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LAS REPRESENTACIONES SOCIALES DE LA POLÍTICA EN JÓVENES

ESTUDIANTES DE UNIVERSIDADES PÚBLICAS Y PRIVADAS DEL ÁREA


METROPOLITANA DE MEDELLÍN

JULIO CÉSAR DUQUE CASTAÑEDA

Informe final de investigación para optar al título de Magíster en Comunicaciones

Asesor
M. Sc. ALEXANDER ALVIS RIZZO

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE COMUNICACIONES
MAESTRÍA EN COMUNICACIONES
MEDELLÍN
2015
No hay palabras para describir mi profundo agradecimiento a la
Universidad, por su aporte vital.

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TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN............................................................................................................. 8

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ..................................................................... 11

2. JUSTIFICACIÓN ..................................................................................................... 19

3. ESTADO DEL ARTE ............................................................................................... 22

4. OBJETIVOS ............................................................................................................ 31

4.1. Objetivo general ............................................................................................... 31

4.2. Objetivos específicos........................................................................................ 31

5. REFERENTES TEÓRICOS .................................................................................... 32

5.1. Comunicación y Universidad ............................................................................ 32

5.2. Política.............................................................................................................. 35

5.3. Participación política y abstencionismo ............................................................ 41

5.4. Las representaciones sociales ......................................................................... 45

6. METODOLOGÍA ..................................................................................................... 52

6.1. Diseño de la investigación ................................................................................ 53

6.2.1 Universo de estudio ................................................................................... 54

6.2.2. Diseño y tamaño de la muestra ................................................................ 55

6.2.3. Técnica de recolección de información ..................................................... 57

6.2.4. Proceso de análisis .................................................................................... 58

6.3. Trabajo de campo ............................................................................................... 59

7. RESULTADOS ........................................................... Error! Bookmark not defined.

7.1. Caracterización de la muestra ............................. Error! Bookmark not defined.

7.2. Análisis del prototipo y rango .............................. Error! Bookmark not defined.

2
7.3. Análisis categorial................................................ Error! Bookmark not defined.

7.4. Análisis categorial: jerarquía entre las categorías de las Representaciones


Sociales de la política.................................................... Error! Bookmark not defined.

7.5. Análisis de prototipicidad de votantes y no votantes.Error! Bookmark not


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7.6. ¿Por qué votó? .................................................... Error! Bookmark not defined.

7.6.1. Participación política ..................................... Error! Bookmark not defined.

7.6.2. Beneficios Certificado Electoral .................... Error! Bookmark not defined.

7.6.3. Compromiso ciudadano ................................ Error! Bookmark not defined.

7.6.4. Preocupación por elegir ................................ Error! Bookmark not defined.

7.6.5. Mejorar la situación del país ......................... Error! Bookmark not defined.

7.7. ¿Por qué no votó? ............................................... Error! Bookmark not defined.

7.7.1. Trámites de la cédula y lugar de votación. .... Error! Bookmark not defined.

7.7.2. No cree en la política .................................... Error! Bookmark not defined.

8. Discusión ................................................................... Error! Bookmark not defined.

9. Conclusiones y recomendaciones ............................. Error! Bookmark not defined.

10. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................. 102

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ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1. Estudiantes matriculados en Área Metropolitana del Valle de Aburrá ............. 57

Tabla 2. Características demográficas de los participantesError! Bookmark not

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Tabla 3. Lugar de nacimiento ........................................... Error! Bookmark not defined.

Tabla 4. Estrato socioeconómico...................................... Error! Bookmark not defined.

Tabla 5. Discriminación por universidad pública y privada.Error! Bookmark not

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Tabla 6. Semestre académico .......................................... Error! Bookmark not defined.

Tabla 7. Programas académicos ...................................... Error! Bookmark not defined.

Tabla 8. ¿Está afiliado a un movimiento político? ............ Error! Bookmark not defined.

Tabla 9. ¿Votó en las elecciones del año 2014? .............. Error! Bookmark not defined.

Tabla 10. ¿Votó en las parlamentarias y presidenciales? Error! Bookmark not defined.

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ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1. Jerarquía Estructural: Prototipo de la RS ....................................................... 59

Figura 2. Tipo de Universidad........................................... Error! Bookmark not defined.

Figura 3. Afiliados a un movimiento político por universidad pública y privada ........Error!

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Figura 4. Distribución por género de los votantes ............ Error! Bookmark not defined.

Figura 5. Comportamiento del voto por estrato socioeconómicoError! Bookmark not

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Figura 6. Estratificación socioeconómica de la universidad pública y privada ..........Error!

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Figura 7. Votación por universidad ................................... Error! Bookmark not defined.

Figura 8: Prototipo (rango X frecuencia) de la Representaciones Sociales de la política

general.............................................................................. Error! Bookmark not defined.

Figura 9: Prototipo (rango X frecuencia) de la Representaciones Sociales de la política

de los que si votaron. ....................................................... Error! Bookmark not defined.

Figura10: Prototipo (rango X frecuencia) de la Representaciones Sociales de la política

de los que no votan. ......................................................... Error! Bookmark not defined.

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ÍNDICE DE ANEXOS

Anexo 1.Instituciones Públicas y Privadas ....................... Error! Bookmark not defined.

Anexo 2. Formato Consentimiento Informado para Proyecto de Investigación ............. 69

Anexo 3. Instrumento de recolección de información. ................................................... 71

Anexo 4. Ficha Técnica ................................................................................................. 73

Anexo 5. Prototipo (rango X frecuencia) de la representaciones sociales de la política de

la Universidad Privada ...................................................... Error! Bookmark not defined.

Anexo 6. Prototipo (rango X frecuencia) de la representaciones sociales de la política de

la Universidad Pública ...................................................... Error! Bookmark not defined.

Anexo 7. Cuadro 2. Análisis categorial jerarquía entre las categorías de la

representaciones sociales de la Política: .......................... Error! Bookmark not defined.

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Resumen

Este estudio indaga las representaciones sociales de la política que tienen los jóvenes
universitarios de instituciones públicas y privadas del Área Metropolitana de Medellín.
Con una población estadísticamente significativa y heterogénea de 403 estudiantes
universitarios, un nivel de confianza del 95% y un intervalo de error del 5%, señalan que
las representaciones sociales de la política están fuertemente asociadas a la corrupción
y el poder.

La investigación utilizó el enfoque estructural de Jean Abric (2001), la técnica de


asociación libre de palabras, para acceder al núcleo central y al campo semántico de la
representación. El resultado de la lista de palabras producidas permitió analizar diferentes
criterios de jerarquía entre ellas y su organización en categorías. Para esto se utilizó dos
tipos de análisis: prototípico y categorial para establecer nexos entre la representación y
el acto de votar.

Palabras claves: Representaciones sociales, política, jóvenes universitarios, acto de


votar

7
INTRODUCCIÓN

Está investigación emerge del interés por conocer las representaciones sociales de la
política, en jóvenes universitarios de instituciones públicas y privadas del Área
Metropolitana de Medellín, para relacionarlas con el acto de votar; esto debido a que
algunos autores como Abric (2001), Moscovici (1973), Jodelet (1986, 2007) y Rodríguez
Salazar (2011), han señalado que las representaciones sociales pueden influir en la
conducta de los seres humanos, a través de los elementos que configuran sus
comunicaciones.

Las representaciones sociales de la política en jóvenes universitarios, están asociadas


principalmente con la corrupción y el poder; la alta frecuencia del término corrupción
señala que la política, en términos de una actividad, no se realiza correctamente, debido
a su valoración negativa que genera rechazo a la afiliación, por parte de los jóvenes,
hacia los partidos políticos tradicionales y también a un alto abstencionismo cercano al
60%, en las elecciones de 2014, en el marco de las votaciones parlamentarias y
presidenciales.

La investigación se enmarca en la línea Comunicación Política y Opinión Pública de la


Maestría de Comunicaciones, de la facultad de Comunicaciones de la Universidad de
Antioquia. Se sustenta en el enfoque estructural de las representaciones sociales de
Abric (2001), para establecer nexos entre las representaciones sociales y el acto de votar,
con un porcentaje de la población estadísticamente significativa para poder tener una
comprensión válida de los significados de la política en los jóvenes universitarios del Área
Metropolitana de Medellín.

El contenido del presente informe, lo estructura el planteamiento del problema, allí se


problematiza la democracia representativa en la formación de los jóvenes,
particularmente en las universidades, quienes, en general, están influenciados por los
medios masivos de comunicación. Posteriormente, en la justificación, se pretende llenar
el vacío que existe en relación al estudio de las representaciones sociales de la política

8
con el enfoque estructural de Abric (2001), enfocado en las Instituciones de Educación
Superior, en las cuales es posible rastrear el contenido y las transformaciones,
particularmente reconociendo los significados de los jóvenes universitarios, enmarcados
por el conflicto social.

Por su parte, en el estado del arte, recopila investigaciones enmarcadas en la temática


de las representaciones sociales de la política en jóvenes universitarios, estudios que
contribuyen a la construcción de conocimiento sobre el significado y percepción de la
política; seguido de los referentes teóricos sobre comunicación y universidad, política,
participación, abstencionismo y las representaciones sociales.

A su vez, está la ruta metodológica mixta (cuantitativa y cualitativa), basada en el enfoque


estructural de Abric (2001), con la técnica de asociación libre de palabras para hallar el
núcleo central de la representación social. Durante el trabajo de campo, emergieron
resistencias y emociones en los jóvenes universitarios en cuanto a la actividad política.

Dicho apartado, presenta los respectivos análisis de prototipicidad general, luego los
discrimina en votantes y abstencionistas; universidades públicas y privadas. Con la
información obtenida de la técnica, se generó las representaciones sociales de la política
y un sistema categorial para medir las jerarquías de las emergentes que surgieron de los
datos levantados en campo.

Con base en lo anterior, hay una discusión que dialoga los hallazgos del análisis con
otras investigaciones similares sobre las significaciones de la política objetivadas en
estructuras sociales como las universidades, donde es posible explorar la
intersubjetividad y la perspectiva de los estudiantes universitarios que votaron y no
votaron.

Posteriormente, están las conclusiones, de ellas se puede destacar que las


representaciones sociales de la política en los jóvenes universitarios, revelan una
insatisfacción y un descontento con el proceso político, cuando hacen alusión que es

9
corrupta. A pesar de su supuesta desilusión y desconfianza atribuidas, participan en las
votaciones. El 77.4%, dice haber votado en las elecciones del año 2014, el 46%, de ellos,
lo hicieron en ambas elecciones (parlamentarias y presidenciales); el 27% en las
presidenciales y el 2.7%, en las parlamentarias.

Asimismo, en dicho apartado, se presentan las limitaciones de la investigación con


algunas recomendaciones para futuros trabajos en materia de jóvenes, universidades,
representaciones sociales, comunicación política y opinión pública.

Por último, se considera la bibliografía y los anexos, que contiene el instrumento utilizado,
y en general, aspectos del proceso investigativo que, por su volumen, están incorporados
en el Cd.

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1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En Colombia, como resultado de la movilización estudiantil de universidades públicas y


privadas, hace 25 años, promovió la Asamblea Nacional Constituyente, para consagrar
la democracia participativa como la base para el bienestar y desarrollo del país. Esto se
concretó en la Constitución Política de 1991, como un Estado Social de Derecho, con
mecanismos para la participación de los ciudadanos y la inclusión de los mismos en los
procesos políticos y sociales. Induciendo, particularmente, a los jóvenes a participar de
los principios democráticos, derivados de la Constitución, en escenarios estratégicos
como la educación (Mendoza, 2011).

Las reformas subsiguientes a la promulgación de esta carta magna, promovieron la


descentralización política y administrativa del territorio nacional. Como parte de este
desarrollo normativo, diferentes leyes han otorgado a los jóvenes un rol trascendental en
la toma de decisiones políticas. Así se observa en la Ley Estatutaria de Ciudadanía
Juvenil, Ley 1622 de 2013, modificando la Ley 375 de 1997, mediante la cual se instituyó
la primera base legal para la conformación del Sistema Nacional de Juventudes. La nueva
ley también establece que la población juvenil está conformada por personas cuya edad
oscila entre los 14 y 28 años de edad. Del mismo modo, el decreto 089 del 2000, permite
la conformación de Consejos de Juventud, Consejos Municipales de Juventud y Consejos
Distritales de Juventud.

Asimismo, el artículo 258 de la constitución, establece que los colombianos no están


obligados a votar, por tanto es un acto voluntario y no lo hacen por la amenaza de una
sanción como sucede en países como Argentina, Ecuador, Brasil y Honduras. Sin
embargo, las elecciones parlamentarias y presidenciales del 2014, evidenciaron una
abstención electoral del 59,98%, siendo la cifra más alta en las últimas cuatro elecciones
presidenciales. Según la Registraduría Nacional del Servicio Civil, de los 32’975.158
colombianos habilitados para votar sólo lo hicieron 13’216.402, es decir, el 40,07%. En
los comicios del 2010, esa cifra fue del 50%; en el 2006 llegó al 54% y en el 2002, al 53%;
y desde entrada en vigencia de dicha Constitución, el abstencionismo más alto se registra
en el 66%, cuando ganó Ernesto Samper Pizano, en 1994.
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Lo anterior evidencia que en Colombia, como en la mayoría de los países, los jóvenes
carecen de motivación o interés para participar en los espacios convencionales de la
acción política (Valencia Áreas, Peláez Arroyave, Rúa Gómez, y Awad Aubad, 2010), por
un profundo quiebre y distanciamiento de éstos respecto de las actividades y canales de
participación, así como de las formas institucionales de acción (Cárdenas, Parra, Picón,
Pineda, y Rojas, 2007), (Díaz Gómez y Carmona, 2013). Esta situación se debe a la
apatía de los jóvenes hacia la política (Valencia Áreas, Peláez Arroyave, Rúa Gómez, y
Awad Aubad, 2010), (Acosta V., 2011), materializada en el ausentismo en el sistema
electoral y los prejuicios frente a la actividad política. Incidiendo, en una mínima
proporción, en algún partido político o en sindicatos; situación que deteriora el lazo social,
por un lado, y, por el otro, conlleva a la pérdida de credibilidad y legitimidad en las
instituciones.

A la apatía política de los jóvenes se suma el hecho de una proporción importante de


éstos son potenciales víctimas de la violencia. Un informe de la Procuraduría General de
la Nación, aduce que 6’231.617 jóvenes fueron víctimas del conflicto armado colombiano
entre 1985 y 2013; de éstos, el 49.6% eran menores de 26 años de edad, en el momento
de su victimización (2014). Producto de un flagelo que sumió al país en un conflicto
armado que cobraba la vida de miles de civiles cada año, ocupando el “record de violencia
de 77 homicidios por cada 100.000 habitantes, en promedio, entre 1980 y 2.000 […] el
punto más alto se alcanzó en 1991 y 1992 con una tasa de 444 homicidios […de los
cuales] 40.000 jóvenes asesinados entre 1985 y 2002; […] al tiempo se excibia los
mayores índices de desempleo juvenil en 35%” (Riaño, 2006, pp. 30-35).

Particularmente, la ciudad de Medellín, epicentro de esa violencia armada que se ha


configurado como hegemónica, esencialmente, por bandas del narcotráfico que coexisten
con otras estructuras armadas (Ospina Serna, Alvarado Salgado, Botero Gómez, Patiño
López, y Cardona López, 2011), hacen de los jóvenes una población susceptible de
ingresar a los diversos circuitos de ilegalidad: grupos armados (guerrilla, paramilitares,
delincuencia común), redes del narcotráfico y contrabando, prostitución, entre otros.
(Muñoz, 2003).

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Así mismo, como reflejo de la violencia estructural del país, las fronteras invisibles en la
ciudad se relacionan con la abstención del acto de votar de quienes tienen derecho a ello
(Ospina Serna, Alvarado Salgado, Botero Gómez, Patiño López, & Cardona López,
2011), lo que probablemente fomenta la situación de no ver en la política una forma de
interacción social en la vida cotidiana, por trasgredir el orden colectivo y amenazar la
cohesión social.

En realidad, a estas implicaciones de las múltiples violencias, especialmente la generada


por grupos armados, se suma la carencia de formación política en los escenarios
familiares y escolares, produciendo desconocimiento de la vida sociopolítica, del contexto
y las posibilidades de participación (Ospina Serna, Alvarado Salgado, Botero Gómez,
Patiño López, y Cardona López, 2011) para el establecimiento de nuevos vínculos del
bien común. La escuela, en particular, está llamada a fortalecer la capacidad de
ciudadanía juvenil, porque la construcción de ciudadanía entre los jóvenes pasa por la
adquisición y apropiación de ciertos principios que adquieren durante su formación
escolar (Gutiérrez, 2011).

Lo anterior, se prolonga en las universidades públicas y privadas, constituidas en


espacios decisivos en la formación social, micro-sociedades divergentes, que ofrecen
códigos comunes y universales para transformar la sociedad, con posibilidades críticas y
transformadoras de la cultura universitaria. Sin embargo, hay un “desajuste’ entre
universidad y sistema productivo más que un problema de adecuación en cuanto a las
especialidades ofrecidas puede ser un problema de calidad de la formación recibida”
(Mockus, 2012, p. 75), afectando la misión de la universidad y por consiguiente a las
representaciones sociales; expresándose en Colombia “como auge de la violencia y de
la corrupción como ilegitimidad de las instituciones” (Mockus, 2012, p. 165).

En ese sentido, ha surgido una “crisis”, en la universidad pública, (Fischman, 2008, p 251)
y en general, en todas las Instituciones de Educación Superior, porque en su quehacer
cotidiano, se han vuelto reproductoras de los problemas de la sociedad, al interior de sus

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claustros universitarios. Esto sumado a “la pérdida de hegemonía y legitimidad de las
universidades” (De Sousa, 2007, p. 57), dificultan el poder transformador de los
universitarios hacia la integración del bien común.

A partir de lo anterior, se evidencia uno de los puntos neurálgicos de la política tradicional,


al abrir interrogantes cada vez más profundos sobre el papel de los jóvenes en la
participación política, en la deliberación del bien común y el orden para el bienestar social
desde sus procesos de formación y movilización universitaria.

Sobre todo, cuando los jóvenes representan una considerable proporción de votantes
que toman una salida definitiva del mercado electoral, enmarcados en la renuncia tácita
de participar en las decisiones que les atañe, al sentirse utilizados por quienes ejercen la
política para sus fines. Estos actos acallan la voz y la voluntad de los jóvenes para
intervenir en los ámbitos públicos y privados (Valencia Áreas, Peláez Arroyave, Rúa
Gómez, y Awad Aubad, 2010), impactando en la participación política, en las
democracias contemporáneas de elegir a sus gobernantes a través del acto de votar.

Ahora bien, a la apatía en la participación política de los jóvenes frente a los partidos
políticos y movimientos sociales, producto a la falta de relevo generacional, por la
“dominación patriarcal” (Ospina Serna, Alvarado Salgado, Botero Gómez, Patiño López,
y Cardona López, 2011) a los personalismos políticos, el incremento del individualismo,
la minimización del Estado, mediante procesos de privatización y la liberación de la
economía de los controles del Estado (Acosta V, 2011), se suma la desconfianza y
frustración frente a los partidos como canal privilegiado para la transformación social;
incidiendo en abstención, descontento y movilizaciones espontáneas frente a las formas
de representación de la política convencional, caracterizada por una “desconfianza
epidérmica respecto a los partidos y los políticos” (Mouchon, 1998, p. 89), debido a
decisiones que han ido en detrimento de lo público.
Esta situación, contribuye a restar legitimidad a ciertas prácticas tradicionales de la
política, como la alineación del voto y la afiliación a las huestes políticas para perfilar
nuevas formas de participación que permitan la asociación de movimientos juveniles para

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la construcción de sentido de lo público, a través de interacciones que dan pauta a
prácticas comunicativas que surten en una variedad de representaciones sociales.

Particularmente, porque aparecen “las mentiras, promesas e ideologías, que son la otra
cara de la política” (Wolton, 1992, p. 28), a través de la agenda mediática, la cual produce
un “desequilibrio actual nacido de su omnipresencia, que transmite una representación
muy particular de la realidad, ruidosamente transmitida” (Wolton, 2007, p. 160), diluyendo
los temas públicos y privados a través de lo social, con el advenimiento de
representaciones estereotipadas y estandarizantes; siendo los jóvenes potenciales
consumidores mediatizados del espectáculo, dificultando los procesos de participación,
mediante el acto de votar.

Además, la población juvenil es la que más tiempo libre tiene para el consumo de los
medios de comunicación, incidiendo en la construcción de sus representaciones sociales;
debido a que son más vulnerables a las ideologías que difunden los mass media
(Sánchez Rivera, 2007). Es decir, estos obedecen, no a las condiciones reales de
desarrollo de los sujetos en formación, sino a unas condiciones materiales impuestas por
el discurso mediático, los cuales distribuyen prejuicios sobre ciertos grupos sociales o
sistemas de significación de la política y construyen versiones sobre la realidad para
negociarlas socialmente (Rodríguez, 2009, Santillán, 2012).

Por lo cual, Jesús Martin Barbero considera que “al identificar lo público con la escena
mediática y al asimilar su discurso al modelo propuesto por los medios, en particular por
la televisión, la política se desfigura a tal punto que estaría asistiendo al proceso de su
propia disolución” (1999, p. 49); como ocurrió en las elecciones presidenciales del 2014,
donde buena parte de la crítica se quedó en el espectáculo, en escándalos mediáticos
como: la chuzadas del hacker Andrés Sepúlveda al proceso de Paz, en la Habana Cuba,
las denuncias de ingresos del narcotráfico a la campaña presidencial, los trinos
insultantes de Uribe, “Zurriaga” y la “loca de las naranjas”, entre otros.

Y, a consideración del mencionado autor,

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“la espectacularización, vacía a la política de su sustancia: al predominar la
forma sobre el fondo, el medio sobre el mensaje, el discurso político se
transforma en puro gesto e imagen, capaz de provocar reacciones –cambiar
la intención del voto, modificar súbitamente los porcentajes de adhesión- pero
no de alimentar la deliberación o el debate ideológico y menos de formar
convicciones” (Barbero,1999, p. 49).

Máxime cuando intereses particulares de los partidos políticos y los mass media,
dificultan la deliberación y transacción del sentido de la política, en beneficio del bien
común, sometiendo a una intermitente y exigua forma de representar las necesidades de
la sociedad, especialmente de la población juvenil.

En ese sentido, el espectáculo es una forma de gobernar y de hacer oposición, “de cara
a la cámara, o a los sondeos” (Barbero, 1999), otra forma permanente de producción de
la mercantilización de la política, mostrando los aspectos más superficiales de ella.
Generando, como lo vaticinó Mario Vargas Llosa (2012), en su libro La Civilización del
Espectáculo, la banalización del hombre en el proceso cotidiano de intercambio de las
representaciones de la política.

Todo lo anterior, refleja una representación desintegrada y fragmentada, generadora de


incredulidad, desinterés y escepticismo por el clientelismo, favoritismo y la corrupción que
ha caracterizado la política convencional (Villarroel y De Armas, 2005), designaciones a
las prácticas y significaciones de la actividad política.

Dicho de otro modo, hay un desgaste en las representaciones de la política convencional;


el rechazo y la apatía que se da por sentado, cuando se habla de juventud en términos
de política, resta importancia a las formas subjetivas que subyacen del desencanto
masivo que afecta a las universidades y deslegitima a los partidos políticos y medios
masivos de comunicación.

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En síntesis, es constante el desapego de los jóvenes a los mecanismos de participación
proselitista y electoral, situación que se refleja en la manera despectiva de hablar y
referirse al término (Sotelo Carreño y Numpaque Acosta, 2009), propiciando una postura
ideológica apolítica factiblemente amoldable a factores como el mercado, los medios
masivos o la institucionalidad.

Finalmente, la participación de los jóvenes universitarios es considerada estratégica para


el desarrollo de las democracias, un actor por derecho propio de los escenarios políticos
porque son ellos los llamados a transformar la sociedad, con responsabilidad y
compromiso como ciudadanos y profesionales idóneos, incidiendo en la formulación y
aplicación de políticas públicas que permitan el progreso de la juventud en conocimiento,
desarrollo cultural y científico sobre la base de libertad y bien común.

Así, como lo acontecido con la conformada Mesa Amplia Nacional Estudiantil –MANE-
(Sánchez, 2013, p. 116); la cual, promovió la movilización estudiantil, a raíz del proyecto
de ley 112, con el cual, el gobierno de Juan Manuel Santos, pretendía reformar la ley 30
de 1993, yendo más allá, incluyendo “el ánimo de lucro en la educación”. Este
acontecimiento sacó a miles de estudiantes a las calles, propiciando el retiro de la
reforma, el 11 de noviembre del 2011, “producto de la movilización juvenil y la simpatía
de la opinión pública con la causa del estudiantado” (Sánchez, 2013, p. 109), quienes
hicieron escuchar su voz en la discusión pública, promoviendo sus propios mensajes
sobre la defensa de la educación superior.

Dicho acontecimiento, nos lleva al carácter fundamental del derecho a la educación, tan
indispensable como una “universidad incondicional” (Derrida, 2010, p. 14) abierta a la
crítica, y al pensamiento creador como fin educativo de una mejor formación moral,
intelectual y física de sus educandos para la generación, construcción, organización y
comunicación de las representaciones sociales configuradas para el desenvolvimiento en
la sociedad.

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De modo que, las instituciones universitarias median, entre los estudiantes y la sociedad
en general, con diferentes tipos de discursos científicos, culturales, políticos, artísticos y
humanísticos, para establecer formas de hacer y representar la vida pública al promover
las relaciones del ciudadano con el Estado y sus instituciones.

Sumado todo lo anterior, nace el interés de hacer una reflexión sustantiva en torno a los
significados que tienen los jóvenes universitarios sobre la política, de lo cual surgen
preguntas como: ¿Cuáles son las representaciones sociales sobre la política que tienen
los jóvenes de universidades públicas y privadas en el Área Metropolitana de Medellín?
Y ¿Cuáles son las características de las representaciones sociales de la política que
tienen los jóvenes universitarios que votaron y no votaron en las elecciones
parlamentarias y presidenciales de 2014?

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2. JUSTIFICACIÓN

Este trabajo permite una comprensión del contenido y las transformaciones de algunas
representaciones sociales asociadas a la política de jóvenes estudiantes en las
Instituciones de Educación Superior del Área Metropolitana de Medellín. Debido a que
hay pocos estudios directamente relacionados con el tema de investigación, y los
existentes se han centrado en el análisis procesual de la misma como la de Bruno,
Barreiro, y Kriger, 2011, Cárdenas, Picón, Pineda, y Rojas, 2007; Morales, 2001, y
Gutiérrez, 2011.

En primer lugar, para el desarrollo de la presente investigación, se justifica desde el


enfoque estructural de Abric (2001), con el cual es posible interrogar, desde visiones tanto
cualitativas como cuantitativas, la construcción del concepto y significados de las
representaciones sociales de la política en jóvenes universitarios. A pesar de la
trascendencia del tema, no hay, en el campo de las comunicaciones, investigaciones
relacionadas y de las pocas identificadas se abordan desde otros campos de estudio
como la psicología, el derecho, la antropología, la sociología, la historia, las ciencias
políticas; entre otras.

Ahora bien, las estructuras universitarias, son establecimientos que median a través
representaciones sociales, generando pensamiento y sentidos en los jóvenes frente a las
diferentes dimensiones que la componen. Es disiente que al interior de las universidades,
hay una compleja interacción, donde no solo se trata de hacer valer el derecho a la
participación de los estudiantes con el acto de votar, sino de comprender el contexto
político en que se desarrollan. Además, algunas investigaciones han comprobado que la
participación efectiva de los ciudadanos depende del funcionamiento del sistema
educativo de la nación (Valencia Áreas, Peláez Arroyave, Rúa Gómez, y Awad Aubad,
2010), ( Mendoza, 2011)

En ese sentido, es a partir de la estructura universitaria, donde se incorporan nuevos


paradigmas de pensamiento y organización que podrían contribuir a romper las fronteras
del desconocimiento para tender puentes hacia un diálogo de saberes. Aspecto que
19
apunta a la necesidad de socializar la conformación de opiniones y creencias que
determinan las representaciones en el pensamiento social.

En segundo lugar, es pertinente investigar las representaciones sociales porque a través


de ellas adquirimos sentido del mundo y comunicamos ese sentido unos a otros. Por lo
cual, hacer una investigación que las rastree, es indagar por la intersubjetividad propia
de lo humano, camino para acceder a la realidad social representada.

De igual manera, esta investigación aporta al análisis de la población juvenil universitaria,


un importante área de estudio, “debido a que estos son más propensos a votar en las
elecciones que sus pares no universitarios” (Valencia Áreas, Peláez Arroyave, Rúa
Gómez, y Awad Aubad, 2010, p. 369). Además, las diversas características del contexto,
como ser hijos de la era electrónica, la estimulación a los medios masivos, la
fragmentación en grupos cada vez más definidos; son aspectos que permiten percibir
valores opuestos y contradictorios a la vez, en relación con las actitudes y
comportamientos que puedan adoptar frente a la participación política y el acto de votar.

Asimismo, al abordar las representaciones sociales de la política en los jóvenes


universitarios, “podremos observar la existencia de prácticas sociales enraizadas
firmemente en una concepción de la democracia radicalmente diferente a la ofrecida por
los ideólogos del sistema [medios masivos de comunicación, partidos políticos y
universidades] y de prácticas políticas divergentes, no convencionales y menos
institucionalizadas” (Cárdenas, Parra, Picón, Pineda, y Rojas, 2007, p. 58), un campo de
producción de opinión pública.

No cabe duda que las instituciones educativas forman parte del sistema político. Son el
emisor del conocimiento, generan actitudes y comportamientos frente a la política, porque
ésta regula los procesos y procedimientos que posibilitan la formación; influyendo en los
procesos políticos de participación de los actores implicados en la vida sociopolítica con
posturas hacia la participación y el acto votar.

20
Por consiguiente, la participación política está inmersa en el intercambio de ideas,
opiniones, pensamientos, valores, actitudes, movilización en los espacios de interacción,
como la universidad, donde se perciben y arraigan significados que dan consistencia a la
realidad, producto de una construcción social que realizan los jóvenes en su cotidianidad
universitaria.

De modo que las representaciones sociales son intrínsecamente comunicativas


(Rodríguez Salazar, 2009), permiten develar las distintas formas de significación social
en el campo de la cultura política, la ideología y la opinión pública; las cuales se
manifiestan con el sufragio, una forma, entre muchas, de expresar y comunicar algo, con
variedad de interpretaciones, susceptibles a contradicciones y fragmentaciones.

Por consiguiente, el principal objetivo, al abordar el significado de la política en los


jóvenes universitarios es tipificar las estructuras de las representaciones sociales
elaboradas en su contexto. Es decir, “un estudio de las representaciones sociales deberá
restituir las representación revelada en su contexto y captar los lazos entre la
representación y el conjunto de factores psicológicos, cognitivos y sociales que la
determinaron” (Araya Umaña, 2002, p. 78); aspectos imperceptibles en el proceso
comunicativo, el cual no brota de una fuente única y homogénea sino de una
superposición de voces, discursos y puntos de vistas de todo acto de enunciación, como
las universidades.

En esa medida, al indagar las representaciones sociales de la política desde la


perspectiva estructural de Abric (2001), es posible rastrear el núcleo central de las
designaciones con las cuales los jóvenes universitarios configuran el significado de la
política, así como el contexto en que se gestan el horizonte de posibilidades de sus
designaciones, opiniones, actitudes, creencias y elecciones organizadas alrededor de su
participación, como actores determinantes de la sociedad.

21
3. ESTADO DEL ARTE

A continuación se presentan los resultados sobre la búsqueda de investigaciones en las


bases de datos de Redalyc, EBSCOhots, Google Académico, Dialnet, SciELO Colombia
y catálogos de las bibliotecas de la Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad de
Antioquia, Fundación Universitaria Luis Amigó, EAFIT, Universidad CES y Universidad
de San Buenaventura Las palabras claves utilizadas para la búsqueda fueron:
Representaciones Sociales, política, jóvenes universitarios, estudiantes universitarios,
representaciones sociales de la política y comunicación política. Se encontraron 64
fuentes bibliográficas que respondieron a las palabras claves ingresadas, de estas se
seleccionaron 13 estudios directamente relacionados con el tema. Se relacionan 5
investigaciones en el ámbito internacional y 8 en el nacional.

Para iniciar, se resalta la investigación de Bruno, Barreiro y Kriger (2011), denominada


Representaciones sociales de la política en los jóvenes: Corrupción institucional y
mentira. Dicho estudio indagó las representaciones sociales de la política en jóvenes, la
muestra fue intencional, 233 adolescentes entre 17-18 años, escolarizados en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, analizando si los significados que atribuían a ese término,
variaban según el nivel educativo de sus padres. Suministró la técnica de asociación de
palabras, utilizando “política” como término inductor. En ese sentido, los términos
asociados con mayor frecuencia fueron: corrupción, presidente y políticos. La
investigación indica que podría existir la presencia de una representación social
hegemónica. Concluye que la valoración negativa y el rechazo a la política –entendida
como una práctica institucional corrupta- convoca a los jóvenes a exigir un cambio en el
modo tradicional de hacer política. La alta frecuencia del término corrupción señala que
los sujetos del estudio representan a la política en términos de una actividad que no se
realiza correctamente. Del mismo modo, los términos mentira e injusto expresan una
valoración negativa de la política, que además se asocia al dinero y al poder. Advierten
que, a la luz de los resultados preliminares, las valoraciones negativas sobre la política
que los jóvenes manifiestan estarían dando cuenta de las creencias que acompañan su
apatía y no involucramiento.

22
Asimismo, se localiza el trabajo de Gladys Villarroel y Edoardo De Armas, (2005) sobre
el Desprecio por la política: aproximación a las representaciones sociales de estudiantes
venezolanos de educación superior, de la clase media y media baja, con el objetivo de
hallar los significados asociados con la palabra-estímulo política. Concluyen que la
representación sobre la política está probablemente estructurada alrededor de las
palabras corrupción, robo y mentira; desarticulada por completo de cualquier conducta o
acción política. Este hallazgo indica un significativo distanciamiento valorativo y práctico
respecto a la política, revela una profunda reserva, una enorme insatisfacción y un
marcado descontento con el proceso político venezolano en la población estudiantil.

En Chile, se realizó la investigación titulada Las representaciones sociales de la política


y la democracia, desarrollada por Cárdenas, Parra, Picón, Pineda y Rojas (2007);
analizaron las representaciones que 234 jóvenes, entre 18 y 29 años de edad elaboran
de la política y la democracia, en la ciudad de Antofagasta. Para tal cometido, utilizaron
el método de asociación libre de palabras y un cuestionario de evaluación. Observan
rechazo, por parte de los sujetos de la muestra, a participar a través de los canales
institucionales y por medio de métodos convencionales de acción política. Indican que
estos jóvenes, lejos de restarle importancia a la vida política, poseen un significado
novedoso de lo político y que puede ser contrapuesto a las definiciones más tradicionales
de la misma. Asimismo, evidencian que el desencanto con la democracia es real,
pudiendo rastrearse en sus relaciones cotidianas formas alternativas de organización y
que consideran más cercanas a su versión de la democracia. Por lo cual:

el alejamiento de lo institucional y la invención de nuevos canales de


participación del actor juvenil han contribuido a restar legitimidad a ciertas
prácticas tradicionales de expresión política (tales como la conducta de voto y
la afiliación a partidos políticos) y a perfilar nuevas formas de asociatividad
que, aunque no contengan un discurso político explícito, apuntan a construir
formas de asociación y autogestión de la vida comunal de los actores juveniles
(p. 57).

23
En México, Patricia Andrade del Cid y Ángel Martínez Armengol de la Universidad de
Veracruz, publicaron el artículo las Representaciones de lo público: la comunicación
política a través del Twitter de Javier Duarte Ochoa, Gobernador de Veracruz. El artículo
analiza el sistema de comunicación política a través de los 118 tuits del gobernador de
Veracruz durante el 2011, en un entorno donde las representaciones sociales sobre la
violencia e inseguridad tenían en aprietos al gobierno. Allí abordan las prácticas
compartidas de numerosas visiones de una cultura política mediada electrónicamente a
través de las redes sociales de una figura pública; una nueva manera de relación entre
gobernantes y los ciudadanos usuarios de la Internet, su método de partida es el análisis
del discurso de Tean Van Dijk.

En el mismo país azteca, Silvia Gutiérrez Vidrio (2011), desarrolla las Representaciones
sociales y construcción de la ciudadanía en jóvenes universitarios, allí estudia cómo en
los ámbitos de socialización, en específico en la universidad, los jóvenes construyen una
representación de ciudadanía. Con el interés de captar los valores, las creencias y
actitudes, promueve un tipo de ciudadanía denominada sociocultural. Utiliza un enfoque
procesual de las representaciones sociales, aplicado a 187 estudiantes de la Universidad
Autónoma Metropolitana-Xochimilco, inscritos en el proyecto titulado: “la construcción
social de la ciudadanía en agentes universitarios”, a quienes con un cuestionario de 59
preguntas cerradas y auto administrado, identificó las representaciones más generales
que los jóvenes poseen, estás fueron tolerancia, solidaridad y responsabilidad, las dos
últimas las consideró los valores democráticos posibilitadores de sociabilidad que guían
la relación entre el individuo y la sociedad, asignándole una relevancia para las
condiciones de participación.

Ahora bien, en el contexto colombiano se encontró el estudio denominado: Emergencia


del sujeto político a través de expresiones de jóvenes universitarios, realizado entre 2010
y 2011 por Álvaro Díaz Gómez y Alga Lucía Carmona (2013), en la Universidad
Tecnológica de Pereira, con el objetivo de identificar y analizar la emergencia y
constitución de sujetos políticos en jóvenes universitarios. Los resultados permiten ver
categorías duales que se entrecruzan, no son excluyentes, pero marcan matices en su

24
presencia, estas son: desconocimiento/desinformación; apatía/desinterés; poca
educación/demasiado entretenimiento; represión/miedo;
desinstitucionalización/despolitización. Además, dan cuenta de un desinterés de parte de
los jóvenes encuestados por los asuntos públicos; cierta indiferencia, irreverencia, apatía
y rebeldía, características que definen a los jóvenes y que en ocasiones, les han servido
para desafiar lo instituido y generar posiciones políticas importantes, que han
desencadenado acontecimientos trascendentales en la historia de Colombia. Sin
embargo, plantan que los jóvenes no tienen una noción clara sobre lo que es la política,
la mayoría la equipara con la corrupción y con el gobierno, no expresan pertenencia a
alguna organización política, gremial, cultural o de otra clase.

Sumado a la anterior, se encuentra el trabajo de Vanessa Sánchez Mendoza (2009) sobre


las Representaciones sociales de un grupo de estudiantes de universidad pública y
privada frente a la política en Colombia. El objetivo fue conocer las representaciones
sociales de 20 jóvenes universitarios [10 hombres y 10 mujeres matriculados en los
programas de Ciencias Sociales de la Universidad Católica de Colombia y en la
Universidad Nacional de Colombia] frente a la política, en el contexto de las elecciones
parlamentarias del periodo 2010. Esta se desarrolló después del contexto electoral,
donde fue posible reconocer diversas razones y modos de participación de la población
joven de las universidades frente a la política; allí se exalta la relación que existe entre
definir la política como corrupta, expresar indiferencia o desilusión frente a la misma y
utilizar prácticas abstencionistas como un modo de expresión de la inconformidad. Frente
a la participación en política de los estudiantes, indican que el ejercicio de derecho al
voto, a través del sufragio, es una herramienta ciudadana de vinculación con lo político;
sin embargo, algunos de los participantes aclaran que únicamente votan en las
elecciones presidenciales, restándoles relevancia a las elecciones de alcaldes y
representantes al senado y la cámara (sufragio ocasional). Además, mencionaron que la
política les es indiferente. Finalmente, se encontró el abstencionismo, el cual representa
la falta de participación, aun creyendo en el tema político.

25
También, se halló el artículo de Álvaro Díaz Gómez (2005): Representaciones Sociales
Juveniles sobre la Democracia. El estudio presenta el resultado parcial de una
investigación realizada en la ciudad de Manizales respecto a Representaciones sociales
juveniles sobre la democracia y la multiculturalidad. Participaron 25 jóvenes que estaban
vinculados a un proceso formativo en educación para la democracia. La perspectiva
metodológica de la investigación fue la Acción Participante; se investigaron tres
dimensiones: significado, vivencias y condiciones de la democracia. Los jóvenes afirman
que su participación ha de estar impregnada del desarrollo de conciencia, actitudes,
estereotipos y prejuicios para el logro de los ideales socio-políticos y convivir como
individuos en colectivos. Por lo cual, reiteran la necesidad de concertar espacios de
diálogo entre los jóvenes y los adultos que lleven a la acción para intercambiar lógicas,
lenguajes, visiones, comprensiones y representaciones que acerquen las distancias y los
silencios de los jóvenes con su entorno sociopolítico.

Por su parte, Andrea Sotelo Carreño y Galo Cristian Numpaque Acosta, desarrollaron la
investigación denominada El concepto “política” en un grupo de Jóvenes Universitarios
(2009) con el objeto de analizar el significado del término, a partir de 180 encuestas y 18
entrevistas a universitarios, en la sede central de la Universidad Santo Tomás de Tunja.
Los resultados asocian el término política con palabras como corrupción, mentira,
engaño, politiquería, conflicto, violencia. Los autores plantean que los jóvenes utilizan
definiciones alejadas de la norma de prestigio. Además, consideran que la globalización
es una de las razones que está llevando a los jóvenes a permanecer apáticos frente al
tema de la participación en procesos políticos y sociales en Colombia, porque ellos
tienden a imitar los modelos políticos de países desarrollados y, no están generando
acciones auténticas, acordes con las necesidades de participación política y social que
esta población tienen en la actualidad. Concluyen que el significado de política en estos
jóvenes varía según la edad, estrato social, afiliación a organizaciones políticas y género.
En el ámbito local, se destaca el trabajo de Milton Danilo Morales Herrera (2001), quien
presentó la investigación Representaciones sociales de la Política en estudiantes
universitarios de Medellín, para optar por el título de Magíster en Ciencias Políticas del
Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia. Esta investigación se centró

26
en el conocimiento descriptivo de las representaciones sociales que de la política tienen
los jóvenes universitarios de la ciudad de Medellín, considerando como objetos políticos
todos aquellos elementos que componen un sistema político: los actores, las
instituciones, sus roles y sus actuaciones. Dicha investigación no tiene como foco de
atención las estructuras formales e informales de la política – los gobiernos, los partidos
políticos o los grupos de presión- y sus interrelaciones, sino lo que los jóvenes piensan,
creen y sienten de lo que sucede o debería suceder en este ámbito. Para esto se propuso
una metodología cualitativa, a través de entrevista a 20 jóvenes universitarios de la
Universidad EAFIT, Universidad Pontificia Bolivariana y Universidad de Antioquia y
Universidad Nacional sede Medellín. Concluye que:

la actitud de apatía política, tradicionalmente atribuida a los jóvenes en


general, y a los universitarios en particular, no es muy clara […] los niveles de
rechazo, desinterés y rabia frente a la política, no es un rechazo a los objetos
políticos en sí mismos, sino a la manera cómo cada uno de ellos ha tomado
cuerpo y vida en el contexto histórico- social colombiano (Morales, 2001, p.
137).

En el mismo sentido, resalta que los jóvenes no son apáticos sino inhibidos políticos, al
tener una conducta política pasiva y resignada pero no por responsabilidad exclusiva del
sujeto sino por factores histórico-sociales, interesados en la producción de sujetos
resignados e inactivos políticamente, perfilándose así un escenario donde las barreras
de lo social y lo político se desdibujan por lo que estarían en la necesidad de repensarse
y redefinirse.

Asimismo, está el artículo, Ni apáticos, ni convencidos: los sentidos personal e


institucional de la política entre jóvenes de Medellín, desarrollado por Luisa Fernanda
Duque Monsalve y Deisy Viviana García Arbeláez, de la Universidad de San
Buenaventura. La investigación aborda el conjunto de interpretaciones acerca de la
política entre los jóvenes de Medellín. Los resultados permiten comprender que la
denominada “apatía política” no es una condición natural e intrínseca de los jóvenes, sino

27
que se configura como un fenómeno complejo que incluye actitudes, estados
emocionales, de modo que hablan de un continuo entre el interés y el desinterés por la
política. Se encuentra, además que la familia cumple un papel relevante, porque los
jóvenes señalan que en sus hogares no existe “pasión” por la política o que ni siquiera se
toca el tema y en algunos casos se relata cómo la crianza influyó para que se formaran
como sujetos “pasivos”, toda vez que su participación era impedida por los adultos. En
ese sentido, conciben que:

la apatía política, más que lo opuesto a participación, es una configuración


actitudinal, emocional, personal y social que se presenta ante unos ámbitos
particulares de la política. Los jóvenes se relacionan con la política de acuerdo
al significado que tienen de ella, viven la política en su relación con los otros y
se alejan de la desprestigiada política gubernamental (2012, p. 76).

Posteriormente, encontramos la investigación denominada Jóvenes en la Política


Partidaria, una Aproximación a las Organizaciones de Juventud, Vinculadas a los
Partidos Políticos en Colombia, de Gladys Lucia Acosta (2011). Dicho estudio caracteriza
al joven de esta época, así como sus modos de participación y acción política; se
encuentra la imagen unificada y cristalizada de un sujeto joven que, o bien ha sido
construido por los estudiosos de la juventud, o bien por los discursos hegemónicos y
desmovilizadores, que intentan desvirtuar las vías políticas mediante una exacerbación
de la crisis de los escenarios de representación y de la expansión de un discurso que
pregona la apatía y desafección de los jóvenes por la política partidaria. Relativiza el
discurso de la apatía y desafección, porque hay formas de participación de los jóvenes
en organizaciones y colectivos de juventud vinculados a los partidos y movimientos
políticos en Colombia, caracteriza a cuatro grupos poblacionales: Juventudes Liberales,
Renovación Conservadora, Jóvenes Verdes de Colombia y Polo Joven; son muchas y
variadas las actividades que realizan las organizaciones, colectivos y grupos partidistas,
con grandes coincidencia entre ellos: las ideologías propias de cada partido, asuntos de
coyuntura política y económica; los derechos humanos; los temas ambientales;
diversidad y equidad de género y necesidades de formación.

28
Finalmente, está la investigación de Carlos Esteban Estrada Atehortúa, Paul Erick
Vásquez Rodas, Diana Marcela Zapata Correa y Carlos Patiño Gaviria (2012), titulado
Los Sentimientos Políticos entre Jóvenes Universitarios de Instituciones Públicas y
Privadas de la Ciudad de Medellín en el Año 2011, cuyo objeto fue describir los discursos
que algunos jóvenes universitarios de la ciudad de Medellín construyen sobre sus
sentimientos políticos, reflexiones y sus prácticas políticas. La investigación se inscribe
en el modelo fenomenológico-hermenéutico, con el objeto de conceptualizar los
significados y sentidos construidos por los jóvenes universitarios en relación con sus
experiencias políticas.

En ese sentido, los resultados agruparon la política como referencia a la conformación


de un sistema o estructura externa al sujeto, de la cual el joven universitario no forma
parte en la generación de la acción vinculada a una ideología relacionada
intrínsecamente con una forma de pensamiento político. Lo que hace que los
sentimientos, estén relacionados con hechos y objetos, los cuales se producen en
situaciones concretas de la realidad y se refieren a un aspecto, o varios, de una situación.
La investigación arrojó que los jóvenes “producen sentimientos de frustración, que se
fundamentan en la creencia de la incompetencia personal, refiriéndose a la incapacidad
de actuar ante una situación que se percibe como dada objetivamente, en ejercicios y
prácticas de poder (compra de votos y las relaciones de poder)” (p. 30).
Jornadas de Sociología
A partir del rastreo anterior, es posible evidenciar que existen investigaciones sobre las
representaciones sociales que han indagado el término política. Estos estudios se
pueden agrupar en dos tendencias, una que marca fuertemente una oscilación hacia las
representaciones sociales de la política con contenido “negativo”: desprecio, apatía,
abstencionismo, corrupción, entre otras, hacía la política tradicional y sus prácticas.

Y la otra tendencia, oscila hacia un significado de la política diferente a la convencional,


destacando la existencia de una minoría de jóvenes que participan en la política a través
de los movimientos estudiantiles, partidos políticos, asociaciones culturales, deportivas e

29
institucionales con diversidad de temáticas, identificando algunos valores democráticos
que son de interés a la población juvenil.

30
4. OBJETIVOS

4.1. Objetivo general

 Tipificar las representaciones sociales que sobre la política tienen dos grupos de
jóvenes estudiantes -uno de universidades públicas y otro de universidades
privadas-, que votaron y no votaron en las elecciones parlamentarias y
presidenciales de 2014, en el Área Metropolitana de Medellín.

4.2. Objetivos específicos

 Identificar la estructura (núcleo central y elementos periféricos) de las


representaciones sociales que sobre la política tienen los estudiantes de
universidades públicas y privadas.
 Caracterizar las representaciones sociales de la política de los estudiantes de
universidades públicas y privadas, que votaron y no votaron, en las elecciones
parlamentarias y presidenciales de 2014.
 Relacionar las representaciones sociales de la política en jóvenes universitarios y
el acto de votar.

31
5. REFERENTES TEÓRICOS

Este apartado, lo compone cuatro categorías, la primera, comunicación y universidad,


donde se relaciona la teoría de la comunicación de Domique Wolton (2007) y otros
autores con la universidad, la cual, en términos de Martin Barbero (1991) es el escenario
estratégico para la mediación institucional. La segunda, política, realiza un recorrido
histórico por los diferentes significados que le han atribuido pensadores políticos,
iniciando con el concepto clásico de Aristóteles (1584/1986), pasando por la
contemporánea con Hannah Arendt (1997) y terminando con el concepto de
comunicación política de Dominique Wolton (2007) y Jorge Iván Bonilla (2003). La
tercera, participación política y abstencionismo, ésta categoría se enmarcada en el acto
de votar, en los mecanismo de participación ciudadana en el sistema democrático, y las
nuevas formas de movilización. Finalmente, se construye la teoría del núcleo central de
las representaciones sociales de Abric (2001), con el propósito de describir el potencial
teórico de ellas, en el campo de las comunicaciones.

5.1. Comunicación y Universidad

Sobre el concepto de comunicación, Wolton (2007) concibe dos acepciones principales:


la primera, del siglo XII (1160), donde proviene del latín comunicare, y se refiere a la idea
de comunión, de compartir con la otredad, el otro, el alter ego, la búsqueda del otro y de
su reconocimiento, para hacerlo participe de las sensibilidades de la naturaleza
comunicativa, poner en común. Designación que “coincide con la época de fundación de
las primeras universidades europeas, como las de Bolonia, París, Salamanca, Oxford y
Cambridge” (Hermelin, 2011, p. 244).

La segunda, acepción de la comunicación según Wolton (2007), surgió durante el siglo


XVI, haciendo alusión a trasmitir y difundir. La universidad tiene intrínseco estas
definiciones, porque es el espacio socializador que atraviesa, integra y articula palabra y
gesto, mímica y espacio, temporalidades, posturas corporales, emociones e intelecciones
representadas en una estructura comunicativa generadora de opiniones y conocimiento

32
común; la cual fomenta la democracia, en cuanto a la participación abierta y libre de
todos, en medio de la diferencia, con argumentación y pluralidad de razones, como
referente público.

Por este motivo, la universidad es reconocida como una institución de la modernidad,


consolidada, a comienzos del siglo XIX, como un centro de formación profesional, cultivo
del pensamiento libre y producción de conocimiento, con una función mediadora entre el
saber formal y el empírico, en “comunicación permanente con las ciencias sociales y sus
procedimientos sistemáticos” (Habermas, 2000, p. 348), para la acción comunicativa en
la formación universitaria que “indican precisamente aquello para lo que tendría que
preparar hoy una formación académica a la altura de las transformaciones sociales”
(Habermas. , 2000, p. 347), para hacer de los ciudadanos cultos y buenos profesionales
transformadores de la sociedad, deliberativos y responsables.

En ese sentido, la universidad es la “esfera pública de la razón” (Cortés, 2014, p. 45),


centro del conocimiento, cultivadora de la ciencia, de ideas que enseña a pensar y hacer
posible el proceso de crear, transferir y difundir ideas para impactar a la sociedad,
privilegiando la creación y difusión del mismo.

A su vez, la universidad se enmarca en el esquema comunicativo: emisor-mensaje-


receptor (Matterlart, 1981). En consecuencia, la universidad es emisora del conocimiento,
el mensaje; y, los estudiantes universitarios, los receptores. Allí se codifica y decodifica
permanentemente para transformar a la sociedad, en ocasiones interferida por ruidos
como el conflicto social que impacta su propósito

Por su parte, Bauman (2002), plantea que la sociedad “presupone procesos de


interacción y comunicación mediante los cuales las personas comparten y experimentan
en comunidad. En esta construcción, la posición social de las personas así como el
lenguaje juegan un papel decisivo al posibilitar la acumulación o acopio social del
conocimiento que se transmite de generación en generación” (p. 14), canalizandos en
espacios como los claustros universitarios.

33
En esa medida, la naturaleza comunicativa, surge de la intención de transmitir y difundir
un mensaje, donde “la palabra central comunicación, significa una correspondencia entre
distinciones que aparecen en el nivel de la ‘expresión’ y otras que son discernibles en el
nivel del contenido” (Bauman, 2002, p. 224) en el proceso de formación, donde la
condición para la acción, se enmarca en relaciones interpersonales que construyen
representaciones que facilitan las mediaciones, quedan cuenta de las articulaciones entre
los sectores de la sociedad, orientando y organizando el interés común.

En ese orden de ideas, aparece el binomio, referencias e indicaciones, de Serrano (2007),


en el proceso de formación de los estudiantes, donde reciben, asimilan y dan información
para reaccionar frente a cualquier situación o contexto, donde la universidad con sus
propias referencias e indicaciones les permite comprender y pensar en sistemas
comunicativos como los textos, los gestos, los sonidos y los icónicos; mecanismos de
integración y mediación social.

Asimismo, instituciones educativas pueden considerarse una de las mediaciones de


Martín Barbero (1991), porque rodea e incluye al ser humano en la cultura, la sociedad,
la familia, la escuela, los medios de comunicación, entre otros. De ahí que la universidad
es

“el estratégico escenario que le exige a la política recuperar la dimensión simbólica – su


capacidad de representar el vínculo entre ciudadanos y el sentimiento de pertenencia a
una comunidad- para enfrentar la erosión del orden colectivo” (2003, p. 298). […] “la
cuestión de la comunicación como algo decisivo en la construcción de la política, no sólo
en lo que concierne a la propaganda y las imágenes electorales, sino a las profundas
transformaciones que está sufriendo la representación misma y el espacio de lo político.”
(2003, p. 303).

En ese sentido, la universidad es una estructura comunicativa, con rasgos específicos en


auge en las sociedades contemporáneas, con autonomía académica expresada en la
posibilidad de determinar la producción social del conocimiento. Es decir, abarca

34
procesos comunicativos y cognitivos, como “el marco de referencia común que permite
el intercambio social, la transmisión y la difusión de ese saber ‘ingenuo’. Manifiesta así
ese esfuerzo permanente del hombre por entender y comunicar lo que Moscovici (1981)
piensa que constituye la esencia misma de la cognición social” (Abric, 2001, p. 15). Por
lo tanto, los procesos cognitivos y comunicativos no brotan de una fuente única y
homogénea sino de una superposición de instituciones, discursos y puntos de vistas de
todo acto de enunciación, expresando dinámicas comunicativas que se inscriben en
relaciones sociales vigorizadas en la formación superior.

5.2. Política

Para conceptualizar la política es importante remitirnos a algunos pensadores que han


generado diferentes concepciones sobre ella, en distintas épocas y desde diversas
perspectivas teóricas y conceptuales. Por lo cual, es pertinente considerar que existen
diversos sentidos asociados, debido a que es una palabra polisémica, es decir, con
múltiples significados. Es por esto que este concepto lo circunda cierta ambigüedad.

Ahora bien, más allá de las definiciones académicas disponibles podemos encontrar
versiones simplificadas como la del Diccionario de la Lengua Española, la cual la define
como un adjetivo “perteneciente o relativo a la doctrina y actividad política, que interviene
en las cosas del gobierno y negocios del Estado” (2001).

El concepto clásico de la política, en la antigua Grecia, es su horizonte de sentido para la


organización, estructuración y jerarquización de la comunidad que busca gobernar la
polis. Ese sentido Bobbio (1981), define la política como “derivado del adjetivo de polis
(politikós) que significa todo lo que se refiere a la ciudad, y en consecuencia ciudadano,
civil, público y también sociable y social” (p. 1215), esta era una nueva forma de relación
entre los hombres que aparece a partir del siglo VIII a.C. la existencia de la polís, donde
se constituye el espacio público y se configura las transformaciones colectivas y sociales.
Dicho concepto ha sido transmitido a través de la obra del pensador clásico Aristóteles

35
titulada Política (1584/1986), considerada como el primer tratado en lo que se refiere al
arte o ciencia del gobierno.

En dicho sentido aristotélico, la política es una actividad dinámica de un número de


ciudadanos con conciencia de su dominio sobre las cosas de la ciudad, que busca
gobernar la polis, orientada a la promoción del interés general y a la satisfacción de la
vida ciudadana, de la que quedan excluidos los esclavos y aquellos que por necesidades
económicas o afanes de lucros incorrectos, se embrutecen en un trabajo demasiado
absorbente y envilecedor (Aristóteles, 1584/1986).

Asimismo, Aristóteles concibió la política como toda actividad orientada a la promoción


del interés general o del bien común, actividad social por excelencia. Para él, el hombre
es un animal político (zoon politikón), que tiene voz y logos, está última le permite
diferenciar lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto. Asimismo, piensa la política en
términos de conflicto que surge como un a priori que no hay que abolir, sino por el
contrario mediatizar, o más bien, gobernar (Rossi & Amadeo, 2002).

No obstante, en la antigua Grecia, hay una tensión entre un principio aristocrático y uno
democrático de la política, que se pone de manifiesto en el diálogo de Platón con
Protágoras (Platón, 328 b/ 1979) donde se debate sobre si el hombre común, trabajador,
está calificado o no para gobernar. Máxime cuando Protágoras plantea que si todos los
ciudadanos no estuvieran calificados para opinar sobre los asuntos públicos que les
compete directamente, no habría sociedad posible. Por eso la única posibilidad de
construir política es a partir del debate y el consenso en el ágora, espacio común, público,
en que son debatidos los problemas de interés general.

Por otra parte, la política en la Edad Media, comienza a separarse de la tradición clásica
aristotélica. Durante el medioevo, representado por los pensadores políticos San Agustín
(354-430 d.C) y Tomás de Aquino (1225-1274), la visión cristiana del mundo transformó
la lógica de la acción política de la polis en un sistema teológico (Held, 1996). La mirada
cristiana del mundo considera que el bien residía en la sumisión a la voluntad de Dios;

36
así, la política parece subordinada a la religión y no existe de manera autónoma. Sin
embargo, siglos después la ruptura del orden religioso imperante tiende a ser
reemplazado por uno secular, es decir, por un orden conformado por los hombres y para
ellos mismos (Abal y Nejamkis, 2004).

En la modernidad, la gran figura del pensamiento político fue Nicolás Maquiavelo,


considerado el primer teórico del Estado moderno, autor de El Príncipe (1515, 1983),
texto clave que teoriza las cualidades de todo buen gobernante, especialmente de la
Monarquía Absoluta: el rey y la nobleza quienes tenían el poder en sus territorios y donde
los sujetos les servían a cambio de protección, respondiendo la política a la formación de
un Estado moderno donde todo príncipe debe tener virtud y fortuna para subir al poder a
través de buenos medios al tratar de conquistar sus fines. Verbigracia, está Luis XIV,
último monarca de Francia, reconocido por la afirmación “el Estado soy yo”; aseveración
que concibe el Estado como propiedad del Rey Luis. Este aspecto hace que “la distancia
que existe entre Aristóteles y Maquiavelo [sea] equiparable a la que existe entre la política
pensada a partir del bien común y la política pensada como un instrumento para
garantizar la reproducción y perpetuar el poder” (Maquiavelo, 1515, 1983, p. 31) a través
de los secretos de la monarquía como práctica de conspiración.

Del mismo modo se encuentra, el pensamiento político de Hobbes (1588-1679), quien


reemplazó la política de un poder único y absoluto de la soberanía imperial, formulada en
el siglo XVII en el Leviatán; describiendo las prerrogativas de la monarquía que frenaban
la expansión de la burguesía y el avance del capitalismo; aspecto que entró en declive
para darle paso a la libertad económica, de empresa y comercio; a través de una guerra
de todos contra todos para establecer la libertad del individuo como el poder necesario
para que el Estado garantice el orden social y político (Held, 1996).

Sin embargo, el pensador Inglés Locke (1632-1704) criticó la postura de Hobbes del
Estado de guerra, sosteniendo que la imperfección de los hombres no permite que sus
juicios sean objetivos y por lo tanto se acude a la venganza.

37
En otras palabras, con el fin de la monarquía a través de la Revolución Francesa,
apareció la lucha por el reconocimiento de los Derechos Humanos, hecho que provocó
la caída de la realeza, para darle paso a la conformación de instituciones garantes de
cierto orden social, para poner medidas y contrapesos al ejercicio del poder de la
monarquía, la aristocracia y la iglesia; propugnando por la división de poderes, el
nacimiento de parlamentos, la declaración de los Derechos del Hombre y la extensión del
sufragio universal, posibilitando la participación política de otros individuos que por siglos
estuvieron excluidos de la posibilidad de intervenir en los asuntos públicos, concibiéndole
al Estado un sentido de poder político.

Por otra parte, un pensador político decisivo de la modernidad, recupera la re-fundación


de lo social como orden de lo político: Max Weber (2009), quien acude a la comprensión
de “la política como poder social”, el cual emerge a través de relaciones entre los hombres
para tratar de influir sobre su distribución entre las distintas configuraciones políticas.
Sobre esta base, se asume la política como el ejercicio del poder, el cual nace de la
relación “entre los hombres”, de la regulación de sus conductas; en palabras de Weber:
“es la sociedad la que, en términos lógicos “funda” al Estado -lo hace posible-, y no al
revés, como pretende Hegel” (Gruner, 2002, p. 18). Sin embargo, cuando los intereses
particulares de la clase dominante aparecen como intereses universales de la sociedad,
afectan el sentido de lo público y lo común de la política.

Actualmente, en la conceptualización de la política contemporánea, en las últimas


décadas de siglo XX, se destaca los aportes de Carl Schmitt (1932/1998), quien concibe
la política como una oposición dicotómica de amigo-enemigo; generador de violencia,
antagonismos y desacuerdos en la interacción social. Por lo tanto, la política se reduce a
la guerra, lo que ha dado en llamarse “militarización de la política”. En ese sentido, Mouffe
(1999, 2007) refuerza las ideas de Schmitt, sosteniendo que todas las formas de identidad
política implican una distinción entre nosotros-ellos, por lo tanto, la posibilidad de
antagonismos nunca puede ser eliminada. En ese sentido, plantea que las democracias
actuales no están al borde del abismo; sin embargo, la crisis de legitimidad de las últimas

38
décadas y la creciente indiferencia en la política indican que los problemas que plantaba
Schmitt siguen sin resolver.

Por su parte, Arendt (1997) concibe la política como una comunidad que crea un espacio
público, común, en la que se deciden cuestiones de interés público a través de una vida
activa en la res pública. Por lo tanto, la política es el resultado de la construcción colectiva,
la posibilidad de libertad y deliberación en la arena política: el ágora; la esfera pública, la
cual “surge de actuar juntos, de compartir palabras y actos” (Arendt, 1993, p. 221).

En ese sentido, la esencia de la política de Arendt “reside en la acción y el discurso”


(1993, p. 222). En consecuencia, la labor de identificar lo esencial de la política lleva al
hecho de que cada ser humano depende de otros para su existencia en la esfera pública,
concatenada al interés de todos, lo público; la garantía de ese espacio común es donde
actúa un conjunto de competencias significativas dentro de un campo social determinado
para la organización y jerarquización de una comunidad sociopolítica.

Esta situación hace de la política una dimensión vinculada a la gestión del bien común, a
través de la capacidad del ejercicio del poder. Arendt (1999) considera que el concepto
de poder está relacionado con la capacidad humana, no simplemente para actuar, sino
para concertar en beneficio de una comunidad para mantenerla unida.

Sumado a lo anterior, la acción y el discurso son un binomio inseparable de la política, es


a su vez, el resultado de comprender su palabra y su significado en una comunidad, “la
acción sólo es política si va acompañada del (léxis) discurso” (Arendt, 1997, p. 18). Es
así como el concepto de la política, parafraseando a Arendt (1997), es el poder del
discurso, una forma de pensar, referida a la acción; a través de representaciones que
están dentro del esfera pública como código universal, desempeñando una parte esencial
de la sociedad política, para movilizar a las personas alrededor del orden social
establecido. En sus palabras, el “poder corresponde a la capacidad humana, no
simplemente para actuar, sino para actuar concertadamente. El poder nunca es

39
propiedad de un individuo, pertenece a un grupo y sigue existiendo mientras que el grupo
se mantenga unido” (Arendt, 1999, p. 146).

En esa medida, Bobbio refuerza la idea considerando que el fin último de la política es
“una forma de praxis humana estrechamente vinculado con el poder” (1981, p. 1215) las
formas de poder suele relacionarse con la fuerza física, condición necesaria pero no
suficiente para la existencia del poder político; porque “el dominio sobre las ideas da lugar
al poder ideológico” (Bobbio, 1981, p. 1218), donde emerge la apariencia de autoridad,
para establecer jerarquías y llevar a cabo un adecuado funcionamiento de la polis.

Desde esta perspectiva, la relación del poder en la política recae en el discurso y la


acción, la facultad para mantener la existencia de la esfera pública, lugar privilegiado del
logos y la doxa (opinión); potencial espacio de aparición de los hombres que actúan y
hablan para comprender y representar la realidad fundante de la sociedad.

Para concluir, este apartado sobre la política, se puede resaltar el significado clásico del
ejercicio del poder para influenciar en las decisiones legislativas y gubernamentales en
el ágora, como uno de los núcleos principales de la vida política Aristotélica; es decir, los
asuntos de la polís, se caracteriza en el discurso, la palabra, elemento central para pensar
lo público, fundamental en la práctica política para conllevar al juicio de los ciudadanos y
al voto de la mayoría.

De igual modo, teniendo en cuenta los mencionados pensadores políticos, se puede


encontrar algunos puntos comunes de la política, como la influencia en los asuntos
públicos. Se resalta en particular la concepción de Arendt (1999) y la relación con la
antigua Grecia, donde la discusión racional fue sistemáticamente cultivada y
potencializada por signos y representaciones que permiten el pensamiento, la
comunicación entre el discurso y la acción; elementos inevitables, para poder deliberar y
gobernar la dinámica política de la sociedad.

40
Agregando a lo anterior, la comunicación y la política “transita(n) entre el Estado, la
sociedad civil, la opinión pública, la esfera pública y el espacio público. Lo que obliga a
una reflexión teórica sobre la política y el poder” (Wolton, 2007, p. 195) contenidas en
representaciones sociales. Es decir, la comunicación y la política integradas tienen dos
perspectivas; la primera, se mueven entre las elecciones del “marketing político, las
técnicas para aumentar la participación electoral” (Wolton, 1992, p. 108) a través de las
encuestas que pretenden resolver el problema esencial de la representación política; la
segunda, aborda “el problema de la calidad de opiniones emitidas” (Wolton, 2007, p. 183)
del sistema gubernamental, legislativo, judicial y educativo; escenarios de representación
y libertad de expresión para la deliberación del bien común.

Por su parte, Bonilla, define la comunicación política “en la teoría liberal de la esfera
pública, [como] un intercambio codificado e igualitario entre los sujetos sociales que
tienen legitimidad basada en la palabra hablada, presencia y el uso público de la razón”
(Bonilla, 2003, p. 89), dinámica que hace circular constante información de los asuntos
que interesan a todos: lo público.

5.3. Participación política y abstencionismo

La Constitución Política de Colombia de 1991, trajo consigo nuevos mecanismo de


participación, manifestándose en el artículo 103, el cual establece: el voto, el plebiscito,
el referéndum, la consulta popular, la iniciativa legislativa, la revocatoria del mandato y el
cabildo abierto. Mecanismos con los cuales se estimula la participación por medio de la
delegación o representación, como instrumento de la democracia representativa, en el
sistema político.

Dicho de otro modo, los mecanismos de participación política, particularmente el voto


contribuye a un candidato en el curso de la campaña electoral (Bobbio, 1981). Esto indica
que los ciudadanos elijen a los miembros del gobierno y representantes a los cuerpos
colegiados, encargados de las políticas públicas a través del acto de votar; una condición
indispensable, aunque no suficiente, para que un sistema político sea democrático. Lo

41
que hace de la participación un valor, un principio y un derecho fundamental,
referenciada, en la teoría constitucional, desde los días de la Revolución Francesa y
norteamericana del siglo XIX.

Esta relevancia hace que emerjan otras estructuras importantes de participación política
como los partidos políticos, considerados “instituciones muy recientes” (Bobbio, 1981, p.
1138). Sin embargo, las formas de participación son tan diversas como las concepciones
que se tienen de la política, ya que comprenden modos de participación que van desde
el más convencional, hasta los no convencionales. Es decir, la invención de nuevos
canales de participación, han surgido por la falta de legitimidad a ciertas prácticas
tradicionales de expresión política, como la organización partidaria.

Esto dificulta llevar adelante procesos de movilización social a raíz de la carga negativa
de la actividad política, en particular la generada por los partidos políticos, por reducir la
participación, exclusivamente, a las elecciones; provocando otras formas de asociatividad
que apuntan a construir nuevos movimientos ciudadanos. Como la conformada Mesa
Amplia Nacional Estudiantil –MANE–, integrada por cinco organizaciones estudiantiles
de carácter nacional: Federación de Estudiantes de Colombia, -FEC-; Proceso Identidad
Estudiantil, Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, -ACEU-; Federación
Universitaria Nacional -FUN y la Organización Colombiana de Estudiantes –OCE-
(Sánchez, 2013, p. 116), a raíz del proyecto de reforma a la ley de educación superior,
presentada por el gobierno de Juan Manuel Santos Calderón. Situación que sacó a miles
de estudiantes a las calles, propiciando el retiro de la reforma el 11 de noviembre del
2011.

Estas formas contemporáneas de participación política, marcó un quiebre respecto de las


formas de protesta y movilización popular en la historia reciente del país, movimientos
universitarios que espontáneamente expresó, a través de una forma singular de
participación, su compromiso con lo público y con la transformación de sus estructuras.
Y, en un sentido amplio, los jóvenes estudiantes son colectivos que buscan formas de

42
alternativas a los canales clásicos institucionalizados conocidos, para luchar por la
democratización y la mejora de la calidad de la educación.

En ese sentido, los jóvenes son los principales protagonistas de los procesos de
movilización sociopolítica, transformando los modos de hacer política vinculados a través
de los medios masivos de comunicación, exponiendo el sentido y la producción de lo
público, el uso y apropiación de las formas de participación política. En otra perspectiva,

“estas configuraciones políticas de la actualidad a través de las movilizaciones y


modalidades de participación juveniles son: el proceso de ampliación de la política
(politización de los espacios cotidianos); la política como producción territorial y el
territorio como producción política (lo que podemos denominar territorialización de la
política); un proceso de estetización y culturización en el cual lo expresivo y lo
comunicativo cobran un lugar creciente en la práctica política y, no menos importante,
las disputas por el uso, la apropiación y la producción de lo público que permiten la
expresión de un espacio público no estatal, que abre una brecha entre la lógica mercantil
y la lógica estatal y posibilita así la emergencia de lo comunitario y lo público en tanto lo
común. (Vommaro, 2014, p. 57).

Esto indica que la politización de las relaciones y de los espacios cotidianos, diluye las
fronteras entre lo privado y lo público, la producción de lo común, “a partir del cual el
espacio se transforma en una producción política, en una construcción colectiva y
relacional–, nos sitúa en la dimensión comunitaria, en donde lo común y lo público no se
reducen solo a los ámbitos estatales (Vommaro, 2014, p. 60)

Es por lo anterior, que el distanciamiento entre la ciudadanía y las instituciones políticas


se encuentran en la base de la “desafección por la política” (Benedicto, 2006, p. 120),
generadora de una opinión negativa generalizada acerca de ella, esparciendo un manto
de sospecha y rechazo respecto a todo lo que es sinónimo de política y de poder.

Ahora bien, la participación política, en los regímenes democráticos, surgió desde los
días de la Revolución Francesa y Norteamericana del siglo XIX, lo que hace muy reciente

43
la organización de los partidos políticos, una organización ideológica para la conquista
del poder; con una doble función en la participación: por un lado, en las elecciones y, por
el otro, en la fase gubernamental; convirtiéndose así en mediadores permanentes entre
la sociedad y el Estado, sin diferencias profunda entre ellos. Bobbio (1989), los define
como bicéfalos, porque “tienen un pie en la sociedad civil y el otro en las instituciones,
[…] un fenómeno que de hecho no pertenecen completamente a la sociedad civil ni al
Estado” (p. 43). Por lo cual, una de las funciones de los partidos es incidir en las
representaciones a través de políticas públicas, delineando el orden social, por un lado,
y convenciendo a los representados de las decisiones tomadas, por el otro;
persuadiéndolos por el acto de votar en época electoral; convirtiéndose en “una especie
de mediadores entre los elegidos y electores” (Duverger, 1987, p. 89).

Por su parte, Pico plantea que la participación, “va más allá de una forma de
representación para convertirse en una forma institucionalizada de decisión política, de
ahí que su alternativa no sean otras formas de representar los intereses, sino otros
modelos de decisión política, tales como los partidos” (1987, p. 75), esto los hace
imprescindibles para lograr participar en los asuntos públicos, como una forma de
mantener cohesionada la comunidad política a través de la solución de disputas y la
cooperación entre los miembros pertenecientes a movimientos, asociaciones o partidos
políticos.

No obstante, aparece el abstencionismo, término utilizado para definir la falta de


participación en el acto de votar. Máxime “si la democracia es participación de los
ciudadanos, la falta de participación debilita la democracia” (Bobbio, 1981, p. 10). Esto
significa que los altos índices de abstencionismo, cuestiona la participación en la política,
ya que en una elección con alto grado de este, el ganador lo hace sin el apoyo de la
mayoría de los electores.

Esta negación al elegir, evidencia el desinterés por los asuntos públicos, particularmente
en el proceso electoral. Esto sumado a la crisis de los partidos por falta de credibilidad
ante la opinión pública, por el incumplimiento de las promesas electorales, genera

44
escepticismo en la medida que expresan indiferencia, apatía o expresión de
inconformidad, en los regímenes democráticos.

A partir de lo anterior, la inasistencia a las urnas sea por causas voluntarias o


involuntarias es un problema sine qua non de la democracia; abstencionismo o
ausentismo, es un indicador de participación política que puede ser interpretado como
rechazo al sistema político, inconformidad en el sistema electoral, falta de identificación
con los candidatos y sus programas por lo que puede ser una forma de sentar posición
con respecto al mal desempeño del gobierno (Flórez, 2011).

Además de lo anterior, otro aspecto que puede influir en la abstención, son las causas
técnicas y coyunturales que le impiden hacer uso del derecho a votar. Como el cambio
de domicilio, lejanía de los puestos, problemas ocasionados por desastres naturales,
intimidación de grupos al margen de la ley, inexistencia de infraestructura para la votación
de personas con discapacidad; las mismas normas que regulan el ejercicio del derecho
al voto, como la facilidad o la dificultad de inscripción en las listas electorales y la poca o
mucha obligatoriedad del voto (Bobbio, 1981). A su vez, se identifica como abstención de
los votantes, cuando el votante invalida a propósito la papeleta, escribiendo encima
apreciaciones negativas sobre el sistema político vigente.

En conclusión, la falta de motivación y confianza en el sistema democrático, pone en


evidencia la orientación política y la posición social de aquellos que no participan en las
votaciones. En esa medida, el abstencionismo electoral, mantiene altos porcentajes de
no votantes, evidenciándose en la ausencia en las huestes políticas y descontento frente
a los representantes de cuerpos colegiados, incidiendo en la participación del proceso
electoral de los ciudadanos.

5.4. Las representaciones sociales

45
Inicialmente, la teoría de las representaciones sociales fue formulada por Serge
Moscovici, quien desarrolló a mediados del siglo XX una vertiente dentro de la psicología
social, basada en el estudio de las “representaciones sociales”, definiéndolas como
aquellos:

sistemas de valores, ideas y prácticas que tienen una doble función: en primer
lugar, establecer un orden que permita a los individuos orientarse en su mundo
social y material y dominarlo, y, en segundo término, permitir la comunicación
entre los miembros de una comunidad, aportándoles un código para el
intercambio social y un código para denominar y clasificar de manera
inequívoca los distintos aspectos de su mundo y de su historia individual y
grupal (Moscovici, 1973, p. 13).

Su finalidad fue la de reformular el concepto durkheimniano de representación colectiva,


donde se reproduce prácticas más o menos diferenciadas según los grupos sociales.

Con el tiempo, las representaciones sociales son consideradas una de las modalidades
de conocimiento e interpretación de la realidad específica de las sociedades
contemporáneas. En otras palabras, las representaciones son categorías cognoscitivas
que nos sirven para conocer, interpretar, actuar y reconstruir la realidad social de forma
que la comunicación, aparece como marco de sentido. Por lo tanto, “la comunicación es
el elemento fundamental para el mantenimiento, la elaboración y la transformación de la
representación. Es el medio a través del cual se construyen, reconfiguran y debaten los
significados y los sentidos sociales” (Rodríguez Salazar, 2009, p. 20).

Por su parte, Denise Jodelet define las representaciones sociales como una forma de
conocimiento formalmente elaborado y compartido en un conjunto social, en ese sentido
son:

sistemas de interpretación que rigen nuestra relación al mundo y a las demás


personas, orientan y organizan las conductas y la comunicación social.

46
Asimismo intervienen en procesos tan diversos como la difusión y asimilación
de conocimientos, el desarrollo individual y colectivo, la definición de la
identidad personal, la expresión de grupo y las transformaciones sociales.
(Jodelet, 1986, p. 473).

Es así como Jodelet, retoma los elementos planteados por Moscovici (1998): i) el
contexto; ii) las normas y iii) las metas, para resaltar la función de construcción y
reconstrucción de lo social; apuntando hacia las funciones de la representación social y
de allí, su importancia como herramienta en el ámbito de lo social, en los procesos de
interacción y cognición allí implicados. Para lo cual, propone tres esferas de referencia
que permiten dirigir y orientar los comportamientos de los sujetos en su vida cotidiana:

i) la esfera de la subjetividad, que nos sitúa en los procesos mediante los cuales
el sujeto se apropia y construye representaciones en conexión con sus
experiencias y vivencias individuales; ii) la esfera de la intersubjetividad, en la que
las representaciones son construidas en la interacción entre individuos, a través
de la comunicación verbal y la negociación de sentidos en un grupo o comunidad
local; y iii) la esfera transubjetiva, que se refiere al espacio social y público donde
circulan representaciones que cruzan los espacios locales de vida (Jodelet, 2007,
p. 212).

Por otra parte, Abric (2001), considera que la definición de la representación se extiende
más allá de la simple enunciación de su potencialidad e importancia en la creación de
realidad, y logra definir una estructura con funciones claras, yendo más allá del enfoque
procesual Moscovici y Jodelet.

En tal sentido Abric plantea que:

la representación no es así un simple reflejo de la realidad sino una organización


significante. La significación depende tanto de factores contingentes –naturaleza
y restricciones de la situación, del contexto inmediato, de la finalidad de la
situación– y de factores más generales que van más allá de la situación en sí

47
misma; el contexto social e ideológico, el lugar de un individuo en la organización
social, la historia del individuo y del grupo, intereses sociales, así como sistemas
de valores (2001, p. 13)

Dicho de otra manera, los contextos sociales en que interactúan las personas afectan los
significados y las acciones; con la posibilidad de que existan estructuras cognitivas más
duraderas identificadas en el núcleo central. Es así como Abric (2001), plantea que la
representación social está constituida por un núcleo central y un sistema periférico,
componentes que funcionan como un todo organizado, en donde cada cual cumple un
rol específico y complementario.

El núcleo central o núcleo estructurante de una representación garantiza dos funciones


esenciales, según Abric (2001): por un lado, la función generadora, mediante la cual se
crea y se transforma la significación de los otros elementos constitutivos de la
representación; y, por el otro, una función organizadora. En ese sentido, el núcleo central
determina la naturaleza de los lazos que unen entre sí los elementos de la representación
y hacen sus contenidos estables y resistentes al cambio.

Es decir, los elementos centrales son generadores de sentido y, en consecuencia, son


indispensables para el funcionamiento y la conservación de la representación; los
elementos periféricos serían más individualizados y fluctuantes. “El núcleo central (de
una representación) es el elemento esencial de toda representación constituida. […] La
identificación del núcleo central es igualmente determinante para conocer el objeto
mismo, puesto que a la vez determina la significación y la organización de la
representación” (Abric, 2001, p. 20).
Por su parte, los tres elementos periféricos de la representación identificados por Abric
(2001), tienen la función de concreción, resultado del anclaje de la representación en la
realidad, haciéndola comprensible y transmisible de inmediato. La función de regulación,
adapta la representación a las evoluciones del contexto, pues cualquier información
nueva puede ser integrada a la periferia de la representación y la función de defensa del
núcleo, encargada de defender la representación.

48
De igual manera, las representaciones sociales son consideradas una unidad organizada
y jerárquica de juicios, donde las dimensiones de la actitud, la información y el campo de
representación, resultan de un proceso de apropiación de la realidad, de construcción
dentro de un sistema simbólico en permanente interacción social. Así, es posible afirmar
que el objeto por sí solo no existe, “es y existe para un individuo o un grupo y en relación
con ellos […] una representación siempre es la representación de algo para alguien”
(Abric, 2001, p. 12).

Sin embargo, las aportaciones teóricas y empíricas como las de Pascal Moliner (2005),
plantean un cambio profundo en virtud de que los elementos centrales son polisémicos,
entonces la significación les es dada también por elementos periféricos. “Los elementos
centrales son receptores de sentido y no generadores, como lo propone Abric” (Moliner,
2005, p, 140, citado en Rodríguez Salazar, 2011). Para Moliner el contexto es el elemento
más importante para la significación. Mientras para Abric el contexto puede producir
transformaciones menores o poco relevantes en una representación social, pues no
afectaría el núcleo central. Es decir, “los elementos del núcleo central serían más bien
signos compartidos que se asocian a un determinado objeto, los cuales generan una
ilusión de consenso, pero son susceptibles de múltiples interpretaciones” (Rodríguez
Salazar, 2011, p. 6).

Empero, Abric es enfático al plantear que:

los elementos periféricos se organizan alrededor del núcleo central. Están en


relación directa con él, es decir que su presencia, su ponderación, su valor y
su función están determinados por el núcleo. Constituyen la esencia del
contenido de la representación, su lado más accesible, pero también lo más
vivo y concreto. (2001, p. 23).

El autor expresa, además, que mediante la hipótesis del núcleo central, se organiza una
representación que entraña una modalidad particular, en la cual no solo se jerarquizan

49
los elementos de la representación sino que se organizan alrededor de un núcleo central,
constituido por uno o varios elementos que lo significan.

En resumen, las representaciones sociales, cumplen con cuatro funciones fundamentales


las cuales inciden en la dinámica de las relaciones y las prácticas sociales. La primera,
responde a las funciones de saber, permiten entender y explicar la realidad; la segunda,
las funciones identitarias, definen la identidad y permiten la salvaguarda de la
especificidad de los grupos. La tercera, las funciones de orientación, conducen los
comportamientos y las prácticas, al generar un sistema de anticipaciones, normas
implícitas, prescripciones, expectativas y sentidos a priori de las situaciones. La cuarta,
las funciones justificadoras, las cuales después de la acción permiten justificar a posteriori
las posturas y los comportamientos, Abric (2001).

A partir de lo anterior, la representación no es sólo un reflejo de la realidad, sino también


una organización significante que adquiere sentidos únicos y consensuales en un sistema
de relación contextual, subjetivo y social. El cual rige los vínculos del individuo con su
espacio y los otros, en tanto determina sus comportamientos y sus prácticas y condiciona
una serie de anticipaciones y expectativas.

De la misma manera, Abric (2001) señala, a las prácticas como sistemas de acción
socialmente estructurados e instituidos en relación con el papel que juegan en el contexto,
su grado de obligatoriedad y los sistemas de normas y valores de los individuos que se
las apropian. Para que se mantenga una práctica social, es necesario el tiempo, para
incorporar al sistema de valores, creencias y normas de la colectividad, adaptándose a
este o modificándolo, de allí que para comprender el efecto de una práctica sea necesario
situarla en relación a su dimensión sociocultural y política.
Por su parte, Rodríguez Salazar, considera que hay un amplio potencial teórico de las
representaciones sociales en la comunicación, debido a que son “el resultado de los
procesos comunicativos que emergen de las instituciones mediáticas como de aquellos
que surgen en las interacciones sociales cotidianas” (2009, p. 24).

50
En ese sentido, la representación permite re-describir el entorno de una persona, nuevas
descripciones o representaciones útiles para percibir e interpretar los acontecimientos
que impulsa a comunicar, enunciar; ponderando la verdad y la conciencia de sus actos,
los valores que incorpora en sus relaciones cotidianas para intentar comprender las
representaciones convencionales y construir las propias.

A su vez, Rodríguez Salazar agrega que:

la idea de que una representación social es un sistema holístico en el que se


integran y jerarquizan diversas clases de cogniciones, permitiría analizar cómo
están conformados los productos mediáticos, considerando no solamente el
conocimiento cotidiano que se expresa en estereotipos, sino también en
ideales, valores, metáforas, casos ejemplares y otros tipos de cogniciones que
actúan de manera interrelacionada y jerárquica (2009, p. 30).

Con base en todo lo anterior, las representaciones sociales de la política, indican modos
distintos de pensar los objetos sociales, divergencia o controversia en las formas de
interpretarlos entre los distintos grupos sociales, quienes adquieren competencias
prácticas para reducir las incertidumbres y hacer familiar lo extraño en procesos de
educación que ayudan a dar sentido a la propia vida y a soportar los encuentros que
puedan facilitar la participación de la ciudadanía universitaria.

51
6. METODOLOGÍA

Para lograr los objetivos de este estudio, se retomó la teoría las representaciones
sociales. Esta propuesta nos permite conocer los significados construidos socialmente
sobre la política que tienen los jóvenes universitarios y establecer las relaciones de la
participación de estos, específicamente con el acto de votar, en las elecciones
presidenciales y parlamentarias de 2014.

Esta investigación privilegió el enfoque estructural de las representaciones sociales de


Abric (2001), al ser una propuesta metodológica novedosa en relación a otros estudios
que se han llevado a cabo en la ciudad, los cuales han tenido un enfoque procesual
(Moscovici 1973 y Jodelet 1976). La orientación estructural permite la obtención suficiente
de datos para lograr caracterizar los elementos centrales de las representaciones que
sobre la política tienen los jóvenes universitarios.

En ese sentido, el enfoque estructural focaliza la investigación en la estructura de las


representaciones sociales y sus funciones (Abric, 2001, p.18), conformada por un
conjunto de contenidos organizados y estructurados, dentro de los cuales caben
informaciones, creencias, opiniones y actitudes frente a un objeto dado a partir de la
teoría del núcleo central.

Para lo cual, se adoptó un enfoque metodológico mixto, con preponderancia cualitativa.


La combinación de ambos métodos (cualitativo-cuantitativo), implicó la aplicación de un
proceso que recolectó, analizó y vinculó datos tanto cuantitativos como cualitativos en un
mismo estudio, con el propósito de tener la posibilidad de encontrar diferentes métodos
apropiados para la comprensión e interpretación del fenómeno de una realidad
intersubjetiva. Los métodos mixtos representan un conjunto de procesos sistemáticos,
empíricos y críticos de investigación que buscan identificar el contenido y la estructura de
la representación. Con la obtención de datos cuantitativos, a partir de la técnica de
asociación libre de palabras, se elaboró un análisis específico (protipicidad y rango).

52
Además, se complementó el análisis con una codificación abierta para el tratamiento de
los datos cualitativos que permitieron dar respuesta a las relaciones de las
representaciones sociales y el acto de votar.

El alcance de la investigación es descriptivo, con este enfoque se estableció las


características y relaciones de las unidades investigadas. La investigación descriptiva,
por su parte, buscó “especificar propiedades, características y rasgos importantes de
cualquier fenómeno que se analice” (Hernández Sampieri, Fernández Collado, y Baptista
Lucio, 2010, p. 80), para describir las tendencias de un grupo o población. En el caso de
esta investigación, tipifica las representaciones sociales que tienen los jóvenes
universitarios de instituciones públicas y privadas; los que votan y los que no lo hacen,
sobre la política.

6.1. Diseño de la investigación

La presente investigación se basó en el enfoque estructural de las representaciones


sociales, según Abric, con este enfoque

el análisis de una representación social y la comprensión de su funcionamiento


necesitan obligatoriamente una doble identificación: la de su contenido y la de
su estructura. Es decir, los elementos constitutivos de una representación son
jerarquizados, asignados de una ponderación y mantienen entre ellos
relaciones que determinan la significación y el lugar que ocupan en el sistema
representacional (Citado en: Araya, 2002, p. 51).

Este estudio, utilizó la técnica de asociación libre de palabras (Abric, 2001), con el fin de
acceder al contenido y campo semántico de las representaciones sociales de la política.
Para esto se solicitó a los estudiantes expresar las palabras que espontáneamente se les
ocurra cuando piensan en “política”, con lo cual es posible reconocer el núcleo central de
las representaciones sociales. El carácter espontáneo y proyectivo de esta técnica

53
permite acceder a los elementos que hacen parte del universo semántico del objeto
estudiado (Abric, 2001).

El resultado de la lista de palabras producidas permitió analizar diferentes criterios que


dieron cuenta de la jerarquía entre ellas y su organización. Para esto se empleó dos tipos
de análisis: prototípico y categorial.

El análisis prototípico consistió en cruzar dos indicadores: la frecuencia de aparición de


las palabras evocadas con su rango de evocación, definido como el rango promedio
calculado sobre el conjunto de la muestra. Estos indicadores ofrecen dos tipos de
información: una dimensión colectiva en tanto se trata de términos altamente
consensuales y una dimensión individual en tanto se trata de una distribución estadística
hecha sobre la base del orden establecido por los sujetos (Abric, 2001).

Por su parte, el análisis categorial permitió reagrupar los términos alrededor de nociones
prototípicas y próximas semánticamente, incluyendo todas las palabras del corpus
general; retomando el corpus semántico en su totalidad para calcular el peso estadístico
de cada categoría sobre criterios de número de palabras que la componen y el porcentaje
de evocación. Estos análisis interrogativos y los asociativos permitieron identificar el
núcleo central y los elementos periféricos de la representación social en los jóvenes
universitarios.

Seguida de la pregunta abierta formulada en el cuestionario, la cual se sistematizó en


Excel y luego pasó a un proceso de decodificación donde las respuestas se tematizaron
y agruparon en categorías emergentes.

6.2.1 Universo de estudio

Hombres y mujeres, estudiantes universitarios matriculados, del primer semestre en


adelante, con edades comprendidas entre los 18 a 29 años, de las siguientes
universidades públicas y privadas del Área Metropolitana de Medellín: Universidad de

54
Antioquia, Universidad Nacional de Colombia, Politécnico Colombiano Jaime Isaza
Cadavid, Instituto Tecnológico Metropolitano, Tecnológico de Antioquia, Institución
Universitaria de Envigado, Colegio Mayor de Antioquia y la Institución Universitaria
Pascual Bravo. Universidad de Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana, Fundación
Universitaria Luis Amigó –Funlam, Universidad EAFIT, Universidad de San
Buenaventura, Universidad Autónoma Latinoamericana-Unaula-, Fundación Universitaria
María Cano, Universidad Cooperativa de Colombia, Universidad CES, Corporación
Universitaria Remington, Institución universitaria Salazar y Herrera, Fundación
Universitaria Autónoma de las Américas, Corporación Universitaria Lasallista, Escuela de
Ingeniería de Antioquia, Corporación Universitaria Minuto de Dios -Uniminuto-,Fundación
Universitaria Ceipa-, Corporación Universitaria Adventista – Unac-, Corporación
Universitaria de Sabaneta J. Emilio Valderrama, Fundación Universitaria Esumer,
Corporación Colegiatura Colombiana y la Fundación Universitaria Bellas Artes.

6.2.2. Diseño y tamaño de la muestra

El muestreo utilizado fue el no probabilístico aleatorio por conveniencia, realizado


posterior a las elecciones legislativas y presidenciales de 2014, en cada una de las
universidades del Área Metropolitana de Aburrá. Siendo, al finalizar las elecciones, el
momento oportuno para identificar el comportamiento electoral en los jóvenes. Por eso
se consideró, una muestra heterogénea para explorar la existencia de una representación
social, a partir de la homogeneidad semántica en torno al objeto.

El Área Metropolitana fue creada mediante Ordenanza Departamental Nº 34 de


noviembre 27 de 1980. En la actualidad, la integra, 9 de los diez municipios que
conforman el Valle de Aburrá. Medellín, capital del Departamento de Antioquia, Caldas,
La Estrella, Sabaneta, Itagüí, Bello, Girardota, Copacabana y Barbosa. La habitan
3’685.423 personas, según la Encuesta de calidad de vida del Área Metropolitana del
Valle de Aburrá (2013); de los cuales 916.721 (24.87%) son jóvenes entre los 15 y 29
años. El Área Metropolitana se ha incremento en más de un millón de personas que las

55
contabilizadas entre 1993 y el 2005 por Departamento Administrativo Nacional de
Estadística –DANE- (2005).

Es pertinente aclarar que la muestra incluyó el municipio de Envigado, a pesar de no ser


miembro de la entidad, desde el 28 de febrero de 1.983, mediante fallo del Consejo de
Estado. Incluido porque allí se oficializó, en 1992, la Institución Universitaria de Envigado,
de carácter público; en la actualidad cuanta 3.732 (2,70%) estudiantes universitarios
matriculados en el segundo semestre de 2013, según el Ministerio de Educación Nacional
(2014).

Por su parte, la seccional de la Escuela Superior de Administración Pública -ESAP-; La


Fundación Universitaria San Martín, con una sede en Medellín y otra en Sabaneta; la
Fundación Escuela Colombiana de Mercadotecnia –ESCOLME-, la Fundación
Universitaria Seminario Bíblico de Colombia y la Corporación Universitaria de Ciencia y
Tecnología de Colombia, no se incluyeron en la muestra porque no registraron
estudiantes matriculados en el segundo semestre de 2013, según Ministerio de
Educación Nacional (2014).

Ahora bien, los estudiantes universitarios del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, se
estimaron, en el segundo semestre del año 2013, según el Sistema Nacional de
Información de la Educación a Marzo de 2014, del Ministerio de Educación Nacional, en
138.027 estudiantes, de los cuales 73.525 (53%) son mujeres y 64.502 (47%) hombres.
Distribuidos en 9 instituciones públicas (65.711) y 24 privadas (72.316) de Educación
Superior (ver Tabla 1). Con esta información se calculó el tamaño muestral con un nivel
de confianza del 95% y un intervalo de confianza del 5% error; la muestra obtenida fue
de 403 estudiantes universitarios, de 8 instituciones públicas y 21 instituciones privadas
como se puede ver en el anexo 1; donde se distribuyó porcentualmente las encuestas
con base en la población estudiantil matriculada en cada una de ellas.

56
Tabla 1. Estudiantes matriculados en Área Metropolitana del Valle de Aburrá

Instituciones Universitarias
públicas y privadas Estudiantes Matriculados (II-2013)
Tipo Municipio
Pública 9 Medellín 28 Estudiantes Mujeres 73525 53%
Privada 24 Envigado 1 Estudiantes Hombres 64502 47%
Total 33 Caldas 1 Estudiantes matriculados privadas 72316 53%
Sabaneta 2 Estudiantes matriculados públicas 65711 47%
Bello 1
Estudiantes matriculados (total) 138027 100%
Fuente: Elaboración propia basado en datos el Sistema Nacional de Información de la Educación, Marzo
de 2014

6.2.3. Técnica de recolección de información

Para la recolección de la información se creó y utilizó un cuestionario para ser


autoaplicado. La técnica se compone según Hernández Sampieri, Fernández Collado, y
Baptista Lucio ( 2010), por un conjunto de preguntas respecto a una o más categorías a
indagar, que permiten generar los datos necesarios para el logro de la investigación. En
palabras de Abric, “el cuestionario permite introducir los aspectos cuantitativos
fundamentales en el aspecto social de una representación e identificar la organización de
las respuestas; pone de manifiesto los factores explicativos o discriminatorios en una
población” (2001, p. 56). Además, el cuestionario permitió estandarizar e integrar los
datos, reduciendo los riesgos subjetivos de la recolección y las variaciones
interindividuales de la expresión de los sujetos.

Con ese propósito, el estudio empleó la técnica de asociación libre de palabras, evocadas
a partir de la palabra inductora “política”. “El carácter espontáneo y proyectivo de ésta
técnica permite acceder a los elementos que hacen parte del universo semántico del
objeto estudiado” (Abric, 2001, p. 60). El intercambio de significados se basa, en buena
medida, en el lenguaje y subyace a la construcción de representaciones sociales. Las
palabras, por lo tanto, son una de las manifestaciones primarias de las representaciones,
nombres y designaciones articuladas de acuerdo con el análisis de la representación. La
técnica de asociación libre ha sido desarrollada para explorar las formas propiamente

57
discursivas de la representación social, tal como emergen en condiciones de
investigación.

En lo esencial, la técnica consistió en entregar a los estudiantes un cuestionario para ser


autoadministrado -voluntariamente– que indagó sobre un determinado objeto de
representación con una palabra inductora. La lista de palabras producidas es susceptible
a ser analizada según diferentes criterios que dan cuenta de la jerarquía entre ellas y de
su organización. En ese sentido, se puede prever el contenido de una representación
calculando el peso semántico de las categorías sobre criterios de número de palabras
que la compone y el porcentaje de evocación.

Para este caso, se propuso a los universitarios una tarea de asociación libre de palabras,
evocadas a partir de la “política”. La premisa invitaba a declarar todas las palabras o
expresiones que a los encuestados se les ocurriera, cuando pensaban en esta palabra
inductora. La hipótesis de partida de esta técnica de recolección de información es la
existencia de un funcionamiento cognitivo, a partir del cual “algunos términos son
inmediatamente movilizados para expresar una representación” (Vérges, 1994, p. 235,
Citado en: Navarro C y Gaviria, L, 2010), a través del análisis prototípico y categorial de
la representación social.

6.2.4. Proceso de análisis

A partir de las palabras evocadas, estas fueron sistematizadas en el programa de Excel,


donde se realizó un análisis que puso en evidencia el “prototipo” de la representación y
la organización del contenido, cruzando dos indicadores: la frecuencia de aparición de
los ítems, con el rango de aparición de estos ítems, definido como el rango promedio
calculado por los estudiantes universitarios; es decir, determinar si la palabra fue evocada
en primer lugar, en segundo, etc. Este análisis generó un cuadro de dos entradas como
se puede ver en la Figura 1.

58
Figura 1. Jerarquía Estructural: Prototipo de la RS

Rango promedio
Débil Fuerte

Fuerte Núcleo Central Periférico 1

Frecuencia
Periférico 1 Periférico 2
Débil
Fuente: Navarro y Gaviria, 2010.

A partir de lo anterior, los elementos que tienen una alta frecuencia (>=50), y débil rango
promedio de aparición (<5), porque fueron citados en los primeros lugares, son los que
constituyen el núcleo central de la Representación social.

En ese sentido, los elementos del periférico 1, contextualizan los elementos del núcleo
central, siendo importantes por su fuerte frecuencia de evocación (>=50) o por estar en
los primeros lugares (>=5). En el periférico 2, lo compone el mayor número de palabras
que nutren la representación (<50 y >9), pero fueron evocadas en el último lugar (<5).
Esto genera dos indicadores diferentes: una dimensión colectiva y una individual; la
primera, trata de términos muy frecuentes en la población; y la segunda, hace referencia
a la distribución estadística realizada sobre la base del orden establecido por los
estudiantes.

6.3. Trabajo de campo

Para la validación del instrumento, se llevó a un par académico, experto en


representaciones sociales que comentará el diseño del mismo; luego, se realizó una
prueba piloto con 30 estudiantes universitarios que cumplieran con los criterios de
inclusión. Esto permitió verificar si los puntos del cuestionario eran sensibles en la
obtención de los datos y comprensibles para la población estudiantil. A su vez se
realizaron correcciones a las preguntas que lo requerían.

59
Posteriormente, para el acercamiento a los estudiantes universitarios, se realizó de forma
aleatoria, abordándolos a la salida de las sedes de las instituciones, eventualmente en
las bibliotecas y facultades de cada una de ellas. De manera voluntaria, los jóvenes, a
través de un cuestionario, diligenciaron la técnica, cada uno de los participantes. Para la
aplicación del trabajo de campo se tuvo presente las disposiciones éticas necesarias para
la investigación en las ciencias sociales, por lo tanto, cada estudiante leyó y respondió el
consentimiento informado (ver Anexo 1).

60
61
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67
68
Anexo 1. Formato Consentimiento Informado para Proyecto de Investigación

Título Las representaciones sociales de la política en los jóvenes de universidades


públicas y privadas del Área Metropolitana de Medellín
Financiador Trabajo de Investigación de la Maestría en Comunicaciones de la Facultad de
Comunicaciones de la Universidad de Antioquia.
Investigador Julio César Duque Castañeda
Números de 3104619340
teléfono
Lugar La investigación se llevará a cabo con la población de estudiantes de las
siguientes universidades: Universidad de Antioquia, Politécnico Jaime Isaza
Cadavid, Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM), Universidad Cooperativa,
Universidad San Buenaventura, Universidad Pontificia Bolivariana,
Universidad de EAFIT, Universidad CES, Institución Universitaria Minuto de
Dios, Universidad de Medellín.
Usted ___________________________________________, ha sido
invitando a participar de la investigación “Las representaciones sociales de la
política en los jóvenes de universidades públicas y privadas del Área
Metropolitana de Medellín”. Antes de que usted decida participar en el estudio
Introducción queremos que por favor lea este consentimiento cuidadosamente. Haga todas
las preguntas que usted considere, para asegurarse de que entiende los
procedimientos del estudio, incluyendo los riesgos y los beneficios.
Propósito del El objetivo general de esta investigación es relacionar el acto de votar con las
Estudio representaciones sociales que sobre la política tienen dos grupos de jóvenes
estudiantes -uno de universidades públicas y otro de universidades privadas-
, en el Área Metropolitana de Medellín
Participantes del El estudio requiere de la participación de 400 estudiantes universitarios
Estudio matriculados actualmente en algún programa académico de universidades
públicas y privadas de Área Metropolitana de Medellín y que tengan un rango
de edad comprendido entre los 18 y 29 años de ambos sexos.
Procedimientos En caso de aceptar participar usted deberá contestar de forma anónima un
cuestionario que está dividido en tres partes: la primera parte indaga sobre
algunos datos sociodemográficos; la segunda parte consiste en una técnica
de asociación libre de palabras, en la cual ustedes deberá escribir cuáles son
las palabras que se le vienen a la cabeza cuándo piensa en la palabra
POLÍTICA; y por último 1 pregunta abierta sobre política.
Este procedimiento dura aproximadamente 10 minutos.
Riesgos o Esta investigación no involucra ningún tipo de riesgo físico, psicológico, ni
incomodidades moral. Sin embargo, puede generar incomodidad el tema de la política; si este
es el caso, usted podrá retirarse de la investigación si por cualquier razón no
puede o no desea participar.
Si usted considera que se pone en riesgo su integridad, podrá expresarlo a
los investigadores o a quien crea necesario.
Beneficios Debe quedar claro que usted no recibirá ningún beneficio económico por
participar en este estudio. Su participación es una contribución para el
desarrollo de la ciencia y el conocimiento de las representaciones sociales
sobre la política en jóvenes universitarios y sólo con la contribución solidaria
de muchas personas como usted, será posible la comprensión de este tema,
posibilitando nuevas propuestas en la creación e innovación de estrategias
para el bienestar de la población estudiantil universitaria. Usted podrá acceder
a los resultados de la investigación al finalizar el proyecto.
Privacidad y La información personal que usted dará al investigador en el curso de este
confidencialidad estudio permanecerá en secreto y no será proporcionada a ninguna persona
diferente a Usted bajo ninguna circunstancia. A las encuestas se les asignará

69
un código de tal forma que el personal técnico, diferente a los docentes
investigadores, no conocerá su identidad. El equipo general de la investigación
y el personal de apoyo sólo tendrá acceso a los códigos, pero no a su identidad.
Los entrevistadores que lo evalúen a usted pertenecen al staff de investigadores
y tendrán acceso a su identidad en el momento en que se le esté realizando la
encuesta, pero no conocerá el código de los resultados, por razones de seriedad
del diseño de la investigación y para que Usted pueda tener la certeza de que
su identidad y sus datos personales no serán revelados.
Los resultados de esta investigación pueden ser publicados en revistas
científicas o ser presentados en las reuniones científicas, pero la identidad
suya no será divulgada.
La información puede ser revisada por el Comité de Ética en la Investigación
de las instituciones participantes, el cual está conformado por un grupo de
personas quienes realizarán la revisión independiente de la investigación
según los requisitos que regulan la investigación.

Derecho a Usted puede retirarse del estudio en cualquier momento. Sin embargo, los datos
retirarse del obtenidos hasta ese momento seguirán formando parte del estudio a menos que
Estudio de Usted solicite expresamente que su información sea borrada de nuestra base
Investigación de datos. Al retirar su participación Usted deberá informar al grupo investigador
si desea que sus respuestas sean eliminadas, los resultados de la evaluación
serán incinerados.

No firme este consentimiento a menos que usted haya tenido la oportunidad


de hacer preguntas y recibir contestaciones satisfactorias para todas sus
preguntas.

CONSENTIMIENTO

________________________________________
Nombre del Participante
CC.
_________________________________________ __________________
Firma del Participante Fecha
CC.
________________________________________
Firma del Investigador Principal
CC.

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Anexo 2. Instrumento de recolección de información.
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE COMUNICACIONES
MAESTRÍA EN COMUNICACIONES

TRABAJO DE INVESTIGACIÓN: “REPRESENTACIONES SOCIALES DE LA POLÍTICA EN


JÓVENES UNIVERSITARIOS DEL AREA METROPOLITANA DE MEDELLIN”.

Consentimiento: lo(a) invitamos a participar de esta investigación que tiene como objetivo
relacionar el acto de votar con las representaciones sociales que sobre la política tienen dos
grupos de jóvenes estudiantes -uno de universidades públicas y otro de universidades privadas-
, en el Área Metropolitana de Medellín; este estudio se adscribe a la Facultad de Comunicaciones
de la Universidad de Antioquia, en su línea de investigación denominada Comunicación Política
y Opinión Pública. En caso de aceptar participar usted deberá contestar un cuestionario, que le
tomará aproximadamente 10 minutos. La información suministrada es de carácter anónimo y sólo
se utilizara con fines investigativos. Esta investigación no involucra ningún tipo de riesgo físico,
psicológico, ni moral. No hay beneficios económicos ni de otra índole por su participación; esta
es una contribución para el desarrollo de la ciencia y el conocimiento de las representaciones
sociales sobre la política en jóvenes universitarios. Usted puede retirarse del estudio en cualquier
momento. Sin embargo, los datos obtenidos hasta ese momento seguirán formando parte del
estudio a menos que usted solicite expresamente que su información sea borrada de nuestra base
de datos.
Muchas gracias por su colaboración y sinceridad al responder.

Edad: _______ Género: M F


Estado civil: Soltero (a) Casado (a) Divorciado (a) Unión libre Viudo (a)
Está afiliado a un partido o movimiento político: SI NO Cuál: __________________
Lugar de nacimiento: __________________________
Estrato social de la residencia: 0___ 1 ____ 2 ____ 3 _____ 4 _____ 5 _____ 6____
Universidad a la que pertenece: __________________________________________
Tipo de Universidad: Privada Pública
Programa académico: _________________________________________________
Votó en las elecciones del 2014: SI NO
En cuáles: Parlamentarias Presidenciales En las dos
¿Por qué?:__________________________________________________________________
____________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________

Escriba las palabras que se le ocurran cuando piensa en “POLÍTICA”.

POLÍTICA ORDEN DE IMPORTANCIA


1
2
3
4
5

71
6
7
8
9
10

De la lista anterior, ordene jerárquicamente todas las palabras que anotaron, poniéndole el
número 1 a la palabra que considere puede definir o está más relacionada con la POLÍTICA; el
número 2 a las siguiente en importancia, la número 3 en la siguiente y así sucesivamente hasta
terminar con todas las palabras que anotaron.

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Anexo 3. Ficha Técnica
Título Las representaciones sociales de la política en los jóvenes de
universidades públicas y privadas del Área Metropolitana de
Medellín.
Fuente de financiación Trabajo de Investigación de la Maestría en Comunicaciones de
la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia.
Investigador principal Julio César Duque Castañeda.
Hombres y mujeres, estudiantes universitarios del primer
semestre en adelante, con edades comprendidas entre los 18 y
29 años. Universidad de Antioquia, Universidad Nacional de
Colombia, Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, Instituto
Tecnológico Metropolitano, Tecnológico de Antioquia, Institución
Universitaria de Envigado, Colegio Mayor de Antioquia y la
Universo de Estudio Institución Universitaria Pascual Bravo.

Universidad de Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana,


Fundación Universitaria Luis Amigó –Funlam, Universidad
EAFIT, Universidad de San Buenaventura, Universidad
Autónoma Latinoamericana-Unaula-, Fundación Universitaria
María Cano, Universidad Cooperativa de Colombia, Universidad
CES, Corporación Universitaria Remington, Institución
universitaria Salazar y Herrera, Fundación Universitaria
Autónoma de las Américas, Corporación Universitaria Lasallista,
Escuela de Ingeniería de Antioquia, Corporación Universitaria
Minuto de Dios -Uniminuto-,Fundación Universitaria-Ceipa-,
Corporación Universitaria Adventista – Unac-, Corporación
Universitaria de Sabaneta j. Emilio Valderrama, Fundación
Universitaria Esumer, Corporación Colegiatura Colombiana y la
Fundación Universitaria Bellas Artes

Diseño de Muestreo No probabilístico aleatorio por conveniencia.


Tamaño' de muestra Se calcula en 403 estudiantes universitarios.
Margen de Error Del 5% y un nivel de confianza de un 95%.
Temas a los que se refiere Representaciones sociales de la Política.
Preguntas que se formularon 18 ítems.
Periodo de trabajo Agosto – septiembre de 2014.
Técnica de recolección Cuestionario y asociación libre de palabras.

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