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Más vale prevenir que curar ¡y para eso hay que trabajar!

Por Enrique Zapata Siempre digo a las parejas que es natural, es hermoso que ellos
deseen ardientemente tener relaciones con su novia a medida que van creciendo en
unión y amor. Es como la comida, cuando se tiene hambre y se siente el aroma de la
carne sobre las brasas el deseo aumenta, y al fin, cuando todo está preparado, ¡cómo se
disfruta! Sin embargo, si no se espera y come antes de estar cocinada, lo que hubiera
sido riquísimo termina siendo de poco agrado. Lo mismo pasa con el sexo.

"Por favor, pastor, necesito hablar con usted", dijo un muchacho después de la reunión.
Más tarde, en el atrio de la iglesia, Juan me pidió si podríamos apartamos un momento
para hablar. Lo reconocí de un retiro donde él y su novia estaban dirigiendo al grupo de
jóvenes de su iglesia.

Observé que Ruth, su novia, no se acercó. Juan me dijo que ella sentía mucha vergüenza
y que no se animaba a hablar con nadie. Lo mismo, él creía que era urgente buscar
ayuda "porque los dos estamos mal".

"Hemos estado de novios cuatro años", continuó Juan, "con deseos de casamos, pero
primero por mis estudios y después por el bajo salario no hemos podido", comentó Juan.

"Fui muy cuidadoso delante de Dios al escoger mi novia y en ser un ejemplo delante de
otros. Sin embargo, últimamente hemos caído varias veces. No queríamos hacerlo, y
cada vez hemos sentido gran vergüenza y nos hemos arrepentido. Pero pasan las
semanas y otra vez caemos.

Hemos pensado en separarnos, pero sabemos que no es la solución. He renunciado al


liderazgo de la iglesia porque me siento hipócrita. Nos peleamos más,...andamos mal.
Ruth cree que Dios nos va a castigar y que no nos va a perdonar más, siendo que
conocemos la verdad y hemos caído de nuevo. ¿Qué podemos hacer?"

Pastoralmente, nuestra respuesta es vital. Hay muchos jóvenes en la misma situación;


docenas de ellos. Necesitamos encarar el problema de sexo agresivamente con nuestros
jóvenes. Siempre ha habido problemas con el sexo, pero en la actualidad nos
encontramos con un tremendo aumento de jóvenes que han tenido o mantienen
relaciones prematrimoniales. Podemos acusar a muchos factores: la televisión, la
pornografía, la vestimenta, la música, etc. pero una acusación acertada no resuelve la
situación. Podemos decirles que no deben hacerlo más, sin embargo ya lo saben; ese no
es el problema. Podemos recomendar que corten la relación. ¿Para que se repita con otra
persona? Ellos necesitan ayuda en cómo no caer, ayuda que los capacite para ganar la
batalla y que les permita establecer una relación exitosa. Necesitamos atacar
pastoralmente el problema antes de que ocurra, para evitarlo. Después será tarde y triste.
Necesitamos capacitarlos para la batalla real que van a tener con el león del sexo que
hay en ellos y con las tentaciones de afuera.

Muchos de nuestros jóvenes caen no por rebeldía sino por ser humanos, con presiones
reales que necesitan saber conquistar. Vamos a tocar dos partes fundamentales en dos
artículos separados: la prevención y la curación. Lo ideal es que podamos ayudar a
todos a prevenir sus problemas, y a ello debemos dedicamos con sabiduría. Sin
embargo, muchos vendrán a nosotros habiendo caído y con necesidad de ser
recuperados. En este número estudiaremos la prevención, y en otro hablaremos de cómo
curar a los que han caído.

DEFINIENDO LA PREVENCIÓN

Por un lado, es ver antes lo que puede pasar (y lo que pasará) y por otro, planificar y
hacer lo necesario para lograr lo que se desea y no lo lamentable.

La prevención tiene tres áreas fundamentales: 1. Dar comprensión del daño causado y
de los problemas reales de la relación prematrimonial, así como también el valor y la
importancia de esperar. 2. Dar pasos prácticos para ayudar a llegar al matrimonio sin
haber caído. 3. Fomentar un ambiente donde se faciliten y promuevan las prácticas
correctas enseñadas en la Biblia.

Estas tres áreas necesitan ser desarrolladas juntas en forma positiva y sabia. Nuestra
actitud necesita ser correcta.

La voluntad de Dios es que cada joven pueda llegar a usar su sexualidad para el
propósito ordenado por El mismo. Nuestro trabajo de prevención será ayudar a evitar el
uso incorrecto, que resulta dañoso al propósito ordenado por Dios.

Esta definición tiene más importancia de lo que aparenta. Debemos entender y poder
comunicar a nuestros jóvenes que el sexo es idea de Dios y fue creado para bendición
del hombre y no para su sufrimiento. El Gran Inventor supo qué cosas nos hacen mal, y
en su amor y sabiduría lo escribió claramente para evitamos problemas innecesarios. En
otras palabras, lo que deseamos no es restringir sino llevar al máximo el uso correcto.

Necesitamos recordar que hay una razón central por lo cual nuestros jóvenes no deben
pecar en el plano sexual: es porque Dios ha mandado "NO" a las relaciones fuera del
matrimonio. Cuando Dios ha dicho "No", entonces ya hay buenas razones. Debemos
ayudar a los jóvenes a entender la sabiduría y el amor de Dios para ellos en esta área.
He encontrado gran respuesta en los jóvenes cuando les he dado las siguientes razones;
siempre alguno se me ha acercado más tarde y agradecido por ayudarle a tomar en serio
la decisión de decir "no".

POR QUE ESPERAR

1. Riesgo real de embarazo no deseado. David nunca pensó que su único contacto con
Betsabé produciría un hijo. Todo joven necesita ser consciente de que cada acto sexual
conlleva el peligro de crear un embarazo, aun cuando estén "cuidándose". Como
muchas parejas han aprendido con lágrimas amargas, ningún método anticonceptivo es
seguro. Todos dejan una posibilidad.

En muchos casos, las parejas de jóvenes cristianos que llegan a las relaciones sexuales
no se cuidan por la razón de que, para ellos, el cuidarse implica preparar y planificar el
pecado. Prefieren caer", por razones de su conciencia, dando como resultado un índice
alto de concepción. Siempre hablan de una sola vez, pero la primera vez lleva a la
segunda, y...
Hace poco, en una reunión de jóvenes comenté que sin la consumación del coito, sólo
por el toqueteo mutuo, ha habido casos de concepción. Después de la reunión se me
acercó una chica que me dijo que justamente eso había pasado con ella. Sin penetración
se quedó embarazada. La primera vez que escuché esto fue del Dr. Wheat, en sus
excelentes casetes sobre el sexo.

Es algo que nunca he entendido, ¿cómo es posible que haya parejas casadas que no
puedan tener los hijos que desean, y sí los que están tratando de no tenerlos. Sin
embargo, se entienda o no, el hecho es que muchas chicas creyentes terminan con
frecuencia embarazadas con o sin las "prevenciones". Cada joven necesita contemplar
seriamente qué implicaría tener un hijo. Son muchos los que han descubierto que, por
no pensarlo antes, más tarde han tenido que pensar mucho en cómo anunciar y vivir la
llegada de ese bebé, o en matarlo y cubrir el pecado mediante el aborto.

El drama que crea en la mente y vida de la chica el tener un aborto es tremendo. Saber
que ellos mataron su hijo y después, al caminar por la calle y ver a un niño de la misma
edad que su niño tendría y recordar con angustia que su novio la presionó para matarlo,
es terrible. Por otro lado, las infecciones y problemas físicos producidos por abortos mal
hechos, además de la situación engorrosa, a menudo resultan en la imposibilidad de
tener hijos cuando se casen, y en algunos casos, la misma muerte de la madre.

La concepción no es broma, como miles de chicas adolescentes de toda Latinoamérica


han descubierto. Nunca podrán ser iguales, y todo por media hora de placer.

2. Problemas sexuales en el matrimonio. Durante una clase de psicología pastoral, mi


profesor comentó que él acostumbraba siempre a preguntar a la pareja que trae
problemas de frigidez, si tuvieron relaciones prematrimoniales. Casi sin excepción, la
respuesta era afirmativa. En mi práctica pastoral he comprobado lo mismo. Cuando es
así pregunto al hombre: ¿Como era tu novia antes de tener relaciones sexuales? ¿Era
cariñosa, dada y disfrutaba de tu cariño? Casi siempre contestan: "sí, mucho". Entonces
pregunto: "¿qué pasó entonces?" Generalmente contestan que ella cambió. Allí les
explico lo siguiente: Tu novia te amaba, te respetaba y lo demostraba con su cariño y
afecto aun en el aspecto físico. Ella, confiada, había puesto su tesoro más valioso en tus
manos, convencida de que la amabas v que ibas a cuidarla y apreciarla, y que no la
usarías. Tal vez ella no se dio cuenta que su afecto despertaba en ti el deseo físico y tú
lo tomaste por otro lado. El resultado es que ella se sintió usada, ensuciada, que su
confianza había sido abusada. En su profundidad, produjo menosprecio y hasta te odió
por ello. Por otro lado, se siente emocionalmente unida por haber compartido lo más
íntimo de su vida. En su interior, también siente miedo de que otro hombre no la acepte
cuando llegue a conocer lo que pasó. Entonces, con este conflicto interior busca el
matrimonio como medio de seguridad, pero en lo más profundo de su ser te rechaza.
Una vez casada, ella se cierra en su intimidad, dando como resultado frigidez."

Siempre cuento esto a los jóvenes, haciéndoles ver que es más importante tener 40 o
más años de felicidad sexual en el matrimonio, que sacrificar eso por unos pocos
momentos de placer en el noviazgo.

Veamos también las diferencias y responsabilidades. La mujer es muy diferente al


hombre. A ella le gusta el cariño y el afecto sin unirlo al sexo. Tiene que haber
experiencia sexual previa y/o todo un tiempo preparatorio para que ella "entre en clima"
de deseo sexual. Para el hombre es muy difícil estar besándose y acariciándose con una
mujer sin que se despierte el deseo sexual enseguida en él. El hombre cristiano necesita
aprender que es su rol (y no el de la mujer, como todo el mundo dice) ejercitar dominio
propio y respetar a su novia. Es un fracaso grande cuando la novia tiene que frenar con
un "no" al novio.

Por su parte, nuestras chicas también necesitan aprender que el hombre es diferente a
ellas. Muchas veces, incitan al hombre al descontrol por su forma de vestir, de tocar y
mostrar afecto. Lo que para ella puede ser afecto puro, despierta una gran pasión en el
hombre. No es que él sea "un bruto", sino que fue creado de una forma diferente. Ella
necesita entender eso. Ha sido interesante hacer escribir a los muchachos de un grupo
sobre la vestimenta y las cosas que ellos encuentran provocativas y luego, compartirlos
con las chicas. ¡Grandes han sido las sorpresas!

3. El placer sexual no es un mero acto sino una habilidad desarrollada. Todos los
matrimonios que disfrutan el verdadero placer sexual en pareja han encontrado que
requiere tiempo y una ambientación correcta el desarrollar la relación sexual para que
sea realmente placer y una unión profunda; no es un mero acto de animal.
Lamentablemente, cuando los novios juegan con el sexo, en la mayoría de los casos, la
experiencia para la mujer es tan desagradable que toma negativa su actitud por años y
algunas veces, para siempre.

El hombre, muchas veces siente que ha fracasado como tal, porque no ha "podido con
su novia", como vio en alguna película o libro pornográfico, o como sus amigos dicen
que lo hacen. Esto le crea trastornos en su auto imagen. El resultado trágico para
algunos es que después, por el miedo, tienen dificultad en desarrollar una legítima
relación sexual con su pareja.

El acto matrimonial necesita un lugar seguro (donde puedan estar con confianza, sin
miedo), necesita tiempo (sin apuros, para ir aprendiendo juntos), aprobación interior
(donde cada uno sienta que están haciendo bien, no algo incorrecto), responsabilidad
(cuando sepan que si hay fruto de la unión varia poder asumirlo) y amor (cuando se
busca el bien del otro). Sin estos elementos, no es posible desarrollar una relación
sexual profunda y agradable, tanto para la mujer como para el hombre. Sólo dentro del
matrimonio son provistos estos elementos. ¿Por qué sacrificar años de placer por unos
momentos de baja calidad?

4. Pérdida de confianza y desarrollo de celos. Cuando una persona casada me consulta


sobre su problema con celos, trato de averiguar si tiene alguna buena razón o evidencia
para pensar eso. Si esa razón no existe, pregunto si tuvieron relaciones
prematrimoniales. Casi siempre la contestación es "sí", o al menos tuvieron muchas
luchas sobre el tema.

La razón es sencilla: cuando una persona ha visto que su novio/a, contra todo su deseo y
amor, resistía la tentación sexual, sabe que esa persona también resistirá la tentación
momentánea que llega desde afuera. Pero si no ha habido control y la persona que ahora
tiene celos debió poner freno, la base de confianza ha sido destruida y la semilla de
duda ha sido plantada. La persona siente que si no pudo dominarse conmigo, tampoco
lo podrá con otra. En su interior brota miedo y desconfianza, que dan lugar a sospechas
y celos.
Muchos maridos se han quejado de los celos falsos de sus esposas, cuando ellos fueron
los que sembraron abundantemente la desconfianza en ellas. El novio sabio nunca hará
que su novia tenga razón de dudar de su dominio propio.

5. La adicción sexual. Muchos se han dado cuenta tarde del poder adictivo del sexo
prematrimonial. Como con las drogas, el comienzo es fácil, pero la liberación difícil.
Siempre comenzó con un beso, después dos, un abrazo, la caricia, después... Hay una
ley muy sencilla en el mundo de los estímulos y es la siguiente: cada vez se requiere
más estímulo para mantener el mismo nivel de placer. En las relaciones sexuales o
presexuales, las personas buscan formas para mantener y crear placer. Muchas de las
perversiones y problemas sexuales salen de este principio.

Toda pareja tiene que luchar contra este proceso en la etapa de noviazgo. Es
fundamental poner un límite lejos de la consumación sexual, donde sea fácil frenar el
proceso. Mientras más envión o inercia haya en el área del estímulo, más difícil será
terminar bien; al mismo tiempo, la adicción crea más sed de pasión. Hablando con
jóvenes que tuvieron relaciones, la primera vez por curiosidad sexual y no por pasión
sexual, su primer encuentro fue por curiosidad, "para probar"; luego encontraron que
dominaba su mente y sus deseos a tal punto que ya no podían tener relación con
cualquier otro joven del sexo opuesto sin pensar en eso. Muchos novios encuentran que
sus vidas empiezan a girar alrededor de lo físico, dejando casi de hablar y de
desarrollarse en las otras áreas de su relación. Pronto ven que a su pareja le están
faltando elementos básicos. Es el comienzo del fin.

La muy jactanciosa libertad sexual que los investigadores sobre el sexo y sus discípulos
insisten en que compartimos, va a convertirse en una nueva esclavitud... En el centro de
la nueva ideología hay una metáfora mal colocada... Es la idea de que el sexo es una
"fuerza biológica", una energía impersonal, una de las presiones coercitivas de la
naturaleza que existen, le guste o no al hombre....

A medida que se estudia lo investigado en la conducta sexual animal y humana se hace


claro que esta noción de sexo como fuerza biológica es seriamente inadecuada y aun
engañadora, especialmente cuando se la aplica a seres humanos. La posibilidad más
probable es que la conducta sexual humana esté en la naturaleza de un hábito, apetito o
aun adicción adquiridos.

La motivación sexual se cultiva en grado sumo. Podríamos, por lo tanto, de


condicionarnos progresivamente y en forma considerable reducir nuestros deseos
sexuales si quisiéramos. En una sociedad aparentemente resuelta a desarrollarlo a su
nivel más intenso, esto podría no ser fácil, pero ciertamente posible...

La idea de la "fuerza biológica" anima a la gente a desarrollar el apetito y a la vez,


provee una excusa para negar (desconocer) su responsabilidad en eso. De aquí, que hoy
tenemos adictos al sexo y todas las ansiedades del nuevo estilo.

Si vamos a ser realmente liberados... entonces debemos desarrollar una forma de


pensamiento sobre el sexo que lo vea encajado en un contexto personal. (Derek Wright,
de The New Tyranny Of Sexual Liberation)

6. Enfermedades transmitidas por el sexo.


Todo el mundo habla del problema del SIDA, para lo cual únicamente existe una
vacuna segura: el sexo única y exclusivamente con un cónyuge sano toda la vida. Pero
si bien esta enfermedad es "imparable", hay otras que son mucho más fáciles de adquirir
y muy dañinas, con dolor y trastornos en las personas y hasta en los hijos. Por ejemplo,
la Chlamydia. Millares de personas tienen este germen, que en muchas ocasiones no
presenta síntomas visibles y muchos ignoran que lo poseen pero que puede llevar a la
infertilidad, tanto de uno como de otro miembro de la pareja, y, en ocasiones, causar la
muerte del feto. A veces infecta los ojos, los oídos y pulmones del bebé o desemboca en
su muerte posterior. La Gonorrhea o Blenorragia, que muchos creían desaparecida con
el descubrimiento de la penicilina; sin embargo, está en aumento con variantes
resistencias a los tratamientos. Herpes genital, sin curación aún; miles sufren esta
enfermedad, que puede ser devastadora emocionalmente. Muchas mujeres sienten culpa
y suciedad, como resultado de ella. Se estima que 80% del cáncer genital proviene de
ella.

Y podríamos seguir con las otras 24 clases, cada una con un drama diferente; sin
embargo, lo importante es saber que el riesgo es real y grande, con las enfermedades
transmitidas sexualmente.

En una encuesta que hicimos en Buenos Aires, encontramos que el 30% de las
jovencitas creyentes solteras y el 50% de los varones habían tenido relaciones sexuales.
Muchos de ellos lo habían hecho con más de una persona, especialmente entre los que
se habían convertido durante su juventud. Más de uno habían tenido contacto con
prostitutas, quienes suelen tener algunas de estas enfermedades. Generalmente se piensa
que con medicamentos es posible la cura total, sin embargo, varias de ellas han quedado
sin remedio efectivo y otras permanecen escondidas, sin síntomas visibles, hasta que
más tarde se comprueba que el daño interior y permanente ha sido hecho.

7. Ser activo sexualmente antes del matrimonio reduce la probabilidad de llegar o


permanecer en el matrimonio.

"Después de haberlo hecho, a la mañana siguiente, me sentí confundida e insegura;


entonces fui a ver mi novio. Encontré que él había cambiado; no quería hablarme, me
trató mal y me dijo que no quería verme más".

No todos los primeros encuentros terminan así, pero miles de chicas lo han vivido. El
caso de Amón y Tamar es un ejemplo bíblico de esto. (2 Sa.13.1-14) Otros siguen un
tiempo más con las tensiones, la desilusión y la concentración en lo físico. Una vez
iniciada la actividad sexual antes de desarrollar otros aspectos de la relación,
generalmente trae dificultades para lograr esto último. La pasión sexual lleva a
concentrarse en lo físico, que es la parte que menos asegura el éxito matrimonial.

Los que sobreviven a esta segunda etapa encuentran que la batalla no ha terminado. La
mayoría terminará en divorcio y las razones son múltiples: culpa, celos, frigidez, falta
de habilidad en resolver problemas, falta de desarrollo de una relación íntegra. etc. Si la
pareja no desarrolló dominio propio, hábitos de resolver problemas correctamente, amor
y preocupación por el otro, le queda, poca esperanza para el matrimonio. Después,
como no tienen estas áreas cultivadas, fallan en la comunicación, el compromiso, el
amor que les ayuda a resolver los problemas exitosamente. Sin arreglo espiritual
profundo, el matrimonio, generalmente, se desintegra. Ellos no lo querían así pero no
pudieron escapar a las consecuencias de sus actos y faltas. No lo quisieron pero lo
facilitaron.

8. Culpa. Varios me han confesado que su sentido de profunda culpa y suciedad


destruyó su relación con Dios, su auto-imagen, la frescura de su propia vida. ¡Cuántos
han llorado delante de Dios, no una sino docenas de veces y por años, sin encontrar
alivio al tormento de su conciencia y del Acusador de los santos! Cuando han perdido
su comunión con Dios y esa relación vital, sienten que están condenados a ser
ciudadanos de segunda categoría para siempre. Se identifican con Esau, pensando que
no hay solución para ellos. Algunos se pierden, como resultado, en las drogas, el sexo
desenfrenado y hasta en el suicidio. Un estudiante escribe: La gente puede también
promover una pasión libre, sin impedimentos en el matrimonio si se abstienen de sexo
prematrimonial. La pasión expresada en un despertar físico y excitación emocional es
mucho el resultado de las actividades mentales del momento. Nada es más desalentador
para la pasión de uno que tener que luchar batallas mentales cada vez que se aproxima
el acto sexual. Hacer que el acto sexual esté ligado a la culpa en las emociones
personales de modelos de sexo prematrimonial es como sacar el tapón de un recipiente
de agua. La alegría se escurre, es robada por el sentimiento opresivo que impone la
culpa. Tener que luchar contra restos de recuerdos o un mar de caras del pasado saca
totalmente la energía mental que debería reservarse para disfrutar el momento.
Abstenerse del sexo prematrimonial evita tales batallas y permite libertad y placer. (Del
libro de Josh McDoweIl - Por qué esperar)

9. Miedo. Hay miedos que florecen. La hija de un pastor me confesó que vivía
aterrorizada, temiendo que al salir algún tema de conversación relacionado con el sexo
alguien vería su vergüenza. Otras no quieren ir al médico cuando lo necesitan por miedo
a ser descubiertas.

Recordemos también el miedo a ser abandonada, que es un miedo justificado, siendo


que, como hemos dicho, sucede a menudo. La muchacha piensa que por seguir diciendo
"sí", no lo perderá; sin embargo, su culpa, su ira contra él aumenta y se manifiesta en las
conversaciones, los paseos, etc. El único lugar donde están bien es en la cama. Los días
están contados para tal pareja.

10. El Juicio de Dios contra el pecado. No podemos burlarnos de Dios ni escondemos


de El, como algunos lo han comprobado con amarga tristeza, y como 1 Tesalonicenses
4.6 enseña claramente, hablando del pecado sexual: ..."que ninguno agravie ni engañe
en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos
dicho y testificado". David encontró esto en su propio cuerpo, "Mientras callé, se
envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó
sobre mí tu mano. Se volvió mi verdor en sequedades de verano". (Sal. 32.3, 4).
Después, por años, sufrió con los problemas resultantes en su familia. Dios no juega con
el castigo a los pecados sexuales, y el joven sabio debe saber esto y no jugar con el
sexo. Si ésta fuera la única razón por la cual las personas deben obedecer a Dios en este
punto, sería suficiente razón e igualmente la más tremenda. Las otras bien pueden ser
algunas de las formas del castigo de Dios.

A través de cientos de conversaciones con jóvenes he encontrado otros problemas y


dificultades que vienen por actividad sexual prematrimonial; en mi archivo hay docenas
de páginas de documentación hasta del mundo secular que muestra la sabiduría de Dios
en lo que El ha mandado, pero sigamos con la segunda parte.

PASOS PRÁCTICOS PARA NO CAER

Como pastores, líderes y padres siempre debemos hablar de uno y otro punto: el por qué
esperar y cómo hacerlo. Si no hablamos de los dos, entonces tendremos problemas.
Recordemos que nuestro mundo ha cambiando mucho en los últimos 20 años. Si el
joven trabajará en el cómo no caer, deberá ser convencido de que hay razones buenas y
fuertes para hacerlo; hoy la televisión, la calle, el colegio, el psicólogo, todos están
diciéndole "hágalo, es natural, es bueno, es divertido", "reprimirte te va a hacer mal",
"no seas tonto".

El joven necesita buenas convicciones si aspira ganar la batalla. Una vez asumidas las
convicciones, necesitará las herramientas para batallar o terminará fracasando.

1. La sensibilidad y el deseo sexual en sí no están mal, son naturales y un tesoro que


debe ser guardado para disfrutarlo al máximo en su tiempo. Siempre trato de ayudar a
los jóvenes a ver al sexo como un don de Dios, cuyo propósito es traer bendiciones y
placer, pero es frágil y requiere un empleo correcto. Es entonces cuando deben mirar
adelante, para cuando puedan hacerlo lícitamente; asimismo, deben aprender que
pueden arruinarlo todo si no ponen el cuidado que los lleve por el camino recto y bueno.

Siempre digo a las parejas que es natural, es hermoso que ellos deseen ardientemente
tener relaciones con su novia a medida que van creciendo en unión y amor. Es como la
comida, cuando se tiene hambre y se siente el aroma de la carne sobre las brasas el
deseo aumenta, y al fin, cuando todo está preparado, ¡cómo se disfruta! Sin embargo, si
no se espera y come antes de estar cocinada, lo que hubiera sido riquísimo termina
siendo de poco agrado. Lo mismo pasa con el sexo.

El apreciar con gusto la comida es un don de Dios, ¡qué triste sería tener que comer sin
ningún placer! Pero qué pena cuando no hay control en la comida; exceso de peso,
problemas de salud, dificultad en moverse y mala apariencia son los resultantes. Así
también con el sexo: es un don de Dios pero su uso incorrecto, fuera de los propósitos
de Dios, lo toma un pecado contra nuestro propio cuerpo (I Co. 6.12-20).

2. Preparar el campo. Proverbios 24.27 dice: "Prepara tus labores fuera, y disponías en
tus campos, y después edificarás tu casa". Un hombre debe preparar primero su medio
de vida antes de fundar su familia. La primera concentración del joven deberá ser
prepararse para ganar su pan y, después, prepararse para casarse. Por su parte, I Co. 7.9
dice que mejor es casarse que quemarse. Como dijimos antes, es natural que crezca el
deseo para la unión total; no es natural que una pareja esté juntos 3, 4, 5 o 6 años sin
unirse, por eso es tan común caer cuando se extiende el noviazgo. No es aconsejable
entablar una relación seria si no hay posibilidad de casarse en un tiempo razonable.

En nuestra cultura, la vida social independiente comienza a una edad cada vez más
temprana. Ya son muchos los lugares donde los jóvenes salen a divertirse solos mucho
antes de los 18 años. La iglesia de be promover una actitud correcta en este sentido. He
visto y escuchado muchos padres que están preocupados porque sus hijos de 15 o 16
años no tienen su novia y muchas son las bromas, directas e indirectas, sobre el tema;
todos ponen presión sobre el joven que, por su edad, ya es sensible a esto. ¡Qué gran
error! El joven comienza a pensar que él es anormal, y las charlas con sus compañeros
de colegio aumentan la presión. Serios estudios demuestran que, mientras más joven
alguien comienza a salir, más probable es que termine teniendo relaciones sexuales
prematrimoniales; es lógico, no tienen la madurez necesaria para enfrentar las presiones
y tentaciones. (Brent Miller y Terrence Olsen, en un estudio sobre 2.400 jóvenes).

No podemos separamos completamente de las influencias del mundo, pero no debemos


insinuar ni alentar las parejas demasiado jóvenes. Necesitamos cortar muchas de las
bromas de los adultos. Si algo debemos hacer es prepararlos correctamente para su
futuro en pareja. Conozco jóvenes que por estar jugando durante su adolescencia, hoy,
cuando deberían ya estar casados, no pueden hacerlo porque no tienen el empleo que se
los permita. ¡Qué triste! ¿verdad?

Hay que dar prioridad a que los jóvenes inviertan su energía y esfuerzo en preparar su
campo para poder formar su hogar. Necesitamos alentarlos a concentrarse en el
desarrollo de su persona y de su vida para que, después, puedan disfrutar correctamente;

3. Cásense cuanto antes puedan. Si uno ha esperado, como hemos recomendado hasta
tener "su campo preparado" para entonces buscar una novia, cuando haya encontrado la
persona correcta y esté seguro de ella deben empezar a planificar el casamiento. Esperar
es disponerse a la tentación innecesariamente.

Emilio era un joven excelente de 28 años, con un buen trabajo y deseos de casarse. Sin
embargo, iba pasando el tiempo y no lo hacía. Sentía la presión y la lucha, sin embargo,
todavía- no habían podido comprar todas las cosas que necesitaban para su futuro hogar,
por lo que "no podían casarse", pensaban. Emilio compartió conmigo la lucha que
estaban teniendo en mantener la pureza de la relación.

-¿Tus abuelos tenían heladera, lavarropas, electricidad, etc. cuando se casaron?-,


pregunté.

Me miró un poco sorprendido y dijo: -No.

-¿Piensas que eran infelices cuando se casaron hasta que los consiguieron?-.

-No creo-, me contestó.

Con una sonrisa le dije: -El problema es que eres materialista y das más importancia a
cosas secundarias que a lo principal. Tus abuelos, y a lo mejor tus padres, se casaron sin
todas esas cosas y, poco a poco, luchando juntos, las consiguieron. Parte de la alegría de
la pareja es luchar juntos para avanzar. Tú estás tratando de comenzar donde ellos
llegaron después de años de lucha juntos.

No vas a ser ni más ni menos feliz por tener un lavarropas. Por supuesto, el trabajo será
un poco más fácil. Sin embargo, para escapar a ese trabajo adicional estás poniendo en
peligro tu pareja y exponiéndote a caer. Cuando yo me casé no tuve ni lavarropas, ni
heladera, ni un montón de cosas, sólo una cama y una mesita con dos sillas. Hice dos
mesas de luz con cajas de manzanas que usábamos también como sillas cuando alguien
venía a visitamos. Recuerdo cuando Fernando, un estudiante de medicina, vino en
subterráneo (metro) con dos sillas para que pudiéramos comer sin tener que sentamos en
las cajas. Poco a poco pudimos ir comprando cosas, pero ¡cómo disfrutamos y
aprendimos en esos primeros meses y años!-.

Emilio, y la que es hoy su esposa, agradecieron mucho el ser ayudados a ver así las
cosas. Nunca debemos alentar a los jóvenes a casarse sin trabajo o medios para
sostenerse. Sí necesitan ayuda para casarse cuando puedan y no para cuando tengan
todo.

4. Definir límites y convicciones antes de llegar a los problemas. ¿Quién puede resistir
el momento de pasión, si no tiene bien definido sus límites y convicciones? Es necesario
pensar y establecer de antemano esto, y los padres deben tomar tiempo deliberadamente
y tratar estos temas difíciles. Casi siempre, cuando una pareja ha tenido problemas en
este punto, ante una pregunta mía han dicho que sus padres no hablaron del tema con
ellos. Es raro encontrar un joven cuyo padre le haya hablado algo, y es raro también que
las jovencitas hayan escuchado algo más que de su menstruación... Después los padres
se preguntan: "¿Cómo pudo hacer esto mi hija? Recuerdo aquella persona que en su
niñez no entendía por qué en la iglesia predicaban tanto contra el adulterio; como niña
pensaba que adulterio era tratar de ser adulto, jamás le habían explicado el término,
¡pero sí le predicaban sobre eso!

Los niños reciben mucha instrucción práctica hasta la edad de 7 a 8 años, de allí en
adelante los padres, generalmente, dejan de instruir en forma práctica. El niño necesita
ser instruido en forma creciente, no sólo en qué debe hacer sino por qué debe hacerlo,
especialmente al entrar en la 'adolescencia. Es cuando está en el proceso de hacer sus
propias "reglas de juego"; él desafía y pregunta para lograr un entendimiento propio.
Cuando sus padres, por vergüenza o pereza, evaden el tema, el niño aprenderá en la
calle y mal. Después nos lamentaremos pero es por nuestra falla al educarlo.

Como pastores debemos alentar a los padres a hablar con sus hijos estos temas como
también guiarlos en cómo hacerlo. No es mala idea tener un grupo de estudio para
padres. La razón por la cual la mayoría tiene problemas en hablar con sus hijos, es que
sus padres nunca hablaron con ellos ¡y no saben cómo hacerlo!

-Mamá, ¿tuviste relaciones cuando estabas en el colegio?-, preguntó una hija


adolescente a su madre, quien era una nueva creyente.

Por un momento, la madre dudó en qué contestar, pero se decidió por la verdad
dolorosa.

-Si hija, las tuve-.

-¿Que pasó, te gustaron?-, preguntó la hija.

Otra vez la pausa, la duda, y la verdad:

-Debí tener un aborto-, contestó, y le contó todo el dolor y el desastre en que resultó esa
experiencia.

Cuando la madre terminó, la hija, agradecida, dijo:


-Ahora sé con quién debo hablar si tengo preguntas o problemas-.

A través de buenos libros también podemos ayudar para un conocimiento mayor.


También las charlas o conferencias de personas capacitadas son importantes en
campamentos y programas de jóvenes. Siempre necesitamos asegurarnos de antemano
la posición de quien abordará el tema. Algunos han sido más influenciado por Freud que
por la Biblia, resultando en posiciones conflictivas. Sin embargo, muchos médicos y
sicólogos cristianos pueden ser de gran ayuda.

Hay que recordar: ¡Las convicciones sólidas devienen de la información sólida y


convincente! Y las convicciones sólidas son la base de las decisiones duraderas; sin
ellas, fácilmente, las decisiones cambiarían en los momentos de emoción.

5. Tres acciones necesarias para la victoria sobre las pasiones juveniles. 2Ti. 2.22

"Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con
los que de corazón limpio invocan al Señor".

A. La pasión sexual es fuerte y seductora, uno no puede jugar con ella sin tener
problemas. Es natural disfrutar los cariños y besos, pero quien haya tomado la decisión
de no caer tendrá que evitar que estas situaciones se prolonguen. También hay que huir
de la basura de la pornografía de revistas, libros y películas que despertar la pasión y el
deseo. No hay forma de que uno pueda estar viendo estas cosas sin aumentar la- lucha
en la mente y el cuerpo. La mente es el más grande órgano sexual.

Es notable que la mayoría de jóvenes que tuvieron relaciones, la primera vez fue en casa
de uno de ellos y, generalmente, de tarde. Los padres no estaban, y... lo natural ocurrió.

Los padres deben cuidar de no proveer la oportunidad. No es que los jóvenes


planificaran caer y estuvieran pendientes de la salida de los padres para tener relaciones
(algunos, tal vez, sí). La mayoría de las veces no lo planearon, sólo querían estar solos.
Incluso se sentirían ofendidos si sus padres insinuaran que ellos estaban buscando la
ocasión. Es que ellos mismos no conocen bien el poder y la dinámica sexual propios.
Los padres sabios, entonces, no acusan sino que evitan en una forma sabia el proveer
para la carne en sus hijos.

Sin embargo, no podemos siempre cuidar nuestros jóvenes, no es nuestro trabajo ser sus
policías sino ir formándolos y enseñándolos. Necesitan que hablemos honestamente del
poder sexual y de la necesidad de huir de situaciones propicias para caer. El joven debe
entender que es responsable de no proveer para la carne si quiere alcanzar la victoria.

B. Seguir la justicia, la fe, el amor y la paz. La vida no debe ser "sólo huir" sino también
lograr y crecer en el bien. Gálatas 5.16 dice: 'Andad en el Espíritu y no satisfagáis los
deseos de la carne". Sobre todo una relación profunda y creciente con el Señor
Jesucristo resultará en bendición, riqueza y poder para vivir correctamente. Aparte de El
nunca habrá buen fruto.

La tendencia natural de toda pareja es abandonar todas sus actividades y amigos,


concentrándose en ellos mismos. Sin embargo, hacer esto es reducir su probabilidad de
tener una pareja exitosa. Al comienzo tienen "diez mil cosas" para compartir que "nunca
han contado a otro" y esto es hermoso. Con el tiempo, esas cosas se terminan y para
compartir sólo queda, aparentemente, el cuerpo. Es vital que toda pareja aprenda a
buscar el bien, el crecimiento y el servicio significativo si buscan mantener una relación
vital. Es en este punto que tantos casados fracasan, terminando en una pareja aburrida y
sin vida, por no buscar nutrimento apropiado. Muchos se concentran en lo físico para
llenar su vacío y las carencias personales, pero terminan con un peor sentido de vacío y
de baja autoestima.

C. "Con los que invocan al Señor con un corazón puro." Hay que huir, hay que seguir,
pero, en tercer lugar hay que hacerlo con otros que tienen ambiciones espirituales. "Las
malas compañías corrompen las buenas costumbres." (I Co. 15.33). Las buenas
compañías ayudan.

Siempre hay que recomendar a las parejas que eviten la tendencia tan natural de estar
solos por mucho tiempo y sí estar con otros haciendo cosas buenas. Frente a una pareja
señalo el primer año de casado, según el ejemplo del Antiguo Testamento de tomar un
año donde el hombre queda en casa para alegrar a su esposa y no antes. En muchas
iglesias he visto jóvenes activos ponerse de novios y "desaparecer" de la acción;
muchos de ellos concluyen en problemas. Es necesario buscar la compañía y actividad
de los que están buscando al Señor.

Nuestra tendencia es creer que es idealista pensar que nos van a escuchar; "son
jóvenes", decimos. No debemos dudar de la nobleza de muchos de ellos. Cuando
entienden el "por qué", suelen agradecer el que uno haya compartido eso con ellos;
nadie sigue un consejo si no ven el valor y la importancia de hacerlo. Por otro lado,
nuestro trabajo necesita ser bañado en oración y sabiduría, para que la mente de la
persona aconsejada pueda ser renovada en el entendimiento de la verdad y transformar
así su vida (Ro. 12.2). Es en la renovación del entendimiento que las personas son
cambiadas. Si no han entendido no van a cambiar.

6. Orar Juntos como pareja cada vez que van a salir de paseo y al volver. Esa fue mi
experiencia personal: formar la costumbre de orar honestamente antes y saber que
deberemos orar juntos después. Eso fue de gran bendición; es difícil pecar si uno ha
orado y sabe que tiene que orar otra vez. Si uno de la pareja no está dispuesto orar,
puede ser una buena indicación sobre qué compañero estamos buscando.

7. Desarrollar autocontrol es invertir en el futuro. No hay forma para el novio más


rápida de perder el respeto de su novia, que el obligarla a decir "no" y ser ella quien
frene la embestida. El hombre sabio sabe que debe controlar su pasión. El autodominio
del hombre es fundamental para el éxito sexual en el matrimonio y es óptimo cuando se
desarrolla en el noviazgo. Esta es su gran oportunidad de hacerlo.

Cuando ellos se casan, entran en un ambiente tremendamente estimulante. En la luna de


miel se puede comenzar y Sellar el fracaso sexual del futuro. El verá a su esposa
desvestirse y se encenderá en la pasión. Despertará a la mañana y encontrará a la mujer
que tanto ama a su lado. El calor de su cuerpo, etc. despertará otra vez la pasión. La
hora de la siesta llega, y nuevamente la pasión. Si él no sabe controlarse, antes de
terminar la luna de miel la esposa se sentirá usada y creerá que lo único que a él le
interesa es el sexo. Muchos hombres piensan: "Bueno, es legítimo, ¿por qué no?". Sin
embargo encuentran que su esposa empieza a escaparles, a no estar cerca, porque ella ve
que siempre todo termina de la misma forma. Cuando el hombre no tiene este control
terminará "quemando" la relación sexual con su esposa. El sexo para ella se ha vuelto
tedioso y huye. El hombre se siente rechazado y, en muchas ocasiones, la semilla de la
infidelidad ha sido plantada. La clave está en el dominio propio del hombre, y el
noviazgo le da la oportunidad para adquirirlo.

8. Es vital rechazar los razonamientos engañosos. Las jóvenes necesitan advertir la


mentira de "si me amaras, te entregarías", contestando "si me amaras, no me pedirías".
Muchos varones piden una "prueba de amor" a su novia. Si en el tiempo que llevan
juntos él no pudo comprobar si el amor de la novia es verdadero, poco ganará con una
hora en la cama para saberlo. El mantenerse puro es la mejor prueba de amor que un
novio o novia puede guardar para su esposo.

Necesitan comprender que el "estamos enamorados y vamos a casarnos" no legitima


nada, y que justo por estar enamorados y deseando casarse es que deben esperar para
garantizar el éxito y no plantar las semillas de futuros grandes problemas. Si no han
podido casarse hasta ahora, la posibilidad de tener que apurarlo por un embarazo no va
ayudar mucho.

En jóvenes que entran en noviazgo con experiencia sexual de un noviazgo anterior, el


razonamiento suele ser: "¿Lo hiciste con otro y conmigo, a quien dices amar más, no
quieres hacerlo?", a lo que la joven podrá decir: "No quiero volver a echar a perder lo
nuevo que Dios está haciendo en mí. El me limpió y no para volverlo a arruinar. Seré
limpia para ti porque Dios me limpió, y lo disfrutaremos en El y como El lo ordenó".

Una buena idea es, en un grupo de jóvenes dividido por sexos, hablar sobre los
diferentes razonamientos que han escuchado y pensar en cómo contestarlos en el futuro.
En diferentes culturas y edades hay variaciones en los razonamientos.

9. Buscar pareja únicamente entre quienes comparten las mismas convicciones. No es


suficiente que sea creyente; algunos jóvenes "creyentes" nunca crucificaron sus deseos
y pasiones. Al comienzo del noviazgo deberán hablar y entenderse sobre cómo
mantener la pureza en la relación. Si uno de los dos no comparte esas convicciones es
recomendable que se separen. Los jóvenes que quieren jugar antes son los que suelen
jugar después.

Apuntes Pastorales

Volumen V Número 4

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