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POR QUÉ ES IMPORTANTE EL USO DE PATRONES

EN EL DESARROLLO INICIAL?

Paula Lago

En nuestra vida cotidiana vemos continuamente patrones; en la naturaleza, en la ropa, en edificios,


etc. Un patrón es una secuencia de objetos o diseños ordenado de acuerdo con un determinado
criterio: tamaño, color, forma, anchura, etc. Para que exista un patrón, debe existir una regularidad
en la que esos elementos se presentan o cambian por la cual puede inferirse una regla de formación.

¿Por qué es importante trabajar con patrones con los


niños?
Son pocas las escuelas que apelan al aprendizaje a través de manipulables. Estos tienen una gran
importancia para la comprensión de lo que se intenta aprender, en especial en lo que a pensamiento
lógico matemático se refiere. Trabajar con materiales concretos ayuda al niño en desarrollo a poder
deducir y comprender en forma práctica los conceptos que las escuelas insisten en enseñar a nivel
abstracto.

Particularmente, el trabajo con patrones ayuda al desarrollo del pensamiento divergente, la


coordinación visual y motora y el pensamiento inductivo-deductivo. Reconocer patrones en varias
áreas ayudará luego a los niños a reconocerlos también en los números, la música, el arte.

Un niño que trabaja con elementos que pueda manipular, cualquiera sea estos como botones,
conchillas o incluso legos; podrá desarrollar más fácilmente la habilidad de anticipar funciones y
relaciones entre números, operaciones, letras y, por supuesto, palabras.

Existe un método muy innovador de la pedagoga Baratta Lorton para el aprendizaje no solo de las
matemáticas, sino también de la coordinación motriz gruesa y la música. En sus propias palabras:

“Cada niño necesita tiempo para explorar los materiales en su propia manera, antes de que
esas exploraciones sean dirigidas. Una caja de botones esparcidos en la mesa genera una serie
de pensamientos únicos en cada niño. Uno puede empezar a ordenarlos por color, otro puede
escoger los que se parecen a los que tienen en su ropa y mencionarlo a un amigo, y otro puede
escoger un botón transparente y mirar a través de él como por un monóculo; incluso otro puede
parear botones iguales.

Durante este periodo, las preguntas y propuestas de otra persona, aunque sean estimulantes y
fascinantes, interfieren con los intereses espontáneos que el material crea en la mente de cada niño”
(M. Baratta Lorton)

Todos contamos con objetos en casa que podamos usar para que los niños manipulen y aprendan
distintos conceptos matemáticos. Actividades elaboradas en base a patrones, los ayudará a
entender más tarde las secuencias numéricas, por ejemplo.

El trabajo con manipulables suele usarse en niños pequeños, desde los 3 a los 7 años; pero ¿quién no
ha usado elementos o hasta dibujos para poder hacerse entender con algunas de las ideas que
intenta explicar? Incluso, ¿quién no ha dibujado un mapa o usado elementos que encuentra a mano
para indicar una dirección y cómo llegar a ella? Todos nos valemos de objetos muchas veces para
poder entender de manera práctica alguna cosa.

¿Cómo aplicarlo?
Una actividad simple que puedes empezar a aplicar es la de salir a explorar a una plaza o al propio
jardín de casa y que tu niño/a recoja diferentes objetos. Pueden ser hojas secas, flores a punto de
desprenderse, bellotas, piñones, piedras, etc.

Luego deja que juegue con ellos, incluso si juntan piedras pueden pintarlas de diferentes colores.

Cuando el vaya perdiendo interés en los objetos, puedes empezar a guiar la actividad y, por ejemplo,
acomodar en un patrón específico dichos objetos.

Supongamos que usan botones blancos y negros, acomoda en el orden de 2 negros 1 blanco o al
revés.

Invítalo a que por cada elemento negro aplaudan y por cada blanco chasqueen los dedos. A esto se
le llama patrón motriz, es decir transferir un determinado patrón visual al movimiento.

Además de ayudarlos a nivel de coordinación motora, el aprender a transferir un patrón a otro


contexto les permite luego inferir el orden de una determinada cosa en otra. A día de mañana, por
ejemplo, les permitirá reconocer ritmos, melodías e incluso, en el lenguaje, grupos silábicos.

Una variante es que luego de hacer la actividad de arriba, le propongas palmear su nombre, el tuyo,
etc. Jugando aprenderá a separar en sílabas. En el caso de tener a la vista el nombre escrito puede
luego inferir los grupos silábicos escritos con los sonidos. Por ejemplo, si luego de la actividad con
botones escribes el nombre destacando algunas sílabas en un negro grueso y otras no: Ma ria na
pueden hacer el mismo ejercicio motriz. Aplaudir en MA y na y chasquear en ria.

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