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Micaela Gudiño

Raúl Gustavo Aguirre (1983): Las poéticas del siglo XX.


El hundimiento de estructuras y valores sociales que se consideran definitivos, las consecuencias
patológicas de la difícil adaptación a una sociedad donde el ambiente artificial y la competencia
ocupan un lugar predominante, los conflictos originados en las grandes acumulaciones de capital
y de poder, sólo posibles en una sociedad de masas, todo esto coloca al hombre de nuestro tiempo
en una situación existencial. Dos actividades surgen de la poesía del siglo XX de esta situación:
a. La actitud destructiva, bajo los modos de la negación y el rechazo del mundo y la creación
en general o del mundo del siglo XIX en particular.
b. La actitud constructiva, que supone la edificación de nuevos ideales de vida y expresión
creadora.
Esta nueva responsabilidad que asume la poesía implica un cambio de actitud. La poesía ya no es
un medio para expresar bellamente una idea, no es arte al servicio de una verdad exterior; sino que
se le asigna el valor de medio de conocimiento, de revelación y develación.
Uno de los hechos más significativos entre los que testimonian los profundos cambios que han
venido ocurriendo en la poética a través del último siglo, es el retorno (o aparición) del lenguaje
coloquial, cotidiano, corriente, como lenguaje de la poesía. Como si los poetas hubiesen vuelto a
su contorno verbal cotidiano; pero, al mismo tiempo, se aleja para sumir modos de significación
específicos.
Las poéticas del siglo XX:
1. Simbolismo: Baudelaire, Mallarme, Rimbaud.
Las revoluciones europeas de 1848 señalan el momento culminante a la vez que el fracaso del
romanticismo como movimiento estético, político y social. La poesía ha comenzado a tener una
voz y esa voz es la del mal, que hace reaparecer, bajo un signo negativo, aquellas potencias que la
razón había rechazado como inquietantes y desintegradoras.
El simbolismo arriba a la conciencia de la autonomía de la expriencia poética y, en consecuencia,
del lenguaje poético. La función significante del sonido, de la tipografía, de la disposición de las
palabras en el espacio, la estructuración de una sintaxis tanto de la palabra como de las imágenes,
son otras tantas manifestaciones externas de esta profunda revolución que se centra en torno de la
autonomía de la experiencia poética y de la poesía como medio de conocimiento.
En el primer tercio del siglo XX la poética simbolista se extendió a otros países de Europa y de
América en dos aspectos característicos: la valorización de la palabra poética y la importancia que
se concede a la imagen como fundamento del poema. El modernismo de Rubén Darío, si bien
introduce frente a una exhausta retórica clásico-romántica una brillante renovación, ella se reduce
a los aspectos formales y de ajuste del lenguaje poético. Por eso, tal vez, en España e
Hispanoamérica, el modernismo retarda la aparición del simbolismo.
2. Futurismo: Marinetti.
La literatura futurista de comienzos del siglo XX contiene la importante afirmación de un nuevo
modo de expresión literaria: “las palabras en libertad”, es decir, desvinculadas de los nexos
sintácticos y de la puntuación.
En el Manifiesto técnico de la literatura futurista, Marinetti incitaba a la destrucción de la sintaxis,
al empleo del verbo en infinitivo, a la eliminación del adjetivo y el adverbio, de las expresiones
comparativas, de la puntuación, al empleo de los signos matemáticos y musicales y a la supresión
del yo en literatura. Las fórmulas “imaginación sin hilos” y “palabras en libertad” expresan bien
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la poética futurista. Por otra parte, los futuristas utilizaron intensamente la onomatopeya y, en
cuanto a la tipografía, emplearon diversos colores y distintos tipos y tamaños de letras en un mismo
poema.
La paradoja de este movimiento es que su poética no llegó a constituir en sí un hecho importante,
pero a la vez dio origen a varios importantes desarrollos, como el dadaísmo, en los que no se le
reconoció la paternidad.
3. Expresionismo:
Las primeras mafiestaciones de la pintura expresionista habrían de derivar pronto en la innovación
del arte “no representativo”, al qe se habría de denominar abstracto. Al hablarse de abstracción
para definir a la nueva pintura, queriendo decir con ello que se prescindía de la reproducción
objetiva de la realidad, de la que se abstraían determianods aspectos que el artista consideraba
suficientes para su trabajo, se quería señalar con ellos la preponderancia de lo subjetivo en el acto
creador y exaltar al artista no como mero imitador. En este sentido, el arte no copia la relaidad
servilmente, sino que crea una nueva realidad.
El lenguaje sufrió las siguientes transformaciones: la búsqueda del significado esencial de las
palabras derivó en el sentido de la síntesis, de la economía de la expresión, en la ausencia de los
nexos lógicos; en la depuración y afirmación del lenguaje poético.
4. Cubismo literario: Apollinaire, Huidobro.
Las manifestaciones de la pintura cubista datan de 1908. Una breve caracterización de la poesía
cubista implica: a) rechazo al realismo especular: una obra de arte vale por ella misma y no por las
confrontaciones que puedan hacerse con la realidad; b) eliminación del “tema” como núcleo del
poema, por lo tanto, el fragmentarismo, la elipsis o la yuxtaposición serán caracteres formales del
poema cubista; c) absoluta libertad en el contenido; d) humor o tono festivo, coloquial, cercano al
lector; e) libertad tipográfica: algunas veces se altera la disposición tradicional de los versos, se
escribe con mayúsculas, se mezclan cuerpos de letra o se suprimen signos de puntuación; f) el
poeta se expresa de una manera confidencial que hace al lector una especie de cómplice; g)
tendencia al realismo mágico: la realidad o el entorno, cuando aparece, es transfigurada mediante
un toque de imaginación o una observación fantasiosa.
5. Imaginismo: Hulme, Ezra Pound. EE.UU, Gran Bretaña.
En este movimiento nos hallamos antes un tratamiento directo del símbolo, sin divagaciones líricas,
lo que supone una rigurosa precisión en la palabra poética y también un ritmo regido, más que por
los acentos y la métrica del verso, por la música “interna” de las imágenes. Esto implica propugnar
absoluta libertad en la elección de tema y producir poesía difícil y clara, pero nunca oscura ni
indefinida.
6. Dadaísmo:
“Dada” no significa nada. Se trata pura y simplemente de la negación de todo arte y de toda
literatura, y de desarrollar hasta sus últimas consecuencias esta negación. El programa de Dada es
justament la ausencia de cualquier programa, ya que no reconoce ninguna teoría, ningún supuesto.
El antecedente inmediato de los dadaístas es el expresionismo, al negar la visión conformista del
mundo y proponer una actitud activamente creadora.
No obstante, ningún poeta digno de mención llegó a escribir en términos de incoherencia tan
absoluta, como algo producto del mero azar. Esto es debido al hecho de que existe diferentes
aspectos en los que sa apoya la significación (siendo no sólo en la adecuación semántica), lo que

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implica que la oposición de estructuras significativas convencionales también pueden derivar en


significación.
7. Creacionismo: Huidobro.
La paternidad de este movimiento se le asigna a Vicente Huidobro (1893-1948). Se considera que
la obra de arte debe ser una nueva realidad cósmica que el artista añade a la naturaleza y que el
valor del lenguaje de la poesía está en razón directa de su alejamiento con la realidad. Así,
Huidobro afirma en una conferencia que “la primera condición del poeta es crear, la segunda crear”.
El poema creado es un poema en el que cada parte constitutiva y todo el conjunto presentan un
hecho nuevo, independientemente del mundo externo, desligado de toda otra realidad que él
mismo. Este poema es algo que no puede existir en otra parte que en la cabeza del poeta; no es
bello porque recuerde algo, no es bello porque evoque cosas que se han visto y eran bellas. Es
bello en sí y admite términos de comparación. El libro Altazor (1931) es donde Huidobro afronta
la búsqueda de esa poesía que propone.
La predica de Huidobro se centró en un aspecto formal: el de la estructura de la imagen. Insistió
en que debía abandonarse la imagen tipo “especular” (propia de un espectador, de un sujeto pasivo)
para arribar a las imágenes creadas.
8. Ultraísmo:
Fue un movimiento que derivó del Creacionismo. Los axiomas básicos del mismo son: la poesía
puede poetizarlo todo y la poesía es imagen (y a imagen, ante todo, metáfora). Es así que el
ultraísmo tendió a la captura de los más puros elementos del poema: la imagen, la metáfora y la
supresión de sus cualidades ajenas o parasitarias: la anécdota, el tema narrativo y la efusión retórica.
9. Hermetismo:
Este movimiento apuesta a una revalorización de la palabra como determinante del poema, antes
que el significado, aunque no sin él. El hecho de que la palabra comunique de manera inmediata
y atrape lo poético es su inmediatez, resume la poética de los herméticos y la define como una
derivación del simbolismo.
10. Surrealismo:
El surrealismo es probablemente es movimiento literario y artístico de mayor significación en el
siglo XX, dado que, en cierto sentido, resume y abarca los movimiento que le precedieron a partir
del romanticismo.
El poeta, para los surrealistas, se muestra antes que nada como una conciencia crítica: es un no
permanente que denuncia toda forma de opresión, de represión de la vida, de conformismo, que
ataca todo orden cristalizado, que moviliza las energías sociales en un sentido siempre vital, es
decir, de interés primordial para la misma supervivencia de esas energías.
El documento de movimiento surrealista contiene los siguientes puntos esenciales: rechazo al
realismo; definición del surrealismo como “automatismo psíquico” por el que uno se propone
expresar el funcionamiento del pensamiento real; concepción de que todo los seres humanos son
poeta a partir del momento en que aceptan ponerse bajo las órdenes del subconsciente.
El surrealismo muestra siempre dos direcciones: por un lado, revelar el misterio de lo inconsciente
y, por otro lado, trastornar la realidad. No cabe duda de que su visión de la vida ni es nihilista ni
pesimista, ya que no sólo intuye en los seres humanos insospechadas posibilidades y trabaja para
revelarlas, sino que se esfuerza por facilitarles los medios para su realización. La actividad
surrealista converge en un tema central: la realización del hombre íntegro.
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11. Poesía política:


Bajo el título común de poesía política se trata de las llamadas poesía social, comprometida,
testimonial, didáctica, de masas, revolucionaria, realista, nacional, útil, inteligible, proletaria, etc.
Denominaciones todas que tienen en común la adjetivación de la poesía, es decir, no se contentan
con ella como algo sustantivo, válido por sí, suficiente en su propia existencia, sino que la quieren
calificar en el sentido de un obrar para algo.
12. Poesía experimental:
Bajo esta denominación nos referimos a la poesía fonética, la poesía visual y la poesía electrónica.
Así como la poesía fonética se funda en el sobredimensionamiento y la exaltación del lenguaje
como sonido, la poesía visual lo hace en la consideración de su aspecto gráfico, considerando que
la escritura se nos presenta antes que nada a los ojos. Por último, con poesía electrónica nos
referimos a poemas “escritos” por máquinas que consisten en experimentos para obtener textos
poéticos a partir de programas.

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