio del Interior en el caso del
hotel Corona de Aragón.
La sentencia fue confirmada por el Tribunal Su-
premo, en sentencia de 30 de noviembre de
2005. Sin embargo, la Abogacía del Estado pre-
sentó todavía un recurso de casación ante la Sala
Tercera del Tribunal Supremo (recurso número
5024/02), en el que señala que la “interpretación
restrictiva no susceptible de extenderse por ana-
logía a otros supuestos diferentes, solo rige res-
pecto de las víctimas de la violencia terrorista con
un claro componente político e ideológico”, y se-
ñala más adelante “más bien nos encontramos
ante un delito común, procedente de delincuentes
comunes, lo que explica y justifica que la instruc-
ción de las diligencias se llevara a cabo en el Juz-
gado de instrucción número 5 de los de Bilbao y
no por los juzgados centrales de Instrucción ads-
critos a la Audiencia Nacional, que son los que
instruyen las causas por delitos de terrorismo”.
Dicho recurso de casación fue rechazado por el
Tribunal Supremo en su sentencia del 16 de di-
ciembre de 2005.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
“Es 2002 cuando la
Audiencia Nacional nos
reconoce la condición de
víctimas, hubo mucho
movimiento de prensa,
radios… y particulares se
solidarizaron con nosotros.
Pero, cuando al de un mes,
se vuelve a rechazar, nadie
se acuerda de nosotros y
todo ese tipo de apoyos o
ayudas se esfuman.”
Toda esta lucha por el reconocimiento legal de
la condición de víctima a Normi Mentxaka también
tuvo su impacto en el conocimiento del caso a
nivel público y en el propio proceso de la familia.
Es 2002 cuando la Audiencia Nacional nos
reconoce la condición de víctimas, hubo
mucho movimiento de prensa, radios…y
particulares se solidarizaron con nosotros.
Pero, cuando al de un mes, se vuelve a re-
chazar, nadie se acuerda de nosotros y todo
ese tipo de apoyos o ayudas se esfuman.
Roberto Fernández Mentxaka.
Después de 5 años más de litigio, la familia final-
mente consiguió que Normi Mentxaka fuera con-
siderada víctima del terrorismo32. Sin embargo,
hasta que la sentencia no fue totalmente firme y
no cabía ningún recurso, no se dio ningún con-
tacto con los sistemas de protección de las vícti-
mas como la DAVT del Gobierno Vasco. Todo ello
muestra cómo los aspectos legales, incluyendo
las manipulaciones y argumentos torticeros que
argituz febrero de 2012
43
se dieron en este caso, suponen no solo un nuevo
golpe a la familia sino también evitan la posibili-
dad de apoyo institucional. Sin embargo, las difi-
cultades para el reconocimiento en lo económico
siguieron siendo importantes en este caso. La in-
demnización tardó en hacerse efectiva diez meses
más, en octubre de 2006.
Me pedían papeles y más papeles, como por
ejemplo, el certificado de últimas voluntades
de mi ama; nos pidieron, también, el DNI, y
¡menos mal que mi hermana guardaba su
DNI! Lo sorprendente es que tras una sen-
tencia de esas te pidan el carnet de una per-
sona a la que habían matado hacía 33 años.
El haber ganado me daba tranquilidad. Ro-
berto Fernández Mentxaka.
Un nuevo recurso de la familia para exigir el abono
de la pensión que correspondía igualmente al ma-
rido de Normi Mentxaka según la legislación vi-
gente fue de nuevo rechazado por el Ministerio del
Interior. A pesar del compromiso de la DAVT de
apoyar a la familia para la realización de las ges-
tiones correspondientes ante el Ministerio del In-
terior, el marido de la víctima falleció antes de
poder lograr una resolución del caso.
__________________________________
31 Resolución del Ministerio del Interior. Respuesta a la demanda
interpuesta por Roberto Fernández Mentxaka, de fecha 30 de abril
de 1984.
32 El caso de Normi Mentxaka en Informe sobre víctimas de
vulneraciones de Derechos Humanos derivadas de la violencia de
motivación política, pp. 58 y 59. También en El Supremo iguala a
las víctimas de la ultraderecha con las de ETA, en “El País” del
24/01/2006.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
44 argituz febrero de 2012

Nunca hemos sabido porqué nos habían re-

chazado cuando era un derecho nuestro. A
nosotros nos ha ocurrido que cada derecho
que nos correspondía lo teníamos que soli-
citar. Por ley nos correspondía cobrar los
atrasos desde la sentencia. Todo era hacer
papeles nuevamente. Nadie nos explicó,
nadie, los derechos que teníamos como víc-
timas del terrorismo. Roberto Fernández
Mentxaka.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
3. ¿ES POSIBLE CONSTRUIR
UNA MEMORIA INCLUYENTE?
La primera vez que estuve con otras víctimas
fue en el año 98. Yo necesitaba tener esa ex-
periencia de lo que le pasaba a otra gente que
había sufrido del otro lado. Y fue una grata ex-
periencia. Nos dimos cuenta de que teníamos
muchas cosas en común: teníamos el mismo
dolor y eran personas iguales aunque de dos
lados diferentes del problema. También tení-
amos las mismas ganas de buscar soluciones,
de que algo teníamos que hacer. Eso era lo
más importante para nosotras, que nadie más
pase ese dolor. Rosa Rodero, viuda de Jo-
seba Goikoetxea, mando de la Ertzaintza.
La reflexión de Rosa Rodero señala un aspecto
central para hacer posible una memoria inclu-
yente, como la empatía. También una intención de
contribuir a una salida a la violencia. Ambos as-
pectos forman parte de lo que hemos llamado una
memoria incluyente.
¿Qué significa una memoria incluyente?
Desde nuestro punto de vista una memoria inclu-
yente sería aquella que:
a) Recoge los diferentes hechos de violaciones
de derechos humanos y una crítica moral
básica a los mismos.
b) Muestra respeto por el dolor y dignidad de
las víctimas causada por distintos perpe-
tradores o que se consideran del “otro
lado” o con los que no se ha sentido cerca-
nía política.
c) Afronta las ambivalencias o diferentes
cuestionamientos o afectos negativos que
argituz febrero de 2012
45
genera una memoria incluyente sin utilizar-
los “contra los otros”.
d) Reconoce los límites que pueda tener, pero
se focaliza en su contribución a la restau-
ración de la convivencia.
e) Se asienta en una base común de respeto
por los derechos humanos más allá de las
diferencias políticas.
Esa memoria incluyente puede tener diferentes
manifestaciones y/o grados de compromiso. Puede
darse con la aceptación plural de las diferentes víc-
timas y su derecho a un reconocimiento y memo-
ria. Puede darse como actos de reconocimiento
mutuo entre víctimas de diferentes “lados” o sen-
sibilidades políticas, y transmitir una imagen co-
lectiva a la propia sociedad sobre el sinsentido de
la violencia y el impacto del sufrimiento como
parte de la historia compartida. Puede formar
parte de actos conjuntos en un momento dado. En
otros casos puede ser parte de una expresión sim-
bólica compartida.
Expresión simbólica compartida
Actos conjuntos
Reconocimiento mutuo
Aceptación mutua
de derecho a la memoria
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
46 argituz febrero de 2012
Estas diferentes maneras generan desafíos pro-
bablemente crecientes y no siempre fáciles de
gestionar, pero a la vez muy importantes.
El monolito será en memoria de todas las
víctimas y no aparecen nombres. El mono-
lito lo tenemos comprado, pero la plaza está
aún sin urbanizar. Alberto Ruiz de Azua,
ex alcalde de Arrigorriaga.
La expresión conjunta en un lugar simbólico de di-
chas memorias debería ser el resultado de un pro-
ceso de diálogo y de acercamiento, junto con un
proceso colectivo más amplio. Dichas expresiones
no se dan simplemente por poner en un lugar los
nombres de diferentes personas que fueron vícti-
mas de ETA, de la extrema derecha o de agentes
del Estado. La metáfora de la convivencia que sig-
nificaría un lugar simbólico con los nombres de víc-
timas de violaciones de derechos humanos, como
ejecuciones extrajudiciales y asesinatos, no puede
hacerse sin que los familiares hayan hecho un pro-
ceso de diálogo o aceptación, y sin que existan
bases sociales colectivas más amplias para ello.
Con las víctimas de la Policía, o del GAL, si
no hacemos nada no se van a sentir reco-
nocidas. Es una oportunidad para identificar
a todas e invitarles a que participen y que
cada cual pueda hacer su proceso. El Go-
bierno Vasco y el Parlamento ya están tra-
bajando sobre ello. Txuri Aranburu.
Sin embargo, en este proceso hay dificultades y
problemas aún por superar. A continuación se ana-
lizan algunos de ellos: el miedo, el concepto de
víctima, y la cuestión de los nombres, entre otros.
“Con las víctimas de la
Policía, o del GAL, si no
hacemos nada no se van a
sentir reconocidas. Es una
oportunidad para
identificar a todas e
invitarles a que participen
y que cada cual pueda
hacer su proceso. El
Gobierno Vasco y el
Parlamento ya están
trabajando sobre ello.”
Miedo por amenazas y falta de un contexto
positivo como obstáculo para la memoria
Si bien el cambio en el clima social, el tiempo sin
atentados de ETA y la percepción global del fin de
la violencia de ETA era ya generalizada antes del
anuncio de fin de ETA en octubre de 2011, todavía
recientemente el miedo a expresarse ha seguido
siendo un obstáculo para este reconocimiento,
tanto en víctimas de ETA como en víctimas de
agentes del Estado o de grupos de extrema dere-
cha. Las siguientes expresiones corresponden a
perspectivas de diferente signo:
Otros familiares dicen de todo ante otras
muertes y nosotros tenemos miedo de ha-
blar. Lurdes Zabalza.
Ha sido insuficiente lo realizado, asimismo
somos conscientes del miedo que ha cau-
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
sado la violencia, de las actitudes poco com-
prometidas de las instituciones, de la falta
de un compromiso claro por parte del con-
junto del sistema educativo con las activida-
des por la paz que les ofrecíamos… Odón
Elorza.
Había mucho miedo. En los hospitales los in-
formes médicos sólo reflejaban lo que no se
podía esconder. Recibimos amenazas en ese
sentido. Hay que tener en cuenta que mu-
chos de los médicos en aquella época eran
militares. Hubo gente herida que no fue ni a
los hospitales a curarse. Muchos afectados
pidieron pruebas (las balas) pero no les die-
ron ninguna. Algunas de las personas heri-
das sufrieron incluso la entrada de la Policía
en su habitación: los tiros no se pueden es-
conder, pero presionaron para que no se pu-
siera todo en los informes médicos: “no
digas nada de la paliza, ni se te ocurra ha-
blar”… Víctimas del 3 de Marzo.
Los miedos particulares de cada uno de nos-
otros y los miedos de las propias víctimas a
reconocer que son víctimas del terrorismo.
Recuerdo el caso de una mujer muy humilde
que vino al Ayuntamiento, era la mujer de
un asesinado por ETA en los primeros años
de los 80, tenía un bar en Amara. Mi reac-
ción para conseguir que se sintiera algo más
aliviada y acompañada fue la de decir “pues
está muy bien saber que tienes un bar, así
podemos ir de vez en cuando”. Su respuesta
fue la de “no por favor, no aparezcáis por mi
bar, que no quiero que me identifiquen
como víctima, allí nadie lo sabe”. Sus hijos
argituz febrero de 2012
47
estaban en otra onda, uno de ellos bastante
enfermo, por miedo y también por ver-
güenza… todo ello le daba un cierto secre-
tismo a lo que estábamos haciendo, no era
cómodo. Txuri Aramburu.
Antes de morir, a mi padre le amenazaron
con agredir a su mujer y a su hija si contaba
algo. Él se lo contó a mi madre cuando ago-
nizaba para protegernos. Aquel acto vio-
lento y salvaje supuso un shock para toda
la familia y en especial para mi madre. Ame-
nazada de muerte, viuda de repente, con
una hija pequeña… Mi abuela paterna perdió
la cabeza y el único hermano de mi padre
estuvo sin hablar durante un año. Desde en-
tonces, los que le conocieron dicen que era
un hombre triste. A mí, el shock y la rabia
me vinieron a los 18 años, cuando mi madre
me contó la verdad. Yo crecí sin mi padre,
pero las consecuencias más duras fueron
para mi madre, que tuvo que ponerse a tra-
bajar para sacarnos adelante y con miedo
de que si alguna vez hablaba o reclamaba
nos podía pasar algo. Inés Núñez.
El fin de la violencia es percibido por casi todos los
sectores como el necesario contexto positivo que
puede facilitar actitudes más abiertas a la cons-
trucción de una memoria incluyente. Sin embargo,
también es cuestionable que muchas víctimas no
hayan tenido el reconocimiento necesario por
dicha causa, cuando no tienen ninguna relación
con dicha violencia y cuando el reconocimiento de
sus derechos a la verdad, justicia y reparación es
parte de las obligaciones del Estado. En otros
casos, cuando se trata de memorias en conflicto,
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
48 argituz febrero de 2012
la coyuntura política no ha ayudado a dar esos
pasos, en donde se necesitan iniciativas valientes
que muestren, de forma cualitativa al menos, las
posibilidades de cambio. Visto desde distintas
perspectivas, el fin definitivo de la violencia de ETA
produce las condiciones para hacer posible esa
memoria incluyente.
Es insuficiente a todas luces. Por mucha vo-
luntad, recursos e ideas, la coyuntura no ha
ayudado. Pero teníamos que haberlo hecho,
incluso iniciativas más valientes: solicitar a
instituciones penitenciarias resoluciones de
libertad para los presos de ETA enfermos
graves o crónicos, denunciar los casos de
torturas manifiestas, etc. Pero para romper
barreras es clave que desaparezca el terro-
rismo, para poder pasar a construir la con-
vivencia y a una memoria incluyente. Odón
Elorza.
En este sentido se señalan las enormes dificulta-
des que esto ha producido, a la vez que las opor-
tunidades que se abren en el momento actual.
Los obstáculos para una memoria abierta,
más incluyente, han sido varios: listados in-
completos; no estaban censadas todas las
víctimas del terrorismo y de la violencia;
una comisión especial de derechos humanos
en su inicio compuesta por 5 concejales y 3
de ellos con escoltas en la puerta… es un
tema difícil de llevar, es una de las dificulta-
des a la hora de avanzar. No se ha podido
hablar con la tranquilidad que se puede ha-
blar en cualquier otra ciudad. También ha
habido un tema de desconfianza hacia las
instituciones, no ha habido el reconoci-
miento social necesario de la ciudadanía,
pero tampoco el institucional, el oficial. Se
ha tardado demasiado. Había muchas ten-
siones políticas. Miedos. Ahora ya estamos
en una etapa mucho más relajada. Txuri
Aranburu.
El cambio en el contexto actual con una evidente
distensión desde 2011, aún tiene que llevar a cam-
bios en las actitudes políticas en casos y políticas
concretas. Y estos cambios tendrían que darse
tanto por los sectores de la izquierda abertzale en
asimilar el pasado de apoyo o falta de desmarque
de la violencia de ETA, como en los sectores de
partidos políticos constitucionalistas que no han
reconocido a otras víctimas, han negado la exis-
tencia de prácticas como la tortura y medidas de
humanización de la situación de los presos acordes
con la legislación vigente y las normas internacio-
nales de derechos humanos, y que se pusieron ya
encima de la mesa por organizaciones como Am-
nistía Internacional33.
Las reuniones con representantes de los fa-
miliares de presos en los últimos 4 o 5 años
han pasado del enfrentamiento, e incluso
del acoso, a una situación más moderada,
templada, y así la convivencia es menos
tensa. A mí me habían puesto carteles con
mi foto, me habían hecho pintadas en casa,
los plenos eran tumultuosos… Esto va cam-
biando, y lo hace de raíz, disminuyendo la
tensión, cuando HB sale de los ayuntamien-
tos. Ahora estamos empezando de nuevo
una nueva relación… María Ángeles Laz-
kano ex alcaldesa de Zizurkil.
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argituz febrero de 2012

49

“Debería ser el Estado

el que reconociera estos
hechos, que se han seguido
haciendo de otras formas,
ya que con ello ganaría la
Importancia de la verdad en los casos democracia. No es bueno
no investigados que siga oculta tanta
En los casos donde no se ha dado una correcta in- impunidad, porque ello va
vestigación judicial, las demandas de investigación
en detrimento del propio
de los hechos son cruciales para las víctimas. Esto
se ha dado especialmente en el caso de víctimas Estado, que utiliza o
de violaciones de derechos humanos cuyas histo-
permite, al no perseguir a
rias fueron negadas por la versión oficial del Es-
tado, tales como víctimas de tortura con resultado los causantes de esas
de muerte o asesinatos por parte de grupos de ex-
vulneraciones, ni esclarece
trema derecha o en diferentes circunstancias por
agentes del Estado. Dichas víctimas y familiares ni investiga la verdad.”
reclaman el derecho a la verdad como un ele-
mento clave y primario como parte de cualquier
acción ligada al reconocimiento. El derecho a la
verdad no sólo se refiere a lo que pasó (hechos,
circunstancias, autores), sino al ocultamiento ac-
tivo de los hechos, el bloqueo de las investigacio-
nes o las acusaciones que se hicieron en algunos de nueve días con signos evidentes de haber sido
casos contra los propios familiares o víctimas. torturado, y de Mikel Zabalza, aparecido ahogado
Además, eso redundaría también en la calidad de y esposado en el río Bidasoa veinte días después
la democracia. de ser detenido.

Debería ser el Estado el que reconociera
estos hechos, que se han seguido haciendo
de otras formas, ya que con ello ganaría la
democracia. No es bueno que siga oculta
tanta impunidad, porque ello va en detri-
mento del propio Estado, que utiliza o per-
mite, al no perseguir a los causantes de
esas vulneraciones, ni esclarece ni investiga
la verdad. Carmen Oriol y Pedro Ibarra.
Algunos ejemplos, entre otros, son la muerte de
Esteban Muruetagoiena, tres días después de ser
liberado sin cargos y un periodo de incomunicación
Enviaron un médico general para la autopsia
en Ondarroa; llegan dos especialistas de Di-
namarca que confirman que el médico oficial
no había hecho la autopsia en las debidas
condiciones: si había muerto de infarto, ¿por
qué no le abrieron el corazón, tal como se in-
dica en el protocolo?; miembros de Amnistía
__________________________________
33 Amnistía Internacional propuso que las víctimas de tortura desde
1968 y sus familiares fuesen tratados en igualdad de condiciones
que el resto de las víctimas (“El País”, 23 de marzo de 2000, pág.
27).
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
50 argituz febrero de 2012
Internacional alucinan, pero aun y todo le
entierran. Tamara Muruetagoiena.
Creo que es necesario aún un reconoci-
miento público en el sentido de reconocer
que le mataron (a Mikel Zabalza) y cómo lo
hicieron, ya que si lo hubieran matado di-
rectamente hubiera sufrido menos. Lurdes
Zabalza
En estos casos, se necesita que las acciones de
memoria reconozcan una verdad que fue negada,
que contrarreste la versión oficial de los hechos y
que reconozca con honestidad lo sucedido. El re-
conocimiento se refiere en estos casos a los he-
chos negados y a la propia negación de los
mismos.
La versión oficial fue la de que, llevado a un
zulo en el Bidasoa, se escapó echándose al
agua cuando estaba bajo la custodia de dos
guardias civiles. Si a detenerle fue un ejér-
cito de agentes, ¿cómo es posible que sólo
fueran dos agentes con él a ver el supuesto
zulo?, y además Mikel no sabía nadar y es-
taba esposado a la espalda, no podía esca-
parse a nado. (…) Recibimos una llamada
anónima, de alguien que dijo ser un guardia
civil, diciéndonos que solicitáramos que se
investigara el agua del Bidasoa una vez apa-
recido el cadáver. Durante 20 días se ras-
trearon las inmediaciones de la presa y el río
por parte de la Cruz Roja del Mar y apareció
pasado ese tiempo, en el lugar preciso en el
que más se había buscado, sin ninguna co-
medura de peces. Hubo bastante controver-
sia e irregularidades con el forense, y al
parecer se destruyeron pruebas importantes
a la hora de hacer la autopsia. Lurdes Za-
balza.
En Madrid detuvieron a mi madre, cuando
me encontraba en casa con ella. Yo tenía
entonces 7 años y me dejaron sola. Cuando
se llevaban a mi madre fui corriendo a por
mi hucha para darle el dinero y que no le
faltara nada a donde la llevaban. A mi
madre la tuvieron varios días soltándola y
deteniéndola. Al parecer, no la maltrataron
físicamente aunque sicológicamente estaba
destrozada. Oía los gritos de mi padre mien-
tras le torturaban. Y la amenazaron con lle-
varla al monte… A mi padre le sueltan a los
nueve días. El abogado Txema Montero le
trae a Donostia a casa de mis tíos y abuela.
Había perdido el sentido de la realidad, del
tiempo. Físicamente estaba destrozado.
Había claras secuelas físicas. Contó lo suce-
dido. Una y otra vez preguntaba por mí, si
me encontraba bien, si me habían violado,
si me habían llevado a un orfanato, si ha-
bían matado a mi madre… Tamara Murue-
tagoiena.
En el caso de Mikel Zabalza, las contradicciones
respecto a la versión oficial vinieron, en algunos
casos, incluso de miembros de la propia Guardia
Civil, y ni siquiera fueron tenidas en cuenta. Para
la familia de Mikel Zabalza, esta información
muestra los mecanismos de impunidad que se es-
tablecieron en este caso para impedir que se co-
nociera lo sucedido y se investigara y juzgara a los
responsables. También supone el reconocimiento
hacia este guardia civil como persona veraz, no
comprometida con la represión.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
Tenemos la certeza de lo que pasó porque
un guardia civil se arriesgó a contárnoslo
personalmente. Nos dijo que Mikel no había
salido de Intxaurrondo. Él también quería,
como nosotros, que los responsables fueran
castigados. En todos los lados hay gente
mala y buena. También el sindicato clandes-
tino de la Guardia Civil dijo antes de que
apareciera el cadáver que Mikel estaba
muerto. Lurdes Zabalza.
En otro de los casos analizados, el asesinato de
Normi Mentxaka en Santurtzi, en las versiones que
la familia tuvo que enfrentar por parte del gober-
nador civil de la época y posteriormente en suce-
sivas respuestas a demandas planteadas por la
familia se dice que Normi participaba en una ma-
nifestación ilegal e incluso que su muerte se pro-
dujo en defensa propia o por parte de delincuentes
comunes. Pero las respectivas sentencias de la Au-
diencia Nacional y el Tribunal Supremo, dado de
que se trata de recursos sobre el derecho al reco-
nocimiento, no entran a investigar los hechos que
siguen estando en la impunidad.
La importancia de la verdad en estos casos es,
si cabe, más importante ya que durante años la
mentira sobre estas violaciones se instituciona-
lizó, basándose la versión oficial en la arbitrarie-
dad y la falta de garantías para las víctimas sin
una investigación judicial independiente en esa
época.
La munición utilizada en el caso de madre,
era la misma que se había utilizado en el
caso de Montejurra. Tras una reclamación
que hicimos en el juzgado de Bilbao, debi-
argituz febrero de 2012
51
damente documentada, nos dijeron que el
dossier de mi ama estaba destruido; era el
dossier donde se reflejaban las causas de la
muerte. Yo lo que quiero es sacar la verdad
adelante, que exista un reconocimiento, y
nada más. Yo moriré posiblemente pidiendo
responsabilidades que, con voluntad polí-
tica, se podrían conseguir. Roberto Fer-
nández Mentxaka.
A mi madre le gustaría que se limpiase el
nombre de mi padre, que se dijese que era
una persona apolítica. Aunque yo sé que la
justicia no es retributiva, a mí personal-
mente lo que me gustaría saber es la ver-
dad, qué personas en concreto lo hicieron y
por qué le pegaron, torturaron y asesinaron,
pero eso es muy difícil. Por eso, querría que
al menos se hiciera público que a mi padre
lo asesinaron las Fuerzas de Orden Público
y que aquel año el Estado mató a gente o
cuando menos lo permitió. Yo ya no tendré
nunca un padre, nadie me lo va a devolver,
pero creo que el hecho de que se sepa pú-
blicamente qué pasó me reconfortaría y
sería gratificante. Que estos hechos salgan
a la luz, que no se queden en el ámbito de
la oscuridad… Porque, ¿a quién puede mo-
lestarle que se sepa la verdad? Inés
Núñez.
Por último hay que considerar los casos de aten-
tados de ETA no esclarecidos, en los que se nece-
sita un esclarecimiento e investigación de los
hechos. Un reconocimiento por parte de ETA de
estos hechos sería necesario igualmente para lo-
grar el derecho a la verdad de las víctimas.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
52 argituz febrero de 2012
El concepto de víctima y el desafío de una
memoria incluyente
Uno de los problemas para una memoria inclu-
yente y un reconocimiento a todas las víctimas es
el propio concepto de víctima y el “nombre poste-
rior”. Víctimas de qué. A pesar de que en el dere-
cho internacional se consideran víctimas de
violaciones de derechos humanos en función del
tipo de hecho del que hayan sido víctimas -como
asesinato o ejecución extrajudicial, secuestro, des-
aparición forzada o tortura- y no de quien lo oca-
sionó, en el caso vasco el debate sobre el nombre
ha estado ligado a la valoración política del perpe-
trador.
Creo que el nombre que le pongamos a mí
me es igual, si decimos víctimas del terro-
rismo o de la violencia. Lo que es impor-
tante es que haya un reconocimiento para
todas las víctimas, independientemente de
quien las haya matado. Rosa Rodero,
viuda de Joseba Goikoetxea, mando de la
Ertzaintza.
Pero cuando se pone más énfasis en las categorías
de quién comete el hecho que en el sufrimiento e
injusticia se corre el riesgo de marginar a las víc-
timas. Ello ha servido para hacer una denuncia de
las acciones de ETA especialmente, pero por otra
parte ha supuesto una exclusión totalmente in-
justa de otras víctimas, invisibilizando los casos
con responsabilidad del Estado u otros grupos.
Habrá gente que se meta y trate de llevar
las cosas a otro sitio. Pero nosotros no ha-
cemos apología del terrorismo. Nosotros rei-
“Creo que el nombre
que le pongamos a mí me
es igual, si decimos
víctimas del terrorismo o
de la violencia. Lo que es
importante es que haya un
reconocimiento para todas
las víctimas,
independientemente de
quien las haya matado.”
vindicamos unos hechos. ¿Quienes apoyan
al Estado están haciendo apología del terro-
rismo porque el GAL vino del Estado? Eso no
se reconoce. Axun Lasa.
Eso conlleva la paradoja de que una víctima ha te-
nido reconocimiento institucional o no en función
de quién era el perpetrador, o de si el perpetrador
se suponía que era parte de un grupo como banda
armada o no. Si el perpetrador había sido un
agente del Estado no tenía reconocimiento, mien-
tras que si el perpetrador era de un grupo armado
sí lo tenía.
El caso emblemático de esta lógica perversa es
el de Normi Mentxaka, cuyos familiares llevaron a
cabo una larga lucha para ser reconocidos como
víctimas del terrorismo, mientras sucesivas res-
puestas institucionales les negaron tal estatus
hasta una sentencia definitiva del Tribunal Consti-
tucional que otorgaba en 2006 dicho estatus. La
discusión judicial no fue sobre el asesinato, sino
sobre la calidad de los autores, como agentes del
Estado o como grupos incontrolados que actuaron
como banda armada, en años en los que dichos
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
grupos eran parte de organizaciones de extrema
derecha ligadas a sectores reaccionarios de las
propias fuerzas de seguridad. Sin embargo, otras
muchas víctimas no han tenido ese coraje o apoyo
para llevar a cabo sus demandas. Esta injusticia
histórica con ese grupo de víctimas aún está por
abordar y la demanda no debería seguir esperando
una respuesta.
Todo eso ha cambiado ya, pero en el caso
de Zizurkil sería bueno poder ponerse de
acuerdo al menos en los casos más flagran-
tes y que no han sido reconocidos como
éstos de los que hemos hablado. María Án-
geles Lazkano Larrañaga, ex alcaldesa de
Zizurkil.
Mientras tanto, el debate terminológico ha llevado
a definiciones adoptadas coyunturalmente como
“víctimas de violencia de motivación política” que
es la que se usa en los documentos del Parlamento
Vasco, mientras en otros casos se habla de vícti-
mas de la violencia, o víctimas del terrorismo y de
la violencia. Cada una de estas definiciones tiene
sus pros y sus contras, pero la definición de vícti-
mas de violaciones graves de derechos humanos
es la más incluyente y la que se usa por parte de
Naciones Unidas y todos sus documentos sobre
derechos de las víctimas como el derecho a la re-
paración. Sin embargo, la terminología lejos de ser
un problema menor se ha convertido en el caso
vasco en un elemento central de algunas organi-
zaciones de víctimas asimilándose a un sentido de
identidad en riesgo.
Eso de víctimas del terrorismo y la violencia
no lo vemos. Creo que mezclar es diluir. Son
argituz febrero de 2012
53
cosas distintas y no deberían mezclarse. Lo
del GAL nosotros sí las reconocemos como
víctimas del terrorismo, pero muchas de
ellas no quieren, no nos consideran a nos-
otros. Albino Machado. Miembro de CO-
VITE y del Foro Municipal de Víctimas del
Terrorismo de Donostia.
No hemos discutido sobre qué término utili-
zar: víctimas de todo terrorismo podría ser,
aunque sería complicado, sobre todo por las
distintas definiciones de terror y terrorismo.
Quizás valiera el término víctimas del sufri-
miento. En todo caso, lo que tenemos claro
es que debería ser para todos igual, tanto
para las víctimas del terrorismo actuales,
como para nosotros, como para otras vícti-
mas del Estado. El mismo concepto para
todos. Miembros de la Asociación Vícti-
mas del 3-M.
Por otra parte, hay personas que han sido objeti-
vamente víctimas pero que no se consideran como
tal, ya sea porque se consideran más como sobre-
vivientes o incluso militantes políticos o porque
asumen que ese término incluye una visión nega-
tiva o está asociada a cierto tipo de personas con
las que no se sienten identificadas.
Los debates terminológicos también tienen un
impacto en la reivindicación de la propia identidad
de víctimas construida en diversos sectores que
sienten que el uso de términos más amplios diluye
su especificidad. Las discusiones sobre el término
muestran más la actitud defensiva frente a otro
que se considera amenazante que un debate claro
y siguiendo los estándares internacionales. En
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
54 argituz febrero de 2012
todo caso diferentes terminologías no deberían lle-
var a diferentes formas de reconocimiento o dere-
cho a la reparación.
Luego pusieron en el monolito lo de “vícti-
mas del terrorismo y la violencia”. Consi-
deramos por igual a las víctimas de todas
las bandas. Son crímenes contra los DDHH.
Pero existe una diferencia grande entre
unas y otras. No consideramos que todo
sea lo mismo. No tiene nada que ver una
cosa con otra. Lo de “violencia” queda muy
genérico, ya que puede incluir muertos de
la guerra, de la violencia de género34… No
nos gusta eso de “y de la violencia”, que
plantean tanto el Ayuntamiento de Donos-
tia como las Juntas Generales de Gipuzkoa.
Pero eso sí, aunque esté esa coletilla, iría-
mos. Seremos tolerantes con ese término,
aunque no lo aceptemos. Silverio Velasco
Domínguez de Vidaurreta, portavoz de
COVITE y vicepresidente de esa asociación,
y Albino Alfredo Machado Pires, miem-
bro de COVITE.
Como señala el ex alcalde de Arrigorriaga, Alberto
Ruiz de Azúa, valorando retrospectivamente lo que
supuso toda la experiencia de reconocimiento y
conflicto en el caso de esta localidad vizcaína, se
trata de superar tabúes muy presentes aún en la
sociedad a la hora de abordar esta problemática:
Yo creo que de alguna manera se está lo-
grando romper los tabús y hablar de las víc-
timas como víctimas de la misma categoría
y, creo, que se le está quitando el miedo a
hacerlo. Alberto Ruiz de Azúa, ex alcalde
de Arrigorriaga.
Hay que reconocer que el dolor está por
ambos lados. Y que el dolor no puede me-
dirse. Maribi Arregi.35
Las formas de expresión de la memoria
Sin embargo, en algunos de los casos analizados
las formas de expresión conjunta de las memorias
de víctimas de violaciones de derechos humanos
han sido rechazadas por una o varias de las si-
guientes razones:
a) No se reconoce la misma condición de víc-
timas a todas ellas, especialmente a las
que se considera “del otro lado”. Hay que
tener en cuenta que estos debates han
estado muy politizados en el pasado y
probablemente estas actitudes son el re-
sultado, al menos en parte, de esa utili-
zación política o una muestra de rechazo
a ésta.
b) El papel de algunos liderazgos opuestos a
dicho reconocimiento plural. Si bien las ac-
titudes de diferentes colectivos de víctimas
del terrorismo de ETA es distinta, en los úl-
timos años se ha dado una evolución hacia
posiciones más conservadoras.
c) La contradicción que supone que se pongan
los nombres de personas que estuvieron de
alguna manera involucradas en los hechos
o tenían lazos familiares o políticos estre-
chos con los perpetradores.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
Me llamó el alcalde, hace tres años aproxi-
madamente, para decirme que querían
hacer un monolito, y me llamó también Mai-
xabel Lasa, para confirmarlo. Es lo que es-
taban haciendo con el mapa de víctimas. Yo
les dije que si era una placa donde apare-
cían el padre de Chafe, Lemus y mi madre…
pues no, porque los motivos los tenía claros,
porque el padre de Chafe y algunos otros
que iban a parecer en la placa, no iban a
estar al lado de mi madre, pues habían sido
falangistas y provocadores. No estaba yo
dispuesto a permitir eso. Luego, me dijeron
que iban a poner una placa que pondría “en
memoria de las víctimas del terrorismo”. Sin
nombres. Eso no me pareció mal. Roberto
Fernández Mentxaka.
En algunos lugares la alternativa para evitar las di-
ficultades propias de incluir nombres ha sido la de
hacer una referencia general a “las víctimas del te-
rrorismo” (Santurtzi) o “las víctimas del terrorismo
y la violencia” (Donostia). La discusión sobre la
terminología ha sido ya tratada con anterioridad.
Los lugares de memoria sin embargo no están
exentos de la polémica y de las diferentes actitu-
des sociales para enfrentar el problema. Por ejem-
plo, en el caso de Santurtzi, el monolito está
situado en un lugar muy distante y totalmente
desconocido para la gente del pueblo.
Me llamaron para inaugurar el monolito y
pregunté dónde lo habían puesto. Está al
lado del cementerio de Cabieces, en una
campa totalmente aislada, y, pusieron una
piedra de cantera y una placa. Se llevó a
argituz febrero de 2012
55
“Hay que reconocer
que el dolor
está por ambos lados.
Y que el dolor
no puede medirse.”
cabo en un acto oficial. Yo les dije, ¿ése es
el lugar y el recuerdo que planteáis?, ¿por
qué no lo escondéis?... Si realmente queréis
hacer un homenaje a las víctimas, debería
ser en el parque del pueblo. Y me negué a
acudir. Está en un lugar abandonado y el
monolito también está abandonado. Ro-
berto Fernández Mentxaka.
En otros casos ese debate ha estado también
desde el inicio, como en el caso de Donostia, hasta
lograr cambios que fueran coherentes con la im-
portancia del problema.
La primera idea del alcalde fue rechazada.
Era una piedra con una placa, algo por
donde podías pasar y no enterarte de qué
era. Dijimos: queremos algo frente al ayun-
tamiento y algo que se vea. Algo con agua,
que no se pueda pintar, que se vea clara-
__________________________________
34 Existe una petición para denominar “Azaroak 25 – 25 de
Noviembre” a la actual plaza de San Vicente, situada en Albia de
Bilbao. Hay que recordar que el día 25 de noviembre está
instituida la celebración del Día Internacional para la Erradicación
de la Violencia contra las Mujeres, quince días después de la
fecha elegida para celebrar el Día de la Memoria (10 de
noviembre). La Asamblea de Mujeres de Bizkaia propone, al
respecto, la colocación de una placa en dicha plaza, en memoria
de aquellas mujeres que han muerto víctimas de la violencia
sexista y, por otro, a modo de homenaje a todas las mujeres que
han luchado por ser dueñas de sus vidas y decisiones. Giza
eskubideen urraketarik isilduena. Beatriz Azpiri, Bilboko
Emakumeen Asanblada, en “Berria” del 10/11/2010.
35 Testimonio de Maribi Arregi, p. 68.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
56 argituz febrero de 2012

“El miedo y el rechazo

que provocaba entre las
víctimas de ETA era: ‘¿El
que mató a mi marido, a mi
padre, va a estar aquí?’,
mente, para todo el mundo, y eso se consi- ‘¿vamos a compartir
guió. Silverio Velasco y Albino Machado, placa?’. Mientras no se
miembros del Foro Municipal de Víctimas del
Terrorismo de Donostia. resuelva institucionalmente
y políticamente esa
La falta de una relación de todas las víctimas y de
una voluntad política para el reconocimiento de afectación de todas las
ellas durante muchos años ha supuesto un condi-
víctimas de vulneraciones
cionamiento fundamental para poder desarrollar
una política de reconocimiento institucional. Han de derechos humanos -y se
sido vistas siempre como “las otras víctimas”, con
tiene que resolver con
una terminología que muestra el tipo de conside-
ración de que han sido objeto hasta la actualidad. valentía, creo yo-, el
Así se manifiesta un responsable institucional de
ámbito municipal no puede
la administración municipal pionera en el recono-
cimiento a las víctimas de ETA: reconocerles, porque si lo

Hay confusión, a veces parece intencionada,

por eso hay que aclarar bien de quiénes es-
tamos hablando, quiénes son las otras víc-
timas. El miedo y el rechazo que provocaba
entre las víctimas de ETA era: ‘¿El que mató
a mi marido, a mi padre, va a estar aquí?’,
‘¿vamos a compartir placa?’. Mientras no se
resuelva institucionalmente y políticamente
esa afectación de todas las víctimas de vul-
neraciones de derechos humanos -y se tiene
que resolver con valentía, creo yo-, el ám-
bito municipal no puede reconocerles, por-
que si lo hace crea un precedente de cara a
actuaciones que les corresponde hacer a
otros. Txuri Aranburu.
Por otra parte, la voluntad de las víctimas y las
percepciones mutuas existentes ha sido un ele-
mento que ha hecho difícil las expresiones de me-
moria incluyentes. Obviamente eso no tiene que
hace crea un precedente de
cara a actuaciones que les
corresponde hacer a
otros.”
ver sólo con cómo los familiares se ven a sí mis-
mos (víctimas, militantes, etc.), con los aspectos
ideológicos y las diferentes maneras de interpre-
tar los hechos, o con las relaciones interpersona-
les en el ámbito local. También tiene que ver con
cómo se consideran a las diferentes víctimas en
términos sociales y políticos más amplios y la vi-
sión que transmiten las políticas institucionales
sobre las víctimas en general, o la representación
de conflictos por la memoria en los medios de co-
municación.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
A partir de ahí empezamos a organizar un
pequeño homenaje que quisimos que fuera
conjunto, pero nos dimos cuenta de que era
muy difícil, porque las víctimas de un bando
no querían mezclarse con los del otro
bando. Era algo común a las dos partes. Las
víctimas del BVE no querían mezclarse con
las de ETA y viceversa. Entonces nos dimos
cuenta de que iba a ser muy difícil hacer un
homenaje conjunto. La familia de Argala se
nos descolgó y nos dijo que quería apartarse
de este asunto y empezamos los contactos
con la oficina de Víctimas del Terrorismo, a
la vez que empezamos a tomar contacto con
las familias de las otras dos víctimas. Al-
berto Ruiz de Azua.
Esas dificultades se muestran también en las si-
guientes expresiones, que si bien suponen un re-
conocimiento del otro, sin embargo prefieren
mantenerse separados por las dificultades ya se-
ñaladas.
Es muy difícil juntar todo en todo, ni a ellos
ni a nosotros nos apetece. Condenar, sí.
Personalmente, sí consideramos que son
igual de víctimas, otros no. Pero no vamos
a intentar convencerles de que se acerquen.
No se reúnen ahora las condiciones para in-
cluir todo en un mismo espacio. Silverio
Velasco y Albino Machado.
Yo en este momento no estoy preparada
para meterme en el mismo acto. Cada uno
tal vez, por su cuenta, y tras haber un reco-
nocimiento mutuo de las víctimas, eso me
parece que es posible. Me da envidia cuando
argituz febrero de 2012
57
veo el reconocimiento a los otros. Pero lo
nuestro, lo de este lado también hay que re-
conocerlo, y no solo lo nuestro como Lasa y
Zabala, que tenemos una sentencia. Axun
Lasa.
Numerosos interlocutores consultados señalan
que con los pasos que se han dado en los últimos
tiempos, con la aprobación en el Parlamento
Vasco de sendos informes sobre “las víctimas de
violaciones de derechos humanos de violencia de
motivación política”, se ha favorecido el camino a
recorrer.
Yo creo que va a llegar el momento en el
que se pueda hacer. Se podrán organizar
actos incluyentes, pero quizá todavía no sea
el momento. Ahora bien, trabajando como
se está trabajando desde las distintas insti-
tuciones, como en los foros y mesas de paz
que se organizan en algunos municipios,
estas u otras iniciativas están cambiando la
sensibilidad hacia las víctimas. Alberto
Ruiz de Azua.
Hay que reconocer que ayudaría a este re-
conocimiento debido a todas las víctimas de
actos terroristas, también de otras violen-
cias o excesos policiales, que ETA dejara la
violencia. Se trata de acordar un reconoci-
miento con un concepto de víctima en sen-
tido más amplio. Será necesaria, además,
una nueva transición democrática en Eus-
kadi, porque aquí no se dio debidamente,
en condiciones, esa transición a la democra-
cia por la presencia del terrorismo y por vivir
un estado policial… Odón Elorza.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
58 argituz febrero de 2012
Los nombres y la dificultad
de una memoria incluyente
La demanda de poner los nombres en monumen-
tos o lugares de memoria es muy frecuente en los
casos de violencia colectiva o política. Los nom-
bres suponen la expresión de una identidad que
fue negada y una forma de simbolizar a la per-
sona en la memoria colectiva. Por ello muchas
víctimas consideran que los nombres deben for-
mar parte de las acciones de memoria. Esto en
general es menos problemático en actos públicos
de reconocimiento que en lugares permanentes
de memoria, donde la discusión de qué nombres
deben estar puede generar nuevos conflictos
entre diferentes víctimas o sectores sociales,
cuando se trata de tener un reconocimiento plural
o una memoria incluyente.
En la mayor parte de las ocasiones la alternativa
frente a ello ha sido poner placas o lugares con de-
claraciones generales de reconocimiento a las víc-
timas. En el caso de Donostia, en la placa que está
colocada junto al monolito que se alza en Alderdi
Eder, frente al Ayuntamiento, se dice: “La ciudad
de San Sebastián en memoria de las víctimas del
terrorismo y la violencia” (30/01/2007).
La placa pareció insuficiente para algunos
pero en aquel momento era lo más que pu-
dimos hacer: una placa para el monolito en
una de las zonas más emblemática de la
ciudad. Un espacio para el encuentro, el re-
conocimiento y la memoria, los Jardines de
Alderdi Eder, frente al Ayuntamiento. Se de-
cidió con el foro local de víctimas que no se
pondría una placa con los nombres de las
víctimas de San Sebastián, aunque sí es
cierto que alguien hizo esa propuesta. Ade-
más, recordamos que aquello no había ter-
minado y que tendríamos que dejar una
placa sin nombres para ir rellenando en caso
de que hubiera nuevos atentados... Mucha
gente no aceptó la idea, no querían ver los
nombres de sus familiares en una placa, al-
gunos porque no querían que se les identi-
ficara como víctima del terrorismo; tampoco
queríamos que se nos olvidara nadie al no
existir censos bien hechos, y también el
miedo a que se mezclaran las víctimas. Lo
mejor es que cada uno viva ese espacio, en
Alderdi Eder, como mejor lo sienta, como
quiera, como mejor lo entienda. Txuri
Aranburu.
En alguno de los casos, el representante de
la familia de la víctima de ETA señaló que
no se hubiera opuesto si hubiese sido en la
época de la dictadura o hasta la amnistía
del 77, pero se oponía a que el nombre de
la persona asesinada, miembro de ETA, se
pusiera dado que el atentado se había pro-
ducido posteriormente. Maixabel Lasa, di-
rectora de la DAVT.
Este último ejemplo muestra algunos de los dile-
mas éticos que genera la violencia en el contexto
del País Vasco y las formas de reconocimiento so-
cial, y las dificultades de integrar desde una pers-
pectiva actual un pasado contradictorio y no lineal,
en el que los marcos de legitimidad, las actitudes
colectivas y las actuaciones políticas siguen mar-
cando en la actualidad las valoraciones de diferen-
tes actores.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
Si bien en muchos de los lugares consultados
los familiares señalan que tienen que estar los
nombres, porque en caso contrario no se sienten
reconocidas, las dificultades de llevar a cabo una
memoria incluyente tienen que ver con el dife-
rente análisis que éstos hagan sobre las distintas
víctimas.
El de Zumaia fue un homenaje anónimo y
hubo rechazo de la familia del taxista Miguel
Albizu por eso. A veces parecen hechos por
obligación. Si no se ponen nombres ni nada
es como si se hubieran ahogado. Los actos
tienen que ser consecuentes y ahí no lo
vimos. Silverio Velasco, miembro de CO-
VITE.
Como criterio, creemos que lo mejor es que
haya un recordatorio explícito de nombres.
Cuestión diferente es que la inclusión de los
nombres genere alguna polémica o que
sean los propios familiares los que prefieran
que no haya referencias nominales. Por otro
lado, creemos que hay que avanzar y posi-
bilitar que se vaya incorporando, progresi-
vamente, a otras víctimas, hasta alcanzar el
reconocimiento de todas las víctimas que
han padecido un sufrimiento injusto en el
contexto de la violencia de motivación polí-
tica ocurrida en Euskadi. Maixabel Lasa,
directora de Atención a Víctimas del Terro-
rismo.
En algunos casos pueden darse situaciones de
conflicto cuando se dan casos de víctimas que a
su vez pertenecían a ETA o grupos de extrema de-
recha o eran agentes del Estado con responsabili-
argituz febrero de 2012
59
dades evidentes en actos represivos. Hay que
tener en cuenta que en muchos casos estas for-
mas de memoria se dan en contextos en los que
algunas víctimas habían sido recordadas pública-
mente durante años, como en el caso de Argala en
Arrigorriaga, mientras otras habían permanecido
en el olvido durante todos esos años, como el caso
de Fermín Monasterio en el mismo pueblo, que es-
taba en absoluto olvido cuando se inició el proceso
para hacer un acto de reconocimiento.
Cuando se nos planteó hacer una serie de
gestos hacia las víctimas del terrorismo en
los pueblos, si tengo que ser sincero, a mí
el único que me venía a la cabeza era José
Miguel Beñaran Ordeñana, Argala, vecino
del pueblo, que se tuvo que exiliar con 18
años y que fue víctima de un atentado del
Batallón Vasco Español, en Anglet, en di-
ciembre del 78. Ese hecho tuvo en su mo-
mento mucha repercusión en el pueblo.
Alberto Ruiz de Azua, ex alcalde de Arri-
gorriaga.
Un tema planteado en diferentes entrevistas, tanto
por algunos responsables institucionales como por
algunas víctimas de ETA, es el rechazo a un reco-
nocimiento a personas que fueron miembros de
ETA por ser parte de una organización armada
aunque hubieran sido a su vez víctimas de agentes
del Estado o grupos considerados terroristas.
En la DAVT no somos partidarios de actos
de reconocimiento público que signifiquen
ensalzamiento de personas en las que con-
curra la doble condición de víctima y victi-
mario. Estas personas, a nuestro juicio, no
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
60 argituz febrero de 2012
merecen la gratitud y la consideración pú-
blica que la sociedad dispensa a las perso-
nas que vivieron inocentes y murieron
inocentes. Reparación sí, pero sin honores.
Maixabel Lasa, directora de Atención a Víc-
timas del Terrorismo.
Si bien ese criterio general puede ser amplia-
mente compartido en relación a la realización de
homenajes, el reconocimiento de la violación no
debería ser parte de la discusión. Por otra parte,
la “calidad” de la víctima puede ser examinada
desde una perspectiva histórica de forma dife-
rente. Hay políticos que en su tiempo fueron mi-
litantes de ETApm especialmente, y no se
desmovilizaron hasta 1981 (se anunció a cara
descubierta el abandono de la lucha armada el
30 de septiembre de 1982), y no se considera en
su “identidad” su participación en ETA, mientras
que en otros casos anteriores constituye un ele-
mento central. Por una parte, estas reflexiones
plantean el problema de si se puede hacer un re-
conocimiento de la violación sufrida, y por tanto
de la injusticia y una crítica moral del hecho, sin
hacer un homenaje a la identidad política o mili-
tar de la persona.
Este debate supera ampliamente las posibilida-
des y objetivo de este estudio, pero hay que con-
siderar en todo caso que la mayor parte de las
víctimas (muertos) que no han tenido un recono-
cimiento hasta la actualidad no eran miembros de
ETA, ni en muchos casos personas cercanas a la
izquierda abertzale.
En lo inclusivo hay que diferenciar. No se
puede tener un reconocimiento social a las
víctimas que han pertenecido a una organi-
zación terrorista, sería inmoral. Pero hay
otras víctimas por atentados del GAL o por
excesos de la Policía. En este sentido sí
hemos desarrollado iniciativas, como con
Gladys del Estal36, cuyo nombre figura en
una pasarela peatonal sobre el río que va al
parque de Cristina Enea. Odón Elorza.
Sin embargo, las actitudes hacia “el otro lado” si-
guen marcando las posibilidades de esta memoria
incluyente. Para víctimas de agentes del Estado o
grupos de extrema derecha vinculados al mismo,
también se plantean los mismos problemas, como
no aceptar por ejemplo ser incluidos en los mis-
mos actos o acciones que han reconocido y home-
najeado como víctimas del terrorismo a algunos
agentes clave de la policía franquista o posterior.
Ojalá fuera posible en Tolosa juntarnos
todas las víctimas. Pero no que nosotras va-
yamos sin tener en cuenta los demás. El
lugar es bonito. Paso por el lugar y me da
morriña que ellos tengan su lugar, pero ese
lugar no es el nuestro. No hay nombres,
pero todos sabemos para quién es. Necesi-
tan ese lugar, y yo no estoy en contra para
nada. Pero nosotros también lo necesita-
mos. Axun Lasa.
Una salida a esta problemática situación se ha
dado en muchos casos tratando de priorizar las ini-
ciativas colectivas sobre las personales, colectivi-
zando los reconocimientos y evitando la
personalización directa, aunque el debate sobre
los nombres ha seguido presente. Además hay que
considerar que el consentimiento y participación
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
“Cuando propusieron
hacer en el Parlamento
Vasco algún recuerdo con
los nombres de las víctimas
(...) querían poner placas
con nombres y otras en
blanco para los que podría
haber, eso era horrible. Y
creo que hay que pedir
permiso a las familias, no
se pueden hacer cosas sin
su consentimiento. ”
de las víctimas y familiares para considerar la
cuestión de los nombres.
Cuando propusieron hacer en el Parlamento
Vasco algún recuerdo con los nombres de
las víctimas yo dije que no quería que el
nombre de Joseba estuviera ahí. Querían
poner placas con nombres y otras en blanco
para los que podría haber, eso era horrible.
Y creo que hay que pedir permiso a las fa-
milias, no se pueden hacer cosas sin su con-
sentimiento. Otra cosa es que la Ertzaintza
haga un homenaje a sus caídos, ahí está el
nombre de Joseba con el de otros muchos.
Se trata de una institución y es interno, eso
lo veo normal. Pero en las cosas públicas
donde ni siquiera sabes los nombres de
todos y no sabes la actitud de las diferentes
familias sobre eso, es muy delicado poner
los nombres. Creo que es mejor hacer algo
general y en donde cada uno le pueda dar
su sentido. Rosa Rodero, viuda de Joseba
Goikoetxea, mando de la Ertzaintza.
argituz febrero de 2012
61
Aunque probablemente, esta manera de enfocar el
trabajo es más factible en lugares donde no se da
una fuerte polarización social, o donde existen
más víctimas que permiten diluir las diferencias en
un marco de significado mayor.
En general, en los ayuntamientos ha gene-
rado polémica. Así, por ejemplo, en algu-
nos casos, como Durango, algunos
familiares querían que se añadieran califi-
cativos de los hechos (por ejemplo califi-
cándolo como “cobardemente asesinado”),
o en otros donde no se pusieron nombres,
como en Zumaia, algunos familiares se
desvincularon de la iniciativa. Tanto en
esta última localidad como en Tolosa la
inscripción de la placa dice “In Memoriam”.
Maixabel Lasa, directora de Atención a
Víctimas del Terrorismo.
En Andoain, a su vez, se colocó una escultura de-
dicada “A la libertad / Askatasunari”, y, en un
__________________________________
36 Gladys del Estal Ferreño, de 23 años. Ecologista, muerta de un
tiro en la nuca por un guardia civil en Tudela, el 3 de junio de
1979, en el Día Internacional contra la Energía Nuclear. Es un
símbolo, uno de los pocos casos en los que se ha mantenido un
monolito en su honor durante todos estos años, con un amplio
consenso ciudadano e institucional. En 2009, el Ayuntamiento de
Donostia puso su nombre a la pasarela que cruza las vías del tren
entre el paseo Federico García Lorca (Amara) y el Parque de
Egia, parque que tiene el nombre oficial de Cristina Enea, y que en
el barrio suele denominarse popularmente como Parque de
Gladys o “Gladys Enea”, nombre que se acuñó tras su muerte, en
honor a los trabajos de recuperación de ese pulmón verde de
Donostia en los que participó en auzolan en la década de los 70.
También se mantiene el monolito en la parte alta del parque, con
la inscripción: Oraindik ilusioa geratzen zait. Gladys.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
62 argituz febrero de 2012
pleno extraordinario realizado el día 10 de no-
viembre de 2010, los partidos políticos PSE, PNV,
EB y Hamaikabat ratificaron por unanimidad la
declaración institucional en recuerdo a las vícti-
mas, una declaración que había sido aprobada
por el Parlamento Vasco con motivo del Día de la
Memoria. En ese acto, y en la inauguración de la
escultura, se tuvo el recuerdo para siete perso-
nas37, muertas en atentado en la localidad, cinco
víctimas de ETA y dos víctimas del Batallón Vasco
Español y la Triple A. Esta inclusión puede consi-
derarse un paso adelante, aunque falta por inte-
grar entre las víctimas de la localidad otra
persona muerta por la Triple A38.
En Gasteiz, además del monolito dedicado a Fer-
nando Buesa Blanco y Jorge Díez Elorza, en los
Jardines de la Libertad (colocado el 20/02/2001),
y del monolito y plaza en Lakua en recuerdo a Al-
fonso Parada (instalados el 08/05/2000), se en-
cuentra el denominado monumento a las víctimas
del terrorismo, en la calle Portal de Foronda, rea-
lizado por Agustín Ibarrola. La obra consta de un
montículo en el que pueden apreciarse más de 800
placas de cerámica con los nombres de las perso-
nas fallecidas por ETA en atentado y por grupos
como el GAL y el BVE.39
En estas situaciones hay que considerar también
que hay casos que han tenido un protagonismo
mucho mayor y por tanto han focalizado mucho más
el debate sobre las expectativas o visión de otras
víctimas, debido a que se trata de: a) casos más re-
cientes con mayor impacto público y mediático, b)
el momento de producirse el atentado y su carácter
simbólico, c) el protagonismo de ciertas víctimas con
mayor reflejo en los medios de comunicación.
Procesos de reconocimiento y conflictos
Según los interlocutores de la Dirección de Aten-
ción a Víctimas del Gobierno Vasco, la opción de
la DAVT fue primero el reconocimiento a las vícti-
mas de ETA (empezando por lo que resultaba más
urgente debido al olvido institucional). Los actos
de carácter general que se hicieron en las tres ca-
pitales de la CAV (22/04/2007 en Bilbao,
18/05/2008 en Donostia y 29/11/2009 en Gasteiz)
estuvieron centrados casi exclusivamente en las
víctimas de ETA, salvo en el último caso en que
una conocida víctima y ex presidenta de la AVT
leyó una declaración en la que se reconocía la
existencia de otras víctimas producidas por otros
grupos que necesitaban igualmente dicho recono-
cimiento.
Esta expresión fue emblemática y muestra la
apertura en un sector de las víctimas de ETA res-
pecto a un reconocimiento de violaciones de dere-
chos humanos no considerado hasta entonces por
ellas o en las políticas públicas. Otras víctimas de
ETA rechazaron alguno de esos actos por conside-
rar que no tenían la legitimidad al venir de gobier-
nos con carácter nacionalista, mientras el último
se dio con un gobierno socialista. Estas valoracio-
nes muestran la polarización que se da en estos
casos y cómo las valoraciones políticas o “de
quien” vienen, sustituye en algunos casos al con-
tenido o sentido que se atribuye a los actos.
En ese acto se hizo una referencia expresa,
pero lo que se ha podido o no hacer de me-
morias más incluyentes ha dependido más
de las actitudes de las víctimas, al menos en
algunos ayuntamientos que han querido
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
hacer algo incluyente. Maixabel Lasa, di-
rectora de Atención a Víctimas del Terro-
rismo.
El rechazo a aparecer en actos institucionales que
han tratado de tener un carácter incluyente se ha
dado también por parte de víctimas del GAL o
grupos de extrema derecha o de agentes del Es-
tado. En estos casos se destaca en la opinión de
las víctimas el hecho de que no se ha dado un re-
conocimiento real hasta la actualidad en relación
con los hechos o sobre quienes fueron sus res-
ponsables, ni una política de reparación que
tenga en cuenta las violaciones sufridas y que no
varíe en función de qué perpetrador se trate.
Estos pasos se consideran fundamentales antes
de hacer expresiones públicas de esta memoria
incluyente. En ese sentido se han dado rechazos
a participar en actos en lugares como Bilbao,
Getxo o Tolosa.
Organizaron el acto en el ayuntamiento y
nos avisaron que el mismo se estaba prepa-
rando, pero yo creo que así no se puede
hacer. Durante el funeral nos dieron golpes,
nos persiguieron, y ahora así, sin más, no
se puede meter todo el mundo en la misma
cazuela. Nos metieron en lo mismo, pero no
nos consultaron de forma debida, y eso no
se puede hacer así. Además si se quiere
hacer algo global, no sólo somos el caso
Lasa y Zabala, hay otros también. Nosotros
pudimos tener una sentencia y una con-
dena, pero otros no han podido. Nosotras
hemos intentado siempre, si hay posibilida-
des, buscar soluciones y poner nuestro es-
fuerzo. Axun Lasa.
argituz febrero de 2012
63
“Organizaron el acto en
el ayuntamiento y nos
avisaron que el mismo se
estaba preparando,
pero yo creo que así no
se puede hacer.
Durante el funeral nos
dieron golpes, nos
persiguieron,
y ahora así, sin más, no
se puede meter todo el
mundo en la misma
cazuela.”
Un problema añadido se ha dado en algunos actos
de recuerdo de víctimas del GAL en los que se ha
dado presencia y carga policial, como en el 25 ani-
versario en el caso Lasa-Zabala, y en 2009, en el ani-
versario del asesinato de Santi Brouard y Muguruza.
__________________________________
37 José Díaz Fernández (02/11/1977), Ignacio Olaiz Mitxelena
(29/10/1978), José Ramón Ansa Etxeberria (06/05/1979),
Francisco Javier Ansa Zinkunegi (03/03/1981), Juvenal Villafañe
García (16/09/1993), José Luis López de Lacalle (07/05/2000) y
Joseba Pagazaurtundua Ruiz (08/02/2003).
38 David Salvador Jonio. Taxista de 44 años, natural de Bilbao y
vecino de Hernani. No pertenecía a partido alguno. Aparece el
cuerpo en el interior de su taxi, con dos disparos en la cabeza,
junto a la iglesia de Santa Cruz de Andoain el 08/10/1977.
Reivindica la Triple A. Su caso está incluido en el informe de la
DAVT de junio de 2008.
39 Al respecto, la Fundación Gregorio Ordoñez denunció en junio de
2011, once años después de su colocación, que “el deteriorado
estado de esta obra refleja gráficamente el abandono en el que las
instituciones vascas mantienen sometidas a las víctimas del
terrorismo”. En una inspección ocular realizada por miembros de
Argituz el 13 noviembre de 2011, se constató que existían
numerosas placas con nombres ilegibles.
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64 argituz febrero de 2012
En octubre fue el 25 aniversario de la des-
aparición forzada de Lasa y Zabala y ahí tra-
tamos de hacer un acto. Pero fue un día
muy triste. Me dio mucha tristeza. Fui con
dos hijos que quisieron venir. Vino mucha
Ertzaintza. Yo les dije a mis hijos que ésta
no era una convocatoria política, que era de
recuerdo y que no habría problemas. Pero el
ambiente estaba muy mal. Me puse muy
nerviosa. Nos dijeron que no se podía hacer
nada, yo empecé a llorar. Y empezaron a
tiros de pelotas de goma. Hubo detenidos.
Dijeron que no había permiso. Eso no es
respeto. Vinimos a un acto de reconoci-
miento. Ahí no había ni “gora ETA” ni nada,
era un recuerdo a Lasa y Zabala. No me dio
cólera, me dio tristeza. Axun Lasa.
Estas y otras actuaciones de la Ertzaintza, como
la rotura y retirada en Oiartzun de la placa con el
nombre de Esteban Muruetagoiena en mayo de
2010, han aumentado el malestar en esas y otras
familias de víctimas, y constituyen señales contra-
rias a la creación de condiciones para una memo-
ria incluyente o respetuosa de todas las víctimas
que deberían rectificarse. La falta de reconoci-
miento y explicaciones públicas sobre estas actua-
ciones contribuyeron a generar una mayor
sensación de agravio en los familiares en esos
casos.
Posteriormente se produce la retirada y ro-
tura de la placa del ambulatorio, según tes-
tigos oculares, por parte de una patrulla de
ertzainas. Se abre una investigación tras
una pregunta parlamentaria que cursé a tra-
vés de Aralar y se produce la comparecencia
del consejero de Interior, Rodolfo Ares, en
el pleno del Parlamento. En esa ocasión, el
consejero admite que el autor había sido un
ertzaina, pero dijo que a nivel personal, y
que se le iba a poner una sanción. Sin em-
bargo no hubo contacto alguno con la fami-
lia desde Interior. Hasta hoy. Tamara
Muruetagoiena.
El reconocimiento es el previo a la reconci-
liación. No puede haber convivencia pacífica
mientras no haya aceptación. Se trata de
convivir y respetar, y nosotros no nos sen-
timos respetados. Será difícil acercarnos a
ellos si no hay un reconocimiento mutuo.
Víctimas del 3-M de Gasteiz.
Los obstáculos por tanto son claros y tienen que
ver con los pasos para llegar a un escenario en el
que dicha memoria pueda constituir una base
común de memoria colectiva compartida, de visión
amplia de las violaciones de derechos humanos
cometidas en este país, y las responsabilidades en
las mismas.
En este sentido, los conflictos han existido en di-
ferentes lugares de la CAV. En esta segunda etapa
de intentar incluir otras víctimas, se han dado con-
flictos o rechazo, independientemente del conte-
nido que se incluya. En algunos casos existe una
sensación de que si se pretende satisfacer a todo
el mundo no se satisface a nadie. Pero esta espe-
cie de inevitabilidad puede limitar los esfuerzos por
lograr las bases para hacerlo posible. Claramente
las dificultades que muestran esos casos son parte
también de dificultades sociales más amplias para
una memoria incluyente.
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Cambio de actitudes políticas
En Euskadi no ha existido aún la posibilidad de que
diferentes sensibilidades políticas tengan una
aceptación global del conjunto de violaciones de
derechos humanos graves sufridas en el país, ni
siquiera en los casos en que se trata de atentados
contra el derecho a la vida y, menos todavía, en
los casos de amenazas o torturas.
Ni Batasuna y formaciones similares han admi-
tido su insensibilidad frente a las víctimas y la jus-
tificación en diferentes periodos de la violencia, o
las amenazas a diferentes grupos políticos, espe-
cialmente políticos del PSOE, del PP o del PNV. Ni
las diferentes ramas de ETA ni otras organizacio-
nes han reconocido su responsabilidad en el sufri-
miento de las cerca de 829 víctimas mortales que
se le atribuyen a ETA, ETAm, ETApm y CCAA en di-
ferentes épocas.
Ni tampoco el Estado con sus diferentes gobier-
nos, ni el PSOE en el caso del GAL, han reconocido
sus responsabilidades en la llamada guerra sucia
y la impunidad de dichos casos hasta la década del
90, ni el PP ni el PSOE han reconocido la existencia
de casos de tortura que además no han sido in-
vestigados ni reparados convenientemente como
vienen denunciando desde hace décadas Amnistía
Internacional o Human Rights Watch, ni siquiera
en los casos emblemáticos que cuentan con sen-
tencias judiciales.
Esta dificultad y actitudes defensivas en el ám-
bito político suponen también parte del contexto
que tiene que cambiar. En los últimos doce años
se han dado muchos pasos en el reconocimiento a
argituz febrero de 2012
65
“El reconocimiento es el
previo a la reconciliación.
No puede haber
convivencia pacífica
mientras no haya
aceptación. Se trata de
convivir y respetar, y
nosotros no nos sentimos
respetados. Será difícil
acercarnos a ellos si no hay
un reconocimiento mutuo.”
las víctimas de ETA. Por otra parte, sólo en los tres
últimos años se han dado algunos pasos, aún tí-
midos, después de décadas de olvido de numero-
sas víctimas de grupos de extrema derecha o
violaciones de derechos humanos cometidos por
agentes del Estado para su futuro reconocimiento
que aún no llega. O iniciativas del Parlamento
Vasco han ido quedando sucesivamente en el ol-
vido, después de que algunas víctimas fuesen lla-
madas a dar su testimonio en diferentes
legislaturas. Esta falta de respuesta ha aumentado
la sensación de desinterés y ha tenido un impacto
negativo en ellas. Sin embargo, en algunos lugares
se han dado pasos importantes aunque limitados
y siempre frágiles en este sentido.
La experiencia de Azkoitia es interesante. Se
consulta con una víctima de ETA para que
estuviera la familia de una víctima del GAL
y ella no tenía problemas para compartir el
espacio. Se podría haber roto con los esque-
mas generales sobre esto. Lo que pasó aquí
y también en Tolosa es que a partir de cierto
momento del proceso la gente no se siente
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
66 argituz febrero de 2012
reconocida en el homenaje. Maixabel
Lasa, directora de Atención a Víctimas del
Terrorismo.
En este sentido, es preciso entender la construc-
ción de una memoria incluyente como un proceso.
Pero dicho proceso debería no estar regido por el
criterio de hacer lo que políticamente sea menos
comprometido, sino dar muestras confiables del
compromiso en un respeto por todas las víctimas.
A pesar de que se traten de iniciativas pequeñas
pueden ser demostrativas de un cambio de actitud
y de voluntad política.
Esta dimensión de proceso debería hacerse bus-
cando consensos en la medida de lo posible, y
cuando estos consensos no sean factibles, facili-
tando ya sea alusiones más globales al conjunto
de víctimas, o facilitando otros actos en los que se
pueda dar una expresión complementaria (actos
separados pero demostrativos del conjunto de víc-
timas). Sin embargo, probablemente la sociedad
y muchas víctimas están más preparadas y han
dado más pasos en ese sentido que lo que mues-
tran las formaciones políticas dominantes.
Se puede compartir el dolor, pero no el
sentimiento de venganza que perpetúa el
dolor, como el “ojalá que los maten”; el
dolor se puede manipular y hay una ideo-
logía detrás, eso es lo que hay que evitar.
Pero también debe de darse un reconoci-
miento institucional. Estamos como un
perro hambriento, esperando cualquier
cosa. Tamara Muruetagoiena.
4. IMPLICACIONES PARA LAS
PERSONAS E INSTITUCIONES
INVOLUCRADAS EN
EXPERIENCIAS DE
MEMORIA COLECTIVA
Los actos de reconocimiento y las formas de me-
moria incluyente como símbolos o lugares de con-
tenido simbólico suponen la materialización de un
proceso de reconocimiento y reflexión más amplia
que afectan no sólo a las víctimas y familiares, o a
quienes se identifican con ellas, sino también a los
actores sociales que tienen un papel en dichas ac-
ciones. En un sentido más amplio, tienen implica-
ciones para la sociedad en general, dado que
pueden generar reflexiones y visiones diferentes
del impacto de la violencia así como acciones ten-
dentes a superar las fracturas sociales derivadas
de ella.
Importancia del
compromiso personal, del
tiempo, conocimiento y trato
No sé si esto exige una formación especial
para que la gente sea capaz o si es algo innato
que se tiene, que te ayuda. La parte de trato
personal, de cercanía, de complicidad es
fundamental. No valen declaraciones políticas,
institucionales… aquí hemos dedicado horas al
trato personal, al hombro. Yo siempre defiendo
la empatía, tenemos que ser capaces de
entender el sufrimiento del otro, conocer al
otro, si no, es imposible. Hay que conocer
al otro, que tenía padre y madre,
hermanos, que siente, que se ríe,
como cualquier otra persona.
Txuri Aranburu.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
En este apartado se recogen las experiencias
analizadas que muestran también algunos apren-
dizajes positivos para las formas de reconoci-
miento y memoria en el futuro. A continuación se
incluyen recomendaciones sobre el contacto con
las víctimas, pero también aspectos que tienen
que ver con el contexto donde se dan y las actitu-
des personales en la realización de dichas medidas
en el contexto local.
Generar relaciones de confianza
La primera cuestión para poder llevar adelante for-
mas de trabajo y expresión de la memoria es
construir una relación de confianza. En los tiempos
en que ha sido más difícil el trabajo con las vícti-
mas y familiares se ha basado en la confidenciali-
dad, dado el clima de miedo y los estereotipos
ligados a las víctimas o los posicionamientos polí-
ticos, incluso el cuidado para evitar las formas de
control por parte de sectores más reacios del pro-
pio grupo de referencia.
Dichas cuestiones fueron también importantes
en el caso de los contactos con familiares de pre-
sos sobre las condiciones de detención o en los
propios familiares como consecuencia de la dis-
persión.
Yo creo que son básicas dos cosas: reco-
nocimiento mutuo y libertad para poder
hablar. Víctima del 3-M entrevistada en
2011.
Estuvimos trabajando con ellos de ma-
nera discreta, eran situaciones complica-
argituz febrero de 2012
67
das también para los familiares. Re-
cuerdo haber es tado en reuniones, en el
hospital, recuerdo nombres y apellidos de
presos y presas a favor de los que envia-
mos cartas y solicitudes concretas moti-
vadas por razones humanitarias, incluso
abrimos una partida para subvenciones
para asociaciones que trabajaban en ma-
teria de DDHH. Hubo ciertos problemas
con Senideak, porque se llegó a un
acuerdo en una comisión de derechos hu-
manos de no conceder una subvención
directa a Senideak como asociación, sino
a aquellas familias que demostraran que
tenían problemas económicos para sus
desplazamientos a cárceles lejanas, la
idea era apoyar directamente a esas fa-
milias con recursos económicos limita-
dos. Ni un solo familiar presentó una
solicitud. Txuri Aranburu.
En el caso de Donostia, el Foro de Víctimas se
constituyó alrededor de actividades públicas
con la entrega de medallas de reconocimiento
a las víctimas de ETA. Sin embargo, al inicio el
miedo y la falta de confianza de algunos sec-
tores generaron dificultades para poder llegar
siquiera a todas las víctimas de ETA ligadas a
la ciudad. La iniciativa de homenajes y de la
colocación del monolito en Alderdi Eder fue
siempre enfocada desde el Ayuntamiento a las
víctimas de las diferentes ramas de ETA y
CCAA, que han causado más de un centenar de
muertos en la ciudad. El Pleno del Ayunta-
miento otorgó en el año 2003, en una mención
genérica, “la Medalla de Oro de la Ciudad al
conjunto de víctimas del terrorismo y la violen-
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
68 argituz febrero de 2012
cia, en su memoria y como muestra de solida-
ridad y reconocimiento”.
En esa primera iniciativa realizada en 2003 se
dieron problemas de falta de confianza de algunas
víctimas del GAL y de familiares de miembros de
la Guardia Civil. En un caso no se sentían repre-
sentadas en los términos del acto y en otro existía
desconfianza respecto a la iniciativa como tal. De
hecho, la entrega de medallas se tuvo que hacer
en dos partes debido a la falta de confianza o el
miedo de estas últimas familias. La preparación
del acto también tuvo que enfrentarse con las des-
confianzas y diferentes actitudes sociales o insti-
tucionales.
Tuvimos que hacer nosotros mismos las lis-
tas ya que hasta la fecha no existían. Re-
sultó muy difícil hacer el censo, sobre todo
entre las víctimas de la Guardia Civil y la Po-
licía Nacional. Contamos para ello con la co-
laboración de una víctima donostiarra, hija
de un miembro de las fuerzas de seguridad
asesinado. Ella llamaba diciendo ‘yo soy hija
de…’ y aun así tuvimos problemas. Había
mucha desconfianza. Del Obispado creo que
no vino nadie, y las víctimas reprocharon
que no participara la iglesia. El acto en el
Kursaal fue muy potente y emotivo. Txuri
Aranburu.
Tanto en esa como en otras iniciativas, el conoci-
miento personal ha sido un elemento clave que ha
posibilitado el diálogo. También es necesario en-
tender que los momentos de contacto y diálogo
con las víctimas suponen sobre todo espacios de
escucha por parte de representantes locales o ins-
titucionales. Esa escucha tiene una base personal
pero también un carácter institucional, dado que
se trata de una forma de reconocimiento público.
Pensamos en el momento en que creamos
el Foro Local de Víctimas del Terrorismo: “lo
creamos y ¿qué contenido le damos?”. De
inmediato nos dimos cuenta de que era
bueno como espacio de encuentro entre
personas que habían tenido la misma expe-
riencia traumática, para que mucha gente
se pudiera desahogar, contar sus vidas, sus
experiencias, hasta sus cosas más íntimas,
la situación personal a la que se enfrenta-
ban, y todo ello sin miedos, sin complejos,
en un ambiente distendido. Se sentían com-
prendidas, apoyadas, todas habían pasado
por lo mismo y muchas, durante años, ha-
bían estado ocultas. Al principio era tre-
mendo, sabíamos que eran momentos en
los que casi todas revivían los atentados,
hablaban de sus proyectos abortados, de las
ilusiones frustradas, del futuro incierto, de
sus hijos huérfanos, necesitaban llorar y
había que estar preparados para ello. Vino
bien a muchas víctimas de los primeros
años para que se reconocieran como tales,
en privado, no públicamente, y muchas no
lo han hecho todavía, pero en el Foro se en-
contraban cómodas porque podían hablar.
Txuri Aranburu.
Si bien en muchos casos eso supone también una
descarga emocional importante que necesita sen-
tirse acogida, en otros casos han sido las expre-
siones de frustración o rabia que se han
manifestado en esos espacios. Acoger y contener
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parte de esas expresiones es parte del proceso de
acompañamiento.
Hay quien quiere cambiar los papeles. Mu-
chas declaraciones y pronunciamientos que
se han hecho y se hacen han afectado
mucho al conjunto de COVITE, respecto al
perdón o a la negociación, también sobre
nuestros derechos a viviendas de protección
o a puestos de trabajo de nuestros hijos.
Silverio Velasco y Albino Machado.
Ha habido que esperar hasta el 16 de abril de 2011
para que el consistorio donostiarra ofreciera la se-
gunda medalla de oro de la ciudad a una víctima
de un agente del Estado, a Jesús García Ripalda,
muerto a los 23 años por disparos de un policía en
una manifestación en contra de los juicios, en
agosto de 1975. La primera medalla fue otorgada
a Gladys del Estal el 30 de enero de 2003. El acto
en honor de García Ripalda se celebró en el salón
de recepciones del ayuntamiento y estuvieron pre-
sentes miembros de la corporación municipal, la
familia de la víctima y algunos de sus amigos y
allegados.
También ante este acontecimiento hubo críticas
desde algunas asociaciones, fundamentalmente
por dos motivos: por la tardanza en realizar dicho
acto, 36 años después de los hechos, y por no ha-
cerlo extensivo al resto de víctimas de la violencia
del Estado de la ciudad. En todo caso, este paso
dado por el municipio de la capital guipuzcoana
sigue siendo una rara excepción y es considerado
como pionero si se contempla el trato hacia este
tipo de víctimas existente en el conjunto del País
Vasco.
argituz febrero de 2012
69
Evitar el riesgo de politización
Dado el contexto político de polarización y las di-
ferentes actitudes sociales a la hora de analizar las
situaciones de violencia y terror, así como las re-
acciones negativas que durante muchos años su-
frieron las víctimas, las iniciativas que tratan de
acercamientos o de expresar reconocimiento o
apoyo pueden ser fácilmente utilizadas política-
mente. Muchas víctimas sienten el riesgo de poli-
tización como un elemento muy negativo del que
tratan de mantenerse lejos. El sentimiento de ser
utilizadas para dar una buena imagen, “sacarse
una foto” o afianzar ciertas posiciones políticas ha
formado parte de la experiencia de muchas de
ellas, y es algo a evitar en cualquier contacto o ac-
ción dirigida al reconocimiento o memoria.
Nos da la sensación de lo que se busca es la
foto. Nos invitan a tal o cual acto, nos levan-
tamos temprano, hacen la foto con nosotros
y luego adiós muy buenas, les dan de comer
a dos personas de cada colectivo y los
demás a buscarnos la vida. Y esto no es de
ahora, viene desde actos anteriores. A las
asociaciones de fuera les ponen un autobús,
les pagan y les llevan de visita aquí y allí,
para los de aquí no tienes derecho a ir a las
bodegas… Y encima los de fuera no lo sufren
como nosotros, que vivimos aquí. Ni ponerte
el autobús. Albino Machado, miembro de
COVITE y del Foro Municipal de Donostia.
En los casos de víctimas de agentes del Estado, la
politización de los reconocimientos generó dificul-
tades en algunos sectores sociales o incluso en las
propias familias. La politización de esta memoria
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
70 argituz febrero de 2012
corre el riesgo de ser una forma de utilización del
dolor de las víctimas, que no es admisible en una
lógica de la reparación y el apoyo a las víctimas,
independientemente de quiénes sean los actores
que las lleven a cabo.
Dejar al lado lo político. Hay que hacer polí-
tica de víctimas, para asegurarles la tran-
quilidad, el reconocimiento y el apoyo
necesario para rehacer la vida. Es esa la po-
lítica que se necesita, no la de hacer política
o manipular con esto. Rosa Rodero.
Papel y riesgos de los
medios de comunicación
El trabajo cuidadoso es también una condición bá-
sica para los medios de comunicación. Sin em-
bargo la propia postura de los medios ante la
violencia o las diferentes víctimas, su tendencia
ideológica o la necesidad de “generar noticias”
puede producir sesgos o malas interpretaciones,
cuando no descalificaciones personales en un am-
biente polarizado del que los medios son parte re-
levante. Consultar directamente a las víctimas
sobre la relación con los medios de comunicación
y respetar su decisión o las condiciones para que
ésta sea efectiva es un criterio clave para que los
actos de memoria y reconocimiento tengan no sólo
un impacto público positivo sino también generen
una mejor integración de estas memorias y de las
propias víctimas en el contexto social.
Tanto en relación con los medios como con los
representantes de instituciones o partidos políticos
hay que evitar que la ética se convierta en algo
instrumental. Es decir, que se considere “bueno” o
positivo lo que sintoniza o apoya nuestra visión,
mientras que se considera “malo” o se sataniza lo
que la cuestiona, independientemente de su valor
respecto una cultura de respeto o los valores de
derechos humanos. Es decir, que “si es bueno para
nuestros objetivos, es bueno”, y en caso contrario
no es válido.
El tratamiento de las víctimas y los actos de me-
moria o reconocimiento, más aún en los casos en
que se trate de memorias incluyentes, pueden ge-
nerar, en diferentes medios o personas con distin-
tas orientaciones políticas, valoraciones que tienen
que ver menos con el contenido de los hechos o la
injusticia de las violaciones de derechos humanos
sufridas y más con lo que ese reconocimiento su-
pone de poner en cuestión nuestra posición, y
aceptar las críticas o aquello que no se ha querido
reconocer.
Cada víctima tenemos nuestra forma de ser
y pensar o sentir, y hay que respetar eso.
Un periodista me preguntó qué me parecía
que una víctima hubiese ido a hablar con un
preso. Y yo le dije: ¿qué me va a parecer?,
pues bien. Si a la víctima le sirvió o quería
hacerlo, me parece muy bien. ¿Quién es
nadie para juzgar o decir lo que tiene que
hacer? Está en todo su derecho. Rosa Ro-
dero, viuda de Joseba Goikoetxea, mando
de la Ertzaintza
En relación con los medios de comunicación hay
que evitar representaciones de la realidad que se-
leccionen los casos más negativos, que no incluyan
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
“Dejar al lado lo
político. Hay que hacer
política de víctimas, para
asegurarles la tranquilidad,
el reconocimiento y el
apoyo necesario para
rehacer la vida. Es esa la
política que se necesita, no
la de hacer política o
manipular con esto.”
diferentes perspectivas y se centren solamente en
valoraciones de parte; deben basarse en el respeto
a la confidencialidad o los criterios puestos por las
víctimas, y promover un trato digno de las vícti-
mas y familiares, independientemente de su posi-
ción. Eso no significa evitar la descripción de los
conflictos o analizar las dificultades, sino evitar el
uso de eslóganes o pánicos morales que no per-
miten hablar de los problemas, analizar los facto-
res que intervienen o visibilizar las alternativas en
su caso.
Consulta y participación
Las iniciativas analizadas se han basado tam-
bién en la consulta previa y la participación de
las víctimas. En muchos casos la consulta ha
sido difícil por la falta de información sobre las
víctimas, especialmente de los casos lejanos en
el tiempo, o por las diferencias políticas que
puedan existir con algunas y que limitan la con-
fianza o aumentan la tensión en las relaciones.
En todo caso, las experiencias más positivas
conllevaron participación de las víctimas en las
ideas sobre monumentos o algunos criterios a
argituz febrero de 2012
71
tener en cuenta en los actos de reconocimiento
que son importantes.
Participaron también en el diseño del jardín
de la memoria, en el jurado; se reunieron
con el paisajista Iñigo Segurola, que fue el
ganador del concurso internacional, parti-
ciparon en el jurado de la elección del mo-
nolito, en el diseño de la actividad del 23
diciembre, hemos intentado que fueran pro-
tagonistas. Txuri Aranburu.
Respecto a las víctimas de grupos como el GAL o
BVE, o agentes del Estado en general han estado
ausentes de los espacios institucionales que se han
creado para atender las necesidades de las vícti-
mas. Más allá de analizar responsabilidades, se
necesita poner en marcha mecanismos que facili-
ten la participación o presencia si se quiere que
la construcción de una memoria incluyente no sea
solamente un slogan vacío de contenido y que esa
memoria ayude a hacer frente a las fracturas pro-
ducidas por el terrorismo y la violencia.
En estas iniciativas no ha habido víctimas
del GAL, ni del Batallón Vasco Español. No
ha participado ninguna en el foro. Txuri
Aranburu.
La participación puede conllevar mayores dificul-
tades para llegar a acuerdos, especialmente en los
casos donde haya diferencias políticas o liderazgos
rígidos, pero también mejores resultados. En este
sentido es importante señalar que tan importante
como el resultado buscado (una expresión colec-
tiva de memoria incluyente y respeto a los dere-
chos humanos) es el proceso para llegar a ello
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
72 argituz febrero de 2012
(participación, escucha, consenso) que le da sen-
tido al acto o lugar simbólico.
Poner en cuestión la propia postura
Como en otras sociedades donde la violencia ha
afectado de forma importante el tejido social, las
actitudes frente a la violencia y violaciones de de-
rechos humanos, los conflictos políticos asociados
a ella o la historia de las últimas décadas desde el
franquismo, muestran las implicaciones también
personales y colectivas de estas acciones. La re-
flexión o la participación en ellas moviliza los pro-
pios sentimientos y posiciones personales,
también significados contradictorios o sensibilida-
des que es preciso manejar.
Además, cada uno tenemos nuestros senti-
mientos personales, nuestra propia historia,
la que nos acompaña siempre. Una mochila
cargada y hay que hacer el esfuerzo de tra-
bajar con un mandato concreto, que bueno,
en este caso y con el alcalde Odón, ha sido
positivo. La historia personal y las vivencias
te acompañan en todo esto... Txuri Aran-
buru.
Sensibilidad cruzada
Como ejercicio personal y del propio colectivo de
referencia, la participación en estas acciones su-
pone confrontarse con el dolor y el sufrimiento del
“otro lado” con el que tal vez uno no ha tenido
“Además, cada uno
tenemos nuestros
sentimientos personales,
nuestra propia historia, la
que nos acompaña
siempre. Una mochila
cargada y hay que hacer el
esfuerzo de trabajar con un
mandato concreto”.
contacto o que ha visto siempre desde lejos. Su-
pone romper estereotipos mutuos en espejo, es
decir imágenes cerradas del otro que se reprodu-
cen entre personas de diferente sensibilidad polí-
tica cuando se habla de las víctimas en general. La
creación de estas iniciativas o espacios de memo-
ria incluyente necesita de sensibilidad y de perso-
nas que puedan “pasar al otro lado” y mostrar su
respeto y empatía.
Se puede compartir el reconocimiento. Ne-
cesitamos romper el aislamiento, empatizar
con otros sufrimientos. Lurdes Zabalza.
Un día le reconocí a una amiga mía, “quién
me iba a decir a mí que me iba a hacer
amiga de la hija de un guardia civil”. Co-
mentario desafortunado que no le hizo
mucho gracia, pero hoy seguimos siendo
buenas amigas. Y otras situaciones y rela-
ciones que por mi trayectoria y por mis ex-
periencias y mi entorno, eran impensables…
Lo cierto es que hasta que no te acercas,
hasta que no conoces, compartes y convives
con las personas es casi imposible sentir lo
que sienten, yo no puedo, ni sé abstraerme
del dolor ajeno. Txuri Aranburu.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
Tomar posición frente
al sufrimiento injusto
El carácter deshumanizador de la violencia, con-
virtiendo al otro en objeto de desprecio, corre el
riesgo de extenderse en la sociedad, generando in-
sensibilidad frente al sufrimiento con el que no nos
sentimos identificados. En los contextos de polari-
zación social se producen frecuentemente memo-
rias defensivas, es decir sólo se reconoce o se ve
el dolor o el sufrimiento con el que uno se siente
identificado, mientras que “el del otro lado” se
niega o se evita confrontarse con el sufrimiento de
otras personas o víctimas con las que uno no se
siente cercano ni identificado. Las acciones de una
memoria incluyente deberían basarse en tomar
posición frente a ese conjunto de situaciones, ge-
nerando una mayor sensibilidad social y una crítica
con la violencia, las violaciones de derechos hu-
manos y el sufrimiento producido.
Me acuerdo en una reunión aquí, con los pa-
dres de un preso que estaba en la cárcel de
Salto del Negro (Las Palmas de Gran Cana-
ria), eran muy mayores, de unos 80 años,
hablaban euskera y yo les traducía. La
mujer lloraba y nos pedían ayuda porque
habían ido hasta la cárcel a ver a su hijo y
no le pudieron ver porque lo habían trasla-
dado sin previo aviso. Esa situación también
me pareció durísima. Y la dificultad, aunque
te lo exijan, de no querer posicionarte polí-
ticamente, parece que tienes que estar a
favor de unos y en contra de otros, pero no
parece que puedes posicionarte con el dolor
ajeno. Si te conmueves con el dolor del otro
es como que estás amparando su posición
argituz febrero de 2012
73
política… Ha sido y es todavía muy compli-
cado. Durante estos años, hay cosas de las
que se deja de hablar con cierta gente.
Txuri Aranburu.
Legitimidad y construcción de la confianza
La confianza es la base para poder realizar dichas
acciones incluyentes y para un acercamiento a las
víctimas. Para ello se necesita dar pasos que
muestren coherencia y compromiso con dichas ac-
ciones, y no sólo gestiones aisladas o que sean
vistas fácilmente como superficiales o que no mar-
can una voluntad de atención a esta problemática.
Dado que hablamos de memorias incluyentes, los
pasos para generar confianza en ciertas víctimas po-
drían fácilmente ser vistos como muestra de descon-
fianza para las otras. De hecho esa ha sido la
tendencia en los últimos años. Sin embargo, creemos
que existen suficientes experiencias positivas y los
avances en el reconocimiento han conllevado tam-
bién posturas probablemente más abiertas en ciertos
colectivos, aunque no siempre sean quienes tienen
más proyección social. Además el reconocimiento de
las víctimas debe darse sobre la base del derecho a
la verdad y una investigación efectiva, basada en el
derecho internacional de los derechos humanos que
se centra en los tipos de violaciones más que en los
autores de las mismas.
No sé qué pasaría con la primera denuncia,
pero mi madre tampoco hizo nada. Nada
más morir mi padre, un policía apareció en
casa de mi madre para darle dinero, pero
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
74 argituz febrero de 2012
ella lo rechazó. (…) Mi madre escribió a la
casa del Rey, a Martin Villa contando su si-
tuación, y gracias a su intervención consi-
guió un trabajo. Pero no ha habido una
respuesta institucional y nunca hubo una in-
vestigación independiente. Inés Núñez.
Sin embargo, el reconocimiento de los hechos y la
dignidad de las víctimas, no significa estar de
acuerdo políticamente con la víctima ni con sus
grupos de referencia. Las discrepancias ideológicas
son parte de las diferencias normales en la socie-
dad, pero los derechos humanos ofrecen la base
común sobre la que poder entenderse. Esta base
debería ser el principio de crítica a la violencia y a
las violaciones de derechos humanos asociadas a
ella, incluyendo los sufrimientos injustos utilizados
políticamente para ganar el control de la situación.
Para lograr una memoria incluyente, esta cons-
trucción de la confianza debería hacerse con ges-
tos explícitos hacia las diferentes víctimas en
igualdad de condiciones; también mostrando ex-
periencias cruzadas de sensibilidad y escucha de
víctimas que han sido capaces de expresar solida-
ridad y reconocimiento públicamente a otras que
se consideran del “otro lado”; promoviendo espa-
cios compartidos con personas con sensibilidad y
respeto por el otro, de forma que no se reproduzca
la polarización social o política existente.
Creo que desde este ayuntamiento, por la
legitimidad que nos hemos ganado con las
víctimas, podemos hacer un trabajo dis-
creto, como introductores de ciertos temas,
para favorecer espacios de encuentro. Lo
debería hacer gente en la que ellos confíen.
En lo que seguramente no van a entrar es
en un discurso institucional generalizado y
sin matices. Txuri Aranburu
Testimonio de personas con legitimidad
que cambian la visión del problema
Uno de los problemas para generar una memoria
incluyente es la ausencia aún de una investigación
independiente que muestre las formas de violencia
no reconocida, siguiendo los estándares interna-
cionales.40 Sin embargo, además de esta investi-
gación independiente, en este caso, tal vez más
que en cualquier otro, la importancia de las per-
sonas es determinante. Por una parte porque los
lazos de empatía previa suponen la base sobre la
que generar un cambio de visión. Por otra, porque
la credibilidad del testigo o de la víctima se con-
vierte entonces en algo que ayuda a cambiar los
propios esquemas sin ver amenazada la identidad
(dado que el otro no es alguien que me niega, y
de quien tengo que defenderme).
Nos pasó en el ‘Taller de trabajo sobre el
papel de las víctimas del terrorismo y de los
movimientos sociales en un proceso de re-
conciliación’ de Aiete. Una persona de CO-
VITE escuchó a Jonan Fernández contar que
él había sido torturado. Nunca había tenido
la oportunidad de estar con una persona que
había sido torturada, una persona que para
él tenía credibilidad. Quizás tendríamos que
favorecer esos encuentros, con gente que
no sea cuestionable, con personas que no
sean ‘sospechosas’. Txuri Aranburu.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
Comprensión de los elementos
que resultan confrontativos
Dada la fragilidad de estos procesos y lo pequeño
de la sociedad vasca, no son infrecuentes los im-
pactos cruzados de hechos que si bien son injustos
pueden confrontar con experiencias aún más
duras. Como en el caso que se recoge a continua-
ción, hay que tratar de evitar experiencias que al
margen de su sentido puedan ser confrontativas a
nivel personal. Tener en cuenta una visión amplia
de los impactos y de las consecuencias en perso-
nas más cercanas es parte de la manera en cómo
afrontar estos desafíos.
En el congreso mundial de DDHH en el Kur-
saal de Donostia, en el que como acto final
se homenajeó a los periodistas José Couso
y a Julio Anguita Parrado asesinados mien-
tras ejercían como reporteros de guerra,
participamos de un discurso “magnífico”
sobre la libertad de expresión y sobre los
periodistas que van a Afganistán o Irak,
también sobre el cierre de Egunkaria… Re-
cuerdo que estaba al lado de Gorka Landa-
buru, y por lo visto el ponente no le veía,
aunque estaba justo delante de él. Ni una
mención al atentado que él y otros periodis-
tas habían sufrido aquí. El discurso perdió
credibilidad, no era un discurso ni un senti-
miento interiorizado y ello le delató. Txuri
Aranburu.
Yo creo que puede haber una sensación de
rabia, por haber quitado el nombre de Ar-
gala del callejero, y de Iharra. De alguna
manera, con el tiempo se van asimilando
argituz febrero de 2012
75
poquito a poco este tipo de cosas. También
creo que se va asimilando la igualación de
todas las víctimas del conflicto. Alberto
Ruiz de Azua.
Atender a las diferentes
respuestas familiares
Pero no hay que asumir que la posición de los fa-
miliares sea siempre igual o muestre una cohe-
sión. En muchos casos las actitudes de diferentes
personas de la familia respecto el propio caso o la
memoria de la víctima pueden ser diferentes,
tanto en el caso de víctimas de ETA como del GAL
o de agentes del Estado. Tener en cuenta estas di-
ferencias, apoyarse en las personas con mayor
compromiso y sensibilidad, pero también tener en
cuenta el posible impacto negativo en otros es im-
portante en estos casos.
__________________________________
40 La secuencia de informes realizados por encargo del Parlamento y
Gobierno vascos hasta el momento son: 1) “Ponencia Víctimas de
la Violencia”. Comisión de Derechos Humanos y Solicitudes
Ciudadanas del Parlamento Vasco. Tomos I y II, noviembre de
2000. / 2) “Informe sobre Víctimas del Terrorismo practicado por
grupos incontrolados, de extrema derecha y el GAL”.
Departamento de Interior. Dirección de Atención a Víctimas del
Terrorismo del Gobierno Vasco, junio de 2008. / 3) “Informe sobre
Víctimas de Vulneraciones de Derechos Humanos derivadas de la
Violencia de Motivación Política”. Dirección de Derechos Humanos
del Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social del
Gobierno Vasco, junio de 2008. / 4) “Víctimas de Vulneraciones de
Derechos Humanos y Sufrimientos Injustos producidos en un
contexto de Violencia de Motivación Política”. Dirección de
Derechos Humanos y Dirección de Atención a las Víctimas del
Terrorismo del Gobierno Vasco, diciembre de 2010.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
76 argituz febrero de 2012
Estoy llevando una cruzada en solitario… con
algo de apoyo moral de mi madre. El resto de
la familia prefiere mantener el silencio, cosa
que respeto. Tamara Muruetagoiena.
Como en otros casos, las acciones de memoria li-
gadas a la reivindicación de las víctimas tienen en
algunos casos un sentido de lazo simbólico con las
víctimas, algo que hacer para tratar de evitar lo
sucedido o algo que a la persona ausente hoy en
día le gustaría. Estos lazos con los ausentes, for-
man parte de las formas de sentido y de enfrentar
el duelo.
Lo peor es que tu padre haya muerto así. Me
entran ganas de protegerle cuando nadie
pudo hacerlo. Pienso que a él le hubiera
gustado que su hija sacara el tema y le rei-
vindicara y creo que es mi responsabilidad.
Tamara Muruetagoiena.
Evitar el uso político y generar
conciencia para todos
Un desafío de estas formas y lugares de memoria
es superar la politización de que son objeto en
ocasiones. Ello conlleva a una reivindicación de
nuevo de personas o víctimas con las que cierto
sector se siente más cercano políticamente, y no
una visión compartida de una memoria de las vio-
laciones de derechos humanos que ayude a formar
una conciencia colectiva.
Es un honor para mí que TAT, la IA, EA…
constituyan el Foro Esteban Muruetagoiena
contra la Tortura. Si yo me implico en esa
iniciativa es por la importancia del tema,
para evitar mensajes erróneos, para aportar
otros aspectos41, para que no sean las mis-
mas personas de siempre sino el público en
general quien repudie estos actos de tor-
tura, que se pueda incluir a más gente en
esa demanda. Soy consciente de que esto
no es nada fácil. Tamara Muruetagoiena.
También la prevención puede formar parte de la
reivindicación de la memoria de las víctimas. La
memoria de las víctimas de ETA es un aldabonazo
a la conciencia de la prevención y el fin de la vio-
lencia de ETA. Para las personas que han sido víc-
timas de la tortura, la memoria está asociada
también a la erradicación de esa práctica y las me-
didas que la han hecho posible.
Son precisamente las autoridades las que
tienen que dar ejemplo a la sociedad. Si no
se debe torturar, no se debe torturar. Lur-
des Zabalza.
Equidad de trato no es igualar
la victimización
Parte de la búsqueda de una memoria incluyente
tiene que ver con el respeto al dolor del otro, y
algo que en la Comisión de la Verdad de Sudáfrica
hacía Desmond Tutú, el obispo anglicano y Premio
Nobel de la Paz: la igualación moral del sufri-
miento. Es decir, el respeto al dolor del otro, de
todos los otros, era acogido y sancionado moral-
mente por el presidente de la Comisión que mos-
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
“Son precisamente
las autoridades
las que tienen que dar
ejemplo a la sociedad.
Si no se debe torturar,
no se debe torturar”.
traba una empatía compartida hacia la víctima y
sus familiares.
Creo que en nuestro mundo se ha empe-
zado a pensar en muchas cosas. Creo que
se necesita tranquilidad. Lo veo en mis
hijos. Hay más reflexión pero se necesita
más tranquilidad entre nosotros también.
Cuando la gente me dice que “les tienes que
odiar a muerte”, yo les digo que no. Por
muy guardia civil que sea él, no es culpable
de lo que hicieron aquellos. También, que te
den un tiro por la calle, eso tiene que ser te-
rrible. Axun Lasa.
Un reconocimiento hacia todas las víctimas y de
las violaciones de derechos humanos sufridas por
ellas, no significa igualar los procesos de victimi-
zación de que fueron objeto. Hay que separar la
necesidad de reconocimiento del sufrimiento in-
justo y la dignidad de las víctimas y sus familiares,
que es similar en las personas que han sufrido las
mismas violaciones, de la igualación de los meca-
nismos que las hicieron posible.
El mismo derecho a un reconocimiento y repa-
ración tiene la víctima de ETA con la que se ha
acumulado en muchos casos una deuda colectiva
de reconocimiento social y apoyo, como la de la
extrema derecha, o la de la guerra sucia del Es-
tado, haya tenido ésta siglas o no en la reivindica-
ción de sus acciones, porque no ha contado con el
argituz febrero de 2012
77
reconocimiento institucional o social necesario, ha
sufrido discriminación, ha sido cuestionada y ha
sufrido el impacto de los hechos y muchas veces
de la impunidad.
Un discurso concreto e incluyente
Dadas las dificultades de encontrar un lenguaje
común o las diferentes visiones de colectivos de
víctimas o de partidos políticos, los actos de reco-
nocimiento deberían ser entendidos desde una
perspectiva amplia que cale también en las formas
de dirigirse a las víctimas o del discurso incluyente
más amplio. Y en este sentido, dado el enorme dé-
ficit de reconocimiento de ciertas víctimas, se ne-
cesita ser consciente de ante quién se está y de
cuáles son las sensibilidades para que esos actos
sean espacios también de apertura y no se dejen
llevar por los discursos políticos dominantes.
Han insistido para que cuando se reúnan las
víctimas también acuda yo, y no he ido más
que este año por insistencia de Maixabel Lasa
y muy a mi pesar acudí. Mi hermana y yo fui-
mos. La gente iba con sus mejores galas. En
__________________________________
41 En un documental realizado por Tamara Muruetagoiena sobre la
historia de su padre, aparecen otros aspectos de su historia poco
conocidos, como que Esteban Muruetagoiena fue secuestrado
junto a su familia por parte de un comando de ETA durante varios
días, mientras obligaban al padre a curar a un miembro de ETA
herido, y que posteriormente recibió amenazas para que pagase el
impuesto revolucionario. Esta joven recoge en el documental un
relato inclusivo de diversas violencias.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
78 argituz febrero de 2012
ese encuentro, mientras todo el mundo se co-
nocía, los únicos que estábamos marginados
éramos mi hermana y yo. Me sentí aislado. El
primero en entrar fue el consejero. Luego,
empezaron a presentar uno a uno a los asis-
tentes y se veía que se conocían, se abraza-
ban, y cuando llegó a donde nosotros le
dijeron que éramos los hijos de Normi Ment-
xaka. Estoy convencido que no sabía quiénes
éramos. Una evidencia clara es que hay vícti-
mas de un lado y del otro. Porque las víctimas
de ETA son víctimas, y nosotros somos vícti-
mas, porque nos ha reconocido un tribunal.
Pero ellos, cuando hablan de víctimas, sólo
hablan de las víctimas de ETA. Respetando
todas las historias, me marché del acto. No
estaba a gusto. Con el único que me saludé,
y me dio un abrazo, fue con Gorka Landaburu.
Roberto Fernández Mentxaka.
Tener en cuenta los límites
Varias de las víctimas de ETA y del GAL o agentes
del Estado entrevistadas señalan la importancia,
pero a la vez las dificultades, de dicha memoria in-
cluyente. El reconocimiento amplio de las violacio-
nes de derechos humanos cometidas es visto
como algo positivo, pero cuando se trata de plan-
tear acuerdos o espacios comunes para las vícti-
mas de diferentes tipos de hechos o autores, se
manifiestan a veces diferencias o límites que es
preciso tener en cuenta.
A pesar del actual escenario sin violencia de ETA
y de distensión política, es probable que se nece-
“Sobre el Jardín de la
Memoria, lo consideramos
como nuestro. Yo estoy
cómodo ahí, con cómo se
ha formulado. Pero es
difícil eso de una memoria
incluyente. Hay diferentes
sensibilidades, y somos
tolerantes con eso aunque
no lo aceptemos, pero es
por el bien de todos.”
siten tiempos y acciones complementarias que
puedan acercar posturas o lugares de memoria en
los que las diferentes víctimas puedan sentirse re-
presentadas. Tener en cuenta estos posibles lími-
tes es parte del proceso, favoreciendo espacios
amplios en los que se pueda dar en todo caso un
reconocimiento diferencial o complementario, te-
niendo en cuenta que se trata de un proceso no
exento de conflictos, sentimientos encontrados o
diferencias ideológicas que pueden suponer límites
en el acercamiento o una flexibilización de las
metas de estas acciones o espacios de memoria.
Sobre el Jardín de la Memoria, lo considera-
mos como nuestro. Yo estoy cómodo ahí,
con cómo se ha formulado. Pero es difícil
eso de una memoria incluyente. Hay dife-
rentes sensibilidades, y somos tolerantes
con eso aunque no lo aceptemos, pero es
por el bien de todos. Partimos de la condena
a esos hechos que vivieron, y que merecen
una consideración, aunque eso no significa
que vayamos a estar de acuerdo con ellos.
Silverio Velasco.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
El tiempo es ahora.
Gestos que muestren voluntad de cambio
La verdad y la justicia son una contribución nece-
saria para un escenario diferente en el marco de
reconstrucción de las relaciones sociales fractura-
das en Euskadi y en la construcción de nuevos
consensos sociales o políticos. En un sentido más
general se necesitan gestos, declaraciones de re-
conocimiento de la injusticia y con compromiso en
la prevención, por parte de algunos perpetradores
o líderes políticos. Durante mucho tiempo dichas
acciones se han postergado señalando que “no era
el tiempo” todavía. Pero el tiempo que tenemos
está aquí.
Algunas iniciativas parciales de reconocimiento
se han dado por parte de ciertos presos de ETA, a
pesar de que las condiciones de reclusión y el con-
trol interno o la dispersión de que han sido objeto
han dificultado su análisis y reflexión. Más amplia-
mente, este reconocimiento es aún un paso pen-
diente por parte de la izquierda abertzale. También
por parte de quienes impulsaron la guerra sucia o
no investigaron sus acciones deberán darse pasos
de reconocimiento. En el marco del proceso futuro,
estos gestos probablemente necesiten tiempo,
dado que operan con símbolos que no pueden ser
cuestionados sin ser vistos como un ataque a la
identidad.
Gestos de diferentes líderes en este sentido se-
rían un paso importante para favorecer una base
ética y una memoria colectiva incluyente que parta
del respeto a los derechos humanos. Aunque poco
a poco se van sucediendo pronunciamientos y dis-
cursos que abren puentes hacia la convivencia, y
argituz febrero de 2012
79
se vislumbran actitudes hasta hace bien poco in-
usuales o, incluso, impensables, en líneas genera-
les el reconocimiento sigue sometido a la lógica de
la confrontación política, pasando por encima de
las víctimas.
Que pidan disculpas, pero seguimos viendo
esa ‘exaltación’ de las procesiones de los
viernes a favor de los presos… Pero no es
obligatorio que les concedamos el perdón.
Que cumplan las condenas. Que reconozcan
lo que hicieron. Estamos dispuestos a per-
donar nosotros y nuestros hijos. Pero ¿cómo
vamos a perdonar si nadie nos pide perdón?
Cada víctima en esto pensamos diferente.
Albino Alfredo Machado Pires, miembro
de COVITE.
Dichas acciones no son “dar oxígeno al enemigo”
sino una postura valiente de quien hace frente
abiertamente al pasado y una forma de respeto
por las víctimas de esos hechos. Pero también de-
berían hacerlo quienes han tenido responsabilida-
des en la llamada “guerra sucia” hasta los años
80 o el ocultamiento de los casos de tortura y su
falta de reconocimiento y reparación todavía hoy
en día.
Para avanzar no hacen falta solamente ges-
tos y orientar bien las acciones, sino decla-
raciones políticas que vayan en clave mas
humanitaria y menos sectaria. Declaracio-
nes reconociendo lo que se hizo mal y el
dolor causado a las víctimas, petición por los
presos de ETA de perdón, con el compro-
miso de reparar. En definitiva, habrá que
contribuir a crear un clima de convivencia
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
80 argituz febrero de 2012
para empezar a generar esperanza entre la
ciudadanía en favor de la concordia. Odón
Elorza.
Sin embargo, la respuesta a este desafío por parte
de algunos sigue siguiendo hoy en día: todavía no
es el tiempo. En lugar de hacer el tiempo posible.
¿Por qué no se ha hecho algo unificado, una
memoria de todos? La respuesta fue que no
es el momento. Cuando he propuesto colo-
car una placa con todas las víctimas se me
ha contestado con que no es el momento.
María Ángeles Lazkano Larrañaga, ex
alcaldesa de Zizurkil.
Pero hay quien hace el tiempo posible. Rosa Ro-
dero y Cristina Sagarzazu, viudas de los mandos
de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea y Montxo Doral
muertos en atentados de ETA en 1993 y 1996 res-
pectivamente, así como Uxue Retolaza, viuda del
histórico dirigente del PNV fallecido, Gorka Agirre,
acudieron el 20 de noviembre de 2010 a la ofrenda
floral que la izquierda abertzale organiza anual-
mente en homenaje a Santi Brouard y Josu Mugu-
ruza, ambos fallecidos por disparos de grupos
parapoliciales. Se trataba de la primera ocasión en
la que familiares directos de víctimas de ETA par-
ticipaban en un acto de estas características, que
el diario El Correo calificó de “insólita”42.
Días antes, en la rueda de prensa para anunciar
el acto dedicado a su padre, Edurne Brouard había
declarado asimismo que no tenía “ningún pro-
blema en solidarizarse con el dolor de otras vícti-
mas que ha generado la situación de conflicto”43.El
gesto de acercamiento al dolor ajeno de estas mu-
jeres constituyó algo novedoso y un ejemplo de
romper las fronteras de la solidaridad. Las razones
para participar en dicho acto de memoria tuvieron
que ver con el conocimiento personal de la hija de
la víctima y la propia figura de Santi Brouard, y
una perspectiva ética de la identificación con el
dolor de la familia.
Cristina me dijo: ¿qué te parece ir? Yo le
dije que bien conocía a Brouard porque
había sido mi pediatra. Creo que si él hu-
biera estado vivo habría muchas cosas que
no hubieran pasado después, era un hombre
de paz. En Bilbao no había familia, en una
época, que no hubiera pasado por sus
manos. Merecía darle un homenaje. El ho-
menaje a Muguruza se hacía en otro lugar.
Yo no lo conocía, no me decía nada el ir.
Además yo tengo una amistad con Edurne
Brouard, la aprecio y me parece muy sen-
sata. Pero antes de ir le preguntamos si le
parecía bien que fuéramos. Nos quedamos
atrás. Edurne vino a saludarnos, nos dio un
beso. Nos hemos llevado bien. Rosa Ro-
dero, viuda de Joseba Goikoetxea, mando
de la Ertzaintza
Rosa Rodero, al respecto, declaró que “nos han re-
cibido con los brazos abiertos” y que “todos somos
víctimas. No tiene nada que ver que tengamos di-
ferentes ideas”.44 Esta diferencia entre la empatía
por el dolor dejando al margen las diferencias ide-
ológicas es un elemento central de una memoria
incluyente. Aunque, como señala Edurne Brouard,
“estas actitudes no surgen de un momento a otro,
son producto de años de reflexión y trabajo en
búsqueda de soluciones y también, y hay que de-
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
“Nosotras fuimos como
un acto de solidaridad. Yo
iba a expresarme para una
gente que ha sufrido un
dolor igual al mío. Para
Edurne la pérdida de un
padre y ella joven, yo sé
por lo que ha pasado. Lo sé
por el dolor, no por las
ideas políticas. La empatía
nos une por el dolor.”
cirlo ya, de diálogo y discusión entre diferentes.
En el caso concreto de Rosa y Cristina nos cono-
cemos desde hace años, y también que hemos ha-
blado en diversas ocasiones, creo que ellas
valoraron que aquel era el momento de dar el paso
y así lo hicieron, ante lo cual, no tenemos nada
más que añadir”.
Cuando ya nos íbamos nos abordó un perio-
dista y nos preguntó ¿por qué habéis ve-
nido? Así sin más, como extrañándose. Ahí
fue donde luego se hizo público. Nosotras
fuimos como un acto de solidaridad. Yo iba
a expresarme para una gente que ha sufrido
un dolor igual al mío. Para Edurne la pérdida
de un padre y ella joven, yo sé por lo que
ha pasado. Lo sé por el dolor, no por las
ideas políticas. La empatía nos une por el
dolor. Rosa Rodero, viuda de Joseba Goi-
koetxea, mando de la Ertzaintza.
Esta acción de solidaridad con las víctimas consi-
deradas “del otro lado” fue objeto de numerosas
reacciones. La propia Rosa Rodero declaró poste-
riormente a El Correo que “el sufrimiento es igual
argituz febrero de 2012
81
para todos los que hemos perdido a personas cer-
canas por causas sin justificación. Nos da igual de
quién sea, de ETA, de los GAL... Eso es lo que
menos importa”.45
Lo que más me fastidió fue que se le empezó
a dar vueltas a una cosa muy normal. Fui al
homenaje a Santi Brouard, a estar con la hija
y con su madre. Algunos medios de comuni-
cación empezaron a sacar todo de contexto y
me llamó mucha gente preguntando por qué
lo habíamos hecho. Rosa Rodero.
Todo ello muestra que los gestos demostrativos
de esta solidaridad cruzada tienen un enorme
valor también social, así como que descolocan los
esquemas con los que frecuentemente tiende a
verse la memoria de las víctimas, y los discursos
de control que se dan alrededor de ella46. Para la
propia Edurne y sus allegados, este gesto tuvo un
enorme valor.
__________________________________
42 “Las víctimas estamos ya unidas porque nuestro dolor es el
mismo”. Las viudas de los mandos de la Ertzaintza Joseba
Goikoetxea y Montxo Doral, asesinados por ETA en 1993 y 1996,
respectivamente, no esperaban que su decisión de acudir, en un
gesto insólito, al tributo que Batasuna rindió el pasado sábado en
Bilbao a Santi Brouard y Josu Muguruza fuese a levantar “tanta
expectación”. “Era un riesgo, pero espero que sea para bien”,
reconocía ayer Cristina Sagarzazu a El Correo” (23/11/2010).
43 “Gara” del 22 de noviembre de 2010.
44 “El Correo” del 21 de noviembre de 2010.
45 “El Correo” del 21 de noviembre de 2010.
46 Paul Ríos, portavoz de Lokarri, tituló este gesto como: “Más que
mil palabras por la reconciliación”, mientras que Josu Puelles,
hermano del policía Eduardo Puelles asesinado por ETA el 19 de
junio de 2009, criticó a ambas mujeres en un escrito público
titulado “Carta a Cristina y Rosa”. “El Correo” del 24 de noviembre
de 2010.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
82 argituz febrero de 2012
Principalmente fueron dos los sentimientos
que tuvimos en aquel momento, tanto yo,
como, creo, el resto de amigos y familiares
de Santi y Josu que estábamos allí: sorpresa,
por una parte, puesto que desconocíamos
que fueran a venir, y agradecimiento, por
otra, porque tras muchos años de lidiar con
el tema, sabemos bien lo que cuesta dar
pasos en este terreno y entendemos que, en
el camino de la solución definitiva, gestos
como este, cuestan mucho (muchísimo, qué
duda cabe, después de tanto sufrimiento y
enfrentamiento) a las personas implicadas
pero son, a mi juicio, actos muy pedagógi-
cos. Edurne Brouard.
A los dos días de ese acto, Rosa Rodero seguía ex-
plicando a quien quisiera oírla que "haciendo cuen-
tas, si esto sigue adelante, el día de mañana y
conseguimos la paz, vamos a seguir conviviendo
todos juntos. Porque, aquí, vamos a seguir es-
tando todos. Más tarde o más temprano, vamos a
estar juntos".47
Estos gestos de solidaridad con las víctimas “del
otro lado”, es decir que responden a diferentes
perpetradores o distintas sensibilidades políticas,
conllevan procesos personales diferentes en donde
no se pueden poner reglas ni presiones morales,
dado que forman parte del proceso de asumir el
dolor en un contexto político conflictivo, pero tam-
bién de tener una visión más amplia sobre el su-
frimiento colectivo.
Los ritmos y los tempos que las personas
nos damos a nosotras mismas, para asumir,
vivir y finalmente, superar la tragedia son
absolutamente personales y, ésta, aunque
pueda parecerlo, no es una cuestión baladí:
si no aceptamos que cada una de nosotras,
personalmente, tenemos que recorrer ese
camino desde nuestra personal situación,
difícilmente aceptaremos que el proceso de
entendimiento y reconciliación va a ser, si lo
queremos al fin triunfante, largo y sinuoso.
Y, a mi juicio, así es como debe y va a ser.
Dejando al margen el tema del perdón (este
sí, total y absolutamente interpersonal –
entre personas-) haremos entre todas que
la convivencia y la reconciliación sean posi-
bles usando permanentemente el diálogo y
la confrontación de ideas, pero aceptando
que el proceso de cada uno de nosotros y
nosotras va a requerir que las soluciones se
vayan dando paulatinamente, al ritmo que
cada cual necesite y sin hacer de ello un re-
quisito indispensable para avanzar en la so-
lución de otros temas que también serán
importantes y en los que habrá que ir avan-
zando. Edurne Brouard.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
5. RECOMENDACIONES
PARA LAS MEDIDAS
SIMBÓLICAS Y DE
RECONOCIMIENTO
Recomendaciones para las medidas
simbólicas y de reconocimiento
1 Tener en cuenta la participación de las
víctimas: las expectativas previas tam-
bién marcan -en parte- la sensibilidad frente
a los resultados. Se necesita una valoración
real por parte de las víctimas de lo que se
puede esperar o no del reconocimiento, de
manera que se ajuste más el grado de satis-
facción esperable, o lo previsible de su com-
portamiento. Por parte de los municipios se
ha de articular la participación de las vícti-
mas, para que puedan ser escuchadas sus
expectativas y tomados en cuenta sus pun-
tos de vista en la medida de lo posible.
2 Cuidado de los detalles e implicaciones:
los actos de reconocimiento y simbólicos
poseen implicaciones prácticas y logísticas
que hay que considerar, para adecuarlas al
sentido de la acción. El tiempo de prepara-
ción, la definición de participantes y el esce-
nario, así como los mensajes claros de las
personas que intervendrán, resultan decisi-
vos. Con una actitud de flexibilidad es posi-
ble lograr acuerdos satisfactorios y que
tengan en cuenta las dificultades de las par-
tes implicadas.
3 Cambiar la perspectiva: un problema de
quien hace el reconocimiento es que
argituz febrero de 2012
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siente que no tiene que responder por actos
en los que no se tuvo una responsabilidad
personal directa. Sin embargo es preciso en-
tender la responsabilidad de una manera
más amplia y tener una visión positiva de
estos actos, no como un cuestionamiento
sino como un refuerzo de su compromiso en
la defensa de los derechos humanos, tendría
efectos saludables, dentro de los municipios
así como en la sociedad.
4 Peticiones de perdón o reconocimiento
de responsabilidad: las peticiones de
perdón públicas y genuinas son importan-
tes y pueden tener un impacto positivo en
las víctimas y sobrevivientes. Suponen un
marco de reconocimiento social y una
forma de valorar la dignidad de las vícti-
mas. Se necesita un reconocimiento de los
hechos, la injusticia del sufrimiento y el
compromiso en la prevención. Hay que evi-
tar los reconocimientos superficiales que no
muestran un cambio de voluntad política.
Por otra parte, las víctimas tienen que to-
lerar la ambigüedad que generan dichas si-
tuaciones entre el enorme impacto de la
pérdida y el diferente significado personal
del reconocimiento.
__________________________________
47 “Noticias de Gipuzkoa” del 23 de noviembre de 2010.
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
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Coordinar iniciativas en el ámbito local
Como se ha señalado en el análisis de las expe-
riencias, no han existido hasta ahora criterios
comunes respecto la memoria en el ámbito local.
Aunque ya se señalaron algunos de los factores
que intervinieron en el pasado y que podrán se-
guir existiendo en el futuro, es conveniente rom-
per con la tendencia selectiva de la memoria y
generar iniciativas que puedan mostrar una vo-
luntad común, independientemente de las dife-
rencias locales. Un trabajo común por parte de
los municipios podría ayudar a romper tanto el
silencio como las tendencias enquistadas por las
diferentes formaciones políticas, con una refle-
xión más desde abajo y teniendo en cuenta el
impacto local.
Me da pena que Eudel no haya convocado
aún a los alcaldes para pedirles que cola-
boren en un proceso en favor de la disten-
sión y la convivencia desde los municipios,
generando grupos de trabajo transversales
para debatir cómo crear espacios de dialogo
entre alcaldes y entre víctimas de diferente
origen. No sería un encuentro de Eudel con
Udalbiltza, sino un foro plural de alcaldes
por la paz, al margen de los Partidos. Odón
Elorza.
Proteger de agresiones a monumentos
y lugares simbólicos
En su día se puso un monolito muy grande.
Se puso tal que una noche y a la mañana si-
guiente se lo cargaron los de la extrema de-
recha y apareció propaganda en la calle que
ponía: “Puta en vida, coronada de muerta”
firmado por los Guerrilleros de Cristo Rey.
También yo tuve amenazas telefónicas, in-
cluso de muerte. Me decían: “el siguiente
vas a ser tú” y cosas de esas. Roberto Fer-
nández Mentxaka.
El ejemplo anterior del caso de Normi Mentxaka
en Santurtzi muestra que la pelea por la memo-
ria ha estado presente en las últimas décadas y
la destrucción de monolitos, placas o lugares de
recuerdo ha sido frecuente en distintos momen-
tos, como una forma de agresión sobre las vícti-
mas o negación de la memoria de los hechos.
Agresiones similares se han dado en monumen-
tos a víctimas de ETA o de víctimas del fran-
quismo en los últimos años, aunque muestran
más el sectarismo de ciertos grupos que una
respuesta colectiva.
El País Vasco, como parte de esa disputa con-
tra la memoria de las víctimas de diferente
signo, tiene una larga historia de monumentos
que han sufrido ataques, ya sea en memoria de
víctimas del franquismo, de ETA, del GAL y otros
grupos o de agentes del Estado, todavía hasta la
actualidad. Los más recientes, ocurridos durante
el verano de 2011, han sido los ataques contra
la estela dedicada al ex gobernador de Gipuzkoa,
Juan Mari Jáuregui, en el monte Burnikurutzeta
de Tolosa, y contra la escultura en honor de Fer-
nando Múgica, en el monte Igeldo de Donostia48,
así como la rotura de las placas y pieza de me-
tacrilato dedicadas a los muertos por el fran-
quismo en Sagües y Ulía de Donostia. A su vez,
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“Me da pena que Eudel

no haya convocado aún a
los alcaldes para pedirles
que colaboren en un
proceso en favor de la
distensión y la convivencia placa. Cuando preparamos las bases de la
desde los municipios, escultura, se hizo en estos términos: un
elemento anti vandálico, que se pueda
generando grupos de limpiar bien, que sea irrompible, etc. Me
trabajo transversales para ha hecho recordar que en todos los años
que lleva puesto nunca ha ocurrido nada,
debatir cómo crear no ha tenido ni un solo ataque, no han qui-
tado nunca las flores, nunca ha habido una
espacios de dialogo entre
pintada… Creo que alguna vez hubo una
alcaldes y entre víctimas de concentración de familiares de presos,
pero a mí eso no me parece criticable, al
diferente origen. No sería
contrario. Que yo recuerde, la izquierda
un encuentro de Eudel con abertzale no ha participado activamente
pero tampoco lo han criticado. Txuri
Udalbiltza, sino un foro
Aranburu.
plural de alcaldes por la
Se deberían cuidar estas expresiones de memoria
paz, al margen de los como parte del patrimonio cultural colectivo, pro-
Partidos.” tegiéndolas con medidas legales adecuadas y ve-
lando por su conservación como símbolos de la
defensa de los derechos humanos.

__________________________________
48
el 8 de julio trabajadores del servicio de limpieza
de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona
retiraron las flores recién colocadas junto a la
estela que recuerda a Germán Rodríguez,
muerto en ese mismo lugar en los Sanfermines
del 7849.Si bien el significado político de estas
actuaciones puede ser diferente en el contexto
actual, el impacto en las víctimas es probable-
mente el mismo en todos los casos.
49
Con todo esto y al final llegamos al mono-
lito, después de una discusión enorme, se
consensua todo, el sitio, el elemento, la
Los dos ayuntamientos de Tolosa y Donostia, regidos por Bildu a
partir de mayo de 2011, se han comprometido a arreglar los
desperfectos: “El gobierno municipal de San Sebastián ha
anunciado hoy que restaurará ‘con absoluta normalidad y
naturalidad’ el monolito en memoria del dirigente del PSE
Fernando Múgica, asesinado por ETA, que presenta serios daños
tras haber sufrido un ataque por parte de desconocidos. El
gobierno del Ayuntamiento de Donostia dirigido por Bildu ha
anunciado que asumirá las tareas de reparación, tal y como hizo el
Ayuntamiento de Tolosa, también de la coalición abertzale, con la
estela dedicada al ex gobernador civil de Gipuzkoa, Juan Mari
Jáuregui” (El País, 10/08/2011).
“Retiran las flores colocadas en memoria de Germán Rodríguez
por orden municipal. Habían sido depositadas el viernes al
mediodía como homenaje en el 33º aniversario de su muerte”
(Noticias de Navarra del 10/07/2010).
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“Estamos ya cansados
de tanta discusión sobre la
memoria. Venga ir para
aquí y para allá a actos.
Cuando estuvimos con el
Situar en su medida y dar seguimiento anterior Lehendakari le
a las acciones dijimos, ¿cuántos actos
Sin embargo, al margen de la focalización en esos generales se van a hacer?
aspectos, lo relativo al seguimiento de las acciones Yo no necesito ir a más
y a un marco general más amplio de una memoria
incluyente supone también dar seguimiento a las lugares para eso, es un
acciones, mantener un cierto contacto personal o
trastorno. Para mí no tiene
analizar las posibilidades de continuidad. Las ini-
ciativas actuales o futuras sobre un día de la me- ya sentido. Yo recuerdo
moria con carácter incluyente pueden constituir el
todos los días, pero no me
marco de oportunidad para retomar muchos de
estos desafíos evitando los riesgos de la utilización apetece tener que
política o los sesgos con los que estos temas se
recordarlo un día marcado.
han venido tratando en la sociedad vasca.
Eso no tiene sentido.”
Ha coincidido que este año he estado fuera,
pero la alcaldesa en funciones convocó un
pleno y se hizo alguna manifestación en este
sentido, reconociendo el dolor de las vícti-
mas e incluso se hizo una concentración en las capitales ya se cerró un ciclo, ya estuvo.
las puertas del ayuntamiento. Alberto Ruiz Yo no necesito ir a más lugares para eso, es
de Azua. un trastorno. Para mí no tiene ya sentido.
Yo recuerdo todos los días, pero no me ape-
Por otra parte, existe también el riesgo de generar tece tener que recordarlo un día marcado.
cansancio en la sociedad con mensajes estereoti- Eso no tiene sentido, que quede para la his-
pados y politizados en este tipo de acciones. Un toria, estará en los libros. Rosa Rodero,
desafío para el futuro es mantener acciones de una viuda de Joseba Goikoetxea, mando de la
forma sostenible que ayuden a procesos que en la Ertzaintza.
sociedad tienen también una dimensión de largo
plazo.

Estamos ya cansados de tanta discusión

sobre la memoria. Venga ir para aquí y para Lugares de significado y proyección
allá a actos. Cuando estuvimos con el ante-
rior Lehendakari le dijimos, ¿cuántos actos La discusión en algunos lugares ha llevado a
generales se van a hacer? Con los tres de proyectos arquitectónicos o lugares de memo-
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.

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Jardín de la Memoria
Oroimenaren lorategia

El Jardín de la Memoria de Donostia es

una superficie de 35.000 m2 en el barrio
de Riberas de Loiola, cerca del río
Urumea, que fue inaugurado el 26 de
ria con una proyección educativa y de trabajo
marzo de 2011.
de derechos humanos como los proyectos del
Jardín de la Memoria y la Casa de la Paz de Do-
El texto que aparece en el panel
nostia, donde la decisión sobre el espacio con-
explicativo que se encuentra a la entrada
jugó lo paisajístico con un espacio de recuerdo
del jardín expresa la vocación
y de reflexión, con el esparcimiento y el en-
integradora y los objetivos que se
torno positivo en el que diferentes elementos
persiguen: “Un espacio para mantener
adquieren un significado de reivindicación de
vivo el recuerdo de todas las víctimas de
la paz.
la violencia, el terrorismo y las guerras.
Un claro testimonio de solidaridad de la
Con la Casa de la Paz de Aiete en San
ciudad de San Sebastián hacia todas las
Sebastián, había que dar un salto cuali-
ciudades del mundo que han sufrido y
tativo y crear un espacio de referencia
sufren estas situaciones. Un lugar para
identificable en el País Vasco y en Eu-
recordar a las víctimas, como un
ropa. Nace para ser la Casa de los DDHH
homenaje que permanecerá para
y de la Paz, pensando en convertirse en
siempre. Un jardín de floración blanca,
un espacio de rencuentro, reconciliación
llena de vida, para el recogimiento y para
o concordia cívica. La función de la Casa
la reflexión sobre el significado de los
de la Paz es la de ser un semillero de paz
derechos humanos, la paz y la libertad.
para el trabajo en red con otras ciudades
Un espacio para rehacer las bases de
y entidades que apuestan por el desarro-
nuestra convivencia”.
llo la cultura de paz, para el intercambio
de ideas a nivel internacional, de manera
Una ciudad que ha tenido más de 110
que todo ello tenga una incidencia en la
asesinados en sus calles y centenares de
formación y educación de la ciudadanía…
atentados debía contar con un parque
Odón Elorza.
público para la reflexión personal sobre
lo sucedido en Euskadi, pero también en
Dicho espacio está proyectado desde un obje-
otros países con motivo de guerras o de
tivo más amplio de la paz, en donde puedan
actos de terrorismo. De ahí la creación
verse representadas diferentes sensibilidades.
del Jardín de la Memoria, que ya existe
Esta concepción de un objetivo más amplio y
en otros países. Un Jardín sobre la
con significado concreto a la vez que múltiple,
Memoria de las víctimas con diferentes
puede conjugar un espacio de recuerdo con di-
especies de árboles todos ellos de flor
ferentes lugares y significados en los que dife-
blanca, el color de la paz.
rentes tipos de víctimas se sientan reflejados
Odón Elorza.
o donde pueda encontrarse un lugar de expre-
sión o reflexión para la sociedad en general.
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Convocatorias generales:
atender a la memoria incluyente

Las medidas simbólicas son huellas que marcan el

camino para asumir la verdad y una expresión de
ruptura con la violencia o sus autores. Sin em-
bargo, se insertan en un contexto social y político
determinado y, como ha podido verse en este es-
tudio, hay diferencias importantes en distintos me-
dios locales.
Día de
En los últimos años, la primera iniciativa de ca- la memoria
rácter general que impulsó que numerosos ayun-
tamientos empezaran a pensar en una perspectiva El Día de la Memoria,
de la memoria de las víctimas fue el Plan de Paz aprobado en el Parlamento
del Lehendakari Juan José Ibarretxe, en 2008. para el 10 de noviembre, tiene un
Posteriormente, en 2010, se llevó a cabo la decla- nombre genérico para tratar de
ración de un Día de la Memoria por parte del Par- evitar los problemas de versiones,
lamento Vasco con los votos de los partidos PNV, interpretaciones, de forma que se
PSE, PP, EB y UPyD, y las abstenciones de EA y pueda hacer una memoria incluyente,
Aralar, por no incluir al conjunto de víctimas. más que una memoria compartida. Se
trata de que ese sea un canal hacia la
En ambos casos no se contó con el necesario confluencia. Fue fácil hacerlo entre las
consenso por parte de los diferentes partidos po- víctimas del terrorismo de ETA, luego
líticos. Sin embargo, dichas iniciativas constituyen tratamos de pasar a una compartida con
oportunidades para llevar a cabo un espacio de “otros” terrorismos, y es más complicado
memoria más amplio, aunque se dieran antes de con las demás víctimas. Pero el riesgo
que exista siquiera un consenso básico sobre quié- es que se estigmatice el propio día y se
nes son las víctimas desde una perspectiva inclu- retraiga la gente. Hasta el momento,
yente. Todo ello generó también respuestas las iniciativas compartidas han sido
diferentes e incluso rechazo de víctimas del fran- muy escasas y de poca relevancia.
quismo o de grupos de extrema derecha que aún Maixabel Lasa, directora de la
no han tenido un reconocimiento. Estas iniciativas DAVT.
no deberían ser usadas sin un consenso básico,
para no correr el riesgo de quedar en la cuneta de
buenas ideas de las que hay una amplia experien-
cia en el caso del País Vasco.
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
La memoria pensando en el futuro
Desde una perspectiva más amplia en el tiempo,
la memoria es un desafío para el presente y el fu-
turo. Las entrevistas realizadas muestran algunas
de las dificultades y desafíos que esto produce en
una memoria que no mira solo hacia la deuda de
reconocimiento, sino a la contribución a la paz y
un futuro diferente de prevención de la violencia y
las violaciones de derechos humanos.
Hace 9 años realizamos un concurso inter-
nacional de proyectos para el diseño del
nuevo Jardín de la Memoria en Riberas de
Loiola. El Foro de Víctimas participó en la
elección de la propuesta más interesante, lo
mismo que había sucedido con el concurso
para la construcción del monolito en re-
cuerdo a todas las víctimas en los jardines
de Alderdi Eder, junto al Ayuntamiento.
Ahora hay que buscar más implicaciones de
colectivos para dinamizar y dar contenido a
todos estos espacios públicos con activida-
des culturales, encuentros y debates, expo-
siciones en coproducción con equipamientos
parecidos de otras ciudades, plantaciones
colectivas de arboles en primavera en las
que participen personas significativas, fies-
tas infantiles, actos de exaltación de la paz,
etc. Odón Elorza.
En cualquier caso, siempre he sido una
mujer optimista, y no voy a cambiar preci-
samente ahora, en el momento más espe-
ranzador de los últimos 50 años. Y, además,
mi optimismo es producto de la reflexión y
el diálogo entre diferentes: creo que tene-
argituz febrero de 2012
89
mos una sociedad madura e inteligente, que
sabrá dotarse de los mecanismos necesarios
para lograr en nuestro país una convivencia
normalizada entre las partes largamente en-
frentadas con seguridad. Y, a partir de ahí y
insisto, poco a poco, el tiempo y el diálogo
nos llevarán a vivir en una sociedad norma-
lizada y si es posible, tiempo al tiempo, re-
conciliada. Edurne Brouard.
Desde el punto de vista local, los desafíos son in-
cluir estos hechos y experiencias en la memoria
local a través también de publicaciones, medios
audiovisuales, online, etc. que puedan llevar a
nuevas formas de memoria incluyente con un
componente social y pedagógico.
A mí me gustaría poder escribir algo de esto
dentro de los materiales que estamos publi-
cando sobre la historia de Zizurkil, como co-
lofón a los trabajos de esa colección, donde
se pueda sentir reflejada la diferente gente,
los puntos de vista políticos, las dos zonas
de Zizurkil, la pluralidad. Con el impulso de
este informe se podría impulsar algo de re-
cordatorio con consistencia, y que tenga el
respaldo de todos, sacar una moción que
muestre una renovación del compromiso del
ayuntamiento, con la verdad, justicia y re-
paración de las víctimas. De todas, que eso
quede reflejado… María Ángeles Lazkano.
En la actualidad, reivindicamos tener un es-
pacio permanente de memoria con espacios
audiovisuales, como audición de testimo-
nios, exposiciones y unidades didácticas. En
el presente curso hemos realizado, en este
 EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.
90 argituz febrero de 2012
sentido, una petición a la dirección de DDHH
del Gobierno Vasco. Víctimas del 3 de
Marzo de Gasteiz.
Pero por otra parte también es importante preve-
nir los posibles cansancios o reiteraciones y tener
en cuenta el cumplimiento de expectativas de re-
conocimiento que se da en algunos casos. Es decir,
se necesita insertar dichas acciones en una pers-
pectiva más amplia y sostenible para evitar que
pierdan sentido.
Yo creo que se está haciendo demasiada
historia con el tema de las víctimas. Pienso
que podemos llegar a cansar a la gente. Los
políticos lo están manoseando demasiado.
Lo dejaría como está. De mi ama, se acor-
dará la gente de toda la vida, porque son del
pueblo. Éramos muy conocidos y coincidió
con una fiesta muy importante. Hoy, toda-
vía, la gente me conoce por el hijo de
Normi. A mí, lo que me vale es ese re-
cuerdo. Todos los años, por el día de aniver-
sario, bajo con un ramo de flores y lo pongo
donde mataron a mi ama. El homenaje se lo
hago yo. Roberto Fernández Mentxaka.
Por último, es importante ser conscientes de que
lo que está en juego es también el impacto de esta
memoria en las nuevas generaciones. Por una
parte han existido pocos estudios sobre los impac-
tos en la segunda generación, especialmente en
los hijos de las víctimas que han ido creciendo en
un contexto de violencia y falta de reconocimiento.
Los hijos no han querido aparecer, me
queda la duda de saber qué pasa con ellos.
Esta generación que se está haciendo mayor
y con la que casi no hemos tenido contacto.
No sé cómo han gestionado su sufrimiento,
me intriga. Txuri Aranburu.
Por otra parte, se necesita contar con la impli-
cación de las nuevas generaciones, sus criterios y
nuevas visiones en los procesos que se puedan dar
en el futuro.
Habría que ver en qué nichos de población
tienen efecto estos debates, porque los cha-
vales que tienen veintitantos o 30 años,
como que les viene al pairo todo esto, tam-
poco tienen la sensibilidad que tenemos las
personas de 45 años para arriba, que éra-
mos más conscientes de lo que fueron los
años de la transición y de los años violentos
del posfranquismo. Yo creo que a las perso-
nas de 50 años para arriba, estos debates
nos están sirviendo para quitar el miedo a
hablar. Alberto Ruiz de Azua.
Una memoria que no estigmatice a las víctimas.
Que reivindique su dignidad. Que suponga una
sanción moral frente a la violencia y un reconoci-
miento plural de las diferentes violaciones de de-
rechos humanos y sus responsabilidades.
Pero sí se necesita una memoria completa
para la no repetición, con todos, para que
eso no vuelva a ocurrir. La memoria tiene
que existir, pero no ese día nada más. Una
memoria para la prevención, no para decir
siempre que somos víctimas. Se necesita
una memoria que no sea de las víctimas
de primera, segunda o tercera porque no
EL TIEMPO ES AHORA. ¿ES POSIBLE UNA MEMORIA INCLUYENTE DE LAS VÍCTIMAS EN EL ÁMBITO LOCAL? Experiencias y desafíos.

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tienen los mismos derechos o el mismo

reconocimiento. Rosa Rodero.

La memoria, tan revindicada en la actualidad

desde distintos sectores, se enfrenta al desafío de
señalar los aprendizajes compartidos para el fu-
turo. Esperamos que esta investigación constituya
un aporte para ello.