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Plan de los anales franco-alemanes

Arnold Ruge

Los Anales franco-alemanes, como su nombre lo indica, “anales”, se proyectó


como una revista de publicación anual de escritores alemanes momentáneamente
radicados en Francia. Entre ellos, escribieron Arnold Ruge, Heinrich Heine, Johann
Jacoby, Karl Marx, Friedrich Engels, Moses Hess, Mijail Bakunin, Ludwig Feuerbach,
etc. En febrero de 1844 apareció el primer y único número de la revista; no se siguó
publicando debido a que la mayoría de ellos fueron expulsados de Francia por el
gobierno. Publicaban no sólo artículos de crítica literaria (por ejemplo los textos de
Marx “Sobre la cuestión judía”, contra el texto del mismo nombre de Bruno Bauer, o
la “Introducción a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel”, contra Hegel), sino
también una serie de cartas entre Marx, Ruge, Bakunin y Feuerbach, poesías de Heine
y Herwegh, las archivos relativos a la sentencia del Tribunal Supremo contra Jacoby
condenado por “alta traición, lesa majestad y crítica insolente e irreverente a las leyes
del Estado” debido a la publicación de un texto suyo (gesto muy similar al realizado
en el último número del Crepúsculo, donde se publicaron los archivos referentes al
juicio contra Bilbao por la publicación de la “Sociabilidad chilena”, a quien
condenaron por “blasfemo, inmoral y sedicioso”), textos de crítica de la economía
política de Engels, y exposiciones panorámicas sobre las situaciones políticas de
Francia, Inglaterra y Alemania (de la clase obrera, de sus luchas, partidos,
publicaciones, etc.).

En la primera línea del plan se define la naturaleza de la revista: “Esta es una


revista crítica, no un periódico literario alemán”. Y, enseguida, su contenido:

“En ella publicaremos exposiciones de franceses y alemanes relacionadas


con: 1) Hombres y sistemas particularmente significativos, problemas actuales,
la constitución, la legislación, la economía del Estado [economía nacional,
economía política], la cultura y las costumbres. La fantasiosa política del
gobierno central será abolida y en su lugar será instaurada la ciencia real de las
costumbres humanas. 2) Una reseña de los periódicos y revistas; cualificación
de su relación con los problemas de nuestro tiempo. 3) Una reseña de la vieja
literatura, seria o amena, de Alemania: reseña que, necesariamente, tendrá que
llevarnos a una crítica del espíritu alemán tal como hasta ahora se ha
manifestado en sus formas trascendentales, putrefactas e inmovilistas. Y, al
mismo tiempo, una reseña de aquellos libros de ambas naciones [Alemania y
Francia], mediante los cuales nace y progresa la nueva época en que estamos
entrando”.
En cuanto a sus objetivos, se desprenden de un diagnóstico: Existe una
indiferencia general, una oposición e incluso una hostilidad entre la gran masa, es
decir, el vulgo, por un lado, y la filosofía, por otra. La filosofía hasta ahora ha sido un
asunto de doctos, de académicos y de especialistas, una especie de nobleza, una
“esfera sublime”, una “ciencia ultraterrena”, un asunto superior inalcanzable e
intocable para el vulgo. En este sentido, la filosofía es un asunto sagrado. El singular
ejercicio de la razón en que consiste la filosofía se halla separado de la vida material
del pueblo alemán.

Sólo a partir de este diagnóstico podemos comprender los objetivos y tareas que
se impone la revista: terminar con esta indiferencia general entre la gran masa y la
filosofía y hacer que la filosofía se constituya en Alemania, en la vida del pueblo
alemán, como un hecho racional práctico o una concepción del mundo realizada y
efectiva, haciéndola accesible al pueblo y logrando que el pueblo la llegue a
considerar como un principio elemental de propia su evolución para constituirse como
pueblo libre. En ese sentido, hay en la revista un intento de profanación de la filosofía
comprendida como un asunto sagrado, noble, privado, que se halla por sobre el vulgo
y separado de él. De lo que se trata, entonces, es de llevar a cabo un gesto de traición:
hacer de la filosofía, poniéndola en práctica, un asunto “libre y humano”, haciendo
que llegue a ser “propiedad común en forma de conciencia y praxis general”.

Escriben: “Todo estará en función de la libertad. A los filósofos no les está


concedida una cultura no comprometida. Filosofía equivale a libertad y pretende
generar libertad; y por libertad nosotros entendemos libertad realmente humana, por
lo tanto libertad política, y no cualquier melífluo aroma metafísico”.

Más adelante, leemos el proyecto general de la revista: dar cuenta de “la crisis de
nuestro tiempo”, de “la enorme sacudida que se está operando en el viejo mundo”.
¿Con qué objeto? Con el de lograr captar “el punto a partir del cual remover el viejo
mundo”. ¿De qué modo? Mediante la crítica. Y ¿en qué consiste la crítica? En “llevar
a cabo una especie de censura, pero al revés”: “se vacía el saco y se ve qué es lo que
contiene”. [En vez de hacer desaparecer, se trata de hacer aparecer].

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