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Transferencia de calor

Introducción
¿Qué es la energía? De ella sabemos, por ejemplo, que puede fluir en diversas formas, como la
energía calórica, la energía eléctrica y el trabajo mecánico. También, que se puede almacenar en
diversas formas tales como energía de formación en un resorte comprimido, energía interna en un
cuerpo caliente y energía química en un combustible. Además, Eistein demostró a principios del siglo
XX que es interconvertible con la masa en si misma; es decir que el mundo físico entero es una
manifestación de energía. Por ejemplo, podríamos decir que la energía calórica fluye debido a la
diferencia de temperaturao que expresa la energía interna de un material en términos de la actividad
de un átomo, pero sin embargo esto no contesta la pregunta inicial.
La verdad es que en realidad desconocemos la respuesta. La mayoría de las materias científicas y
tecnológicas comienzan con una aceptación delconcepto de energía y tratan las diversas formas de
energía y masa como elemento fundamental del universo. Los problemas que se refieren a
la naturaleza fundamental y la existencia de energía son más apropiados a los campos de
la filosofía y religión. La ciencia no puede dar razones de la existencia de energía o la existencia del
mundo físico. Nosotros mismo somos parte de este universo físico, parte de la energía que deseamos
entender y debido a esto ser esencialmente imposible entender la existencia de la energía. Sin
embargo, esto no debe desalentarnos en el estudio de las características de diversas energías. El
progreso realizado por el hombre y que lo a llevado a su estado presente de civilización, a sido gracias
a que a recabado información acerca de ella.
El tema de este trabajo se refiere precisamente a una de las muchas manifestaciones de la energía,
el calor.
 Introducción a la Transferencia de Energía (Calor)

El aislamiento sirve para retardar la transferencia de calor fuera o dentro de un ámbito


acondicionado. En la mayoría de los casos, ese ámbito es la casa. Durante los meses fríos,
el objetivo es mantener el aire caliente dentro y detener o al menos retardar el movimiento del aire
frío proveniente del exterior. Durante los meses de calor, el objetivo se invierte, pero los principios
de retardo de la transferencia de calor se mantienen constantes, independientemente del sentido del
flujo de calor.
 Sistemas de Unidades Utilizadas.

Q: Taza de flujo calórico [KW]


q: Taza de flujo calórico por unidad de área [KW/m]
 Transferencia de calor

La transferencia de calor, en física, proceso por el que se intercambia energía en forma de calor entre
distintos cuerpos, o entre diferentes partes de un mismo cuerpo que están a distinta temperatura. El
calor se transfiere mediante convección, radiación o conducción. Aunque estos tres procesos pueden
tener lugar simultáneamente, puede ocurrir que uno de los mecanismos predomine sobre los otros
dos. Por ejemplo, el calor se transmite a través de la pared de una casa fundamentalmente por
conducción, el agua de una cacerola situada sobre un quemador de gas se calienta en gran medida
por convección, y la Tierra recibe calor del Sol casi exclusivamente por radiación.
El calor puede transferirse de tres formas: por conducción, por convección y por radiación. La
conducción es la transferencia de calor a través de un objeto sólido: es lo que hace que el asa de un
atizador se caliente aunque sólo la punta esté en el fuego. La convección transfiere calor por el
intercambio de moléculas frías y calientes: es la causa de que el agua de una tetera se caliente
uniformemente aunque sólo su parte inferior esté en contacto con la llama. La radiación es la
transferencia de calor por radiación electromagnética (generalmente infrarroja): es el principal
mecanismo por el que un fuego calienta la habitación.
 Tipos de transferencia de calor

Existen tres métodos para la transferencia de calor: conducción, convección y radiación.


Conocer cada tipo y saber cómo funciona le permite entender mejor cómo los sistemas de
aislamiento y burletes protegen el espacio acondicionado.
Conducción. En los sólidos, la única forma de transferencia de calor es la conducción. Si se calienta
un extremo de una varilla metálica, de forma que aumente su temperatura, el calor se transmite
hasta el extremo más frío por conducción. No se comprende en su totalidad el mecanismo exacto de
la conducción de calor en los sólidos, pero se cree que se debe, en parte, al movimiento de los
electrones libres que transportan energía cuando existe una diferencia de temperatura.
Esta teoría explica por qué los buenos conductores eléctricos también tienden a ser buenos
conductores del calor. En 1822, el matemático francés Joseph Fourier dio una
expresión matemática precisa que hoy se conoce como ley de Fourier de la conducción del calor. Esta
ley afirma que la velocidad de conducción de calor a través de un cuerpo por unidad de sección
transversal es proporcional al gradiente de temperatura que existe en el cuerpo (con el signo
cambiado).
El factor de proporcionalidad se denomina conductividad térmica del material. Los materiales como
el oro, la plata o el cobre tienen conductividades térmicas elevadas y conducen bien el calor, mientras
que materiales como el vidrio o el amianto tienen conductividades cientos e incluso miles de veces
menores; conducen muy mal el calor, y se conocen como aislantes. En ingeniería resulta necesario
conocer la velocidad de conducción del calor a través de un sólido en el que existe una diferencia de
temperatura conocida. Para averiguarlo se requieren técnicas matemáticas muy complejas, sobre
todo si el proceso varía con el tiempo; en este caso, se habla de conducción térmica transitoria. Con
la ayuda de ordenadores (computadoras) analógicos y digitales, estos problemas pueden resolverse
en la actualidad incluso para cuerpos de geometría complicada.
Convección. Si existe una diferencia de temperatura en el interior de un líquido o un gas, es
casi seguro que se producirá un movimiento del fluido. Este movimiento transfiere calor de una
parte del fluido a otra por un proceso llamado convección. El movimiento del fluido puede ser
natural o forzado. Si se calienta un líquido o un gas, su densidad (masa por unidad de volumen) suele
disminuir. Si el líquido o gas se encuentra en el campo gravitatorio, el fluido más caliente y menos
denso asciende, mientras que el fluido más frío y más denso desciende. Este tipo de movimiento,
debido exclusivamente a la no uniformidad de la temperatura del fluido, se denomina convección
natural. La convección forzada se logra sometiendo el fluido a un gradiente de presiones, con lo que
se fuerza su movimiento de acuerdo a las leyes de la mecánica de fluidos.
Supongamos, por ejemplo, que calentamos desde abajo una cacerola llena de agua. El líquido más
próximo al fondo se calienta por el calor que se ha transmitido por conducción a través de la
cacerola. Al expandirse, su densidad disminuye y como resultado de ello el agua caliente asciende y
parte del fluido más frío baja hacia el fondo, con lo que se inicia un movimiento de circulación. El
líquido más frío vuelve a calentarse por conducción, mientras que el líquido más caliente situado
arriba pierde parte de su calor por radiación y lo cede al aire situado por encima. De forma similar,
en una cámara vertical llena de gas, como la cámara de aire situada entre los dos paneles de una
ventana con doble vidrio, el aire situado junto al panel exterior —que está más frío— desciende,
mientras que al aire cercano al panel interior —más caliente— asciende, lo que produce un
movimiento de circulación.
El calentamiento de una habitación mediante un radiador no depende tanto de la radiación como de
las corrientes naturales de convección, que hacen que el aire caliente suba hacia el techo y el aire frío
del resto de la habitación se dirija hacia el radiador. Debido a que el aire caliente tiende a subir y el
aire frío a bajar, los radiadores deben colocarse cerca del suelo (y los aparatos de aire
acondicionado cerca del techo) para que la eficiencia sea máxima. De la misma forma, la convección
natural es responsable de la ascensión del agua caliente y el vapor en las calderas de convección
natural, y del tiro de las chimeneas. La convección también determina el movimiento de las grandes
masas de aire sobre la superficie terrestre, la acción de los vientos, la formación de nubes, las
corrientes oceánicas y la transferencia de calor desde el interior del Sol hasta su superficie.
Radiación. Es la transferencia de calor, en forma de energía electromagnética, por el espacio. La
radiación presenta una diferencia fundamental respecto a la conducción y la convección: las
sustancias que intercambian calor no tienen que estar en contacto, sino que pueden estar separadas
por un vacío. La radiación es un término que se aplica genéricamente a toda clase de fenómenos
relacionados con ondas electromagnéticas. Algunos fenómenos de la radiación pueden describirse
mediante la teoría de ondas, pero la única explicación general satisfactoria de la radiación
electromagnética es la teoría cuántica.
En 1905, Albert Einstein sugirió que la radiación presenta a veces un comportamiento cuantizado: en
el efecto fotoeléctrico, la radiación se comporta como minúsculos proyectiles llamados fotones y no
como ondas. La naturaleza cuántica de la energía radiante se había postulado antes de la aparición
del artículo de Einstein, y en 1900 el físico alemán Max Planck empleó la teoría cuántica y el
formalismo matemático de la mecánica estadística para derivar una ley fundamental de la radiación.
La expresión matemática de esta ley, llamada distribución de Planck, relaciona la intensidad de la
energía radiante que emite un cuerpo en una longitud de onda determinada con la temperatura del
cuerpo. Para cada temperatura y cada longitud de onda existe un máximo de energía radiante. Sólo
un cuerpo ideal (cuerpo negro) emite radiación ajustándose exactamente a la ley de Planck. Los
cuerpos reales emiten con una intensidad algo menor.
La contribución de todas las longitudes de onda a la energía radiante emitida se
denomina poder emisor del cuerpo, y corresponde a la cantidad de energía emitida por unidad de
superficie del cuerpo y por unidad de tiempo. Como puede demostrarse a partir de la ley de Planck,
el poder emisor de una superficie es proporcional a la cuarta potencia de su temperatura absoluta. El
factor de proporcionalidad se denomina constante de Stefan-Boltzman en honor a dos físicos
austriacos, Joseph Stefan y Ludwig Boltzman que, en 1879 y 1884 respectivamente, descubrieron
esta proporcionalidad entre el poder emisor y la temperatura. Según la ley de Planck, todas las
sustancias emiten energía radiante sólo por tener una temperatura superior al cero absoluto. Cuanto
mayor es la temperatura, mayor es la cantidad de energía emitida. Además de emitir radiación, todas
las sustancias son capaces de absorberla. Por eso, aunque un cubito de hielo emite energía radiante
de forma continua, se funde si se ilumina con una lámpara incandescente porque absorbe una
cantidad de calor mayor de la que emite.
Las superficies opacas pueden absorber o reflejar la radiación incidente. Generalmente, las
superficies mates y rugosas absorben más calor que las superficies brillantes y pulidas, y las
superficies brillantes reflejan más energía radiante que las superficies mates.
Además, las sustancias que absorben mucha radiación también son buenos emisores; las que reflejan
mucha radiación y absorben poco son malos emisores. Por eso, los utensilios de cocina suelen tener
fondos mates para una buena absorción y paredes pulidas para una emisión mínima, con lo que
maximizan la transferencia total de calor al contenido de la cazuela.
Algunas sustancias, entre ellas muchos gases y el vidrio, son capaces de transmitir grandes
cantidades de radiación. Se observa experimentalmente que las propiedades de absorción, reflexión y
transmisión de una sustancia dependen de la longitud de onda de la radiación incidente. El vidrio,
por ejemplo, transmite grandes cantidades de radiación ultravioleta, de baja longitud de onda, pero
es un mal transmisor de los rayos infrarrojos, de alta longitud de onda. Una consecuencia de la
distribución de Planck es que la longitud de onda a la que un cuerpo emite la cantidad máxima de
energía radiante disminuye con la temperatura. La ley de desplazamiento de Wilhelm, llamada así en
honor al físico alemán Wilhelm Wien, es una expresión matemática de esta observación, y afirma que
la longitud de onda que corresponde a la máxima energía, multiplicada por la temperatura absoluta
del cuerpo, es igual a una constante, 2.878 micrómetros-Kelvin. Este hecho, junto con las
propiedades de transmisión del vidrio antes mencionadas, explica el calentamiento de los
invernaderos. La energía radiante del Sol, máxima en las longitudes de onda visibles, se transmite a
través del vidrio y entra en el invernadero.
En cambio, la energía emitida por los cuerpos del interior del invernadero, predominantemente de
longitudes de onda mayores, correspondientes al infrarrojo, no se transmiten al exterior a través del
vidrio. Así, aunque la temperatura del aire en el exterior del invernadero sea baja, la temperatura que
hay dentro es mucho más alta porque se produce una considerable transferencia de calor neta hacia
su interior.
Además de los procesos de transmisión de calor que aumentan o disminuyen las temperaturas de los
cuerpos afectados, la transmisión de calor también puede producir cambios de fase, como
la fusión del hielo o la ebullición del agua. En ingeniería, los procesos de transferencia de calor
suelen diseñarse de forma que aprovechen estos fenómenos. Por ejemplo, las cápsulas espaciales que
regresan a la atmósfera de la Tierra a velocidades muy altas están dotadas de un escudo térmico que
se funde de forma controlada en un proceso llamado ablación para impedir un sobrecalentamiento
del interior de la cápsula. La mayoría del calor producido por el rozamiento con la atmósfera se
emplea en fundir el escudo térmico y no en aumentar la temperatura de la cápsula

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