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PREMATURA DE MEMBRANAS
Tabaquismo.
Deficiencias nutricionales de cobre y ácido ascórbico.
Conización cervical anterior (extirpación de una parte del cuello uterino)
V. SIGNOS Y SÍNTOMAS
Según MINSA (2007)
Pérdida de líquido por vagina, con olor a lejía, de color transparente, o
verdoso si se asocia a sufrimiento fetal.
Visión directa de salida de líquido amniótico por cérvix al examen con
espéculo, espontáneamente o a la maniobra de Valsalva (pujar).
Al tacto vaginal no se tocan membranas ovulares.
VI. AYUDAS DIAGNÓSTICAS
Según Vigil, P (2011)
La ruptura de membranas puede documentarse utilizando varias técnicas
diagnósticas.
La clínica o visualización de la salida de líquido amniótico transcervical
o la acumulación de líquido en fondo de saco vaginal aunado a la historia
de la paciente de pérdida transvaginal de líquido confirma el diagnóstico
de ruptura de membrana en cerca del 90% de los casos.
Ecografía cuando no se visualiza salida de líquido amniótico
transcervical y hay historia de salida de líquido. En estos casos la
sospecha de ruptura de membranas aumenta ante la presencia de
oligoamnios, sin embargo no se puede con solo observar el líquido
amniótico disminuido confirmar la ruptura de membranas. En algunos
casos puede observarse por ecografía una cantidad normal de líquido
amniótico y existir la ruptura de membranas ovulares. Probablemente sea
más útil hacer ecografía en aquellas pacientes que sospechamos de la
presencia de líquido amniótico en el fondo de saco vaginal y no vemos
salida transcervical, en estos casos la disminución del líquido amniótico
por ecografía aumenta las posibilidades diagnósticas.
Prueba con Nitrazina, Consiste en usar un papel amarillo preparado
para tal fin, donde lo que se cuantifica es el cambio del ph normal de la
vagina (4.5-6.0) y al colocarle el líquido que sospechamos se torna de
color azul/ púrpura (ph 7.1-7.3), confirmando la presencia de líquido
amniótico. Esta prueba puede presentar falsos positivos ante la
presencia de sangre, semen, o por la presencia de vaginosis bacteriana.
Prueba de arborización en Helecho, Se coloca el líquido existente en
el fondo de saco vaginal o de las paredes lateral de la vagina y se observa
en forma de helechos al microscopio. Puede ser un falso positivo si se
incluye moco cervical.
Amniocentesis con Índigo Carmín, al inyectarlo por vía transuterina a
la cavidad diluido en solución salina, se observaría un líquido de color
azul pasando por la vagina, es una prueba indiscutible de confirmación
de ruptura de membranas.
Fibronectina Fetal, la determinación de de fibronectina fetal a nivel
cervico-vaginal ha sido recomendada por algunos investigadores, sin
embargo por sus altos falsos positivos no es recomendado como prueba
para diagnosticar ruptura de membranas ovulares.
VII. TRATAMIENTO
Según MINSA (2007)
Detectar factores de riesgo asociados.
Instalar vía EV segura.
Iniciar antibiótico terapia si cuenta con personal de salud capacitado.
- Si RPM es mayor de 12 horas usar antibiótico: Ampicilina 2 gr EV si
la gestante no manifiesta signos de alergia medicamentosa, Otra
alternativa: Eritromicina 500 mg cada 8 horas por vía oral, o
Gentamicina 160 mg IM.
- Si hay fiebre o líquido con mal olor iniciar antibiótico terapia
combinada: Ampicilina 2 gr EV, más Gentamicina 160 mg EV.
Traslado en camilla, control de pérdida de líquido (Paño perineal).
VIII. COMPLICACIONES
Según Vigil, P (2011)
1. Riesgos Maternos y/o Fetales:
Infección intra-amniótica, puede ocurrir entre 13 y 60% .Es mayor
a menor edad gestacional, además aumenta con los exámenes
vaginales.
Desprendimiento prematuro de placenta, puede presentarse
entre 4-12%.
Infección post parto, puede ocurrir entre 2 y 13%.
2. Riesgos Fetales:
El gran riesgo fetal para los recién nacidos es la prematuridad y
la prematuridad significa posibilidad de síndrome de membrana
hialina (problemas respiratorios), enterocolitis necrotizante,
hemorragia intraventricular, sepsis y muerte neonatal.
Síndrome de respuesta inflamatorio fetal. Es una entidad descrita
hace poca más de una década y pero no está claramente
entendida, sin embargo de ha descrito tanto en nacimientos de
partos pretermino y en nacimientos con ruptura prematura de
membranas, sobre todo lejos del término. Este síndrome es un
factor de riesgo para morbilidad y mortalidad a corto plazo
después del ajuste para la edad gestacional al nacimiento,
además para el desarrollo de secuelas posterior como displasia
broncopulmonar y daños cerebrales.
Compresión del cordón y prolapso del cordón umbilical. La
compresión del cordón obviamente es más frecuente a menor
cantidad de líquido amniótico. Esta condición se debe tener muy
presente al realizar las monitorizaciones fetales electrónicas en
vista que con gran frecuencia se observan desaceleraciones
variables o umbilicales. En cuanto al prolapso de cordón la
evaluación vaginal inicial debe descartar esta complicación y por
supuesto se mantiene la posibilidad de prolapso del cordón
umbilical si se mantiene el manejo conservador.
Oligohidramnios. La cuantificación del líquido amniótico luego de
una RPM usando el índice de líquido amniótico, con valores
inferiores a 5 cm se ha asociado con periodos cortos de latencia
y con algunos riesgos neonatales, pero no con riesgos maternos
o infección neonatal.
Según MINSA (2007)
Corioamnionitis (infección del líquido amniótico y de las membranas que
lo contienen).
Endometritis puerperal.
Sepsis y shock séptico.
Desprendimiento prematuro de placenta.
IX. PLANTEAMIENTO ASISTENCIAL EN ENFERMERÍA
1. Valoración y diagnóstico de enfermería.
Una parte importante de la valoración intraparto consiste en determinar
la duración de la rotura de las membranas. La enfermera pregunta a la
mujer cuándo se rompieron las membranas y cuándo empezó el parto,
pues el riesgo de infección podría ser directamente proporcional a la
duración del intervalo. Se determina también la edad gestacional para
prever la posibilidad de un nacimiento pretérmino. La enfermera observa
a la madre para identificar los signos y los síntomas de infección, sobre
todo mediante la revisión del recuento leucocitario, la temperatura, la
frecuencia del pulso y las características del líquido amniótico. Si la
gestante tiene fiebre, habrá que comprobar su hidratación. Cuando se
prevé un parto pretérmino o por cesárea, la enfermera debe valorar la
preparación para el parto y la capacidad de afrontamiento de la mujer y
de su pareja.
Entre los posibles diagnósticos de enfermería aplicables a la mujer con
RPM se encuentran:
Riesgo de infección relacionado con la rotura prematura de las
membranas.
Riesgo de sangrado relacionado con complicaciones del
embarazo
Temor relacionado con situación potencialmente estresante
evidenciado por verbalización de la paciente.
Riesgo de afrontamiento ineficaz relacionado con incertidumbre
secundario a pérdida de líquidos por la vagina
Riesgo de baja autoestima situacional relacionado con aborto
secundario a RPM
Conocimiento deficiente relacionado con información insuficiente
sobre el proceso de enfermedad secundario a RPM.
2. Planes de enfermería y su ejecución.
Las acciones de enfermería deben dirigirse a la mujer, a su pareja y al
feto.
La enfermera vigila e informa sobre los signos de infección al
médico o a la matrona.
Se valoran la actividad uterina y la respuesta fetal a las
contracciones, pero no se hacen exploraciones vaginales, salvo
que sean absolutamente imprescindibles.
Se anima a la mujer a que descanse sobre el lado izquierdo para
favorecer un riego uteroplacentario óptimo. Si la mujer se
encuentra cómoda, quizá le sea más fácil relajarse y descansar.
La enfermera debe asegurarse también de que se mantiene la
hidratación, sobre todo cuando la mujer presenta fiebre.
CONCLUSIONES: