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CARÁCTER DE RIESGO ALIMENTICIO Y DE LA SALUD DE LOS

TRANSGÉNICOS

Los organismos genéticamente modificados han buscado eliminar el hambre en el

mundo, sin embargo, estos poseen una gran variedad de riesgos, y la mayoría de los

gobiernos no regulan su entrada en el mercado, porque poseen políticas débiles y no poseen

protocolos en los cuales basarse. Ante esta desfavorable situación nosotros a través de este

ensayo, mostramos nuestra preocupación por la salud de los consumidores, pues se

evidencia que los organismos transgénicos no son seguros, porque se basan en la

ambigüedad de un proceso de recombinación genética, las probabilidades de combinación

en el genoma humano nunca son conocidas del todo, lo que más se puede es aproximar al

resultado que deseamos obtener de un producto. Cabe recalcar que no buscamos la

erradicación del uso de la biotecnología para el desarrollo de la industria alimentaria,

buscamos que mejore y se implementen mayores protocolos de seguridad, pues estos le

podrían dar limitaciones que a largo plazo trascenderían y darían un ambiente de mayor

calidad a las futuras generaciones.

Los alimentos transgénicos no son seguros para la salud humana, según Herbert

(2006) no hay evidencias concretas y confiables para hacer afirmaciones de que los

alimentos transgénicos son seguros, pues no existen programas de seguimiento de sus

efectos sobre la salud humana. En el 2005, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio

a conocer un informe que evidencia que los sistemas reguladores de seguridad en esta

materia han estado y están en desacuerdo, además de ser confusos. La incertidumbre y los

cuestionamientos críticos reconocidos por la OMS han sido planteados, en el pasado, tanto
por organizaciones de la sociedad civil y de consumidores alrededor del mundo, como por

científicos independientes. La falta de evidencias confiables que confirmen la no

peligrosidad de los alimentos transgénicos y la poca implementación de programas de

seguimiento adecuado hacen que se pueda afirmar que estos no tengan consecuencias

perjudiciales en la salud humana.

Existe una alarmante serie de riesgos posibles por el consumo constante de

alimentos transgénicos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los

organismos genéticamente modificados (OGM) pueden definirse como organismos en los

cuales el material genético (ADN) ha sido alterado de modo artificial. La tecnología

generalmente se denomina “biotecnología moderna” o “tecnología genética”, en ocasiones

también “tecnología de ADN recombinante” o “ingeniería genética”. Gran parte de la

controversia sobre los alimentos transgénicos gira en torno de hasta qué punto son un riesgo

y si vale la pena correrlo. Entre las amenazas y preocupaciones en esta área están las

siguientes: alergias, resistencia a antibióticos, preocupaciones por el uso de virus en las

modificaciones genéticas, alteraciones en el contenido nutritivo de los alimentos, e incluso

la presencia de efectos tóxicos que pueden llegar a ser severos e inclusive letales. A modo

de ilustración, el caso del consumo del suplemento alimentario L-triptófano, obtenido a

partir de una bacteria transgénica (Bacillus amyloliquefaciens), el cual ocasionó una

condición denominada “mialgia eosinofílica”, que provocó la muerte de al menos 37

personas, además de daños permanentes a 1500 individuos en los EE.UU. entre 1989 y

1991 (Fagan, 1997).Se muestra una gran preocupación por parte de la comunidad científica

en los procesos de recombinación genética de organismos usados para la producción o


mejoramiento de los alimentos ya que estas modificaciones podrían traer consigo

mutaciones capaces de traer consigo riesgos para la salud humana.

Por otra parte, los transgénicos también tienen grandes beneficios tanto económicos

como medioambientales para los centros de cultivo agrícola. El gen insecticida más

utilizado es la proteína Cry, lo que ayuda a evitar pérdidas de producción. Araujo (2009)

pone en evidencia estas ventajas de los transgénicos respecto a la productividad de la papa

en Colombia. El proceso es muy sencillo y explicado de forma didáctica simplemente es

implementar un gen con capacidades insecticidas a la planta de la papa, así los insectos al

consumir las hojas de las plantas, tienden a morir. Esto es una mejora productiva, pues los

insectos en este artículo son descritos como variables que afectan de manera negativa a la

productividad, además que al evitar los insecticidas evitan la contaminación del suelo, por

lo que se hace una producción más limpia.

Sin embargo la opinión pública difiere mucho, pues es escéptica y tiene poca

confianza en los transgénicos, pues se sabe que es un proceso no certero y podría generar

riesgos tanto en la alimentación como en la salud. Terán (2004) realiza un estudio

subjetivo a la población de Barcelona, en la cual se nota el grado de escepticismo de la

población, pues estos conocen los riesgos de los transgénicos, conocen su alto grado de

ambigüedad y no confían en la regulación de las instituciones públicas. Además Acosta

(2002) muestra de forma más concisa los riesgos respecto a nuestro tema de interés, tales

como la alergenicidad en donde muestra un caso particular que ocurrió

contemporáneamente a la publicación de su artículo, se había difundido por los medios que

se había producido una reacción alérgica en individuos que habían ingerido tacos
preparados con maíz transgénico "Starlink”. Cabe decir que también pone énfasis en el

funcionamiento del gen de transferencia, en este caso habla del gen terminador, que es el

que permite separar a los genes correctamente modificados, el gen terminador tiene como

característica tener una secuencia que lo hace resistente a un cierto tipo de antibiótico, la

kanamicina es la más común. Los organismos modificados pasan por un proceso de

selección, pues son sometidos a un proceso donde le inyectan kanamincina, una vez al

haber sobrevivido, son organismos modificados correctamente. Estos genes de resistencia

al ser ingeridos a través de organismos modificados transfieren las bacterias del tracto

digestivo tanto del hombre como de animales, haciéndolas invencibles frente a los

antibióticos.

Las empresas dentro del mercado de alimentos transgénicos ponen ciertas

restricciones a los productores de alimentos para que juegue a su favor. La propiedad de

los transgénicos está en manos de las empresas transnacionales. Para Pérez (2008)

prácticamente todos los cultivos transgénicos en el mundo están en manos de cinco

empresas transnacionales de las cuales destaca Monsanto, esta empresa controla más de

90% de las ventas de agrotransgénicos. Los productores deben comprar las semillas de

empresas transnacionales y son obligados a firmar un acuerdo poco claro sobre el uso de

esta tecnología, dándole a la empresa el derecho permanente sobre las semillas. Se les

prohíbe guardarlas o venderlas en los ciclos agrícolas siguientes. Para asegurarse de

controlar totalmente a los agricultores, las corporaciones de agronegocios desarrollaron

también una tecnología que actúa como una “patente biológica”: las Tecnologías de

Restricción del Uso Genético (GURT por sus siglas en inglés), popularmente conocidas

como tecnologías “Terminator”. Con este método se desarrollan semillas suicidas: se


pueden plantar, dan grano, pero se vuelven estériles una vez cosechadas, obligando a los

agricultores a comprar semillas nuevas para cada siembra. Esta tecnología fue condenada

internacionalmente por inmoral y hay una moratoria en Naciones Unidas contra ella.

Nuestro país tiene una pobre implementación de normas que regulen la producción

de alimentos transgénicos. El Perú ha firmado el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad

de la Biotecnología en enero de 2000 y lo ha ratificado en febrero de 2004. Asimismo, en el

marco normativo nacional, el Perú cuenta con la Ley No. 27104, Ley de Prevención de

Riesgos Derivados del Uso de la Biotecnología de mayo de 1999 y el Reglamento de la Ley

No. 27104 de octubre de 2002, mediante este marco normativo se otorga a las Autoridades

Nacionales Competentes la capacidad de aprobación e implementación de reglamentos

sectoriales en bioseguridad, siendo el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) el

ente encargado de implementar el reglamento en el sector agrícola; la Dirección General de

Salud Ambiental (DIGESA) en el sector salud y el Viceministerio de Pesquería en el sector

pesquero. Actualmente estos reglamentos sectoriales no han sido aprobados, lo cual impide

la implementación de la norma.

La producción de organismos transgénicos podrían traer consigo consecuencias

perjudiciales para la salud humana, el estudio que se le dan a estos organismos no es el

adecuado ya que no se toman en cuenta los verdaderos riesgos que estos alimentos podrían

causar, además que no existe un verdadero protocolo de seguridad que utilicen las

empresas productoras de estos alimentos que garanticen una adecuada producción; esto

último a causa de la poca implementación de normas impuestas por el Estado que regulen

su producción por lo que es necesario y urgente poner en marcha una verdadero plan de

acción para poder garantizar el bienestar de los consumidores.


REFERENCIAS

1. FAGAN, J.B. 1997. Tryptophan summary. Physicians and scientists for


responsible application of science and technology (PSRAST). Disponible en:
http://www.psrast.org/jftrypt.htm
2. HERBERT, M.R.; J.E.GARCÍA G.; M.GARCÍA G. 2006. Alimentos
transgénicos: incertidumbres y riesgos basados en evidencias. Acta Académica
(UACA, Costa Rica) 19(39):129-145.Disponible
en:http://www.iis.ucr.ac.cr/publicaciones/tlc/docacademicos/2006HerbertetalAli
mentostransgenicos.pdf
3. OMS (Organización Mundial de la Salud). 2005. Biotecnología moderna de los
alimentos, salud y desarrollo humano: estudio basado en evidencias.
Departamento de Inocuidad Alimentaria de la OMS. Ginebra, Suiza. 87 p.
4. Acosta, O. (2002). Riesgos y preocupaciones sobre los alimentos transgénicos y
la salud humana. REVISTA COLOMBIANA DE BIOTECNOLOGÍA, 5-16.
5. ARAUJO, P. A. (2009). EXPRESIÓN DE LA PROTEÍNA Cry1Ac EN
TEJIDOS DE LÍNEAS TRANSGÉNICAS DE PAPA. Acta Biológica
Colombiana, 101-113.
6. Terán, J. C. (2004). EL RECHAZO DE LA POBLACIÓN EUROPEA A LOS
TRANSGÉNICOS ¿UN MITO? Quark, 24 - 30.

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