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El acceso al narcotráfico

La producción y comercialización de drogas es uno de los mayores problemas que existe a nivel
mundial, representando el tercer producto más intercambiado internacionalmente. Millones de
personas han sufrido los efectos de estas sustancias sobre su sistema nervioso, terminando por
afectar su cerebro y alterar la percepción que tienen sobre la realidad. Esto las conduce a la
delincuencia, los actos violentos y en muchos casos la muerte. De este modo, se pueden encontrar
innumerables familias que han sido destruidas por sus efectos.

Según las Naciones Unidas y su más reciente informe sobre el tema, existen 246 millones de
personas alrededor del mundo que consumen algún tipo de droga. En la mayoría de casos se trata
de la marihuana, mientras que 48,9 y 17 millones utilizan respectivamente la heroína o cocaína.
Los restantes están relacionados al uso de anfetaminas, éxtasis y otras sustancias. Todo esto tiene
como consecuencia que un promedio de 187 mil seres humanos mueran cada año por el consumo
de drogas.

Al margen de la intervención policial y militar, se han presentado diferentes medidas para tratar
de mitigar este problema. La marihuana, por ejemplo, ha sido legalizada para uso medicinal en
algunos países. Esto permite tener cierto control sobre su comercialización, incorporando
regulaciones e impuestos que ayudan luego a llevar a cabo campañas de prevención. No
obstante, se trata de una ley que ha generado mucha controversia, y la atención mediática se ha
enfocado en destacar las posibles repercusiones negativas.

Cabe mencionar que los narcotraficantes temen la legalización, ya que al facilitarse el acceso a
las drogas, es inevitable que el precio descienda y su negocio se haga menos rentable. Asimismo,
se reduciría la inversión en las fuerzas policiales y el número de vidas inocentes que se pierden en
las intervenciones.

El futuro de las nuevas generaciones está en las manos de los gobiernos y su capacidad para
combatir el narcotráfico de una manera inteligente. Todas las naciones deben unirse para
implementar planes que lo pongan en jaque, elaborando estrategias para terminar definitivamente
con sus redes. Sin embargo, el camino para encontrar esta tranquilidad cobrará muchas vidas y
se tendrán que romper relaciones internacionales. Aunque al principio esto pueda generar muchas
complicaciones en el ámbito social y económico, a largo plazo será la única forma de establecer
un mundo seguro.

Sebastián Andrés Torres


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