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Tema: los mecanismos de defensa

Mecanismos de defensa en Psicoanálisis. Los mecanismos de defensa en la teoría


psicoanalítica tienen la función de evitar la censura del superyó, instancia psíquica
estructurada a partir de la resolución del Complejo de Edipo. Son auxiliares de la
represión, mecanismo éste en el cual las representaciones censurables son eliminadas
del discurso consciente. En la concepción de Freud, los impulsos (más correctamente,
'pulsiones') no pueden ser descartados, sino sólo reprimidos en el inconsciente. Las
pulsiones tienden, de forma invariable, a su descarga, de modo tal que, si su
representación pulsional le es denegada su expresión consciente, es "enmascarada" por
medio de la distorsión simbólica. Las diversas formas en que se presenta esta distorsión
simbólica se conocen como mecanismos de defensa.

La angustia juega un papel esencial en la producción de la defensa, dentro de la teoría


freudiana. Ella es una señal de alerta al yo, que es la instancia intrapsíquica que produce
los diversos mecanismos de defensa y de adaptación.

El mecanismo de defensa principal, clave para todas las demás, es la represión. Es la


estrategia de "mover" los contenidos de la consciencia a otro nivel extra-discursivo
(fundamento príncipe de la neurosis) que define a la represión, la que motiva la
aparición de todos los mecanismos de defensa. Ese nivel extra-discursivo, que para
Lacán sería paralelo al consciente, se conoce como inconsciente.

Después de Sigmund Freud, autores posteriores, como Anna Freud, Melanie Klein y
Alfred Adler, han propuesto una variedad de mecanismos de defensa cuya concepción
les había ayudado a describir y comprender los fenómenos clínicos que se han
observado, en una variedad de sujetos, tanto niños como adultos.
Descripción breve de algunos mecanismos de defensa

Los métodos más usados por las personas habitualmente para vencer, evitar, circundar,
escapar, o ignorar las frustraciones y amenazas incluyen los siguientes:

La represión es un proceso psicológico que trata de la renuncia del placer, de forma


consciente. También existe una represión inconsciente, que es un mecanismo de defensa
del yo en el cual el individuo se niega a reconocer una realidad determinada. La
represión es fundamental para conocer las patologías, la manera en que se desconecta el
individuo de la funcionalidad.

Sigmund Freud fue quien validó la idea de represión en el psicoanálisis. Según su


teoría, la represión seguirá influyendo en la conducta del individuo y se manifestará de
una forma u otra a través de los sueños, lapsus o determinados síntomas. Uno de los
objetivos del psicoanálisis es reducir este proceso y llevar a la consciencia las
tendencias reprimidas. Para explicar cómo funciona la represión en los niños, Freud
desarrolló la idea del complejo de Edipo. Esta teoría está basada en el héroe mitológico
Edipo, quien mató a su padre y se casó con su madre. Según Freud, cuando el niño nace,
se enamora de su madre y ve a su padre como un oponente a superar. El padre,
convertido en rival, obliga al niño a reprimir sus deseos. De este modo el niño aprende a
vivir en sociedad y a asimilar los valores culturales en pactos totémicos. Según Freud, la
represión es la base de la cultura.

La racionalización es un mecanismo de defensa que consiste en justificar las acciones


(generalmente las del propio sujeto) de tal manera que eviten la censura. Se tiende a dar
con ello una "explicación lógica" a los sentimientos, pensamientos o conductas que de
otro modo provocarían ansiedad o sentimientos de inferioridad o de culpa; de este modo
una racionalización o un transformar en especular algo que puede facilitar actitudes
negativas ya sean para el propio sujeto o para su prójimo (un ejemplo de racionalización
negativa para el prójimo es el racismo primario). Racionalización: es la sustitución de
una razón inaceptable pero real, por otra aceptable.

Se da como el caso de una persona que emplea humor cáustico en una relación
interpersonal, y lo justifica interpretándolo como "juego" o "diversión", y no como una
crítica o actitud agresiva. Es importante hacer notar que, para ser considerada
racionalización, el sujeto debe creer en la solidez de su argumento, no empleándolo
como simple excusa o engaño consciente.

La intelectualización se define como un proceso por el cual el sujeto intenta dar una
forma discursiva abstracta a sus emociones, sentimientos, pensamientos, deseos y
conflictos, con el fin de controlarlos e impedir que surjan ideas intolerables. Es un
pensamiento de tipo teórico y abstracto. Son generalizaciones que escapan de
situaciones particulares. En general es una forma de resistencia ya que se opone a la
asociación libre. En el marco de un psicodiagnóstico el sujeto lo utiliza para de esta
manera mantener la distancia, y neutralizar los afectos.

La víctima utiliza el mecanismo de la intelectualización para reprimir las emociones de


dolor, coraje, impotencia, angustia en el inconsciente y pasando toda su atención a la
cabeza. Un ejemplo de argumentos serían: No me importa no tener amigos. Yo no
necesito tener amigos. Los amigos sólo te causan problemas, estoy mejor solo. La parte
afectiva de las emociones queda somatizada en la forma de gastritis nerviosa,
estreñimiento, dolor de pecho, dolor de espalda, etc.

Sublimación: el impulso es canalizado a una nueva y más aceptable salida. Se dice que
una pulsión se sublima en la medida en que es derivada a un nuevo fin, no sexual, y
apunta hacia objetos socialmente valorados, principalmente la actividad artística y la
investigación intelectual.1 Ejemplo: el deseo de un niño de exhibirse puede sublimarse
en una carrera vocacional por el teatro.

Disociación: se refiere al mecanismo mediante el cual el inconsciente nos hace olvidar


enérgicamente eventos o pensamientos que serían dolorosos si se les permitiese acceder
a nuestro pensamiento (consciente). Ejemplo: olvidarnos del cumpleaños de antiguas
parejas, fechas, etc. Es un mecanismo de defensa que consiste en escindir elementos
disruptivos para el yo, del resto de la psique. Esto se traduce en que el sujeto convive
con fuertes incongruencias, sin lograr conciencia de esto. Es un mecanismo psicótico
que suele encontrarse en los pacientes limite con complejo preedípico, denominados
"borderline".
Proyección: es el mecanismo por el cual sentimientos o ideas dolorosas son
proyectadas hacia otras personas o cosas cercanas pero que el individuo siente ajenas y
que no tienen nada que ver con él. La proyección (Psicoanálisis) es un mecanismo de
defensa a través del cual el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas
de origen interno o externo atribuyendo incorrectamente a los demás, sentimientos,
impulsos o pensamientos propios, que le resultan inaceptables o que le generan
negación. Consiste en proyectar cualidades, deseos o sentimientos que producen
ansiedad fuera de sí mismo, dirigiéndolos hacia algo o alguien a quien se los atribuyen
totalmente.

El término proyección tiene otras acepciones, la manejada aquí es el significado


psicológico asumido y desenvuelto por el psicoanálisis. En este orden, y puntualizando
lo que ya se adelantó, el psicoanálisis entiende por proyección a uno de los mecanismos
de defensa mediante el cual el sujeto, normal, neurótico o psicótico, expulsa de sí, en un
proceso de segregación psíquica -localizando en persona o cosa externa-,sentimientos,
cualidades, e incluso "objetos" que no termina de aceptar como propios. Con este
mecanismo nos enfrentamos a un mecanismo de defensa muy arcaico que de modo
patente se ve desarrollar en conductas paranoides o directamente paranoicas. También,
como veremos, en algunas formas de pensamiento normales de la vida cotidiana.

Negación: se denomina así al fenómeno mediante el cual el individuo trata factores


obvios de la realidad como si no existieran. Ejemplo: fumar provoca cáncer pero la
persona lo niega e incluso estima que es favorable para la salud al ser placentero. La
negación es un mecanismo de defensa que consiste en enfrentarse a los conflictos
negando su existencia o su relación o relevancia con el sujeto.

Se rechazan aquellos aspectos de la realidad que se consideran desagradables. El


individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo
negándose a reconocer algunos aspectos dolorosos de la realidad externa o de las
experiencias subjetivas que son manifiestos para los demás. El término negación
psicótica se emplea cuando hay una total afectación de la capacidad para captar la
realidad. Introyección (lo opuesto a proyección): es la incorporación subjetiva por parte
de una persona de rasgos que son característicos de otra. Ejemplo: una persona
deprimida quizá incorpora las actitudes y las simpatías de otra persona y así, si esa otra
persona tiene antipatía hacía alguien determinado, el deprimido sentirá también
antipatía hacia esa persona determinada.

La introyección es un proceso psicológico por el que se hacen propios rasgos,


conductas u otros fragmentos del mundo que nos rodea, especialmente de la
personalidad de otros sujetos. La identificación, incorporación e internalización son
términos relacionados. De acuerdo con Sigmund Freud, el ego y el superego se
construyen mediante la introyección de patrones de conducta externos en la persona del
sujeto.

La introyección es también el nombre de un mecanismo de defensa en el que las


amenazas externas se internalizan, pudiendo neutralizarlas o aliviarlas; de manera
similar, la introyección de un objeto o sujeto amado, reduce la ansiedad que produce el
alejamiento o las tensiones que causa la ambivalencia hacia el objeto. Se considera un
mecanismo de defensa inmaduro.

Regresión: es el retorno a un funcionamiento mental de nivel anterior ("más infantil").


Ejemplo: los niños pueden retraerse a un nivel más infantil cuando nacen sus hermanos
y mostrar un comportamiento inmaduro como chuparse el pulgar o mojar la cama.
Formación reactiva o reacción formada: sirve para prevenir que un pensamiento
doloroso o controvertido emerja.

El pensamiento es sustituido inmediatamente por uno agradable. Ejemplo: una persona


que no puede reconocer ante sí mismo, que otra persona le produce antipatía, nunca le
muestra señales de hostilidad y siempre le muestra una cara amable. La formación
reactiva es un mecanismo de defensa consistente en la expresión opuesta a la del deseo
que el sujeto tiene pero evita, por motivos de censura.

El motivo es que el sujeto anticipa censura moral a causa de la expresión de su deseo.


Ejemplos de formación reactiva son la expresión de amor cuando se tiene odio hacia el
otro, o bien la homofobia para ocultar la inclinación sexual homoerótica (en una
sociedad que censura fuertemente las expresiones de amor y de sexualidad
inconsistentes con intereses hegemónicos).

De este modo, y de acuerdo con lo expresado, la formación reactiva es una actitud o


hábito psicológico que marcha en sentido opuesto a un deseo proveniente del mundo de
lo reprimido. Tal actitud o hábito se han constituido como reacción contra el deseo: así,
podemos encontrar un excesivo pudor o autonegación, en personas con tendencias
pulsionales exhibicionistas de raigambre inconsciente.

Desplazamiento: es la condición en la cual no solo el sentimiento conectado a una


persona o hecho en particular es separado, sino que además ese sentimiento se une a
otra persona o hecho. Ejemplo: el obrero de la fábrica tiene problemas con su supervisor
pero no puede desahogarlos en el tiempo. Entonces, al volver a casa y sin razón
aparente, discute con su mujer.

En psicología, la supresión es un mecanismo adaptativo o estrategia de afrontamiento,


en el cual deseos, impulsos o ideas son mantenidas a raya sin utilizar represión.

La vida en sociedad a veces requiere que el individuo aplace la satisfacción de sus


necesidades. Una persona puede estar convencida que para evitar males mayores, debe
postergar, quizá indefinidamente, la expresión de una conducta (motriz, verbal, etc) y
por tanto, de la necesidad percibida que supone dicha conducta puede satisfacer.

Bibliografía
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