La economía de Venezuela está orientada a las exportaciones de materias primas. La principal
actividad económica de Venezuela es la explotación y refinación del petróleo para la exportación, la extracción y refinación está a cargo de la empresa estatal Petróleos de Venezuela. Desde la década de 1950 hasta principios de 1980 la economía venezolana experimentó un crecimiento constante que atrajo a muchos inmigrantes. Durante la caída de los precios del petróleo en los años 1980 la economía se contrajo, y la inflación se disparó hasta alcanzar picos de 84 % en 1989 y 99 % en 1996. A pesar de las tensas relaciones con los Estados Unidos, este país es un vendedor de bienes y servicios a Venezuela. Las exportaciones estadounidenses a Venezuela incluyen maquinarias, productos agrícolas, instrumentos médicos y vehículos. Venezuela era uno de los principales proveedores de petróleo extranjero a los Estados Unidos, ubicándose en 2017 en cuarto lugar con apenas un 41 % de los barriles extraídos.1920 Cerca de 500 empresas de Estados Unidos están representadas en Venezuela. De acuerdo con el BVC, Venezuela recibió de 1998 a 2008 alrededor de 325 mil millones de dólares a través de la producción petrolera y la exportación en general, y de acuerdo con la OPEP para noviembre de 2018 la extracción petrolera cayó a 1 170 000 barriles diarios. Desde el final de la crisis de principios de los años 1990, la economía venezolana tuvo más de una década expansiva de crecimiento macroeconómico, por encima de la media del resto de América Latina. Desde que Hugo Chávez impuso estrictos controles de cambio en 2003, en un intento de evitar la fuga de capitales, se han producido una serie de devaluaciones de la moneda. Para 2015, Venezuela tiene la tasa de inflación más alta del mundo, superando el 100 % interanual, convirtiéndose en la tasa más alta en la historia del país.Teniendo esto en claro, podríamos explicar de manera más congruente como es que la situación actual del país se ve vinculada con altos abusos aplicados a todas y cada una de las empresas privadas y públicas que existían y existen en el país actualmente, todo a causa del mal manejo del gobierno con dichas empresas, haciendo que cada una de ellas quebrara a causa de falta de fondos y bienes. En buena medida esto no es algo que 100% se pueda relacionar al fenómeno que hemos estado viviendo durante las últimas dos décadas, pero también en el pasado teníamos una situación crítica, que fue ampliamente criticada por muchos, teniendo cuestionamientos acerca de la forma cómo se estaba manejando la política, lo social y lo económico en el país. Pero sin duda alguna, tendría que decirse que el grado de gravedad o profundización de esta crisis dramática que estamos viviendo, realmente se ha debido a esta revolución fatídica en la que hemos caído en estas dos últimas décadas. Sin embargo, en este caso, esta revolución nos ha llevado a un empobrecimiento crítico. Si bien teníamos problemas en el pasado que había que resolver y afrontar, ni remotamente esta revolución les dio solución. Al contrario, muchos de ellos los agravó y, en otros casos, creó nuevos problemas dramáticos, que son precisamente los que estamos sufriendo en este momento. La principal razón han sido las pésimas políticas públicas que se han venido implementando en el país. Por un lado, hemos tenido a un Gobierno hostigando a la actividad económica privada, amenazando a las empresas con expropiaciones, con expoliaciones, con imposición de controles que las condenan a trabajar a pérdidas, con amenazas permanentes y señalamientos, muchos de ellos injustos, acerca de una especulación extrema que no ha sido la realidad, y que ha llevado a una situación donde se ha diezmado la actividad económica. Esa política de hostigamiento persistente ha dado como resultado una minimización del sector privado. Muchas empresas han cerrado sus puertas, no están produciendo y han salido de actividad económica. Y eso ha implicado que el aparato productivo privado hoy esté produciendo una mínima fracción de lo que producía anteriormente. Muchas de esas empresas, hoy manejadas por el sector público, no están produciendo nada o producen una fracción de lo que producían en manos privadas. Por lo tanto, tenemos una situación de una depauperación de la actividad productiva interna, tanto privada como pública. En consecuencia, se generó un incremento notable en la dependencia de las importaciones para abastecer el mercado de bienes y servicios que necesita la población para satisfacer sus necesidades. Sin embargo, para comprar en el exterior se requieren divisas con lo que se deben pagar esas importaciones. Y esas son las divisas que no existen, o que también han mermado en una forma notable. Entre otras cosas porque la actividad generadora de esas divisas, que es la exportación de petróleo, se ha venido a menos. Un claro ejemplo de esto puede ser PDVSA, fue creada por decreto gubernamental durante la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez luego de la nacionalización de la industria petrolera, dando inicio a sus operaciones el 1 de enero de 1976. PDVSA aparece en lista Global 500 de la revista Fortune en el puesto 39 entre las empresas más grandes del mundo sobre la base de sus ingresos, siendo la segunda en la región de Latinoamérica. La petrolera posee las mayores reservas petrolíferas del mundo, alcanzando a finales de 2013, una suma total certificada de 298.353 millones de barriles, que representan el 20% de las reservas mundiales de este recurso. Pero a causa de los cambios que infringió el gobierno la más grande empresa que poseíamos en nuestro país, con la cual de cierto modo manteníamos un gran sustento a nivel nacional pero que También fue producto de una pésima política petrolera que ha venido implementando el país. En primer término, en el año 2003, hubo un despido masivo de 18.000 a 20.000 técnicos y gerentes, medios y altos, de la industria petrolera. Después, lo que el Gobierno montó fue lo que podríamos llamar un verdadero saqueo a la actividad económica petrolera, obligando a Pdvsa a tener que transferir masivamente fondos o recursos a un fondo creado y administrado por el Presidente de la República para financiar el gasto público. Para mantener la capacidad de producción de los campos petrolíferos había que mantener las inversiones. Eso desapareció porque se abandonaron esas inversiones y no había recursos para una empresa que se le condenó, se le extrajeron cuantiosísimos recursos, y eso llevó a la caída de la producción de petróleo y los ingresos en divisas. La crisis se ha extendido más allá de la economía para afectar a los ámbitos institucionales, políticos y sociales, dando lugar a la denominada crisis que vivimos hoy en día en Venezuela, y además ha entrado en un proceso de hiperinflación, proyectada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 10.000.000 % para el 2019, convirtiéndola así en una de las peores de América Latina.