Crítica desde el intuicionismo a la teoría deflacionaria de la verdad de

Richard Rorthy

“la filosofía, como todos los demás estudios, aspira al conocimiento…

Pero no se puede sostener que la filosofía haya obtenido un éxito realmente
grande en su intento de proporcionar respuesta concreta a estas cuestiones.
Si preguntamos a un matemático, a un mineralogista, a un historiador, o a
cualquier otro hombre de ciencia, qué conjunto de verdades concretas ha
sido establecido por su ciencia, su respuesta durará tanto tiempo como
estemos dispuesto a escuchar. Pero si hacemos la misma pregunta a un
filósofo, y éste es sincero, tendrá que confesar que su estudio no ha llegado
a resultados positivos comparables a los de las otras ciencias.”

Pero como añade Russel a continuación: “…La incertidumbre de la

filosofía es, en una gran medida, más aparente que real; los problemas que
son susceptibles de una respuesta precisa se han colocado en las ciencias,
mientras que sólo los que no la consienten actualmente quedan formado el
residuo que denominamos filosofía.”
<<
¿La verdad, qué es la verdad, existe tal verdad, cómo llegamos a la
verdad?>> éstas y muchas otras preguntas han sido planteadas por el hombre
a lo largo de diferentes años, épocas, siglos, tiempos. No obstante, no solo
quedaron en preguntas, sino que el hombre, con su capacidad y curiosidad
intelectual, se vio forjado a dar respuesta de las mismas.

Richard Rorty, filósofo estadounidense de inicios de la mitad del siglo XX,

quien tiene un apego neopragmatista, emprendió un revolucionario trabajo
que insta a los filósofos a abandonar la búsqueda de verdades absolutas,
puesto que, ninguna ciencia o método científico es capaz de reclamar la
verdad última.

Sumergido en los problemas concretos y diarios de nuestra sociedad,

efectuó una crítica moderna a la metafísica y sostuvo que las ideas, es decir,
la teoría debe estar siempre al servicio de la acción, lo concreto, y no a la
inversa. Estableciendo que la verdad es aspirada por una comunidad quien
establece ese criterio: verdad.

Por otro lado, la verdad, según Rorthy, quedaría como una especie de
“consenso”, redefiniendo así la verdad como un conversatorio y practica
social para una vida mejor. Se pretende que la verdad es aquello que es útil
para la sociedad, alejándolo así de un criterio gnoseológico, cual éste
propone que la verdad es una categoría gnoseológica de correspondencia
entre enunciado y su referente.

Pero si una verdad es llevada y consensada, ésta se justificaría en su propia

creencia, entonces la verdad se resumiría a una creencia. Esto nos llevaría a
qué tal posición no sea aplicada en la ciencia. Dado que la ciencia se
provee de métodos, contrastaciones, para alcanzar la verdad.

Reducir toda la verdad a creencias no es correcto, puesto que, esas

creencias conducen al ser humano a lo que quiere llegar a ser mas no a lo
que es.

Para captar dicha esencia de lo que es, incluso definirlo, ¿está el hombre
capacitado? ¿tiene las herramientas adecuadas? ¿o es que en su intento de
definirlo, escapada de ello? ¿acaso el problema está en el lenguaje?

En el intento de definir qué es la verdad, muchas posturas filosóficas han

surgido, no solo ellas sino que también la ciencia y todo aquel quien aspira
a la verdad, se ve en la necesidad de concebirla, definirla, y proclamarla.

Dado que han surgido muchas definiciones, conceptos, posturas, acerca de

la verdad, y en todas éstas hay cierta discrepancia, una de otras, finalmente
me veo en la necesidad de admitir que no hay verdad definida completa y
universal, no su existencia, sino su composición.

Entonces, me vería llevado al campo del lenguaje. La verdad entraría en un

conjunto denominado conceptos simples, llamado así porque estos
conceptos no pueden definirse analizándolos en conceptos más elementales
(de la misma forma que el amarillo, lo bueno, lo malo). En cambio, hay
otros conceptos que sí pueden definirse a partir de otros conceptos,
denominados conceptos constructivos, tales como mesa (definible a partir
de los conceptos pata, tablero, etc.) o árbol (definible a partir de los
conceptos raíz, tronco, hojas, etc.). Entonces, si la verdad no pertenece
esencialmente a la categoría de conceptos constructivos, debido a la
pluralidad de intentos de concebirla así por muchas definiciones dadas. De
ahí que la verdad no es definible en exactitud sino solo se intuye, es decir,
se capta inmediatamente, mientras tengamos una conciencia atenta hacia
las acciones que percibimos mas no podemos definirlo.
La conciencia de dicha dimensión es una actitud filosófica. La esencia del
mundo es un principio vital (élan vital), vida espontanea que constituye la
única realidad verdadera. No se niega la existencia de la verdad, sino la
capacidad del hombre y su disposición para concebirla, definirla y
proclamarla. No así, según Rorty, el cual en el intento de no poder definirla,
se ve en la necesidad transformar dicha incapacidad de definición de
“verdad” en “creencias”, siendo su justificación, sí y solo sí, es útil para la
sociedad; no pudiendo así la verdad ser confrontada con criterios
declarativos de la ciencia.

La capacidad de la conciencia humana son la intuición y la inteligencia. La

inteligencia está ligada a lo práctico e instrumental y por ende no puede
captar la realidad fluyente, la duración y la vida; lo único que hace es
construir su objeto, paralizar la vida, mantener la duración. Por el contrario,
la intuición está vinculada a la contemplación de la vida, de la verdad, de lo
que es, y es la única vía para captarla porque es una conciencia inmediata,
una visión que casi no diferencia al objeto del sujeto, es decir, un
conocimiento que es contacto y conciencia.

Por lo tanto, podemos decir que la verdad es indefinible, que existe, pero
frente a nuestra pluralidad de intentos de definirla, solo nos hemos
complicado más. Que un intento por camuflar lo dicho, Rorty propone
llevarlo al campo pragmático; pero, lamentablemente, terminó hablando
otra que no es verdad, finalmente poniendo la verdad a la par de creencias.
La única vía posible de captar la verdad mas no definirla es la intuición.