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Puig Peña, al referirse al divorcio lo define como sigue: “Que el divorcio es aquella
institución por cuya virtud se rompe o se disuelve oficialmente el lazo matrimonial
de unas nupcias legítimamente contraídas, o contra las cuales no se ha promovido
impugnación alguna, dejando a los esposos en libertad para contraer nuevo
consorcio
La disolución del vínculo conyugal debe ser en vida de ambos esposos, de no ser
así sería una disolución del vínculo por muerte de uno de los cónyuges, pero esta
figura es distinta al divorcio.
Etimología:
Del latín divortium, de divertere, separar, echar a un lado
La mayoría de autores consideran al divorcio como la ruptura del vínculo conyugal
valido, el cual tiene como efecto principal dejar en libertad a los esposos para
contraer nuevas nupcias. Debe tomarse en cuenta que la figura del divorcio no es
una figura moderna o de reciente creación y aplicación, ya en los tiempos bíblicos
era conocida, tal como se establece en Deuteronomio 24.1: en donde se
establecía que cuando alguien tomaba a una mujer y se casaba con ella, si no le
agradaba por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribía carta de
divorcio, se la entregaba en la mano y la despedía de su casa. Una vez que
estaba fuera de su casa, podía ir y casarse con otro hombre
La etimología del divorcio que se encuentra en el texto del DIGESTO dice que es
“la derivación de la palabra divorcio proviene de divortium – divortere – divertere,
la cual indica, la separación, el acudir por vías distintas
1 Generalidades
Dentro de esta problemática de la disolución del vínculo matrimonial tuvo gran influencia las ideas
religiosas sustentadas en principios de orden moral, que fueron contrapuestos a la
desorganización que acusaba el núcleo familiar, el divorcio es rechazado y admitida únicamente la
separación de cuerpos o divorcio relativo, que no implicaba la disolución del vínculo matrimonial,
sino simplemente la interrupción, de hecho o de derecho de la cohabitación entre los cónyuges,
entendida como acceso carnal y como unidad de domicilio
El problema, sin embargo, y sin restar importancia a sus proyecciones sociales en cuanto a la
colectividad, tiene sobre todo singular relevancia para la familia en sí, para cada familia que
confronta la posibilidad de su desintegración, sea por la vía de la separación o por el divorcio
absoluto de los cónyuges, en uno o en otro caso (separación o divorcio), y en el supuesto más
generalizado de haber descendencia dentro del matrimonio, son los hijos quienes por lo regular de
improviso se ven obligados a
Afrontar difíciles situaciones surgidas en el seno de su propia familia, sin estar preparados o sin
que se les haya preparado para comprenderlos en su real magnitud, lo cual se traduce en graves
daños morales resultantes de las desavenencias entre sus padres, cuyo conocimiento les llega por
senderos indirectos o violentamente, cuando aquellos ya no pueden ocultarles una realidad
insoslayable, en tal resultante de esa situación. Tampoco lo podrán hacer si sencillamente los
padres acuerdan separarse o divorciarse por causas de menor trascendencia, y de hecho el hogar
queda disuelto, ya que súbitamente ven desaparecer el núcleo familiar que los sustentaba. De ahí
la gran problemática con la delincuencia dentro de la sociedad la mayoría que integran las
pandillas son hijos de hogares desintegrados, por esta y otras razones es que las creencias
religiosas se han opuesto desde los comienzos, que exista un matrimonio pasadero, quedando
expuesto anteriormente que las disposiciones de la ley no pueden resolver aquellos problemas
que gravitan en la intimidad de cada familia, como no sean en términos muy generales. Lo
deseable, indudablemente, sería que los cónyuges, al confrontar situaciones que inclinen hacia la
Uno de los precursores fue el Doctor Mariano Gálvez quien fungió como Jefe de Estado de
Guatemala por dos periodos consecutivos de 1831 – 1838. Promovió importantes innovaciones en
todos los órdenes de la vida del Estado, estableció el matrimonio civil y decretó la ley del divorcio
Durante el gobierno del general Justo Rufino Barrios, fue abandonada esa postura sobre la materia
objeto de estudio.
El código civil de 1877 disponía que el divorcio era la separación de los casados, quedando
subsistente el vínculo matrimonial (Art. 165). El artículo 169, reconoce que la sentencia emanará
de la autoridad eclesiástica. Por lo que el divorcio produce efectos civiles y canónicos
El Código Civil regula el efecto propio del divorcio en el Articulo 161 y al respecto
establece: “Es efecto propio del divorcio la disolución del vínculo conyugal, que
deja a los cónyuges en libertad para contraer nuevo matrimonio.”