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Análisis plan 2013 2019

El programa de gobierno que Hugo Chávez utilizó para su última campaña electoral que lleva por
nombre Plan de la Patria, y que es actualmente utilizado como faro y guía de la administración del
gobierno venezolano, fue convertido en ley de cumplimiento obligatorio para todas las entidades
gubernamentales y administrativas independientemente de su afinidad política.

En pocas palabras el PSUV nos dice que aunque medio país no se sienta representado en este
proyecto, tienen que aceptarlo por la fuerza, de la ley.
Más allá de la arbitrariedad del asunto, existen serias contradicciones dentro de este Plan de la
Patria, que pueden ser detectadas fácilmente cuando contrastamos lo que dice el texto con la
actuación del gobierno desde los últimos 10 años a la actualidad.

A grandes rasgos podemos identificar 5 puntos vitales en el Plan de la Patria:

1. Independencia Nacional.
2. Socialismo y democracia participativa.
3. Convertir a Venezuela en potencia económica.
4. La multipolaridad del mundo.
5. La ecología como socialismo.
Veamos:

Cuando se habla de Independencia Nacional se refiere al categórico rechazo de injerencias de


poderes extranjeros sobre asuntos internos de Venezuela. Estamos de acuerdo, como país
soberano debemos rechazar a todo poder extranjero, sea político, económico o militar cuando
estos pretendan involucrarse de manera activa en situaciones internas que nos afecten como
nación.
Pero hablar de injerencias y no mencionar el caso Cuba – Venezuela es cerrar los ojos. El
problema no son los convenios que hayan firmado. Los convenios de ayuda mutua entre dos
países son completamente válidos, pero existen denuncias sólidas sobre la presencia de agentes
cubanos en diversas áreas críticas de las Fuerzas Armadas, por ejemplo, que nada tienen que ver
con el convenio de apoyo al sector salud o ningún otro convenio que represente bienestar
para Venezuela. Es aquí donde los necios pedirán pruebas, entiendan entonces que es el ministerio
público en defensa de la soberanía nacional, quien debe realizar las investigaciones
correspondientes. Además, es público y notorio que la cercanía de las cúpulas políticas de
Venezuela y Cuba va bastante más allá de unas buenas relaciones bilaterales.
El siguiente punto, referente al Socialismo y la democracia participativa es el eterno debate de
modelos socio-económicos. El problema ni siquiera es el socialismo como modelo, el problema
radica en que bajo el lema del socialismo bolivariano se decidió destruir el aparato productivo de
la nación. Se expropiaron fincas, fábricas e industrias productivas bajo la pantalla del control obrero
socialista que dio como resultado la quiebra de muchas de estas industrias o en el mejor de los
casos, una notable caída en la producción, que se tradujo eventualmente en escasez de productos
que antes eran de producción nacional. La democracia participativa tampoco ha sido una
realidad. Desde las cúpulas del mismo PSUV pasan por encima de sus dirigentes de base popular
para nombrar candidatos a elecciones por el llamado método de cooptación, que no es más que el
nombramiento a dedo sin ningún tipo de participación de las bases del partido. ¿Democracia
participativa entonces? No lo creo.
El tema de convertir a Venezuela en una potencia económica entra en franca colisión con la tan
publicitada lucha contra el capitalismo, para un país convertirse en potencia económica debe
existir entre otras variables, un universo enorme de empresas e industrias altamente productivas y
rentables, que funcionen dentro del país pero que tengan peso e influencia en los mercados
internacionales. En Venezuela el riesgo de expropiaciones es uno de los factores que impide que
se produzcan avances en el desarrollo económico. Una potencia económica se basa en la
producción de riquezas, en la industrialización, en la ampliación y libertad de los mercados,
capitalismo pues. En Venezuela existe lo opuesto, véase la enorme cantidad de controles y
restricción de libertades económicas. Difícilmente una potencia económica mundial exhiba algo
parecido a los niveles de restricción que aplican Cadivi o Sicad, por ejemplo. Cabe destacar que
las sociedades que otorgan mejor nivel de vida a sus ciudadanos no son precisamente potencias
económicas. Estos países se dicen socialistas porque sus políticas van orientadas al bienestar
integral de la sociedad por encima de los intereses de las corporaciones, lo que es justo y
necesario, pero siempre otorgando garantías de libertades plenas para el ejercicio económico de
capitales privados. Algo que no existe en Venezuela.
En el tema de la geopolítica internacional estamos completamente de acuerdo con el expresidente
Chávez, el mundo debe ser pluripolar, multicéntrico, sin dominación imperial y con respeto a la
autodeterminación de los pueblos. Lástima que ese enunciado sea desvirtuado por nuestro silencio
cuando imperios como Rusia y China realizan invasiones a regiones frágiles como Tíbet o Crimea.
No solo los americanos tienen tendencias imperialistas.

En cuanto al lema ecológico del gobierno venezolano, podemos decir con propiedad que es
completamente retórico e irreal. Vivo a 4kms de una planta de cemento nacionalizada, desde la
nacionalización la cantidad de contaminación en el aire ha aumentado considerablemente. Pueden
buscar en google “contaminación de cemento en Guanta” para que se enteren de lo que les hablo.
También somos un país con un parque automotor envejecido masivamente, sin control alguno
sobre las emisiones vehiculares de gases altamente contaminantes. Tampoco existe una cultura
de reciclaje o proyectos para reutilizar los desechos más allá de rellenos sanitarios que de sanitario
no tienen nada. Y no dejemos de lado que nuestro único producto de exportación y principal fuente
de ingresos es la extracción de hidrocarburos, una de las principales causas de contaminación en
el planeta.

Hay que sincerarse.

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