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EL SISTEMA ESCOLAR NACIONAL (1880-1910)

La organización del modelo agrario exportador y del Régimen oligárquico (1880-


1916).

En el periodo comprendido entre 1880 y 1916, la sociedad argentina se transformo


profundamente. Durante esos años se sentaron las bases de la Argentina actual: se consolido un
Estado centralizado moderno, la economía del país se inserto en el mercado internacional, y la
organización de la sociedad criolla, sobre un conjunto de valores, tradiciones y costumbres de
origen hispano, se enriqueció con el aporte de otras tradiciones culturales, recibido a través de
las doctrinas filosóficas y científicas y también a través del intercambio con los miles de
inmigrantes que llegaron.
Hacia 1880, los gobernantes habían logrado la obediencia al gobierno central, la unificación de
los grupos dirigentes del país, la organización de las nuevas instituciones del Estado (entre ellas
el ejercito) y la integración y delimitación del territorio.
Desde el punto de vista de la “generación del 80” (como se llamo a los grupos dirigentes de esos
años), la consolidación del orden institucional y político de acuerdo con los principios liberales de
la época, era el requisito necesario para poner al país en el camino del progreso.Cuando estuvo
cumplido ese primer objetivo (desde 1880 en adelante), el Estado nacional se hallaba en
condiciones de asegurar las bases de un orden social capitalista, y la economía del país se
incorporó al mercado mundial a través de exportaciones de productos agropecuarios de clima
templado.
Los requerimientos de mano de obra para los nuevos trabajos impulsaron la llegada de cientos de
miles de inmigrantes que cambiaron profundamente la organización de la sociedad argentina, y
su integración con la población nativa planteó problemas que quedaron pendientes de resolución
durante muchos años.
Una sociedad cada vez más numerosa y compleja planteó nuevos desafíos a los grupos
dirigentes.La elite se enfrentó a la crisis de legitimidad de su gobierno, que había organizado
como un régimen oligárquico, que consistía en una democracia restringida, asegurada por la
represión y la exclusión de porciones muy numerosas de la población. En los primeros años del
siglo XX, se hizo evidente que las profundas transformaciones económicas y sociales tenían que
ser acompañadas por cambios también profundos en el régimen político. La ley Sáenz Peña de
1912 significó el primer paso hacia la democracia ampliada. Pero desde entonces, y por varias
décadas, la sociedad argentina debió enfrentar el problema de la construcción de un orden
político plenamente democrático.

El sistema escolar nacional (1880-1910)

Desde tiempo atrás las elites políticas confiaban en la importancia de la inmigración y la


educación para el progreso nacional. A partir de 1880 la novedad radicó en la posibilidad de
incidir en esas áreas desde el Estado nacional que en los años siguientes se fue afianzando y
fortaleciendo.El roquismo, surgido de un escenario político atravesado por las luchas entre
nacionales y autonomistas, dio forma a un nuevo orden político. Este logrará la estabilidad
institucional basándose en la capacidad de articular alianzas y pactos entre las elites provinciales
y porteñas, en un sistema de participación política restringida, desde un Estado Nacional en plena
consolidación.
Junto a este orden conservador en lo político, se impulsó un programa liberal para la sociedad y
la economía. Así, la producción cerealera y ganadera de la pampa permitió el crecimiento del
país y de los recursos aduaneros, a cuyas puertas llegaban las recientes vías del ferrocarril.
La educación tuvo un papel central en la constitución de la Nación. Fue considerada una
condición para hacer de la Argentina una república ciudadana y civilizada, aunque de hecho el
sistema excluyó a numerosos de la escuela. Por ello, el sistema educativo fue uno de los primeros
andamiajes que se dio ese todavía débil Estado nacional.
Pero este impulso del Estado a la educación pública universal estaba en contradicción con el
sistema político restrictivo. Las consecuencias de esta tensión estallarán en las primeras décadas
del siglo XX cuando los nuevos sectores medios en expansión pongan fin al régimen conservador.

POLITICAS EDUCATIVAS

El avance del Estado nacional sobre nuevas áreas de la vida política y económica durante los años
previos se afianzó a partir de 1880. La educación fue una de las esferas más relevantes de ese
proceso de transferencia al Estado de funciones que anteriormente eran atribuidas a las
corporaciones (religiosas, étnicas, civiles). La educación fue una de las primeras políticas
públicas implementadas por el Estado nacional. Esto significó la asignación de recursos
económicos, la creación de una estructura de poder, con autoridades que tuvieron control sobre
un creciente
personal, cuya legitimidad consistía en el valor de sus conocimientos y su dedicación a un fin de
interés público.
El sistema educativo de la provincia de Buenos Aires había sido montado por el empeño
sarmientino, pero era necesario decidir si se asumirían sus mismas líneas directrices a escala
nacional.
Esto suscitó muchas discusiones. Hubo distintas opiniones sobre las formas de financiar la
educación, los medios de distribuir los recursos a invertir, la obligatoriedad de la escuela o las
competencias de la Iglesia en la organización educativa.
Otros temas de debate estuvieron referidos a los contenidos educativos. No había dudas sobre la
conveniencia de imponer el método de lectura gradual, pero temas como la educación mixta y la
enseñanza religiosa dividían a los educadores.
Estas discusiones tuvieron dos foros centrales: el Congreso Pedagógico Internacional (1882) y los
debates acerca de los proyectos para una ley de educación que dieron lugar a la ley 1420. Estos
ámbitos fueron hitos que marcaron la etapa funcional del sistema educativo argentino durante la
cual se forjaron rasgos que permanecerán por más de un siglo: su carácter público, gratuito y
obligatorio.
Temas de debate: secularización, financiamiento y centralización de la educación. La
secularización fue uno de los temas centrales en los debates de la llamada generación del 80 y de
resonancia en el Congreso Pedagógico, fundamentalmente en la discusión de la ley de educación
1420.
Si bien esa fue la cuestión que conmovió con mayor fuerza a la opinión pública y representó uno
de los debates centrales de la Argentina moderna, existieron otros temas puestos en discusión.
Uno de ellos fue el referido a las modalidades de financiamiento de la educación. Con relación a
él, se detecta una paleta de posiciones que van desde el rechazo al uso de fondos públicos para
solventar la educación hasta la propuesta de establecer el financiamiento municipal y un
compromiso fuerte de las organizaciones de la sociedad civil.
Otra discusión de importancia tuvo que ver con los órganos de regulación y poder del sistema
educativo y que delineó dos posturas. Por un lado, estuvieron las propuestas centralistas (que
promovían el carácter nacional de la política educativa) y, por otro, los defensores de las
autonomías provinciales, para quienes la intervención de la Nación en temas educativos era
inconstitucional. Dos tendencias en pugna que seguirían gravitando en la vida política argentina,
un siglo después.
La ley 1420 resolvió estas discusiones en un punto medio. La intervención del gobierno central se
realizaría mediante subvenciones a las políticas educativas de los gobiernos provinciales,
adjudicadas con el visto bueno de las autoridades nacionales, pero manteniéndose la autonomía
de los gobiernos provinciales respecto a las leyes y la organización de la educación.
Se preveía, también, la participación de la sociedad civil en distritos escolares en las zonas
administradas por el gobierno nacional. Sin embargo, rápidamente el Estado nacional asumió
cada vez mayor poder en el sistema educativo en su conjunto y terminó imprimiéndose una
política centralista.
Con la ley Láinez, aprobada en 1905, el Estado nacional se atribuyó potestades para crear y
dirigir escuelas en las provincias.

El Congreso Pedagógico de 1882


El Congreso Pedagógico, llamado Internacional en su momento, se desarrolló en Buenos Aires
durante abril y mayo de 1882, en el marco de la exposición Continental de la Industria.
Concurrieron a él más de 250 delegados y participaron las figuras más importantes del elenco
político e intelectual de la época. Fue convocado por el Ministro de educación Manuel D. Pizarro
y por Domingo F. Sarmiento, quienes discreparon sobre su composición y metas. Pero, al
inaugurarse sus sesiones, ocupaba el ministerio Eduardo Wilde, joven integrante de la generación
liberal.
El Congreso debatió acerca de las ideas y principios que debían regir la educación pública.
Sus resoluciones suelen considerarse un antecedente de la legislación escolar nacional (ley 1420)
y el hito que le dio legitimidad.
Los delegados fueron convocados para discutir sobre el estado de la educación, los medios para
impulsar su progreso, el influjo de los poderes públicos en su desarrollo y el estudio de la
legislación educativa. Así planteados parecen poco polémicos pero existieron tres áreas de duro
debate: la intención de secularizar la educación, el papel adjudicado a la sociedad civil, el
Estado nacional y las provincias en la dirección del sistema educativo, y las orientaciones
pedagógicas.
Poco después de abierto, se votó por aclamación una propuesta para eliminar de la agenda del
Congreso el tema más álgido: la enseñanza de la religión en la escuela. No obstante, pocos días
más tarde la cuestión volvió a emerger y un grupo de congresales católicos se retiraron del
Congreso. Los debates acerca de la secularización de la educación eran ineludibles y serán más
adelante el núcleo más fuerte de enfrentamiento entre liberales y católicos.
Las conclusiones del Congreso Pedagógico señalaron la importancia de la enseñanza gratuita en
las escuelas comunes, la necesidad de establecer contenidos mínimos para la instrucción de
los niños entre seis y catorce años y propugnaron también por la enseñanza conjunta de varones y
mujeres, y por la administración propia de los recursos económicos de cada escuela.

Las autoridades educativas del Consejo Nacional de Educación

El Consejo Nacional de Educación fue el pivote del sistema educativo oficial durante casi un siglo.
Claro está que entre la institución presidida por Sarmiento en 1881 y aquella que fue suprimida
por el peronismo en 1949, hubo significativas diferencias en cuanto a su tamaño, recursos y
poder. Sin embargo, a lo largo de todo el período, el Consejo se convirtió en una institución
central de la administración del Estado y en el desarrollo de la política educativa.
A partir de 1884 (con la ley 1420) el Consejo Nacional de la Educación pasó a ser dirigido por un
presidente y cuatro vocales (más adelante serán seis), puestos ocupados por figuras que
combinaban su participación en el sistema educativo y en el escenario cultural y político.
Muchos fueron hombres formados dentro del sistema educativo, pero otros provinieron de campos
como la abogacía y la medicina.
Las autoridades eran elegidas por el Poder Ejecutivo por sí solo, mientras que para el presidente
debía contar con acuerdo del Senado. El Consejo debían rendir un informe anual, que se
denominó “Educación Común en la Capital, las provincias y los territorios nacionales”.
Inicialmente el Consejo, según la ley 1420, tuvo jurisdicción sobre las escuelas de la capital,
colonias y territorios nacionales. También estaban bajo su dependencia, la Biblioteca Nacional de
Maestros y la revista “Cursina”.
Con la ley 4874, conocida como “Ley Laínez” de 1905, sus competencias se extendieron a las
provincias mediante la creación de escuelas primarias. Así, se transformó en una organización de
alcance nacional, con importantes recursos, un cuantioso personal y una estructura organizativa
vertical que llegaban a las más alejadas zonas del país.

IDEAS PEDAGÓGICAS
Desde su misma constitución, el sistema educativo le otorgó a la pedagogía un lugar central.
Nadie dudaba de la existencia de métodos y conocimientos que favorecían el aprendizaje y que
ellos debían ser aplicados en las aulas.
Por eso, la temática pedagógica tuvo un lugar destacado en los debates, definiciones y políticas
de la época. Puede decirse que, con el tiempo, se formó una especie de sentido común
pedagógico.
Una de sus ideas radicó en la importancia atribuida a la relación del maestro con los alumnos en
el proceso de aprendizaje. El maestro era una figura insustituible del proceso educativo.
La enseñanza debía evitar el cansancio y la violencia, el docente debía apelar a las ideas, a la
intuición y a la observación de sus alumnos. Para garantizar este proceso, era necesario que los
contenidos estuviesen vinculados lo más posible con las experiencias y el entorno vital de los
niños. En esta línea, estaba expresamente prohibido enseñar exclusivamente mediante la
memorización.
Poco a poco estas nociones se fueron extendiendo y convirtiéndose en una plataforma
indiscutida. Sobre esta base, existieron distintas teorías y enfoques. Inicialmente, los marcos
pedagógicos fueron validados por el positivismo.
Pero a medida que se consolidó el sistema educativo, la pedagogía se legitimó cada vez más en
un discurso científico experimental y, simultáneamente, en una perspectiva psicológica.

PRACTICAS EN EL AULA

Entre 1880 y 1910, en mayor o menor grado, la vida en las aulas se transformó en el marco de la
expansión del sistema educativo. Pueden identificarse tres fenómenos concretos que
contribuyeron a ese proceso de cambio: la creciente regulación de la actividad escolar, los
nuevos paradigmas pedagógicos y los cambios en los espacios educativos. Si bien estos factores
estaban ya presentes con anterioridad, en esta etapa se extendieron y permearon a un número
cada vez mayor de experiencias educativas.
La reglamentación y normalización de la actividad de los maestros, de los contenidos educativos
y del proceso de aprendizaje estuvo ya contenidas en la propia ley 1420. Pero paulatinamente
fueron aprobándose otras normas; tanto por los gobiernos provinciales como por el Consejo
Nacional de Educación, que avanzaban sobre nuevos aspectos del proceso de aprendizaje. Así,
por ejemplo, se expidieron normativas para el uso de los libros de lectura y de texto, la
distribución del tiempo en las escuelas y los derechos y obligaciones de los maestros.
La difusión de la pedagogía y la didáctica, junto a la formación de maestros normales, fue un
hecho significativo que modificó las prácticas educativas. La reflexión sobre el proceso de
aprendizaje, los métodos educativos, las técnicas de estudio, fueron parte de la formación
docente, de las Conferencias Pedagógicas y de las ideas discutidas en libros, revistas y ámbitos
educativos.
Por último, la edificación escolar tuvo especial gravitación. Ya Sarmiento había llamado la
atención sobre su importancia para el aprendizaje y la formación de los niños. La edificación de
escuelas fue una de las tareas más urgentes para las autoridades educativas. En 1886 se
inauguraron más de 40 escuelas. Algunas de ellas fueron los llamados “palacios escolares” que
contrastaron con los locales habituales para la época.
Los lujosos edificios representan el valor adjudicado por las elites políticas a la educación pero no
fueron la norma. Muchas escuelas continuaron funcionando en casas pequeñas, con deficiencias
de higiene y escasos muebles. Claro está que estos factores no actuaron de forma simultánea. Por
el contrario, los cambios estuvieron signados por la desigual distribución de los recursos y por la
diversidad social y cultural del país. Las transformaciones en la vida cotidiana son procesos
visibles a gran escala con el paso de varias décadas. Incluso a pesar de esta tendencia a la
homogeneización de los contenidos, métodos y espacios educativos, las experiencias diarias en
las aulas fueron extremadamente disímiles. En cierto modo, únicas.

Los libros de lectura y los métodos para enseñar a leer

A mediados del siglo XIX, los educadores y pedagogos en Argentina pensaban que los libros de
lectura debían ser bienvenidos en el aula, siempre y cuando estuviesen de acuerdo con la
pedagogía moderna. Claro está que era necesario establecer cuáles eran los títulos acordes a los
”métodos actuales”.
Ya Domingo F. Sarmiento en 1879, siendo Superintendente de Escuelas, había impulsado la
adopción de una lista de libros, dentro de la cual podían elegir los maestros. De todas formas, los
criterios fueron cambiando y en 1886 el Consejo Nacional de Educación comenzó a implementar
controles sobre los libros de lectura y de texto.
En esta época los libros de lectura editados en el extranjero fueron reemplazándose lentamente
por los impresos en Argentina. Hacia 1900 posiblemente el uso de libros extranjeros en las aulas
había declinado casi por completo. La mayoría de los nuevos libros fueron escritos por maestros
pertenecientes a las primeras generaciones de egresados normales. De todos modos, no todos
eran iguales y cada uno de ellos fue examinado en función de uno de los debates pedagógicos más
importantes del momento: el método para enseñar a leer y escribir.
En algunos de esos libros, publicados en las últimas décadas del siglo XIX, todavía predominaban
los métodos denominados de deletreo, silábicos o fonéticos, como los de Marcos Sastre, por
los cuales los niños debían repetir letras, sílabas y sonidos sin ningún sentido simbólico para
aprender a leer. Pero los métodos recomendados por los pedagogos y las autoridades educativas
eran los analíticos/sintéticos. Francisco Berra fue uno de sus propulsores más importantes.
Según este método el aprendizaje comenzaba con palabras completas que iban siendo
descompuestas gradualmente en sus elementos: primero las sílabas y después las letras. Los
libros debían basarse en palabras familiares, en lo posible estar acompañadas de láminas
representativas, las lecciones debían graduar la complejidad, y provocar la atención y el interés
de los niños. Este fue el criterio que predominó en “El nene” de Andrés Ferreyra y en los libros de
Pablo Pizzurno, en los cuales las experiencias de vida son la base para asociar el pensamiento y la
palabra. Un poco después, José H. Figueira en “Paso a Paso” dio un nuevo giro. Se propuso
enseñar a leer palabras y frases sin ningún deletreo, al “golpe de vista.”

El uso del libro de texto


Las ideas acerca de los métodos para la enseñanza de la lectura se conectaron con la discusión en
torno a las políticas del Consejo Nacional de Educación en torno al uso de libros de texto. Por un
lado, estaban quienes argumentaban que era necesario controlar los contenidos y métodos
pedagógicos usados en las escuelas. Y la importancia de superar los viejos métodos de lectura era
una evidencia de ello. En contra de esta posición, otros opinaban que eso
significaba violar la libertad de enseñanza.
Pero, además, se esgrimieron otros argumentos para limitar el uso de los libros de textos que
giraron en torno a los temores de que el libro de texto reemplazase al docente en las clases,
empeorándose la calidad de la enseñanza y favoreciéndose la fragmentación y memorización. A
esto debía sumarse, el costo que representaba para la familia, o el Estado, la compra de varios
libros de texto por cada niño. Esas fueron las razones esgrimidas en 1896 cuando se prohibió el
uso de cualquier otro libro a excepción de los libros de lectura, en primer y segundo grado.
A lo largo de todas las décadas entre 1880 y 1910 el Consejo intervino en la definición de los
libros que eran usados en las aulas. Pero los criterios fueron cambiando.
En el primer concurso llamado en 1886, una comisión de especialistas seleccionaba un número
limitado de libros para ser utilizados durante un período de dos o tres años.
Pero a partir de 1905, el Consejo autorizaba los títulos que podían ser utilizados en las escuelas
sin realizar un concurso: los maestros junto a los directores de cada escuela podían elegir los
libros que preferían. Según argumentó Pablo Pizzurno, en “Educación Común en la Capital, las
provincias y los Territorios Nacionales 1904-1905”, esta medida fomentaba la responsabilidad
y el compromiso de los docentes con su trabajo.
Ya en esa época había crecido el consenso renovador acerca de los métodos para enseñar a leer,
el sistema educativo también se había fortalecido y existía una elite educativa con capacidades y
posibilidades de incidir en las prácticas educativas en las aulas y en la opinión de maestros y
directores. Estas nuevas realidades permitieron flexibilizar los criterios de selección, ampliando
las facultades para decidir de los propios docentes.

PUBLICADO POR GABRIEL ALFI EN 16:29

1 COMENTARIO:

Alejandra Marco greco dijo...

La ley 1420 de Educación común estuvo pensada para un momento histórico en que se
deseaba alfabetizar y unificar la población. Esta ley estableció la instrucción primria
obligtoria, gratuita y laica, lo que suponía la existencia de la escuela pública al alcance
de todos los niños. Quedó en manos del Estado la formación de maestros y el
financiamiento de las escuelas públicas así como también el control de las escuelas
públicas y privadas.
La función de la escuela era formar, integrar y ser liberadora de ideas.
En el sistema educativo la pedagogía cumplía un rol central que dejaba entreveer la
relación entre docente, alumno y contenido (triada didáctica), siendo el docente quien
debía apelar a recursos que garantizaran el proceso de aprendizaje, vinculando los
contenidos a la experiencia y al entorno vital del alumno, donde se prohibía la
memorización.
El alumno tenía un papel activo y el docente debía comprometerse y ser responsable de
su labor.

4 DE MAYO DE 2009, 20:25

LA GENERACION PEDAGOGICA DE 1880


EVOLUCION POLITICA Y SOCIOECONOMICA.
Los hombres de la generación del 80 comienzan a actuar cuando el país empieza
a consolidarse como emporio económico. Resuelto definitivamente el arduo
problema de la federalización de Buenos aires, pudo asumir la presidencia de la
nación, el 12 de octubre de 1880, el General Julio Argentino Roca (1843-1914).
Su programa de gobierno se sintetizo bajo el lema “paz y administración”.
Si bien la conformación de la “Argentina aluvial” se fue gestando lentamente, fue a
partir de 1880 cuando se produce en el país un cambio radical, de características
profundas en la integración de la población y en la economía, la dinámica social y
la cultura.
Con la elite dirigente del 80 se llevo a límites extremos la política de los hombres
de la organización nacional. Se buscara alcanzar un progreso socioeconómico y
cultural acelerado sobre las bases del apoyo fuerte de capitales extranjeros y de
brazos, logrados mediante una activa inmigración llevada a cabo en gran escala.
Desde el punto de vista socioeconómico, político y cultural, se produjo en la
Argentina la segunda inmigración europea, de carácter masivo. Durante la primera
presidencia del General Roca (1880-86) llegaron al país alrededor de 500.000
inmigrantes europeos, la mayoría procedentes de Italia y de España. Dicha
población tendió a concentrarse en la región litoral y preferentemente en los
centros urbanos, El noroeste sufrió un estancamiento demográfico y un retraso
socioeconómico. Se acentúo la diferenciación entre dicha zona y el litoral.
La ganadería constituto la actividad económica básica, con el comienzo de las
exportaciones de carnes en barcos frigoríficos. Pero la actividad que más se
desarrollo fue la agricultura. Argentina paso a convertirse en una de las grandes
potencias agropecuarias mundiales, “granero del mundo”, con dependencia
económica aceptada como necesidad real con respecto especialmente al mercado
británico.
La instauración de las vías férreas que unieron los principales centros del interior
tuvo como finalidad el condicionamiento de nuestra economía agropecuaria a las
necesidades alimenticias de los países importadores. El desarrollo de las
incipientes actividades industriales livianas fue meramente una prolongación de
las actividades agropecuarias: frigoríficos, saladeros, molinos de harina, etc. Los
ferrocarriles y el telégrafo contribuyeron a afianzar la unidad nacional.
Federalizada ya la ciudad de Buenos Aires, Dardo Rochafundo el 19 de noviembre de
1882 la cuidad de la plata Instituida capital de la provincia de Buenos Aires, por ley del año
1881, se llevo a cabo en este periodo de unificación monetaria en todo el país.
El 12 de octubre de 1886 asumió la presidencia de la naciónMiguel Juárez Celman (1844-
1909). Los graves sucesos políticos que harán crisis con la revolución del 90 provocaron su
renuncia, asumiendo la primera magistratura el vicepresidente Carlos Pellegrini (1846-
1906) quien trato con denuedo de buscar soluciones conciliatorias.
Las elecciones de la renovación presidencial llevaron a ocupar la primera magistratura del
país al Dr. Luis Saens Peña (1852-1907). El nuevo presidente presento su renuncia en
1895, completando el periodo presidencial el vicepresidente José Evaristo Uriburu (1831-
1914), durante cuya gestión se pacifico el país.
LAS CORRIENTE EDUCATIVAS: EL POSITIVISMO NORMALISTA Y EL
POSITIVISMO UNIVERSITARIO.
El positivismo argentino, estrechamente vinculado al movimiento filosófico europeo y al
pensamiento liberal del siglo, se desenvolvió con la generación d 1880 y se extendió con la
generación de 1896.
Es notoria, en la cultura argentina de esta generación, la triunfante influencia del
evolucionismo de Herbert Spencer. Con el se introduce el positivismo evolucionista,
llegándose a una interpretación mecanicista del universo. También es notoria la influencia
del evolucionismo Biogilicista, especialmente con las teorías de Lamarck y Darwin.
Este positivismo ha sido denominado positivismo irradiante, porque de la filosofía extendió
su influencia a vastos sectores de la cultura inspirando toda una concepción del mundo y de
la vida.
El positivismo pedagógico argentino se presento bajo dos facetas distintas: el
positivismo normalista y el positivismo universitario.
El grupo del positivismo normalista, que adquirió características definidas con la
generación siguiente de 1896. Este grupo ejerció una influencia decisiva en la
pedagogía del país con el positivismo introducido por el profesor italiano Scalarini,
quien difundió aquí la doctrina positivista de Augusto Comte conjuntamente con
las teorías evolucionistas de Spencer y los principios de Darwin.
El positivismo universitario que pertenece a la llamada “generación intelectual del
ochenta” tuvo trascendente actuación a través de la cátedra, del periodismo y de
los círculos culturales.
“Los hombres del ochenta” siguieron de cerca la psicología del positivismo,
siempre mas interesados en las aplicaciones políticas, jurídicas, sociales o
pedagógicas. Aceptaron la subordinación de las ciencias psíquicas a las naturales,
profesaron las tendencias individualistas del liberalismo ingles, proclamaron las
excelencias del método experimental, se distinguieron por un criterio recto y
honesto.
Carácter notorio de esta generación fue su tendencia europeizante.
Esta generación intelectual del ochenta fue la que promulgo la ley de educación
común Nº 1420 del año 1884, estructuro sobre bases legales la educación
nacional primaria, fundamentada en los principios pestalozzianos en cuanto a su
finalidad de educación integral y armónica, y declarada gratuita y obligatoria.
HOMBRES Y GRUPOS REPRESENTATIVOS EN LA
GENERACION PEDAGOGICA DEL OCHENTA: SU OBRA.
Por decreto del presidente Roca, se reunió en Buenos Aires en 1882 el congreso
pedagógico sudamericano. Este fue una importante fuente de inspiración de la ley
1420 de educación común.
LA LEY DE EDUCACION COMUN Nº 1420
La promulgación de esta ley fue para la nación el suceso de mayor relevancia en
la evolución educacional del siglo pasado. Aunque la vigencia de esta ley quedara
circunscripta al ámbito nacional, dado el sistema político federal, su influencia se
entendió a todo el país, señalando rumbos decisivos en el campo de la educación
primaria.
La ley se promulgo el 8 de julio de 1884. Esta se preocupo por otorgar una sólida
estructura al sistema de educación común.
Su artículo 1º establece que la escuela primaria tiene por único objetivo favorecer
y dirigir simultáneamente el desarrollo moral, intelectual y físico de todo niño de
seis años a catorce años.
El artículo 2º la declara obligatoria, gratuita, gradual y dada conforme con los
preceptos de la higiene. La enseñanza religiosa fue excluida dentro del horario
escolar, pero se las autorizo antes o después del mismo.
En Pro de la enseñanza religiosa en las escuelas puso su mayor énfasis Pedro
Goyena (1843-1892). En esta misma posición estuvo asimismo Tristán Achaval
Rodríguez (1845-1887) entre otros. Se opusieron ardientemente a la intervención
del estado en materia de educación religiosa, entre otros, Eduardo Wilde (1844-
1913), entonces ministro de culto, justicia e instrucción publica, Onésimo
Leguizamon (1837-1886) y Luis Lagos García (1846-1907).
La ley dispuso que las escuelas primarias quedaran bajo la administración del
consejo nacional de educación. Crea los consejos escolares de distrito, se
preocupa de la inspección técnica y administrativa de las escuelas, organiza todo
lo relativo a matricula escolar, registro de asistencia, estadística escolar, censo de
población escolar, etc.
LA LEY UNIVERSITARIA DE 1885
Fue sancionada por iniciativa del entonces senador por Tucumán Nicolás
Avellaneda que continua actuando en forma descollante en la generación del
ochenta.
Esta ley se dispuso proporcionar a las universidades de Buenos Aires y Córdoba
un conjunto de normas fundamentales que rigieran la vida legal de las
universidades en sus relaciones con los poderes públicos. Concedió amplia
autonomía a las universidades en lo que hace a su organización. También es
preciso destacar la intervención que tuvieron el Dr. Eduardo Wilde, en ese
entonces ministró de justicia e instrucción publica, entre otros.

LOS POSTIVISTAS DEL OCHENTA Y EL GRUPO CATOLICO


Aunque con diferencias notables,ambas corrientes se caracterizan por sus
tendencias politicas liberales. Los hombres de la generacion intelecual sostuvieron
un liberalismo laicista. Enm oposición a esta corriente, el denominado “ grupo
catolico” defendio firmemente la libertad de la iglesia frente al estado.

PEDRO SCALABRINI Y SU INFLUENCIA EN EL POSITIVISMO PEDAGOGICO


ARGENTINO.
Emigrado de Italia, llego al pais en 1868. Se traslado a Parana, donde creo el
colegio Sud America. En 1872 fue designado profesor de ciencias naturales y de
filosofia en la celebre scuela normal del Parana, introdujo en sus enseñanzas ñlas
doctrinas de Comte, de Spencer y de Carlos Darwin. Su concepción pedagógica,
dirigida especialmente hacia la observación y conocimiento concreto de la
naturaleza del educando, estuvo fundamentada en las doctrinas antes
mencionadas en las que se nutrió.
Acerca del educador, su misión debía consistir en orientas y encauzar al
educando, pero dejando paso a la autonomía que emerge.
José Manuel Estrada (1842-1894) tenía 38 años en 1880. Murió en 1894 a los 52
años. Se caracterizo por sus firmes convicciones democráticas, por su fortaleza
moral, por la profundidad y claridad de sus ideas y por el fervor para defenderlas y
transmitirlas.
Ferviente opositor de la política gubernamental, la combatió con todo el brillo de su
oratoria. Defensor de la educación personalizada.
Estrada destaca la influencia decisiva de la acción educadora. Esta siempre junto
a las corrientes liberales.
El hombre a su entender, solo es libre cuando elige el bien- Los poderes públicos
han de organizarse tal que el hombre con conciencia critica, pueda hacer aquello
que “debe querer”.
El fin ultimo del hombre esta en relación con Dios. Para Estrada, el liberalismo
laicista ha considerado a la libertad como el fin supremo de la sociedad. Esta
posición significa una conciencia unilateral de la libertad, fundamentada en una
concepción del mundo y de la vida sin relación con la trascendencia del hombre.
“La libertad civil afecta, dice, la organización y vida de la sociedad: la libertad
política afecta la organización y vida del estado”. Para Estrada, confundir ambos
conceptos equivale a confundir los fines con los medios.
Entiende Estrada que con el incremento de las libertades políticas se ha inmolado
la libertad de la educación por el debilitamiento de la institución familiar.
La educación popular, a su juicio, ha de formar la conciencia moral del pueblo.
Considera que la intervención del estado en materia educacional debía ser tan
solo supletoria y eventual. Sostiene también que la educación se convierte en un
“deber cívico” en toda democracia, ya que ella posibilita al ciudadano l ejercicio de
la soberanía. Para que la democracia no fuera solo un mito era imprescindible a su
juicio que la educación popular formara al ciudadano con la conciencia de sus
derechos y de sus deberes.
Juan Mamerto Garro (1847-1927) Figura representante de la generación del 80,
esta ubicado dentro del denominado núcleo católico. Desde el punto de vista
pedagógico cabe mencionar su importante y significativa obra para la historia de la
educación y de la cultura argentina: Bosquejo histórico de la universidad de
Córdoba (1882).
También ha de destacarse, desde el punto de vista educacional, la importante
intervención de Juan Mamerto Garro en la sanción de la ley Nº 934 d libertad de
enseñanza de 1870.

PUBLICADO POR MAIA EN 20:03

POLÍTICA EDUCATIVA DE LA REPÚBLICA ARGENTINA

PERÍODO GLOBALIZADO (1880-1930)

OBJETIVOS DE PRINCIPALES OBJETIVOS ACONTECIMIENTOS


PAÍS ACONTECIMIENTOS EDUCATIVOS EDUCATIVOS
“Paz y Se completa la “Formar al Didáctica basada en
administración”. conquista al indígena. ciudadano” Herbart y Pestalozzi.
(dirigente o Metodología basada
Insertar al país en Inversiones dirigido). en la psicología
la División extranjeras. evolutiva y ésta
Internacional del Educación científica dirigida por la
Trabajo. Aumento del (educación por la biología.
comercio exterior. ciencia y ciencia de
Europeizar la la educación). Comienza la lucha
cultura y la Llegada de gran por el predominio
sociedad. cantidad de Fomentar la sobre la educación:
inmigrantes educación superior Control estatal,
Transformar el europeos. para formar a las control privado o
país. élites políticas control popular.
Realización de obras integradas a la
Controlar la públicas en gran ideología del grupo Preocupación por el
sociedad para cantidad. bonaerense. método y la
mantener el orden formación docente
y evitar a los Educación común para tener en cuenta
Creación del Registro
tiranos. necesaria para las diferencias
Civil.
mantener la paz y culturales y raciales.
“Nacionalizar” al el control social:
Sanción de la Ley de
país con el dominio orden. Organización del
Educación Común
de una cultura Primer Congreso
1420: debate entre
europeizante. Enseñanza básica Pedagógico Nacional:
liberales y católicos
para homogeneizar El Estado se hace
por la laicidad.
cargo de la educación
Desarrollar el
(tendencia a
consumo y la Tratados de límites la cultura nacional.controlar la
educación de los con Chile. participación popular
países más “Nacionalizar” al y así no prosperan las
desarrollados de Crisis económica y país y sus habi- Sociedades de
Europa y Estados política de 1890 e tantes con la ayuda Amigos de la
Unidos en beneficio intento de acceso al de la educación. Educación).
de la élite. poder de sectores
medios que fueron Educación primaria: Sanción de la Ley de
Profesionalizar la formados en los suficiente para Educación Común
actividad política Colegios Nacionales y formar la mano de 1420 (educación
concentrando el la Universidad. obra para la primaria obligatoria,
poder en una élite. transformación del gratuita, laica y
Sanción de la Ley de país. gradual).
Residencia.
La educación y las Gran crecimiento
El Estado evita la ciencias deben matricular en el nivel
colonización contribuir a mejorar primario en todo el
distribuyendo las las costumbres, la período.
tierras entre la industria y los
oligarquía. sentimientos. Gran acción
educativa de los
Concentración de las Después de 1890 “normalistas” (orden,
riquezas en la se trata de método y disciplina).
oligarquía. diversificar la Fomentaron la labor
enseñanza para interesada, el
Unidad entre hacerla más provecho real y
conservadores “filtrante”. personal (instrucción
(orden) y liberales limitada a
(progreso). conocimientos
objetivos de
aplicación práctica).
Profundización de las
desigualdades
sociales. Subperíodos:

Aparición de partidos a) 1880-1900: Baja


políticos opositores la matriculación
que quieren primaria porque al
compartir el poder. haber paz interior las
clases bajas
“molestan poco”.
Fortalecimiento de los
sindicatos.
Gran crecimiento en
los niveles secundario
Sanción de la Ley
y superior y sanción
Electoral de 1912.
del Plan de
Enseñanza General y
La clase media toma Universitaria (1892).
el poder político a
partir de 1916.
Menor presupuesto
Conflictos sociales. educativo.

Creación de Y.P.F.. Gran deserción


escolar.
Crisis económica
iniciada en 1929. Aumento de la
enseñanza
Golpe de Estado enciclopedista a
militar. pesar de los pedidos
de cambiar los
programas para
adecuarlos a la
realidad productiva.

Así se ve que la
educación no cumplió
una función
económica sino
política. No obstante
se crean algunas
escuelas técnico-
profesionales para
canalizar las disputas
al poder hacia otro
lado.

Los inmigrantes no
ven atractiva la
educación media y
superior porque ellos
no podían dedicarse a
la política.

Aparición de algunos
talleres de tipo
artesanal dentro del
plan de
diversificación.

b) 1900-1916:
Descuido de la
educación primaria.

Crecimiento de la
educación secundaria
y superior.

Ley Láinez (1905)


con la cuál el Estado
nacional ayudará a
las provincias con la
creación de escuelas
primarias.

Reforma del Ministro


Carlos Saavedra
Lamas: Reducción de
la escuela primaria a
4 años y creación de
una escuela
intermedia (estudios
prácticos).

c) Radicalismo (1916-
1930): Deja sin
efecto las reformas
de C. S. Lamas.
Preservación del
anterior sistema.

Funda escuelas
primarias,
secundarias,
normales,
industriales, de artes
y oficios.

Hay una tendencia a


conservar y regresar
al sistema tradicional
para preparar a la
clase media para la
política (enseñanza
enciclopedista-
humanista).

Reforma Universitaria
de 1918.

Se implanta la
Escuela Activa (con
trabajo manual) que
significó una gran
evolución pedagógica
de la mano de
Clotilde Guillén de
Razzano por destacar
las actividades
sociales, manuales,
higiénicas y estéticas
de los alumnos.

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