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1. ¿Qué es la Lógica?
Existen importantes diferencias entre la Lógica Formal y la Lógica Informal, en especial, con
respecto a los objetivos, sin embargo, ambas tienen un mismo punto de partida. Ambas parten
del único punto de partida posible: el lenguaje cotidiano o lenguaje natural.
El propósito de la lógica formal es el establecimiento de conclusiones necesariamente
verdaderas, porque eso es fundamental para el desarrollo del conocimiento científico. Como
sabemos, la ciencia tiene que partir de ciertos principios verdaderos (axiomas) y, a partir de
ellos, descubrir otros principios, menos evidentes, que se deducen de ellos.
Para lograr esto, la lógica debe partir de premisas verdaderas y establecer ciertas reglas de
inferencia que nos permitan deducir consecuencias necesariamente verdaderas, es decir,
universales.
El lenguaje de la lógica formal es, además, extensional, es decir, a partir de aserciones simples
podemos, por combinaciones de ellas, formar expresiones más complejas.
P Q P^Q
V V V
V F F
F V F
F F F
La definición de la conjunción, por medio de esta tabla no es más que la sistematización del uso
cotidiano de la conjunción. Otra conectiva importante es la Disyunción. Por ejemplo, cuando
preguntamos: ¿tienes un billete de $1.000 o uno de $2.000? podemos considerar en qué
condiciones decimos sí o no.
Si tengo un billete de $1.000, diré que sí y si tengo un billete de $2.000, también diré que sí.
¿Qué pasa si tengo ambos? Seguramente diré que sí. Sólo diré que no, si no tengo ninguno.
Pero el uso de la disyunción es diferente al uso de la conjunción porque es más irregular, es
decir, admite casos diferentes. Por ejemplo, usamos la disyunción, cuando hay que elegir.
¿Quieres ir al cine o prefieres quedarte en la casa conversando? En este caso (disyunción
exclusiva), no es posible hacer las dos cosas.
En el caso anterior se podía tener una de las dos alternativas y también ambas (disyunción
inclusiva). De modo que la disyunción adolece de una ambigüedad que obligaría a tener dos
conectivas, pero esto resulta incómodo para la Lógica formal. La solución de los lógicos es
elegir una y definir la otra en términos de la primera.
Si las observamos bien, nos daremos cuenta que la única diferencia entre ellas es el caso en
que ambas alternativas sean verdaderas. Para la disyunción inclusiva en este caso, la
proposición es verdadera. Para la conjunción exclusiva, en cambio, este caso hace falsa la
proposición.
La solución, entonces es tomar la primera alternativa (disyunción inclusiva) y considerarla falsa,
cuando ambas alternativas sean verdaderas. De este modo podemos definir la disyunción
exclusiva haciendo uso la disyunción inclusiva, la conjunción y la negación. Es un proceso que
parece complicado, pero es claro si vamos paso a paso. Para eso, podemos comparar las
diferentes tablas.
Como podemos verlo en la tabla, la fórmula que hemos elegido es equivalente a la disyunción
exclusiva.
En otras palabras, la disyunción exclusiva de A y B puede ser definida en términos de la
disyunción, conjunción y negación. Es decir, se trata de una conectiva superflua.
Hasta ahora no hemos dicho nada sobre la Negación. En oposición a la conjunción y la
disyunción, la negación es una conectiva que se aplica sólo a una proposición. Si la proposición
es verdadera, la convierte en falsa y si es falsa la convierte en verdadera. Esto es lo que ocurre
en el lenguaje cotidiano, excepto que en el lenguaje formal la doble negación se anula; es decir,
si negamos una proposición que ha sido negada, la afirmamos. Por ejemplo, si decimos (P)
“Juan tiene una máscara roja”, entonces (¬P) dice que “Juan no tiene una máscara roja”; es
decir, es falso que Juan tenga una máscara roja; en cambio (¬¬P), dice que es falso que Juan
no tenga una máscara roja; es decir, Juan tiene una máscara roja. En otras palabras decir P es
lo mismo que decir ¬¬P.
Esto no ocurre de una manera regular en el lenguaje cotidiano. Muchas veces en el lenguaje
cotidiano usamos la doble negación para enfatizar la negación. Por ejemplo, “no, por ningún
motivo, te prestaré mi bicicleta”, no significa que te la prestaré. Por el contrario, se trata de un
no rotundo.
La última conectiva que analizaremos es el condicional, que se simboliza habitualmente por
medio de una flecha. (P→Q) significa que P es una condición para Q. Por ejemplo, “si nieva,
hace frío”.
Esta condición siempre se cumple en el sentido que sería muy raro que nevara y no hiciera frío.
El condicional, en efecto, es falso sólo en el caso en que el antecedente P sea verdadero y el
consecuente Q, sea falso. En todos los otros casos el condicional es verdadero. Por ejemplo, si
el antecedente es falso significa que no hay criterios para juzgar el condicional. Así, si no nieva
Por ejemplo, si “ser chileno es una condición verdadera para ser sudamericano” y si, además,
“alguien es chileno” es verdad, entonces podemos deducir que ese alguien es sudamericano.
En este caso estamos frente a un argumento deductivo y la conclusión es, por lo tanto,
necesariamente verdadera.
Estos argumentos funcionan si las premisas son verdaderos y los mecanismos de deducción
preservan la verdad de las proposiciones. En otras palabras, nunca puede ocurrir que las
premisas son verdaderas y la conclusión falsa. Otra manera de probar que este argumento es
falso es suponer que la conclusión es falsa y las premisas verdaderas. Así si Q es falsa
Para extender nuestro lenguaje y, por lo tanto, extender el alcance de los argumentos formales
que pueden ser aplicados a los contextos cotidianos, debemos preocuparnos ahora de los
cuantificadores.
Ya hemos visto que las proposiciones como “todos los hombres son mortales” refieren a una
clase de individuos. O sea, no sólo podemos referirnos a un individuo particular, como “Juan
tiene una bicicleta” sino a todo una clase de personas. También podemos referirnos a “algunos
individuos que cumplen una determinada propiedad”.
Así, “todos los estudiantes son deportistas” es una expresión que usamos en el lenguaje
cotidiano. Para que esta expresión sea verdadera debemos definer un conjunto, por ejemplo, un
curso de un colegio o un colegio entero o, incluso todos los alumnos del país y afirmar que a
todos ellos, sin excepción se les puede aplicar la propiedad de ser deportistas. En cambio,
cuando decimos algunos alumnos son deportistas, se puede producir una ambigüedad. Para
muchas personas, cuando decimos algunos alumno son deportistas, también queremos decir
que algunos no lo son. Para otros, en cambio, cuando decimos que algunos objetos tienen una
propiedad, no significa que otros no la tengan.
Consideremos diferentes contextos. En un caso, un profesor que observa a los alumnos en el
recreo, puede decir que algunos alumnos juegan fútbol y eso significa que otros no juegan,
puesto que el profesor puede observarlos a todos. En cambio, un científico que observa
determinadas bacterias, puede afirmar que las bacterias que él estudia transmiten una
determinada enfermedad. En ese caso, deberá decir que algunas bacterias transmiten dicha
enfermedad, pero él no sabe si otras bacterias que él no ha estudiado, también lo hacen. Por lo
tanto, en ese caso, algunas bacterias no significa que otras no lo hagan.
Un ejemplo más familiar lo proporciona Lipman. Él dice que si sacamos bolitas de una bolsa,
por ejemplo, tres bolitas y son todas rojas podemos decir que algunas bolitas son rojas, pero no
puede decir nada sobre las otras bolitas que no las puede ver, por lo tanto, podría ocurrir que
todas las bolitas son rojas. Es decir, en el lenguaje formal, cuando decimos algunos no
excluimos la posibilidad de que sean todos. El lenguaje formal toma este sentido de algunos y
Este argumento es incorrecto, porque el hecho de que algunos ajedrecistas fumen en pipa, no
se deduce necesariamente de las premisas 1 y 2. En efecto, no es contradictorio suponer que
ningún ajedrecista fume en pipa. El que esto pueda ocurrir refiere sólo a circunstancias
específicas, por ejemplo, nuestra particular experiencia. Pero no se puede excluir la
circunstancia es que esto no ocurra. Por lo tanto, no es así necesariamente.
De este modo, los argumentos formales pueden corregir nuestra experiencia y mostrar que es
limitada.