atentamente. No condenes ni apruebes; limítate a observar.” BRUCE LEE. El primer encuentro es con la mente; pero esa no es tu realidad. Aunque esté en tu cerebro, no eres tú; es el reflejo del exterior. Todos tus pensamientos son un reflejo del exterior. Los pensamientos son la capa más superficial, los sentimientos son más profundos, y luego está el ser, que es tu divinidad. Tienes que ir más allá de tus pensamientos. pero hay un solo método: la observación, el ser testigo. Simplemente observa tus pensamientos, sin juzgarlos, sin condenarlos, sin darles importancia... con un extremo desapego. Simplemente observa tus pensamientos fluyendo sobre la pantalla de tu mente. Al atravesar los pensamientos llegas a la segunda capa, la de los sentimientos, la de tu corazón, que es más sutil. Pero ahora tu observador es ya capaz de observar tus estados de ánimo, tus sentimientos, trascendiéndolos. Más allá de la mente y del corazón solo queda un silencio profundo. Éste es tu ser. Esto eres tú. Has llegado a casa, tu peregrinaje ha terminado, tu lucha ha cesado. Lo único que hay que aprender es a observar. Observa cada pensamiento que pasa por tu mente. Observa todos los deseos que toman posesión de ti. Sigue observando todo, deja que cualquier cosa sea una oportunidad para observar. Y al observar surge la claridad. Según vayas observando, tu mente charlatana parloteará menos porque esa energía se convertirá en observación; es la misma energía. El propósito de la meditación es pacificar y calmar la mente. Cuando nuestra mente está serena, dejamos de tener preocupaciones y problemas, y disfrutamos de verdadera felicidad. En cambio, si carecemos de paz mental, por muy agradables que sean las condiciones externas que nos rodean, no podemos ser felices. Si nos adiestramos en la meditación, iremos descubriendo en nuestro interior cada vez más paz, serenidad y felicidad pura. Por lo general, nos resulta difícil controlar nuestra mente. Es inestable y vulnerable a las circunstancias externas La primera etapa de la meditación consiste en disipar las distracciones y lograr cierta claridad y lucidez mentales. Nunca pienses sobre la meditación en términos de éxito Porque eso está trayendo tu mente ambiciosa hacia ella, la mente egoísta hacia ella. Entonces la meditación se convierte en una meta del ego. No pienses en términos de éxito o fracaso. Esos términos no son aplicables en el mundo de la meditación. Olvídate de todo eso. Meditar es armonizarse en el Universo. Es un estado permanente, que se consigue con el adiestramiento de la mente y el cultivo de la conciencia. Tu conciencia y tus sentidos espirituales alcanzaran grandes alturas, que te otorgaran superpoderes con capacidades psíquicas. . Así es como se conoce a la gente sin conocerla. Nadie te podrá engañar con palabras o miradas debido a que algo te dice cuáles son sus verdaderas intenciones. Con la conciencia, las cosas empiezan a cambiar, a cambiar tremendamente: no es que tú las cambies, no; en absoluto. Una persona consciente no cambia nada, y una persona inconsciente trata de cambiarlo todo continuamente. Pero la persona inconsciente nunca consigue cambiar nada, y la persona consciente simplemente descubre que el cambio está ocurriendo, un tremendo cambio está ocurriendo. Es la conciencia la que trae el cambio, no tu esfuerzo. ¿Por qué ocurre a través de la conciencia? Porque la conciencia te cambia a ti, y cuando tú eres diferente, todo el mundo es diferente. No es cuestión de crear otro mundo, sólo es cuestión de crear otro "tú". Tú eres el mundo, de modo que si tú cambias, el mundo cambia. Si tú no cambias, puedes ir cambiando todo el mundo, pero no cambia nada; crearás el mismo mundo una y otra vez. Creas tu mundo. Eres tú quien proyecta tu mundo. El Tantra dice: La conciencia es la clave, la llave maestra que abre todas las puertas de la vida.