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las empresas
on: 23/05/2016En: Normativa, Noticias19 Comentarios
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El Reglamento Interno de Trabajo, siempre que no afecte los derechos mínimos del
trabajador, es una herramienta indispensable para resolver los conflictos que se llegaren a
presentar dentro de la empresa, y es tan importante que si no existiera, sería muy difícil
sancionar a un trabajador por algún acto impropio, puesto que no habría ninguna
sustentación normativa o regulatoria que ampare una decisión sancionatoria.
De acuerdo con el Código Sustantivo del Trabajo es obligación adoptar el reglamento interno
de trabajo:
Está obligado a tener un reglamento de trabajo todo patrono que ocupe más de cinco (5)
trabajadores de carácter permanente en empresas comerciales, o más de diez (10) en
empresas industriales, o más de veinte (20) en empresas agrícolas, ganaderas o forestales.
En empresas mixtas la obligación de tener un reglamento de trabajo existe cuando el patrono
ocupe más de diez (10) trabajadores.
La obligación de tener un reglamento interno de trabajo, aplica también para las personas
naturales que cumplan las condiciones contempladas por el artículo 105 del código
sustantivo, pues así se desprende de la lectura del artículo 194 del código sustantivo del
trabajo:
Se entiende como una sola empresa, toda unidad de explotación económica o las varias
unidades dependientes económicamente de una misma persona natural o jurídica, que
correspondan a actividades similares, conexas o complementarias y que tengan
trabajadores a su servicio.
En cuanto al concepto de permanencia de que trata el artículo 105 del código sustantivo
del trabajo, debemos remitirnos al artículo 291 del código sustantivo del trabajo que dice:
Carácter permanente. Se entiende que una empresa tiene carácter permanente cuando su
finalidad es la de desarrollar actividades estables o de larga duración, cuando menos por un
tiempo no inferior a un (1) año.
Los reglamentos que contemplen restricciones de edad para acceder a un cargo o empleo
o un trabajo deberán ser modificados, con el propósito de eliminar ésta o cualquier otra
limitante que no garantice condiciones de equidad. De igual forma, las convocatorias
públicas o privadas no podrán contemplar limitantes de edad, sexo, raza, origen nacional o
familiar, lengua, religión u opinión política o filosófica.
El reglamento interno de trabajo para que tenga validez y aplicabilidad, debe estar aprobado
por el ministerio del trabajo, más exactamente por la división de trabajo [Artículo 41 del
decreto 2145 de 1992].
Así lo dispone de forma expresa el artículo 116 del código sustantivo del trabajo:
Los patronos que realicen sus actividades en la capital de la República o que tengan
dependencias en varios departamentos deben presentar los proyectos de reglamento
directamente al departamento nacional del trabajo (hoy dirección regional del trabajo), y
Los demás patronos deben presentar los proyectos de reglamento a la respectiva inspección
del trabajo para su remisión al departamento nacional del trabajo.
Esto resulta especialmente grave por cuanto la empresa se queda sin la principal
herramienta para procurar una convivencia sana, un adecuado comportamiento y
desempeño de sus trabajadores.
Sin reglamento interno no habrá como manejar los conflictos que se presenten en la
empresa, y bien sabemos que los conflictos son inevitables en cualquier organización,
máxime si ésta está conformada por muchos trabajadores.
El reglamento no debe contener las reglas de orden meramente técnico o administrativo que
formule el empleador para la ejecución de los trabajos, ni normas distintas de las
mencionadas en el artículo 108.
Cuando la sanción consista en suspensión del trabajo, ésta no puede exceder de ocho (8)
días por la primera vez, ni de dos (2) meses en caso de reincidencia de cualquier grado.