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CAMBIOS FISIOLOGICOS:
ESOFAGO:
Con la edad, la fuerza de las contracciones esofágicas y la tensión en el esfínter
esofágico superior van disminuyendo progresivamente (lo que se conoce como
presbiesófago, ver Introducción al esófago), pero los movimientos de los
alimentos a través del conducto esofágico no se ven afectados por estos
cambios. Sin embargo, muchas personas de edad avanzada pueden estar
afectadas por enfermedades que afectan a las contracciones esofágicas.
ESTOMAGO:
Con la edad, disminuye la capacidad del revestimiento gástrico para resistir las
agresiones, lo que se puede traducir en un incremento del riesgo de úlcera
gastroduodenal (ver Úlcera gastroduodenal), especialmente en personas que
toman aspirina (ácido acetilsalicílico) y otros antiinflamatorios no esteroideos
(AINE). También con la edad, el estómago no puede contener tanta comida
(debido a la pérdida de elasticidad) y disminuye la velocidad de vaciamiento del
estómago al intestino delgado. Sin embargo, estos cambios generalmente no
causan ningún síntoma perceptible. El envejecimiento tiene poco efecto sobre la
secreción de jugos gástricos como el ácido y la pepsina, pero algunos trastornos
que disminuyen la secreción de ácido, como la gastritis atrófica (ver Causas de
la gastritis), se hacen más frecuentes.
INTESTINO DELGADO:
Con la edad, el peso global del páncreas disminuye y algunos tejidos son
reemplazados por cicatrización (fibrosis). Sin embargo, estos cambios no
disminuyen la capacidad del páncreas para producir enzimas digestivas y
bicarbonato sódico. Con la edad, se producen cambios estructurales y
microscópicos en el hígado y la vesícula biliar (ver Efectos del envejecimiento
sobre el hígado).
ENFERMEDADES:
ANEMIA FERROPENICA:
CAUSAS:
TRATAMIENTO:
ESTRIÑIMIENTO:
Por tanto, definimos estreñimiento de las siguientes formas:
De una forma clínica, podemos enunciarlo como aquella situación en la que una
persona presenta menos de tres deposiciones a la semana, coincidiendo con
presencia de heces duras, de escasa cuantía y más secas.
De forma subjetiva para la persona que lo sufre, se definiría como una
disminución del número de veces que evacua las heces, siendo estas difíciles
de expulsar, de menor cantidad o volumen, así como un mayor esfuerzo
defecatorio.
Según distintos estudios su prevalencia en España oscila entre el 12-20%. Es
más frecuente en el sexo femenino, en personas con vida sedentaria, con una
dieta baja en líquidos y fibra (frutas y verduras).
TRATAMIENTO