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1.1.

CELDAS DE HIDROGENO

El Hidrogeno es el elemento más abundante en el universo. Pero la mayoría de


los átomos del hidrogeno (H2) están unidos con otros átomos de carbono y/o
oxígeno, si queremos tener solo átomos de hidrogeno tendremos que separarlos
y para ello necesitaremos gran cantidad.( Margalef, Ramón (1980).) En la Tierra
el hidrogeno se encuentra mayormente como agua (líquida, vapor, hielo) o
combinado con otros elementos formando compuestos como el metano o gas
natural (CH4), metanol (CH3OH), etanol (CH3CH2OH) o hidrocarburos (CnHm).

La manera más fácil y limpia de obtener hidrogeno es mediante la "electrólisis":


se sumergen dos electrodos en agua, se aplica electricidad y se obtiene gas
hidrógeno del electrodo negativo y oxígeno del positivo. Pero la electrólisis sólo
es económica y limpia cuando la electricidad que se utiliza sea obtenida por medios
que no contaminen el medio ambiente, lo que quiere decir que no lo es tanto
actualmente, ya que la mayoría de la energía eléctrica que se produce está
basada en la combustión de combustibles derivados del petróleo, carbón, etc.
Se llamaría Hidrogeno "sucio" al generado por medio de combustibles derivados
de combustibles fósiles.( Cotton, F. A.; Wilkinson, G.)

Sin embargo, el hidrógeno puro no es la panacea, pues presenta varios


problemas. Para empezar, su producción (la electrólisis) es cara y contaminante,
pues requiere mucho consumo eléctrico y la electricidad actualmente se produce
a partir de fuentes de energía convencionales, como el petróleo, el gas o las
centrales atómicas.

Algunos investigadores sugieren el empleo de la energía eléctrica producida por


energía eólica, solar, hidráulica, etc, que es limpia. Se podrían colocar equipos de
electrólisis al pie de estas centrales y aprovechar la electricidad excendentaria
que producen. Lo malo es que estas formas de generar energía todavía son
minoritarias para abastecer un futuro parque automovilístico movido por
hidrógeno.( Greenwood, N. N.; Earnshaw)
1.1.1. Funcionamiento
Cuando el hidrógeno es ionizado en el ánodo se oxida y pierde un electrón; al
ocurrir esto, el hidrógeno oxidado (ahora en forma de protón) y el electrón toman
diferentes caminos migrando hacia el segundo electrodo llamado cátodo. El
hidrógeno lo hará a través del electrólito mientras que el electrón lo hace a través
de un material conductor externo (carga).

Al final de su camino ambos se vuelven a reunir en el cátodo donde ocurre la


reacción de reducción o ganancia de electrones del oxígeno gas para formar agua
junto con el hidrógeno oxidado. Así, este proceso produce agua 100% pura,
corriente eléctrica y calor útil, por ejemplo, energía térmica.

1.1.2. CELDAS DE COMBUSTIBLE

La celda de combustible es una membrana en la que se mezclan el hidrógeno y el


aire de la atmósfera. De su unión surge una corriente eléctrica que sirve para
mover un motor eléctrico en el caso de los vehículos. El residuo de la reacción es
sólo agua.

La primera celda de combustible fue construida en 1839 por Sir William Grove, un
juez y científico galés que demostró que la combinación de hidrógeno y oxígeno
generaba electricidad además de agua y calor. (Gutiérrez Ríos, E. Química
Inorgánica. Reverté. 1994.) El verdadero interés por la utilización de celdas de
combustible como un generador práctico vino hacia comienzos de los años
sesenta de nuestro siglo, cuando el programa espacial de los Estados Unidos
seleccionó las celdas de combustible para proporcionar electricidad y agua a las
naves espaciales Gemini y Apollo.

Una celda de combustible es un dispositivo electroquímico que convierte la


energía química de una reacción directamente en energía eléctrica. Por
ejemplo, puede generar electricidad combinando hidrógeno y oxígeno
electroquímicamente sin ninguna combustión. Estas celdas no se agotan como lo
haría una batería, ni precisan recarga, ya que producirán energía en forma de
electricidad y calor en tanto se les provea de combustible (hidrogeno).

Figura 8 Diagrama de funcionamiento.

1.1.3. MOTORES DE HIDROGENO

Cuando hablamos de motores a hidrógeno tenemos que distinguir básicamente a


dos tipos de motores, el basado en "celdas de combustible" de hidrógeno que en
sí se trata de un "motor eléctrico" que recibe electricidad de las propias celdas, y
el "motor de combustión interna", similar a los motores convencionales, que logran
la fuerza motriz gracias a la ignición del hidrógeno dentro de la cámara de
combustión.

1.2. ENERGÍA NUCLEAR

Las centrales nucleares, aunque pueda parecer que tienen una tecnología muy
diferente del resto de las centrales eléctricas, son en realidad centrales térmicas
nucleares.

Es decir, una central nuclear es exactamente igual que una central térmica con ciclo
de Rankine o turbina de vapor, pero en lugar de tener una caldera que genera vapor
a partir del calor de combustión de un combustible fósil, obtiene el calor del proceso
de fisión del átomo de uranio.

Así, una central nuclear no es una especie de central en la que la fisión del uranio
genera directamente electricidad, sino que el uranio es la fuente de calor que ayuda
a generar el vapor. Este vapor, igual que en las centrales termoeléctricas
convencionales, pasa por un ciclo de turbina de vapor y genera electricidad a partir
de un alternador. En este apartado describiremos genéricamente esta tecnología
para tener una idea básica de cómo funcionan estas centrales.

1.3. Combustible: del uranio a los elementos combustibles

El uranio es un elemento no demasiado abundante en la naturaleza. Se extrae en


minería y el Congo es uno de los países con más reservas. Una vez extraído, este
uranio no sirve directamente como combustible, sino que se debe procesar,
mediante un proceso de enriquecimiento del uranio. El proceso de enriquecimiento
del uranio que se consume en las centrales europeas se lleva a cabo en Francia.

El proceso de enriquecimiento es necesario para obtener buenos rendimientos de


la generación de fisión. El uranio está presente en la naturaleza en las formas
conocidas como isótopos 238U y 235U (uranio 238 y uranio 235, respectivamente).
De forma natural, la presencia de este segundo isótopo es de un 0,7%, y en la barras
de combustible, que son el producto del enriquecimiento del uranio, es de un 4-5%.
Este isótopo se combina con óxido de uranio (UO2), un material de tipo cerámico
que se utiliza en forma de pastillas, de un diámetro aproximado de un centímetro.

Estas pastillas se introducen en unas vainas elaboradas con una aleación de


circonio, con un diámetro de 4 cm y de 4 m de longitud. Una vez que se ha preparado
esta barra, se agrupan en ella unas cuantas pastillas y se forma lo que se conoce
como elemento combustible. Este elemento combustible, del que se adjunta una
imagen en la figura, es el que se emplea en las centrales térmicas nucleares para
recoger el calor generado durante la fisión del uranio.
Figure 1. Detalle de las pastillas de UO2 y de un elemento de combustible de una central nuclear

Estos elementos combustibles también se disponen en el reactor de la central nuclear. La


energía liberada por la reacción de fisión está formada por la energía cinética de los
fragmentos de la fisión del uranio (núcleos de otros elementos, con propiedades
radioactivas). Esta energía cinética se transfiere en forma de energía calorífica a las
pastillas cerámicas de los elementos combustibles, que, a su vez, transmiten este calor a
la parte exterior de las vainas, a la zona del circonio.

1.2.2. Ciclo termodinámico

Como hemos comentado ya desde el comienzo de este apartado, el ciclo termodinámico


que se realiza en una central nuclear es el ciclo de Rankine, de turbina de vapor. La única
diferencia es que no hay una caldera de vapor que genere vapor a partir de la combustión,
sino que el calor se obtiene haciendo pasar agua a presión a través de los elementos
combustibles.
A causa del sistema de extracción de la energía calorífica de los elementos combustibles,
haciendo pasar agua a través de éstos, las temperaturas de trabajo del agua no son tan
altas como en el caso de las centrales térmicas de combustión. El hecho de tener
temperaturas de trabajo más bajas provoca que obtengamos un rendimiento más bajo en
el ciclo de Rankine. No obstante, dado que no hay pérdidas de calor por los humos de la
chimenea (que sí que se dan en las centrales de combustión), se acaban obteniendo unos
rendimientos globales de la central de entre el 30 y el 40%, similares a los de las centrales
térmicas de combustión, pero lejos de los rendimientos de las centrales de ciclo combinado.

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