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A LOS ALUMNOS.

1. Alguna que otra mañana, pasea por un parque en soledad total: mira el resplandor del sol y
piensa en las cosas que más amas. Sé feliz.

2. Intenta usar las palabras nuevas que aprendiste a lo largo del semestre: mientras más puedas
decir, mejor podrás pensar; y mientras más pienses, más libre serás.

3. Lee, todo lo que puedas. No lo hagas porque debes hacerlo sino porque la vida inspira aventuras
y sueños y la lectura te dará alas para volar. Lee porque es la mejor manera que tienes de
rebelarte y, si necesitas consejos de lectura, no dudes en acudir a otras personas.

4. Evita las situaciones y las personas que generen negatividad y provoquen una sensación de
vacío. Involúcrate en actividades estimulantes y busca la compañía de personas que te
enriquezcan, comprendan y aprecien por lo que eres.

5. No te preocupes si te sientes triste o tienes miedo, la universidad, al igual que todas las cosas
maravillosas de la vida, siembran confusión en el alma. Lleva siempre contigo un registro de tus
actividades y escribe cómo te sientes. Si te apetece, léelo con otras personas.

6. Baila, sin pena. En todas partes, en la pista de baile o a solas en tu dormitorio. La vida es una
danza y sería un desperdicio no bailar a su ritmo.

7. Al menos una vez, disfruta del amanecer. Permanece en silencio y respira profundamente.
Cierra los ojos y siéntete agradecido.

8. Practica algun deporte.

9. Si encuentras a alguien que te guste, díselo con sinceridad y respeto. Si esa persona no te
comprende, es que no estaba en tu destino. Si te entiende y te corresponde, entonces camina a su
lado; esos momentos serán inolvidables.

10. Vuelve a leer los apuntes que tomaste en clases: cuestiona los autores y los conceptos e
intenta aplicarlos a lo que te sucede.

11. Trata de ser como la luz del sol e indomable como el mar.

12. No utilices palabras malsonantes, vulgares. Preocúpate por ser cortés y amable. Exprésate
como un caballero/dama y no como una persona del montón, sin educación.

13. Ve buenas películas cuyos diálogos hagan resonancia emocional en tu interior, mejor aún si
son en inglés porque perfeccionarás el idioma y desarrollarás la capacidad de soñar. No permitas
que la película se termine con los créditos, revive esas escenas en tu vida.

14. Aprovecha el sol brillante de las mañanas y las noches cálidas para imaginar cómo será tu vida.
Busca la fuerza para no rendirte y haz todo lo que puedas para alcanzar ese sueño.

15. Sé bueno.
Estos consejos están inspirados en el personaje (el profesor John Keating) interpretado por Robin
Williams en la película Dead Poets Society (en España, El club de los poetas muertos; en
Hispanoamérica, La sociedad de los poetas muertos), de 1989 dirigida por Peter Weir, con guion
de Tom Schulman.

La película narra el encuentro de un profesor de literatura con un grupo de alumnos durante 1959
en la Welton Academy (Vermont), institución señorera y prestigiosa, donde lo primero que hace el
nuevo profesor es pedirles a sus alumnos que salgan del salón y en el pasillo les señala un poema
que Walt Whitman le dedicó al presidente Abraham Lincoln: OH CAPITÁN, MI CAPITÁN.

El estudio es integral y no significa llenar la cabeza de información sino ir más allá de los
contenidos y habilitarnos para pensar. La labor del maestro es enseñar poco para despertar en el
alumno el deseo grande de aprender.

La historia de la película no es para contarla acá. El final, cuando tras la muerte del joven sobre el
que gira el drama, y la institución decide inculpar al profesor «rebelde» de literatura "John
Keating" (Robin Williams) y éste se marcha, todos los alumnos se paran encima de sus bancos y le
dicen "OH CAPITÁN, MI CAPITÁN". Conmovido, el profesor responde con un «gracias chicos,
gracias

¡OH CAPITAN! ¡MI CAPITAN!

(El poema que Walt Whitman le dedicó al presidente Abraham Lincoln)

¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Nuestro espantoso viaje ha terminado,

La nave ha salvado todos los escollos, hemos ganado el anhelado premio,

Próximo está el puerto, ya oigo las campanas y el pueblo entero que te aclama,

Siguiendo con sus miradas la poderosa nave, la audaz y soberbia nave;

Más ¡ay! ¡oh corazón! ¡mi corazón! ¡mi corazón!

No ves las rojas gotas que caen lentamente,

Allí, en el puente, donde mi capitán

Yace extendido, helado y muerto.

¡Oh capitán! ¡Mi capitán! Levántate para escuchar las campanas.

Levántate. Es por ti que izan las banderas. Es por ti que suenan los clarines.

Son para ti estos búcaros, y esas coronas adornadas.

Es por ti que en las playas hormiguean las multitudes,

Es hacia ti que se alzan sus clamores, que vuelven sus almas y sus rostros ardientes.
¡Ven capitán! ¡Querido padre!

¡Deja pasar mi brazo bajo tu cabeza!

Debe ser sin duda un sueño que yazgas sobre el puente.

Extendido, helado y muerto.

Mi capitán no contesta, sus labios siguen pálidos e inmóviles,

Mi padre no siente el calor de mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,

La nave, sana y salva, ha arrojado el ancla, su travesía ha concluído.

¡La vencedora nave entra en el puerto, de vuelta de su espantoso viaje!

¡Oh playas, alegraos! ¡Sonad, campanas!

Mientras yo con dolorosos pasos

Recorro el puente donde mi capitán

Yace extendido, helado y muerto.

Gracias a Jennifer Delgado de Rincón de Psicología

“El extraño mundo de Subuso” fue una historieta publicada en los periódicos en los decenios de
los sesenta o setenta del siglo pasado, que mostraba situaciones insólitas en las cuales era testigo
Subuso, un personaje que por una acentuada miopía usaba unos lentes de gran aumento y una
boina de estilo detectivesco. En Colombia cada vez son más frecuentes las situaciones que por lo
extravagantes parecen corresponder al mundo del personaje de marras.

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