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REPÚBLICA DOMINICANA

CARRERA : LICENCIATURA EN PSICOLOGIA CLINICA

ASIGNATURA : HISTORIA DE LA PSICOLOGIA

TEMA : DR. ANTONIO ZAGLUL, EL HOSPITAL


PSIQUIÁTRICO PADRE BILLINI Y SU LIBRO
“MIS 500 LOCOS”

SANTO DOMINGO, DISTRITO NACIONAL


Índice

Capítulo I ..................................................................................................................................1

1.1. Introducción ....................................................................................................................1


1.2. Objetivos ............................................................................................................................2

1.2.1. Objetivo general ...........................................................................................................2


1.2.2. Objetivos específicos ...................................................................................................2
1.3. Metodología ....................................................................................................................2
1.3.1. Tipo de investigación ...................................................................................................2
1.3.2. Tipo de Estudio ............................................................................................................2
1.3.3. Técnica de recolección de datos ..................................................................................2
Capítulo II.................................................................................................................................3

2.1. Biografía del Dr. Antonio Zaglul y su relevancia en la historia de la psiquiatría


dominicana .............................................................................................................................3
2.2. Historia del Hospital Psiquiátrico Padre Billini ..............................................................5
Capítulo III ...............................................................................................................................7

3.1 Breve reseña de las historias que narra el libro Mis 500 Locos.......................................7
3.2. Los tratamientos utilizados en esa época ......................................................................14
3.3. Usos de la trementina, el clerén y el bongó ..................................................................18
Conclusión ..............................................................................................................................19

Bibliografía .............................................................................................................................20
Capítulo I

1.1. Introducción

El doctor Antonio Zaglul Elmudesí fue un reconocido médico psiquiatra cuyo ejercicio
profesional revolucionó la forma de ver a los enfermos mentales en la República Dominicana
de los años 50 en adelante. A pesar de ganarse la enemistad el dictador Trujillo, por lo cual se
exilió en los años 60´s y no regresó al país sino hasta después del ajusticiamiento del tirano.
Sin embargo, su vasto conocimiento le ganaron el honor de ser el primer director del Hospital
Psiquiátrico Padre Billini, instalado inicialmente en Nigua y trasladado más tarde a la localidad
de Pedro Brand, en el kilómetro 28 del Distrito Nacional.

El doctor Zaglul escribió y publicó varios libros en su vida, entre ellos “El
apasionante tema de la locura”, “Despreciada en la vida y olvidada en la muerte” el cual
redacta la biografía de Andrea Evangelina Rodríguez, la primera mujer que estudió y
ejerció medicina en República Dominicana, y “Mis 500 locos”. Fue Embajador en
España y en el Vaticano. En el año 2008 la facultad de Ciencias de la Salud de la UASD crea
la cátedra extracurricular de psiquiatría “Antonio Zaglul”, por la gran valía académica,
científica y humanística del doctor. Y en el 2011, el Banco de Reservas publica sus “Obras
Selectas” reconociendo sus grandes virtudes profesionales y humanas.

Lamentablemente, Antonio Zaglul fallece en 1996, luego de celebrar su cumpleaños


número 76, víctima de un cáncer estomacal contra el cual luchó por más de 20 años. Y en
honor al 23 aniversario de su fallecimiento y acercarse la conmemoración del XCIX aniversario
de su natalicio hemos querido realizar este trabajo de investigación, como un homenaje a la
gran valía de este maravilloso ser humano.

Presentamos, en primer lugar la biografía del doctor Zaglul. Seguida de la historia del
hospital psiquiátrico Padre Billini, los tratamientos utilizados en la época, resaltando los usos
de la trementina, el clerén y el bongó. Para terminar reseñando las historias contadas por el
doctor en su libro “Mis 500 Locos”, su obra más emblemática.

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1.2. Objetivos

1.2.1. Objetivo general

 Ilustrar la biografía del Dr. Antonio Zaglul y su relevancia en la historia de la psiquiatría


dominicana.

1.2.2. Objetivos específicos

 Reseñar las historias narradas en el Libro Mis 500 Locos.


 Presentar la historia del Hospital Psiquiátrico Padre Billini dentro del cual tuvo origen el
libro “Mis 500 Locos”.

1.3. Metodología

1.3.1. Tipo de investigación

Este trabajo es una investigación teórica, con un enfoque cualitativo, que, a través de la
revisión bibliográfica, pretende desarrollar el tema planteado sobre el Dr. Zaglul, el hospital
psiquiátrico Padre Billini, del cual fue su primer director y donde vio la luz su famoso libro
llamado “Mis 500 Locos”.

1.3.2. Tipo de Estudio

Es descriptivo ya que está centrado en recolectar datos que describe los hechos
encontrados, sin pretensión de manipular variables ni ahondar en la causalidad y consecuencias
de estos.

1.3.3. Técnica de recolección de datos

La técnica de recolección de datos es la revisión bibliográfica y la lectura del libro


“Mis 500 Locos.

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Capítulo II

2.1. Biografía del Dr. Antonio Zaglul y su relevancia en la historia de la


psiquiatría dominicana

El doctor Antonio Zaglul Elmudesí nació en San Pedro de Macorís el día 2 de abril de
1920. o de Hij los esposos Don José Miguel Zaglul y Doña Clara Elmúdesi, ambos
de origen libanés radicados en la
República Dominicana. Se graduó de
médico en la Universidad de Santo
Domingo e hizo su especialidad en
Madrid, España, en enfermedades
mentales y su proceso de sanación.

Instaló su primer consultorio gracias al


apoyo familiar en la calle Arzobispo
Nouel, en un local del Doctor Horacio
Read, Odontólogo, que compartió con
los doctores Nelson Calderón (Pediatra)
y Manuel Tejada Florentino (Cardiólogo). Nombrado director del Hospital Psiquiátrico Padre
Billini, en un periodo histórico en el que los locos no eran considerados como gente (bajo la
dictadura de Trujillo). Fue cancelado de dicho hospital en el 1960, y se exilió en Puerto Rico,
donde trabajó como médico en el Hospital Psiquiátrico de Rio Piedras.

Tras el ajusticiamiento de Trujilo volvió a su país y trabajó como catedrático en


la Universidad Autónoma de Santo Domingo, siendo después decano de la Facultad de
Ciencias Médicas y al retirarse de esta institución académica lo hizo como Profesor
Meritísimo.

Durante su vasta carrera, escribió y publicó varios libros, entre los cuales figuran
“El apasionante tema de la locura”, “Despreciada en la vida y olvidada en la muerte” el cual
redacta la biografía de Andrea Evangelina Rodríguez, la primera mujer que estudió y
ejerció medicina en República Dominicana, y “Mis 500 locos”. En 1982 fue nombrado
Embajador, primero en España y después en la Santa Sede del Vaticano. Y fallece en 1996,

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luego de celebrar su cumpleaños número 76, víctima de un cáncer estomacal contra el cual
luchó por más de 20 años.

En el año 2008 la facultad de Ciencias de la Salud de la UASD decidió crear la cátedra


extracurricular de siquiatría “Antonio Zaglul”, por la gran valía académica, científica y
humanística de este ser humano. La finalidad de la creación de esa cátedra es que sus alumnos
conozcan sus antepasados docentes, capacitarlos a través de ella y hacer reconocimientos a los
grandes académicos de la facultad.

En el 2011, el Banco de Reservas publicó las “Obras Selectas” del psiquiatra y escritor
Antonio Zaglul, y en esa ocasión se reconoció como un médico con grandes virtudes
profesionales y humanas, que con sus investigaciones y escritos ha contribuido a entender
mejor la idiosincrasia de los dominicanos. El primer tomo contiene las obras “Mis 500 locos”;
“Ensayos y biografías”; “Apuntes”; “Galería de médicos dominicanos”; “En las tinieblas de la
locura”; “Despreciada en la vida y olvidada en la muerte: biografía de Evangelina Rodríguez,
la primera médica dominicana”; y “Ciencia y humildad: biografía del Dr. Miguel F. Canela
Lázaro”. Mientras que el segundo constituye una selección de artículos y ensayos que el autor
publicó desde la década de los años setenta hasta sus últimos días en los periódicos El Caribe,
El Nacional, El Siglo y Hoy. Estos documentos diversos se titulan: “Temas de psiquiatría y
medicina”, “Sobre el comportamiento social y la cultura dominicana” y “Personajes y amigos
en el recuerdo”.

Al presentar los dos volúmenes que integran los escritos de Zaglul, editados
conjuntamente con el Archivo General de la Nación, Vicente Bengoa, administrador general
del Banco de Reservas en ese momento, dijo que “cada uno de estos libros es una fuente de
permanente enseñanza, porque sus juicios e hipótesis están llenos de profunda agudeza,
salpicados de buen humor y gran sabiduría, que son rasgos distintivos de los maestros genuinos
y extraordinarios”. Los textos del reconocido psiquiatra presentan una crítica frontal a las
formas dictatoriales y despóticas en la sociedad dominicana, al tiempo que proyecta su sentido
de dominicanidad.

Acerca del afamado doctor, Vicente Bengoa afirmaba: “Zaglul era un conversador nato,
que ejercía el diálogo con gran elegancia y notable encanto, que revelaba una amable y atractiva
personalidad. Acercarse a Antonio Zaglul a través de la lectura de sus obras nos lleva a una
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meditación profunda y serena acerca de las situaciones sociales, las problemáticas humanas;
nos dispone a conocer y a entablar contactos con personajes olvidados y extraordinarios. Nos
introduce en el saber de las ciencias y la cultura”.

En el año 2015 la Facultad de Ciencias de la Salud de la UASD, reconoció de nuevo a


Zaglul develizando un busto en su honor en afirmación a sus aportes a la medicina y a esa
unidad académica. En dicho acto, se refirieron a Zaglul como el investigador que le cambió el
rostro a la salud mental con sus aportes a la psiquiatría y como ser humano fue su estilo el de
un gran humanista.

2.2. Historia del Hospital Psiquiátrico Padre Billini

De acuerdo a lo narrado por el Dr. Zaglul en su libro “Mis 500 locos” el hospital
psiquiátrico Padre Billini estaba ubicado en lo que antiguamente fue la cárcel de Nigua. Las
oficinas estaban localizadas en un edificio de construcción circular y de gran altura. En el
último piso de este edificio se encontraba el dormitorio de los practicantes-estudiantes de
medicina. Aunque actualmente, este hospital opera en una edificación construida por el Estado
dominicano a mediados de 1960 en el kilómetro 28 de la Autopista Duarte para alojar pacientes
con debilidad mental.

Inicialmente, el hospital tenía cinco pabellones también construidos en círculos. Un


primer pabellón hacia el norte, donde se ubicaban las locas y hacia el sur, cercano al mar
Caribe, se encontraban los otros cuatro pabellones. Uno para mujeres para las enfermas
agitadas; el siguiente era un pabellón dividido en celdas, donde se hospedaban los pacientes
peligrosos de ambos sexos. Luego estaba el pabellón masculino para los pacientes en mejoría
y por último, uno de madera, que el gobierno de la dictadura llamaba clínica, donde se cobraban
honorarios o se internaba a los pacientes bien recomendados. La única diferencia entre este
último pabellón y los demás era la comida especial que se preparaba en la cocina de los
empleados y los médicos. El hospital psiquiátrico estaba a años luz de la realidad psiquiátrica
de mediados del siglo XX.

La composición del personal del hospital estaba conformada por el Dr. Antonio Zaglul,
Director; el Dr. Granada como subdirector, un psiquiatra que era español; un médico clínico,
tres estudiantes de medicina, tres enfermeras, no graduadas pero con gran practica psiquiátrica.

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También formaban parte del personal un equipo reducido de trece enfermeros en su mayoría
analfabetos, desconocedores de lo más elemental en psiquiatría, quienes solo entendían la
fuerza bruta.

Durante los primeros días el Dr. Zaglul pasaba la mayor parte del tiempo en entrevistas
con el personal médico y administrativo para ganarse su confianza y eventualmente giraba
visitas breves a los pabellones para luego regresar a la oficina a encargarse de las labores
burocráticas. La escasez era tanta que solo contaban con una camisa de fuerza para trasladar a
los enfermos peligrosos dentro y fuera del hospital.

Los domingos que eran los días de visitas para los familiares de los enfermos, llegaban
cientos de personas sin nexos o parentesco con ellos, para reírse de sus comicidades e
insensateces y hacerlos bailar. En los próximos domingos se estableció un control para que
solo los verdaderos familiares pudieran entrar al hospital.

Los enfermeros utilizando sus macanas abusaban de los enfermos mentales, hasta que
se tomaron medidas extremas y se les reeducó en el trato a los mismos. Debido a las
precariedades existentes en el hospital, el Dr. Zaglul aceptó la beneficiencia provista por el
padre Wheaton, quien facilitaba ropa para los enfermos, comida, radio, hasta un concierto para
los enfermos, etc.

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Capítulo III

3.1 Breve reseña de las historias que narra el libro Mis 500 Locos

Acorde con su título, en el libro “Mis 500 Locos” la locura es el tema central y en ella
se describen las historias más relevantes de los internos, puesto que si bien eran 500 los
ingresados, en el libro habla sólo de algunos de ellos. El autor, como médico psiquiatra,
presenta la cruda realidad detrás de cada una de las enfermedades mentales que él veía a diario
en el manicomio Padre Billini, para hacernos entender el sufrimiento y abandono del enfermo
mental. El espacio donde se desarrolla la obra es rural, puesto que múltiples veces es
mencionado que se encontraban alejados de la ciudad y del largo trayecto que debían atravesar
para llegar a la cuidad más cercana.

Pero, a pesar de su formación médica, Zaglul utiliza un lenguaje literario en su libro ya


que poseía otros grados académicos y vasta experiencia cultural, social y de la lengua
castellana, lo cual se nota al leer cada frase. En cambio, los personajes denotan un lenguaje
coloquial. Se resaltan en la obra, sin embargo, muchos valores, como la amabilidad, el aprecio,
la amistad, la tolerancia, la comprensión, así como algunos antivalores, principalmente el
clasismo, el abandono y la soledad.

Asimismo, a continuación hacemos una breve reseña de las diferentes historias narradas
en el libro, puesto que por razones de espacio no se pueden plasmar todas. Pero invitamos a los
curiosos, leer esta excelente obra para que conozcan más a fondo, cada una de ellas.

Lo primero que hace el autor es hablar sobre su llagada al hospital y la presenta como
su primera historia, la Llegada, sobre la cual escribe: En el mes de Agosto del 1950 y tantos se
dirige el Dr. Zaglul desde la capital de la República Dominicana, Santo Domingo hacia el
manicomio Padre Billini donde desempeñaría el cargo de Director del centro médico. Este
estaba ubicado en lo que fue una cárcel de la ocupación Norteamericana en el 1916. El Dr.
Zaglul remplazaría al fallecido antiguo director. El autor define dicho centro a su llegada como:
deprimente, en ruinas y destruido. El mobiliario lucía polvoriento y en desastroso estado. Hubo
una breve ceremonia de toma de posesión donde el Mayordomo le dijo: “Señor Director, aquí
está el censo de la mañana de hoy: reporta 500 locos”. Y de ahí, el nombre de esta obra.

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La segunda historia recuerda al sacerdote en honor del cual se nombra el hospital: El
Padre Billini. El hospital toma el nombre en honor al Padre Billini recordando sus acciones a
favor de los enfermos mentales en la época de la colonia. En sus inicios, eran los familiares de
los enfermos los que estaban responsabilizados de suministrar los alimentos. La Lotería facilitó
ciertas mejoras en las condiciones económicas de la institución. Los médicos trabajaban de
manera gratuita y damas de la sociedad apoyaban.

El edificio era de forma circular y de gran altura, el último piso era el dormitorio de los
practicantes y estudiantes de medicina. Desde allí se divisaban cinco pabellones: hacia el Norte:
Pabellón de Locas, hacia el Sur, los otros cuatro pabellones: uno de Mujeres, otro pabellón
dividido en celdas donde estaban los pacientes peligrosos de ambos sexos, otro, el número
Tres, el Masculino para pacientes en mejoría y por último, uno de madera, que el Gobierno de
la Dictadura llamaba Clínica donde se cobraban honorarios y se internaban a los bien
recomendados, este tenía comida especial, la misma que comían los médicos y empleados. “En
él se agitaba un universo: el mundo de mis locos”

En el relato “Fiesta Dominical” relata que los domingos eran los días de visita al
Sanatorio, visitantes y familiares se daban cita. En su primer domingo como director, asistió
y vivió una experiencia desoladora, cientos de personas sin nexo alguno con los enfermos iban
a burlarse de manera cruel e inhumana de los internos, práctica común a países de todo el
mundo. Al siguiente domingo, prohibió la entrada a todos los que no fueran familiares de los
enfermos. Esto produjo un ambiente más cálido, más sentido y de meas humanidad. Con el
tiempo hasta logró que parientes de enfermos adoptaran a otros que estaban olvidados.

En la historia de los manicomios, explica cómo se originaron estos y su evolución a


través del tiempo, en la medida que se humanizaba el trato a los enfermos mentales. Mientras
que sobre los enfermeros dijo que el resultado del tipo de gobierno que tenía el país en la época,
influía en el estilo de trabajo de los enfermeros, exceso de poder, macana en la cintura y un
total desprecio por el enfermo era la situación que había que enfrentar.

En “Un extraño cargamento”, relata su experiencia con un grupo de enfermos mentales


que fueron deportados de los EE.UU. y enviados a su hospital. “Los mellizos se encuentra”

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trata sobre un par de hermanos mellizos y enfermos mentales que ingresaron a hospitales
diferentes. Casualmente, el destino quiso que se reunieran en el hospital del Dr. Zaglul.

Sobre el “Padre Wheaton” explica la amistad que hizo con este personaje, sacerdote
anglicano que le ofreció ayuda al doctor para su hospital. Relata, en “El día que todos los locos
callaron”, el milagro de la música. Ese pare Wheaton llevó un coro al hospital y, ante la
incredulidad del doctor Zaglul, todos los enfermos hicieron silencio y escucharon la bella
orquesta por casi dos horas.

Otro relato, llamado “El Psiquiatra Evoluciona”, explica la revolución y avances en el


manejo y tratamiento de los enfermos mentales en el siglo XX gracias a los aportes de médicos
como Kraepelin, Freud, Adler, Jung, Broca, Wernicke, Klesit y otros. Y en esa misma línea
habla sobre “La mente y sus enfermedades”, explicando la clasificación de las enfermedades
según Emilio Mira López, psiquiatra Español dedicado a la organización de manicomios en
Brasil, Uruguay y Argentina, según el cual estas se clasificaban en Síndromes de Déficit Mental
(Oligofrénicos), Síndromes Desarmónicos (Psicópatas) y Síndromes Morbopáticos
(Neuróticos y Psicóticos).

Escribió sobre “El mundo de los psicópatas”, explicando que estos están en la frontera
entre los cuerdos y los locos. Mientras que en “Las neurosis”, habla que el Neurótico es lo que
se denomina el nervioso, el neurasténico, no son clientes del manicomio ni del consultorio
psiquiátrico. Son más de visitar a médicos generales. Las causas son hereditarias y por el medio
ambiente, también en la infancia o en la adultez. Y sobre “La psicosis” dijo que éstas son
sinónimos de Psicosis: las locuras, los enajenados, orates, insanos, los que han perdido el juicio
de la realidad, los alienados y los desquiciados.

Continúa con “El mundo misterioso de los esquizofrénicos”, haciendo énfasis en que
nunca puede diagnosticarse superficialmente a un esquizofrénico, hay que profundizar en su
mundo misterioso. Y para que se entendiera el punto relata la “Autobiografía de una
esquizofrénica” (uno de los relatos más famosos del libro), en el cual presenta el discurso de
María, una esquizofrénica ingresada, el cual ella misma tituló: ¿Quién Soy?.
La historia de “Plinio”, trata sobre un enfermo obsesionado con submarinos alemanes
y aviones japoneses que están rondando el manicomio y él está al acecho de ellos para salvarle
la vida. Visitaba la oficina del doctor cada media hora para indicarle que gracias a su aparato
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eléctrico hecho por el para combatirlos pueden estar todos seguros y a salvo. Asimismo, en
“El corredor”, relata la historia de un atleta frustrado que corría distancias largas y llegó a
participar en el extranjero en varias olimpiadas como selección dominicana. Aunque era
pasivo, solía perseguir a muchachas de la alta sociedad día y noche por la calle El Conde y se
creía novio de ellas, pero cuando esta “novia” se casaba, él se consideraba traicionado.

Otra historia relevante es la de “El liniero que lo sabía todo”. Se trata de una tremenda
narración de la historia de un hombre nacido en el Noroeste del país, el cual, a pesar de que era
analfabeto por lo cual siempre lo engañaban, se la pasaba leyendo revistas sin saber leer. Era
un gran conocedor de todo lo que tenía que ver con la tierra y la agricultura, empezó una crianza
de cerdos, chivos, gallinas, patos entre otros en el Manicomio, tenía conocimientos de
veterinaria. En su gallinero llegó hasta lograr que las gallinas ponedoras importadas sacaran
polluelos y para esto estuvo, junto con otro loco 21 días agarrando la gallina dentro del nido
para mantener el calor.

La historia de “El maestro” versa sobre un esquizofrénico paranoide, oriundo de la


región Este del país, maestro de escuela por muchos años en su pueblo. Serio, inteligente y
estudioso. Se diagnosticó con esquizofrenia paranoide que inicio por un ultraje a una de sus
estudiantes. Fue llevado a la cárcel y de ahí al Manicomio. Junto con Plinio, organizó el sistema
de defensa para evitar los ataques.

Otro caso relevante fue el del “Loco que nunca reía”. Este no negaba su raza germánica,
nacido por casualidad en la República Dominicana, pero vivió toda su vida en Austria. Su
inclinación por la homosexualidad le trajo problemas con su familia y lo enviaron de regreso a
Santo Domingo, donde su inadaptabilidad aumentó enemistándose con todo cuanto lo rodeaba.
Era un enfermo peligroso y lo importante era que no le hiciera daño a nadie y que no le hicieran
daño a él. Vivía, como todo esquizofrénico, en un mundo falso y erróneo: su mundo
esquizofrénico. Nunca ofreció una sonrisa, ni siquiera una sonrisa inmotivada.

Otra historia de inmigrante es la de “El venezolano”, quien llega al país en el marco de


los esfuerzos del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) de Trujillo para llenar el país de
asesinos y “calieses”. En su enfermedad, esquizofrenia paranoide, intenta matar al Embajador
de su país aquí y tenía como obsesión pertenecer al Servicio de Inteligencia Militar (SIM). El

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mismo fue llevado por el Dr. Zaglul al manicomio, este se negó a recibir algún tratamiento,
colaboraba con la Dirección y el personal en el mejor funcionamiento del sanatorio.

En “El paciente de apuesta macabra”, el doctor relata la llegada de un paciente


regordete, depresión severa e ideas suicidas porque así podían descansar sus hijos, su mujer y
el mismo. Después de suminístrale electrochoque y ya habiendo pasado los efectos, le externa
al doctor sus intenciones de suicidarse y estaba tan convencido de que lo haría que hace una
apuesta con él. A pesar de la vigilancia montada en la celda de aislamiento el paciente logra su
objetivo y se suicida.

En “La guinea y Ureñita” habla sobre dos pacientes con trastorno bipolar caracterizado
por Logorrea, cambiaban de tema continuamente y siempre andaban con su maleta con la idea
de marcharse del manicomio. Y en “La Pichirili (la gran señora del manicomio” recuerda una
señora autoritaria, dominante y muy buena comerciante, con más de diez años de interna en el
manicomio que estafaba a todos en el hispital. Tenía su puesto de venta de café y cigarrillos.
Cabe destacar que a pesar de los esfuerzos de Dr, Zaglul de entrevistarla igual como lo había
hecho con los demás pacientes, está siempre se negaba. No valieron amenazas y le mandaba a
decir “Que venga el aquí, si quiere verme: la gente de San Juan no se le humilla a nadie”. El
doctor acudió a visitar su puesto de venta de café una mañana y desde entonces comenzó a
ganarse su afecto.

En “Los enfermos epilépticos” recuerda que en aquel entonces se tenía la creencia de


que el epiléptico era poseído por un espíritu. La gran mayoría de los pacientes que ingresaban
al Sanatorio era por demencia epiléptica o por trastornos en la conducta.

El “Bizco del manicomio” era un paciente con marcado estrabismo en ambos ojos el
hombre oriundo del Sur de la República, se decía ser “Más ladrón que loco”. Y efectivamente
era ladrón, en el mismo momento que ingresaba al manicomio se empiezan a perder cosas,
inclusive hasta a la misma oficina de la Dirección penetraba y robaba todo lo que encontrara,
pero era porque padecía de cleptomanía.
Sobre Bernardo, dice que era un enfermo epiléptico, decía ser el gran amigo del doctor.
Convulsionaba con mucha frecuencia ya que nunca quiso someterse a tratamientos para
controlar la enfermedad. Vivía cargado de odio y rencor contra todo el que le rodeaba, esto se
debía a que dentro del manicomio los internos despreciaban a los pacientes con este mal. Y “el
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Veterano” era también epiléptico y alcohólico, aunque tomaba sus medicamentos para frenar
sus ataques. Pero nadie sabía cómo había llegado al manicomio, bebedor, jugador y ladrón.

En los “Envejecientes olvidados” el doctor lamentaba que los estas personas eran
llevadas al manicomio y olvidadas ahí después de un mes. Muchos familiares alegaban que no
podían tenerlos en las casas por miedo a que fueran a agredir a alguien. El doctor recuerda a
un profesor retirado, según las investigaciones realizadas por él había empezado a tener
síntomas de demencia cuando dejo de trabajar. Por lo que el doctor afirmaba que envejecemos
más pronto cuando menos actividad tenemos.

Y “Pablito Mirabal” era un niño cubano que se salvó de milagro después del
ajusticiamiento de Trujillo por la caridad de unos de los hijos del jefe. Estuvo preso en las
mazmorras de la Tiranía, el niño con apenas 11 años había venido a libertarnos, aunque fuera
un enfermo mental también tenía problemas políticos.

En el “paciente parapléjico”, relata que cuando llego al sanatorio encontró ingresado


en uno de los mejores pabellones a un hombre oriundo de Sur del país. El mismo no presentaba
ningún síntoma mental, pero si parálisis en ambas piernas, desde su cama era el líder de todos
los enfermos del pabellón. Nunca quiso someterse a algún tratamiento como si estar paralitico
le conviniese. Un día llego un hombre oriundo del pueblo natal del paciente parapléjico y conto
la realidad de su historia.

Sobre los “Esclavos simuladores”, cuenta que un día en la mañana le fueron llevados
dos jóvenes esposados que venían del Sisal de Azua, ambos con aspecto desolador. Después
de una entrevista a los jóvenes el doctor lo diagnóstico con Síndrome de Gáncer o locura
carcelaria, cuando las personas son sometidas a grandes tensiones aparece este síndrome,
generalmente es una forma de simular una enfermedad mental. Y en los “Disimuladores”,
presenta enfermos mentales que los familiares llevaban al manicomio, pero era tal su temor de
ser ingresados que disimulaban el padecimiento. Los familiares que le acompañaban con el
ánimo de dejarlos internos porque entendían que las actitudes presentadas por sus parientes
eran peligrosas y que en el sanatorio estarían mejor.

“Bombín, el herbolario” era un curandero herbolario en San Cristóbal, fue a parar en el


manicomio porque al parecer provoco la cólera del Tirano y lo acusaron de ejercer la medicina
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ilegal. Tenía muchos conocimientos de Botánica y era el compañero de Zaglul en sus recorridos
por los jardines del manicomio. Sabía identificar para que servía cada planta y sus cualidades
terapéuticas. Para él la gota era un misterio sin resolver, había utilizado todas clases de yerbas
e inclusive cobraba más caro por tratar estos pacientes.

Mientras que “Antonio el necrofílico” fue un paciente referido por el director del
Sanatorio de Tuberculosis el mismo estaba acusado de tener sexo con las pacientes que morían,
solía entrar a la morgue supuestamente a ponerle velas, fue descubierto y por eso fue mandado
al manicomio. Fue diagnosticado por Zaglul con Necrofilia, que es una rara aberración sexual
que obedece a motivos psicológicos. Nunca confeso sus hechos.

En “la muerte llega al sanatorio”, Zaglul relata que el hospital no contaba con un
pabellón para aislar los pacientes con procesos infecciosos y por primera vez llega un caso de
estos. Antonio, el necrófilico, se hizo cargo del cuidado del enfermo y los pocos días de este
ingreso llega un informe de la Secretaria de Estado de Salud informando que en el Psiquiátrico
había un caso de tifoidea. Por la precariedad que existía en los pabellones fueron infectados
muchos de los pacientes con esta terrible infección. Murieron más de 30 locos, entre la muerte
que más sintieron los pacientes y empleados fue la de Antonio. El manicomio tenía un aspecto
desolador y el Doctor Zaglul emprendió una lucha para solicitar que el sanatorio fuese
intervenido por la Secretaria de Salud, hasta que al fin lo logro.

A raíz de este episodio, el doctor escribe sobre el nuevo hogar de sus 500 locos en “Mis
500 locos con nuevo hogar”. Después de grandes luchas el doctor Zaglul, logra que el gobierno
construya un sanatorio psiquiátrico modelo que costo millones. El dictador no lo hizo por
comprender al enfermo sino para alejar a los locos de la hacienda “Las Marías”. Pero no todo
fue felicidad, pues el sanatorio sería dividido en dos: una parte para los locos y la otra parte
para los tuberculosos. Fue el 01 de agosto de 1959, ubicado en el Km. 28 de la Autopista Duarte
cuando se inaugura esta obra. Según relata Zaglul, ya no eran 500, sino 700 sus locos. Y este
el último relato que reseñamos.

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3.2. Los tratamientos utilizados en esa época

Con muy pocos recursos terapéuticos para tratar a los pacientes así se desenvolvía el
diario vivir del sanatorio. Una sola máquina para electrochoques, Largactil y Epamin en dosis
homeopáticas, labor terapia, insulinoterapia y psicoterapia.

Por el reducido presupuesto las dosis suministradas de medicamentos eran las menos
que la que los pacientes necesitaban. A los epilépticos se les medicaba con Fenobarbital.

En el hospital se recibían todo tipo de enfermos mentales de los existentes en esa época,
entre los que se mencionan:

 Los oligofrénicos - con el síndrome de déficit mental (retrasados mentales) constituían uno de
los problemas más serios del país, debido a que el hospital no contaba con medios para tratarlos
y tenerlos, y morían sin remedio.

En el retraso mental hay gradaciones de menor a mayor. La inteligencia tiene una escala
desarrollada por el francés Binet y por el americano Terman. Estos dividieron a los retrasados
en: Idiotas, Imbéciles y Débiles mentales. De estos el idiota no habla, el imbécil habla, pero no
aprende nunca a leer y escribir, y el débil mental es susceptible de una pedagogía especial en
que se logra prepararle para la vida dentro de sus propias limitaciones.

Las causas de esta enfermedad pueden ser hereditarias; por trastornos del embarazo; por
situaciones después del nacimiento o por traumatismos o infecciones del cerebro. Cualquiera
que sea la causa, el niño debe atenderse lo más pronto posible.

 Los psicópatas - con el síndrome desarmónico, es la frontera que divide a los cuerdos de los
locos. No son insanos ni retrasados, y muestran una carencia de sentimientos, falta de dominio
y una ausencia de todo sentido ético. Son embusteros, cínicos, ladrones, jugadores, asesinos,
todo un cortejo de síntomas de conducta que los hacen unos antisociales y es necesario
aislarlos, la mayoría de las veces en la cárcel o en otras ocasiones los jueces los envían al
manicomio para comprobar si son o no insanos.

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 Los neuróticos, es lo que el Dr. Zaglul llama los nerviosos, neurasténicos. Nunca son clientes
del manicomio y en la mayoría de los casos tampoco lo son del psiquiatra.

Estos visitan con frecuencia a los médicos generales y en los casos de órgano-neurosis, van
donde el especialista según el órgano que consideren enfermo. Estos a su vez cuando
consideran que sus medios no alcanzan los envían donde el psiquiatra.

Las causas de esta enfermedad pueden ser hereditarias o problemas del medio ambiente,
causas psicológicas ocasionadas en la infancia o en la adultez.

La neurosis obsesiva, es una que si debe ser tratada, aunque es sumamente rara. El
tratamiento terapéutico de este tipo de neurosis ha incluido psicoterapia, electro-shock,
insulina, cirugía cerebral, sin embargo, han resultado vanos estos tratamientos para esta grave
forma clínica de enfermedad mental.

 Los psicóticos, son propiamente las locuras, los enajenados, insanos, los que han perdido el
juicio de la realidad, los desquiciados. El vulgo utiliza para referirse a estas personas el vocablo
demente equivalente a loco.

 La demencia, es un proceso mental de deterioro, primario o secundario a un desarrollo


psicótico. Por tanto, demenciarse una persona es hacerse retrasado mental después de adulto.

 Psicosis es un adjetivo que se antepone a una serie de enfermedades mentales con


características especiales, en las cuales, en la mayoría de las veces el paciente que la padece no
tiene conciencia de su enfermedad y pierde el concepto del mundo de los objetos.

Basado en lo anterior existe la siguiente clasificación:

 Psicosis Senil y Demencia Senil


 Psicosis Epiléptica y Demencia Epiléptica
 Psicosis Sifilítica y Demencia Sifilítica

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De acuerdo al Dr. Zaglul, las dos psicosis más importantes y frecuentes en el hospital
Padre Billini eran: la Esquizofrenia y la Maniaco Depresiva.

La esquizofrenia, tan antigua como las enfermedades mentales, aparece como una
crisis de agitación o furia durante largo tiempo y después un deterioro intelectual marcado. Es
una de las psicopatologías más estudiadas en psiquiatría y se traduce como mente escindida o
partida, porque el paciente rompe entre él y la realidad.

El paciente comenzara a oír voces que lo insultan, que lo intimidan. Son las
alucinaciones auditivas, que lo hacen sentirse perseguido o se creerá un santo. Un síntoma muy
frecuente es su autismo, ya que construirá un mundo con su pensamiento ilógico irreal
fantástico, roto con la realidad.

Hay sin embargo, un hecho curioso en psiquiatría: la curación espontanea. Pacientes


que durante largos años han padecido esquizofrenia y con aparentes trastornos demenciales,
han comenzado a dar síntomas de curación sin tratamiento alguno, llegando hasta un
restablecimiento total.

Los tratamientos que se han utilizado son: electrochoque, insulina, psicoterapia,


derivados de la clorpromazina. Unos curan, otros mejoran y en otros fracasan los tratamientos.

La psicosis maniaco-depresiva, es la psicosis del afecto, la enfermedad mental que


menos síntomas de locura ofrece y es la única que siempre se ha llamado locura. El afecto varía
en una gama que va desde la alegría a la tristeza.

Cuando la alegría sale de los límites de la normalidad y se convierte en una alegría


patológica con excitación y perdida de la conciencia de la realidad y cuando la tristeza aparece
sin causa, sin conciencia de ella y se hace anormal o patológica se convierte en locura
depresiva. Los pacientes pueden presentar las dos formas de crisis y otros solo presentan una
de las dos.

Otra característica de esta enfermedad mental es su presentación periódica y la remisión


total de los síntomas sin presentar demencia después de las crisis.

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El tratamiento que se utilizaba para los maniacos-depresivos eran inhibidores de la
Monoaminooxidasa, sustancia del organismo cuya alteración está presente en los melancólicos.
También se utilizaba el electrochoque, especialmente en los que tenían tendencia suicida.

 Los epilépticos, son humanos que convulsionan, que mezclan su saliva sanguinolenta con el
polvo donde caen. Se presenta en forma de desmayos de corta duración, algunas veces
acompañados de ligero temblor en la cara, la característica principal es la perdida de la
conciencia.

Existe también lo que los psiquiatras llaman estados crepusculares, en que el paciente
presenta un trastorno mental transitorio de más o menos corta duración, denominado demencia
epiléptica y ameritando su internamiento en el manicomio. Con las caídas frecuentes sufren
traumatismos del cráneo, que van lesionando lenta y progresivamente el intelecto de los
pacientes, terminando estos en demencia.

El tratamiento que se utilizaba para las convulsiones era un medicamento farmacéutico


llamado Epamin, descubierto por los doctores Merrit y Putnan. Si tomaban este medicamento
con regularidad podían reducir significativamente las convulsiones y llevar una vida normal.

 Los dementes seniles, estos eran los viejitos que presentaban síntomas de demencia, olvidaban
las cosas recientes y vivían más de los recuerdos. Presentaban un gran problema para el
hospital, porque no se contaba con personal adiestrado, ni espacio donde ponerlos.

Los mismos eran evaluados y dependiendo su situación eran medicados. Algunos


mejoraban y eran devueltos a sus casas o a los asilos de ancianos, otros que no mejoraban eran
dejados en el hospital.

Esta era la situación del hospital psiquiátrico Padre Billini, con poco personal
capacitado, escasez de recursos y 500 locos que atender cada día.

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3.3. Usos de la trementina, el clerén y el bongó

Los tres vocablos son una mezcla de alegría y tristeza: Bongó es el símbolo de nuestro
trópico y de nuestra raza negra, Clerén es la patente haitiana de la destilación de la caña de
azúcar y bebida favorita del autor y Trementina producto de la destilación de los derivados del
pino que representaba castigo y dolor cuando se aplicaban unos cuantos centímetros cúbicos a
los pacientes en ambos muslos provocándoles un dolor inaguantable.

Manicomio y Trementina se hicieron sinónimos.

El autor tenía esperanzas de poder aplicar los métodos de cura de los países del viejo
continente, pero sentía miedo. Contaba tan solo con un psiquiatra, de origen español y fungía
como subdirector, un médico clínico, tres estudiantes de medicina y tres enfermeras. Había
también un reducido número de enfermeros, en su mayoría analfabetos, sin conocimientos de
psiquiatría. Los denominó: sus veinte loqueros y le tocó la dura tarea de ganarse su confianza,
inspirar en ellos nuevos caminos e inculcarle conocimientos.

En el pabellón de celdas, indica el autor un enfermo peligroso: ALC, muy temido por
todos pues había asesinado a dos y descalabrado a una docena. Diagnóstico: Esquizofrenia
Paranoide. Zaglul pidió a la semana de su llegada al hospital que llevaran a ALC a su oficina,
esto causó revuelo en el personal, pidió le quitaran la camisa de fuerza y lo dejaran solo con él,
habló con él y conversaron sobre injusticias que se habían cometido contra su persona y sobre
la muerte de su madre y lo trágico de ese evento. Le recortó el cabello y lo llevó a su celda sin
compañía alguna. Cuando se enteró que era el nuevo Director, juró matarlo por ser cómplice
del crimen de su madre.

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Conclusión

Este libro contiene las memorias de Antonio Zaglul cuando fue director del hospital
psiquiátrico en los años finales de la era de Trujillo y está incluido entre los 100 libros más
importantes producidos en la República Dominicana.

Antonio Zaglul era un hombre muy especial, poseedor del don de la palabra y
conocedor profundo de las interioridades del alma dominicana. Recordado como un hombre
alegre, jocoso, con un sentido del humor muchas veces irónico, que motivaba la reflexión sobre
cuestiones de relativas a la idiosincrasia cultural y política dominicana. Realizaba análisis
psicosociales y emitía su juicio ante cualquier situación social relevante de la época.

En la obra “Mis 500 locos”, pone de relieve la concepción y práctica psiquiátrica de la


época trujillista en República Dominicana, no solo narrando acerca del manejo de los enfermos
mentales sino además pretendiendo generar empatía hacia el enfermo.

El Psiquiátrico de Nigua se considera un momento deshonroso cuando se examina esa


etapa de la atención en salud mental en el país. Antonio Zaglul en este libro describe de manera
sensible esta situación: “Yo estaba en un ambiente primitivo... Una hipertrofia de poder, una
macana en la cintura y un desprecio absoluto por el enfermo mental, esa era, en síntesis, la
situación, y había que superarla o irse a la buena de Dios”.

Existía una indiferencia oficial hacia los pacientes recluidos, aun en casos extremos
como lo fue la epidemia de tifoidea, que solo consiguió llamar la atención después de que
murieran cerca de 30 enfermos mentales.

Muchas de las terapias de la época eran crueles. A los enfermos mentales incluso les
aplicaban “electroshock” como castigo y también les inyectaban trementina en los muslos para
calmarlos.

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Bibliografía

(n.d.). http://uasd.edu.do/files/Documentos_Salud/Dr__Antonio_Zaglul_Elmdesi.pdf.
(n.d.). http://www.diariodominicano.com/cultura/2016/04/02/221931/el-dia-que-nacio-
antonio-zaglul.
Mateo, A. L. (2000). Las palabras perdidas. Santo Domingo: Editora Cole.
Zaglul, A. (1998). Mis Quinientos Locos. Santo Domingo: Taller.

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