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MALOS HABITOS DE UN ESTUDIANTE

Tener el teléfono móvil al lado o la televisión encendida.- Tener


distracciones cerca de ti es uno de los errores más comunes. Puedes pensar
que como tienes el móvil en silencio, alejado o incluso apagado, no lo vas a
mirar. Lo mejor es que si vas a la biblioteca lo dejes en casa. Y si estudias en
casa, que lo dejes una habitación lo más alejada posible y en silencio. . Es
posible que, si eres una persona curiosa que se mueve en este mundillo
de la tecnología, hayas leído en alguna ocasión la palabra “nomofobia“. Es
un término nuevo que se refiere al “miedo irracional de salir de casa sin
el teléfono móvil” sinónimo de adicción al móvil. También se entiende por
“nomofobia” el miedo a no estar conectados o a no poder consultar los
mensajes cada poco tiempo. Todos este tipo de situaciones generan
estrés y ansiedad, y los estudios ya lo han demostrado. Sin embargo, lo
que no termina de estar del todo claro es en qué situaciones la falta de
acceso al smartphone nos genera este malestar.

Dejar todo para el último momento.- Es la base de los malos hábitos de


estudio: darte la “paliza” cuando apenas quedan unos días para los exámenes.
El mejor hábito es, sin duda, la constancia diaria. Puede resultar tedioso y
complicado, pero te darás cuenta de cómo llegado el momento de estudiar, te
resulta muchísimo más fácil. Basta simplemente con leer los apuntes tomados
en clase al llegar a casa y subrayar lo más importante, nada más Dejar todo para
el último momento a veces se convierte en toda una forma de vida. Quienes son así, por
más que intenten organizar su tiempo y actuar de otra manera, no lo consiguen. Se
organizan por unos días, pero luego vuelven a la misma dinámica.

Los que acostumbran a dejar todo para el último momento son personas que viven al
límite. Hay básicamente dos maneras de enfocarlo. Por un lado están los procrastinadores,
que compulsivamente posponen lo que deben hacer o nunca lo completan. Por otro lado
están los adictos a la adrenalina, que, de alguna manera, disfrutan de sentir que el tiempo
se les echa encima.

En ambos conducta que afecta la vida de las personas, a veces de manera grave. No
siempre se logra controlar la situación y las consecuencias podrían ser onerosas. Eso sin
contar con que la vida se les vuelve un caos: dejar todo para el último momento
contribuye al desorden mental e impide sacar provecho del tiempo.

Dejar todo para el último momento y la adrenalina

Hay que anotar que bajo esos estados de riesgo extremo se produce una importante
segregación de adrenalina. A su vez, la producción de adrenalina estimula la secreción de
dopamina. Esta última es una sustancia que produce una sensación de gran bienestar
anímico. Se experimenta un estado muy agradable. Por lo tanto, ponerse en riesgo
deliberadamente, si se termina sorteando, genera una sensación de satisfacción muy
grande.
Algunas de las personas que adquieren el hábito de dejar todo para el último momento
son adictas a la adrenalina. Sienten que funcionan mejor cuando están al límite, pues
terminan con una gran satisfacción por haber vencido el riesgo. También por ha

Los que procrastinan

Otras personas adquieren la costumbre de dejar todo para el último momento porque
tienen la tendencia a posponer, también deliberadamente, sus compromisos y tareas. Se
trata de sujetos que cuentan con más tiempo del necesario para hacer lo que deben hacer,
pero deciden que solo lo harán cuando ya no quede más tiempo que el que realmente
necesitan. Incluso, asumen el riesgo de no hacerlo jamás, si finalmente calculan mal y
no llegan a tiempo.

No se trata de personas perezosas o negligentes. Simplemente incorporan ese estilo de


comportamiento a su forma de vida y les resulta básicamente imposible hacerlo de otro
modo. Se sienten ansiosos, estresados y avergonzados al posponer sus compromisos. Sin
embargo, no pueden evitarlo. Si logran finalmente cumplir, quedan tan agotados que
posponen lo que sigue. Y vuelve a comenzar el ciclo.

Las consecuencias de este tipo de comportamientos

Tanto en el caso de las personas que acostumbran a dejar todo para el último momento
por su afición a la adrenalina, como en el caso de los procrastinadores, las consecuencias,
tarde o temprano, suelen ser muy negativas. No siempre se logra cumplir con lo pactado
y esto genera caos y dificultad para organizar sus vidas.

En los dos casos se trata de conductas problemáticas porque no solo desorganizan sus
vidas, sino que esta forma de proceder hace que los demás no confíen en ellos. También
disminuye la posibilidad de obtener los mejores resultados y es más improbable que
saquen adelante tareas complejas que exijan continuidad y constancia.

Querer estudiar sólo en un determinado lugar.- Muchas personas se habitúan a un


lugar específico para estudiar y cuando les sacas de ahí, pierden por completo la
concentración. Lo mejor es habituarse a estudiar en distintos lugares: en casa, en
distintas zonas de la biblioteca… Necesitarás saber estudiar en casa cuando la
biblioteca no abra, y para ello tendrás que tener un lugar habilitado en óptimas
condiciones para el estudio. Es muy importante también decidir el espacio de estudio,
sobre todo en época de exámenes. La mayoría de los alumnos prefiere estudiar en casa,
aunque muchos otros se inclinan por las bibliotecas.

Estudiar en casa
La mayoría de los estudiantes prefiere estudiar en la comodidad del propio hogar. La
habitación es un lugar perfecto para ello, ya que es tu propio espacio y puedes adaptarlo como
mejor te interese. Eso sí, es importante que cuente con una mesa amplia y una silla
ergonómica. También deberás tener a mano todo aquello que puedas necesitar, como folios,
bolígrafos, apuntes, etc. Para las largas jornadas de estudio, prepara agua, un té o algo sano
para picar, como fruta.

La mayor ventaja de estudiar en casa es que tienes, tal y como hemos dicho, todo a tu
disposición. Además de poder beber y comer, también podrás tumbarte en el sofá durante los
minutos de descanso para volver con fuerza y más descansado. Pero, además, estudiar en
soledad te permite leer en alto, pudiendo realizar simulacro. Estudiar todo el día en casa
puede ser bastante agotador, y quizás necesites de cierto tiempo para disfrutar al aire libre.
Además, estar tanto tiempo en la habitación puede aumentar la tentación de tumbarte en la
cama o echarte una siestecita.

Estudiar en la biblioteca

Las bibliotecas son espacios perfectos para el estudio, ya que permiten tener a mano todo el
material necesario. Aunque normalmente prima la cercanía a casa o a la universidad, intenta
estudiar en una biblioteca que disfrute de luz natural.

Estudiar en una biblioteca tiene muchas ventajas, como el hecho de cambiar de aire. Al estar
rodeado de otras personas que también están estudiando, hace que tú también te concentres
más y estés más predispuesto al aprendizaje. Además, si tienes alguna duda, también podrás
preguntarle a algún colega.

Sin embargo, las bibliotecas también son un foco de cotilleos y susurros. Siempre encontrarás
los típicos estudiantes que han ido allí a pasar el rato, por lo que huye de ellos e intenta
seentarte cerca de personas responsables y silenciosas. Este ruido también hará que, en
ocasiones, sea difícil concentrarse

Estudiar mientras haces otras cosas.- Con esto nos referimos a comer,
desayunar, ir en metro, e incluso escuchar determinado tipo de música. Estás
perdiendo un tiempo que tienes de descanso para ti, porque realmente no estás
al 100% concentrado ni atento a lo que estás intentando estudiar. Descansa,
relájate, come y haz todo lo que tengas que hacer. Una vez finiquitadas esas
cosas, vuelve al estudio

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