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Fobia escolar: qué es y por qué se produce.

Cuando la gente piensa en las fobias, suele tener en mente la


imagen de alguien al que le da pánico hablar en público, o al que le
aterrorizan las arañas. Lo que pocos se imaginan es que un niño
pueda ser incapaz de asistir a la escuela por miedo. De hecho, los
trastornos de ansiedad en la infancia no son muy conocidos por el
público lego en la materia y normalmente no reciben la misma
atención que los trastornos en adultos.

De forma habitual, cuando un niño dice que no


quiere ir a la escuela, no le damos mucha
importancia, sencillamente porque todos hemos
dicho lo mismo alguna vez y… lo superamos. Puede
que los padres piensen que su hijo es simplemente
un niño tímido, y le dediquen unas palabras de
ánimo acerca de la auto-confianza, con expresiones del tipo “tú lo
que tienes que hacer es ir a lo tuyo e ignorar lo que digan los
demás” o “sé fuerte, yo creo en ti”. 

En la mayoría de las ocasiones, el trastorno se presenta


acompañado de síntomas físicos como vómitos o dolor abdominal.
Ante esta situación, los padres acuden al pediatra, quien estudia el
caso y trata de explicar los orígenes del mismo. Sin embargo, tras
varias pruebas, el médico normalmente llega a la conclusión de que
el niño está sano desde el punto de vista físico y recomienda a los
padres que visiten a un psicólogo o psicopedagogo.

A qué se debe

La génesis de este trastorno suele estar en el sentimiento de


seguridad que inspira a los niños su hogar y puede deberse a una
educación parental sobreprotectora, que ha desarrollado en el
pequeño un apego insano hacia el núcleo familiar. De esta forma, el
niño manifiesta ansiedad por separación cuando tiene que dejar su
entorno seguro, es decir, su casa y su familia.
En otros casos, el niño vive en un entorno familiar especial, porque
sus padres son practicantes extremistas de alguna religión, porque
no comparten los valores imperantes en el centro educativo o
porque llevan un estilo de vida negligente donde todo vale. El caso
es que, ante el choque que produce tener que formar parte de una
realidad muy diferente a la que se vive en casa, muchos niños se
sienten abrumados en exceso y desarrollan patologías de tipo
ansioso.

Pero también se puede presentar este trastorno como consecuencia


de una falta de estrategias para manejar la presión social que ejerce
el grupo de iguales o los medios de comunicación. En estos casos,
ante la sensación continua de fracaso y de no estar a la altura de
las expectativas de sus compañeros, los estudiantes, sobre todo
adolescentes, comienzan a buscar cualquier excusa de forma semi-
inconsciente para no ir a clase.

Por otro lado, cada vez más jóvenes llevan una doble vida, escolar
y virtual en donde adquieren personalidades tan distintas que puede
que prefieran quedarse en casa para ser ellos mismos y afronten la
realidad de acudir a escuela a relacionarse con personas con las
que no comparten los mismos intereses como un suplicio.

Cuándo se convierte en un problema

Si este trastorno de ansiedad social no se diagnostica a tiempo


puede convertirse en una fobia de tipo crónico y difícil de superar.
Por ello, es esencial prestar atención a una serie de síntomas
específicos que fueron presentados por Berg y que se describen a
continuación:

 Una dificultad grave para ir al colegio que frecuentemente


provoca ausencias prolongadas del medio escolar que
implican faltar a clase al menos una o dos veces por semana
a lo largo de un período mínimo de cuatro semanas.
 Una grave alteración emocional que incluye miedo intenso,
explosiones de mal humor, tristeza y/o quejas de sentirse mal
sin causa orgánica obvia cuando el niño o adolescente se
encuentra con la situación de tener que ir al colegio.
 Permanecer en casa con el consentimeinto de los padres
cuando se debería estar en el colegio (este criterio se cumple
en alguna fase del curso del trastorno).
 Ausencia de características antisociales tales como robos,
mentiras, vagabundeo, conductas de destrucción o conducta
sexual inadecuada.

La fobia escolar también es muy frecuente en niños con trastorno


de ansiedad generalizada, fobia social, trastorno obsesivo-
compulsivo o depresión.

Consejos para padres

La clave para superar este trastorno pasa por re-educar al niño para
que se desensibilice ante el hecho de acudir a la escuela cada día.
Para ello puede resultar de utilidad seguir estos consejos:

1. Cuando el niño tenga que quedarse en casa por prescripción


médica, se debe procurar no hacer de este hecho una
actividad divertida.
2. Estimula el compromiso de asistir a clase con premios
inesperados y sociales, no a base de castigos, ni premios
pactados.
3. Habla con el niño de los temas que le preocupan y hazle
saber que cuenta con el apoyo de padres y profesores para
superar el problema.

La fobia escolar es más fácil de superar cuando el alumno y los


padres cuentan con el apoyo necesario. Por ello, solicita una
consulta con un profesional de la psicopedagogía, como el
orientador del centro educativo al que asiste tu hijo, o los
responsables de absentismo escolar de tu comunidad. Ellos te
resolverán cualquier duda y te proporcionarán estrategias para
apoyar a tu hijo en su proceso de reeducación.

Jenny Guerra Hernández


www.facilmente.org

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