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PAOLA BUSTAMANTE SUAREZ.

MINISTRA DE DESARROLLO E
INCLUSIÓN SOCIAL

“Los programas sociales son de la


ciudadanía y no deben desaparecer”
Entrevista. La titular del Midis quiere entregar a la proxima gestión gubernamental un
sector consolidado, programas sociales certificados y la estrategia Incluir para Crecer
para seguir reduciendo la pobreza extrema.



2/1/2016

Susana Mendoza Sheen

¿El próximo gobierno tiene que continuar con los programas sociales del Midis,
por qué?

–Nuestra recomendación es que continúe la estrategia Incluir para Crecer, que es la que
propone el proceso de inclusión social. Los programas sociales creados en esta gestión
de gobierno y los que perfeccionamos, como Juntos, tienen que continuar porque en
nuestro país aún existen desigualdades en las que hay que trabajar. La inclusión social
debe seguir siendo una prioridad.

¿Qué tiene la estrategia Incluir para Crecer para recomendarla?

–Se centra en la persona como ciudadano y ciudadana. No como beneficiario ni con la


característica de pobres o pobres extremos. Define cinco ejes de intervención: primera
infancia, nutrición infantil y desarrollo infantil temprano, atención integral de niños y
adolescentes, inclusión económica y protección al adulto mayor. Se concentra en el
ciclo de vida de las personas, desde la concepción hasta la adultez mayor.

¿Es una estrategia que combina programas y políticas sociales?

–Tiene el marco de la política social del gobierno, que al ingresar en 2011 encontró que
gran parte de la población amazónica y altoandina no se había beneficiado con el
crecimiento económico. Se plantea Incluir para Crecer porque más allá de crecer 2, 6 o
9 puntos tenemos que seguir incluyendo para crecer. Un país que solo crece no
garantiza reducción de desigualdad ni acceso a servicios básicos.

¿Qué significa que el Midis la lidere?

–Que tenemos las herramientas para articular los sectores y los gobiernos regionales y
locales. Es un reto enorme. Por eso, creamos el Fondo al Estímulo y Desempeño (FED),
el Fondo para la Inclusión Económica en Zonas Rurales (Fonie) y el Sello Municipal
Incluir para Crecer-Gestión Local para las Personas. Todos fortalecen la ejecución
presupuestal para obras de agua, saneamiento, carreteras y salud en regiones y distritos.

Muchas personas todavía creen que los programas sociales son


asistenciales.Dígame tres razones que demuestren lo contrario.

–Cada programa a cargo del Midis tiene un objetivo centrado en una etapa de la vida de
las personas. Cuna Más, en el desarrollo integral de los niños y niñas de 0 a 3 años.
Juntos, en el desarrollo de capacidades de niños y niñas desde el período de gestación
hasta que terminan la escuela. Qali Warma contribuye a alcanzar logros educativos en la
etapa escolar. Haku Wiñay genera oportunidades económicas y Pensión 65 mejora la
calidad de vida del adulto mayor.

¿Usar el dinero de los peruanos para hacer transferencia monetaria no es regalar


plata?

–No. Juntos y Pensión 65, que son los que transfieren dinero, mejoran la calidad de
vida. No regalan nada. A los programas de transferencia monetaria, sean condicionadas
o no, siempre se les ha calificado de asistencialistas; y estos se crearon para atacar la
pobreza monetaria. Son familias que no tienen ni para comer y reciben su dinero para
que, por lo menos, puedan alimentarse. Hay que contextualizar.

¿Y cuál es la tercera razón?

–Todos los programas son evaluados, se miden permanentemente para tomar decisiones
informadas y técnicas que mejoren su ejecución y cumplan con sus objetivos. Por
ejemplo, en el primer año de Qali Warma vimos que teníamos problemas de
cumplimiento con proveedores. Profundizamos la supervisión. En el segundo año,
evaluamos evitar que nos vendieran productos falsificados. En este momento a todos los
programas sociales se les está aplicando su evaluación de impacto.

¿Detectaron uso político de los programas sociales?

–Ninguno. Instruimos a los usuarios de los programas a que denuncien a la Defensoría


del Pueblo si son víctimas de malas prácticas; les hemos dicho en cada una de nuestras
visitas que ellos son la prueba clara de que en estos cuatros años y medio de gobierno
ingresaron al programa social por criterios técnicos y no por tarjetazos ni pertenecer a
un partido político. Les recordamos que fueron incorporados con criterios
absolutamente técnicos y por cumplir las condiciones que exige cada programa. Este
gobierno no le ha dado ningún uso político a los programas sociales.

¿El Midis está sentando las bases para que la atención a la niñez sea una prioridad
del Estado?

–Seguimos creciendo con Cuna Más el próximo año, y esta inversión es la mejor que
hace el Estado. Lo dicen expertos internacionales. En este gobierno la atención a la
primera infancia es permanente, como también la que corresponde a la etapa escolar, y
no solo desde el Midis sino desde otros sectores como Salud, con el Programa
Bienvenidos a la Vida para recién nacidos y el Programa de Salud Escolar.

¿Qué falta consolidar?

–A la ciudadanía porque la política ya está. Falta que la gente sienta que las políticas
sociales son suyas para evitar que desaparezcan.

¿Qué es necesario acelerar para lograr la inclusión social?

–Cerrar brechas en el acceso a servicios básicos para disminuir la desigualdad. El


Estado tiene que cambiar su visión, en el Perú se sigue reduciendo la pobreza monetaria
y tiene que dar el salto para reducir la pobreza multidimensional.

¿Para hacer gestión pública hay que saber de política?

–Sí. Lo político y lo técnico tienen que ir de la mano, nosotros no podríamos desarrollar


la estrategia Incluir para Crecer si no hubiera una decisión política del Ejecutivo y del
Congreso, que aprobó la creación del Midis.

Malas autoridades locales

La buena performance de los programas sociales también depende de las autoridades


municipales, pues un mal alcalde los puede poner en riesgo si realiza un mal registro en
las fichas socioeconómicas del sistema de focalización de hogares, sostuvo la ministra
de Desarrollo e Inclusión Social.

“Los gobiernos locales son los responsables, a través de las unidades locales de
empadronamiento, de levantar la información. Si el alcalde decide no incluir la
información de un empadronado porque no votó por él, deja fuera a un potencial usuario
de nuestros programas o de otros, como Beca 18”, precisó.

Es un riesgo latente, dijo, por eso es que actualmente en Juntos y Pensión 65 los
gestores visitan a los usuarios casa por casa, toman fotos a sus hogares para verificar si
cumplen con las condiciones para ser incorporados al servicio. “Un mal registro es una
mala gestión”.

DESAFÍO

¿El Estado es capaz de ejecutar programas y políticas sociales? Creo que su mayor
desafío es que se concentre en las personas. Por mucho tiempo se ha concentrado en
ejecutar el presupuesto. Es necesario que reconozca que todos los peruanos son iguales.

¿El servidor público tiene que dejar de pensar solo en gastar el presupuesto? Tienen que
concentrarse en que el servicio le llegue al ciudadano con calidad, y no solo en ejecutar
los recursos. ¿Es importante gastar en alimentos o asegurar que se consuman? La visión
de ciudadanía en las políticas cambia todo.

¿Los programas sociales son una oportunidad de cambio? Son una oportunidad para que
los servidores públicos brinden servicios que reduzcan las desigualdades.
Publicaciones Oficiales

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 EDITORIAL

Dar prioridad al empleo juvenil

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha hecho un llamado a las


naciones para la implementación de políticas tendentes a generar puestos de
trabajo para los jóvenes, a los que sigue considerando el sector más vulnerable
de la cadena productiva para acceder a empleos de calidad.

 OPINION

Perú y la protección a los refugiados

La protección internacional a las personas refugiadas fue creada en 1951 cuando,


tras la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas aprobaron la Convención
sobre el Estatuto de los Refugiados, instrumento internacional que define quién
es un refugiado, les asigna una serie de derechos y establece obligaciones a los
Estados. En 1967, el Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados extendió el
alcance de la convención al retirar las restricciones geográficas y temporales de
dicho instrumento. El Perú ratificó la Convención en 1964.

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¿Funcionan los programas sociales?


Carlos E. Aramburú Antropólogo, PUCP

Ideele Revista Nº 266


Foto: Andina

Uno de los temas más debatidos (y tergiversados) en estos meses de transición política,
ha sido el de los programas sociales. ¿Funcionan o son meros paliativos? La pregunta es
simple, la respuesta no.

Entre 2010 y 2015 la pobreza monetaria se redujo del 37% al 22% y la pobreza extrema
del 8% al 4%. Son cambios considerables, sobre todo el primero. El factor principal de
este descenso fue el crecimiento sostenido del PBI de un 6% en promedio durante la
última década. Pero los programas sociales son responsables por un 20% a un 30% de
este descenso en la pobreza. La razón es simple; para la población sin educación, sin
carretera, sin agua ni luz ni otros activos, el crecimiento del mercado les pasa por delante
sin incorporarlos. Para éstos, los programas sociales deben cumplir un rol de protección
y uno de habilitación y promoción eventualmente. Pero hay más, solo el crecimiento
económico no puede bajar la desnutrición crónica, frenar el embarazo adolescente o
disminuir el abandono de niños entre otros problemas. Para ello son indispensables las
políticas y programas sociales.

¿Cuáles han sido sus logros? En los últimos 5 años la desnutrición crónica bajó del 23%
al 14%, la brecha de pobreza se redujo del 9% al 5%, los hogares con servicios completos
subieron del 59% al 67% y la pobreza extrema sería del 7% y no del 4% sin las
transferencias de los programas sociales. La anemia por el contrario tuvo un descenso
modesto, del 38% al 33% en el mismo período 2010-15. Logros hay y sería una
mezquindad el no reconocer el esfuerzo del gobierno del presidente Humala, aunque
éstos resultados sean insuficientes.

¿Cuáles son los retos entonces, que falta? En primer lugar mejorar la gestión de la política
social la que sigue estando dispersa en una docena de dependencias públicas con 26
programas de los que el MIDIS solo ejecuta 6. Pese a ser la instancia normativa en política
social, los mecanismos de coordinación inter-sectorial y el liderazgo del MIDIS son
aún muy débiles. JUNTOS por su cobertura y buena focalización, debería ser la columna
vertebral a la que se articulan todos los demás programas sociales, en especial en el área
rural. El segundo reto en cuanto a gestión es la mayor articulación entre la política
económica y la social. Las políticas de empleo, de ampliación de la educación técnica, la
mejora de la calidad de la educación superior, el re-lanzamiento de los programas de
micro-crédito y asistencia técnica para mejorar la productividad de las PYMES, su
formalización y sobre todo la mejora de la infraestructura (agua y saneamiento, vialidad,
internet, etc.) son indispensables para mejorar la equidad. Todas estas son medidas
transversales con efecto multiplicador tanto en lo económico como en lo social. El tercer
reto es la descentralización de la política social, en especial de la función protectora a
nivel de los gobiernos locales. Para ello se necesita capacitación, asistencia técnica y
supervisión desde el gobierno central. Ello supone reforzar y descentralizar SERVIR,
mantener actualizado y generalizar el uso del SISFOH y el padrón nominado y extender
la experiencia del monitoreo social que hoy lidera el MEF en algunas regiones a todo el
país, bajo el liderazgo de las autoridades locales.

Como bien lo ha señalado la ministra Aljovín, se había descuidado en el gobierno anterior


las soluciones para la pobreza urbana, pese a que en las ciudades viven casi la mitad de
los pobres del país. Problemas como los niños en y de la calle, el trabajo infantil, el
embarazo adolescente, las pandillas, la desintegración familiar y sus secuelas son
problemas sociales típicamente urbanos para los cuales no se han aplicado medidas de
prevención y protectoras eficientes. Pero hace falta asimismo una mirada innovadora que
promueva oportunidades económicas para los pobres en las ciudades; convertir los
comedores populares en restaurantes populares manejados por empresas de mujeres;
ampliar la cobertura de los programas de capacitación y empleo juvenil como Trabaja
Perú del Ministerio de Trabajo, ampliación de becas y crédito educativo a cargo de
PRONABEC basada en estudios prospectivos de la demanda laboral, son medidas
habilitadoras que a mediano plazo contribuyena la superación autónoma de la pobreza
que debe ser el objetivo central de la política social.

También en el medio rural deben priorizarse los programas habilitadores y promotores de


oportunidades económicas, no solo basadas en la agricultura, sino también en otros
activos arqueológicos, históricos y culturales. La diversificación económica y la puesta
en valor y rescate de este patrimonio pude significar oportunidades de trabajo para los
jóvenes rurales, en especial los andinos y amazónicos, y al mismo tiempo contribuirá
fortalecer su identidad cultural.

En conclusión, los programas sociales han cumplido una etapa que priorizó la protección
de la población más vulnerable.Sin descuidar a ésta, el nuevo giro de la política social
debe ser hacia la creación de capacidades y la promoción de oportunidades económicas
que permitan a los pobres valerse por sí mismos e integrarse a la modernidad sin perder
su identidad y dignidad.

Programas sociales y su efectividad en


reducir la pobreza

Por Conexión ESAN el 3 de Septiembre 2015 11:13 AM

A menos de un año de dejar el poder, el presidente Ollanta Humala destacó que su


gobierno ha hecho más política social que administraciones anteriores para atacar la
pobreza. Sin embargo, César Fuentes, director de la Maestría en Gestión Pública de
ESAN, plantea enfatizar los programas que incrementen las competencias en el sector
público.
En una reciente entrevista, el presidente Ollanta Humala aseguró que el Perú es un
"ejemplo en política social a nivel mundial" y recalcó que en su gestión se implementó
el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS).
El mandatario también se enorgulleció de los programas sociales creados durante su
gobierno, como Pensión 65, QaliWarma, Cuna Más, Beca 18 y la ampliación del
programa de subsidios para la población en extrema pobreza, Juntos, que hoy atiende a
medio millón de personas. "Hemos elaborado una estrategia que combina crecimiento
económico con inclusión social, para reducir el flagelo de la pobreza", apuntó.

Humala aseveró que esta estrategia nos permite ser uno de los pocos países de América
Latina que sigue reduciendo pobreza. "En esta administración se ha consolidado la
política social, lo que no existió en gobiernos anteriores", refirió.

Para César Fuentes, director de la Maestría en Gestión Pública de ESAN, es positivo el


enfoque de inclusión social presentado por el presidente de la República durante sus
últimos pronunciamientos, sin embargo, considera necesario saber cómo se llega a ese
objetivo.

"En aras de ahorrar, en los últimos años, el


Estado ha sido muy pequeño y no tiene competencias para plantearse esquemas de
inclusión. Por ejemplo, en los últimos 20 años las competencias educativas han caído
sustancialmente" explica en entrevista con Rumbo Económico.

Fuentes refiere que el Estado ha distribuido a municipios y regiones una gran cantidad
de presupuesto, pero no se ha tenido suficiente capacidad de gestión que evite actos de
corrupción y el mal manejo de inversión pública.

"En el Estado peruano no existen muchos excedentes, por lo que es necesario acotar y
focalizar el gasto público. Se ha priorizado los programas sociales para aliviar la
pobreza, pero creo que debería enfatizarse más en programas relacionados con la
generación de competencias, porque es más rentable para el largo plazo apostar en
educación e infraestructura", concluye el profesor de ESAN.

¿Considera que el próximo gobierno debe hacer ajustes a la política social con
miras a reducir la pobreza?
Programas sociales: agenda de reformas

Por Oscar Schiappa Pietra el 11 de Septiembre 2015 6:48 PM

El Perú ha logrado en la última década impresionantes avances en la lucha contra la


pobreza, pero la calidad de sus programas sociales estatales requiere de muchas mejoras
orientadas a garantizar su eficacia y eficiencia, su adecuada focalización, su orientación
hacia el fomento productivo y el abordaje de prioridades sociales desatendidas.
De acuerdo con las Organización de las Naciones Unidas (ONU), la pobreza en el Perú
se redujo de 54.4% en 1991 a 25.8% en 2012; mientras que en el mismo periodo la
pobreza extrema disminuyó de 23% al 6%. Tan significativo avance es, principalmente,
resultado del ciclo expansivo de la economía debido al alto precio internacional de los
minerales y de la intensificación de la acción estatal a través de la ejecución de variados
programas sociales. Sin embargo, desde mediados de 2014, la economía peruana,
reflejando las principales tendencias globales, ha disminuido sustancialmente su
crecimiento y ello pone en riesgo la lucha contra la pobreza. Ante ello, surge la
necesidad de evaluar y mejorar la eficacia y eficiencia de los programas sociales
públicos.

A continuación, se anotan las principales deficiencias de los programas sociales y se


sugieren algunas propuestas de reforma.

(A) La falta de coordinación que existe entre los distintos programas genera una
superposición de acciones y un desaprovechamiento del potencial sinérgico entre
ellos. Las fragilidades institucionales del Estado, expresadas en la carencia de un
sistema de planeamiento estratégico eficaz y de un servicio civil de calidad, así como en
la precaria descentralización de funciones públicas, han creado un entorno de masiva
descoordinación en la gestión estatal.

Esta descoordinación abarca también a las


inversiones sociales realizadas por empresas privadas, que usualmente se deciden y
ejecutan de modo totalmente desvinculado de los programas y otras intervenciones
estatales. Entre 2007 y 2013, las inversiones sociales ejecutadas por las empresas del
sector minero bajo cinco distintas modalidades, sumaron alrededor de 4.7 mil millones
de soles, en adición a los recursos del canon que son rentas fiscales ejecutadas por
gobiernos subnacionales. Esa magnitud de recursos y el alto potencial de conflictividad
que caracteriza a las operaciones mineras justifican la necesidad de propiciar la
coordinación entre inversiones sociales públicas y privadas.

(B) El predominio de sesgos asistencialistas implica estimular la pasividad e


improductividad entre los beneficiarios. Está fuera de discusión la necesidad de
ejecutar programas sociales para enfrentar los desafíos de la pobreza, la inequidad y la
vulnerabilidad, pero los mismos requieren ir precedidos de criterios de temporalidad y
de acompañamiento de los beneficiarios hacia su progresiva inserción productiva. Sobre
esto último, se requiere de intervenciones multidimensionales para mejorar las
capacidades técnicas de los beneficiarios, dotarlos de infraestructura básica (por
ejemplo, sistemas de riego y almacenamiento de agua, y caminos rurales), así como de
acceso a mercados rentables.

Mientras tanto, en lo institucional se requiere brindar un acceso equitativo a servicios


de internet y banca ya que un porcentaje muy significativo de la población y del
territorio nacional carece de adecuada cobertura de telecomunicaciones y de servicios
bancarios. Los avances logrados en este último ámbito han entrado en un preocupante
curso regresivo. Según el BCR, a marzo 2015, el ratio de morosidad de las cajas
municipales alcanzó 8.2% con proyección a superar el 10% a fines de año, y el de las
cajas rurales llegó a 15.7%. Además, instituciones financieras del Estado, como el
Banco de la Nación y COFIDE, mantienen una postura pasiva en la promoción de la
inclusión financiera.

Una adecuada articulación entre distintos programas sociales debiera conllevar a la


progresiva graduación de beneficiarios de los programas típicamente asistencialistas
para ser automáticamente incorporados en programas de fomento productivo que
comprendan generación de capacidades y oportunidades de financiamiento.

(C) La conceptualización economicista de la pobreza, que implica priorizar la


asignación de recursos dinerarios como respuesta fundamental para enfrentarla. Este
estrecho enfoque elude evidencias recientes que revelan la dimensión psicológica
existente en experiencias personales de pobreza, evidenciadas por ejemplo en la baja
autoestima, en la tolerancia ante situaciones de abuso, en el agotamiento de recursos
cognitivos para adoptar decisiones económicamente provechosas, etc. Por consiguiente,
se requiere incorporar en algunos programas sociales intervenciones de
acompañamiento psicológico para reforzar las capacidades de los beneficiarios a fin de
sobreponerse a las condiciones de pobreza.

(D) La ausencia de respuestas a males públicos nacionales a través de programas


sociales, lo cual implica una desatención por parte de las políticas públicas de
problemas prioritarios tales como la inseguridad ciudadana, la falta de tutela legal
efectiva o la informalidad económica. Como parte de políticas públicas
multidimensionales frente a males públicos de tal índole, el establecimiento de
programas sociales focalizados podrían cumplir una función transformadora. Por
ejemplo, en inseguridad ciudadana, podría hacer sentido contar con programas sociales
de empleo temporal (para brindar protección en el ámbito barrial) o de subsidio
condicionado, así como de fomento artístico y deportivo, en favor de jóvenes de zonas
marginales expuestos a altos riesgos de involucramiento delictivo.

Es particularmente clamoroso el
problema de falta de tutela legal efectiva que afecta a un altísimo porcentaje de la
población nacional, debido a la acendrada corrupción e inoperancia de los sistemas
judiciales y administrativos, y a los altos costos que conlleva el promover acciones
legales. Es decir, para la inmensa mayoría de peruanos, los derechos sólo tienen
vigencia declarativa. Los resultados de tal situación afectan desproporcionadamente a
las personas pobres, condenándolas a permanecer en tal condición de modo perenne.
Por ello, resulta fundamental articular los esfuerzos de reformas de los sistemas judicial,
policial y administrativo, con las estrategias de lucha contra la pobreza.

De modo similar, se requiere contar con algún programa social -actualmente


inexistente- de capacitación, y acompañamiento legal y contable para propiciar la
formalización sostenible de microempresarios.

Además, de los problemas señalados, existen otras deficiencias cuya corrección


demanda fortalecer las capacidades operativas y supervisoras de las instancias
ejecutoras de programas sociales, tales como:

(E) La inadecuada focalización, que implica beneficiar a personas que no requieren de


apoyo y dejar de auxiliar a quienes sí lo necesitan.

(F) Las filtraciones, que implica la desviación de los recursos, sea generando
inequidades entre beneficiarios o posibilitando que aquéllos sean ilícitamente
comercializados.

(G) El incumplimiento de los requisitos establecidos en el programa Juntos de


subsidios condicionados, lo que implica que no se supervise cabalmente el
cumplimiento de los requisitos exigibles a los beneficiarios.

(H) La corrupción de variada índole.

(I) La debilidad de los mecanismos y procesos de monitoreo y evaluación de los


distintos programas sociales estatales para analizar su eficacia.

En síntesis, se hace indispensable introducir variadas reformas en el diseño y en la


ejecución de los programas sociales estatales de cara a lograr que respondan con mayor
eficacia y eficiencia a los retos planteados por la pobreza, la inequidad y la
vulnerabilidad. La evaluación de nuestras propias experiencias y la identificación de
buenas prácticas internacionales debieran servir como insumo para la conversación
ciudadana y el diseño de mejores políticas públicas en la materia. El contar con una
adecuada institucionalidad estatal, sustentada en un servicio civil de alto
profesionalismo, es asimismo ingrediente fundamental para el exitoso logro de cambios.

¿De qué modo cree usted que puedan transferirse las buenas prácticas de gestión del sector
privado para mejorar la eficacia de los programas sociales del Estado?

“Los programas sociales necesitan una


‘inyección’ de talento del sector privado”
Balance de inclusión social. Los problemas de gestión
de Qali Warma podrían ser resueltos por profesionales
con amplia experiencia, pero el Estado debe ofrecer
condiciones laborales más competitivas, aseguró Luis
Triveño, presidente ejecutivo de Proexpansión.
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Redacción Gestión / 24.12.2013 - 03:00 pm

La sociedad peruana no rechaza la desigualdad de los ingresos, pero sí percibe que una
parte de la población permanece excluida pese al crecimiento económico, aclara Luis
Triveño, presidente ejecutivo de Proexpansión. Aquí, su balance del 2013 sobre el
'caballito de batalla' de Ollanta Humala: La inclusión social.

¿El Gobierno va en la dirección correcta pese a los problemas con el programa


Qali Warma?No creo que un ministro o un programa puedan solucionar el tema de
inclusión social. El Midis es una de las instituciones que tiene los mejores cuadros a
nivel estatal. Las versiones anteriores del programa Qali Warma tenían muchos
problemas y yo entiendo que ahora se quiere un cambio en la gestión. Se debe tomar en
cuenta que quienes se benefician de la gestión actual no van a querer cambios y que
frente a cualquier cambio puedan surgir problemas.

¿Qué problemas?El hecho que sea focalizado es bueno porque te permite llegar a la
población más vulnerable, pero el tema es que llegue a todos ellos y no a los vulnerables
con cierta afiliación política. Y eso puede pasar en un programa social.

¿Qué le falta hacer al gobierno?Creo que la barrera más grande que existe es que hay
una gran cantidad de excelentes técnicos que trabajan en el Midis, pero han comenzado
a aparecer problemas que tienen naturaleza de gestión y no van a poder resolverse si no
son capaces de atraer profesionales del sector privado ofreciendo condiciones mucho
más competitivas. El problema de Qali Warma lo puede resolver tranquilamente alguien
que haya trabajado en ese tipo de programas anteriormente.

¿Faltan profesionales con más experiencia?A veces no puedes ganar el partido con
pura defensa. El sector público está lleno de defensas, pero faltan los goleadores que
están en el sector privado, y que cuestan.

¿Se deben destinar más recursos al Midis o a los programas sociales?El Estado
tiene los recursos, pero no los mecanismos para atraer los talentos del sector privado.
Esa norma que lanzó el gobierno anterior para poder límites a los salarios de los
profesionales ha ahuyentado a los profesionales de seguir la carrera pública. Yo no sé
cuánto vale para el Estado un programa Qalli Warma que funcione con una eficiencia
tremenda en el aspecto logístico. Vale muchísimo.
El sector privado reclama justamente que no se ejecuta todo el presupuesto…El
reclamo de los empresarios es: ¿Por qué mejor no bajas los impuestos si no eres capaz
ni siquiera de gastar lo que tienes? Y es razonable, pero probablemente la respuesta no
sea bajar los impuestos, sino mejorar la ejecución del gasto.

Tienes grandes técnicos, pero necesitas una calidad de gestión importante. Falta una
inyección de talento del sector privado. Necesitamos pisar el acelerador. Estamos en una
época en la que no falta en dinero en las arcas públicas.

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