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FERNANDA PÉREZ
Capítulo 1
Leticia
-Mamá, me voy.
-¡Mamá! –ya empezaba con ese clásico tono que los hijos suelen
aplicar cuando creen que sus padres están siendo demasiado sobre
consulté:
- ¡No má! Vayan a hacer algo lindo con papá. Salgan a comer, al
cine…
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CUANDO DEJÉ DE AMARTE
charlábamos de todo.
piel gastada y este cabel o cuyo tinte cobrizo tapaba con esfuerzo
Encontrarme con un café humeante entre mis manos sin tener que
berrear con mis hijos, era un deleite. Más de una vez, los fines de
cuando los mel izos tenían 6años y Magui 3 está por hacerse
Ayer, sin ir más lejos, colgué fotos del fin de semana en la casa de campo
familiar. Todos sonreíamos: Beto, Magui, yo, mi vieja, mis
en nada a los de las fotos. Entré al álbum, cinco “me gusta” de gente que
apenas conozco, de gente que apenas me conoce.
quería todo. Pero luego l egaron otros tiempos y cada vez que
hacer tal o cual cosa”, “haré esto cuando pasen las fiestas”, “haré
quiero?”.
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obvios sobre la edad, y algún que otro desubicado que lanza un “ya
Luego el almuerzo con mis padres, dos personas a las que adoro
pero con todas las ñañas propias de la edad. Los achaques, las
pero juro que descanso cada vez que se van para allá. Más de una
vez detesto a mis hermanas cuya misión es solo enviar dinero para
interminable de remedios.
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cumple y que tengas un gran festejo con tus seres amados”, “feliz
cumple y….”
¡La puta que los parió!, me digo. Tantos mensajes y aquí estoy, sola en el
living, a medio vestir y esperando que Ernesto me responda a
mal: ser intolerante con cada relación que mantuve y ser demasiado
carreras, y a trabajar, y a cuidar de otros, y que tengo ese aire de mujer que
todo lo puede y…
mis amigos del pueblo, con Diego y los chicos de la banda tocando
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Era la época del frenesí, los años de las ilusiones, los tiempos en los que se
sueña con cambiar el mundo. Por eso estudié Trabajo Social
alguna cosa de esas lindas que pasan en la ficción. Pero el timbre no suena, y
aquí estoy con un par de zapatos altísimos que me
Miro los zapatos de nuevo y con una convicción de esas que suenan
vida”.
Una cosa es pensarlo, otra escribirlo… más difícil será ejecutarlo.
Me abro una cerveza y brindo por esos 76 mensajes sin alma, por
“Urge una persona que me arrul e entre sus brazos, a quién contarle 13
sufrir”.
Lola
Al fin iba a comenzar a trabajar. Necesitaba volver a sentirme útil, ganar mi
propio dinero. No fue fácil convencer a Pablo pero yo ya
las que les daba demasiada importancia al dinero, y por otra parte
vivir juntos. Una cosa era dejar la casa paterna y otra muy distinta instalarnos
a tantos kilómetros de mi hogar, de mi mundo. Me
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muere un chico!
- Igual es mi laburo.
- Yo me voy.
Sabía que entre nosotros no funcionaría una relación a distancia. Al menos no
para mí.
de los que apoyaban las decisiones de sus hijos. Ni siquiera era una situación
extraña. Benjamín se había ido a España a principio de año 15
me dediqué a mirarlo. Era perfecto: sus ojos claros, su piel tostada, su cuerpo
torneado…Estaba impecable y tenía un perfume
cielo para que me tocara con él. Y así fue. Éramos cinco en el
Recuerdo que dejé atrás mis pol erones coloridos y mis musculosas
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sol ozar. Pablo manejaba con una mano y con la otra me acariciaba
entre tíos y primos no era muy cercano así que por ese lado
Encima Pablo salía a trabajar cerca de las siete de la mañana y volvía a las
ocho de la noche.
prometo que desde febrero van a ser sólo ocho horas, así que cerca
de las cuatro y media voy a estar en casa –era evidente que sentía
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era evidente.
venideros.
de inglés. Mis padres habían estado visitándonos días atrás, pero se me hizo
tan breve que en cuanto l egaron ya había empezado a
“Te voy a pedir un favor: no hables de tu vida personal. Podés decir que estás
en pareja pero evita los detalles, ni se te ocurra decir que tu novio es el primo
del Ministro de Gobierno porque sino todo el
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Capítulo 2
podía atentar contra su buen ánimo. Dio unas cuantas vueltas por el
y algo distante:
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CUANDO DEJÉ DE AMARTE
-Mirá Dolores…
de Carolina para hablar sobre algo más que trabajo. Recién ahora se
daba cuenta de cuán sola y callada había estado todo ese tiempo.
- Me voy a España. Mis hermanas viven allá y l evo a mis viejos para que las
vean. Ellos son un poco mayores y no pueden hacer
semejante viaje solos, así que la licencia me vino bien.
extenderla a un año.
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Leticia.
luego vas a trasladar a Leticia. Ella junto a Víctor, un compañero que hoy
faltó, arman los informes, los presupuestos y los elevan a
nuestro jefe, Ernesto Sánchez. ¿Ya te lo presentaron?
un trabajo en el que podría hacer grandes cosas, y por lo visto sólo se trataba
de enumerar necesidades. Carolina estaba por seguir,
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- ¿No te dijeron que tenés que viajar una vez por semana a la
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rio Leticia por primera vez desde que había comenzado la charla.
***
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Por fin había l egado el miércoles. Salió del trabajo feliz y a las 18
semanales a la Colonia.
- Pero recupero las dos horas extras saliendo los viernes más
temprano–se justificó el a.
- Bueno, fíjate. Si se te hace muy pesado podés dejarlo.
todo un poco.
Ella no tuvo que responder. Simplemente devoró sus labios con tal
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Capítulo 3
25
***
Lola l egó puntual y en el bar no había casi nadie, solo Caro y otra
un desafío y todo un riesgo, pero creo que puede ser una buena
experiencia””.
Estaban hablando del tema cuando l egó Víctor. Era un tipo de unos
cariño sincero.
todo”, porque es al que le toca hacer “de todo”… -se miraron con
gente, pero sintió que la miraban con desconfianza. Iba a ser difícil ocupar el
lugar de Carolina. Así lo había dicho el propio Ernesto
detuvo en él, sino que observó de soslayo a Carolina. Hubo algo que
palabra “viniste”.
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interno que tenía el bar. Era una noche preciosa, prendió el cigarro y se puso
a mirar hacia el cielo. No l evaba más de cuatro pitadas
- ¿Conocés la Colonia?
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responder.
el a).
Volvió al interior del bar, recorrió esa mesa gigante para saludar a todos,
deseó suerte a Carolina con sus proyectos y se marchó.
cítricos.
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con esa otra pobre chica? –Carolina le indicó con la cara a Lisa, y
***
- Me estás evitando.
- Me estoy preservando.
favor. Sí, me quiero alejar de vos, quiero hacer algo por mí, quiero cambiar,
quiero proyectar otras cosas.
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querido darme ese lugar. Pero vos querías una amante. Y yo quiero
otra cosa.
bien juntos.
resignación.
así…
médico…
- Sí a Juan, porque desde que l egó a la Colonia, hace tres años exactos, no
parás de hablar de él.
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- ¿Ahora metés a tu hijo? ¡Que bajeza!… Eso fue hace dos años y en
historia.
Ella no pudo evitar que la tristeza se filtrara por sus ojos. A Ernesto le dio
pena verla así.
suplicó.
hablamos tranquilos.
que le quedaba.
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apesadumbrado.
Carolina tuvo un sentimiento encontrado: por un lado quería darle
debatía entre quedarse allí un rato más o salir como una loca hacia
la calle, interceptarlo y pedirle que se fueran juntos para tener una última vez
(esa mentirosa “última vez” que tantas veces habían
dicho).
Sin embargo el destino decidió por el a. Una voz la alertó: “No sabía que una
chica Orson Wel es tomara martini, en nuestros años eran
años.
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Capítulo 4
- ¿No venís? –Alberto hizo la pregunta por pura formalidad. Era
el a valoró el gesto, al fin de cuentas Alberto aún ponía algo de su parte por
mantener cierta dulzura en una relación que se iba
apagando inexorablemente.
manifestaciones amorosas
compañía que su notebook. Entró al face de sus hijos. Vio sus fotos
vidas. Los veía sonriendo con amigos a los que desconocía, los veía
miedo o les dolía la panza? ¿Cuándo se les volvió tan sencil o estar lejos del
hogar? Sintió deseos de l orar pero no pudo. Algo se iba
secado dentro de el a.
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Una era de Lola, su nueva compañera, y más por respeto que por
hacía l amar “Madame Bovary”. “Esa está peor que yo”, se dijo y la
rechazó.
suficiente.
vieron nunca más. Sin embargo José estaba ahora allí, enviándole
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Colo?”
Colo… hacía años que nadie la l amaba así. Después de esa herida de
Sin embargo, ese “Colo” la conectó con aquel a Colo que había
sido…. Esa que se reía con fuertes carcajadas, esa que siempre
Finalmente tecleó nerviosa cual una púber: “Sí, soy yo. ¿Cómo
Capítulo 5
Carolina
Uno suele idealizar la vida ajena, en especial cuando no se está del todo bien
con la propia. Y en ese punto reencontrarme con mis
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Luisa –que siempre en las fotos parecía tener la familia soñada con
día l egué a su casa a media tarde y era un caos. Tres niños de 6, 4 y 2 años
pueden ser peor que un ataque de los tártaros. Trepaban las
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Así fue como una mañana, mientras caminaba por la ciudad, acepté
estúpida idea de “una última noche juntos”, cuando una voz del
esos dos años lo había amado con locura. Forjamos una extraña
alguna otra movida juvenil. En la zona nos hicimos más popular que
Siempre tuve la certeza de que le dolió mi partida. A los dos o tres años
Diego se vino también, pero casi nunca nos cruzamos. Sólo un
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momento indicado.
para justificarse. Hicimos un breve recorrido por nuestras vidas. Le conté que
acababa de romper con mi pareja y él me confesó que se
Sacó una tarjeta y me dijo: “espero que me l ames esta vez”. Sonreí
insistió.
hacerle un chiste sobre su estado, pero lo cierto es que se mantenía muy bien.
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Capítulo 6
Lola
Estaba ansiosa. No sabía que esperar de la Colonia, aunque me fascinaba la
idea de salir de la oficina. Leticia no era demasiado
enfermizos.
Colonia era una larga calle de tierra con algunas casitas, una iglesia, una
escuela, un almacén, el dispensario y un puesto pequeño que
decía: “comuna y policía”. Todos en el trabajo decían que era una
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- Bajamos acá primero, porque hoy la doctora anda por estos lados.
- ¿Traes las planil as? Hay mucho para l enar…. Necesitamos urgente
unas cuantas dosis de vacunas contra la gripe.
- Está bien, pero para que lo tengas en cuenta siempre l evá las
***
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Los paisajes podían cambiar, tal vez el clima, la flora, la fauna, el relieve….
pero las postales de la marginalidad eran siempre
“Si no lo podemos usar nosotros, ¿qué nos hace creer que la gente
cooperativas de las mujeres, del desastre que eran los caminos, y de cómo se
estaba secando el arroyo Marapacho.
bronquiales.
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me veían tomarla.
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Empecé a buscar algún kiosco o lugar para comprar agua fría. Ahora
el estómago.
Lo ayudé abajar, le pedí que esperara fuera con los niños, e ingresé al
dispensario pidiendo a los gritos por el doctor Juan. Me sentí una estúpida,
primero por no saber el apel ido del médico, y segundo
- Pedile a la gente que salga un rato, que despejen el lugar. Lavate las manos
con ese alcohol en gel que está ahí y entrá al consultorio, voy a necesitar tu
ayuda ahora que Mariana no está.
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aguanto”.
Esos eran de los que habían aguantado tanto en la vida que una
curtida y seca.
volvía a aguantar.
botel a pequeña con una fruición que no había visto jamás antes,
anestesia?
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- ¿Y este no lo era?
- No, tratamos de dejarla para los niños, los ancianos..
resonando… Esta gente se hunde sin saber por qué y sin haber
Estaba por decirle que era pesimista, pero preferí callar. Había
- Sí, ya lo sé. Me lavo un poco y los hago pasar. Deciles que entren, el sol
está fuertísimo.
***
advertido.
- No se me ocurrió traer…
estúpida.
elucubraciones.
traslado de esa gente que necesita los estudios de alta complejidad, nos
vemos en 15 días”.
de toda esa gente. ¿Qué hacés metido acá, doctor? –no esperé la
respuesta.
Me fui con paso firme y supe que él me miraba. Supe también que
sonría. Supe que darme vuelta para enfrentar a esos ojos sería una
metiéndome en problemas.
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Capítulo 7
sonreía con sarcasmo, la ira contenida titilaba en sus pupilas. En los últimos
tiempos se le había dado por utilizar esa manera irónica y
cualquier paso en falso podía detonar las bombas. Claudia era quien
de tanta pasividad.
mujer.
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- Ojalá, porque si l egara a ser verdad estarías en problemas. Sos el único que
perdería con esta situación. Si mi viejo se entera, te juro que te inicia una
demanda y a Joaquín no lo ves más.
graves…. Como por ejemplo que más de una vez te fuiste de la casa
débil Ernesto.
para hacerte cargo de un niño que te necesita, venís con el discurso de tus
nervios, de tu ansiedad, de tus ataques de pánico y todas
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desaparecer.
-¿A dónde te vas? –consultó Claudia cuando lo vio agarrar sus cosas
para salir.
-¿No sabías? –ahora el irónico era él-. Joaquín tiene hoy solo dos
al trabajo. Volvemos los dos después cerca de las 18. Tenés tiempo
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distante con su hijo. Aunque no siempre había sido así. Al principio había
sido maternal, obsesiva, pero maternal. Sin embargo cuando a
había explicado así: “tal vez por miedo a perderlo, es que Claudia
mayor sostén fue su propio hijo. Joaquín era un ser resiliente, como un
corcho pequeño que flota en medio del océano. Ahora que
engañar a Claudia. Con el tiempo pudo ver las cosas con más
sensatez.
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casado con el a más por interés que por amor. Pensó que el amor
¿Podemos vernos?”.
Capítulo 8
integradora.
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histérica.
- Hola.
- ¿Diego?
- No es molestia, decime.
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- Claro, por supuesto. Vos sabés que contás siempre conmigo… para
también, no?
tomarnos un café.
- Mejor cerveza.
- Está bien –Caro volvió a sonreír, Diego tenía razón-. Decime vos
- Besos.
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estaba por contar los días para saber cuánto faltaba para el viernes.
pacientes.
Capítulo 9
fíjate –Leticia volvía con los papeles y se los dejó a Lola en la mesa sin dar
demasiadas explicaciones.
justificar. A eso se lo tienen que completar los médicos de allá, así que
cuando vayas de nuevo a la Colonia acordate de hacerlo.
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- Y sí se van a retrasar. La próxima vez prestá más atención. Acá son muy
detallistas y exigentes.
laborales.
Víctor comentó:
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domesticar.
***
Lola salió indignada y esa ira aumentó cuando sus dos compañeros
telefónica.
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dormía bien de noche, menganito había estado con fiebre, etc., etc., etc. A
Lola –aunque le gustaban los niños- se aburría con esos
temas. Encima las cuatro mujeres no se esmeraban por incluirla en
- Sos de las que están en vil as y ese tipo de lugares, ¿no? –Vanina lo
consultó con tanta naturalidad, que Lola no pudo evitar pensar:
- Ah, mirá vos –dijo una tercera mientras le limpiaba los mocos a su hijo de
dos años -.Igual no es una profesión muy glamorosa.
a cuestas con esas telitas para limpiar vómitos, que las tetas te
- La maternidad es algo muy sublime. Pero hay que ser madre para
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- Ya lo creo. Era solo un chiste. Y sí, la mía es una profesión poco glamorosa,
por suerte. Esa palabra me cae tan mal… Siempre me
nobles a la boda, el a dijo: “Dios nos libre del glamour si tiene que ver con
los sombreros que l evan esas mujeres en la cabeza”… -Lola
- Si, hasta ahora fui una sola vez, pero creo que es una buena
experiencia.
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necesidades básicas.
tercero mientras pinchaba los chorizos. Lola hizo mala cara. Odiaba
- No es así –“no debo entrar en esta discusión”, se advirtió, pero ese tercero
estaba dispuesto a hacerla engranar.
- Igual, yo creo que sitios como la Colonia no cambian más. Viven desde
siempre en la miseria, y así van a seguir.
- Hay gente que trabaja para que vivan mejor –retrucó Lola.
- Una tía mía está en una fundación que trabaja allá, pero dice que
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hambre?
más que bien, cuando sea una reunión de hombres solos me avisan,
su bolsil o unos cuantos bil etes de $100 y los dejó sobre la mesa -
Tomó a Lola del brazo, saludó uno a uno con cordialidad. Lo mismo
hizo el a, pasaron por la sala, repitieron el rito con las mujeres, y salieron de
allí sin decir una palabra.
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- No hay nada que agradecer, son unos pelotuditos que han l egado
- A veces hay que saber callarse. Uno no va por la vida diciendo todo lo que
piensa, menos cuando el receptor es un idiota que no
entiende nada.
estaría calculado.
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Capítulo 10
Podía ser un maquil aje natural y fresco pero maquil aje al fin. Sin embargo,
esa noche tenía la sensación de que se estaba probando
Lo primero que buscó fue una pol era corta y una remera clara pero
quién era y abrió. Se quedó petrificada: Ernesto estaba allí, con una botel a de
vino en mano, símbolo de una noche prometedora.
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garras.
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juntos?
nos amemos?
con las palabras. Pero no sólo la envolvió con palabras, sino que se acercó, y
con sus dedos empezó a envolver sus hombros. Sin pedir
que usaba como pretexto infantil: “solo una vez más, una última
vez”.
65
el jean.
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- ¿Caro?
atento la charla, tratando de atar cabos. Ella le hizo un gesto como para que
empezara a cambiarse y éste le obedeció de mala gana.
- ¿Estás bien?
- ¿Quién era?
- Un amigo.
- ¿Qué amigo?
- Uno con el que quedé para juntarme hoy, así que acelerá que
- Con razón estabas tan cambiadita. Debe ser un pendejo por el look
que l evás.
- Si es un pendejo –mintió.
- Ay Ernesto por favor. Vos sos el que tenés una mujer a la que le
67
que ir.
despedirse.
***
con las barman y con dos pibes. Caminó hacia él y durante esos
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CUANDO DEJÉ DE AMARTE
del recital a beneficio. Carolina había olvidado que ésa era la excusa de la
reunión. Se sintió una tonta al vivir todo aquel o como una cita cuando en
realidad había otro objetivo de por medio. Tuvo que
sincerarse, explicarle que había sido una idea de el a pero que aún
dejaste?
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- ¿Qué mañana?
gustaba hablar así, con los silencios y las pausas, como si se tratara del
protagonista de una telenovela. En eso residía tal vez uno de sus mayores
encantos.
después con otra, con otra, con otra y con otra… –rio Caro como
- Ella me dejó.
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- Dale.
- Yo también –reconoció el a.
interior del pub sin darle a Diego tiempo para agregar o hacer nada
más.
batería.
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siguiente debía levantarse temprano, tenía que l evar a sus padres a hacer
unos cuantos trámites. Se despidieron sin promesas de
reencuentro ni indirectas. Con la naturalidad de aquel os que se
Capítulo 11
.El tema es que hay que instalarse sí o sí en San Pablo, al menos uno o dos
meses.
los chicos, están en una edad difícil, plena adolescencia. Pero a lo mejor
vos… -dejó abierta la frase para ver cómo reaccionaba su
amigo.
- Que sé yo. . Está muy sola, desde que se fue Magui anda medio
triste.
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CUANDO DEJÉ DE AMARTE
eso o no?
con su esposa.
cosas iban a salir siempre bien. Ella confió en mí y en esta empresa mucho
antes que yo. Llegaron los mel izos, Gabriel estuvo grave al
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personalmente.
- Tal vez hubiera sido mejor tener menos cosas materiales y más
74
***
Leticia había chateado con José unas cuantas veces. Entre charla y
charla le contó que vivía en Estados Unidos, que iba por el tercer
matrimonio y que tenía cinco hijos. Dos con la primera esposa, uno
con una segunda mujer con la que jamás legalizó, otro con una
A Leticia su vida –la que todos creían perfecta- le sonó aburrida a la hora de
describirla. El mismo esposo desde hace más de 20 años,
un trabajo estándar…
con vos”, había escrito José días atrás. Era la primera vez que
estaba anestesiado.
Sin embargo debía admitir algo. Desde que chateaba con Miguel se
sentía más animada. Hasta procuraba colgar fotos en las que saliera
chat se reactivó.
“¿Estás ahí?”
75
Capítulo 12
vida.
Lola tuvo deseos de l orar. Sentía que si algún viejo se moría era por culpa de
el a. Mariana se excusó y salió del dispensario, Juan se
- No, la culpa es de estos hijos de puta que ponen trabas para todo, hasta para
una partida de vacunas. Te digo algo: nadie se va a morir por las vacunas,
aquí la gente se muere de cualquier cosa, de una
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acá.
- No, más aún estoy seguro de que vas a volver a la ciudad y vas a
que no conocés.
- ¿Hace cuánto que estás acá? -consultó Lola sin dejar de mirar por
la ventana el paisaje.
abrevar en el a.
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hacía una residencia en un hospital público y ser testigo de ese otro universo
de gente enferma, yendo de un lado al otro, haciendo cola
páncreas fulminante. Duró tres meses nomás… -no pudo seguir. Lola
No creo que lo hagan por maldad, pero les cuesta entender que
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- Sobre todo cuando la nueva l ena mal las planil as –cruzaron una
mirada cómplice.
la Colonia lo que vale es lo que hacemos bien –Juan paró el auto e indicó -.
Bajemos, vamos allá, a esa escuelita, quiero hacer una
dependía de el a.
para distenderte no para sufrir. Ya vas a ver que tanto Flora como
a recibirlos, y los abrazaron con tanta ternura que a Lola los ojos
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tan plena que por un momento deseó quedarse por siempre en ese
sitio. No tenía nada que ver con su casa paterna, pero el escuchar
los juegos, los correteos de los chicos y sus risas, fue como
confianza. Sus manos daban palmadas tiernas, tal vez unos de los
día. Parecía hipnotizada por Juan. Volvía su mirada hacia él cada dos por tres
pero dejó de hacerlo cuando fue descubierta por sus ojos
flores silvestres y unas cuantas ciruelas aún sin madurar. Dibujitos sin colores
y coronas hechas de ramas de sauces también fueron
Lola no creía jamás que uno pudiera sentirse tan feliz en un sitio así.
Flora y sus alumnos los despidieron sonrientes, y el a por largo rato se quedó
mirando hacia atrás, moviendo su mano de un lado al
otro.
- Tenías razón, hace bien este lugar.
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mucho que resolver al respecto -Lola supo que no diría más sobre el
- ¿Y tu familia?
y otro que viene en camino, unos padres que siempre tienen las
puertas de la casa abiertas para todo el mundo, así que por
disponible…. –la sonrisa de Lola fue tan fresca, tan sincera que Juan tuvo la
certeza de que extrañaba demasiado eso que el a había
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-Yo adoro vivir así –su mirada quedó perdida en el horizonte, como
observando recuerdos.
paso tantos días sin hablar con alguien que no sea Pablo o algún que otro
compañero de trabajo, que me encuentro en casa hablando
cautivante.
Capítulo 13
82
pacientes los atendía por la tarde, y solo tres días a la semana debía ir a un
colegio a las 9.30. Esa era un aspecto muy positivo de su
niños en sí.
madre la asustó:
-Hija…
neumonía.
-¿Dónde están?
-En el Ortíz…. El doctor Robles está viniendo, pero ya le hicieron las placas.
Rogelio fue mejorando y pasó a una habitación común. Ese fue otro
problema. Carolina debía quedarse allí por las noches y no sabía qué hacer
con su madre en la casa… un proceso agotador. Por suerte, a
hacían era l amar para preguntar cómo estaba todo. Carolina solía
La situación en general y las tantas horas de espera en los pasil os del hospital
la l evaron a pensar demasiado. Tomó conciencia de
que si sus padres se morían el a se quedaba -a nivel familiar- sola.
Estaban sus hermanas, pero el océano que las separaba era gigante.
Caro, que siempre les había hecho creer a todos que la soltería y la
independencia era algo maravil oso, estaba empezando a dudar de
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Tal vez había aceptado esas reglas porque así se dieron las
Tal vez se merecía esa soledad. Sin embargo, ahora aparecía Diego.
***
Ese viernes regresaba del súper con su madre. Habían hecho una
Su madre era una mujer sabia, podía leer sus sentimientos sin que
el a se lo expresara.
-Siempre hay algo para hacer. Llamá a tus amigos, salí con algún
sobran candidatos.
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-Mamá, estoy cerca de los 40…. ¿Creés que hay tantos candidatos
para una mujer de mi edad?
- En primer lugar todavía te falta para los 40, y por otra parte la
mejor etapa de la vida de una mujer está entre los 35 y los 50 años.
-Llamalo.
-¿A quién?
-Soy vieja pero no tonta. A ese que te manda mensajes cada dos por
hospital.
-Estoy orgul osa de vos Caro. Nunca elegiste el camino fácil, pero
-Ay mami…. –Caro se echó a sus brazos y se puso a l orar como una
su madre la alentó.
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-Bien –mintió.
con complicidad.
-Este fin de semana estoy solo. Claudia se fue al campo con sus
que nos veamos tipo diez y media en Martirio? Es un pub que está
- Sí, sé cual es. Nos vemos mañana ahí. Si querés que te busque
87
- Chau.
Capítulo 14
habían ido varias veces. Una merienda l ena de cosas exquisitas fue
-Con razón las que viven en Europa son tus hermanas y no vos –dijo
otra.
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fuerte. Ahora está mejor, por eso pude venir. Hasta la semana
-Bueno, hubieras sido más directa… ¿Qué querés saber? ¿Si extraño
a Ernesto?
- Exactamente.
89
- ¡Sos bruja!
adolescencia.
música.
- Pero si cuando yo digo que sos bruja es porque sos bruja… Sí, ese
mismo.
-¿Y quién otro iba a ser? Siempre encontraste alguna excusa para
ahora.
- ¿Qué cara?
-No sé, es una expresión rara, como que te bril an los ojitos dirían las abuelas.
-¡Que boludez!
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- Bueno, así que con una excusa y otra nos hemos visto un par de
veces, cada tanto nos l amamos… Que sé yo, me ayuda a sobrel evar
la distancia de Ernesto.
-Apa… ¿Y se encontraron?
-No, vive en Estados Unidos. Pero chateamos casi todos los días. Me
problemas.
Ahora incluso vino con la idea de que nos fuéramos dos meses a San
Pablo porque quieren abrir allá una sucursal de la empresa con unos
socios brasileños.
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-En dos meses no les va a pasar nada… Y con respecto al laburo vos
plata. Más aún, si yo me pedí una licencia bien te la podés pedir vos.
ningún lado, que no quieras salir, que vivas todo el día frente a la compu, que
ahora chatees con un novio de la juventud… Cuidadito
mi culpa.
en el cole a la que l amaban era a mí; la que partía al médico con los tres a
cuestas también era yo; la que tenía que fumarme las
reuniones escolares era yo; la que tenía que ir a hablar con las
maestras cada vez que los mel izos se mandaban una macana era
yo; la que sabía lo que había y faltaba en la heladera era yo… Y así, una lista
interminable. ¿El dónde estaba? Trabajando. Bueno, un día
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-Igualmente creo que ustedes son una gran pareja. Hoy están lejos,
pero hay algo muy fuerte que los une. No sé qué es, pero se percibe
-Por favor, te hacía más inteligente. ¿De verdad creés eso? Yo soy
de tema, consultó:
estudios.
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Capítulo 15
Ernesto allí.
mientras la esperaba.
94
mirándose al espejo.
-¿Qué haces acá? –Diego apareció por detrás y la abrazó con fuerza,
demasiada pensó el a. Demasiada pensó también Ernesto.
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-Yo también he sido algo más que un jefe… aunque no hace tanto
tiempo.
-Cada vez más lejos de ser una chica Orson Wel s, ya no solo
a Diego a su juego.
-¿Y qué pensás hacer cuando seas grande? –la sonrisa burlona de
96
cuando te vi con ese look tan formal, tan perfumado, tan tenso,
-Sí, pertenezco al clan de los que a los 40 quieren tener un trabajo sólido para
mantener a una familia.
- O para invitar algún trago a una chica guapa como Caro, ¿no?
- No es necesario.
-Hasta un tipo sin trabajo formal puede costear dos tragos… -rio-.
el a, no por vos.
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Estaba temblando.
-¿Para eso me trajiste acá? ¿Para mostrarme que ese pelotudo es
mi reemplazo?
Ernesto quiso rebatir esa afirmación pero prefirió callar. Una vez en el auto
arrancó sin tener muy en claro a donde ir. Pensó que lo
mejor sería dar una vuelta por la costanera, detenerse a mirar el río y charlar
un rato. Se debían ese diálogo.
resquemor.
-Que estoy grande para esto. Lo que hice hoy fue una pendejada,
tenés razón. Citarte en el bar donde trabaja un ex no es digno de
98
36.
-No, lo que pretendía era sentir que tenía opciones de ser amada.
después. Por eso fui inflexible con los hombres y preferí ser la mujer sexy y
deseada a la que le bastaba un revolcón de una noche.
- Mi trabajo actual me obliga a estar en contacto con familias. Todos los días
recibo en el consultorio a madres que se quedan hasta la
99
dificultades que el os tienen, mujeres a las que les cuesta l egar a horario a la
sesión porque en el medio debieron hacer un trámite,
-¿No? Yo creo que sí. Se levantan cada día y piensan en algo más
los hijos, pero descubrí que no todas son así. Las hay también
-Quiero una pareja estable, quiero hijos, quiero todo eso que suele
tener la gente.
querés.
-Sí, y lo entiendo. A veces creo que he sido egoísta. Vos sí tenés una
familia…. Días atrás me puse a pensar que no te acompañé cuando
tu hijo enfermó, que casi nunca te pregunto por él, que ni siquiera
100
hablaras de él.
Ernesto bajó la vista, esbozó una sonrisa tierna.
101
hijo y luego desaparezca? ¿Qué sea un padre que ayude con unos
***
102
Al fin, Carolina logró salir (o más bien escapar) del auto. Apenas
las estrel as, miró las luces de la ciudad. Y cuando ya estaba entrada la
madrugada se dijo que había hecho bien. Había l egado el tiempo
Capítulo 16
salud?
103
albóndigas…
renovado.
¿De qué?
¿Pasto?
104
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
dispuestos”.
asiento a la mujer.
105
velocidad.
no lo voy a permitir.
-Yo tengo prefiero quedarme con algo que leí hace poco en
-¿Qué Diógenes?
106
contarla. El volvió a mirarla de ese modo que la hacía sonrojar cual una
adolescente. Por segunda vez en el día decidió romper el
encantamiento y propuso:
-¿Comemos?
-Dale.
Lola.
supo.
Capítulo 17
107
El día estaba gris, una l uvia fina y persistente caía sobre la ciudad.
Pero Lola sintió que todo se l enaba de luz cuanto vio bajar a Vico, su
hermana, del colectivo. Vico estaba allí. La acompañaría durante
desayuno.
-Gracias a Dios, ese café agrio del colectivo con esas facturas hechas de
plástico me han revuelto el estómago.
cercana a la confidencia.
108
-Uf… son tan fríos, la antítesis de la nuestra. A sus padres los veo poco y
nada y siempre están en ese plano de formalidad. Son
como… desafectivos.
-Bueno, Pablo también es un poco así, ¿no? –Vico no terminaba de
-¿Y su hermana?
gente en el trabajo.
109
- Con o sin dieta jamás pude bajar este culo redondo ni estas tetas
gigantescas, así que para pasar hambre sin éxito prefiero dejarme
minis, los pantalones ajustados. Por otra parte el hecho de trabajar en una
estética la l evaba a lucir una piel impecable y un bronceado de Caribe.
el secundario).
110
-Ya viste lo que dicen de las ballenas, son felices, atraviesan los
metrosexual?
- Pendex 25.
pero tienen otros talentos… -la doble intención las hizo reír un buen rato. -
¿Y vos? ¿Cómo están con Pablo como pareja, digo? -Vico era
de tomar las cosas con humor, pero cuando había que hablar en
111
miércoles.
los comentarios.
-Gracias a Dios que soy así, sino la de cagadas que hubieras hecho.
***
Ese lunes Lola se había pedido el día en el trabajo así que pudo
comer unas pizzas. El martes siguiente, Lola tuvo que ir a trabajar y Vico
cumplió su promesa: durmió hasta tarde, almorzó en pijama
112
-Miseria…
respuesta.
vegetación.
113
algo…
-Es broma.
- No tan broma. ¿Te acordás ese verano que nos fuimos a esa casa
de la playa alejada de todo? A los tres días le dijiste a los viejos que te
volvías.
revolotean.
- Llegamos.
114
- Gracias Oscar.
nombre.
- Me gustaría irme lo antes posible. ¿Estás libre para que avancemos con
esto?
115
tenido razón, el médico tenía lo suyo. Detrás de su barba y sus cejas tupidas,
su rostro era armónico y varonil. Su voz también tenía su
encanto, grave con un dejo de disfonía que lo hacía sensual. Tras
hermana.
- Dale. Hoy igual viene tranquilo el día. ¿Vos querés venir conmigo y de paso
conocés? –propuso Juan a Vico. Esta no tardó en aceptar la
hacer.
116
ocultó su enojo.
Ella quería a Vico pero siempre había tenido esa mala costumbre.
Juan no era alguien que le interesara, ¿o sí? Empezó a dudar. Tal vez era el
momento de sincerarse: Juan le atraía. Su estilo, su forma, su trabajo. ¿Lo
estaba idealizando? Le había gustado que coqueteara
se sentía un poco así. Más proclive a mirar a Juan con otros ojos.
marcharse de una buena vez. Más bien lo que quería era alejar a
Estuvo casi una hora completando papeles sin dejar de lado esa rara
incontenibles.
117
hambre, así que comé los que quieras –La voz de Lola no ocultó su
irritación.
que veo.
-La jaraya.
-Como quieras.
118
-La l evé porque justo coincidió con que era jornada tranquila. Y el a es tan
entusiasta, tan dispuesta a conocer…
- Que es una pena no tener más tiempo para darte un revolcón con
¿Adivinás o te digo lo que pasa por mi mente? –lo dijo lento, bajo,
caminó unos pasos hacia atrás como para alejarse, de pronto se vio
miedo. Pero te lo voy a decir igual: pienso que me encanta verte así, celosa.
119
Lola se ruborizó y se detestó por ser tan pueril. Ni que fuera una
-No te tomo como una boludita, digo lo que siento, lo que pienso y
por más –la tomó de sorpresa y le dio un beso intenso en los labios.
-¡¿Estás loco?!
Juan levantó las manos con un gesto con el que pretendía pedir
perdón. Lola lo miró con desprecio, recolectó sus planil as, las
de Oscar.
120
lo quieras”.
-Nada.
-Cosas de la familia.
mujercita celosa, ¿o no? Tal vez él entendió mal las señales, pero no lo
critiques, es un buen tipo.
-No interpretó mal las señales. Me puse celosa de verdad… ¡Ay Vico,
-Yo sabía que esto iba a pasar. Te juro que bajé, lo vi y pensé: ¿cómo es que
mi hermana no se enamoró ya de este tipo?
121
Pablo, me gusta…
- …Pero…
- Complicado.
-Te juro que cuando estoy con Pablo ni me acuerdo de Juan -no
estaba segura de que fuera tan así, pero prosiguió -, pero al fin de cuentas
estamos tan poco tiempo juntos. Además Pablo es un chico
momento relájate….
-Te quiero, hermana. Me alegra tanto que estés acá -la abrazó.
cambia la suerte.
122
abrazarse.
Capítulo 18
los médicos de la Colonia. ¿De dónde voy a decir que la conozco, eh? –Lola
estaba indignada.
sobra.
adularlos…
123
pasó de moda.
- Les voy a decir la verdad y punto. Tema resuelto, si te gusta bien y sino
también.
-La única que va a quedar mal con eso sos vos, van a pensar que sos
una mentirosa.
culpa recaiga en los demás, para que el problema sea de los otros,
vivís.
-Nada, tus padres son gente encantadora que no abren la puta boca
124
-Vos te metés con los míos, yo me meto con los tuyos. Por ejemplo
no tienen autocrítica, han crecido con una madre que siempre les
dice que todo es hermoso, que está muy bien lo alcanzado aunque
-No vuelvas a hablar de mi familia así–la indignación de Lola le salía por los
poros. Pablo en cambio, había levantado la voz pero se lo
-Qué grave eso de hacer dinero, ¿no? Sos una burguesita con
discurso progre. Te l enás la boca con manifiestos revolucionarios
pero en el fondo te gusta la buena vida. A otro con ese cuento, no a mí,
queridita.
las luces y decidió no volver a hablar con Pablo hasta que las aguas se
calmaran. Habían tenido varias discusiones, pero nunca una así.
Con tanta furia, con tantas verdades, con tantas palabras hirientes.
tuvo dudas de que la fundación no era más que una pantalla con
tuvo mejor idea que comentar lo del trabajo de Lola. Desde ese
resto de la velada.
Capítulo 19
126
solo.
temblaban.
-Parece que el paso de los años es más fuerte que los recuerdos.
-Hablando de paso de los años… ¡Que linda estás en una foto que
colgaste ayer!
-¿Y él? Busco en tu Facebook pero no hay muchas fotos del hombre
127
Silencio de chat. Estaba por buscar una excusa para acabar con esa
bajo las luces de la ciudad. Estaba atravesada por el tiempo, incluso estaba un
poco borrosa. No era la época en la que se podía ver en la cámara si las fotos
estaban bien o mal sacadas. Una vez hecho el
amigos en el río, ésta tenía mucha luz y muchas risas; una oscura –
tenido que cortar unas cuantas fotos de la boda tras la ruptura con
Miguel.
Escribió Leticia.
128
Sintió cierta añoranza por esos tiempos, y una vez más –fiel a su
mi familia.
-Disfruté de este momento.
la quiso dejar. Tenía la intención de bajar las fotos y guardarlas, para verlas
cada tanto, para verse en el as y preguntarse dónde se había
cuarto.
de los fines de semana largo con sus puentes y lo que sea… Cuatro
Empezó a desvestirse.
129
su casa, unos hijos divinos. Es cierto que ya no vivían con el os, pero siempre
regresaban. Debía aceptar el paso del tiempo,
con los amigos de la militancia, las del campo, la de los besos bajo el sol del
verano, la de la boda con el deseo urgente, la de la soñada
pasos….
130
-Pero vos estás más linda ahora –la sonrisa de Alberto la derritió,
estudiantil.
una mujer joven, guapa e inteligente que tenía una gran familia, un
buen trabajo y una pareja que había sabido acompañar sus malos
Capítulo 20
la noche, sus bares no abrían ese día y tampoco los lunes. Eran sus
francos. Así que habían acordado comer algo juntos. Cansado de los
131
ciertas fantasías.
-¿Cómo te fue con el tipo del otro día? –consultó Diego sin
esforzarse por disimular su curiosidad.
tiempo después.
132
-¿Enamorado?
hubiera sido.
algunas veces.
continuó:
-Caro de Orson Wel es… Son nuestros temas, ahí suena Spinetta,
vos.
-No te digo que a esta altura de nuestras vidas seamos novios, tal
vez suene algo demasiado cursi, pero podríamos ser algo… Nunca
fue un beso breve, sino intenso. Abrió sus labios, saboreó su lengua y
permaneció allí mientras acariciaba su hombro.
134
-Fue mejor que en mis fantasías – dijo él tras acabar. El a se rio y se dejó
abrazar. Era evidente que había química, un lazo erótico que
cambiarse.
-Puede ser, pero antes tenemos que hablar algunas cuantas cosas.
terminar una relación porque tenía otros objetivos para su vida y no era
momento de olvidarlos por un reencuentro.
135
Simplemente te lo advierto.
-Si es lo que querés… -su respuesta fue fría. Sin embargo, la ilusión de
Carolina lo conmovió. Se acercó, acarició su rostro y susurró -.
Seguramente se te va a dar.
Llegó la hora del postre. Comieron helado del mismo pote, con
Capítulo 21
136
-No le des tanta rienda suelta a tus instintos que tus padres nos
esperan a almorzar.
gana.
-No con el os, son muy ingleses en eso. A la una o’clock ya tienen la mesa
servida.
de pelear.
Ella fue hasta la cocina, el aparato estaba cargándose aún. Al ver el nombre
del emisor se sorprendió.
por si…
-¿Qué pasó?
138
l amo.
-No, calculo que voy a desocuparme en un rato –al decir esto Lola
-Hola…
-Ya voy.
139
hace un rato.
Lola quedó paralizada, dejó escapar un sol ozo. Juan seguía mudo,
-Hace más de dos meses que estuviste dando vueltas con el estudio
-¿De verdad crees que esta es mi culpa? -Lola pasó del dolor al
importantes clínicas privadas? Tal vez ahí le podrían haber realizado los
estudios.
140
-Lo mismo que tengo que ver yo. Nada…. -viendo que Juan la seguía
mirando con ira y que no abría la boca agregó -. Ya veo que clase de gente
sos, de esa que critica siempre a los demás, sean o no
-¿Hay algo que resolver sobre el funeral? ¿Algo que pueda hacerse
desde mi área?
-Es fácil así, ¿no? Insultás, agredís, te dejás l evar por tus impulsos y después
con decir “perdón” todo resuelto. Soltame… -Lola lo miró
Llegó a su casa pasada las once. Había salido temprano del hospital
141
“El velorio de Flora va a ser en la capil a del pueblo, después de las 14. La
vamos a enterrar mañana a primera hora. Gracias por todo”.
lo arreglo”.
cuestión respondió.
colectivo…
142
-No, estás loca. No quiero que hagas ese viaje sola y en colectivo vas a tardar
como cuatro horas. Te l evo –decidió.
cosas.
**
adultos. Ella no le temía a las personas, por esa razón es que lograba hacerse
querer. Ni la mugre, ni los olores, ni los pedidos, ni el miedo a los contagios,
nada la frenaba. Él la seguía por detrás,
demandas.
143
Lola en cambio parecía disfrutarlo. “Habría sido una buena política”, pensó.
Aunque rápidamente descartó la idea. Una mujer que dice
tal vez no, tal vez más personas como el a era lo que se necesitaba.
En esos derroteros andaba su cabeza cuando el a se acercó para
decirle:
-Vení que te voy a presentar a los médicos de la Colonia y a otra gente que
trabaja acá.
Lola, con ese adversario perdería. Era un tipo muy bien parecido. Su piel
trigueña, sus ojos claros, sus facciones perfectas. Vestido con las mejores
marcas, educado, seguro de sí mismo. Hasta podía intuir
Tomó la mano de Lisa no tanto por cariño sino como para enviarle
hermana Lourdes.
Media hora más tarde l egó Carolina. Le habían avisado y allí estaba.
-Si hay algo que pueda hacer me avisan –expresó Lola a Mariana.
Cuando l egó a Juan fue más bien fría. Pero éste, sin importarle cuán lejos o
cerca estaban Pablo y Lisa, dijo con una sonrisa
conquistadora:
-¿Sin rencores?
-No sé… -Lola intuía que sí, pero nadie se lo había dicho
-No soy su amiga solo alguien que trabaja en la Colonia –aclaró Lola de mala
gana.
145
**
-No se puede ser tan atrevido, mirar así a una mujer que está
- En realidad sos de los hombres a los que les gustan todas, así que no me
sorprende.
casa?
146
Capítulo 22
la administración pública había sido una mala idea. La Colonia con sus
necesidades y reclamos se habían transformado en peleas
alguien que tal vez pueda agilizar los trámites”, etc. Ella aceptaba esos
términos, aunque intuía que nada se haría al respecto y cada
-Ya te lo dije antes, mi primo no tiene nada que ver con esto. No voy a
organizar una reunión.
147
diferente.
sobre el tiempo.
-Perfecto, entonces iré a su oficina y pediré una audiencia como
La reunión quedó pautada para tres días más tarde. Antes de salir al trabajo,
Pablo le advirtió que no dijera barbaridades y que se
preguntas.
148
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
gusto.
solo había tres fotos detrás del escritorio: Rodrigo a caballo, Rodrigo con
otros hombres jugando al golf; Rodrigo con una rubia
149
Lola se quedó muda, sin reacción. De la frase “un muerto”, no era la palabra
“muerto” lo que tenía importancia sino el número que lo
-La mujer falleció porque desde hacía casi dos meses estaba
l egó a autorizarle jamás -esperó alguna reacción de él, pero viendo que no
agregaba nada prosiguió -.La cuestión Rodrigo, es que hay
audacia.
150
de tu familia?
encantadora.
-No, simplemente que mi madre siempre nos enseñó que las cosas
son muy distintas cuando uno intenta ponerse en los zapatos del
-No estoy muy de acuerdo con esa teoría, a veces la distancia nos
charla.
hacer.
-Gracias –Lola también se levantó, tenía mucho más para decir pero
la certeza que ese beso escondía algo así como “pobrecita, que
familiar.
indirecta.
esperaba otra cosa de ese encuentro. Tal vez Rodrigo agilizara esos
idiota.
152
-Ernesto preguntó varias veces por vos. Le dije que habías ido a
-Gracias.
era pariente del Ministro, que había ido a hablar con éste por la
sos trabajadora y responsable, no una ñoquis. Pero supuse que habías entrado
por alguien, la mayoría entra así, algún conocido la
recomienda.
-No es lo que quise expresar –le dio ternura ver a Lola tan cabizbaja, por un
momento la sintió como su hija. Había en el a cierta frescura que le recordaba
a Magui -. Vamos a hacer una cosa, la próxima vez
nada.
Leticia.
153
otra.
-Es que son tantas cosas Leticia. Hago un esfuerzo enorme por
adaptarme y no lo logro…
paso chateando con amigos… No me gusta verme así. Más aún, días
loca, con un tenedor haciendo las veces de micrófono. Creo que fue
Leticia lanzó una carcajada y Lola no pudo evitar dibujar una sonrisa.
-Vení, y te vas a sentir mejor. En especial porque nuestra vida tal vez es más
deprimente que la tuya. Juntarse con gente que la pasa peor
hacerla reír.
-Está bien, decime a dónde y a qué hora.
154
**
-Hola.
horribles de mí.
-¿No?
-No. Me dolieron tus palabras…. Trato de hacer las cosas bien, y por el
momento no estoy logrando mucho.
-Sos una gran mujer Lola. Te preocupás en serio por los demás.
155
tomando la charla.
-No te adulo. Te lo digo porque tal vez nadie te lo dijo. ¿Sos capaz de verte a
vos misma Lola? Me parece que no, porque siempre
estás mirando a los demás, sin tiempo para verte a vos. No son
-Estoy acá porque le hace bien a mi ego, no porque sea tan buena
gente como los demás creen. Más aún, parte de mi ego es hacerles
creer a los otros que soy el médico bueno que cura a los indigentes.
parece?
156
No entendió muy bien lo que quiso decirle Juan, pero tal vez tenía
Capítulo 23
Como nunca Lola l egó con retraso. Ella era muy puntual pero
decidió arribar un poco más tarde con toda intención. No quería ser
orgul osa y temía que la invitación hubiera sido más por lástima que por
convicción. Además, tal vez querían hablar algo a solas. Le
pero al menos eran conocidas con las que podía compartir un café)
Las vio muy enfrascadas en una charla y dudó. Tal vez sería mejor
157
principio, al saber que Lola se les sumaría a la charla dudó en contar esa
intimidad. Pero luego entendió que no tenía por qué ser algo
-¡Que locura!
-¿Por qué locura? Vos tenés tres hijos a los que adorás, no creo que te haya
ido tan mal con la maternidad –dijo Carolina un tanto
molesta.
158
muero.
-Bueno, eso es porque estás en otra etapa –manifestó Lola –.Te veo
como madre Caro, más aún, cuando te vi por primera vez pensé que
tenías hijos, que sé yo, a veces uno intuye eso en una mujer.
destruyeran toda la feria era una tarea titánica. Encima mis mel izos eran
tremendos.
- A veces me cuesta pensar que logré sobrevivir a el os. Igual cuando los
hijos son salvajes de chiquitos de grandes suelen aplacarse. Así que ahora
estoy compensando todas las que me hicieron pasar….
Pero, pese a todo, los hijos son divinos -Leticia sonó sincera al decir eso
último.
159
pareja…. nada.
esperma.
-No es Ernesto… -Caro miró a Lola, y sincerándose le aclaró -.Por las dudas
te digo que es el Ernesto que conocés. Tuve una relación
-Lo intuía… -expresó Lola, sin saber qué más decir al respecto
160
-Ese más que esperma lo que quiere es una cogida –decretó Leticia
de pregunta.
-Que romántico…
-comentó a Lola.
-Fue raro… Estuvo muy bien, pero… fue raro.
161
ésta mujer que soy ahora, sino como una chica joven, infantil,
-No dije vieja sino madura. En todo caso, en esta mesa la única vieja chota
soy yo.
-En primer lugar vivía con mis padres y hermanos. Durante años
abrumador.
se lo logra… es horrible
162
-Ah… ¿Funcionario?–consultó.
-Es quien debe lograr que las cagadas que se manda este gobierno
compadezco.
intención:
-A ustedes les gusta mucho la Colonia… mmm, yo creo que lo que les gusta
es ese doctorcito con cara de loco.
163
- Es un poco lanzado. Pero por fuera de eso, te voy a decir algo: vos le gustás
de verdad -Carolina recordó algunas de las charlas que
-Porque me lo dijo desde la primera vez que la vio. Es de los que te pueden
robar un beso sin aviso, ¡ojo! –dijo eso último
algunas indirectas pero nunca pasó más de eso. Pero parece que
-Yo no quiero dejarte con mil preguntas. Pero te voy a decir algo
164
edades.
serio.
-Yo voy con Alberto. Ahí ya tenés cuatro invitados. Además le podés
165
-Bueno, lo charlo con Pablo y veo qué hago. Cuento con ustedes,
Esa noche aturdió a Pablo contándole todos los sucesos del día. El la
escuchaba atento, le alegraba que su mujer hubiera recuperado el
aún había imaginado algo más bien íntimo, los dos solos en un lindo
Capítulo 24
automáticamente dejó de admirarla. Por más hippie chic que fuera, el verso
de que la traían de la India hacía que el precio fuese tan o más alto que una de
cuero. De todas formas, el a no habría
166
cambiado jamás una de cuero por esa bel eza. Estaba feliz con el
obsequio.
siquiera para sus 15. Fueron con Pablo a comprar las bebidas, a
buscar una torta que habían encargado y algunas otras cosas que
l egaba casi hasta la cintura y el toque final lo dieron unas gotas de Cherie de
Christian Dior. Pablo también estaba atractivo. Una camisa celeste que
resaltaba su piel y combinaba con sus ojos claros y un jean que exhibía la bel
eza de su cuerpo.
Todas las dudas y miedos se disiparon al verlo, pero intuía que la
pata que abriría con la l egada del resto. Pasada las diez, todos
167
Al volver al living, Carolina pasó por el lado del niño y le acarició con
dulzura la cabeza. Los ojos de Ernesto la atravesaron y el a bajó la vista. Por
suerte Diego ni se percató de la situación, estaba
dicho que trataría de ir, pero eran casi las once y no l egaba. La
latirle intensamente.
Entró con Lisa de la mano. Sin el ambo y sin esa ropa de fajina
Pablo.
-Pensé que no venían –dijo Lola mientras les servía una cerveza
helada.
Lola percibió un tenue rubor en sus mejil as -…. Se nos hizo tarde.
se entretuviera. Lola los acompañó y luego los dejó allí para que se
acomodaran.
169
-¿Seguro que vas a quedarte acá solito? ¿No querés que te arme un
que acá.
antes.
-Ah… -él volvió al juego. Ella se sentó a su lado y se puso a charlar con
naturalidad. Estaba acostumbrada a tratar con niños. En un
mano.
170
-¿Cómo estás vos? –Caro lo veía más delgado y con la mirada triste.
amiguitos…
más.
mis suegros se tienen que ir, pero no los estoy echando. Pueden
-Vamos que están por cortar la torta –tomó a Carolina del brazo y la trasladó
al living. Diego los vio entrar y no ocultó su disgusto.
-¿Todo bien?
animadamente.
confuso.
172
propuso:
buena música.
-Si quieren…
-Queda mal que nos vayamos del cumpleaños para salir a bailar, no
de toda la vida.
-No, para nada –para animar al grupo, Lola empezó a levantar los
vasos y copas.
iniciativa.
173
por Pablo. Sin embargo no era eso lo que más la enojaba sino la
actitud de Juan. Había sido el primero en aprobar la idea de Diego.
creído con esa estupidez de “mujer con alas”. Más que alas hubiese
deseado tener fuego en los dedos para quemarle las bolas y esa
-¿Si?
-Los chicos, voy a bajar a l evarles una cosa que se olvidaron -mintió.
patética.
-Me olvidé de darte esto –sacó una cajita con moño del bolsil o.
-¿Qué es?
-Un regalo…
174
-Que esperen.
-¿Acerté?
averiguarlo yo.
Lola bajó la vista, el cuerpo le temblaba, más que el tatuaje de una libélula
tenía la sensación de que mil libélulas revoloteaban en su
hombro que tenía cubierto para que él lo viera. El tatuaje era una
obra de arte, con colores y pequeños detalles en las alas del insecto.
Tan armónica, tan bel a, tan tentadora. Ese culo redondo y fornido
175
Capítulo 25
estaban de visita. Rara vez lograban acordar que los tres viajaran al mismo
tiempo, pero en esta oportunidad habían coincidido.
De pronto la casa estaba l ena de risas, voces y una que otra pelea.
176
de una vez culpó a sus hermanos por ese cambio. Pero cuando le
tal vez el viaje a Brasil fuera una buena opción. Por eso insistía.
-Ni loca, ya saben que me gusta poco y nada andar fuera de casa.
177
Ambos asintieron.
Volvió el silencio. Se miraban uno a otro sin decir nada. Finalmente Leticia
decidió romper el hielo:
178
-Está bien, si es bueno para vos andá. Pero quiero todos los detalles del lugar
a dónde vas.
allá por una mina tu mamá cruza el océano nadando, mata a esa
–expresó Leticia.
La charla se desvió a las malas caras que Leticia les había hecho a
varias de las ex novias de sus hijos. Ella se defendía diciendo que no era
verdad lo que decían, pero las anécdotas se acumulaban una a
una.
Leticia fue quien se encargó de la reserva. Buscó un sitio nuevo del que todos
hablaban maravil as. Ella estaba aún arreglándose en el
179
está abierto mi Face, poné La Toscana y te va a l evar a la fan page, ahí está
la dirección.
decían:
“Hola, ¿estás ahí?”
¿Fotos? Subió el cursor para ver a qué se refería y las vio. Eran fotos de el os,
de Leticia con su cabel o rojizo, sus ojos desafiantes y su boca sonriente.
Las imágenes fueron un golpe bajo, pero las palabras finales con las que
cerraban ese intercambio representaron para Alberto un golpe
letal.
mi familia”. Alberto intuía que quien l egaba en realidad era solo él.
180
hacía eso para lastimarlo a él, porque se había quedado con Leticia, porque se
la había ganado a buena ley, siendo un tipo honesto,
fotos viejas eran uno de “los mejores momentos de este año”? Odió
-¿Lo encontraste?
estupor.
-Bien –respondió con sequedad -.Te espero abajo, los chicos deben
humor con sus hijos, pero en cuanto se quedaba solo con Leticia no
preocupaciones laborales.
Ese lunes feriado, a las 4 de la tarde, era la hora prevista para la partida. El
colectivo fue puntual. A las 4.10 estaba arrancando.
-¿Te vas? ¿Pasó algo? Digo para que tengas que viajar así de
urgencia.
-¿De urgencia? Hace más de dos meses que te estoy diciendo que
182
escuchado.
dijiste que ibas a contratar a alguien para que hiciera ese trabajo.
eso… Sí te escucho.
-Bueno, nadie va a hacer ese trabajo mejor que yo así que me voy.
ideas.
dicen los tipos que se meten con otra mina? ¿“Estoy confundido”,
-Soy un tipo de 50 años, ¿de verdad creés que diciendo esa frase
183
tiempos…¡Dejame de joder!
de verdad.
calmo le dijo:
-No quiero pelear Leticia. ¿Sabés que creo? Que vos no me amás
más, por eso estás triste, apagada, por eso no querés ir conmigo a
desmoronaba.
184
Con menos ímpetu pero con igual firmeza. Leticia lo conocía, no iba
a cambiar de opinión.
cómo seguimos.
-No Leti, vos sos impulsiva, no pensás con claridad. Decís eso para
Ella se sentó en la cama, se cubrió con las manos los ojos y sol ozó.
valiente, rebelde…
185
Después fui a ver las fotos nuestras y descubrí que en esas era más
que tal vez yo no era tan así sino que tu mirada me había hecho así.
Yo lo único que quería es que vos sintieras orgul o de mí… -volvió a bajar el
rostro para l orar en silencio.
Él también se conmovió.
-No sé.
distancia nos va a hacer bien, todo sigue igual. A los chicos no les digamos
nada. Vos organizá para ir en las vacaciones de julio a
verlos… y después….
-No, yo no vacilo Leticia. Si pierdo, pierdo. Los dos podemos perder, pero
también podemos ganar, ¿o, no?
temprano.
186
molesta.
-La verdad… no. Estoy enojado, me siento engañado y por más que
evitar las lágrimas. Él, aunque tenía los ojos rojos, se mantuvo
estoico.
Cuidate Leti.
-Puede ser… Pero jamás le diría a otra mujer que fue lo mejor que
Leticia se dejó caer en el sil ón. Pasó así un rato. Era casi la
De pronto supo que Alberto era quien l enaba de vida la casa. Él era quien
abarrotaba los rincones de proyectos, quien arrancaba las
187
risas de las paredes, quien sostenía sus vidas y sus sueños. Él era
guardadas.
horario del último mensaje era evidente que justo el chat se había
escribió a Miguel.
Tuvo la tentación de escribirle que le daba pena que siguiera siendo tan
inestable, que hubiera acumulado tantas esposas e hijos y que
hacer eso. Pese al dolor estaba feliz: Alberto le había dicho que la amaba, que
la admiraba, que no había tenido otras mujeres…
tener que ir a trabajar. Eso le ayudaría a sobrel evar ese día nefasto.
188
Alberto no respondió.
Capítulo 26
lugar, el teléfono, y aunque el a intentó volver sobre el tema que los había
distanciado, él la frenó con un cortante: “no es el momento
tuve que viajar de urgencia y que voy a estar unas semanas afuera”.
solitaria. Se decidió por el agua y tuvo la certeza de que esa falta de sabor de
la cena era un presagio de la vida que le esperaba sino
***
189
Era el típico piso de soltero, un loft gigante, con grandes ventanales, moderno
y l eno de detalles que mostraban a las claras los gustos e
-Esos días no voy a los locales, como mucho paso un rato temprano
para ver que todo marche bien. Son los beneficios de ser el dueño –
foto de Manuela.
-La mesa está puesta… Ah, sacá si querés algo para tomar.
190
Caro.
ambiente.
- ¡Vergonzoso para una chica Orson Wel es! Yo toco y los dos
cantamos, ¿dale?
escondía una mirada cómplice, algo de aquel pasado que los había
pieles que, pese a los años, seguían latiendo bajo los mismos
acordes.
“Sentiste alguna vez lo que es tener el corazón roto. Sentiste a los asuntos
pendientes volver…”, empezó a entonar Diego. Caro no
191
sobre unos almohadones. Esta vez, Diego sacó a relucir sus dotes de
del paroxismo. Ella que siempre se mostraba como una mujer fuerte
allí, rendida, agotada, sin fuerzas. Él, en cambio, la observaba con deseo
mientras le corría el cabel o del rostro. Había algo dominante en ese gesto,
algo que a Caro no le terminaba de convencer, pero
bril ante, tan erótica como todo lo que rodeaba la escena. Se tiró a su lado y
propuso:
192
ilusiones ni fanfarronees.
-Es difícil engañarte Caro –rio con su aire seductor y no tuvo más
conquistarte. Porque sos una de las pocas personas con las que
respecto.
-Soy mucho más que este bulo l eno de artilugios para l evar a una
mujer a la cama.
-Lo sé. Igualmente yo no tengo nada que reprocharte, sos libre para
193
vivir todo lo que vivimos para encontrarnos ahora, siendo éstos. Los mismos
pero diferentes.
funcione.
-Es muy buena tu “oferta” –marcó las comil as de oferta con sus
dedos.
-Es muy buena “declaración”, pero yo hablé con vos hace algunas
verdad.
le dijo:
194
de ese bebé.
padre.
- ¿Por qué no? También te aclaro que no tengo pensado traerte acá,
ni que vivamos juntos, ni que nos saquemos esa foto de familia feliz que posa
en la playa… –viendo que el a aún dudaba, Diego expresó
con resolución -. Caro, vos estás buscando tener un bebé, más allá
guiñándole el ojo.
-Me gusta…
por el estilo.
195
-¿A qué?
-A buscar.
-No seas tonto Diego, más de una relación por noche no potencia
las probabilidades.
196
momento.
-Sí –la abrazó, la besó con fuerza y la l evó hasta el sil ón para volver a
hacerle el amor.
Capítulo 27
algunos días atrás con Pablo. Él no era detallista, así que ni siquiera preguntó
de dónde había sacado el accesorio. Ella igualmente había
regalado Juan. Volvió a mirarse al espejo y esas aletas rozándole los pechos
le parecieron demasiado osadas. Finalmente se lo quitó, no
197
perturbadoras.
terminar con una madre y sus tres niños –todos tosiendo y l enos de
está con fiebre. Decidimos que vos fueras a su casa y completes las
planil as con él, así yo no corto acá con la atención. ¿Te parece?
-Sí, claro –a Lola no le quedaba mucho margen para responder-. Es a
-¿No tenés miedo a los contagios, no? Digo, porque me parece que
Juan.
198
solo que con el cabel o bien recortado, sin barba y con un look sport
claramente citadino.
con Juan.
Ya lo busco.
con una especie de col age que mostraba diversas facetas y etapas
detrás de el a.
-¿Tomás café?
-Sí gracias.
- ¿Vos Juanse?
por todos lados. Prepará otro cafecito para mí –viendo que Lola
por lo menos.
corresponda.
colaborar con la salud pero hasta ahora no hay nada –Juan tosió
acompañar el reclamo.
-Quieren cortar la ruta, l amar a los medios, pedir que vengan las
200
-Cortan la ruta, le cagan la vida a la gente que no tiene nada que ver y logran
poco y nada.
tiene que desviar el recorrido no creo que sea algo tan grave. Aquí
Es un desastre.
-Vos y yo no vamos a ponernos de acuerdo nunca. Y además
ustedes tienen que trabajar, así que salgo a comprar algo para
-Son parecidos.
-¿Vino a cuidarte?
-¿Se casa?
201
-Claro, pero me molesta igual. Mi viejo hizo la guita a costa de que mi vieja
se quedara en casa con nosotros renunciando a su
mueve como dueña y señora de cada uno de los rincones que eran
aventurero.
casa-se sinceró.
universo. Esa no era tu familia, esos no eran tus amigos (me incluyo) y ese no
era tu lugar. Cuidado Lola, a veces uno se va
202
hacernos mucho daño. Ese que ves en las fotos era yo,
tenía nada que ver conmigo. No sé si este sitio tiene que ver del
-Me gusta leer, creo en la palabra. La lectura suele ser inspiradora, aunque a
veces uno descubre que tal vez sean solo utopías.
-Las utopías pueden dejar de serlo alguna vez, Moro decía eso.
-Yo lector, vos filósofa… Tal vez la utopía seamos nosotros –la miró de un
modo que Lola no tuvo el valor de sostener. Bajo el rostro,
203
lastimarme.
-A Pablo lo amo.
-¿Si?
-Sí.
-Entonces “mujer con alas”, no hay nada más que hablar. No soy un
histeriqueo.
Lola tragó fuerte. El corazón se le arrebató tanto o más que el color de sus
mejil as.
-Te voy a decir algo más: cuando una mujer dice cosas así como “si
terreno espinoso. Revisá tus sentimientos Lola, es fácil saber cuando l ega el
amor, pero es muy difícil saber cuándo se termina. Más aún, la mayoría de las
personas pasa mucho tiempo junto a otra después
204
produjo un quiebre.
dirigió a su cuarto.
consultó:
-No –su respuesta fue más bien una defensa -. ¿Por qué decís eso?
vos.
-Así, con aros grandes, pelo largo, ropa suelta, pañuelos de colores en la
cabeza…
205
-¿Una hippie del siglo XXI? –rio Lola, le daba gracia las vueltas que daba
Martín para describirla.
-No quise decir exactamente eso… -al ver que Lola estaba más bien
trabajo.
Contaba los días para encontrarse con él, cada tanto se metía en su
pensar en él, hablar de él…. Pero ¿qué rol ocupaba Pablo en medio
para construir algo juntos? No lo sabía. Cada vez sabía menos cosas.
Lo único que sabía en ese momento, es que las manos le sudaban.
206
casa.
por letra:
“Estoy confundida”.
si lo había leído. Finalmente el tilde doble azul le indicó que sí. Un cartel le
anunciaba “escribiendo….”. Luego se borraba. Sonrió. Tal
l eno en la piel.
Antes de l egar al dispensario, el celular sonó.
interludios.
-Soy cobarde, por eso me tatué alas, para volar en caso de peligro.
prueba.
costal.
207
-Quedate dos días en la Colonia, una noche al menos. Si vencés la prueba, tal
vez esto no sea más que un histeriqueo supericial.
-¿Y si no?
- No corresponde.
Le colgó y Lola se quedó sin nada para decir. Se odió por haber
Juan había cambiado su foto de perfil. Era una pared pintada que
cerezos. Neruda”.
cerezos.
208
Capítulo 28
regresó a la casa con una noticia que –el a estaba segura- traería
consecuencias.
bastante….
-Bueno, entonces no hay más que agregar –Lola tenía una mezcla
-Amor, son solo unos días… Incluso si querés podés venir conmigo.
jueves por la tarde sino querés pedir días, sé que estás acumulando
artículos y esas cosas para poder irte en julio a visitar a tu familia, pero si te
parece el jueves salís del laburo y te tomás un avión.
-No son tantos, el miércoles y jueves trabajo, y ya veré qué hago el viernes y
sábado.
intereses. Él quería hacer el curso en paz y sin culpas. Para eso debía buscarle
un programa a el a. Y qué mejor que proponerle la
210
para salir del paso y luego volvió a la cocina sin decir nada. Se
**
211
partida.
trabajar con Víctor era lo mismo que convivir con un alma en pena.
volvería a ser igual? De todas las opciones esa última era la peor.
corazón.
nerviosismo se puso a charlar con cada uno de el os. El contacto con la gente
la tranquilizó.
al final te animaste.
-Ella me había invitado varias veces y justo se dieron algunas cosas así que
decidí venir este fin de semana.
-¿Así cómo?
-¿Yo estoy tirándote indirectas? Nena, me parece que vos sos la que
viniste susceptible. Si cada cosa que diga va a ser usada en mi contra estamos
en problemas….
213
peligro era el a.
-Tenés razón –resolvió más para sí que para Juan –. Me dijo Mariana
almorzar en casa -Juan vio que Lola dudaba, así que no tardó en
aclarar -.No lo temes como algo intencional, lo que pasa es que aquí los
restoranes, los shoppings y los McDonald no abren los viernes… -
El tema ocupó gran parte del almuerzo. Lola la pasó bien, hacía
214
que le fascinaba.
auto – más que una propuesta era casi una orden. A Lola no le
Lola podía apreciar desde ese lugar la bel eza del paisaje. Tupido y
aromático. Tras una curva vio la cascada. El sonido del agua al caer y cierto
olor cautivante la invitaron a descender. Se acercó fascinada y contempló por
unos minutos ese pequeño obsequio de la
piedras.
sostenía con firmeza. Tenía que admitir que le gustaba sentir de esa manera.
Pablo no era así, su sentido de independencia de la pareja y su mirada tan
igualitaria sobre el hombre y la mujer se contraponían a esos gestos. Era un
caballero, pero no del todo protector. Y el a, que también solía l enarse la
boca con los discursos de la igualdad
detalles.
Se sentaron uno al lado del otro, y a los pocos minutos Lola suspiró.
215
sitio. Voy a sacar una foto y a filmar un rato para mandárselos por
Whatsapp.
y se quedó en silencio.
-Igual, para mí lo que vale es esto –Lola mostró su celular y allí se veían los
mensajes uno a uno. Hermanos y padres integraban el
“Loli, tirate un poco de sol para estos lados, hace cinco días que está nublado
y frío”.
“Mi Lolita, que lindo paisaje hijita. Cuidado, veo mucha vegetación
alrededor. ¿No es peligroso?”.
Lola era una mujer amada, por eso bril aba de esa forma. Esa es la
luz propia de quienes se saben amados de verdad. Él, que solo con
216
Lola.
hermano.
no?”
“Che, déjense de joder los dos. Vos papá déjalo si no quiere ir. Y vos Juan,
pará un poco con el resentimiento”.
“Váyanse los dos a la mierda, y no me rompan más las pelotas”.
barata me calló. Lo peor es que estoy seguro que ésa fue solo una
por esa sumisión y resignación que tenía para con todo. Más de una
vez intuí que el a también sabía de sus andanzas, que dudaba de sus
217
manera. Pero ni eso logró romper esa distancia que había entre
nosotros.
-Pero se nota que él te quiere…, digo, le parece importante que
estés en su boda.
yo le había hecho pagar todas sus cagadas, que ese había sido su
-Mañana.
-¿¡Qué?!
ánimo dijo -.Hablando de fiestas, esta noche hay una en el club del
¿Vamos?
218
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
ambas.
Lola sonrió.
-Acepto.
-Bajo el formato…sorpresa….
comentarios breves.
219
Lola no había l evado casi ropa, pero se probó las pocas cosas de su bolso y
finalmente se decidió por una pol era larga en la gama de los marrones, botas
y una remera natural de gasa, trasparente. Para
- Cherie, de Dior.
-Me encanta… Además estás muy bonita. Ese look te sienta –afirmó
Mariana.
-No, hoy ha sido un día fatal. Prefiero descansar y Lucio también. Te doy la l
ave de casa para cuando vuelvas. Esta es la del portón y la más chiquita la de
la entrada.
-Ojo que Juan es muy codiciado por la zona y todas las chicas del
lugar te van a querer arrancar los ojos cuando te vean l egar con él,
empezando por Lisa –agregó Lucio mientras preparaba unas papas
dijeron demasiado. Pablo le contó que el curso era muy bueno, que
220
vez le comentó que estaba yendo a una fiesta del pueblo y que
-Se ve que para las cosas que le importan no es tan impuntual –dijo
pudo evitar que su boca acompañara con un gesto ese deseo. Juan
de jean azul oscuro era el soporte ideal para ese cuerpo. Había
221
-No, calculo que no vamos a l egar tan tarde. Pero por las dudas, no me dejes
dormir más de las once.
divisó bajo la blusa de gasa a esa libélula tatuada que le indicaba un sendero
sinuoso de placeres. Acomodó su pantalón para que la
dio la vuelta para ingresar al auto Lola aprovechó para mirarlo por el espejo
retrovisor. Se concentró en su culo, así sin romanticismos ni reparos. Culo a
secas.
-Vos también estás muy guapo –era una palabra rara, pero
222
reggaetón, ritmos latinos y algún que otro tema folklórico. Su madre hubiera
utilizado la palabra perfecta para definirlo: “pintoresco”. Se sintió a gusto en
ese sitio, en esa diversidad, con esos gigantes vasos de plástico colmados de
cervezas, en un salón donde podían
sólida relación con Pablo. Empezó a dudar, ¿era tan sólida esa
relación?
Lola se dio vuelta solo para comprobar que era Lisa. Reconoció su
voz de inmediato.
saludos.
223
Ella supo leer todos esos interrogantes, así que los respondió.
-Bien, ¿vos?
-Bien.
palabra la desestabilizó.
224
voluntad claudicaba.
a que se escabul eran a un sitio más solitario y una vez allí terminó de
beberse el vaso de cerveza.
indebido…- bajó el rostro para enfrentar sus los ojos con picardía.
-Ese es el problema. No lo que hago sino que lo deseo hacer, y eso
225
demasiado directa.
-¿Qué tiene que ver? Hay miles de hombres y mujeres que terminan
vos.
226
correr de los días te morís por verla, si hacés esa idiotez de marcar su número
y luego no tener el coraje de l amarla, si te excita lo
cosas con tanta claridad, en cambio el a…. Era de las que había
eso fuera amor. Pero él le había dicho que la amaba, de un tirón, sin frases
rimbombantes ni gestos de telenovela. Habló de amor y eso
-¿No tenés nada para decir o te falta el coraje para hacerlo? Hablá
227
abrirse paso y enrol arse con su lengua. Él la atrajo para sí apretó su cintura
con una mano y con la otra recorrió sus hombros para
a su casa.
cambiando el ritmo. Cada vez más frenético, cada vez más intenso.
228
gesto que le diera alguna pista de cómo seguir. Pero ni la palabra ni los gestos
l egaron. Se levantó rumbo al baño. Lola aprovechó su
cubierto por el de él, como había sido cubierta su cintura, su alma, su ser.
alguien maduro.
- ¡¿No?! Te dije que te amaba, fui sincero. Te di cinco segundos para que te
escaparas y no me lastimaras. Pero como buena mocosa
histérica decidiste seguir, ¿para qué? Para sacarte las ganas, porque ganas
tenías.. No me vengas a boludear ahora con la culpa, las
229
-No, la verdad es que no. ¿Qué pensabas? ¿Qué ibas a salir conmigo
que le gusta una mujer. Y encima esa mujer acepta salir conmigo,
¿en plan de qué? Te lo pregunté hoy a la tarde. Y vos respondiste
aprovechó de tu “crisis”.
- ¿Sabés qué es lo peor de esta noche de sorpresas? Es que a los dos nos
gustó, a la hora del sexo funcionamos y bien. Pero claro, sos de las mujeres
que una vez que tienen la vida prolijamente armada no
Él esperó que entrara y luego arrancó con furia. A esa hora Mariana
230
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
repetía una y otra vez: “ya está, fue el exceso de una noche, solo
Se durmió con las primeras luces del amanecer y a las pocas horas
-No, somos tres. Pensé que Juan te lo había dicho anoche. Salió
-Por suerte decidió ir. Su padre lo adora y pese a que tiene sus cosas no es
mal tipo.
231
correr de los días iría olvidando ese desliz y volvería a construir el vínculo
con Pablo. Agradeció el hecho de que faltaba poco para irse
Rodríguez.
Capítulo 29
Carolina
Nunca creí demasiado en la frase “un clavo saca a otro clavo” pero,
búsqueda del bebé, nos hablábamos varias veces al día y casi todas
Diego.
parece?
233
-Dale, besito.
desconfianza. Era otra cosa, una certeza que había disparado una
tomó la iniciativa.
-Sí.
-¿Todo bien?
- Sí.
234
Imaginé e intuí todo lo que hizo después. Tal vez suspirar frente a la pantalla,
tal vez acariciar mi foto de perfil y luego apagar la compu para no tener la
tentación de decir nada más.
***
Leticia
235
intención de reconquistarlo.
atendió.
-Hola, ¿Leti?
236
-Gracias,
-Bueno, por lo que veo estás ocupado así que nada más –a eso
-No creo que pueda por ahora. Más aún, te iba a sugerir que vos
directamente para allá. Acá hay mucho todavía por cerrar y no tiene
sentido haber hecho semejante viaje para dejar todo a medias. Con
237
-Por eso l egamos a este punto, porque nunca tenías tiempo para
así.
que de seguro tenía algo con Leila o con alguna otra. En el fondo
-Bien.
-Leti, creo que lo mejor va a ser que hablamos cuando nos veamos
personalmente.
238
hombre te creés que soy? Solo que no son cosas para hablar por
teléfono. Hay cosas para hablar pero respetemos este tiempo, por
favor.
-Tiempo que pediste vos, yo no lo necesitaba. Yo tengo todo muy en
claro.
hablamos.
sé. Por eso tal vez es que no hallo la manera de saciar ese apetito
239
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
***
Lola
-Ese idiota del médico de la Colonia, ¿quién se cree qué es? No tiene
capacidad de negociación. ¿Cuándo viajás allá? Fijate si podés
histérica.
240
cuando la gente explota pasan estas cosas. No hay que tirar tanto
de la soga.
arriba.
arriba, te recuerdo que el Estado tiene una obligación con la salud, con la
educación, con los sectores más vulnerables.. En vez de
-También sos una empleada del Estado y además sos mi mujer. Así
que más te vale que cuando vayas a la Colonia hables con ese imbécil y lo
hagas entrar en razón. Porque si finalmente hacen ese
despotricando solo.
241
volvió a hablar del tema. Pero el conflicto estaba allí. Entre nosotros el
piquete ya había empezado. Yo en estado de protesta y él
evitar la alteración.
242
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
tu pareja es Ministro?
Quedé helada. Hasta ese momento creía que todo el reclamo tenía
que ver con una cuestión más bien sentimental. Pero no, la verdad
de buchona?
-No sé, decímelo vos… Al fin de cuentas nunca dijiste ni una palabra de tu
relación con esa gente, jugabas a ser una mina que estaba de
243
preservarme.
-No, fue la manera que él encontró para utilizarte. ¿O me vas a decir que
nunca le contaste nada de la Colonia? ¿No le dijiste nunca quiénes somos,
qué tenemos, qué nos falta, quienes trabajan en
un fiasco.
-No voy a permitir que me hables así. Por mí podés creer lo que
me dejó expuesta.
lo había decidido hace unos días atrás, cuando a causa de la Colonia tuve un
enfrentamiento con Pablo.
dos romances…
244
sienta como un lugar propio, sino para huir, para escaparse del
dolor, para sentir que su vida vale algo. El pobre niño rico que siente que le
debe algo al mundo. . Andá a cagar Juan, si la Colonia está mal es porque hay
tipos como vos que anteponen su orgul o y
testarudez a las necesidades de la gente. Sos un pésimo negociador.
No fue tanto lo que dijo sino cómo lo dijo. Me callé e intenté calmar mi
respiración y retomar un tono moderado de voz.
-¿Algo más para decirme? O más bien, ¿algún otro insulto que te
argumentos.
245
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
Capítulo 30
y le dijo que en ese caso lo mejor era no ir más y dejar cuanto antes el
empleo. Lola se negó, aduciendo que deseaba hacer un último
deseo era ver nuevamente a Juan y aclarar las cosas cara a cara.
-Ese cargo está maldito, todas deciden alejarse. Aunque tus razones
no son las mismas que las de Carolina –expuso el jefe. Lola no
246
que las razones que las habían alejado a ambas no eran tan
diferentes.
Oscar ponía excusa para hacer el viaje y Lola decidió hacerlo por su cuenta.
Consiguió un colectivo y partió. Fue un recorrido eterno,
sola”; “Es una locura, dicen que la tormenta puede ser muy fuerte”;
pronto.
una toalla para ayudarle a secar sus cabel os de los que aún caía
247
-No vine con él. No estaba autorizado a salir con la alerta así que
l egó con dos tazas de café. Era evidente que tenía intenciones de
hablar.
nada de eso.
respecto creyendo que iba a ser más fácil para mí, pero… las
248
interrumpió intempestivamente.
necesita ayuda para ser evacuada… -dijo eso nervioso, sin poder
Lola
acompaño.
celu y la radio en alerta, y hablá con el padre Gervasio para que nos 249
favor.
Lucio apareció en ese momento con tres adultos y unos cinco niños.
con un bronco espasmo. Los traje acá para que los veas, me voy de
mientras limpio el tobil o del hermanito. Usted el del golpe siéntese allí que
ya lo reviso. El resto se va quitando el abrigo húmedo y se prepara un té
calentito.
velozmente.
250
había pedido.
Defensa Civil no hizo sonar las alarmas, y caído el puente los arroyos se
vuelven violentos y peligrosos. Espero que no tengamos que
lamentar víctimas.
-Es que cuanto hace dotora que estamos pidiendo mejoras…. Esos puentes
son viejos…. Hasta que no pasan las desgracias nadie hace
-Al cambiar los cauces de los arroyos pasan esas cosas y con el
Lola y le pidió que le ayudara a sostener al niño. Había que empezar a coser.
251
Nadie del gobierno provincial había logrado aún l egar al lugar, pero se sentía
al helicóptero sobrevolando la zona. Se decía que el
la señal fallaba. Pasada las seis de la tarde recién pudo dar con
Pablo.
vos.
un poco.
-En un rato l egan colectivos de gendarmería con colchones,
autoridades en la región.
252
va a l egar, pero qué va a pasar después… Acá hay gente que perdió
sol ozo.
-Sí.
vamos l amando. Y cuídate por favor…. Sos cabeza dura, te dije que
salir la gente común con sus autos y camiones a rescatar a los que
se estaban inundando…
253
ultramar.
advirtió:
Abrigate, que te la has pasado temblando de frío todo el día y venís de una
gripe–Mariana le dio un beso y se marchó.
cambiarse.
Por un instante la azotó la tristeza, sabía que esa sería la última vez que
estaría en la Colonia, quizá sería la última vez que viera a Mariana… No
quiso pensar en Juan, era probable que tras esa
Pablo, y supo que el viaje a su casa le ayudaría a ordenar las ideas, a decidir
aquel o que en lo hondo de su ser estaba ya decidido.
-¿Mariana? ¿Lucio?
- Soy Juan.
- ¿Mariana?
255
Lola obedeció y volvió al rato con el maletín. Sacó el desinfectante, las gasas,
la cinta adhesiva y siguió con atención las instrucciones de Juan. En realidad
el a podría hacerlo sin instrucciones, no era
terminaron. Él le pidió:
tono y consultó:
-¿Qué haces acá? Pensé que habías renunciado.
-Sí, renuncié. Pero vine para dejar listo los pedidos del mes así no se atrasan.
Tenía la tentación de evitar el tema, pero lo cierto es que había ido hasta allí
para hablar. Así que se sentó a su lado y respondió.
256
-¿Y entonces?
-Yo tengo que resolver mis cosas con Pablo, no se merece que de un
día para otro lo deje y me instale acá, tan cerca de su lugar, un sitio con el que
va a estar lidiando permanentemente por su trabajo…
-Es posible.
257
así, como esa “mujer con alas”… Si hubieras sabido la verdad ibas a
- No Lola, es verdad que te insulté, te grité y me fui al carajo. Pero fue por
impulsivo. Desde que te vi supe quién eras, cómo eras. Por
con él. Te imaginé en sus brazos después de estar en los míos y los
-¿Sí? ¿Cuándo?
258
-¿Retratos?
-No puedo darte ahora una respuesta, solo te puedo decir que en
besarte.
-No me des una respuesta, pero al menos dame el beso.
ese ardor. Tenía la tentación de decirle que estaba segura de que lo amaba,
pero había decidido pensar, tomar distancia, aclarar su
fue al club?
259
-Yo manejo, busco el pul over, me pongo las zapatil as y nos vamos.
revelación.
pliegos, por sitios donde el estallido se hizo inminente. El fuego los enlazó,
calor abrasador del que no pudieron escapar. Por un
- Por favor,
dolió decir aquel o, pero necesitaba ser sincera. Ella no era de las chicas que
hacían locuras, ni siquiera por ese hombre al que ya no
261
Capítulo 31
No es que Leticia hubiera viajado con la intención de contarle a sus hijos que
estaban alejados con Alberto, sino que la insistencia de
distancia.
cuando vuelva.
-¿Y vos? ¿Qué decidís vos mamá? Porque al fin de cuentas la que se
echó el moco fuiste vos –Magui, que tenía adoración por su padre,
parte, el que decidió irse fue él no yo. Y por último, quien sigue
262
-¡Basta las dos! –Cristian decidió ocupar el rol de conciliador -.Mirá mamá,
acá no se va a culpar a nadie. Son sus problemas y tienen
-¿A Brasil? Pero vos estás loco, yo no voy a viajar a Brasil…. Saben que no
me gusta salir demasiado, ni menos aún subirme a un avión
sola.
la nobleza eran los mayores valores que debía tener un ser humano.
Leticia asintió con la cabeza. Le dio ternura que Cristian recordara aquel o.
-Y resulta que vos sos una cagona. Papá siempre nos decía: “tu
-Viajá má, viajá –la forma en que Cristian dijo aquel o la l evó a
decidirse.
263
que no se resistiera. Él le expresó varias veces que no era necesario que fuera
hasta San Pablo. Pero el a no hizo caso y con autoridad
entonces.
am. Chau.
las vigas que todo lo sostienen, las puertas que todo lo abren, las
***
ansiedad fueron aún mayores cuando vio que una joven morena,
con cuerpo escultural (tal como la había imaginado a la tal Leila) la esperaba
en el aeropuerto con un cartelito que l evaba su nombre.
264
equivocó.
Leticia asintió.
-¿Leila?
La siguió hasta el coche, sin poder evitar que los celos la acecharan.
-No, el señor Alberto tenía cosas que hacer esta mañana así que me
embargo, Leticia intuía que para Alberto no habría sido nada fácil
cambiar su hogar por ese sitio. Era de los hombres que tras una
265
Tal vez esa era su manera de decirle que entre el os todo se había
Para salir de ese estado, l amó a Cristian y le avisó que había l egado bien. Él
no preguntó mucho y el a tampoco dijo demasiado.
Dio vueltas en ese apart recorriendo cada rincón, husmeando en las
***
ese era buen o mal síntoma. Lo saludó con una sonrisa, embobada,
266
deseo de l orar.
-Hola –dijo después, un poco avergonzada ante ese gesto.
-¿Por qué?
-Es una locura que l eves acá más de un mes cuando habitualmente
no querés que las vacaciones superen los diez días porque extrañás
la casa.
nosotros.
mal”, admitió.
Al arribar a la oficina se sintió peor a aún. Leila no era joven, pero era una
mujer atractiva. Matilde también era bonita. La primera
rubia, la otra de cabel o castaño y una piel trigueña cautivante. Sus ropas
coloridas, sus accesorios despampanantes y el modo tan
borde del colapso. Ella, que había tenido durante años a Alberto
comiendo de su mano, ahora lo veía distanciarse inexorablemente.
No, era otra cosa. Era sentir que Alberto había encontrado la
manera de vivir sin el a. Recordaba las palabras de Caro, aquel o de que tenía
el síndrome de la vaca atada. Al parecer la vaca se había
268
-Lo que te sugerí. Vas derecho por esta vereda y en tres cuadras
parece?
No había ido hasta allá para transitar por un shopping como una
recuperar la pasión. Había ido hasta allá para pedirle que volvieran.
estaba marchándose.
eso, pero sin querer pegó su oído a la puerta. Hablaba con alguien,
269
recién entraba.
El hotel quedaba a unas diez cuadras de la oficina así que hicieron el trayecto
caminando. Hablaron del shopping, de los precios, de lo
que podía comprar para l evarle a los chicos. A los pocos minutos
estaban en el apart.
es una especie de rotisería que tiene cosas muy ricas. Cenamos acá,
-Ok –estaba por entrar al baño, hasta que finalmente se dio vuelta y con
resolución preguntó -¿Qué está pasando Alberto?
270
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
mujeres bonitas…
bien en los últimos tiempos, pero… -no sabía por qué le costaba
-No podés ni decirlo Leticia. Viniste hasta acá porque te sentías sola, porque
no te acostumbrás a estar sin mí–había decepción en la voz
de Alberto.
-Lo escuché…. Te escuché hoy, le decías que estaba yo, que todavía
conversación?
271
-¡¿Qué?!
-No te lo iba a decir por Skype, ni por celular, ni por mail. La idea era volver
a la Argentina en dos semanas, organizar con Rodríguez el
tratamiento y charlar ahí. Creo que voy a tener que aplicarme unas
272
-¿No? ¿Y sí era un buen momento para que vos lidiaras solo con
-No me reproches cosas, estoy preocupado, por favor. Hace casi dos
desde el día en que fuimos a ese recital por los Derechos Humanos y
nos quedamos cantando casi toda la noche, desde el día en que casi
-¿Sabías de eso?
273
sus espaldas.
respecto.
durante tantos años. Las de la soledad, las del cansancio, las de la desilusión,
las del silencio. Las mismas que durante mucho tiempo
274
Capítulo 32
¡Que distintos eran Pablo y Juan! Las despedidas con uno y otro
pensar.
“En una semana tal vez podría viajar para allá, pero es tu decisión
posesión.
moderado.
275
Lola no respondió.
cinco minutos.
***
cuerpo. El espíritu de Lola aún estaba allí, había dejado su tasa en la pileta sin
lavar, alguna ropa tirada por los rincones, un sahumerio
consumido y unos cuantos libros y papeles en el escritorio…. Sonrió.
276
encontraría. Por eso perdía todo, por eso a veces pasaba horas
juntos en la casa. ¿Cómo había hecho Lola para sobrevivir allí, tan
lejos de su antigua vida? La había dejado sola, muy sola. Por eso
con afectos medidos ante los otros y con la pasión reservada para la
intimidad. Ellos no combinaban, nunca combinaron. Aún recordaba
No le l amó la atención. Es decir que ese día que la vio ni siquiera la vio. El
azar quiso que terminaran haciendo juntos grupo de estudio,
aunque Lola le dijo que no fue el azar sino un milagro divino a causa de sus
ruegos. En ese momento tampoco había reparado demasiado
algún que otro anil o de plata en los dedos. Esas con las que se
Nunca supo cómo había terminado con Lola, quizá porque esa
277
vida.
Pablo había calculado cada paso, el tiempo que le l evaría recibirse, el tiempo
que le l evaría hacerse de una posición, el tiempo de cada uno de sus logros.
Pero en esas mediciones Lola se le había
el a se le había escabul ido como una liebre. Incluso, en ese tiempo había
conocido a otras chicas con las que seguramente tendría más
Volvió a recorrer los rincones, y se dijo que si Lola regresaba con él, haría
algunos cambios en su vida e intentaría construir con el a una relación más
sólida. Tal vez un hijo… ¡No! desechó la idea casi al
a su madre repetir una y otra vez: “esa chica no es para vos”. Aún
278
***
Ella se había ido. Aún admitiendo su amor hacia él, lo había dejado.
¿Por qué se había ido? ¿Realmente lo amaba? ¿Era posible que una
279
***
“Perdón. Como no podía cerrar un ojo, se me ocurrió que tal vez vos
tampoco”.
“No duermo, lo intento”.
escuchar. La voz de Lila Downs decía “Yo soy libre como el mar
tú…”. En ese instante deseó tener alas de verdad para volar al lado
de Juan.
Capítulo 31
280
ninguna cuota por más baja que fuera, de que la ayuda económica
Estado.
acontecido.
Las cosas venían mal, pero empeoraron aún más cuando la gente
salió a cortar la ruta. “Empezaron los piquetes, a este quilombo hay que
pararlo de una buena vez”, dijo el gobernador en otra de las
diariamente).
pusieron el mote de choros, ineptos, brutos… lo que nos falta es que nos l
amen represores y estamos en el horno –expresó Montoya, de
Desarrol o Social. Era el más afectado por la situación e intuía que 281
-Me van a hacer cagar si me bajo allá, están todos hechos una furia
apel ido que dicen es el mío. Así que mové el culo, armá un equipo
diario a un sitio web de esos que están tan de moda. Acá las fotos
282
Así estaban, con un tipo que se había conmovido con fotos que
***
caos.
pero boludo no era. Incluso, esa vez que fueron al velorio, el muy
283
para andar celando a nadie, debía tener la cabeza fría. Bajó del auto sin
prestar atención a los insultos. En un acto de arrojo, se acercó al vehículo de
Montoya y abriéndose paso entre la gente dijo en voz
alta:
del gobierno –expresó todo eso sin euforia, no era un político sino
éste se acercó al grupo instando a la gente para que dejaran bajar a Montoya.
el dispensario. Hasta allá l egó el Intendente, un tipo del pueblo con pocas
luces que no había podido manejar el desmadre en el que se
Pablo se quedó afuera, y por más de media hora escuchó las voces
difícil.
284
fue la gota que rebalsó el vaso. Hace mucho tiempo que nadie se
l eva sus casas y lo poco que tienen –en lo más profundo de su ser
Pablo sonrió. Ya había decidido que solo dejaría la primera oración, aquel a
en la que decía que levantarían el piquete. Al resto se lo
285
-¿Necesitás algo?
-Yo no tengo nada que ver con eso, mi rol es otro –bajó la vista
como dando por finalizada la charla.
conveniencia.
.Sé quien sos, sé quien es tu familia, sé que laburaste en una de las clínicas
más importantes de la ciudad, clínica de la que tu padre es abogado. ¿Sabías
que mi abuela murió ahí por mala praxis? Bah,
haya pasado, pero soy bueno con los archivos, control de aire y esas cosas…
286
el trabajo.
-¡Qué bueno! Eso quiere decir que estás en el sitio ideal, en un sitio que se
mantiene al margen del sistema, por ende la competencia y
-Como Lola puede estar con un tipo como vos -Juan fue lo
- Ah, por ahí viene la cosa –ahora sí cerró su notebook y bajó del
auto -¿Y qué tiene un tipo como yo? ¿Creés que el a estaría mejor
-Tal vez.
idealista, pero en el fondo sabés muy bien que siempre va a estar el bolsil o
de papá para cuidarte. A mí, los tipos como vos me caen
mal.
Lola? Porque debe ser muy poco si lo único que la hizo feliz en este 287
caballeros sacar a la luz algo así. Además era evidente que Lola no le había
confiado lo de la infidelidad a Pablo, sino no estaría tan
Capítulo 33
288
si quedaba hecha una vaca y no lograba bajar esos kilos? ¿La rutina
resultado: positivo.
***
Dudó en l amarlo, pero no era una noticia para darla por teléfono.
289
cambio ahora…. Pensó que tal vez hubiera sido mejor recurrir a un
diciendo que hacer tantas adecuaciones era injusto para los demás
Había sido una charla desgastante. Cerca de las once y media del
colegio sin saber muy bien qué rumbo seguir. Recién tendría
pacientes a partir de las dos así que le quedaban unas horas libres.
Aún era temprano para ir a la casa de Diego, pero tenía que darle la noticia.
Así que puso en marcha el auto y fue al departamento.
***
290
el mediodía.
Volvió a tocar, no se iría de allí sin hablar. De pronto escuchó una voz
femenina que desde adentro preguntó: “Diego, ¿abro?”.
parte de sus senos al descubierto, no era algo con lo que uno salía a la calle al
mediodía.
- Pará, pará… -la tomó del brazo -.Hablemos –le dijo en tono
291
avergonzado.
fidelidad.
gustó tener sexo con vos, creo que sos un excelente amante, pero
292
293
predisposición.
-Mi chica Orson Wel es, tengo la certeza de que no voy a verte en
mucho tiempo, pero digas lo que digas yo voy a estar mirando por
en la espalda, le reprochó:
-¿No? -fue irónica con la pregunta -. Estoy apurada, tengo que irme.
Carolina no se detuvo más, besó los labios de Diego con dulzura y le susurró
un imperceptible “gracias”. Él no comprendió del todo ese
gesto.
Se asomó al balcón y la vio caminar hacia el auto. Era hermosa, y a
***
294
nerviosa.
más complicado.
-¿Qué Diego? ¿El del pueblo? ¿Ese que era medio boludito?–
punto –debía mentir en algunos detalles si quería dar por finalizado el tema.
-Te felicito hija, me hace muy feliz la noticia –Bernardo la abrazó. No era
demasiado afectivo, pero allí estaba haciéndole saber que, aún
-Ay, estoy tan feliz Carolita, al fin voy a tener un nietito cerca para mimar y
malcriar.
295
Carolina sintió que el miedo se disipaba. Como cuando era niña, sus
panza y susurró a su niño: “gracias mi amor por l egar a mí, vamos a tener
una linda vida juntos, lo sé”.
letra por letra, algo le dijo que lo que tenía para contarle lo
destrozaría. “Mañana Joaquín se va a dormir a casa de un amiguito.
“Ok, te espero”.
296
Capítulo 34
Para Lola, l egar a su casa fue una bendición. El cariño de sus padres y de sus
hermanos la cobijaron de un modo que realmente
cosas.
así que mate de por medio se sentaron a disfrutar de una fría pero
-En realidad la licencia se vencía a fin de mes, así que tampoco tenía certezas
de si iba a continuar o no.
297
invasora, era su estrategia para sacarle toda la información posible sin que se
sintieran presionados.
menos. Por eso me vine, para pensar un poco. Creo que estamos
-Hay que saber diferenciar las cosas, porque hay distintos tipos de
crisis. Está la crisis personal, la que es de uno. Esa afecta a lo que nos rodea:
pareja, familia, entorno; pero quien debe resolverla es
uno. Después está la crisis del contexto. Eso tiene que ver con lo
que nos rodea, vos amás a la otra persona, la otra persona te ama a
vos, los dos están bien pero el contexto no ayuda. Habitualmente
pasar y que uno debe aferrarse al otro y esperar hasta que todo
jaque todo…
-Sí, pero siempre hay una que desencadena a las otras. Hay que ir al origen.
-Para eso vine, para descubrir lo que me pasa, aunque no creo que
298
l evó a deducir algunas cosas. Sin embargo, cuando su hija regresó a su lado
evitó cualquier comentario al respecto.
sobre los helechos, unos potus y cosas por el estilo, con la clara
conversación.
Pero su madre era una mujer perspicaz, así que pasado unos
minutos consultó:
-¿Quién era?
cuestiones.
299
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
estadía en la casa…
insisto. Sabés que no me gusta ser metida. Pero venís acá a pensar,
realmente.
habían quedado con Vico que ese día a la siesta irían las dos solas al
shopping para charlar tranquilas. Pero bueno, más tarde o más
-Estar ahí me hizo bien, conocí a gente con la que tenía muchas
Pero no te voy a negar que ese vínculo con Juan me generó cosas
raras.
-¿Juan es el que l amó recién?
cabeza voló hacia Juan, lo podía ver en el dispensario, atendiendo a los viejos
con paciencia, jugueteando con los niños, explicando
300
- ¿Qué?
-No apuntes contra Pablo, no creas que soy tonta. Sé que nunca te
-No digas eso, Pablo es aquel o que toda madre denominaría “un
-33.
-Encima joven. Decime que es lindo y estamos en el horno.
-Es común. No tan lindo, no como Pablo. Pero Juan tiene otros
encantos.
cuando viajó a visitarte. Pensé que le había gustado a el a, pero no, a la que le
gusta es a vos.
engaños. Es buena persona. Así que pensá muy bien lo que vas a
301
***
La charla con Vico fue más sincera. Lola le contó todos los detalles.
otro disparate y con la frase anterior ya las habían mirado con mala cara dos
mujeres mayores que tomaban un café en una mesa
cercana a la de el as.
302
porque me instalo en la Colonia con otro tipo”. No da. Además, una cosa es
ir un día a la semana a la Colonia y otra muy distinta a vivir ahí. No sé si es
lo que quiero.
- Traelo acá al doctor.
- Ay, es que no soy tan inteligente como vos -dijo la otra en tono
asunto y te vas a quedar sin el pan y sin la torta. ¿Qué creés? ¿Qué Juan va a
esperarte toda la vida? Hasta Florentino Ariza en “El amor en los tiempos de
cólera” se encamó con medio Colombia mientras
esperaba a Fermina.
-¡No! Jamás le contaría algo así. Sería para quilombo, lo lastimaría al pedo…
Ya sé, lo estoy engañando pero prefiero una mentira que
303
-Ese chico no dice jamás lo que siente. No es para vos Lola. Mal que te pese,
vos sos más bien una mujer para un tipo que manda a la
medianoche un bolero en el que habla de tocarse.
en el sexo.
Menos mal que se inundó la Colonia que si no están cogiendo todavía –las
dos se miraron y no pudieron evitar las risas.
***
charlas en la vereda con los vecinos, fueron marcando los días. Casi sin darse
cuenta l evaba ya una semana en casa y los tiempos se
304
piquete en la Colonia, que debía viajar allá y que no sabía cómo se resolvería
el conflicto.
informativos pero nada decían del tema. Entonces decidió seguir los
quedado allá.
-Ese es Juan.
de un hombre así.
-¿Así como?
-Cómo te gusta ese Juan…. Pero acordate lo que te dije: hay que
hacer las cosas bien Lola. Dar la cara, terminar una relación como se debe
para empezar otra. ¿Estamos de acuerdo?
opinaban, todos decían qué hacer y qué no… Para Lola no estaba
funcionando.
La descubrió radiante.
306
exquisita.
incómodo.
-¿Tu hijo?
-Sí, al menos no voy a estar sufriendo con cada estudio. Igual los
recuperación.
- Sí.
-¿Y Claudia?
307
-¿Renunció? No sabía.
-Lo decidió hace unos días, igual iba a ir hasta completar tu licencia y en
función de lo que vos decidieras íbamos a resolver. Si querés
-Hay otra cosa… -Carolina no sabía cómo decirlo, sabía que la noticia iba a
ser como un baldazo de agua fría para Ernesto-.Necesitaría
308
Tal vez no se me note, pero estoy contento por vos Caro. Sé que
Volvió el silencio.
no?
esperaba un hijo, que lo criaría sola y mil cosas más, pero prefirió callar.
-Bueno, si era eso lo que querías decirme ya está. Pasá en la semana por la
oficina y vemos de qué manera arreglamos tu regreso. Te
***
309
alcohol decidió romper todas las reglas y le l amó. El celular sonó, sonó, sonó
hasta que lo envió a la casil a de voz. No dejaría un
-Nada, solo quería decirte que fui un imbécil, que hoy me di cuenta
que te perdí para siempre y me odio por eso. Hubiera deseado ser
-No digas eso, las cosas a veces no salen como uno desea. Hiciste
310
tenencia de mi hijo y por más juez de familia que sea mi suegro, voy a lograr
alejar a Joaquín de Claudia. Sé que l egué tarde con la
sumida.
tapujos ni culpa.
hacer.
311
ver qué es peor ante la justicia: si una cogida o una madre peligrosa.
-Tu padre no es Dios, es uno más del montón. Más aún, tengo
decidido.
ayudaron demasiado.
-Vos no pudiste acompañarlo en la enfermedad y tampoco en su
pero viendo que Claudia volvía a mirarlo con esos ojos insidiosos,
312
A eso último lo dijo casi a los gritos, y en el mismo tono Claudia le retrucó:
- No me amenaces.
- Te vas a arrepentir pedazo de mierda. Me usaste para escalar, para tener una
posición y ahora me desechás… Hijo de puta.
***
A la mañana siguiente, Marta encontró a Ernesto y a Joaquín
desayunando en la cocina.
-Sí, madrugamos.
-¿Y la señora?
-Está durmiendo, no tuvo una buena noche -fue una manera sutil de
en busca de su ropa.
-Joaquín hoy sale antes del cole a las once. ¿Podría buscarlo usted?
313
asustada.
el os, pero no. Pensé que tal vez andaba con usted…
las pocas que les quedaban pese a que últimamente casi ni se veían-
había visto a Claudia ese día retirar a Joaquín del colegio, estaba de buen
humor. Algo le había l amado la atención: tenía un bolso
insultarlo.
algo…
-Si Claudia no fuera una loca nada de esto pasaría -retrucó Ernesto.
“Mi hija es una mujer muy vulnerable, está bajo tratamiento, pero
315
a los periodistas.
vecinos, los padres del colegio y hasta la pobre Marta, que se vio
la desaparición”, una vez más el a tenía algo que ver con eso.
Había intentado hablar con Ernesto, pero la única vez que le atendió el
teléfono le había dicho: “Perdoname Caro, pero por ahora no
Pero por suerte eso no ocurrió. En la noche del tercer día la policía dio con el
paradero de Claudia. Estaba en un hotelucho de las
afueras, y fue la gente del lugar la que hizo la denuncia. En un sitio tan
pequeño, la mujer y el niño no pasaron desapercibidos. Menos
316
de los que seguían las noticias, pero hablando con uno y otro fue
***
creído que le l evaría unos cuantos meses. Una vez dada de alta,
Claudia fue a instalarse a casa de sus padres. Una jueza intervino y otorgó la
tenencia –al menos provisoriamente- al padre del niño.
Ella podía visitarlo, pero sus padres (en especial el doctor Olivera Torres)
debían acompañarla. Por el momento no estaría autorizada
integridad de Joaquín.
Durante esos días, Carolina habló varias veces con Ernesto. Este se
incorporación.
317
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
despacho.
vuelvo. Lola regresa en estos días, así que mi idea es venir algunas mañanas
para que me ponga al tanto de varias cosas.
hablar sobre el tema de tus viajes a la Colonia, estuve ocupado con otras
cuestiones de conocimiento público.
318
-Bueno, que sé yo. Tal vez haga como vos y me pida una licencia,
otorgan.
-Huir no es la solución.
-¿No? Mirá quien lo dice, la que huyó y logró concretar una familia.
con Diego, que tal vez podían intentarlo, pero era evidente que
Volvía a perderlo.
319
No la besó, ni la abrazó.
Capítulo 36
Estaban frente a frente. Café de por medio. A Lola le sorprendió que Pablo
pidiera el día en el trabajo para estar con el a. Los primeros diálogos
estuvieron dirigidos a su familia, a las actividades laborales (incluso le
comentó algo de lo ocurrido en la Colonia). Él no profundizó y el a tampoco.
-No creas que estoy del todo decidida…. –balbuceó Lola -…, creo
320
claudicaste.
peligro?
-Es probable, pero soy así. Además lo nuestro no iba a ser eterno,
sé si nos amamos.
ya no.
-¿Qué cosas?
molesta.
321
CUANDO DEJÉ DE AMARTE
que no ven más allá de sus narices, pero no soy así. Puedo percibir
cosas… Ojo, no quiero saber sobre eso. Prefiero creer que nos
engaño.
personales por vos ni por nadie. Quien esté a mi lado debe saberlo…
cada uno siga su camino –le rozó los labios con delicadeza. Ella
que quieras para organizar tus cosas, somos dos personas adultas y
cosas, por hacerme la vida más simple… -Lola lo abrazó con fuerza,
322
- Preferiría quedarme.
celular pero no logró dar con vos. La otra es que estoy tramitando
verano.
franqueza.
Lola recorrió con sus ojos cada rincón del departamento, caminó de
***
323
-Felicitaciones –Lola abrazaba con sincero cariño a Carolina. Ese día había
vuelto a la oficina para cerrar con el a algunos detalles
-Igual, los médicos son muy optimistas. Ahora debe aplicarse unas
-Bastante.
324
-Más bien creo que l egó para ayudarme a ver cosas que yo sabía y
no tenía el coraje de aceptar. En parte le estoy agradecida, porque
funcionado.
-Bien, Ernesto.
drásticos.
vos y para Lola en Posit, el bar en el que le hicimos aquel a vez la despedida
a Caro, ¿te acordás?
-Gracias Leticia, pero no creo que vaya… Bueno, parece que los dos
-Así parece.
también.
-Gracias Ernesto.
325
-Sí.
pregunto yo.
lugar.
326
Carolina.
-No, de hecho ya embalé todas mis cosas. El lunes próximo las estoy
genuino.
327
-Si te invito es porque sí. Ya me conocés, no soy de las que dicen las cosas
para quedar bien.
***
noche habló con Pablo, le contó que se iría unos días a lo de Leticia y
acordaron que él se encargaría de enviar sus cajas.
añoranza.
-No lo sé. Yo no te voy a borrar de mi Face, ni de mis contactos, así que creo
que nos podremos ver o contactar virtualmente. No creo
que regreses por estos lados, pero cuando vaya para Córdoba
prometo que te voy avisar para que nos juntarnos…. Podemos ser
328
Los dos tuvieron la tentación de besarse, pero no lo hicieron. Tal vez para no
trastocar el rumbo de lo que ya habían decidido. Todo había
sido tan racional, tan claro, que no tenía sentido alterarlo por un
impulso. Igualmente, para evitar que las cosas pasaran a mayores,
Pablo anunció:
-No, claro.
Una de las que se acomodaría a él, a sus proyectos, a sus horarios, a sus
trabajos, a sus viajes, a sus capacitaciones. Se sintió en paz.
Escuchó el primero:
“Sé que volviste. Quería saber cómo estabas, qué habías decidido”
329
silencio?”.
etc. etc. etc.”. Pero en lo más profundo de su ser sabía que amaba a Juan, sí lo
amaba y se sentía pésimo de hacerlo sufrir de esa
cuán persistente sería ese sentimiento. Lo había visto coquetear con varias
chicas, era de naturaleza enamoradiza. ¿Y si el a era una más del montón?
Era riesgoso, y no era de las mujeres afectas a tomar
330
Igual, algo tendría que hablar con Juan antes de irse. Si había
lado.
Capítulo 37
todo, estaba disfrutando de esa etapa. Eran días raros: por un lado
embarazo.
331
-Diego.
Se desilusionó. Tardó unos segundos en responder.
-¿Cómo estás? –saludó Diego con una sonrisa y un beso. Entró sin
vino.
hablamos.
brindar.
-Por el momento será con jugo –dijo el a y se l enó su vaso con una
-Estaba cansada.
-No tomás alcohol, estás cansada, estás radiante…. ¿Qué pasa Caro?
sacar conclusiones.
-Estoy embarazada.
automáticamente le recriminó.
-Iba a decírtelo el día que fui a tu casa y te encontré con esa chica…
333
-Te felicito, y me alegro tanto, no solo por vos sino también por mí.
Puede que sea un desastre como pareja pero puedo intentar ser un
-Porque como soy un mal esposo o una mala pareja las mujeres me
-Ya lo sé. Sé qué clase de persona sos vos y sé qué clase de persona soy yo.
Y ninguno de los dos va a cambiar
un partido de fútbol.
oril a del río, verla crecer… por favor Caro, la única mujer en el
este tipo canchero y conquistador sos vos. No soy una mal tipo… -
estaba suplicando.
hagas problemas si tengo que salir del país por algo, ni que intentes
conquistarme, ni nada de eso. Somos dos amigos, que compartimos
334
-Es raro…
-Te felicito, de verdad -le susurró al oído, luego dijo con picardía consultó-
¿Segura que no querés que haga el mínimo intento de
conquistarte?
tiene dueño.
-Sí, el jefe.
-El cobarde que no puede estar con vos porque no quiere dejar a la
esposa.
-Ya la dejó.
- ¿Por?
335
-Yo también fui una imbécil, en todos estos años jamás le pregunté
-Sí pero pasaron muchas cosas. Además cree que estoy formando
convencional, ni siquiera el de una pareja. Tal vez el amor de los que alguna
vez tuvieron algo y que ahora quedaban unidos por un lazo
profundo y perdurable.
-Me encantaría.
336
Capítulo 38
Lola agradecía el gesto, pero para ser sincera tal vez hubiera
salía a festejar. ¿Qué festejaba? Imposible saberlo: no era un sitio propio para
estudiantes y el cambio de estación tampoco algo tan
337
Carolina.
***
-Pidamos –decretó Lola. Sus dos amigas sabían que quien estaba
***
Ya las cervezas eran siete, y las pizzas tardaron más de quince
338
***
Posit tenía un sitio para comer, pero hacia una de las alas, pasada la
Laura y las otras chicas fueron las primeras en salir a bailar. Al ver que
Alberto y Leticia cuchicheaban por un lado, y que Carolina y
-¿Qué?
tranquila.
339
- A Tailandia.
-¿Tailandia?
-Sí, me acuerdo que una vez cuando los chicos eran pequeños l egué
padres para que se quedaran con los chicos y nosotros nos íbamos
-Sí, me acuerdo ese día y ese diálogo a la perfección. Pero jamás nos
fuimos…
-Seguro que ni tus padres ni los míos podían quedarse con los
chicos.
ninguna cabaña por dos días de mierda. Que para cortar con esa
saqué Tailandia?
340
fortuna…
mirar fotos de los hijos, extrañarlos con el alma, construir cada cosa
pensando en el os, compartir un buen vino, ver una película y
charlar de política con efervescencia. Tal vez eso sea el amor, una
de dos seres.
341
***
preguntar:
-Voy a aclararte algunas cosas Ernesto: bien es el mejor calificativo para dos
personas que van a ser padres, que están dispuestos a
compartir sus obligaciones, pero que no tienen entre el os ninguna
relación amorosa.
acababa de escuchar. .
Ya estaban de nuevo allí, en ese punto. Siempre sus charlas l evaban a las
indirectas, a las palabras hirientes. Tal vez no estaban hechos el uno para el
otro.
342
sonaba despechado.
bajó la guardia.
-Ernesto, yo soy feliz porque voy a tener un hijo, eso es lo único que cuenta.
hijo.
343
sonaba molesto.
la garganta.
frase.
-Es un tema difícil para mí, y más difícil aún a tolerar al padre de ese bebé.
claramente angustiada.
344
voy.
El amor tal vez era eso, aprender a renunciar. Desear la felicidad del otro
aunque fuera lejos de uno.
***
que l evaba colgada vibró. Sería tal vez un mensaje de face, esos
whatsapp:
345
-¿Tenés fuego?
seductor.
-Me descubriste.
apoltroné en la barra, luego te seguí a la pista y por último decidí que sería
bueno despedirnos en el mismo lugar en el que nos
todos lados…
sufrir a quién?
-Sos orgul oso –Lola lanzó una bocanada de humo cerca de sus
labios, en un claro gesto de provocación.
-Sí, soy orgul oso –Juan se puso serio y preguntó -.¿Por qué no me
346
frente. Con respecto a otras cuestiones, aún no decidí nada, por eso no te l
amé.
perdida.
-Pensar, pensar, pensar… Pensás mucho Lola. Creía que las dudas
estaban entre Pablo y yo, pero por lo que veo las dudas son
-Te hacía más liberal, cuando te vi supuse que no eras de las que
-No creo que sea estúpido y obvio que lo intuye. Pero, ¿qué hago?
347
- Es distinto.
- Se merece mi respeto.
diciendo que me voy a pensar, que quiero estar con vos pero no sé
-El amor es simple. Uno no necesita alejarse para saber si ama o no.
intención de besarlo. Juan respondió a ese beso, saboreó sus labios, jugueteó
con su lengua y apretó su cuerpo junto al de él.
-No lo acepto pero te doy una tregua, solo por esta noche.
348
unos instantes y con mucha culpa se excusó diciendo que debía irse,
que Juan la esperaba.
casa están abiertas para vos y tu hijo –acarició la panza con cariño, se
abrazaron. Carolina volvió a l oriquear.
mucho tiempo. ¿Sabés qué? Nada es eterno, hay gente que dice esa
frase de grafiti barato “que un amor verdadero supera el tiempo, las distancia,
bla, bla, bla…” Nadie tiene la fórmula del amor verdadero, pero si no se lo
cuida todos los días, todas las horas, todos los
verdadero.
desnudos, despojados…
Solo si me lo pedís.
¿Vas a escribirme?
-
Solo si me lo pedís.
Él no respondió. La besó con miedo, temía que esa sí fuera la última vez. La
mujer con alas volaba y él quizá ya no pudiera alcanzarla.
la esquina.
tengo dentro del alma que hace tiempo vengo pidiendo medios
350
Capítulo 39
durante dos días en el escritorio. Tanto Leticia como Alberto habían acordado
de no abrirlos. Lo haría directamente el médico y él sería
-Pero no se notó. Por eso te amo, porque sos una guerrera Leti.
352
Apenas se sentaron, Alberto le dijo que saldría para avisarles a los chicos.
Estaban los tres reunidos a la espera de la l amada.
Ella volvió a l orar. Desde el ventanal lo vio hablar con entusiasmo y vio
también como sus ojos se l enaban de lágrimas. Sintió un amor
tan profundo por ese hombre, que ahora se le hacía extraño asumir
Había sido una larga crisis tal vez, pero en ese momento
devoción.
- Es una joda, ni en pedo gasto para ir a Tailandia. ¿Y si nos vamos con los
chicos a Cuba durante el verano? ¿Te acordás cuando
fuimos de mochileros?
353
***
paterna del pueblo. Por eso Yolita se había ido para allá, quería
por semana y días atrás había ido a su casa para l evarle un regalito para el
bebé. Dos o tres veces a la semana l egaba con algo. Como
vez más en su Face. Era una foto del atardecer en el campo. Deseó
separación?
Me alegro.
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dieron…
padre.
- Ojalá.
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Capítulo 40
hasta Año Nuevo, pues había previsto ir a una fiesta que habían
iría. ¿La estaba castigando? Tal vez. Le parecía injusto y cruel de su parte,
pero no quiso ahondar en el tema.
Por esos días también se contactó con Pablo vía Skype. Él fue menos
hostil. Tenía programa para Navidad y para todos los días previos y
sin Lola, su vida social era más activa. Se lo veía y escuchaba bien,
entusiasmado. Además, estaba con todos los preparativos para
quiero aprovechar para recorrer un poco. Así que calculo que voy a
357
Aunque Lola adoraba las fiestas, no logró conectarse del todo con la alegría
que imperaba en su casa. Hermanos, amigos, parientes,
que regresara a su lado, pero Lola había sacrificado su relación con Juan por
respeto a él, y ahora le parecía que el costo era demasiado alto. ¡Qué
estúpida!
- ¿Qué vas a hacer acá? Los viejos se van unos días a las sierras, los chicos
creo que están organizando un campamento no sé dónde….
- Como quieras…
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l egar el mismo 25… ¡Que locura! Tal vez eso sí pasara en las
películas (en especial en las que había visto el día anterior, unos
vuelo en el que perdería a su amada, etc., etc., etc.) pero no en el mundo real.
Virginia y Naty, sus amigas de toda la vida, le hicieron compañía esa tarde.
Disfrutaron del sol, de la pileta, de una buena ensalada, de
licuados….
Naty.
-
¿Les parece?
Bien. ¿Vos?
No, me tomé unos días. Ando por el Sur, ahora justo estoy
en Las Grutas.
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a algún lado?
Chau.
¿Cómo era posible que ese hombre que se despedía con un simple
“chau” fuera el mismo que dos meses atrás le había mandado un
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sótano.
-
¿Qué pasó con Juan? Porque es evidente que lo de él te
tiene mal.
Lo perdí Vico.
No creo.
¿Qué hago?
valija, metés dos o tres cosas más y te vas a ala Colonia a buscarlo.
-
Entonces… a joderse. Lamentablemente la que tiene que ir
tanga ordinaria.
del spa.
***
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fuerte abrazo.
-
Llegás justo.
¿Por qué?
¿No te dijo?
preocupación.
¡¡¿Cómo?!!
¿A dónde?
A Río Negro….
-
¡¡¿Qué?!!
inexpresivo.
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CUANDO DEJÉ DE AMARTE
saludarlo.
preparativos de la boda…
es producto de tu imaginación.
-
¿Imaginación?. . Hace unos meses me estabas rogando que
Celándolo por algo que se había inventado. Era más idiota que las
que quería era estar con vos acá o a dónde fuera. No tenía
angustiada.
salía de su asombro.
vos.
¿Qué es?
Abrilo.
Al abrir la bolsa descubrió un anil o de plata, pequeño, simple, con una
libélula labrada. Tenía la forma de una alianza.
labrar para…
encendida de deseo.
Patagonia, no?
La levantó en sus brazos, volvió a besarla, y sintió que las alas de su mujer lo
elevaban a un sitio desconocido.
Juan no era tal vez un hombre de alas, sino uno que tenía los
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Epílogo
dan como 10 puntos más por haber ejercido alguna vez ese
El buen candidato era Mateo. Tenía 5 años menos que Carolina. Era
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alfajor.
Todo un romántico.
Carolina no respondió.
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momento.
pedido.
Te dejó congelada.
-
Un poco.
esta noche?
disponible.
cuide hoy.
-
Joaquín también -no quería parecer pesado pero tampoco
aquel o que los había unido alguna vez seguía ahí. -… por
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puntualidad.
**
-Ay Dios, esta panza me está matando. Parezco una bal ena -Lola
labios.
- Están bien, solo que el médico que me suplantó hace unos años se
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-Sí, lo pensé. Pero lo pensé, nada más… -se dio vuelta y la besó.
- A ninguna enumeré los pro y los contra… Tal vez no sea lugar para
igual.
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estamos de acuerdo.
-Lo pensemos…
-Lo pensemos….
Juan besó a Lola en los labios, y luego posó sus manos en la panza.
de Mario Benedetti.
No te quedes inmóvil
no congeles el júbilo
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te l enes de calma
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Al escuchar los versos y su voz, Lola comprendió por qué amaba con
***
intangible. Por eso es tan fácil que uno se mimetice con el otro.
Sus fuerzas son arrol adoras. Nos l evan al paraíso o al borde del
Ella había tenido dos hijos en su vientre, sabía lo que era sentir a dos
corazones latiendo dentro. Ella había convivido también con dos
sentimientos contrapuestos, y sabía lo fácil que era confundirse…
Por el momento, el amor iba triunfando. Pero esa era una guerra
infinita, una guerra a la que había que dar pelea cada día.
Fin
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