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ENSAYO

EL FANTASMA Y SU RELACION CON LA


ESTRUCTURA PERVERSA

Presenta: Jorge de Jesús Urtiaga Bobadilla

Bloque III Psicopatología

Maestría en Psicoterapia con enfoque Psicoanalítico

UNIVERSIDAD HUMANITAS, CAMPUS GUADALAJARA


04 mayo de 2019

Mtra. Martha Elia Montaño Flores

jorge.bobadilla@humanitas.edu.mx
“Este es, desde el descubrimiento freudiano, el modo perverso de
enfrentar la castración, el de la desmentida, el de la conversión
imaginaria de sí mismo, de un objeto cualquiera o de un ideal en
representantes del goce que en lo real falta al Otro o del falo que en
lo simbólico y como significante representa al goce perdido.

Es indudable la función civilizadora (sublimatoria, auto-aloplástica)


que desde siempre ha cumplido la perversión pretendiendo –
logrando- muchas veces ser impugnadora y constituirse como
subversión disolvente. Al erigir un ideal contrario al ideal dominante,
una ley contra otra ley, pone en acción la dialéctica hegeliana que
acaba con el triunfo de la taimada razón”.

-Nestor A. Braunstein, El Goce


La realización del presente ensayo se basa primeramente en
puntualizar las fases que tienen consigo la inscripción de dicha estructura
psíquica en el sujeto, las manifestaciones de la misma y sus repercusiones
en la edad adulta. Se pretenderá desarrollar de forma breve pero precisa la
caracterología típica que se deriva en la estructura perversa y cómo esto
puede afectar o no la vida del sujeto. Asimismo nos adentraremos en los
conceptos lacanianos y sus postulados sobre el estudio de la estructura que
ahora tomamos como eje de estudio, así como la función y el papel que juega
el concepto de fantasma en la misma, y los orígenes de dicho concepto desde
las aportaciones freudianas hasta las modificaciones aportadas por Lacan,
con la finalidad de dar a conocer y entender al sujeto desde una postura
analítica en el mundo de las estructuras clínicas en psicoanálisis.

La importancia de abordar este tema en el ensayo es con el fin de elucidar


los puntos que envuelven a la estructura perversa dentro de la psicopatología
abordada en el enfoque psicoanalítico. Con el fin de abrir el panorama en el estudio
de investigación del ser humano y su comportamiento como en la clínica
psicoanalítica. Sin entrar en terrenos inexplorados retomaremos las lecturas
abordadas en clase junto con algunas externas que nos abrirán el campo de
abordaje y desarrollo de este ensayo.

En la perversión se ha atravesado el complejo de Edipo, y de esto, el


perverso no quiere saber nada; a diferencia del neurótico que reprime, el perverso
reniega para defenderse de la angustia de castración. Borra la castración imaginaria
y se propone como objeto del goce del otro. Freud define dos destinos de pulsión
característicos del proceso perverso: “el trastorno hacia lo contrario” y la “vuelta
hacia la persona propia” (Dor, 1991). Con esto queremos decir que la estructura del
perverso tiende a protegerse del hecho que la madre no tiene falo por medio de la
renegación de la realidad, entonces hablamos de la castración, pero castración
inscrita en el imaginario del sujeto; en el inconsciente del mismo, el perverso “es”, y
aquí es bueno aclarar lo que está en juego en la estructura perversa y no es más
que el deseo: “yo soy el deseo del otro”; de esta forma el deseo del perverso es
satisfecho y a su vez es posible, esta creencia lo diferencia del neurótico y del
psicótico, en los cuales, en uno el deseo es imposible y en el otro es un deseo
insatisfecho. Jacques-Marie Émile Lacan Baundry, el gran psiquiatra francés, llego
a ser el teórico del psicoanálisis más influyente después de Sigmund Freud, que
con su máxima “El inconsciente está estructurado como un lenguaje”, nos aporta
estudios de valor con respecto al desarrollo y funcionamiento de los proceso del
perverso, de la mano parte con los postulado freudianos donde concuerda que sí,
la estructura perversa tiene relación directa con el mundo de los complejos edípicos
y esta es la génesis de la formación de dicha estructura pero no concuerda con que
la solidificación de la misma sea meramente una cuestión pre-genital, hecho que
parte y lo aleja ligeramente de dichos postulados. Pero cabe darle crédito en lo que
nos viene a delegar en el marco de estudio de dicha estructura. Como primer punto
la resolución edípica de Lacan consiste en tres tiempos primordiales e irrevocables
para sus fieles seguidores como son: el hecho de que la madre no tiene falo como
primer tiempo entonces el niño cree serlo, en el segundo tiempo se topa con que él
no es el falo entonces para poder tener ese falo tiene que identificarse con el deseo
de la madre (en este punto cabe mencionar que en los casos más sanos el deseo
de la madre es el padre y esta no lo anula en el deseo), en el tercer tiempo el niño
que ha logrado identificarse con el deseo de la madre y ha identificado que el mismo
es el Padre, logra identificarse con este y lo acepta como la Ley, hasta aquí en esta
serie de pasos, de acuerdo con Lacan el Edipo ha sido resuelto de manera
satisfactoria. Ahora hasta aquí hemos logrado comprender el desarrollo de la
resolución del complejo de Edipo de acuerdo con Lacan, hecho que en el tema que
nos compete el día de hoy es de mucha utilidad para resolver lo que nos viene
enseguida.

Ahora hablemos de estructura de acuerdo con Lacan, él nos dice que la


estructura es una representación interna de las relaciones interpersonales, es la
posición respecto a los otros sujetos y a otros significantes. Entonces nos
preguntamos ¿Qué función tienen los otros “sujetos” y los otros “significantes” en
relación con el perverso?, pues mucha ya que sin el otro y sin la significación que
este mismo le da él no podría ser, hecho que lo llevaría a la angustia, misma que el
perverso se niega y reniega reconocer, ya que el mismo no reconoce la falta en la
madre, él tiene con qué suplir la falta y decir yo tengo el falo y además lo sé, y
demando que los demás lo sepan. Ahora que hemos elucidado un poco de manera
sistemática la estructura perversa y como se percibe el sujeto perverso dentro de
su relación con el otro, nos enfocaremos en trabajar un poco más el concepto de
fantasma en la perversión. La noción de fantasma comenzó a aparecer ya desde la
teoría psicoanalítica de Freud cuando este explicaba las causas de la histeria a
partir de las experiencias traumáticas de seducción en la infancia. Realidad psíquica
le llamo, esto vendría a ser el modo en el que el sujeto se representa a sí mismo en
su historia o la historia de sus orígenes. Entonces la noción de realidad psíquica
coincide en algún momento con la de fantasma que a su vez se concibe como la
“otra escena” punto donde se despliega el deseo. Así “el acto perverso es al
fantasma del perverso lo que el síntoma es al fantasma del neurótico, pues tras todo
acto perverso y todo síntoma neurótico obran fantasmas que no se diferencian en
cuanto a su contenido. Para Lacan el fantasma es considerado como la imagen
detenida inmediatamente antes de que aparezca la escena traumática, el fantasma
viene a ser la imagen coagulada que defiende al sujeto de la angustia de castración,
que solo es tolerada si se presenta velada. Esto nos remite a el Fetichismo freudiano
y como el fetiche forma parte fundamental en la elaboración defensiva del perverso,
ya que dentro de su actuar se esconde una angustia, que sabe puede aparecer en
cualquier momento que su inconsciente sea tocado por la situación traumática que
lo llevo a elaborar su estructura. No entraremos a detallar los diferentes fetiches de
los cuales el perverso se apoya para lograr sus actos, sino más bien en el porqué
del uso de los mismos y como estos sobrellevan el peso de proteger al perverso de
la angustia de castración.

En su búsqueda de satisfacer su deseo, no necesariamente busca al otro


sexo, por lo menos no lo busca como tal, sino como objeto de deseo. Así bien, bajo
este postulado el resultado siempre será un desencanto puesto que tomando en
cuenta que ese objeto de deseo es el encanto, que el sujeto perverso le adjudica al
patternaire y que al creer que lo obtiene, entonces lo pierde.
La voluntad de goce en el perverso, es una voluntad que fracasa y fracasa
por que encuentra su propio límite en el ejercicio común del deseo y sus
perversiones. El fantasma es el sostén del deseo y el deseo en su esencia, es
transgresión; el deseo del perverso queda capturado en la dialéctica del ser y el
tener, donde la función que ejerce el padre como representante de la ley, será
reconocida, pero solo para no dejar de impugnarla es decir, de transgredirla, esto
como consecuencia de negar la castración y a su vez con esto reconocer la ley.

El perverso va significar el hecho evitando la angustia, esta significación será


sostenida por que la madre del perverso no es una madre fuera de la ley, sino que
se trata de una madre fálica, porque el perverso mantiene en el horizonte, una
madre referida a la significación paterna, porque si fuera de otro modo se trataría
de psicosis y ya no de perversión. (López)

De esta manera desarrollamos un poco la estructura perversa y su inscripción


en el sujeto, esto de alguna manera nos abre el camino dentro de la clínica
psicoanalítica al identificar al analizante identificado con esta estructura, es
fundamental según mi criterio el tener en claro todas estas puntualizaciones a la
hora de llevar el tratamiento psicoterapéutico con este tipo de estructuras y tomar
en consideración toda referencia hecha previamente y aun así tener la consigna de
seguir investigando un poco más cada vez, ya que de ello dependerá el éxito o
fracaso del trabajo analítico.
Dor, J. (2000). Estructuras Clínicas y Psicoanálisis. Buenos Aires: Amorrortu.

Enrique, L. F. (2013). Psicoanalisis y perversión. México: Plaza y Valdez.

Néstor, B. A. (1990). El Goce. Buenos Aires: Siglo XXI.

Philippe, J. (2012). Psicosis, perversiones y neurosis. Buenos Aires: Amorrotu.

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