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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN


DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA

LECTURAS ENTORNO AL CONFLICTO COLOMBIANO.


UNA APERTURA A SUS DIVERSOS ELEMENTOS.

MEMORIA PARA OPTAR AL TÍTULO PROFESIONAL


DE PROFESORA DE FILOSOFÍA

AUTORA: MACARENA VALENZUELA FIGUEROA


PROFESOR GUÍA: ÓSCAR ARIEL CABEZAS

SANTIAGO DE CHILE, SEPTIEMBRE DE 2018


Lecturas entorno al conflicto colombiano de Macarena Valenzuela Figueroa se distribuye
bajo una Licencia Creative Commons Atribución 4.0 Internacional.

UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN


FACULTAD DE FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA

LECTURAS ENTORNO AL CONFLICTO COLOMBIANO.


UNA APERTURA A SUS DIVERSOS ELEMENTOS.

MEMORIA PARA OPTAR AL TÍTULO PROFESIONAL


DE PROFESORA DE FILOSOFÌA

AUTORA: MACARENA VALENZUELA FIGUEROA


PROFESOR GUÍA: ÓSCAR ARIEL CABEZAS

SANTIAGO DE CHILE, SEPTIEMBRE DE 2018

Autorizado para
Sibumce Digital
UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE CIENCIAS DE LA
EDUCACIÓN SISTEMA DE BIBLIOTECAS – DIRECCIÓN DE
INVESTIGACIÓN
IDENTIFICACION DE TESIS/INVESTIGACIÓN

Título de la tesis: Lecturas entorno al conflicto colombiano. Una apertura a sus diversos
elementos.

Fecha: Septiembre, 2018

Facultad: Filosofía y Educación.

Departamento: Filosofía.

Carrera: Licenciatura en Educación y Pedagogía en Filosofía.

Título y/o grado: Licenciado en Educación y Profesor de Filosofía.

Profesor guía: Óscar Ariel Cabezas

AUTORIZACIÓN
Autorizo a través de este documento, la reproducción total o parcial de este
trabajo de investigación para fines académicos, su alojamiento y publicación
en el repositorio institucional SIBUMCE del Sistema de Bibliotecas UMCE.

________________
Macarena Valenzuela Figueroa
Dedico esta tesis a:

A las víctimas que ha dejado la violencia del conflicto armado colombiano, y a todos/as
quienes resisten día a día poniendo la otra cara, el hombro y el pecho, manteniendo coherente
el discurso con la acción cotidiana. Todos mis respetos.

A los/as compañeros/as de la Universidad Pedagógica Nacional de Bogotá, por toda su entrega


en las aulas y en las calles, por todo lo que me enseñaron y acompañaron durante mi estadía en
sus espacios.

A Sebastián Moreno, de la Universidad Nacional de Colombia, por tantas conversaciones,


cafés, paseos y cariños. Por su preocupación sincera durante mi estadía en su casa. Gracias por
todo el amor que compartimos y por la ayuda recibida para este escrito.

A Alex Galván, futuro colega por la Universidad de Córdoba, Colombia, por su colaboración
en este trabajo de memoria y escritura. Un fuerte abrazo a la distancia.

A Darien Romero, Camila Bañares, Daniela Orellana, Sebastián Bahamondes y Carlos Aros de
la UMCE. Gracias por tantos años juntxs.

A Francisca Ruz por su apoyo incondicional, muchas gracias por tanto cariño y de tantos años.

A mis abuelas, sin sus enseñanzas nada de esto sería posible, las amo.-

[1]
ÍNDICE DE CONTENIDOS

Resumen / Abstract 3
Introducción 5
1.Territorios y memoria histórica 1
0
1.1 El conflicto en Colombia. Para comprender por qué surge la guerra de 1
guerrillas. 0
Breve historia del conflicto.
1.2 El territorio colombiano y los grupos armados a través de su historia.
Acerca del uso del terror/horror. 1
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo 5
Autodefensas Unidas de Colombia
1.3 Del Narco contra el Estado hasta el Narcoestado.
¿Cómo se gesta lo narco en Colombia? 2
Lo narco no es sólo un negocio 7
2. De FARC-EP a Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. .
4
5
2.1 De Marx a Gramsci. .
Respecto a Gramsci en Latinoamérica. 4
5
.
2.2 Sobre los diálogos de paz y la lucha por la hegemonía.
5
Entre la lucha pacífica y la lucha por medio de la violencia.
2
.
3. Reflexiones finales 5
7
5
3.1 Acerca de la creación de la ley 1732 sobre la ‘Cátedra para la Paz’
7

3.2 Fuerza Alternativa Revolucionaria de Común. 6


Proyección política en el contexto actual. 5
.
Referencia bibliográfica
7
1
.
Libros
7
1

[2]
Archivos legales
7
2
Artículos
7
3
Prensa
7
4
Audiovisual
7
6
Anexos
7
8

RESUMEN

El siguiente trabajo es un esfuerzo por realizar un mapeo de los elementos que son
necesarios de revisar al momento de analizar el caso del conflicto armado colombiano, para
esto propongo dos capítulos principales. En el primero reviso como se da una normalización
de la violencia y del terror, tanto en lo que respecta conflicto armado (guerrilla y
paramilitares) como en lo narco, el uso y disposición tanto de territorios como de los cuerpos
por los distintos grupos armados, sus modos de actuar, especificando el rol que juega el
narcotráfico en todo este escenario. En el segundo, teniendo en cuenta este contexto que he
delineado pongo en tensión el concepto gramsciano de hegemonía, como lo que parece ser se
encuentra en disputa actualmente en Colombia, analizo cuál es el giro que realizan las FARC
al ingresar en los espacios tradicionales de la política y como esta hegemonía no solo se
disputa en estos últimos.

Para todo esto se toma en consideración algunos de los eventos más relevantes para la
historia del conflicto armado y que implicancias han tenido en la sociedad colombiana, en
particular en lo que respecta a como posicionarse frente a los discursos y acciones
provenientes de los grupos armados, y a su vez la complejidad que esto implica al pensar la
soberanía sobre el territorio de Colombia. Finalmente propongo un capítulo final con dos

[3]
reflexiones, una respecto a la ley 1732 sobre la “Cátedra para la Paz” y al trabajo de memoria,
reparación y justicia que implica para la sociedad colombiana, la segunda respecto así como
en este contexto de memoria, reparación y justicia en pos de un real proceso de reconciliación
las FARC deben posicionarse frente a la población civil, y la opinión internacional.-

Palabras clave: Violencia, terror, narcoestado, hegemonía, guerra de posiciones.

ABSTRACT

The following work is an effort to make a mapping of the elements that are necessary
to review when analyzing the case of the Colombian armed conflict, for this I propose two
main chapters. On the first I review how there is a normalization of violence and terror, both
in terms of armed conflict (guerrilla and paramilitary) and in the narco, the use and
disposition of both territories and bodies by the different armed groups, their ways and
methods, specifying the role that drug trafficking plays in this whole scenario. On the second,
considering the context that I have delimited, I put a strain on the Gramscian concept of
hegemony, as what seems to be currently in dispute in Colombia, analyze which is the turn
made by the FARC when entering the traditional spaces of politics and how this hegemony is
not only disputed in the latter.

For all this, we take into consideration some of the most relevant events for the history
of the armed conflict and what implications they have had in Colombian society, in particular
with respect to how to position themselves against the speeches and actions coming from the
armed groups, and, at the same time, the complexity that this implies when thinking about
sovereignty over the territory of Colombia. Finally, I propose a final chapter with two
reflections, one regarding Law 1732 on the "Chair for Peace" and the work of memory,

[4]
reparation and justice that it implies for Colombian society, the second regards as well as in
this memory context, reparation and justice in pursuit of a real process of reconciliation the
FARC must position itself in front of the civil population, and the international opinion.-

Key Words: Violence, terror, narcostate, hegemony, war of position.

INTRODUCCIÓN

Para comenzar, quisiera señalar lo complejo que ha sido realizar este escrito sin sentir
que en cierta manera estoy ejerciendo una suerte de violencia epistémica al teorizar sobre/en
un contexto ajeno a mí propia experiencia. Se me hace necesario, entonces, manifestar que
este trabajo ha sido realizado con todo el respeto y la admiración que tengo/siento por el
pueblo colombiano. ¿Por qué si me es, en este sentido, problemático trabajar este tema he
decidido llevarlo a cabo de igual manera? Porque el impacto que ha tenido el conflicto
armado colombiano, tanto en Latinoamérica como en Estados Unidos (por lo bajo) ha sido
innegable, y ahora la reciente firma de paz se presenta como la posibilidad de modificar un
escenario de naturalización/normalización de la violencia, principalmente en Colombia, pero
no solo en ella. Jacques Rancière lo expone de la siguiente manera en una carta escrita en
apoyo al ex candidato a la presidencia, Gustavo Petro:

La firma del acuerdo de paz del Gobierno colombiano con las FARC fue sentida en
todo el mundo como uno de los raros signos de esperanza en un tiempo donde se
desencadenan por todo lado odios, violencias, atentados, medidas represivas,
partidos xénofobos y políticas racistas. La liquidación de este proceso de paz sería un

[5]
desastre para el pueblo colombiano que tanto ha sufrido y para el mundo en general. 1
(Rancière, 2018)

Actualmente el Gobierno Nacional de Colombia junto con los principales dirigentes de


las FARC-EP han comenzado a negociar el proceso de paz, un proceso que como podemos
suponer va más allá de solo dejar las armas y que tiene un punto muy potente en lo que
respecta reparación y construcción de una Colombia sin guerra. Desde 1965 en Colombia se
viene desarrollando un conflicto armado que ha perdurado hasta la fecha, el conflicto armado
interno más largo de Latinoamérica del cual conocemos en más o menos medida, así sea por la
influencia de la prensa. Este conflicto tiene sus raíces en la problemática de la repartición de
tierras, ha decantado una disputa por el control del terror y la violencia, tanto por guerrilla
como paramilitares, donde sumado a esto el narcotráfico se ha convertido en la principal
forma de financiamiento de la guerra, asentándose en lo más profundo de la sociedad
colombiana, y es que con tal nivel de impacto no podría esperarse menos. No quisiera señalar,
o estigmatizar, con esto a la sociedad colombiana, pero sí me interesa hacer visible que tiene
una historia que permite comprender como la violencia se ha ido normalizando dentro de las
relaciones sociales.

Un conflicto armado que ha perdurado hasta la fecha. Sin embargo, si quisiéramos fijar
un origen este podría ser las luchas campesinas que estallaron entre 1940-1950, inspiradas por
los socialismos internacionales (La Unión Soviética, principalmente), en las cuales los
trabajadores del campesinado se enfrentaban a la fuerza militar, hasta que en 1964 se
organizan para dar la lucha a manera de guerrillas. En 1965 nacen las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC). Entre el 23 de febrero y el 26 de agosto del 2012, a
aproximadamente 47 años del nacimiento de las FARC, y luego de 33 años en procesos de
diálogos, los representantes del Gobierno de la República de Colombia y de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) realizaron un
“Encuentro exploratorio”, donde se encontraban como garantes el Gobierno de la República
de Cuba y el Gobierno de Noruega, además se encontraba como facilitador de logística y
acompañante el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. Este tiene por resultado
el “Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y

1 Carta escrita por Jacques Rancière en apoyo a la campaña presidencial de Gustavo Petro.

[6]
duradera”2 con fecha 26 de agosto de 2012 y sede en La Habana, Cuba, en el cual se
presentan los puntos trabajados hasta el momento, sin ser el acuerdo definitivo por aquel
entonces. Entre ellos destaca un punto que se mantiene constante en las posteriores
modificaciones al documento, a saber:

3. Fin del conflicto.

Proceso integral y simultáneo que implica:

2. Dejación de las armas. Reincorporación de las FARC-EP a la


vida civil – en lo económico, político y social-, de acuerdo a sus
intereses.”3

Es a partir de este documento que se levanta, tras intentos fallidos anteriores, la “Mesa
de Paz” estableciendo así las negociaciones con el gobierno de Juan Manuel Santos Calderón.
El pasado 23 de junio del 2016 se firma simbólicamente el “Acuerdo general para la
terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” en La Habana. Se
había acordado que la firma final de este acuerdo tendría fecha para el 7 de agosto de dicho
año en Colombia, sin embargo, esta fecha fue aplazada para que las FARC realizaran su última
conferencia antes de disolverse, como parte del acuerdo. Además de esto la Corte
Constitucional de Colombia avaló que se realizara un plebiscito a los ciudadanos para
legitimar estos acuerdos el cual se realizó el 2 de Octubre del 2016. Este arrojó como resultado
que “No” se aprobaban estos acuerdos por parte del pueblo colombiano. Pese a esto, y
siguiendo lo que dictó la Corte Institucional, firman de modo de libre manifestación de la
voluntad tanto de las FARC como del Gobierno el “Acuerdo final para la terminación del
conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” 4 el 24 de noviembre del 2016, en el

2 “Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”,
La Habana, Cuba, 2012.
(https://www.mesadeconversaciones.com.co/sites/default/files/AcuerdoGeneralTerminacionConflicto.p
df)
3 Ibíd. pág. 3
4 “Acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”,
Bogotá, Colombia, 2016
( https://www.mesadeconversaciones.com.co/sites/default/files/24-1480106030.11
1480106030.2016nuevoacuerdofinal-1480106030.pdf)

[7]
teatro “Colón” de Bogotá, documento que presenta las modificaciones que ha sufrido el
acuerdo general.

Ahora, teniendo en cuenta que este es el contexto actual del conflicto colombiano, los
puntos fundamentales que trabajo en esta memoria son:

Primero, cómo se podría comprender una naturalización de la violencia por medio del
uso del terror en las disputas de territorios, el uso de los cuerpos quebrados para (des)limitar
las acciones posibles por parte de los grupos armados; guerrilla y paramilitares, cómo el
narcotráfico se va a configurar en lo económico y lo social, en particular en la construcción de
una narco-política y de una narco-cultura. Para esto me basaré en la recopilación histórica
realizada por el Centro Nacional de Memoria Histórica, y traeré a la discusión las nociones de
cuerpo quebrado y sujeto endriago propuestos por Sayak Valencia, además de algunas
nociones sobre el concepto de Narco-máquina que acuña Rossana Reguillo.

Segundo, otra cuestión fundamental a tratar es que si bien las FARC han de dejar las
armas no por ello dejan de lado su ideal transformador de la sociedad, para esto tomaré tres
conceptos de Antonio Gramsci que serán claves para este trabajo; la guerra de movimientos, la
guerra de posiciones y la hegemonía. En breves palabras, Gramsci está pensando en el
contexto de la postguerra (Primera Guerra Mundial), la guerra de movimientos se entiende
como la estrategia el ataque frontal/directo, la guerra de posiciones refiere a la lucha por el
control de la hegemonía, y a esta última, basta con que por el momento la tengamos en mente
como aquello que permite la conducción intelectual/moral/cultural de las masas. Pretendo en
este escrito realizar una lectura respecto a cómo en Latinoamérica se puede leer esta guerra de
movimientos en tanto que guerra de guerrillas, así como trabajar particularmente en el caso
colombiano como parece estar dándose el giro desde un foco guerrillero a uno de tendencia
más bien ‘pacífica’.-

Tercero, en este contexto, en septiembre de 2014 el Gobierno de Juan Manuel Santos


promulga la ley n° 1732 que obliga a todas las instituciones educativas de primaria a media a
implementar la Cátedra de Paz, dejando la cátedra de cierto modo abierta a ser trabajada como

[8]
cada institución determine mejor comprendiendo sus contextos particulares. Hasta la fecha son
varias las agrupaciones, organizaciones y universidades que han levantado programas o
modelos acerca de cómo debiese implementarse esta materia, el caso que presenta este trabajo
es la propuesta de Corporación Humanas quienes no solo señalan la relevancia de una
educación que fomente la cultura de paz, sino que también señalan que esta debe tener un
enfoque de justicia de género. El presente escrito tiene por objetivo develar porque es válido
pensar este enfoque de justicia de género, cuáles son los principales conceptos que se abordan
a lo largo del programa y cómo pudiese estarse jugando en este programa una suerte de
justicia en tanto traer la voz de aquellas que fueron invisibilizadas durante los años de
conflicto, y que podrían caer en esa misma invisibilización en este proceso de pacificación.

Cuarto, finalmente el presente escrito tiene como intención hacer una breve revisión
del proyecto político actual de las FARC en relación al punto anteriormente mencionado
sobre la hegemonía, para esto revisaremos las tesis más relevantes, a mi parecer, del
programa político que proponen comprendiendo lo complejo del contexto para
implementarlo o llevarlo a cabo.-

[9]
1. TERRITORIOS Y MEMORIA HISTÓRICA

1.1 EL CONFLICTO EN COLOMBIA. PARA COMPRENDER POR QUÉ SURGE


LA GUERRA DE GUERRILLAS.

Breve historia de conflicto.

Para comprender el desarrollo del conflicto armado en Colombia es necesario


remitirnos a su origen y los diferentes elementos que han permitido su modificación y
permanencia en el tiempo. Alain Labrousse en el año 2011 va a señalar que “en Colombia los
conflictos tienen sus raíces en la guerra civil (“La Violencia”1948-1953), que en particular
dio origen a la guerrilla comunista de las FARC.” (Labrousse, 2011) Ahora bien, si nos
guiamos por los estudios realizados por el Centro de Memoria Histórica podemos señalar que
los elementos que permitirían explicar el desarrollo del conflicto serían;

La persistencia del problema agrario; la irrupción y la propagación del narcotráfico;


las limitaciones y posibilidades de la participación política; las influencias y
presiones del contexto internacional; la fragmentación institucional y territorial del
Estado (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2013).

[10]
Entre los años 1958-1982 se enmarca la primera etapa de conflicto, la cual es señalada
como el paso de la violencia entre conservadores y liberales a una violencia subversiva. Es
necesario, entonces, revisar el período histórico conocido como “La Violencia” (1946-1958)
en el cual los partidos tradicionales; Conservador y Liberal recurren a actos de violencia para
obtener el dominio del aparato estatal. Galeano relata sobre este momento de la historia
colombiana que “la violencia había empezado como un enfrentamiento entre liberales y
conservadores, pero la dinámica del odio de clases se fue acentuando cada ve más su
carácter de lucha social” (Galeano, 1971). Un antecedente importante, que destaca el Centro
de Memoria Histórica, es el sectarismo que expresó el líder conservador Laureano Gómez,
quien fuera presidente durante los años 1950-1953, quien además posee el apoyo de la Iglesia
Católica quien le “da una justificación moral y religiosa al discurso antiliberal y
anticomunista.”(CNMH, 2013) El Centro de Memoria Histórica reconoce además que el
hecho de que existirían miembros de ambos partidos dentro del aparato estatal, jurídico y
militar permitió la exacerbación de este tipo de actos.

Durante diez años, entre 1948 y 1957, la guerra campesina abarcó los minifundios y
los latifundios, los desiertos y los sembradíos, los valles y las selvas y los páramos
andinos, empujó al éxodo a comunidades enteras, generó guerrillas revolucionarias y
bandas de criminales y convirtió al país entero en un cementerio. (Galeano, 1971)

Un hecho que marca la radicalización de este proceso es el asesinato a Jorge Eliécer


Gaitán en abril de 1948, luego de varias represiones a los movimientos (campesinos y
obreros, principalmente) que venían bajo las ideas del “Gaitanismo”, y que conlleva a una
serie de revueltas en la ciudad de Bogotá, el denominado Bogotazo. Luego de esto, la
violencia se enmarcó en el campo;

el gobierno enviaba policías y soldados a cortar testículos, abrir los vientres de las
mujeres embarazadas o arrojar a los niños al aire para ensartarlos a puntas de
bayoneta bajo la consigna ‘no dejar ni la semilla’ (…)Fueron los campesinos quienes
pusieron los muertos. La guerra alcanzó extremos de increíble crueldad, impulsada
por un afán de venganza que crecía con la guerra misma. Surgieron nuevos estilos de
la muerte: en el ‘corte corbata’, la lengua quedaba colgando desde el pescuezo. Se
sucedían las violaciones, los incendios, los saqueos; los hombres eran descuartizados

[11]
vivos, desollados o partidos lentamente en pedazos; los batallones arrasaban las
aldeas y las plantaciones; los ríos quedaban bañados de rojo. (Galeano, 1971)

El cuerpo roto, quebrado, destruido y/o mutilado comienza a tomar presencia en la


historia de Colombia. Se cuenta también como otra violencia muy cruda era abrir el vientre de
las mujeres embarazadas, sacarles el bebé y cambiarlo por una gallina viva, para terminar por
cerrar nuevamente el vientre de aquella mujer. Adjunto en el anexo dos pinturas de Alejandro
Obregón, enmarcadas en su “Estudio para la violencia” donde relata este tipo de hechos por
medio del óleo. 5

Es en este contexto en que los partidos tradicionales forman grupos armados; “la
policía chulavita y Los pájaros (asesinos a sueldo), al servicio del Gobierno Conservador;
del otro, las guerrillas liberales y las autodefensas comunistas.”(CNMH, 2013) Fue tal el
nivel de conflicto político existente entre ambos partidos que se llegó a la creación de grupos
armados que “cometieron masacres, actos violentos con sevicia, crímenes sexuales, despojo
de bienes y otros hechos violentos con los cuales “castigaban” al adversario”. (CNMH,
2013)

Recién cuando Gustavo Rojas Pinilla toma el poder al realizar un golpe de Estado a
Laureano Gómez (cuando este debía asumir su segundo mandato el 13 de junio de 1953,
curioso si se piensa en el acto violento de un golpe) es que se da el primer mandato de
pacificar a Colombia. Para esto, poner fin a la problemática bipartidista, ofrece amnistía tanto
para las autodefensas campesinas y las guerrillas liberales, estas últimas se pliegan a esta, por
su lado, las autodefensas campesinas se mantienen. Como respuesta el gobierno despliega
“operativos militares contra los núcleos de autodefensas campesinas que precipitaron su
transformación en guerrillas revolucionarias” (CNMH, 2013), de hecho es uno de los
argumentos por los cuales se negaron a dejar las armas. Con el fin de calmar los
enfrentamientos se levanta el Frente Nacional entre 1958 y 1974, una coalición política entre
el Partido Liberal y el Partido Conservador. Esta unión fue importante ya que durante todo el
período de tiempo en que esta se mantuvo estuvo relacionada con el Gobierno de Estados
Unidos, en particular y en el contexto de la Guerra Fría, y la lógica anticomunista de contener
el enemigo externo, la mantención de la seguridad, para esto “fueron puestas en prácticas

5 Revisar Anexo 1

[12]
estrategias de contención al comunismo que combinaron la represión a los grupos
insurgentes con el reformismo social” (CNMH, 2013). Sin embargo, el triunfo de la
Revolución Cubana en 1959 servía de inspiración para aquel auge de movimientos
insurgentes que nacieron durante este período.

Para 1964 varios de estos grupos de campesinos se habían concentrado en la


cordillera, al centro del país, Marquetelia, Tolima. Vivían en las denominadas “Repúblicas
Independientes” cuando el ejército les bombardea y los sobrevivientes se van hacia el sur del
país. En 1966 se levanta la primera guerrilla llamada “Bloque Sur”, la cual luego pasaría a
autodenominarse Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, de inspiración marxista-
leninista, gracias al contexto mencionado anteriormente de tensión entre la Unión Soviética y
Estados Unidos. A los pocos años surge el Ejército de Liberación Nacional (ELN), inspirando
por la revolución cubana, y luego le seguirán el Ejército de Liberación Popular (ELP), más
cercano a la lectura maoísta, y el Movimiento 19 de abril (M-19), quienes robaron la espada
de Simón Bolívar bajo la consigna “Con el pueblo, con las armas, al poder”. Este primer
período es de asentamiento, se despliegan los grupos armados en diversos frentes a lo largo
del país, concentrándose principalmente en zonas agrarias y campesinas.

En 1980 las FARC agregan a su nombre “Ejército del Pueblo” (FARC-EP), cuando
ponen de manifiesto su intención de llegar al poder por medio de las armas, este período es
considerado un segundo periodo de acumulación de fuerzas “combinando todas las formas de
lucha con miras a una insurrección y la toma del poder” (CNMH, 2013). A finales de esta
década surgen los primeros grupos paramilitares lo cual tiene como resultado una
profundización del enfrentamiento armado.

A partir de los años ochenta, con el desarrollo de las FARC, la aparición de los
paramilitares de extrema derecha de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y
de las bandas de narcotraficantes, el conflicto se extendió por una parte importante
del territorio. (Labrousse, 2011)

En el año 2000 se implementa el “Plan Colombia” guiado por Estados Unidos contra
el narcotráfico, y los grupos insurgentes. Para ese año las FARC-EP alcanzaron su mayor
capacidad en hombres, 20.000 en total (CNMH, 2013), divididos en varios frentes. En este
período los grupos guerrilleros, ya desplegados en los distintos territorios y con una

[13]
importante cantidad de frentes, buscaron el colapso del Estado y de “la oligarquía”, término
utilizado para referirse a la élite económica, por medio de las armas, lo que se perseguía era la
obtención del poder político. Coincide esto con lo que expresa el “Che” Guevara;

Hoy por hoy, se ve en América un estado de equilibrio inestable entre la dictadura


oligárquica y la presión popular. La denominamos oligárquica pretendiendo definirla
alianza reaccionaria entre las burguesías de cada país y sus clases terratenientes, con
mayor o menor preponderancia de las estructuras feudales. (Guevara, 1963)

Los resultados de esta historia ya son de conocimiento público, las varias masacres
realizadas por los grupos paramilitares, los secuestros realizados por la guerrilla, las
violaciones a los derechos humanos por parte de ambos grupos, por mencionar solo algunos.
La población más afectada ha sido la civil. Vale destacar que este no es el primer intento de
pacificar a Colombia, hubo tres intentos anteriores hasta el gobierno de Álvaro Uribe, entre
2002-2010, quién decidió levantar fuertes ataques a los núcleos guerrilleros, bombardeandño
varios campamentos, por ejemplo. Imposible no destacar de este gobierno la gran cantidad de
falsos positivos que le fueron adjudicados. El falso positivo, principalmente jóvenes pobres,
muchos de Soacha muy cerca de Bogotá, que eran engañados con trabajos fuera de la ciudad
pero realmente eran obligados a vestirse como guerrilleros antes de ser fusilados para sumar
la cifra de ‘dados de baja’.

Juan Manuel Santos asume como presidente el 7 de agosto del 2010 y fue reelecto el
15 de junio del 2014. En agosto del 2010 “Caracol Radio” fue foco de un atentado adjudicado
a las FARC, en septiembre del mismo año el “Frente 48” de este grupo es bombardeado por la
fuerza militar y policiaca, donde fallece el comandante de este frente, Sixto Cabaña Guillén,
alias “Domingo Biojó” y se realiza el “Plan Sodoma” donde muere Víctor Suarez Rojas, alias
“Jorge Briceño Juarez”, comandante del “Bloque oriental”. Con estos frentes atacados es que
el marzo del 2011 comienzan los primeros acercamientos para establecer los diálogos de paz.-

[14]
1.2 EL TERRITORIO COLOMBIANO Y LOS GRUPOS ARMADOS
A TRAVÉS DE SU HISTORIA

Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo / FARC-EP

“Los campesinos, asediados por la represión, emigraron


a las montañas y allí organizaron el trabajo agrícola y
la autodefensa.” (Galeano, 1971)

Hemos dicho ya que las FARC no son la única guerrilla que estuvo/está por los
territorios de Colombia, sin embargo, es la primera y para nuestros fines la única que
analizaremos. El origen de las FARC se ubica en Marquetelia, departamento de Tolima. He
mencionado anteriormente que surgen como respuesta al Ejército, este grupo de campesinos
que se habían establecido en las montañas en “Repúblicas Independientes”. Es una lucha
campesina que culmina en las armas, siguen el Marxismo-Leninismo, pero sobre esto hay que
mencionar que “solo hasta los años ochenta fueron explícitos en su idea de poder de llegar a
una toma estratégica del poder.” (Palomino y Marcos, 2016) Su estrategia era ofensiva “una
avanzada militar sostenida a través del incremento de los niveles de reclutamiento y la
modernización del armamento”. (Palomino y Marcos, 2016) El foco de las FARC estaba en
perpetuar su lucha en lo que respecta a participación política, se expandieron militarmente

[15]
con la toma de poblaciones completas6, funcionan como Fuerzas Armadas, agrupadas por
frentes y bases. y es que “la concepción del poder para las FARC gira no tanto en torno a la
construcción del poder, que lo hacen, como a la toma estratégica del poder”. (Borges, 2016)

Con respecto al narcotráfico es necesario mencionar que cobraron impuestos a la


comercialización de la pasta base de cocaína, “se vieron obligadas a “regular y cobrar
impuestos a dichos cultivos”, por operar en la ‘zona de trabajo’ de los narcos” (Borges,
2016), aunque luego se dice que se metieron por completo al negocio del narcotráfico,
retomaremos este punto más adelante, lo que me interesa destacar es que este fue uno de sus
modos de financiamiento. Dentro de los módulos de violencia se señala el reclutamiento
forzado a menores, atentados en zonas rurales y a Bogotá, las minas antipersonal y distintos
elementos explosivos como carros. El Centro Nacional de Memoria Histórica señala respecto
de las guerrillas, en general, que estas;

Recurrieron a los secuestros, los asesinatos selectivos, los ataques contra bienes
civiles, el pillaje, los atentados terroristas, las amenazas, el reclutamiento ilícito y el
desplazamiento forzado selectivo. Además afectaron a la población civil como efecto
colateral de los ataques a los centros urbanos, y de la siembra masiva e
indiscriminada de minas antipersonal. (CNMH, 2013).-

6 Revisar Anexo 2: Mapa de los territorios bajo el control de las FARC.

[16]
Autodefensas Unidas de Colombia / AUC

El origen del fenómeno paramilitar colombiano lo posicionaría en las milicias creadas


en Puerto Boyacá, 1981-1989, “por las élites rurales de la región, con el apoyo de la
guarnición militar local- con el fin de defenderse de las extorsiones y de los secuestros
perpetrados” (Labrousse, 2011) cometidos por las FARC. Podríamos decir que es un poco
difuso de entrada ya que serían resultado tanto de iniciativas privadas como de grupos creados
por el Estado. El primer grupo paramilitar conocido fue el MAS (Muerte A Secuestadores),
en 1981, el cual tenía como fin proteger a los cabecillas de los carteles, a los terratenientes y a
sus familias de los secuestros y extorsiones que tenían las guerrillas como métodos de acción,
en respuesta, en particular, al secuestro de Martha Ochoa (Hermana de Los Ochoa) por parte
del M-19 que exigía 12 millones de dólares para devolverla a su familia.

La última ola paramilitar data de 1994, con la creación –por parte de los hermanos
Fidel, Carlos y José Vicente Castaño Gil, a pedido de ganaderos y hombres de
negocios de dos departamentos- de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y de
Urabá (ACCU). (Labrousse, 2011)

Entre sus milicianos se encontraban tránsfugas de distintas guerrillas que fueron


entrenados por la brigada XIV del Ejército colombiano y “se dedicaron a numerosas
masacres de supuestos simpatizantes de la guerrilla y echaron a las FARC de la región

[17]
bananera de Urabá.” (Labrousse, 2011) Durante el gobierno de Ernesto Samper (1994-1998)
se crean las Cooperativas de Vigilancia, CONVIVIR, cuáles de las muchas decantaron en
sumarse con grupos paramilitares. Como dato, Samper aparece en la Lista Clinton, Specially
Designated Narcotics Traffickers creada en 1995 por dicho presidente, que es algo así como la
lista negra de las empresas y/o personas vinculadas con el narcotráfico y el lavado de activos,
de hecho se le fue retirada su visa de ingreso a los Estados Unidos en 1996 durante su
mandato. Álvaro Uribe, quién luego sería presidente de Colombia, era entonces gobernador
del Departamento de Antioquía, que tiene como capital a Medellín, y fue reconocidamente
uno de sus promotores.
Las cuatrocientas organizaciones de este tipo estaban dirigidas, a todos los niveles,
por dos mil oficiales de las Fuerzas Armadas en situación de retiro. Las exacciones
cometidas contra la población y su implicación en el tráfico de droga obligaron a la
Corte Constitucional a declararlos ilegales y al presidente Samper a disolverlos.
(Labrousse, 2011)

Las AUC, Autodefensas Unidas de Colombia, nacen en 1997 dirigidas por Carlos
Castaño, luego de una conferencia donde se juntan los comandantes paramilitares de los
diferentes departamentos del país, gracias a esto logran expandir los territorios que se
utilizaban para el cultivo de coca. En el año 2004 el gobierno estimaba que eran 49 los
frentes paramilitares, presentes en 26 de los 32 departamentos del país, y en alrededor de
400 de las 1.000 municipalidades; con solo 3.000 combatientes en 1995, diez años más tarde,
eran 13.500. (Labrousse, 2011) Durante los gobiernos de Álvaro Uribe (2002-2010), en el año
2003 se instala una mesa de negociaciones con los grupos paramilitares, el 2005 se impulsa la
norma conocida como Ley de Justicia y de Paz. Según las cifras de Labrousse y del CNMH
aproximadamente 32.000 paramilitares se desmovilizaron acogiéndose a esta normativa ya
que abría la posibilidad a condenas alternativas a cambio de ayudar a la reparación de las
víctimas, además esta Ley apunta a la reincorporación a la vida civil. Me parece necesario
destacar que cuando se inician las negociaciones con este grupo su líder Carlos Castaño
renuncia a su puesto de líder político y se declara “en desacuerdo con los secuestros
extorsivos y con la participación sistemática de los jefes de la organización en el tráfico de

[18]
drogas. En represalia fue asesinado por iniciativa de su propio hermano Vicente.”
(Labrousse, 2011)
Este proceso de negociación fue criticado por el ex Presidente Andrés Pastrana (1998-
2002) ya que habría dado espacio para que algunas cabecillas del narcotráfico fueran juzgados
bajo esta normativa, y así no ser extraditados. Sin embargo, en mayo del 2008 se extradita a
14 jefes paramilitares hacia los Estados Unidos donde fueron acusados de narcotráfico. Del
estado actual de las AUC basta con decir que aún están activas en las diferentes regiones del
país, y que continúan cometiendo asesinatos selectivos, principalmente a líderes sociales.
Sobre los modos de violencia ejercidos por parte de este grupo el Centro Nacional de
Memoria Histórica va a señalar que:

Los paramilitares estructuraron e implementaron un repertorio de violencia basado


en los asesinatos selectivos, las masacres, las desapariciones forzadas, las torturas y
la sevicia, las amenazas, los desplazamientos forzados masivos, los bloqueos
económicos y la violencia sexual. (CNMH, 2013)

Sólo voy a dejar mencionado algo que retomaré inmediatamente en el capítulo


siguiente, y es que las masacres son utilizadas de modo desafiante hacia el poder que estaban
acumulando las guerrillas en algunas regiones. Las masacres son una exhibición de la
violencia, y su ejecución es exagerada en los métodos porque buscar aleccionar a quienes las
sobreviven. (CNMH, 2013) Arremeten contra una población civil que pudiese colaborar o no
con la guerrilla, pero que busca dejar un mensaje claro; que es mejor no hacerlo.-

[19]
Acerca del uso del terror/horror

“Sí era dejarlos ahí [los cuerpos] para sembrar el terror


contra el enemigo. En El Placer nosotros hacemos sentir
la organización, como se dice.”7 (Ospina, Alias
Tomate, 2010)

Cuando comencé a estudiar la historia más o menos reciente de Colombia lo que


encontré fue un pozo de cuerpos que no parece agotarse todavía. Pero más allá de los muertos
que pueda dejar el conflicto, lo que más impacta es como se va naturalizando el uso de estos
cuerpos como muestra de poder, como un acaparamiento del terror/horror que busca controlar
a los territorios en disputa, y posicionar también a los cuerpos de los vivos, y es que en
Colombia los distintos grupos armados; tanto guerrillas, como paramilitares, bandas
criminales y la fuerza pública se han enfrentado por medio de atentados, asesinatos selectivos,
masacres, enfrentamientos directos, desapariciones forzadas, reclutamiento de menores,
secuestro, extorsión, tortura y violencia sexual. Martha Nubia Bello, del Centro Nacional de
Memoria Histórica, en el documental “No hubo tiempo para la tristeza” (2013), realizado por
el mismo grupo, va a decir que “lo particular de este conflicto es la conjugación de todas las

7 Carlos Mario Ospina, ex paramilitar del Bloque Sur Putumayo de las AUC. Versión libre del postulado Carlos
Mario Ospina Bedoya, alias Tomate, 15 de marzo del 2010, Bogotá. Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía.
Grupo de Memoria Histórica. El Placer. Mujeres, coca y guerra en el bajo Putumayo. Recuperado del texto
¡Basta ya! Colombia: Memoria de guerra y dignidad.

[20]
formas de violencia y el uso de todas las modalidades de violencia por parte de todos los
actores armados.”8
Antes de explayarme quisiera acercar tres definiciones; el terror lo vamos a definir
como “miedo muy intenso” 9, el horror como “sentimiento intenso causado por algo terrible y
espantoso”10, o, en otras palabras, el terror es el miedo llevado a su máximo grado, el horror
es un sentimiento intenso que puede ser miedo pero también podría ser repugnancia o rechazo
profundo, y la violencia, o a las acciones violentas, como el “uso de la fuerza, física o
moral”11 e “implica una fuerza e intensidad extraordinarias”12. El centro de memoria
histórica señala que:

Los actores armados atacan a la población civil como parte de sus estrategias para
obligarla a transferir o a mantener sus lealtades y a servir como proveedora de
recursos. Atacar a la población es, para los actores armados, una forma de debilitar
al adversario y, al mismo tiempo, de acumular fuerzas. La población civil es para los
actores armados una fuente de respaldo político, económico, moral y logístico, que
suma en el resultado final del conflicto. Para los victimarios, poco importa si ese
respaldo es consentido o forzado. (CNMH, 2013)

En los capítulos anteriores he mencionado los modos de violencia que ejercía tanto la
guerrilla de las FARC-EP como las AUC. La que particularmente me interesa trabajar para
esta narración del horror es la masacre. ¿Por qué? Como he dejado entrever antes es porque la
masacre considera cierta disposición de los cuerpos de las víctimas para transmitir un mensaje
a aquellos otros cuerpos que quedan en vida. Dentro de las estrategias paramilitares la
masacre ha sido utilizada de manera sistemática en contra tanto de guerrilleros, como de
poblaciones acusadas de ser colaboradoras con la guerrilla. Estas masacres extremadamente
violentas, y crueles, rompen muchas veces con la promesa de protección que las guerrillas
daban a ciertos poblados, las huellas que quedan en el cuerpo, las de la sevicia, no son otra

8 Magíster en Ciencia Política e Investigadora del CNMH, entrevistada por el CNMH para el
documental “No hubo tiempo para la tristeza”, 2013
9 Real Academia Española, .http://dle.rae.es/?id=Zd0oAGD
10 Real Academia Española, http://dle.rae.es/?id=KgX9OaV
11Real Academia Española, para este caso se usó la definición de violento,ta. http://dle.rae.es/?
id=brjKWH1
12 Ibíd.

[21]
cosa que una advertencia clara al espectador, “un mensaje aleccionador para la población”
(CNMH, 2013), pero claramente un mensaje también en contra de los grupos guerrilleros,
respecto de los no-límites a los cuáles estaban dispuestos a llegar con tal de “obtener el
control total del territorio” (CNMH, 2013) Entre los casos documentados de sevicia, el GMH
ha podido identificar entre sus mecanismos:

el degollamiento, el descuartizamiento, la decapitación, la evisceración, la


incineración, la castración, el empalamiento y las quemaduras con ácidos o sopletes.
A la utilización de armas cortopunzantes que han acompañado estas prácticas de
crueldad extrema, se sumó el uso de herramientas agrícolas que se erigieron como
símbolos del terror: la motosierra y el machete. (CNMH, 2013)

También el Centro Nacional de Memoria Histórica señala que 6 de cada 10 de estos


casos fueron ejecutados por grupos paramilitares. Por parte de las guerrillas las masacres
funcionaron como respuesta a las acciones paramilitares. Esto explica porque para la
población civil las masacres tienen más bien un sello paramilitar. Sobre las masacres de la
guerrilla el CNMH señala que:

Algunas fueron perpetradas en el momento mismo en el que irrumpía la violencia


paramilitar, para demostrar su disposición de responder con terror a la guerra que
proponía el otro grupo armado. También ejecutaron otras masacres cuando los
paramilitares habían consolidado el dominio en un territorio, con lo cual buscaban
hacerles ver que su control era inestable y precario y, por lo tanto, vulnerable.
(CNMH, 2013)

Ahora bien, que se incorpore el uso de la sevicia de manera recurrente, de la crueldad


en su máxima expresión, en los modos de violencia, en especial por parte de los grupos
paramilitares, genera una imagen terrorífica sobre estos grupos. Sayak Valencia, en su libro
“Capitalismo Gore”, está pensando respecto del caso de los carteles de droga mexicanos y sus
modos de tortura y violencia, señala que;

[22]
estas tecnologías de meticulosidad sanguinaria instauran un código de lectura dentro
del entramado de la violencia, creando así una semiótica de ésta a través de la lectura
de los mensajes enviados por medio de la aplicación de técnicas específicas de tortura
y modalidades de asesinato. (Valencia, 2010)

En el caso colombiano tampoco será distinto, pero en este caso podemos ampliarlo
desde los carteles de droga hasta los grupos paramilitares. Al infligir sobre aquellos cuerpos la
castración, el empalamiento, la mutilación de extremidades, el degollamiento, la sevicia en
general, se inscribe sobre aquellos cuerpos un código que es el código del terror y de la
amenaza; no tenemos límite. Todos los grupos van a utilizar de cierto modo el terror contra el
enemigo, pero los grupos paramilitares incorporan en su repertorio de acciones la crueldad
extrema de manera sistemática en contra de la población civil lo que genera que tengan una
reputación aterradora. Esta reputación, sostenida en sus crímenes, bastaba para que sus
amenazas fueran tomadas muy enserio y para marcar el (des)límite al que podían llegar con tal
de disputar el territorio.

La reputación de violencia buscaba instalar el miedo en la sociedad para romper los


vínculos entre la población civil y la guerrilla, y luego restablecerlos de otro modo, en
función de sus intereses estratégicos. A diferencia de la insurgencia, la sevicia fue
funcional en el paramilitarismo en la medida en que este grupo armado pretendía
tener el control duradero de la población a través del miedo, más que a través de una
oferta de protección. (CNMH, 2013)

Esta disputa por los territorios, que afecta sobre todo a la población civil, desplaza a
millones de personas a las grandes ciudades como Cali, Cartagena y Bogotá. No hay que
ignorar que en su mayoría son mujeres jefas de hogar, de origen campesino y/o indígena, y
niños/as. El Registro Único de la Unidad de las Víctimas 13, señala que tan solo en el 2017
54.684 personas fueron desplazadas, en su mayoría de los departamentos del Chocó, Nariño y
Antioquía. Tampoco nos olvidemos que esta disputa territorial no es tan sólo por el apoyo de
la población civil, sino también por los territorios que mayor ingreso pudiesen generar, ya

13 https://rni.unidadvictimas.gov.co/RUV

[23]
fuese para los grupos paramilitares o para la guerrilla, que podríamos señalar como los
territorios cocaleros. Retomando lo que señala Martha Nubia Bello en el documental “No
hubo tiempo para la tristeza” (2013); “quienes cometieron esos actos lo hicieron de manera
premeditada, calculada, en ciertos momentos del conflicto en que los actores armados se
disputaban cual tenía el mayor estatus de terror.”14

La violencia se ejerce de modo utilitario, en este sentido, ya que buscaba tomar control
del territorio. Ahora bien, el problema sobre la concentración de la tierra sabemos que está en
el centro del conflicto, por ende cuando hablamos de territorio debemos tener en
consideración “los despojos violentos, los usos inadecuados de los campos, las
colonizaciones masivas, y los intentos de titulaciones practicados desde antaño” (CNMH,
2013) a los que con la profundización del conflicto se les suma “los intereses de
narcotraficantes, los proyectos de explotación minera y energética, los modelos
agroindustriales y las alianzas de paramilitares, políticos, funcionarios públicos y las élites
económicas de algunas localidades” (CNMH, 2013)

Antún Ramos, Sacerdote que estuvo presente en la masacre del Bojayá, donde un
cilindro bomba reconocido públicamente por las FARC explota dentro de una iglesia matando
a más de 70 civiles en el año 2000, dice en una entrevista que la guerra te quita “tu forma de
vivir, tu forma de pensar”,15 y te hace otro. La guerra, el conflicto, tras más de 50 años de
vigencia se ha enraizado en la sociedad colombiana, una sociedad que tiene generaciones que
han vivido solo en el contexto de la guerra. Una guerra que podríamos caracterizar, de
primeras, por no ser percibida en las grandes ciudades como una realidad palpable, o en otras
palabras, que se gesta principalmente en las zonas rurales donde muy vulgarmente se podría
apelar a la idea de ‘tierra de nadie’, y como una guerra, que sin embargo, es de alta frecuencia
por los modos de violencia y asesinato que se utilizan de manera sistemática contra cierto
grupo de la población para disputar el monopolio del terror. Podemos hablar de que este
enraizamiento, si se me permite la expresión, decanta en que la guerra se naturaliza en los
territorios disputados, ya no es extraño que se asesine de manera selectiva a líderes sociales
14 Magíster en Ciencia Política e Investigadora del CNMH, entrevistada por el CNMH para el
documental “No hubo tiempo para la tristeza”, 2013
15 Sacerdote, Chocó, Bojayá entrevistado por el CNMH para el documental “No hubo tiempo para la
tristeza”, 2013

[24]
y/o indígenas, y la prensa ya tampoco muestra estos asesinatos que quedan en silencio impune,
puesto que ya forman parte de una cotidianeidad. Una campesina, Ema Alzate, de San Carlos,
Antioquía, lo relata cuando expresa que;

Ya uno se extrañaba cuando no habían muertos, porque a diario, diario, eran dos o
tres muertos hasta que llego al colmo de las cosas tan horribles que fue la masacre de
la Vereda Dos Quebradas cuando mataron a dieciocho personas en una masacre en
una misma noche. 16

Me parece necesario, eso sí, marcar un paso entre lo que es el uso del terror por parte
de la guerrilla y los paramilitares, al uso del terror por parte de las bandas criminales y las
organizaciones de los narcos, y es que, el terror no se hizo presente en las grandes ciudades
hasta la entrada de estos actores en la escena del conflicto. Una de las ciudades más afectadas
fue Medellín, el trabajador social, Andrés Medina, lo relata de la siguiente manera;

“nunca pensábamos que lo que veíamos por televisión en las zonas rurales, en los
pueblos, en otras regiones del país, donde eran confrontaciones bélicas de alto nivel entre
guerrillas, paramilitares, ejércitos, fuerza pública se fuera a trasladar a la ciudad”17

El conflicto, que se vuelve cada vez más difuso por la cantidad de actores que van
sumándose a este, se desplaza hacia la ciudad por medio de la guerra contra el estado. Por
parte de los narcos, esta se hace presente en las ciudades por medio de los atentados con
bombas, poniendo en jaque al gobierno de turno. Como veremos, en el capítulo siguiente, el
Cartel de Medellín logra posicionarse de tal modo que cambian la constitución de Colombia y
presionan al gobierno de Gaviria para construir una cárcel lujosa a fin de que Escobar se
entregara, La Catedral como se le llamará. Para concluir esta parte, sólo quisiera mencionar
que dentro de las estadísticas del CNMH se señala que durante los años 1980 y 2012 se
llevaron a cabo 1.982 masacres con un total registrado de 11.751 víctimas. De estas masacres,
“los grupos paramilitares perpetraron 1.166, es decir el 58,9% de ellas. Las guerrillas fueron
16 Campesina, Antioquía, San Carlos, entrevistada por el CNMH para el documental “No hubo tiempo
para la tristeza”, 2013
17 Trabajador Social, Comuna 13, Medellín, entrevistado por el CNMH para el documental “No hubo
tiempo para la tristeza”, 2013

[25]
responsables de 343 y la Fuerza Pública de 158, lo que equivale al 17,3% y 7,9%
respectivamente.” (CNMH, 2013) Hay 295 masacres, aproximadamente un 15%, que se
atribuyen a grupos armados sin identificar.

En el anexo18 dejo a disposición una serie de fotografías, todas de Jesús Abad


Colorado, tomadas entre los años 1997-2002 donde me parece se hace visible, de manera
desgarradora, estas violencias que se han ejercido sobre la población civil, y la presencia de
este cuerpo quebrado, desgarrado, en ciertos territorios. Por último, no olvidar que hoy en día
este cuerpo, quizás ya no tan desgarrado, pero si desangrado, se hace presente en los
asesinatos cometidos en contra de los líderes sociales, selectivos y constantes.-

18 Véase Anexos 3, 4, 5 y 6

[26]
1.3 DEL NARCO CONTRA EL ESTADO HASTA EL NARCOESTADO

¿Cómo se gesta ‘lo narco’ en Colombia?

“Prefiero un cementerio aquí en Colombia,


y no una cárcel en los Estados Unidos.
Si me extraditan va a correr mucha sangre,
eso al gobierno se los aseguro.”19

De entrada se me hace necesario destacar que el tema del consumo, venta y cultivo de
sustancias es evidentemente anterior al origen del conflicto, podríamos hablar del consumo de
hoja de coca, y otros, en el Amazonas desde tiempos inmemoriales, así como del cultivo y
consumo de marihuana desde 1920 “no solamente en la Costa Caribe, sino también en el
Viejo Caldas, Valle del Cauca, Antioquia y diferentes regiones del país” (Saénz, 2016), para
1960 los narcos ya estaban establecidos en el negocio y la cocaína se consumía
principalmente en Bogotá. Para nuestros fines pondremos el énfasis a partir de los años 1960-
1970, donde se genera una suerte de boom con respecto al uso de psicotrópicos, y en
particular, como la demanda norteamericana incrementó la producción en Colombia.

“La economía del narcotráfico creció en forma paralela a la economía legal y al


desarrollo de las comunicaciones y a una mayor integración económica, especialmente con
los Estados Unidos” (Saénz, 2016), los primeros grupos de narcotraficantes se originan por
ahí en 1975 por Medellín, y el centro del país, casi todos ex contrabandistas caídos por
conflictos entre los mismos grupos, en la siguiente generación ya tenemos nombres conocidos

19 Corrido de Uriel Henao. Prefiero una tumba en Colombia, https://www.youtube.com/watch?


v=QycJF15HpEM

[27]
como Pablo Escobar, Gustavo Gaviria, los hermanos Ochoa, Carlos Lehder y Gonzalo
Rodríguez por parte del cartel de Medellín, los hermanos Rodríguez, José Santacruz Londoño
y Hélmer Herrera por parte del cartel de Cali. Sin embargo, también es necesario mencionar
que las FARC, “a fines de los años setenta, deben enfrentar el problema de los cultivos
ilícitos en los territorios bajo su control” (Labrousse, 2011), de primeras señalan estar en
contra de su producción y consumo, pero luego van a asumir que los cultivos de coca forman
la base para la supervivencia de distintos grupos campesinos

En los departamentos de Arauca, Casanare, Meta y Caquetá, a partir de los años


setenta, la represión del Estado contra el movimiento campesino y el uso por parte de
los latifundistas de milicias armadas, llevaron a los colonos a los brazos de la
guerrilla. (Labrousse, 2011)

Y es que precisamente la presencia de la guerrilla aseguraba a los campesinos el que


no fuesen expulsados de aquellas tierras por los negociantes ganaderos, “reprimían robos y
crímenes y sobre todo adoptaban medidas rigurosas, que podían ir hasta la aplicación de la
pena de muerte a los consumidores de basuko20” (Labrousse, 2011), pero además de esto la
guerrilla regularizó los salarios para los jornaleros que cosechaban la hoja de coca, y los
precios de la coca que debían pagar los comerciantes a los pequeños productores (que
utilizaban sus campos), aplicaron un impuesto al precio de venta de la cosecha, que no
aplicaba a los alimentos, y cobraba a los comerciantes “el 8% del precio pagado por la
compra de las hojas o de la pasta base” (Labrousse, 2011), limitaba el uso de la tierra a fin
de evitar el monocultivo cocalero. Las tres cuartas partes debían usarse para el cultivo de
alimentos, necesarios tanto para la subsistencia de la población, como de la guerrilla. En 1997
van a declarar al respecto que:

Colombia es hoy el primer productor de hojas de coca porque los campesinos,


echados de sus tierras por la contra-reforma agraria, se dirigen hacia las zonas de
colonización para sembrar las únicas cosas que les permiten subsistir: la coca, la
amapola y la marihuana; zonas en las que no existen vías de comunicación,

20Pasta base de cocaína

[28]
ninguna infraestructura, ninguna política de comercialización, ninguna asistencia
técnica y aún menos asistencia económica. Por lo tanto es la única solución para
no morir de hambre.21 (FARC-EP, 1997)

Ahora bien, durante el gobierno de Alfonso López (1974-1978) se señala un


fortalecimiento económico del negocio, Saénz explica sobre esto que López “reaccionaba
con soberbia quejándose de la mala imagen que supuestamente se le hacía a Colombia
cuando los medios internacionales señalaban la creciente criminalidad y corrupción del
narcotráfico” (Saénz, 2016), dejando la responsabilidad a los Estados Unidos, ya que ellos
generaban la demanda. En su gobierno se abrió la “Ventanilla siniestra”, como fue
denominada por la prensa, al cambiar las políticas del Banco de la República para cambiar el
dinero colombiano a dólares, ya no era necesario saber el origen de los dineros para poder
realizar tal trámite. En el gobierno de Julio César Turbay (1978-1982) se inicia la acción
directa más destacable, el Tratado de Extradición con los Estados Unidos. Hasta esta fecha, la
clase política no había tomado acciones en contra del narcotráfico, de hecho, esos dineros
estaban llegando a sus manos por medio de la compra de propiedades, y otros, el problema
con los narcos inicia realmente cuando entre 1983-1984 estos comienzan a manifestar
aspiraciones políticas, y se posiciona a esta figura del narco como una suerte de ‘Robin
Hood’, aquel que viene desde abajo y logra ingresar donde los ricos para bajar ese dinero a los
más necesitados. En especial con la construcción del barrio “Medellín Sin Tugurios” por parte
de Pablo Escobar, retomaré este ejemplo en el capítulo siguiente.

Con el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) sucede que estos capos de la droga
se posicionan dentro de la vida social y política del país, Pablo Escobar incluso llega a la
Cámara de Representantes en 1982, teniendo como principales críticos al Ministro de Justicia
Rodrigo Lara Bonilla y a Carlos Galán, destacados personajes, de lo que fuera el Nuevo
Liberalismo, por luchar contra la intromisión de las redes del narcotráfico dentro de la política
tradicional. John Jairo Velásquez, Alias “Popeye”, quien fuera una de las manos más cercanas
al “Patrón” señala sobre este hecho que “Pablo era un hombre que quería entrar en la

21 Ponencia citada por Labrousse, Alain. “Geopolítica de las drogas”, Santiago, LOM Ediciones, 2012,
p.84.‘Taller, Narcotráfico en América Latina y el Caribe, ponencia presentada por la Comisión
Internacional de las FARC-EP, San José, Costa Rica, 18 y 19 de julio 1997’

[29]
política para cubrir sus actividades criminales, él sabía que como representante a la cámara
pues tenía inmunidad parlamentaria” (Velásquez, 2007).22

En 1983, Escobar renuncia a la Cámara al verse acorralado por las acusaciones


directas de Rodrigo Lara Bonilla, y el diario El Espectador. En 1984 el Ministro de Justicia
Lara Bonilla es asesinado, en 1986 el director de El Espectador, Miguel Cano, también es
asesinado, y con esto el gobierno no puede más que ratificar el Tratado de Extradición. En
1985, durante la Toma del Palacio de Justica, el M-19 (Movimiento 19 de Abril) quema una
serie de documentos entre los cuáles se encontraban las pruebas que iban a ser presentadas
contra Pablo Escobar. Recordemos que cuando se firma el Tratado de Extradición el Cartel de
Medellín se presenta bajo el nombre de una nueva organización, Los Extraditables, un
nombre con el cual se presentan como organización criminal pero, sin embargo, con cierta
apertura, ya que se posicionaban como cualquier colombiano que pudiese ser llevado a
Estados Unidos, es decir, posicionándose frente a la opinión pública, pese a esto su principal
modo de actuar era poner bombas, las cuales evidentemente afectaron a la población civil. En
1987 cae Carlos Lehder, primer cabecilla de una organización en ser extraditado hacia los
Estados Unidos; fue condenado a 135 años de prisión, pena que fue reducida al colaborar con
la DEA.

El cartel de Medellín se adjudica diversos asesinatos y atentados en contra de la fuerza


pública y de la población civil. En 1989 es asesinado Carlos Galán cuando se postulaba a la
presidencia por parte del Liberalismo, el mismo año sucede el atentado al Edificio del
Periódico El Espectador y del Departamento Administrativo de Seguridad. El ‘Popeye’, ex
jefe de sicarios de Escobar, señala en una entrevista algo, a mi parecer, extremadamente
potente:

Hay una cosa que es muy importante, el Cartel de Medellín es una organización
criminal más grande catalogada en el mundo por el Almanaque Mundial 23,
organización criminal civil. Uno ve por ejemplo la guerrilla, en este país, la guerrilla
22 John Jairo Velásquez, Alias “Popeye”, exjefe de los sicarios de Pablo Escobar, entrevistado para el
documental “Pablo Escobar: Ángel o Demonio”. 2007
23 The World Almanac and Book of Facts, libro de referencia estadounidense de publicación anual
sobre hitos, grandes acontecimientos, tragedias, entre otros.

[30]
en este país lleva como 40 años tratando de desestabilizar el estado, el Cartel de
Medellín en manos de un solo hombre, y un puñado de hombres que éramos nosotros
mismos, en 7 años arrodillamos al país, en esa época éramos más de 2000 hombres.24
(Velásquez, 2007)

El terrorismo, o más bien las acciones terroristas, ejecutadas por los distintos carteles
de droga, muchas veces fueron usadas no solo en contra de un objetivo o una sola persona,
hubo atentados que podrían interpretarse como ataques contra la sociedad en sí, por ejemplo;
“100 bombas hizo estallar el cartel de Medellín tan solo entre los meses de septiembre y
diciembre de 1989. Los afectados fueron supermercados, entidades bancarias, colegios,
instalaciones eléctricas y telefónicas.” (Revista Semana, 2013) En 1990, con el gobierno de
César Gaviria (1990-1994), es que se diseña la “Política de Sometimiento a la Justicia” con la
cual se pretendía que las principales cabezas de los Carteles se entregaran voluntariamente
bajo la promesa de reducción de penas y garantía de ser juzgados en el país, en 1991 los
primeros en entregarse fueron los hermanos Ochoa. Pablo Escobar y otros miembros del
Cartel de Medellín, sin embargo, no se entregarían hasta que se cambiara y aprobara
constitucionalmente la prohibición de colombianos hacia los Estados Unidos. Luego de una
serie de secuestros a familiares de políticos, ejecución de algunos de ellos, una nueva ola de
atentados con explosivos, policías muertos y un atentado en la plaza de toros de Medellín se
aprueban una serie de decretos bajo los cuales, recién el 19 de Junio de 1991, se va a entregar
Pablo Escobar.2526 La cárcel será recluido fue conocida como La Catedral, una prisión
construida en las afueras de Medellín, a las medidas de Pablo Escobar y desde la cual siguió
dirigiendo sus negocios, además de realizar excesivas fiestas. En Julio de 1992 se fuga, el
gobierno responde creando el Bloque de Búsqueda. Para esta fecha se organiza el grupo
paramilitar conocido como los PEPES, Perseguidos Por Pablo Escobar, que será presentado
públicamente en 1993. Esta organización fue liderada por los hermanos Castaño que no

24 John Jairo Velásquez, Alias “Popeye”, exjefe de los sicarios de Pablo Escobar, entrevistado para el
documental “Pablo Escobar: Ángel o Demonio”. 2007
25 El Espectador, ‘Violencia narcoterrorista entre dos gobiernos’, 2012,
https://www.elespectador.com/especiales/violencia-narcoterrorista-entre-dos-gobiernos-articulo-384341
26 Decreto 303 de Sometimiento a la Justicia, 1990,
http://www.proyectopabloescobar.com/2011/07/decreto-303-de-sometimiento-la-justicia.html

[31]
olvidemos fueron líderes de las AUC, principal grupo paramilitar del conflicto armado, pero
que el mismo Pablo Escobar señala fue financiado por el Cartel de Cali.27

El 2 de Diciembre de 1993, luego de evadir por seis meses al Bloque de Búsqueda y a


los PEPES, luego de un nuevo fallido intento de rendición enmarcado por el uso del terror,
fue acribillado por un comando de este bloque. Se hace necesario mencionar su muerte ya que
marca el fin definitivo del Cartel de Medellín, dejando las rutas libres tanto para el Cartel de
Cali como el Norte del Valle. Sobre esto hay que decir dos cosas: primero supone el fin del
narco-terrorismo, comprendido este como terrorismo político, como el uso premeditado de
una fuerza descomunal ejercer presión de modo que el Estado acceda a las demandas
políticas, ya que los métodos empleados por Escobar no van a ser retomados por las
organizaciones siguientes, al menos en lo que refiere al uso de bombas y explosivos, sin
embargo la violencia no se agota con esto, como legado se formó la “Oficina de Envigado” de
las partículas del Cartel de Medellín que quedaron en el territorio, y segundo, que esto
permitió el auge del Cartel de Cali, quienes deciden estrechar de manera efectiva su relación
con la clase política.28 Labrousse señala al respecto del Cartel de Cali que en comparación al
Cartel de Medellín:

La estructura del Cartel de Cali era relativamente similar, pero sus líderes, los
hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, fueron más allá realizando un
trabajo paciente y discreto de penetración en el seno de la burguesía local y luego
nacional. Pablo Escobar no tenía esa paciencia ni esa humildad (…) La guerra
declarada a la sociedad por Pablo Escobar, jalonada por cientos de víctimas, entre
ellas numerosos hombres políticos, magistrados y miembros de las fuerzas del orden,
obedecía tanto a resentimientos de orden personal como a la lucha contra el tratado
de extradición solicitado por Estados Unidos. Fue triturado en esa lucha contra el
Estado (…) En cuanto al Cartel de Cali, fue víctima de su propia ambición.
(Labrousse, 2011)

27 El Tiempo, Carta los PEPES de Pablo Escobar, 1993,


http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-270769
28 El tiempo, ‘Ya son 20 años de la caída del Cartel de Cali’, 2015
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-15907302

[32]
Aura Rocío Restrepo, ex compañera sentimental de Gilberto Rodríguez Orejuela,
apodado ‘El Ajedrecista’, uno de los principales líderes de este cartel, señaló en una entrevista
como ella fue testigo de cómo:

Pablo decía que prefería una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos.
¿Cómo quería lograr eso? Poniendo bombas. Gilberto hizo Asamblea Nacional
Constituyente, modificó la Constitución, compró todos los políticos que le fue posible,
que fueron la mayoría y con eso manejó todo. (Restrepo, 2016)

Así como asegura el financiamiento de la campaña al ex presidente Ernesto Samper


por parte de este grupo. Durante el período de Gaviria se expanden los territorios de cultivo
ilícito y por medio de tanto paramilitares como guerrilla, además claramente de los narcos, lo
29
que genera a nivel local una mayor extensión del conflicto por el uso de los territorios.
Volviendo al financiamiento de la campaña, Labrousse señala que salió a la luz esta
información por el perdedor de aquellas elecciones, Andrés Pastrana, “lo que obligó a Samper,
bajo presión de Estados Unidos, a proseguir la lucha contra el Cartel de Cali” (Labrousse,
2011) Se inician las fumigaciones con pesticida que no solo afectan los cultivos ilícitos.
Fueron detenidos ‘El ajedrecista’ y su hermano Miguel Rodríguez Orejuela para luego ser
extraditados, finalmente, hacia los Estados Unidos en el 2004. Después de estas detenciones se
desmantela la cúpula de dicho cartel, ya sea con algunos de sus líderes abatidos u extraditados,
sin embargo, como historia que no se acaba, con el camino libre tanto del Cartel de Medellín
como el Cartel de Cali, el Cartel del Norte del Valle (del Cauca) comienza a fortalecerse desde
1995 hasta el 2008 donde se desmantela en distintos grupos.30

De la presidencia de Andrés Pastrana (1998-2002) es necesario destacar dos hechos:


primero el intento de negociación31 con las FARC que se da a lo largo de todo su gobierno,
dando origen incluso a la llamada zona de despeje, una zona desmilitarizada en el Caguán,
donde se asentaron las FARC y las fuerzas militares van a acusar de un uso inapropiado de

29 El Tiempo, Faltó apoyo y compromiso de Samper, 1996


http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-347085
30 El País, De ‘gatilleros’ a capos del narcotráfico: la historia del Cartel del Norte del Valle, 2012
https://www.elpais.com.co/judicial/de-gatilleros-a-capos-del-narcotrafico-la-historia-del-cartel-del-
norte-del-valle.html
31 Radio Nacional de Colombia, Primer intento de negociación de las FARC y el Gobierno, 1999,
https://www.radionacional.co/linea-tiempo-paz/primer-intento-negociacion-las-farc-gobierno

[33]
producción, y tráfico de drogas, y segundo, que posterior al atentado terrorista a las Torres
Gemelas el 11 de septiembre de 2001 tanto las FARC como las AUC pasan a ser señaladas,
por parte de Estados Unidos, como organizaciones terroristas vinculadas al narcotráfico y
teniendo en cuenta que 1999 se firmó el conocido ‘Plan Colombia’32 entre estos dos países que
acordaba trabajo en conjunto con tal de dar fin a las guerrillas, y al narcotráfico, las FARC
comienzan a ser señaladas como narco-guerrilla. Este trabajo conjunto claramente tiene
intenciones distintas; en Estados Unidos importa el tráfico y las redes por las cuáles se mueve
la droga, en Colombia lo que importa es darle fin al conflicto, o al menos el conflicto por el
control territorial de las producciones, que claro, financian la guerra. Las AUC se adjudicaron
los territorios iban dejando los carteles a su paso.

Labrousse señala que “durante la campaña presidencial de 2002, los grupos


paramilitares apoyaron abiertamente la campaña de Álvaro Uribe” (Labrousse,2011) Sin
embargo, pese a esto, durante el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010), se desmovilizan
como organización tras una negociación. Señala Labrousse sobre esta que:

dado que Estados Unidos y Europa luego del 11 de septiembre pusieron a la AUC en
la lista de las organizaciones terroristas internacionales, o bien debía combatirlas
frontalmente, o bien proceder a su desmovilización en aras de reintegrarlos a la vida
civil. Es evidente que las simpatías políticas de Álvaro Uribe lo condujeron a
privilegiar la segunda opción, tanto más cuanto que los jefes paramilitares apoyaron
su candidatura para su segundo mandato en 2006. (Labrousse, 2011)

De esta desmovilización emergen las denominadas Bandas Criminales (BACRIM)


constituidas por ex integrantes de las Autodefensas que se negaban a desmovilizarse, y que
van a retornar a los territorios que antes controlaban las AUC, y previo a eso los Carteles del
Norte del Valle, Cali y Medellín. Para el 2011 estas bandas se habían posicionado fuertemente
ya en el territorio33 y demuestran gran capacidad militar, con una estructura jerárquica,
campamentos y armamento de grueso calibre. Con las FARC señaladas como narco-guerrilla
se implementa la Política de Seguridad Democrática, en paralelo al Plan Colombia, donde

32 El Tiempo, Plan Colombia: la estrategia que cambió la ecuación de la guerra, 2016,


https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16496225
33 Véase Anexo 7

[34]
aparte de entregar mayor financiamiento a la fuerza pública, se ofrecen recompensas, y
beneficios, a informantes buscando crear una red de cooperantes y tratando de motivar las
deserciones dentro de este grupo armado. Efectivamente las filas se debilitan.

En agosto de 2004 se desclasifica la llamada “Lista Clinton”, listado de 104 personas


relacionadas directamente con los carteles de narcos, en especial, del cartel de Medellín puesto
que para la fecha en que fue redactada, marzo de 1991, Pablo Escobar era el principal objetivo
militar. Sobre el número 82 de la lista se redacta que:

“Álvaro Uribe Vélez, es un político colombiano, senador y dedicado a la colaboración


con el Cartel de Medellín en los altos niveles del gobierno. Uribe fue vinculado a
negocios que están conectados con actividades de narcotráfico en Estados Unidos. Su
padre fue asesinado en Colombia por sus conexiones con narcotraficantes. Uribe ha
trabajado para el Cartel de Medellín y es un amigo personal y cercano de Pablo
Escobar Gaviria. (…) Uribe ha sido uno de los políticos, del Senado, que ha atacado
de todas las formas el tratado de extradición.” (DIA, 1991)

Salvatore Mancuso, ex comandante desmovilizado en el 2005 de las AUC y que fue


extraditado el 2008 a los EEUU, declara el 2005 que cerca de un 35% del congreso eran
cercanos a su organización.34 Declaración que volverá a repetir Carlos Castaño el 2006 al
afirmar que el 35% de los miembros del Parlamento habían sido elegidos gracias al apoyo de
las AUC. (Labrousse, 2011) Algunos de los representantes a la cámara habían llegado a ocupar
esas posiciones por el miedo que esta organización provoca en la población civil, y por su
parte, los grupos armados ilegales se beneficiaron del dinero proveniente de estas figuras y de
la información que pudiesen obtener de ellos. Durante este gobierno se presentaron una
cantidad importante de masacres, también aumentan los desaparecimientos forzados.
Labrousse señala con respecto a la desmovilización que estaba proyectada hasta diciembre del
2005, que fue pactada en julio del 2002 con el nombre de Acuerdo de Santa Fe, que

Esta política del presidente Uribe se realizó paralelamente a la implementación del


Plan Patriótico, que implicó una ofensiva militar contra las FARC en los

34 Caracol Radio, Mancuso: 'el 35 por ciento del Congreso fue elegido en zona de influencia de las
AUC', 2005, http://caracol.com.co/radio/2005/08/04/judicial/1123166760_191922.html

[35]
departamentos del sur. Simultáneamente el gobierno decretó la “política de seguridad
democrática”: la creación de una red de informantes anónimos pagos y la
organización, en numerosos poblados, de grupos de soldados-campesinos, auxiliares
del ejército (…) (Labrousse, 2011)

También, algo que no es menor señalar, es que durante la desmovilización (2003-2009)


se entregaron 17.000 armas a manos de 30.151 paramilitares, cuando el estimado de
combatientes no superaba los 15.000, Labrousse da una explicación a esto:

La realidad es que muchos “ falsos combatientes” fueron desmovilizados, con el fin de


inflar las cifras y permitir a simpatizantes beneficiarse de las condiciones de la
reinserción, mientras que “verdaderos combatientes” permanecían en pie de guerra
para enfrentar a las FARC cuanto estas intentaran tomar el vacío que dejaba la
desmovilización. Las armas faltantes pudieron también ser vendidas, en particular a
los traficantes de droga. (Labrousse, 2011)

Del Gobierno de Santos (2010-2018), voy a mencionar que en Mayo de 2016 las
BACRIM cambian su denominación legal a Grupos Armados Organizados, esto permite a las
Fuerzas Militares hacer un uso mayor de sus fuerzas en contra de ellos. Evidentemente lo más
relevante de este gobierno es la desmovilización de las FARC y el “Acuerdo para la
implementación de una paz estable y duradera”, que implica el cese de su participación en las
redes de tráfico, aunque entendemos también lo complejo que ha sido su implementación, y en
particular, con la disidencia del autodenominado Bloque Oriental de las FARC. Según el
Centro de Investigación de Crimen Organizado, a la fecha, cuentan con entre 1.000 a 1.500
miembros en sus filas.35

Ahora bien, por narco-Estados podemos entender a aquellos países en los cuáles el
conjunto de instituciones que conforman el Estado, representado por sus ministros, jueces,
políticos y hasta el presidente, se encuentran influenciadas de manera importante por las redes
del narcotráfico, ya sea por dineros o porque sus propios dirigentes se encuentren sirviendo en
ciertas instituciones, y que claro, tiene como fin apoyar y proteger las redes de lo narco con lo

35 https://es.insightcrime.org/wp-content/uploads/2018/03/La-nueva-generaci%C3%B3n-de-
narcotraficantes-colombianos-post-FARC-Los-Invisibles.pdf

[36]
legal. En el caso de Colombia, como hemos visto, el término narco-Estado se comprende por
esta relación de algunos representantes de organismos estatales con las BACRIM, y en el
contexto actual, Colombia está siendo señalada por Donald Trump como narco-Estado al
legislar sobre los cultivos de coca y amapola como parte del acuerdo final entre las FARC y el
gobierno nacional, que como dato no deja de ser menor, ya que efectivamente podrían cobrar
impuestos a los cultivos. Creo, sin embargo, que mientras esto no ocurra de manera explícita
hay que ser un poco más precisos al utilizar el término, ya que como señala Labrousse, si
hablásemos de un narco-Estado “eso significaría que una parte de las ganancias fuese a las
cajas del Estado, cuando en verdad solo beneficia a personas privadas” (Labrousse, 2011), el
término más correcto sería el de narco-Política o “narcotización del Estado”. (Labrousse,
2011)
La pregunta que alguien, con mucha inocencia, pudiese realizarse sobre el caso
colombiano es ¿Por qué la justicia parece no afectar a estos personajes? He de volver a
mencionar que el uso del terror por parte de estas bandas incluye el castigar a quienes se
oponen a colaborar con sus quehaceres, ese castigo puede ir desde el secuestro hasta el
asesinato de los hijos, o familiares, de algunos jueces, por dar un ejemplo. A mi parecer, es
más sencillo recibir el soborno que exponerse, y con uno/a a la familia. Es por este uso
desmedido del terror que se mantiene la corrupción. Era de esperar que la consulta
anticorrupción, de la cual adjunto imagen en el anexo36, que fue realizada el pasado 26 de
Agosto tuviese incidencia real en el futuro de Colombia, sin embargo, los resultados no
fueron suficientes para su aprobación. Entre las modificaciones propuestas se encontraba;
reducir el salario de congresistas y funcionarios del Estado, cárcel a los corruptos y
prohibirles volver a contratar con el Estado, máximo de 3 períodos en corporaciones públicas,
entre otras.

A modo de comentario, no dejó de sorprenderme el revuelo que causó en las redes


sociales una corona de flores37 que fue dejada en el monumento a Rodrigo Lara Bonilla
durante el período de campaña presidencial 2017. La corona de flores fue interpretada de
manera inmediata como una amenaza de muerte en contra de Gustavo Petro, que aspiraba a la
presidencia, ya que recordaba claramente las amenazas y asesinatos perpetrados por Pablo

36 Véase Anexo 8
37 Véase Anexo 9

[37]
Escobar y el cartel de Medellín. Fue el mismo Gustavo Petro quién horas después por medio
de un comunicado confirmo que él mismo había colocado esa corona a manera de homenaje,
pero claro, en este gesto remueve el polvo de la historia para hacerla visible. Adjunto en el
anexo la imagen.-

Lo narco no es sólo un negocio

[38]
En mi caja de la fina
mis metrallas de tesoro.
Gocé todito en la vida:
Joyas, mujeres y oro.
Yo soy narcotraficante,
sé la rifa por el polvo.
Sobre mi tumba levanten
una cruz de marihuana38

Quiero dejar el antecedente de que Pablo Escobar construyó Barrios para aquellos a
los que él siempre señaló como sus mejores amigos, lo más pobres y que, de hecho, hay
sectores en Medellín donde él sigue siendo bastante admirado, y es que claro, construyó un
barrio para la gente que vivía en los basurales. De primeras, entonces, podemos decir que el
Barrio Pablo Escobar, “Medellín Sin Tugurios”, ahí donde el Estado no se hace presente, lo
narco sí, y es que Escobar construye ese barrio al margen de lo legal y haciendo visible,
precisamente, la incapacidad del Estado de llegar a todos los estratos sociales. Sobre el caso
de México, solo por dejar solamente mencionado el ejemplo, que entre las funciones del
Estado realizadas por el narcotráfico esta la construcción de autovías, escuelas, hospitales e
incluso iglesias. (Valencia, 2010)

Ahora bien, tenemos globalmente una cultura del hiperconsumo, o al menos


mayoritariamente, entendido de forma simple como el consumo más allá de lo necesario para
vivir que se expresa en la explotación de los recursos naturales, pero también de los cuerpos,
y en el consumo exacerbado, exagerado e innecesario. Sabemos, además, que solo algunos
concentran la mayor cantidad de riqueza, y por ende de poder hiperconsumir a destajo, y sin
embargo, una cantidad importante de la población que realmente no tiene esta acumulación de
riqueza se encuentra bajo un bombardeo constante de mercancías, productos, necesidades
creadas, incluso cuando gran parte de esa misma población sólo alcanza a consumir lo

38 Corrido del Grupo Exterminador. Una cruz de marihuana. https://www.youtube.com/watch?


v=SKLA7K1v6Yw

[39]
necesario para vivir. Tenemos como contexto, entonces la yuxtaposición muy real de la
proliferación de mercancías y exclusión del consumo; [son] contemporáneo[s] de la
combinación de un número creciente de necesidades con la creciente falta de recursos casi
básicos de una parte importante de la población (Lipovetsky, citado por Valencia, 2007)

Es en estos contextos al margen, con respecto del poder adquisitivo, donde se


relacionan directamente la pobreza y la violencia es que se van a gestar aquellos a los que
Sayak Valencia va a nombrar como sujetos endriagos, sujetos que combinan la lógica de la
carencia, de la pobreza y la insatisfacción con la lógica del hiperconsumo y el exceso,
contraposición entre frustración-heroificación, y que ese héroe puede pensarse como aquel
que ingresa dentro de los movimientos propios del capitalismo pero desde lo paralelo a lo
legal. Una de las definiciones que les da Valencia, pensando en la figura del sicario, es que
estos “sujetos endriagos deciden hacer uso de la violencia como herramienta de
empoderamiento y de adquisición de capital” Valencia, 2011) además de que:

“los endriagos hacen de la violencia extrema una forma de vida, de trabajo, de


socialización y de cultura (…) rompen también con la lógica del mundo de trabajo
que es esencialmente prohibitivo y racional, catapultándonos a un nuevo estadio
donde el trabajo se reinterpreta y es equiparable con la violencia” (Valencia, 2011)

El politólogo Gilberto Tobón Sanín, profesor actualmente en la Universidad de


Medellín, dice en una entrevista realizada en febrero del presente año, respecto a si hay un
narco-Estado en Colombia y las elecciones presidenciales;

que existe un imaginario social, un país donde los grandes ampones son ideales, son
ideales de vida, Caracol o RCN, no sé cuál de esas empresas hizo una telenovela
sobre el Patrón, y aquí en Medellín antes le aumentó la popularidad de él (Tobón,
2018)

El periodista, Norberto Vallejos, le comenta sobre el mismo tema que “hemos creado
directa o indirectamente una cultura del corrupto, de que el niño si le pega al otro es porque

[40]
es muy varón, si se roba esto es porque es muy vivo” (Vallejos, 2018). Esto me recuerda a lo
que ‘Popeye’ dice en uno su documental ‘De sicario a youtuber’ que;

“hay una fascinación por el crimen y el delito, ¿por qué?, porque vivimos en una
sociedad que está permeada por el crimen, se vive la cultura de la violencia, llevamos
50 años en violencia, y porque la mafia contiene todo lo que les gusta a las jóvenes y
a los jóvenes; automóviles de lujo, sexo, drogas, armas, dinero, violencia, sangre,
cárcel y cocaína” (Velásquez, 2018)

En este punto, quisiera dejar claro que con esto no quiero estigmatizar a la sociedad
colombiana, pues en parte ya carga con esta marca y me parece injusto seguir reforzándola,
esto no es tanto una crítica sino como un dar cuenta o hacer visible. También, sobre esto
mismo, decir que es difícil que a la sociedad colombiana se le deje de asociar con la guerra,
con las drogas y con el narcotráfico si se siguen reproduciendo, y manteniendo en el tiempo, a
estos personajes, y aquel modo de relatar sus historias, una y otra vez. Menciono a los relatos
como un punto a tomar en consideración, y es que surge forma de narración bastante
particular a la que se denomina ‘sicaresca’, que va a retratar este período en que el terror, y la
muerte, se apoderan de los espacios, que va a retratar la fascinación de los sicarios por el
exceso, y lo truculento. La novela “La virgen de los sicarios” (1994), de Fernando Vallejo,
que luego fue adaptada a la pantalla grande (1999) es uno de los primeros ejemplos de estas
narrativas, imposible no mencionarlo en este momento. La figura del sicario, que va a ser
retomada en las telenovelas, se va construyendo de estos relatos. El sicario es aquel que mata
para dejarle algo a la mamá, el que le pide la bendición y le reza a la virgen para que los
trabajos lleguen a buen puerto.

He comenzado este apartado citando un corrido, de Uriel Henao, que hace referencia a
la extradición, y no es por casualidad, sino que quisiera hacer visible como lo narco se hace
presente no solo como negocio, sino también como una cultura que va a marcar a cierta parte
de la población colombiana, y que se va a manifestar en la televisión y en la música entre
otros. El surgimiento de una suerte de narco-cultura, cultura en el sentido “de conjunto de

[41]
modos de vida y costumbres, conocimientos”39, un conjunto de manifestaciones donde estos se
hacen visibles, y me parece que uno de los mejores ejemplos de eso es en la música y la
televisión. La cantidad de producciones que se generan entorno a estas figuras. Telenovelas
colombianas como “El Patrón del Mal” (2012), “El Cartel de los Sapos” (2008), “Sin tetas
no hay paraíso” (2006), “Rosario Tijeras” (2010) producciones disponibles en Netflix como
“Alias JJ; La celebridad del mal” (2017) o “De sicario a youtuber” (2018), y la cantidad de
documentales que buscan retratar la vida de estos personajes son reflejo de cómo es rentable
seguir vendiendo la figura que propagan. Respecto de la figura del mafioso, el criminal, el
asesino, Valencia va a decir que a estos:

se les inscribe como triunfadores dentro de las lógicas del capitalismo, al mismo
tiempo que se crea, por medio de sus figuras, un imaginario en el cual la
interpretación popular los legitima y justifica dentro de la lógica capitalista por
acceder al modelo de progreso y enriquecimiento dictado por el hiperconsumismo
social y el mercado global; aún cuando este acceso al progreso se esté haciendo por
vías alternas, fundadas en un categórico maquiavelismo que nos dice el fin justifica
los medios. (Valencia, 2010)

¿Es la sociedad la que produce y moldea a este tipo de sujetos y sus comportamientos?
O si, ¿acaso estos sujetos con sus acciones han creado aquella realidad?, Valencia lo resuelve
al plantear que existe una suerte de entramado doble que, por un lado, actúa desde el
adentro-fuera del sujeto y tiene efectos en la realidad, y por el otro, se ve influida por esta
realidad para crearse como sujeto, resultando un entramado no desentrañable a primera
vista, que aglutina la producción de nuevos sujetos y la demanda hiperconsumista,
instituyendo una cadena interno-externa que se retroalimenta. (Valencia, 2010)

Más allá de la violencia del conflicto, hay grupos de la sociedad colombiana que han
vivido una violencia estructural e histórica, estos son los más vulnerables, ya sea por
empobrecimiento, ya sea por ser mujer, indígena o afrodescendiente. Tenemos a la vista estas
jerarquías, sabemos de los márgenes que dibuja. Lo relevante es que este margen permite la

39 Real Academia Española. http://dle.rae.es/?id=BetrEjX

[42]
constitución de estos sujetos endriagos, el margen les dispone de convertirse en sicarios,
asesinos por encargo, y poner su cuerpo al servicio de lo que antes fueran los carteles, y hoy
son las BACRIM, así como este margen también te vuelve más vulnerable de pasar a sumar la
larga lista de muertos que ha dejado la violencia en Colombia.

Respecto a esto, es necesario hacer visible que se va construyendo también una figura
de mujer desde lo narco, que se refleja en estas novelas, y que antes de ocupar estos espacios
había empezado con apropiarse de los reinados de belleza, y los espacios de la farándula. El
narco modela un cuerpo de mujer a su gusto, muy delgada pero voluptuosa a la vez, y la
inserta en las pasarelas, la modelo Ana Gabriela Duque, Wilhelmina Models NYC, señala que

“hay una conexión entre el modelaje y el mundo de la narco-estética en Colombia


porque los narcotraficantes iban mucho a diferentes eventos como el Cali Expo Show
o diferentes eventos de moda como Colombia Moda, patrocinaban sus propios
eventos, también compraban diferentes marcas o le mandaban diferentes regalos a las
niñas que empezaban a modelar, porque ellos estaban buscando esposas o novias que
eran modelos. Entonces lo que pasaba es que las niñas empezaban a sentir la presión
de cumplir con esas expectativas de los narcotraficantes.” (Duque, 2017)

Esto genera que muchas chicas pobres busquen entrar en esta norma ya que,
básicamente, los narcos tienen dinero y poder. Sobre la violencia histórica y estructural que
existe sobre los cuerpos de las mujeres, sobre estas mujeres ‘paisas’40, principalmente, pesa
una violencia que va disciplinando los cuerpos, en el sentido de que va moldeando los
cuerpos de estas mujeres, bajo la pregunta ¿cómo puedo parecerme a aquel retrato que se ve
en los medios? La telenovela “Sin tetas no hay paraíso” (2006) que relata la historia de una
joven pobre que busca por todos los medios posibles de salir del barrio donde vivía, en eso
termina rodeándose de los narcos del sector buscando ponerse implantes mamarios y
enamorar a alguno de ellos, y es que la percepción del éxito se va a relacionar con la
ostentación ya sea de joyas, cuerpos despampanantes, casas lujosas y autos.-

40 Refiere a los/as habitantes de Antioquía, Caldas, Risaralda, Quindío, Tolima y Valle del Cauca.

[43]
2. DE FARC-EP A FUERZA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA DEL COMÚN

2.1 DE MARX A GRAMSCI

[44]
Comencemos desde el principio, Gramsci relee a Marx en lo que respecta al
materialismo histórico. Recordemos que una de las bases fundamentales en las que se
posiciona el marxismo, en su lectura más clásica, es que la superestructura está totalmente
relacionada con la infraestructura. A mi parecer, Engels lo deja claro en el prefacio a la
Edición Alemana de 1883 del Manifiesto Comunista cuando señala “que el régimen
económico de la producción y la estructura social que de él se deriva necesariamente de
cada época histórica forman la base sobre la cual descansa la historia política e intelectual
de esa época” (Engels, 1883) y que es a partir de esto que toda la historia de la sociedad es
una historia de lucha de clases;

Entre clases explotadores y explotadas, dominantes y dominadas, a tono con las


distintas fases del proceso social, hasta llegar a la fase presente, en que la clase
explotada y oprimida (el proletariado) ya no puede emanciparse de la clase que la
explota y la oprime (la burguesía) sin emancipar para siempre a la sociedad entera de
la opresión, la explotación y las luchas de clases; esta idea fundamental pertenece
única y exclusivamente a Marx (Engels, 1883)

En otras palabras, la infraestructura o base, que refiere al modo de producción,


determina a la superestructura, que refiere a los elementos sociales, la economía de una
sociedad determinaba sus formas culturales, jurídicas, artísticas, incluso las religiosas, entre
otras. Para este caso, la que pareciera de ser gran de nuestra relevancia es la forma política,
aunque no por esta la única.

La producción de las ideas y representaciones de la conciencia aparece al principio


directamente entrelazada con la actividad material y el comercio material de los
hombres, como el lenguaje de la vida real. Las representaciones, los pensamientos, el
comercio espiritual de los hombres se presentan todavía, aquí, como emanación
directa de su comportamiento material. (Marx y Engels, 1846)

De igual forma, sucede con la producción espiritual, lo cual para estos autores se ve
reflejado en el lenguaje de la política, las leyes, la moral, la metafísica, entre otros, de un
pueblo. Lo que tenemos, entonces, es quede aquello que funciona como una suerte de llave,

[45]
en tanto nos permite abrir la revisión de los elementos de cierto momento histórico, es la
producción, la producción como aquella realidad que puede y debe revisarse. A mi parecer el
filósofo español Carlos Fernández lo esclarece cuando señala que:

Dicha inversión tiene un corolario de enorme importancia: la moral, la religión, la


metafísica, cualquier ideología, cualquier forma de conciencia, incluso la política, el
estado, el derecho, pierden sustantividad, devienen meros efectos del movimiento de la
producción, una realidad exterior a ellos (…) la única realidad sustantiva, con
historia propia, es la producción. Para conocer la evolución del Derecho, la filosofía
o la religión, por tanto, hay que poner estos cambios en relación con los que se
producen en la esfera productiva de la que emanan. (Bermudo, 2015)

Gramsci realiza un giro importante a las lecturas que se venían realizando respecto a
este punto de Marx, ya que la superestructura si tendría cierta independencia respecto del
modo producción. Si quisiéramos explicarlo de una forma simple, esto sería que las ideas de
una época no vienen de por sí con el modelo económico sino que son más bien las ideas son
levantadas, y mantenidas por cierta clase social, en este caso, la clase dominante. Revisemos a
Marx para comprender lo que nos plantea Gramsci. En un texto, trabajado con Engels, que fue
publicado con otros artículos en el libro “La ideología alemana”, en el capítulo I respecto a
Feuerbach, Marx señala que;

En efecto, cada nueva clase que pasa a ocupar el puesto de la que dominó antes de
ella se ve obligada, para poder sacar adelante los fines que persigue, a presentar su
propio interés como el interés común de todos los miembros de la sociedad, es decir,
expresando esto mismo en términos ideales, a imprimir a sus ideas la forma de la
universalidad, a presentar estas ideas como las únicas racionales y dotadas de
vigencia absoluta. (Marx y Engels, 1846)

En la cita anterior ya se puede vislumbrar el punto en cuestión, si la clase dominada


quiere pasar a tomar el lugar de la dominante debe saber cómo hacerse cargo de estas ideas o
formas de la vida social, o de lo que podríamos denominar como sentido común si se desea,
puesto que debe ser capaz de presentar sus propios ideales como aquellos legítimos o válidos

[46]
para la sociedad en su conjunto, y no solamente de su clase. ¿Qué tiene de relevante esto?
Bueno, como resultado se debiese tener a una población bajo un sometimiento “voluntario”.
En otras palabras, la población no obedece por temor, o al menos no fundamentalmente por
esto, y el que la población no requiera ser contenida por el poder coercitivo radica en la
medida en que el poder se considere como legítimo. No puede legitimarse el poder por la
mera ejecución de su fuerza coercitiva, más bien debe buscar validarse por medio de esta
disputa ideológica. Va a señalar también que:

La clase revolucionaria aparece en un principio, ya por el solo hecho de


contraponerse a una clase, no como clase, sino como representante de toda la
sociedad, como toda la masa de la sociedad, frente a la clase única, a la clase
dominante. (Marx y Engels, 1846)

¿Qué tiene de relevante esto? Bueno, como resultado se debiese tener a una población
bajo un sometimiento “voluntario”. En otras palabras, la población no obedece por temor, o al
menos no fundamentalmente por esto, y el que la población no requiera ser contenida por el
poder coercitivo radica en la medida en que el poder se considere como legítimo. No puede
legitimarse el poder por la mera ejecución de su fuerza coercitiva, más bien debe buscar
validarse por medio de esta disputa ideológica. Esto es lo que nuestro autor va a denominar
como “Hegemonía”, que si quisiéramos explicarla de modo breve se podría definir como la
norma cultural o la ideología dominante que se presenta (o trata de presentarse) como
apropiada o correcta para toda la sociedad. Y señala Gramsci respecto de esta que:

El ejercicio ‘normal’ de la hegemonía (…) se caracteriza por la combinación de la


fuerza y del consenso que se equilibran diversamente, sin que la fuerza domine
demasiado al consenso, incluso tratando de obtener que la fuerza aparezca apoyada
en el consenso de la mayoría (Gramsci, 1935)

La “Hegemonía”, entonces, se presenta como algo necesario de ejercerse para que con
este recambio de ideales el socialismo se presente como aquello válido para toda la sociedad y
no solamente de la clase dominada, de hecho pareciera ser que debe escapar, en la medida de
lo posible, a esta lógica de clase dominada para poder presentar su proyecto ideológico como
legítimo. Pero, ahora bien, ¿qué es lo interesante de esto? Que pareciera ser que nuestro autor

[47]
ha sacado a la luz una propuesta de Marx que se había omitido hasta el momento. Cito, por
ejemplo, el siguiente fragmento de Marx:

¿Qué puede oponerse, por parte de una clase innovadora, a este complejo de
formidables trincheras y fortificaciones de la clase dominante? El espíritu de escisión,
o sea la progresiva adquisición de la conciencia de la propia personalidad histórica,
espíritu de escisión que debe tender a extenderse de la clase protagonista a las clases
aliadas potenciales: todo ello exige un complejo ideológico, cuya primera condición
es el exacto conocimiento del campo que se ha de vaciar de su elemento de masa
humana (Gramsci, 1930)

En este fragmento al parecer se encuentra una de las claves para lograr los intereses de
una clase social en particular, y que estaría en cierto modo como base de la lectura
Gramsciana. La clave está en presentar estos intereses como legítimos para toda la sociedad,
para todo el conjunto. Legitimo o válido en el sentido particular de no requerir oprimir a la
clase dominada o subalterna, o no al menos en su sentido de fuerza bruta, sino que aquello
que permite que una clase domine a la otra guarda relación con las ideas y los intereses, el
manejo ideológico. Lo que Gramsci nos está señalando es que, pareciera ser, hasta el
momento se había leído de otro modo a Marx sin tomar en consideración esto, o no
considerando lo verdaderamente importante que pareciera ser para el éxito del comunismo.
Gramsci señala respecto de la “Hegemonía” que: “Esta es la fase más estrictamente política,
que señala el tránsito neto de la estructura a la esfera de las superestructuras complejas”
(Gramsci, 1932) ya que las ideologías entran en pugna hasta que una, o la combinación de
algunas de sus fórmulas prevalece comenzando:

a imponerse, a difundirse por toda el área social, determinando, además de la unidad


de fines económicos y políticos, también la unidad intelectual y moral, situando todas
las cuestiones entorno a las cuales hierve la lucha no en el plano corporativo sino en
un plano universal, y creando así la hegemonía de un grupo social fundamental sobre
una serie de grupos subordinados (Gramsci, 1932)

En esta cita podemos ver que la “Hegemonía” está siendo pensada como aquello que
permite la conducción intelectual/moral/cultural de las masas, hasta el punto clave de que
aquella clase pase de lo particular a lo universal (en lo que respecta a ideología) pudiendo

[48]
dirigir/manejar de este modo al resto de sectores sociales. La clave, precisamente, radica en
que este paso de lo particular a lo universal es a través de un modo de conducción en
particular, que puede formularse como de ‘pensamiento’ en tanto le da forma, sentido común
si pensamos para Gramsci los intelectuales juegan un papel de gran importancia en lo que
respecta a la lucha, pero la lucha enfocada en el abrirse espacio dentro del tejido ideológico en
el “que las clases dominantes extienden su hegemonía” (Fernández, 2015)

Para ser clase dominante no solamente hay que hacerlo por medio de las fuerzas o las
armas (podemos pensar, por ejemplo, el caso de Joseph Stalin quién hoy en día es
considerado un tirano incluso por ciertos sectores de la izquierda Marxista-Leninista) sino que
también se requiere de un cambio de los ideales de esa época, en este caso los de la clase
subalterna, pero presentados como válidos para toda la sociedad y puedan ser vistos como los
apropiados para todo el conjunto. Ahora bien, haciendo seguimiento a la cita anterior de
Marx, el filósofo español Carlos Fernández señala que;

Sin duda, el pensamiento político actualmente de izquierdas, en la medida (relativa)


en que todavía conecta con el marxismo, lo hace a través de la figura de Gramsci.
Esto es algo fácilmente constatable con solo abrir los periódicos. El nombre de
Gramsci está hoy en boca de todos cuantos abogan por un proyecto político
emancipatorio o, sencillamente, antineoliberal. (Fernández, 2015)

Respecto a Gramsci en Latinoamérica.

[49]
En el caso de América Latina la llegada de Gramsci viene de la mano de un peruano,
José Carlos Mariátegui, quién conoce a nuestro autor cuando se encontraba de viaje por Italia
donde “fue espectador de las huelgas políticas de Milán y leyó en ‘L’Ordine Nuovo’ el
programa en que Gramsci abogaba por la renovación del partido socialista y criticaba el
reformismo y la pasividad de la burocracia del partido” (Santana, 2006) y de la mano de un
argentino, Héctor Pablo Agosti, “quién edita las cartas del italiano el 1950 y los cuadernos
de la cárcel entre 1958 y 1962, mucho antes que las principales capitales del mundo”
(Kohan, 2005). Ambos tienen una influencia importante debido a su militancia.

Mariátegui, por su lado, fue fundador del Partido Socialista Peruano en 1928, que
posterior a su muerte, paso a ser el Partido Comunista Peruano (PCP). En breves palabras la
postura de Mariátegui es que la hegemonía era clave al momento de dar el paso hacia el
socialismo, así mismo, creía que América Latina no podía ser trabajada o leída a través de la
perspectiva que nos plantea el desarrollo económico de Europa, es decir, que el comunismo
como tal no puede ni debe ser una lectura rígida del marxismo-leninismo que solo utiliza el
prisma del desarrollo europeo, sino que debe poder revisarse (y adaptarse) en el análisis de
cada caso en particular. “El movimiento guerrillero, la revolución velazquista, la Izquierda
Unida- para citar algunos de los acontecimientos de las décadas del pasado reciente- han
fundamentado muchos de sus presupuestos teóricos en la interpretación de las ideas de
Mariátegui” (Santana, 2006).

Agosti, por otro lado, quien fuera secretario cultural del Partido Comunista Argentino
(PCA), trabajó como director de la revista “Cuadernos de la cultura” entre 1951-1964 y
1967-1976. Su relevancia es que en estos períodos se dedica a difundir el pensamiento
Gramsciano y en particular la renovación cultural comunista. De hecho, pese a que es
Mariátegui quién primero se relaciona con Gramsci, es a Agosti a quién se le reconoce el
mayor papel en la difusión de sus ideas gracias a lo anteriormente mencionado. De hecho, es
relevante al momento de pensar que Ernesto “Che” Guevara pensaba al marxismo
principalmente como la filosofía de la praxis sin que haya dejado registro de haber revisado
personalmente los “Cuadernos de la cárcel”. (Aricó, 1988)41 Paralelo a Agosti, en su trabajo

41 Massardo escribe respecto de Aricó y su relación con el “Che” que «En los años sesenta cuando
un periodista de la Stampa le pregunta a Guevara si había leído algo de Gramsci, el Che le
responde «no todavía»», escribe José Aricó, refiriéndose al artículo realizado por Igor Man,
«Guevara veint’anni dopo», publicado en Mondo Operaio, nº 11, noviembre de 1987, p. 51. José

[50]
de difusión por medio de sus “Cuadernos de cultura”, la influencia de Gramsci gracias a los
“Cuadernos de la cárcel” llega a Brasil gracias a Carlos Nelson Coutinho, desplegándose
durante los años 1960-1970, aproximadamente.-

2.2 LA LUCHA POR LA HEGEMONÍA, DE LA GUERRA DE GUERRILLAS


A LA GUERRA DE POSICIONES.

Aricó, La cola del diablo, itinerario de Gramsci en América latina, Caracas, Nueva sociedad, 1988,
p. 137 (https://asturiesdixebra.files.wordpress.com/2016/01/dos-momentos-en-la-filosofc3ada-de-la-
praxis.pdf)

[51]
El 26 de septiembre del 2016, previo al plebiscito para refrendar los acuerdos entre el
gobierno y las FARC-EP, se realiza la firma de estos en tierra colombiana (recordemos que
antes se había firmado pero en la Habana, Cuba). La ceremonia se realiza en Cartagena de
Indias, Timoleón Jiménez, alias “Timochenko”, comandante en jefe en aquel momento de las
FARC-EP señala en su discurso que:

Las FARC-EP dejamos las armas al tiempo que el Estado se compromete a proscribir
la violencia como método de acción política. Esto es, a poner fin definitivo a la
persecución y el crimen contra el opositor político, a dotarlo de plenas garantías para
su actividad legal y pacífica (FARC-EP, 2016)

Como bien ya hemos revisado, en Gramsci para que exista un cambio consistente en la
sociedad es porque esta no debe ser por la fuerza, o al menos no su única base, sino más bien
debe poder ser legitimada respecto de las ideas que una clase presenta como favorables a la
sociedad en su conjunto. Hemos visto también a las FARC y su modo de operar mediante los
frentes de guerrillas y como ahora han dejado las armas para volver a la vida civil. Me
interesa en particular el punto político de esto. Gramsci realiza una distinción entre lo que
sería la “guerra de movimientos” y la “guerra de posiciones”. La “guerra de movimientos”
podemos definirla como aquella de ataque frontal, es decir, en este caso de insurrección,
teniendo como fin cambiar un cierto orden social por otro de un modo rápido, la toma del
poder por la fuerza, si se quisiera expresar de ese modo. La “guerra de posiciones”, conocida
también como “guerra de trincheras”, refiere a la lucha por el control de la hegemonía. Los
sectores en lucha deben poder presentar “sus intereses propios por los de la sociedad en su
conjunto. Se disputan en definitiva el derecho a ‘representar’ la voluntad general”.
(Fernández, 2015) De hecho, nuestro autor señala respecto de la “guerra de posiciones” que
“las superestructuras de la sociedad civil son como el sistema de trincheras en la guerra
moderna”. (Gramsci, 1932) La guerra de posición la entiendo como aquella en la cual todas
las fuerzas se mueven hacia el control de la hegemonía, “es una batalla por el sentido, una
batalla cultural e ideológica en la que están en litigio las ideas”. (Fernández, 2015)

[52]
Como ya revisamos, de manera no tan extensa como podría analizarse cada etapa de
desarrollo del conflicto, tenemos una Colombia donde la violencia se ha encarnado en el
actuar de los diversos grupos presentes durante estos 50 años de historia. Aquello que
Gramsci ha presentado como “guerra de movimientos” es lo que en Latinoamérica hemos
presenciado como “guerra de guerrillas”, y si miramos el caso colombiano en su
particularidad podemos pensar esto en el período entre 1980-2000 donde todo el despliegue
de los distintos frentes tenía como fin el colapso del Estado y los grupos de poder económico.
Ernesto “Che” Guevara, en 1963, abre una serie de cuestionamientos que podrían ayudarnos
de guía hacia el punto al cual pretendo volcar la discusión:

¿El método de la guerra de guerrillas es la fórmula única para la toma del poder en
América Latina?, o ¿será, en todo caso, la forma predominante?; o, simplemente,
¿será una fórmula más entre todas las usadas para la lucha? (…) ¿será aplicable a
otras realidades continentales el ejemplo de Cuba? (Guevara, 1963)

Cuando Guevara está planteando estas interrogantes lo hace respecto a ciertos


cuestionamientos que el encuentra injustificados con respecto al socialismo y la lucha
armada, ya que esta se apartaría de la lucha de masas, por ejemplo. Él mismo después
señalará los motivos por los cuales la única estrategia posible para América Latina es la
revolución armada, que el brazo armado debe ser la vanguardia combativa del pueblo, así
como de porque requiere para su subsistencia del apoyo de las masas campesinas y obreras.

En nuestra situación americana, consideramos que tres aportaciones fundamentales


hizo la Revolución cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios en
América; son ellas: Primero: Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra
el ejército. Segundo: No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones
para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas. Tercero: En la América
subdesarrollada, el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente en el
campo. (La guerra de guerrillas) (Guevara, 1963).-

Entre la lucha pacífica y la lucha por medio de la violencia.

[53]
Quisiera explicar este punto desde una mirada más bien guevarista para poder
visibilizar una suerte de quiebre/físura entre una lucha y otra, al menos de entrada. Ernesto
Guevara va a plantear que:

La lucha pacífica puede llevarse a cabo mediante movimientos de masas y obligar –


en situaciones especiales de crisis- a ceder a los gobiernos, ocupando eventualmente
el poder de las fuerzas populares que establecerían la dictadura proletaria. Correcto
teóricamente. (Guevara, 1963)

Y va a señalar también que respecto al panorama de América Latina las siguientes


conclusiones:

En este continente existen condiciones objetivas que impulsan a las masas a acciones
violentas contra los gobiernos burgueses y terratenientes, existen crisis de poder en
muchos otros países y algunas condiciones subjetivas también. (…) Lo único que la
historia no admite es que los analistas y ejecutores de la política no se equivoquen.
Nadie puede solicitar el cargo de partico de vanguardia como un diploma oficial
dado por la universidad. Ser partido de vanguardia es estar al frente de la clase
obrera en la lucha por la toma del poder, saber guiarla a su captura, conducirla por
atajos, incluso. (Guevara, 1963)

El “Che”, ideólogo y comandante de la revolución cubana, logró influenciar de


manera muy potente a prácticamente toda Latinoamérica. Diría yo que lo principal que
debemos tener en claro de su postura era la necesidad de las armas para llegar a la toma del
poder, la necesidad de la revolución armada para llegar a aquel fin. Guevara ha sido
influencia de la guerrilla de las FARC-EP, aunque aún más potentemente del ELN. Pero
ahora, si lo contrastamos con lo que señala Marx cuando dice que “el arma de la crítica no
puede soportar evidentemente la crítica de las armas: la fuerza material debe ser superada
por la fuerza material; pero también la teoría deviene fuerza material apenas se enseñorea
de la masas” (Marx, 1843) es que se hace manifiesto el paso que se da con las FARC-EP
durante este proceso de cese al fuego.

En concordancia con lo que plantea el acuerdo para el fin del conflicto, este grupo
pasaría a ser un movimiento político legal, es decir, con la opción de tener un espacio en el

[54]
parlamento. Este cambio de estrategia es lo interesante puesto que lo que estará en juego
ahora, y lo que deberán procurar quienes estén al mando, es el de sostener su proyecto de
sociedad en base a ideas que se puedan mantener como sentido común. De hecho, una de las
dificultades que enfrentan las FARC-EP para volver a la vida civil, en todos sus ámbitos
(incluyendo la posibilidad de participar en el parlamento) es que los ciudadanos no aprobaron
el acuerdo con el gobierno no porque no se deseara la paz (aunque no se puede negar que
existen grupos armados que se mantienen solo por la guerra en esas tierras, el tráfico de armas
y drogas sería el principal ingreso), sino porque dentro de los argumentos que se planteaban
para estar a favor del “No” es que las FARC deben pasar por la justicia y recibir las penas
establecidas por ley, tanto guerrilleros de los diversos frentes así como sus dirigentes, ya que
si solo dieran el paso a ser un movimiento legal que plantean se le habrían perdonado todas
sus violaciones a los derechos humanos sin justicia para la población civil.

Cada quién podrá encontrar más o menos válido aquel argumento, así como cada
quién podrá encontrar más o menos válido el actuar de este grupo guerrillero, en Colombia las
opiniones se encuentran divididas. Si nos quedamos con los resultados del plebiscito de
refrendación de los acuerdos podríamos decir que más bien su discurso se encuentra
desválidado, en particular, por los métodos de violencia ejercidos por la guerrilla. Lo que sí es
de suma relevancia es que ya no será por medio de la “guerra de guerrillas” el modo en que se
mantenga la lucha por los ideales levantados por las FARC-EP, sino que la disputa ahora será
por la hegemonía, y es relevante justamente porque este grupo deberá saber poner sobre la
mesa sus propios intereses, las FARC deberán saber presentar su discurso como un discurso
válido para toda la sociedad colombiana, teniendo todo el peso de la historia encima. Esto es
muy importante, Carlos Fernández lo pone de manifiesto cuando señala respecto de las
experiencias del socialismo en Venezuela y en Chile que:

En Venezuela, Hugo Chávez logró ganar dieciséis elecciones seguidas porque su


poder hegemónico era aplastante, pero también pudo neutralizar un golpe de Estado
en el 2002 porque su correlación de fuerzas en el interior del ejército era suficiente.
No fue así, en cambio, en el caso de Salvador Allende en 1973. (Fernández, 2015)

Este es el desafío actual de las FARC-EP, si no logran disputar la hegemonía pareciera


ser que están condenados a perderse como grupo político, como si perdieran el “porque” de su

[55]
lucha puesto que ya no habría nada más que disputar. La hegemonía, por parte de los grupos
dominantes, se entiende como el ejercer su poder político, incluyendo algunas demandas de la
clase dominada o subalterna en su proyecto directivo, por parte de los grupos dominados, si se
pretende llegar a ejercer la hegemonía, esta “tiene que ver con la creación de una
subjetividad propia, un ‘nosotros’ enfrentado al status quo, que pueda reclamar para sí la
legitimidad de la representación de la sociedad, integrando a los grupos cuyas demandas han
sido postergadas o frustradas”(Duque, 2016), así lo señala de hecho Horacio Duque Giraldo,
politólogo e historiador colombiano. Este es el reto que queda para las FARC y para aquellos
movimientos políticos que les siguen, aquello que no pudo ganarse por medio del
enfrentamiento armado, de hecho, aquella “validez” que no tuvieron por todos los sectores de
la sociedad, es lo que hoy en día ha de ser lucha por la hegemonía.-

3. REFLEXIONES FINALES

[56]
3.1 ACERCA DE LA CREACIÓN DE LA LEY 1732 SOBRE
LA ‘CÁTEDRA PARA LA PAZ’

Ya hemos mencionado anteriormente el acuerdo entre el gobierno nacional y las FARC-


EP. De este documento me interesa destacar los siguientes puntos:

 Participación política; entorno a los derechos y garantías para el ejercicio de la


oposición política, acceso a medios de comunicación, mecanismos democráticos para
fomentar la participación política de la ciudadanía.

 Fin del conflicto; es decir, cese al fuego desde ambas partes, que las FARC-EP dejen
las armas para reintegrarse a la vida civil, revisión de la situación de las personas
condenadas o privadas de libertad por pertenecer/colaborar con las FARC-EP, el
compromiso del Gobierno Nacional por combatir las redes criminales y sus apoyos, en
particular a aquellos responsables de diversas masacres y asesinatos, garantías de
seguridad, entre otros puntos.

 Solución al problema de las drogas ilícitas; que refiere a programas de sustitución de


cultivos para uso ilícito, programas de recuperación ambiental de las áreas afectadas
por aquellos cultivos, programas de prevención de consumo y salud pública, solución
al problema de producción y venta de drogas.

 Víctimas; reparación para las víctimas que deja el conflicto, derechos humanos de las
víctimas y verdad.

[57]
 Implementación, verificación y refrendación; mecanismos de implementación
teniendo cuidado en que llegue a todas las regiones del país, comisiones de
seguimiento y verificación, sistemas de resolución de diferencias.

¿Por qué es relevante revisar este proceso y en particular de este caso para pensar una
educación para la paz en Colombia? En el contexto actual de Colombia se está trabajando este
proyecto para la paz, un proceso que se entiende como desde este punto de vista pacificación
y que ha ingresado desde varios ámbitos, que quizá no tengan un límite claro en sí pero que
entiende su implicancia en lo político y lo social. Es en este contexto que el país ha de asumir
la paz, y los resultados de esta guerra ponen ante la sociedad la necesidad de revisar de
manera colectiva nuevas formas de relación y de acuerdos sociales, así como “estrategias
para no vivir más en medio del conflicto armado, y formas diferentes de aprender, enseñar,
vivir y ser.” (Corporación Humanas, 2015) De este modo, aparece la educación como el lugar
potencial de cambio en medio de este proceso social. Corporación Humanas señala al respecto
que “el papel de la educación en la transformación social es indispensable en contextos como
el colombiano en el cual, durante décadas, se ha aprendido a vivir bajo la lógica de la
violencia: es necesario des-aprender y re-aprender.” (Corporación Humanas, 2015)

Se puede seguir el rastro que a fines de la segunda guerra mundial, y una vez creado el
Sistema de Naciones Unidas en 1945, que la educación comienza a revisarse en relación a la
paz, gracias a las experiencias a la experiencia de las guerras de la primera mitad del siglo XX
y las críticas a los modelos totalitaristas nacidos en este contexto. Diferentes estados y
organizaciones trabajaron en diversas estrategias pedagógicas que “aportaran al
mantenimiento de la paz, a la mediación de conflictos internacionales y al fomento de la
democracia.” (Corporación Humanas, 2015) La educación es vista entonces como el espacio
para la construcción de nuevos tipos de sociedades en los cuales, se entiende, la guerra no
tendría posibilidad, de nuevas formas de enseñanza/aprendizaje, de cuestionar las
implicancias de la paz, la guerra y las distintas formas en que la violencia se hace manifiesta.

El “Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional” (CPI), que entra en vigencia en


julio del 2002, entiende que existen crímenes de violencia sexual que deben estar al mismo

[58]
nivel que los crímenes de lesa humanidad o de guerra, refiere por ejemplo en el Artículo 7 y el
Artículo 8, respecto de los crímenes de lesa humanidad y respecto de crímenes de guerra,
respectivamente:

Artículo 7. Crímenes de lesa humanidad

1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por “crimen de lesa humanidad”
cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque
generalizado o sistemático contra una población civil y con conocimiento de dicho
ataque:

g) Violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización


forzada o cualquier otra forma de violencia sexual de gravedad comparable;

Artículo 8. Crímenes de guerra

1. La Corte tendrá competencia respecto de los crímenes de guerra en particular cuando


se cometan como parte de un plan o política o como parte de la comisión en gran
escala de tales crímenes.

2. A los efectos del presente Estatuto, se entiende por “crímenes de guerra”:

xxi) Cometer atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos


humillantes y degradantes;

xxii) Cometer actos de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo


forzado, definido en el apartado f) del párrafo 2 del artículo 7, esterilización forzada y
cualquier otra forma de violencia sexual que también constituya una infracción grave
de los Convenios de Ginebra;

e) Otras violaciones graves de las leyes y los usos aplicables en los conflictos
armados que no sean de índole internacional, dentro del marco establecido de
derecho internacional, a saber, cualquiera de los actos siguientes:

[59]
vi) Cometer actos de violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo
forzado, definido en el apartado f) del párrafo 2 del artículo 7, esterilización forzada
o cualquier otra forma de violencia sexual que constituya también una violación grave
del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra;

Teniendo como antecedente este estatuto, además de los registros respecto de la


violencia sexual es que se hace necesario comprender a la educación para la paz no como
mera educación sobre la paz y los beneficios que esta podría traer, sino que más bien una
educación para la paz implica el desafío de desaprender y/o desprogramar las conductas de la
violencia como predominio e intolerancia, es decir, requiere el “cuestionamiento de valores
que hacen primar un sexo y un género sobre el otro, así como la transformación de las
cotidianidades violentas y excluyentes de tipo económico, político, social, de género, racial,
entre otras” (Corporación Humanas, 2015). Si pensamos en la construcción de una paz esta
debe incluir y reconocer la voz de las mujeres, de sus historias y sus derechos, es por esto que
la educación para la paz se presenta como una propuesta capaz de aportar a la transformación
de la Colombia actual. Corporación Humanas señala al respecto que:

La reflexión sobre el lugar de las mujeres y de los hombres en los temas situaciones
que se abordan a partir de sus roles, de la construcción de las identidades de género y
de los efectos que tienen esas construcciones en los procesos de formación. Es vital
preguntarse sobre los significados y experiencias que –en materia de paz, conflictos y
violencias– tienen cada uno y cada una, desde ser mujeres y ser hombres en contextos
específicos (Corporación Humana, 2015)

El entender que estas discriminaciones contra las mujeres (en lo social, lo político,
cultural, económico) son parte de la estructura desigual que se reproducen en los
conflictos/guerras lleva a pensarles como una lógica general de la violencia. Si a esto le
sumamos la naturalización de estas violencias tenemos la clave para poder comprender que
estas son un elemento fundamental para comprender que estas se exacerben durante los
periodos de conflictos/guerras. El trabajo, creación y reflexión respecto de las herramientas
pedagógicas que se tienen permitiría (o al menos contribuiría en gran parte) a desnaturalizar y
desarraigar prácticas de opresión/discriminación y violencias de todo tipo, en este caso las de

[60]
género, en diversos ámbitos (familiar, escolar, laboral) incluido el marco del conflicto
armado.

El Gobierno nacional de Colombia, en conjunto con el Ministerio de Educación,


firmaron primeramente la Ley 1732 para la implementación obligatoria de la Cátedra de la
Paz, en septiembre del 2014, para regularla en mayo del 2015 con un decreto donde se señala
cuáles han de ser sus contenidos mínimos, y obligatorios. El decreto establece que todas las
instituciones educativas deberán incluir en sus planes de estudio la materia independiente de
Cátedra de La Paz antes del 31 de diciembre del 2015, "con el fin de garantizar la creación y
el fortalecimiento de una cultura de paz en Colombia". (Ley N°1732, Artículo 1, 2015) El
decreto señala, además, que esta Cátedra tiene como objetivo "crear y consolidar un espacio
para el aprendizaje, la reflexión y el diálogo sobre la cultura de la paz y el desarrollo
sostenible que contribuya al bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la
población" (Ley N°1732, Artículo 1, 2015)

Se presenta esta asignatura como un espacio reflexivo, con un énfasis importante


entorno a la convivencia con respeto por los derechos humanos y el diálogo como solución a
los problemas o conflictos, en general. Es importante señalar que esta asignatura se está
pensando respecto al aprendizaje de competencias ciudadanas, por esto es que tiene un
enfoque más bien práctico que teórico, en el sentido de poner en práctica el respeto, la
solidaridad, la empatía que serían necesarios para dirimir situaciones conflictivas de un modo
pacífico, la interacción dentro de la comunidad escolar aparece como un pilar fundamental.
“Desde este contexto, la Cátedra de la Paz se constituye en un factor de desarrollo y
convivencia no solo para los estudiantes y docentes, sino para los directivos, padres de
familia y comunidad educativa en general, al abrir espacios de diálogo y discusión, en torno
a la construcción conjunta de la paz” (Ministerio de Educación, 2017). Respecto a los
lineamientos y/o contenidos generales de la cátedra para la paz se señala que en cada
institución educativa se implementará teniendo en consideración que los aprendizajes
esperados se presentan en los siguientes elementos/puntos:

a) Cultura de la paz: se entiende como el sentido y vivencia de los valores ciudadanos,


los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario, la participación
democrática, la prevención de la violencia y la resolución pacífica de los conflictos.

[61]
b) Educación para la paz: se entiende como la apropiación de conocimientos y
competencias ciudadanas para la convivencia pacífica, la participación democrática, la
construcción de equidad, el respeto por la pluralidad, los Derechos Humanos y el
Derecho Internacional Humanitario.

c) Desarrollo sostenible: se entiende como aquel que conduce al crecimiento económico,


la elevación de la calidad de la vida y al bienestar social, sin agotar la base de recursos
naturales renovables en que se sustenta, ni deteriorar el ambiente o el derecho de las
generaciones futuras a utilizarlo para la satisfacción de sus propias necesidades.

Este mandato también estipula que "las entidades territoriales certificadas en


educación, en ejercicio de las funciones de inspección y vigilancia que le hayan sido
delegadas, verificarán que las instituciones educativas implementen y desarrollen la Cátedra
de la Paz" (Ley N°1732, Artículo 1, Parágrafo 2, 2015). Finalmente, la Ley 1732 anota que el
desarrollo de la Cátedra de la Paz se ceñirá a un pensum académico flexible, el cual será el
punto de partida para que cada institución educativa lo adapte de acuerdo con las
circunstancias académicas y de tiempo, modo y lugar que sean pertinentes; de esta forma,
contribuye al restablecimiento de la cultura de la paz, entendida como la apropiación de
conocimientos y competencias ciudadanas para la convivencia pacífica, la participación
democrática, la equidad, la pluralidad y el respeto por los Derechos Humanos.

Si nos detenemos en este último punto, lo que parece quedar es una pregunta respecto
a cómo se va a utilizar esta suerte de flexibilidad académica, y es curioso cuando revisamos
las diversas agrupaciones y organizaciones que están levantando programas para aplicar en
esta cátedra de la paz. Por señalar solo dos, tenemos a la ONG ‘Somos capazes” o la
fundación “Escuelas de paz”, por ejemplo, las cuales tienen un enfoque importante en la
convivencia escolar, pensando en el acoso y en el bullying quizás más que un enfoque de
trabajo para la paz en el post-conflicto.

Corporación Humanas, Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género,


señala en su página web que “es un centro de estudios y acción política feminista, cuya

[62]
misión es la promoción y defensa de los derechos humanos de las mujeres, el derecho
internacional humanitario y la justicia de género” 42, reconocida como organización por estar
presente no solo en Colombia sino que también en el resto de Latinoamérica, ha levantado un
programa respecto de esta cátedra que lleva por título “Educar para la paz con justicia de
género: un reto político, cultural y pedagógico”. Nuestras autoras toman en consideración tres
modelos de “Escuelas de paz” que ya habían sido implementados. Uno es el modelo de “La
Escuela Nueva” el cual fue levantado por diversos profesores y profesoras en el contexto del
fin de la primera guerra mundial y que tiene su foco puesto en el aprender haciendo, el
estudiante tiene una participación activa en el proceso de aprendizaje haciéndose cargo a su
vez de las motivaciones y contextos específicos de este, la escuela se proyecta como espacio
en el cual reflexionar y transformar el mundo. Otro modelo es el pensando la educación para
la paz pensada desde la ONU, a partir de la segunda guerra mundial, que tiene un enfoque
pensado en destacar el aporte de cada nación al patrimonio conjunto que constituye la
humanidad y la educación para los derechos humanos y las libertades fundamentales, la
promulgación de distintos documentos tales como la Carta de Naciones Unidas, la declaración
de los derechos humanos en 1948, entre otros. Por último, la educación desde la paz para la
no-violencia, que también surge en este contexto de posguerra, pero más cercana al jainismo y
al budismo, que tiene un enfoque en la no-acción y el amor hacia el otro, es decir, de postura
pacifista. Este modelo plantea que hay que eliminar toda conducta violenta de nuestro actuar,
tanto de palabras, gestos, acciones, activando de este modo una conciencia que ataca de raíz el
actuar violento.

Ahora bien, este programa es una suerte de apuesta ética, política y cultural de
transformar la sociedad desde un ámbito que parece ser inherente a lo humano, el conflicto.
En otras palabras, si hay algo propio a los grupos humanos es el conflicto, y como tal, este
debe ser visto como una potencia de cambio. Este programa entonces plantea un cambio
relevante en cómo han de trabajarse las prácticas de convivencia, en este sentido, una nueva
forma de abordaje y resolución de conflictos. Además de esto, señalan el desarrollo de
pensamiento crítico como pilar fundamental, así como a su vez “el trabajo en torno de
prácticas incluyentes y equitativas de reconocimiento de la diversidad, de revaloración de los
roles asignados a hombres y mujeres en la sociedad, y en la eliminación de todo tipo de

42 Recuperado de su página web.

[63]
violencias, entre ellas, las violencias basadas en el género, entre las cuales predominan las
que se presentan contra las mujeres.” (Corporación Humanas, 2015)

¿Por qué menciono este programa? Pues a mi parecer, la propuesta de Corporación


Humanas se está haciendo carga de una cuestión no resuelta hasta el momento y es que el
subregistro de las violencias en contra de la población civil parece exigir que estos sean
quienes cuenten su historia, y en particular en el caso de las violencias en contra de las
mujeres. De hecho, por esto mismo la relevancia que tiene el programa en lo que respecta los
nombres, el reconocer a otro/a, en el escucharse mutuamente. La construcción de la paz va en
eso, no es caer en el mero pacifismo, sino que trata de articular las diferencias que tiene el
país por medio del diálogo, y uno de los más directos que se tiene para trabajar son en las
aulas de clase. Si pensamos en que la educación para la paz tiene que ver con aprender a
hacer, aprender a ser y aprender a convivir es que podemos visibilizar que no es una mera
cátedra de educación cívica, sino que guarda un potencial importante en lo socioemocional y
lo conductual, en el que hacer ciudadano pero más allá de la pura ciudadanía.

Volviendo al título del programa, la justicia que esta por detrás de este no es solo una
cosa jurídica sino que tiene un componente, que según mi visión es muy importante, de hacer
justicia por otros medios, de reivindicar estas voces e historias de un modo distinto. Hemos
revisado como a lo largo de los años en Colombia se ha ido forjando una historia que tiene
como base la violencia de distintos grupos sobre otros, y como la sociedad colombiana se ha
ido levantado también entorno a este conflicto, es por esto que este programa se presenta
como una invitación a des-aprender, o más bien, a volver a revisar lo que se ha aprendido de
este conflicto, comprenderlo a su vez como la posibilidad de cambio que necesita el pueblo
colombiano. Importante, también, es entender que la paz no llega a instalarse como tal por
medio de un decreto o mandato, sino que se construye a diario y con la participación/decisión
de todos/as y, en este mismo sentido, que parece ser que el programa de Corporación
Humanas presenta instrumentos de paz con los cuales desarrollar las habilidades necesarias
para procesar el conflicto de manera asertiva y con respeto de sus actores/as.-

[64]
3.2 FUERZA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA DEL COMÚN.
PROYECCIÓN POLÍTICA, JUSTICIA Y POBLACIÓN CIVIL.

“Acciones absolutamente cuestionables por la degradación y por las


modalidades que emplearon, y que se hicieron amparadas o
fundamentadas en un discurso de defensa del pueblo, de una sociedad
más justa, de una sociedad más incluyente y es inaceptable éticamente
que tu invocando unos ideales tan nobles apeles a unos métodos tan
ruines como los que apelaron, en ciertas circunstancias, las
guerrillas.” (Bello, 2013)

En agosto del 2017 las FARC presentan a su partido político llamado Fuerza
Alternativa Revolucionaria del Común, en abril de ese mismo año ya habían levantado las
tesis bajo las cuales fundar el programa de este partido. Ahora bien, para hablar del programa
político de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común es necesario tener en cuenta dos
pilares fundamentales; que es la participación política y el programa agrario, ya que en 1964,
cuando se levanta propiamente como tal las FARC-EP, los guerrilleros presentan su programa
agrario como su carta política, y bueno, sabemos que esta organización justifica la toma de
armas por la presión estatal ejercida en contra de los campesinos y hoy es llevado a los
acuerdos de paz para su implementación. Habría que tratar de visibilizar un poco como va ese
programa político, que está pensando en la implementación de los acuerdos firmados en La
Habana, ya que realmente lo que se ha podido implementar del programa es bastante poco, ya
sea por persecución por parte de los paramilitares, o por negativa de ciertos sectores.

Pese a eso, este acuerdo al menos a logrado ser precisamente eso, y no un intento
fallido, como podría pensarse del proceso de paz iniciado de 1984, de donde nace la Unión
Patriótica (UP) como partido tratando de abrir un espacio de participación política a otras
expresiones alternativas, los comunistas, en particular de las guerrillas, que como dato, si va a
dar disputas políticas relevantes, por ejemplo con respecto a la repartición del poder ejecutivo,

[65]
hasta el año 1986 se nombraba los alcaldes y gobernadores por decreto presidencial, la UP fue
quién dio la propuesta base de que estos se eligiesen por votación, como es actualmente. La
UP fue llevada casi a su extinción, y se señala a los paramilitares como los principales
responsables de esto. Luego de esto vinieron los diálogos del Caguán, en conjunto con el Plan
Colombia, que tampoco llegan a buen puerto. En este proceso de paz si se llegó a acuerdo, y
sobre la implementación del acuerdo, por parte de la guerrilla al menos han entregado
armamentos, caletas43 de armamentos, tierras, entre otros y tanto Timochenko, como otros
líderes, ya se presentaron voluntariamente en la Jurisdicción Especial para la Paz a declarar en
pos de la verdad para las víctimas. Pero el contexto es adverso, hay una fuerte persecución en
contra de los líderes sociales, ya sea por asesinatos de a uno/a o en masacres 44, entonces la
lucha por la implementación del acuerdo de paz se hace aún más presente, y ese acuerdo de
paz se encuentra a la base del programa político presentado por la Fuerza Alternativa
Revolucionaria del Común, Timochenko señala en una entrevista sobre la implementación del
acuerdo de Paz que:

lo habíamos dicho, la implementación va a ser mucho más compleja, mucho más


difícil que el proceso de negociación, y la realidad nos lo está mostrando, lo que pasa
es que está siendo más difícil de lo que yo personalmente imaginaba. Claro, ¿Por
qué? Por el entorno en que se desarrolla este proceso (…) este proceso se inicia
después de 8 años, más de 8 años, de una ofensiva sin precedentes en la historia de
América Latina, por no ir más allá, donde contra el movimiento insurgente y el
movimiento popular y los sectores democráticos de Colombia se utilizó todo, desde el
punto de vista militar, todo un esfuerzo inmenso, apoyados en Estados Unidos, en
Inglaterra, en Israel, desde el punto de vista militar pero también político, y en
especial desde el punto de vista comunicacional. (Timochenko, 2018)

A lo que refiere Timochenko es precisamente a esta imagen de terrorista que se ha


gestado y que precisamente, esa imagen del terrorista enemigo ha pesado sobre líderes
sociales/indígenas, también podríamos retomar la figura de narco-guerrilla que se le ha
otorgado, Timochenko va a mencionar sobre esto que:
43 Escondites
44 Véase Anexo 7

[66]
La matriz que comenzaron a imponer durante todos estos años, y que se impuso a
través de los medios de comunicación, medios que los pusieron al servicio de la
guerra, nosotros sentimos esos efectos todavía, a todos los demócratas,
revolucionarios, luchadores populares se les estigmatizó y hoy estamos viviendo esas
consecuencias, porque no es solamente a la guerrilla, se crea esa imagen del
monstruo de la guerrilla y a partir de ahí todo aquel que de una u otra manera, y
desde cualquier orilla, expresara críticas al régimen era señalado de terrorista, de
guerrillero, no, de guerrillero ya era una palabra mejor que ya ni la usaban. De
bandidos y de terroristas, entonces, eso ha incidido mucho en la sociedad
colombiana, (Timochenko, 2018)

Las FARC han medido en verdad sus posibilidades reales dentro del escenario político
colombiano, enmarcado en un contexto que ya hemos revisado en los capítulos anteriores.
Han pensado estas tesis pensando tanto en precisamente en la Colombia después de la firma
de paz, haciéndose cargo tanto de cómo se encuentra posicionada internacionalmente como el
contexto interno del país. Ahora bien, pese a esto, en las elecciones del domingo 11 de marzo
de 2018 los resultados visibilizaron la falta de confianza del pueblo con las FARC. Una de las
posibles respuestas al porqué de estos resultados los da Timochenko al declarar que:

y la falta de voluntad del Estado colombiano para publicitar, para hacer una buena
pedagogía y explicar los beneficios que los acuerdos de La Habana traen a todos los
sectores sociales de Colombia, esa falta de pedagogía pues ha incidido para que
todavía no se exprese ese apoyo masivo, que yo creo, es al cual debemos trabajar,
entonces (…)45 (Timochenko, 2018)

En una entrevista al diario ‘El Espectador’ Miguel Antonio Galvis, académico y


consultor en Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas en el Instituto Interamericano de
Derechos Humanos (IIDH – Colombia), señala respecto a los desafíos que debe enfrentar la
Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común:

“Los retos, serán superar los obstáculos que implican esa transición de fuerza militar
a partido político de carácter ciudadano, de tal manera que no se repita la historia
del M-19, que tras la firma de la paz y de su participación en la Constituyente de

45 https://www.youtube.com/watch?v=U0hd9LkGvEE

[67]
1991, terminó diluyéndose en el tiempo. Riesgo innegable en un país tan polarizado y
donde los del “No” del plebiscito se niegan a abrir espacios y prefieren seguir viendo
los defectos, que los hay, en la negociación que hizo el gobierno Santos (…) Aunque
por ahora no se percibe o no se anticipa que la emergencia del nuevo partido de las
Farc conlleve un cambio significativo en el escenario político colombiano, a largo
plazo sus impactos podrían ser mayores, dependiendo del talante de sus dirigentes y
de la sintonía que logren con los diferentes sectores sociales, económicos, culturales,
étnicos y políticos en cada uno de los territorios. Su credibilidad y consolidación
dependerán en buena parte de lo que ocurra con el proceso de Justicia Especial de
Paz, y del avance en los procesos de reconciliación y consolidación de la cultura de la
paz en los territorios” (Galvis, 2017)

Y es que respecto, por ejemplo, a lo que señalo en la sección 2.2 de esta memoria,
podría quedar la duda entonces respecto a sí sería posible la disolución de la diferencia
existente entre la guerra de posiciones y la guerra de movimientos. Según mi parecer la guerra
de movimientos y la guerra de posiciones no hay que entenderlas tan opuestas o contrarias,
sino más bien como el cambio de escenario en el cual se da la disputa. Pareciera ser que, en
este caso, la guerra de posiciones es una extensión de la guerra de guerrillas, una guerra que
ya no es por los dominios de los territorios, sino por otro tipo de ‘dominio’, el dominio
hegemónico. Desde mi parecer, la forma de disputa se mantiene, pero ahora es otro nivel de
control el que está en juego. Respecto al giro hegemónico, y las implicancias que pudiese
tener para las FARC-EP, es necesario señalar que lo que aseguraría a este grupo son dos cosas
principalmente: legitimidad, que ahora no tienen frente al pueblo colombiano y la perduración
de su proyecto político en el tiempo, y así no dejar en vano medio siglo de conflicto armado.
Cuando en agosto del 2017 las FARC hacen su presentación como partido político legal,
manteniendo la sigla que los ha identificado todos estos años pero cambiando el significado
de cada letra; Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, a mi parecer, han escogido un
nombre que precisamente hace visible de por sí la estrategia que han escogido para su plan
político.

Ahora bien, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común deberá hacerse cargo, a su
vez, de las acusaciones hacia las FARC como narcoguerrilla, en su momento, y ahora
posicionarse frente a las disidencias farianas que han decantado en las FARCRIM, en
[68]
términos de la Fundación InSight Crime. Esta fundación señala, de hecho, que el acuerdo de
paz se ha implementado de manera débil y eso está está llevando a que los guerrilleros de las
FARC regresen a las economías ilegales (Mcdermott, 2018), esto ha generado la aparición de
una nueva red criminal, la mafia de las ex-FARC, conformada por disidentes, FARCRIM y las
“FARC ocultas” (Mcdermott, 2018). De hecho, la revista Semana publicó hace unos meses
un artículo donde mostraban el posible plan de las disidencias de las FARC para refundar este
movimiento, con Alias ‘Guacho’ a la cabeza de la organización, artículo que el ex Presidente
Manuel Santos salió a desmentir, acusando irresponsabilidad en su publicación. Sea real, o
no, sabemos lo que puede llegar a generar en la población civil. Es por esto que precisamente
el giro se hace pertinente, ya que la disputa se direcciona hacia otros espacios. Retomo aquí
cuando Timochenko señala que las palabras han de ser las únicas armas, pues a mi parecer ese
sería el modo de volver a la legitimidad, para posicionarse y distanciarse de las disidencias
que hoy se encuentran apuntadas como narcoguerrillas. Deberán poner atención especial
cuidado también a las demandas de la población civil en lo que respecta justicia y reparación
a las víctimas. Sin embargo, el contexto es hostil, en una declaración emitida entre el 31 de
Agosto, 1 y 2 de Septiembre, de 2018 el Pleno del Consejo de los Comunes de Fuerza
Alternativa Revolucionaria del Común señala que

Nuestro partido exige el cumplimiento de lo acordado en materia de reincorporación


integral de los ex guerrilleros. Las amenazas de la miseria y el futuro incierto se ciernen de
manera inminente sobre quienes dejaron las armas y cumplieron al pie de la letra lo
acordado. A ellas se suman la falta de garantías para su sobrevivencia, ante la avalancha de
crímenes y hostilidades contra los ETCR46 y sus habitantes. 75 exguerrilleros han perdido la
vida violentamente, en medio de una aterradora ola de exterminio contra dirigentes sociales
y populares. Ese desangre debe terminar para que se pueda hablar de paz. El Estado
colombiano está especialmente obligado a cumplir lo acordado al respecto en La Habana.
(Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, 2018)

En este contexto hostil, volátil, y con varios actores aún en escena, la verdad es que se
hace complejo tirar líneas respecto al posible futuro de Fuerza Alternativa Revolucionaria del
Común, lo que si puede suponerse, en especial si uno se deja guiar por lo último expuesto por
Revista Semana, y el diario El Comercio, del Ecuador, es que si no se da una salida real y
46 Espacio Territorial de Capacitación

[69]
segura a los exguerrilleros, estos podrían unirse a las llamadas disidencias como modo de
volver a su posición como miembro armado. Las FARCRIM podrían retomar una parte
importante del control de los territorios de cultivos ilícitos, y que antes manejaba el grupo
guerrillero. Sobre esto último, solo quisiera destacar lo que señalan en la última declaración, y
es que sin apoyo del Gobierno Nacional, la paz se ve solo como posible en el papel.

“Las reformas políticas y al régimen electoral se encuentran en lista de espera.


Alarma sobremanera a nuestro partido la posibilidad de montajes policiales o judiciales
contra sus integrantes. Hemos declarado públicamente que al integrarnos a la vida política
legal abandonamos cualquier práctica de naturaleza ilícita y estamos más que dispuestos a
respetar al pie de la letra tal compromiso. No cohonestamos la conducta de cualquiera de
nuestros militantes que viole lo previsto en el Acuerdo Final.” (Fuerza Alternativa
Revolucionaria del Común, 2018).-

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Anexos

[77]
Anexo 1: Estudio para la violencia, Alejandro Obregón, 1962.

[78]
Anex
o 2: Mapa de la Fundación Paz y Reconciliación, 2015. Territorio ocupado por la guerrilla de
las FARC entre 2011-2012.

[79]
Anexo 3: Jesús Abad Colorado (2002). Estado en el que queda la Iglesia de Bojayá, donde
estalló un cilindro de las FARC a un campamento de las AUC que se encontraba detrás de
dicho espacio.
[80]
Anexo 4: Jesús Abad Colorado (1997), las AUC hostigan durante dos días a la población del
municipio de Yolombo, el resultado son 23 campesinos asesinados. “Días después los
habitantes del municipio rindieron homenaje a las víctimas organizando un sepelio
colectivo” (CNMH, 2013)

Anexo 5: Jesús Abad Colorado (2002), Una joven de 18 años fue raptada por paramilitares
en la zona nororiental de la ciudad de Medellín. (CNMH, 2013) Fue violada grupalmente y
marcada en el brazo por las AUC.

[81]
Anexo 6: Jesús Abad Colorado (1997). Cinco días duró el infierno en el corregimiento de El
Aro. Allí, los paramilitares de las ACCU asesinaron a 15 campesinos y quemaron sus
viviendas. Más de 1300 reses y 130 bestias caballares fueron robadas y sacadas por Puerto
Valdivia donde tenía base el Ejército. La CIDH condenó al Estado colombiano por estos
hechos en los que hasta las pertenencias de la iglesia fueron saqueadas. (CNMH, 2013)

[82]
Anexo 7: Mapa de la Fundación Paz y Reconciliación, 2015. Territorio ocupado por la
guerrilla de las BACRIM durante el 2011-2012.

[83]
Anexo 8: Tarjetón electoral para la consulta popular anticorrupción a realizarse el 26 de
agosto de 2018. Recuperada de https://www.vencealcorrupto.com/wp-
content/uploads/2018/07/tarjeton_electoral_consulta_anticorrupcion_20180718.pdf el 18 de
Agosto de 2018.

[84]
Anexo 9: Fotógrafo no identificado (2018), Recuperada el 30 de Junio de 2018 de
https://www.publimetro.co/co/colombia/2018/05/05/la-corona-floral-gustavo-petro-causo-
panico-la-vida-del-candidato.html

[85]
Anexo 10: Fotógrafo no identificado (2018) Masacre en Argelia, Cauca. 7 dirigentes
sociales asesinados.

[86]
[87]

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