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ALUMNOS:
ABÁN GIRALDO ANGELLO SERGIO
ALBERCA MILÁN FIORELLA LIZETH
ALVARADO VALENCIA HEIDY MASSIEL
ANDRES CHURAMPI ARIANA MAYTE
ARCE CHIPANA CARMEN ARLET
UNIVERSIDAD NACIONAL JOSE FAUSTINO SANCHEZ CARRIÓN
TUBERCULOSIS PULMONAR
DEDICATORIA
IMAGENOLOGÍA 1
TUBERCULOSIS PULMONAR
CONTENIDO
DEDICATORIA .......................................................................................................................... 1
INTRODUCCIÓN....................................................................................................................... 4
TUBERCULOSIS PULMONAR ............................................................................................... 5
I. GENERALIDADES ........................................................................................................ 5
II. ETIOLOGIA ............................................................................................................... 6
2.1 MICROORGNISMOS TIPICOS .............................................................................. 6
2.2 CULTIVO .................................................................................................................... 6
2.3 CARACTERISTICAS DE CRECIMIENTO ........................................................... 6
2.4 REACCION AGENTES QUIMICOS Y FISICOS .................................................. 7
2.5 CONSTITUYENTES DE LOS BACILOS TUBERCULOSOS .............................. 7
III. EPIDEMIOLOGÍA ..................................................................................................... 8
3.1 DE LA EXPOSICIÓN A LA INFECCION .............................................................. 9
3.2 DE LA INFECCIÓN A LA ENFERMEDAD ......................................................... 10
3.3 EVOLUCIÓN NATURAL DE LA ENFERMEDAD ............................................. 11
IV. PATOGENIA E INMUNIDAD ................................................................................ 12
4.1 VIRULENCIA DE LOS BACILOS TUBERCULOSOS ....................................... 13
4.2 RESISTENCIA INNATA A LA INFECCIÒN ....................................................... 14
4.3 RESPUESTA DEL HOSPEDADOR, FORMACIÒN DE GRANULOMAS Y
“LATENCIA” ........................................................................................................................ 14
4.4 RESPUESTA DE ACTIVACIÒN DE LOS MACRÒFAGOS .............................. 16
4.5 HIPERSENSIBILIDAD TARDÌA ........................................................................... 17
4.6 PARTICIPACIÒN DE LOS MACRÒFAGOS Y MONOCITOS ........................ 17
4.7 PARTICIPACIÒN DE LOS LINFOCITOS T ....................................................... 18
4.8 LÌPIDOS Y PROTEÌNAS MICROBACTERIANOS ............................................ 18
4.9 PRUEBA DE REACTIVIDAD CUTÀNEA............................................................ 19
V. TUBERCULOSIS PULMONAR PRIMARIA ........................................................... 20
5.1 COMPLICACIONES LOCALES ........................................................................... 21
5.2 COMPLICACIONES SISTÉMICAS ...................................................................... 22
5.3 AFECCIÓN DEL PARENQUIMA ......................................................................... 22
5.4 AFECTACIÓN DE LA VÍA AÉREA: ATELECTASIA ....................................... 28
VI. TUBERCULOSIS PULMONAR POSPRIMARIA ............................................... 34
6.1 PATOGENIA Y CARACTERISTICAS ANATOMO PATOLÓGICAS ............ 34
6.2 MANIFESTACIONES RADIOLÓGICAS ............................................................. 37
6.3 MANIFESTACIONES CLÍNICAS ......................................................................... 41
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TUBERCULOSIS PULMONAR
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TUBERCULOSIS PULMONAR
INTRODUCCIÓN
• El compromiso del sistema inmune en los individuos infectados por el VIH, que permite
tanto una reactivación de una antigua infección, como un aumento de la susceptibilidad
a una nueva infección.
IMAGENOLOGÍA 4
TUBERCULOSIS PULMONAR
TUBERCULOSIS PULMONAR
I. GENERALIDADES
La tuberculosis (TB), una de las enfermedades más antiguas que ha afectado a seres
humanos y que tal vez existió desde las épocas de los prehomínidos, es una causa
importante de muerte a nivel mundial. Esta enfermedad es causada por una bacteria del
complejo de Mycobacterium tuberculosis que suele afectar pulmones y hasta en 33%
de los casos hay afectación de otros órganos. Si se trata correctamente, la TB por cepas
farmacosensibles se cura prácticamente en todos los casos, pero sin tratamiento 50 a
65% de los enfermos puede morir en un plazo de cinco años. El contagio suele ocurrir
por vía aérea, a través de las gotitas que expulsan los pacientes con TB contagiosa.
IMAGENOLOGÍA 5
TUBERCULOSIS PULMONAR
II. ETIOLOGIA
2.2 CULTIVO
Los medios para el cultivo primario de micobacterias deben incluir uno de tipo no
selectivo y otro selectivo. Los de este último tipo contienen antibióticos para evitar la
proliferación excesiva de bacterias y hongos contaminantes. Se conocen tres fórmulas
generales que pueden utilizarse para los dos tipos mencionados de medios (MEDIO DE
AGAR SEMISINTETICO,MEDIO DE HUEVO ESPESADO,CALDOS)
IMAGENOLOGÍA 6
TUBERCULOSIS PULMONAR
Las micobacterias tienden a ser más resistentes a agentes químicos que otras bacterias,
por la naturaleza hidrófoba de su superficie celular y su proliferación en cúmulos. Los
colorantes (como el verde de malaquita) o los antibacterianos (como la penicilina) que
tienen propiedades bacteriostáticas en otras bacterias, pueden ser incorporados en
medios de laboratorio sin inhibir la proliferación de los bacilos tuberculosos. Los ácidos
y los álcalis permiten la supervivencia de algunos bacilos tuberculosos expuestos y se
usan para eliminar microorganismos contaminantes y para la “concentración” de
muestras clínicas. Los bacilos tuberculosos son resistentes al secamiento y viven largo
tiempo en el esputo seco.
A. Lípidos
B. Proteínas
C. Polisacáridos
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III. EPIDEMIOLOGÍA
Durante los últimos años del decenio de 1980 y a inicios del decenio de 1990, las cifras
de casos reportados de TB se incrementaron en los países industrializados. Estos
incrementos estuvieron relacionados en gran medida con la inmigración desde países
con alta prevalencia de TB; infección con VIH; problemas sociales como incremento de
la pobreza urbana, del número de indigentes y de consumidores de drogas, así como la
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desaparición de los servicios para atención de la TB. Durante los últimos años se han
reducido las cifras de casos reportados, y se ha iniciado su reducción o estabilización
en naciones industrializadas. En Estados Unidos, con la implantación de programas más
estrictos para el control de la TB disminuyeron las cifras observadas en 1993.
En Estados Unidos la TB es poco frecuente entre los adultos jóvenes de origen europeo,
que sólo rara vez han estado expuestos durante los últimos decenios a la infección por
M.tuberculosis. A diferencia de ello, dado que en el pasado existía un gran peligro de
transmisión, la prevalencia de infección por M. tuberculosis es relativamente alta en
sujetos blancos ancianos. Sin embargo, las personas de raza negra son las que
comprenden la mayor proporción de casos (41.4% de 4 499) en personas nacidas en
Estados Unidos. La tuberculosis en el país mencionado es también una enfermedad de
los adultos que integran la población infectada por VIH, la población de personas
nacidas en países extranjeros (60% de todos los casos en 2009) y poblaciones
desfavorecidas/marginales. En forma global, se han notificado más casos de TB en
personas de origen hispánico que en otros grupos étnicos; le siguen en frecuencia casos
en asiáticos y sujetos de raza negra, y los índices más altos por persona se identifican
en asiáticos. En forma similar, en Europa la TB ha reaparecido como un problema
importante de salud pública, más bien como consecuencia del índice de casos en
inmigrantes que provienen de países con elevada prevalencia del trastorno y en
poblaciones marginales. En muchos países del oeste de Europa se identifican más
casos en poblaciones de extranjeros que en las de los nativos. Datos recientes sobre
tendencias globales señalan que para 2009 la incidencia de la enfermedad era estable
o disminuía en muchas regiones; tal tendencia comenzó en 2004 y al parecer persiste,
con una disminución promedio anual 90% de dichos casos porque no existe la
capacidad de muchas instituciones de diversas zonas del mundo para practicar cultivos
en el laboratorio y métodos de valoración de la susceptibilidad a fármacos.
IMAGENOLOGÍA 9
TUBERCULOSIS PULMONAR
AFB visibles con el microscopio son los que más influyen en la propagación de la
infección. Estos pacientes suelen padecer una TB pulmonar cavitaria, o una TB laríngea
(con menor frecuencia) y eliminan esputos que contienen 105 a 107 AFB/ml. Los
individuos con resultado negativo del frotis de esputo y resultado positivo del cultivo son
menos infectantes, aunque de ellos haya provenido incluso 20% del contagio, según
algunos estudios de Estados Unidos, y son esencialmente no infectantes los que
muestran TB pulmonar y TB extrapulmonar con cultivos negativos. Las personas con
infección por VIH y TB tienen menos probabilidad de tener cavitaciones, y por tanto
pueden ser menos infecciosas que las personas sin infección simultánea por VIH. Uno
de los factores más importantes para la transmisión de los bacilos tuberculosos es el
hacinamiento en espacios mal ventilados, porque se intensifica el contacto con el
enfermo. En resumen, el riesgo de adquirir la infección tuberculosa depende sobre todo
de factores exógenos. Debido al retraso en acudir al médico y en el establecimiento del
diagnóstico, se calcula que en lugares con alta prevalencia, cada caso de AFB-positivo
habrá contagiado a 20 personas antes de que se haya diagnosticado TB en el caso
índice.
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TUBERCULOSIS PULMONAR
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TUBERCULOSIS PULMONAR
M. tuberculosis debe considerarse un complejo formado por una multitud de cepas que
difieren en virulencia y son capaces de producir diversas manifestaciones de
enfermedad. Desde que en 1998 se conoció el genoma de M. tuberculosis, se han
generado grandes cúmulos de mutantes y se han identificado muchos genes
bacterianos que contribuyen a la virulencia de la micobacteria en cuestión. Se han
definido perfiles diferentes de defectos de virulencia en algunos modelos animales,
predominantemente ratones, pero también cobayos, conejos y primates no humanos. El
gen katG codifica la enzima catalasa/peroxidasa que protege de la agresión oxidativa
necesaria para la activación de la isoniazida y la consecuente actividad bactericida. Por
último, tal parece que la proteína CarD de la micobacteria (expresada por el gen carD),
es esencial para el control de la transcripción de rRNA necesaria para la réplica y
persistencia en las células del hospedador. Al desaparecer, la micobacteria queda
expuesta a la agresión oxidativa, inanición, daño de DNA y al final es sensible a
destruirse por diversos mutágenos y mecanismos de defensa del hospedador.
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“LATENCIA”
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macrófagos del hospedador secreta AMP cíclico derivado de M. tuberculosis, y con ello
trastoca las vías de transducción de señales de las células, y estimula un incremento en
la secreción del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), más la incorporación de células
proinflamatorias. Al final, las quimiotaxinas y los productos bacterianos liberados
durante los ciclos repetidos de lisis celular e infección de macrófagos nuevos permiten
a las células dendríticas tener acceso a los bacilos. Dichas células migran a los ganglios
linfáticos regionales y presentan los antígenos micobacterianos a los linfocitos T. En ese
momento inicia el desarrollo de la CMI y de la inmunidad humoral. Estas etapas iniciales
de la infección suelen ser asintomáticas. Después de dos a cuatro semanas de
infección, se desarrollan dos respuestas del hospedador a M. tuberculosis: respuesta
inmunitaria celular con activación de macrófagos y una respuesta que produce lesión a
los tejidos. La respuesta de activación de los macrófagos es un fenómeno mediado por
los linfocitos T que produce la activación de macrófagos capaces de destruir y digerir a
los bacilos tuberculosos. La respuesta de lesión a los tejidos es consecuencia de la
hipersensibilidad tardía (DTH, delayed-type hypersensitivity) a varios antígenos
bacilares; destruye macrófagos inactivados que contienen múltiples bacilos pero que
también causa necrosis caseosa de los tejidos afectados. Ambas respuestas pueden
inhibir el crecimiento de las micobacterias, pero su equilibrio determina la forma en que
se desarrollará más tarde la TB. Con el desarrollo de la inmunidad específica y la
acumulación de grandes cantidades de macrófagos activados en el sitio de la lesión
primaria, se forman lesiones granulomatosas (tubérculos). Estas lesiones son
acumulaciones de linfocitos y macrófagos activados que evolucionan a células
epitelioides y células gigantes.
Al inicio, esta respuesta de daño a los tejidos puede limitar el crecimiento de las
micobacterias en el interior de los macrófagos. Como se comentó antes, esta respuesta,
mediada por diversos productos bacterianos, no sólo destruye los macrófagos sino que
también produce necrosis sólida en el centro del tubérculo. Aunque M. tuberculosis
puede sobrevivir, su crecimiento se inhibe en el interior del entorno necrótico por la baja
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presión de oxígeno y el pH ácido. En este punto, algunas lesiones pueden cicatrizar por
fibrosis, con la calcificación subsiguiente, en tanto que ocurren inflamación y necrosis
en otras lesiones. Los granulomas individuales que se forman durante esta fase de la
infección varían en tamaño y composición celular; algunos contienen la diseminación de
las micobacterias, pero otros no. Según los avances recientes, es posible que latencia
no sea un término adecuado porque los bacilos permanecen activos durante esta etapa
“latente”, y forman biopelículas en áreas necróticas dentro de las cuales se ocultan por
un tiempo. Por tanto, es probable que el término persistente sea más exacto para indicar
el comportamiento de los bacilos durante esta fase. Es importante reconocer que la
infección latente y la enfermedad no representan un estado binario, sino un continuo en
el que al final la infección se desplaza en sentido de la contención total o la enfermedad.
La CMI en esta primera fase es esencial. En la mayoría de las personas infectadas, los
macrófagos locales se activan cuando los antígenos bacilares procesados por los
macrófagos estimulan a los linfocitos T para que liberen diversas linfocinas. Los
macrófagos activados se acumulan al rodear el centro de la lesión y neutralizan
eficazmente los bacilos tuberculosos sin provocar más destrucción hística. En el centro
de la lesión, el material necrótico se asemeja al queso blando (necrosis caseosa),
fenómeno también observado en otras enfermedades, como las neoplasias. Aunque
haya curación, hay bacilos viables que permanecen en estado latente dentro de los
macrófagos o del material necrótico durante muchos años. Estas lesiones “curadas” del
parénquima pulmonar y de los ganglios linfáticos hiliares pueden calcificarse más
adelante.
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Cuando los bacilos incluidos en los núcleos de las gotitas de Pflügge superan los
mecanismos de defensa bronco-pulmonares, llegan a los alvéolos del pulmón. Se
depositan generalmente en los alvéolos de los lóbulos inferiores, en general en aquellos
ubicados inmediatamente por debajo de la pleura.
La progresión a su vez puede hacerse hacia la necrosis del tejido invadido, o, más
comúnmente, a la formación de una lesión histológica que da nombre a la enfermedad:
el granuloma tuberculoso: tubérculo. Este granuloma tiene a su vez dos posibilidades
evolutivas: la cicatrización o la progresión.
La cicatrización puede hacerse por formación de tejido fibroso (fibrosis) a la cual puede
agregarse la calcificación, es decir el depósito a ese nivel de sales de calcio. Durante
esta primera etapa, la multiplicación de los bacilos tuberculosos se efectúa sin mayor
interferencia de los mecanismos defensivos del organismo del huésped. Es así que
desde el foco inicial subpleural son transportados por los vasos linfáticos pulmonares a
los ganglios ubicados en el hilio pulmonar y el mediastino; estos ganglios se agrandan
produciendo adenomegalias hiliares y mediastinales.
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TUBERCULOSIS PULMONAR
El foco primario subpleural (llamado chancro de inoculación), los vasos linfáticos que
conducen los bacilos y se inflaman (es decir se produce una linfangitis) y el
agrandamiento de los ganglios regionales (adenitis hiliares y/o mediastinales)
conforman el llamado complejo primario.
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a) Consolidación
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b) Tuberculosis miliar
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La TAC de alta resolución es más sensible que la radiografía de tórax para la detección
de tuberculosis miliar. Los hallazgos radiológicos consisten en pequeños nódulos de 1-
2 mm de distribución perivascular y periseptal; el engrosamiento nodular de los septos
interlobulares puede dar una apariencia arrosariada, similar a la de la linfangitis
carcinomatosa (fig. 4).
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c) Calcificación
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d) Tuberculomas
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e) Cavitación
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Linfadenopatía
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Los ganglios típicamente afectados son los hiliares, los paratraqueales derechos y con
menos frecuencia los subcarinales y de la ventana aortopulmonar. Aunque el hallazgo
típico es la afección unilateral en el lado derecho (fig. 9), las adenopatías bilaterales
ocurren hasta en el 31% de los casos.
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Fig. 10. Tuberculosis primaria ganglionar. TAC torácica. Un corte axial con
contraste a la altura de los vasos braquiocefálicos revela la existencia de múltiples
adenopatías hipodensas con anillo de realce periférico.
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Derrame pleural
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Manifestaciones clínicas
Se inicia con un cuadro clínico inespecífico de febrícula, afectación del estado general,
tos y adenomegalias, si bien, con la disminución de la prevalencia de la infección en
muchos países, puede aparecer en la edad adulta. Mientras que aproximadamente un
40% de los niños afectos presentan clínica, siendo la tos y la fiebre los síntomas más
frecuentes en los adultos, el 84% de los casos de una serie de 103 pacientes estaban
sintomáticos, destacando la presencia de fiebre, tos, pérdida de peso y hemoptisis. Este
cuadro suele resolverse de forma espontánea, pero se reactiva en el 50-60% de los
pacientes que no reciben tratamiento adecuado.
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Cualquiera que sea el mecanismo, se cree que la mayoría de los casos que se originan
en esas localizaciones están causados por gérmenes que se diseminaron por vía
hematógena durante la infección primaria. Desde el punto de vista anatomopatológico,
la secuencia de acontecimientos es similar a la que se ha descrito para la infección
primaria excepto porque la necrosis se produce probablemente con más rapidez por la
presencia de hipersensibilidad.
Durante este proceso la comunicación con las vías aéreas es frecuente y permite el
drenaje de material necrótico con formación de una cavidad). La formación de cavidades
depende de la licuación del material caseoso, un proceso que puede estar mediado por
enzimas procedentes de las células inflamatorias vecinas al tejido necrótico.
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Cuando prevalece la defensa del huésped se produce curación gradual con formación
de cicatrices parenquimatosas localizadas o extensas, muchas veces calcificadas y en
ocasiones acompañadas de enfisema, bronquiectasias y/o cavidades residuales.
Estas alteraciones pueden aparecer solas, pero se ven con más frecuencia asociadas
a focos bien delimitados de parénquima necrótico. Estos focos varían entre 1 mm y
varios centímetros de diámetro y crean y mantienen la comunicación con el árbol
traqueobronquial (con formación de una cavidad crónica) o pierden la comunicación y
aparecen ocupados por material caseoso (para formar un «tuberculoma»). La aparición
de un micetoma (habitualmente por gérmenes del género Aspergillus) dentro de una
cavidad crónica representa una complicación frecuente.
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Los nódulos tienden a ser ligeramente mayores en los vértices que en las bases de los
pulmones; suelen ser aproximadamente del mismo tamaño y tener la misma antigüedad
histológica, lo que hace pensar en un solo episodio de diseminación. Sin embargo, a
veces se pueden observar al mismo tiempo focos activos y focos cicatrizados parcial o
totalmente, lo que indica episodios repetidos o prolongados de diseminación
hematógena.
Tiene importancia recordar que los pulmones pueden servir de asiento a la tuberculosis
miliar sin signos de una fuente de infección pulmonar, y es probable que en esos casos
la diseminación se haya iniciado en un órgano extrapulmonar; la frecuencia de estos
casos ha aumentado desde la introducción de los fármacos antituberculosos.
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TUBERCULOSIS PULMONAR
Se identifica cavitación en las radiografías de tórax del 20% al 45% de los pacientes y
con algo más de frecuencia en la TCAR. La mayoría de las cavidades se localiza en los
segmentos apicales o posteriores de los lóbulos superiores o en los segmentos
superiores de los lóbulos inferiores. Pueden ser únicas o múltiples y tener paredes finas
o gruesas. Aproximadamente el 20% presenta un nivel aire-líquido. Después del
tratamiento adecuado una cavidad puede desaparecer o permanecer como un espacio
quístico lleno de aire de paredes finas.
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TUBERCULOSIS PULMONAR
aparece como una opacidad redonda u oval situada la mayoría de las veces en un lóbulo
superior.
La mayor parte de estas lesiones permanece estable durante mucho tiempo y muchas
de ellas se calcifican. La calcificación suele ser difusa, pero también puede ser central
o punteada.
Cuando se ve por primera vez, la tuberculosis miliar aparece en las radiografías como
un incontable número de nódulos de 1 a 2 mm de diámetro; sin un tratamiento adecuado
esos nódulos pueden crecer hasta los 2 mm-3mm de diámetro.
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TUBERCULOSIS PULMONAR
Tuberculosis cavitaria. Las radiografías posteroanterior (A) y lateral (B) muestran una cavidad mal definida y de
paredes finas en el segmento superior del lóbulo inferior derecho (flechas en B). Ambos pulmones son por lo demás
normales. (Tomado de Müller NL, Fraser RS, Colman NC, Paré PD: Radiologic Diagnosis of Diseases of the Chest.
Philadelphia, WB Saunders, 2001.)
Se ven bronquiectasias en la TCAR de muchos pacientes, sobre todo en los que tienen
enfermedad cicatrizada. Las bronquiectasias son bilaterales en aproximadamente el
60% de los casos y unilaterales en el resto. Los lóbulos superiores son los que se
afectan con más frecuencia. La mayoría de las veces la alteración no se aprecia con
facilidad en las radiografías.
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Tuberculosis: diseminación endobronquial.. La radiografía posteroanterior de tórax (A) muestra opacidades nodulares mal
definidas en ambos pulmones. La TCAR (B) muestra una cavidad en el segmento superior del lóbulo inferior izquierdo y
opacidades nodulares de 2 a 8 mm de diámetro y distribución centrolobulillar (flechas rectas). Unas pocas opacidades
lineales ramificadas, junto con los nódulos centrolobulillares, proporcionan un aspecto que ha sido comparado con el de
un árbol en brote (flecha curva).
Tuberculosis miliar. Una imagen del pulmón izquierdo en la radiografía anteroposterior de tórax (A) muestra numerosos
nódulos bien definidos de 1 a 3 mm de diámetro. La TCAR de otro paciente (B) muestra múltiples nódulos de
aproximadamente 2 mm de diámetro y distribución aleatoria por el pulmón.
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tiene probablemente enfermedad primaria. Rara vez el dolor pleurítico está relacionado
con la presencia de neumotórax. La ronquera suele ser una manifestación de afectación
laríngea; como era de esperar, típicamente se asocia a positividad de la extensión y del
cultivo de esputo y a un grado alto de contagiosidad. La disnea es poco frecuente y
suele indicar enfermedad extensa, la mayoría de las veces una bronconeumonía
tuberculosa o una enfermedad miliar complicada con SDRA. En ocasiones hay fiebre
alta de comienzo agudo, sudoración, tos con expectoración, dolor pleurítico y
taquicardia, lo que también indica neumonía bacteriana no tuberculosa.
La exploración del tórax raras veces proporciona información útil para el diagnóstico. Si
se identifica una lesión apical en la radiografía de tórax, la presencia de estertores en la
auscultación después de toser indica la actividad de la enfermedad. Se pueden oír
estertores y roncus sobre las zonas afectas que han experimentado diseminación
bronquial reciente. Una sibilancia localizada debe indicar la posible afectación de la
pared bronquial. Cuando el comienzo de la enfermedad se caracteriza por dolor con la
respiración se puede auscultar roce de fricción o signos de derrame pleural o de
neumotórax.
A veces, los signos físicos indican compresión de estructuras mediastínicas por los
ganglios linfáticos agrandados.
En EE.UU. la tuberculosis miliar suele aparecer en pacientes ancianos que tienen otras
enfermedades crónicas simultáneas, como alcoholismo, diabetes mellitus, insuficiencia
renal o neoplasias malignas hematológicas o sólidas. En los pacientes más jóvenes la
infección por el VIH es un factor de riesgo importante. El comienzo de la enfermedad
miliar suele ser insidioso; la mayor parte de los pacientes ha tenido síntomas
inespecíficos como fiebre, pérdida de peso, debilidad, anorexia y sudoración nocturna
durante más de ocho semanas. La cefalea y el dolor abdominal deben indicar la
afectación de las meninges y del peritoneo. El examen del fondo de ojo revela tubérculos
coroideos en el 30% al 60% de los pacientes. La hepatomegalia, con o sin
esplenomegalia, no es infrecuente. Aunque la enfermedad miliar se puede asociar a
otros tipos de tuberculosis pulmonar, en la mayoría de los pacientes representa la única
manifestación de la enfermedad tuberculosa.
Cuando se considera el diagnóstico es importante recordar que del 10% al 30% de los
pacientes no muestra nódulos en las radiografías estándar, incluso cuando se revisan
de forma retrospectiva. Además, la prueba cutánea con 5 unidades de tuberculina (UT)
es negativa en al menos el 25% al 50% de los pacientes.
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siembra inicial. Esta reactivación puede aparecer en cualquier tejido u órgano del
cuerpo, pero afecta con más frecuencia a los riñones, las glándulas suprarrenales, las
trompas de Falopio, los epidídimos y los huesos (en particular, la columna vertebral
dorsal).
Aunque la mayor parte de las adenopatías se localiza en el mismo lado del cuello, no
es infrecuente la afectación de ambos lados o de otros grupos glanglionares. La
progresión de la enfermedad puede producir extensión hacia la piel con formación de
un tracto sinusal. Se puede encontrar aumento rápido del tamaño de los ganglios
linfáticos. A veces este aumento de tamaño se observa durante el tratamiento y se ha
propuesto que puede representar una reacción inmunitaria. Muchas veces las
radiografías de tórax no revelan signos de tuberculosis actual ni pasada.
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La meningitis tuberculosa se ve con más frecuencia en los niños que tienen enfermedad
primaria progresiva o miliar y en pacientes con sida. Los síntomas incluyen cefalea,
somnolencia, irritabilidad, vómitos y, a veces, rigidez del cuello. El diagnóstico se
establece mejor mediante el cultivo de bacilos tuberculosos en el líquido
cefalorraquídeo, y se han encontrado cultivos positivos en aproximadamente el 50% al
80% de los casos.
La afectación de los tractos respiratorio superior y digestivo solía ser bastante frecuente
en pacientes que tenían enfermedad pulmonar avanzada, pero esta afectación ha sido
erradicada en gran parte por la quimioterapia. A pesar de todo, se siguen comunicando
casos de laringitis tuberculosa. La afectación del tracto digestivo se suele localizar en la
zona ileocecal o el recto, y la afectación rectal puede asociarse a abscesos perianales
o isquiorrectales; en ocasiones se produce peritonitis. La biopsia hepática revela
granulomas en aproximadamente el 25% de los pacientes con tuberculosis,
habitualmente en casos de enfermedad miliar; sin embargo, este hallazgo se asocia rara
vez a signos clínicos o bioquímicos de disfunción hepática.
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Espondilitis tuberculosa. La radiografía posteroanterior de tórax (A) muestra nódulos miliares en el pulmón y
desplazamiento de las interfases paraespinales (flechas). La radiografía lateral (B) muestra destrucción del cuerpo
vertebral D10 (V), que provoca cifosis localizada. La TC con contraste (C y D) muestra destrucción del cuerpo vertebral D10,
formación de un absceso paraespinal con centro de atenuación baja y refuerzo periférico (flechas rectas) y erosión cortical
del cuerpo vertebral D9 adyacente (flecha curva).
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Isoniazida (INH)
Rifampina (RIF)
Etambutol (EMB)
Pirazinamida (PZA)
PRUEBAS
Hay dos tipos de pruebas que se usan para
detectar las bacterias de la tuberculosis en el
cuerpo: la prueba cutánea de la tuberculina y
pruebas de sangre. Un resultado positivo en la
prueba cutánea de la tuberculina o en una
prueba de sangre solo indica que la persona ha
sido infectada con bacterias de la tuberculosis.
No indica si la persona tiene infección de
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El resultado de esta prueba cutánea depende del tamaño del área elevada, endurecida
o hinchada.
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DIAGNÓSTICO
La mayoría de las personas con enfermedad de tuberculosis tienen uno o más síntomas
de enfermedad de tuberculosis. Todas las personas que tengan síntomas o un resultado
positivo en la prueba de detección de tuberculosis deben ser evaluadas para detectar la
enfermedad de tuberculosis. Si una persona tiene síntomas, pero un resultado negativo
en la prueba de detección de tuberculosis, todavía debe ser evaluada para detectar la
enfermedad de tuberculosis.
LA ENFERMEDAD DE TUBERCULOSIS.
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1. Antecedentes médicos
2. Examen físico
El examen físico puede proporcionar información valiosa sobre el estado general del
paciente y otros factores que podrían influir en el tratamiento contra la tuberculosis,
como la infección por el VIH u otras enfermedades.
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4. Radiografía de tórax
5. Microbiología diagnóstica
En todos los casos, la M. tuberculosis que se aísla por primera vez debe analizarse para
determinar su resistencia a los medicamentos. Es muy importante identificar esta
resistencia a los medicamentos tan pronto como sea posible para garantizar un
tratamiento eficaz. Deben repetirse los patrones de sensibilidad a los medicamentos en
los pacientes que no respondan adecuadamente al tratamiento o que hayan tenido
resultados positivos en sus cultivos pese a que hayan recibido tratamiento durante 3
meses.
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BIBLIOGRAFÍA
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