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GARANTÍAS CONSTITUCIONALES EN LA ADMINISTRACIÓN DE LA JUSTICIA

ASIGNATURA : DERECHO CONSTITUCIONAL

CICLO : IV

DOCENTE : Abg. FLORES CORTES Eliaz

INTEGRANTES :

MACEDO LAZARO, Hermelinda

NIÑO SUSANIBAR, Lázaro

RASHTA CORDOVA, Zoraida

VILLARREAL VILLON, Judith


DEDICATORIA

El presente trabajo está dedicado al docente ya que es un


Líder en nuestra formación profesional y cada uno de nuestras
Personas especiales quienes contribuyen en el apoyo condicional.
SUMARIO

CAPITULO I: MARCO HISTORICO


Historia de las garantías constitucionales
Las garantías constitucionales en el Perú
CAPITULO II: MARCO TEORICO
Definición
Garantías constitucionales en el Perú

CAPITULO III: CONCLUSIONES


Bibliografía
INTRODUCCION
En un estricto sentido técnico jurídico, se entiende por garantía constitucional el conjunto de instrumentos
procesales, establecidos por la norma fundamental, con objeto de restablecer el orden constitucional
cuando el mismo sea transgredido por un órgano de autoridad política. No obstante ello, al término
garantía, referido al derecho constitucional, se le ha dado diversos significados, entre los cuales podemos
destacar, siguiendo el pensamiento de Fix-Zamudio, los que a continuación se citan.

En primer lugar se han denominado garantías a los derechos humanos fundamentales reconocidos o
garantizados por la Constitución. Tal es el significado que le ha dado nuestra carta magna vigente al
enumerar y describir dichos derechos en sus primeros 29 artículos., integrantes del capítulo primero, título
primero, de esa ley fundamental cuando los califica como ''garantías individuales''. En segundo lugar,
podemos traer a colación las ideas de Carl Schmitt sobre el particular, ya que para este autor las garantías
constitucionales son aquellos derechos que sin ser estrictamente constitucionales, por no referirse a
la estructura fundamental del Estado ni a los derechos humanos, el constituyente ha considerado
conveniente incluir en la ley suprema para darles mayor solidez, para garantizarlos mejor; tal sería el caso
de nuestro artículo 123 constitucional.

Finalmente, se ha identificado el término garantía constitucional con el concepto de defensa de


la Constitución, es decir, englobando tanto a los medios preventivos como a los represivos, siendo que, se
debería referir exclusivamente a estos últimos.III. En el derecho constitucional mexicano podemos
encontrar diversas garantías constitucionales en el preciso sentido técnico jurídico, reguladas de manera
dispersa por el ordenamiento supremo en vigor.

El jurista Héctor Fix Zamudio nos dice que son cuatro las garantías constitucionales consagradas por la ley
suprema de 1917, estas son: a) el juicio político de responsabilidad de los altos funcionarios de la
federación regulado por los artículos 108 y 113 de la Constitución; b) las controversias constitucionales
que menciona el a, 105 de nuestra Constitución, es decir, los litigios que surjan entre los poderes de un
Estado sobre la constitucionalidad de sus actos, entre dos o más Estados y entre estos y la federación,
mismas que deben ser resueltas por la Suprema Corte de Justicia; c) el juicio de amparo que contemplan
los artículos 103 a 107 constitucionales, y los procedimientos investigatorios a que hacen alusión los
párrafos tercero y cuarto del artículos 97 constitucional; el tercero se refiere a la investigación de algún
hecho que constituya la violación de alguna garantía individual, mientras que el cuarto habla de violación
al voto público poniéndose en duda la legalidad de todo el procedimiento electoral para integrar alguno
de los poderes federales; en ambos casos la Suprema Corte de Justicia no tiene poderes decisorios, sino
únicamente de informar a los ''órganos competentes''.

El profesor Octavio A. Hernández considera que a estas cuatro garantías constitucionales hay que agregar
una quinta que es la contenida en el artículo 29 constitucional, o sea el llamado procedimiento de
suspensión de garantías individuales, toda vez que el mismo sirve para hacer frente, de manera rápida y
fácil, a cualquier situación que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto.

El constitucionalista Jorge Carpizo señala que debe dársele el calificativo de garantía constitucional a las
facultades otorgadas al Senado por las fracciones V y VI del artículo 76 constitucional relativo a la
desaparición de poderes en un Estado y a las controversias políticas que surjan entre los poderes de una
entidad federativa, cuando alguno de ellos lo plantee o se hubiere interrumpido el orden constitucional,
para lo cual, en ambos casos, el Senado de la República resuelve la controversia.
Finalmente, no podemos dejar de mencionar el recurso de reclamación que en contra de las resoluciones
del colegio electoral de la Cámara de Diputados Federal se hace valer ante la Suprema Corte de Justicia, la
cual no lo resuelve en definitiva, sino únicamente emite una opinión para que la Cámara sea la que lo
haga, opinión que no tiene carácter vinculante. Este recurso está reglamentado por la Ley Orgánica del
Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos.
1.1. MARCO HISTÓRICO

Para analizar una institución jurídica resulta obligado, en aras de una mejor comprensión, desentrañar sus
orígenes, por lo que el estudio de las garantías constitucionales no estaría completo si no se conoce la
historia constitucional. Al revisar los textos jurídicos de los primeros tiempos de la historia de la
humanidad, no aparece mención alguna al concepto de derechos humanos, aunque hay quienes expresan
que estos aparecen recogidos en el Código de Hammurabi, 2000 años antes de nuestra era. Otros
reconocen la famosa Carta Magna, del rey inglés Juan Sin Tierra, de 1215, como el primer reconocimiento
estatal de estos derechos; aunque eran derechos que solo se lo concedían a determinados seres humanos,
por formar parte de una clase social, pero que no se extienden a todos. Esta Carta recogió de forma
embrionaria el derecho al debido proceso y la garantía por excelencia del derecho de libertad, el
mandamiento de habeas corpus, previsto en el artículo 36, instrumento de protección procesal de la
libertad que posteriormente fue asimilado por múltiples ordenamientos jurídicos.

El término derechos humanos, en el sentido moderno, surge a partir de que aparece en el seno de la
sociedad la clase social burguesa.

La famosa Bill of Rights (Carta de Derechos), aprobada por el Parlamento inglés en 1689, como documento
que selló el pacto entre la nobleza y la burguesía para acabar de institucionalizar la Revolución Burguesa
en Inglaterra, era una modesta exposición de once derechos, entre los que se encontraban la libertad de
palabra, el derecho de presentar peticiones al rey, que no se debía exigir fianzas excesivas, ni imponer
multas excesivas, ni infligir penas crueles o insólitas.

La Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, proclamada en 1779 recogió los
enunciados sobre los derechos humanos concebidos hasta aquel momento por la ideología de la
burguesía. En esta se establecía que todos los hombres nacían iguales y que a todos el Creador les
concedía ciertos derechos inherentes de los que nadie les podía despojar, entre los que estaban la vida, la
libertad y la búsqueda de la libertad.
La Constitución de Estados Unidos es considerada la carta magna escrita más antigua del mundo; fue
aprobada el 17 de septiembre de 1787, en principio no incluía los derechos humanos enarbolados en 1779
en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica; tuvieron que transcurrir
cuatro años para que el Congreso Norteamericano aprobara las diez primeras enmiendas, en 1791, donde
se recogen dichos derechos. Otra gran limitación de esta Constitución es que no regulaba garantías
individuales para los derechos.

Fue en el marco de la Revolución Francesa, donde por primera vez se exponen de una manera más
elaborada los derechos humanos. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del 25 de
agosto de 1789, integrada por un Preámbulo y 17 artículos. En el Preámbulo se declara que “la ignorancia,
el olvido y el menosprecio de los derechos del hombre son las únicas causas de las desventuras públicas y
de la corrupción de los gobiernos”. A través de su articulado, proclama derechos individuales importantes,
en el artículo 1 establece que los hombres nacen libres e iguales en derechos; el 2 declara que el objetivo
de toda sociedad política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre, y
que estos son la libertad, la seguridad y la resistencia a la opresión. Otro grupo de artículos regula
garantías en caso de actuaciones judiciales como son: que nadie puede ser detenido o encarcelado más
que en los casos determinados por ley, y mediante sus formalidades, la presunción de inocencia de todo
acusado hasta tanto se pruebe su culpabilidad y que la ley debe establecer únicamente penas necesarias y
nunca aflictivas o expiatorias. En el artículo 16 exponía que toda sociedad en la cual la garantía de los
derechos no esté asegurada, ni determinada la separación de los poderes, carece de Constitución.

Esta Declaración sirvió de preámbulo a la Constitución Francesa de 1791. Las constituciones posteriores
marcaron etapas en la evolución de los derechos humanos; siendo estos clasificados en derechos de 1ra,
2da y 3ra generación. Los primeros derechos consagrados por las revoluciones burguesas son los
conocidos como derechos civiles y políticos o de primera generación, caracterizados principalmente por la
necesidad de limitar el poder estatal e impedir que se entorpeciera el libre desenvolvimiento de las
relaciones de mercado, en una sociedad que nacía, o se desarrollaba, bajo el estigma del liberalismo
económico.
El Estado Liberal de Derecho del siglo XIX e inicios del XX rechazó la concepción de la Constitución como
norma directiva fundamental, pues esta aparecía como una amenaza para los liberales. El primer intento
de liberalismo fue abandonar la supremacía de la Constitución, asignándosela al Estado. Siguiendo esta
idea la tutela de los derechos garantizados por la Constitución se sustituye por la certeza del derecho
garantizado por los códigos, por la Ley, el derecho positivo del Estado; se sitúa a la Ley en la cima del
sistema de fuentes del derecho y la Constitución se reduce a un instrumento de organización.

Aparece la jurisdicción administrativa, para someter a la administración al derecho con finalidad de


garantía, partiendo de que no se puede someter el Estado a la jurisdicción civil ordinaria. En el caso de que
alguien sea lesionado en un derecho puede recurrir a un juez para su tutela, el cual no puede inaplicar la
Ley, como sucede en Estados Unidos, porque prevalece la convicción de la fuerza de la Ley. Esta doctrina
del Estado Liberal de Derecho del siglo XIX en materia de tutela de derechos, fue objeto de críticas, pues el
juez no era un verdadero garante de ellos, ya que no se basaba en la supremacía de la Constitución para su
defensa, y no podía aparecer como un tercero neutral entre los particulares y el Estado.

El Estado Liberal sufrió transformaciones, principalmente a partir del final de la Primera Guerra Mundial y
la aparición de la Constitución Mexicana de 1917, la soviética de 1918 y la de Weimar en 1919. No es hasta
principios del siglo XX que los derechos socioeconómicos y culturales son regulado por los textos
constitucionales. El triunfo de la primera revolución anticapitalista de la historia, la Revolución Rusa de
1917, y sus declaraciones de derechos, constituye un hecho significativo en la historia de los derechos
humanos. El primer logro de la Gran Revolución Socialista de Octubre fue la construcción del primer
Estado de obreros y campesinos victoriosos en la historia de la humanidad, el cual hizo posible garantizar a
las mayorías, antes explotadas, derechos fundamentales con carácter constitucional, la Constitución
Soviética de 1918, de la República Federativa Rusa. Entre estos se encontraban el derecho al trabajo, a la
seguridad social y al descanso.

La Constitución Mexicana de 1917, resultado de la Revolución Mexicana, fue la primera en consagrar


normativamente los derechos socioeconómicos y sociales, estos eran además de los mencionados
anteriormente el derecho a la educación, a la cultura, a la salud, al trabajo y al asistencia social. La
Constitución de Weimar, Alemania, de 1919, que antecedió al nazismo, recogió una amplia relación de
estos derechos, calificándolos de sociales y dando inicio, en el campo de la burguesía a la aparición de lo
que ha dado en llamarse Estados Sociales de Derecho.

A partir de este momento se produce un cambio en la estructura de los sistemas jurídico políticos; el
Estado Social, a diferencia del Estado Liberal, supuso el paso de un derecho que tenía una función
represiva, a un derecho con una función promocional, es decir un derecho orientado a la satisfacción de
intereses y demandas sociales, cuyas líneas se prefiguran en los propios textos constitucionales. No se
trata solo de garantizar los derechos individuales, sino que, es preciso satisfacer nuevos derechos sociales,
para cuya efectividad se hace necesaria la actuación del Estado. A la hora de abordar la evolución de los
derechos humanos y sus garantías se hace necesario tener en cuenta los aportes del constitucionalismo
socialista. La doctrina soviética varió la concepción en torno a las garantías de los derechos, al afirmar que
asumía un doble aspecto, uno de carácter material, que comprendía las condiciones necesarias para que
los derechos pudieran realizarse en la práctica, y en segundo término, existían las de naturaleza jurídica
atribuidas a todos los órganos y autoridades que se encontraban obligados a preservar la legalidad
socialista y a proteger los derechos ciudadanos.

En consecuencia, la tutela de los derechos en estos países, no siguió el carácter estrictamente procesal
establecido en los ordenamientos occidentales, es decir, se apartó de los tradicionales instrumentos de
protección y se establecieron varias instituciones peculiares, orientadas a la citada tutela, como es el caso
de la Procuraduría soviética, cuyo modelo fue asimilado por la mayoría de estos países, también las
reclamaciones de los ciudadanos ante las distintas organizaciones sociales y políticas, incluyendo el Partido
Comunista; aunque este tipo de garantía no es jurídica sino política.

Además se facultó a los tribunales socialistas para proteger los derechos, aunque en proporciones
menores que la Procuraduría, así la defensa de los derechos quedó dentro de los estrictos marcos de los
procedimientos ordinarios; aunque se apreció una tendencia a establecer una regulación particular del
procedimiento administrativo, en lo que se refiere a la intervención de los particulares en la defensa de
sus derechos, incluyendo la posibilidad de establecer recursos administrativos; ejemplo de esto son la Ley
71 de 1967, de Checoslovaquia; el Código de Procedimiento Administrativo de 1960, de Polonia y la Ley 1
de 1967, de Rumania.
El Estado Social alcanza mayores dimensiones con la aparición de las Constituciones Democráticas de la
última postguerra mundial, como la Ley Fundamental de Bonn, de 1949; la italiana de 1948; la portuguesa
de 1976 y la española de 1978. Estas constituciones hacen énfasis en los derechos sociales,
vislumbrándose una cierta tendencia a expandir el catálogo hacia nuevas demandas y necesidades, los
llamados Derechos de Tercera Generación; elevaron el nivel de garantía de los derechos y en tal sentido
resurge la concepción de la Constitución rígida, protegida por procedimientos de revisión y por el control
judicial constitucional, bien sea difuso al estilo de los Estados Unidos, de mera inaplicación de la norma al
caso concreto, o concentrado a través de tribunales especializados, con eficacia anulatoria o erga omnes,
establecida por Hans Kelsen en la Constitución Austriaca de 1920, reformada el 7 de diciembre de 1929 .

Posterior a la Segunda Guerra Mundial y debido a los crímenes cometidos por el nazismo la Organización
de Naciones Unidas (ONU), partiendo de que en su carta constitutiva declara que uno de sus objetivos es
el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin
hacer distinciones por motivos de raza, sexo, idioma o religión; el 10 de diciembre de 1948 la Asamblea
General proclamó la declaración universal de los derechos humanos, la cual en sus 30 artículos recoge los
conceptos generales sobre los que la comunidad internacional de naciones entiende por derechos
humanos, abarcando los derechos civiles y políticos, que se venían defendiendo desde la Revolución
Francesa y los derechos económicos, sociales y culturales, que surgieron después de la Revolución
Socialista de Octubre.

En 1966 y con el objetivo de ir desarrollando los conceptos generales en esta Declaración se adoptan el
pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos y el pacto Internacional de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales, ambos adoptados por la Asamblea General de Naciones Unidas. Se han firmado y
ratificado en pos de la protección internacional de los derechos humanos otros muchos instrumentos
jurídicos como son: la Convención Americana de los Derechos Humanos, la Convención y la Declaración de
los Derechos del Niño, Derechos de la Mujer, Derecho al Desarrollo, Derecho a un Medio Ambiente Sano,
Derechos de los Refugiados, entre otros.

No se pueden dejar de mencionar otros derechos humanos, que han sido concebidos como tales con
posterioridad a los antes mencionados, fundamentalmente durante los años comprendidos en la década
del 70 y la del 90 del pasado siglo XX, denominados de Tercera Generación. Estos se han ido configurando
a partir de las nuevas necesidades de la humanidad, por ejemplo el derecho al medio ambiente sano, al
desarrollo sostenible, a la paz, a la autodeterminación de los pueblos, de los pueblos indígenas y otros que
están en constante origen y desarrollo. La Constitución de Colombia de 1991, por ejemplo, dedica el
capítulo 3 a lo que denomina Derechos Colectivos y del Ambiente.

Las modernas corrientes doctrinales, además de poner el acento en la tutela judicial de los derechos, en la
práctica se han extendido a establecer otros instrumentos como los Defensores Ciudadanos, las
Comisiones de Reclamación, y el establecimiento de procedimientos administrativos. Esta orientación se
ha puesto de manifiesto en los textos de Europa del Este y de Latinoamérica, que tienden a copiar las
tablas de derechos y las garantías constitucionales de los textos clásicos de occidente.

1.2.GARANTIAS CONSTITUCIONALES EN EL PERÚ

En nuestro país, la defensa y respeto a las Garantías Constitucionales a lo largo de nuestra vida
democrática ha sido materia de discusiones de niveles doctrinarios, políticos, sociológicos y de diversa
índole, toda vez que pese a ser un país libre e independiente desde el año 1821, nuestra sociedad no ha
valorado estas Garantías como herramienta eficaz en la defensa de los derechos fundamentales de la
persona, la defensa de la supremacía de la Constitución y el control de la constitucionalidad.

Tal es así, que en nuestra Constitución Política de 1979 recién se instituyó un órgano autónomo y
constitucional para su defensa, como lo fue el Tribunal de Garantías Constitucionales, órgano que fue
vilipundiado durante la época del endogolpe y que fuera restituido con la Constitución de 1993 bajo la
figura del Tribunal Constitucional, órgano con similares características funcionales pero maquillado por su
Ley Orgánica, Ley 26345, en la cual se prescribe trabas legales para el eficiente ejercicio del control de la
constitucionalidad de las leyes.

Es por ello, estimados compañeros, que es menester rescatar la vital importancia de las Garantías
Constitucionales y de su órgano de control y defensa para que en nuestras vidas cotidianas en pleno
ejercicio de nuestros derechos ciudadanos seamos responsables en velar por su estricto cumplimiento y
exigir con vehemencia todo acto que violente la supremacía de nuestra Carta Magna.

Por tanto, el objetivo de este proyecto es lograr la comprensión de cada una de las Garantías
Constitucionales, su ejercicio y mecanismos de defensa a través del análisis doctrinario y jurisprudencial.
LAS GARANTIAS CONSTITUCIONALES EN EL PERU

I. LAS GARANTÍAS CONSTITUCIONALES EN LAS CONSTITUCIONES DEL PERÚ


A. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1823
SECCIÓN TERCERA
DE LOS MEDIOS DE CONSERVAR EL GOBIERNO
Capítulo V.- Garantías Constitucionales
Artículo 193.- Sin embargo de estar consignados los derechos sociales e individuales de los
peruanos en la organización de esta Ley fundamental, se declaran inviolables:
1.- La libertad civil.
2.- La seguridad personal y la del domicilio.
3.- La propiedad.
4.- El secreto de las cartas.
5.- El derecho individual de presentar peticiones o recursos al Congreso o al Gobierno.
6.- La buena opinión o fama del individuo, mientras no se le declare delincuente conforme a las
leyes.
7.- La libertad de imprenta en conformidad de la Ley que la arregle.
8.- La libertad de la agricultura, industria, comercio y minería, conforme a las leyes.
9.- La igualdad ante la ley, ya premie, ya castigue.
Artículo 194.- Todos los peruanos pueden reclamar el uso y ejercicio de estos derechos, y es un
deber de las autoridades respetarlos y hacerlos guardar religiosamente por todos los
medios que estén en la esfera de las atribuciones de cada una de ellas.
B. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1826
TÍTULO XI
DE LAS GARANTÍAS
Capítulo Único
Artículo 142.- La libertad civil, la seguridad individual, la propiedad y la igualdad ante la ley, se
garantizan a los ciudadanos por la Constitución.
Articulo 143.- Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra o por escrito, y publicarlos por
medio de la imprenta sin censura previa; pero bajo la responsabilidad que la ley
determine.
Articulo 144.- Todo peruano puede permanecer o salir del territorio de la República, según le
convenga, llevando consigo sus bienes, pero guardando los reglamentos de policía, y
salvo siempre el derecho de tercero.
Artículo 145.- Toda casa de peruano es un asilo inviolable. De noche no se podrá entrar en ella, sólo
por su consentimiento; y de día sólo se franqueará su entrada en los casos y de la
manera que determine la ley.
Artículo 146.- Las contribuciones se repartirán proporcionalmente, sin ninguna excepción ni
privilegio.
Articulo 147.- Quedan abolidos los empleos y privilegios hereditarios y las vinculaciones; y son
enajenables todas las propiedades, aunque pertenezcan a obras pías, a religiones o a
otros objetos.
Articulo 148.- Ningún género de trabajo, industria o comercio puede ser prohibida, a no ser que se
oponga a las costumbres públicas, a la seguridad, y a la salubridad de los peruanos.
Artículo 149.- Todo inventor tendrá la propiedad de sus descubrimientos y de sus producciones. La
ley le asegurará un privilegio exclusivo temporal, o resarcimiento de la pérdida que
tenga en el caso de publicarlo.
Artículo 150.- Los Poderes Constitucionales no podrán suspender la constitución, ni los derechos
que correspondan a los peruanos, sino en los casos y circunstancias expresadas en la
misma Constitución, señalando indispensablemente el término que deba durar la
suspensión.
C. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1828
TÍTULO IX
DISPOSICIONES GENERALES

Artículo 149.- La Constitución garantiza la libertad civil, la seguridad individual, la igualdad ante la
ley y la propiedad de los ciudadanos en la forma que sigue.

Artículo 150.- Ningún peruano está obligado a hacer lo que no mande la ley o impedido de hacer lo
que ella no prohíbe.

Artículo 151.- Ninguna ley puede tener efecto retroactivo.

Artículo 152.- Nadie nace esclavo en la República: tampoco entra de fuera ninguno que no quede
libre.

Artículo 153.- Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra o por escrito, publicarlos por
medio de la imprenta sin censura previa, pero bajo la responsabilidad que determina
la ley.

Artículo 154.- Todo peruano puede permanecer o salir del territorio de la República según le
convenga, llevando consigo sus bienes, salvo el derecho de tercero, y guardando los
reglamentos de policía.

Artículo 155.- La casa de todo peruano es un asilo inviolable: su entrada sólo se franqueará en los
casos y de la manera que determine la ley.

Artículo 156.- Es inviolable el secreto de las cartas: la administración de Correos tiene la


responsabilidad de esta garantía.

Artículo 157.- Todos los peruanos son iguales ante la ley, ya premie, ya castigue.

Artículo 158.- Todos los ciudadanos pueden ser admitidos a los empleos públicos sin otra diferencia
que la de sus talentos y virtudes.

Artículo 159.- Las contribuciones se repartirán proporcionalmente entre los ciudadanos, sin
excepción ni privilegio alguno.
Artículo 160.- La Constitución no conoce empleos ni privilegios hereditarios ni vinculaciones
laicales. Todas las propiedades son enajenables a cualquier objeto que pertenezcan.
La ley determinará el modo y forma de hacer estas enajenaciones.

Artículo 161.- Es un derecho de todos los ciudadanos el que se conserve la independencia del poder
judicial. Ninguna autoridad puede avocarse causas pendientes, substanciarlas, ni
hacer revivir procesos concluidos.

Artículo 162.- Ningún peruano puede ser privado del derecho de determinar sus diferencias por
medio de jueces o árbitros.

Artículo 163.- Las cárceles son lugares de seguridad y no de castigo: toda severidad inútil a la
custodia de los presos es prohibida.

Artículo 164.- Todo ciudadano tiene derecho a conservar su buena reputación mientras no se le
declare delincuente conforme a las leyes.

Artículo 165.- Es inviolable el derecho de propiedad. Si el bien público, legalmente reconocido,


exigiere la propiedad de algún ciudadano, será previamente indemnizado de su
valor.

Artículo 166.- Es libre todo género de trabajo, industria o comercio, a no ser que se oponga a las
costumbres públicas o a la seguridad y salubridad de los ciudadanos.

Artículo 167.- Los que inventen, mejoren o introduzcan nuevos medios de adelantar la industria
tienen la propiedad exclusiva de sus descubrimientos y producciones: la ley les
asegura la patente respectiva o el resarcimiento por la pérdida que experimenten en
el caso de publicarlos.

Artículo 168.- Todo ciudadano tiene el derecho de presentar peticiones al Congreso o al Poder
Ejecutivo con tal que sean suscritas individualmente. Sólo a los cuerpos legalmente
constituidos es permitido presentar peticiones firmadas colectivamente para objetos
que estén en sus atribuciones.

Artículo 169.- Ningún individuo, ni reunión de individuos, ni corporación legal puede hacer
peticiones a nombre del pueblo, y menos arrogarse el título de Pueblo Soberano. La
contravención a éste y al anterior Artículo es un atentado contra la seguridad
pública.

Artículo 170.- La Constitución garantiza la deuda pública interna y su consolidación y amortización


merece con preferencia la consideración del Congreso.

Artículo 171.- Garantiza también la instrucción primaria gratuita a todos los ciudadanos; la de los
establecimientos en que se ensenen las ciencias, literatura y artes; la inviolabilidad
de las propiedades intelectuales y los establecimientos de piedad y beneficencia.

Artículo 172.- La protección de los derechos políticos y civiles de los ciudadanos exige de cada
miembro de la sociedad el deber de concurrir al sostén de esa protección por medio
de las armas y de las contribuciones en razón de sus fuerzas y de sus bienes.

D. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1834


TÍTULO IX
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES

Artículo 144.- Ningún peruano está obligado a hacer lo que no mande la ley o impedido de hacer lo
que ella no prohíbe.

Artículo 145.- Ninguna ley puede tener efecto retroactivo.

Artículo 146.- Nadie nace esclavo en el territorio de la República ni entra ninguno de fuera que no
sea libre.

Artículo 147.- Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra o por escrito o publicarlos por
medio de la imprenta sin censura previa, pero bajo la responsabilidad que determine
la ley.

Artículo 148.- Todo peruano puede permanecer o salir del territorio de la República según le
convenga, llevando consigo sus bienes, salvo el derecho de tercero, y guardando los
reglamentos de policía.
Artículo 149.- Ningún peruano puede ser expatriado sin previa condenación judicial ni obligado a
mudar de domicilio sin ella.

Artículo 150.- Ninguno puede ser condenado si no es juzgado legalmente.

Artículo 151.- Ninguno puede ser arrestado ni preso sin precedente información del hecho por el
que merezca pena corporal y sin mandamiento por escrito de Juez competente, que
se le intimará al tiempo de la aprehensión.

Artículo 152.- Para que alguno pueda ser arrestado sin las condiciones del Artículo anterior deberá
serlo o en el caso del Artículo 86, restricción 5, o en el de delito in fraganti, y
entonces podrá arrestarlo cualquiera persona, que deberá conducirlo
inmediatamente a su respectivo Juez.

Artículo 153.- La declaración del aprehendido no podrá diferirse por ningún caso por más de
cuarenta y ocho horas.

Artículo 154.- En ningún caso puede imponerse la pena de confiscación de bienes ni otra alguna que
sea cruel. No se puede usar la prueba de tormento ni imponer pena de infamia
trascendental.

Artículo 155.- La casa de todo peruano es un asilo inviolable; su entrada sólo se franqueará en los
casos y de la manera que determine la ley.

Artículo 156.- Es inviolable el secreto de las cartas: las que se sustraigan de las oficinas de Correos o
de sus conductores no producen efecto legal.

Artículo 157.- Las cárceles son lugares de seguridad y no de castigo; toda severidad inútil a la
custodia de los presos es prohibida.

Artículo 158.- Todos los peruanos son iguales ante la ley, ya premie, ya castigue.

Artículo 159.- Todos los ciudadanos pueden ser admitidos a los empleos públicos sin otra diferencia
que la de sus talentos y virtudes.

Artículo 160.- Todo ciudadano tiene derecho a conservar su buena reputación mientras no se le
declare delincuente conforme a las leyes.
Artículo 161.- Es inviolable el derecho de propiedad. Si el bien público legalmente reconocido
exigiere que se tome la propiedad de algún ciudadano será previamente
indemnizado de su valor.

Artículo 162.- Es libre todo género de trabajo, industria o comercio, a no ser que se oponga a las
buenas costumbres o a la seguridad y salubridad de los ciudadanos o que lo exija el
interés nacional, previa disposición de una ley.

Artículo 163.- Los que inventen, mejoren o introduzcan nuevos medios de adelantar la industria
tienen la propiedad exclusiva de sus descubrimientos y producciones; la ley les
asegura la patente respectiva o el resarcimiento por la pérdida que experimenten en
el caso de obligarles a que los publiquen.

Artículo 164.- Todo ciudadano tiene el derecho de presentar peticiones al Congreso o al Poder
Ejecutivo con tal que sean suscritas individualmente. Sólo a los Cuerpos legalmente
constituidos es permitido presentar peticiones firmadas colectivamente para objetos
que estén en sus atribuciones, pero sin arrogarse el título de pueblo soberano.

Artículo 165.- Todo peruano puede reclamar ante el Congreso o Poder Ejecutivo las infracciones de
la Constitución.

Artículo 166.- Ningún Cuerpo armado puede hacer reclutamientos ni exigir clase alguna de auxilio
sino por medio de las autoridades civiles.

Artículo 167.- Ningún ciudadano puede ser obligado en tiempo de paz a alojar en su casa uno o más
soldados. En tiempo de guerra sólo la autoridad civil puede ordenarlo en la manera
que se resuelva por el Congreso.

Artículo 168.- La facultad de imponer contribuciones directas o indirectas corresponde


exclusivamente al Congreso, y sin una ley expresa ninguna autoridad ni individuo de
la República puede imponerlas bajo pretexto alguno.
E. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1839
TÍTULO XVIII.
GARANTÍAS INDIVIDUALES

Artículo 154.- Ninguna ley tiene fuerza retroactiva.

Artículo 155.- Nadie nace esclavo en República.

Artículo 156.- Todos pueden comunicar sus pensamientos de palabra o por escrito, publicarlos por
medio de la imprenta, sin censura previa; pero bajo la responsabilidad que
determina la ley.

Artículo 157.- Todo peruano puede permanecer o salir del territorio de la República, según le
convenga, llevando consigo sus bienes, salvo el derecho de tercero, y guardando los
reglamentos de policía.

Artículo 158.- La casa de todo peruano es un asilo inviolable de noche no se podrá entrar en ella
sitio por su consentimiento conforme a las leyes; y de día sólo se franqueará su
entrada en los casos y de la manera que determine, y en virtud de orden de
autoridad competente.

Artículo 159.- Es inviolable el secreto de las cartas; las que se sustraigan de las oficinas de Correos,
o de sus conductores, no producen efecto legal.

Artículo 160.- Todos los peruanos son iguales ante la ley, ya premie ya castigue.

Artículo 161.- Todos los ciudadanos pueden ser admitidos a los empleos públicos sin otra diferencia
que la de sus talentos y virtudes.

Artículo 162.- Las contribuciones se repartirán proporcionalmente entre los ciudadanos, sin
excepción ni privilegio alguno.

Artículo 163.- La Constitución no conoce empleos, ni privilegios hereditarios, ni vinculaciones


laicales. Todas las propiedades son enajenables.

Artículo 164.- Ningún peruano puede ser privado del derecho de terminar sus diferencias por medio
de Jueces árbitros.
Artículo 165.- Las cárceles son lugares de seguridad y no de castigo. Toda severidad inútil a la
custodia de los presos es prohibida.

Artículo 166.- Todo ciudadano tiene derecho a conservar su buena reputación, mientras no se le
declare delincuente conforme a las leyes.

Artículo 167.- Es inviolable el derecho de propiedad; si el bien público legalmente reconocido


exigiere la propiedad de algún ciudadano, será previamente indemnizado de su
valor.

Artículo 168.- Ningún extranjero podrá adquirir por ningún título propiedad territorial en la
República, sin quedar por este hecho sujeto a las obligaciones de ciudadano, cuyos
derechos gozará al mismo tiempo.

Artículo 169.- Es libre todo género de trabajo, industria o comercio, a no ser que se oponga a las
costumbres públicas, o a la seguridad o salubridad de los ciudadanos.

Artículo 170.- Los que inventen, mejoren o introduzcan nuevos medios de adelantar la industria,
tienen la propiedad exclusiva, de sus descubrimientos y producciones; la ley les
asegura la patente respectiva o el resarcimiento por la pérdida que experimenten en
el caso de publicarlo.

Artículo 171.- Todo ciudadano tiene el derecho de presentar peticiones al Congreso o al Poder
Ejecutivo, con tal que sean suscritas individualmente. Sólo a los cuerpos legalmente
constituidos es permitido presentar peticiones firmadas colectivamente para objetos
que estén en sus atribuciones.

Artículo 172.- Ningún individuo, ni reunión de individuos, ni corporación legal puede hacer
peticiones a nombre del pueblo, ni menos arrogarse el título de pueblo soberano: la
contravención a éste y al anterior Artículo es un atentado contra la seguridad
pública.

Artículo 173.- La Constitución garantiza la deuda pública interna y externa; su consolidación y


amortización merecen con preferencia la consideración del Congreso.
Artículo 174.- Garantiza también la instrucción primaria gratuita a todos los ciudadanos, la de los
establecimientos en que se enseñen las ciencias, literatura y artes, la inviolabilidad
de las propiedades intelectuales y los establecimientos de piedad y de beneficencia.

Artículo 175.- La propiedad de los derechos políticos y civiles de los ciudadanos exige de la sociedad
el deber de concurrir al sostén de esa protección por medio de las armas, y de las
contribuciones, en razón de sus fuerzas y de sus bienes.

Artículo 176.- Ningún peruano está obligado a hacer lo que no mande la ley, o impedido de hacer lo
que ella no prohíbe.

Artículo 177.- Todo peruano puede reclamar ante el Congreso o Poder Ejecutivo las infracciones de
la Constitución.

Artículo 178.- Los extranjeros gozarán de los derechos civiles al igual de los peruanos, con tal que se
sometan a las mismas cargas y pensiones que éstos.

Artículo 179.- Ningún cuerpo armado puede hacer reclutamiento, ni exigir clase alguna de auxilio,
sino por medio de las autoridades civiles.

Artículo 180.- Ningún ciudadano puede ser obligado en tiempo de paz a alojar en su casa uno o más
militares; en tiempo de guerra sólo la autoridad civil puede ordenarlo.

Artículo 181.- No se reconocen en la República, Comandantes generales de departamento en


tiempo de paz, y sólo podrá haberlos en tiempo de guerra.

Artículo 182.- Todas las leyes que no se opongan a esta Constitución quedan vigentes.
F. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1856
TÍTULO IV
GARANTÍAS INDIVIDUALES

Artículo 15.- No se reconoce más obligaciones que las impuestas por las leyes; y ninguna ley tiene
efecto retroactivo.

Artículo 16.- La vida humana es inviolable; la ley no podrá imponer pena de muerte.

Artículo 17.- Nadie es esclavo en la República.

Artículo 18.- Nadie podrá ser arrestado sin mandato escrito de Juez competente, o de la autoridad
encargada del orden público, excepto por delito in fraganti; debiendo en todo caso ser
puesto a disposición del juzgado que corresponda dentro de veinticuatro horas.

Artículo 19.- Nadie será expatriado ni extrañado sin sentencia ejecutoriada.

Artículo 20.- Todos pueden hacer uso de la imprenta sin censura previa, bajo la responsabilidad que
determine le ley.

Artículo 21.- El secreto de las cartas es inviolable; no producen efecto legal las que fueren
sustraídas.

Artículo 22.- Es libre todo trabajo que no se oponga a la moral, seguridad o salubridad pública.

Artículo 23.- La Nación garantiza la instrucción primaria gratuita y los establecimientos públicos de
ciencias, artes, piedad y beneficencia.

Artículo 24.- Todos los que ofrezcan las garantías de capacidad y moralidad prescritas por la ley,
pueden ejercer libremente la enseñanza y dirigir establecimientos de educación bajo
la inspección de la autoridad.

Artículo 25.- La propiedad es inviolable; a nadie se puede privar de la suya, sino por causa de
utilidad pública legalmente probada y previa indemnización justipreciada.
Artículo 26.- Todo extranjero podrá adquirir conforme a las leyes, propiedad territorial en la
República, quedando, en todo lo concerniente a dicha propiedad, sujeto a las
obligaciones y en goce de los derechos de peruano.

Artículo 27.- La ley asegura a los autores o introductores de invenciones útiles, la propiedad
exclusiva de ellas o la compensación de su valor si convinieren en que se publiquen.

Artículo 28.- Todos los ciudadanos tienen el derecho de asociarse pacíficamente, sea en público o
en privado, sin comprometer el orden público.

Artículo 29.- Todos pueden ejercer el derecho de petición, individual o colectivamente.

Artículo 30.- Es inviolable el domicilio; no se puede penetrar en él sin que se manifieste


previamente mandato escrito de Juez o de la autoridad encargada del orden público,
cuya copia podrá exigirse.

Artículo 31.- Las leyes protegen y obligan igualmente a todos; podrán establecerse leyes especiales
porque lo requiera la naturaleza de los objetos, pero no por sólo la diferencia de
personas.

G. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1860


TÍTULO IV
GARANTÍAS INDIVIDUALES

Artículo 14.- Nadie está obligado a hacer lo que no manda la ley, ni impedido de hacer lo que ella
no prohíbe.

Artículo 15.- Ninguna ley tiene fuerza ni efecto retroactivo.

Artículo 16.- La ley protege el honor y la vida contra toda injusta agresión; y no puede imponer la
pena de muerte sino por el crimen de homicidio calificado.

Artículo 17.- No hay ni puede haber esclavos en la República.


Artículo 18.- Nadie podrá ser arrestado sin mandamiento escrito de Juez competente o de las
autoridades encargadas de conservar el orden público, excepto infraganti delito;
debiendo, en todo caso, ser puesto el arrestado, dentro de veinticuatro horas, a,
disposición del Juzgado que corresponda. Los ejecutores de dicho mandamiento están
obligados a dar copia de él siempre que se les pidiere.

Artículo 19.- Las cárceles son lugares de seguridad y no de castigo. Es prohibida toda severidad que
no sea necesaria para la custodia de los presos.

Artículo 20.- Nadie podrá ser separado de la República, ni del lugar de su residencia, sino por
sentencia ejecutoriada.

Artículo 21.- Todos pueden hacer uso de la imprenta para publicar sus escritos sin censura previa,
pero bajo la responsabilidad que determina la ley.

Artículo 22.- El secreto de las cartas es inviolable; no producen efecto legal las que fueren
sustraídas.

Artículo 23.- Puede ejercerse libremente todo oficio, industria o profesión que no se oponga a la
moral, a la salud ni a la seguridad pública.

Artículo 24.- La Nación garantiza la existencia y difusión de la instrucción primaria gratuita y el


fomento de los establecimientos públicos de ciencias, artes, piedad y beneficencia.

Artículo 25.- Todos los que ofrezcan las garantías de capacidad y moralidad prescritas por la ley,
pueden ejercer libremente la enseñanza y dirigir establecimientos de educación bajo
la inspección de la autoridad.

Artículo 26.- La propiedad es inviolable, bien sea material, intelectual, literaria o artística; a nadie se
puede privar de la suya sino por causa de utilidad pública probada legalmente y previa
indemnización justipreciada.

Artículo 27.- Los descubrimientos útiles son propiedad exclusiva de sus autores, a menos que
voluntariamente convengan en vender el secreto, o que llegue el caso de expropiación
forzosa. Los que sean meramente introductores de semejante especie de
descubrimientos, gozarán de las mismas ventajas que los autores por el tiempo
limitado que se les conceda conforme a la ley.

Artículo 28.- Todo extranjero podrá adquirir, conforme a las leyes, propiedad territorial en la
República, quedando en todo lo concerniente a dicha propiedad, sujeto a las
obligaciones y en goce de los derechos de peruano.

Artículo 29.- Todos los ciudadanos tienen el derecho de asociarse pacíficamente, sea en público o
en privado, sin comprometer el orden público.

Artículo 30.- El derecho de petición puede ejercerse individual o colectivamente.

Artículo 31.- El domicilio es inviolable; no se puede penetrar en é1 sin que se manifieste


previamente mandamiento escrito de Juez o de la autoridad encargada de conservar
el orden público. Los ejecutores de dicho mandamiento están obligados a dar copia de
él, siempre que se les exija.

Artículo 32.- Las leyes protegen y obligan igualmente a todos; podrán establecerse leyes especiales
porque lo requiera la naturaleza de los objetos, pero no por solo la diferencia de
personas.
H. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1867
TÍTULO IV
GARANTÍAS INDIVIDUALES

Artículo 13.- Nadie está obligado a hacer lo que no manda la ley ni impedido de hacer lo que ella
no prohíbe.

Artículo 14.- Ninguna ley tiene efecto retroactivo.

Artículo 15.- La vida humana es inviolable; la ley no podrá imponer pena de muerte.

Artículo 16.- No hay ni puede haber esclavos en la República.

Artículo 17.- Nadie puede ser detenido sin mandato escrito de Juez competente o de las
autoridades encargadas de conservar el orden público, excepto en flagrante delito;
debiendo en todo caso ser puesto el detenido, dentro de veinticuatro horas, a
disposición del Juzgado que corresponda.
Los ejecutores de dicho mandamiento están obligados a dar copia de él siempre que se
les pidiere.

Artículo 18.- Las casas destinadas a la detención son lugares de seguridad y no de castigo.

Es prohibida toda severidad que no sea necesaria para la custodia de los presos.

Artículo 19.- Nadie podrá ser separado de la República ni del lugar de su residencia sino por
sentencia ejecutoriada.

Artículo 20.- Todos pueden hacer uso de la imprenta para publicar sus escritos sin censura previa
y sin responsabilidad en asuntos de interés general.

En las publicaciones sobre asuntos personales se hará efectiva la responsabilidad de


los autores y editores conforme a lo dispuesto para esta clase de asuntos en la ley que
instituye el Jurado.

Toda publicación que ataque la vida privada de los individuos será firmada por su autor.
Artículo 21.- El secreto de las cartas es inviolable; no producen efecto legal las que fueren
sustraídas.

Artículo 22.- Puede ejercerse libremente toda industria o profesión que no se oponga a la moral,
seguridad o salubridad públicas.

Artículo 23.- La Nación garantiza la existencia y difusión de la instrucción primaria gratuita y el


fomento de los establecimientos públicos de ciencias, artes, piedad y beneficencia.

Artículo 24.- Son completamente libres la enseñanza primaria, media y superior y la fundación de
Universidades, con las restricciones que señala el Artículo 22 y bajo las condiciones de
capacidad y moralidad determinadas por la ley.

Los miembros de Universidades particulares serán admitidos en las que protege el


Estado, sin otro requisito que el examen de suficiencia en la facultad que pretendan
incorporarse

La enseñanza primaria, media y superior protegida por el Estado se sujetará a las


formalidades prescritas por la ley.

Artículo 25.- La propiedad es inviolable, bien sea material o intelectual. Nadie puede ser privado de
su propiedad sino por causa de utilidad pública, probada legalmente, y previa
indemnización justipreciada.

Artículo 26.- Todo extranjero puede adquirir en la República propiedad territorial conforme a las
leyes, quedando en todo lo concerniente a dicha propiedad sujeto a las obligaciones y
en el goce de los derechos de peruano.

Artículo 27.- Todos los ciudadanos tienen el derecho de asociarse pacíficamente, sea en público o
en privado.

Artículo 28.- Es libre el derecho de petición, sea que se ejerza individual o colectivamente.

Artículo 29.- El domicilio es inviolable; no se puede penetrar en él sin que se manifieste


previamente mandamiento escrito de Juez competente o de la autoridad encargada de
conservar el orden público.
Los ejecutores de dicho mandamiento están obligados a dar copia de él siempre que se
les exija.

Artículo 30.- Las leyes protegen y obligan igualmente a todos: podrán establecerse leyes especiales
porque lo requiera la naturaleza de los objetos, pero no por sólo la diferencia de las
personas.

Artículo 31.- El reclutamiento es un crimen que da acción a todos ante los Jueces y el Congreso
contra el que lo ordenare y contra el que lo ejecutare.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1920


TÍTULO III
GARANTÍAS INDIVIDUALES

Artículo 22.- No hay ni puede haber esclavos en la República. Nadie podrá ser obligado a prestar
trabajo personal sin su libre consentimiento y sin la debida retribución. La ley no reconoce
pacto ni disposición alguna que prive de la libertad individual.

Artículo 23.- Nadie podrá ser perseguido por razón de sus ideas ni por razón de sus creencias.

Artículo 24.- Nadie podrá ser arrestado sin mandamiento escrito del Juez competente o de las
autoridades encargadas de conservar el orden público, excepto in fraganti delito, debiendo
en todo caso ser puesto el arrestado, dentro de veinticuatro horas, a disposición del
Juzgado que corresponda. Los ejecutores de dicho mandamiento están obligados a dar
copia de él siempre que se les pidiere.

La persona aprehendida o cualquier otra podrán interponer, conforme a la ley, el recurso de


Hábeas Corpus por prisión indebida.

Artículo 25.- Nadie podrá ser apresado por deudas.

Artículo 26.- No tendrá valor legal ninguna declaración arrancada por la violencia y nadie puede ser
condenado sino conforme a las leyes preexistentes al hecho imputable y por los Jueces que
las leyes establezcan.
Artículo 27.- Las cárceles son lugares de seguridad y no de castigo. Está prohibida toda severidad
que no sea necesaria para la custodia de los presos. La ley no podrá establecer tormentos,
castigos ni penas infamantes. Quienes los ordenen o ejecuten serán penados.

Artículo 28.- Nadie puede defender o reclamar su derecho sino en la forma que establezca o
autorice la ley. El derecho de petición puede ejercerse individual o colectivamente.

Artículo 29.- Es libre el derecho de entrar, transitar y salir de la República, con las limitaciones
establecidas por las leyes penales, sanitarias y de extranjería.

Artículo 30.- Nadie puede ser separado de la República, ni del lugar de su residencia, sino por
sentencia ejecutoriada o por aplicación de la ley de extranjería.

Artículo 31.- El domicilio es inviolable. No se puede penetrar en él sin que se manifieste


previamente mandamiento escrito de Juez o de la autoridad encargada de conservar el
orden público. Podrán también penetrar en el domicilio los funcionarios que ejecuten las
disposiciones sanitarias y municipales. Unos y otros están obligados a presentar el mandato
que les autoriza y a dar copia de él cuando se les exija.

Artículo 32.- El secreto de las cartas es inviolable. No producen efecto legal las que hieren
sustraídas.

Artículo 33.- Todos tienen derecho de reunirse pacíficamente sea en público o en privado, sin
comprometer el orden público.

Artículo 34.- Todos pueden hacer uso de la imprenta para publicar sus escritos sin censura previa,
bajo la responsabilidad que determina la ley.

Artículo 35.- Las garantías individuales no podrán ser suspendidas por ninguna ley ni por ninguna
autoridad. Sólo en los casos en que peligre la seguridad interior o exterior del Estado,
podrán suspenderse por el término máximo de treinta días las garantías consignadas en los
Artículos 24, 30, 31 y 33.

Artículo 36.- El Congreso dictará en casos extraordinarios, en que peligre la seguridad interior o
exterior del Estado, las leyes y resoluciones especiales que demande su defensa; pero sin
que en los juicios de excepción a que hubiese lugar se pueda sentenciar a los inculpados.
Estas leyes y resoluciones no pueden estar en desacuerdo con el Artículo 35.

Esta Constitución también contiene Garantías Sociales (Título IV)

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1933


TÍTULO II
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES
En el Capítulo I, se contiene Garantías Nacionales y Sociales
Capítulo II.- Garantías Individuales

Artículo 55.- A nadie puede obligarse a prestar trabajo personal sin su libre consentimiento y sin la
debida retribución.

Artículo 56.- Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado de Juez
competente o de las autoridades encargadas de conservar el orden público, excepto
en flagrante delito, debiendo en todo caso ser puesto el detenido, dentro de
veinticuatro horas, o en el término de la distancia a disposición del Juzgado que
corresponda, el que ordenará la libertad o librará mandamiento de prisión en el
término que señale la ley.

Artículo 57.- Nadie será condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no estén
calificados en la ley de manera expresa e inequívoca como infracciones punibles, ni
juzgados sino por los tribunales que las leyes establezcan. Carece de valor toda
declaración obtenida por la violencia.

No puede imponerse la pena de confiscación de bienes.

Artículo 58.- No hay detención por deudas.

Artículo 59.- La libertad de conciencia y de creencia es inviolable. Nadie será perseguido por razón
de sus ideas.
Artículo 60.- El derecho de petición puede ejercerse individual o colectivamente. No puede
ejercerlo la fuerza armada.

Artículo 61.- El domicilio es inviolable. No se puede ingresar en él sin que se manifieste


previamente mandamiento escrito y motivado del Juez o de la autoridad
competente.

Artículo 62.- Todos tienen el derecho de reunirse pacíficamente y sin armas, sin comprometer el
orden público. La ley regulará el ejercicio del derecho de reunión.

Artículo 63.- El Estado garantiza la libertad de prensa. Todos tienen el derecho de emitir
libremente sus ideas y sus opiniones por medio de la imprenta o de cualquier otro
medio de difusión, bajo la responsabilidad que establece la ley. La responsabilidad
concierne al autor y al editor de la publicación punible, quienes responderán
solidariamente de la indemnización que corresponda a persona damnificada.

Artículo 64.- Los tribunales ordinarios conocerán de los delitos de imprenta.

Artículo 65.- Los espectáculos públicos están sujetos a censura.

Artículo 66.- La correspondencia es inviolable. Las cartas y los papeles privados no pueden ser
ocupados, interceptados ni registrados sino por la autoridad judicial en los casos y en
la forma establecida por la ley.

No producen efecto legal las cartas y los papeles privados violados o sustraídos.

Artículo 67.- Es libre el derecho de entrar, transitar o salir del territorio de la República, con las
limitaciones que establecen las leyes penales, sanitarias y de extranjería.

Artículo 68.- Nadie puede ser extrañado del territorio de la República ni separado del lugar de su
residencia sino por sentencia ejecutoriada o por aplicación de la ley de extranjería.

Artículo 69.- Todos los derechos individuales y sociales reconocidos por la Constitución dan lugar a
la acción de hábeas corpus.
Artículo 70.- Cuando lo exija la seguridad del Estado podrá el Poder Ejecutivo suspender total o
parcialmente, en todo o en parte del territorio nacional, las garantías declaradas en
los Artículos 56, 61, 62, 67 y 68. Si la suspensión de garantías se decreta durante el
funcionamiento del Congreso, el Poder Ejecutivo le dará inmediatamente cuenta de
ella.

El plazo de suspensión de garantías no excederá de treinta días. La prórroga requiere


nuevo decreto.

La ley determinará las facultades del Poder Ejecutivo durante la suspensión de


garantías.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPÚBLICA PERUANA – 1979


TITULO V
GARANTÍAS CONSTITUCIONALES
Artículo 295.- La acción y omisión por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona que
vulnera o amenaza la libertad individual, da lugar a la acción de habeas corpus.
La acción de amparo cautela los demás derechos reconocidos por la Constitución
que sean vulnerados o amenazados por cualquier autoridad, funcionario o persona.
La acción de amparo tiene el mismo trámite que la acción de habeas corpus en los
que es aplicable.
Hay acción popular ante el Poder Judicial, por infracción de la Constitución o la ley,
contra los reglamentos y normas administrativas y contra las resoluciones y decretos
de carácter general que expiden el Poder Ejecutivo, los gobiernos regionales y locales
y demás personas de derecho público.
Artículo 296.- El Tribunal de Garantías Constitucionales es el órgano descontrol de la Constitución.
Se compone de nueve miembros.
Tres designados por el Congreso; tres por el Poder Ejecutivo; y tres por la Corte
Suprema de Justicia.
Artículo 297.-Para ser miembro del Tribunal, se exigen los mismos requisitos que para ser Vocal de
la Corte suprema y probada ejecutoria democrática y en defensa de los Derechos
Humanos. Le alcanzan las incompatibilidades del Artículo 243. El período dura seis
años. El Tribunal se renueva por tercios cada dos años. Sus miembros son reelegibles.
No están sujetos a mandato imperativo. No responden por los votos u opiniones
emitidos en el ejercicio de su cargo. No pueden ser denunciados ni detenidos
durante su mandato, salvo los casos de flagrante delito y de acusación constitucional.
Artículo 298.- El Tribunal de Garantía tiene jurisdicción en todo el territorio de la República. Es
competente para:
1.- Declarar, a petición de parte, la inconstitucionalidad parcial o total de las leyes, decretos
legislativos, normas regionales de carácter general y ordenanzas municipales que
contravienen la Constitución por la forma o por el fondo y
2.- Conocer en casación las resoluciones denegatorias de la acción de habeas corpus y la acción de
amparo agotada la vía judicial.
Artículo 299.- Están facultados para interponer acción de inconstitucionalidad:
1.- El Presidente de la República.
2.- La Corte Suprema de Justicia.
3.- El Fiscal de la Nación.
4.- Sesenta Diputados.
5.- Veinte Senadores y
6.- Cincuenta mil ciudadanos con firmas comprobadas por el Jurado Nacional de Elecciones.
Artículo 300.- No tienen efecto retroactivo la sentencia del Tribunal que declara inconstitucional una
norma en todo o en parte.
Artículo 301.- El Tribunal comunica al Presidente del Congreso la sentencia de inconstitucionalidad
de normas emanadas del Poder Legislativo. El Congreso por el mérito del fallo
aprueba una ley que deroga la norma inconstitucional.
Transcurridos cuarenta y cinco días naturales, sin que se haya promulgado la
derogatoria, se entiende derogada la norma inconstitucional. El Tribunal ordena
publicar la sentencia en el diario oficial.
Artículo 302.- Cuando el Tribunal declara la inconstitucionalidad de normas que no se originan en el
Poder Legislativo ordena la publicación de la sentencia en el diario oficial, la que
tiene valor desde el día siguiente de dicha publicación.
Artículo 303.- Una ley Orgánica regula el funcionamiento del Tribunal de Garantías Constitucionales.
Artículo 304.-l Tribunal de Garantías Constitucionales tiene como sede la ciudad de Arequipa.
Excepcionalmente y con acuerdo de la mayoría de sus miembros puede sesionar en
cualquier otro lugar de la República.
Artículo 305.- Agotada la jurisdicción interna, quien se considera lesionado en los derechos que la
Constitución reconoce, puede recurrir a los tribunales u organismos internacionales
constituidos según tratados de los que se es parte el Perú.
CAPITULO II

MARCO TEORICO

2.1. DEFENICION

Son los derechos públicos que a su vez se traducen en una obligación de respeto de las autoridades
con los requisitos y límites que las propias leyes establecen; esas limitaciones o excepciones al poder
público se sustentan, fundamentalmente, en la protección de los intereses de la sociedad y los
derechos de los gobernados. El Estado, en su carácter de sujeto pasivo de las garantías, está obligado
a velar por dichos intereses con apego a las normas constitucionales y legales, además de constituirse
en garante del interés social al establecer normas tendientes a protegerlo.

Podemos decir que las garantías constitucionales son mecanismos a utilizar para hacer efectivos los
derechos consagrados por la Constitución (art. 131).
El término garantía significa obligación o responsabilidad. Así, las garantías constitucionales se
constituyen en una obligación o responsabilidad del Estado con las personas, para asegurar la
vigencia de los derechos que consagra en su texto.

2.2. LAS PRINCIPALES GARANTÍAS CONSTITUCIONALES SON:

a) El debido proceso: se denomina así a una serie de disposiciones que consagra la Carta Magna;
esas disposiciones establecen las reglas que deben seguir las autoridades para privar de su
libertad a una persona. Podemos resumirlas de la siguiente forma: a) La presunción de inocencia:
en virtud de ella, toda persona es inocente hasta que sea declarada culpable en un proceso y por
sentencia judicial. b) La defensa en juicio es inviolable: toda persona tiene el derecho a la defensa
en juicio; si no puede financiar un defensor, el Estado debe designarle un defensor público. c)
Toda persona tiene derecho a ser juzgada por jueces y tribunales competentes e imparciales. d)
Nadie puede ser privado de su libertad, sino en virtud de orden emanada de autoridad
competente. Las garantías del debido proceso rigen todo procedimiento judicial en el que esté
comprometida la libertad de las personas.
b) La irretroactividad de la ley: La ley rige solo para el futuro; no puede tener efecto sobre los
hechos pasados, salvo que sea favorable a un condenado o procesado. Las condenas deben
basarse siempre en leyes anteriores al hecho juzgado.

c) El amparo: es la garantía para la defensa de los derechos legales y constitucionales, que no sean la
libertad física. Cuando una persona se considera en peligro de perder algún derecho o garantía, y
por la urgencia del caso no pueda someterse a un juicio, se presentará ante un juez a peticionar
amparo. El juez analizará de inmediato el hecho y, si corresponde, deberá salvaguardar el derecho
o garantía amenazada. Está contemplada en el art. 134 de la Constitución.
d) La inconstitucionalidad: cuando una norma jurídica, ley, reglamento, estatuto, etc. Contradice
disposiciones constitucionales, la Corte Suprema de Justicia, a petición de parte interesada, puede
declarar esa ley inaplicable para esa persona que solicitó la inconstitucionalidad de la misma. Es
así, porque ninguna ley puede contradecir lo establecido por la Carta Magna.
e) El hábeas corpus: es la garantía para la defensa de la libertad física. El vocablo es de origen latino
y significa: “tráigase a la persona ante mí... para tenerla bajo mi amparo. Se la puede definir así:
“es el derecho de todo ciudadano detenido o preso, a comparecer por sí o por medio de
representante, inmediata y públicamente ante un juez o tribunal, para que, oyéndole, resuelva si
su arresto fue o no legal, y si debe alzarse o mantenerse.

La Constitución contempla tres clases de hábeas corpus:

 Preventivo, cuando una persona tiene noticias de que puede ser privada de su libertad en forma
arbitraria o ilegal, puede recabar los datos e informaciones sobre el caso a través del hábeas
corpus preventivo.
 Reparador: procede cuando ya la persona se encuentra privada de su libertad, y con ella podrá
solicitar la rectificación de las circunstancias del caso.
 Genérico: tiene por objeto la rectificación de circunstancias que no están contempladas en los dos
anteriores, pero, sin embargo, restringen la libertad o amenacen la seguridad personal. Ejemplo
Malos tratos físicos en el lugar de reclusión.

Estas son las principales garantías consagradas en nuestra Carta Magna, las que hacen posible la
efectividad de los derechos que ella consagra.
2.3. ANALISIS DE LAS CONSTITUCIONES DEL PERU
CONSTITUCION POLÍTICA DE 1826

Fue jurada el 9 de diciembre de 1826 por el Consejo de Gobierno presidido por Santa Cruz en ausencia de
Bolívar que había salido del Perú el 3 de setiembre. La oposición contra la nueva carta crecía y el jefe del
movimiento era Javier Luna Pizarro, que encabezaba el grupo nacionalista y adverso a los propósitos de
Bolívar. Estallo en Lima un motín el 26 de enero de 1827 y al día siguiente Santa Cruz convocó a elecciones
para un Congreso Constituyente Extraordinario que debería reunirse en el curso del año para que
decidiera sobre la carta que debía regir. Confiriéndosele también la autoridad para elegir Presidente y
Vicepresidente de la República. Por lo tanto, la constitución conocida como la Vitalicia rigió sólo siete
semanas hasta el 27 de enero de 1827.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1828

Constitución Política de la República Peruana fue el título oficial de la tercera constitución política de la
República Peruana, aprobada el 18 de marzo de 1828 y promulgada el 18 de abril del mismo año.

Constaba de 128 artículos y 10 títulos. Estableció la división de poderes en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Se dio inicio al sistema bicameral: Cámara de Senadores y Cámara de Diputados. Los Diputados
representaban a las provincias y los senadores a los departamentos. Esta Constitución rigió hasta el 10 de
junio de 1834.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1834


Constitución Política de la República Peruana fue el título oficial de la tercera constitución política de la
República Peruana, aprobada el 18 de marzo de 1828 y promulgada el 18 de abril del mismo año.
Constaba de 128 artículos y 10 títulos. Estableció la división de poderes en Legislativo, Ejecutivo y Judicial.
Se dio inicio al sistema bicameral: Cámara de Senadores y Cámara de Diputados. Los Diputados
representaban a las provincias y los senadores a los departamentos. Esta Constitución rigió hasta el 10 de
junio de 1834.
Esta Constitución de 1834 no duró mucho, pues luego se creó la Confederación Perú-boliviana (1836-
1839), una verdadera federación de dos estados que duró muy poco y que hizo necesaria, tras el colapso
de la Federación, una nueva constitución, lo que se hizo en 1839.

CONSTITUCIÓN DE 1836
Constitución del Estado Sud - Peruano (1836).
La Asamblea Nacional del Sud del Perú a nombre de los departamentos de Arequipa, Cuzco, Puno.
Considerando: Que convencidos los pueblos del Sud por una larga y triste experiencia, de que su
asociación con los del Norte, bajo el régimen de unidad, hace difícil, si no imposible su organización, y por
lo mismo más difícil la felicidad que esencialmente depende de la forma de gobierno

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1893

Dada por el Congreso General el día 10 de noviembre de 1839)


El ciudadano Agustín Gamarra, Gran Mariscal Restaurador del Perú, de la Patria en grado heroico y
eminente, condecorado con las medallas del Ejército Libertador, de Junín, de Ayacucho y Ancash, con la de
restaurador por el Congreso general, Generalísimo de las fuerzas de Mar y Tierra y Presidente provisorio
de la República, Por cuando el Congreso general ha dado la siguiente Constitución:
El Congreso general del Perú, convocado para hacer todo cuanto crea conveniente al arreglo y felicidad del
país; habiendo declarado en virtud del pleno ejercicio de la soberanía ser insubsistente a la Carta
fundamental dada por la Convención al año 1834, da la siguiente Constitución Política de la República del
Perú.

CONSTITUCIÓN DE 1856

La Constitución de la República Peruana de 1856 es la séptima constitución que ha tenido el Perú.


Promulgada por la Convención Nacional, reunida desde 1855, luego del triunfo liberal sobre el gobierno de
José Rufino Echenique, acusado de corrupción, en la batalla de La Palma. De tendencia liberal,
antimilitarista y descentra lista.

Estableció como uno de sus principios nuevos la inviolabilidad de la vida humana mediante la supresión de
pena de muerte que José Gálvez Egúsquiza, uno de sus principales inspiradores, resumió en la frase: La
sociedad no tiene derecho a matar. Otros de los preceptos aprobados ordenaron la abolición de los fueros
eclesiásticos y militar, además de la esclavitud. Igualmente consiguió el carácter gratuito de la instrucción
primaria. La expatriación y el extrañamiento quedaron prohibidos cuando no hubiera sentencia
ejecutoriada. No reconoció privilegios hereditarios, ni fueros personales, ni vinculaciones pues toda
propiedad era enajenable en la forma determinada por las leyes. Tampoco reconoció empleos en
propiedad. A propósito de esta última prohibición, una ley especial aclaró que la permanencia de los
empleados no queda al arbitrio de ninguna voluntad sino de la ley, que no estaban afectados en manera
alguna los derechos que los empleados civiles y militares tenían a ser remunerados por la nación en
proporción al tiempo y calidad de sus servicios y con arreglo a las leyes vigentes.

Estatuyó la ciudadanía de los peruanos varones mayores de veintiún años o casados; la pérdida de ella por
aceptar título de nobleza y el voto directo de los ciudadanos que supieran leer y escribir o tuviesen
propiedad raíz o fuesen jefes de taller o soldados o marinos retirados.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ DE 1860


Aprobada por el Congreso Ordinario el 13 de noviembre de 1860 promulgada por el Presidente Mariscal
Castilla, duró hasta el 18 de agosto de 1867. Fue nuevamente puesta en vigencia en enero de 1868. Fue
suspendida durante la guerra con Chile en diciembre de 1880 hasta enero de 1881. Dejo de regir
definitivamente en 1919. Fue por lo tanto, la constitución de más vigencia en la historia del Perú.
Producida la disolución de la convención por insurrección en noviembre de 1857 el Consejo de Ministros
convocó a los pueblos a elegir Presidente, Vicepresidente de la República y a los representantes del
Congreso. El Congreso se reunió el 12 de octubre de 1858 ratificando al Mariscal Castilla como Presidente.
Al relevarse las funciones de este congreso, se convocó a los pueblos para que procedieran a elegir sus
representantes al Congreso Ordinario del 28 de julio de 1860. Luego de la votación para reformar la
constitución se procedió a designar la comisión de constitución. La comisión elevó su proyecto el 22 de
agosto. El 28 de agosto de 1860 la Asamblea inició el debate constitucional.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1867

Publicado el 20 de septiembre, 1997 Luego del triunfo de la revuelta militar de Arequipa y erigido el
gobierno dictatorial de Mariano Ignacio Prado, los dirigentes políticos creyeron conveniente elaborar una
nueva Constitución. En el Perú se vivía bajo el clima del triunfo militar sobre España en 1866, pero con la
amenaza de bancarrota económica y la reorganización de la vida administrativa.
Prado llama a una Asamblea Constituyente, que una vez instalada, el 15 de febrero de 1867, lo erige Jefe
Supremo de la nación. Había llegado al poder por vía de un levantamiento militar y se legitimó mediante
un plebiscito del 28 de noviembre de 1865. Este Congreso suspendió la Constitución de 1860 y puso en
vigor el Estatuto Provisorio de 1855, mientras se elaboraba la nueva Constitución. Esta fue una copia de la
de 1856, pero más liberal y radical, intentando acentuar la presencia del Parlamento.

Entre los principales elementos políticos se encontraban los siguientes: el sufragio popular es directo;
gozan de este derecho todos los peruanos en ejercicio; el gobierno peruano es republicano, democrático,
representativo, fundado en la unidad, ejerciendo sus funciones los poderes ejecutivo, judicial y legislativo.
Este se constituye, a diferencia de la mayoría, en una sola cámara; los representantes serían elegidos de
acuerdo a ley, mínimo uno por provincia y cada veinticinco mil habitantes. Para ser elegido se requería
haber sido nacido en el Perú y ser ciudadano en ejercicio (21 años). El Congreso se renovaría cada dos años
por mitades y los representantes, como en todas las Constituciones, podrían ser reelectos; para ser elegido
presidente de la república, se requeriría ser peruano de nacimiento, ciudadano en ejercicio, tener 35 años
y ser elegido por el pueblo por la forma que señale la ley, siendo el Congreso quien califique las actas
electorales y quien elija al presidente de la república entre los dos candidatos más votados, en caso que
nadie obtenga la mayoría absoluta de los votos. Su cargo duraría cinco años. Se suprimía las
vicepresidencias y el encargado del gobierno en caso de vacancia el presidente del consejo de ministro. La
nueva Carta dispuso también que, luego del período presidencial, en la primera legislatura ordinaria,
fueran examinados los actos del presidente saliente; el presidente no intervenía, como caso único en las
constituciones peruanas, para nada en el nombramiento del poder judicial; finalmente, para la reforma de
la Constitución se requiere de la aprobación de tres legislaturas ordinarias.

La oposición conservadora no se hizo esperar, es así que una revuelta militar dirigida por el general Pedro
Diez Canseco, en Arequipa, luego que esta ciudad se negara a jurar la Constitución, haciendo lo mismo el
coronel José Balta en el norte. Prado dimite el 5 de enero de 1868, y Diez Canseco puso nuevamente en
vigencia la Constitución de 1860. Es decir, la Constitución de 1867 estuvo vigente sólo cerca de 5 meses,
entre el 19 de agosto de 1867 y el 6 de enero de 1868. El Perú, irónicamente, volvía a la normalidad.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ DE 1920

Luego del triunfo de la revuelta militar de Arequipa y erigido el gobierno dictatorial de Mariano Ignacio
Prado, los dirigentes políticos creyeron conveniente elaborar una nueva Constitución. En el Perú se vivía
bajo el clima del triunfo militar sobre España en 1866, pero con la amenaza de bancarrota económica y la
reorganización de la vida administrativa.

Prado llama a una Asamblea Constituyente, que una vez instalada, el 15 de febrero de 1867, lo erige Jefe
Supremo de la nación. Había llegado al poder por vía de un levantamiento militar y se legitimó mediante
un plebiscito del 28 de noviembre de 1865. Este Congreso suspendió la Constitución de 1860 y puso en
vigor el Estatuto Provisorio de 1855, mientras se elaboraba la nueva Constitución. Esta fue una copia de la
de 1856, pero más liberal y radical, intentando acentuar la presencia del Parlamento.

Entre los principales elementos políticos se encontraban los siguientes: el sufragio popular es directo;
gozan de este derecho todos los peruanos en ejercicio; el gobierno peruano es republicano, democrático,
representativo, fundado en la unidad, ejerciendo sus funciones los poderes ejecutivo, judicial y legislativo.
Este se constituye, a diferencia de la mayoría, en una sola cámara; los representantes serían elegidos de
acuerdo a ley, mínimo uno por provincia y cada veinticinco mil habitantes. Para ser elegido se requería
haber sido nacido en el Perú y ser ciudadano en ejercicio (21 años). El Congreso se renovaría cada dos años
por mitades y los representantes, como en todas las Constituciones, podrían ser reelectos; para ser elegido
presidente de la república, se requeriría ser peruano de nacimiento, ciudadano en ejercicio, tener 35 años
y ser elegido por el pueblo por la forma que señale la ley, siendo el Congreso quien califique las actas
electorales y quien elija al presidente de la república entre los dos candidatos más votados, en caso que
nadie obtenga la mayoría absoluta de los votos. Su cargo duraría cinco años. Se suprimía las
vicepresidencias y el encargado del gobierno en caso de vacancia el presidente del consejo de ministro. La
nueva Carta dispuso también que, luego del período presidencial, en la primera legislatura ordinaria,
fueran examinados los actos del presidente saliente; el presidente no intervenía, como caso único en las
constituciones peruanas, para nada en el nombramiento del poder judicial; finalmente, para la reforma de
la Constitución se requiere de la aprobación de tres legislaturas ordinarias.

La oposición conservadora no se hizo esperar, es así que una revuelta militar dirigida por el general Pedro
Diez Canseco, en Arequipa, luego que esta ciudad se negara a jurar la Constitución, haciendo lo mismo el
coronel José Balta en el norte. Prado dimite el 5 de enero de 1868, y Diez Canseco puso nuevamente en
vigencia la Constitución de 1860. Es decir, la Constitución de 1867 estuvo vigente sólo cerca de 5 meses,
entre el 19 de agosto de 1867 y el 6 de enero de 1868. El Perú, irónicamente, volvía a la normalidad.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1933

La constitución de 1933 fue promulgada el 9 de abril de aquel año por el Congreso Constituyente
compuesto por 43 representantes y juramentado por el presidente y sus 7 ministros de estado, irringio los
destinos del Perú hasta 1980. Nació bajo la sombra del caudillaje de Sánchez Cerro y estuvo inspirada en
las ideas liberales de las constituciones de 1856-1860.

Análisis de algunos artículos:

- Poder ejecutivo, debilito la situación de los ministros de estado, ya que cualquiera pudiera ser cambiado
por voluntad o capricho del presidente de la república o por medio de una censura de cualquiera de las
cámaras legislativas. Los ministros quedaban sometidos de este modo, a una doble tutela que conspiraba
contra una eficiente administración. Recuérdese solo el hecho que anteriormente, en solo 33 años (1886-
1919)

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1979

La Constitución de 1979 nació producto de negociaciones políticas más que consensos en una Asamblea
Constituyente entre el APRA y el Partido Popular Cristiano. Los marxistas y los conservadores, ni
participaron. La difícil coyuntura política, económica y social de entonces en el país influyó también en el
debate constituyente. El resultado final no fue otro que un texto reglamentarita, impreciso y
peligrosamente ambiguo. Más que una Carta Magna irreal, un texto hecho para recrear en el Perú un país
imaginario.
Sin importar las innovaciones en el constitucionalismo peruano, la Constitución de 1979 significó para el
Perú miseria, desempleo y subempleo, corrupción gubernamental, prepotencia política, informalidad,
violación de los derechos humanos, demagogia e ineficacia estatal. Nunca antes ni después hubo en el país
tanto divorcio entre la norma constitucional y la realidad.

Por eso la mayoría de peruanos se sintió aliviada cuando esta Carta Magna de fantasía fue tirada al tacho
de la basura tras el golpe de estado del 5 de abril de 1992.

La Constitución de 1993

Debido a la presión internacional, Fujimori se vio obligado a convocar a elecciones en noviembre de 1992
para un Congreso Constituyente Democrático. La nueva Constitución, que fue sometida a referéndum y
promulgada en 1993, estableció el voto nacional por distrito electoral único, el mandato presidencial de
cinco años con derecho a una reelección, y un Congreso unicameral con 120 representantes.

Fue redactada por el Congreso Constituyente Democrático tras el autogolpe y la subsecuente crisis
constitucional de 1992. Fue aprobada mediante el referéndum de 1993, durante el gobierno de Alberto
Fujimori, aunque los resultados han sido discutidos por algunos sectores es actualmente la base del
sistema jurídico del país.

En abril de 1992 Fujimori, mediante un ‘autogolpe’, suspendió algunos artículos de la Constitución y se hizo
con el pleno control del gobierno ante la protesta general de la opinión pública internacional, alegando que
el Congreso y el poder judicial bloqueaban sus esfuerzos para luchar contra el narcotráfico y el terrorismo.

COMPARACION DE LA CONSTITUCION DE 1979 Y LA CONSTITUCION DE 1993

TEMA 1979 1993


Art. 113. El Estado ejerce su Artículo 60°. El Estado
actividad empresarial con el reconoce el pluralismo
fin de promover la economía económico. La economía
del país, prestar servicios nacional se sustenta en la
públicos y alcanzar los coexistencia de diversas
objetivos de desarrollo. formas de propiedad y de
empresa.
Sobre la formación de Art. 114. Por causa de interés Sólo autorizado por ley
empresas estatales social o seguridad nacional, la expresa, el Estado puede
leypuede reservar para el realizar subsidiariamente
Estado actividades actividad empresarial, directa
productivas o de servicios. Por o indirecta, por razón de alto
iguales causas puede también interés público o de manifiesta
el Estado establecer reservas conveniencia nacional. La
de dichas actividades en favor actividad empresarial, pública
de los peruanos. o no pública, recibe el mismo
tratamiento legal.
Art. 115. La iniciativa privada Art. 58. La iniciativa privada es
es libre. Se ejerce en una libre. Se ejerce en una
economía social de mercado.
economía social de mercado. Bajo este régimen, el Estado
Sobre la iniciativa privada orienta el desarrollo del país, y
actúa principalmente en las
El Estado estimula y
áreas de promoción de
reglamenta su ejercicio para empleo, salud, educación,
armonizarlo con el interés seguridad, servicios públicos e
social. infraestructura.

Art. 116. El Estado promueve Art. 59 El Estado estimula la


y protege el libre desarrollo creación de riqueza y
del cooperativismo y la garantiza la libertad de trabajo
autonomía de las empresas y la libertad de empresa,
Sobre la promoción de la cooperativas. comercio e industria. El
inversión ejercicio de estas libertades
Asimismo estimula y ampara no debe ser lesivo a la moral
el desenvolvimiento de las ni a la salud ni a la seguridad
empresas autogestionarias, pública.
comunales y demás formas
asociativas. El Estado brinda
oportunidades de superación
a los sectores que sufren
cualquier desigualdad; en tal
sentido, promueve las
pequeñas empresas en todas
sus modalidades.
Art. 117. El Comercio exterior Artículo 63°. La inversión
es libre dentro de las nacional y la extranjera se
limitaciones que la ley sujetan a las mismas
determina por razones de condiciones. La producción de
interés social y del desarrollo bienes y servicios y el
del país. comercio exterior son libres.
Sobre el comercio exterior y la Si otro país o países adoptan
inversión extranjera El Estado promueve la medidas proteccionistas o
cooperación entre los pueblos discriminatorias que
para alcanzar un orden perjudiquen el interés
económico internacional justo nacional, el Estado puede, en
defensa de éste, adoptar
medidas análogas.

El Estado y las demás


personas de derecho público
pueden someter las
controversias derivadas de
relación contractual a
tribunales constituidos en
virtud de tratados en vigor.
Pueden también someterlas a
arbitraje nacional o
internacional, en la forma en
que lo disponga la ley.

Art. 125. La propiedad es Art. 70. El derecho de


De la propiedad inviolable. El Estado la propiedad es inviolable. El
garantiza. A nadie puede Estado lo garantiza. Se ejerce
privarse de la suya sino por en armonía con el bien común
causa de necesidad y utilidad y dentro de los límites de ley.
públicas o de interés social,
declarada conforme a ley, y A nadie puede privarse de su
previo el pago en dinero de propiedad sino,
una indemnización que debe exclusivamente, por causa de
pagarse necesariamente en seguridad nacional o
dinero y en forma previa. necesidad pública, declarada
por ley, y previo pago en
Art. 127. La ley puede, por efectivo de indemnización
razón de interés nacional, justipreciada que incluya
establecer restricciones y compensación por el eventual
prohibiciones especiales para perjuicio.
la adquisición, posesión,
explotación y transferencia de Hay acción ante el Poder
determinados bienes por su Judicial para contestar el valor
naturaleza, condición o de la propiedad que el Estado
ubicación haya señalado en el
procedimiento expropiatorio.

Cap. III – De la propiedad (constitución de


Cap. IV – De la empresa (solo constitución de
1979)
1993
Art. 130. Las empresas, cualquiera sea Art. 71. En cuanto a la propiedad, los
su modalidad, son unidades de producción extranjeros, sean personas naturales o
cuya eficiencia y contribución al bien común jurídicas, están en la misma condición que
son exigibles por el Estado de acuerdo con la los peruanos, sin que, en caso alguno,
ley. puedan invocar excepción ni protección
diplomática. (…).
Art.131. El Estado reconoce la libertad de
comercio e industria. art.131, La ley determina Art. 72. La ley puede, sólo por razón de
sus requisitos, garantías, obligaciones y seguridad nacional, establecer
límites. Su ejercicio no puede ser contrario al temporalmente restricciones y prohibiciones
interés social ni lesivo a la moral, la salud o la específicas para la adquisición, posesión,
seguridad pública. explotación y transferencia de determinados
bienes.
Art. 132. En situaciones de crisis grave o de
emergencia el Estado puede intervenir la Art. 73. Los bienes de dominio público son
actividad económica con medidas transitorias inalienables e imprescriptibles. Los bienes
de carácter extraordinario. de uso público pueden ser concedidos a
particulares conforme a ley, para su
aprovechamiento económico.

CAPITULO III
CONCLUSIONES
De acuerdo al trabajo realizado hemos podido comprender que el hombre históricamente ha creado
documentos en los cuales hacía mención y resaltaba los derechos humanos (Carta Magna,
Declaración de Derechos, Declaración de los Derechos del Hombre y del ciudadano, Declaración
Universal de Derechos Humanos, Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, etc);
pero no sólo se buscaba el respeto a estos derechos si no también garantizarlos, para que no se
produzcan complicaciones.

El desarrollo de trabajo nos deja claro sobre la noción que la Garantía Constitucional es un proceso
instituido por la misma Constitución de un Estado cuya finalidad es defender la efectiva vigencia de
los derechos fundamentales que este texto reconoce o protege, haciendo efectiva la estructura
jerárquica normativa establecida. En la doctrina constitucional actual tiende a utilizarse la expresión
Proceso Constitucional.

En conclusión El término garantía es sinónimo de seguridad, salvaguarda, protección. Desde el punto


de vista jurídico han sido varias las definiciones que se le han dado a las garantías constitucionales,
algunos autores como Fix Zamudio las reducen a los instrumentos adecuados para una pronta y eficaz
tutela procesal de los derechos, es decir, solo se refiere a los mecanismos de tipo procesal, que si bien
constituyen garantías, de hecho las más usadas, no son las únicas.

BIBLIOGRAFÍA VIRTUAL

 http://www.eumed.net/libros-
gratis/2010a/633/Resena%20historica%20sobre%20las%20garantias%20constitucionales.htm
 http://www.eduteka.org/proyectos.php/1/2784
 http://wikipediacriminologica.es.tl/Garant%EDas-constitucionales.htm
 http://www.abc.com.py/edicion-impresa/suplementos/escolar/garantias-constitucionales-
1169957.html
RESOLUCION DE LAS GARANTIAS CONSTITUCIONALES DE LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA

EXP. N.° 04944-2011-PA/TC


LIMA
MATEO GRIMALDO
CASTAÑEDA SEGOVIA

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 16 días del mes de enero de 2012, el Pleno del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados Álvarez Miranda, Urviola Hani,
Vergara Gotelli, Mesía Ramírez, Beaumont Callirgos, CalleHayen y Eto Cruz,
pronuncia la siguiente sentencia, con el voto singular del magistrado Vergara Gotelli, y los
fundamentos de voto de los magistrados Beaumont Callirgos y Calle Hayen, que se acompañan.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por don


Mateo Grimaldo Castañeda Segovia contra la resolución expedida por la Sexta Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 569, su fecha 7 de octubre
de 2011, que confirmando la apelada, rechazó in limine y declaró improcedente la
demanda de amparo de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 19 de mayo de 2011, el recurrente interpone demanda de amparo


contra el Consejo Nacional de la Magistratura a fin de que se declare la nulidad del
Acuerdo N.º 0178-2011 adoptado, en la Sesión Plenaria Extraordinaria del 27 y 28
de enero de 2011, y en consecuencia, se disponga una nueva votación en la
Convocatoria N.º 002-2010-SN/CNM toda vez que aún existe una plaza vacante
para el cargo de Fiscal Supremo, respetando estrictamente las garantías del debido
proceso, y los derechos a la igualdad y de acceso a la función pública en
condiciones de igualdad. Persigue, además, se disponga que en la nueva votación se
integre al representante del Ministerio Público, Consejero Max Herrera Bonilla, y
que en la nueva votación participen los Consejeros Suplentes o Accesitarios de los
Consejeros Gonzalo García Núñez, Luz Marina Guzmán Díaz y Gastón
Soto Vallenas.
Manifiesta que pese que obtuvo el tercer lugar en el cuadro de méritos y que
absolvió todos los cuestionamientos que fueron realizados contra su postulación,
decidieron no nombrarlo Fiscal Supremo sin explicar los motivos fundados por los
que se adoptó tal decisión, y que recién el 10 de marzo de 2011, esto es, cuarenta
días después de adoptado el acuerdo le entregaron una copia certificada de la Sesión
Plenaria Extraordinaria en la que consta el acuerdo que cuestiona, en la que aducen
no nombrarlo porque durante el curso del proceso de selección fue objeto de
diversos cuestionamientos sobre su despeño funcional en el Ministerio Público que
no fueron aclarados durante la entrevista, violándose así sus derechos a la tutela
procesal efectiva, debido proceso y a la motivación. Alega que se vulnera el
derecho a la debida motivación en dos etapas porque en la sesión continuada del 27
y 28 de enero se dio un empate de tres a favor y tres en contra de su nombramiento
y, para tratar de justificar ello, los consejeros García Nuñez, Guzmán Diaz y
Soto Vallenas expresaron verbalmente que seguían pensando que no reunía el
requisito de 15 años de ejercicio como abogado, siendo un asunto que ya había
quedado zanjado en más de tres oportunidades, de manera que no podía ser tratado
nuevamente porque en la etapa de la entrevista personal no se analizan requisitos
sino la probidad e idoneidad del postulante para el cargo que aspira. Señala que
pese a que comunica nombramiento de los nuevos Vocales y Fiscales Supremos, no
publica las razones por las que no lo nombra, incumpliendo el artículo 53º del
Reglamento de Concursos que obliga a dejar constancia de la decisión y de las
razones de ello en el acta correspondiente. Aduce que en el acta se consigna una
razón abstracta denominada “cuestionamientos diversos” con lo cual se manifiesta
la violación de sus derechos porque se pretende justificar la decisión de no
nombrarlo como Fiscal Supremo a pesar de que reunía todos los requisitos, sin
precisar ni indicarse cuáles son esos cuestionamientos supuestamente no absueltos
ni oportuna ni coherentemente. Manifiesta, finalmente, que los cuestionamientos de
los que fue objeto durante el concurso fueron desestimados o, a su turno, fueron
absueltos por escrito y de manera documentada, así como durante la entrevista
personal; que no tiene quejas ni denuncias pendientes; que jamás ha sido
sancionado disciplinariamente, con solo una amonestación en veintiséis años y que,
por el contrario, cuando renunció a su cargo de Fiscal Superior Penal de Lima, el
Ministerio Público, a través de su Junta de Fiscales Supremos, reconoció sus portes
a la Fiscalía Especializada en Criminalidad Organizada, de manera que no se puede
hablar de un desmedro de la imagen pública.

El Quinto Juzgado Especializado en lo Constitucional de Lima, mediante


resolución de fecha 20 de mayo de 2011, rechazó liminarmente la demanda de
autos, declarándola improcedente, en aplicación de los artículos 5.2º y 5.7º del
Código Procesal Constitucional, por considerar que lo que el actor pretende es que
se revise la argumentación fáctica y jurídica desarrollada en la decisión cuestionada,
lo que no corresponde a la naturaleza de los procesos constitucionales.

La Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima confirmó la


apelada en aplicación del artículo 5.5º del Código Procesal Constitucional, por
considerar que el Concurso Público para nombramiento de Fiscales Supremos en el
que participó el actor culminó con el nombramiento de dos Fiscales Supremos, y
por lo tanto, resulta imposible reponer las cosas al estado anterior.

FUNDAMENTOS

La posición del Tribunal Constitucional respecto al rechazo liminar de la


demanda

1. El Tribunal Constitucional discrepa del pronunciamiento del juez del Quinto Juzgado
Constitucional de Lima toda vez que, si bien es cierto, el artículo 5.7º del Código
Procesal Constitucional lo habilitaba para –en el legítimo e independiente ejercicio de
de la función jurisdiccional– desestimar liminarmente la demanda, sin embargo, no ha
tenido en cuenta que lo que aquí se cuestiona es el acuerdo adoptado por el Consejo
Nacional de la Magistratura que decide no nombrar al actor en el cargo al que postuló,
lo cual constituye un supuesto totalmente distinto al previsto por el aludido numeral
5.7º del código adjetivo acotado, que prescribe que no proceden los procesos
constitucionales cuando se cuestionen las resoluciones definitivas en materia de
destitución y ratificación de jueces y fiscales.

2. En cuanto al invocado artículo 5.2º, el juez del Quinto Juzgado Constitucional de


Lima tampoco ha tenido en cuenta la abundante jurisprudencia que establece la
competencia de este Colegiado para determinar la legitimidad constitucional de las
resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura, independientemente del tipo de
resolución de que se trate, esto es, sean de destitución, ratificación, nombramientos u
otro tipo, lo que denota que controversias como la aquí planteada sí pueden ser
dilucidadas mediante el proceso de amparo.

3. Asimismo, tampoco está de acuerdo este Colegiado con el pronunciamiento de los


vocales integrantes de la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima. Y
es que si bien es cierto, el concurso al que postuló el actor ya concluyó, sin embargo,
ello no necesariamente conduce a la irreparabilidad de la alegada afectación, pues el
caso de autos responde a un supuesto sumamente particular derivado del hecho de que
el actor ocupaba el tercer lugar en el orden de méritos luego de superadas todas las
etapas de la evaluación en un concurso en el que habían tres plazas vacantes y, a pesar
de ello, no fue nombrado en el cargo al que postuló y, es por tal razón, que persigue se
declare la nulidad del acuerdo que decidió no nombrarlo, y por ende, se produzca un
nuevo acto de votación de parte de los miembros del Consejo Nacional de la
Magistratura habida cuenta que aún existe una plaza vacante.
4. En todo caso, y de presentarse tal supuesto, el segundo párrafo del artículo 1º del
Código Procesal Constitucional habilita la posibilidad de emitir un pronunciamiento
estimatorio, lo que corresponderá determinar en el estadio procesal correspondiente,
más no a través del rechazo liminar, máxime cuando el artículo III del Título
Preliminar del código adjetivo acotado dispone que cuando en un proceso
constitucional se presente una duda razonable respecto de si el proceso debe declararse
concluido, el Juez y el Tribunal Constitucional declararán su continuación.

5. Por otro lado, de autos se verifica que el órgano emplazado ha sido notificado en
diversas oportunidades con cada uno de los diferentes actos procesales posteriores
al concesorio de la apelación, conforme consta a fojas 366, 367, 368, 369, 370, 515,
516, 517, 518, 519, 522, 523, 524, 525, 526, 585, 586, 589 y 590, con lo cual su
derecho de defensa no se ha visto afectado en tanto ha tenido conocimiento oportuno
de la existencia del presente proceso. Por lo demás, consta a fojas 375 que el
apoderado del Consejo Nacional de la Magistratura se apersonó al proceso el 15 de
junio de 2011 habiendo incluso informado oralmente no sólo ante la Sexta Sala Civil
de la Corte Superior de Justicia de Lima, según se verifica a fojas 568, sino incluso
ante el Pleno de este Tribunal Constitucional, conforme se aprecia de la certificación
que corre a fojas 6 del cuadernillo de ese Colegiado.

6. En ese sentido, y en aplicación del artículo 20º del Código Procesal Constitucional,
correspondería que este Colegiado declare el quebrantamiento de forma y disponga la
remisión de los actuados al juez de origen a fin de que admita a trámite la demanda de
amparo de autos y corra traslado de la misma a los emplazados.

7. Sin embargo, este Tribunal Constitucional también considera necesario precisar que
sería inútil, y por lo tanto injusto, obligar al demandante a transitar nuevamente por la
vía judicial para llegar a un destino que, a la luz de los hechos descritos, y a los medios
probatorios obrantes en autos, permiten revisar la cuestión controvertida. Y es que en
el caso concreto se aprecia que no es posible actuar medios probatorios, pues en el
fondo se trata de un asunto de puro derecho y, además, la tutela de urgencia está
suficientemente acreditada en la medida que en el concurso al que postuló el actor
quedó pendiente una plaza vacante. Consecuentemente, dada la naturaleza de los
derechos invocados, y estando a lo dispuesto en el artículo 20º del Código Procesal
Constitucional, así como en virtud de los fines de los procesos constitucionales y los
principios procesales que los orientan, previstos en los artículos II y III del Título
Preliminar del código acotado, procede que este Tribunal se pronuncie sobre la
pretensión de autos.

Petitorio de la demanda y delimitación del campo de actuación de este


Tribunal

8. Mediante la demanda de amparo de autos el recurrente persigue se declare la nulidad


del Acuerdo N.º 178-2011 adoptado en la sesión plenaria Extraordinaria del Consejo
Nacional de la Magistratura del 27 y 28 de enero de 2011 y del acta correspondiente, y
en consecuencia, se ordene al Consejo Nacional de la Magistratura reabra el Concurso
Público de méritos para Fiscales Supremos materia de la Convocatoria N.º 02-2010
SN/CNM a partir de la etapa de votación del cuadro de méritos, y se emita un nuevo
acuerdo previa votación, respetando estrictamente las garantías del debido proceso.

9. En consecuencia, lo que a este Tribunal corresponde verificar es si, como se alega, la


motivación de parte de los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura al emitir
el cuestionado Acuerdo N.º 0176-2011, por el que se decidió no nombrar al actor en el
cargo de Fiscal Supremo al que postuló –a pesar de ocupar el tercer lugar en el orden
de méritos luego de superadas todas las etapas de la evaluación en un concurso en el
que habían tres plazas vacantes– fue o no arbitraria.

10. En tal sentido, en el proceso de amparo de autos, el análisis de si el cuestionado


acuerdo violó, o no, el derecho a la debida motivación de las resoluciones debe
realizarse a partir de los propios fundamentos expuestos en el acto impugnado, de
manera que los medios probatorios del proceso en cuestión deberán ser evaluados para
contrastar las razones expuestas. Y es que en este tipo de procesos al Tribunal
Constitucional le compete realizar el análisis externo del acuerdo cuestionado, a
efectos de constatar si éste es el resultado de un juicio racional y objetivo donde los
miembros del Consejo Nacional de la Magistratura han puesto en evidencia su
independencia e imparcialidad en la adopción de la decisión, sin caer ni en
arbitrariedad en la interpretación y aplicación del derecho, ni en subjetividades o
inconsistencias en la valoración de los hechos.

11. Se trata, en resumidas cuentas, de realizar el ejercicio de un prudente control


constitucional respecto de la argumentación que desarrolló el Consejo Nacional de la
Magistratura a la hora de asumir la función que le corresponde constitucionalmente, de
modo tal que no signifique una intromisión en el ejercicio de sus competencias, como
a veces se suele denunciar equivocadamente.

El derecho al debido proceso

12. Como ha tenido oportunidad de establecer este Tribunal en más de una oportunidad, el
derecho al debido proceso previsto por el artículo 139.3º de la Constitución Política del
Perú, aplicable no sólo a nivel judicial sino también en sede administrativa e incluso
entre particulares, supone el cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas
de orden público que deben observarse en las instancias procesales de todos los
procedimientos, incluidos los administrativos y conflictos entre privados, a fin de que
las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante
cualquier acto que pueda afectarlos.

13. El derecho al debido proceso, y los derechos que contiene son invocables, y, por tanto,
están garantizados, no solo en el seno de un proceso judicial, sino también en el ámbito
del procedimiento administrativo. Así,el debido proceso administrativo supone, en
toda circunstancia, el respeto –por parte de la administración pública o privada– de
todos los principios y derechos normalmente invocables en el ámbito de la jurisdicción
común o especializada, a los cuales se refiere el artículo 139° de la Constitución (juez
natural, juez imparcial e independiente, derecho de defensa, etc.).

14. El fundamento principal por el que se habla de un debido procedimiento administrativo


encuentra sustento en el hecho de que tanto la jurisdicción como la administración
están indiscutiblemente vinculados a la Carta Magna, de modo que si ésta resuelve
sobre asuntos de interés de los administrados, y lo hace mediante procedimientos
internos, no existe razón alguna para desconocer las categorías invocables ante el
órgano jurisdiccional.

15. En ese sentido, y cómo también ha sido precisado por este Tribunal, el derecho al
debido proceso comprende, a su vez, un haz de derechos que forman parte de su
estándar mínimo; entre estos derechos constitucionales, especial relevancia para el
presente caso adquiere el derecho a la motivación de las resoluciones, conforme se
explicará en los fundamentos que a continuación se exponen.

La garantía constitucional de la motivación

16. En todo Estado constitucional y democrático de Derecho, la motivación debida de las


decisiones de las entidades públicas –sean o no de carácter jurisdiccional– es un
derecho fundamental que forma parte del contenido esencial del derecho a la tutela
procesal efectiva. El derecho a la motivación debida constituye una garantía
fundamental en los supuestos en que con la decisión emitida se afecta de manera
negativa la esfera o situación jurídica de las personas. Así, toda decisión que carezca
de una motivación adecuada, suficiente y congruente, constituirá una decisión
arbitraria y, en consecuencia, será inconstitucional.

17. La motivación de las decisiones administrativas no tiene referente constitucional


directo. No obstante, se trata de un principio constitucional implícito en la
organización del Estado Democrático que se define en los artículos 3º y 43º de la
Constitución, como un tipo de Estado contrario a la idea del poder absoluto o
arbitrario. En el Estado Constitucional Democrático, el poder público está sometido al
Derecho, lo que supone, entre otras cosas, que la actuación de la Administración
deberá dar cuenta de esta sujeción a fin de despejar cualquier sospecha de
arbitrariedad. Para lograr este objetivo, las decisiones de la Administración deben
contener una adecuada motivación, tanto de los hechos como de la interpretación de las
normas o el razonamiento realizado por el funcionario o colegiado, de ser el caso.

18. En el mismo sentido, a nivel de doctrina se considera que la motivación supone la


exteriorización obligatoria de las razones que sirven de sustento a una resolución de la
Administración, siendo un mecanismo que permite apreciar su grado de legitimidad y
limitar la arbitrariedad de su actuación. La motivación permite pues a la
Administración poner en evidencia que su actuación no es arbitraria, sino que está
sustentada en la aplicación racional y razonable del derecho y su sistema de fuentes.
19. El derecho a la debida motivación de las resoluciones importa pues que la
administración exprese las razones o justificaciones objetivas que la lleva a tomar una
determinada decisión. Esas razones, por lo demás, pueden y deben provenir no sólo del
ordenamiento jurídico vigente y aplicable al caso, sino de los propios hechos
debidamente acreditados en el trámite del proceso.

20. De otro lado, la motivación puede generarse previamente a la decisión –mediante los
informes o dictámenes correspondientes– o concurrentemente con la resolución, esto
es, puede elaborarse simultáneamente con la decisión. En cualquier caso, siempre
deberá quedar consignada en la resolución. La Administración puede cumplir la
exigencia de la motivación a través de la incorporación expresa, de modo escueto o
extenso, de sus propias razones en los considerandos de la resolución, como también a
través de la aceptación íntegra y exclusiva de lo establecido en los dictámenes o
informes previos emitidos por sus instancias consultivas, en cuyo caso los hará suyos
con mención expresa en el texto de la resolución, identificándolos adecuadamente por
número, fecha y órgano emisor.

21. Es por ello que este Tribunal reitera que un acto administrativo dictado al amparo de
una potestad discrecional legalmente establecida resulta arbitrario cuando solo expresa
la apreciación individual de quien ejerce la competencia administrativa, o cuando el
órgano administrativo, al adoptar la decisión, no expresa las razones que lo han
conducido a adoptar tal decisión; de modo que, como ya se ha dicho, motivar una
decisión no solo significa expresar únicamente al amparo de qué norma legal se expide
el acto administrativo, sino, fundamentalmente, exponer en forma sucinta –pero
suficiente– las razones de hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión
tomada.

22. En esta misma dirección y ya en el plano legal, el artículo 6º, inciso 3º de la Ley N.º
27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, dispone que: “(...) no son
admisibles como motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías de
fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad,
vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras
para la motivación del acto”. De otro lado, el numeral 1.2) del artículo IV del Título
Preliminar de la citada Ley establece que forma parte del debido procedimiento
administrativo el derecho del administrado a obtener una decisión motivada y fundada
en derecho. Dicha motivación debe efectuarse en proporción al contenido y conforme
al ordenamiento jurídico, en concordancia con el numeral 4) del artículo 3º de la citada
ley.

23. A ello, se debe añadir la estrecha vinculación que existe entre la actividad
administrativa y los derechos de las personas. Es indiscutible que la exigencia de
motivación suficiente de sus actos es una garantía de razonabilidad y no arbitrariedad
de la decisión administrativa. En esa medida, este Tribunal debe enfatizar que la falta
de motivación o su insuficiencia constituye una arbitrariedad e ilegalidad, en tanto
constituye una condición impuesta por la Ley N.° 27444. Así, la falta de fundamento
racional suficiente de una actuación administrativa es, por sí sola, contraria a las
garantías del debido procedimiento administrativo.

Análisis del fondo de la controversia

24. Como quedó expuesto en los Fundamentos 8 a 11, supra, lo que a este Tribunal
corresponde verificar es si la motivación de parte de los miembros del Consejo
Nacional de la Magistratura al emitir el cuestionado Acuerdo N.º 178-2011, por el que
se decidió no nombrar al actor en el cargo de Fiscal Supremo al que postuló fue o no
arbitraria. Para ello, deben evaluarse los propios fundamentos expuestos en el acto
impugnado, así como, eventualmente, los medios probatorios correspondientes para
efectos de constatar si las razones expuestas que justificaron la decisión de no nombrar
al actor en el cargo al que postuló, a pesar de haber ocupado el tercer lugar en el
cuadro final de méritos, supusieron la afectación de su derecho al debido proceso y, en
particular, del derecho a la motivación de las resoluciones.

25. Independientemente de la razón que condujo al no nombramiento del actor que luego
se verá, para este Tribunal Constitucional parece oportuno reseñar, previamente, las
distintas etapas del proceso de selección por las que transitó, incluida la final
elaboración del cuadro de méritos, con mención expresa de los resultados obtenidos a
efectos de, en un contexto integral, determinar si la decisión de no nombrarlo en el
cargo al que postuló y, particularmente, la razón de ello, resultó arbitraria o no. Así,
consta en autos,

a) A fojas 234, el cuadro de meritos materia de la Convocatoria N.º 002-


2010-SN/CNM, en el que consta que el recurrente obtuvo en el examen
escrito 92 puntos, en la calificación curricular 79.75 puntos y en la
entrevista personal 73 puntos, obteniendo una nota final de 83.30 puntos,
y ocupando así el tercer puesto para ocupar una de las tres plazas vacantes
para ocupar el cargo de Fiscal Supremo.

b) A fojas 30, la Resolución N.º 017-2011-CNM, de fecha 14 de enero de


2011, mediante la que los miembros del Consejo Nacional de la
Magistratura desestiman, por unanimidad, una por infundada y otra por
improcedente, las tachas formuladas por don Isaías Sota Farfán.

c) A fojas 35, la Resolución N.º 074-2011-PCNM, de fecha 14 de enero de


2011, mediante la que los miembros del Consejo Nacional de la
Magistratura declaran infundada la tacha interpuesta por el Instituto de
Defensa Legal referida al supuesto incumplimiento de los años exigidos
para la postulación a la plaza de Fiscal Supremo en calidad de abogado; y,
d) A fojas 43, la Resolución N.º 130-2011-PCNM, de fecha 14 de febrero de
2011, que declaró infundado el recurso de reconsideración interpuesto por
el Instituto de defensa legal contra la precitada resolución.

26. A fojas 246 a 251 corre copia certificada del Acta de Sesión Plenaria Extraordinaria
del Consejo Nacional de la Magistratura, de fechas 27 y 28 de enero de 2011, en la que
consta el impugnado Acuerdo Nº 178-2011. Al emitir dicho acuerdo, y para efectos de
sustentar la decisión de no nombrar al actor en el cargo al que postuló, el Consejo
Nacional de la Magistratura consideró,

“No nombrar al doctor Mateo Grimaldo Castañeda Segovia, como Fiscal Supremo del
Ministerio Público, al no haber alcanzado el voto conforme de los dos tercios del numero legal
de los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura, de conformidad con el articulo 154
inciso 1 de la Constitución Política.

Los señores Consejeros Guzmán Díaz, Soto Vallenas y García Nuñez, dejaron expresa
constancia que el postulante, durante el curso del proceso de selección, ha sido objeto de
diversos cuestionamientos sobre su desempeño funcional en el Ministerio Publico, en
desmedro de la imagen pública que las normas, y, específicamente, el Reglamento de Selección
y Nombramiento, exige para tan elevada función, aspectos que, por lo demás, no fueron
debidamente aclarados durante la entrevista. Asimismo invitado a exponer sus propuestas y
planteamientos para el desarrollo de la institución, se limito a explicar el contenido de las leyes
y a sugerir que el Poder Legislativo era el único responsable, argumentos insuficientes, para las
responsabilidades que le esperan a un Fiscal Supremo. Lo que incidió en la falta de convicción
de los Consejeros para decidir afirmativamente para el nombramiento, en orden al
cumplimiento de las exigencias funcionales de la Ley Carrera Judicial, aplicable también al
Ministerio Publico, de conformidad con el artículo 158º de la Constitución Política.”
(subrayados agregados)

27. Y, desde el punto de vista normativo, se sustenta en el artículo 158º de la Constitución


que dispone “El Ministerio Público es autónomo. El Fiscal de la Nación lo preside. Es
elegido por la Junta de Fiscales Supremos. El cargo de Fiscal de la Nación dura tres
años, y es prorrogable, por reelección, sólo por otros dos. Los miembros del
Ministerio Público tienen los mismos derechos y prerrogativas y están sujetos a las
mismas obligaciones que los del Poder Judicial en la categoría respectiva. Les afectan
las mismas incompatibilidades. Su nombramiento está sujeto a requisitos y
procedimientos idénticos a los de los miembros del Poder Judicial en su respectiva
categoría.” Así, en virtud de dicha disposición constitucional, concluye que no cumple
con las exigencias funcionales de la Ley de Carrera Judicial, aplicable al Ministerio
Público.

28. Debe tenerse presente, asimismo, que ante supuestos como el de autos –no se nombra a
quien ocupa los primeros lugares en el orden de méritos– la propia Ley N.º 29277, de
la Carrera Judicial, establece en su artículo 33º la obligación de fundamentar
debidamente por qué se adopta tal decisión. Prescribe, expresamente, la referida norma
que, “En el caso de que la persona a quien correspondiese nombrar según el orden de
méritos no obtuviese la mayoría establecida por la disposición constitucional, el
Consejo puede elegir entre las dos (2) siguientes en el orden de méritos, con obligación
de fundamentar claramente las razones por las que no se eligió a la primera”. Y, en el
mismo sentido, el artículo 53º del Reglamento de Concursos para el Acceso Abierto en
la Selección y Nombramiento de Jueces y Fiscales aprobado mediante Resolución N.º
281-2010-CNM establece la obligatoriedad de “(…) dejar constancia de su decisión y
de las razones debidamente fundamentadas, en el acta respectiva”. (subrayados
agregados)

29. Como puede advertirse, el fundamento principal de parte de los miembros


del Consejo Nacional de la Magistratura por el cual se determina que no
cumplió las “exigencias funcionales de la Ley de Carrera Judicial” fue el de
haber sido “objeto de diversos cuestionamientos sobre su desempeño
funcional en el Ministerio Publico en desmedro de la imagen pública”.

30. Sin embargo, tal como se desprende del acta correspondiente, los miembros
del Consejo Nacional de la Magistratura se limitan a señalar que “durante el
curso del proceso de selección, (el actor) ha sido objeto de diversos
cuestionamientos sobre su desempeño funcional en el Ministerio Publico, en
desmedro de la imagen pública”, sin especificar cuáles serían esos
cuestionamientos no aclarados que los condujeron a adoptar la decisión de no
nombrarlo, a pesar de ocupar el tercer lugar en el orden de méritos y existir,
precisamente, tres plazas vacantes.

31. Esa es una motivación que se encuentra proscrita, en tanto representa, en los términos
de la Ley N.º 27444, una fórmula general o vacía de fundamentación para el caso
concreto, esto es, una fórmula que por su vaguedad e insuficiencia no resulta
suficientemente esclarecedora para la motivación del acto, y por lo mismo, restrictiva
de los derechos fundamentales del recurrente en tanto no identifica cuáles son esos
diversos cuestionamientos no esclarecidos, ni que tan graves son como para que
ameriten, pese a ocupar el tercer lugar en el orden de méritos y existir tres plazas
vacantes disponibles, no ser nombrado Fiscal Supremo.

32. Por lo demás, así lo consideró el Consejero Vladimir Paz de la Barra quien, respecto
del cuestionado acuerdo expresó que,

“(…) todos los cuestionamientos realizados con respecto al postulante Mateo


Castañeda Grimaldo, fue objeto de preguntas por parte de los Señores Consejeros en el acto de
la entrevista personal, y cuya explicación debidamente documentada satisfizo plenamente a los
tres Consejeros (…); que en todo caso, de existir insatisfacción en cuanto a la explicación de
tales cuestionamientos, debe precisarse en forma específica y razonada, en qué consiste el
cuestionamiento que no ha sido debidamente aclarado por el postulante, que lo desmerezca
como tal para asumir el cargo de Fiscal Supremo”. (subrayado agregado)

33. A mayor abundamiento, tal motivación supuso, además, la afectación del derecho de
defensa del recurrente, pues al negársele la posibilidad de identificar las causas exactas
de su no nombramiento, esto es, al no conocer tales razones, se encontró imposibilitado
de poder recurrir dicha decisión.
34. En consecuencia, y atendiendo a las consideraciones expuestas supra, para este
Colegiado queda claro que aunque la entidad demandada haya cumplido con motivar y
sustentar las razones por las cuales decidió no nombrar al actor en el cargo al que
postuló, no se advierte que ésta haya sido ejercida de una forma eficiente o idónea,
conforme lo impone la Constitución, sino de manera arbitraria.

35. A juicio del Tribunal Constitucional, resulta fuera de toda duda que se violó el
derecho a una decisión debidamente motivada por cuanto la motivación es sólo
aparente. Y es que si bien es cierto, los miembros del Consejo Nacional de la
Magistratura dan cuenta de las razones mínimas que sustentan la decisión, así como
expresan al amparo de qué norma legal se expide el acto administrativo, sin embargo,
solo intentan dar un cumplimiento formal al mandato, amparándose en frases sin
ningún sustento fáctico.

36. En efecto, si bien los miembros del Consejo Nacional de la Magistratura motivan y
expresan las razones que los condujeron a tomar una determinada decisión, esto es, la
de no nombrar al actor debido a “diversos cuestionamientos sobre su desempeño
funcional en el Ministerio Público”, sin embargo, se advierte que el acuerdo
cuestionado, si bien ha sido emitido al amparo de una potestad discrecional legalmente
establecida, resulta arbitrario por cuanto carece de justificaciones objetivas que lo
respalden.

37. Pero tal afectación no sólo se da en el plano de los hechos, sino también desde el punto
de vista normativo. Y es que como ya se ha dicho, motivar una decisión también
significa expresar al amparo de qué norma legal se expide el acto administrativo, esto
es, cuál es el sustento jurídico que justifica la decisión tomada. En el caso de autos, se
aprecia que tan sólo se hace alusión alusión al artículo 158º de la Constitución, lo cual
no sólo resulta insuficiente para sustentar la decisión, en tanto se trata de una norma
genérica que se limita a establecer que el Ministerio Público es autónomo; que el Fiscal
de la Nación lo preside; que éste es elegido por la Junta de Fiscales Supremos; que su
cargo dura tres años, y es prorrogable, por reelección, sólo por otros dos, entre otras
consideraciones, sino porque además, no tiene directa relación con la decisión de no
nombrarlo debido a los “diversos cuestionamientos sobre su desempeño funcional”.

Consideraciones Finales

38. El Tribunal Constitucional encuentra legítimo que, atendiendo a su función


constitucionalmente reconocida por el artículo 154.1º de la Norma Fundamental, esto
es, la de nombrar, previo concurso público de méritos y evaluación personal, a los
jueces y fiscales de todos los niveles, el Consejo Nacional de la Magistratura recoja
denuncias de todo tipo a efectos de verificar que quien vaya a nombrar responda al
perfil de ostentar una “trayectoria personal éticamente irreprochable”, de acuerdo al
término establecido en la Ley de la Carrera Judicial, las que por cierto, tiene el deber
de verificar.
39. Sin embargo, resulta inadecuado que dicha competencia pretenda ejercerse a costa de
la plena vigencia de los derechos fundamentales, cuya protección, en última instancia,
corresponde al Tribunal Constitucional, y a la que, por imperio de la Constitución, no
puede renunciar.

40. En consecuencia, el Tribunal Constitucional estima que, con la negativa


insuficientemente motivada del Consejo Nacional de la Magistratura de nombrar al
actor en el cargo al que postuló, y principalmente, al sustentar su decisión en la forma
que lo hizo, se ha acreditado la violación de los derechos al debido proceso y a la
motivación de las resoluciones previstos por los incisos 3) y 5) del artículo 139º de la
Constitución, razones, todas, por las cuales la demanda debe ser estimada.

41. Por lo mismo, y atendiendo a que la finalidad de los procesos constitucionales es


proteger los derechos constitucionales reponiendo las cosas al estado anterior a la
violación de éstos, según lo manda el artículo 1º del Código Procesal Constitucional,
este Tribunal estima que corresponde al Consejo Nacional de la Magistratura emitir un
nuevo acuerdo debidamente motivado lo que supone, evidentemente, que sus
miembros previamente vuelvan a votar su decisión, de conformidad con lo dispuesto
por el artículo 154.1º de la Constitución, el segundo párrafo del artículo 33º de la Ley
N.º 29277, de la Carrera Judicial y, el artículo 53º del Reglamento de Concursos para
el Acceso Abierto en la Selección y Nombramiento de Jueces y Fiscales aprobado
mediante Resolución N.º 281-2010-CNM.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere


la Constitución Política del Perú,

HA RESUELTO

1. Declarar FUNDADA la demanda al haberse acreditado la violación de los derechos al


debido proceso y a la motivación de las resoluciones previstos por los incisos 3) y 5)
del artículo 139º de la Constitución Política del Perú, y en consecuencia,

2. Declarar NULO el Acuerdo N.º 0178-2011 adoptado por el Consejo Nacional de la


Magistratura y contenido en el Acta de Sesión Plenaria Extraordinaria de fechas 27 y
28 de enero de 2011.

3. Ordenar al Consejo Nacional de la Magistratura emitir un nuevo acuerdo debidamente


motivado lo que supone, evidentemente, que sus miembros previamente vuelvan a
votar su decisión, conforme a lo expuesto en el Fundamento N.º 41, supra.

Publíquese y notifíquese.

SS.
ÁLVAREZ MIRANDA
URVIOLA HANI

MESÍA RAMÍREZ
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
ETO CRUZ

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