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Expertos en nutrición
mineral de las plantas han lanzado la voz de alarma sobre los problemas
medioambientales que están causando las altas cantidades de nitrógeno que contienen
los cultivos.
Este fertilizante es uno de los más utilizados por los agricultores porque mejora
considerablemente el rendimiento de la producción. Sin embargo, un uso excesivo del
mismo puede provocar, según los científicos, serios perjuicios para la atmósfera y para el
agua que consumimos.
Para intentar paliar los efectos de este tipo de sistemas agrarios y buscar posibles
soluciones, investigadores de diversos centros públicos de investigación, universidades y
empresas del sector de los fertilizantes se han reunido del 19 al 21 de julio en
la Universidad Pública de Navarra para dar a conocer los resultados de los últimos
estudios sobre la nutrición mineral de las plantas.
El objetivo de este encuentro era establecer las herramientas necesarias para minimizar
el impacto ambiental originado por los elevados índices de nutrientes de los cultivos y
favorecer los procesos de producción.
Problemas de salud
metahemoglobinemia
El nitrógeno es un factor de producción muy importante porque determina el rendimiento.
Sin embargo, se ha comprobado que el uso de este nutriente afecta a la calidad del agua
y de la atmósfera.
Por un lado, las aguas con altas concentraciones de nitratos producen un tipo de algas
que consumen el oxígeno e impiden el desarrollo de la fauna. Por otro, los gases que
emiten los cultivos con índices de nitrógeno muy elevados favorecen el calentamiento
global de la tierra y provocan problemas respiratorios a las personas con asma.
Los abonos o fertilizantes se definen como los materiales cuya función principal
es proporcionar a las plantas distintos nutrientes.
Los fertilizantes aportan:
a) nutrientes principales: exclusivamente, los elementos nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K)
b) nutrientes secundarios: los elementos calcio (Ca), magnesio (Mg), sodio (Na) y azufre (S)
c) micronutrientes: los elementos boro (B), cobalto (Co), cobre (Cu), hierro (Fe), manganeso
(Mn), molibdeno (Mb) y zinc (Zn), esenciales para el crecimiento de las plantas, aunque en
pequeñas cantidades si se compara con los nutrientes principales y secundarios
Los fertilizantes inorgánicos, entre los que se incluyen la cianamida cálcica, la urea y sus
productos de condensación y asociación y los fertilizantes que contienen micronutrientes
quelados o complejados, pueden diferenciarse en los siguientes tipos de abonos:
a) Simple: abono nitrogenado, fosfatado o potásico que aporta un único nutriente principal.
d) De mezcla: abono obtenido mezclando en seco varios abonos, sin reacción química.
e) Foliar: abono indicado para aplicación a las hojas de un cultivo y absorción foliar del
nutriente;
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Los efectos de los fertilizantes químicos sobre el medio ambiente están
ampliamente probados y son incuestionables, estando demostrado que su
uso conlleva un riesgo elevado de daños ambientales, como son la
contaminación de las aguas subterráneas y del suelo sobre los que se
aplican. De lo que no se habla tanto es del riesgo que sobre la salud de las
personas pueden acarrear los fertilizantes químicos.
Dado que para obtener un césped de alta calidad y resistente al uso es necesario recurrir, entre otras
tantas cosas, a los fertilizantes, es conveniente recordar algunos conceptos básicos sobre ellos a fin de
poder utilizarlos eficientemente.
a.Composición química
Expresa el contenido de nutrientes del fertilizante. Los nutrientes presentes en el abono pueden ser
denominados de distinta manera:
El P se presenta como P2O5 y el K como K2O. Para obtener la cantidad real de P solo debemos
multiplicar la cantidad de P2O5 por 0,44. De la misma manera para obtener la cantidad de K, debemos
multiplicar la cantidad de K2O por 0,83.
Por ejemplo:
Si aplicamos 1kg. de 15-15-15, las cantidades reales de N, P y K aplicadas serán N = 150 grs., P = 150 x
0,44 = 66 grs., K = 150 x 0,83 = 124,5 grs.
Los elementos secundarios se indican a continuación de los primarios.
Los productos que acompañan el abono y le dan volumen se denominan MATERIAL INERTE. Estos no
modifican las características del abono ni tienen acción fitotóxica, por ejemplo, ámbar, roca calcarea,
etc.
“Indice de basicidad” es el número de partes en peso de carbonato de calcio que ejercen la misma acción
neutralizadora que 100 partes en peso del suelo una vez aplicado el fertilizante.