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Psilocibina: ¿Qué es y cuáles son sus efectos?

¿Qué es la psilocibina?
 Nombre: Psilocibina, 4-PO-DMT
 Fórmula: C12H17N2O4P
 Nombre IUPAC: [3-(2-dimetilaminoetil)-1H-indol-4-il] dihidrógeno fosfato
 Peso molecular: 284,25 g/mol
 Punto de fusión: 220-228ºC
La psilocibina y la psilocina (un alcaloide derivado de la primera) son compuestos psicoactivos que se
encuentran en numerosas especies de hongos (se calcula que unas 200), entre ellos los populares Psilocybe
Cubensis. En algunas zonas del planeta, el uso de este tipo de setas se remonta a milenios atrás, ya sea de
manera lúdica o espiritual, especialmente en contextos ritualísticos y chamánicos. Además, y como veremos
más adelante, estos enteógenos – al igual que muchos otros – pueden usarse también con fines
medicinales, pudiendo ser efectivos para tratar enfermedades como la ansiedad o la depresión.
A finales de la década de los años 50, y usando Psilocybe Mexicanas, Albert Hofmann (reputado químico
suizo) consiguió aislar la psilocibina y la psilocina en los laboratorios Sandoz, además de crear una manera de
producirlas de forma sintética. Normalmente, se conoce como hongos psilocibios a aquellos que contienen
este compuesto alcaloide.

Molécula de psilocibina

Setas mágicas y psilocibina


En efecto, un gran número de setas – a menudo llamadas mágicas o alucinógenas – comparten este rasgo en
común, la presencia de psilocibina en distintas concentraciones. Son unos 200 los hongos basidiomicetos
que la contienen, pudiendo encontrarse de manera natural en zonas de América, Europa y Asia. No en vano,
estos hongos llevan siglos siendo usados como una forma de “expandir el espíritu” en el ámbito
del chamanismo, la psiconáutica o la terapia psicodélica, y en los últimos años incluso se cultivan en casa
fácilmente gracias a los kits de cultivo de setas que se encuentran en el mercado.
La cantidad de psilocibina y psilocina presente en las distintas especies que las contienen es variable, aunque
de media suelen representar entre un 0,1 y un 1% del peso de los hongos secos. Normalmente, la psilocibina
se consume vía oral ingiriendo las setas, ya sean frescas o secas; en caso de almacenarse frescas,
la psilocibina se degrada rápidamente, y en unas pocas semanas apenas quedará. En cambio, si se
almacenan las setas secas y de manera correcta, ésta puede mantenerse estable durante meses.
Como veremos a continuación, sus efectos la han hecho convertirse en una sustancia aprovechada
tradicionalmente en contextos espirituales y religiosos, como parte de rituales y con el fin de llegar a un
estado de conciencia que permita dar un paso adelante en el plano espiritual. La cultura azteca, por ejemplo,
goza de una gran tradición en el uso de estos hongos con fines rituales, a los que llama teonanácatl.

Psilocybe Cubensis en su hábitat natural

Por supuesto, estos efectos son ampliamente utilizados también en el ámbito recreativo o lúdico, siendo
especialmente popularizados durante el movimiento hippie de la década de 1960. Sin embargo, no deben
olvidarse lo posibles usos terapéuticos o medicinales que pueden darse a estos compuestos, que como
también veremos se encuentran en la actualidad en el punto de mira de la comunidad científica.

Efectos de la psilocibina
La psilocibina es un profármaco, lo que significa que es transformada en psilocina dentro del organismo, una
vez ingerida. Es absorbida a través de la boca y el estómago, y sus efectos suelen mostrarse entre 10 y 40
minutos tras la ingestión, con una duración variable (2-5 horas, incluso más) que depende de factores como
la dosis, la especie de seta o la propia tolerancia de cada uno. Por ello siempre se aconseja consumir una
cantidad muy pequeña la primera vez y así determinar el efecto conseguido y si debe aplicarse una dosis
mayor la próxima vez. Una vez absorbida, ésta es metabolizada mayormente en el hígado y convertida en
psilocina, que a su vez es degradada por una enzima y convertida en metabolitos que se añaden al plasma
sanguíneo. Sus efectos alucinógenos se relacionan con un efecto agonista de la psilocina con un
neurotransmisor en concreto, la serotonina.
Normalmente, la tolerancia a la psilocibina se desarrolla y desaparece rápidamente; bastan unos pocos días
seguidos tomando setas para notar dicha tolerancia, mientras que tras otros pocos días sin tomarlas ésta se
disipará, consiguiendo de nuevo el mismo efecto que antes de desarrollarla. Es importante mencionar que
varios estudios han concluido que esta sustancia no hace que se desarrolle ningún tipo de dependencia
física, lo cual es siempre una buena noticia tanto para el usuario recreativo/espiritual como para el medicinal.

La terapia psicodélica utiliza sustancias alucinógenas en psicoterapia

Como sucede con otras de las llamadas sustancias alucinógenas, como la mescalina o el LSD, el efecto
puede ser muy distinto dependiendo de factores como el ambiente o contexto, la compañía o el estado de
ánimo. Esto es algo sobre lo que los primeros psicólogos en estudiar la acción de este tipo de compuestos
(como el controvertido Timothy Leary) centraron gran parte de sus investigaciones, pues pronto se dieron
cuenta de la enorme importancia de lo que ellos llamaron set and setting a la hora de modular el efecto de
estas sustancias. Tras sus estudios, Leary y sus colegas de Harvard concluyeron que la psilocibina aumenta
la sugestibilidad del individuo, incrementando su receptividad frente a los estímulos, algo que Berge (1999)
corroboró. De esta forma, factores como la dosis o el tipo de hongo serán tan importantes como el set and
setting, es decir, tanto el ambiente y contexto en el que se tomen las setas, como el estado de
ánimo o personal del individuo.
Efectos como una percepción “ampliada” de los colores o las formas geométricas son frecuentes en dosis
bajas, dándose más bien una distorsión de la realidad y no una alucinación propiamente dicha. Se puede
experimentar sensación de euforia, aunque también de depresión o letargia. A menudo, en especial en el
ámbito recreativo, se refuerzan los sentimientos hacia las personas con las que se esté, creándose una
especie de sinergia entre los participantes de la sesión. Al cerrarse los ojos, a menudo puede verse un
carrusel de formas y colores, y puede tenerse la sensación de “ver la música y los sonidos”, lo que se conoce
como sinestesia.
A menudo se habla de un viaje como de una puerta a otra realidad

Con dosis más altas el efecto es más duradero, y las distorsiones pueden dar paso a las alucinaciones, que
pueden ser visuales, auditivas, táctiles... No es raro que la experiencia pase de un plano más social (como
en el caso de dosis bajas) a un fase más introspectiva, más enteogénica y meditativa, con tintes místicos
incluso. Puede suceder también un efecto de modulación en la percepción del tiempo, por la que el presente
puede ser percibido como la eternidad, o puede tenerse la impresión de haber entrado en un bucle temporal.
Por supuesto, y dependiendo de factores como los que ya hemos visto, puede darse un “mal viaje”, en el que
la persona sufra de ansiedad, depresión, disforia o incluso pánico. Por ello cualquier buen psiconauta sabe
cuál es el mejor momento para una sesión de este tipo, que dejará para otro momento en caso de no sentirse
preparado o de ver que el ambiente no facilitará conseguir la experiencia deseada.

Psilocibina para tratar adicciones, depresión o ansiedad


El número de estudios sobre el uso de psilocibina para el tratamiento de diversas enfermedades o
trastornos es cada vez mayor. Tras unos primeros intentos de investigación en los años 60, ésta se detuvo
debido a las estrictas leyes sobre este tipo de sustancias, que se endurecieron desmesuradamente durante la
década siguiente. No fue hasta prácticamente terminado el s. XX cuando este compuesto volvió a estar en el
foco de atención de médicos e investigadores.
Psilocybe Colombiana

Si bien la psilocibina lleva usándose en determinadas culturas de manera medicinal desde hace siglos, en
muchos lugares apenas existía investigación sobre ella dada su situación legal. No obstante, la
moderna investigación médica es cada vez más consciente de los beneficios que puede traer su uso para
tratar algunas enfermedades, especialmente al utilizar microdosis. Veamos algunos ejemplos.
Un estudio del Imperial College de Londres publicado en la revista Scientific Reports en 2017 concluyó que la
psilocibina había resultado útil para el tratamiento de la depresión en pacientes con los que las terapias
convencionales habían fracasado. Tras comprobar las imágenes cerebrales antes y después, se constataron
una serie de cambios en la actividad de zonas cerebrales que precisamente controlan el flujo sanguíneo en
la amígdala, una región implicada en el control de la ansiedad o el estrés. Según Robin Carhart-Harris, co-
autor de este estudio, por vez primera pudo observarse una mejora casi inmediata en los síntomas
relacionados con los estados depresivos. Utilizando conceptos informáticos, la psilocibina parece “resetear”
el cerebro en casos de depresión, algo nunca visto hasta ahora.

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