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Universidad Mayor de San Simón

Facultad de Humanidades y Ciencia de la Educación


Carrera de Psicología

MECANISMOS DE
RESISTENCIA

INTEGRANTES:

 Bermudez Torrico Natali Vivian

 Prudencio Lara Helen Carolina

 Rocha Davila Anabelen

MATERIA

Psicología de la Gestalt

GRUPO N° 1

Cochabamba 15 de abril del 2019


INTRODUCCION

Los mecanismos de resistencia en la terapia Gestalt se consideran como auto

interrupciones que nos impiden llevar una vida más plena. Son de alguna

manera estrategias que hemos aprendido a desarrollar para adaptarnos al

ambiente donde crecimos, pero que en el presente no le damos la debida

importancia.

Podemos encontrar dicho mecanismo en otras corrientes de la psicología, sin

embargo, la terapia Gestalt propone una visión diferente, novedosa e

incorpora distintos términos. En la terapia Gestalt se entiende que el origen

de tales mecanismos está relacionado con una perturbación del sano ritmo

de contacto o retirada entre el sujeto y el ambiente.

Estos mecanismos tienden a variar dependiendo del tipo de personalidad que

poseamos, pero lo cierto es que a medida que nos vamos protegiendo y van

pasando los años tendemos a generar capas de defensa que no nos permiten

la propia “auto-sanación” de la mente, ya que sólo nos protegen del mundo.

A continuación, se desarrollará con profundidad la resistencia y los

mecanismos que la conforman.


1.-RESISTENCIA

Las resistencias son “mecanismos de evitación del contacto”, “mecanismos que

bloquean la toma de conciencia de las propias conductas”. Son mecanismos

muy corrientes y a menudo inconscientes donde la energía no es una fuerza

inerte y se convierte en resistencia cuando disminuye el contacto ,esta

resistencia bloquea la energía que la persona debe aprender a utilizar para si

misma en forma integral ,de esta manera se protegerá con las resistencia de

establecer diferentes contactos en su vida cotidiana.

Fritz y Laura Perls trasladaron las leyes de cierre y figura - fondo al cómo

organizamos nuestra percepción, al mundo interior de las personas donde en

relación a la ley del cierre las personas tenemos una tendencia natural a

completar, no solo lo que percibimos sino también nuestras experiencias.

Cualquier experiencia que quede sin completar se convierte en una Gestalt

incompleta quedando pendiente en nuestros organismos pugnando por

completarse. Los asuntos inconclusos pasan a un fondo y en ocasiones

emergen a nuestra consciencia haciéndose figura, por la tendencia de éstos a

completarse. En este momento o los atendemos y cerramos la Gestalt o bien

pasarán por rechazo a sumergirse en el fondo hasta la nueva oportunidad de

emerger. La Gestalt incompleta atenta contra el funcionamiento natural del

organismo que es completar la propia experiencia. El mantenimiento de

asuntos inconclusos sobrecarga nuestro sistema y es esa compulsión, la

llamada de aviso de la necesidad a completarse.


En una persona “sana” la satisfacción de las necesidades se puede ilustrar a

través de un ciclo o recorrido en la que su energía organísmica fluye de forma

natural y espontánea y hablaremos de persona “perturbada” aquella en la que

su flujo organísmico hacía la satisfacción de sus necesidades esta auto

interrumpido. El ciclo de la experiencia o de la satisfacción de las necesidades

es el ciclo que se da cuando “una necesidad organísmica emerge y pugna por

su satisfacción”. Podemos explicar el ciclo de la experiencia desde los

principios de la psicología Gestalt por el que las necesidades emergen a

nuestro darse cuenta, se hacen figura, y el organismo de forma natural tiende

a completarlas, a satisfacerlas; de no ser así, la necesidad no satisfecha vuelve

al fondo convirtiéndose en una Gestalt incompleta que volverá a emerger

hasta que la atendamos. En otras palabras, si dicho contacto no llega al

resultado deseado, el sujeto poseerá una lista de molestos sentimientos (ira,

confusión, fastidio, resentimiento, decepción) que desviarán su energía a un

determinado número de posibilidades que no le permitirán una interacción

plena con el ambiente sino sólo a través de los mecanismos de resistencia.

Por otro lado, la expresión y aprobación de las necesidades propias (es decir,

hasta qué punto nos permitimos reconocer y aceptar lo que necesitamos y

queremos realmente) viene muy mediada por la influencia cultural, la

educación, el medio social, los prejuicios, la religión, estas realidades ajenas,

nos inculcan deseos, pero no necesidades, y pueden tornar algunas de

nuestras necesidades en amenazantes, perversas o incorrectas, lo que puede

llevar a autocensuras en nuestro darnos cuenta o en resistencias en nuestro

ciclo de satisfacción de las necesidades.


Las resistencias también son mecanismos de gestión, son formas de gestionar

algo que vivimos peligroso, mejor no contactar cada día con la agresividad que

te despierta tu jefa. En este sentido, son mecanismos útiles y necesarios

donde si los usamos de forma consciente, pueden ser recursos y puntos de

apoyo para economizar nuestra energía, si siempre contactamos con todas

nuestras vivencias emocionales acabaríamos exhaustos.

Así, por ejemplo, ante algo que nos disgusta de un jefe, podemos tener el

impulso de insultarle, debido a nuestro enfado. En cambio, reprimir esta

acción y desahogarnos con algún compañero de trabajo puede ser más

ecológico para nosotros.

Lo dañino es cuando la resistencia se convierte en un hábito y no nos

permitimos conectar con nuestra experiencia profunda, ni con lo que nos pasa

a nivel de emoción y sensación.

Teóricamente las resistencias representan impedimentos al contacto, y no

formas de contacto en sí mismas. Esto quiere decir que más bien desviamos

nuestra energía y conexión con un estímulo.

Fritz Perls, fundador de la terapia Gestalt insistía en la necesidad de

"aprender a distinguir los peligros reales de los imaginarios. El no saber

distinguir lo uno de lo otro es lo que nos lleva a considerar y evitar como

peligroso en una situación dada, lo que en realidad no lo es. Las resistencias

son conscientes e inconscientes, ayudan y estorban. Todos las usamos en la

manera en que buscamos no sentirnos vulnerables y para buscar la

homeostasis. Estas resistencias están formadas por nuestras conductas,


creencias y reacciones menos sanas, está luchando por sobrevivir, por que las

cosas sigan como hasta ahora.

2.-SURGIMIENTO DE LOS MECANISMOS DE

RESISTENCIA

Según la terapia gestáltica, las personas crecen y cubren sus necesidades,

cada vez que la persona posee una necesidad que no ha sido cubierta, esta se

manifiesta para activar el ciclo de satisfacción de necesidades (ciclo de

contacto), lo que permite poner en marcha las conductas para cubrir dicha

necesidad. Una vez que el ciclo ha llegado a su fin, la próxima necesidad

emergente impulsa al organismo a dar inicio al próximo ciclo de contacto.

El ciclo de contacto, también llamado ciclo de la autorregulación organísmica

o ciclo de la experiencia, describe el proceso de la satisfacción de sus

necesidades mediante la interacción con el entorno, esto se da en las

siguientes etapas:

Toma en cuenta el siguiente ejemplo: estoy en la cama.

1) Aparición de una sensación: sequedad en la garganta.

2) Darse cuenta de la necesidad emergente que la sensación

señaliza: tengo sed.


3) Movilización de suficiente energía como para iniciar la

satisfacción de la necesidad dominante: me voy a levantar de la

cama.

4) Acción en el sentido de “la conducta o movimiento que lo pone a

uno en contacto”: me dirijo a la cocina y lleno un vaso de agua.

5) Contacto en el sentido de aquel “proceso psíquico por el cual me

comprometo” con el elemento relevante del ambiente: bebo y me

sacio.

6) Retirada: ya no siento sed, vuelvo a la cama.

La necesidad de tomar agua abrió una Gestalt, esta desaparece cuando la

necesidad se ha satisfecho y la atención se dirigirá a otra necesidad.

El ser humano posee una capacidad lingüística que, en ocasiones, le aleja de

su propia realidad (no está en contacto), la terapia gestáltica reconecta al

individuo con su potencial perdido a través de ser capaz de integrar el ciclo

de satisfacción de necesidades anteriormente mencionado.

Las dificultades surgen cuando los deseos del individuo están separados de

su realidad, el ciclo es interferido, se interrumpe el crecimiento espontáneo

del organismo y se produce alguna medida de confusión entre sí mismo y el

entorno, lo que conduce a un cierto grado de malestar ya que en este caso el

individuo es incapaz de encontrar satisfacción a sus necesidades. De acuerdo

a Gary Yontef, las perturbaciones del límite de contacto precisan, a su vez, en

qué momento del ciclo de contacto tiene lugar la resistencia del cliente.
3.-LOS MECANISMOS DE RESISTENCIA.

Se conocen nueve mecanismos de resistencia los cuales se explicarán a

continuación.

3.1. Desensibilización.

Como su propio nombre indica con este mecanismo lo que hacemos es No

sentir. Tiene su función adaptativa, como todos los mecanismos, que nos deje

de doler o molestar algo. Esto nos puede servir cuando no podemos abordar

ahora este dolor o malestar. Por ejemplo, estoy en el bosque, me pierdo, hace

frio y empieza a llover. Empiezo a sentir frio. Mando esa sensación al fondo

de mi conciencia y me concentro en buscar la salida. El problema es cuando

hacemos esto habitualmente y dejamos de percibir información valiosa para

nosotros/as, nuestras sensaciones y emociones y nos desconectamos de lo

que necesitamos. Por ejemplo, dejo de sentir la espalda contracturada porque

tengo que trabajar muy rápido. Me desconecto de que necesito hacer algo al

respecto. Todas las emociones y sensaciones (incluyendo el dolor) tienen un

sentido, nos aportan información y una dirección en nuestro comportamiento.


¿Por qué nos ocurre la desensibilización? Probablemente cuando éramos

pequeños no podíamos sentir una emoción o necesidad concreta porque no

nos lo permitieron repetidamente, y para poder sobrevivir tuvimos que

reprimirla o dejarla de sentir (“los chicos no lloran”). Necesitamos recuperar

lo que sentimos como algo nuestro, algo que nos pertenece, valioso para

nosotros/as para poder estar conectados con lo que queremos y necesitamos.

3.2. Introyección.

Los introyectos son mandatos que nos han inculcado otras personas, los

hemos “introyectado” en nuestro interior, es como si fueran nuestros. Son las

voces, gustos, ideas, exigencias, etc. de otros/as. Cuando el niño/a es

pequeño sirven para guiarle. Empiezan a convertirse en un problema cuando

tenemos muchos y les hacemos mucho caso. Entonces entramos en conflicto

entre lo que nos dijeron que debíamos hacer y lo que queremos hacer, entre

lo que querían nuestros padres/madres, etc y lo que queremos nosotros. Por

ejemplo, voy por la calle y me apetece comerme unos regalices. Oigo la voz de

mi madre que dice “comer chucherías es de niños pequeños”. En esta fase

podemos sentir nuestro deseo, pero de ahí no pasamos si hacemos caso al

introyecto. Podemos decir que cuando introyectamos hacemos nuestras cosas

que no lo son, nos creemos que somos más grandes de lo que somos,

percibiendo una parte del exterior (esas ideas y mandatos) como algo nuestro.

Necesitamos masticarlo y ver con lo que nos queremos quedar.


3.3. Proyección.

Proyectar es poner a otros/as lo que nosotros sentimos, pensamos, hacemos,

etc. Aunque nos parezca mentira esto nos ocurre más a menudo de lo que

pudiéramos creer. Por ejemplo, quedo con un amigo, no tengo ganas de verle

porque estoy enfadado con él, le pongo mala cara y le trato mal. Mi amigo

decide irse y yo lo que percibo de la situación es: “¿qué le pasa conmigo?

¿Estará enfadado?

Aquí ocurre al contrario que en la introyección, cuando proyecto me creo que

soy más pequeño de lo que soy, creo que algo que es mío realmente pertenece

al exterior. Necesito recuperar mis proyecciones porque si no no me puedo

hacer cargo de lo que necesito realmente. Me quedo en un discurso vacío

porque no estoy en contacto con lo que me pasa realmente, y le pongo la

responsabilidad a otros y al mundo de lo que tiene que ver con mi actuación,

sentir o pensar. Voy hacia acciones y contactos mal situados, porque percibo

mal la situación.

3.4 Retroflexión

La característica básica y definitoria de la retroflexión es que el organismo

comienza bien a hacerse a sí mismo lo que desea hacerle a su entorno, o bien

a hacerse a sí mismo lo que desea que su entorno le haga a él, es decir, por
distintas razones el individuo es incapaz de llevar a cabo en el ambiente

aquellas actividades que conducirán a la satisfacción de sus necesidades y,

en consecuencia, se siente forzado a reemplazar el entorno por sí mismo. El

retroflector marca un límite muy claro entre él y el ambiente, pero la traza por

en medio de sí mismo. Se ve a él y a “él mismo” como dos cosas distintas, deja

de dirigir sus energías hacia fuera, reorientando su actividad hacia adentro y

se sustituye a sí mismo como el ambiente. Literalmente llega a constituirse

en el peor enemigo de sí mismo.

La retroflexión se manifiesta en el uso del pronombre "yo" cuando realmente

quiere significar "ellos" o "tú". Por ejemplo, el retroflector dice: "Tengo

vergüenza de mí mismo", como si el sí mismo fuera otro diferente al yo mismo.

De esta manera el retroflector es aquella persona que continuamente lucha

consigo misma. Contra todo lo que ve de sí que no le gusta, o cree que no le

gusta al mundo.

En este sentido, la retroflexión es una interrupción del ciclo de la experiencia

que se produce entre las etapas de movilización energética y acción. Desde la

perspectiva de la terapia gestáltica, el organismo interrumpe sus movimientos

o impulsos naturales debido a la presencia de un temor profundo a herir o

destruir a un elemento significativo del entorno o, por otro lado, debido a la

existencia de un miedo a ser herido o dañado por parte del ambiente.

Se puede distinguir tres formas muy importantes de retroflexión:


a) Compulsión. – En la compulsión, uno mismo se obliga de tal modo que

se cree que la obligación viene de fuera hacia adentro. Hay veces en que

esta obligación sí que viene de fuera, pero el compulsivo está

permanentemente obligándose y obligando a los otros.

b) Sentimientos de inferioridad. - Es evidente que cuando la relación con

uno mismo está perturbada también lo están las relaciones

interpersonales. Cuando uno se siente inferior, de alguna manera trata de

forma inferior a otras personas, con lo que puede que encubra su

arrogancia.

c) La tercera forma de retroflexión es aquélla que se transforma en

síntomas corporales, resultantes de retroflexiones malsanas. Los dolores

de cabeza por tensión, muchas veces están sustituyendo a las ganas de

retorcerle el cuello a otra persona, y otras encubren ganas de llorar

reprimidas. Las afecciones de la garganta pueden tener el mismo origen, o

algo que uno se tragó y después bloqueó, con el fin de evitar su expresión.

3.5. Deflexión

La deflexión puede ser entendida como la evitación del contacto o del darse

cuenta al desviarse de un elemento ambiental relevante. La finalidad

fundamental de la deflexión es la disminución de la intensidad del contacto

genuino y directo. Su activación implica una reubicación del límite de

contacto de modo que el contacto se produce con un individuo, un tema,


una idea o un sentimiento distinto de aquel elemento del entorno que

conforma el objetivo original de un proceso de contacto determinado. Dicho

de otro modo, el organismo escoge un elemento ambiental diferente del que

podría satisfacer su necesidad de manera plena y completar el ciclo

iniciado de la experiencia.

“En la deflexión, el impulso es dirigido hacia un sustituto en el entorno”

distingue entre la sustitución de un objeto o deflexión de objeto. Tomemos

en cuenta dos casos:

1) Un individuo se siente maltratado por su empleador, pero expresa

su rabia con su mascota una vez llegado a su hogar.

2) El individuo sustituye un tema o lo deflexiona, en la cual opta por

responderle a otra persona cambiando de tema para evadir la

discusión de la temática original.

En ambos casos, el comportamiento del organismo que deflexiona tiene

poca fuerza y es poco efectivo a la hora de lograr el propósito verdadero de

la persona. La experiencia que atraviesa quien inicia una interacción

interpersonal que involucra la deflexión y quien responde a una

interacción iniciada por otra persona que implica la deflexión. En el primer

caso, el individuo suele sentir que no está obteniendo mucho a partir de

su comportamiento, que sus esfuerzos no le reportan la recompensa

deseada y, además, que tiene dificultades para explicarse lo ocurrido. En

el segundo caso, el individuo tiende a sentirse a sí mismo como indiferente,

aburrido, confundido, cínico, desairado, menospreciado, vacío o fuera de


lugar. Más allá, en la primera situación, el individuo a menudo se siente

ineficiente y frustrado al no poder conseguir lo que necesita o desea y, en

la segunda circunstancia, la persona no se siente “tocada” por la

interacción.

Los psicoterapeutas gestálticos han elaborado una amplia lista de ejemplos

de comportamientos deflectivos: emplear lenguaje vago o exagerado, ser

complaciente, tomarse a risa lo que se dice, evitar mirar al interlocutor de

manera directa, hablar abstractamente en vez de ser específico, irse por

las ramas, presentar ejemplos que no vienen al caso o no utilizar ejemplos

ilustradores, preferir la cortesía a la franqueza, preferir los lugares

comunes a la expresión original y auténtica, preferir sistemáticamente

emociones débiles a emociones intensas, hablar de asuntos pasados

cuando la situación presente es más relevante, hablar sobre alguien en vez

de hablarle a alguien, no entender lo que se está discutiendo y restar

importancia a lo que se dice. Todas estas conductas tienden a ser

frustrantes al menos para uno de los involucrados en la interacción y, por

lo común, cuando son frecuentes frustran a los dos o más participantes

de un vínculo.

3.6 Confluencia

En términos generales se define como ausencia de límites frente al entorno,

es “la condición de no contacto, aunque se sigan produciendo otras


interacciones importantes; por ejemplo, el funcionamiento fisiológico, la

estimulación del entorno, etc.”

La confluencia hace referencia a aquel fenómeno que no es ni contacto ni

darse cuenta debido a la falta de una experiencia clara de la frontera de

contacto.

Desde el punto de vista de la frontera de contacto, la confluencia se

caracteriza por la presencia de una identidad inconsciente entre organismo

y ambiente, es decir, el individuo no experimenta ningún límite entre él

mismo y el entorno y, en consecuencia, se siente fusionado con lo que lo

rodea como si fuese uno con él y el individuo hace caso omiso de las

diferencias existentes entre él y el medio. En estas circunstancias, no es

posible que se produzca un genuino episodio de contacto porque el

contacto, en sí mismo, presupone una apreciación de tales diferencias y

un encuentro del organismo con aquello que es diferente de él. La ausencia

de la percepción del límite de contacto implica, asimismo, que el individuo

pierde toda sensación de sí mismo como separada del entorno.

En el ciclo de la experiencia, la confluencia guarda relación con una

interrupción entre las etapas de contacto y retirada y, también en la

transición entre las etapas de retirada y sensación que da inicio a un nuevo

ciclo de satisfacción de necesidades.


Como resultado de estos procesos psicológicos, el organismo no es capaz

de sentir la urgencia al surgimiento de una necesidad, al igual que no

discrimina entre diferencias y similitudes.

Así, existe una estrecha relación entre confluencia y desensibilización:

puesto que el individuo busca evadir el reconocimiento de la excitación que

anuncia la aparición de la siguiente necesidad que debe ser resuelta,

suprime su percepción de esta excitación energética. “No se siente ninguna

necesidad, deseo, apetito o urgencia”

3.7. Fijación

Consiste en no ser capaz de dar el cierre post contacto, y permanecer ahí lo que

evita o detiene el cambio. La fijación es toda experiencia que se queda rondando y

molestando, es decir, quedarse con situaciones truncas reviviendo hechos pasados

y experiencias incompletas viéndolos siempre desde la misma perspectiva es

inflexible. Dos obstáculos de signo contrario pueden interferir en el proceso. El

primero es la obsesión o compulsión, que consiste en la necesidad rígida de

completar el viejo asunto inconcluso y que lleva a la rigidez consiguiente de la

configuración de figura-fondo, es un exceso de control, en donde no se toman

riesgos y solo se ve una figura. La interferencia opuesta es la Mentalidad Lábil, que

apenas da ocasión a experimentar lo que está ocurriendo, porque su foco es tan

fluctuante que no permite el desarrollo ni, desde luego, la experiencia del cierre.
3.8. Retención

Impide el proceso de aprendizaje o asimilación, tal que no se cierra el ciclo de

experiencia, y no se reposa. La experiencia queda inconclusa en el ciclo. Lo que no

permite el autodesarrollo, o el cambio. En la retención, parecería que uno tuviera que

saber forzosamente cuándo una secuencia de acontecimientos constituye una unidad

completa. En realidad, el comportamiento o cierre no funciona así: saber cuándo algo

está terminado requiere una considerable maestría en el arte de vivir. Si se precipita el

proceso de despegue, se aborta la continuidad normal que cada movimiento tiene con

el que le sigue; si lo retenemos, interrumpimos esa continuidad. La estrategia a seguir

sería aprender la diferencia que existe entre sostener una experiencia hasta el final y

estancarse en ella tratando de obtener algo más cualquier cosa más de una situación

terminada o agotada. Debemos facilitar el proceso de quedarnos con lo que nos nutre

y eliminar lo que es tóxico. Fluir es condición básica de la experiencia, de modo que si

uno puede permitir que cada experiencia alcance la realidad que persigue, se disipa a

su vez en el fondo, para ser sustituida por la experiencia inmediata que tenga fuerza

suficiente para irrumpir en el primer plano. Donde quiera que este movimiento sufre

interrupciones o se detiene, la vida se vuelve torpe, inconexa o vacía.

3.9. Filtraje
El filtraje trata de seleccionar o filtrar únicamente los aspectos negativos de una

cuestión y verlos como si fueran todo lo que hay. Es decir, aunque algo tenga cosas

positivas la persona que filtra no es capaz de verlas. Lo primero que destacan son todas

las cosas negativas de cada una de las situaciones en las que se encuentran. Además,

ya tienen una lista de cosas que no soportan y que pueden aplicar a las distintas

situaciones con las que se enfrentan. Parten de una visión negativa y tratan de

etiquetarlo todo para que encaje dentro de sus categorizaciones.


CONCLUSIÓN

La Terapia Gestalt aunque es una terapia centrada en el aquí y en el ahora, nos permite

capturar las emociones y vivencias que quedaron atrapadas en el pasado del paciente,

permite que este se conecte con ellas y se permita traerlas al presente para que tome

conciencia de la forma en que le están afectando y las resuelva, a fin de evitar que

parte de la energía sea utilizada para tratar de satisfacerlas o bien para tratar de evitar

actualizar la situación, logrando que se acepte y se valore como persona sana y digna.

Reconocer estos mecanismos de evitación, nos permite identificar cómo nos

relacionamos con nosotros mismos, con nuestras emociones, sensaciones, anhelos,

necesidades, pensamientos y también con los demás. Son formas de relacionarnos con

nuestras vivencias en la relación organismo-ambiente.

Una persona, al entrar en un proceso de terapia, aprende a sostener sus vivencias y a

necesitar menos de evitarlas. Así, por ejemplo, podrá sostener su enfado sin

desconectarse, usando la fuerza de este sin dañar a la otra persona.

No se deben vivir las resistencias como algo a vencer o un obstáculo, por mucho que le

frustren, debemos entender que son un indicador sobre las vivencias de miedo y dolor

que existen tras ciertas situaciones, por lo que nos facilitan entender que existe una

gran carga tras esa resistencia. Es por eso por lo que la forma de proceder, debe ser la
de “escuchar” a esa resistencia, ver por qué está ahí, y que necesitamos para poder

completar el ciclo de la experiencia.

BIBLIOGRAFIA

 https://psiquemc.files.wordpress.com/2013/09/manejo-de-las-rresistencias-

en-gestalt.pdf

 https://bcngestalt.com/2016/04/05/resistencias/

 http://www.cegesti.org/exitoempresarial/publicaciones/publicacion_157_1907

11_es.pdf

 https://www.psyciencia.com/clinica/la-explicacion-de-las-resistencias-desde-

la-psicoterapia-gestalt/

 http://psicologos.mx/como-se-desarrollan-los-mecanismos-neuroticos.php

 https://es.wikipedia.org/wiki/Mecanismos_de_defensa_gest%C3%A1lticos.

 http://www.tu-psicologomadrid.com/Terapia-gestalt-mecanismos.html

 http://psicologos.mx/como-se-desarrollan-los-mecanismos-neuroticos.php

 https://centropsinergia.wordpress.com/

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